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#Querés que sea cálido
almanriquelapoeta1 · 1 year
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fulloffears · 1 year
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No sé cómo quererte, cómo querés que te quiera. No sé porque amar es tan difícil. Vos siempre estás a un casillero de distancia, estirando tu mano para tocarme las mejillas. Qué cálido es el tacto cuando es efímero. Lo quitas rápidamente con saña, una sonrisa maliciosa en tu rostro. No sé cómo quererte, porque nunca decís si me querés. No sé si es cierto eso que dicen, que para todo roto hay un descosido.... ¿quién es quién? ¿quién es qué? ¿estás para mí? A veces dudo de que seas, temo haber comenzado a alucinar. Tu sonrisa maliciosa brilla en la oscuridad, tu aroma quizás es el de las flores junto a mi ventana. No me sueltes las mejillas que tengo que pensar, saber si lo que estoy viendo es real. No sé cómo quererte. Retrocedés otro casillero y yo avanzo uno en el camino al cielo, no me gustan las rayuelas pero aquí estamos, no me quiero bajar. Sigo el camino al cielo sin saber cómo amar, con dos centímetros separando mi mejilla de tus dedos, ¡no te alejes más! Dios nos observa desde el más allá.... solo él sabe si comencé a alucinar. Ilusión latente en mi pecho, te arrastro conmigo al cielo, hacemos trampa en un juego sin reglas escritas. Dios nos observa haciendo trampa, tirados amándonos en el suelo. No, vos no me amas, la sonrisa maliciosa está en tu rostro. Te dejo que me tomes, aunque sé que hace tiempo que comencé a alucinar.
-fulloffears
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retro-trolo · 1 year
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La cuestión (un estudio en el dolor)
Era el abandono.
Era el abandono, en definitiva.
Y ese es el por qué de todo, últimamente.
Ese es el por qué me enamoré de él. Esa es la razón por la que procure cuidar de todxs lxs que sentía que lxs azotaba la soledad. No quería que nadie se sintiera solx, ni abandonadx, cómo lo estuve yo todo este tiempo, cómo a mí me dejaron.
Y ahora que soy consciente de eso, no cambia en nada mi sentimiento. Todavía daría mi mundo entero porque nadie se sintiera cómo yo me sentí. Porque nadie se despertara con esa sensación de angustia persistente de que no puede pedir ayuda, porque no tiene a quién. Que a nadie le pase que lx miren y no vean su dolor, que pida por favor auxilio y lxs demás no solo no lx atiendan, sino que se vayan. 
El abandono. Qué sentimiento tan profundo, inexplicable, opresivo. Qué herida tan dolorosa. Llorar y llorar y que a nadie le importe. Que el miedo sea tan grande que te paraliza, pero verte obligado a reaccionar igual, porque sabés que nadie te va a socorrer. Dejar de vivir y solo sobrevivir. Perder totalmente la esperanza de que algún día alguien te entienda. Estar esperando siempre la próxima traición. Caer enamoradx y sólo poder imaginarte cómo va a salir todo mal, porque es lo que siempre pasa. Y resignarte, y ya no volver a permitirte depender de nadie. Y perder el interés, el afecto, el cuidado. Y volverte una piedra, una caricatura de ser humano, una máscara. No volver a ser vos nunca más. 
Pero hay algo que te condena. Y es que sabés que realmente, realmente, querés que te amen. No solo lo querés, necesitás que te quieran, que te atiendan, que se interesen en vos, necesitás que esa herida se cierre, necesitás que el mundo deje de ser tan horrible una sola vez, necesitás que te comprendan y te abracen. Necesitás que sea distinto.
 Y si esta vez las cosas salieran bien... Obvio que no sabrías qué hacer. Pero tal vez, tal vez... vos también podrías cambiar, y aceptar ese amor. Y ser feliz realmente.Y desarmarte y sacarte la careta, y volver a ser suave, cálido y confiado. Y dejar de sentir que estás rotx, falladx de fábrica, que no naciste para que te quieran. Tal vez las cosas puedan cambiar, eso que quisiste toda la vida. 
Dejar de sentirte solx. 
Yo no sabía qué tanto me dolía que me hayan abandonado, hasta hoy. Y hace rato dejé de ser un robot para volver a dar mi amor sin interesarme las consecuencias. Hace rato decidí ser la persona que yo necesitaba que fueran conmigo cuando más lo necesité, aunque sea inconscientemente. Pero hoy llegó el momento de ser esa persona conmigo. De cuidar de mí y exigir que me cuiden. Porque sé que me lo merezco. Y porque lo necesito. Porque sé que puedo cuidar de lxs demás sin sacrificarme en el proceso. Y porque tengo que confiar en que lxs otrxs también pueden atenderme porque realmente me aman, y no es sólo por lo que doy sino por lo que soy. Y no me van a rechazar si ven la parte más intensa y necesitada de mí.
Hoy es el día en el que las cosas pueden cambiar para mí, finalmente. Hoy me dejaré de sentir sola. Y hoy confiaré en que el amor se encargará de cerrar las viejas heridas.    
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Ramona
Que lindo ponernos en modo "off" cuando estamos tristes. Apagarnos un rato es necesario. En inglés también se usa la palabra "off" cuando nos sacamos la ropa. Supongo que hay una relación. El sentimiento de estar relajado. Los andando dicen que no durmamos en días tristes pero a veces darnos un respiro de la realidad es lo que nos hace falta para seguir un poco más. Mientras dormía soñé con arrojarme al vacío & se sentía placentero. Todo el aire invadía mis pulmones, el viento era cálido & yo estaba en paz. Sólo pienso que el conocimiento es poder & que me gustaría dedicar todo mi tiempo justamente a eso: a leer, a aprehender, a explorar & a conocer. Quisiera tomar conciencia sobre mis actos & pensamientos, pero algo me lo impide. Estar enferma o no no cambia el panorama, porque al fin & al cabo todos estamos un poco enfermos. Una vez le dije a un pibe que no sé si me animaba a conocerlo porque estaba loco & me respondió "pero todos lo estamos un poco o no?". Y tenía razón. Ahora estoy confundida. En mi mente & en mi corazón hay grandes espacios en blanco. No estoy segura de lo que quiero que pase pero definitivamente quiero que pase ahora. Puedo sortear grandes obstáculos, pero ante lo simple & cotidiano me derribo como un castillo de cartas. Mis días están siendo raros. No me acostumbro a la nueva rutina pero sin duda hay alguna. No me acostumbro a tener intereses, a querer leer más de lo común o a querer tocar la guitarra por horas. Me sigo sintiendo sola pero después de todo no estoy sola, me tengo a mi misma. No me acostumbro a estar conmigo. Es difícil conocerte cuando lo que más querés es cambiar. Me gustan las personas intensas & quizá yo sea una de ellas. Querer demasiado no existe pero está mal querer más a otro que a uno mismo. Cada día que pasa es un día que estoy más cerca de volver estar bien. De encontrarme con amigos, de bailar al ritmo de la música.
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lilupotterw · 4 years
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Y entonces... ¿cuál es la condena? -Pregunto cuando siento que he recuperado la voz tras ver la sonrisa que pinta tu rostro cuando te alzas de hombros.-
¿Te entregas voluntariamente, delincuente? -pregunto poniendo mis manos con las palmas hacia arriba como esperando tus muñecas cual oficial esperando a esposar al malhechor-.
-Siento a Kovu que reclama atención, pero me cuesta hacerle caso porque por alguna razón que no llego a entender, no soy capaz de moverme cuando me miras, cuando me sonríes. Solo lo hago cuando pones tus palmas hacía arriba tras hacerme una pregunta.- ¿Me ayuda a disminuir la pena? ¿Me libra de Azkaban? -Pregunto extendiendo mis manos hacía ti dejándolas sobre las tuyas, esperando la sentencia.-
-Acaricio tus manos con las mías un instante antes de agarrar con suavidad tus muñecas, sintiendo tu pulso bajo mis dedos-. Puede que sí o que no... Entregarte voluntariamente puede hacerte perder el juicio, o que yo lo pierda -digo sonriendo con picardía tirando de tus brazos suavemente un poco más contra donde estoy parado-.
-No soy capaz de decir nada por el contacto de tus manos en las mías, en esa efímera caricia que da paso a tu agarre y a la sensación que este me produce.- Entonces, ¿cómo sé si me conviene hacerlo? -Añado mirando un momento mis manos en las tuyas cuando no me das una certeza si no algo por descubrir, aunque no sé si es que voy a salir bien librada porque no sé ni siquiera si me queda algo de juicio o es que te lo estás llevando justo como me llevas a mi cuando tiras de mí y haces que me mueva a donde sea que quieras llevarme.-
No es cuestión de si te conviene hacerlo sino cuestión de si querés hacerlo -te respondo soltando entonces tus manos esperando tu reacción. Esperando que quieras lo que yo quiero, esperando que no te apartes por ser libre-.
-Tu voz logra hacer que vuelva a levantar la mirada hacia ti, hasta encontrar tu rostro otra vez. Más cerca que antes. Pero es lo que me dices lo que me hace ladear mi cabeza en dirección a mi hombro derecho, pensando o, por lo menos, intentando hacerlo. Me dices que la pregunta correcta es si quiero hacerlo y, ahora mismo, en mi cabeza van y vienen respuestas que darte y que darme. Y sólo sé que no quiero moverme, por lo que me mantengo en el mismo sitio aun cuando siento mis manos libres de las tuyas, aun cuando siento que me estoy poniendo nerviosa y estoy segura de que, esta vez, no es por el frío que hace.- ¿Y si quiero hacerlo pero también quiero estar segura? -Respondo aunque siento que lo hago en un tono más bajo de lo que había hablado antes.- Tengo en quién pensar si me das una condena larga...
-Te suelto y apenas te mueves. Solo apartas tu rostro, escondiendo tu mirada de la mía. Seguís a la misma distancia de mí y yo la rompo robándome el último centímetro. Con cautela llevo mi mano a tu mejilla porque quiero invitarte a mis ojos. Quiero invitarte a mi condena y que aceptes la invitación. Queres estar segura y me decís que tenés en quien pensar, sé que pensas en ellas en cada paso de tu vida. Yo en cambio no pienso, porque lo que hoy hago es lo contrario a todo lo que pensaba-. Podes estar segura -te respondo bajando la voz tanto que tengo miedo que no me escuches-.
-Te acercas más y yo soy capaz de escuchar tu respiración que se mezcla con los latidos de mi corazón que siento con fuerza en el pecho cuando tu mano llega a mi mejilla, hace frío, pero yo siento el tacto cálido de tu piel mientras mis ojos encuentran los tuyos. No puedo evitar mordisquear mi labio mientras te miro, mientras espero una respuesta, una palabra o algo que me haga dejar de pensar y escuchar al impulso, aunque me cuesta, porque es imposible que no piense en mis hijas, esas dos niñas que van primero que cualquier cosa. Y entonces me respondes. Me dices que puedo estar segura. Y por un momento dudo porque, ¿se puede estar completamente segura? Sé que no, pero hay algo en tu mirada que me hace elegir en la otra opción: confiar y creerte.- Entonces creo que vamos a tener un juicio...
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sweetny-chuu · 5 years
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¿Haz llorado alguna vez?
¿Si? , seguro lo has hecho.
Ya sea de felicidad, tristeza, dolor, euforia, frustración, impotencia, estrés, por lo que fuese.
¿Han llorado alguna vez por amor?
El amor es algo hermoso, aquello que te hace volar, que te hace sentir las estupidas mariposas en el estómago, aquel sentimento que es tan pleno, tan cálido, tan acogedor, sin embargo, también puede ser una mierda, cuando eso se acaba, te hace caer, te hace sentir un vacío, un sentimento frío, sientes la soledad, la tristeza, la culpa.
Yo si he llorado por amor. Por el amor de una persona.
