Tumgik
#lsdln fanfic
myillicitaffair · 3 months
Text
Hands to myself | Esteban Kukuriczka.
Tumblr media
Sumario: mañanas tranquilas con tu novio.
Warnings: sexo explícito (+18), fingering, sexo desprotegido, dirty talking.
Notas: cómo argentina, me parece preocupante la falta de fanfics que hay de este hombre xx.
Créditos: esta inspirado en la canción de Selena Gómez, las imágenes del principio no me pertenecen y las encontré en pinterest, sin embargo, el collage fue hecho por mi.
1.3k words.
La suave brisa bonaerense inunda el amplio cuarto, jugueteando con mis mechones, desperdigados en las almohadas. El sol empieza a colarse sin consideraciones por las ventanas entreabiertas, obligando a mis cansados parpados a perforar mi sueño.
Los fuertes brazos anclados en mi cintura me atraen aún más cerca del hombre dormitando a mi lado, su rostro anidado en mi cuello, su dulce y varonil aroma inundando mis fosas nasales, envolviéndome en su calor corporal.
“Buenos días, Tebi”- Murmuro suavemente, cubriendo sus hombros con delicados besos para despertarlo.
“Buenos días, preciosa”- Responde, despegándose de la somnolencia y serpenteando sus extremidades con las mías.
Hinco mis dientes seductoramente en su piel descubierta, salpicándolo con pequeñas marcas rojas en contraste con su tez pecosa. Ansiosa, deslizo mis piernas sobre las suyas, posicionándome a horcajadas sobre su regazo.
“¿Andamos cariñosas esta mañana?”- Socarrón, amasa la desnudez de mis caderas entre sus palmas, causando que nuestros sexos se rocen firmemente. La burlona fricción no está ni cerca de ser suficiente para calmar las llamaradas que empiezan a asentarse en mi estomago bajo.
“Dale, amor, ¡por favor te pido!”- Ruego impaciente, tratando de replicar sus movimientos. Su agarre me mantiene estática en mi lugar, sin permitirme mover.
“¿Por favor qué?”- Finge inocencia mientras las puntas de sus dedos empiezan a dibujar entramados sobre mis costillas, trepando hacia mis pechos.
Atrapa mis pezones entre sus yemas, jugueteando con ambos a la vez, hasta sentir como se endurecen ante sus atenciones.
“Tocame, te necesito…”- Aclaro sin aliento.
Con una sonrisa ladina, acerca su boca hacia el derecho, provocando el montículo con la lengua hasta empezar a succionarlo con urgencia. Me enredo en su cabello, tirando de el con ferocidad, ganándome un gimoteo de satisfacción de su parte.
Separándose de mi abusado busto, observa mis ojos con cierta malicia impresa en los suyos al tiempo que me restriega contra su palpitante centro. Una creciente erección se hace notar bajo la ropa interior que nos separa.
“Mira lo que me haces”- Acentúa su punto al embestir mi coño cubierto con su pulsante miembro. Mi boca se entreabre ante el placer repentino- “Me pones tan duro.”
“Tebi, no puedo más”- Susurro cuando su mano baja por mi estomago hasta hallar mi intimidad, desliza mi tanga por mis pantorrillas para así estimular el clítoris en premeditados movimientos circulares. Creo enloquecer ante sus ralentizadas caricias
Asienta su toque errante en mi humedad, sus yemas buceando entre mis jugos. Retira sus dedos índice y corazón, para luego sorberlos ruidosamente, lamiendo mi reluciente excitación.
“¿Quién te tiene así de mojadita? Mh?”- Pregunta orgulloso, sabiendo perfectamente que el es el causante.
Reanuda sus ministraciones en mi núcleo, colándose por entre mis labios para penetrarte con dos dígitos. Mis orbes fijos en sus movimientos, aun desconcertada por lo obsceno de su accionar.
Rápidamente acelera sus movimientos, curvándose para golpear la esponjosa cavidad. Su longitud roza todos mis puntos sensibles, acercándome a un inexorable crescendo. Sumergida en el disfrute, lo único que escapa mis cuerdas vocales son quejidos de satisfacción, entrelazados con gemidos nombrándolo.
“Contestame, nena. ”- Reclama, forzando el contacto visual al aprisionar mi mandíbula en su agarre.
“Vos, Kuku, ¡solo vos!”- Contesto, hundiendo mis uñas en la tersura de sus bíceps, marcando lunas crecientes para la posteridad. Una sonrisa engreída tiñe sus delicadas facciones al notar mi estrechez aspirándolo, signo de mi orgasmo aproximándose a pasos agigantados.
Meciéndome sobre sus largos dedos, comienzo a percibir las avasallantes olas de mi culminación; la presión en mi vientre amenazando con explotar, la euforia difuminando todo a mi alrededor, centrándome solo en el rostro de mi novio cercano al mío.
El clímax se ve remplazado por un insoportable vacío cuando retira sus dígitos de mi calor, negándome la liberación. Un sollozo se cuela por mi expresión desahuciada, mis ojos alarmadamente abiertos cubiertos por una fina capa de lágrimas.
“No no no, por favor”- Lloriqueo en su oído, tratando de reganar el pasado contacto. Sus fuertes extremidades me aquietan por encima de su muslo, logrando que mis movimientos mueran lentamente.
“Tranquila, linda. Ahora te voy a coger, ¿sí?”- Pronuncia, apaciguando mis patéticos hipidos. Asiento frenéticamente, deseosa de sentirlo en mi interior.
Con un preciso movimiento, me enjaula bajo suyo, su largo cuerpo enmarcando al mío. Lo observo despojarse de sus calzoncillos, ardiendo al presenciar su desnudez absoluta.
Mis ojos merodean desde su esbelto pecho hasta los colorados vellos que trazan el inicio de su pelvis, gruesa y rebosante de líquido preseminal.
Casi ausente, permito que mi mano recorra su cuerpo, centrándome en su furioso pene. Con lánguidos movimientos, trazo su longitud, torciendo mi muñeca para proporcionarle el mayor placer posible.
“Me vas a matar, bebé”- Confiesa, acalorado y excitado. Sus rizos cobre empiezan a pegarse a su frente ante el esfuerzo físico, unas singulares gotas de sudor recorren su tórax.
Toma mis extremidades superiores entre sus garras para anclarlas sobre mi cabeza, dejándome completamente a su merced. Con un gesto busca mi consentimiento, el cual soy rápida en proporcionarle.
Su glande comienza a ingresar por mi núcleo, empujándose pacientemente dentro mío. Mas allá de la cantidad de veces que repitamos el procedimiento, jamás lograría acostumbrarme a la deliciosa manera en que me estira. El aire se condensa de sus suspiros de alivio al sentir su polla completamente en mi interior.
Así, inmóvil entre mis piernas, logro sentir cada una de sus vena latiendo dentro mío, las crestas y surcos que lo componen.
“Hace conmigo lo que quieras, Kuku, pero por favor movete”- Demando sin aire, todavía pasmada por la intrusión.
Ni bien las palabras me abandonan, Esteban retira su falo casi por completo antes de embestirme ferozmente. Su boca yace abierta, su cara contorsionada por el deleite, sus cejas arrugadas entre sí… La vista más bella del mundo.
Noto que mis caderas intentan acompasarse a su compás, encontrándolo a medio camino. Un frenesí casi inhumano apoderándose de ambos, obligándonos a acelerar el ritmo para satisfacer aquel deseo tan primal.
Su palma izquierda apresando mis muñecas fuera de su camino, la derecha se posa en mi abultada panza, advirtiendo la protuberancia que su pene delinea en mi vientre bajo. Un gemido nace de mi garganta al notar lo que ocurre.
“Así de profundo te estoy cogiendo, nena”- Gruñe en mi oído, su mano aún en mi estómago, sus penetraciones cada vez más hondas.
“Ay, Esteban, estoy tan llena”- Plaño frente a su boca, robándole un chape al notarme increíblemente mojada ante la imagen.
Vuelven a apropincuarse las primeras olas de mi culminación quemándome por dentro, consiguiendo desesperarme por concluir. Sin siquiera notarlo, mi voz se fuerza por vociferar el regocijo que me inunda, aumentando su volumen a medida que mi clímax me alcanza.
“Dios, me voy a venir”- Advierto, enloquecida por las sensaciones apoderándose de mí. El mayor se apresura, complaciendo mi pedido tácito.
Su boca busca de nuevo la mía cuando mi coño pulsa delirantemente su entrepierna, buscando conducirlo hacia su propia liberación.
“¿Ah sí? ¿Me vas a empapar la chota, amor?”- Cuestiona, sabiendo cuanto me gusta que me hable así de sucio.
Su nombre huyendo de mis labios como mantras, mis uñas anclándose en su espalda, marcándolo como propio.
Me entrego al orgasmo que me engulle, mi cuerpo retorciéndose espasmódicamente bajo su imponente figura, mi centro manchándolo con mi corrida al contraerse.
En la brevedad, aúlla desaforado pues su masculinidad pulsa hasta derramarse dentro mío. Su semen pintando mis paredes internas, colmándome por completo.
Se retira de mis cavidades con lentitud luego de venirse, procurando que sus espermatozoides permanezcan en mi interior. Selecciona mi ropa interior de las desechas sabanas, calzándomelas como si nada.
“Así no se escapa nada”- Murmura, regalándome un pico. Me fascino ante la idea de mantener su eyaculación así de cerca de mí.
Lo arropo contra mí, exhausta y saciada, con la intención de quedarme atrapada en sus brazos por un rato más. Recíproca mi voluntad, reposando su cabeza entre mis pechos y acariciándome delicadamente.
“Te amo”- Digo luego de unos instantes, observándolo maravillada.
“Yo te amo más”- Responde, presionando nuestras bocas en un beso descuidado.
485 notes · View notes
mywritingonlyfans · 10 days
Text
Mornin' // Esteban Kukuriczka X Reader! (Smut)
words: 1,1K.
prompt: literally breakfast of champions. (it's short and in english because curiously i get more interactions in spanish than in portuguese)
Tumblr media
You took a deep breath, raising your knees solemnly, avoiding disturbing him and his focus. The pillow smelled like him, which made you bury your nose in the cloth every now and then to feel it better. His wide hands, that could adhere to a vast portion of your thigh, squeezed you tighter.
The action was followed by a hum of satisfaction from him as his face moved away and took up residence in your lower belly. His puffy eyes meet yours, heavy with tiredness but still so lovely in his appreciation. Your arched eyebrow screamed disapproval and indignation at him for stopping and he laughed, in a lazy way with such a visible wrinkles that ended up making you wetter.
"Is not fair," Your voice sounded more fragile than you would have liked. You ran your fingers through his golden hair, pulling them away from his forehead and then gently tugging to elicit his sigh.
His beard shone, similar to small scattered glitters, and his lips were somewhat swollen in a reddish tone. The freckles became clearer in the heat, he was so beautiful and yours. It was inevitable not to look at him.
"You're satisfied now, huh?" The opposite extreme from yours, his words to your ears were thick and full-bodied, a bit toxic for such a time.
You rolled your eyes, making him laugh once again. The vibration made your stomach contract and little by little, as his fingers intertwined with the edge of the t-shirt that surrounded your body (which was actually his) to pull you closer, wet kisses moistened your skin. The tip of his nose gently brushed against you along with his rebellious beard, making your thoughts become nothing but disconnected.
His arms remained firmly around your legs, his hands rubbing your waist and squeezing vigorously, deep down you wanted to have his marks on you. The noises were more wet and smacking, the path to his lips to you was brought by the tip of his nose running over your skin and your restless fingers between his hair pushing him down; where he shouldn't have left.
He didn't need to ask, as soon as his mustache brushed your thighs and his warm breath was close, you spread out to accommodate him better. He laughed in a cynical way, not that he was conceited, but intimacy allowed such an act.
"Shh, tiny one," he nibbled on the inside of your thigh. When you looked at him, he was watching you. Your shallow breathing was pleasant for him, just as the sight of him between your legs, his disheveled hair and the freckles that littered his bare shoulders, were for you.
You nodded bravely, his red cheeks working on you like an anesthetic parallel to his beard brushing your skin lightly as he moved his head purposefully.
He took his time. His thumb circled your hip, with the failed intention of calming your breathing. Aware of his choice, the kiss close to where you wanted him became more intense and his fingers comfortable in tormenting you.
The air entered your lungs following the rhythm at which he pushed his fingerprints into you. Involuntarily, you held your breath, and easily accommodated all of him. Your mind did a brief reminder of how they were longer than yours, and that made you gasp. It was good, familiar and so pleasant.
"Breathe, love. We've done this countless times." And it was still as good as all the ones before it. This time, he was more serious, focused with the crease between his eyebrows well defined. His fingers gently massaged you, his eyes focused on you, his expression softening as he noticed you remembering to breathe, and a more intimate smile gracing his face when he saw you laugh. It took seconds, and then you felt his lips touch you together.
His eyes closed slightly, his shoulders were relaxed, as if this was as satisfying for him as it was for you. You felt the tip of his nose brush against you as did the strands of his hair, his beard adding such inviting friction. Every now and then he would push his face further, as well as extra pressure with his ring finger, and this caused your head to go further back accompanied by a tearful sigh. That amused him, gave him confidence and persistence in what he was doing, only stopping when you couldn't stand having him there anymore. After your watery eyes and dry throat, your hands went to him, pushing your boy quietly away until he understood.
There was a wet noise, his lips were glistening and you tasted yourself on him as he kissed you. His body hovered over your, a comforting weight. His face was close, his warm breath cradling you to him. You nibbled him, wrapping your arms around him.
"You have really good taste, I know." He said subtly, the color going to his cheeks and forcing you to shower his freckles with affection after he cupped your cheeks in more kisses.
You pushed him to the side of the mattress, climbing on top of him, still giggling. You leaned steady against him, and he held your thighs in place. Even the tips of his ears were pink, you could feel him beneath you. A simple movement and it was clear that he was in pain. "Isn't it too early?" You asked, his fingers clinging to the hem of your t-shirt. He denied it, his eyes watching you with affection even in such a situation, which also didn't make him a saint.
"Can I?" His voice was tenuous, and your shoulders shrugged a bit. You had no problem with that, but the morning light blinding you and you having just woken up so exposed to him made you reflect briefly. He noticed that even though you nodded. He removed it calmly, moving closer to your body, feeling the texture of your skin on his as he freed yourself from the fabric. "You're so pretty." You laughed, exhaling in the same way as minutes ago. Why did you always forget to breathe, huh? He hugged you, lightly biting your shoulder and neck. He mumbled a little, making you dizzy. It didn't take long, until you had your hands on his chest and his eyes were closed with his pink lips a bit open while your body kept a rhythm just for him.
44 notes · View notes
luceracastro · 2 months
Text
RUMORES
(Enzo Vogrincic x Reader)
Tumblr media
Summary: Rumors circulate both Enzo and famous singer Aitana, you who is his costar, friend, and also the girl who has the hugest crush on him doesn't take too kindly to the rumors and distances yourself from him and he is beyond clueless as to why his favorite girl doesn't speak to him anymore.
Warnings: Some angst and fluff, little makeout sesh, jealousy on reader's part and Enzo's, slight Blas x reader, no hate towards the beautiful Aitana in this nor to Male (Matia's girlfriend) it's a Spanglish fic!
you must have thought your phone was practically playing tricks on you but it wasn't, there it was in bold letters "¿aitana y enzo?" the huge bold letters and a whole passionate article on the topic were enough to ruin your day.
"Que pasa contigo nena?" Male had asked as she sat down beside you, she and Mati were kind enough to let you stay at their place for a while since you lived in Spain but just found your apartment too saddening and empty especially after filming and being in a full hotel for months and always being around people.
"Nada, la verdad" you smiled with a small look in your eye that she knew way too well "Que pasa?" she asked once more and you flipped your phone down on her leg, she put her cup down to look through it and her eyes widened "Aye linda, por esto estas triste?" her small smile made you frown "Enzo no es nada amor mio, obvio le tengo cariño pero mami tu mereces mejor créeme," she said with a small smile
you chuckled a little and shook your head "Ven vamos por algo de comer," she pulled you up trying to wipe the small frown off your face and it worked, between her and Mati making you laugh and the food set on the table you found yourself laughing and having fun.
however, what you didn't expect was for there to be a knock on the door and for Enzo to walk in like nothing was wrong, and in reality, nothing was wrong because he was clueless about the whole situation "Hola hermosa," he bent down a small hug which you returned uninterested and he furrowed his brows slightly confused but nonetheless thought nothing of it
him and Mati went into the kitchen and he nodded his head towards the table where you and Male spoke "Que pasa con la nena?" Enzo asked as Mati turned to look at you and he did notice your off attitude but he also was a nosy one who listened to you and Male's conversation and he knew all too well why "Piensa por un Minuto Enzo," he said and Enzo tried to think but to no avail "Dime," he pleaded and Mati laughed
"Que?" Enzo asked and Mati shook his head "Nada, Nada vamos," after that Enzo noticed when he asked you something you answered with short uninterested answers, and when he was talking you were fixed on your phone and it was kinda bothering him, he hated being ignored and by you, it's like a kick to the gut. "Oye casi haces que Enzo llora," Mati said with a small smile as he sat beside you and you shrugged "Pues que vaya con la tal Aitana," you said a small snarky remark which you instantly regretted, the poor girl was sweet like sugar and Enzo didn't even know you liked him
"¿Ahora te das cuenta de lo mal que suenas?" Mati asked "Si, Si ya lo se," you shook your head sighing, "Entonces porque no le dices a Enzo lo que sientes," Mati asked and you laughed a bit too loud "No no, eso seria muy vergonzoso," you shook your head and he sighed "Eres una pelotuda la verdad nena, si no te mueves asi" he snapped his fingers "A lo mejor la Aitana te lo gana" he said a small smirk on his lips making you smack his arm as he laughed "Callate Boludo," you however couldn't help but smile at Mati
"Oye vamos por unas cervesas?, esta preguntando el Pipe," Mati asked with phone in hand and you nodded a small smile on your lips "Pero una cosa linda, Enzo va estar eh," he warned and you rolled you eyes "Sólo porque él esté ahí no significa que no quiera estar con mis amigos" you said and he nodded "Bueno, perdon," he left the doorway of the borrowed room he was allowing you to stay in and you got up getting ready for the night
"Lista, aye nena que linda," Male looked at you a smile on her lips as she reached her hand out for yours "Tu mas, bueno vamos vamos," you both laughed the whole way there Mati following close and as soon as you enter the restaurant/bar you are met with the boys and even Enzo which of course you understood he was obviously going to be there but it would be ten times harder to ignore him now
hugs went all around but reaching Enzo all you did was smile a small hello escaping your lips but he didn't let it slide "Y mi abrazo?" he asked a small smirk displayed on his lips, you gave him a quick side hug but everyone noticed the sort of small tension and you moved to sit beside Blas, "Hola bonita," he rested his arm behind the top of your chair "Hola, que ordenaste tu de tomar?' you asked looking through the small menu of many drinks
Enzo however watched from afar, you and Blas were friends but you always sat beside him what was different now? he subtly rolled his eyes drinking his beer and looking anywhere else while sometimes catching glimpses of you touching Blas's curls or just laughing and joking around with him in general until he was full on staring at you both and even growing an attitude with the others.
