Tumgik
#ni sandalias
eduardoskipper · 2 years
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#Lucas 10; 1 – 12 / 17 – 20#JESÚS eligió a otros setenta y dos#los mando de dos en dos#para que lo precedieran en todos los pueblo a donde ÉL iba a ir#y les dijo: “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos. Rueguen#por lo tanto#al dueño de la mies para que envíe trabajadores para sus campos. Pónganse en camino#YO los envío como corderos en medio de lobos. No lleven ni dinero#ni morral#ni sandalias#y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa digan: Que la paz reine en esta casa; y si allí hay gente amant#el deseo de la paz de ustedes se cumplirá. Si no#no se cumplirá. Quédense en esa casa#coman y beban lo que tengan#porque el trabajador tiene derecho a su salario. No anden de casa en casa. En cualquier ciudad donde entren y los reciban#coman lo que les den. Curen a los enfermos que haya y díganles: Ya se acerca a ustedes el reino de DIOS.#Pero si entran en una ciudad y no lo reciben#salgan por las calles y digan: Hasta el polvo de esta ciudad#que se nos ha pegado en los pies nos lo sacudimos#en señal de protesta contra ustedes. De todos modos#sepan que le Reino de DIOS#está cerca. YO les digo que en el día del juicio#Sodoma será tratada con menos rigor que esta ciudad”.#Los discípulos regresaron llenos de alegría y le dijeron a JESÚS: SEÑOR#hasta los demonios se nos someten en tu nombre.#ÉL les contesto: “Vi a Satanás caer del cielo como el rayo. A ustedes les he dado el poder de aplastar serpientes y escorpiones y para vend#ya nada les pod4rá hacer daño. Pero no se alegren que los demonios se les someten#alégrense mas bien que sus nombres están escritos en el cielo”.#Palabra de DIOS gloria a ti SEÑOR JESÚS.
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ratboy-tummy · 10 months
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I think we have different definitions for DILF, gringos think of sweater vests, glasses and crosswords, but I always think of this
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depoesiaypoetas · 11 months
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La maleta se hizo más rápido de lo que se había desempacado. Olvidé el bote de champú, el cepillo de pelo, una falda y un scrunchie, las sandalias también. El hogar que creía mío ya no se siente más hogar. La familia ya no se siente familia. Tomé la mochila y salí con lágrimas en los ojos y dolorcito de pecho. Nadie me siguió. De alguna forma hubiera deseado que alguien lo hiciera o al menos dijera algo tras la discusión familiar. La puerta no se abrió para decirme que me quedara. Si no hay cumpables, hay heridas familiares de las que nadie se responsabiliza, y he tomado una decisión quizás apresurada, pero necesaria, y no di la vuelta atrás. No soy católica pero creo en Dios y caminando por una hora me detuve en el parque de la iglesia lleno de aves y palomas donde el viento pega fuerte y los árboles murmuran con vaivén, he llorado por dos horas, el dolorcito en el pecho seguía ahí, hubiese querido que el aire me secara los ojos, pero como se sabe, cuando empiezas a llorar por una cosa lloras por todas las veces anteriores, y es difícil cerrar las fuentes. Una señora creo que intentó acercarse pero me hice bolita sobre mis rodillas y dejé que siguiera el raudal, ni siquiera la respiración me ayudaba. Y esperé un rato. Me despedí de los planes cuando me hube calmado un poquito, que había hecho con los amigos y familiares. Y recibí en el chat familiar un único mensaje de "ojalá algún día me entiendas", y el corazón se arrugó más, y seguí llorando un rato lentamente como quien quiere quedarse dormido y olvidarse un ratito. Tomé un autobús a la central para cambiar mi boleto y tomar el siguiente en regresar, debía esperar 4 horas y me quedé sentadita en la terminal, viendo a los familiares despedirse y a los amantes con besos en la frente y lágrimas en los ojos: la terminal sigue siendo de mis lugares favoritos, sigue habiendo amor honesto del que no hay en otro tipo. Y mi autobús salió de noche, con nada en mi estómago, los ojos hinchados y la opresión en el pecho. Llegué a la terminal norte y esperé 20 minutos para trasbordar. Viajo ligero pese a que mi mochila parece caparazón de tortuga, sólo tengo ropa, libros y dulces en sus bolsas. Son más historias las que me pesan al hombro que la carga física la que llevo. Dormí más tiempo y, al despertar me sentí extraña creyendo que todo había sido un sueño, pero ya estoy acá de nuevo; he llegado a un hogar que no se siente hogar por ahora llamaré mi casa. El dolorcito en el pecho tomará su tiempo en desaparecer, dicen mis amigos cardiólogos que es un Síndrome de Takotsubo, yo digo que el amor romántico no es el único que puede romperte el corazón.
Clara Ajc
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cherrynwinesk · 10 months
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my first request is me not being an anon 🤭 anyway i saw ur quackity post about treating his s/o like a princess and i was like “AAWWWW QUE LINDOOOO” SO maybe u can do some headcanons of that? or lo que tu quieras 🤷‍♀️
(also i love the fact u do spanish and english content 🫶🏻 spanish is my first language so seeing content in my mother tongue is very warming 🫶🏻)
🍒: Mucha graciaaaaas!!! Creeme que yo también buscaba contenido en español y es súper limitado, y dije "no me voy a quedar esperando a que alguien más lo haga y voy hacerlo yo". Te lo voy a poner en ambos idiomas porque Quackity internacional. Gracias por tu apoyo, espero que mi blog sea un lugar seguro<333
Princess Treat Headcanon's ~ Quackity
Story g: Sfw / Soft
Language: English / Español
⚠️: None/Ninguno
CC's: Quackity, ElQuackity (bc both languages lol)
Reader g: Female / Femenino
📝: All the content is fictitious and an attempt is made to adapt the PUBLIC personality of the cc's, that is, the personality that is shown in front of cameras, I do not know the true personality and any resemblance to reality is mere coincidence.
🍒: Hello, writing requests are always open, if you want something in particular, ask without fear. I clarify that English is not my main language, I apologize for any error and accept corrections to improve the quality of the content
Master List
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»Español;
•Tiene su grado de caballerosidad siempre independientemente de quién sea la otra mujer, amigas, hermana, mamá, alguna familiar tuya
•Mientras te pretende, él siempre va a ser caballeroso
•Siendo novios esa caballerosidad es exclusiva, este trato no lo va a tener nadie más que tu
•Comenzando por lo básico, él siempre abrirá la puerta para ti, restaurante, casa o cualquier lugar. Quackity siempre abrirá la puerta para que tú puedas pasar primero sin tener que hacer el esfuerzo de empujar la puerta por tu propia cuenta
•Quackity también abre la puerta de su carro para ti, pero en este caso, una vez abierta la puerta él extiende su mano para que puedas tomarla y apoyarte en él para salir del asiento del copiloto
•Él nunca, nunca, va a llamarte con un insulto, ni por más pequeño que sea el insulto como "tonta" o cualquier otro
•Nunca va a faltarte el respeto haciendo comentarios sugerentes en momentos no indicados
•E incluso en momentos indicados, él siempre va hablarte o dirigirse hacia ti sin obsenidades
•Carga en su carro algunas sandalias o crocs cómodos por si en alguna cita tus zapatos empiezan a lastimar tus pies
•Quackity es un hombre proveedor
•Tus comidas siempre las paga él sin ninguna condición o esperar algo a cambio
•Siempre hay un pequeño detalle en tu cuerpo, como alguna cadena, pulcera o anillo que lo representen a él como tú novio
•Sin la necesidad de marcarte posesivamente
•"Está joya es un regalo de mi novio" y con eso él está presente en tu vida
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»English;
•He always has his degree of chivalry regardless of who the other woman is, friends, sister, mother, any relative of yours.
•While you are dating, he's always going to be chivalrous.
•Being a couple that chivalry is exclusive, this deal will not have anyone else but you
•Starting with the basics, he will always open the door for you, restaurant, home or anywhere. Quackity will always open the door so you can go through first without having to push the door yourself.
•Quackity also opens his car door for you, but in this case, once the door is open he extends his hand so you can take it and lean on him to get out of the passenger seat
•He will never, never, call you an insult, no matter how small the insult is like "stupid" or any other
•He will never disrespect you by making suggestive comments at inappropriate times.
•And even at the right times, he will always talk to you or address you without obscenity
•Carry some comfortable sandals or crocs in his car in case your shoes start to hurt your feet on a date
•Quackity is a provider man
•Your meals are always paid for by him without any conditions or expecting something in return
•There is always a small detail on your body, like a chain, bracelet or ring that represents him as your boyfriend.
•Without the need to mark you possessively
•"This jewel is a gift from my boyfriend" and with that he is present in your life
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sissy-frydda · 7 months
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El me esperaba en la puerta, de bata. Hacía ya algún tiempo que teníamos chats calientes y coincidíamos en fantasías, a el le encantaba recibir sexo oral y sodomizar chicos, a mi la idea de ser la pasiva sumisa de alguien me quemaba la cabeza. Sentí que debía dar el paso y me puse bella, depilada suave y perfumada y eche mano a la lenceria negra que se que se me ve rico. Un vestido ajustado con mangas y un abrigo ligero, mi peluca castaña y mis sandalias de tacones, tome mi bolsa con las cosillas necesarias de una chique, vibra, lubricante, viagra y una bombachita extra. Un ligero maquillaje y para su depto. 22 pm domingo, debo subir hasta un tercer piso y algunas vecinas siguen atentas al chisme. Se que se nota que no soy una chica y el maldito me hace esperar segundos eternos hasta que me abre la puerta. Me toma de las caderas, recorre el relieve de la braga por mi cola con sus manos calientes mientras me besa el cuello y me dice al oído que me va a llenar la cola de leche. Nunca como hombre pensé que una situación así fuera tan erotizante, mi ano comenzó a contraerse y relajarse y mi bombachita se humedeció. Se sentó en el borde de la cama, se abrió la bata y se recostó, "ponlo duro con la boca nena" y ni siquiera lo dude un instante, tome su pene con mi mano y engulli su glande, era algo discreto pero suficiente. Yo de rodillas frente a el, me sentía la esposa que libera la tensión del marido. Sin embargo, su pene empezó a ponerse rígido mientras lamia sus bolas y cuando quise acordar era una hermosa pija curva hacía arriba y con un duro glande en cono. Entonces la necesidad de sentir aquello dentro mío fue superior, corrí mi bombachita de lado, me alce la falda y me coloque a lo vaquerita sobre el. Su verga golpeaba contra mis nalgas, nos lubrique y con mi mano lo fui llevando al lugar, su glande en punta hizo todo más gentil y agradable, le pedí que no fuera brusco y no lo fue, lo comenzó a mover suavemente y con cadencia y sintió delicioso bien pronto. Me pide que lo bese y cuando lo hago, el me da una profunda estocada anal qué se sintió tan genial que se me escapó el sonido más gay de mi vida. Mi pene y bolitas eran un delicado bulto en la bragas ardiendo de exitacion, mis tetitas estaba rígidas en el corpiño, y mi cola subía y bajaba aquella estaca de carne caliente, sus manos tomaban mis muslos. "Cojete" me dijo, y lo hize, tan rico que supe que me iba a venir sin manos. Entonces el me tomo las caderas y empezó a controlar la velocidad y la profundidad de su pija, aumento el ritmo y la fuerza y lo único que atiné fue a correr mi tanga para liberar a mi pene qué desde el interior de lo más profundo de mi ser, fue sorprendido por un hermoso orgasmo en el vientre de ese macho maldito. Siento entonces como empuja y empuja su verga en mi explotando en un poderoso y viril orgasmo. Su pija late en mi cada vez que eyacula, yo acompaño cada latido con un genuino gemido de placer empalandome de verga lechera y caliente.