Yo era de las personas que se decía, "nunca voy a llorar por amor", ridículo ¿no?, "nunca voy a llorar por alguien". Si, esa era yo, hasta que conocí el sentimiento de amar.
¿Amar?, el amor que tienes hacia alguien, pensar primero en la otra persona por sobre todo. Preferir que la otra persona esté mejor que tú mismo, querés siempre estar para esa persona en sus mejores y peores momentos, mientras tú estás realmente destrozado. Una mierda, ¿no?
Me he estado haciendo muchas preguntas;
¿Porqué si es tan hermoso duele tanto?
La misma pregunta me respondió mi duda. El amor es algo tan hermoso, que cuando ya no esta es horrible.
¿Tanto tengo que llorar para sanar?
Pues, no lloraba para sanar, lloraba para desahogarme de mis sentimientos y ahogarme en un vacío. Un vacío que solo lo llenaba el amor.
Exacto, un amor el cual es hermoso, pero, también doloroso.
¿Duele? Claro que duele.
¿Han oído de la frase, "después de la tormenta sale el arcoíris"?
Pues, en el amor es lo mismo. Luego de los desafíos viene una victoria.
¿El desafió? Pasar esa tormenta.
¿La victoria? Llegar al arcoíris.
Estas en el desafío de pasar las tormentas.
¿Cómo haces? Con las esperanzas de llagar al arcoíris.
Ganas la victoria de llagar a ese arcoíris.
¿Que haces ahí? Tener el sentimiento pleno y cálido, sin tormentas ni desafíos.
-Meiyan
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La primera casa en nuestra Carta natal describe nuestra forma de vivir, lifestyle y personalidad.👇Mirá el signo de tu casa uno y los astros ubicados ahí
♈ Aries (Marte en casa uno): Tu estilo de vida es activo, directo y apasionado, muy presente, cada día es un nuevo día para luchar por lo que querés. Vivís a tu manera, aunque eso te meta en problemas. Vas por la vida sin pensar mucho antes de actuar, te guían tus impulsos e instintos. Ganar, ser el mejor, y lograr tus metas es importante para tí. Te gusta iniciar proyectos y hacer cosas por primera vez. A veces te toca ser un pionero en algo, y ser valiente ante los conflictos. Te aseguras de hacer la tuya, de ser independiente, de sobrevivir, y de mantener tu cuerpo activo, el deporte te recarga y motiva a seguir. :::El que no arriesga no gana el juego de la vida...
♉ Tauro (Venus en casa uno): Tu estilo de vida es relajado, natural, abundante y cómodo, puede que siempre haya sido el mismo..Vas por la vida con paciencia, apreciando las cosas lindas y simples que da la vida.  La calidad es importante para ti. Te gusta rodearte de cosas lindas, y ricas, sobre todo dulces. Disfrutas de expresarte a través del arte, y de comprar y vender. A veces te toca compartir tus recursos con otros. Te aseguras de valorar lo que tenés, de dar las gracias por las pausas diarias, de cuidar tus dinero y tu rostro, de usar tu voz , y de ‘parar para oler las flores’. :::Ir tranquilo es vivir pisando firme..
♊ Géminis (Mercurio en casa uno): Tu estilo de vida es dinámico, veloz, todo cambia y se mueve rápido, Social, muy conectado con tu comunidad. Vas por la vida de idea en idea, bien informado, haciendo dos cosas al mismo tiempo. Es importante para tí expresar tus opiniones. Te gusta aprender, leer, hablar y escribir, ejercitar tu mente, y rodearte de personas de espíritu joven. Te aseguras de comunicarte, y de estar conectado con tus parientes a diario. :::Vivir es aprender todos los días algo nuevo, la curiosidad nos hace humanos..
♋ Cáncer (Luna en casa uno): Tu estilo de vida gira en torno a lo familiar, very cozy, cálido, domestico, muy ‘del día a día’, rutinario aunque cambiante, hay ciclos para todo! Vas por la vida guíandote por tus emociones, la intuición nunca miente. Disfrutas de cuidar de otros, y de mostrarte maternal::paternal con los que te rodean. Tener un hogar es importante para ti, te hace sentir que tus raíces son fuertes, y que podés crecer alto y fuerte. Te aseguras de hacer que se sientan cómo en casa, de honrar a tus antepasados, y de expresar lo que sentís [en público o en privado, da igual, expresarse es importante]. :::Vivir es pertenecer..
♌ Leo (Sol en casa uno): Tu estilo de vida es expresivo, todo lo que hacés habla de ti mismo, creativo, consciente, that queen::king lifestyle my friend! Vas por la vida creando cosas, tu corazón te guía por donde ilumina el Sol. Te gusta conocerte a ti mismx, ver tu reflejo, entretener, actuar, y ser cálidx con tus seres queridos. La autenticidad es importante para tí. Te aseguras de dar una buena performance a diario, de poner tu carisma ahí donde todos pueden apreciarlo, y de que tu personalidad o historia de vida inspire a otros. :::Vivir es mostrarse afuera como se és adentro. Llamar la atención es parte de iluminar..
♍ Virgo (Mercurio en casa uno): Tu estilo de vida es uno de constante pensamiento, tu personalidad reservada capaz y crítica se refleja en tu día a día. Una buena rutina te ayuda a ordenar tu mente. Para tí es importante habitar un lugar limpio y ordenado; y que las cosas salgan como las planeaste [la perfección no existe pero que se parezcan lo más posible!] Te gusta estudiar, superarte, ir paso a paso y enfocarte en los detalles. Leer y escribir, hacer listas, y organizar con antelación. Te aseguras de corregirte a ti mismo, y de tener una dieta saludable :::Nada mejor que estar ahí y ser de utilidad para los que nos rodean...
♎ Libra (Venus en casa uno): Tu estilo de vida es armonioso, aestheticly pleasing, agradable y pacífico con los que te rodean, muy social, orientado a las relaciones y al romance. Vas por la vida encantando, mediando, ayudando a la gente a superar sus conflictos, formando asociaciones y vinculándote con gente de buenos sentimientos. Te gusta comprometerte con causas sociales. Para ti es importarte ser igualitario, tolerante, y justo con todos los seres. Te aseguras de tener tiempo para el romance, de combinar tu ropa, de decorar tu espacio, y de apreciar la belleza del mundo a diario. :::Vivir es compartir; y todos tenemos derecho a amar y ser amados, de ser feliz...
♏ Escorpio (Plutón en casa uno): Tu estilo de vida es raw, auténtico, privado. Vivís a tu manera y sin pedir permiso, deal with it, en un estado constante de purificación personal. Vas por la vida guiándote por tu intuición, es inútil para los demás ocultarse detrás de una máscara, porque te es fácil ver las verdaderas intenciones de la gente, por su vibra. Te importa llegar al fondo de los asuntos, y transformar lo que tocas. Valoras las cosas en su estado natural y te gusta llegar al fondo de cada asunto. Te aseguras de exorcizar tus demonios a diario. :::Vivir es morir cada día, y renacer mejor que el anterior...
♐ Sagitario (Júpiter en la primera casa): Tu estilo de vida es internacional, multi-cultural, rico en sabiduría y conocimiento. Vivís en libertad, de aventura en aventura. Vas por la vida enseñando, compartiendo tu filosofía de Vida con los que te rodean. Te gusta saber como se vive en otros lugares.Te encanta viajar,  ya sea en avión o con un libro. Para ti es importante ser honesto, generoso, y tener una mente positiva. Por eso te aseguras de estar en movimiento, y de salir a divertirte lejos de casa a diario. :::Vivir es ir más allá del horizonte✈
♑ Capricornio (Saturno en la primera casa): Tu estilo de vida es simple, realista, disciplinado, Hella busy, high standars, y rutinario, estructurado de forma tal que te permite ser productivo aunque estés de vacaciones. Vas por la vida cumpliendo con tus responsabilidades. Disfrutas de estar a cargo y eso requiere de trabajar duro. Para ti es importante ser una autoridad en tu campo. Te aseguras de que tus proyectos están construidos sobre bases firmes, de mejorar  con práctica diaria, y de aprender de todas tus experiencias, logros y fracasos. :::Después de todo nadie puede vivir sin un propósito...
♒ Acuario (Urano en la primera casa): Tu estilo de vida es consciente, Inusual, adelantado para la época...Vas por la vida enterado de que encajar es sinónimo de rendirse, o de arruinar más el planeta. Te gusta la vida alternativa, y vivir de acuerdo a la Verdad::Tu verdad. Para ti es importante pensar en el futuro. Disfrutas de tus amistades como nadie, y de estar rodeardo de personas en general, por eso te aseguras de interactuar a diario. Sabés que fuera de la matrix se vive mejor. :::Sin libertad no hay nada, ni evolución ni cielos estrellados. Romper las reglas es parte de inspirar el cambio...⚡
♓ Piscis (Neptuno en la primera casa): Tu estilo de vida es creativo, místico, muchas vidas en una, otherworldly, un poco Hollywoodense a veces, dreamy af. Vas por la vida soñando despierto; Interpretando los símbolos con los que el universo::una fuerza superior guía tus pasos. Te encanta usar tu imaginación, y acompañar con música cada momento. Para ti es importante ser solidario, y ponerte en los zapatos de los demás, para poder ayudar personas al menos haciendo que se sientan mejor. No es fácil vivir en un sólo mundo a la vez. Te aseguras de recargarte en solitario, y de expresar tu mundo interior de alguna forma artística, espiritual::sanadora, a diario. :::Vivir es fluir, y ser uno con todo...
~Lola⚡
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mysweetprince · 3 years
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© 𝟰 𝗠𝗼𝗻𝘁𝗵𝘀!
Wow, ya son cuatro meses y todavía no te cansaste de mi, estoy impresionada. En fin, acá van algunas palabras para vos.
Bien, de verdad que nunca me voy a cansar de decirte cuanto te amo, cuan feliz me haces y cuan agradecida estoy de tenerte en mi vida.
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Llegaste a mi vida para hacerme reír y suspirar a cada segundo, me haces sentir demasiadas cosas que no puedo explicar.
Me diste una preciosa bebé a la cual amamos con nuestra vida, me diste una preciosa casita en donde puedo encontrar paz y refugiarme las veces que necesito.
¿Que más puedo pedir?
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Me diste todo lo que alguien puede pedir para ser feliz.
Sos tan mágico, tan único, tan precioso que aveces no se si merezco tanta belleza en mi vida.
Tenerte en mis brazos, sentir tus cálidos labios por mi piel, escucharte decir cositas tan cursis pero que al mismo tiempo hacen que mi pobre corazón se derrita, esas cosas son lo que me hacen la chica más feliz del mundo. Saber que al final del día tengo al amor de mi vida a mi lado.
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122 días pasaron, 122 días y más amándote con cada partecita de mi pequeño ser.
122 días lleno de amor y dificultades.
los mejores días de mi vida, de eso estoy segura.
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¿Sabés? Hay una canción que me hace mucha ilusión bailarla contigo.
Me imagino a vos vestido de príncipe, aunque ya lo sos, y yo como una princesita, bailando juntos, mirándonos con todo el amor del mundo y preguntandonos como es que llegamos a estar así.
Es esta, la letra es muy bonita.
¿querés ser mi muñequito de nieve?
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Sos el mejor amor que tuve y espero tener por el resto de mi vida. Porque quiero seguir contigo hasta que tengamos la piel como uva pasas y apenas podemos caminar.
Quiero estar contigo en tus mejores y peores momentos, cuidarte y apoyarte como lo hago ahora, pero quiero hacerlo para siempre.
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Sos mi luz.
Mi príncipe.
El amor de mi vida.
Y te amo con cada pedacito de mi corazón.
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Supongo que ya lo adivinaste, y pues si, así como dicen todas estas letras juntas "𝗠𝗮𝗿𝗿𝘆 𝗠𝗲". Me hace ilusión juntar mi vida con la tuya, llamarte mi prometido para luego decirte esposo, amarte cada día más, estar a tu lado.