"Y tu que?" Fran asked looking at Enzo "Se ve que te vas a tragar al Blas vivo," Juani said a small giggle escaping his lips already slightly tipsy "Nada, Nada para que me molestaria que le habla a T/n?" he said taking another long swig of beer and Fran smiled "Nunca dijimos que eso era la razon," and Enzo looked at Fran "Voy al baño" Enzo got up and left the table "Oye linda, habla con Enzito porque esta amargando la noche con su actitud" Pipe said in your ear his breath smelling like beer and tequila "Yo por que?" you asked with a bit of attitude in your voice and a shrug of your shoulders "porque obviamente está enojado porque le estás dando más atención a Blas que a él" Pipe said as you furrowed your brows "Estas loco," you said shaking your head
"Nena andale, quiero disfrutar no cuidar de un enojon y unos borrachos," Male said with a small frown and you sighed hands on the table trying to balance yourself "Bueno Bueno ya voy," you groaned and left the table but not before apologizing to Blas and walking around looking for Enzo, you checked outside the bathrooms and around the restaurant "Perdon has visto un chico alto, pelo negro y con ojos cafes, tambien tiene el pelo medio largito?" you asked a waiter who shook his head "perdon" he said and you sighed looking around and asking but yet no one had seen him
your last resorts were to go and look outside in both front and back but you were closer to the back so you exited through the back door looking around and he was there more farther down the side of the backdoor smoking a cigarette "Oye, que te pasa?" you asked arms crossed since the harsh wind hit you and he looked down at you his face blank but you could tell something was bothering him "nada, Vuelve adentro, hace mucho frío" he said as he turned to look away and blew out a puff of smoke and you put all your weight on one foot rolling your eyes "Vamos, todos estan preguntado por ti," he chuckled bitterly "Vuelve adrento con Blas querida, los dos sabemos que eso prefieres aser," he said and you furrowed your brows a hurt look on your face
"Eres una mierda sabes," he turned to see the tears rimming your eyes and he sighed his eyes closing for a moment and the regret was written all over his face "perdon, perdon," but you shook your head "Y no prefieres estar con la Aitana? o sea eso dicen por ahi" you shot back and he shook his head "Tu crees eso? nomas tuvimos un vuelo y una noche con amigos y conocidos juntos, eso era todo no somos nada," he said but you shook your head "Oh pero yo estoy pasandola bien con un amigo y eso significa que quiero con el no seas pendejo Enzo" you yourself laughed bitterly and he sighed grabbing you
"No soy un pendejo, que quieres que yo piensa cuando le haces esos sonrisas, caricias, y juegas con su pelo eh?" he said he was in your face and you both were only inches apart "Eso no significa nada, yo te hice esos cosas tambien" you shrugged "Si eso es lo que me molesta, Solo hacias esas cosas a mi, no a Fran, Mati, Juani, Pipe, ni a Esteban, nomas a mi!" you looked at him like he was crazy but then again it sunk in your brain that he was jealous, Enzo was jealous, you both looked into each others eyes, then his eyes flickered to your lips but you beat him to it as you pulled his face in for a kiss
you both pulled away after a moment and you both looked at each other before he pulled you in once more, bodies pressed together as you both kissed the other with force and need but it didn't last long "Enzo! T/n! Enzo! T/n!" Juani's voice was heard and you both pulled away quickly and Enzo groaned a face of annoyance "Que!" he yelled out "Donde estan?" Juani asked and you grabbed Enzo's hand pulling him with you "Lo encontre, nos distraimos hablando perdon" you laughed nervously but noticed Juani's red eyes which were also watery "Que paso querido?" you asked and he sighed "Pensé que los perdi, y no quiero perder los" he was drunk and it was evident with his slurred words and the scent of beer radiating off of him
Enzo stifled a laugh as you smacked his arm and wrapped your arm around Juani "No ya, ya no llores, aqui estamos amor ya," he dug his face into the crook of your neck as you smiled and you three entered the bar, Enzo watching you both from the back.
at the end of the night you all made it to a food truck that had the best food (According to Fran) and you all ordered your food and ate little by little but you and Enzo took some stolen glances at one another, "¿Tengo que dar un paseo, Enzo?" he knew that was your way of asking him to come along and he stood up walking closer to you, everyone looked either relieved or gave you teasing smiles before returning to their meal
you two at first walked in pure silence, "Debemos de hablar, de el beso" Enzo said and you turned your head to look at him "No te gusto?" you asked with no emotion yet he caught the almost not visible smile on your face "al contrario, me encanto pero quiero saber que significa eso?" he asked his hands dug into the pockets of his jacket and you stopped in your tracks turning to face him "Significa que me gustas Enzo," you told him straight up and he looked down at you "Me gustas y hasta puedo decir que estoy enamorada de ti pero entiendo si no sientes lo miso" you said and he chuckled "Boluda estuve enamorado de ti desde que te conoci" he told you giving you a kiss on your forehead pulling you in for a hug as you sighed his chin resting on the top of your head and his arms around you engulfing you entirely "Y porque no me dijiste nada?" you asked and he smiled "Porque cuando te conoci pense que eras muy chica para mi, una niña," he said "Enzo tenia 21 años," you told him
"Y yo los 27" he said and you giggled "Eso no es mucho" you smiled up at him "Bueno, si no te da molestia que voy estar usando un baston antes que ti, quieres ser mi novia?" he asked and you froze "En serio?" you asked and he nodded and you grinned "Me encantaria," and the walk was ended, coming back hand in hand Fran smiled "Salieron de malas y regresan de novios, quien los entienden" Fran laughed as did the others
"Aye callate estupido" you smiled sitting down "Tu boluda" that was the end of the night, all of you enjoying a night out and you going back to Enzo's at the end ;)
706 notes · View notes
imninahchan · 2 months
Text
Tumblr media Tumblr media
⌜ 𝐀𝐕𝐈𝐒𝐎𝐒: leitora!atriz(?), oscar 2024, car sex, exibicionismo(?), dirty talk (degradação, dumbification e elogios), masturbação fem, manhandling, um ‘papi’, choking, tapinhas na cara, finger sucking, rough sex, sexo sem proteção. Termos em espanhol — te extraño (sinto saudades suas), mi reina (minha rainha) ⋆ .⭒˚。⋆ ⌝
꒰ 𝑵𝑶𝑻𝑨𝑺 𝑫𝑨 𝑨𝑼𝑻𝑶𝑹𝑨 ꒱ driver roll up the partition please~
Tumblr media Tumblr media
⠀⠀
⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ───── 𓍢ִ໋🀦
Tumblr media
A TENSÃO DENTRO DO CARRO É PALPÁVEL, teme que o motorista possa notar. E não é a melancolia da perda do prêmio, que você tanto cogitou que fosse enfrentar quando ofereceu carona a Enzo após a afterparty, que domina o veículo. O jeito que ele te olha, a cabeça levemente tombada, o sobrolho relaxado mas conciso, o cotovelo apoiado na janela, é a mesma mirada intensa que recebeu na primeira vez que dormiram juntos naquele quarto de hotel em Londres, depois do BAFTA.
Sendo honesta, não ia contactar o seu rolinho mais recente, o namoradinho da América Latina, de novo nesta noite. Os pés doem, o salto fino de marca francesa é lindo, porém te fez cruzar o tapete vermelho sorrindo por cima do incômodo. Isso sem falar na ladainha que essas cerimônias e seus pós podem ser — muita gente de nariz em pé e pouca música boa tocando. Mas muda de ideia com a mensagem que recebe, o te extraño, nena e a foto que ele manda de frente para o espelho. Vai buscá-lo meio que de imediato, nem mesmo põe os pés pra fora do automóvel pra cumprimentar seja lá com quem ele estivesse saindo depois da premiação. As intenções são óbvias, claro, muito mal intencionadas, acontece que você vem contendo a vontade o caminho todo, mantendo as aparências na frente do funcionário.
Por isso, se arrasta pelo estofado, chegando mais perto do uruguaio para cochichar um para de me olhar assim.
— Assim como? — ele ainda tem a pachorra de retrucar, indiferente.
Um risinho se expande nos lábios do homem, soprado, abaixando o olhar só por um instante antes de retorná-lo para a sua figura bem vestida no banco de trás do carro.
— Perdão — o toque quente da palma da mão masculina repousa sobre a sua coxa, por cima do vestido —, me perdi pensando em todas as formas que eu vou te comer quando a gente chegar no hotel.
Teria repreendido em voz alta se o medo de chamar a atenção de terceiros não fosse maior. Só dá um tapinha discreto no peito do Vogrincic, os seus olhos espiando pelo retrovisor para constatar que o senhorzinho ao volante não escutou nada.
— Relaxa — os dedos na sua coxa apertam de leve a carne —, não disse que é só um gringo que não sabe falar nenhuma língua senão a dele? — Inclina-se para mais próximo, a ponta do nariz roça abaixo do lóbulo da sua orelha. — Posso dizer as maiores covardias no seu ouvidinho, e ele nem vai sacar...
Você desvia o rosto pro lado oposto, mantém a mesma postura de quem não está escutando nada demais.
— Pensei que fosse chorar no meu colo...
A mão de Enzo escorrega em direção à barra do vestido, se esgueirando por baixo para só assim começar a retornar pro lugar onde estava. Não vale a pena chorar, o raspar suave da palma pela sua pele desnuda é arrepiante, se eu posso te foder com raiva.
Você tem de parar o toque despudorado ao senti-lo alcançar a sua peça íntima. O encara novamente.
— Então, esse era o seu plano quando me mandou aquela mensagem? — sussurra de volta. — E aquela foto... — sorri, ladino, como quem desdenha. — Você é tão puto, Enzo.
Ele estica um sorriso também, quase que em câmera lenta. O processo é tão sedutor que você se sente latejando entre as pernas, esquentando. O vê tornar a sustentar o cotovelo na janela do carro, a mesma pose de anteriormente.
— Gostou da foto? — te questiona.
— Não poderia ser mais canalha.
A mesma mão que te tocava a perna é usada para repousar sobre o peito dele, o cenho se unindo e os olhinhos do homem parecendo mais dóceis quando devolve com charme não fala assim comigo, sou um ‘gentleman’.
Você ri.
— Um ‘gentleman’, hm? — repete. — Um ‘gentleman’ não me comeria com os olhos dentro desse carro igual você está fazendo.
— É? — o murmuro soa debochadinho, e é ainda pior quando o flagra levantando o indicador e o médio no ar, como se quisesse te atiçar, antes de chupar os dedos na sua frente. — Perdóname — sopra a desculpa falsa, guiando os dedinhos molhados por baixo da barra erguida do vestido. É incrível, um excelente ator de fato, pois nem demonstra no rosto que está afastando a sua calcinha pra te tocar no escurinho do carro em movimento —, fue muy descuidado de mi parte.
Você permite a carícia, o afago circular que rege no seu pontinho doce. O peito se enche de ar, a atenção fugindo para o retrovisor mais uma vez. Olhando para o próprio reflexo da maquiagem afiada, forte, a neutralidade do motorista focado nas ruas movimentadas da madrugada. Quer se controlar, quer muito...
— Quê? — a face do uruguaio para pertinho da sua de novo. Os lábios finos sopram as palavras sujas, o cheiro de álcool emanando do paladar te faz concluir que, sim, para o principezinho latino estar tão impudente dessa forma é porque virou alguns drinks no bar. — Com medo dele ver a sua carinha de puta quando goza? — Está vidrado na sua boca, saboreia com os olhos, umedecendo os próprios lábios. A cabeça pende pra outro ângulo, feito ensaiasse o melhor para avançar num beijo. — Fica tranquila, tá? Eu nunca, jamais, deixaria ninguém ver a minha garota. — E cessa o carinho que oferecia, chupando os dedos apenas para colher o seu melzinho, e recompõe a postura.
Torna o olhar para a paisagem noturna através da janela. As luzes, os grandes edifícios. Ajeitando a lapela do blazer, igual nada tivesse acontecido.
Você acha que está mexendo com o pior tipo. Te arranca um sorriso, não pode negar. Arrasta de volta para a outra ponta do banco, mirando a rua, até chegarem no hotel em que está hospedada com a sua equipe. O cinismo masculino te acerta em cheio. Não pode crer na forma com que ele se despede do motorista, todo educadinha, abusando daquele olhar amável, como se não tivesse te masturbado no banco traseiro do carro. Cumprimentando a sua maquiadora no corredor, como se não fosse entrar no quarto contigo agora e acabar com toda a beleza que ela perdeu horas para desenhar no seu rosto.
Mas isso não deveria te surpreender, né? Não foi diferente em Londres, e não seria diferente aqui em Los Angeles.
O trancar da porta é suficiente para que ele te coloque com as costas contra a parede, cercando o seu corpo. Os beijos estão se espalhando pelo seu pescoço, o resvalar da língua molhada no lóbulo da sua orelha, na linha do cabelo. Uma mão apertando a sua cintura e a outra pegando na sua mandíbula com firmeza.
Pressiona a lateral do seu rostinho na superfície, ao te virar, os dedos hábeis indo de encontro com o fecho do vestido.
— Com jeitinho — você murmura —, é um custom Vivianne Westwood.
Ele tomba a cabeça pro lado, te oferece aquela carinha de complacência, um tom bondoso quando afirma ah, claro, mi reina, no entanto só faz deslizar a peça pelas suas pernas abaixo, o mais rápido possível, tal qual já planejava fazer mesmo.
A maneira com que ele pega na sua nuca, conduz seu corpo seminu pelo quarto é de alucinar. Tão cheio de si, tão dominante. Te leva pra cama, retira o blazer mirando a calcinha pequena — a última pecinha que te cobre a nudez completa —, e assim que põe as mãos no cós, você o contém com o salto apontando no peitoral. Esticando a perna no ar até afastá-lo um pouquinho.
— Vai me comer com raiva mesmo? — traz a questão de volta ao jogo.
— É melhor socar meu pau em ti do que a minha mão na cara de um estadunidense, não acha? — Retira o sapato dos seus pés, as mãos massageando a sua pele. E faz o mesmo com o outro. — Por quê? Não aguenta?
Você sustenta as palmas no colchão macio.
— É que se me foder melhor que da última vez só porque tá putinho — diz — vai ter que me foder bem puto nas próximas vezes também.
Ele arqueia a sobrancelha.
— Ah, então você quer foder comigo mais vezes?
A frase te faz arrepender de ter dito o que disse, trocando sorrisos com o homem, boba. É inacreditável o que ele te causa, a sedução com que desabotoa a blusa social branca, que arfa sob o toque da sua mão na ereção aparente sob a calça. Que vem por cima, o nariz roçando no seu primeiro, de olhos fechados, pra só depois deixar a boca tomar a sua. O ósculo estalado, molhado, lento. Capturando seu lábio inferior com os dentes, sensual.
Colocando a sua perna sobre o ombro dele, aquela posição que, com total certeza, vai te dar cada centímetro pra dentro quando ele se empurrar. O arranhar dos dentes na sua canela, as unhas cravando na sua carne.
Paira o indicador nos seus lábios, silenciador.
— Vai ficar bem quietinha enquanto eu meto em você, não vai? — instiga, alinhando-se na sua entradinha. — Eu lembro como você fica burrinha quando ganha muita pica, é bonitinho de ver, mas hoje não quero ouvir muito choro no meu ouvido, não.
Não vou ter que apertar seu rostinho no travesseiro, vou?, a pergunta promíscua provoca um belo sorriso tolinho na sua face. A postura se perde só de imaginar a possibilidade.
— Não, papi. — Foge da mirada alheia, sentindo as bochechas queimando.
— Olha pra mim — ele pede, suave. — Fala olhando pra mim.
Você obedece, o foco retornando para o uruguaio. Não, papi.
Ele sorri.
— Chupa — orienta, e, mais uma vez, você acata ao que te é instruído.
O indicador dele é abraçado pelo calor da sua boca, pela língua que lambuza de saliva. Os dentinhos raspam na pele sem querer no momento em que é penetrada tão fundo. Um choramingo vibrando na sua garganta até que tudo esteja acomodado no quentinho, apertado, lá dentro.
Enzo crispa os lábios, o cenho franzido. A expressão de coitado é pra zombar da sua, óbvio, fazer pouco caso da sensação de completude tentadora que te causa.
— Ei, o que eu disse sobre barulho? — te recorda. — Eu acabei de colocar, linda, não me diz que o seu cérebro já desligou...
Enzo, é só o som do nome dele que reverbera da sua boca. O chamado manhoso, um reflexo do prazer devastador que o entrar e sair demorado resulta em ti. Os olhos presos na visão pornográfica do pau afundando abaixo do seu ventre.
Mas dois tapinhas na bochecha são suficientes para te fazer piscar repetidas vezes, engolir a saliva, feito ganhasse consciência de novo após escapar do feitiço que te borra os sentidos.
— Volta pra mim, princesa — e ele alimenta esse ‘como se’, sussurrando. — Cê virou a lesadinha, boba, que não aguenta cinco segundos de pica.
Você ainda puxa o ar para os pulmões, quase pronta pra lamuriar uma resposta, só que a palma da mão dele é mais ligeira. Cobre a sua boca, te cala, acenando negativamente.
Dobra a coluna por cima de ti, chega pertinho até praticamente encostar a testa nas próprias costas da mão. O ritmo das estocadas aumentando absurdamente, profundas, fortes, tanto que o ruído dos pés da cama invadem os seus ouvidos.
Escuta também a sonoridade pornográfica que cada choque da virilha dele na sua causa; a respiração masculina pesar. O interior se fechando ao redor dele, pulsando.
— Vou te levar pra casa comigo... — A mão desce da sua boca pra segurar no seu pescoço, terminar de desconfigurar por inteiro a sua mente. — Quer ser a minha bonequinha, quer? Ahm? Quero meter em ti quando estiver puto de novo... — Olha nos seus olhos, intenso, os lábios entreabertos buscando por ar. — E feliz, triste. Pra tudo. Todo dia. Vai ficar tão cheia de porra que vai vazar por essa boquinha de filha da puta gostosa. — Acerta mais um tapinha na sua bochecha, dessa vez fazendo a região atingida arder um pouquinho, quente. — O que cê me diz, hein? — Retorna com a pegada no seu pescoço, soberano. — Nenhum desses gringos daqui sabem te comer direito mesmo, né?
290 notes · View notes
voglatte · 3 months
Note
ughhh brain rotting over bras rn 😣 just imagine working with him on lsdln and you two have been secretly dating without the other cast knowing, and just making out with him in a private area trying not to get caught cuz both of you guys should be getting ready to film a scene instead 🥲🥲
++ your name is sooo pretty!! 🫶🫶
⊹ ┊LITTLE THINGS ꒱ .゚
Tumblr media
↷ ˊ- pairing: blas polidori x f!reader.
warnings: fluff, slight smut, sub!blas?, dry humping, hair pulling?.
• dani’s typing… ! i didn’t wrote about blas yet so here you go, excuse my grammar for advanced (it’s pretty short, sorry for that too).