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dunklebar · 10 months
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Gym Daddy
El día de piernas tiene que ser el peor, precisamente por el dolor que le sigue en los próximos días que te hace odiar el mundo entero, y bajar una escalera de 3 peldaños podrían ser fácilmente subir 20 pisos. Lo bueno que, como ya lo había hecho costumbre, a pesar del sufrimiento, los resultados se hacían notorios y el dolor tenía su recompensa: piernas gruesas, pantorrillas hinchadas y el culo grande y duro, tanto que me calentaba conmigo mismo cuando me miraba en el espejo. Por lo mismo me había puesto más atrevido en el vestuario al hacer esta rutina, cambié los shorts que me llegaban a la pantorrilla por unos que sólo cubrían la mitad de mi muslo, con la costura abierta a los lados de estilo setentero, y abajo, a fin de enviar vibras a los machos de mi gimnasio, un jockstrap para que cuando hiciera sentadillas, la tela se metiera entre mis cachetotes. Sin embargo, ya habían pasado meses y las vibras no le habían llegado a nadie más que a la niña de recepción que me piropeaba en modo de ¡YAS QUEEN! Todos los machos del gimnasio parecían más preocupados de tomarse fotos, flectar sus músculos frente al espejo o coquetear con twinkies y musculocas, en vez de mirar al gordito peludo que terminaba todo sudado, rojo y destruido. Supongo que sólo yo veía mi atractivo y nadie más.
Luego de terminar la rutina que me dejaría lisiado por tres o cuatro días, me fui a las duchas. Había escogido el horario de la noche porque va menos gente y tengo las máquinas y pesas a mi disposición. Considerando que esta sucursal contaba además con piscina, suele tener una atendencia que puede volverse desagradable y claustrofóbica. Ya se acercaba la hora de cerrar, por lo que había sólo un puñado de nosotros ahí y los sonidos de agua chapoteando se habían calmado.
Mientras secaba el sudor que corría por frente y cuello, caminé al camarín y vi a un hombre, con la impronta de un dios griego entrando antes que yo. Empecé a apurar el paso para poder verlo un poco más cuando se cruzó otro hombre que iba camino a la piscina, era mayor, como cincuentón e iba solamente en speedos y sandalias, un verdadero daddy: canoso completo del cabello, barba, pecho en pelo y hombros, todo blanco como la nieve, robusto y grueso sin ser de muscularuta definida, en comparación con el dios griego al cual estaba stalkeando. Pasó sin mirarme y se perdió en el acceso con aroma a cloro.
Cuando entre al camarín no había nadie más que el dios griego: cuerpo esculpido, musculoso, ligeramente peludo en pecho, ojos claros y pelo negro. Estaba en ropa interior Calvin Klein blanca, completamente mojada de su sudor, al igual que sus abdominales, por los que caían gotas de su transpiración; bajo él slip se veía su verga traslucida en la tela, grande y cargada hacia un lado como si le fuera a dar vuelta la cintura. Tuve que controlarme para no abrir la boca y sacar la lengua, porque así me imaginaba, bebiendo cada gota que adornaba sus pectorales cuadrados e hinchados y su six-pack en el que se podía rallar queso. Sin embargo, él ni siquiera notó mi presencia, puso su toalla sobre uno de sus hombros redondos como melones y enfiló a las regaderas. Me desvestí rápido y tomé mi toalla, shampoo y sandalias, apresurado, pero tratando que mis pasos no sonaran ansiosos en el piso del baño. Ocupé la ducha a su lado, escuchando como él ya estaba bañándose, y dejé la puerta abierta, esperando que lo notara, que saliera de su casilla y entrara a la mía, pero nada, seguía sintiendo como sus manos enjabonadas recorrían su cuerpo como yo quería hacerlo. La situación se había hecho bastante calentona, a pesar de que seguía sólo en mi ducha, por el morbo de pensar que podía entrar y porque sentía mi cuerpo hinchado, mis piernas duras, mi culo firme mientras esparcía la espuma del jabón. Empecé a masturbarme ligeramente, prendido al haber estado haciendo ejercicio entre hombres deliciosos e inalcanzables, con las hormonas revolucionadas por la actividad física. Me metí un dedo en el culo, estaba duro, corriéndome lento, pero intenso, disfrutando de mi cuerpo, había olvidado que la puerta estaba abierta cuando me doy vuelta y veo pasar al daddy de la piscina, él miró hacia mi ducha y siguió caminando hasta el final del pasillo. Me quedé congelado un segundo pensando si se habría dado cuenta de mi acto de onanismo. Me asomé y estaba quitándose el speedo muy lentamente, como si quisiera que lo vieran. Se irguió y pude ver su verga flácida, no circuncidada y carnosa, giró su cara hacía mí, mirándome fijo sin sonreír y entró a la ducha sin quitarme la vista y sin cerrar la puerta. Tomé todas mis cosas y me fui rápido a la ducha del fondo frente al daddy. Él estaba de espalda esparciendo espuma sobre su piel bronceada y cubierta en pelaje plateado, mojado y apegado a su robusto cuerpo de hombre maduro. Se dio vuelta hacia mí, tenía el pene agarrado con una mano, flectando el bíceps y el pecho por el que rebotaba el agua caliente. Crucé el pasillo, entré y cerré la puerta, empezamos a besarnos. Sus labios carnosos y suaves me devoraban la boca, apretaba mis tetillas y presionaba su verga dura contra mi pelvis. Con una mano abierta me tomó un pecho y lo empezó a comer como si estuviera amamantando, mientras que con la otra me metía un dedo en el culo. Yo le tocaba los hombros carnosos, musculosos y suaves, pasaba mis manos por su espalda y levantaba una pierna para que pudiera sentir lo gruesos de mis muslos y pudiera agarrarme las nalgas. Nos seguíamos besando, yo seguía erecto, mojado, apretado contra una bestia que quería destrozarme, encendidos por el morbo de que alguien podría descubrirnos. Con ambas manos me giró hacia la pared, abrió mi culo y empezó a follarme. ¡Yo no lo podía creer! Una de mis fantasías sexuales más grandes estaba ocurriendo con un daddy exquisito que mientras me penetraba, me agarraba los pechos a manos llena y pasaba su lengua por mi oreja, haciendo que los vellos de mi cuerpo se erizaran a pesar de que estábamos empapados. Sentía el agua corriendo por mi espalda mientras me embestía, presionando su cadera contra la mía, introduciendo su carne cruda dentro de la mía. Yo seguía erecto, sintiendo como me salía juguito preseminal y se mezclaba con el agua de la ducha. Quería gritar de placer, gemir por la manera que me tenía dilatado y los orgasmos que me estremecían al violentar mi próstata.
Los embistes del daddy se hicieron más fuertes, haciendo eco en las paredes de la sala de duchas, salpicando agua que se disparaba por todos lados cuando chocaba su cuerpo contra el mío, me detuve y le hice el gesto de que había que guardar silencio. Se despegó de mí, sentía como mi ano quedó caliente y dilatado, provocando un escalofrío en mi cuerpo entero. Me di vuelta y me agaché para chuparle su verga que seguía durísima. Él se masturbaba rápido, flectando los músculos de su torso y brazos. La perspectiva desde donde estaba era maravillosa: su cabello y barbas blancas mojadas, por las que corrían hilos de agua, su boca abierta y sus labios hinchados,  su mirada fija en mí, el pelo blanco de su pecho pegado a su cuerpo fuerte y carnoso, su firme musculatura, su piel morena bronceada, por al menos cinco décadas, reluciente bajo el chorro de la ducha. Su respiración se hizo más profunda, me puse de pie y moví los labios sin hablar pero diciéndole “préñame”, me di cuenta y le puse mi culo, abierto con una mano, mientras me masturbaba con la otra, y de un sentón lo metió hasta el fondo y se fue dentro mío. Yo sentía su leche entrar mientras tenía estertores mudos con su cabeza pegada a mi espalda, enterrando sus dedos en mi cintura y mi hombro, presionando más y más fuerte en mí culo hacia él, sintiéndolo aún en contacto con mi próstata, hasta que yo mismo acabé, enmudecido, pero queriendo gritar. Un chorro de semen chocó con la pared y él murmuró un “ufff” en mi oído, de a poco detuve la presión que tenía en él, haciendo contracciones y soltando el ano para exprimirle hasta la última gota. Su respiración se calmó y sin salirse me abrazó, acariciando suavemente mis tetillas. Sacó su carne chorrando leche de mí, sintiendo como si yo fuese una abeja y me quitaron la lanceta desde las entrañas, ahogando un gemido y mordiendo mi brazo. Me volví hacia él y nos besamos muy suave y tierno, habiendo ya ahogado nuestra pasión y morbo. Él salió primero, asegurándose de que no había nadie. Esperé unos segundos, estiré mi brazo para tomar la toalla, cubrí mi cintura y mientras iba saliendo hacia los camarines, el dios griego salió de su ducha, con su verga gigante y flácida, pasé por su lado, sonrió coquetamente y me mostró una pocita de leche en su palma. Abrí mis ojos de sorpresa pensando en que seguro lo escuchó todo.
Ya en los vestidores, terminaba de secarme y estaba solo, ni el daddy ni el dios griego aparecían. Quedé desnudo tratando de subirme el pantalón, cuando aparece el daddy de los urinarios, tomó su bolso y, mirándome, guiña un ojo y me tira un ligero beso, para desaparecer por la salida. En ese momento un poco de su leche escurrió de mi culo. Procuré no pisarla y terminé de vestirme. El gym ya estaba cerrando, la mayoría de las luces estaban apagadas y en la puerta, la chicha de la recepción no me quitaba la mirada o la sonrisa mientras me acercaba a la puerta.
Espero que hayas disfrutado tu ejercicio, bebé – sonreía casi aguantando la risa.
¡No sabes cuánto! – le respondí con un dejo de alivio y felicidad.
Creo que me puedo hacer una idea ¡nos vamos mañana bombón!
Salí del gym con una sensación de satisfacción impresionante y si me hubiesen pillado y cancelado mi suscripción ¡habría valido tanto la pena!