Porque nada es más bonito que despertar con tu rostro a mi lado, aunque aveces me grites que me levante, igual no me quejo.
En este momento me encuentro temblando pero estoy segura de lo que te voy a decir.
Y es que no me veo con alguien más que contigo, no me veo pasando mis últimos suspiros con alguien que no seas vos, tétrico pero bonito ¿no? JAJASJ. Pero es así, quiero tomar tu manito, acompañarte en la aventura de la vida para siempre.
Entonces, Ian Le Fleure,
¿Me harías la niña más feliz del mundo y aceptarías casarte conmigo?
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burakrevista · 3 years
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Rojo escarlata. Soledad Fernández.
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"¿Quién se quedará con tus muñecas cuando no estés para cuidarlas?”
El sueño se apodera de vos. Los ojos pesan más allá de tus esfuerzos para mirar lo que te rodea. La luz… “Hay que rendirse, no queda otra”. Y en este estado de cosas, es lo mejor. Él y lo que te pasa tienen mucho en común. “Diez, nueve, ocho…”
Cerrás los ojos y enseguida aparecen mujeres, sangre y la blancura de su piel. No estás segura de por qué eso te atrae. Hay maldad en ciertos modos, pero sus ojos, ¡son tan atrapantes! Tal vez se trate de ese juego entre lo angelical y lo satánico que te ofrece, casi como escupiéndotelo a la cara. Esa experiencia que le sobra y que a vos te falta. Por eso sos culpable. Te lo dijeron mil veces y si todos lo dicen, debe ser verdad.
Entrás a un castillo viejo, muy distinto al de los cuentos de tu infancia. Sos testigo de una historia desconocida, sangrienta. Un fantasma que recorre laberínticos pasillos sin rumbo, avasallada por la realidad y un olor a carne chamuscada. “…Seis, cinco, cuatro…”
Caminás en la penumbra. El silencio es tan abrumador que tus oídos amenazan con estallar por la ausencia y el dolor de no sentir nada. ¿Estarán todos durmiendo? No sabés quienes son todos o si es alguien en absoluto. Deseás que sea él quien te espera. Sabés que ya no…aunque no importa porque vivís un sueño y los sueños no tienen sentido más que el que le quieras dar. Y lo amás, pero no esperás que vuelva. Solo que la cicatriz se cierre.
Hay una brisa fresca que aparece y te envuelve. Uno de los ventanales está entreabierto y la cortina flota, fantasmal, como vos. Te acercás. El lugar es hermoso en penumbras. Verde y floral. El sol apenas sale. Es el amanecer de un día claro y despejado. Un contraste con lo que sentís desde hace tiempo.
Un alarido te eriza la piel. Mirás hacia el final del pasillo, ahí donde la penumbra se hace más espesa. “Es un sueño”, te repetís aunque sabés que se trata de una decisión. Una que ya tomaste y que querés olvidar. Algo te tironea, te provoca. Tenés que ver con tus propios ojos aquella masacre para entender tu futuro…aunque sepas que el tiempo jamás va a retroceder.
Tus pies cobran vida, se aceleran. Tu camisón blanco se alarga, se hace interminable. “Nada cambió”, pensás. Tu rostro pálido y aniñado trasluce las ansias de ver, de ser testigo del horror. Llegás al final del pasillo, al enorme salón. Ahí está el trono en donde te sentaron, como en un pedestal. Intocable y vulnerable a la vez. Jamás te enseñaron a defenderte o siquiera a pensar por vos misma. ¿Para qué?
Acariciás el trono. Es de terciopelo oscuro, como la sangre coagulada. La madera, casi negra, tiene un intenso olor. Huele a él, a su piel sudorosa mezclada con sexo. Otro alarido se hace lejano, se transforma en un eco y rebota en tu cabeza. No te importa. Te sentás ahí aunque no te corresponde. Te está prohibido como tantas otras cosas. Se siente bien estar ahí ¿no? Te merecés lo que te pasa. ¿Pero qué es lo que pasa? Sos tan ilusa que no te das cuenta. “…tres, dos…” Ahí está tu culpa, en tu goce. “Es un sueño”. Sí, creer eso es lo mejor.
El salón se ilumina. Hay una bruma espesa flotando en el aire. Los gritos van y vienen. Hay un dolor en tu vientre. Te mirás el camisón: está desgarrado y rojo. Buscas desesperada una herida, algo que indique que te lastimaron. Nada aparece, salvo en tus piernas. Un hilo de sangre viene desde arriba, de las entrañas. Es de ahí. “Despertá”, decís. Pero nada pasa. “¡Despertá! ¡Es un sueño!”, gritás.
Abrís los ojos. Sentís el frío que recorre tu cuerpo y un dolor lacerante allá abajo, en la zona prohibida. Creés que estás en tu cama, pero no. El dolor se hace intenso. Hay algo cálido que escurre por tu muslo. Te querés levantar pero estás petrificada. “¿Sigo en el sueño?”. Frente a vos hay una luz, lejana. Te asusta saber que estás en otro lugar. Los gritos reaparecen, es alguien conocido que llora. Tu cuerpo está tieso. ¿Quién le va a contar a tu mamá? El frío es más intenso, penetrante. Viene de tu espalda, es metálico. El corazón se te enlentece. Recordás cuando él se fue al decirle “Estoy embarazada”. Con quince años… “…Uno…” ¿Qué otra decisión podías tomar?
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Rojo escarlata
© Soledad Fernández
Soy mamá, médica y escritora.
Nací en La Plata en 1976. Soy profesora de guitarra y canto en forma aficionada. Me recibí de médica en 2002 y luego hice mi residencia de Medicina General. En 2010 fui mamá y en 2012 empecé a escribir (algo con el silencio y un bebé).
Publiqué 3 libros de relatos: Misceláneas de la oscuridad, Relatos de la parca y El barro del destino; y 2 novelas: La máquina de diagnosticar (Malisia) y Un perro en la puerta de la casa velatoria (Novela ganadora del 2° Concurso de Narrativa Bernardo Kordon, Paisanita).
Participé de varias antologías y recibí algunas menciones en concursos.
El año próximo sale a la luz mi tercera novela, también con Malisia.
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kokedamaparty · 4 years
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Ayer por la tarde AMASAMOS PAN desde @rodriguezcasadeartes pueden ver por unas horas más el vivo que hicimos a las 17hs que no les pase al estar con la emoción de amasar de olvidarse la materia grasa en la masa 😅😍🌈 pero siempre hay una nueva manera de continuar 🙌🏻 Siempre podemos dar lo mejor. . Nos encanto sentirnos acompañadas desde casa mientras en sus casas estaban con las manos en la masa también! Muchísimas Gracias 🌾🌾🌾🌾🌾 @holacortesana y @kuyen_pora por enviar y etiquetarnos en sus fotos de los hermosos pancitos 🙌🏻🌈 🙌🏻. . Si querés hacer el pan y no podés ver el VIVO estos son los Ingredientes para la masa: Harina 0000 500grs | Levadura fresca 25grs o seca 10grs | Grasa, margarina o manteca 50grs | Azúcar 1 cdita | 2 cditas. de harina | Agua tibia cantidad necesaria | Sal 10grs 1 pisca. . Para la terminación: huevo batido, orégano, Avena, Mix de semillas, queso de rallar. . Preparamos el fermento con levadura, azúcar,  cucharaditas de harina y agua tibia. Dejamos levar en un lugar cálido. Por 10 minutos. De esa manera nos garantizamos que la levadura se active, y si esta vencida intentamos con otra. Para poder lograr que el pan sea el deseado, esponjoso y la masa elastica. . En un bols o en la mesada hacer un volcan de harina, en un costado por fuera colocar la sal. Para que no este en contacto aun con la levadura, porque sino inhibe su crecimiento. . Preparar la manteca, margarina o grasa a temp. Ambiente. Punto pomada. Integrar de poco de harina sin tocar la sal. Agregamos el fermento y comenzamos a integrar. . Si querés hacer  los pancitos saborizados en este momento le podrias agregar Cebolla, oregano, hierbas frescas o deshidratadas, Romero, provenzal, salamin picadito, aceitunas, negras, tomate disecado con albahaca, ciruela, nuez, avena, mix de semillas, queso rallado grueso. . Podés pedir ayuda a la familia para que cada uno le de forma a sus pancitos. Y en ahora #desdecasa todos pueden ayudar y estar más cerquita en la cocina. . Continuamos en el siguiente posteo >>>> . #yomequedoencasa #emprender2020arg #emprendereclectico #conectacontusafectos #talleresgratuitos #talleresfree #vivodeinstragram #instagramlive #pancasero (en Taller Rodríguez, casa de artes) https://www.instagram.com/p/CABB3BOjV8q/?igshid=1gg3g6zklxrmj
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maniquiobse · 5 years
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I
Ella estaba acostada en la cama, completamente desnuda y con el cuerpo empapado de los olores de Él.
Ella observaba a los ojos del hombre con ternura, estaba sumergida en el trance hipnótico del amor.
Él fumaba un cigarro, sentado en la cama, con su espalda apoyada en la pared y mirando por la ventana. Ella estaba cerca, pero él casi ni lo notaba. Él estaba pensativo mirando el mundo exterior a través de la ventana.
Él es indiferente al amor.
-Te amo-le dijo Ella, cortando el silencio con un delicado suspiro de amor.
-No te creo-respondió él, frío y cortante.
Ella se sorprendió con aquella respuesta. Se sentó en frente del hombre, agarró el rostro del hombre y dirigió su mirada para que se encuentre con la suya. Ella se vio reflejada en aquellos preciosos ojos verdes, el único espejo en el mundo al que Ella deseaba mirarse.
-¡Te amo más que a nada en este mundo!-Le dijo Ella, más efusiva y más apasionada que nunca.
-No lo sé-respondió él.
-¡Sos mi razón de ser en este mundo!-Exclamó ella, con toda la potencia del amor en su voz.
-Para que te crea vas a tener que demostrarlo.-Sentenció Él, aún con su tono frío y severo.
-Pedime lo que quieras. Cualquier cosa. Lo que sea. Soy capaz de hacer lo que sea por vos, mi amor.
Él le dio una última pitada a su cigarrillo. Tiró la colilla por la ventana de su departamento. Pensó por un momento, mientras ella lo observaba en silencio y expectante.
-Quiero que vayas a la cocina, agarres el cuchillo más afilado que haya en la casa y que te cortes un brazo.-Dijo él, esta vez con un tono divertido, como si de una travesura de niños se tratase.
-¿Que me corte el brazo?-Preguntó Ella confundida.
-Sí, quiero que te lo amputes, que lo desprendas de tu cuerpo para siempre. Esa va a ser una prueba de que tenés brazos para abrazarme a mí nada más. Una prueba real de que verdaderamente estás enamorada de mi.
-Está bien-dijo Ella.
Sin titubear, se levantó de la cama, fue hasta la cocina, buscó el cuchillo más grande y afilado, el que usan siempre para cortar carne.
Ella volvió a la habitación, se sentó en frente de Él. Te amo, le dijo. Se llevó el cuchillo a la altura del bíceps y empezó a cortarse el brazo entero.
El cuchillo estaba tan afilado y su piel era tan delicada, que con un par de movimientos rectos y decididos, dejando el dolor de lado gracias a la fuerza del amor, el cuchillo cortó su carne y cuando se encontró con el hueso, no pudo seguir cortando y se detuvo.
Él observaba la sangre derramándose de su amada, vio el gran cuchillo clavado en su brazo, como un hacha en un árbol a medio talar. Él miraba la sangrienta secuencia mientras reía maravillado.
Ella se sintió aliviada al ver las risas del hombre. Entonces con todas sus fuerzas serruchó lo que le quedaba de brazo, cortando el hueso y la carne.
La sangre se derramaba por todos lados, en la cama, en el piso, en las paredes, en los muebles, en Él y en Ella.
