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#piel blanca
samelbuenaonda · 8 months
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Algunas Imágenes De Sam El Chico Ardilla
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holydramons · 1 year
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Yo sé que no hay que engancharse con estas cosas pero es increíble la percepción sesgada que tienen los yankis de la realidad. El mundo solo funciona como ellos lo conocen y dan por sentado que todos tenemos que acomodarnos a eso. Pero si les marcas que al perpetuar esas ideas están siendo imperialistas se enojan y te tratan de colonizador, no importa la historia de tu familia solo tu color de piel.
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curlymangue · 1 year
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¿Qué dice el estado de tu melanina sobre cómo cuidas tu piel?
Hola, Curly. Seamos francos: durante mucho tiempo tener demasiada melanina en la piel, para muchas mujeres afrodescendientes, era prácticamente como si hubiesen nacido malditas. Por suerte las cosas han ido cambiando. Y con el paso del tiempo muchas de estas mujeres han ido aprendiendo sobre la historia, que hay detrás de esta pigmentación cutánea que nos hace únicas. Aceptándola cómo parte de…
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cseller · 1 year
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¿Los Lunares Blancos en la Piel Son Peligrosos?
✅ ¿Qué dice la ciencia sobre los lunares blancos? 👉 Ve ahora si representan un peligro para la salud ✔ Como diagnosticarlos ✔ Cómo distinguirlos de otras manchas blancas ➤ ¡Fíjate AQUÍ! ➡ https://tusaludtotal.com/lunares-blancos/
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almanriquelapoeta1 · 2 years
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anysiitfirm · 2 years
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Color De Pelo Para Piel Blanca
Color De Pelo Para Piel Blanca
Color De Pelo Para Piel Blanca:If you want a new color for your pelo, you should think about your skin tone. For example, if your skin tone is light, it might be best to pick a color that matches the tone of your skin. However, if your skin tone is darker, you might want to consider a darker color. Choosing a Color De Pelo Para Piel Blanca Choosing a color for your hair can make all the…
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mblmodabylara · 2 years
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Look rockero "Resurgir"
Look rockero “Resurgir”
¡Buenos días! Resurgir: 1. Volver a aparecer (deseo, sentimiento o estado que había desaparecido). 2. Reanimarse [una persona] que estaba decaído física o moralmente. Supongo que después del último acontecimiento es lo que necesito, resurgir como el ave fénix. Siete años de trabajo en la cuenta de instagram @mbl_modabylara_ tirados por la borda en 3 minutos. Así podría resumirlo brevemente. No…
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myillicitaffair · 3 months
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You are in love | Esteban Kukuriczka.
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sumario: noches de pizza con tu amigo… claro, amigo.
advertencias: sexo explícito (+18) , penetración, sexo sin protección, consumo de alcohol.
créditos: las fotos del collage fueron extraídas de pinterest, más las edite yo. la canción cuya letra utilice es You Are In love (Taylor’s Version) de Taylor Swift.
notas: honestamente, no estoy muy contenta con el resultado final pero espero que puedan disfrutarlo de todas maneras xx.
No hay pruebas, no fue demasiado, pero yo vi suficiente.
Paciente, fuera de su recibidor, me encuentro parada, esperándolo con una botella de vino bajo la axila. Aliso los pliegues de mi falda varias veces con las manos, un hábito al que recurro para evitar sucumbir a la ansiedad que me atormenta. Con la cámara de mi celular, observo mi reflejo, comprobando que mi maquillaje permanezca en su lugar, que mi cabello siga viéndose inmaculado.
No recuerdo un tiempo en el que Kuku haya sido simplemente un amigo, siempre fue más; mi confidente, el protagonista de mis fantasías, quien roba mis suspiros y miradas, de quien terminé enamorándome.
Las pisadas sobre las baldosas delatan su presencia apropincuándose, luego el traqueteo de las llaves en la cerradura, las bisagras girando en su eje para revelarlo frente a mí.
La alegría tiñe su rostro al verme, redondeando sus angulosos pómulos y centrando mi atención en la mueca en sus labios. Condenadamente cerca de mí y a la vez tan inalcanzables.
Su voz dándome la bienvenida me sacude de mi subrepticia quimera, trayéndome de un zarpazo de vuelta a la realidad. Me estrecha contra su torso, con las muñecas serpenteándose por mi cintura para atraerme más cerca.
“Traje vino, Kuku”- pronuncio, a modo de saludo, mientras lo abrazo estrechamente.
“¡Gracias, ángel! Entrá que está por llegar la comida”- informa, de manera tan casual y ligera que siento mi corazón escurrirse hasta tocar el suelo.
“Ángel” me dijo, jodiéndome para siempre. ¿Cómo seré alguna vez capaz de recuperarme de tal agravio a mi integridad? Decido asentir y adentrarme a su hogar.
Me recibe una sala de estar cálidamente iluminada, las paredes blancas cubiertas de cuadros y fotos, un aterciopelado sofá rojo situado en medio de la habitación.
Me acerco a una repisa de madera, donde reposa un retrato recientemente seleccionado… todo el elenco de La Sociedad De La Nieve posando bajo el lente de su cámara, sonrisas reflejadas en nuestros rostros enmarcados.
“Esa la tomé el último día de rodaje”- me recuerda, apareciendo por detrás mío, con una mano en mi espalda baja.
No hay pruebas, un toque singular, pero yo sentí suficiente.
Mis vellos corporales se erizan ante el contacto, un escalofrío recorriéndome cargado de anticipación por lo que jamás sucederá. Asiento torpemente, deseosa de fundirme en el calor de su silueta.