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airi31 · 1 month
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Noche inolvidable; Sakusa Kiyoomi
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La noche había caído, Hari se había puesto bella, pues su novio la había invitado a pasar la noche en un Hotel para sólo adultos.
Fiesta, playa, baile y alcohol. Bueno y mucho sexo.
—¿Y bien? ¿Qué tal me veo?— preguntó ella con una sonrisa, llevaba puesto un vestido largo floreado con un lado abierto para que su pierna se asomara y unas sandalias bonitas.
—mmmm, bien— respondió sin mirarla, ella dejó de sonreír, tomó su pequeña maleta y salió de la habitación detrás de su novio.
Después de varios minutos por fin habían llegado. El lugar era espectacular, había demasiada gente y el ambiente ya estaba increíble.
—Es fantástico el lugar— dijo ella, antes de que pudiera dar un paso más adelante para entrar al hotel, se tropezó pero unas manos grandes detuvieron su caída.
—Oh, ¿estás bien?— preguntó, un chico alto, pelinegro, con dos lunares en la frente y demasiado atractivo— ten cuidado.
—Lo siento, muchas gracias— dijo ella con vergüenza, este le sonrió un poco y continuó su camino junto a la chica rubia qué venía con el.
—No seas tonta, debes tener más cuidado— le advirtió su novio, ella frunció el ceño pero no dijo nada.
Hari disfrutó de la comida y el show extravagante, por ser un hotel solo para adultos, la mayoría de las bailarinas iba con poca ropa, hacían juegos eróticos y más.
—¡El que quiera participar en este juego de intercambio de pareja, que se levante!— anunció el qué llevaba el entretenimiento, Hari sonrió al ver que algunas parejas se levantaron, jamás se imaginó que ella fuera jalada y forzada a jugar por su querido novio.
Ahí estaba, con los reflectores golpeando su rostro y enfrente de ella, el chico que la había salvado de caerse. La miró con atención un par de segundos, después miró a su pareja.
—El juego es muy simple, tendrán que cambiar a su pareja con la persona que tienen enfrente de ustedes y pasar una noche sólos y disfrutar de la velada.
—No estoy segura de esto— dijo la castaña.
—¿Por qué no? Será divertido, tienes permiso de hacer lo que quieras— dijo, Hari se quedó sorprendida por lo que había escuchado.
—¿Qué? Pero-
—No seas una amargada.
Su pareja la dejó sola, para irse con la pareja del pelinegro qué estaba delante suyo. Sentía incomodidad por lo que había pasado, ¿acaso haría algo con otra persona? no, ella no cree eso.
—¿Nos vamos?— preguntó el pelinegro, sacándola de sus pensamientos, ella lo miró con timidez sin decir nada, el pelinegro tomó su mano y bajaron del escenario para salir de ahí.
Hari lanzaba conchas de mar con enojo, el chico solo la miraba con una media sonrisa.
—No puedo creer que me haya hecho esto, ¿participar en un juego de intercambio de parejas? Pensé que estaríamos toda la noche juntos.
—Parece que alguien no está tan feliz de venir.
—Por supuesto que no, pensé que seria una noche espectacular, pero me cambio por tu pareja— comentó con frustración— ¿Tu no estas molesto?
—Ni siquiera es mi pareja.
—¿Estaban empezando a salir?
—Estábamos— recalcó mientras jugaba con la arena— también fui arrastrado a este absurdo hotel y también fui forzado a jugar.
—Parece que es la mejor noche de nuestras vidas— añadió ella con sarcasmo.
—¿No quieres ver si tu novio de verdad respetó la relación? Tengo las llaves de la habitación.
Hari frunció el ceño, lo pensó por varios segundos, ir a investigar podría ser bueno y malo, le dolería si su novio le fue infiel, pero se daría cuenta de lo horrible qué es.
—De acuerdo, vamos— Hari tomó al pelinegro de la mano y se lo llevó para verificar la habitación.
Al haber llegado al quinto piso, Hari miró detenidamente como el pelinegro abría la puerta con delicadeza para no interrumpir si algo estaba pasando. El pelinegro empujó la puerta y dos segundos después se detuvo al escuchar ruido adentro.
—Oye, esto fue una pésima idea, no deberías entrar...
—Hazte a un lado.
Hari entró en silencio y solo escuchó una voz reconocida, efectivamente, era su novio siéndole infiel con aquella chica rubia qué acompañaba al pelinegro.
Salió de la habitación con el corazón roto.
—Bueno, fue una noche estupenda— murmuró— iré a mi habitación, ¿vienes?
—No tengo a donde más ir.
El pelinegro escuchaba los sollozos de la castaña, lamentando haber tenido esa idea, pero tampoco se echaba para atrás, porque se dio cuenta que el no valía para nada.
—No tienes por qué llorar, ese tipo no vale la pena— le dijo para calmar su llanto— Si te hubiera amado en primer lugar, jamás te hubiera traído a un lugar como este.
—¿Por qué lo hizo? Incluso me puse linda, este vestido y planche mi cabello a lo estúpido, bueno ya ni siquiera esta lacio.
—Sigues estando hermosa— añadió— Si yo hubiera sido el, te hubiera llevado al mejor hotel, reservado una cena perfecta y después hacerte el amor como locos.
Hari se sentó a su lado, limpiandose las lágrimas.
—Bueno, si yo hubiera sido tu chica, te hubiera besado millones de veces como agradecimiento y más cosas aparte de solo besos...
—¿Si?— preguntó, cambiando el tono de voz
—La chica con la que viniste, fue una tonta al dejarte— añadió, acercándose un poco a él— Eres demasiado atractivo.
Sonrió por el halago.
—¿Cuál es tu nombre?
—Sakusa Kiyoomi— respondió— el tuyo es Hari, ¿no?— ella se sorprendió— lo siento, soy demasiado observador, lo tenías apuntado en la tarjeta que cuelga de tu maleta por si te extravía
Ella asintió, mirando el suelo.
—Bien, Sakusa, gracias por hacerme compañía, creo que eres el único chico bueno que he conocido en la vida— murmuró.
—Sé que esto, lo que pasó, haya sido una sorpresa, pero créeme que hay más chicos afuera, que quisieran estar contigo, eres hermosa y agradable.
—Creo que eso no es suficiente para los demás.
—Pues, para mi si— soltó, ella lo miró, Sakusa le sonrió para acercarse y acomodar algunos mechones de su cabello despeinado, su mirada se desvió a sus labios.
—¿Quieres besarme?
—¿Puedo?— Eso la sorprendió, no contestó, el peli negro se acercó un poco más y ella no se alejó, esa fuera la respuesta de su parte. Sakusa la tomó del rostro para besarla, un beso lento, ambos se sorprendieron por el contacto qué habían hecho, sus labios encajaban a la perfección, Hari se acercó más para poder tocar su rostro y sin darse cuenta, mordió un poco el labio de este, haciéndolo sonreír por tal gesto provocativo— ¿Por qué te dejo tu novio? Besas de maravilla
—Jaja, tu también.
Sakusa se puso de pie, fue al baño a mirarse al espejo y tomó un poco de agua para después volver a la habitación. Se sentía nervioso, en toda su vida ni una mujer lo había puesto así, pero es que ella tenía un aura dominante, tal vez era su belleza o su forma de ser. Simplemente era un sueño.
Se sentó en el sofá para tranquilizar su cuerpo, no quería pasar a más si ella no quería, ni tan poco aprovecharse de la situación
—¿Hice algo mal?— preguntó ella, Sakusa la miró y negó— Hmm, eso parece, pensé que te había gustado el beso.
—Me encantó— respondió— Pero, no quiero que pienses que me estoy aprovechando de la situación para conseguir algo más, eres una chica interesante y hermosa.
—No te estas aprovechando de nada.
Dijo, levantándose de la cama para acercarse a él y sentarse en sus piernas, quedando de frente, provocando qué Sakusa se sienta nervioso, pero muy cautivado.
Miró todo su cuerpo, ese vestido le quedaba bien, ajustado a su cuerpo y su lindo rostros deslumbraba aun con la poca luz qué había en la habitación.
—¿Está mal qué quiera seguir besándote?— preguntó acercándose al cuello del pelinegro
—Maldición, claro que no— Sakusa tomó el cuello de la castaña y la besó, hundiendo más sus labios, gruñó al sentir como ella movía sus caderas, logrando qué se ponga duro al instante. Bajó sus manos a sus nalgas y la ayudó con movimientos lentos. ¿Cómo habían llegado a esto? ¿Sería una buena idea continuar? No lo sabían, pero ambos disfrutaban del momento
—Si quieres que me detenga...
—No, ya no importa— aclaró rápidamente, deshaciendo el listón del vestido, cayó y se lamio los labios al ver que no traía sostén, estaba hermosa, tenía un cuerpo envidiable— joder, estas tan guapa.
El pelinegro besó sus pechos, no de forma desesperada, todo lo hacía lento y con demasiado amor. Como si sus cuerpos se conocieran de antes.
Por otro lado, Hari jugaba con el cinturón de este, logrando quitarlo por completo, Sakusa sonrió entre los besos al ver que ella quería tocarlo, se detuvo, haciéndose para atrás y mirar como ella batallaba con el botón.
—¿Quieres ayudarme?— preguntó molesta, Sakusa sonrió de ternura y se lo desabrocho, llevándose el bóxer, el miembro salió, largo y duro, Hari casi se atragantaba al verlo— wow...
—¿Qué? ¿Vas a decirme que tu jodido ex novio la tiene más grande?— preguntó con una ceja arriba, ella negó rápidamente con las mejillas sonrojadas— ¿Entonces?
—Es demasiado...grande...
—Prometo que podra sacarte unos hermosos gemidos...
—¡Sakusa!— este sonrió por mirarla nerviosa.
—¿Puedo tocarte?— preguntó suplicante, ella asintió, Sakusa llevó el vestido a su cabeza para quitarlo, dándose cuenta que tenía un bonito calzón de seda con detalles de encaje— Lo que se perdió el imbécil— murmuró, haciendo a un lado la prenda, empezando a acariciar el clitoris provocandole varios gemidos.
—Quiero probar algo.
Sakusa se detuvo, Hari tomó el miembro del chico para rozarlo con su entrada. Sakusa se mordió los labios al sentir lo mojada qué estaba, sentía demasiado, estaba llegando al punto de solo querer enterrarse en ella sin ser tan Cariñoso, pero le estaba encantando qué ella estuviera experimentando con su cuerpo.
Hari se volvía loca con los choques qué se provocaba en su clitoris con la punta de este, hasta que alzó las caderas y bajó metiendo el largo miembro de un solo sentón.
—Ahhh, maldición— gimió Sakusa tirando la cabeza hacía atrás— mierda, hermosa, ¿quieres hacerme venir rápido?— preguntó, con una mirada oscura y traviesa.
—estas tan grande, Sakusa.
