Tumgik
#Así que me venzo En sus brazos
monasterioshaodin · 7 years
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Las cartas sobre la mesa
To’avía me pa’ece alucinante que llegase’h hah’ta aquí en una balsa de palmera —dijo la trol rechoncha en tanto se desplazaba por la cubierta de su nave—. Y má’h aún que me haya’h traído la cena.
La Señora del Vudú lanzó una mirada glotona a Jon Peditos, quien se refugió en los brazos del capitán Barbatrueno. A él aquellas exhibiciones no le impresionaban: estaba acostumbrado a tratar con tipos de lo más extraño del mundo de la marinería. Lo que sí lo asombró fue el hecho de que el barco parecía completamente vacío y aun así, era plenamente funcional. ¿Bastaría aquella trol oronda para manejar los cabos, el timón y llevar a cabo el resto de operaciones precisas para la singladura de una nave? Lo dudaba mucho.
A medida que paseaba por la cubierta interior, atravesando pasillos, se dio cuenta de que había multitud de máscaras tiki colgadas de las paredes. Algunas incluso parecían vigilarlo. De hecho, una desapareció después de que la hubiera mirado.
—Ahora lo entiendo —exclamó Kong, riéndose—. Tu tripulación son las máscaras tiki.
—Mu’ inteligente, bombón. Vamo’h a mi camarote: te invito a una copa. No to’s los días se encuentra una a un náufrago tan atrah’tivo.
Abrió la puerta de su camarote y ambos entraron en él. Con un gesto airoso de la muñeca, la Señora del Vudú indicó a Kong que tomase asiento en una banqueta de palo y hueso. Se reservó para sí misma una butaca forrada de piel y prolijamente decorada con velas sostenidas por brazos esqueléticos y con una máscara tiki suspendida arriba del todo. Entre ambos se interponía una mesa en la que descansaba un tablero de ajedrez. El capitán Barbatrueno soltó a Jon Peditos en el suelo y se abstrajo estudiando el tablero.
—¿Juegas? —preguntó el pandaren, entre sorprendido y admirado.
—La’h máh’caras tiki son mu’ aburridas. Siempre sabe’h cómo van a actuar…
—Como tú les mandes, ¿no? —Infirió él.
—Exacto. Veo que sabe’h un poco de eh’tas cosas —La vuduísta, de mientras, rebuscaba una botella en un estante. Sirvió dos jarras decoradas con cráneos de trol y derramó un mejunje espumeante y ligeramente verdoso dentro.
—He tomado ponzoña con mejor aspecto que esto.
—Es cerveza de veneno de rana, una verdadera maravilla de la deh’tilería Gurubashi —explicó la Señora del Vudú mientras se repantingaba a gusto en su asiento.
Lo cierto es que eran ambos personajillos muy curiosos: ella, adornada de abalorios óseos, y con un tatuaje facial íntegramente blanco que semejaba una calavera; él, con una barba espesa y un parche en el ojo en el que habían dibujado un pandaren furioso.
—Noto en tu mirada do’h cosas: la primera, tu sed insaciable; la segunda, tu’h ganas de jugar. ¿Algún otro vicio má’h, capitán Barbatrueno?
—Lo siento, pero no eres mi tipo —opuso enseguida Kong, apurando un trago de birra—. Las mujeres me gustan con más pelo.
—¿Y quién te ha dicho que la Señora del Vudú no tenga pelo…?
El chamán sonrió, encogiéndose de hombros, y le metió un buen lingotazo a su copa. A la hechicera trol no le quedó otro remedio que rellenársela.
—Ten cuidao. Sube mu’ rápido a la cabeza.
El capitán Barbatrueno le quitó importancia con un ademán. Llevaba casi dos días sin probar un solo chupito de alcohol y estaba desquiciándose. Lo necesitaba.
—¿Me e’hplicas qué hacías exactamente varao en una ih’la desierta? ¿Un motín? ¿Te la jugó tu novia po’que le pusih’te los cuernos con otra… o con otro?
—¿Me explicas tú a mí qué hacías rondando Vashj’ir sin aparente rumbo fijo y por qué te has detenido por estas aguas?
La Señora del Vudú sonrió con perfidia.
—Gánatelo.
—¿Qué quieres que haga?
—Echemo’h una partida de ajedrez. Si me derrota’h, te diré lo que quiere’h saber. Pero si yo te venzo a ti —Hizo una pausa para meditar—… va’h a tener que quitarte la camisa, hombretón; y me va’h a tener que reh’ponder a un par de cosas.