Tumblr media
dusk was falling and everyone was exhausted because of the long work day. all were in separate rooms to get some rest and get rid of the tiredness because they still have to shoot a couple of scenes.
but that wasn’t the situation between blas and you, you were separated from the whole group talking softly about your day and taking hands. both had a private relationship but you were ready to tell everyone.
“do you think they will be happy for us?” you said kissing the back of his hand.
“of course baby, they love you and me. it’s impossible that they don’t support our relationship so be calm” he tucked a strand behind your ear, leaving a gentle friendly tug.
“it’s just that we were hiding it for a very long time and i’m scared that they misunderstand” shrugged giving him a smile.
“they wouldn’t do it, like i said” he puts you closer to his body. “now, come here, i missed your lips so much” he took you by the neck giving you the longest and hottest kiss.
you climbed onto his lap without stopping kissing, both missed each other the whole day. you didn’t have the chance to give a greeting kiss or just a simple hug because you knew you two wouldn't be able to separate.
the tension was floating in the air while the heavy make out was escalating, your hips moving over bla’s hard cock that was cover with pants and tiny moans filled the room.
he was pretty whiny and you had to shut him up or else someone might find out and in a somewhat intimate moment.
“pretty boy, you have to be quiet” both mouths close to each other but without kissing, you looked at his pretty big eyes with some tears for the pleasure and you intensified the movement of your hips.
blas couldn’t even talk just griping your hips tight and moving his hips up to collide with your movements, you whine softly when the friction became more and more intense in your clit.
his hands were under your shirt touching your tits and giving you open mouth kisses.
“b-blas! stop or we’re not going to be able to stop” you caught some of his wild hair with your fingers, making him groan, he liked that.
“again” you looked at him accusingly but repeated the action without stopping the movements that were getting floppy.
the little rest room was filled with moans, groans and curses.
“i’m coming” you whispered into his ear and he didn’t stop.
one and two more thrusts and you came first, slightly shaking on top of him, leaving you gasping for air.
after not long blas did the same squeezing you tight to his body and resting his head between your neck and shoulder.
you rested a little bit before getting up when you located the clock on the wall, cursing.
“fuck, we had to be in the set 20 minutes ago” your hands covered your face, hearing the tall boy cursing too.
“you go out first, i will follow you right behind” nodding you walked to the door but a big hand in your forearm didn’t let you.
“i love you” he gave you the last kiss until you two had a chance to be alone again.
“love you too” you returned the kiss fast to get out the room, smoothing your hair a little with your fingers like no one happened minutes ago.
your heart beating fast again your chest looking everyone in their positions asking for you and blas.
“i’m here! sorry everyone” walked to stand next to juani and felipe.
“why you were late?” juani asked silently when they started recording, you tense at his question but shake it off.
“nothing, the food didn’t set me well so i was in the bathroom” you said like nothing, not caring too much to elaborate your answer.
juani and felipe looked at each other letting go a few laughs. then in that right moment blas was entering the set without no one noticing him, according to you.
“what?” they didn’t say anything but you weren’t satisfied so decided to get out of them why they laugh.
“c’mon, what’s so funny?” you rolled your eyes.
“it’s nothing, so walk it’s our time to shoot” they walked right in front of me leaving me confused.
they were still giggling and shaking their heads before looking at blas and then at you.
guess it wasn’t a secret anymore, well not for them anyways.
———————————————————————————
by ﹫ VOGLATTE ╱ pretty short I know but i want to know if you guys like my way of writing in english, if you don’t I guess, i will stay with just spanish .ᐟ
284 notes · View notes
mrkspo · 2 months
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
❝ We're kissing in the bathroom girl, and, uh I hope nobody catch us But I kinda hope they catch us, anyway. ❞
𖥔 ₊ ֗ actress!reader x actor!enzo, enemies to lovers, pequeno age gap [leitora tem entre 23-25 anos], smut, public e mirror sex, sexo sem proteção [ não pode 🙅🏻‍♀️], pet names, spanking, hair pulling, um pouquinho de espanhol, a reader tem descendência brasileira [ tipo a neta da atriz brasileira Maria Gladys mas sem ser nepobaby ], reader não é nada modesta, uma pequena referência a daddy issues
𝓪/𝓷: primeira vez que eu tô escrevendo com alguém fora do kpop, espero que gostem meus amores 🤭😘 revisado mas pode conter erros
Tumblr media
Era para ser mais uma premiere, sua segunda premiere na verdade.
Falavam que era a nova revelação de Hollywood, depois de atuar em alguns filmes independentes e finalmente estrelar em uma grande produção todos queriam você e sua atuação impecável. Você definia seu próprio trabalho como impecável.
Quando chega ao tapete vermelho, na frente do teatro que assistiriam ao seu mais novo trabalho, as câmeras não demoram a apontar para a sua presença. Na internet as pessoas comentavam, sobre seu vestido Valentino vintage, sobre sua aura, seus momentos em que falava em português e também sobre o seu parceiro nesse novo filme. Novo queridinho das garotas com problemas com o pai, você particularmente não via nada demais em Enzo e ele também não ia tanto com sua cara.
As gravações do filme não foram desconfortáveis, não é que tinham pouca química, mas tinha algo no homem que a incomodava, talvez fosse o perfume amadeirado que odiava, o cabelo espesso e escuro que o davam um certo charme ou até mesmo o jeito que sorria sapeca. Na verdade nada aquilo a incomodava, até gostava desses detalhes. E isso te fez perceber que toda a química que todos juravam ter visto entre vocês dois foi totalmente sua culpa, talvez assim como sua personagem nerd estereotipada que odiava o popular da faculdade, seu coração amoleceu mais.
Não estava apaixonada, definitivamente não, mas sentia uma certa atração, um certo desejo toda vez que via ele.
Enzo por sua vez te desprezava, sabia da atração que você sentia por ele e a desprezava muito por isso. Era uma garota mais nova, uma novata boba e arrogante mas com talento. Mas ele também não podia negar, sentia muita atração por você. Pelo seu jeitinho despreocupado, não se importando com nada ao seu redor, como você se achava a maior. Era extremamente atraente para ele.
Enzo chega ao tapete vermelho, os fotógrafos gritam para poder fazer uma foto de vocês dois juntos. Ele se aproxima o suficiente para fazerem as fotos que tanto pediram. "Mais perto Enzo! Está fugindo dela?" um dos fotógrafos grita e todos ao redor soltam uma risada. O uruguaio solta um suspiro e abraça sua cintura, ele sorri para as câmeras e você faz o mesmo. O atores coadjuvantes se arrumam ao lado dos dois para a foto conjunta do elenco e ele aproveita a bagunça ao redor para sussurrar algo no seu ouvido; "Me encontre no corredor do banheiro antes do filme começar, quero conversar com você nena." Os fotógrafos não perdem a chances, os cliques e flashes pioram três vezes mais com essa interação.
Você sorri, mas no fundo está um pouco nervosa com esse homem ao seu lado.
Quando as fotos no tapete vermelho acabam você praticamente corre para dentro do teatro, curiosa para saber o que ele queria fala tanto com você. Não vai de primeira até o corredor, para um pouco antes dele para respirar e controlar o nervosismo mas Enzo já estava lá, ele conseguiu te ver do ponto onde estava. Os olhos castanhos dele escurecem, te hipnotiza, te chamam para perto.
– Você veio, realmente estava torcendo para que você viesse. – E porque eu não viria?
Ele encosta as costas na parede e coloca o indicador no queixo, como se estivesse pensando. – Talvez porque eu te deixo nervosa.
Você ri, "isso é um ridículo!". Quer negar até a morte, mas se até ele já percebeu imagine as outras pessoas, o público. Prefere se manter calada.
– ¿Que pasó bebé? Te chamei aqui para algumas dicas de português mas parece que te deixei sem palavras, certo? – Ele se aproxima de você, perigosamente perto demais de você, com o deboche presente em tudo que fala. Quer cometer uma loucura, gritar com ele, beijar-lo ou algo do tipo, você só não aguenta reprimir mais aquele desejo. – Tengo muchas palabras en mi vocabulario, vagabundo 'sin vergonha. – Abrasileira ao máximo o xingamento no final da frase, sabe que ele não vai entender o que disse e prefere não falar mais nada então vira de costas para ele e sai.
Ou não.
Ele segura o seu pulso antes que consiga avançar pelo corredor, te trás para perto dele novamente. Uma mão na sua cintura, a outra no seu rosto. Sorri da forma mais cafajeste possível e te beija, mas não é qualquer beijo, não, é "o beijo". Aquele de cinema, tirando o fato de não ser falso e muito menos romântico, mas era tão gostoso que ignorava a sensação de não existir uma "paixão" ali. Ele te leva até o banheiro feminino, não perde tempo, olha para você buscando aprovação para o próximo ato. Enzo te vira de costas para ele, faz você encarar o próprio reflexo no espelho daquele lugar, "Você gosta disso não é? Garotinha suja", passeia com as mãos pelo seu corpo e sobe o seu vestido até a sua cintura. Você só consegue sorrir, como se estivesse chapada, mas realmente não passa mais nada pela sua cabeça. Está boba, bêbada de tesão e só quer um pau para poder se aliviar.
– Enzo, por favor, por favor! – Ele sabe que o seu apelo é para poder enterrar o pau nela, mas ignora, fingi que não ouviu sua voz fininha implorando por um pouco de pica. Ele segura a sua bunda com força, observa a pele morena ficar vermelha com o aperto. Então um tapa é transferido em uma das bandas.
– Você sabe que não me dou bem com vadias como você. Mas só eu sei o quanto você me provocou. Mesmo que você não fizesse nada, era uma provocação para mim.
Mais um tapa. A esse ponto você se debruça mais sobre a pia, empinando a bundinha para receber os tapas direito. – Você é tão suja nena. A mão grande do uruguaio brinca com sua entrada por cima do tecido rendado da calcinha, "você é quente, até demais".
Você ouve o o barulho do cinto sendo desfeito, consegue ver pelo espelho como ele pega o pau que parece tão pesado e bombeia. Sente as mãos dele novamente passeando pelo seu corpo, parando na barra da tua calcinha e descendo ela devagarinho, sensual. Ele provoca sua entrada, pincela um pouco do pré-gozo, misturando sua excitação com a dele. Só faz colocar a cabecinha gorda para dentro, sua boca já abre em um 'O' perfeito, "tsk, está agindo como uma virgenzinha, nena.", ele brinca. Você não demora para levar tudo, até o talo. Então ele começa a estocar, devagar e fundo, nesse ritmo torturante; você pede por mais, ele ri e diz que vai te dar mais. Vai aumentando a velocidade, os dedos brincam com o seu pontinho sensível. Desiste de todas as tentativas de fechar os olhinhos, "Quiero que veas lo sucia que estás, puta." ele te degrada. Enzo só aumenta a velocidade das estocadas, sabem que o filme já está passando então não se preocupam se alguém vai ouvir os barulhos molhados ecoando do banheiro feminino, mas no fundo você até queria que alguém aparecesse ali e vissem vocês dois naquela situação. Não demora muito, você começa a tremer, se debruça mais ainda naquela pia buscando o próprio ápice, fecha os olhos novamente mas logo é impedida. Enzo puxa o seu cabelo, te fazendo encostar no peitoral dele. – Já esqueceu o que eu te disse nena? Fique de olhos abertos, putinha. Você já começa a se contorcer, o melhor ápice da sua vida chega e ele descarrega tudo em você também. – No no no, déjalo como está. – Ele se refere ao líquido escorrendo pela sua perna, ainda bem que o vestido longo vai esconder essa bagunça.
Você escuta alguém chamando o seu nome do lado de fora, era sua gerente, ela pergunta o quê aconteceu para você ficar tanto tempo no banheiro, inventa uma desculpa, "estava vomitando, acho que comi algo ruim antes de vir para cá." ou algo do tipo. Mas você sai dali, trocando os pés por causa do orgasmo recente, sabendo que Enzo Vogrincic ainda estava escondido naquele banheiro. Você ri, no final das contas, alguém realmente quase pegou vocês "se beijando" no banheiro.
259 notes · View notes
madame-fear · 2 months
Note
would u do prompts 21 and/or 30 w Enzo pls?? i might die from cute but it'll be worth it
꒰ 𝐅𝐈𝐑𝐒𝐓 𝐊𝐈𝐒𝐒𝐄𝐒 | 𝐃𝐑𝐀𝐁𝐁𝐋𝐄. ꒱
Tumblr media
˗ˏˋ ꒰ summary : request above. ♡ ˗ˏˋ ꒰ word count : 623.
˗ˏˋ ꒰ genre : fluff, friends to lovers, drabble. ˗ˏˋ ꒰ pairing : enzo vogrincic x (fem!)reader ˗ˏˋ ꒰ prompts used : ⤿ 21. goofily smiling in your very first kiss. ⤿ 30. playfully wiping away their kiss, and getting tackled with more kisses by them.
Tumblr media
You had no idea how you had gotten to this far with your “best friend”. To be fair, you had crushed on him for the longest times — but you wouldn’t have guessed that your feelings were reciprocated.
Enzo had invited you to spend some quality time together on his home, alone, as friends. But somehow, while you were quietly talking about the thoughts that randomly passed through your mind, at one moment you turned to face him. Both of you were dangerously close to each other, merely inches apart.
The vehement impulse of kissing him lingered on you, but you held back. Until, it was him the one who acted upon his feelings. Initially a bit reluctanctly, but managed to lovingly cup your face with his warm hands, and sweetly kiss you. Perhaps it might have been a surprise to you the very first few seconds you felt his lips against yours, but eventually, you happily gave in.
And there you were, delicately kissing each other’s lips in silence; your hands copied his previous actions, cupping his face as well. Meekly, you helplessly began to smile back at the feeling of a grin growing leisurely on his lips. Softly, you pulled apart from the kiss, but your hands remained cupping his cheek; the toothy grin on his lips was contagious, feeling a rosy haze creep upon your own expressions from the fluster. He was endearingly sweet, and even adorable.
“Your lips taste sweeter than I imagined,” he sheepishly admitted, continuing to grin dumbfounded at the fact that he had just kissed you, after fantasising about doing so for a very long time. You arched an eyebrow at his response, feeling a stinging, burning pain on your cheeks due to how you kept goofily smiling along him. “I didn’t know you had imagined this, En.” you teased, making him faintly scoff in response. “I did. And it wasn’t just once — I fantasised about this moment more times than you could imagine.”
Delicately, he leaned closer to you once again, pressing his lips on the corner of your own. Playfully, after that small smooch, feeling his coffee eyes lovingly admiring you, you wiped away the kiss he had just left on your skin with the back of your hand. “I didn’t know you were this sappy, either.” it was fun to see his reaction when you teased him, and it was hard for him to hold back his impulse of showering you with love when you playfully “rejected” his affection. In response, an even greater smile took over his face. “Did you just wipe away my kiss from your skin? You just broke my heart.” he feigned being hurt by your actions, making a quiet chuckle spur from your lips, rolling your eyes.
“I’m getting my revenge on you.” before being able to answer anything, his hands gripped your face more firmly — yet, still gently — as he pulled you closer to him. His lips made their way to filling every bit of your face: your forehead, your cheeks, cheekbones, the tip of your nose, your chin, jawline, and ocassionally pressed some smooches to your lips, as he held your face in place. His lips tackled your face with tons of small, yet adoring kisses. All the while, you squirmed and giggled under his playful smooches, flinching your face very slightly. The heat on your cheeks increased with every bit of affection he showered you in, feeling more free to express all the love he had wanted to give you.
You couldn’t complain. You adored him, and you loved being tackled by his kisses. Perhaps, you could tease him this way more often, if it meant to be showered in his kisses.
338 notes · View notes
idollete · 14 days
Text
– 𝐨𝐥𝐝𝐞𝐫.   ⋆ ˚。 𖹭
Tumblr media
𝑤arnings: conteúdo exclusivo para +18.
ೀ ׅ ۫ . �� atendendo a esse pedido; esteban!dilf e funcionário do pai da leitora; inspirada na música ‘older’ da isabel larosa; perda de virgindade; leitora meio femcel (lê-se completamente biruta das ideias), riquinha e mimada; manipulação (de ambas as partes); o esteban é meio escroto e a leitora também (aqui é cobra engolindo cobra); age gap; penetração vag.; sexo desprotegido (e nem pensem em fazer isso); daddy kink; corruption kink; size kink; uso de apelidinhos (‘boneca’, ‘bonequinha’, ‘chiquita’, 'princesa'); degradação (uso de ‘vadiazinha’); menção a chocking, praise kink (?); oral (masc.) e creampie; oral (fem.); fingering; dirty talk.
idollete’s typing… ୭ ˚. ᵎᵎ. rsrsrsrsrsrs fui completamente influenciada pela diva @creads e me rendi ao kuku dilf também. also, essa história é o exemplo de um relacionamento nada saudável e que não deve ser seguido. só é permitido fanficar, tá bom, chicas?! also², eu me inspirei não só na música da isabel, mas no videoclipe, que também não deve ser romantizado. tudo que tem aqui é para propósito bucetisticos visse. also³, mesmo sendo primeira vez e tudo mais, isso aqui tá 0 romantismo (mim desculpem tô no cio quer dizer período fértil).
Tumblr media
Quando você o viu pela primeira vez, você sabia que ele seria seu. 
Conheceu Esteban em sua festa de 18 anos. É claro que justamente no seu aniversário o seu pai convidaria parceiros de negócios, homens que você nunca havia visto ou conversado, mas que lhe cumprimentavam como se fossem familiares distantes se reencontrando. Ele não. Indiferente, o homem nem sequer olhou na sua cara durante mais da metade da noite. E é claro que isso te enfureceu, quem ele pensa que é, vindo até a minha casa, a minha festa, e não falando comigo? 
De longe, era possível perceber a postura desinteressada dele diante dos homens com quase o dobro da sua idade, que se gabavam por suas riquezas e posses. Esteban não poderia dar a mínima. Nascido em berço de ouro, nada daquilo o surpreendia. O que quer que eles houvessem conquistado durante a vida, Esteban já havia nascido possuindo. Por isso, não demonstrou um pingo de interesse, ou comoção, pela garota que o encarava a cada instante. Sentia o olhar queimar a nuca, mas ele era um homem ocupado demais e a sua atenção deveria ser merecida, não dada a qualquer um. Especialmente para mimadas como você. 
No entanto, para a ruína de Esteban, era impossível não ser magnetizado pela sua presença. Você chamava atenção por natureza, não precisava se esforçar para receber sorrisos e cantadas por onde passava. Como uma bonequinha, vestia-se com roupas delicadas, sempre com uma sainha, a clássica double flap rosinha claro e os lábios brilhando com gloss. Você era uma vista para os olhos e isso enfurecia o argentino, que te ignorava de propósito. Mas você estava disposta a tê-lo. E você sempre conseguia o que queria.