El brazo cayó pesadamente en el suelo.
Ambos miraron por un par de segundos el brazo inerte descansando en el suelo.
-¿Ahora me creés?-preguntó Ella.
-Fue muy valiente lo que acabás de hacer, me dejaste sorprendido, en serio. Pero todavía no es suficiente para mí.
-¿Qué otra cosa querés que haga por vos?-dijo ella-pedime lo que sea, mi amor.
-Quiero que te cortes la nariz.
II
Pasaron varios días y la pareja se mantuvo unida y feliz. O parcialmente feliz, porque ella empezaba a sentir que Él le demandaba mucho y que no retribuía nada a cambio. Quizás sería porque él siguió pidiendo pruebas para sentirse más seguro y tranquilo con su amor.
Me cagaron muchas veces en la vida, le decía él, ¿cómo sé que no me vas a cagar como me hicieron las demás?
Quiero que te saques un ojo, le dijo Él, y entregámelo para que sepa que no sos una puta y que tenés ojos solamente para mirarme a mí.
Y ella, sin titubear, agarró una cuchara, hizo palanca en su cuenco ocular, y su ojo salió volando por los aires.
Otro día Él le preguntó: ¿Cómo sé que no te vas a ir de un día para el otro, que me vas a abandonar como hicieron tantas otras?
Quiero que te cortes una  pierna.
Y ella, decidida y buscando siempre la tranquilidad del hombre, se cortó la pierna de un solo movimiento.
Él encontró un gusto morboso en verla a Ella quitándose partes de su cuerpo.
Ella desarrolló una gran habilidad para quitarse partes de su cuerpo. Desarrolló una gran habilidad para regalar sangrientas pruebas de amor y hacerlo feliz a Él.
Y así pasaron varios dias y la pareja se mantuvo unida y feliz. O parcialmente feliz, porque ella empezaba a sentir que Él le demandaba mucho y que no retribuía nada a cambio.
Él estaba entero e intacto, mientras que ella, con tantas pruebas de amor otorgadas, se encontraba sin pierna, sin brazos, sin ojos, nariz, boca ni lengua.
Se encontraba triste.
En su estado no podía visitar a sus amigos, ir a trabajar ni estudiar.
Ella ya no podía salir de su casa, le faltaban muchas partes de su cuerpo para lograrlo.
Ella sólo se limitaba a esperarlo a Él.
III
Un día Él llegó a su casa de trabajar. Dejó sus cosas en la mesa, se dirigió a su habitación para cambiarse de ropa y de pronto la vio a Ella.
Él se dio cuenta que ella ya no era Ella.
Ella, con todas sus extremidades amputadas, con sus partes cuidadosamente ordenadas para que no se pierda ninguna en ningún recoveco de la casa, era una pila de partes humanas en un rincón de la habitación.
Él se disgustaba al verla a Ella. A la inmóvil pila de partes humanas.
Él se contagiaba de la tristeza que veía en esos ojos.
Los ojos que pestañaban desesperados.
Que derramaban lágrimas de desamor.
La expresión de amargura en sus labios.
Los intentos desesperados de Ella al tratar de comunicarse con Él.
Él optó por la solución más práctica que se le ocurrió.
Él decidió juntar todas las partes humanas que conformaban a Ella, parte por parte, y guardarla dentro de su armario.
En el fondo, detrás de la ropa que ya ni usaba.
Él cerró el placard y se sintió satisfecho.
En paz.
Ahora podría caminar tranquilamente por su casa sin ser acechado por un par de ojos tristes que lo miraban.
Preciosos y desolados ojos tristes.
Luego de un par de días, con Ella guardada en el fondo del armario aún, a  Él le dio mucha culpa pensar que la tenía a Ella encerrada en ese frío mueble, y la culpa no lo dejaba en paz.
Es inhumano hacerle esto a un ser humano aunque esté desmembrado, pensó Él.
No puedo ser tan hijo de puta, pensó Él.
Él abrió el armario, la sacó a Élla parte por parte, salió a la vereda y dejó la pila de partes humanas cuidadosamente ordenadas al costado de un tacho de basura.
IV
Juancho era un hombre que recorría la ciudad revolviendo la basura en búsqueda de chatarra para vender.
Caminando por Charcas, de pronto se encontró con una pila de partes humanas acomodadas al lado de un tacho de basura.
Juancho pensó que eso era un maniquí desarmado. Destruído.
Pero qué ojos tristes tiene este maniquí, dijo Juancho. Abrió su mochila, tiró toda la chatarra que había juntado en el día para vender, agarró parte por parte del supuesto maniquí y la metió enteramente en su mochila.
Esa noche el hombre llegó a la villa donde vivía. Apartó la chapa que hacía de puerta en su precaria casilla, abrió su mochila y sacó todas las partes del maniquí.
Se rascó la cabeza pensando cómo irían las partes.
Ella era un rompe cabezas.
Juancho lo intentó con gran determinación, movido por una inexplicable motivación.
La tarea fue ardua y dedicó todas sus energías en lograrlo. Llevaron muchos días de trabajo para el laborioso hombre.
Un día unió todas las partes que conformaban los brazos, con gotita, poxiran, cinta scotch y vendajes.
Otro día restauró las piernas.
Otro día trató de recomponer su vientre.
Por último trabajó en reconstruir la cabeza y eso fue lo que más trabajo le costó hacer. Tres días estuvo trabajando, noche y día sin descanso, para dejar el rostro lo mejor que pudo.
Luego de varios días de trabajo intenso, totalmente exhausto, miró orgulloso su creación.
Qué linda que sos, le dijo al maniquí.
Te voy a llamar Obsé, ahora vas a ser mi amiga. Mi mejor amiga en este mundo de mierda.
Mi única y mejor amiga. Te voy a contar mis problemas, mis inquietudes y mis inseguridades. Y vos mejor que nadie vas a escucharme.
Juancho abrazó al maniquí. El hombre ya no estaba solo en este mundo cruel.
En este mundo de mierda.
Ella, que ahora resultaba ser un maniquí, no podía decir nada.
Estaba muda.
Ella no podía creer aún cómo después de tantas pruebas de amor otorgadas, fue desechada a la basura.
Ella en silencio, disfrutaba del cálido abrazo de aquel buen hombre.
El cariño sincero conmovió el corazón de Ella. Justo cuando ella creía que el amor no existía.
Que el amor era un cuento para niños.
Ella no lo aguantó más y rompió el silencio con un dolido llanto.
Juancho se apartó del maniquí, sorprendido y horrorizado.
-¿Un maniquí que llora?-Exclamó Juancho confundido-¿tanta soledad hizo que finalmente perdiera la cordura?
-No soy un maniquí-dijo Ella entre sollozos.
-¿Ah no? ¿Y qué sos?
-Soy una chica con el corazón roto.
V
Juancho volvió una noche, luego de recorrer casi toda la ciudad buscando cosas qué vender. Llegó a la casilla con una bolsa de pan, unos gramos de fiambre y un vino.
Cuando entró, la vio a Ella sentada en un rincón, con su triste expresión en su bello rostro. 
Pensativa. Dolida. Triste.
Juancho no toleraba verla así, aunque siempre trató de levantarle el ánimo, no había nada que pudiera cambiarle el humor. Dejó el fiambre, el pan y el vino en la mesa y le dijo:
-¿Te gustaría salir a dar una vuelta por la calle? No sabés qué linda que está la noche.
-No. Vos recién llegás de trabajar todo el día, debés estar cansado. Yo estoy bien acá.
-Para mí no es una molestia, al contrario. Esta noche dormiría feliz si al menos sé que pudiste salir a tomar un poco de aire.
-Tampoco puedo salir, mis partes aunque estén pegadas, no están totalmente recompuestas.
Ella, sin esfuerzo alguno, se quitó un brazo del cuerpo para demostrarle la fragilidad de su estado.
Juancho la miró con ternura y le dijo:
No te vas a recomponer nunca si seguís así de pesimista, corazón. Si te querés bien, si te querés a vos misma, te vas  a curar y vas a estar como nueva, más linda que nunca. Vení, subite encima mío que yo te llevo.
Juancho se sentó en frente de Ella dándole la espalda e invitándola a subirse encima.
Ella lo pensó por un momento, y luego, al ver la insistencia del hombre, con su brazo fuerte se sujetó del él y éste la agarró con mucho cuidado de sus piernas. Con cuidado de no desprender ninguna parte de su cuerpo frágil.
El vagabundo se levantó, apartó la chapa que hacía de puerta con el pie y caminó por las angostas y desoladas calles de la villa con Ella encima.
-¿Alguna vez anduviste en caballo?
-Si, yo viví en Caballito un tiempo.
-No, no. Yo pregunto si alguna vez montaste un caballo.
-Ah, no. Nunca anduve en caballo.
-Bueno, esta es tu primera vez entonces. ¿qué te parece? ¿Voy bien o muy rápido?
-Vas bien, me gusta. Tenías razón, la noche está preciosa, el viento se siente lindo en la cara.
-Viste, sabía que necesitabas un poco de aire fresco, el encierro hace mal.
-¿Qué barrio es este?
-Esta es la 21/24, aunque podemos usar la imaginación y hacer que este barrio sea el que vos quieras. Podemos viajar mentalmente al país que quisieras ¿Por dónde te gustaría estar paseando ahora?
-21/24 está bien para mi. En este momento no necesito otra cosa más que esto. ¿Te puedo pedir un favor?
-Lo que vos quieras.
-¿Podemos ir más rápido?
-Soy un corcel a tus órdenes. ¡Arre caballo, arre!
El vagabundo continuó llevando a Ella por las callecitas de su barrio. A los saltos y entre risas, Ella sonrió. Sintió el viento en su rostro y sonrió. Se dio cuenta que hacía muchísimo tiempo que no sonreía.
Sus labios, que estaban pegados en su rostro con gotita y cinta scotch, por la magia de la risa se solidificó completamente en su rostro. Recomponiéndose definitivamente.
Una sonrisa genuina, hermosa y feliz.
Los vecinos observaron extrañados al vagabundo lunático del barrio corriendo por la calle sosteniendo un maniquí en su espalda.
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VI
Ella se miraba al espejo, se peinaba su cabello con mucho cuidado. Miraba sus cicatrices, sus precarias vendas y remiendos que con mucho amor Juancho hizo en ella.
Existe el amor, dijo Ella. Existe el amor.
Hay personas que creen en el amor y que dan amor.
Yo estoy recibiendo amor.
Si recibo amor, también puedo dar amor.
Tengo mucho para dar y recibir y experimentar.
La vida puede ser una gran aventura. Un mundo extraño y maravilloso por descubrir.
Ella recordó el viaje en caballo de la noche anterior y sonrió otra vez.
Se sentía bien sonreír.
Agarró la lata de poxiran, se aplicó un poco en el brazo que se le había desprendido, luego se lo encastró en su hombro. Cuando ya estaba seco el pegamento, hizo un movimiento leve para ver si respondía.
Ella observó detenidamente la casa. La solitaria y fría casilla hecha de madera y chapas. La casa más humilde de aquel humilde barrio.
Tengo que hacer algo para agradecerle el hermoso gesto de aquel hombre.
Ella lentamente se puso de pie. Lentamente y con cuidado puso un pie adelante y luego el otro.
Sus remiendos temblaron, la totalidad de sus piernas también. Ella pensó que se iba a desarmar y caerse al suelo y volverse mil pedazos otra vez.
Pero para su sorpresa los remiendos se desprendieron de sus piernas dejando al descubierto unas piernas nuevas y saludables.
Ella flexionó sus rodillas probando la fortaleza de sus piernas. Se estaba recomponiendo por arte de magia.
Si te querés a vos misma te vas a curar, le había dicho Juancho.
Ella se sintió animada, más que de costumbre.
Aprovechó la fortaleza de sus piernas y salió de la casilla con la idea de recorrer el barrio.