—Te gusta que los hombres hagan lo que tú les mandes, ¿verdad, Señora?
—Era una pregunta retórica, no esperaba contestación—. De acuerdo. Pero tengo que advertirte: los juegos se me dan extremadamente bien.
La trol no se inmutó y dispuso sobre el tablero unas piezas talladas en hueso que guardaba en un estuche. El alfil era un lanzador de jabalinas trol y el caballo un raptor; los peones eran máscaras tiki; la torre, un bérserker descomunal; la reina, la propia Señora del Vudú y el rey…
—Esa pieza de ahí se parece a mí. ¿Cómo lo has hecho?
—Una muje’h tiene su’h secretos. ¿Empezamo’h?
Iniciaron la partida. El patrón de movimiento de la Señora del Vudu era muy simple. Era una táctica elemental, que servía solo para ganar a los más inexpertos. Él fingió seguirle el juego al tiempo que desarrollaba un contraataque eficaz. Durante el juego apenas si intercambiaron un par de comentarios puntuales y cruzaron unas breves miradas.
“Pan comido”, pensó Kong.
—Jaque mate —anunció la Señora del Vudú al cabo de unos minutos.
—¿Cómo? —La admiración del chamán se hacía patente—. ¿Cómo es posible? ¿Desde cuándo esa torre estaba ahí? ¿Cómo es que no me he dado cuenta…?
—Lo dice’h como si fuera la gran cosa. Si has sobrevivío a un naufragio pue’ que tengas lapsus de memoria, amor.
—Imposible —objetó él, achinando los ojos—. Mi memoria rara vez falla.
—Mih’terios de la vida. Pero lo prometío e’h deuda, ¿no crees?
De mala gana se sacó la camisa por la cabeza, se la lanzó a Jon Peditos y reanudó la inspección del tablero y de las piezas. Las hizo desplazarse por su superficie e incluso levantó el tablero, en busca de imanes o de alguna otra trampa.
—Apenas he levantado la mirada del tablero. ¿Cómo lo has hecho?
La Señora del Vudú se relamía y por un instante casi notó que le había acariciado el pecho; aunque era de todo punto imposible: estaba a casi dos metros de distancia y sus extremidades no eran tan largas.
—Yo no he hecho ná, cariño. Y ahora, págame lo que me debe’h y dime… ¿Qué eh’tabas haciendo aquí? Cuéntame la verdad. Pue’o ver a travé’h de las mentiras.
Los ojos de la máscara tiki sobre el respaldo de su butaca se iluminaron. Kong sonrió con amargor: “de perdidos al río”.
—Nos atacaron —Empezó—. Una nave descomunal emergió de la niebla. Los espíritus dejaron de hablar. No había viento y el agua apenas se movía y con todo, su barco navegaba a toda vela.
El rostro de la Señora Vudú palideció. El capitán Barbatrueno continuó relatando:
—Su mascarón de proa tenía la forma del cráneo de un leviatán y de la cubierta procedían voces de ultratumba. La historia te resulta familiar, ¿verdad?
La trol tragó saliva.
—¿Cómo sobrevivih’te?
—Lo hice arder.
—¿QUÉ? —exclamó, poniéndose en pie.
—Lo que oyes: rociamos el Beso de Shen-zin Su con nuestras provisiones de alcohol para todo un mes y le prendimos fuego justo antes de colisionar contra ese monstruo.
—¡Pero eso e’h un suicidio!
—Íbamos a morir de todos modos.
La capitana del Lamento de Murra’jin compuso un rictus y luego se distrajo, pensando en sus cosas.
—¿Qué sabes de ese barco, Señora del Vudú?
—¿Quiere’h que te lo cuente? Eh’tá bien. Te doy otra opo’tunidad: vénceme al ajedrez en una segunda partida y te diré tó lo que sé. Pero si pierdes…
—¿Me bajo los pantalones? —Interrogó Kong, jocoso.
—Te queda’h en el Lamento de Murra’jin pa’ siempre —declaró. Los ojos de las máscaras tiki que los rodeaban se encendieron como lámparas—. Tu presencia me agrada: ere’h lih’to, aunque no seas mu’ guapo. Ademá’h, necesito a alguien que me haga compañía…
El chamán dirigió la vista a las máscaras tiki y después otra vez a la Señora del Vudú. Apuró un sorbo y se mesó la barba.