Foi preciso mudar de tática. Percebeu que Esteban não se curvaria às suas vontades como os outros garotos faziam. Não, Esteban era um homem e, para tanto, você precisaria de mais que uma atitude esnobe e alguns amassos no fundo de limousines. Você bancaria a boa garota até que ele cedesse. Visitava o escritório com a desculpa de que queria saber mais sobre os negócios da família, enganava a todos com a falsa postura atenta, disposta a ajudar qualquer um e até mesmo fazer o trabalho pesado – que você sempre pagava algum estagiário para realizar no seu lugar – para a surpresa de toda a sua família.
Por ser o braço direito do seu pai, Esteban passou a fazer parte do seu convívio. Ou melhor, você se inseriu na rotina dele. Quando estava ocupado demais para lhe ajudar, tudo que o seu progenitor dizia era “pergunta ao Esteban” e te mandava ir embora. Foi assim que você se viu fazendo visitas diárias à sala do Sr. Kukuriczka, como letreiro na porta indicava. A princípio, ele desconfiou da abrupta mudança no seu comportamento, esperto demais para cair no seu papinho. Sempre inexpressivo e soando entediado, ele te ordenava o que fazer. Nunca ajudava, ele mandava. E quando você errava – propositalmente em todas as ocasiões – ele te repreendia, bruto. “Eres una estúpida. Muévete, déjame hacerlo”.
Com o passar do tempo, ele parecia ceder, no entanto. Mais amigável a cada dia, até te elogia quando você resolve um problema – supostamente – por conta própria. Você o flagra sorrindo na sua direção, mínimo, mas estava lá. Te permitiu descobrir mais sobre ele; 31 anos, divorciado e pai de uma pequena de 4 anos. Dócil, Esteban se tornou um amigo. Ou era isso que ele queria que você pensasse. Enquanto te consolava, te envolvendo em um abraço e enxugando as suas lágrimas após mais uma briga com o seu pai, o argentino fingia interesse nos seus problemas, garantia que compreendia perfeitamente a sua raiva por não ter sido permitida a ir para Aspen no meio do semestre letivo, te acalentava, “pode chorar, chiquita, eu estou aqui”, mas te amaldiçoava por sujar o terno caro dele com toda aquela choradeira idiota. 
É justamente um desses momentos que dá início ao grand finale do seu plano. Estavam juntos na sala dele, você deitada na otomana de couro, encarando o teto ao passo que resmungava sobre mais um casinho fracassado da faculdade, ele te observava com o mesmo semblante neutro de sempre, meneando a cabeça vez ou outra, só ouvia o seu falatório interminável.
– Sabe, Kuku… – Você começou, se virando de bruços no pequeno sofá, balançando os pézinhos no ar. Parecia angelical, só parecia. – Acho que preciso mudar o meu foco. Mudar o ambiente, procurar alguém fora da faculdade e do clube de golfe. Acho que preciso de alguém mais velho.
Esteban sabia exatamente onde aquela conversa iria chegar e ele te permitiu continuar. Arqueou uma das sobrancelhas, como quem te pede para prosseguir. Te ouve, então, reclamar sobre como garotos da sua idade não sabem de nada, são imaturos e nunca atendiam às suas expectativas. Sobre como sempre quis um homem de verdade. O último comentário arranca um riso nasalado do argentino, incrédulo com o quão sonsa você consegue ser. 
– Isso é porque eles são apenas garotos. É o que eles fazem. – A resposta parecia resignada, quase te fez desistir da ideia, mas Esteban continuou. – Além do mais, garotas como você sempre dizem que querem um homem, embora nunca aguentem o que um homem de verdade faz. – Era completamente sugestivo e ele sabia. Tinha total consciência das implicações quando deixou a poltrona e caminhou até você, pairando sobre ti, imponente, com as mãos no bolso da calça social. – Então, o meu conselho para você, chiquita, é que continue com os mesmos playboyzinhos de sempre.
– Mas eles são tão chatos! – Birrenta, você argumentou. – Com todo aquele grude e melosidade, me chamando de vida logo depois do primeiro encontro. – Enrolando uma mecha de cabelo, fez uma pausa, fingindo ponderar algo, quando, na verdade, tinha todo aquele diálogo na ponta da língua. – Acho que preciso de alguém só um pouquinho mais frio. – Novamente, uma pausa, dessa vez para ensaiar uma timidez que nunca existiu em ti. – Tipo…Você. 
Com a cabeça levemente tombada para o lado, Esteban só pôde rir do teu teatrinho. Te mediu de ponta a ponta do corpo, tão pequena em comparação ao porte dele, a saia revelando um pouco mais das coxas diante da posição, os lábios rosados que faziam o pau dele pulsar por dentro da cueca. A destra te tocou o os fios, alisando-os, te fazendo ronronar baixinho, carente pelo toque dele, desceu até o queixo, segurando o seu rostinho, como quem está prestes a ensinar algo e precisa de bastante atenção.
– Não peça por algo que você não pode aguentar, boneca. – Soou como um alerta, quase uma ameaça tendo em vista o olhar sombrio que ele te lançava. – Além do mais, eu não curto pirralhas metidas. – Aqui estava o velho Esteban, sempre com uma forma de te degradar, a diferença é que dessa vez ele fazia com um sorriso no rosto. 
– Tenho idade o suficiente. – Dando de ombros, você se desvencilhou do toque dele, embora o seu interior desejasse por mais. – Eu nunca deixo eles me tocarem, sabia? – Felina, se ajeitava, colocando-se de joelhos sobre o estofado, ainda mais sugestiva na nova posição. – Não sinto vontade…
– Uma bonequinha intocável. – O olhar dele acompanhou o teu, que encarava o volume discreto paralelo ao seu rostinho. – E acha que eu sou o que precisa, hm? Para, o que?! Te deflorar? É essa a sua fantasia suja? Dar para um cara mais velho logo na sua primeira vez? Porque os moleques riquinhos que você anda não saberiam te tratar feito a vadiazinha que você é? – Estoico, Esteban permanecia te encarando de cima, nunca saindo daquela postura de superioridade, queria você se sentindo menor que ele, submissa.
Franziu o cenho e uniu os lábios em um biquinho manhoso diante da aspereza das palavras dele, chegando até mesmo a deixar um chorinho escapar, exibindo o melhor semblante magoado, como se a calcinha não estivesse ensopada só de ouvi-lo se referindo a ti dessa maneira. “Assim não”, foi o que você murmurou, piscando os olhos, dócil. Esteban imitou a tua expressão, cínico. 
– Qué? Quer que eu te diga que você é uma boa garota enquanto te faço carinho no cabelo, é isso? – A voz exibia um sarcasmo explícito, não disfarçava o tanto que gostava de estar naquela posição. – Quer que eu te elogie, que diga que você é a coisinha mais bonita que eu já coloquei os olhos? – Com a destra, pegou um punhado dos seus fios, sem puxá-lo, apenas pressionando, domando. – Ou prefere que eu te recompense por ser uma bonequinha tão boa quando conseguir levar o meu pau por inteiro? 
A verdade era que Esteban queria ser egoísta, queria te colocar de joelhos no chão frio e encher a sua boca dele, foder até te deixar com a garganta magoadinha, sem voz, assim ele não ficaria um bom tempo sem te ouvir sendo irritante. Fantasiava com o barulho dos teus engasgos, em como se curvaria sobre ti, prendendo o seu rostinho bonito contra o caralho teso, o nariz encostado na virilha. Pensa em como poderia gozar só com o brilho desesperado dos seus olhos, sem ar, rendida às vontades dele, arruinada para qualquer outra pessoa que não fosse ele. Mas ele não te daria esse gostinho, não seria mais um dos seus segredinhos para ficar na sua estante.
Não. Esteban queria te foder, tomar algo de ti que seria só dele. Que ficaria na estante dele. E não te dar nada em troca. 
O que ele não sabia é que estaria ainda mais arruinado uma vez que provasse de ti.
– Eu… – Com a voz quebrada, você tentou se aproximar dele, sendo impedida pelo aperto paralisante. – Eu…Quero você.
– E o que você quer que eu faça? Dímelo. 
– Quero…Que você me toque… – Em um falso acanhamento, suas mãos percorrem o próprio tronco, espremendo os seios por cima da blusa. – Aqui. – Mais atrevida, desceu até a barra da saia, apontando para as coxas. – Aqui. – Suspendendo o tecido, revelou a calcinha rendada delicada. – E aqui.
Esteban te queria e você sabia disso. Criou uma persona e se moldou em uma garota agradável para se aproximar, até que o tivesse na palma da sua mão, disposto a arriscar a carreira e todo o resto pelo gosto de ser aquele que te corromperia para sempre. Por isso, foi preciso muito esforço para esconder o sorriso viperino quando ele, de modo abrupto, te mandou levantar e se sentar na mesa dele. Queria vê-lo perdendo o controle. Faminto por algo que só você poderia dá-lo. 
Obediente, você se posicionou exatamente como ele mandou. “Tira tudo”, ele disse, “e senta com as pernas abertas”. E foi usando um terno impecável e certamente superfaturado, que Esteban se ajoelhou diante de ti no meio do escritório dele. O mesmo homem que te desprezou, havia caído perfeitamente no seu joguinho. 
Ali, exposta, sentiu seu ventre contrair em excitação e ansiedade pelo primeiro toque. Estremeceu sob as mãos dele quando as coxas foram agarradas e separadas ainda mais, para o agrado do argentino. Os lábios macios te beijavam a pele desde o ventre até a parte interna da virilha, os dentes arranhavam contra a derme sensível, marcando com a língua e saliva, deixando um rasto que você não esqueceria jamais.
Seu interior pulsava em necessidade, fazia o melzinho escorrer e molhar todos os papéis importantes deixados na superfície de vidro. A língua contornou o sexo encharcado, lento e suave, te provando e provocando, deslizou desde o clitóris até a entradinha virgem, arrancando gemidos dengosos de ti. As palmas enormes se fecharam ao redor das suas coxas, te mantinham paradinha enquanto a boca te devorava. 
Não havia nada de casto no jeito com que Esteban te chupava. Não, ele fazia uma bagunçava, esfregava a ponta do nariz contra o pontinho sensível, babava toda a barba com o teu líquido e te lambia com gosto. Sabia exatamente o que fazer e como fazer para te ter derretida, rebolando contra o rosto masculino em busca de mais contato, de, enfim, ser saciada. 
Observou quando Esteban se afastou apenas para que pudesse envolver um dos próprios dígitos com a saliva, levando-o até o buraquinho que piscava para ele, pensou em como o seu gosto ficava ótimo na ponta da língua dele, mas essas eram palavras que você jamais ouviria. Rodeando o canal estreito, o argentino te encarava intensamente, assistindo todas as suas reações para os estímulos, sem desviar nem mesmo quando o dedo passou a deslizar por entre as paredes, sentindo o pau pulsar ao te ver tão tontinha daquele jeito.
Um filete de saliva escapava do cantinho dos lábios, as bochechas estavam coradas e o peito subia e descia, ofegante. Ouviu quando ele rosnou, ainda que baixo, ao sentir o quão apertada você era, imaginando como seria a sensação quando ele te enchesse. Embora os dedos fossem largos, não se comparavam ao estrago que o pau dele faria. Então, Esteban te preparava, mamava o clitóris inchadinho enquanto o dedo ia e vinha na buceta ensopada. 
– Tão bom… – O chiado escapou dos seus lábios sem que você sequer percebesse. – Esteban… – O chamado saiu quando um outro dedo deslizou pelo seu interior, te fazendo contrair violentamente. – Você…
– Tsc. Será que você tem uma bucetinha tão carente assim que só um pouco de atenção é o suficiente para te deixar com essa cabecinha vazia? 
Um polegar agora fazia movimentos circulares contra a região sensível, fazendo você se molhar ainda mais para o homem, sendo alargada agora por três dígitos. Os movimentos te entorpeciam, faziam os dedinhos do pé contorcerem e os quadris perderem o controle, empurrando-se contra o punho alheio. 
– Você está se fodendo na minha mão, boneca. – Não era uma pergunta. Esteban estava constatando em voz alta somente para te humilhar mais um tanto. – Mas acho que eu deveria esperar isso vindo de uma virgenzinha feito você… – Ele queria te chamar atenção, perguntar onde estava aquela atitude boçal de sempre, mas o jeitinho patético que você ficava desesperada por pica o distraía completamente dos seus objetivos.
A formigação no seu ventre indicava que um orgasmo estava próximo, te arrancando suspiros em deleite, sem se importar com o barulho que fazia ao chamar o nome do argentino como em uma prece devotada. Com os lábios entreabertos e o cenho franzido, você gozou no que parecia ser o momento de maior euforia da sua vida, sentindo todo o corpo arrepiar e estremecer. Se sentia tão leve quanto uma pena, poderia se considerar vitoriosa naquele momento, havia conseguido o que queria de Esteban e agora poderia seguir em frente para a sua nova obsessão do momento.
No entanto, pareceu congelar no lugar ao abrir os olhos e vê-lo envolvendo o caralho duro com uma das mãos, enquanto a outra desfazia o nó da gravata, deixando-a de qualquer jeito no tronco. Seu olhar queimava na extensão, a pontinha rosada estava coberta em pré-gozo, que Esteban espalhava até a base, o interior pulsou novamente, se sentindo abandonado de repente. Você queria mais. Queria sentir tudo aquilo te enchendo, te tomando.
O argentino se aproximava lentamente, se colocou entre as suas pernas, envolvendo-as ao redor do próprio corpo, te fazendo sentir a dureza contra o pontinho sensibilizado. Por impulso, você avançou nos lábios dele, mas Esteban não permitiu que o beijo acontecesse, exibiu um sorriso perverso diante da sua fraqueza e acenou em negação. 
– Sem beijos, princesa. – Ele claramente se divertia com aquela situação. – Garotinhas mimadas feito você não merecem beijo. – Mas ele te provocava, falava rente aos seus lábios, permitindo que eles quase se encostassem. – Precisam aprender a ouvir não, você precisa de alguém que te coloque no seu lugar.
Os sexos, por sua vez, estavam em seu contato mais íntimo, pele com pele. Você sentia as veias contra os lábios separadinhos com a fricção, observou quando Esteban cuspiu na própria mão, envolvendo o caralho com a saliva, deixando mais fácil, molhado, sujo, “Mas não se preocupa, não, tá? Eu vou te foder até você aprender direitinho”, ele pontuou quando esfregou a cabecinha na sua entrada, “Relaja…”, te acalmou, se mantendo naquela provocação, “Vai ser boazinha e levar tudo que o papai tem pra te dar, né?”. O apelido fez os seus olhinhos brilharem, o que não passou despercebido por Esteban, notando a sua cabeça acenar freneticamente, necessitada dele como nunca antes.
– Você é tão suja… – Ele te distraía com beijos e mordidas no pescoço. – Ficou animadinha assim porque gostou do que eu disse, foi? Quer me chamar assim, eh?
Retraída, você concordou. As bochechas esquentavam e ganharam um tom ainda mais corado, perdida no próprio prazer, sentiu quando a pontinha foi pressionada no seu interior, soltando um murmúrio doído quando foi, pouco a pouco, preenchida pelo homem. A lentidão era tortuosa, cada centímetro era sentido, de modo que um chiado cheio de manha escapou, tentando se acostumar com a invasão. 
Esteban te acariciava os seios, envolvia os mamilos com a língua, te dando mais estímulos para suportar a ardência. Estava molinha nos braços dele, entregue, os sentidos à flor da pele passeando entre os limites da dor e do prazer. O argentino sussurrava no pé do teu ouvido o quanto você era apertada, mas que era tão boa em recebê-lo, que ele poderia passar horas dentro de ti. Vulnerável também, ele se encontrava entorpecido, dominado pelo tesão. Agarrada ao tronco dele, você suspirou quando as virilhas se encontraram, aliviada. 
– Você é tão grande. – Revelou, apoiando a cabeça no ombro masculino. – Tá me deixando tão…Cheinha. – O tom manhoso era o suficiente para enlouquecer o homem ainda mais, desesperado para se afundar em ti e te deixar cheia não só do pau dele, mas da porra também.
Quando a dor começou a dar lugar para o prazer, seu corpo passou a buscar mais daquele contato, remexendo o quadril lentamente, descobrindo o seu próprio prazer também. 
– Essa é a buceta mais gostosa que eu já comi. – A voz masculina saiu abafada, grogue. – Tá sentindo, né? Como eu te deixo estufadinha de pica. – Riu nasalado contra o teu ouvido, te arrepiando quando deslizou um pouco para fora, somente para entrar em ti de novo. – A princesinha da família levando pau pela primeira vez na vida bem debaixo do nariz de todo mundo.
Esteban passou a repetir os movimentos, entrando e saindo do seu interior, até que os seus chiados ficassem mais e mais necessitados e a sua buceta babasse ainda mais pelo pau dele, pulsando freneticamente. Ele havia te arruinado. Com um único movimento, o argentino meteu em ti de uma vez só, arrancando um gritinho fino dos seus lábios, que logo se transformaram em gemidos e murmúrios desconexos quando o quadril dele ia e vinha com maestria. 
Sua coluna arqueava a cada investida contra o interior apertado, tentando se segurar ao que podia diante da força das estocadas e o impulso que Esteban pegava para que foder do jeito que ele sempre quis. Com a cabecinha áerea, você se viu chamando-o, “papai”, uma, duas, três vezes, ouvindo um grunhindo em resposta, aumentando a intensidade dos movimentos, mais selvagem, sedento. Você o havia arruinado.
O que havia começado como um joguinho de egos, parecia se findar naquele momento. Nos corpos suados que se entrelaçavam, nas palavras sussurradas, nos gemidos que escapavam, nas mãos que se agarravam, no encontro dos desejos. Mas o que vocês possuíam estava longe de terminar, porque embora os caras mais novos não fossem nada iguais a Esteban, ele acaba de perceber que você não era como nenhuma outra mulher também.
Ambos estavam arruinados e condenados um ao outro para sempre.
194 notes · View notes
myillicitaffair · 2 months
Text
You are in love | Esteban Kukuriczka.
Tumblr media
sumario: noches de pizza con tu amigo… claro, amigo.
advertencias: sexo explícito (+18) , penetración, sexo sin protección, consumo de alcohol.
créditos: las fotos del collage fueron extraídas de pinterest, más las edite yo. la canción cuya letra utilice es You Are In love (Taylor’s Version) de Taylor Swift.
notas: honestamente, no estoy muy contenta con el resultado final pero espero que puedan disfrutarlo de todas maneras xx.
No hay pruebas, no fue demasiado, pero yo vi suficiente.
Paciente, fuera de su recibidor, me encuentro parada, esperándolo con una botella de vino bajo la axila. Aliso los pliegues de mi falda varias veces con las manos, un hábito al que recurro para evitar sucumbir a la ansiedad que me atormenta. Con la cámara de mi celular, observo mi reflejo, comprobando que mi maquillaje permanezca en su lugar, que mi cabello siga viéndose inmaculado.
No recuerdo un tiempo en el que Kuku haya sido simplemente un amigo, siempre fue más; mi confidente, el protagonista de mis fantasías, quien roba mis suspiros y miradas, de quien terminé enamorándome.
Las pisadas sobre las baldosas delatan su presencia apropincuándose, luego el traqueteo de las llaves en la cerradura, las bisagras girando en su eje para revelarlo frente a mí.