—Háblame como si fuera tuyo— añadió besando el cuello de la chica, la chica volvió a repetir lo que dijo pero finalizó con un "mi amor". Sakusa movió sus caderas con motivación, Hari empezó a moverse de arriba para abajo o en círculos, haciendo que el pelinegro se volviera loco— Estás tan apretada.
—Mi ex novio no quería hacerlo...— balbuceo
—Qué estúpido, pues yo te follaria las veces que quisieras— añadió, cargando a Hari y llevándosela a la cama para acostarla, tomó sus piernas y se volvió a meterse sacándole un grito, la embestia mientras tocaba y acariciaba su clitoris, a veces lo jalaba para escucharla gemir más— Mírate, estas tan preciosa y toda para mi, que afortunado fui de quedarme contigo en ese estúpido juego.
—Ahhh, quiero quedarme contigo, también.
—Lo haremos, prometo buscarte y hacerte mía, hacerte feliz por siempre.
Hari ponía los ojos en blanco, Sakusa se acerco a ella para embestirla más rápido y fuerte, sintió como lo apretó, obligandolo a venirse dentro de ella.
Se quedó ahí, encima de ella al terminar, Hari aprovecho para sonreír como una tonta y besar sus hombros, como si de una pareja enamorada se tratara
—Qué linda— le susurró.
—¿Qué haremos? Es decir, wow, ¿Qué pasará después?
—No te preocupes, por eso, lo haremos mañana, ¿Quieres comer algo y hablarme de ti?
Ella sonrió y aceptó enseguida.
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Dos días después.
Dos días después de aquel acontecimiento, Hari se preguntaba en donde estaba aquel chico peli negro. Esa noche era inolvidable.
—Ya te dije que no, Mark— añadió con enojo, ya que su ex novio la buscaba con desesperación después de lo que había pasado en aquel hotel— no voy a volver contigo, fuiste un estúpido.
"Fue un error, juro que no volverá a pasar" dijo.
—No, no me busques más, juro que te denunciare— dijo para luego colgar, con frustración y vergüenza, pues algunos compañeros de trabajo habían escuchado algunos gritos por su parte.
—Fiu, creo que llegué en un mal momento— Hari levantó el rostro al escuchar esa voz reconocida, era el, Sakusa, apoyado en un carro negro demasiado elegante, le sonrió al verla sorprendida— Hola, bonita.
—Por dios, tú— alcanzó a decir.
—Lo sé, tardé en contactarte dos días y de verdad lo siento mucho.
—No, pero, ¿qué haces aquí?
—Te lo prometí, ¿no? Te buscaría— Hari sonrió y su corazón latió rápido, era tan dulce y había cumplido su promesa— Sé que vas de salida, porque bueno, investigue tus horarios.
—Qué miedo.
—Cállate, traté de ser romántico— dijo, acercándose a ella para tomarla de las manos y darle un beso en la mejilla— ¿Quieres salir a cenar?— se acercó para darle un beso en los labios, uno lento y lindo— Es una cita.
—No puedo creerlo— respondió con una gran sonrisa— Claro que sí.
Sakusa sonrió, una sonrisa grande, mostrando sus perfectos dientes. Revolvió su cabello y le dio un último beso.
—Me harás tan feliz.
—¿Eh? No te escuche muy bien.
—¡Nada! Es hora de irnos— jaló de su mano para llevarla al asiento del copiloto, abrirle la puerta como todo un caballero, el se metió y encendió su auto— ¿Por qué tan molesta? ¿Sucedió algo?
—Bah, mi ex novio, quiere que regresemos, es un idiota
—Uy, que lástima, ahora ya tienes a alguien que te hará feliz y gritar en la cama— Hari le dio un golpe en el hombro, Sakusa tomó su mano para besarla— Te extrañé, guapa.
Hari sonrió, admitiendo qué esa noche iba a ser inolvidable, pero que también era importante, pues había conocido al amor de su vida.
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lilisouless · 1 year
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Fruzsi: No puede creerlo, ya usamos todo nuestro repertorio y ni siquiera los hemos...¿que...traes...puesto?
Nisho con unas sandalias con la cara de Alina: ¿No le gustan mis sandalias? son aerodinamicas
Fruzsi: Tenemos unas horas para aniquilar a esos huerfanos, o el plan que Kirigan lleva ideando por quinientos años se esfuma. Y ...tu...estas usando...SU...¡MERCANCÍA!
Vatra bebiendo de un vaso con la cara de Mal:...jeje...¿quiere?
Fruzsi: ¡¡AAAAAHH!!
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eduardoskipper · 2 years
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Los formales y el frío
¿Quién iba a prever que el amor ese informal
Se dedicara a ellos tan formales?
Mientras almorzaban por primera vez
Ella muy lenta y él no tanto
Y hablaban con sospechosa objetividad
De grandes temas en dos volúmenes
Su sonrisa
La de ella, era como un augurio o una fábula
Su mirada, la de él
Tomaban nota de cómo eran sus ojos, los de ella
Pero sus palabras, las de él
No se enteraban de esa dulce encuesta
Como siempre o como casi siempre
La política condujo a la cultura
Así que por la noche concurrieron al teatro
Sin tocarse una uña o un ojal
Ni siquiera una hebilla o una manga
Y como a la salida hacía bastante frío
Y ella no tenía medias
Solo sandalias por las que asomaban unos dedos muy blancos e indefensos
Fue preciso meterse en un boliche
Y ya que el mozo demoraba tanto
Ellos optaron por la confidencia
¡Extra seca y sin hielo, por favor!
Cuando llegaron a su casa
La de ella, ya el frío estaba en sus labios, los de él
De modo que ella, fábula y augurio
Le dio refugio y café instantáneos
Una hora apenas de biografía y nostalgias
Hasta que al fin sobrevino un silencio
Como se sabe, en estos casos es bravo
Decir algo que realmente no sobre
Él probó –"solo falta que me quede a dormir"–
Y ella aprobó –"¿por qué no te quedás?"–
Y él –"no me lo digas dos veces"–
Y ella –"bueno, ¿por qué no te quedas?"–
De manera que él se quedó en principio
A besar sin usura sus pies fríos, los de ella
Después ella besó sus labios, los de él
Que a esa altura ya no estaban tan fríos
Y sucesivamente así
Mientras los grandes temas
Dormían el sueño que ellos no durmieron
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queenkumo · 1 year
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Valieron la pena 20 de ellos
Disclaimer: Tokyo Revengers es propiedad de Ken Wakui
- Shin ¿recuerdas que hace unas semanas preguntaste si conocíamos a alguien que quisiera ayudar con el área administrativa del taller? - La voz del muchacho de cabello negro llegó hasta donde se encontraba, pero no podía verlo ya que permanecía sentado en el suelo mientras intentaba ajustar el clutch de una moto que estaba arreglando.
- si ¿ya encontraron a alguien? - preguntó mientras sostenía con una pinza la pieza y con la mano intentaba insertar un tornillo.
- si… y no – dijo el chico acercándose hasta donde estaba su amigo.
- ¿si o no? Necesito información clara – no pudo ocultar el tono irritado en su voz, odiaba ajustar clutch y odiaba cuando Keisuke iba a “platicar” sin decirle las cosas directamente.
- mira… la hermana de Sakura se mudó recientemente… se llama Ume – “Sakura es su novia” recordó. Se la había mencionado en algunas ocasiones, pero aún no la conocía de vista.
- ella sabe de mecánica y de cosas de oficina, ayudaba al señor Niiyama en su taller en México – antes de que pudiese seguir lo interrumpió.
- una mujer no – sentenció soltando un suspiro pesado tras terminar con su trabajo, solo entonces miró hacia arriba y se encontró con el muchacho sentado sobre una mesa donde a veces ponía herramientas. La mirada de este era de molestia pues ni siquiera lo había dejado terminar.
- Keisuke, no me lo tomes a mal, pero sabes que a estos lugares vienen hombres un poco… - se puso de pie y se limpió los dedos en su overol de trabajo – bruscos; no aptos para una señorita – terminó mientras tomaba un trozo de tela que había dejado sobre el asiento del vehículo y continuó limpiándose.
- Shin, Sakura me pidió que te la recomendara. Es nueva aquí… en el país. Y sabe hacer su trabajo - Baji se pasó una mano por el cabello peinandolo hacia atrás.  Se notaba preocupado – se que a Sakura se le hizo difícil acostumbrarse a este cambio cuándo llegó a estudiar la universidad… sería bueno ayudar a su hermana a que sea… mas fácil su estancia – levantó la vista para esperar la respuesta de Shinichiro, este se había metido una esquina del trapo en la bolsa del overol, tenía una de sus manos en la barbilla y la expresión que tenía era indecisa.
- Keisuke, no sé como se sienta aquí en el taller – habló acercándose para recargarse en la mesa donde estaba sentado el más joven.
- no te preocupes, si tiene la mitad del carácter de su hermana y su familia de América no tendrá problema con los clientes agresivos -  Ese comentario le daba más miedo, pero tras pensarlo unos minutos más y hablar sobre detalles pequeños aceptó el recibirla al menos para explicarle de viva voz en qué consistiría el trabajo y advertirle del tipo de gente que iba al taller.
Habían pasado 2 días, era temprano y caminaba por la pequeña calle que llevaba a la entrada del negocio, casi no había gente. Hubiese deseado quedarse un rato más dormido. Saludó a algunos comerciantes del lugar que abrían sus locales; fue entonces cuando miró hacia al frente y se encontró con la mujer.
Ella permanecía recargada en la pared, llevaba ropa bastante casual: un pantalón cómodo de mezclilla y una camisa suelta de botones blanca junto a unas sandalias, su cabello era castaño y ondulado; le llegaba hasta la barbilla, usaba lentes y se notaba un tanto nerviosa mientras esperaba. Parecía ser alta, no tanto como el, pero si fuera del estándar japonés. Pero no fue lo que más lo impactó; hubo un momento en el que ella sintió la mirada del hombre y se giró un poco para verlo, fue ahí cuando el se fijó en los intensos ojos verdes que ella tenía; por supuesto tenía rasgos japoneses, pero podía notar algunos detalles de parte de su familia latina; no solo en su cuerpo lleno de curvas, sus ojos eran grandes y expresivos.
Cuando ella se irguió para sonreirle y hacer una ligera reverencia en forma de saludo el salió de su trance. Había sido rechazado tantas veces por tantas chicas que cuando la vio a ella ni siquiera dejó que su mente comenzara a imaginar cosas, sin embargo debía admitirlo: le acababan de robar el aliento y deseaba que más tarde el corazón.
Nunca creyó que duraría tanto tiempo en aquel lugar, un año y 4 meses siendo administradora del taller de Shinichiro y bastantes aventuras de por medio. Ciertamente todo había sido un caos desde que llegó, documentos legales perdidos, cuentas por pagar, recibos inentendibles y más. Arreglarlo todo era un esfuerzo grande, pero no imposible que se logró después de un tiempo.