Debía tener mucho cuidado porque, a pesar de que sus piernas estaban como nuevas, el resto de su cuerpo seguía siendo frágil.
Ella se perdió entre las callecitas de aquel barrio. Se detuvo en un puesto ambulante que vendía flores. Compró algunas flores con el último dinero que poseía en sus bolsillos. Luego volvió lentamente al hogar.
Durante todo el camino los vecinos la miraban estupefactos: ¡Un maniquí que camina y habla!
Ella saludaba a todo el mundo, sin importarle cómo la mirasen o lo que digan sobre ella.
Las dos macetas de flores que llevaba eran muy pesadas para sus frágiles brazos, entonces el pegamento que se había puesto cedió y su brazo cayó al suelo con macetero y todo.
Un niño que vio la secuencia, se compadeció de Ella y se acercó a ayudarla. Agarró ambas macetas y la acompañó el resto del camino.
¿Vos sos un maniquí? Le preguntó el niño que la ayudaba con las flores.
Si lo soy, me llamo Obsé, respondió Ella, riéndose por la idea se hacerse pasar por un maniquí.
Estás toda rota, le dijo el niño.
Lo sé, ya me voy a arreglar, respondió Ella.
Mientras caminaban hacia la casilla, no se dieron cuenta que estaban siendo observados por un periodista y un camarógrafo, que estaban haciendo un informe sobre la vida de la sociedad en una villa de emergencia.
El periodista no podía creer lo que estaba viendo: Un maniquí que podía caminar y hablar.
El periodista, entusiasmado porque tenía ante sus ojos una mejor historia qué contar, decidió seguirla discretamente a Ella hasta su casa.
VII
-Buenas tardes señorita.
-Buenas tardes.
-¿Qué estás haciendo?
-Estoy plantando, ¿acaso no ve?
-Si, lo veo. Perdón por importunarte, pero me vi en la necesidad de hacerte unas preguntas, si es que no te incomoda.
-No, no me incomodan las preguntas.
-¿Y te incomoda que mi compañero acá te esté filmando?
-No sé, supongo que tampoco me incomoda. No estoy en mis mejores fachas hoy, pero ¿para qué me están filmando?
-Nosotros somos periodistas de canal 11. Nos pareció interesante documentar una historia sobre vos. Te hago una pregunta ¿Cómo te llamás?
-Obsé.
-Qué lindo nombre, Obsé. Y contame ¿Vivís acá?
-Si, vivo acá.
-Es una casa muy humilde, como podemos observar esta chica vive en condiciones deplorables. Pero aunque ella esté viviendo una dura realidad, sufriendo necesidades básicas y demás cosas terribles, igual está embelleciendo su casa con hermosas flores. ¿Qué estás plantando Obsé?
-Jazmines y Malvones.
-¿Cómo? Más fuerte y hablándole al micrófono por favor.
-Jazmines y malvones.
-Son muy lindas flores, te felicito por la elección.
-Gracias.
-¿No se te complica realizar esta hermosa acción con tus brazos y manos en ese estado?
-Es difícil, pero con paciencia todo se puede hacer.
-Totalmente cierto. ¿Y por qué tenés tu cuerpo así, tan destruído?
-Me desarmé yo sola, ahora me tengo que volver a armar. Pero eso solo depende de mi.
-Obsé, ¿vos sos consciente de que sos un maniquí?
-Si, eso ya lo sé.
-¿Y que podés hablar y moverte?
-Si. A duras penas, pero lo puedo hacer.
-Señoras y señores por primera vez en la historia queda registrado ante las cámaras la existencia de una maniquí que puede hablar. Es un hecho histórico, sin precedentes en...
-¡Cuidado, me vas a pisar los malvones!
-Uy perdoname querida. Che se te están cayendo las vendas de los brazos.
-Si lo sé, hoy se me curaron las piernas cuando fui a comprar estas plantas, ahora los brazos cuando las estaba plantando. No entiendo qué le pasa a mi cuerpo exactamente, pero no me interesa. Me encanta sentirme mejor.
-¡Es increíble lo que estamos observando, una rareza única jamás vista!
-¡Qué bueno! Mis brazos estan perfectos otra vez. Mirá, ahora voy a poder levantar la maceta de los jazmines y plantarlas acá.
-¿Cacho, quedó filmado todo eso? ¡Bien, carajo! ¡Vamos a romper el rating!.
VIII
Cuando la noticia de la maniquí con vida empezó a dar vueltas por la televisión, todos se volvieron locos. El mundo entero se conmovió con la historia. Con la hermosa maniquí que a duras penas intentaba plantar flores en su humilde hogar. Y la gran revelación de cómo sus heridas se curaban solas por arte de magia, gracias al amor.
La historia fue compartida millones de veces en todas las redes sociales, era de lo único que hablaba el mundo en aquel momento. Todos querían saber más sobre la maniquí. Todos querían un poco más de Obsé.
Juancho llegó a su casa aquella noche y se emocionó al ver las flores plantadas en la entrada de su casa. Entró en la casilla y la vio a Ella acomodando todo el desastre de aquel lugar: Todo estaba ordenado e impecable. La casilla ahora parecía un verdadero hogar. Tenia calor de hogar. Juancho la abrazó y besó su rostro. La abrazó con mucho cuidado, por miedo a quebrar algo. Pero sus manos en el cuerpo de ella sintieron que ya no existían roturas. Que los remiendos y las vendas en el cuerpo de Ella ya no estaban. Se dio cuenta que Ella tenía el cuerpo entero e intacto, que incluso su piel ya no tenía aquel tono pálido y muerto. Ahora Ella brillaba de belleza. juancho comprendió definitivamente que se había equivocado, que Obsé no era un maniquí. Ella era en realidad una hermosa mujer.
Juancho mirame cómo estoy, nunca voy a saber cómo agradecerte esto que hiciste por mi, dijo Ella.
Yo no hice nada, sólo te traje y te remendé, el resto dependía de vos, le respondió Juancho.
No solo me remendaste, también me ayudaste a descubrirme otra vez, a encontrar las soluciones a tantos problemas que tenía dentro mío. Gracias, le dijo Ella con lágrimas en sus ojos.
El niño que la había ayudado a Ella a llevar las flores, llegó corriendo hasta la casilla y golpeó la chapa que hacía de puerta. Juancho corrió la chapa y el niño exaltado y a los gritos dijo que Obsé era muy famosa.
¿Yo famosa? Preguntó incrédula Ella.
¡Si mirá! ¡Todo el mundo está hablando de vos! Y el muchacho le mostró su celular.
Ella vio las publicaciones en facebook, twitter e instagram. En todos lados compartían las fotos y videos de la entrevista que le había hecho el periodista. Todos la amaban. Todos se emocionaron con su historia. Todos querían un poco más de Obsé.
Ella levantó la vista y vio que en la calle estaban casi todos los vecinos del barrio, mirándola encantados. Nadie podía creer que en aquel lugar estaba ella, la maniquí que cobró vida y que se transformó en mujer. En una bella mujer. Los vecinos, tímidamente se acercaron a Ella para darle su muestra de afecto. Estrecharon sus manos, besaron su rostro y acariciaron su cabello. Ella era algo más que una bonita historia que se había hecho viral, Ella se estaba convirtiendo en una divinidad. En la prueba viva de que los milagros suceden, que la magia es algo posible en este mundo cruel.
De entre todas las personas que se habían congregado en la casilla del vagabundo, se hicieron paso dos hombres de traje que llegaron hasta Ella y la saludaron muy educadamente.
-¿Quiénes son ustedes?
-Nosotros somos de Netflix, vimos tu historia en la televisión y nos sentimos cautivados. Al ver que no tenías una forma de comunicarte, decidimos venir personalmente para hacerte una propuesta.
Juancho se sintió agobiado por la tan repentina presencia de tantas personas en su casa, ya que nunca nadie lo visitaba ni le dirigía la palabra, y mucho más fuerte fue para él la presencia de aquellos dos señores trajeados. La agarró del brazo a Ella apartándola de la gente para hablar en privado.
-Obsé, vos no sos un maniquí. Sos una mujer, ¿estás segura de que querés seguir con esto?
-No tengo idea de lo que está pasando, todo está yendo muy rápido. Pero si, voy a seguir con este juego, confieso que me está divirtiendo bastante.
-Tengo miedo...
-A vos nunca voy a abandonarte, pase lo que pase. Te lo prometo.
IX
Él estaba en su casa, acostado en su cama fumando un cigarro. El humo de su cigarrillo salía por la ventana del departamento y se desvanecía en el viento.
Él se sentía solo y aburrido. Encendió la televisión y saltó de la cama de la sorpresa cuando la vio a Ella en la pantalla.
Él sintió su corazón estallar de amor cuando la vio a Ella completa otra vez, y ya no siendo una pila inerte de partes humanas en un rincón de su casa.
Ahora Ella, que en la tele la llamaban Maniquí Obsé, era una mujer bella. Tan hermosa como el primer día que él la conoció.
Tengo que ir a verla, dijo Él.
Yo sé que aún le debe quedar algo de amor por mi, pensó Él.
En el noticiero de la tarde decían que el extraordinario caso del maniquí que se convirtió en una mujer, cobró tanta relevancia en los medios mundiales que ahora Netflix estaba por filmar una serie con su vida, y que ella misma iba a actuar en su propio papel protagónico.
Él se obsesionó con la idea de verla otra vez, con la idea de volver a conquistarla.
Él viajó en su auto hasta la puerta de las oficinas de la productora donde iban a filmar la serie. Montó guardia escondido dentro de su auto. Se quedó tres días escondido, vigilando sin cesar hasta que al fin la vio a Ella entrando en la oficina.
Él sintió la chispa del amor explotando en una intensa llama en su corazón.
Él se bajó del auto y se quedó parado al costado de la puerta de la oficina, en la vereda.
Cagado de hambre, de sed y de sueño. Todo el sacrificio que Ella valía la pena para él.
Luego de varias horas de espera, la gran puerta se abrió y al fin Ella salió.
Él se paró en frente de Ella. La miró a los ojos y sin mediar palabras la abrazó.
Ella no entendía lo que estaba sucediendo.
Él sintió que dos manos enormes lo agarraron y lo apartaron de la muchacha. Eran agentes de seguridad del edificio.
No la molestes a la estrella, le dijeron y lo empujaron haciendo que Él se tropezara y cayera pesadamente al suelo.
Ella lo miró a los ojos. Se vio reflejada en aquellos ojos verdes que le resultaban familiares.
Él observó en la miraba de Ella la ausencia total de amor. La mirada de indiferencia.
Ella lo miró como si no lo conociera. Como si nunca lo hubiera visto en su vida.
Ella le dio la espalda y se fue, acompañada de los agentes de seguridad.
Él se quedó tirado en la calle, mirando cómo Ella se alejaba.
Él sintió que su corazón se había roto en mil pedazos.
X
Maniquí Obsé era la serie del momento. La emotiva historia del maniquí que estaba destrozada y abandonada en la calle y que luego, gracias a la gran fuerza del amor, volvió a recomponerse y milagrosamente se convirtió en una bella mujer.
Maniquí Obsé era lo más visto y lo más comentado del momento.
Ella dio vueltas por todos los canales de televisión contando su historia.
Ella se mostraba feliz y sonriente ante las cámaras, exhibiendo su exuberante encanto y libertad.
Él se torturaba viendo la televisión, viéndola a Ella tan hermosa y tan próspera.
Él no soportaba que Ella sea feliz sin Él.
Él, cuando supo la nueva dirección del domicilio de Ella, empezó a enviarle cartas de amor y de perdón.
Él le enviaba también mensajes ardientes de pasión en todas las cuentas oficiales en cuanta red social apareciera Ella.
Pero nunca recibió ninguna respuesta.
Nada.
Él sentía que ya no valía la pena seguir haciendo ningún esfuerzo. Luego se le ocurrió una idea.
Era la última carta que le quedaba por jugar.