La alegría tiñe su rostro al verme, redondeando sus angulosos pómulos y centrando mi atención en la mueca en sus labios. Condenadamente cerca de mí y a la vez tan inalcanzables.
Su voz dándome la bienvenida me sacude de mi subrepticia quimera, trayéndome de un zarpazo de vuelta a la realidad. Me estrecha contra su torso, con las muñecas serpenteándose por mi cintura para atraerme más cerca.
“Traje vino, Kuku”- pronuncio, a modo de saludo, mientras lo abrazo estrechamente.
“¡Gracias, ángel! Entrá que está por llegar la comida”- informa, de manera tan casual y ligera que siento mi corazón escurrirse hasta tocar el suelo.
“Ángel” me dijo, jodiéndome para siempre. ¿Cómo seré alguna vez capaz de recuperarme de tal agravio a mi integridad? Decido asentir y adentrarme a su hogar.
Me recibe una sala de estar cálidamente iluminada, las paredes blancas cubiertas de cuadros y fotos, un aterciopelado sofá rojo situado en medio de la habitación.
Me acerco a una repisa de madera, donde reposa un retrato recientemente seleccionado… todo el elenco de La Sociedad De La Nieve posando bajo el lente de su cámara, sonrisas reflejadas en nuestros rostros enmarcados.
“Esa la tomé el último día de rodaje”- me recuerda, apareciendo por detrás mío, con una mano en mi espalda baja.
No hay pruebas, un toque singular, pero yo sentí suficiente.
Mis vellos corporales se erizan ante el contacto, un escalofrío recorriéndome cargado de anticipación por lo que jamás sucederá. Asiento torpemente, deseosa de fundirme en el calor de su silueta.
Pienso en esos mismos dedos, acorralando mi piel a su paso, incendiando su sendero. Acariciando mis mejillas con ternura, colándose por mis labios, desvistiéndome con precisión.
El timbre retumbando en la sala me despierta, desarraigándome de mis maquinaciones pecaminosas. El hombre a mi lado da largas zancadas, con un caminar tímido y garbado, hasta alcanzar la puerta de madera y ojear la mirilla. Luego de cerciorarse de la identidad del intruso, le permite ingresar para que deposite el delivery entre sus brazos, marchándose luego de recibir su pago.
Sobre la mesa del comedor se halla mi bolso, el cual rebusco hasta toparme con la billetera y separar varios billetes para pagar una porción del importe de la cena.
“Dividamos los costos de la comida entre los dos, ¿te parece?”- debato, tendiéndole el dinero para así compensar la mitad de su perdida.
“Pero no, nena, ¡guarda eso! Te invito yo”- rechaza tajante al ignorar mi ofrenda, con juguetona indignación en sus facciones.
Más allá de mi recurrente insistencia, rechaza contundentemente todos mis intentos de devolverle la plata, escudándose en excusas absurdas. Una cálida sensación se apodera de mí ante su caballeroso gesto, traduciéndose en atontados vistazos en su dirección, mientras sigo cada uno de sus movimientos al sacar el par de copas de una alacena.
“Pedí pizza de ese bar que te gusta”- comienza a explicar, aun movilizándose para descorchar el vino- “la de pepperoni sigue siendo tu favorita, ¿verdad?”
Un solo paso, no fue demasiado, pero dijo suficiente.
Silencio. Silencio desgarrador y sepulcral a mi alrededor, petrificando el aire a su paso.
“¿Te acordaste?”- asevero con un hilo de voz, aunque suena más a una pregunta, reflejando mi propia inseguridad.
Mis extremidades tramitan un cosquilleo colectivo, despertándome de la anestesia que se había apoderado de mí.
“Si, obvio”- le resta importancia, sirviendo la bebida y entregándome mi copa.
Y yo entiendo lo tonto que debe sonar, pero, por un momento, me permito sentirme importante e incluso un tanto sustancial en su existencia. “Me escuchó” medito, atónita por la revelación, revolucionando todas mis ternuras dirigidas hacia él.
Mis ojos se obsesionan con su él, simplemente él y su aura dorada coronándolo como si de un halo se tratara. ¿Cómo logré tener tanta suerte?
“No me mires así, nena”- pide al devolver mi mirada, su entrecejo fruncido en concentración- “Vas a hacerme creer que los chicos tenían razón…”
Mi mueca se tiñe de confusión, no sabiendo con exactitud si se refiere a lo que yo supongo. Intento decodificar sus palabras, pero, tal vez por el prospecto de ver mi entusiasmo destrozado, me limito a repreguntar.
“¿De qué hablas, Kuku?”- atrapo mi labio inferior entre mis dientes para así detener los temblores que lo acosan.
“Ya sabes…”- se encoge de hombros, pero, al ver mi perplejidad se resigna a continuar- “Fran y Juani siempre nos cargaban con que… em, con que debíamos salir.”
Siento un hondazo envestirme de lleno y un deseo irremediable de que el mismo continúe hasta hacerme perder la conciencia.
“Ah, eso”- murmuro en voz baja, de repente completamente drenada de seguridad. Trato de difuminar mis conflictuadas preocupaciones con una risotada punzante, delatando la rigidez de mis hombros estáticos y la incomodidad en mi gesto.
¡Qué estúpida! ¿Cómo me permití alguna vez pensar que el podría sentir lo mismo que yo? Deseo tirarme al suelo y revolcarme en el bochorno que me arrima, lo suficiente para olvidarlo a él con sus grandes ojos fijos y perder la cordura a manos de la vergüenza.
“Era un chiste nada más, no deseaba hacerte sentir mal”- aclara cálidamente, rodeando la mesa hasta rozar nuestros hombros.
Es absurda la cantidad irremediables de terminaciones nerviosas que logra incendiar con solo oprimir su marco con el mío. ¡Debo frenar esta locura antes de que se me vaya de las manos!
“Claro…”- suspiro, forzando una sonrisa al tomar asiento en la silla que abuso bajo mis pálidos nudillos.
Tomando la copa entre mis palmas, la balanceo hasta verter el liquido más allá de mis labios, rezando para que el espirituoso proveniente de uva disipe su comentario furtivo.
El mayor, aún parado a mi lado, hinca sus rodillas para arrodillarse y así quedar a la altura de mis ojos.
“Ángel, lo siento si te ofendí. No era mi intención”- se disculpa, escurriendo sus dígitos entre mi cabello para plegarme un mechón tras mi oreja.
“Ya sé, Kuku… y lo prometo, ¡estoy bien!”- miento descaradamente en su cara, con las comisuras adheridas a mis tensas mejillas.
Por unos prolongados segundos- que se sienten como una eternidad- nos miramos firmemente, tratando de descifrar los pensamientos cabalgando en la cabeza opuesta. Con un afectado suspiro, se levanta del suelo para luego posicionarse en la silla contigua a la mía.
Una vez asentado en su sitio, levanta el rostro para enfrentarme y toma mis temblorosas manos entre las suyas. Inmediatamente noto su calor corporal, las asperezas desperdigadas por sus palmas, sus anillos colisionando con los míos.
“Ahora entiendo cómo mi comentario pudo haber sonado y te pido perdón por ello”- alega mientras me observa, pausando en cada pequeño lunar e imperfección.
Inhibida y un tanto cohibida ante su escrutinio, desvío mis ojos hacia un costado y muerdo mi labio inferior, aprisionándolo entre mis paletas.
“No quería hacerte mal…”- confiesa, con sus orbes ahora clavados en mis labios mordisqueándose- “Sos mi mejor amiga.”
una mueca extraña en su rostro. Pausa, luego dice “sos mi mejor amiga.” Y yo supe a que se refería, está enamorado.
Una fuerza gravitacional me empuja aún más cerca suyo; envalentonada gracias a su fijación por mi boca, empiezo a disparar la ajena sin dudarlo. Deslizo una mano por su cachete, acariciando la incipiente barba creciendo allí mientras le robo un breve pico.
Al separarme, escaneo al hombre que acabo de besar, desesperada por hallar una reacción. La confusión tiñe su cara, tiene la mandíbula presionada con fuerza y un furioso sonrojo trepando hasta su nariz. Sin perder un solo minuto más. Vuelve a unir nuestras figuras en un beso, uno real esta vez.
Sus labios en contacto con los míos consienten un hambre que venía cultivando hace meses, acelerando mi deseo de conseguir más. Mi corazón late con una velocidad alarmante, saltando implacablemente contra mi caja torácica, y agravando los temblores en todo mi cuerpo.
Una danza desenfrenada se desenlaza, dando rápido paso a una intrépida batalla por apropiarse de la ventaja que implica dominarnos mutuamente. Una de sus manos se enreda en mi melena, tirándola hacia atrás mientras su lengua se apresura en inmiscuirse en mi cavidad bucal, cepillando la propia y paseándose por toda su extensión.
El aire comienza a escasear y el ardor en nuestros pulmones nos fuerzan a dividirnos, aprovecho el breve impase para deslizar mis extremidades por sus piernas y así, sentarme a horcajadas sobre su regazo.
“¿Sabes hace cuánto deseo hacer esto?”- cuestiona, entrelazando sus dígitos por mis curvas y asentándome sobre la junción de su torso y piernas.
Bajo mío, noto un bulto que comienza a alzarse, punzando mi centro deliciosamente. Sin siquiera razonarlo, muelo mis caderas contra él, percibiendo un curso de placer recorrerme entera ante la fricción contra sus pantalones.
En un arrojo de valentía, me deshago de la blusa que flamea en mis costados, arrojándola lejos nuestro. Como si de un arreglo tácito se tratara, el argentino adjunta sus labios con mi pecho y comienza a succionar mi piel con fiereza, yo me limito a atraerlo contra mí mediante su cabellera.
“Tantas veces fantasee con esto…”- admito, sin poder evitarlo, mientras él libera mi busto del corpiño.
Levito hacia su remera, forcejeando con ella hasta deshacerla hacia las baldosas y revelar su tórax al descubierto. Recubierto de pecas difuminándose en su blancura, dudo alguna vez haber visto una imagen más hermosa.
Sosteniéndose de mis muslos, se irgue y tropieza hasta toparse con el sillón, descargándome sobre el terciopelo con una impredecible agilidad. Allí, acostada en medio de su sala de estar, centro mi atención a sus dedos desenlazando mi falda con ternura, para luego despojarme por completo de mis confinamientos.
Imitando sus movimientos, aviento mis brazos hacia su entrepierna para desabrocharlo y librarlo de sus prendas. Aceleradamente, lo desvisto hasta que nuestras desnudeces son lo único que prevalece.
“Sos hermosa”- me halaga, recorriendo cada centímetro de mi piel con delicadeza, intentando memorizarlo para siempre.
Respondo con mi agarre volando hasta su palpitante erección y acariciándola juguetonamente, con constancia hasta donde me lo permite.
“Necesito sentirte adentro mío, Kuku…”- pido, sin sentir un ápice de vergüenza ante mi explicitación.
Un gruñido escapa su garganta ante mi directiva, deshaciéndose de mi toque para posicionar su polla entre los pliegues de mi coño y comenzar a adentrarse. Sollozos son lanzados en su dirección, animándolo a ir más allá, a continuar.
“Dios, estás tan apretada”- pronuncia cuando la cabeza de su pene logra tocar mi fondo, disfrutando los espasmos que mi canal le proporcionan.
En un frenesí ocasionado por la sensibilidad que su miembro me genera, embisto mis caderas para acercar nuestros centros aún más y luego retirarme, provocando un extasiante vaivén. Los gemidos retumban en el silencio del salón, con la danza que nuestros sexos lideran al fusionarse.
“Estoy enamorado de vos, ángel, desde la primera vez que te vi”- dice al observarme con atención, aun penetrándome hacia la culminación.
Sorprendida por lo inaudito de la situación, una lagrima se cuela por mis ojos y rueda en su sendero por mi mejilla ante su confesión, una que aguardo hace meses.
Esteban la recoge, interrumpiendo su trayecto hacia mi cuello para besarme nuevamente, con renovada emoción.
Y ahora comprendes por qué perdieron la cabeza y pelearon sus batallas, y por qué yo he pasado toda mi vida tratando de ponerlo en palabras.
295 notes · View notes
sluttforromero · 2 months
Text
missing you 🩰 ♡ ⁺‧₊˚🧸💌 🦢 fran romero
tw: smut, creampie e afins <3 não revisei, se achar algum erro mil perdões!!!
Tumblr media
"por que saiu?" você ouviu a voz sonolenta de fran quando fechou a porta do guarda-roupas.
ele ainda estava do mesmo jeito que você havia deixado na cama, os braços ao redor do travesseiro e os cabelos bagunçados sobre o lençol. estava lindo. sempre estava.
"banho" você sorriu. "ao menos um de nós precisa estar limpo".
ele revirou os olhos e virou de costas enquanto você riu baixinho e rumou para dentro do banheiro.
era domingo à noite, o que significava que era o dia em que você tirava para fazer a manutenção do seu corpo, hidratava o cabelo, esfoliava a pele e literalmente se arrumava para dormir, porque depois de uma longa semana não havia nada melhor do que sentir o seu próprio perfume enquanto os lençóis pareciam seda sobre a sua pele. era o paraíso.
o banho demorou uns trinta minutos, somados aos quarenta que você passou escovando o cabelo e fazendo seu skin care, você viu fran com os olhos tranquilamente fechados quando retornou ao quarto.
o que te deixou um pouquinho desapontada, por que para finalizar o domingo e iniciar uma nova semana você precisava transar. e especificamente naquele dia você estava demasiadamente carente de fran.
depois de ponderar se iria realmente acordá-lo só porque estava com tesão, você desistiu, ainda era tímida demais para fazer esse tipo de coisa. você deitou na cama e puxou o braço de fran para cima do seu corpo, formando uma conchinha.
"você tá muito cheirosa" ele falou sonolento, te puxando para mais perto.
você apertou levemente a mão dele que estava entrelaçada com a sua quando ele enfiou o rosto na sua nuca. fazendo seus pelos se eriçarem a cada vez que o ar quente batia contra sua pele.
fran enfiou uma das pernas por entre a sua chegando ainda mais perto, nesse ponto, para quem visse a cena de fora era no mínimo confuso tentar distinguir onde um terminava e o outro começava. você não pode dizer que não tentou, os minutos se passaram e o tesão que você imaginou (quase torceu para) que fosse embora praticamente triplicou.
você precisava dele; e precisava agora.
um suspiro cansado escapou dos seus lábios quando você chamou o nome dele e ele não respondeu. seria um certo vacilo acordá-lo mas você faria valer a pena.
você segurou a mão de fran e a levou até de baixo da camisa que você usava, encaixando ela perfeitamente em um dos seus seios. em seguida você tornou a movimentar levemente o quadril contra o dele. não demorou para que esses movimentos sutis foram se convertendo em reboladas mais brutas e lentas.
o típico calor escaldante começou a se formar no seu ventre e sua mão pronta mente se movimentou até lá. você se agradeceu mentalmente por não ter vestido uma calcinha naquela noite. sua boceta estava pegajosa quando seu dedo começou a roçar de leve no clitóris, fazendo movimentos circulares. alguns minutos se passaram e quando estava prestes a gozar você parou quando ele apertou seu peito com força.
"você me acordou" a voz lenta de fran chegou a seu ouvido. ele estava tão perto que você podia sentir os lábios dele roçando contra o seu pescoço.
"desculpa" você falou um pouco envergonhada mas não o suficiente para tirar seus dedos do meio das pernas.
"você realmente não tem limites, não é?" o tom dele começou sério porém você sabia que era só pose. na verdade você conseguia sentir que ele queria aquilo tanto quanto você. dava pra dizer pela dureza que estava roçando na sua bunda.
"vamos fran, por favor" você pediu manhosa segurando a mão dele contra o seu peito, o fazendo te apertar com vontade. "não como se seu pau não estivesse duro feito uma pedra aqui embaixo..."
ele não pode evitar de sorrir. era novidade você dizer esse tipo de coisa.
"só porque você tá cheirosa demais pra deixar passar"
numa rapidez surpreendente ele já estava sem o shorts e você já tinha se livrado da camiseta.
você, como um gato manhoso, engatinhou até se sentar no colo de fran. a luz amarelada do abajur faziam os olhos dele, ainda semi cerrados, ficarem num tom de verde água que prendeu sua atenção por longos segundos.
"anda, se mexe, você não me acordou á toa" ele disse e você piscou algumas vezes voltando a si.
"você fala demais"
o beijo de vocês era úmido e pegajoso, daquele tipo que faz um barulho molhado sempre que os lábios se tocavam. ele suspirou contra sua boca no momento que seus dedos serpentearam até tocar-lhe o pau.
estava duro, as veias estavam mais pretupebrantes que o normal, o que te deixou satisfeita e sorrindo entre um beijo e outro. a sua mão o segurava firme, subindo e descendo mas de forma lenta. tortuosamente lenta. fran, que já estava ofegante e ansioso não demorou para mover o quadril para cima, tentando ter o máximo de contato com a sua mão mas você forçou seu corpo contra as coxas dele, o fazendo parar.
"sempre tão ansioso. nunca deixa eu brincar do meu jeito" você sussurrou no ouvido dele, que por sua vez te xingou baixo, te fazendo rir em resposta.
você até iria provocar mais um pouco caso não estivesse tão ansiosa e excitada quanto ele. você inclinou-se um pouco, só o suficiente para agarrar o membro duro e esfregá-lo contra seu clitóris, entre os lábios e até ameaçando enfiá-lo algumas vezes mas sem o fazer de fato.
você fechou os olhos e tombou a cabeça para trás, esfregando-se contra ele mais rápido, e fran, mesmo oscilando entre a linha tênue da realidade e fantasia, notou que só você estava se divertindo, então ele agiu.
você sentiu os longos dedos ossudos dele na sua mão, te fazendo abrir os olhos, e então você não conseguiu evitar sorrir da insatisfação estampada na cara de dele.
"se for sentar, senta logo." exigiu.
era justo, você já estava encharcada. podia literalmente sentir sua boceta molhada pulsar. Então, finalmente, fez a vontade dele. com uma certa pressa você fez o pau duro deslizar para dentro de você, e nossa, mesmo que não fosse a primeira vez que ele se alojava dentro das suas paredes molhadas, a sensação de euforia era como se fosse.
você rebolou um pouco, se ajustando e recuperando o fôlego antes de de fato começar a cavalgar feito uma verdadeira cowgirl.
você gemeu alto contra o pescoço dele quando sentiu o primeiro tapa na sua bunda. ele falava as maiores atrocidades no seu ouvido enquanto te ajudava a subir e descer com uma maestria que só você tinha. não demorou muito pra que você gozasse, não uma mas algumas vezes. podia sentir os líquidos escorrendo para fora da sua boceta calejada.
"fica" você sussurrou com dificuldade quanto ele tentou sair de dentro de você.
"mas você já gozou, não te incomoda?"
"tá me perguntado se ter so seu pau dentro de mim me incomoda?" vocês riram e ele beijou sua testa.
"não que eu esteja reclamando, jamais, mas de onde isso tudo veio, colocaram algum tipo de viagra feminino na sua bebida?" fran riu baixinho.