Ella y Shinichiro eran un excelente equipo a pesar de que acoplarse al trabajo juntos fue difícil al principio, el la trataba como a una princesa y ella no dudaba en sacar su bate cuando llegaban clientes difíciles reclamando sobre algo. A veces no entendía porque el la trataba de manera suave cuando ya le había demostrado de lo que era capaz.
Aquella noche se encontraba ocupada haciendo cuentas para el cierre de mes, esperaba cerrar sola el local hasta que levantó la vista y a través de las ventanas de la oficina vio al hombre ordenando su lugar de trabajo haciendo tiempo. Nunca la dejaba sola, no era porque no confiara en ella, solo era “preocupación por su bienestar”. Recordar aquella frase la hizo reír y continuó con su trabajo.
Su teléfono sonó y lo asustó un poco, era el número de Manjiro, pero sabía que al responder no sería solo la voz de su hermanito. Pensó en dejarlo sonar, pero no quiso que le estuvieran marcando tantas veces así que respiró hondo y contestó.
- ¿qué sucede? - preguntó evitando formalidades.
- ¿ya te declaraste? - escuchó la voz despreocupada pero burlona de su hermano junto a un sonido de que masticaba algo, de fondo reconoció las risas de Takeomi, Keisuke y Emma ¿Qué hacía Emma ahí? ¿No vivía ya con Ken? Ese no era momento para desviarse del tema.
- no sé de qué me hablas – respondió de forma seca. Las risas sonaron más fuertes y el se irritó. Había más voces, Takemichi y Ken también se reían ¿en serio fueron todos para presionarlo por llamada?
- Mira hermano, si no te apresuras alguien más va a ir tras ella – el tono burlón de Manjiro era tan molesto.
- ¡Escuché que Waka ya la tiene en la mira!- Takeomi buscaba provocarlo y lo estaba logrando. Más risas.
- ¡No pierdas el tiempo! - Esta vez fue Emma quien lo animó.
- voy a molerlos a golpes cuando los vea – expresó mientras se masajeaba las sienes con su mano libre y se sentaba en una mesa de trabajo. Llevaban meses molestándolo con eso y cuando por fin les dijo que estaba decidido a confesarse la presión había aumentado.
- ¿otra vez te están molestando por teléfono? - la suave voz de Ume lo sacó de sus pensamientos y de inmediato se puso de pie. Casi se le cae el móvil cuando lo hizo. En la bocina solo escuchó gritos de emoción, risas y silbidos. No dijo más y colgó.
- ¿todo bien?- preguntó ella. Llevaba puesta una sudadera negra que le regaló en su cumpleaños, eso lo hizo sonreír.
- S-si… solo estaban comportándose como niños – dijo mientras se guardaba el teléfono en el overol. - ¿te llevo a tu casa? - preguntó esperando que aceptar para ir junto a ella en su moto.
- mmm no hay problema, pensaba usar otro método de transporte – “Waka” gruñó en sus adentros al recordar lo que Takeomi dijo en la llamada. - aún alcanzo el tren – terminó diciendo y las mejillas de Shinichiro se colorearon por la pena.
- es que… quiero hablar contigo – dijo metiéndose ambas manos a las bolsas del overol y desviando un poco la mirada.
- ¿te vas a declarar? - dijo ella soltando una risita, el la miró con los ojos muy abiertos y las mejillas coloreadas.
- ¿qué? - dijo el entrando en pánico.
- es broma, Sano – dijo ella dándole unas palmaditas en el pecho mientras le sonreía con dulzura.
Justo cuando ella separaba su mano del pecho ajeno Shinichiro se lo impidió tomándola con delicadeza, ella lo miró a los ojos con sorpresa y se ruborizó hasta las orejas.
Shinichiro llevaba semanas pensando en esa escena, estaba preparado para ser rechazado de nuevo por una mujer de la que se enamoró, estaba preparado para pedirle al amigo de Takemichi experto en finanzas que trabajaran juntos por si ella decidía renunciar. Estaba preparado, pero el nerviosismo nunca se fue.
- ¿Shin? - dijo ella con duda.
- Ume… - suspiró con pesadez – me han rechazado muchas veces. Más de las que debería y estoy listo para lo que tu desees hacer… - dio un apretón suave a su mano, el corazón le latía a mil por hora. Ella solo escuchaba con atención.
- Me gustas, quizás desde que te vi parada frente al taller… - sintió el calor subirle hasta las orejas, ella también compartía color. - eres hermosa… eres… - suspiró sonriendole sin dejar de mirarla a los ojos – le gustarías a quien quiera que se cruce en tu camino – ella soltó una risa cubriendo sus labios con su mano libre. A Shinichiro casi se le sale el corazón por esa acción. Se aclaró la garganta y continuó.
- pero después de tanto tiempo conviviendo contigo, peleando, riendo… - volvió a suspirar, apretó un poco más sin hacerle daño a la mano de la mujer frente a el. - yo… tu no solo me gustas… - estaba entrando en pánico hasta que sintió como Ume movía su mano hasta que sus dedos se entrelazaron y bajó ambas manos hasta que quedaron tomados de la mano de frente.
El trataba de no ser tan impulsivo, menos cuando se trataba de una mujer; pero no supo como terminó besando a su compañera, se sintió correspondido y la emoción le ganó.
Sus manos la sostenían de las mejillas, ella se aferraba a su pecho con ambas manos arrugando la tela de su overol.
-Shin… - dijo ella contra sus labios, mientras el bajaba sus manos para acercarla a su cuerpo tomándola firmemente de la cintura.
- Hmm – ronroneó el como repuesta mientras seguía devorándole los labios.
- me… - suspiró pegándose al cuerpo del motociclista y pasando sus manos hasta los hombros de este – me llevas… ¿a mi casa? - preguntó con dificultad, el caminó hacia atrás y se sentó en la mesa de antes, abrió sus piernas y dejó que ella entrara quedando más cerca. Las manos de este acariciaban la espalda de la mujer haciendo círculos con sus dedos.
- mh hmmm – asintió embelesado.
- y… te quedas… - suspiró mordiéndole el labio inferior con suavidad – ¿conmigo?- el sonrió contra sus labios y tras unos cortos besos más se separó despacio de ella. Ambos respiraban un tanto agitados y se sonrieron.
- voy por los cascos y nos vamos – terminó mientras le besaba la frente y se ponía de pie. Ella asintió y lo miró entrar a la oficina de antes.
Por fin se rompió la maldición.
Más de 20 rechazos por fin habían rendido frutos.
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ehcahache · 1 year
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La hermana de Guillermo horrible. En serio tanto encaje queda horroroso. Hay combinaciones muy extrañas.
El vestido de la izquierda es el que había visto, que es de mercadillo de rastro, para señora de 90 años. Imagínate ser princesa y vestir así 😬Totalmente de acuerdo con el de la derecha. Entre los colores y los accesorios....
No se cómo pueden tener tanto dinero y vestir tan mal. Yo no entiendo mucho de moda pero tengo claro que vestiría mejor que esta gente.
Las únicas con estilo las madres y Belén Corsini, que no tenía ni idea de quién era la verdad. Aunque eso me pasa con todos los invitados que no son de la familia 😂
Joder con Guillermo, de verdad que se han buscado a gente de bien bien las dos.
¿Has visto el vídeo de los periodistas preguntándole por Isa? El día que Carlos se case no sabremos nada de nada. Lo poco que le gustan a él estar de cara al público y encima con esas preguntas.
Sí, además estoy viendo videos y la espalda de la hermana de Guillermo es cerrada con encaje, han arriesgado y no ha funcionado para nada, no con esa mezcla de colores yo creo.
De la princesa búlgara, he preguntado a mi madre (que la menciono mucho por aquí últimamente AJAJAJ), que sabe muchísimo más de ropa y de coser y me ha dicho que seguramente sea seda o alguna tela carísima. Personalmente, yo también creo que parece un vestido de mercadillo de los sábados. Para mí van demasiado informales todos teniendo en cuenta el contexto de donde es la boda.
Las madres bastante bien hasta que he visto los zapatos de Reyes, que lleva unas sandalias violeta pastel y no pegan PARA NADA con el vestido.
De los maridos, yo solo voy a decir que están colocando muy bien a las hijas y cuidado no vayan a hacer lo mismo con Carlos. No creo que de forma directa pero igual se les va la flapa y vuelven al siglo XVIII y empiezan a presentarle pretendientas de chicas bien o algo así JAJAJAJ
Sí que he visto el video y me ha gustado mucho la no-respuesta de Carlos, ha visto por donde iba el tema y ha decidido irse, muy bien sabiendo que en ese sentido la ha estado liando mucho últimamente. Muy feo me ha parecido también que le han ido a preguntar de eso a su padre cuando lo han entrevistado, están intentando sacar exclusiva como locos.
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p0isonivy · 2 years
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        nothing about the way that you were treated ever seemed especially alarming 'til now                           so you tie up your hair and you smile like it's no big deal
locación: streeterville, chicago. línea del tiempo: jueves 23 de junio, por la mañana, después de terminar la misión.  notas: violencia verbal 
el sol pinta del dorado más increíble los muebles de su sala cuando ivy llega a su departamento. 
la sangre falsa sobre su cuerpo se ha secado, barrido y caído desde la última vez que su morada la vio, pero a diferencia de la mezcla de colorante y aceites, el interior del departamento no ha cambiado para nada, todo se ve exactamente como lo dejó más de doce horas atrás y claro, de ser lo contrario, ni siquiera habría entrado más allá del recibidor, tampoco habría puesto los seguros a su puerta ni se habría quitado los zapatos. no hay necesidad de encender las luces, la mañana ha abrazado por completo el interior de su departamento como para hacer tal cosa, sin embargo, lo hace por costumbre.  
“ peri, ¿en dónde estás muñeca? ” su voz sale armoniosa pero cansada, retumbando en las paredes aglomeradas por fotografías enmarcadas. el sonido de su bolso sobre el desayunador de granito es el que irrumpe ahora el silencio y aunque la ausencia de su gatita es notoria, no le parece extraña a esas horas de la mañana, debe estar durmiendo en su cama como siempre. decide no dar más vueltas al asunto, el día apenas empieza y ella todavía tiene que bañarse, reponer las horas de sueño que perdió gracias a la misión y trabajar un poco lo que reste del día.  
ojos cansados se mueven de arriba abajo sobre la pantalla de su móvil, poniéndose al día con el chat grupal al que pertenece y dejó de contestar cuando las cosas se pusieron un poco extrañas dentro de la prisión, demasiado ocupada muriéndose de miedo como para prestar atención a su teléfono. deja este cargando en la mesa de la cocina para ir a bañarse por fin, ansiosa por deshacerse de toda esa sustancia pegajosa sobre su cuerpo y el maquillaje tan incómodo alrededor de sus ojos.  
cuando sale del baño, unos veinte minutos más tarde, se encuentra con la luz de la sala apagada y su teléfono en el sofá. la pelirroja tiene dos hipótesis... la primera es que la falta de sueño está afectándole de manera terrible, haciéndola pensar que hace una cosa y en realidad no la lleva acabo; la segunda es que hay alguien con ella en el departamento. ambas ideas le causan un escalofrío por todo el cuerpo. toma su teléfono, se aprieta la bata de baño a la cintura y se aventura a su habitación, lista para llamar al número de emergencia en caso de encontrar un intruso.  
sandalias rechinan sobre el piso de madera mientras camina hacia su habitación, un poco más calmada después de repasar su llegada al departamento en primer lugar. no había entrada forzada, sus ventanas estaban cerradas, no tenía alertas en el teléfono de que alguien hubiese caminado por la sala. estaba a salvo y su paranoia solo estaba saliéndose de control una vez más.
