Tumgik
#se los hago y espero que les guste
flacaforevermia · 1 year
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senig-fandom · 2 months
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El demonio y el Ángel caído.
Inspirado por @naomychan por su publicación sobre este mismo tema VwV
El demonio y el Ángel caído.
Este relato lo hice como puro entretenimiento, si no tiene sentido, es porque no le dedique algo tan complejo y solo lo hago por inspiración, así que espero y les guste esta sinopsis XD
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-Daniel, te declaramos culpable, por matar a Dios.
Mi mente estaba aturdida, no entendía lo que pasaba a mí alrededor, solo veía el suelo donde pisaba, viendo las cadenas blancas que sostenían mis manos y en mis manos, sangre, sangre roja cubría mis manos.
-Por favor, esto no tiene sentido, Daniel nunca haría algo así, es el ángel más leal que existe.-la voz femenina resuenan en mis tímpanos, alzo la cabeza para ver a mi hermana, quien lagrimea por mí.
Los susurros de los demás seres impregnan entre ecos del enorme edificio blanco del tribunal, y los jueces, hacen llamado al silencio.
-María, acaso quieres acompañar a tu hermano a su eterno castigo.-¿¿Acompañarme?? Es que acaso, no hay otra salida.
-Bueno yo…
-No…-Es lo mejor, si mi mente está rota, no puedo dejar que ella caiga conmigo, todos menos ella,- Lo acepto, Yo mate a Dios.
El mundo alzo sus voces ante mi declaración, mientras veía la tristeza en los ojos de mi querida hermana…Lo siento María, te quiero demasiado como para hacerte sufrirá ti también, aunque mi mente este perdida ahora, no quiero llevarte conmigo.
-Pues lo ha aceptado, y por tus acciones tu castigo será: vivir en el mundo humano, como otro humano más, pero sin poder pecar, cuando pecas, el dolor que sufrirás no tendrá medida, sentirás el cuerpo arder como las llamas del infierno, tu cabeza dolerá como mil picaduras, tú mismo te desgarraras la piel, y no tendrás cura a este dolor, por tu traición. Además, te quitaremos tus recuerdos del cielo, para que sufras este castigo como es debido.
Y fue así, como el bastón del ángel Miguel, dio por finalizada mi condena eterna, solo podía ver a mi hermana arrodillándose en lágrimas, en cuanto a mí, mis cadenas se volvieron pesadas, arrastrándome hacia el suelo, haciéndome caer, dejando de ver la luz del cielo, para envolverme en oscuridad, yo, estaba cayendo…cayendo del cielo.
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La noticia de que Dios había muerto, llego a todo el infierno, los demonios hablaban entre sí, preguntándose quien fue, quien era el asesino, como lo logro. Entre ellos había uno en particular que veía toda la notica a la distancia.
-No puedo creerlo…no puedo creer que sea él, el que lo haya hecho, es imposible…-mirando pergaminos con el contenido de la noticia, El cielo hizo su llamado al infierno para dar la trágica noticia, mostrando por fin al Ángel que traiciono ambos mundos.
Con ira el demonio envuelve y aplasta el pergamino, para arrojarlo al fuego azul que tenía a su alrededor.
-Él no puede haberlo hecho, esto es una tontería, necesito encontrarlo, todo esto ha sido a traición, pero no, el no….
El demonio veía a los otros abajo, que parecían maldecir el nombre de ese ángel, haciendo que el de un chirrido entre dientes y se aleje del lugar.
-Frederick, ¿a dónde vas?- aparecía una demonio de cabellos negros quien lo buscaba antes y ahora solo lo veía marcharse de nuevo.
-Voy al mundo humano…
-¿Por qué? Que tienes que hacer allí ahora, no vez el caos que está siendo en este momento, el cielo busca mantener la paz ahora que dios se ha ido, Lucifer quiere tomar el trono. Tenemos que prepararnos.
-Yo no voy a participar, yo tengo que encontrar a ese ángel.
-¿El Ángel?, Frederick es imposible, ese ángel ahora puede estar en cualquier lugar.
-Pues aunque me tome la eternidad, lo encontrare, no lo pienso abandonar.
Aunque tomaría 5 años encontrar al ángel, que tanto ama.