Pienso en esos mismos dedos, acorralando mi piel a su paso, incendiando su sendero. Acariciando mis mejillas con ternura, colándose por mis labios, desvistiéndome con precisión.
El timbre retumbando en la sala me despierta, desarraigándome de mis maquinaciones pecaminosas. El hombre a mi lado da largas zancadas, con un caminar tímido y garbado, hasta alcanzar la puerta de madera y ojear la mirilla. Luego de cerciorarse de la identidad del intruso, le permite ingresar para que deposite el delivery entre sus brazos, marchándose luego de recibir su pago.
Sobre la mesa del comedor se halla mi bolso, el cual rebusco hasta toparme con la billetera y separar varios billetes para pagar una porción del importe de la cena.
“Dividamos los costos de la comida entre los dos, ¿te parece?”- debato, tendiéndole el dinero para así compensar la mitad de su perdida.
“Pero no, nena, ¡guarda eso! Te invito yo”- rechaza tajante al ignorar mi ofrenda, con juguetona indignación en sus facciones.
Más allá de mi recurrente insistencia, rechaza contundentemente todos mis intentos de devolverle la plata, escudándose en excusas absurdas. Una cálida sensación se apodera de mí ante su caballeroso gesto, traduciéndose en atontados vistazos en su dirección, mientras sigo cada uno de sus movimientos al sacar el par de copas de una alacena.
“Pedí pizza de ese bar que te gusta”- comienza a explicar, aun movilizándose para descorchar el vino- “la de pepperoni sigue siendo tu favorita, ¿verdad?”
Un solo paso, no fue demasiado, pero dijo suficiente.
Silencio. Silencio desgarrador y sepulcral a mi alrededor, petrificando el aire a su paso.
“¿Te acordaste?”- asevero con un hilo de voz, aunque suena más a una pregunta, reflejando mi propia inseguridad.
Mis extremidades tramitan un cosquilleo colectivo, despertándome de la anestesia que se había apoderado de mí.
“Si, obvio”- le resta importancia, sirviendo la bebida y entregándome mi copa.
Y yo entiendo lo tonto que debe sonar, pero, por un momento, me permito sentirme importante e incluso un tanto sustancial en su existencia. “Me escuchó” medito, atónita por la revelación, revolucionando todas mis ternuras dirigidas hacia él.
Mis ojos se obsesionan con su él, simplemente él y su aura dorada coronándolo como si de un halo se tratara. ¿Cómo logré tener tanta suerte?
“No me mires así, nena”- pide al devolver mi mirada, su entrecejo fruncido en concentración- “Vas a hacerme creer que los chicos tenían razón…”
Mi mueca se tiñe de confusión, no sabiendo con exactitud si se refiere a lo que yo supongo. Intento decodificar sus palabras, pero, tal vez por el prospecto de ver mi entusiasmo destrozado, me limito a repreguntar.
“¿De qué hablas, Kuku?”- atrapo mi labio inferior entre mis dientes para así detener los temblores que lo acosan.
“Ya sabes…”- se encoge de hombros, pero, al ver mi perplejidad se resigna a continuar- “Fran y Juani siempre nos cargaban con que… em, con que debíamos salir.”
Siento un hondazo envestirme de lleno y un deseo irremediable de que el mismo continúe hasta hacerme perder la conciencia.
“Ah, eso”- murmuro en voz baja, de repente completamente drenada de seguridad. Trato de difuminar mis conflictuadas preocupaciones con una risotada punzante, delatando la rigidez de mis hombros estáticos y la incomodidad en mi gesto.
¡Qué estúpida! ¿Cómo me permití alguna vez pensar que el podría sentir lo mismo que yo? Deseo tirarme al suelo y revolcarme en el bochorno que me arrima, lo suficiente para olvidarlo a él con sus grandes ojos fijos y perder la cordura a manos de la vergüenza.
“Era un chiste nada más, no deseaba hacerte sentir mal”- aclara cálidamente, rodeando la mesa hasta rozar nuestros hombros.
Es absurda la cantidad irremediables de terminaciones nerviosas que logra incendiar con solo oprimir su marco con el mío. ¡Debo frenar esta locura antes de que se me vaya de las manos!
“Claro…”- suspiro, forzando una sonrisa al tomar asiento en la silla que abuso bajo mis pálidos nudillos.
Tomando la copa entre mis palmas, la balanceo hasta verter el liquido más allá de mis labios, rezando para que el espirituoso proveniente de uva disipe su comentario furtivo.
El mayor, aún parado a mi lado, hinca sus rodillas para arrodillarse y así quedar a la altura de mis ojos.
“Ángel, lo siento si te ofendí. No era mi intención”- se disculpa, escurriendo sus dígitos entre mi cabello para plegarme un mechón tras mi oreja.
“Ya sé, Kuku… y lo prometo, ¡estoy bien!”- miento descaradamente en su cara, con las comisuras adheridas a mis tensas mejillas.
Por unos prolongados segundos- que se sienten como una eternidad- nos miramos firmemente, tratando de descifrar los pensamientos cabalgando en la cabeza opuesta. Con un afectado suspiro, se levanta del suelo para luego posicionarse en la silla contigua a la mía.
Una vez asentado en su sitio, levanta el rostro para enfrentarme y toma mis temblorosas manos entre las suyas. Inmediatamente noto su calor corporal, las asperezas desperdigadas por sus palmas, sus anillos colisionando con los míos.