“ veo que todavía se te olvida el cambio de ropa antes de meterte a bañar... ” la voz es ronca al hablar, tan rasposa que a ivy le duele en los oídos y tan fría que la piel de los brazos se le eriza. “ ¿y cuándo se te va a quitar esa manía de encender las luces tan pronto entras a una habitación? ” frente a ella se encuentra una figura tenebrosa, viste traje a pesar de ser tan temprano por la mañana, parece un gigante incluso si está sentado cómodamente en la orilla de su cama. su gatita, blanca como la nieve, le dormita tranquila en el regazo... si tan solo supiera que está en las manos de un monstruo temible.  
el monstruo temible tiene nombre y apellido —leonardo wang— , mide un metro con ochenta y cinco centímetros, recién rasurado (el olor de su after-shave sigue siendo el mismo), limpio, con una sonrisa encantadora naturalmente. entiende por qué nadie alzó una ceja o llamó a las autoridades cuando pidió entrar a su departamento. entiende por qué nadie le creyó en la estación de policía un año atrás cuando, con lágrimas, pidió que lo encerraran para siempre en una celda. leo era (y es) la imagen contraria a un abusador, por eso puede salirse con la suya desde el principio.
mirarlo, escucharlo, el simple hecho de respirar el mismo aire que él, trae recuerdos inmediatos a su memoria.  
su primera cita, su primer beso, la primera noche que pasaron juntos...
su primera pelea, el primer insulto, la primera vez que la hizo sentir vacía por dentro...
“¿que —” la voz le tiembla, sus manos aprietan la funda de su teléfono y el listón de su bata simultáneamente. “¿que estás haciendo aquí, leo?” la mención del nombre parece traer luz al rostro decrepito del mayor, mejillas hundidas se rellenan gracias a la sonrisa maliciosa que se pincela en sus labios. la gatita despierta al escuchar la voz de su dueña y después de dar un gran estirón bajo las manos del hombre, baja de la cama para ir a pasearse entre sus pies. “¿cómo —”
“—te encontré?” completa el hombre al ponerse de pie, su traje oscuro y liso haciendo contraste con las decoraciones pastel de la habitación. “ tsk, preciosa.... ” inicia, sonrisa socarrona en los camines que alguna vez predicaron amor eterno a la de hebras rojas.  “  yo siempre voy a encontrarte, ¿se te olvida eso? ” el apodo, el arrastrar de sus palabras, el acento, todo lo que alguna vez la tuvo babeando ahora la hace sentir nausea. “ además, ¿sabes cuántas [**** *****]  hay en la ciudad?” es una pregunta retórica, ambos saben la respuesta. “creí que eras más inteligente que eso, princesa.” cada paso que avanza, la pelirroja lo retrocede. “supongo que de nuevo te di más crédito del que mereces. tú  y yo sabemos que brillante no eres.”  
“no deberías estar aquí. ”  titubea. dios, ¿puede dejar de escucharse tan patética por una vez en su vida?  “estás violando la ley, no puedes acercarte a mí a más de un kilómetro.” la está rompiendo por mucho, no más de dos metros los separan justo ahora, pero romper las reglas jamás ha sido una gravedad para él. no conoce las repercusiones, no se entera de lo que pasa con los simples mortales que no son nacidos con cuchara de oro en la boca. 
“eso solo funciona en reino unido, muñeca. ¿se te olvidó que huiste del país para alejarte de mí?” hace sonar su lengua contra el techo de su boca, negando. “¿acaso tengo que repetirte lo hueca que eres? ¿puedes aguantar más humillación, mmm?” 
la cosa con leo es que jamás ha necesitado de armas para ser aterrador, solo basta su comportamiento para cumplir con la meta: atemorizar a ivy como si este la estuviera apuntando con un arma de gran calibre entre las cejas. sin embargo leo solo se alza por encima de ella como un depredador.  un depredador que peca de encantador y esa es su arma más poderosa, la fachonería, la seguridad que carga en cada movimiento que realiza.  
suelta una risa directo en su rostro, mano libre recorriendo su figura por encima de la bata hasta llegar a la altura de su mano y quitar el móvil con suavidad, sabiendo que usar la fuerza es lo que menos le conviene a estas alturas. además, tiene la seguridad de saber que ivy no pondrá resistencia. nunca puede. no  es lo suficientemente fuerte. “quiero que te cambies y vengas conmigo a desayunar. como en los viejos tiempos...” no es una petición, es una orden y ella lo sabe. sabe que es mejor obedecer, omitir las preguntas y llevar la fiesta en paz. así siempre ha sido con leo, él ordena y todos tienen que acatar la orden como sabuesos leales, ivy fue tan tonta al creer que ella sería la excepción a la regla, al creer que sería la primera en llevarle la contraria y no recibir repercusiones. estaba equivocada, por supuesto, pero tuvo que aprender eso a las malas.  
mientras se cambia, puede escuchar las notificaciones de alew por el sonido tan peculiar, una tras otra. seguro son los daroir preguntado si todes llegaron bien, si alguien quedó satisfecho con los panqueques, si deberían verse antes de la siguiente misión. lo que daría ivy por contestarles, pedirles ayuda o despedirse de ser necesario, pero sabe mejor que arrebatarle las cosas a leo de las manos. “¡****!” su voz suena cantarina desde la sala de estar. “¿quien te envía tantos mensajes?” mierda —piensa — espero que no lea las notificaciones. “anda ven a callar esto que me está poniendo de mal humor. diles que estás ocupada conmigo, que dejen de molestarte.” la pelirroja se mueve rápido, de la habitación a la sala, tomando el teléfono en su posesión antes que su exnovio cambie de opinión. “ah, nada de mensajear, bonita. solo ponlo en silencio, te veo.” por supuesto que no la dejaría hacer más nada. las manos le sudan al poner el movil en silencio, el chat de daroir desapareciendo de su pantalla de bloqueo con un solo desliz del dedo. “¿eran tus amigos? ¿por fin conseguiste unos que no te dejan sola?” hay burla en su voz, como siempre. “sé que no es una pareja, te tengo demasiado monitoreada para saber que no sales con nadie y que bueno pf—¿quién en su sano juicio saldría con alguien tan psicópata como tu? ” con su mano da palmadas al asiento vacío junto a él en el sofá, ivy se sienta sin pensarlo mucho. “ah, mi preciosa, ¿cuándo vas a entender que solo me tienes a mí en el mundo? no necesitas a nadie más y estoy seguro que nadie más te necesita. solo cuentas conmigo y yo cuento contigo, ¿ya lo olvidaste? somos tú y yo contra el mundo. ” la misma mano que palmeó el sofá sube por su muslo cubierto por el pantalón, pero incluso con la tela entre ambas pieles, su dermis quema por el toque ajeno.  
————————————— ——————————————————————
la voz de leo la escucha lejana, como si ella estuviera debajo del agua y él en la superficie, pero sus palabras son entendibles. “¿por fin conseguiste amigos?” “nadie más te necesita” “solo cuentas conmigo” “brillante no eres” se repiten una y otra vez en su cabeza, tan rápidos como los autos que pasan por su ventana. hacía tanto tiempo que no se sentía así, tan pequeña e indefensa, y si tiene que ser exacta, diría que tiene un año desde eso. un año de haberlo dejado, a él y toda su mierda, pero hela aquí una vez más...  
piensa — mientras la luz verde del semáforo ilumina el tablero del auto deportivo de su exnovio — que quizá tiene razón después de todo.  
piensa haber conseguido amigos, ¿pero lo hizo en realidad? ¿puede llamar amigos a sus compañeros de equipo, cuyos nombres no sabe siquiera? ¿puede llamar amigos a los demás jugadores? ¿a las chicas que conoció en el café al mudarse? piensa ser brillante, ¿pero lo es en serio? ¿es un eslabón fuerte en las misiones del juego? ¿tiene estrategias frescas en cada partida? si fuera brillante, se habría escondido mejor, habría camuflado  su identidad de otra manera, habría sido más cuidadosa. piensa que la necesitan, ¿pero en realidad es así? ¿en serio daroir está mejor con ella que sin ella? ¿es capaz de llegar a la final con ellos y en singular?
suelta un suspiro y  su aliento empaña el cristal de la ventana de copiloto.  
supone que una vez más leonardo tiene razón... 
                                                                        solo cuenta con él en este mundo.  
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somebodyelsee1-blog · 2 years
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Casa
Estoy descalza, con las chanclas en la mano y el corazón añicos.
No dejo de derramar ni una sola lagrima, interminable final, corro sin retorno al ayer, mi huida es el hoy.
“La vida no es un edén” me repito mientras seco mis lagrimas ácidas sobre mi rostro.
Todo se torna obscuro, todo se vuelve siniestro.
Caminar entre la muchedumbre es tormentoso.
Gente que se disfraza, gente que se abalanza a mi para herirme.
Y yo tan paz, tan ingenia, tan asustadiza.
Pero en mi alma hay una pizca de templanza.
Detengo mi andar, me pongo las sandalias, suspiro.
Ni hablar…
Recuerdo, lo recuerdo
Retomo el camino a casa , a mi paz mental.
Que la gente se joda, que el mundo se vaya al infierno.
De amaneceres malditos ya tuve mucho y es solo un sueño, ¡que va!, una pesadilla.
Despierto adolorida de el alma, pero latente de el corazón.
Ni un minuto más perdido, ni un minuto más ausente.
Me voy a mi casa, donde no existe gente.
—I.BETANZOS
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bl00dylust · 2 years
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"All wounds that I made to you" Suguru x Lectora (Spanish)
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Advertencias: Sexo sin protección, Sexo sin consentimiento (básicamente forzado), violencia, juego de cuchillos, breeding kink, mención de heridas, golpes, mierda relacionada con fetiches algo violentos.
1874 palabras.
-ˏ͛⑅ ‧̥̥͙‧̥̥ ̥ ̮ ̥ ⊹ ‧̫‧ ⊹ ̥ ̮ ̥ ‧̥̥‧̥̥͙ ⑅ˏ͛--ˏ͛⑅ ‧̥̥͙‧̥̥ ̥ ̮ ̥ ⊹ ‧̫‧ ⊹ ̥ ̮ ̥ ‧̥̥‧̥̥͙ ⑅ˏ͛--ˏ͛⑅ ‧̥̥͙‧̥̥ ̥ ̮ ̥ ⊹ ‧̫‧ ⊹ ̥ ̮ ̥ ‧̥̥‧̥̥͙ ⑅ˏ͛
Trabajabas en la preparatoria de hechicería en Tokio como asistente de Gojo, lo cual, era un fastidio ya que tenías que seguirlo a todas partes y muchas de las veces, soportar a chicas coqueteando con él o pidiéndole su numero de teléfono. 
