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#Casa Dorada
elchaqueno · 18 days
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Invitación a la Noche de Museos en la Casa Dorada de Tarija
Mike Figueroa, director de la Casa de la Cultura, ha invitado a la población de Tarija a participar en la Noche de Museos en la Casa Dorada el 18 de mayo. Este evento se realiza en conjunto con la Universidad Juan Misael Saracho y la Alcaldía. En esta ocasión, se presentará un trabajo de investigación sobre el aporte de Moisés Navajas y Esperanza Morales a Tarija. También habrá una exposición…
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mypepemateosus · 11 months
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dreamfyre01 · 8 months
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Historia de Jon Connington - CDHYF
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estefanyailen · 1 month
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knottedskein · 7 months
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El Paso.
My parents lovingly doted on me in Spanish. I unknowingly babbled nonsense aligned to no particular world. My boundless coos came from the safety of my nest. Maybe it was too soon to tell which way I would sway. I was just a baby. Una bebesita. Were my cries in English? ¿Soñaba en español? Did I want to play with a ball or ¿jugar con una pelota? Was my favorite color rosa mexicano or did I ask to surround myself with Barbie pink? Did I go by Débbie or Debbie? Did mami and papi anticipate that I would lose my way? And did they know I would find my own path?
Miami.
Here la historia begins. My thoughts became tangible and solidified. My sentences brincando between dos mundos. I want leche. I want a muñeca. ¡Quiero candy! Dos padres very confundidos by my melange of Spanglish. They tried to make sentido of my words. There was no order to a lenguaje unconstrained by reglas. Mama y papa tried to teach me how to contar. So I counted to mis papas: one, dos, three, four, cinco, seis, seven.....
San Antonio.
¡En esta casa hablamos español! I learned to navigate the awkward Spanish words with the twist of my rigid tongue. Mi pobre boca felt thick with palabras and ideas that had no release. My fragmented Spanish no longer glittered the floor in broken shards. Instead, it was precariously pieced together—held tightly with anglicized thoughts. I tried to make the palabras come out, but it only chipped away at something that was already broken. My parents would come to lament the choice I had made. In this house, I spoke English.
Puebla.
Mi vocabulario se alimento con cultura. Estuve intoxicada con los colores y sonidos. Mis palabras se volvieron miel. Sacarina. Dorada y viscosa. Vivía en un paraíso mexicano mientras conservé mi inglés con solo mis pensamientos. La miel atrapó mis pensamientos como ámbar y preservó mi ingenuidad. Mi inglés se mantuvo inmaculado con mi juventud. Mientras, mi español pudo madurar y explorar este nuevo terreno. Pero este néctar empalagoso no logró saciar las gargantas de los demás. Les ofrecí miel, cuando nada más quisieron la pureza del agua. I wanted nothing more than to offer the very nectar that had sanded the callouses off my tongue. Yet, their fangs drained the sweetness from my fragile veins. Their forked tongues stabbed sibilant snarls into my sensitive ears. Their talons tore at my paper-thin skin while I stretched my arms out in surrender. I begged for mercy, but I was met with their vitriol. Their venom spat across my face and the acid was left to blister my delicate flesh. My Spanish offended them. So, they left me branded with gleaming rosa scars. La gringa.
Farmington.
Chillicothe.
Selma.
I clenched my hands around mis palabras like the flawless diamantes I chiseled from mi tierra sagrada. No puedo dejar que escuchen mi español. They wouldn’t hear my Spanish. Pero los diamantes dug their resentment into my flesh with their sharp points. I held a precious hidden treasure in my palms that I feared would be ripped from my clutches by overzealous thieves. I wanted nothing more than to wash off the sangre that dripped from my pierced fingers. I wanted to thrash and scream— ¡Mira! ¡Mira como brillan! ¡Mira que preciosos y radiantes son! But when I finally spread my fingers out wide for the world to see, they only saw the blackest coal glistening with the redness of my fear. They snatched black diamonds and set my mundo ablaze. From the glowing embers, they branded my skin anew. The wetback.
San Antonio. Again.
Again. There were others like me, but were they like me? Were the manuals to their lives written in English or ¿escrito en español? Do they prefer flour tortillas or ¿prefieren tortillas de maiz? Did they have to climb up to the stage and prove to the world, that like, ¡No, en serio! ¡Te lo juro! Soy Mexicana! ¿O les arrancaban el micrófono de las manos a pesar de gritar, “No, I swear! I’m American!”? I was no longer alone. We were alone together. Our existence and identities became a performance; a dance for no one that particularly cared. "Watch the amazing acrobatics! See how we jump between two worlds!" Uno que nos rechazó por haber nacido en el mundo equivocado and one that unwelcomed us for being born with a different language caged behind our teeth. They tried to mark us out in the open, but our skins held no more room for new scars. Instead, they abandon like the waste they deemed us. We were left ignored and unworthy of recognition. We became expendable. Unseemly. Incongruous. Nothing. Nada.
Here and now.
My skin is no longer tattooed with scars with which I was branded. It has thickened and matured. It’s the leather of an ancient tome that was bestowed secret knowledge of two powerful realms. It’s the bark of a wizened gnarled oak that straddles the old and new worlds. I am steady in my journey and I am sure of my path. Tengo mi voz y mis susurros will tear down brick walls erected by the deplorable. Tengo mi voz y mis gritos will demand for all dreamers to have their dreams realized. Tengo mi voz y anunciaré al mundo que I know who I am and am not. I am too white. I am not dark enough. I am not white enough. Soy descolorida. I am nothing. Soy nada. I am a wetback. Soy una gringa. I am something. Soy todo. I am the longing for Spanish to kiss me with their honeyed lips. Soy la boca que fue moldeada con la fuerza y dureza de inglés. I am Latinx y soy latine. I am mexicana. Soy American. I am both. Soy dos almas encerradas en un cuerpo. I am the amalgamation of the ancient and modern. Soy las tradiciones pasadas por mis papás and I am the resister of their outdated ways. Soy Mexican-American. I am mexicana-americana. I’m me. Soy yo. Me.
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joseandrestabarnia · 1 month
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Vasnetsov Apollinario (1856-1933) NUBES Y CÚPULAS DORADAS. MONASTERIO SIMONOV 1920 Tamaño - 79 x 62 Material: Lienzo Técnica - óleo Número de inventario - MKV Zh-121 Dar V.A. Vasnetsova. 1986
En los últimos años de su vida, Apollinary Vasnetsov pareció regresar nuevamente a los orígenes de su obra, los temas de la década de 1880: la pintoresca admiración por Moscú. El destacado talento del paisajista ayudó al ya no joven maestro a crear un ciclo de obras bellamente coloreadas de la década de 1920. En una carta de 1925 a su amigo N. Khokhryakov, Vasnetsov señaló: “¡Los bocetos te hacen parecer más joven!... ¡Especialmente cuando estás en la naturaleza y cuando la naturaleza es hermosa!” Los motivos paisajísticos, como antes, son sencillamente sencillos y líricos. El artista encontró temas para sus obras poéticas y alegres en los parques de la ciudad, entre casas antiguas, fincas y antiguos monasterios escondidos en el verdor. Muchos de ellos se perderían a principios de la década de 1930.
El tema de los monasterios rusos fue del agrado de muchos de los contemporáneos de Apollinary Vasnetsov. La belleza de su austera arquitectura fue admirada por Alexei Savrasov en el cuadro "Convento Novodevichy" de 1890, Nicholas Roerich en los bocetos de Suzdal de 1903 y muchos otros. En un esfuerzo por capturar el encanto de un Moscú que se desvanece, Vasnetsov eligió soluciones compositivas inusuales y hermosas vistas. El pequeño lienzo “Nubes y cúpulas doradas” destaca con especial optimismo y colores sonoros. Monasterio Simónov.
Al comienzo de su historia, la antigua fortaleza era la fortificación de guardia más formidable en el camino a la capital, como lo demuestran las poderosas torres de piedra en la orilla alta del río Moscú. El monasterio fue fundado en el siglo XIV, durante mucho tiempo, fue uno de los más grandes y ricos, en los siglos XVI-XVII formó parte del cinturón de fortificaciones que protegía los accesos del sur a la ciudad. El monasterio fue devastado y abolido más de una vez. En 1771, por orden de Catalina II, se convirtió en una sala de aislamiento para los infectados por la peste y en 1795 fue restaurada nuevamente. Después de la Revolución de Octubre, los objetos de valor del monasterio fueron trasladados a la Cámara de la Armería y en 1923 se cerró el monasterio. Siete años después, un monumento arquitectónico único fue volado, la Catedral de la Asunción, el campanario y mucho más desaparecieron para siempre. Milagrosamente, sólo sobrevivieron el muro sur, varias torres, un refectorio y una dependencia de cinco pisos.
Como anticipando la inminente destrucción del monumento arquitectónico, el artista capturó el templo perdido con un alto campanario y la cámara del refectorio: todo está lleno del triunfo de la vida y los colores. Las sombras juegan pintorescamente en los muros de piedra, el oro de las cúpulas refleja el azul del cielo y el verde sonoro de los árboles. Es interesante la estructura compositiva del boceto. El eje central del espacio de la pintura era el alto campanario; debajo de él, al lado, estaba el monolito de la catedral de cinco cúpulas. Un detalle inusual fue el refectorio, cerca del espectador, ligeramente cubierto de sombras.