—Cuida que e’h un contrato firmao ante mi’h notarios del Más Allá…
—Acepto.
—¿Eh? ¿Eh’tás seguro, cariño?
—He dicho que acepto. Pero si yo venzo, tú me ayudarás a mí.
La trol crispó los hombros con suavidad y sonrió, como si no contemplase la opción de perder.
—¿Prefiere’h otro juego?
—No, el ajedrez está bien, pero me placería fumar. ¿Tienes un cigarro?
La Señora del Vudú afirmó y le tendió un cigarrillo liado a mano y metido junto a otros diez de sus hermanos en una cajita. Ambos colocaron las piezas en sus posiciones originales. Kong, sin embargo, se negó a comenzar el juego hasta terminarse el cigarro. Cuando se lo acabó, un tupido nubarrón negro oscurecía la atmósfera, dificultando la visión y la respiración.
—¿Comenzamos?
La partida discurrió igual que antes: predecible y aburrida. Kong sacrificaba algunas piezas en jugadas absurdas para darle a la Señora del Vudú sensación de equidad; y cuando menos se lo esperaba…
—Jaque mate —declaró el pandaren.
—¡IMPOSIBLE! ¡Ha’h hecho trampa! —Se ultrajó la trol.
—Solo un tramposo acusa a otro de hacer trampas, Señora del Vudú.
—¿Qué eh’tás insinuando…?
—Tu técnica de distracción es muy interesante: la máscara tiki en lo alto de tu sillón lleva a cabo un pequeño conjuro de hipnotismo y así, en un lapso de dos o tres segundos, puedes cambiar la disposición de las piezas en el tablero a tu antojo. Sin embargo, te falla algo…
La Señora del Vudú, con la mueca contraída a causa de la ira, le dejó que concluyese su razonamiento.
—Te falla algo, decía, y es habilidad en el juego. La mejor trampa es la más sutil; o la más descarada, no hay término medio. En tu caso, tus modificaciones no eran tan grandes como para despertar sospechas, pero a largo plazo resultaban obvias. Sospecho que el conjuro de la máscara tiki también atonta la mente, porque de otro modo te habría cazado antes.
La trol sonrió. Principió a reírse a carcajadas.
—Mu’ bien, capitán Kong. Pero eso no me aclara cómo te has dao cuenta del engaño.
—Era evidente: en este barco todo funciona gracias a la magia tiki. ¿Y qué máscara tiki había estado presenciando la partida desde el principio al final? —Señaló a la que presidía el asiento de la capitana—. Reconozco que no sabía del todo cómo funcionaba, pero se me ocurrió neutralizar su mirada por medio del humo. Tú debiste de confiar demasiado en tu ardid, o en las capacidades de la máscara, porque ni siquiera te percataste.
—Te la juga’hte. A lo mejo’ la máscara podía ve’ a través del humo.
—Te confieso que yo también hice trampas, Señora del Vudú: solicité a los elementos del fuego y del aire que densificasen la nube y que impidiesen que la máscara viera nada —expuso—. Me gusta jugar sobre seguro.
La Señora del Vudú movió sus brazos en un ademán histriónico. Sus múltiples pulseras, anillos y collares se agitaron al unísono.
—¿Qué quiere’h de mí, capitán Barbatrueno?
—Primero vas a decirme lo que sabes sobre esa nave. Pon todas tus cartas sobre la mesa, Señora del Vudú.
La hechicera se frotó los ojos con aire nostálgico y empezó a narrar:
—Hace algunas semanas, una mih’teriosa niebla cubrió el puerto de nueh’tra tierra ancestral. Cuando se disipó, días má’h tarde, deh’cubrimos que no quedaba nadie. Y entonces, alguno’h recordamo’h las leyendas sobre una nave que venía con la bruma y que se llevaba a to’l mundo: un barco temido de lo’h tiempos de la decadencia del Imperio Gurubashi. Su mascarón de proa eh’taba hecho con el cráneo de un leviatán y la’h voces que provenían de su cubierta…
—Eran aullidos del otro mundo —completó Kong.
—Lo llamaban el Krakkenfar.
—¿El Krakkenfar? ¿Eso es lo que estabas buscando aquí?
—Lo eh’taba persiguiendo. Pa’ ver si eran ciertos los rumores y pa’ darle caza y recupera’ a la gente de mi tribu.