“Ahora entiendo cómo mi comentario pudo haber sonado y te pido perdón por ello”- alega mientras me observa, pausando en cada pequeño lunar e imperfección.
Inhibida y un tanto cohibida ante su escrutinio, desvío mis ojos hacia un costado y muerdo mi labio inferior, aprisionándolo entre mis paletas.
“No quería hacerte mal…”- confiesa, con sus orbes ahora clavados en mis labios mordisqueándose- “Sos mi mejor amiga.”
una mueca extraña en su rostro. Pausa, luego dice “sos mi mejor amiga.” Y yo supe a que se refería, está enamorado.
Una fuerza gravitacional me empuja aún más cerca suyo; envalentonada gracias a su fijación por mi boca, empiezo a disparar la ajena sin dudarlo. Deslizo una mano por su cachete, acariciando la incipiente barba creciendo allí mientras le robo un breve pico.
Al separarme, escaneo al hombre que acabo de besar, desesperada por hallar una reacción. La confusión tiñe su cara, tiene la mandíbula presionada con fuerza y un furioso sonrojo trepando hasta su nariz. Sin perder un solo minuto más. Vuelve a unir nuestras figuras en un beso, uno real esta vez.
Sus labios en contacto con los míos consienten un hambre que venía cultivando hace meses, acelerando mi deseo de conseguir más. Mi corazón late con una velocidad alarmante, saltando implacablemente contra mi caja torácica, y agravando los temblores en todo mi cuerpo.
Una danza desenfrenada se desenlaza, dando rápido paso a una intrépida batalla por apropiarse de la ventaja que implica dominarnos mutuamente. Una de sus manos se enreda en mi melena, tirándola hacia atrás mientras su lengua se apresura en inmiscuirse en mi cavidad bucal, cepillando la propia y paseándose por toda su extensión.
El aire comienza a escasear y el ardor en nuestros pulmones nos fuerzan a dividirnos, aprovecho el breve impase para deslizar mis extremidades por sus piernas y así, sentarme a horcajadas sobre su regazo.
“¿Sabes hace cuánto deseo hacer esto?”- cuestiona, entrelazando sus dígitos por mis curvas y asentándome sobre la junción de su torso y piernas.
Bajo mío, noto un bulto que comienza a alzarse, punzando mi centro deliciosamente. Sin siquiera razonarlo, muelo mis caderas contra él, percibiendo un curso de placer recorrerme entera ante la fricción contra sus pantalones.
En un arrojo de valentía, me deshago de la blusa que flamea en mis costados, arrojándola lejos nuestro. Como si de un arreglo tácito se tratara, el argentino adjunta sus labios con mi pecho y comienza a succionar mi piel con fiereza, yo me limito a atraerlo contra mí mediante su cabellera.
“Tantas veces fantasee con esto…”- admito, sin poder evitarlo, mientras él libera mi busto del corpiño.
Levito hacia su remera, forcejeando con ella hasta deshacerla hacia las baldosas y revelar su tórax al descubierto. Recubierto de pecas difuminándose en su blancura, dudo alguna vez haber visto una imagen más hermosa.
Sosteniéndose de mis muslos, se irgue y tropieza hasta toparse con el sillón, descargándome sobre el terciopelo con una impredecible agilidad. Allí, acostada en medio de su sala de estar, centro mi atención a sus dedos desenlazando mi falda con ternura, para luego despojarme por completo de mis confinamientos.
Imitando sus movimientos, aviento mis brazos hacia su entrepierna para desabrocharlo y librarlo de sus prendas. Aceleradamente, lo desvisto hasta que nuestras desnudeces son lo único que prevalece.
“Sos hermosa”- me halaga, recorriendo cada centímetro de mi piel con delicadeza, intentando memorizarlo para siempre.
Respondo con mi agarre volando hasta su palpitante erección y acariciándola juguetonamente, con constancia hasta donde me lo permite.
“Necesito sentirte adentro mío, Kuku…”- pido, sin sentir un ápice de vergüenza ante mi explicitación.
Un gruñido escapa su garganta ante mi directiva, deshaciéndose de mi toque para posicionar su polla entre los pliegues de mi coño y comenzar a adentrarse. Sollozos son lanzados en su dirección, animándolo a ir más allá, a continuar.
“Dios, estás tan apretada”- pronuncia cuando la cabeza de su pene logra tocar mi fondo, disfrutando los espasmos que mi canal le proporcionan.
En un frenesí ocasionado por la sensibilidad que su miembro me genera, embisto mis caderas para acercar nuestros centros aún más y luego retirarme, provocando un extasiante vaivén. Los gemidos retumban en el silencio del salón, con la danza que nuestros sexos lideran al fusionarse.
“Estoy enamorado de vos, ángel, desde la primera vez que te vi”- dice al observarme con atención, aun penetrándome hacia la culminación.
Sorprendida por lo inaudito de la situación, una lagrima se cuela por mis ojos y rueda en su sendero por mi mejilla ante su confesión, una que aguardo hace meses.
Esteban la recoge, interrumpiendo su trayecto hacia mi cuello para besarme nuevamente, con renovada emoción.
Y ahora comprendes por qué perdieron la cabeza y pelearon sus batallas, y por qué yo he pasado toda mi vida tratando de ponerlo en palabras.
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voglatte · 3 months
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dios mío, acabo de ver que estás aceptando pedidos y tengo uno para Francisco! — si puedes y quieres escribir, ¡claro!
podrías escribir un escenario en el que él y la lectora pasen mucho tiempo juntos, especialmente toda la mañana en la cama; complacerse y disfrutar de la compañía del otro. — Después de pasar días alejada del rodaje de la película, Fran quiere aprovechar al máximo su tiempo con ella.
es un escenario lindo, y si quieres agregar obscenidad, ¡siéntete libre y me encantaría!