"¿De verdad tengo que ir a esa plaza contigo?...Preferiría quedarme ayudando a Itadori con Sukuna que caminar por horas...". Te quejabas mientras te dirigías hacia el auto de Gojo.
"¡Por supuesto! Necesito algo de compañía...además...sí alguien te molesta, puedo decir que eres mi novia, ¿no?". Decía juguetonamente mientras abría la puerta del copiloto para ti.
Dejaste soltar una risita y asentiste con la cabeza. "supongo que...no hay problema"
"¡Bien!, entonces vámonos" Gojo prendió su auto, un mercedes benz clase s. "¿Hay alguna canción que quieras escuchar, querida?" Gojo te veía de reojo, te sorprendiste un poco ya que, no esperabas un apodo así de su parte?
"Cualquiera...me da igual" Dirigiste tu vista hacia la ventana mientras sonaba la radio. Pasaron al rededor de veinte minutos cuando Gojo decidió romper el incómodo silencio.
"No crees que...¿estás un poco elegante? quiero decir...solo iremos a buscar sushi y algunas malteadas" Gojo estacionó el auto mientras retiraba el pañuelo de sus ojos posteriormente para, colocarse unos lentes oscuros.
"¿Elegante?...esta es mi vestimenta usual..." Volteaste a verlo.
"No es eso, es solo que...a donde vamos...es al parque y...me temo que esta mañana hubo lluvia por esa zona"  Dijo mientras se bajaba del vehículo, dirigiéndose a tu puerta para después abrirla "Lamento no habértelo dicho..." Una jodida risita salió de su boca.
"Maldita sea...será mejor que espere aquí...no quiero ensuciar mis zapatos"
"¡Pero!...Si te compro unos zapatos apropiados, ¿irás conmigo?...Hay una zapatería cerca.." Decía mientras revolvía su blanco cabello
"¿Tengo otra opción" Te reíste 
"¡No!" Te extendió la mano y la tomaste. Cerró la puerta del auto e inició a caminar sin soltar tu mano. La diferencia entre su estatura era notable, Gojo medía más de 190 cm, mientras que tu estatura no sobrepasaba los 170 cm. Aún recordabas cuando el se burlaba en la preparatoria de ti por tu baja estatura.
"¿Podrías caminar más lento? Llevo tacones y no son cómodos..." Le reclamaste algo molesta
Gojo se detuvo y te observó con una sonrisa en su rostro. "Dilo de nuevo, querida" Lo miraste confundida "¿Ah?...¿qué digo de nuevo?..."Di que quieres que yo camine más lento" Te sorprendiste nuevamente por su petición. No era usual que él se comportara de esta manera contigo. "Llegaremos tarde, Go-" 
"Dilo de nuevo" El tono de su voz cambió a uno mas dominante, así que finalmente suspiraste y accediste. "Quiero que camines más lento...¿puedes?" La sonrisa al rostro de Satorou regresó y como lo pediste, él caminaba más despacio. 
Llegaron a la zapatería, en donde Satorou te compró unas sandalias, te las cambiaste por los tacones y finalmente, se dirigieron al parque. 
Estaban entrando cuando, varias personas los señalaban y miraban, ciertamente, era incómodo. Gojo notó tu incomodidad y pasó su brazo por tu hombro, por lo cual, te aferraste ato brazo. Lucían como una linda pareja de adolescentes que están enamorados. Aunque, no te aferraste a el por las chicas sino porque, podías sentir que alguien te miraba fijamente.
"¿Sucede algo, cariño?" Gojo volteaba a su alrededor mientras su agarre, se notaba más. Negaste con la cabeza, no querías que el se metiera en problemas ni querías tardar más tiempo, así que, decidiste ignorar lo que sentías. 
"Estás segura?" Gojo bajó un poco sus lentes para verte fijamente a los ojos. Te sentiste nerviosa en el momento en el que lo hizo, así que, solo asentiste con la cabeza. 
"Bien" Acomodó los lentes en su lugar y acomodó su cabello "En ese caso...espera aquí, iré a conseguir malteadas" 
"Por supuesto" Le sonreíste y él se inclinó para darte un beso en la mejilla. "¡Vuelvo en seguida, amor! te sonrojaste levemente por su apodo y por el beso. Te perdiste ligeramente en tus pensamientos que no te diste cuenta cuando un hombre te habló.
"¿__?" Te miraba con una sonrisa, no podías creer quien era.
"Suguru..." Este día no podía ser más raro. Creíste que Suguru estaba muerto pero al parecer, no era así.
"Cielos...cuánto tiempo, ¿eh?...Te vi con Gojo y...¿están saliendo?" Te veía fijamente a los ojos. Querías irte, pero sentiste que no podías mover tu cuerpo
"N-no...solo somos compañeros de trabajo" sonreíste incómodamente
"¿De verdad?...En ese caso...¿por qué no vamos a beber algo?"
"¡Claro!" Te sentiste forzada a aceptar y no solo eso, también te sentías en peligro estando cerca de él. Te ofreció su brazo y lo tomaste. Iniciaron a caminar mientras mirabas al piso. No te diste cuenta cuando estaban afuera de lo que parecía ser una habitación de algún hotel. Pensabas en la relación que tú y él tenían en la preparatoria.
Suguru abrió la puerta y entraste, en seguida, entró él. Cerró la puerta y posteriormente, se sentaron en el sofá. 
"Recuerdas que...¿tú y yo estábamos saliendo en la preparatoria?" Por supuesto que lo recordabas. No sabías si te sentías asqueada o triste por las veces en las que te forzó a tener sexo con el o la vez en la que fuiste a cuidarlo después de su pelea con Toji..."
"Sí...lo recuerdo" Iniciaste a sentirte mareada por el ambiente de la habitación, anhelabas que Gojo supiera donde estabas y sacarte pero, ni siquiera tu, sabías el lugar en donde estabas"
Geto se acercó a ti y comenzó a acariciar tu rostro. Su piel era áspera y la forma en como te miraba, te generaba escalofríos. "Me alegra que...ahora podremos estar juntos"
Finalmente, reaccionaste y lo miraste. "¿Qué?...No...no quiero estar contigo" Intentaste alejarte de él pero fue inútil. Te tomó del brazo y te jaló hacia el, haciéndote caer en su regazo. Te jaló el cabello y colocó una mano en tu cuello, apretándolo fuertemente.
"¿Qué es lo que no quieres?...Ni siquiera te atrevas a pensar esa mierda" Te abofeteó la mejilla lo suficientemente fuerte para que tu piel se irritara. Soltaste unas lágrimas y mientras se reía levemente, las limpiaba. "Tu piel es tan sensible...y por lo que recuerdo, las marcas en tu piel...no se van fácilmente. Me pregunto si aún están las marcas que te hice..." 
Abriste los ojos al escuchar sus palabras. Esas marcas te las hizo con una cuchilla maldita. Una en el cuello, entre los senos y en el vientre. 
Arrancó tu blusa y tu falda, quedando solamente en ropa interior. "Se una buena chica para mi...no creo que quieras tener más marcas" Acarició tu cuello en donde estaba una de las heridas. Aún dolía bastante. Te quejaste por el dolor mientras el te hacía otra un poco más abajo. Gritaste, ya que el corte que había hecho, fue algo profundo. El besó tu boca mientras acariciaba uno de tus pechos, mientras que con la otra mano, hacía círculos en tu clítoris. Tus gemidos amortiguados, se volvían más fuertes por la estimulación que ahora había pasado a tu herida. 
"Puedo sentir lo mojada que estás...Te gusta que el dolor, ¿no es así? Pequeña perra masoquista." Geto introdujo dos de sus dedos en la entrada de tu vagina mientras te quejabas e intentabas escapar. Poco a poco, su movimiento fue más rápido sostenía tus manos mientras golpeaba en tu punto G. A este punto, no sabías si querías más de él. El comenzó a desvestirse. 
Cuando retiró su ropa interior, pudiste ver lo erecto que estaba su miembro. Maldita sea, siempre fue tan grande y grueso que jamás pudo encajar dentro de ti. Incluso si utilizaban lubricante, era tan dolorosa que nunca estuvo completamente dentro de ti. 
Comenzó a acariciar tu clítoris con su pulgar mientras preparaba su miembro con tus fluidos. 
"Suguru..." Lo viste aterrorizada. Volteó a mirarte de una manera fría y in un poco de empat��a. "Ni siquiera voy a preguntar si estás lista...estás literalmente chorreando...eres un desastre y apenas estoy iniciando" 
Metió de un golpe poco menos de la mitad de su miembro, a lo que gritaste bastante por el dolor. Comenzó a moverse de una manera algo violenta. 
"¡Suguru...! ¡Duele...duele mucho!" Tus gritos y tus quejas, no significaban algo para él. La verdad era que, no le importaba si te dolía o sí no sentías placer. Solo le importaba su propia satisfacción. Tomó tus caderas para un mejor agarre y de esta forma, llegar más profundo. Nuevamente, volvió a empujar violentamente, haciendo que, su miembro entrara completamente en ti. Podías ver la protuberancia de su pene. Era tan jodidamente doloroso. Entraba y salía de ti rápida y violentamente. Nuevamente, iniciaste a llorar mientras le suplicabas que fuera más despacio. Le gustaba verte en esta situación. Verte llorar y/o sufrir por algo que te duele, el algo que le generaba un placer inimaginable. Te tomó del cuello y volvió a abofetear tu rostro. 
"Me pregunto si Gojo vendrá a rescatarte...creo que sería genial que te encontrase de esta manera..." Se acercó a tu oido para susurrarte "Después de todo, el siempre quiso que fueras su chica...quizá el estaría tan celoso"  Debido a su posición, golpeaba nuevamente en tu punto G. 
Te acostumbraste al dolor y a que había bajado la intensidad hasta que volvió a ser rápido. Extrañamente, más rápido que antes. Gritabas de dolor y placer. Ya te había hecho varios cortes en la piel. El sabía que te dolía bastante, por eso te golpeó en cada una de las heridas que te hizo
Tomó tu barbilla y te ordenó verlo a los ojos "Me correré dentro de ti...tendremos una familia y serás solo mía" Pudiste ver la locura y lujuria en sus ojos. Tenías tanto miedo. Te perdiste en tus pensamientos cuando pudiste sentir que el se había corrido dentro de ti. Lo viste aterrorizada. Metió sus dedos asegurándose que ni una gota de su semen se desperdiciara. 
Te tomó del cabello y te tiró la piso, haciendo que te colocaras de rodillas. "Abre la boca"
Obedeciste. No te importaba que más te hiciera. Solo querías que esto terminara. 