"eu só estava sentindo a sua falta"
Tumblr media
escrevendo essa putaria toda como se eu nao tivesse visto aquela foto no instagram
165 notes · View notes
luceracastro · 2 months
Text
Pink<3
Enzo Vogrincic x reader
Tumblr media
Summary: Enzo loves when his girlfriend gets her nails done
Warnings: fluff
(small little writing blurb for baby<3)
Many other boyfriends or significant others didn’t like to pay for their girlfriends nails but Enzo wasn’t one of them, on the contrary he loved to give you money every two three weeks to get them redone
He loved the fun colors, designs, charms, stones, etc. the way you would come home all giddy and pampered with the biggest smile on your lips, how you showed him your nails explaining the reason you chose the color and design
In fact there were times where he would tag along sit beside you and watch intently how you would smile during the process of getting your nails done, he watched closely as the nail artist handled your nails one by one focused on every design, stone, and charm placed on your nails
He loved coming home after a long day or simply just walk over and lay down on your lap as your nails raked against his scalp, fingers running through his long hair as he relaxed even falling asleep during the process
He loved the feeling of your nails running along his arm, palm, or back especially when you rake your nails along his back while you both are in bed, and when you both are doing certain things in bed he enjoys the marks you leave on him the way it shows he belongs to someone just as much as it shows you belong to him.
those are the reasons he would spend millions on your nails, he knew you loved them and in all honesty he loved them as well.
(you know I had to tag my baby @madame-fear)
284 notes · View notes
imninahchan · 1 month
Text
Tumblr media Tumblr media
𓏲 ๋࣭ ࣪ ˖ 𐙚 ⌜ 𝐀𝐕𝐈𝐒𝐎𝐒: enzo como seu ficante premium, música brasileira, bebida alcoólica, sexo sem proteção (tem que usar camisinha porra krl), dirty talk, degradação e elogios, body worship(?), não sei escrever loba brasileira gnt mas tentei, tive que escrever essa porra no docs pq o tumblr tava tirando uma com a minha cara desgraça VOCENAOVAIMECALARTUMBLR. ⁞ ♡ ̆̈ ꒰ 𝑵𝑶𝑻𝑨𝑺 𝑫𝑨 𝑨𝑼𝑻𝑶𝑹𝑨 ꒱ quando o belchior cantou sou apenas um rapaz latino americano sem dinheiro no banco ele tava falando do meu saldo no banco do brasil ─ Ꮺ !
Tumblr media Tumblr media
⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀ ───── 𓍢ִ໋🀦
Tumblr media
VOCÊ NÃO SOUBE DIZER NÃO quando ele te pediu para apresentá-lo à música do seu país. Foi a desculpa perfeita para te ver de novo depois de se conhecerem naquele bar, onde conversaram noite adentro até o dono do estabelecimento os expulsar. Só aquele beijo molhado, a língua com sabor de cerveja, não seria suficiente.
Fica marcado assim, então: todo domingo ele vem, um pouco posterior ao café da tarde mas anterior ao horário do jantar, pra curar o limbo melancólico que o último dia do final de semana cria. Traz um vinho, ou outro agrado. Deixa a bicicleta debaixo da escada do segundo andar, antes de recostar no batente da sua porta e tocar a campainha, charmoso, com a mochila nas costas. Comem um aperitivo, só pra forrar o estômago, e passam a maior parte do tempo sentados no tapete felpudo, as costas apoiadas no sofá da sala de estar, com a TV reproduzindo ao fundo as faixas escolhidas pro dia. 
Começam com os clássicos, claro. Vai ser uma linha do tempo completa, até a música contemporânea. Cartola foi o primeiro, pra começar com o pontapé necessário, e foi impagável o jeito que a alma do Vogrincic pareceu abandonar o corpo físico nas notas iniciais de ‘Preciso Me Encontrar’, em absoluto êxtase, pelinhos arrepiados e tudo. Às vezes, você escolhe décadas, apresentando o que há de mais interessante nos lançamentos de tais anos. Agora, mudou para movimentos culturais, sendo Tropicália a escolha da vez. Domingo passado, viraram a noite conversando as mulheres, de Bethânia a Rita. Porque sempre fica tão tarde para ir embora pedalando, ele dorme aqui. Diz que está confortável no sofá, mas amanhece nos seus lençóis, o corpo nu abraçado ao seu. E não negue, você adora despertar com a cabeça no peito dele, sentir o perfume da pele do uruguaio.
Hoje, para continuar o tema, você destaca justamente um dos maiores críticos do movimento em questão. Faz uma tensãozinha, enquanto se acomodam no tapete, dizendo não, mas ele tinha mó treta com o Caetano, e pesquisa ‘Apenas Um Rapaz Latino Americano’ no televisor. Senta do ladinho dele, quietos, escutando os primeiros acordes da percussão, o estalido ritmado do triângulo. Costumam ouvir a mesma canção duas vezes — uma só pra sentir, respirar a melodia; outra pra acompanhar a letra com a tradução em espanhol para dialogarem mais tarde. 
Enzo sempre aparenta maravilhado. Cerra as pálpebras, o peito subindo e descendo tranquilamente. Deita a cabeça pra trás, descansando a nuca no estofado, de lábios entreabertos. Você se perde na visão atraente aos seus olhos até que ele faça contato visual, te obrigando a sorrir, retraída, e encarar a TV.
Genial, é o comentário que ele faz, naquele sotaque espanhol, após conferir as letras que você separou pro dia. Você apoia o cotovelo no sofá, tornando o corpo para o homem, “Sabia que você ia gostar do Belchior.”
Ele dá de ombros, com um sorriso, “fazer o quê se somos apenas dois rapazes latino americanos vindos do interior…”
Você sorri de volta, largo, balançando a cabeça negativamente como se se recusasse a acreditar que ouviu a piadinha mais previsível possível com os versos da canção. Bebe direto da garrafa de vinho que compartilha com ele,  o olhar desviando para a janela. O sol se põe, o cômodo começa a amortecer, daqui a pouco vai precisar ligar as luzes. 
Enzo te olha, parece cogitar bem as palavras, e acaba por puxar assunto. “E quando você vai conhecer o Uruguai?”, hm?, você murmura, retornando a atenção para o homem. Ele pega a garrafa da sua mão, “você tá me mostrando muito do Brasil, quero saber quando eu vou levar você para conhecer Montevidéu”, entorna um gole.
O seu sorriso dobra de tamanho, “Eu?”, o indicador aponta no colo, “e o que tem de bom pra ver no Uruguai?”
“Muitas coisas”, te fala, com bom humor, “Mas acho que o lugar mais bonito, sem dúvidas, é a casa dos meus pais”, e é aí que o seu riso desponta, incrédula com o flerte, “é sério”, ele garante, sorrindo junto, “é a casa mais bonita da rua, cê vai adorar. Tomar um café com a minha mãe, trocar uma ideia com os meus irmãos. Vão te adorar, eu sei.”
“É?”, a sua voz soa arrastada, baixa. Está olhando nos olhos castanhos dele quando o escuta sussurrar no mesmo tom, aveludado, é, sim, ao que você retruca e já levou quantas pra visitar esse ponto turístico tão belo de Montevidéu?
Ele nem pisca, responde no mesmo instante, “só as brasileiramente lindas.”
Você se inclina para dar um empurrãozinho no ombro dele, estalando a língua, mas sem tirar o sorriso do rosto — uma proximidade propícia para que o homem possa capturar o seu pulso e te manter mais pertinho ainda. Sente o ar quente saindo do nariz dele e resvalando na sua face. Os olhos do uruguaio caem nos seus lábios pintados com o batom, descarado. “Vai ficar fazendo piadinhas com a letra da música, vai?”, você alfineta, só aí ele volta a encarar, tá te fazendo rir, não tá?
“E é bom quando você tá rindo assim”, ele continua, “porque fica menos marrenta, é mais fácil te levar pra cama…”, e você fica boquiaberta de imediato, os olhos afiando, meio cômica, então, você só vem pra me comer?, no que o homem prontamente faz que não, “na primeira vez, eu vim só pela música”, te jura, “foi você quem me levou pra cama, mocinha. Eu só tô te comendo pra manter a tradição.”
“Isso”, o seu indicador toca a ponta do nariz dele, acompanhando a pronúncia lenta da palavra, “você só tá me comendo porque eu tô deixando.”
Ele acena com a cabeça, “presentemente, posso me considerar um sujeito de sorte.”
Bobo, você murmura, ameaçando se afastar para se sentar no ponto em que estava antes, entretanto é detida. Os braços te tomam, o rosto masculino afunda na curva do seu pescoço. É um roubo certeiro à sua vontade de se mover, pois tudo que o seu corpo decide fazer é permanecer onde está. Pior, amolece, o que torna mais fácil para que ele possa tombar contigo sobre o tapete, num abraço, jogando a perna por cima da sua. 
O som da sua risada é melódica, soa no ouvido dele como se fosse um sinal. Arrasta o nariz pelo seu pescoço, se embebeda no perfume da sua pele. Não resiste, tem que entreabrir os lábios e se entregar ao pensamento intrusivo de mordiscar, chupar, só pra também sentir o gostinho. Enzo, você manha, arrepiada por causa da indelicadeza. “Não”, ele retorna, “me chama de mi amor, papi, qualquer outra coisa”, pede, esfregando a ponta do nariz no seu queixo, os olhos se abrindo só para fazer contato visual quando termina “...sou mais do que só o Enzo, não sou?”
Um sorriso se desprende no seu rosto, mas não há uma resposta em si. E é sempre assim, isso o alucina. Não que seja, realmente, o seu plano desatiná-lo desse jeito, mas não pode fingir que não curte assisti-lo bufando, abrindo um sorriso apaixonado logo em seguida e trazendo os lábios finos de encontro aos seus. 
Prende o seu lábio inferior entre os dentes, sensual. Usa o nariz grande pra perpassar pelos seus lábios, recostar na pontinha da sua língua molhada. Está com a boca no encaixe certo para te unir no ósculo, mas atrasa, empurrando só a língua pra tocar na sua primeiro, como se preparasse terreno, tão devasso, para a fusão. Estalado, úmido, porém lento, demorado para trocar de ângulo. A palma aberta cobrindo a lateral da sua face, ao passo que te beija. Você dobra a perna, apoiando a sola do pé no tapete, deixa a dele enfiar entre as suas. 
Os selinhos vão descendo do cantinho da sua boca para o queixo, caindo do pico para a garganta, se distribuindo até o colo. As alcinhas finas do seu vestido estampado já estão totalmente desalinhadas, os ombros libertos, o decote mais fundo. Dali pra baixo, o uruguaio se esquece dos selares românticos e escorrega o rosto por cima do tecido leve até o seu ventre, puxando a barra para ter contato a pura derme. A forma com que faz uma horinha ali, roçando a bochecha na altura do seu umbigo, é quase uma adoração. Culto. Quando levanta o olhar pra ti, está franzindo sutilmente o cenho, aquela carinha de puto, sedutor. Você tem que murmurar vai, pode me comer, Enzo, só pelo prazer de se achar no poder.
Ele se ajoelha entre as suas pernas, “ia te comer de qualquer jeito, vida”, fala enquanto retira a camisa, a silhueta nua masculina se formando aos pouquinhos diante dos seus olhos no cômodo que se amorena no anoitecer, “adoro quando você larga a banca pra me pedir pra te comer feito uma putinha”. Vai com a boca pra beijar bem no cós da sua calcinha, abocanhar, carregando pra baixo a peça entre os dentes, junto dos dedos. Uma luxúria visual que não falha em colocar um sorriso no seu rosto. “Vira”, te orienta, mas ele mesmo opta por te aprumar de lado, de cara pra janela aberta. Se acomoda atrás de ti, também sustentando o peso no antebraço. Com a outra mão, ergue a sua perna o suficiente para ser um ângulo bom pra se pôr na entradinha. Alterna os olhos entre a ereção que conduz pra ti e a necessidade de assistir a sua expressão no momento exato em que ele te invade. 
Tem que ver o seu sobrolho se unindo, os lábios se separando num grito vazio. O melhor combo é também flagrar a alça do seu vestido despencando do seu ombro, a visão do seu seio ali dentro, a um aperto de estar seguro na palma da mão do homem. Os últimos vestígios do sol quente que iluminou esta tarde penetra pela janela e reflete no seu rosto, alaranjados. “Sabe”, faz carinho, impede que a saliva possa escorrer do cantinho da sua boca aberta, “pode falar o que for, mas o que seria de você se não tivesse o meu pau bem fundo em ti todo domingo, hm?”, soa presunçoso mesmo, atrevido, “você quer ser minha, nena”, beira os lábios na sua bochecha, feito quem vai beijar e não beija, “só não tá sabendo dizer.”
Olha só como perde toda a postura quando eu te como, tá sussurrando ao pé do seu ouvido, igual um demônio pendurado no seu ombro. Vai botando devagarinho, começa só com a cabecinha, até ir mais fundo num rasgo só e não largar mão dessa profundidade. “Essa carinha doce de virgem que nunca sentiu uma pica antes”, sopra a frase de uma maneira tão terna que nem parece que está diminuindo, “ah, eu te derreto todinha, não é? Que graça...”, espicha um sorriso, a boca colada à sua orelha, “parece que fui feito pra ti, não fui? Todo dentro. Podia ficar o dia inteirinho metendo em você”, espalma por cima do seu ventre, enchendo aqui dentro de porra.
“Eu tô falando contigo, menina”, tem que pegar na sua mandíbula e trazer seu olhar perdido até o dele. Encara os seus lábios manchadinhos de batom, tentador, correndo os dedos pelo inferior, querendo afundar pra dentro e te fazer mamá-los. “Cê quer me enlouquecer, né?”, acusa, e você sorri, despudorada, “é, cê quer sim, sua cachorra”, morde o seu ombro, rebelde, “mas que nem você me enlouquece, eu vou te enlouquecer igual.”
275 notes · View notes
voglatte · 3 months
Text
⊹ ┊HOMEMADE ꒱ .゚
Tumblr media
↷ ˊ- pairing: bf!esteban kukuriczka x gf!reader.
warnings: mucho fluff, sugestivo, age gap? (solo 5 años), size kink?.
summary: esteban vuelve a casa cansado del trabajo y lo sorprendes.
• dani’s typing… ! adoro a kuku, amé escribir esto.
Tumblr media
no era sorpresa para ti las llegada de esteban a horas de la noche, ya que se encontraba en un proceso de audiciones para una nueva película. aún así estabas un poco preocupada por la salud de tu novio, podías ver el cansancio en sus grandes ojos marrones y pequeñas ojeras debajo de ellos, pero aún así con cansancio siempre te veía con esa sonrisa cálida que poseía.
por lo que decidiste hacerle un pequeño detalle, antes de que llegara a casa. pusiste manos a la obra haciendo una rica cena para ambos, enorgulleciéndote al ver el resultado final y esperando que a él también le gustara.
estabas dando los últimos detalles cuando sentiste un aroma muy conocido para ti y unos brazos masculinos rodeándote desde atrás.
“¿qué hacés, bonita?” murmuró cerca de tu oreja mientras resguardaba su cara en el espacio libre entre tu cuello y hombro.
te hizo sacar una pequeña risita al sentir su respiración haciéndote cosquillas.
“una pequeña sorpresa, para vos” decidiste encontrarte con su perfilado rostro cuando te volteaste viendo un pequeño brillo en su mirada, lo que hizo derretir tu corazón.
él no lo había dicho con palabras pero sus ojos mostraban todo el agradecimiento que sentía en ese momento y pensaste que no debería porque lo harías mil veces más solo por verlo así.
“te amo, bonita” dijo cerca de tus labios luego de conectarlos con los tuyos, un choque bastante dulce e íntimo.
susurraste un “yo también” entre besos y decidiste alejarte un poco sin antes dejar un pellizco amistoso en su nuca donde se encontraban tus manos entrelazadas.
ambos se sentaron en la pequeña mesa que adornaba el salón mientras escuchabas con atención cada palabra que salía de su boca, podría hablar por horas y nunca te cansarías de escucharlo, su voz te daba paz, una sensación que te llenaba el corazón de todo lo lindo en el mundo.
sus manos se encontraban encima de la mesa, su mano sobre la tuya acurrucándola mientras su pulgar daba caricias. la otra simplemente se encargaba de llevar uno que otro bocado o líquido para pasar la comida.
“estoy muy seguro que me van a dar el papel, amor” su voz sonaba con mucha seguridad y entusiasmo.
“no tengo ninguna duda, bonito. tenés un don único y tu manera de actuar es deslumbrante” asegurabas, te sentías tan orgullosa de esteban y como de a poco se iban abriendo puertas en su carrera de actor, era algo que le gustaba e ibas a estar ahí para él siempre, apoyándolo.
al terminar y con un sabor agrio pero dulzón del vino en sus bocas decidieron acomodarse en el sillón de cuero que adornaba el hogar de ambos. colocó tus piernas encima de sus muslos, su mano haciendo pequeños masajes en ellas.
“¿te acordás de cuando nos conocimos?” su cabello caía salvajemente por su frente y le daba un toque bastante tierno.
tu solo dejaste salir un sonido con la garganta afirmando mientras tus mejillas se calentaban. esteban te miró sonriendo y dejando escapar una carcajada pequeña.
“vos eras una nena” recalcó, haciéndote sentir más avergonzada.
esteban y tu se conocieron en una clase de teatro, en ese momento tenía veintiocho y tú solo 23, aún así siendo una mujer adulta, esteban se burlaba diciendo que eras una nena chiquita.
“no digas más, no sabés lo nerviosa que estaba cuando me tocó improvisar contigo” tus manos taparon tu cara, devolviéndote al momento donde tu lengua se enredaba por tener a semejante hombre delante y sin conocerlo.
esteban al ver tus mejillas sonrojadas y tus labios carnosos haciendo puchero, no logró controlarse y te cubrió con su gran cuerpo.
intercambiaron miradas y sin ninguna palabra de por medio sus labios atacaron los tuyos, parecía que se estaban comiendo sin ningún pudor.
a esteban le encantaba ver lo pequeña que te veías debajo de el.
sus besos bajaban desde tus labios hasta tu cuello dejando pequeñas marcas adornándolo, sus manos un poco frías se metieron debajo de tu camisa pellizcando sin llegar a ser brusco.
“divina sos, amor” levantó un poco tu camisa y bajo un poco para dejar muchos besos en tu abdomen, a veces con mordidas incluidas que te hacían chillar bajito.
“dale, nene” acariciaste su cabello. “subí, debes estar cansado, podemos dejarlo para otra ocasión” hablaste suave mientras sentías a esteban recostar su cabeza en tu abdomen.
“un poco” dijo, tú no lo sabías pero cada caricia que dejabas en su cabello lo hacía quedarse cada vez más dormido.
los ojos marrones de esteban se empezaban a sentir más pesados por lo que ninguno habló, solamente dejaron que el silencio reinara. hasta que sentiste una respiración tranquila y sabías que ya había caído en los brazos de morfeo.
te sentiste feliz de haber pasado un rato distinto con esteban, estaba más que claro que ambos se amaban hasta el infinito y era un amor puro.
así mismo con tus manos en su cabello que en ningún momento dejaron de darle pequeñas caricias, tus ojos se empezaron a cerrar con una sonrisa en rostro por lo feliz que estabas.