⊹ ┊LOVER ꒱ .゚
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↷ ˊ- pairing: francisco romero x f!reader.
warnings: +18, fluff, smut, fingering, nipple play?, oral (recibe ella), (leer bajo su responsabilidad).
• dani’s typing… ! amo esta clase de pedidos, además el fran tan lindo literal es un sol.
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no había otra cosa que más le gustara a fran que pasar tiempo con su novia, enredados bajo las sábanas blancas de su cama y sintiendo piel contra piel, como lo estaban ahora. ya había pasado un tiempo alejado de ti por el rodaje de la película en la que formaba parte y esto hacía que disfrutara al máximo tu compañía en lo que restaba de sus días libres como hoy.
para ti era relajante estar acostada sobre su pecho mientras escuchabas los latidos de su corazón y las caricias que dejaba en tu cintura. extrañabas esos momentos íntimos con él y sabías que le pasaba lo mismo.
“esperaba tener estos momentos con vos” su voz sonaba adormilada pero aún con ese característico tono dulce que era único.
“yo también” no querías abrir los ojos, sabía que te ibas a encontrar con la luz solar que se mezclaba por las cortinas de la habitación.
en realidad estabas muy feliz por el, tal vez alguna que otra lagrima rodó por tu mejilla al momento en que le dijeron que había obtenido el papel, parecía un rayo de luz que iluminaba todo tu ser y no dejarías que nadie lo apagase. aunque si te sentías un poco triste que no pudieses pasar tanto tiempo con él, pero era su trabajo.
aún así nunca dejaron de disfrutar los momentos cortos que tenían siempre salía alguna cena o una película en la cual ambos se quedaban dormidos.
“¿qué pensás, beba? su mano hizo que subieras tu rostro y abriendo un poco los ojos, chocaste con esa mirada azulada.
“que te extraño mucho” dijiste cortamente antes de repartir besos por toda su cara sin dejar algún lugar por besar. notabas cierto rubor en sus mejillas lo que te hizo sonreír porque se veía adorable más sus cabellos dorados que se encontraban despeinados bajo la luz del sol que entraba.
no supiste en qué momento de todos los mimos que se andaban dando, ambos terminaron en un beso algo caótico.
sentías tu labio palpitar por las mordidas que fran dejaba pero luego recorría con su lengua, su mano bajaba cada vez más con sus delgados dedos tocando en los lugares correctos que hacían erizar tu piel.
tu ropa de dormir básicamente era una camisa que te quedaba algo grande de tu novio junto la ropa interior, no hacía falta nada más para sentirte cómoda.
lo que fue mejor para él ya que su mano pudo escabullirse tranquilamente debajo de su camisa para amasar tus senos, torturando de a poco tu pezón.
aprovechó de quitar la única prenda de ropa que tenías dejándote solo con tu ropa interior, sonrió antes de besar tus labios y dejar un camino baboso por tu cuello.
sus dedos buscaron tu intimidad sin dejar de besar tu piel mientras dejabas salir tus gemidos ahogados, francisco siempre te hacía sentir como una reina.
gruñó cuando su boca bajó por tus senos y sus dedos sintieron lo empapada que estabas, corrió un poco la ropa interior a un lado y acaricio tu entrada necesitada.
“dale, no seas malo” dijiste entrecortada, la combinación de su boca con su mano te estaban llevando a otro nivel.
“¿hm?” su boca empezó a jugar con tus pezones conjunto a su mano que antes estaba utilizando, no era sorpresa que a fran le encantaba tus senos ya que se la pasaba con una mano debajo del brasier amasando o dejando marcas.
se quedó un momento pegado a ellos, tu mano solamente jalaban su cabello dándole a entender que te gustaba hasta lo acercabas más.
su mano dejó de trabajar en tu pezón y bajando de a poco se encontró con tu panty, la cual ayudaste a bajar cuando te dió dos palmadas en el muslo.
“soy toda tuya” y con esas tres palabras los largos dedos de fran empezaron a hacer su trabajo, subían y bajaban por toda tu intimidad regando tu excitación, a veces dejando movimientos circulares en tu clítoris.
su cabeza reposó en tu muslo mientras mantenías las piernas abiertas y sin ninguna advertencia metió sus dedos en tu abertura, sacándote un chillido.
“sos mía, beba” sus dedos entraban y salían lentamente, sin hacer ningún esfuerzo por hacerlo rápido.
disfrutaban del momento, tu cabeza andaba dando vueltas mientras tu cabello se esparcía por toda la almohada. el chapoteo de tu excitación, tus gemidos y los suaves susurros de fran te estaban llevando al límite.
te sacó otro chillido al sentir su lengua caliente en tu clítoris, pasando rápidamente a chupadas.
ahora sus dedos si decidieron ir más rápido causando que salieran más gemidos de tu parte. aún así sentías las vibraciones de sus zumbidos en tu clítoris haciendo que tus ojos quedaran en blanco.
“m-me vengo” dijiste entrecortada, todo el aire se te estaba yendo de los pulmones.
“hacelo, bonita” con las vibraciones de sus palabras y sus dedos tocando tu punto dulce, tus piernas temblaron al igual que todo tu cuerpo mientras repetías su nombre varias veces.
sin ningún problema te limpió toda con su lengua dejando un beso corto en tu intimidad mientras subía su rostro para quedar con el tuyo, se notaba un poco de baba junto con tu excitación en su barbilla y lo limpiaste un poco.