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En el basta ciudad de Clarel, hay un chico joven que no muestra muchos sentimientos, sus ojos vacíos y sin brillo muestran una humanidad apagada, las ojeras de sus ojos lo más probable es que no descansa bien, es delgado y débil, es como si Dios lo hubiera castigado. Pero no parece ser tan malo como su imagen melancólica, el joven ayuda a un bibliotecario, parece conocer bien cada libro de ese lugar, y su jefe lo alaba con buenas palabras sobre su persona.
Pero aun así, hubo momentos de verdadera tención, algunos pueblerinos, hablan de que el chico al principio no era así, pues atacaba, golpeaba y amendretraba a otras personas, lo más probable es que era un delincuente y solo el Bibliotecario le dio la oportunidad de cambiar.
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Este es la historia de Daniel, el ángel que mato a Dios, o por lo menos es lo que él cree, entre sus sueños intenta descifrar los fragmentos rotos de su memoria, pero cada vez que lo intenta siempre despierta y un dolores punzantes lastiman su cabeza, él está maldito por su castigo divino, donde no puede demostrar ninguna de los 7 pecados capitales, cuando lo hace, un dolor intenso como el fuego domina su cuerpo. Ahora debe vivir con esta maldición mientras vive como un humano normal.
No es hasta conocer a un conde que estudia la medicina de la mente, queriendo ayudarlo a él a descifrar lo que lo mantiene en un sufrimiento eterno.
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(jajaja Japón escribiendo historias y utilizándolos como imagen de la historia)
( También sin contar que le deben maquillar el cuerpo a Sur para ocultar el desmadre de cicatrices que tiene XD)
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También en mi dedicación por dibujarlos únicamente, en una lista aleatoria que deje que sonara mientras dibujaba esto, apareció esta canción, que al chile, me mato y le dio mucho sentido como es y será la historia.
Que mi interpretación al final Daniel quiere acabar con el Cielo, pero al mismo tiempo se va enamorando y sintiendo acorralado por ese amor por Frederick.
Por lo de que ya no hay salvación, refiriéndose de que Daniel no dejara nadie vivo en el cielo y al mismo tiempo a la sensación de el amor que llevan los dos hasta el final, pues Frederick esta feliz de ayudarlo con su venganza. Aun que Daniel aun no se de cuenta de que es un amor genuino.
Así que, allí lo demás se les dejo como un AU mas para dibujar.
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Espero y les guste ❤️💛🖤
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webosfritosblog · 2 years
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Mañana es mi cumpleaños
No me siento más vieja. Tampoco más sabia. Ni más linda... pero contenta por cumplir años. En el viaje de la vida, en ocasiones las paradas merecen la pena y en otras pasas de largo como si nada. A menudo reflexiono sobre diversos temas, pero cuando se trata de agregar un año más a mi vida, hago un alto y reflexiono sobre los logros, fracasos, alegrías y tristezas vividas, tomo conciencia de quien soy, no importa lo afortunada o desafortunada que sea. Tengo algunas aspiraciones pero nada grandioso sólo algunos sueños por realizar. Intentaré ser lo más feliz posible, no perder jamás la curiosidad y no desaprovechar el tiempo. A mis amigos, les agradezco el estar ahí y hacerme el camino más dulce.
Siempre he pensado que el único día especial que realmente tiene una persona es el de su cumpleaños, porque ni Noche Buena, ni Navidad, ni fin de año, ni día de reyes… esos días son de fiesta pero no tienen nada de especial porque son de todo el mundo. Trato de pasar mi cumpleaños lo mejor posible, aunque muchas veces no hago nada especial, en ocasiones hasta se les olvida a algunos pero no a mí.
Les confesaré que cuando me preparan sorpresas, aunque me cueste admitirlo, quisiera esconderme todo el día hasta que pase, no sé por qué pero la verdad es que me vuelvo insegura y nerviosa por una extraña razón que no logro comprender, en ocasiones me quedo hasta sin palabras. Y no es que me falte imaginación y picardía (a veces creo que me sobra) quizás es que debo ser más espontánea.
Tal vez lo que debo hacer es respirar profundo y mostrarme ante todos como realmente soy sin importarme a quien le guste o no, si total cuando me muestro fría, altanera y cínica no me importa lo que diga o piense la gente. Ustedes saben la dualidad que vive en mí porque se los he dicho y sólo me conocen realmente las personas más allegadas a mí o mejor dicho las que yo dejo llegar.
A veces me siento cansada y un poco perdida, soy consciente de que he iniciado una nueva etapa en mi vida, que mi viaje interior y mis pasos han ido tomando un nuevo rumbo. Uno que yo no he trazado conscientemente, que no he decidido en ningún momento marcarme, pero siento que la vida me empuja y me empuja hacia un nuevo horizonte y lo hace obligándome a dar un giro rotundo en mi camino.