El pandaren se mantuvo en silencio unos segundos, recapacitando. Se pellizcó la barba a fin de salir de su ensimismamiento. La Señora del Vudú lo observaba con interés.
—Yo le infligí daños severos a ese barco. Quizá lo haya destruido del todo.
—… Hace más de die’h mil años un leviatán lo engulló, según la’h leyendas má’h viejas. ¿Y aún dudas que sea el mih’mo barco…?
—¿Quieres decir que el sacrificio del Beso de Shen-zin Su no ha servido de nada…?
La Señora del Vudú agachó la mirada con melancolía. Kong conservó la vista fija en sus ojos.
—Tu tripulación ha muerto pa’ ná, capitán Barbatrueno.
—No.
—¿Qué dice’h?
—No han muerto —Volvió la mirada a Jon Peditos, que estaba hozando el suelo—. Siguen vivos.
La trol sonrió con condescendencia y asintió. No discutieron más sobre ese tema.
—En uno’h días te dejaré en Bahía del Botín, como me pedih’te. ¿Eh’tás seguro de que to’a la gente a la que has convocao eh’tará allí?
—Sí. Llegarán en no más de una semana —Respondió sin vacilar.
—Mu’ bien. En cuanto eh’tés en tierra ya no ere’h asunto mío, pero eh’pero que me venga’h a visitar de ve’h en cuando al Dorao, ¿eh?
—¿Recuerdas que aún me debes algo, capitana?
—¿Mmm?
—Te comprometiste a ayudarme.
—Puedo alivia’h tu tensión, si e’h eso lo que buh’cas… —La trol se retiró los tirantes del vestido de un modo sugerente, relamiéndose los labios.
—Quizá en otra ocasión. Ahora me conformo con un favor más complejo y a la vez más simple.
La Señora del Vudú frunció las cejas, frustrada. Con todo, no permitió que el revés le pasase factura y adoptó una actitud indiferente.
—¿De qué se trata?
El capitán Barbatrueno sonrió. Aquel semblante fiero, curtido en la mar, no demasiado hermoso, de barba desaliñada y tuerto de un ojo se le antojó guapísimo a la Señora del Vudú.
—Nos ayudarás a atrapar el Krakkenfar.
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creepynk · 7 years
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He tenido tantas veces miedo que ya lo recibo como a un viejo amigo que siempre aparece cuando la situación se tuerce. Durante un tiempo me lleva cogida del brazo, me hace sonreír a los que pasan cerca para que nadie note que me maneja, y siempre viste de color gris oscuro para camuflarse con mi sombra. Pero no es un amigo exclusivamente mío, no soy tan acaparadora, otras personas me dicen que de vez en cuando si ven pelis en las que sale mucha sangre siempre está él comiendo palomitas a su lado, y también cuando van a su casa de madrugada sin que nadie pueda acompañarlas y de pronto aparece él por la esquina y se queda todo el camino acechando. Pero a mí sólo viene cuando tengo que tomar una decisión, porque me da pánico tener que elegir, ¿me muestro como soy o eso me llevará a que me hagan daño? ¿Me marcho para siempre o me acerco más? ¿Si actúo así sufriré? ¿Qué va a pasar? Y él me escucha con dedicación y me coge de la mano y me susurra consejos al oído y yo le dejo que poco a poco vaya llenando mi vida de más fracasos. Pero a veces soy más fuerte y me levanto le abro la puerta y se va. A veces vence él, sin embargo ahora casi siempre venzo yo.