———————————————————————————
by ﹫ VOGLATTE ╱ bueno aquí un one-shot? maybe súper cortito pero prometo hacer otros más extensos .ᐟ
390 notes · View notes
koishhiteru · 3 months
Note
Hola!!! Podrías hacer una historia de enzo comiendo con los padres de la reader? Muchísimas gracias ♡
Tumblr media
౨ৎ EATING DINNER
warnings: ninguno, solo fluff ♡
n/a: muchas gracias por dejar tu request! me ha parecido un escenario muy tierno. espero que te guste.
Tumblr media
Enzo y tú estabais frente a la puerta de la casa de tu infancia, esperando a que tus padres os abran y podáis pasar. El peli negro te agarraba la mano con fuerza, estaba nervioso de volverse a ver con tus padres. Tú giraste la cabeza y dejaste un pequeño beso en su mandíbula para tranquilizarlo.
No pasaron más de cinco segundos en cuanto tu madre abrió la puerta, con un delantal que indicaba que estaba haciendo la comida.
“¡Cariño!” exclamó al verte y no dudó en abrazarte, tú correspondiste al abrazo con una gran sonrisa.
“Hola, mamá” saludaste de vuelta mientras te separabas del abrazo y entrabas a la casa, esperando a que Enzo también lo hiciera.
“Hola, señora” dijo tu novio mientras pasaba por la puerta y le daba dos besos a tu madre.
Tú madre le saludó con una sonrisa y acto seguido se fue a la cocina para terminar la lasaña que estaba haciendo, fuisteis al salón y os encontrasteis a tu padre viendo la televisión.
“Hola, papá” saludaste dándole un abrazo también y él dejó un beso en tu cabeza.
Tu padre se levantó del sofá y fue a saludar a Enzo con un apretón de manos. “Hola muchacho” le dijo a lo que tu novio solo asintió con una pequeña sonrisa.
Os sentasteis los tres en el sofá, tú en el medio, para esperar a que la comida esté preparada.
“¿Qué estás viendo?” le preguntaste a tu padre como intento de sacar conversación.
“Ah, una antigua serie que veía yo de pequeño” contestó sin mirarte, por lo que solo asentiste y recostaste tu cabeza en el hombro de Enzo.
Pasasteis allí un rato entre charlas cortas y triviales hasta que tu madre os avisó de que la comida ya estaba lista. Fuisteis a sentaros en la mesa, Enzo y tú sentados frente a tus padres.
La comida empezó con las preguntas típicas que te hacen tus padres, y tú las respondías alegremente. O al menos así era hasta que tú madre le hizo una pregunta a Enzo.
“Y bueno, Enzo, ¿cuando le vas a pedir matrimonio a nuestra hija?” casi te atragantas con el agua al escuchar la pregunta tan directa que hizo tu madre y pudiste ver cómo Enzo se ponía un poco colorado.
“¡Pero mamá! ¿Cómo le vas a preguntar eso?” reclamaste antes de que tu novio pudiera responder.
“¿Qué pasa? Ya lleváis cinco años de relación” se excusó la señora con total normalidad.
“Sí, ¿y para cuando los hijos? Yo no me quiero quedar sin nietos” agregó tu padre, tirando más leña al fuego.
Suspiraste y cerraste los ojos, tus padres siempre se las manejaban para avergonzarte. Miraste de reojo a Enzo y viste como él seguía comiendo mientras intentaba ocultar una risa, antes de que pudieras echarle la bronca a tus padres por poneros en un aprieto, tu novio contestó por ti.
“Bueno, no puedo deciros si le pediré matrimonio ya que eso es un secreto” dijo el guiñando un ojo, tú lo miraste sorprendida. “Y sobre los hijos, eso es algo que debemos de hablar más adelante, ¿no crees?” preguntó esta vez dirigiéndose a ti.
Estabas sorprendida por sus respuestas y lo bien que supo manejar la situación, no podías parar de pensar en lo que él había dicho, ¿de verdad te iba a proponer matrimonio?
No saliste de tu trance hasta que Enzo no colocó su mano en tu muslo disimuladamente para que contestaras.
“…Sí, exacto, eso es algo que se hablará en el futuro” respondiste sonriendo nerviosamente.
Después de ese momento de incomodidad que pasaste, la comida se pasó entre risas y conversaciones triviales.
Al terminar de comer, os tomasteis un café y decidisteis jugar a algún juego de mesa para pasar el rato. Sin duda comer con tus padres no era tan difícil como Enzo se imaginaba.
Tumblr media
325 notes · View notes
madame-fear · 1 month
Text
𐙚 𝐓𝐖𝐎 𝐈𝐒 𝐁𝐄𝐓𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐀𝐍 𝐎𝐍𝐄.
Tumblr media
ೀ amira speaks.ᐟ : father forgive me for I have sinned�� but I regret nothing. first time writing a threesome so I hope I did it well !! 🤧 also,, rightful honourary tags will be all the way below the fic! 💕 ˗ˏˋ ꒰ summary : your boyfriend, Francisco, proposes to you to have a threesome with his friend & cast mate, Esteban. you might be reluctanct at first, but you’ll end up mentally thanking him for coming up with the idea. ˗ˏˋ ꒰ word count : 4.5k
˗ˏˋ ꒰ genre : smut, some fluff. ˗ˏˋ ꒰ pairing : Francisco Romero x (fem!)Reader x Esteban Kukuriczka
WARNING.ᐟ THIS FIC CONTAINS ; threesome, fingering, slight breast/nipple play, tiddy sucking, oral sex (m receiving)/facefucking, handjob, getting cummed in your mouth & having to swallow it, P in V, unprotected sex, creampie, profanity, some praising, them fighting a little bit for your attention (sorry I had to lmaoo).
Tumblr media
“Don’t you think it could be fun?”
And yet again, your boyfriend insisted on having a threesome. It seemed that the idea of sharing you somehow thrilled him.
Delicately, your fingers played with strands of his dark blonde hair as his head rested on your lap. Arching your eyebrows, you lowered your gaze — since you were supposed to calmly be watching TV together — to stare at him, only to find him attentively staring back at you with his pretty green eyes.
Several days had passed since Fran first proposed a threesome, but he had been particularly insisting on it since a few days ago. You felt shy at the thought of it, but not uncomfortable — you couldn’t deny, you felt quite intrigued and curious.
“Okay, fine. You might be right, and it could be fun.” you replied, continuing to play with his hair lovingly. “But with who are we going to have a threesome, anyways? I can’t really think of anyone to join us, if I wanted to.” some seconds of silence loomed between you two after your question, no one in particular really came to your mind to have such intimate experience. “Well... I might be able to think of someone,” his words trailed off, quietly.
You raised your eyebrow curiously, awaiting for him to continue. His gaze lingered elsewhere, thinking silently, before going back to stare at you with a meek grin. “Kuku told me many times before that he thought you were a very pretty girl, and that I was lucky to have you, so...” at his comment, you immediatly furrowed your eyebrows, feeling a heated fluster occupy your cheeks, understanding what he tried to imply. You felt reluctanct at the idea of asking Kuku such a thing, but at the same time... He was a good option.
Before you officially began dating Fran, while they were still filming La Sociedad de la Nieve, he had introduced you to his cast mates. All of them were incredibly sweet and fun to be around — but at that moment, you felt particularly attracted to one of them, and that was Esteban Kukuriczka. It was a crush that didn’t last long, as you began dating Fran a short while after crushing on Kuku, and of course, all the love and affection you had to offer, was devotedly given to your now boyfriend.
“Are you... Being for real?” you seemed baffled, dumbfounded. “What if he isn’t into that type of thing, and gets upset at us—” quickly before you could further continue with your objection, Fran shifted positions so instead of having his head resting on your lap, he was sitting next to you, with one of his arms wrapped around your body, pulling you closer to his own.
“I’m certain he won’t decline, trust me.” he continued, “Besides, I know you’d like him to join us. I remember being jealous when you had a crush on him, before we started dating... And now, I don’t mind sharing you with him.” you clicked your tongue at his teasing, failing to hide the growing blush in your cheeks. “And... I also know he’s certainly going to appreciate the fact that I’m willing to share you.” moving your gaze away to avoid his own strong staring, you considered what he had told you.
Both of them were extremely close while, and after filming the movie — Fran knew him much better than you did, and if he said Kuku would accept having joining you for a threesome, you wholeheartedly trusted him. After all, despite being hesitant, you were willing as well to try new experiences. And it was even better if there were two involved with you, rather than just one.
His hand gently moved up and down your arm, caressing it, as you thought quietly to yourself. And it didn’t take you long to consider it, as you turned around once again to stare at him, slightly grinning. The expression on his face resembled that of an eager puppy, knowing you’d most likely accept.
“You know what? Fine,” you began, “I’d very much like him to join us. You can ask him if he wants to.” and with your approval, a sigh of relief escaped from him. Your boyfriend had always been committed to pleasuring you in any possible way that there was, and he was insistent on trying new experience because, eventually, Fran knew you would like them.
“Gracias, mi amor.” cupping both your cheeks firmly, Fran pressed a loving smooch on your forehead, making you widely grin. All that there was left to do now, was send a message to his cast friend, and simply find a proper day where you would all be free.
“You won’t regret it, we will both make sure you are properly taken care of.”
Tumblr media
You knew your reluctance would eventually bend into acceptation of the idea of a threesome— and to further develop into genuinely fancying it.
The pounding of your heart increased rapidly, beating loudly against your chest; it made your entire body tremble slightly. As Fran had previously reassured you, Kukuriczka did accept the proposal of joining the two of you for a threesome — and currently, you found yourself in the bed you shared with Francisco... Being pampered in loving kisses and gentle touches by both him, and Kuku.
It felt strange, to have two men thrown entirely at you, showering you with a teasing affection; but you weren’t complaining at all. In fact, you could quite get used to the feeling with no problem at all, as you enjoyed receiving the attention from both of your favourite boys.
Soft groans spurred delicately from your lips. Your eyes were closed, tilting your head to a side as you sweetly, yet fervently kissed Fran; moaning quietly against his lips. His warm hand was under your shirt, possesively caressing one of your breasts, squeezing it and brushing his thumb across your hardened nipple; knowing it was an easy way to get you turned on.
It didn’t help either to feel the elder Argentine man’s thin lips pressing smooches all over the soft spots of your neck, occasionally on your shoulder, as his hand had sneaked inside your underwear, rubbing his fingers across the wet entrance of your pussy in a teasing manner. “Already eager to feel two cocks inside of you, hm?” he teased, feeling his hot breath against your sensitive skin, making you pull briefly from your boyfriend’s lips. “And to think you were making such a fuss of it yesterday, not wanting to get him upset at us— Now, you’re all wet for us.” your boyfriend remarked, smiling proudly, squeezing your breast possesively.
“Shut up.” you muttered in between soft pants, trying to dismiss both as you were being stimulated by them. It seemed as if they enjoyed taking their time with you and playing around, appreciating every single reaction of yours. A crimson tint notoriously occupied your cheeks, spreading across your face at the teasing actions of both men.
Before you, or any of the boys, could say anything else, you felt two fingers abruptly entering deeply into your moist cunt, thrusting gently. “Fuck,” you gasped, spreading your legs wider unconsciously— leaving both men satisfied with your response. For your aching hole, being filled with Kuku’s fingers was a relief.
Initially, his movements inside of you with his digits were careful, appreciating every inch of your inner walls — and it didn’t take too long until both fingers were coated with your slick, working as a lubricant to slide inside of you more easily. Aching for more, you began moving your hips against his fingers, helping him to satisfy you.
“Your boyfriend’s right, you do look so pretty when you’re wet.” a grunt spurred from your lips, trying to think of something coherent to reply, but you felt too fogged by the pleasure you received. You squirmed even more when his lips were pressed against the corner of your lips for a brief moment. “He’ll need to share you with me more often.” something that was both adorable and fun to notice, was just how flustered — and incredibly wetter — you got at the mention of both men talking about you in a sexual manner, being taken care of by both of them.
On the other hand, Fran shamelessly lifted your shirt, leaving both your tits exposed. If there was a part of your body that never failed to fervidly turned him on, those were your breasts — and he adored getting his hands and mouth on them. Faint grunts kept escaping from you as the pace of the fingerfucking increased, and the dark blonde haired Argentine’s mouth took your breast that he had been previously squeezing, moving his hand to your other tit, trying to give as much equal attention to them as possible.
Wet kisses were placed across your aureola, only to then teasingly, leisurely pass his tongue over your stimulated nipple, and he occasionally nibbled on the sensitive skin of your breast. At the feeling, you moved your chest forward, giving him more access to use his mouth. Your hand went to the back of Fran’s head, interwining messily your fingers in between his blonde curls, burying his head on your chest to encourage him further to keep going.
The other man’s fingers began thrusting harder, and faster in and out of you. Your head was slightly thrown back; the sound of your timid moans and the fleshy sound of your pussy being continously stimulated were the only things heard in the room.
“It seems that your boyfriend treats you quite well, doesn’t he?” with his free hand, Kukuriczka delicately took hold of your chin, forcing you to stare into his beautiful brown eyes. Your own wetness oozed out of you, staining your inner thighs — and having Fran’s mouth ravenously taking your breast and kneading the other wasn’t helping at all. You bit your lower lip as you stared at the older man, feeling another one of his fingers slip inside of you. “He’s stretched you so well, that I can fit three fingers inside of you.”
He had been previously given permission to kiss you if the opportunity was presented, and so, he did. Tilting his head softly, Kuku leaned closer to your face, pressing his lips against your own in a delicste manner while his three fingers intensely thrusted inside of you, beginning to hit that sweet spot of yours.
It didn’t take him too long to figure out which spot of your insides was the most vulnerable, as his fingers got further coated with your dripping slick, you arched your back and your moans became loud whimpers — Esteban was going to abuse that one spot as much as he could.
Moaning against his lips as your hips rolled against his fingers, you felt a knot beginning to faintly form on your stomach. “Such a sweet, good girl you are. You must be enjoying all the pampering we are giving you, aren’t you?” he whispered quietly, pulling away from a moment before going back to endearingly kiss you, and all you could do in response, is deeply hum dumbfounded. By the feeling of your inner walls tightening around his digits, it was obvious you would be about to cum.
The hand resting on the back of Fran’s hair tightened it’s grip on his blonde curls, appreciating the blatant feeling of devotion for your tits; having him filling them with kisses, licking, squeezing them, and even some bruising would appear on your skin from all his nibbling and lovebiting.
The gentle kiss you had been giving to your boyfriend’s cast mate was interrupted as you suddenly broke it away, softly gasping. Fran had abruptly stopped from giving any more attention to your breast with his mouth, pulling apart as his green eyes darted towards the other man, and the hand that was pampering your other breast was playfully — and a bit jealously — placed on Kuku’s face to push him away from you.
“That’s my girlfriend, not yours. Don’t get too confident with her.” immediatly with a scoff, Esteban removed Fran’s hand from his face. The younger Argentine possesively wrapped an arm around you, placing his cheek against your own flustered one. “Too bad you agreed to share her with me, and she seems to be quite enjoying all the attention.” you huffed in annoyance at their little childish fight for you, frustrated at how the fingers inside of you stopped thrusting intensely, just when you felt like cumming.
“Just look at how I ruined your girlfriend.” with a soft whimper, the three fingers inside of you were pulled out from your abused cunt only to leave an empty aching space in you— but he proudly showed his fingers entirely coated in your dripping wetness to your boyfriend, and not only that, but as well as the sight of your visibly trembling legs already said enough. It was true you felt ruined by such stimulation, but they both deserved their rightful credits.
The blonde haired Argentine scoffed at the sight, feeling slight jealousy— but it was cute to see him like that, when he was the one to propose a threesome, and now he felt possesive over you. “It’s not like I haven’t left her like that before, and I’ve done a much better job than you!” he retorted, looking at you lovingly with his green eyes, searching for approval. “Haven’t I, cariño?”
Both men fixed their stare on you, making you simply groan out of frustration. You couldn’t care less about their possesiveness over you and their fighting about which one made you wetter— you needed them inside of you, at the same time. They already managed to make you wet enough equally. “I don’t really care, my love.” you replied frankly, with an increasing desperation to feel both of them. “I would appreciate it if you both shut up, and just fuck me for once.”
Either way, they both felt satisfied to hear your answer. They exchanged knowing looks for a brief moment, making your boyfriend grow a wide grin on his lips. In the atmosphere, it still lingered the possesiveness they both felt foe your attention— but they knew just how to take care of the situation. With the brief stare that they exchanged, it was as if they had told each other ‘we’ll see who makes her moan the most’; and it would be like an unspoken, fun little game between them.
“Don’t get too desperate, my love.” Fran, still grinning to himself at your response, nuzzled the tip of his nose against your cheek before placing a tender smooch against it. “We’re getting to that part now.” his gaze lowered to the shorts you wore, moving his hand to slip it under them slightly, teasingly. “Suck him off, now, and I’ll take care of you from behind, in the meantime.”
You quietly whimpered at the feeling of his hot breath against your skin, having his lips continuing to place gentle pecks. All you could do is hum and nod in agreement— you could feel your own underwear getting stickier with your own slick at the thought of being filled with their cocks. The sight of you being so ruined and sensitive at the slightest stimulation they provided to you was such a delight.
“On your knees, then.” the younger Argentine commanded, placing a last kiss on your shoulder before moving away slightly, giving you enough space to shift positions. An overwhelming feeling of shyness took over you, but you felt too fogged by horniness to even focus on the growing timid feeling.
Kukuriczka fixed his own position, softly leaning against the pillows in the bed, spreading his legs wide enough for you to have space to get in between them, as Fran allowed you to settle. Shyly, you crawled closer to the older man, nibbling on your lower lip delicately. Your hands trembled with anticipation, moving them to his pants to remove them.
“I-Is it okay if I take this off?” you meekly asked, looking up at him with puppy eyes. The nervousness you felt was notorious, and beautifully adorable for them. “Why are you even asking, love?” his hand moved to gently stroke your cheek with the back of his index finger, giving his approval for you to continue. A sheepish grin appeared on your lip, feeling your face grow flustered.
With your hands, you leisurely lowered down both his pants, and his underwear. It’s not like you hadn’t sucked off your boyfriend before— you did, many times; but this was another man, and it was another man you had crushed on before. As soon as you managed to remove his lower clothing, your eyes couldn’t help but stare at his hard cock timidly, and dumbfoundedly.
“Like what you see?” as it was obviously expected, he noticed you staring at his thick manhood, and his hand went to stroke your hair affectionately. You nodded vehemently, trying not to stutter. “Y-Yes, I do.” you replied, smiling stupidly to yourself at the way Kuku gently, yet teasingly treated you.
“But it’s not any better than mine, of course.” your boyfriend scoffed from behind of you, making the other man roll his eyes. “We’ll see that.” Kukuriczka answered back, helplessly making you grin at the little fights they had, to either get more of your attention, or praising.