Tengo ante mi una nueva senda abierta que no sé adonde me conduce, que jamás habría elegido tomar y por la que me estoy adentrando casi sin querer, con piernas temblorosas y pasos inseguros. Siempre he sido una rebelde, pero es hora de establecer una alianza pacífica conmigo misma y caminar despacito mientras curo mis propias heridas en silencio.
Al sumar un año más a mi existencia, también le sumo madurez, experiencia, crecimiento, cada año pienso disfrutar más la vida. Hay que reír en los momentos buenos, llorar en las penas, seguir soñando, de eso se trata la vida. La mayoría de los triunfos que uno alcanza eran inicialmente sueños y los fracasos, de ellos hay que aprender todo lo posible para no cometer los mismos errores. Aunque a veces inevitablemente tropezamos dos veces con la misma piedra.
Este año que cuando finalice el día queda en mi pasado, les aseguro (y los que me conocen sabrán de qué hablo) que he aprendido en todos los entornos, en el amistoso, en el laboral, en el amor, en salud… en todos he tenido sustos lo suficientemente grandes como para aprender de errores que espero no volver a cometer. Me noto muy diferente, muy cambiada, no sé si mejor pues eso lo tienen que valorar los que me rodean. Pero en lo particular creo que me gusto más.
He podido realizar proyectos pendientes desde hace tiempo, he compartido con personas muy especiales y con buenos amigos, y bueno, muchas cosas que tampoco me voy a poner a contar aquí para que no se aburran. A pesar de los contratiempos soy feliz con lo que tengo y con los que me rodean. Aunque a esta edad uno empieza a plantearse la vida de otra forma, porque tengo mi profesión. he cumplido con lo que me toca con respecto a la sociedad. Voy a marcarme nuevos objetivos este año que comenzaré a partir de mañana.
En nuestro andar por la vida es cierto que siempre caminamos en soledad porque por muchas manos que nos tiendan, somos nosotros mismos quienes decidimos mover nuestros pies o decidimos pararnos. Pero aunque esa es una verdad que, en el fondo, todos conocemos, hoy más que nunca la experimento en mi interior con un punto de angustia. Sin discusión alguna la vida es un viaje que iniciamos y acabamos en completa soledad porque la gente que amas, hoy está pero mañana tal vez ya no, como tantas otras cosas que hoy tenemos y mañana tal vez las hayamos perdido. Por eso, ante todo, tenemos que amarnos a nosotros mismos, reconciliarnos con nosotros mismos, creer en nosotros mismos y sernos fieles a nosotros mismos porque, en la realidad, somos nuestros auténticos compañeros de viaje.
Es cierto que cuando den las doce campanadas soy un año más “vieja” y se los entrecomillo porque no soy vieja ni me siento vieja que es lo más importante. Uno envejece en realidad cuando se cierra a las nuevas ideas y se vuelve radical, cuando lo nuevo asusta, cuando se vuelve intransigente y no consigue dialogar, cuando piensa demasiado en sí mismo y se olvida de los demás, cuando tiene oportunidad de amar y se pone a pensar en si vale la pena o no (¡por Dios! el amor siempre vale la pena), cuando permite que el cansancio y el desaliento habiten en su alma y se lamenta todo el tiempo, en fin, uno envejece cuando deja de luchar y amar.
En fin. Mañana es mi cumpleaños y agradezco a cada persona que está en mi vida, a mi madre que me ama incondicionalmente mi apoyo igual que mi padre y hermanos, a mis amigos que siempre están dispuestos a escucharme, aconsejarse y ser leales, y bueno a cada persona que entro y salió de mi vida me enseñaron muchas cosas y aprendí de cada una de ellas.
Feliz cumpleaños a mi ♥️💕
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xlomimi · 17 days
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Shy Girl. Capítulo 29: I Can See You
¡Hola! voy a publicar el capítulo de mi fanfic sin censura. Tuve que censurarlo por las nuevas políticas de Wattpad. Espero que les guste <3
ミ★ '𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘐 𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘸𝘢𝘪𝘵𝘪𝘯' 𝘥𝘰𝘸𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘮𝘦 
𝘈𝘯𝘥 𝘐 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘶𝘱 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯𝘴𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘢𝘭𝘭 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦★彡
—Reg... —susurró Reese para comprobar si su novia seguía despierta.