“te adoro, entendelo” sus penetrantes ojos azules se complementaron con los tuyos y le diste un beso corto.
“yo también, nene” ahora le diste un beso un poco más largo donde empezó una nueva guerra de lenguas “¿segundo round?” reíste, dejando su cuerpo debajo del tuyo.
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by ﹫ VOGLATTE ╱ en realidad me encantó cómo quedó aún así me disculpo porque es mi primera vez haciendo smut (si hay algo que mejorar recibiré críticas constructivas) pronto estaré subiendo pedidos, etc… bye!
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flan-tasma · 8 months
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Fluffy soft smexy times w/ Wriothesley? Soft dom wriothesley?? Please I just want him to love me :sob:
💖~ Soft Wriothesley is the best Wriothesley!
KDHKHD I have many questions! I love this, they are in Spanish and English, I am so happy! :D
Perdí la mayoría de esto por error y no alcancé a guardarlo en borrador.
A la de 3 me lanzo de la ventana.
I could bark for this man
Warning: smut, Fem!Reader | Google Translate sponsors me (it's a lie) If I made any mistakes in the english translation, I would be happy to read your comments! | Content in spanish and english
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Spanish:
Wriothesley era un hombre ocupado, siempre tenía que seguir con sus deberes en el Fuerte Merópide, entre montones de informes de quiénes entraban en la prisión y lo que se necesitaba para los prisioneros casi no tenía tiempo para sí mismo, pero siempre encontraría alguna grieta en su agenda para ti.
La hora del almuerzo era parte del reducido tiempo que tenía y que se aseguraba de dedicarte, escapando de sus labores para comer junto a ti y hablar de las obligaciones de ambos. Luego jugaban ajedrez cuando les quedaba tiempo, y esa era la situación actual.
Le gustaba mirar fijamente el tablero y analizar todo, tu rostro fijo en sus expresiones lo hacía sonreír con su mejilla contra su mano. Realmente ya sabía qué pieza mover, pero le gustaba cuando movías tu pierna como reflejo de tu impaciencia. Quería guardarte en su bolsillo y siempre tenerte junto a él, en el bolsillo que estaba más cerca de su corazón, en donde estarías caliente y podrías dormir mientras él trabaja y te alimentaría con pequeños bocados de comida cada vez que tengas hambre, pero no era capaz de tal magia.
Finalmente movió la ficha y tu suspiraste, comiendo su pieza negra con la tuya blanca, y te cruzaste de brazos con molestia. Wriothesley soltó una carcajada desde sus pulmones.
"¿Algo te molesta, ma biquette?" Te pregunta con burla, volviendo a su necesidad de jugar con tu tiempo. Frunciste el ceño, aunque tu expresión lo hizo soltar una risa desde sus pulmones.
"No es justo, me estás dejando ganar." Dijiste con frustración. Al inicio era una ilusión cuando ganabas pero el tiempo te permitió ver lo que realmente hacía Wriothesley, cuando podía comerse una pieza tuya, movía otra pieza para que pudieras hacerlo tu, poco a poco su falta de analítica lo haría perder contra ti.
"Lo lamento, querida. No sé a qué te refieres." Mentiras dichas por el hombre que se divertía de ver tu rostro enfadado. Cuando le dijiste que siempre hacía lo mismo, se cruzó de piernas y de brazos, cerrando sus ojos para pensar correctamente. Tu pierna se siguió moviendo ante su postura pensativa, ansiosa, y Wriothesley suspiró mirándote aún enfadada. "Eres demoledoramente hermosa, ma biquette."
"Eso no va a cambiar que me estás dejando ganar" Gruñiste con enojo ante el intento de tu pareja de tranquilizarte, un pobre intento, claro. Masajeaste tu sien con molestia y dejaste escapar otro suspiró mientras mirabas el rostro sonriente de Wriothesley. "No es justo, siempre haces esto."
"¿Qué podría ser injusto?"
"El punto de jugar es estar juntos, ¡no importa quién gane!" Ibas a lanzarle una almohada a la cara, pero su mano había tomado la pieza de la reina negra, su pieza, y la rotaba para verla mejor mientras pensaba profundamente en tus palabras. Su sonrisa era diferente, no solo divertida, sino más bien burlesca, y dejó de lado esa pieza para levantarse.
Tu espalda chocó contra el suave espaldar de la silla y la mano derecha de tu pareja sostuvo tu mandíbula, sus labios muy cerca de los tuyos y la pieza negra ahora en tus manos. Su aliento golpeaba contra el tuyo y parecía que iba a bendecirte con un beso hasta que te mantuvo en el mismo lugar.
"Está bien, es justo que siempre ganes en el ajedrez si yo siempre gano en la seducción. Te puedo dejar ganar las veces que quieras." Con cada palabra que decía, sus labios rozaban tu piel sensible y te hacían suspirar. Sus manos acariciaron tus caderas y dejó un rápido beso en tus labios antes de dar la vuelta a la silla y, con los brazos a los lados de ti, usar las piezas del tablero para una exposición más dinámica.
Él, como el rey negro, correspondiente a las piezas que estaba usando antes de que esto ocurriera, y tu, la reina blanca, ambos alejados. El Fuerte Merópide representado en las cuatro torres y que los separaban.