Las obras de los últimos años de la vida de Apollinary Vasnetsov fueron transferidas a la colección de la Galería Tretyakov por su hijo Vsevolod. Una serie de pinturas de cámara de los años 20 demuestran, de manera especialmente convincente, el talento del artista como excelente colorista y maestro del paisaje arquitectónico.
Información e imagen de la web de la Galería Tretyakov.
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momtower · 3 days
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warning: contenido sexual explícito
Ya es la tercera noche en el desierto y cada vez que lo pensás, te brotan las lágrimas de desespero ¿Y qué si los mensajes de rescate no llegaron a tiempo? ¿Y qué si tu esposo Aemond desesperó y salió a buscarte pero su coche también falló?
"¿Si temió porque nunca llegamos y está muerto ya?" Tu llanto se agrava mientras te tomas el rostro dañado por la sequía de la arena y el verano, aún así es de noche y estás frente a una fogata porque el clima cambia rotundamente de noche.
"No seas tan trágica, Aemond sabrá que adentrarse en el desierto es peligroso" Aegon te envuelve en una manta de cuero que lo viste, a tu vista su gran espalda percudida por la arena y rasgada que simula no tener frío para abrigarte a ti.
"¿No ser trágica? Es fácil para ti que tu esposa Helaena te esperará en casa como Penélope a Ulises, tejiendo y destejiendo. Mi esposo es capaz de venir a buscarme a pie" exclamas indignada ya harta de que minimice la situación. No se hablaron en todo el día porque él pareciera disfrutar estar lejos de la familia, de su tonta esposa, de su exigente madre y sobre todo de su arrogante hermano que es tu marido. Disfruta estar a solas con vos incluso si el asunto es de vida o muerte.
"Pues sería muy tonto de su parte venirte a buscar a pie" sonríe burlón y celoso mientras sus labios se tornan morados, al fin y al cabo es el único que habla tu idioma porque una comunidad de nativos los está acogiendo en su tribu. Molesta pero conmovida lo cubres con tu manta y sus cuerpos prontamente comienzan a recibir el calor.
"Acuéstate" murmura y sin previo aviso te abraza fuerte para no morirse de frío. Algo en ti late tanto que no te deja dormir. De repente logras dormirte pero al despertar, al abrir los ojos te encuentras con sus pectorales remarcados y sucios por el desierto. Observas su barba justo cuando sale el sol y casi tanto como a este astro un día de invierno. La barba está crecida, como tu esposo jamás la dejó crecer, Aegon tampoco se dejaba crecer la barba quizá por eso te sorprendió tanto aquellos días esos vellos dorados. El despierta y sonríe al verte observando su boca y con la excusa del viento te acomoda el cabello que te cubre el rostro porque también quiere mirarte. Con la excusa de brindar calor junta su pecho plano con el tuyo y sus narices chocan, ambos buscan dormir ya que tu eres la esposa de su hermano. Pero no lo logran.
La única vez que habían olvidado que Aemond era tu esposo, habían emprendido por diversión un viaje al desierto y todo salió muy mal. Entonces pareciera que ya no buscan olvidarlo. Él no se puede dormir, tus pechos junto a su pecho, tus muslos junto a sus piernas, la hebilla de su cinturon rozando tu vientre no le permiten pensar en dormirse. Y ahí piensas que se va a olvidar que su hermano es tu esposo, que se olvidará como aquella vez que se emborracharon y se besaron con pasión desubicada. Pero totalmente ubicado, y a tu pesar porque lo quieres junto a tu cuerpo desubicado, se levanta.
Detrás de él camina unos metros hasta donde está el coche y te comunica que ya lo arregló y podrán volver a casa. Pero ninguno de los dos quiere marcharse allá donde las obligaciones de la familia esperan, sus hijos y su esposa, tu marido y su exigente vida.
Aegon y tú suben al coche, hacen unos cuantos metros y antes de que se termine el desierto, se miran fijamente recordando todo lo malo pero también todas las noches que durmieron juntos por el frío, también el motivo que los condujo hasta allí. Se bajan del coche y se sientan en el capot, ninguno dice nada. Él se ha ocupado demasiado de aprender a ser un hombre respetuoso, Aemond muchas veces lo enfrentó porque te miraba descaradamente.
Te le acercas, sus piernas lo piden pues se abren dándote paso y prontamente con la libertad que el desierto te dio, le besas los labios no sin antes observar y acariciar su barba dorada.
"Debemos irnos, nena. Estabas tan apresurada para volver" murmura entre tus labios buscando sostenerse y que todo quede en un beso como siempre, que no pasen los límites.
"¿De verdad quieres irte?" sonríes abriendo tu boca lentamente, disfrutando de la textura de su barba en tus labios y esperando que te bese. Te aprieta la cintura y te acerca a él, prontamente sentís tu vientre rozar su entrepierna. Su lengua se entromete lenta en tu boca mientras busca estratégicamente que su bulto acaricie con violencia el interior de tus piernas.
"Quisiera quedarme para siempre aquí, ser un salvaje contigo y no hablar" vuelve a murmurar gravemente con su pulgar acariciando tu labio.
"¿Entonces cómo sabremos qué necesita el uno del otro? ¿Cómo sobreviviremos?" le preguntas mientras desabrochas su camisa encontrándote con su pecho tan dorado y crecido en sus vellos como su barba divina. Él te besa el escote rasgándote la piel con el filo de sus bigotes mientras te acaricia la cintura bajando lentamente tus pantalones. Sus labios filosos se entrometen faltando el respeto de tu sostén y llegando a uno de tus pezones, mientras que suspiras. Cada vez más fuerte se vuelve el placer y el verano allí en final del desierto, cada vez más fuerte te embiste contra su bulto ya rígido y un gemido se te escapa. Él que mueve su lengua y sus dientes contra tu pezon decide hablar mientras se deleita con la humedad de entre tus piernas que se delata al traspasar el pantalón.
"No hacen falta las palabras cuando verdaderamente necesitamos" te dice y a la arena cae tu ropa interior. Te deshaces de sus pantalones y apenas ves su ropa interior que también cae, ya que te sube encima suyo para que, así como en sus sueños más prohibidos, empieces a dar horcajadas que rápidamente enlazan sus humedades más íntimas. El capot promete y jura abollarse ante la fuerza de gravedad que desafías hundiéndolo en tu flor inmediata mientras le rasgas la nuca con tus uñas y él acaricia desafiante tu clítoris. El placer se denota en sus respiraciones y pronto como si transitaras un orgasmo permanente, tu cuerpo parece gastarse de energías. Aegon es mucho más grande entre tus piernas que tu esposo y deseas que vaya aun más profundo, entonces él te toma de la cintura y comienza a estrellarte una y otra vez disfrutando que tus gritos al unísono de sus fluidos hacen eco en toda la llanura desértica.
Esperaron tantos años que pareciera un sueño hecho realidad, de manera rabiosa y mugrienta seguís gimiendo vocablos vacíos de culpa y repletos de lujuria, como nunca antes. Y él comienza a acompañarte para estallar en ti con suprema potencia, dejando un blanco en tus ojos. Junta tus pupilas y las suyas.
"Sobreviví tanto tiempo a esta necesidad de ti que no hay desierto que me mate"
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kamas-corner · 9 days
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"¿Para qué sirven los versos si no es para el rocío?"
Si pudiera llorar de miedo en una casa sola, si pudiera sacarme los ojos y comérmelos, lo haría por tu voz de naranjo enlutado y por tu poesía que sale dando gritos.
Porque por ti pintan de azul los hospitales y crecen las escuelas y los barrios marítimos, y se pueblan de plumas los ángeles heridos, y se cubren de escamas los pescados nupciales, y van volando al cielo los erizos: por ti las sastrerías con sus negras membranas se llenan de cucharas y de sangre y tragan cintas rotas, y se matan a besos, y se visten de blanco.
Cuando vuelas vestido de durazno, cuando ríes con risa de arroz huracanado, cuando para cantar sacudes las arterias y los dientes, la garganta y los dedos, me moriría por lo dulce que eres, me moriría por los lagos rojos en donde en medio del otoño vives con un corcel caído y un dios ensangrentado, me moriría por los cementerios que como cenicientos ríos pasan con agua y tumbas, de noche, entre campanas ahogadas: ríos espesos como dormitorios de soldados enfermos, que de súbito crecen hacia la muerte en ríos con números de mármol y coronas podridas, y aceites funerales: me moriría por verte de noche mirar pasar las cruces anegadas, de pie llorando, porque ante el río de la muerte lloras abandonadamente, heridamente, lloras llorando, con los ojos llenos de lágrimas, de lágrimas, de lágrimas.
Si pudiera de noche, perdidamente solo, acumular olvido y sombra y humo sobre ferrocarriles y vapores, con un embudo negro, mordiendo las cenizas, lo haría por el árbol en que creces, por los nidos de aguas doradas que reúnes, y por la enredadera que te cubre los huesos comunicándote el secreto de la noche.