Fran placed himself delicately on top of you, using his lips to place small, tender kisses on your shoulder as one of his hands played with your shorts, and the waistband of your underwear. In the meantime, you slowly wrapped your hand around Kukuriczka’s cock. From it’s tip oozed pre-cum, and your lips placed a small wet kiss on it, staining your lips faintly with the fluids. With your lips, you kept placing small kisses all over the tip, occasionally moving down a bit to spread the kisses further.
Teasingly, at one moment, you slowly passed your tongue through his tip, savouring all the dripping pre-cum. With pride, you smiled to yourself slightly at the feeling of his cock twitching for you, already— along with his soft grunts, and the way he moved his hips forwards needily, eager to have you suck him off.
Tenderly, your hand began moving up and down on his manhood, stroking him. Leaning closer and partly opening your lips, you took him into your mouth. You moved softly down onto his shaft as deep as you could, trying not to choke yourself as your tongue caressed his size, taking him entirely into your mouth. As his hand had been stroking your hair gently, his hand helplessly formed into a grip on your hair, helping you move your head.
“Fuck,” he grunted quietly, throwing his head back. Despite wanting to be as gentle as possible with you, Kukuriczka couldn’t help it— his hand buried you deeper into his cock as his hips moved forwards to make you take him further, while your hand increased the pace in which it stroked his shaft. Gods, you were atrociously good at it; Esteban never doubted it when he thought — and said — Fran was lucky to be your boyfriend.
On the other hand, Fran had already managed to lower down both your shorts, and underwear at the same time. He couldn’t help but notice the way you were dripping wet for both of them. “She’s so good at it, isn’t she?” Fran chirped playfully, noticing how Kuku seemed to enjoy the attention you were currently giving him— and saying he enjoyed it was an understatement.
“And she’s so beautifully dripping wet for our cocks.” those last words, had been whispered against your ear. All you could do in response was needily grunt, as your mouth was filled with the other man’s hardened shaft. A bit desperately, having noticed just how wet you were, he lowered down his own underwear in a swift motion. Just like Kuku, his own cock was erected as well— needy to feel your inner walls milking him ravenously. It didn’t take him long to place it’s tip on your entrance, and delicately slip his shaft inside of you.
The slipping-in of his cock inside of you had been quite easy and smooth, as your slick worked as a lubricant. You were no stranger to the feeling of your boyfriend’s cock, but you couldn’t help but feel pleasantly overwhelmed at the sensation of two cocks filling your holes. In response to his penetration, you grunted against the other dark haired Argentine’s cock, almost choking on it.
“Your girlfriend is such a good girl. Look at how well she can take two cocks at once,” a rosy haze overtook your cheeks as you heard the two men praising you, hearing their ragged breathing in between each words. You briefly pulled apart from Kuku’s cock, leaving a thin trail of saliva as you tried to catch some air, and a whimpered moan spurred from you. You didn’t know whose name to moan first.
Grunts continued to escape from your lips as Fran continously slipped deeper inside of you, and then out. His movements were initially gentle as always, only to become faster & rougher with the passing of the time. Your inner walls so deliciously tightened around the familiar feeling of his cock, making him proudly smile. Barely being able to think, you kept using your hand to masturbate Esteban, feeling fogged at the pleasure being received.
“Your boyfriend is fucking you so well, that you’re forgetting to use that pretty little mouth of yours— aren’t you?” Kukuriczka teased, as his hand moved towards your chin, using his thumb to brush it across your lips. “Keep going, bonita.” he encouraged, his thumb forcing it’s way into your mouth so you would open it, and his cock entered your mouth once again. There was no complaint from your part, as you needily began tasting his shaft again.
Your tongue swirled across his size, releasing some muffled groans as his hips moved in a way that they almost reached your throat, and Fran took a firm hold of your hips, fucking your overstimulated cunt a bit harder. His cock was entirely coated in your cum, causing a faint fleshy sound to echo across the room, along with the moaning and panting of both men, and your own grunts.
A tear threatened to escape from the corner of your eye, doing your best to focus on both giving, and receiving. Kuku moved his hand on the back of your head, interwining his fingers between strands of your hair, burying his cock deeper into your mouth— and you tried to keep up with the motion, trying not to choke as you were burdened with pleasure, your hand as well masturbating him faster. Their moaning became slightly louder, both occasionally muttering your name so beautifully in between pants.
Both their cocks inside of you pulsated heavily, indicating that they were about to cum— and they were going to cum inside you. “F-Fuck, you’re so tight. I-I’m going to cum,” your boyfriend grunted against your ear, feeling how your walls tightened even more firmly around his shaft, placing sloppy kisses all across your neck with his hot breath hitting against your skin. A knot formed inside your own stomach, aching for release, as well as a tighteing fiery feeling in your chest.
Some seconds had passed, with the increasing sound of the moans, praises, and the intensity in which they fucked your mouth and pussy, having you nearly melting between them. And as expected, it didn’t take long until all of you simultaneously came. Your boyfriend firmly pushed himself against you, burying his cock as deep as possible, releasing his own hot seed into your moist inner walls.
The other older Argentine kept your had as still as possible with his hand holding the back of your head, groaning loudly as you felt the warmth of his cum filling your mouth. In the heat of the moment, you didn’t doubt in proudly swallowing all the hot, salty seed— even having slightly pulled apart briefly after he came, with some drops of his cum staining your lips, and chin. You released a muffled groan, feeling their cum filling both your holes, and your own cum being pleasantly released; dripping through your inner thighs, and leaving Fran’s shaft all stained with your slick.
For some seconds after all of you released at the same time, you stood still. Leaving another trail of saliva behind, you pulled apart from Kuku’s cock, catching some air to breathe; panting heavily as your entire body shook with the pleasure that washed over you. While your hand let go of his shaft, with a wet pop, Fran slipped outside of you. It made your insides feel empty, and cold— yet, the feeling of his cum and your own oozing out of your pussy felt satisfying; and it was a sight he always admired for a few seconds with pride.
Weakly, you crawled towards Kuku, whose chest rose and fell continously as he panted, and fell on top of him. Fran did the same as you did, but instead, he gently laid on top of you. His arms were possesively wrapped around your body, placing some loving little kisses all over your shoulder blade, as Esteban placed one of his hands on your arm, and the other one sweetly stroked your hair. You were such a loving, beautiful girl— it made him feel good to know, he could share you with Fran.
Kukuriczka kissed the top of your head as you panted as well, meekly smiling and blushing to yourself while both men filled you with pampering little kisses. “T-This was rather fun, I liked it.” you muttered, as you could feel Fran smiling at your remark while he kept kissing your shoulders, and Kukuriczka grinned as well. “We should do this more often, all of us together.” you continued.
“We should, and we will.” Fran retorted, tracing a mindless shape on your arm with the tip of his finger. “Unless... You are both up for a second round, instead of waiting until next time?”
Tumblr media
◞ ꙳ ๋࣭ ⭑ ` honourary tags to my darling beloveds.ᐟ
To my sweet love @lady-ashfade, for having accepted to be my beta reader despite not crushing on the actors, nor being part of the fandom. For your constant sweetness, tenderness, how you fangirl along me about my favourite boys (and I with yours!), and for your words of encouragement too. I love you so much, baby!! Thank you for everything we allow to share with each other! 🥺💗
And as well, to my most beloved sweet girls, @luceracastro + @castawaycherry!! You both also encouraged me to write this fic, and always support me on each work I do, and each idea I have for our boys— and also, you girls are both the loveliest, most positive people ever. Me siento tan afortunada de haberlas conocido, gracias por todo el cariño que me dan, y espero devolverles todo ese amor 1000 veces más!! 🥰❤
214 notes · View notes
mythmakinvgxz · 3 months
Note
heeeeeeeyyyy!!! i heard blas requests and i’m here haha, can u write blas confessing his feelings to r that’s like her best friend??? plssss
. ݁₊ ⊹ my bestfriend.
Tumblr media
˖ ࣪⭑ pairing: fem!reader x blas.
˖ ࣪⭑ tw: none, just fluff!
˖ ࣪⭑ a/n: i always write the longest blas’ fics😭enjoy!
in those days blas was very nervous. the day of the red carpet for the presentation of the film was approaching, and it was his first.
the emotion had given way to nervousness when they told him that he had to bring someone with him. all the other cast members had already decided who to bring.
blas still not: the day before the event, which he spent at your house, he wandered around your room thoughtfully, trying to find someone to take.
“why don't you go with your mother?” you asked, but when you realized that your best friend hadn't heard you, you interrupted his thoughts, repeating "blas." he turned in your direction, looking confused. "your mother, why don't you bring her?" you asked, smiling at him. "no, not her. she doesn't like being in front of the cameras." he huffed, desperate, as he approached the bed.
"this seems impossible." he finally said, laying down next to you and closing his eyes to think. "don't worry, blas. you'll find someone to bring, you won't go alone." you reassured him, stroking his hair. "i hope so." he replied sadly, moving closer to you, wrapping his arms around your waist. you and blas had known each other for a very long time, you had practically grown up together. but as you got older you began to look at him no longer as a friend, your feelings for him grew as the days went by.
so when, suddenly getting up from the position he was in, scaring you, he said "why don't you come with me?" it seemed like a joke to you. his eyes had lit up as they looked at you. "me? have you gone crazy?" you couldn't believe what he was asking you. going to a red carpet, for an oscar-nominated film, with people you didn't know. it seemed like a dream and a nightmare at the same time. "it's perfect!" he cheered, walking across the room, happy as ever. "blas... i don't know."
suddenly blas became serious again, approaching you, with a worried expression. "i mean, i don't know anyone. and i've never been to a red carpet before." his hands took yours, stroking them softly. "i promise you it'll be a great experience, the guys are all kind and very nice. and i've never introduced you to them. this could be the perfect opportunity." he said softly, trying not to force you to make any hasty decisions. "we just have to go there, take some photos and talk to the journalists for a bit. do you think you can do it?" he asked you cautiously, his eyes not leaving yours, not even for a second.
with those simple words, your best friend was able to reassure you, making you feel at ease. perhaps it would have been better to spend the evening there, rather than watching it on tv. after thinking about it for a while, you replied “okay, yes.” blas looked at you hopefully, waiting for the words he was waiting for to come out of your mouth. “i'll come with you.” you told him, smiling at him. blas' hands came up to your face, cupping your cheeks. “you're the best, y/n.” he placed a kiss on your cheek, and when he pulled away his eyes looked at you deeply, full of love and happiness. you were head over heels for him, and hearing that by accepting that proposal you were making him so happy made your heart burst with joy.
his eyes were locked with yours, and when he broke away from that contact, you returned to reality. “perfect, then i'll pick you up tomorrow at 8. is that okay?” he asked you, standing up and heading towards the door, taking his jacket. "yes." you said, still mesmerized by him. "see you tomorrow then." she smiled at you and closed the door behind him. "tomorrow." you said more to yourself than to him, who had already left by then, leaving you alone in your room.
what did you just do?
when the next day came, you spent it all trying to find something to wear for the evening. you didn't lack clothes, you had many that had accompanied you on all the evenings and parties spent with blas and the rest of your friends.
but for the red carpet you had nothing that was suitable. when finally, turning your entire wardrobe upside down, you found the perfect dress. long, with straps, black. perfect.
blas would arrive shortly and, finishing your makeup, you put your shoes on. the anxiety inside you grew as the minutes passed, waiting for your best friend sitting on the couch, destroying your nails. when the doorbell rang, a small sound of surprise came out of your mouth.
you stood up, grabbing your bag and fixing your dress. you opened the door. blas, in front of you, looked at you dazedly for minutes that seemed like hours, unable to take his eyes off you. his gaze wandered from your face, to your body, to your hair. he seemed breathless. "hi." you told him, embarrassed, looking at your shoes. "hi." he replied, still entranced by your beauty.
raising your gaze, you met his full of admiration and love. he smiled kindly at you. "shall we go?" he asked you, holding out his arm to you. “yes.” you answered, smiling. you could feel your cheeks burn with embarrassment as you took his arm. “is there something wrong?” he asked, noticing that you were a little strange. “just nervous.” you replied, looking away as the two of you exited the building. a cab was waiting for you. “everything will be fine, don’t worry.” he placed a gentle kiss on your temple, before opening the door for you.
when the car finally stopped, the worry inside you was enormous. but when blas turned in your direction, it disappeared. "here we are." he said giving you a smile, and getting out of the car to open the door for you. at the entrance there were lots of people taking photos and screaming with happiness. doing your best to make a good impression on people, you smiled kindly at everyone. blas' arm was quick to grab you by the waist, and walking down the red carpet, you joined the other cast members. everything was so new to you that you thought you were going to die of anxiety but blas smiled at you all the time, calming you down and making you feel at ease.
“blas!” someone called him, and when you turned around, you could see a blondish boy with a big smile on his lips, waving at blas. as he approached you, you could recognize him, he was matias.
blas described him to you as the funniest guy to be around. the two of them were very close, and when blas recognized him he immediately hugged him, holding him close. "how are you?" he asked him. “good good.” matias smiled at you and you smiled back. “and who is she?” he asked blas. “this is y/n, my best friend.” happy to have you by his side, he held you close. "hi." you introduced yourself to matias, shaking his hand. "of course! blas always talks to us about you.” matias said winking at you and laughing. “i hope he only says good things.” you laughed embarrassed at those words. “very good things, believe me. right blas?” matias gave your friend a friendly pat on the shoulder. “why don't you come and meet the others?” blas asked you, embarrassed, trying to laugh off what matias had just said. he took you away, turning to matias, glaring at him.
reaching the others, a sea of questions tormented you. what was matias referring to earlier? blas talked to his friends about you? and what did he say? blas' hand held yours as you almost ran towards the others. they were a group of many guys, with their respective girlfriends. one of them approached you with a girl by his side, noticing blas. "hey, man!" they shook hands, laughing and talking a little. then blas, noticing that you were looking at them embarrassed, not knowing what to say, introduced you to him. “agustin, this is y/n, my best friend.” you shook hands with that curly-haired boy, smiling at him. "what a pleasure!" he said "the famous y/n." he smiled at you friendly, your gaze questioning. famous?
"this is victoria, my girlfriend." happy to introduce her, agustin put his arm around her, while the girl introduced herself first to blas, then to you, smiling at you. "pleasure." you said to her as you smiled at her friendly. “i’ve heard so many good things about you, y/n.” agustin said suddenly, still holding victoria close to him. you looked at him questioningly, wondering what on earth he could have heard. "oh yes?" you looked at blas next to you, who had meanwhile blushed and was looking away. "like what?" you didn't have time to get any kind of response, because by now they were all standing next to each other, ready for the photos. blas carried you on the red carpet, smiling softly at you. his arm rested on your waist keeping you close to him. his scent washed over you as his grip on your hip tightened, carrying you even closer to his body. smiling at the cameras, however, your mind wandered elsewhere: what did what matias and agustin had said about you earlier mean? was there something blas didn't tell you? the flashes were blinding your eyes, and luckily after a few minutes the photos ended, and everyone dispersed again.
for a while you found yourself talking to victoria. she was very nice and kind to you, you told her that it was your first red carpet and that you felt a little anxious, and she immediately reassured you. "my first one was a disaster." she told you laughing, while you had taken a seat at a table. "i tripped over my dress as soon as i got out of the car." you burst out laughing together, and you asked her "and what did you do?" "i simply got up. luckily agustin was with me." she explained with a smile on her lips. "you're lucky to have him, you're very beautiful together." you confessed, smiling at her as she watched her boyfriend talk to other guys in the cast. "thank you." she smiled at you in response and after a few minutes of silence, she asked you "and between you and blas? is there something?" that sudden question left you speechless. "between us? no, no. we are good... friends." laughing, you tried to divert attention from that topic, while your gaze fell on the curly-haired boy a few meters in front of you. seen from behind it was even more beautiful. "oh i see." she said, looking towards blas, not entirely convinced. praying that she wouldn't ask you any more questions about him or your relationship, you remained silent, contemplating blas from behind.
the evening turned out to be pleasant and passed very quickly, as you talked with matias, who was really the funniest, just like blas said. he was telling you about some things that happened on set, while they were recording, when a hand fell on your shoulder. it was blas’. turning to him, he said smiling "y/n, we need to go. there's the car outside." "oh, okay." you replied, then turning towards matias, greeting him quickly.
as you entered the vehicle, silence fell. you were both tired from the evening and it was very late. "do you want to sleep at my place?" he asked suddenly, snapping you out of your thoughts. the question seemed strange, but you had asked it so many times that you couldn't refuse. "are you sure?" you asked him, worried about being too much. "of course yes." he replied, smiling lovingly at you. "okay, then." you returned the smile to him. that request seemed strange, and you had become nervous at the thought of sleeping in the same bed as him. it had never happened to you. you used to go to sleep at his place after parties, but now he was having a different effect on you. rejecting those thoughts, you looked out the window.
entering his room you finally took off your heels that were hurting you so much "finally." you sat on his bed, laying down exhausted. he joined you in his room, smiling at you without saying a word. he began to take off his jacket and shirt, putting on a t-shirt to sleep in. "do you want one?" he asked you, looking through his closet drawers. "thanks. i didn't bring anything to sleep in." you giggled and took the shirt blas was handing you. it smelled like him.
you entered the bathroom to change and when you were ready you got outside, founding blas sitting on the edge of his bed smiling lovingly at you. "c'mere." he patted on the covers of his bed, telling you to got under them.
before you turned off the light, the questions from earlier still echoed in your head. you couldn't leave them unanswered. “blas…” you called him, he immediately turned towards you. "yes?" "i wanted to ask you something." you told him looking for the exact words. "anything." he reassured you, stroking your thigh. "what were matias and agustin referring to earlier?" he immediately stopped with that movement and sat better on the bed, looking into your eyes. "before when?" he asked you, trying to understand better. "when they said you always talk about me... is there something i don't know?" nervousness was eating you alive, but you still wanted answers. “oh…” he said, looking around so as not to meet your gaze. “blas?” you leaned closer to him, noticing that he wasn't responding. "what's happening?" you asked him softly, trying not to disturb his thoughts. "i have to tell you something." he told you, suddenly serious. you nodded. "promise me you won't hate me?" "i could never hate you, blas." you smiled warmly at him. he took a deep breath as he said "i like you, i've always liked you."
those words were the last thing you expected him to say and the ones you most wanted to come out of his mouth. he didn't give you time to fully digest what was happening, as he immediately started talking again. "yes, it's true, i always talk about you to the guys, about how nice, sweet, beautiful, kind you are... it’s just because… it's you, it's always been you." he said in one breath. his eyes were fixed downward. you looked at him silently, trying to realize what he had just told you. your best friend had just declared himself to you.
when your gaze met his it was a matter of seconds before you smashed your lips onto his, making them collide in a sweet and long kiss. you had dreamed of this moment for an eternity and you couldn't believe it was really happening.
as you broke from the kiss, trying to catch your breath, he said "so..." his cheeks were red and his voice deep. "are you still asking me if i like you back, after what i've just done?" you asked him, laughing softly. his arms embraced you in a tight hug as the two of you feel between the covers of his bed. his lips were placing sweet kisses all over your faced as you giggled at his movements.
"you're mine now."
165 notes · View notes