Él fue a la cocina, sacó el cuchillo más afilado que tenía en la casa, el que usaba para cortar carne. Se bajó los pantalones, y con fríos y decididos movimientos se cortó los testículos y la pija, enchastrando toda la habitación con su propia sangre. Sin sentir dolor, movido por la fuerza del amor.
Sus testículos y su pene cayeron en el suelo. Él agarró sus genitales, los guardó en una caja que envolvió para regalo. Escribió una carta, la última carta llena de letras de desesperadas súplicas. Guardó la carta junto a sus genitales, cerró la caja y llamó a un Rappi para que envíe el contenido hasta el domicilio de su amada, porque sabía que los de seguridad ya lo tenían fichado y que no lo iban a dejar acercarse al domicilio.
Ella estaba disfrutando de su día libre en su mansión. Estaba feliz porque el vagabundo que antes la había ayudado, ahora, después de mucho tiempo tratando de convencerlo de abandonar su amada casilla de chapas y madera, al fin decidió vivir con ella en su estancia. juancho estaba contento al ver los caballos que Ella poseía. Preciosos y esbeltos caballos de carrera. Juancho se la pasaba todo el día dándole de comer a los caballos y peinándolos.
Ella disfrutaba del día libre y del sol mientras tomaba un té y lo observaba a Juancho. Ella reía al verlo sonreír a aquel hombre. Al ver cómo jugaba con aquellos imponentes animales como si fuera un niño. Ella se alegraba al verlo alegre.
El mayordomo llegó hasta donde estaba Ella, interrumpiendo su momento de distracción.
Señorita acaba de llegar esta caja, dijo el mayordomo.
¿De quién es? Preguntó Ella.
Es de Él, respondió seriamente el mayordomo.
Ella agarró la caja y se encerró en su habitación. Puso la caja sobre su escritorio, le sacó la tapa y se sorprendió con la grotesca aparición del pene y los testículos de Él acompañados de una carta.
Ella agarró la carta, y sin leerla, la usó para sujetar el pene, para no mancharse las manos con sangre y lo tiró  todo a la basura.
Ella luego agarró los testículos de Él, pensó por un momento qué haría con aquello. Entonces decidió meterlo otra vez en la caja. Tomó el paquete y lo guardó en su placard, detrás de las ropas que ya no usaba.
No como un trofeo.
Tampoco como una ofrenda.
Si no como un recordatorio.
Ella terminó de beber su taza de té y volvió a acompañarlo a Juancho para ayudarlo a darle de comer a los caballos.
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Arte: Derrochadora Idea
Texto: Hugo Frankenstein
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cantbe-fixed-lisa · 7 years
Text
Bajo siete llaves (2/?) | Latin Hetalia
a/n: capítulo anterior aquí
II. Los cinco años
Ema se despertó mucho antes de que su Tita viniera a tocar la puerta de la habitación, incluso antes de que Martín se levantara y fuera a abrir las cortinas y la luz traspasara el cuarto entero y llegara hasta sus ojitos y ella los achinara. Durante los minutos que separaron su desvelo del despertar de su papá, Ema se quedó observando sus facciones, la forma de su nariz, sus labios relajados, sus pestañas rubias inmóviles, y el cabello revuelto encima. Incluso se atrevió a estirar la manita y a despejar la frente de su papá, de un mechoncito de pelo rebelde que se quedaba ahí algunas veces. Sonreía tan suave, tan fugaz y calladita, que solía pasar desapercibida, y el único ruido que inundaba la habitación era la respiración de Martín, pausada.
Arriba de sus cabezas, en la muralla clara, colgaba un cuadro grande que guardaba celosamente una foto de ambos. En un juego de sombras, Martín agachaba la cabeza para mirarla.
- Papá –Ema dijo en un susurro. Su aliento olía a pasta de dientes desde la noche y se mezclaba con su propio olor, con su propia esencia que era toda mezcla de la esencia de Martín y, antes que su voz aguda, lo primero que hizo a Martín estar consciente de que su hija se había despertado fue su olor.- Papá, ya tengo cinco.
Martín sonrió, mañoso y somnoliento y con los ojos aguados. Por instantes no dijo nada, decidido a permitir que el silencio que se inmiscuía entre los dos fuera atosigado entero por la mirada dulzona y tierna que mantuvieron un par de segundos.
- ¡Ya casi te alcanzo! –Martín estiró los brazos, rodeó la espalda de Ema y la llevó consigo, haciéndole un espacio en su pecho que para ella siempre era cálido. Con su cara enterrada en el cuello, la contuvo cerca; un par de besos juguetones en sus mejillas y en su cabello fueron todas las pruebas que necesitó Ema, que necesitó él para entender que una relación como la de ellos, no había en ninguna otra parte.
Salir de la cama siempre era complicado, era molesto cuando estaban los dos porque Ema prendía la tele y veía los dibujitos y Martín, que medio cabro chico siempre había sido, no podía resistirse a arroparse los hombros y abrazar a su hija y mantenerse chistosos, riendo por todo, hasta que, cuando estaba Agustina allá en la casa, les tocaba la puerta y los hacía levantarse porque ¡no tendrás entrenamiento hoy pero Ema tiene que ir a sus clases de ballet! Y entonces ellos se ponían de pie, perezosos.
Pero ese día era el cumpleaños de Ema. Martín agarra su celular que está en la mesita al lado y le dice a la Ema que se acerque, porque van a sacarse una selfie. Las fotos a Ema le entretienen, le gustan, le llaman la atención. Apenas incorporados, Martín toma la imagen de ambos sonrientes y Ema le pregunta ¿la vas a subir a tu Instagram? Martín acompaña la foto con un mensajito especial:
Hace cinco años que llegaste a mi vida. Con tus ojitos, con tu sonrisa, con tu alegría, haces perfecto cada uno de mis días. ¡Feliz cumpleaños, princesa! Sos lo mejor que me pasó en la vida. Te amo, hija.
Aparecieron por la casa en piyamas y Agustina le agarró de la cintura y la cargó y Martín y Ema se echaron a reír, pero Ema le dio un beso en la mejilla a su Tita muy grande y le volvió a murmurar: ¡Tita, tengo cinco años! Y al rato la verían los dos, Agustina y Martín, correr por la casa grande, la casa inmensa y entre los sillones y los salones y las habitaciones y luego el grito, chillón y feliz, al ver a Alan durmiendo como un flojo contra un sofá azul. ¡Alan, cumplí cinco años!
- Vicky va a llegar pronto, le pedí que viniera antes para que me ayudara a ordenar la casa –comentó Agustina, mientras tomaban desayuno en la mesa, amplia y larga. Martín asintió con su jugo de frutas en la boca y Ema le dio un mordisco una media luna horneada, rellena con dulce de leche- .
- ¿A qué hora van a llegar mis amigos? –Ema pregunta después de tragar.-
- A las cuatro.
- Che, Ema –soltó Martín de pronto, acomodando su silla- ¿Y? ¿Qué querés que te regale?
- ¡Martín! –saltó su mamá, inmediatamente- ¿Cómo le decís eso a la nena? Ella no tiene que saber qué cosa le vas a regalar, eso es sorpresa –sus ojos marrones, acusadores, a Martín le causan una gracia tremenda y se rasca la frente, asintiendo al rato.
- Ah, tenés razón. Olvídalo, Ema, es secreto.
- ¡Pero...! –Ema intentó decir cualquier cosa, pero Martín le limpió las comisura de los labios con una servilleta porque había restos de dulce de leche esparcidos entremedio.
- ¿Vas a ir a buscar a Dani, Martu? –preguntó Agustina.
Martín removió los hombros.
- Sí –respondió después de un trago largo y profundo de la mezcla de frutas dulces- Ayer estábamos hablando y él también estaba muy emocionado por el cumple de Ema. Apuesto a que te va a traer un regalo muy bonito, Ema –le dijo después a la niña y en su sonrisa se notaba todo por lo cual el silencio que apareció entre ellos fue incómodo, molesto-. Pero dale, andá a ducharte. La Tita después te va a poner el vestido que te compré y va a ordenar la casa con la tía Vicky.
- ¿Y a qué hora vas a volver? –Ema murmuró, llena su carita de rulos colgantes.
Martín se puso de pie. Antes de darse la vuelta y salir por el umbral, directo al pasillo que conducía al baño, le dejó un beso en la frente, pero no contestó a su pregunta.
-
- ¡Mirá! ¿Te gusta? Se la traje de Paraguay. Pensé que le podía gustar, a las niñas le gustan las muñecas, ¿verdad?
Martín se echó a reír. Agarró a Daniel del cuello y lo atrajo cerca, besándole el cabello por unos segundos cortitos. Daniel se permitió tranquilidad, cercanía y serenidad junto a su novio, a su alfa que siempre olía como la estabilidad, como lo correcto. Cuando Martín lo soltó, él no quiso alejarse.
- No te pongas nervioso –Martín farfulló- Ema te adora. Le va a gustar cualquier cosa que le regales.
- No seas mentiroso, Martín –le contestó Daniel-.
- No te estoy mintiendo, Ema te quiere un montón. ¿No te acordás de nuestras tardes de películas? ¿O nuestras maratones de Los Simpson? Cuando nos acurrucamos los tres en la cama y comemos papas fritas.
Eso hizo a Daniel sonreír irremediablemente.
- Sí me acuerdo –canturreó.- "Soy un pastelito horneado de canela" –dijo entre risas.
- "¡No quiero levantarme nunca!" –le siguió Martín, recordando las frases que a Ema se le quedaban pegadas cuando él y Daniel la recostaban en su cama, después de una tarde de dibujos.
Miró a Daniel de arriba abajo, a su camiseta ceñida y su chaqueta de mezclilla y a sus bluejeans ajustados, cubriendo las piernas largas que él había tenido hace algunas noches alrededor de su cintura. Los ojos de Daniel, también verdes, siempre eran dulces para él, y en su rostro cándido y suave Martín sabía que existía una sonrisa que escondía todas las palabra que Daniel solo se atrevía a decirle en la intimidad, cuando estaban bañados únicamente por la luz que la noche suelta de cualquier manera y que aparece entre las cortinas corridas.
Daniel le respondió la mirada con un dejo coqueto que Martín pretendió haber adivinado desde hace mucho antes. Hizo un gesto hasta su habitación, pero Martín levantó las manos y negó con la cabeza, con su sonrisa de siempre, sin embargo. Le agarró las mejillas y le dio un beso y Daniel saboreó sus labios tan desmedidamente que a Martín, de pronto, le pareció sucio volver a besar la boquita de Ema si Daniel ya le había ocupado la boca así.
- Te ves hermoso siempre, pero tengo que preguntar. ¿Te cambiaste ya o...?
- ¿Te gusta cómo me veo? –preguntó Daniel, dando una vuelta disimulada sobre sí mismo- Porque si no te gusta puedo ponerme una camisa y unos shorts y eso es todo.
Martín esperó un poco antes de contestarle:
- Vos te ves lindo hasta en piyama.
- ¡Pará de ser tan chamullero, por Dios! –Daniel se echó a reír- No lo necesitas.
- ¿Ah, no? –Martín sonó desafiante y Daniel se apoyó en su pecho.-
- No. Te basta con esa cara.
Martín lo tomó como un halago.
Se dejaron ver juntos cerca de una juguetería y de tiendas de ropa para niños y Daniel sabe que no hacen más que alimentar el rumor eterno de que a Ema le pueda llegar un hermanito, esta vez directamente del vientre de Daniel. Pero Martín nunca habla en serio de ese tema, nunca le da ninguna respuesta concreta. En parte porque le parece injusto tener un hijo con Daniel, porque ese hijo, a diferencia de Ema, sí tendría una mamá.
Martín compra el último Furby de orejas largas y turquesa y la chica que atiende el bazar envuelve la cajita en un papel rosado de hadas con varitas. Martín aprovecha de echar dentro un papel blanco con la carta que le escribió a Ema anoche mientras ella dormía; Daniel nota el detalle y le susurra en el oído que definitivamente sabe cómo conquistar a un omega.