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tortuga1976 · 7 years
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Si  estuviera delante de ella afirmaría que se veía diferente,  con sentimientos encontrados… sus palabras serian lo que suelen verbalizar con confusión… No ha sido la primera que lográ acelarar mi corazón… El pausar entre las palabras la delato, que conseguio llegar a un sitio donde no encuentro explicación… un camino sin salida… o al menos un senda que la lleva a realizar actos ilógicas… Trata e intenta pero entre más respuesta busca solo obtiene lidiar con más preguntas… Siendo sincero, todo esto se crea en segundos en mi mente… el hecho de borrar cada palabra… solo me ha llevado a escribir más… De alguna manera no me cabe tantas ideas, he sentido como el deseo de tenerte a mi lado me consume… Por eso decidí guardar cada palabra… hasta llegar a un estado donde ya no fluyan más… Encapsular este sentimiento que no se puede esconder… Hay algo en común en cada persona que me ha hecho sentir esto… Todas coinciden en que no debo callar… más aún así no venzo esta gran debilidad… Solo quiero que estes dispuesta a entregar tu corazón… Mientras… yo seguiré cada “noche… bajo la luz de la Luna”, escribiendote, pensandote, esperandote, visitandote y callando, hasta cuando las palabras ya no sean un reflejo confuso y el tiempo me otorge un “Si” Yo nunca dije que era una “cita”, solo quería un ratito a tu lado, pero me agrada la forma de trabajar de este sentimiento, unas veces es silencioso, otras te hace escuchar lo inesperado como lo hicistes hoy. Ahora tengo más razones para pensar en tí…¡Viste que mala eres!, Hoy comienzan las noches eternas y deseo que los días pasen rapido para verte, para dejar de vivir en lo imaginario y entregarme una vez más a la realidad… Ya deseo que terminen mis pensamientos para dar paso a la creatividad… Ya quiero que la “Luna” sea “Llena”… para ver el brillo de sus ojos… y lo hermoso de su sonrisa…Tener mucho tiempo libre, hace mal…  He intentado en cada día evadir aquellas ideas que me hacen planear las cosas, resultando inútil mis fuerzas. Pero de que me vale escribir cada movimiento que haré si al estar ante Tí… el resultado es diferente a como lo planíe, (Es algo más que me encanta de tí…), Aquella sensación de ser parte de tu azar me llena de emoción, ese toque que le das a cada invitación es de alguna forma extraño para mi, pero me gusta; suele confundir mis planes, mas aún confuso sin nada en la mente me compeles a olvidarme de lo planeado y me invitas a componer mis palabras…! Se que aín  faltan 5 días para la “Luna Llena”, más y más serán los detalles que por mi mente serán planeados,… más tú eres mi contramedicina, que aunque anote cada detalle creo  sucederan aquel día,…  no sucederán como lo he pensado…!Quizas no sea suficiente el pensar en ti a cada momento (en ocasiones creo que no es normal), y no se quien lo decidio por mi pero ultimamente eres el centro de mis sueños. Usualmente no soy de los que sueña a diario (es más me atrevería a decir que puedo contar las veces que he soñado en el año).  Eres increíble!, en serio me sorprende tu manera de pasar a mi subconsciente, esas palabras pronunciadas el sábado por Telefono, y aquella sensación que me dejastes de intriga, me hace querer más tu presencia a mi lado. “Hermanita”, que estas haciendo…?, pero lo que sea que pretendas me gusta…! Y aunque no pueda observarte desde mi ventana, siento que estas en la distancia viendo hacia las estrellas… Mientras yo observo la “Luna”Como te olvido?… Si mi corazón y mis sentimientos se niegan… Cuando creí que no te vería en la semana,  Aparecistes en un viernes inesperado… Aún no puedo creer que tantas coincidencias,  me sucedan desde que te conocí… Ver tu nombre en todas partes, caminar sin rumbo y derrepente cuando quiero perderte un instante de mis pensamientos… Pof! Apareces!! Que acaso desde aquel segundo cuando te acercastes a mi, con un sweter rojo, y tu cabello suelto… … Conte ese día cada paso que distes… y grabe tus primeras palabras en mí corazón… Desde ese instante cuando abristes tus labios para decirme “Hola amiguito…”,(No lo recuerdas verdad?) No me he podido ocultar de tu inconsiente fantasmal el cual me sigue a donde quiera que voy, desde ese instante mis sentimientos que durante años trate de endurecer, tú lo arruinastes en un segundo… con esa mirada, que aún no puedo explicar… destruistes lo que creí había forjado con dureza… y me volvistes debíl a tus besos… irresistible a explorar tu curiosidad…. Tu en realidad me haces crear locuras en mi mente, juegos extraños y haces de mi imaginación un taller de creatividad… Por más que intente desaparecerte de mi vida no puedo… y aún te pregunto algo que no  me has contestado… ¿Como se hace para olvidar a una persona que no quieres olvidar?