"Mi trabajo me mantiene ocupado y la miseria de tiempo que comparto contigo es solo el almuerzo y la cena. No puedo dejarte así, ma biquette." El aliento de Wriothesley erizaba los cabellos de tu nuca y los suaves besos con la boca abierta que dejaba en tus hombros, te hicieron jadear al ritmo en que tu ropa interior se mojaba contra la piel del sillón. "Puede que yo sea injusto porque disfruto de mantenerte aquí, junto conmigo, todo el tiempo que pueda tener." Wriothesley había creado un espacio entre las torres monocromáticas y la reina blanca había entrado con el rey negro, las mordidas en tu cuello a medida que los dedos del duque acariciaban tu espalda y tus brazos hacía que fuera difícil mantenerse enfocada en su explicación. "Solo quiero que te quedes un poco más, deseo ser egoísta y no dejarte ir tan rápido como lo tengo que hacer."
Wriothesley podía ser avaricioso contigo, te sostenía dulcemente contra el sillón y te hacía tomar su polla entre besos y afirmaciones. Te hacía el amor de manera lenta y disfrutaba viendo como tenías que partir lejos del Fuerte Merópide con las piernas temblando y la respiración intranquila. Pero fue justo, se aseguró de que disfrutaras el haberte ido mucho más tarde de lo que solías hacerlo.
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English:
Wriothesley was a busy man, he always had to carry on with his duties at Fort Meropide, between piles of reports of who was entering the prison and what was needed for the prisoners he hardly had time for himself, but he would always find some crack in their agenda for you.
Lunchtime was part of the limited time he had and that he made sure to dedicate to you, escaping from his work to eat with you and talk about both of your obligations. Then you played chess when you had time left, and that was the current situation.
He liked to stare at the board and analyze everything, your face fixed on his expressions made him smile with his cheek against his hand. He actually already knew which piece to move, but he liked it when you moved your leg as a reflection of your impatience. He wanted to keep you in his pocket and always have you next to him, in the pocket that was closest to his heart, where you would be warm and could sleep while he worked and he would feed you small bites of food whenever you were hungry, but he wasn't right capable of such magic.
He finally moved the chip and you sighed, eating his black piece with your white one, and crossed your arms in annoyance. Wriothesley laughed deep in his lungs.
"Is something bothering you, ma biquette?" He asks you mockingly, returning to his need to play with your time. You frowned, though your expression made him let out a deep laugh.
"It's not fair, you're letting me win." You said in frustration. At the beginning it was an illusion when you won but time allowed you to see what Wriothesley really did, when he could eat a piece of yours, he would move another piece so that you could do it, little by little his lack of analytics would make him lose against you.
"I'm sorry, dear. I don't know what you mean." Lies told by the man who was amused to see your angry face. When you told him that he always did the same thing, he crossed his legs and arms, closing his eyes to think properly. Your leg continued to move at his thoughtful posture, you were anxious, and Wriothesley sighed, looking at you still angry. "You are devastatingly beautiful, ma biquette."
"That's not going to change that you're letting me win" You growled angrily at your partner's attempt to calm you down, a poor attempt, of course. You massaged your temple in annoyance and let out another sigh as you looked at Wriothesley's smiling face. "It's not fair, you always do this."
"What could be unfair?"
"The point of playing is to be together, it doesn't matter who wins!" You were going to throw a pillow at his face, but his hand had taken the black queen piece, his piece, and he was rotating it to see it better as he thought deeply about your words. His smile was different, not just amused, but rather mocking, and he put that piece aside to stand up.
Your back hit the soft back of the chair and your partner's right hand held your jaw, his lips very close to yours and the black piece now in your hands. Her breath hit yours and it seemed like he was going to bless you with a kiss until he held you in place.
"Okay, it's only fair that you always win at chess if I always win at seduction. I can let you win as many times as you want." With every word he said, his lips brushed against your sensitive skin and made you sigh. His hands caressed your hips and he placed a quick kiss on your lips before turning the chair around and, with his arms at your sides, using the pieces on the board for a more dynamic display.
He, as the black king, corresponding to the pieces he was using before this occurred, and you, the white queen, both far away. The Meropid Fort represented in the four towers that separated them.
"My job keeps me busy and the pittance of time I share with you is only lunch and dinner. I can't leave you like this, ma biquette." Wriothesley's breath ruffled the hair on the back of your neck and the soft, open-mouthed kisses he left on your shoulders made you gasp at the rate at which your underwear became wet against the skin of the couch. "I may be unfair because I enjoy keeping you here, along with me, for as long as I can have." Wriothesley had created a space between the monochromatic towers and the white queen had entered with the black king, standing as close together as the shape of the pieces allowed, bites on your neck as the duke's fingers caressed your back and arms. It made it difficult to stay focused on his explanation. "I just want you to stay a little longer, I want to be selfish and not let you go as quickly as I have to."
Wriothesley could be greedy with you, holding you gently against the couch and making you take his cock between kisses and affirmations. He made love to you slowly and enjoyed watching how you had to leave Fort Meropide with your legs shaking and your breathing uneasy. But it was fair, he made sure you enjoyed leaving much later than you usually did.
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caostalgia · 6 months
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Lo conocí y directamente sabía que él era magia. Que había encontrado una de esas personas que son el sol para calentarte, el mar para calmarte, la luz para iluminarte... Tanto fue así que mi corazón empezó a latir más fuerte de tan solo pensarlo cerca.
Me interesé tanto por su interior, por lo que contiene bajo su piel blanca como la nube más pura, por disfrutar de ese brillo que desprende, por desnudar su mirada... hasta que se marchó y ni si quiera sé su nombre, pero sé que es magia.