Luego de fallida fiesta en casa de Carly, Hal los había enviado a dormir. Una hora más tarde, Reese se encontraba recostado en su cama con la cabeza de su novia en su pecho mientras Malcolm y Dewey dormían en la cama de dos plazas junto a ellos.
Al oírlo llamarla, Regina movió la cabeza del pecho de Reese para colocarla en la almohada, lo que le permitió conectar sus ojos con los suyos.
—¿Qué pasa? —susurró Regina con algo de cansancio.
—Estaba pensando en lo que dijiste... —dijo Reese misteriosamente.
—¿Qué dije? —murmuró Regina, cerrando los ojos con demasiado sueño como para recordar cualquier cosa.
—Que también quieres que lleguemos hasta el final —le recordó Reese con una sonrisa, llevando su mano a su mejilla para acariciarla.
—¿Qué hay con eso? —preguntó Regina sonriendo con los ojos cerrados al sentir la caricia de Reese.
—Bueno... estamos en una cama... —insinuó Reese. Sorprendida, Regina volvió a abrir los ojos para encontrarse con la sonrisa traviesa de su novio.
—No vamos a hacer eso ahora —susurró escandalizada. Al instante, Reese quitó la mano de su mejilla y la miró como si le hubiera mentido.
—Dijiste que no me detendrías si lo intentaba —respondió Reese en otro susurro.
—Pero en la situación adecuada, no en la habitación con tus hermanos en la cama de al lado —replicó Regina mirándolo como si estuviera loco. —Duérmete —susurró volviendo a cerrar los ojos. 
—¿Cuándo es la situación adecuada? —preguntó Reese con impaciencia, ignorando su pedido.
—No lo sé... —murmuró Regina abriendo los ojos con un pequeño bostezo. —Mañana mis padres no estarán en casa...
—Tus padres nunca están en casa en la tarde —respondió Reese sin ver la novedad. 
—Sí, pero siempre tengo que cuidar a Alec. Mañana tiene práctica de futbol, así que... —dijo Regina esperando que él complete la frase.
—Tendremos la casa solo para nosotros —comprendió Reese con una sonrisa de emoción. —Pero, ¿Tenemos que esperar hasta mañana? —preguntó Reese con tono de queja. —No voy a poder dormir pensando en eso —agregó mirándola con cara de perrito mojado. Luego de un momento en el analizó la expresión de su rostro, Regina suspiró.
—Ten —murmuró Regina finalmente, tomando una de sus manos y pasándola por debajo de la remera que Reese le había prestado para dormir para colocarla sobre uno de sus pechos. Al tocarlo, el rostro de Reese se iluminó. —Diviértete con eso —dijo volviendo a cerrar los ojos con la intención de continuar durmiendo.
Sonriendo como un niño con un nuevo juguete, Reese acomodó la palma de su mano de modo que cubriera el pecho izquierdo de Regina por completo. Al inicio se conformó con mantenerla allí, observándola tratar de dormir. Luego, comenzó a acariciarlo con el pulgar en círculos, sonriendo aún más al verla amagar una sonrisa sin dientes varias veces por la sensación que le provocaba. Eventualmente, decidió que era momento de estrujar suavemente su pecho. Fascinado por la sensación, Reese rio tontamente y repitió la acción riendo luego de cada pequeño apretón. 
Sin poder dormir al oír su risa, Regina abrió los ojos y lo observó reír con una sonrisa de diversión. —¿Qué es tan gracioso? —preguntó. 
—Es muy suave, es divertido tocarlo —explicó Reese en un susurro, riendo tontamente sin dejar de masajear su pecho, lo que la hizo reír también. 
—Lo sé —respondió Regina susurrando entre risas. —A veces lo hago también—admitió.
—No te preocupes, yo lo haré por ti —susurró Reese guiñándole un ojo con una media sonrisa, por lo que Regina tuvo que taparse la boca para no despertar a Malcolm y Dewey con su risa. —¿Puedo? —preguntó posando su mano libre en el borde de su remera mientras continuaba masajeando su pecho con la otra.
—Sí —accedió Regina, permitiendo que Reese pase su mano por debajo de su camiseta. Sin quitar una mano de su pecho izquierdo, emprendió un camino lento con la otra deslizando sus dedos desde su muslo hacia su seno derecho. Regina se estremeció al sentir las caricias de Reese subiendo lentamente. —Reese... —murmuró. Tal vez no había sido tan buena idea dejar que Reese juegue con sus pechos si quería dormir. 