Ellos vuelven a la casa de Martín cerca de las dos y media de la tarde. Ema corre a recibirlos cuando oye el auto estacionarse y Martín abre los brazos pero Ema está demasiado emocionada como para poder abrazarlo concretamente. Empieza a dar vueltas alrededor de Daniel, que, conciliador y maternal, le tira un rizo con los dedos y luego se agacha para abrazarla con fuerza. ¡Feliz cumpleaños, Emita! Deja salir y Ema lo abraza también, le rodea el cuello con los brazos.
Vicky y Agustina tienen casi todo listo. La casa está llena de globos de colores, llena de serpentinas y hay cositas ricas para comer puestas en una mesa en el jardín, al lado de la piscina. En la piscina también hay globos y Martín se ríe feliz cuando nota, por fin, los gorritos de cumpleaños que tienen encima su mamá y su hermana. Agustina le obliga a ponerse uno él también y no se niega, pero le susurra al oído que vaya luego en busca del regalo para Ema, de que él le ha comprado y del que ha traído Daniel. Agustina siempre está ahí para ayudar.
Prepararon todo con anticipación. A las tres y cuarto Martín le dice a Ema que vaya a ponerse su vestido y la Tita le coge la mano y la guía hasta su habitación, mientras oye toda la cháchara de la niña, que de a poco se ha ido acostumbrando a sus fiestas fancy, solo que ahora es más grande y puede darse cuenta de ello. Sentados en el sofá, Daniel de pronto le agarra la mano a Martín y Martín la sujeta fuerte, se la lleva a la boca, le besa el dorso y luego la deja caer, como si nunca la hubiera sostenido en primer lugar.
Entonces Ema vuelve, coqueta y graciosa, agarrándose el vestido con las manitos y dando una vuelta juguetona, que hace a todos los demás soltar carcajadas. Alan corretea entre sus piernas y Daniel insiste en ponerse de pie y tomarse una foto, solo con Ema y con Martín, con su familia. El vestido blanco de Ema se arruga justo en el hombro, donde Daniel le pone la mano, mientras Martín le rodea la cintura. Vicky hace click y Daniel murmura inmediatamente que hace mucho que no tenía una foto en su Instragram con su novio y con Emita.
Martín ve que Agustina frunce el ceño.
-
Las siete de la tarde y van a cantar el cumpleaños feliz. Ema está sentada en la cabecera de la mesa, allá en el jardín, con todos sus amiguitos mirándola, con su Tita y Victoria a cada lado. A la fiesta ha venido también Francis y Luciano, el compañero de Martín en el equipo. Hay un murmullo constante que se mezcla con el correr del agua de la piscina y Martín atraviesa el ventanal que da al patio llevando en las manos, cuidadosamente, una torta de tres pisos con motivos de Frozen. Celeste entera, los ojos de todos los niños se van a la princesa que se empina justo en el círculo más alto. Ema abre la boca en sorpresa y Martín acomoda, muy suave, la torta en frente de ella. A lado de la princesa de mazapán hay una vela encendida con forma de 5.
- ¡A la cuenta de tres empezamos a cantar! –Agustina dice fuerte y los niños que están entusiasmados por comer la torta, se empiezan a adelantar. La Tita hace 1, 2, 3 con los dedos pero entonces el celular de Martín va subiendo de tono hasta desconcentrarlos a todos y de pronto todas las miradas están sobre él y sobre el aparatito que vibra ahí en el bolsillo de su pantalón.
- Ay, perdón –se indulta Martín, tratando de sonreír para que se den cuenta que todo está bien. Mira la pantalla del celular e inmediatamente frunce el ceño, porque es un número desconocido.
- ¿Quién es, papá? –pregunta Ema, mirándolo hacia arriba.
Martín no deja de arrugar el entrecejo.
- Voy a contestar. ¿Pueden esperarme un rato? No me demoro nada.
Martín no espera a que alguien le responda algo y se va caminando a zancadas rápidas hasta su cuarto. Su celular sigue sonando y parece que quien lo está haciendo sonar no tiene ninguna intención de desistir de la llamada. Una vez en la tranquilidad, la soledad y la privacidad de su habitación, Martín toca la pantalla y se lleva el teléfono al oído.
Por momentos no hay sonido, hasta que él se atreve a murmurar:
- ¿Hola?
- Martín –dice la voz al otro lado. Y Martín tiene un vago recuerdo, un vago sentimiento de conocer esa voz de algún lado.
- ¿Con quién hablo? –pregunta, mirando por la ventana al patio donde todos lo están esperando.
Hay otro instante de silencio inoportuno y desgarrador. Martín va a colgar pero entonces el hombre carraspea.
- Con Manuel. ¿Te acordai' de mí?
Martín solo había conocido a un Manuel significativo en toda su vida y no era tonto como para no poder imaginar que era ese Manuel quien estaba hablándole ahora.
Abrió la boca pero no soltó palabras. La frente le empezó a sudar poquito, y lo único que podía sentir en ese momento era el boom boom de su corazón fuerte contra su pecho, el aire, de pronto, se volvió pesado y nebuloso, difícil de soportar. Con la mano libre se quitó el sudor de la frente y entonces decidió aclarar todo.
- ¿Cómo te conseguiste mi número? –fue lo primero que logró articular, sin embargo. Daba algunas miradas furtivas hacia la puerta, temiendo que alguien estuviera tras ella o cerca o rodeando su cuarto, oyendo su conversación con el hombre que él imaginó jamás iba a volver a aparecer en su vida.
- No importa. Hoy es el cumpleaños de la Ema y Martín, yo... -el muchacho sonaba desesperado, intranquilo, como si estuviera hablándole en secreto-.
Martín se echó a reír.
- ¿Te enteraste por las noticias? –preguntó, mofándose.
- Quiero verla –Manuel escupió- Por favor, déjame verla. Te juro que estoy arrepentido. Y te juro que te voy a devolver toda la plata que me diste, te lo juro pero por favor, déjame verla, te lo ruego, ¡Déjame desearle un feliz cumpleaños!
- Firmaste un contrato –le recordó, ardiendo- La vendiste.
- ¡No! –gritó Manuel y Martín tuvo que alejarse el celular del oído- ¡Yo no hice eso! Te prometo que estoy arrepentido, necesito verla. Voy a devolverte todo, todo, pero hoy es su cumpleaños y yo necesito verla y decirle que...
- ¿Querés verla? –dijo finalmente Martín, cuando todas las erupciones que sentía por su cuerpo entero sosegaron despacio- ¿De verdad querés verla? –llegó entonces su risa burlona. Esa risa que hizo que el aliento de Manuel al otro lado de la línea se cortara- Si querés volver a verla, si querés desearle un feliz cumpleaños, si querés tenerla en tus brazos de nuevo, vas a tener que pagarme 100 mil dólares por cada visita. ¿Trato hecho?
Por unos segundos Martín no oyó nada más.
- ¡Voy a hablar! ¡Voy a decir todo! ¡Me importa una mierda el contrato, tu vida, tu representante, todo! Es mi hija. Yo soy su mamá. ¡Voy a contarlo todo!
- ¡Hacelo! –gritó también Martín- ¡Hacelo y te juro por mi hija que hago que te pudras en la cárcel!
Martín no dio espacio a ni una palabra más de Manuel y cortó el teléfono. Lo lanzó a la cama y luego se cubrió la cabeza con las manos, rodeado por un silencio crudo que engullía todos sus pensamientos, todas las cosas que él siquiera pudiera aclararse a sí mismo. El celular volvió a sonar, pero esta vez Martín no hizo nada y cuando se incorporó, echó un vistazo a todo el cuarto, como si de alguna manera algo hubiese cambiado. Abrió la puerta y caminó de vuelta al patio, pero todo a su alrededor era negro y cuando Ema le jaló de la manga de su camisa marrón, no le dio ni una sonrisa ni una palabra ni nada.
Cantan el cumpleaños feliz y Agustina le dice a Ema que pida un deseo. Martín levanta la mirada poco a poco y cuando ve a su hija con los ojos cerrados y los labios apretados, ruega fervientemente que ese deseo nunca sea conocer a su mamá, porque no está seguro de qué tan alejado se encuentra de volverse realidad.
notas: Manuel quiere a la Ema de vuelta y no va a parar hasta conseguirlo ;)
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ivananeko · 6 years
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Stormsong Valley
Es un día de sol, cálido, con una suave brisa ondeando tu largo cabello. Tus sentidos están completamente impregnados del perfume de las flores a tu alrededor. Te encontrás caminando, horas sobre horas. A lo lejos divisás una silueta. Dudás y das cortos pasos hacia adelante, cauteloso, hasta que podés identificarla. Es ella. Es tu persona especial, aquella que te amaba tanto pero que un día se fue para no volver jamás.
Tu mirada es la de un niño travieso encontrando su muñeco favorito, que creyó que había perdido para siempre... Una mezcla de emociones que creíste haber extinguido de tu interior: sorpresa, felicidad, tranquilidad, confianza, amor. Ese amor que te generaba el sólo verla a tu lado ayudándote a crecer para convertirte en el hombre que sos ahora.
Te acercás a través del campo poblado de plantas que llegan a la cintura y dificultan tu llegada hacia sus brazos. Acelerás el paso, aunque ella parece esperarte con toda la paciencia del universo. Corrés, gritás la forma en la que la llamabas cuando aún estaba aquí. Extendés los brazos a su encuentro, a medida que ella también abre los suyos, y con el reflejo del sol podés ver el reflejo de una suave línea brillante en su rostro, una lágrima anticipa el torbellino de emociones que vos, con cada paso vas generando.
Lo lográs. Alcanzás su cuerpo y lo encerrás en el tuyo. Ambos frágiles. Le hablás, le tocás el rostro, y recordás esa suavidad, ese aroma, esa voz... Recordás sus expresiones, sus ojos rebosantes de amor incondicional, y te hundís en su pecho. No te alcanza el cuerpo para pedir explicaciones sobre por qué se ha ido.
Le das un beso en la mejilla a la vez que ella, todavía sosteniéndote entre sus brazos, te dice que en realidad quien está de visita sos vos, que desde el primer día en partir ha estado en ese lugar de flores tan hermosas, y que había pedido verte cuando hayas llegado al mismo sitio.
No entendés nada, tampoco te importa. Sólo deseás que ese momento no termine jamás, mientras que de su boca escuchás las palabras de calma, amor y paciencia que ella solamente tenía la habilidad de usar... Y de repente, un destello interrumpe tu vista. Alzás la vista sólo para verla reluciente, pulcra, inocente como lo era, con su bondad desbordante, pero una mirada de tristeza. Un semblante completamente cambiado.
La parte frontal de tu cuerpo se está sintiendo fría, como si no hubiera nadie más que una corriente congelada atravesándote. A tu alrededor todo se está oscureciendo, las flores han desaparecido como si una plaga hubiera atentado enfurecidamente contra ese paisaje perfecto. Ahora preguntás qué está pasando, y ella responde que aún no era el momento de quedarte allí, pero que como sos parte de ella, a través de sus recuerdos y su amor intenso y eterno hacia vos, vas a tener siempre un lugar cálido, que no seas tonto, que vivas, que vivas en su nombre todo lo que ella no pudo. Que seas feliz...
Y la imagen se desvanece como aquel día extraño cuando descubriste que se había terminado su tiempo.
Otra vez vuelve a invadirte ese lado sombrío, te llenás de ira, de indignación... Gritás de rabia, de impotencia, de dolor. Perderla dos veces no tenía un mísero sentido, no has hecho daño en la vida como para merecer sufrir asi. Cuestionás todo, con odio, en ese campo ahora marchito, nublado y frío.