CosmosNea
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maryflorlovyblog · 3 months
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"¡Te amo vida! Me encantan las olas cuando rompen en la playa... Amo el sol que castiga mi piel blanca Me encantan los pájaros que vuelan aportando alegría al paisaje... Me encantan las flores y el aroma que viene con la brisa. Me encanta este pequeño poema que hice para ti... ¡oh hermosa vida!"
-Celina Vasques
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He de confesar
que la mano
le va ganando
la partida a la boca.
Que ya se pierde
la voz en el ruido
de los dedos.
Hasta los besos
se caen de los labios
sobre una fina capa
de piel blanca.
Si, hay un silencio
que se acomoda
en el corazón.
Uno, que se arropa
con las palabras
del tiempo.
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lizveroworlds-blog · 4 months
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Un poquito de algo contigo
Eso es,
Lo que yo quiero
Lo que yo ansío...
Un poquito de algo que me lleve a vivir de tu mano lo que ni siquiera mi mente puede imaginar,
Un poquito de algo que se sienta como si nada estuviese pasando mientras nos pasa todo,
Un poquito de algo que eleve tu mirada al cielo en pos de un recuerdo mío en esa noche de luna blanca,
Un poquito de algo que me haga erizar la piel mientras un pensamiento tuyo me asalta incontrolable,
Un poquito de algo que me haga sentir que la distancia es solo una infame palabra, creyendo tener poder de separar aquello que ha nacido para estar unido,
Un poquito de algo que nos sepa a gloria mientras la vida pasa y vamos encajando esos pedazos de destino por coincidir,
Un poquito de algo que se quede latente y que viva para siempre no en este mundo, en el nuestro donde todo perdura, donde todo se puede.
Pd. Un poquito de algo, de tí para mí.
Angel Liz.
Instinto.
CorazóndeÁngel
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ritmos-eternos · 12 days
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Merodeando el jardín
Cae el silencio y su peso,
y pienso en ella
en su tono exacto que alcanza el sol,
¡Oh! querido calor, que toca su cuerpo
y abraza su piel,
¡Feliz tú! qué haces brillar sus ojos
y resalta su color café.
¡O tú! cielo, que recibes su mirada,
que contemplas su tiempo
y abrigas su ser.
Ay, prados verdes,
llega la primavera y
en su corazón no florece el amor,
oh árboles de mi jardín
que triste estoy
blancas están las nubes,
blanco su corazón que no siente por mí,
que late sin alteración
Royine
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keeishi · 28 days
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PAINT ME ₊˚★. tōji fushiguro | jujutsu kaisen !!
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☆ . . . WARNING : contenido erótico - relaciones sexuales !¡
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀LA LLUVIA RASGABA EL CIELO, caía sobre el balcón y golpeaba las ventanas creando un sonido armonioso capaz de encantar al ocioso tumbado sobre el sofá frente al gran ventanal, con el torso al descubierto y la mirada perdida en el techo. La tenue luz que se filtraba a través del cristal era tan blanca y tan pálida que destacaba todos sus perfiles, todos sus detalles; el cabello húmedo sobre sus ojos cerrados, la curvatura perfecta de su nariz y sus labios entreabiertos sobre los que resaltaba una cicatriz, su mentón alzado y su mandíbula perfectamente definida. Sus brazos sobre su cabeza, marcando todos los músculos que componían el tren superior de su cuerpo: los tríceps, los oblicuos, el abdomen hasta llegar al cinturón de Adonis que se perdía bajo una toalla perfectamente atada un poco más abajo de la cadera y llegaba hasta la mitad de los muslos dando paso a unas tonificadas piernas levemente flexionadas.
⠀Recordaba a "La maja vestida" de Goya, con un aspecto más relajado y varonil, más desenfadado y con el bosque urbanizado de Tokio como fondo, pero igual de detallado. Sin duda aquella escena era todo un deleite visual, la perfección llevada a la realidad para luego plasmarla en un lienzo tras el cual se escondía la figura femenina de Maiko quien no perdía detalle de la anatomía masculina de Tōji recreándola con sus pinceles y pinturas, haciéndole la justicia necesaria a su imagen y tal vez la realzaba bajo la mínima luz proporcionada por el ambiente lluvioso.
⠀Maiko era la mujer más interesante y peculiar que Tōji había conocido en su vida. Ella pintaba, lo pintaba a él de una forma que nunca pensó que fuese posible; pagaba por admirarle, por sentarse en el taburete y hacerle posar mientras dibujaba, él mientras se dedicaba a contemplarla. No perdía detalle de como una de sus piernas se flexionaba sobre el taburete y apoyaba el rostro buscando otros ángulos, como sus dientes mordían su labio bajo la concentración, como su divina figura se movía con soltura por el apartamento buscando pinceles o pintura, como su cuerpo se estiraba para mover las cortinas según donde quería la luz.
⠀Tōji Fushiguro estaba encantado con aquella mujer oculta tras el lienzo cuya concentración quería romper, quería rasgar su calma de la forma que la tormenta rasgaba el cielo y ver hasta donde podía llegar. Quería conocer todas sus expresiones y explorar todo su ser hasta llegar a su alma, él también quería dibujarle el cuerpo, quería dibujarle los dedos en la cadera, los besos en los labios y las marcas de su amor en el cuello; curvar su espalda hasta hacerle ver el cielo y raspar sus rodillas contra el suelo. Tōji quería hacer de Maiko la protagonista del caótico cuadro de su amor.