… ¿Como olvidarte a Tí… que pones la diferencia en mis semanas?Por más que intente negar mis sentimientos… se hacen con cada mirada más visibles…, Como si de la “Luna” se tratase me encantan cada una de tus fases… porque aunque eres diferentes en cada una de ellas, eso no te quita tu sonrisa tu sonrisa de luna y no depende de como sean tus emociones…, por dentro no dejas de ser la niña curiosa que me enamora… Quienes te han visto llorar son contagiados por tus lágrimas, puedes transmitir esas gotas de cristal en los corazones de cada persona… Como escapar de tu resplandor “Luna”, si son las noches las hora en las que puedo disfrutar de tus palabras y escuchar tus risas…, Aunque pudiera evadir tu luz… no quiero escapar de tus halos nocturnos… Como demostrar que existe la forma de alterar el tiempo, retrocediendo las horas y deteniendome en el momento en el que me quedo fijamente mirandola a los ojos… Es algo un poco curioso el decir “Te quiero”, cuando deberia decir “Te amo”… Debería…Debería de ser facíl repetir esas palabras cuando ya las has pronunciado un millón de veces a otras personas… sin embargo, no es así… Es como si cada vez el tiempo retrocediera enseñandote cada mañana a vivir esperando, extrañando, y a la vez deseando… Entonces se hace dificil mencionar un “Te quiero” cuando en realidad las palabras correctas son “Te amo”… En realidad nadie tiene l acerteza de lo que significa “Amar”… Algunos dicen lo contrario pero solo CREEN SABERLO… con esto no digo que el amor no exista… Lo que digo es que nadie esta seguro si ama de verdad o de si sabe amar… Hasta el momento en el que se decide compartir nuestros errores… Aprendemos por medio de ensayo y error… No afirmo que soy el más experimentado en esto, al contrario entre más pretendo conocer el amor, me siento el más pequeño de los aprendices… Cada experiencia nos enseña a ser más fuertes para vivir la proxima… Hasta el punto de darnos cuenta que el final no existe y que es un ciclo repetitivo en el cual cada repetición es diferente y cada vez más emocionante… Cada vez que decimos “Te amo”, es una de esas oportunidades para vivir lo que siente el corazón y probar si en verdad lo que sentimos es verdad… Mi primer “Te amo”, me enseño a no apresurarme a los hechos… y a estudiar los sentimientos, sus gustos, sus temores, sus anhelos, sus sueños, visiones, Lo que la hace llorar y lo que la pone alegre… ymuchas otras cosas que al recordarlas me causan risa… Mi segundo “Te amo”, pues me enseño a besar por primera vez,  me indujo a volverme vicioso a las caricias, y además me enseño que el tiempo… no debe ser escusa para esos momentos… Si llegas a ser la siguiente… ¿Q’ me enseñarias Tú? Existe otra palabrita “Te quiero”, la cual esta enlazada muchas veces al “Te amo”,  algunos afirman que su prioridad esta por debajo de un “Te amo”… Pero si es así entonces porque antes de ser novios pocas veces escucharas un “Te quiero”, más bien escuchas el “Te amo”, y luego siendo novios es que se pronuncia un “Te quiero”… Un “Te quiero” surge cuando el “Te amo”,  hace llover gotas de lagrimas en el corazón y el deseo de tenerla a tu lado es más desgarrador que el hecho de solo un beso… Existen exepciones en el que un “Te quiero” llega a ser mayor que el “Te Amo”, y es cuando no quieres dejar de abrazarla, sientes que todo es eterno, todo lo crees, y estas dispuesto a morir por estar a su lado… Crees que será eterno todo y sin medir consecuencias te entregas al amor como si solo existieras tu y ella…. Mi caso es extraño (Como todos mis días), vivo en “Te quiero” ants de un “Te amo”… Una exepción de la cual vivo y luego escribiré… “Enseñame algo Tú!…, porque siento que aún no se nada…., Cuando creí conocerlo todo… el todo al conocerte a Tí se volvió nada…El hecho de que no te vea no es motivo para dejar de escribir… Más bien, me inspiras (Como esta noche)… Tú no sabes, que la “Luna” de fue con el sol,  No sabiendo que una estrella no tuvo el valor de decirte “Te amo”… Y que para la estrella tu eres la razón por la que intente simular tu luz, tratando de brillar como la haces tú… Aunque muchos digan que es imposible, esa estrella ignora los comentarios prefiriendo vencer sus arriesgar sus sentimientos al rechazo que quedarse de brazos cruzados… Cuentan por allí que la estrella quizo llamar la atención de la luna tratando de brillar más que el sol; y muchos critican su hazaña por considerarlo descabellado e ilogico… Más sobre todas las palabrerias, Me doy cuenta que “Si es posible que una estrella brille más que el sol”… ¿Quieres que te lo demuestre?…  … … Tu la “Luna” y yo nuevamente la “estrella”… … En que terminará esto?? …. Pues aún no he comenzado…
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