Ciudades con olor a cebolla mojada esperan que tú pases cantando roncamente, y silenciosos barcos de esperma te persiguen, y golondrinas verdes hacen nido en tu pelo, y además caracoles y semanas, mástiles enrollados y cerezas definitivamente circulan cuando asoman tu pálida cabeza de quince ojos y tu boca de sangre sumergida.
Si pudiera llenar de hollín las alcaldías y, sollozando, derribar relojes, sería para ver cuándo a tu casa llega el verano con los labios rotos, llegan muchas personas de traje agonizante, llegan regiones de triste esplendor, llegan arados muertos y amapolas, llegan enterradores y jinetes, llegan planetas y mapas con sangre, llegan buzos cubiertos de ceniza, llegan enmascarados arrastrando doncellas atravesadas por grandes cuchillos, llegan raíces, venas, hospitales, manantiales, hormigas, llega la noche con la cama en donde muere entre las arañas un húsar solitario, llega una rosa de odio y alfileres, llega una embarcación amarillenta, llega un día de viento con un niño, llego yo con Oliverio, Norah Vicente Aleixandre, Delia, Maruca, Malva Marina, María Luisa y Larco, la Rubia, Rafael Ugarte, Cotapos, Rafael Alberti, Carlos, Bebé, Manolo Altolaguirre, Molinari, Rosales, Concha Méndez, y otros que se me olvidan.
Ven a que te corone, joven de la salud y de la mariposa, joven puro como un negro relámpago perpetuamente libre, y conversando entre nosotros, ahora, cuando no queda nadie entre las rocas, hablemos sencillamente como eres tú y soy yo: para qué sirven los versos si no es para el rocío?
Para qué sirven los versos si no es para esa noche en que un puñal amargo nos averigua, para ese día, para ese crepúsculo, para ese rincón roto donde el golpeado corazón del hombre se dispone a morir?
Sobre todo de noche, de noche hay muchas estrellas, todas dentro de un río como una cinta junto a las ventanas de las casas llenas de pobres gentes.
Alguien se les ha muerto, tal vez han perdido sus colocaciones en las oficinas, en los hospitales, en los ascensores, en las minas, sufren los seres tercamente heridos y hay propósito y llanto en todas partes: mientras las estrellas corren dentro de un río interminable hay mucho llanto en las ventanas, los umbrales están gastados por el llanto, las alcobas están mojadas por el llanto que llega en forma de ola a morder las alfombras.
Federico, tú ves el mundo, las calles, el vinagre, las despedidas en las estaciones cuando el humo levanta sus ruedas decisivas hacia donde no hay nada sino algunas separaciones, piedras, vías férreas.
Hay tantas gentes haciendo preguntas por todas partes. Hay el ciego sangriento, y el iracundo, y el desanimado, y el miserable, el árbol de las uñas, el bandolero con la envidia a cuestas.
Así es la vida, Federico, aquí tienes las cosas que te puede ofrecer mi amistad de melancólico varón varonil. Ya sabes por ti mismo muchas cosas. Y otras irás sabiendo lentamente.
-Oda a Federico García Lorca / Pablo Neruda
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ladycerise · 6 months
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1, 2, 3 de chismes para Viktor!!!
Si pudieras decirle 4 cosas bien claritas a algún personaje de Kkoth, ¿qué le dirías y a quien?
Viktor les diría a Aslan y a Mikhail: Deja. A. Mi. Valesky.
Si Aslan hubiera sabido mantenerse callado quizá Viktor no hubiera tenido el «odio a primera vista», pero Aslan (user) sabe que nuestros personajes o se odian o se aman. No hay punto intermedio. El caso es que a Viktor no le gustó que no haya dejado que Valeska se expresara y anunciara por su cuenta lo de su graduación (prefiere que mas mujeres hablen por su cuenta y con sus tiempos), sino que lo hizo por ella, porque sí, cuando ni sus abuelos lo habían hecho. Por otro lado, a Mikhail aún sin conocerlo sabemos que le va a caer mal por merodear a su hija. Insoporta también que haya otro rubio diva con bigote(?)
Y a Hydrogeno (el señor Ravenhill): Debes morir, mal Bicho.
No tengo nada más que explicar.
Que me caso... ¡Y me mato! Como el clásico juego de nuestras infancias, ¿con quién te casarías, a quien te chuscarías y a quién matarías del foro?
Se casa con: Si tuviera que elegir a otra pretendiente (porque se va a casar con Naheed), Viktor escogería sin duda a la reinaza de Vaermina. No solo porque es dragón, sino que le inspira el aire dominante que a Viktor le encanta en las mujeres (su mommy issues, porfis). Si pueden sentarse en su cara y matarlo así, mejor que mejor.
Se folla a: Mikhail. ¿Por qué no? Me encanta el enemies to lovers.
Mata a: Mikhail. Se sabe que su bigote no le inspira confianza y se sabe que los buenos dramas empiezan así, con ganas de matar.
El polígrafo NO MIENTE... Confiesa algo salseante que no sepamos de tus personajes: Yo nunca nunca...
No sé si es tan salseante pero Viktor al ser el menor de sus hermanos, se tuvo que esforzar para destacar en su familia y sabemos que todos los Kaashar tienen sus propios talentos como para pasar desapercibidos. Usó su vanidad como su mejor mecanismo de defensa, porque no es que haya sido tan consentido (que sí lo fué , pero Viktor también aprendió a consentirse) sino que en verdad buscó enorgullecer a sus padres. Siguió con disciplina los consejos de ambos (honrar a las mujeres, ser bueno con las armas, seguir el sendero de la Orden Dorada, etc). A raíz de eso, sentía que ha ido consiguiendo lo que quería, tanto como para llevar con orgullo el ser Espada de Sir Varion, algo que sus demás hermanos no habían hecho e incluso, ser el primero en darles una nieta porque sus otros hermanos no habían conseguido esto. Y claro, por eso ahora Valeska es la heredera directa de los Kaashar (aquí manda el Matriarcado, change my mind).
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cassandra-baker · 13 days
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It's not a phase (Hazbin Hotel GuitarPrincess one-shot +18)
Por fin había conseguido zafarse de sus guardaespaldas perpetuos. Serán pequeños, pero eran prácticamente implacables a la hora de vigilar sus movimientos. Protegerla era el único propósito por el que habían sido creados y seguir las órdenes de Lucifer era lo único a lo que dedicaban su vida.
Y esa actitud sobreprotectora era agotadora. Ya no era una niña y no soportaba lo protegida en exceso que la tenía su padre de forma constantemente agobiante. ¡Era la maldita princesa del infierno y debería poder hacer lo que quisiera! Todavía se acordaba de cómo su padre la regañó hace unos meses por teñirse el flequillo de negro a juego con su estridente maquillaje oscuro. Era una decisión que había tomado por probar algo nuevo, pero que decidió dejarlo cuando vio que había conseguido hacer rabiar a su padre.
Se sentía ahogada en su casa a pesar de pasar mucho tiempo sola. Sus obligaciones como princesa eran mínimas y sus padres estaban tan ocupados con sus propios deberes que casi nunca estaban juntos y menos pasaban tiempo con ella. Y las pocas veces que coincidía con alguno de sus progenitores, solo le recriminaban su actitud que ellos tildan de demasiado rebelde para ser una princesa. Menuda hipocresía viniendo de las personas que desafiaron al mismísimo Cielo.
¡Ni que ella hubiera decidido ser princesa! Dada la situación, prefería haber nacido como un demonio cualquiera. Así seguro que podía ir por ahí sin ninguna restricción y podía hacer lo que quisiera con quien quisiera y cuando quisiera.
Lo que Charlie tenía claro era que no iba a dejar que su posición le impidiera divertirse. Es por eso por lo que, como muchas otras veces, había conseguido despistar a Razzle y Dazzle para infiltrarse en la ciudad en busca de algún sitio en el que pasarlo bien.
Tampoco era la primera vez que lo hacía, pero siempre tenía que ser muy cuidadosa en los momentos en los que elegía su momentos de escape.
En aquella ocasión decidió pasar la noche en un bar que le gustaba mucho y en el que había bastante ambiente. Todo tipo de demonios abarrotaban el lugar en busca de diversión mientras el alcohol corría y la música rock retumbaba en sus oídos. A Charlie le gustaba mucho ese bar desde que empezó a aficionarse al rock hacía unos años cuando entró en la que sus padres llamaban una fase rebelde.
Normalmente la música del bar era pregrabada y los camareros aceptaban peticiones de los clientes, pero aquel día Charlie había tenido suerte. En ocasiones muy concretas algunos grupos de rock de la ciudad actuaban en aquel local y aquel fue uno de esos días.