—¿Si? —preguntó Reese con una sonrisa burlona al verla estremecerse al tacto, deteniendo su mano en su abdomen para dibujar círculos con su dedo índice a la vez que hacía lo mismo con su otra mano en su pecho. 
—Deja eso para mañana —susurro Regina con una sonrisa de disculpa, colocando su mano sobre la de él para detener las caricias en su abdomen. 
—Está bien, si es lo que quieres me detendré —respondió Reese riendo, dejando su mano reposar sobre su abdomen. —¿Pero puedo seguir haciendo esto? —preguntó apretando suavemente su pecho con la otra mano, volviendo a reír tontamente al hacerlo. Contagiada por su risa, Regina trató de responder que sí podía si la dejaba dormir, pero ambos se quedaron helados al oír una voz en medio de la penumbra.
—¿Quieren dejar de reírse? —escucharon a Malcolm quejarse en un susurro para no despertar a Dewey. Rápidamente Reese quitó ambas manos de debajo de su remera y se giró con cara de pánico hacia su hermano apoyándose sobre su codo, mientras Regina se escondía detrás de su espalda entre las sábanas sintiendo sus mejillas arder. —Son las... —continuó quejándose Malcolm, sentándose contra el respaldo de su cama y echándole un vistazo al reloj. —...dos de la madrugada, duerman y dejen dormir. 
—¿Qué escuchaste? —preguntó Reese alarmado, ignorando todas las quejas de Malcolm. 
—Solo me despertaron con sus risas, no oí más n... —explicó exasperado, pero se interrumpió abruptamente al percatarse de la expresión de preocupación de su hermano y la timidez repentina de Regina. —¿Por qué? —preguntó Malcolm con los ojos muy abiertos. 
—Por nada —respondieron rápidamente Reese y Regina. 
—Voy a dormir, estoy muy cansado... —agregó Reese, levantando un poco la espalda para volver a acomodarse junto a Regina bajo la mirada perpleja de Malcolm. —Buenas noches —concluyó la conversación dándole la espalda a su hermano y pasando sus manos por la cintura de Regina para dormir por fin. 
Aún sorprendido, Malcolm volvió a recostarse mirando hacia el techo. Retorciendo las sábanas entre sus puños, no podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrir. —Ellos no estaban... —trató de hablar con el lector para eliminar la extraña presión que sentía en el pecho. —No creo que ellos... —murmuró, pero volvió a dejar la frase en el aire. —¿Saben qué? No me importa —dijo finalmente en un intento por quitarle importancia, volviendo a recostarse de lado para dormir. 
•••
—No te limpies las manos en tu remera —reprendió Regina a Reese durante el desayuno, levantándose de su asiento para mojar una servilleta y limpiar la mancha de jarabe de su camiseta. Apenas se dio la vuelta, Reese volvió a hacerlo observando de reojo que no lo notara. 
—Hazle caso a Regina, hijo —dijo Hal, mientras Regina se paraba junto a Malcolm, que buscaba jugo en la heladera, para mojar la servilleta en la pileta de la cocina. —Siempre tienes que usar una servilleta —dijo asintiendo con la cabeza mientras se limpiaba los dedos en la servilleta que llevaba colgada en el cuello de su camisa para no mancharse. 
Girando nuevamente con la servilleta mojada, Regina observó asqueada como Malcolm bebía jugo del pico de la botella para luego pasárselo a Reese, que prácticamente eructó sobre la botella antes de pasársela a Dewey. 
—¿Puedo usar un vaso? —preguntó Dewey igual de asqueado que Regina, sin aceptar el jugo. 
—No, nada que requiera lavarse —respondió Hal con seriedad. 
Entre tanto, Regina volvió a sentarse entre Reese y Dewey para poder frotar la servilleta humedecida sobre la mancha de jarabe en la remera de Reese. Al ver que había una mancha que no estaba antes de que se levantara, Regina lo miró con fastidio, pero él fingió no notarlo. 
—¿Quieres jugo, linda? —preguntó Reese ofreciéndole la botella de jugo. 
—Mmm... no, gracias —respondió Regina arrugando la nariz con asco mientras continuaba limpiando su camiseta. 
—¿Por qué te da asco? Compartimos saliva todo el tiempo —la cuestionó Reese, insistiendo en entregarle la botella de jugo. 
—Pero no comparte saliva conmigo —replicó Malcolm, sentado frente a ellos. 