De pronto sentís unos latidos fuertísimos en tu pecho. Recordás las palabras de aquella mujer: que en tu corazón yacería su amor... Llorás, no hay nadie más quien pueda juzgarte ni consolarte.
Otro sobresalto. Comenzás a tener miedo. El viento se torna más violento. No tenés dónde esconderte sin embargo vas de un lado a otro buscando refugio.
Una vez más, tu cuerpo vuelve a enloquecerse por dentro, y tu visión comienza a tornarse borrosa. Te estás apagando, y vos te resistís hasta que a tus pies, una grieta genera una abismo que te traga y vos estirás los brazos hacia el cielo mientras caés en un espesa oscuridad.
Suena una alarma intermitente, sentís como si poco a poco te acercaras a ella. Tu cuerpo está cómodo, abrigado. Te sentís protegido.
Escuchás tu respiración y casi en sincronía otro resoplo detrás. Como un ronquido. Te pesan los ojos, no podés abrirlos. Sentís el frescor de flores a tu alrededor, como en aquel momento--
Un momento. ¿Dónde estás? ¿Y dónde está ella? Inspirado por la fuerza de tus dudas atinás a estirar tus manos cuando notás que algo cálido está sobre una de ellas. El ronquido cesa y en segundos se transforma en gritos, oís tu nombre, querés saber por qué ese hombre te toca el rostro frenéticamente.
Abrís los ojos con lentitud y reconocés a esa persona llorando a tu delante. Te abraza con fiereza mientras es alejado por el personal médico que consternados se acercaron a chequear qué ocasionó tanto revuelo. Y así un flashback llegó a tu mente.
Tu mente y tu cuerpo no fueron capaces de soportar la pérdida de aquella mujer que tanto amaste desde que le abriste los ojos al mundo. Allí asociaste el tiempo que pasaste caminando en ese prado soleado y cálido, y parecía que todo había salido acorde a tu plan, hasta que la encontraste. Ese ángel que te había dado la vida tan sólo quería darte un beso de despedida y aprovechó para pedirte que sigas adelante.
Ese hombre que lloraba de emoción, a quien reconociste como tu padre, fue el que te halló con el alma casi desaparecida, y con una desesperación casi fuera de este mundo logró alcanzarte a manos que lograron sacarte adelante.
Hasta estabilizarte te indujeron un coma. Ahora que despertaste, todos los médicos se te acercaron llenos de preguntas, con controles primarios, anotaciones... Y no fue sino hasta que se salieron de la habitación que notaste del lado de la ventana una suave brisa que te trae un perfume familiar: el de las flores de aquel bello lugar. Entonces tu pecho se inunda de un calor que sale de tu alma y se envuelve en tu cuerpo como si fuera un abrazo, y cerrando los ojos podés ver nuevamente esa sonrisa tan reconfortante delante tuya.
“Todo estará bien” decís al mismo tiempo que una lágrima cae por tu mejilla y tu padre corre a tu lado, a prolongar el abrazo interrumpido un momento atrás.
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en-jupiter · 7 years
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Amar a alguien es la cosa más linda del mundo, dicen algunos. Y sí, amar es lindo, porque podés amar a cualquiera. Pero la persona que elijas para amar, también puede amar a cualquiera. La mayoría piensa que los adolescentes no saben amar de verdad, que el amor joven no dura. Pero a veces ves todo de una persona, lo malo y lo bueno, y lo aceptás igual. A veces confesamos amor y lo gritamos a los cuatro vientos, pero igual salimos rechazados, lastimados. Las personas cambian cuando están alrededor de otras personas. Todos finjen ser alguien más, alguien que no son. A veces conocemos a alguien dulce, alguien amable, pero aparenta ser más con las personas que se rodea. Se te pasan mil preguntas por la cabeza, porque no sabés cuál de las dos realidades es la de verdad. Es inevitable, a veces, pensar “¿Aparentás con ellos o aparentás conmigo?” Cuando hablamos con alguien y nos trata con tanta dulzura, nos podemos confundir. Pero ¿qué culpa tenemos? Estamos siendo. En un mundo como éste, tan frío, se habla con emoticones y los “te quiero” nos incendian el corazón. Porque no importa cómo lo quizo decir, el emoji de corazón con flecha, te puede significar otra cosa. Al igual que la comida, el amor también entra por los ojos. No, no es amor a primera vista. Para empezar a hablar con alguien, tenés que ver algo que te guste o que te llame la atención; no importa si no es la persona más linda del mundo. Todos tenemos ése “algo” que despierta a otros “algo's” en corazones ajenos (aunque no en todos). Te puede fascinar alguien porque le queda lindo lo que tiene puesto, te habla con los ojitos o te transmite eso que no sabés qué nombre ponerle. Por ahí escribís poemas, probablemente los mejores, sobre como te sentiste cuando sin querer te miró en algún pasillo, y está bien. Como humanos, nos confundimos un montón. Por ahí vemos amor de por vida donde solo hay ganas. Por ahí vemos todo donde no hay nada. A veces flashamos amor sin ponerle ese nombre. Pero ése no-sé-qué te va a mover a todo lados. El amor va a ser la razón por la que le vas a mentir a tus padres. Por ahí hace que te escapes de tu casa a la noche. Cuando esa persona te dé la mano, lo que sentís lo vas a escribir en un poema. Porque el amor nos pone así de estúpidos, así de ciegos. Nada te para porque nada más existe. El amor te va a pedir que dejes a otros, y le vas a hacer caso. También te vas a acordar de esas cosas mediante canciones. Después, caés. Un día te das cuenta que ése no-sé-qué, se está desvaneciendo. Sus ojos te van a dejar de hablar, sus mensajes no se van a sentir cálidos, y sus “te quiero” nada más van a provocar una chispita. Ahora el poema se va a tratar de cómo te ignoró en el pasillo. No importa cómo, ni cuando. De un momento a otro, vas a notar un ligero cambio en la forma en que te habla: Ya no te va a contestar los mensajes rápido, ya no te va a devolver las cosas lindas que le decís, por ahí ni siquiera van a tener conversaciones lindas. Te vas a preguntar qué es lo que cambió, o qué lo hizo cambiar. Te vas a poner triste y te vas a preguntar “¿Qué hice mal?”, “¿En qué fallé?”, “¿Fue algo que hice?” “¿Fue algo de mi personalidad?”. Y no, por ahí no fuiste vos. Por ahí sólo no era para vos. Para algunos, amar es matar o morir. Algunos, juntos se matan y separados mueren. Pero ¿cómo es eso? Vos matás por esa persona, pero esa persona te mata a vos. No es justo, tampoco es amor. Por ahí amás fuerte; los dos aman fuerte, pero no funcionan juntos. Por ahí no sabés amar o no te aman como querés ser amado. Te va a doler la cabeza por no soportar pensar que el último beso había sido sólo eso; el último. Si no hubo un beso, vas a pensar día y noche en por qué no lo hubo. Vas a seguir leyendo las conversaciones viejas, recordando; te va a doler un poco, pero después te vas a aburrir. Dicen que la mejor manera de olvidar a una alguien es convertirlo en literatura, y que no hay mejor perdón que el olvido… Por ahí tu literatura no es lo suficientemente buena, y vas a pensar que no lo vas a perdonar jamás. Todo es parte de dejar ir. Quizá no eran el uno para el otro, por más que el amor que había era demasiado o era nulo. Pero el amor es así, y no todos estamos hechos para la persona que es nuestro todo. Una mínima estupidez te puede convertir en otro desconocido. Cuando algo no funciona, no te culpes. Algunos corazones no están hechos para amarte. Algún día vas a rozar otra mano y vas a escribir otro poema. Vas a hablar con los ojos de alguien más. El amor te va a mover a otros lados. No vas a matar o morir, vas a sanar y a ayudar a sanar. Vas a encontrar a alguien que va a ser igual con vos que con el resto del mundo, que no aparente ser y sólo sea. No vas a confundir el amor con ganas, vas a amar con ganas. Vas a sentir ése no-sé-qué otra vez, pero ahora vas a saber qué es. El amor llega cuando tiene que llegar, pero se va exactamente cuando se tiene que ir. Que no dure no significa que no corresponda. Porque lo que sí corresponde es aprender algo, y aprendemos de todo. Del amor se aprende y del desamor también. No tengas miedo a amar fuerte y amar como sabés. Alguna vez, las chispas van a volver a hacer fuego.
“Que el amor nos salve de esta vida (o que la vida nos salve de este amor)” — m.g.
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robertoverinais · 7 years
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Las sensaciones son más vívidas cada vez que me despierto. Vos, yo, un quilombo el lugar; pero todavía juntos. Nos asqueamos de lo que vemos, no por nuestra apariencia; sino por lo que estamos representando. Vos siendo todo lo que querés ser; yo anhelando todo lo que me falta. Vivís el ahora, vivo en el futuro. Maldita sea el momento en que lo dejé todo en las manos del destino. No logro distinguir cuál es el ahora y cuál es el futuro. Vivo en un ansia constante, me consume el tabaco, mis movimientos son erráticos y eso que tanto anhelo es tan incierto como de cierto tiene que lo quiero vivir. Te transformás en una sombra, te siento lejos, te siento poco, te dejo de sentir. Lo cálido de tu voz se transformó en algo gélido y tajante. El desgaste es así. Y yo sigo anhelando que todo puede mejorar. Sigo ahí adelante, sigo perdido y obnubilado ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo volver a disfrutar del ahora? No logro encontrarme ni en el reflejo que fracaso porque sigo ahí adelante.
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serentreletras-blog · 4 years
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Federico es el beso de mamá y el calor del abrazo de papá. Es encontrarte con una película que te vuelva la cabeza y sentir constantemente la brisa de una noche de verano. Federico es risa y alegría, es la esperanza de que todo siempre puede ser mejor, si hay personas con un corazón como el de él. Federico es libertad, es saber que vas a volar siempre a dónde quieras, pero también es hogar entonces siempre van a acompañarte sus abrazos. Con los años entendí que las personas son hogares, casitas pequeñas y mansiones inmensas, todas tienen algo en común, son temporarias. Son hogares que nos acurrucan y nos enseñan, aprendemos a llorar, a reír, a disfrutar, entendemos que el amor es desinteresado y que todos somos diferentes. Todos nos brindan algo, seguridad, miedo, alegrias, son hogares lindos, algunos tienen simpleza y te hacen disfrutar de las cosas más sencillas, otros tienen una idea diferente de ver la vida, pero nos construyen y nos acompañan, nos brindan el calorcito que nos da un hogar y cuando creemos que es el momento necesario nos mudamos, pasamos a visitar otros hogares, con otras sensaciones y momentos. Al menos esa es mi manera de verlo, pero nada puede ser exacto y siempre llega alguien que te cambia la manera de ver las cosas. Federico es mis ojos para ver más allá de todo lo que ya creía conocer, Federico es el querer descubrir el mundo entero, pero también querer llegar ya a casa para estar acostada con el cuerpo con cuerpo. Federico me enseñó a mirar con otros ojos, me demostró que siempre hay algo mejor. El universo es inmenso y muchas veces asusta, pero Federico es calma. Es la calma de un hogar, que no querés que sea temporal, es el lugar en donde queres permanecer siempre, porque es el solcito que entra por la ventana, tu tema preferido sonando en la radio, la sensación de un cosquilleo constante en la panza, la alegría de poder mirar esos ojos todos los días. Federico es mi hogar, mi compañía, mi esperanza en el mundo, mi persona favorita, la única persona que puede hacerme sentir y creer que todo va a estar bien, que allá afuera las cosas se complican, pero acá adentro cuando las puertas se cierran, estamos juntos. No hay manera de describir, todo lo que conocí con su compañía, porque Federico es un torbellino de emociones, es el despertarse con el corazón que explota de amor y dormirse feliz por ser parte de su vida. Federico es mi amor, mi cálido y dulce hogar, pero no temporal, Federico es el hogar donde quiero pertenecer siempre.
Rocío P
Para Fede.
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