La princesa se quedó fascinada viendo al hombre que tocaba en el centro del escenario. No le parecía nada un demonio: llevaban ropa de cuero con tachuelas y pinchos, la piel blanca que brillaba con el sudor y el pelo castaño cenizo totalmente despeinado y unos ojos dorados a juego con sus alas y su brillante guitarra. Si no estuviera en el infierno, Charlie juraría que lo que tenía delante era un ángel como integrante principal de un grupo de rock, pero era imposible. La princesa se rio de su propia idea y se centró en disfrutar del concierto.
Aunque el concierto era increíble, Charlie no podía apartar la vista del vocalista y notó que él también había empezado a fijar su dorada mirada en ella. Era todo un macarra que le encantaba gustar y sus ojos no pudieron evitar fijarse en aquella rubia con el flequillo negro que estaba disfrutando de su concierto como nadie. Le guiñó el ojo y ella le respondió con una sonrisa pícara. Se había creado una especie de conexión invisible y el resto del concierto transcurrió como si solo estuvieran ellos dos en el local. La atracción estaba empezando a surgir a pesar de la distancia entre ambos, a pesar de no haber intercambiado una sola palabra.
El concierto terminó y la banda se retiró a disfrutar de un merecido descanso. Cuando estaban celebrando otro concierto exitoso, escucharon a alguien llamando a la puerta. El batería abrió para ver a la rubia que había llamado la atención del vocalista.
—Ha sido un gran concierto —dijo ella con una amplia sonrisa.
—Gracias, muñeca. Veo que lo has disfrutado —respondió el vocalista esbozando una sonrisa socarrona.
Charlie entró en el camerino con seguridad y desafió al hombre con la mirada. Era increíble lo bien que se entendían dos desconocidos simplemente por las miradas.
—Chicos, salid a tomar algo, voy a hablar más personalmente con mi fan.
El resto de integrantes de la banda se marcharon lanzando vítores y silbidos. No era la primera vez que el vocalista aprovechaba el camerino para pasar un buen rato con una fan después del concierto.
—Nunca te había visto por aquí —comentó el hombre sentado en el sofá del camerino.
—Bueno, me tienen muy controlada en casa. Pero a veces me escapo.
—Me gustan las chicas traviesas.
El hombre sonrió, se levantó del sofá para acercarse a la chica.
—¿Ah, sí?
Ella le sonrió con picardía y se acercó a él. Puso las manos en el pecho del hombre y disminuyó la distancia que los separaba. El hombre podía ver las mejillas sonrojadas de la chica. Parecía que había estado bebiendo pero no era nadie para decirle nada. Él también se había pasado de copas y su mente no tenía ganas de pensar. Quería disfrutar de un buen rato con aquella rubia.
Y ella parecía pensar lo mismo cuando rodeó su cuello para lanzarse a sus labios. Él correspondió el beso con la misma voracidad que le estaba ofreciendo ella.
Aunque la chica era alta, para él se sentía muy pequeña en el momento en el que la rodeó con los brazos para profundizar aquel beso. Podía notar cómo la totalidad de su cuerpo la podía abrazar completamente. Con esa idea en mente y mientras sus lenguas empezaban una danza llena de necesidad para llevar el liderazgo en ese beso, él agarró el trasero de la chica para levantarla y acercarla todavía más a él. La princesa de forma instintiva rodeó las caderas del hombre con sus piernas para no caerse. Lo rodeaba llena de necesidad por la embriagadora violencia con la que se estaban besando. Él los llevó a los dos hasta un tocador que había en el camerino. La sentó en el mueble para seguir besándola con ferocidad.
El impacto de la chica contra el mueble había hecho caer todo lo que había encima, pero a ninguno les importó mientras sus lenguas se enfrascaban en una violenta pelea por conquistar la boca del otro.
Se vieron obligados a separarse por falta de aire y, por primera vez, se miraron a los ojos mientras intentaban controlar su respiración. Los de él brillaban con lujuria al igual que los de ellas que estaban enmarcados en un coqueto sonrojo.
Charlie se relamió los labios y empezó a desabrocharse el vestido. Ya no tenía suficiente con unos simples besos por muy apasionados que fueran. El hombre silbó sorprendido por la tenacidad de la chica. Así que, para igualar las condiciones, se quitó la chaqueta y la camiseta.
—Si quieres que me quite algo más te lo tienes que ganar preciosa —la retó el hombre.
Ella sonrió con picardía antes de volver a devorar los labios del hombre más que dispuesta a aceptar el desafío con el objetivo de conseguir la jugosa recompensa. Sin descuidar los labios de la chica, el hombre empezó a bajarle el vestido. Ella se levantó lo suficiente como para conseguir que la prenda tocara finalmente el suelo.
El hombre se relamió al ver aquel cuerpo esbelto completamente a su disposición. Iba a pasárselo muy bien esa noche. No tardó mucho en quitarle el sujetador mientras ella empezaba a tantear de forma juguetona la cremallera de sus pantalones.
Mientras él empezaba a pasar su lengua traviesa por los pezones de la chica, ella desabrochó finalmente la cremallera hasta liberar el miembro del hombre que reclamaba algo de atención.
Ambos estaban hambrientos del otro. No hacían falta las palabras, en la habitación solo se escuchaban los pesados suspiros de él y los contenidos gemidos de ella que intentaba hacerse la difícil ante los precisos toques de aquel hombre sobre su pecho.
Intentando que la situación se igualara, ella empezó a acariciar aquella polla que tantas ganas tenía de tener dentro.
El hombre gruñó de placer ante el tacto de las cálidas y delicadas manos de la chica envolviendo su miembro. Sonrió sin dejar de morder los pechos de la chica y, mientras ella disfrutaba de masajear su pene. El hombre se cansó de juguetear con los pechos de la chica, quería más de ella así que apartó las bragas de ella a un lado y empezó a masajear su intimidad con la misma intensidad con la que ella seguía acariciando su miembro. Sonrió satisfecho, no tendría que hacer mucho, ella ya estaba bastante húmeda.
Acarició muy travieso el clítoris de ella e hizo que diera un pequeño salgo en el mueble. Era muy sensible, le encantaba. Como estaba ya tan mojada, introdujo dos dedos en el interior de la chica que entraron sin ningún problema. Su acción obtuvo como respuesta un pequeño gemido junto a la sensación de que la chica se contraía de placer. Estaba claro que ella se estaba esforzando por centrarse en el trabajo manual que le estaba haciendo, pero los dedos del hombre dentro de ella la hacían perder el control.
Él sonrió. Estaba más que lista y estaba claro que él también.
—¿Estás lista para probar la primera polla de todas, muñeca?
Charlie levantó la ceja.
—Así es, preciosa —dijo orgulloso e hizo aparecer sobre su cabeza un halo brillante—. Vas a tener el privilegio de follarte a Adam, el primer hombre.
La sonrisa de ella no hizo más que ampliarse con aquella información. Siempre le había gustado hacer rabiar a su padre por intentar controlarla. Sabía que por haberse escapado al concierto y haberse acostado con un escondido desataría la ira del rey del Infierno pero si ese desconocido era el primer hombre, solo haría la situación más interesante. ¡Jódete, Lucifer!
—¿Por qué te ríes, preciosa? Ya s�� que tiene que ser una impresión saber que estás con la mejor alma del Cielo. Pero créeme que es verdad. A veces bajo a este estercolero con mi banda porque aquí se aprecia más mi arte. —Se pavoneaba haciendo pequeños círculos con los dedos dentro de la princesa.
—No sabes quien soy, ¿verdad? —dijo ella con una risita pícara mientras que, en ningún momento, había separado su mano de la entrepierna del hombre.
—¿Debería?
Adam alzó la ceja. Normalmente cuando revelaba quién era, las chicas se volvían locas. Pero en aquel caso no había tenido la reacción que esperaba. ¿Qué le pasaba a esa rubita?
—Creo que sí —comentó ella—. Mis padres son los que llevan todo esto.
—¿Son los dueños del bar?
Guapo pero no muy listo.
—De todo esto —contestó con una sonrisa—. Del Infierno.
El hombre se quedó en silencio mientras ella sonreía y no dejaba de bombear la primera polla de la historia.
—¿Eres la hija de Lilith?
—Sip —la sonrisa traviesa de la princesa no dejaba de ampliarse.
La sonrisa de Adam se ensanchó igualmente. Aquella era una forma deliciosa de vengarse al fin de Lucifer. Y estaba claro que su niñita estaba más que dispuesta a complacerlo.
—¿Estás segura de esto, nena? Tu papi se va a enfadar.
—Eso espero.
Una chica rebelde. Eso le gustaba todavía más.
Con determinación, apartó la mano de la chica y, sin que diera tiempo a que pudiera reaccionar, adentró su miembro dentro de la princesa que se abrazó a su cuello de forma instantánea.
Las embestidas salvajes de Adam hacían que el mueble en el que estaba sentada la princesa golpeara la pared de forma frenética. Pensaba que podría destrozarla y la pared también y eso le encantaba.
Aquello parecía un sueño. Por muchas mujeres con las que se hubiera acostado nunca había sentido una conexión así con nadie. La princesa había empezado a seguir su ritmo de forma perfecta sin necesidad de palabras entre ellos. La notaba jodidamente tan apretada y tan húmeda que era una delicia.