"Sí muerdes, te mataré de a forma más violenta que puedas imaginar" tragaste saliva y comenzaste a lamer su miembro. Suguru empujó tu cabeza en su miembro para llevarlo profundo. Tenías lágrimas corriendo por tus mejillas. 

"Ah mierda...había olvidado lo bien que se sentía esto..." 
Intentaste alejarte pero cada movimiento, hacía que Suguru empujara aún más su miembro.
La cerradura de la puerta estaba siendo forzada...lo que te hacía sentir más asustada pero te hacía sentir algo aliviada. Después de unos segundos, la puerta se abrió. Era Gojo. 
"¿Ah?...G-gojo... tu chica lo hace tan bien..." Comenzó a burlarse y te alejó de su miembro avenándote al piso. Ya no tenías mucha energía. Así que solo te quedaste ahí. Podías sentir la tensión en la habitación. Sabías que esto no terminaría para nada bien. Gojo se quitó los lentes y los aventó a una mesita. Se colocó adelante de ti y te cubrió con su chaqueta.
"Ritual maldito inverso: Rojo"
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Canciones que me "inspiraron"
Rodeo - Lil Nas X ft. Nas
IN MY MOUTH - Black Dresses
Gentrifry - Da Vosk Docta
Rocket Queen, It's so easy - Guns N' Roses
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edehidalgo · 2 years
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El Primero de una serie de eventos enredados…
(Me siento en la obligación de aclarar que esta primera parte la escribí en son de “carta”, una que quizá nunca enviaría pero los eventos que continuaron despues de escribirla deberían ser contados.)
De cuando acepté que no querías pasear más conmigo.
Fue uno de esos días después del eclipse, nublado a mitad de la tarde y mi mente se desesperaba. Decidí que debería salir por mi cuenta, sin estarme atormentando de por qué alguien no quiere pasar más conmigo.
A mitad del camino pensé que ya era muy tarde, que debería regresarme, me detuve, respiré, entonces noté que mi mente quería seguir en los recuerdos… mis pies me recordaron lo relajante de andar en sandalias.
Llegando a la bifurcación se hizo más real que no sabía hacia donde ir… De repente unas voces, gente entre risas, charlas, uno que otro sonido de campanitas, panderetas y uno que otro golpe de un tamborcito. Alrededor de unas doce personas venían bajando y tomaron el camino que lleva …perdón que no te he dicho que lo que sí sabía era en donde estaba: el lago.
Entonces estas personas iban del lado donde es “público” digamos, igual los lugares del camino de la derecha ya casi iban a cerrar por la hora.
Pensé que tal vez había un festival hippie porque casi así iban, llevaban unos palos largos de colores y arriba de ellos les habían pegado tiras de papel de colores, y se veía bien chivo cuando el viento los movía… bueno, pasaron algo cerca de mi pero no me hablaron, creo que ni me vieron.
Como decidí seguirlos pero les dí un poco de tiempo de ventaja, asumiendo que al salir del camino iba a ser fácil encontrarlos pues la zona es bastante abierta.
Me adentré en ese camino que ya sabes que es todo raro, sin aplanar, piedras sueltas y más…
Me encontré a unos niños que me recordaban a unos compañeros que me molestaban en la escuela, estos niños me dijeron que si iba con los otros y les dije que sí y seguí caminando, los niños empezaron a cantar y a saltar, movían sus brazos, hacían círculos (Sabes que se me olvidaron las canciones, es de lo poco que no recuerdo.) No les di importancia, seguí caminando y cuando salímos de ese camino que los árboles le hacen un tipo tunel, sentí solo el golpe y cerré los ojos, no sé lo que me dejó más pendejo si el golpe o el olor a mierda de vaca. Un niño dijo “¿Por qué no bailaste con nosotros?”, “Dijiste que venías con ellos!!” dijo la voz de una niña.
Tenía mierda de vaca atorada en la garganta, escupí y traté de quitarme lo que pudiera de los ojos para ver si estaba cerca del lago para lavarme, noté que tenía trabado algo en la garganta y no lo podía sacar, por más que hacía arcadas. Mientras me lavaba tratando de sacar lo que tuviera atorado se fue para adentro.
Empezó a hacer viento, lo que sentirlo me despertó, miré hacia arriba y la noche estaba tomando su reinado. Miré a mi alrededor tratando de buscar pistas de lo que había pasado, yo estaba mojado, el olor a mierda era un leve recuerdo. Ningún niño avistado. Una señora cerca de la orilla cocinando en un chalet de láminas mohosas.
Me fui acercando a ella y lo único que mi mente pudo pensar fue preguntarle si tenía ajos que me regalara.
Me hizo un ademan con la mano izquierda con la que sostenía un cuchillo grueso, señalandome una banca vieja de madera, “sentate bicho”, me dijo, “se ve que te cgaron” se tiró la carcajada… que pareció recorrer todo el lago, ida y vuelta, ¡vieras!
Después me dijo que la disculpara que ella vió lo que pasó y que no tuviera nada de qué avergonzarme de un evento externo, yo no le entendí mucho, y le pregunté “¿En qué sentido?”. Agarró un pescado algo grande y gordito y lo partió de cuello a cola por la panza, se puso a limpiarlo. Había hecho con un barril de lata viejo una ornilla, tenía una cacerola mediana con aceite a la mitad. Yo me había quedado observando el aceite hirviendo, de repente echó el pescado que me sonreía de garganta a cola con unos tremendos dientes de ajo. Recordé los ajos, y le volví a preguntar, ella contestó: Vas a comer porque aquí no es bueno andar sin haber comido.
Me arrecosté en la lámina y me quedé viendo cómo esa sonrisa malvada se freía. “Yo estuve aquí” dijo ella, “desde el principio.” “¿En qué sentido?” le dije.
Recordé porqué estaba allí, o más bien, lo que me llevó allí. Te recordé primero porque me invadió una melancolía, ¡Qué maldita imposibilidad de poder compartirlo todo!
Llegué a sentir que no estaba allí, que estaba en mi casa acurrucado, sentí frio.
Lo siguiente que mi mente recuerda es ver a la señora sosteniendo el pescado frito por la cola, acercandose a mi. “COME”, dijo, y me agarró la mandíbula y me la estiró; sentí que se hacía toda aguada, como de hule y cuando el pescado se acercó lo suficiente a mi boca se convirtió en un par de labios rojos con dientes de ajo y me besó el labio superior.
El pescado cayó en mi boca entero, no sé como pasó pero sí sé que comí porque al día siguiente se me sentía olor a ajo.
Se escucharon risas, cantos, instrumentos y recordé a los “hippies”. Quise salir corriendo porque era muy raro lo que acababa de pasar pero me levanté, le dije que gracias por la comida haciendome el que nada fuera de lo normal había pasado.
Salí del chalet, mientras me alejaba de el sentí que se ponía más fresco el ambiente.
En dirección a la playa helenica que le mientan es donde se escuchaba el rudio, empecé a sentir más frío y se me iba haciendo más difícil levantar los pies del suelo, como si me jalaran las sandalias desde abajo. Miré y mi pie derecho se hundió a la altura del agarre de la sandalia… me había metido en lodo, y estaba atascado.
Pasé allí un buen rato porque en serio no podía mover los pies, grité por ayuda pero nadie me escuchaba, ya nada se escuchaba; voltié hacia atrás y en el chalet solo se veía una tenue luz, miré a mi alrededor y todo se veía como brilloso, oscuro pero brillaba, levanté la mirada hacia el cielo y sentí un jalón desde arriba y que todo se abría ante mis ojos, que podría penetrar la membrana de la realidad, ver fractales, los que contienen los universos, veía estrellas y galaxias y sentí que no podía quedarme allí “porque esto es lo que soy fuera de mi contenido.” Tenía un sentimiento de: hay un cuerpo allí donde lo dejaste, atascado. Un cuerpo del que por primera vez en mi vida me sentí responsable.
Bajé la cabeza, me agaché y logré desabrochar mis zandalias; saqué el pie izquierdo y luego el derecho. Ya no me hundí, a lo mejor era un charco y no era tan extenso.
Caminé hacie el frente, en dirección al cerco, donde los árboles crecen al costado de el.
¡Vamos! Dijo una voz. Mientras más me acercaba se escuchaban carcajadas, murmullos, como si se la estuviesen pasando bien.
Llegué al cerco, me agaché para pasar por en medio de los alambres de púas, cuando levanté la cabeza todo brillaba, era de noche pero todo tenía un brillo peculiar y todo se veía claro.
Pasaba como un río, o no sé si era el lago pero el agua corría de mi derecha hacia mi izquierda, habían enormes piedras rodeadas por el río y 7 personas estaban sentadas en ellas, charlaban, reían, lloraban, tomaban algo en unas copas ostentosas y a mi derecha había 5 personas que bailaban, tocaban instrumentos, cantaban, tenían hermosos cabellos largos que habían adormado con flores, lazos, cuencas, plumas.
Yo estaba perplejo.
Me senté, me quedé viendo a las personas, sentía cierta sensación de contemplación; sentías que las conocía, pero no las recordaba. No sentí el tiempo mientras estuve observandolas, sus gestos, las cosas que se habían puesto en el cabello. Debo admitirte que no alcancé a distinguir todo en ese momento.
Sentí que reaccioné cuando ellos se bajaban de las piedras, a medida que bajaban todo se iba oscureciendo, se veía una gran oscuridad bajando desde los cielos hacia las piedras. Me asusté, me levanté y los seguí. Se fueron en dirección de la corriente del río, lo que fue tan extraño porque tendría que haber llegado a la entrada, ya sabes donde está el portón y las casas. Terminé en dirección contraria. Los perdí en la arboleda, entré varias veces buscandolos, pero estaba muy oscuro, la última vez que entré me tropecé con un saquito, como el tamaño de mi mano extendida, lo recogí porque sonó con piedras adentro.
Llegué a la punta donde fui a salir cuando los seguí de primero, allí donde es como medio acantilado y hay unas formaciones rocosas bien interesantes. Me senté contemplando la negrura que no era espesa, se veían los reflejos en el agua, a lo lejos unas luces quizá de hogares.
Todo lo que había pasado revoloteaba en mi mente, seleccionando cada recuerdo tratando de encontrarle sentido.
Abrí el saco y metí la mano, se sentían pedazos de piedra, como si alguien las hubiera andado buscado y guardado para tirarlas con presición al agua y hacer que salten unas tres o cuatro veces.
“…tres, cuatro, cinco, seis. Jueeeee, qué genial!!!”
Expresé emocionado, maravillado. Y es que a pesar de la poca luz resplandecían, hasta dejaban una línea luminosa por donde pasaban, o eran mis ojos.
Seguí tirandolas y emocionandome, ni siquiera consciente de cuantas había tirado: saltaba, aplaudía, daba un grito de regocijo: ¡wuuuujuu!. La luz del sol asomó cuando tenía la última en la mano. Era una pepita de oro.
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