⠀A sus oídos llegaba el sonido de la espátula rozar contra el lienzo acompañado del rítmico sonido de su respiración que movía su pecho de arriba hacia abajo ante la mirada atenta del azabache que se acomodaba sobre el sofá, dejando salir todo el aire de sus pulmones esperando calmar así su alborotado pensar el causante de que no pudiese centrarse en nada más allá de aquella presencia femenina. Las luces fueron bajando hasta que la única iluminación que había provenía de la calle y así como el día se daba por terminado su trabajo también, siquiera supo Tōji cuando fue que la lluvia se detuvo y ahora solo quedaba el helor impregnado en los cristales junto al rocío y su sacra silueta se reflejaba.
⠀Fushiguro, quien solo podía pensar en Maiko, se levantó del sofá haciendo crujir su cuerpo y sin reparos se acercó hasta ella por la espalda, mostrándose en el reflejo; observándola a través de él. Ella no se movía, le sostenía la mirada y dejaba que sus dedos rozasen la dermis sensible de su cuello y apartasen los mechones de cabello que lo ocultaban, dejaba que su espalda se encorvase y sus labios se apoderasen de su piel, acariciándola con su cálido aliento y degustándola con besos. Sus dedos bajaban hacia su hombro pasando sobre el tirante de su camiseta, descendiendo por su brazo hasta llegar a su mano; mientras sus labios ascendían hacia su mandíbula, otorgándole pequeños mordiscos. Su mano libre se había asentado en su cadera y subía por su cintura, se desviaba hacia su estómago y se elevaba hacia su pecho, pasaba por sus clavículas rozando sutilmente con las uñas, continuando hacia su cuello hasta tomarla de la mandíbula, alzarla del mentón y rozar el pulgar contra su labio inferior, moviéndole el rostro hacia la derecha, donde se encontró con sus labios, ansiosos por aquel beso.
⠀Su pulgar acariciaba su pómulo y la diestra que se había posado sobre su mano entrelazaba sus dedos con delicadeza. La cordura de Maiko se derretía en aquel beso y sus deseos se desbordaban como la miel por la comisura labios perfectamente amoldados contra los suyos, como si hubiesen estado destinados a encontrarse. Pero las ansias de Maiko no llegaban solo hasta ahí, quería más; quería conocer cada centímetro de su piel, donde estaba cada cicatriz y cada lunar, quería pegar su cuerpo contra el suyo hasta que la distancia no fuese más que una palabra que no existía entre ellos. Se dio la vuelta y pegó su pecho contra su torso aún desnudo, colocándose de puntillas para llegar más lejos y rodear su cuello con sus brazos, abriendo la boca para profundizar aquel beso dejando que Tōji se apoderase de su boca como si fuese la suya propia.
⠀Sus grandes manos la sujetaron por la cintura pegando su cadera contra la suya, apretando hasta dejar el primer trazo de su cuadro y continuó descendiendo para alzarla, obligándola a sujetarse más fuerte y a enredar las piernas en su cadera para no caer. Avanzó hasta que su espalda chocó contra el frío cristal y un leve alarido de sorpresa fue el causante de que sus labios se separasen; sin embargo los labios de Tōji no se quedaban estáticos y comenzaron a bajar por su barbilla hasta su mentón y su cuello donde Maiko le dio mejor acceso al echar la cabeza hacia atrás, descansándola contra la ventana. Fushiguro dibujó entonces el segundo trazo de su obra con los labios contra su cuello, dejando rojeces sobre la dermis que poco a poco se hacían más oscuras, sin cuidado ni meditación y seguía bajando hacia la clavícula donde se encontró con el obstáculo que era su camiseta su sujetador, prendas las cuales ella misma se despojó.
⠀Entonces hubo un silencio y hubo un rayo que cruzó el cielo. Ambos rostros se iluminaron y las miradas se cruzaron, encendidas en pasión bajo los colores del deseo y la excitación. Tōji volvió a tomarla de la cadera y se movió con ella hasta el sofá donde la dejó caer con él encima, sin apartar la mirada de su rostro, intentando concentrarse en sus ojos, mas sus labios entreabiertos lo distraían y su pecho desnudo que acompañando a su respiración se movía nervioso deshacía su concentración. Su diestra la tomó de ambas muñecas y las alzó sobre su cabeza, en la misma posición que él había sido dibujado; sus labios volvieron a degustar su dermis y comenzaron a darle atención a su pecho, obnubilándose con sus gemidos y sus suspiros, guiando a la zurda hacia su cintura, hacia su cadera, hacia su monte de Venus, donde sus dedos se enredaron en el elástico de su ropa interior, haciéndola deslizarse por sus piernas.
⠀Él había perdido la toalla en el camino de la ventana hacia el sofá y ahora habían quedado expuestos en cuerpo, mostraban su desnudez, dejaban ver el lienzo; mostraban su alma, dejaban ver a los artistas. La miró los ojos para descubrir la ternura de su ánima y volvió a unir sus labios antes de entrar en el templo que era su cuerpo, tragando sus gemidos y sus deseos, rozando su pecho contra el suyo propio, soltando sus manos para afianzarse a su cadera, enterrando los dedos en la piel, realizando la tercera, la cuarta y la quinta pincelada de su amor. Maiko tomó su amplia espalda como un lienzo y sus uñas como pinceles, dibujando ella también sobre su dermis la caótica muestra de su pasión.
⠀Dejaron que la falta de razón tomase el control y se perdieron hasta que su cuadro terminaron y el lienzo se agotó acompañando la explosión de su pasión y el último casto beso antes de dar paso a la suavidad y la ternura que se encontraba en su desvergonzaba forma de amar.
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