Ella jadeaba agotada sin bajar el ritmo de sus caderas que no hacían más que anhelar sentir al hombre cada vez más dentro de ella.
—Estás muy apretada, princesa —comentó él con la voz jadeante.
—¿Acaso es un problema? —Ella rodeó su cuello para robarle un beso necesitado aprovechando ese apoyo para intensificar el salvaje movimiento de sus caderas.
—Para nada —dijo él después del beso—. Eres deliciosa, hija de Lucifer.
El primer hombre empezó a repartir mordiscos esporádicos por el cuello de la princesa que empezaba a gritar de placer mientras sus caderas se sacudían más violentamente. Adam bajó las manos hasta las caderas de la chica para aumentar más la profundidad de los embistes.
Aquella chica era deliciosa, notaba como su coño envolvía perfectamente su polla y lo volvía loco. Ninguna otra mujer había conseguía envolver su miembro de una forma tan perfecta. Se sentía al límite, no iba a aguantar mucho más y, cuando ella empezó arañar su espalda y notaba como su interior apretaba con necesidad su miembro, él no tardó mucho en correrse también.
Los dos habían asumido que aquello sería un polvo de una noche así que, tras el orgasmo, ambos se adelantaron antes de despedirse. Charlie no podía llegar demasiado tarde si quería salir airosa de su pequeña escapada y Adam sabía que Lute y Vaggie no lo podían cubrir mucho más tiempo.
—No ha estado mal, princesa —se despidió él antes de volver a entrar en el bar.
—Lo mismo digo, primer hombre —contestó ella encaminádose a la salida trasera del local.
El tiempo pasó y, junto a la resaca del día siguiente, ambos olvidaron por completo aquel apasionado incidente. Ni siquiera cuando se reunieron para negociar los exterminios fueron capaces de reconocerse mutuamente.
La memoria de aquella noche parecía haberse esfumado del recuerdo de la princesa y el primer hombre. Pero lo que siempre les acompañaría convirtiéndose en un problema común era el herpes que el primer hombre le contagió a la princesa por no haber tenido cuidado.
One-shot dentro de la antología Tanto en el Cielo como en el Infierno.
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la-semillera · 4 months
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ELENA DEL RIVERO & CRISTINA RIVERA GARZA
Unir
Fue en la casa de su madre, en Lincolnshire, que Isaac Newton tuvo el tiempo y la disposición de ánimo para observar una manzana.
El pecado es acaso solo una cuestión de gravedad.
Las letras de la palabra Adán son las mismas que componen la palabra Nada.
«The redness/ of red» escribió Rae Armantrout para referirse a algo que no entiendo pero que, sin embargo, percibo. «Lo rojizo/ del rojo».
Es verdad que amanece.
La sangre suele ser un lugar común.
En la imaginación popular las palabras «y sin embargo se mueve» siguen siendo una referencia más o menos explícita a la tenacidad o testarudez de la mente científica.
El cuerpo es una forma de la mente y viceversa.
Suele producir algo de inquietud observar a un hombre que retoza bajo la fronda de un árbol o que se desliza como entre nubes cuando atraviesa las calles de una ciudad.
Hay ciudades que, en efecto, se prestan para caminar ya sea con o sin lluvia.
Alguien ha asegurado ya que es muy fácil perder un paraguas.
No sé cuál sea la probabilidad de perder, en cambio, una flecha dorada.
En sus retratos de juventud, Isaac Newton da la apariencia de haber sido un hombre hermoso a punto de morder una manzana.
Todos perdemos, eso se sabe.
¿Es posible que un cuerpo yazga orgánicamente sobre un litoral?
El ruido que resulta de la inserción de los dientes sobre la manzana siempre me ha parecido sensual. En cambio, el ruido que se produce cuando los dientes arrancan el pedazo de la fruta me hace vacilar.
Bilabial, la boca. El beso. El chasquido.
En el esquema RGB, el rojo junto con el verde y el azul son colores primarios de luz. Esto cambia en el esquema CMYK que está basado en pigmentos donde el rojo no es parte de los colores primarios sino el rojo magenta, que junto con el cian y el amarillo están más cerca de los colores primarios sustractivos auténticos que el ojo percibe, y se utilizan en la impresión de color moderna.
El menstruo, ah. Viscoso, real, inútil, el menstruo.
Combinación numérica; ranas palúdicas; palma arquitectónica; espesura escalofría.
La urgencia con la que cruzó la puerta y tomó el pincel y trató, inútilmente, de plasmar lo que veía detrás de los párpados.
Voy gravitacionalmente hacia ti.
¿Mencioné ya los pájaros carmesí, la luna vacía, la larga hilera
de hormigas?
Son pocas las vocales que separan la palabra «monstruo» de la palabra «menstruo».
¿Consiste la meta en colorear el propio yo para así convertirlo en un personaje audiovisual?
Había, en algún lugar recóndito de sus huesos, un aroma contradictorio y una sustancia que no dejaba de manar.
Mis vestigios terrestres. La hipocresía de mis roperos. Mi magnético interior. ¡Ah!
Dentro de la cueva, el pálpito. A cada latido, la humedad. La sangre es un lugar común, lo escribí hace rato.
Las fúlgidas aves; los calosfríos ignotos; el letárgico licor; las fulmíneas paradojas; el radioso vértigo; la remordida ternura.
Aquí no vive un coleccionista de insectos.
Como si se tratara de alguien ligeramente atormentado: alguien con un cigarrillo en la boca; alguien con un pasado muy largo.
Todo era mentira, Isaac.
Vivimos en estado de peligro: lo desunido se une. ¿Piensas quemar mi casa también?, preguntó o dijo.
Había una duna y, sobre la duna, unos zapatos muy viejos. Alguien decía entonces: te quedarás.
- Cristina Rivera Garza
- Elena del Rivero, Domestic Landscape #31, Gouache, hilo, grafito y cúrcuma en papel cuadriculado vintage
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des-vanecido · 7 months
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"Quédate y no te arrepentirás nunca", le dijo ella con una mirada que parecía teñida de los misterios del Macondo profundo. La frase flotaba en el aire, suspendida entre realidades, como las mariposas amarillas que danzaban en la tarde.
Él, como el Coronel Aureliano Buendía en su taller de hielo, sintió que el tiempo se había detenido, que el universo conspiraba en ese instante mágico. Sus almas se entrelazaron como las enredaderas que trepan las paredes de la casa de los Buendía.
En ese rincón del mundo, donde las estaciones se mezclaban en un eterno presente, comenzó una historia de amor que desafiaba la lógica, donde los sueños se tejían con las hebras doradas de lo imposible. El realismo mágico se apoderó de sus vidas, y juntos, se aventuraron en un viaje de pasión y enigmas, sin temor a lo desconocido.
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— Dorian-A 🖋️
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belencha77 · 2 months
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CAPITULO 05. NOCHE ESPECIAL
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Luego de recibir la ayuda de Anita con el maquillaje, era el momento de encontrarme con Maxwell. Salí con calma por el corredor, tratando de recordar la ruta hacia las gradas principales. Al localizarlas, bajé rápidamente y noté que en la parte inferior ya se encontraba Maxwell, luciendo un impresionante traje negro con detalles de rosas rojas y una máscara dorada que cubría solo uno de sus ojos.
|| ¡Wow! Ri... ¿Riley? ¿Eres tú? || Preguntó, con la boca abierta, incapaz de apartar la vista de mí. Cuando me acerqué y me detuve frente a él, hice una pequeña reverencia || ¡Te ves increíble, mi flor! ¡Liam no podrá apartar los ojos de ti! Y eso es precisamente lo que queremos. Dime, ¿cómo te sientes? ||
|| Honestamente, un poco nerviosa por ver a Liam. ¿Y si no está contento de que haya venido hasta aquí? ||
|| Riley, conozco a Liam desde que éramos niños, y nunca lo había visto mirar a nadie como te miraba a ti. Estará encantado, lo prometo || Mi sonrisa se ensanchó, deseando sinceramente que Maxwell tuviera razón. || ¿Preparada para esto? ||
|| Más que nunca || Respondí con una sonrisa firme.
**
Maxwell me condujo con gracia hasta las majestuosas puertas del amplio salón. La ansiedad creció en mí al observar cómo se abrían. Inclinándose, Maxwell susurró en mi oído:
|| Dado que careces de un título y la Casa Beaumont te respalda, técnicamente podrías ser considerada una Dama. Lady Riley... Uhh... || De repente, se detuvo, fijando su mirada en la mía. || Por cierto, ¿cuál es tu apellido? ||
|| Brown… Soy Riley Marie Brown ||
|| Perfecto... Olvidé preguntarte eso... Muy bien, entonces, cuando sea tu turno, dile al heraldo que eres "Lady Riley Brown de la Casa Beaumont" ||
Cuando las puertas del espléndido salón de baile se abrieron, Maxwell y yo hicimos nuestra entrada con cautela. Me agarraba a él como si mi existencia dependiera de ello, mientras todos parecían observarnos en un silencio expectante.
|| LORD MAXWELL BEAUMONT || anunció el heraldo, volviendo luego su mirada hacia mí, esperando mi presentación. Le indiqué cómo debía ser anunciada, y él asintió con la cabeza: || LADY RILEY BROWN DE LA CASA BEAUMONT || pronunció y junto con Maxwell comenzamos a avanzar hacia el salón.
Mi corazón latía con una intensidad abrumadora, mezclando diversas emociones. El lugar era tan magnífico como lo había imaginado. Muchas miradas estaban fijas en mí, pero, a pesar de mi búsqueda ansiosa, no pude encontrar a Liam entre la multitud. De repente, Maxwell percibió mi inquietud.
|| Tranquila, pronto lo verás... Aún no ha llegado. Pero dime, ¿qué opinas? || preguntó Maxwell.
|| Es como un sueño hecho realidad, honestamente || le confesé, dejando que mis ojos reflejaran mi asombro. Maxwell, lleno de calma, me dijo:
|| Me alegro de que lo sientas así. Mira, pequeña flor, necesito hablar con Bertrand por un momento. ¿Te sentirás cómoda sola? Solo... intégrate || guiñó su ojo antes de perderse entre la multitud. "Está bien, lo haré", me dije a mí misma. Observé el salón en busca de alguien conocido y noté a Drake, el gruñón mejor amigo del príncipe, parado en un rincón. Me dirigí hacia él, y mientras lo hacía, asintió con la cabeza y realizó una pequeña venia, como si no reconociera quién era.
|| Buenas noches, mi Lady || saludó con cortesía.
|| Vaya, vaya, ¿así que tienes modales? || le solté en tono sarcástico.
|| ¿…Riley? ¿Eres tú? || contestó, visiblemente desconcertado, recorriéndome con la mirada de arriba a abajo.
|| Sí, soy la misma... ¿No me reconociste?... ||
|| No es eso... simplemente me tomaste por sorpresa. Además, luces diferente a la primera vez que te vi || hizo una pausa, tocando nerviosamente la parte posterior de su cuello, hasta que finalmente soltó || Te ves... te ves muy bien esta noche || Asentí con una sonrisa. No esperaba que los cumplidos fueran el fuerte de Drake.
|| ¿Drake? || exclamé sorprendida || ¿Fue eso... un cumplido? ||
|| No... en absoluto. No te hagas ilusiones ni permitas que se te suba a la cabeza ||
|| Está bien, pero supongo que es una buena señal que no me reconocieras de inmediato. Tal vez tenga la oportunidad de encajar sin problemas ||
|| No te vuelvas demasiado engreída solo porque puedas adaptarte a la etiqueta. Aquí, los forasteros no son precisamente bien recibidos, especialmente alguien que está aquí por el príncipe. La alta sociedad no te considerará uno de los suyos solo por participar en estas elegantes festividades. Recuerda que eres una plebeya, y aunque puedas aparentar, no garantiza que serás bienvenida. ¿Lo comprendes? ||
|| Vaya, Drake, no puedo creer que estés aquí, desplegando todo ese encanto tuyo || Rodé los ojos ante su comentario, y Drake soltó una risa irónica.
|| En comparación con la mayoría aquí, soy tu mejor amigo ||
|| Con esos amigos, ¿quién necesita enemigos, ¿verdad? || Le dije y esbozó una sonrisa ligera || Pero mira, comprendo que tengas tus reservas acerca de la gente de aquí, ya que los conoces mejor que yo. Sin embargo, no es necesario que me infundas tanto miedo solo por estar aquí ||
|| No estoy siendo un idiota, solo intento ayudar || Y solté una pequeña risa sin querer.
|| Vaya, Drake, qué manera tan peculiar de ayudar, ¿no es así? ||
|| Soy brutalmente honesto, eso es todo. Lo que me hace difícil soportar a los ingenuos como tú ||
|| No me considero ingenua... así que más te vale no llamarme así || Crucé los brazos, enfrentándolo con la mirada.
|| Vaya, vaya... parece que a la forastera le gusta un buen desafío. ¿Sabes? Eso podría llevarte lejos, si tienes suerte, claro. Aunque no te hagas ilusiones, no te darán la bienvenida con los brazos abiertos ||
|| ¿De verdad? Hasta ahora todos los que he conocido han sido muy amables y acogedores || encogí los hombros mientras lo miraba || Bueno, excepto tú, claro ||
|| Puede que parezca así, pero todo es parte de una fachada. Actúan de maravilla. Estos nobles no son tus amigos y nunca lo serán. Como te mencioné, eres una forastera y ahora, además, competencia; por ende, te conviertes en su enemiga. Créeme, no te desean aquí ||
|| Drake, ¿cómo puedes expresar cosas tan negativas? ¿No tienes amigos nobles también? Maxwell parece pensar lo contrario; él te considera su amigo, ¿no? ||
|| Mi lealtad se limita a Liam; no estoy aquí por ningún otro motivo. Maxwell no es precisamente mi amigo. Créeme, no conoces a ese tipo como yo; toda su familia es un teatro. No tienes la oportunidad de que te orienten en lo que viene. Están haciéndote perder el tiempo, y ellos también están perdiéndolo, al igual que Liam || dijo, cargado de rencor y amargura. Al escuchar sus palabras, sentí como si me hubieran dado un golpe en el estómago. Drake puede ser muy despiadado.
|| Bien, aprecio tu franqueza, Drake. Pero lo que no acepto es que hables así de Maxwell. Puede que no sea tu amigo, pero eso no te da derecho a expresar esas cosas ||
|| Como mencioné, no lo conoces lo suficiente. Solo estoy siendo honesto acerca de la realidad. Si no puedes manejar escuchar esas cosas, entonces quizás no aguantes mucho tiempo aquí ||
|| Drake, no deseo seguir escuchando tu amargura. Que tengas una buena noche || Giré sobre mis propios pies para alejarme de él, pero al hacerlo, casi choco con una encantadora pelirroja que llevaba una máscara de pavo real y de repente se acercó.
|| Vaya, vaya, miren quién está aquí. ¿No deberías estar en el granero o ahogando tus penas en una botella de whisky, plebeyo? || Se burló de Drake, de esto es lo que debe haber estado hablando Maxwell.
|| Olivia, siempre es un placer verte || Con renuencia, Drake asintió con la cabeza, claramente esquivando la burla.
|| Drake, espero que no te importe, pero insisto en robarte a este hermoso ángel || Exclamó la pelirroja, a lo que Drake levantó las manos inmediatamente.
|| Por favor, hazlo… Me haces un favor || Respondió Drake. Puse los ojos en blanco, contenta de seguir a la pelirroja lejos de él mientras unía mi brazo con el suyo y nos alejábamos.
|| ¡Gracias por la ayuda! ¡Me has salvado! || Le expresé mi agradecimiento mientras ella me sonreía.
|| No hay problema, cariño. Parecía que estabas en apuros y necesitabas ayuda. Soy Lady Olivia Vanderwall Nevraskis, Duquesa de Lythikos || se presentó con formalidad || ¿Eres tú Lady Riley Brown de la Casa Beaumont? Pensé que conocía a todos en la corte, pero tu nombre no me suena. No pensé que fueras parte de los Beaumont ||
|| Oh, eso es porque no soy de la corte ni soy noble… Soy de Nueva York. Acabo de llegar a Cordonia, y Maxwell Beaumont, junto con su hermano, me están patrocinando || le expliqué con una sonrisa cortés.
|| Mmmm, ya veo. Qué bien, entonces, como eres nueva en la corte, permíteme darte un pequeño consejo. Cuando te presenten ante el Rey, debes besar sus pies al hacer la reverencia || Me aconsejó con amabilidad, pero sinceramente, no creo ni una sola palabra de lo que acaba de decir. No es que sepa mucho de la nobleza, pero he escuchado algunas costumbres inusuales y esta no creo que sea una de ellas. La miré atentamente para que continuara hablando || Esa es una costumbre muy importante en Cordonia, así mostrarás profundo respeto y reverencia hacia la Monarquía. Eres afortunada de que te haya advertido, de lo contrario, harías el ridículo frente a todos ||
|| Suena un tanto peculiar, pero agradezco tu consejo, Olivia || Sin embargo, antes de que pudiera terminar mis palabras, divisé a lo lejos a Maxwell corriendo hacia mí || Oh, mira... Ahí está Maxwell. Si me disculpas || Realicé una pequeña reverencia con la cabeza y me alejé de Olivia, interiormente agradecida de que Maxwell hubiera aparecido.
|| ¡Riley! Te estuve buscando por todos lados... El príncipe Liam ya está aquí... ¿Lista para verlo otra vez? || Me dijo y de repente, mi corazón dio un vuelco de emoción solo con la mención de su nombre. Miré al otro lado del salón y allí estaba él, imponente como siempre, vestido con un esmoquin negro y una máscara plateada que cubría sus ojos. Dirigía sonrisas a todos, mientras echaba un rápido vistazo a la habitación. Su presencia irradiaba calidez; incluso yo podía sentirlo.
Estaba junto a su padre, pero parecían ser mundos aparte. Sí, se veían aparentemente similares, pero el rey parecía bastante... distante. Transmitía una seriedad y no tenía el brillo en sus ojos que caracterizaba a Liam. Liam tiene un magnetismo innegable. Los nervios me invadieron. Me volví hacia Maxwell, llena de ansiedad y nervios.
|| Maxwell, estoy tan nerviosa ||
|| Tranquilízate, mi querida flor, todo saldrá a la perfección || Suspiré al escuchar las reconfortantes palabras de Maxwell y ajusté los pliegues de mi vestido. Volví la mirada hacia Maxwell, quien me dedicó una sonrisa cálida || Fantástico, parece que ya están preparados para recibirte. En primer lugar, debemos presentarte al Rey Constantino. Necesitas causar una gran impresión para que te considere digna de su hijo. Luego, llegará el momento crucial de hablar con Liam ||
A pesar de que los nervios seguían presentes, las palabras y la confianza que Maxwell depositaba en mí me brindaban calma, disipando parte de la ansiedad. Recordé el peculiar consejo de Olivia sobre besar los zapatos del Rey, pero decidí dejar de lado esa sugerencia. Caminamos juntos hacia donde se encontraba el Rey, sentado en su trono. Maxwell aclaró la garganta para llamar la atención del Rey, quien nos miró y le dedicó una cálida sonrisa.
|| Su Majestad Real || Maxwell hizo una pequeña reverencia y, al incorporarse, colocó su mano en la parte baja de mi espalda || Permítame presentarle a Lady Riley Brown, de la Casa Beaumont ||
|| Por supuesto || Exclamó el Rey, levantándose de su trono para mirarme con gran expectación. Incliné mi cuerpo hacia adelante y realicé una pequeña reverencia con la cabeza, siguiendo el ejemplo de Maxwell.
|| Su Majestad || Cuando me enderecé, él aún mantenía la misma sonrisa en su rostro || Un placer conocerlo ||
|| Encantado de conocerla también. Es un placer ver a la aspirante que la casa de Lord Maxwell ha escogido, y si se me permite decirlo, ¡usted es extraordinaria! Ciertamente, es la dama más hermosa que he visto esta noche, y seguro que hay varias bellezas con nosotros, así que eso es decir mucho || Dijo el Rey, sonriendo cálidamente entre Maxwell y yo.
|| Gracias, su Majestad. Usted es demasiado amable || Le devolví la sonrisa mientras me enderezaba.
|| Espero que puedas disfrutar el tiempo aquí en Cordonia, siéntete como en casa || Asintió el Rey.
|| Gracias nuevamente, Su Majestad || Respondió Maxwell mientras me conducía hacia Liam.
|| Vaya, el Rey parece agradable || Exclamó.
|| Claramente está deslumbrado por ti, mi flor, como lo estaría cualquier hombre con ojos || Me dijo Maxwell || Pero sí, el Rey es una persona agradable. Es mucho más fácil de impresionar que la Reina Regina. Ahí es donde tenemos nuestro trabajo por delante || Genial… Sin presiones, exclamé dentro de mí || Pero no te preocupes || Me dijo dándome unas palmaditas en el hombro para animarme, aunque sinceramente, creo que logré una entrada respetuosa ante el Rey || Eso no es algo de lo que debamos preocuparnos esta noche ||
**
Avanzamos juntos hacia la fila donde las demás chicas esperaban para hablar con el Príncipe. Mientras aguardábamos nuestro turno, Maxwell y yo compartíamos risas y conversaciones animadas. La actitud positiva de Maxwell siempre lograba aliviar mis nervios. Aunque solo llevábamos unos pocos días de conocernos, su presencia ya era reconfortante.
Poco a poco se acercaba el momento en que estaría frente a Liam. Mi corazón latía con fuerza, y la ansiedad por volver a hablar con él aumentaba. Maxwell, con su característico tono bromista, me animó antes de enfrentar mi oportunidad con Liam.
|| Muy bien mi Flor ponte fuerte. Ha llegado tu gran momento. Esta es tu oportunidad con Liam, ¡Ve por tu príncipe, tigresa! || dijo golpeando suavemente mi hombro.
Me encaminé hacia Liam con una mezcla de emociones. Ahora sola, me dirigí hacia él con una avalancha de sensaciones. Estaba a solo unos metros de distancia, observándolo hablar con otra dama. Vestía un traje plomo y una máscara plateada que realzaba sus hermosos ojos azules. Recordé lo atractivo que era y cómo su colonia embriagadora resaltaba en el ambiente.
La dama se retiró, y aproveché el momento para respirar profundamente. Liam giró su atención hacia mí, mostrando sorpresa y, al mismo tiempo, complacencia. Una gran sonrisa se formó en su rostro, y supe que este encuentro sería especial.
<<<Punto de Vista de Liam>>>
|| Buenas noches, Su Alteza || saludó la mujer que capturó mi atención durante la velada. Realizando una ligera reverencia, se detuvo frente a mí y me dedicó la más cálida de las sonrisas.
|| Buenas noches, mi Lady. ¿Eres acaso el hermoso ángel que vi en el salón hace un rato? Esperaba volver a verte || Sin quererlo, percibí que mis mejillas adquirían un tono rosado claro.
|| ¿Así? ¿Entonces he llamado tu atención? || me respondió. ¿De dónde conocía a esta mujer? me pregunté a mí mismo.
|| ¿Cómo evitarlo? Eres realmente hermosa || Tomé su mano y la llevé a mis labios, depositando un suave beso en su dorso.
|| Es muy amable, Su Alteza || A pesar de llevar un antifaz, noté cómo sus mejillas se sonrojaron cuando mis labios rozaron el dorso de su mano. Luego, tomé una de sus manos, pero al sentirla, algo en ellas captó mi atención. No sé por qué, de repente, pensé nuevamente en Riley || ¿Hay algo malo con mi mano? || Me pregunto curiosa.
|| En absoluto, es simplemente que tu mano... se siente tan... familiar || Hice una pausa y luego me sumergí en la mirada de esta misteriosa dama, cuyos ojos verdes eran casi idénticos a los de Riley || Tus ojos... Me recuerdan a alguien. Pero no puedes ser esa persona, porque ella está muy lejos de aquí ||
|| ¿Muy lejos? ¿Puedo preguntar quién es? || me dijo, inclinando su cabeza ligeramente. De pronto, la tristeza se apoderó de mí ¿Por qué no puedo dejar de pensar en Riley? Reacciona, Liam, debes empezar a conocer a todas las damas.
|| No importa, perdóname. No es apropiado decir esas cosas... || Negué con la cabeza rápidamente y sentí de repente la necesidad de conocer a esta dama || ¿Puedo preguntarte tu nombre? ||
|| ¿Estás seguro de que aún no sabes mi nombre? || exclamó, dejándome sumamente confundido.
|| Más que seguro de que no sé tu nombre, ya que definitivamente recordaría haber conocido a una dama tan encantadora como tú. Tu presencia me desconcierta. Dime, ¿quién eres, misteriosa mujer? || insistí para poder conocer su nombre.
|| Para darte una pista, ya nos hemos cruzado una vez antes || Me dijo, y cada vez sus respuestas me dejaban perplejo. No recuerdo haberla visto nunca.
|| Mmmm, no lo creo. Estoy seguro de que te recordaría ||
|| Entonces creo que esta máscara está haciendo su trabajo ||
|| Seguro que sí, pero… ¿podrías darme otra pista? || Volví a preguntar, lleno de curiosidad.
|| Estabas rodeado por hombres || Me dijo sonriendo, sacándome una risa repentina y quitándome la seriedad ante su pequeño juego.
|| Esa no es una gran pista || le respondí con una risa juguetona.
|| Entonces, permíteme compartir contigo una historia que tal vez desencadene un recuerdo || dijo con sinceridad.
|| Sí, por favor, hazlo || dije de inmediato, incapaz de ocultar mi intriga.
|| Muy bien… Érase una vez, no hace mucho... que conocí a alguien y sentí una atracción que nunca antes había experimentado. Creo que fue mutuo, pero no pasamos mucho tiempo juntos, aunque ese tiempo fue memorable || hizo una pausa y noté que me admiraba por lo atento que estaba a sus palabras. De repente, su voz cambió || Nos besamos frente a la Estatua de la Libertad y frente a mi edificio || Mis ojos se agrandaron de emoción.
|| ¡¿RILEY?! || exclamé, y Riley sonrió alegremente, asintiendo con la cabeza. Sin pensar en lo que dirían los demás, la atraje en un gran abrazo. Luego recordé dónde demonios me encontraba, así que retrocedí || ¡No puedo creer que seas tú! Recordaba el tacto de tus manos y tus ojos verdes son inconfundibles. No puedo creer que estés aquí ||
|| Sin duda, es una sorpresa maravillosa, una de las mejores. No sabes cuánto te he tenido en mi mente. En lo más profundo de mi corazón, esperaba que volvieras a cruzar mi camino, aunque me parecía improbable. Pero ahora que estás aquí, estoy feliz de que así sea. ¿Puedo preguntarte algo? ¿Cómo llegaste a Cordonia? ¿Cuál es la razón de tu presencia aquí? ||
|| He venido para competir por tu mano. Maxwell y su hermano me están patrocinando. Fueron ellos quienes me trajeron hasta aquí para unirme al grupo de aspirantes ||
|| ¿En verdad viniste hasta aquí... por mí? ||
|| ¿Quién sabe? Si crees que es extraño o piensas que soy una especie de bicho raro por venir, entonces no... Estoy solo bromeando y no estoy realmente aquí... Soy solo un producto de tu imaginación || Dijo en tono juguetón, provocando una risa sincera de mi parte mientras le apretaba suavemente las manos.
|| ¿Y si te digo que me parece asombroso e increíble... y que estoy más que feliz de que estés aquí? ||
|| Bueno, pues entonces… hablaba muy en serio… Vine todo este camino solo por ti. Liam, creo que conocerte no fue un accidente. No sé si solo fui yo, pero siento que tuvimos una conexión y valía la pena seguirla. Quiero ver hacia dónde nos lleva. Aunque no sé si estés interesado ||
|| Por supuesto que estoy interesado en ver qué pasa, Riley || Me acerqué a su oído para susurrarle || Como te dije, no he podido dejar de pensar en ti. Nunca imaginé que volvería a verte... así que esta es la mejor sorpresa || Un suspiro de alivio escapó de sus labios. La conexión que sentía con ella me envolvía, y sinceramente, deseaba que este momento no llegara a su fin. Si tan solo estuviéramos solos en este salón, sin la distancia que nos separaba. Comencé a acercarme más a Riley, pero Sebastián aclaró su garganta, recordándome dónde me encontraba. Lentamente solté su mano, y un suspiro de pesar salió de mí || Riley… Desafortunadamente, las cosas son distintas aquí que cuando estábamos en Nueva York. No tendremos la misma libertad para seguir nuestros deseos y anhelos. Estas circunstancias no solo me están dando a mí la oportunidad de conocer a las aspirantes, sino también a mis padres, a la Corte Real y al pueblo de Cordonia. Todos quieren conocer a la futura Reina. De ahora en adelante, todos los ojos estarán puestos en ti. Todos nos observarán para ver cómo actúas. En cierto modo, no soy el único que se casa con la nueva reina, sino todo el país… He estado preparándome toda mi vida para esto, así que sé los sacrificios que tendré que hacer ||
|| Lo entiendo || asintió lentamente con la cabeza.
|| Si decides quedarte, sería algo maravilloso. Pero quiero que comprendas el costo y los desafíos que enfrentarás. Todos te estarán observando: el Consejo Real, la prensa, mis padres, el público; todos querrán ver cómo te desempeñas como reina. ¿Estás segura de querer quedarte? || Le expresé, anhelando en lo más profundo que tomara esa decisión. Solo esta vez, desearía no tener que seguir las reglas. Ella me miró y me regaló una sincera sonrisa.
|| Claro que me quedaré, Liam. Haré todo lo posible para demostrarles a todos lo capaz que soy. Sé que será un desafío, pero estoy segura de poder manejarlo. No te preocupes, tengo la confianza de que puedo hacerlo || Me dijo y una gran sonrisa de alivio se dibujó en mi rostro.
|| Sé que estarás lista para este desafío, al igual que sé que encantarás a todos de la misma manera en que me encantaste a mí. Desafortunadamente, este no es el mejor lugar para hablar; solo tenemos unos pocos minutos antes de que llegue la otra dama ||
|| Ha sido un tiempo maravilloso. Me llena de alegría verte tan feliz de encontrarme aquí ||
|| Más que feliz, Riley. Estoy emocionado, encantado... Ahora esperaré con ansias cada evento solo para poder verte. Espero que no lamentes haber venido || Me relajé un poco y me incliné hacia ella, pero la siguiente dama se acercó. Rápidamente volví a tomar mi postura anterior. Quisiera abrazarla y hablar más con ella, pero debo controlar mis impulsos || Cómo desearía tener más tiempo para poder conversar contigo, pero parece que nuestro tiempo se ha agotado. Espero verte de nuevo esta noche, si es que guardas un baile para mí ||
|| ¿Cómo podría negarle un baile al príncipe? || me dijo riendo. Tomé suavemente su mano y deposité un beso sobre ella.
|| Hasta entonces, mi Lady || le respondí, aunque sentí un peso en el corazón al notar que Maxwell se acercaba y la alejaba de mí. A pesar de no querer apartar mi vista de ella, me vi obligado a hablar con otra de las damas.
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rinconliterario · 9 months
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“Movimiento” Irene Gruss.
Una mujer sola frente al mar es más majestuosa que él. Puede pasar una gaviota augurando la muerte o puede caer el sol humedeciendo las lonas de las carpas hasta apagarlas, pero una mujer frente al mar mece su soledad como una dueña y no se estremece. La luz del mar tiene la importancia y el movimiento de su ánimo, de su alma. El viento suena alrededor de la mujer y la despierta: ahora se trata de la playa sin luz, una mujer, el sol caído, el sonido del mar, carpas levantadas, el viento que lo da vuelta todo. Tercera persona Tiene problemas con su lenguaje: habla y no se le entiende, escribe y no se le entiende. Ironiza, da todo por sentado, cree que lo que ve es simple, claro, nada fácil para traducir. Por ejemplo, mira la luz natural: la conmoción no le basta. Pide un vínculo, no sabe, no puede retener sólo palabras ni solamente hechos, luces, delicadas luces. Silencio Es aquí un misterio natural, aquí donde el silencio es mago, mi señor. Lo único que cruje es el pasto. El amor resuena como un verso antiguo. Resuena menos que el silencio y más que los grillos. Nadie ocupará su lugar, su silla. Canta conmigo como yo, con la boca cerrada. Tranquilo como yo despierta y pone a mover las cosas, a que hagan su ruido. El silencio sabe por qué calla; hace decir y calla. Misterio natural a la hora dorada. Débil de corazón Tuve dos maridos, el primero un romántico y el segundo un cuáquero. Hastiada del desenfreno (café y aguardiente a la mañana, mucho betún en los zapatos y una camelia falsa en el broche de la blusa) del primero, elegí al segundo y tampoco me satisfizo. Entonces me hice de amigas. Reímos como locas y nos fuimos cada una a casa. Esto no era lo que yo quería, dije en el momento de precisar el lenguaje. Ah, corazón mío, no debilites ahora que viene lo mejor, no debilites, y enfrascada me puse a leer ficción.
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emmaralesser · 8 months
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⚫🟡🟠Un Eclipse Solar🟠🟡⚫
Hoy un evento Astronómico y bello se suscitó. La luna y el Sol se encontraron una vez más. Para regalarnos un Bello espectáculo.
La Penumbra reino, y las sombras que solo en las noches son liberadas pueden caminar una vez más entre nosotros apreciar la belleza que les es prohibida...
Eh aquí entonces que escuche el balbuceo y pequeña risa. Guisa por la curiocidad encontré enmedio de un campo de Flores doradas y negras rodeado de fuego de llamas inauditas y calidas un pequeño bebé.
Que cálido como el sol elevaba sus manos al cielo mientras los astros se separaban y la luz reinaba de nuevo... una nube oculto entonces el resplandeciente sol. Y tome a ese pequeño bebé. En brazos.
✨Te llamaras Finternis... mi pequeño eclipse ..✨
Le dije al tiempo que lo llevaba a casa...
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chilomonas · 23 days
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Solo fotos viejas de un eclipse de luna del 2019 o 2021, no recuerdo bien, ni anoté la fecha. Fue un espectáculo muy bello, aunque no se trate de una bonita luna creciente dorada, como la descrita por W. Ospina en el poema que comparto como acompañamiento.
La Luna del Dragón
Hablábamos de los dones de la tiniebla. De los amores muertos. Cuando se perfiló sobre el Oeste El oro espeso de la media luna. "Mira: es la Luna del Dragón" me dijiste. Y los dos la miramos como si algo terrible pesara sobre el mundo.
El hemisferio gris parecía lleno de hondos presentimientos. No había una estrella sobre el mar en calma de humaredas y torres.
Nadie dijo: "Es la luz que hace al Dragón visible". Nadie dijo: "Es la casa donde el Dragón habita". Nadie dijo: "Es la luna que ampara a los dragones" Miramos simplemente el cuerno rojo. La sobrehumana forma que doblegaba al cielo. Y pensamos acaso en los terrores de la culpa y la fiebre.
"Sólo es la Luna del Dragón" me dijiste. Pero algo negro ascendió de mi infancia y di gracias a Dios de no estar solo.
Seguimos en silencio Mientras las nubes negras cercaban en la hondura Aquel objeto de alta magia y belleza. "Tal vez el nombre viene de las baladas celtas". "Yo no sé por qué pesa y aflige como un sueño".
Era la Luna del Dragón, y nadie parecía comprenderlo. Iban las multitudes, bulliciosas, urgentes, Atentas sólo a su pequeño misterio, Mientras sobre las hondas avenidas un oro atroz vertía su intemporal influjo, y algo terrible y bello batía sus alas rojas como un polvo impalpable sobre las tristes tierras.
William Ospina
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