—Le eructaste al pico de la botella —replicó Regina a la vez, dejando la servilleta a un lado al ver que la mancha ya no estaba. Al levantar la vista se percató de que Reese se acercaba a ella peligrosamente con una sonrisa de picardía. —¡Que ni se te ocurra! —exclamó asqueada, posando una mano en su mejilla para alejarlo de su rostro. Estaba segura de que pretendía eructar cerca de ella. 
 —Basta, niños —los reprendió Hal, quitándose la servilleta del cuello de la camisa para limpiarse las manos. —Limpiemos la mesa —propuso tirando la servilleta sobre  la mesa con todos los platos descartables. 
Al instante, Dewey y Reese se levantaron para buscar una bolsa de basura de un cajón de la cocina, mientras que Hal y Malcolm comenzaron a juntar los platos descartables. Sin conocer la nueva dinámica, Regina se levantó de su asiento para facilitarles el paso, viendo como Reese y Dewey sostenían la bolsa abierta para que Malcolm y Hal pudieran tirar allí todo lo que usaron. Cuando terminaron, Regina se acercó a los chicos para quitar todas las migas de la mesa, limpiándola realmente. 
—Ah, hablé con su madre anoche —comentó Hal abriendo la heladera mientras ellos terminaban de limpiar la mesa. — A todos los extraña mucho y volverá pronto —dijo con una sonrisa. Al oírlo, sus tres hijos voltearon a verlo con expresiones de pánico, por lo que Regina contuvo una carcajada. 
—¿Cuándo? —preguntó Reese alarmado. 
—Unas semanas —aclaró Hal, por lo que sus hijos suspiraron aliviados mientras Regina se reía de ellos. Sonriendo más relajado, Reese tomó la mano de Regina con la intensión de caminar juntos a la escuela. —¡Ah, Reese! —exclamó Hal, haciendo que se detengan para voltear a verlo con Malcolm junto a ellos. —Quiere que limpies las hojas del techo de la cochera cuando regreses de la escuela. 
—¡¿Qué?! —exclamó Reese abriendo mucho los ojos, a la vez que Regina juntaba las cejas y tiraba la cabeza levemente hacia atrás. —¡Pero hoy es el único día que los padres de Reg no están en casa al mismo tiempo que Alec! —replicó Reese. Sintiendo que sus mejillas enrojecer por la vergüenza, Regina apretó su mano levemente para llamar su atención. Al conseguir conectar sus ojos con los suyos, le lanzó una mirada de pánico para que notara lo que acababa de decir. —N-no podremos hacer la tarea —agregó Reese girándose nuevamente hacia su padre en un intento por arreglarlo, pero hasta Dewey lo miraba con incredulidad. 
 —Reese, tu madre... —comenzó a sermonearlo Hal, haciendo la vista gorda ante lo evidente, pero fue interrumpido por las quejas de Reese. 
—¡Esto no es justo! —gritó Reese. —¡Mamá no puede controlarnos si ni siquiera está aquí! 
—Nadie está siendo "controlado" por tu madre —dijo Hal levantando las manos como si lo que acabara de oír fuera una ridiculez. —Por ejemplo, yo invité a un viejo amigo esta noche y aunque no le diremos nada a su madre, ¡No significa que nos controle! —aclaró Hal riendo nerviosamente. —Repito, su madre jamás debe saber esto y eso te incluye, Reg —dijo Hal con tono de advertencia. —Y a ustedes les caerá muy bien Larry, éramos inseparables en la preparatoria. Pero en serio, su madre no debe averiguar que estuvo en la casa —repitió con más enojo. 
Sin responder, Reese abandonó la cocina con fastidio tirando de la mano de Regina a su paso. Aún desconcertada y avergonzada porque Reese prácticamente había gritado frente a la mitad de su familia que pretendían intimar esa tarde, ella dejó que la arrastre con él sin protestar con Malcolm a unos pasos por detrás.
Los tres salieron de la casa y caminaron en silencio por lo menos tres cuadras. Reese estaba demasiado irritado como para hablar. Había fantaseado con mantener relaciones sexuales con Regina desde antes de que iniciaran su noviazgo y su madre se las arreglaba para arruinarlo aún a la distancia. Caminando de la mano con él, Regina mantenía la vista fija en el piso mientras se carcomía internamente por la vergüenza que sentía. En cambio, Malcolm los observaba con diversión.
—Reg, pareces un tomate —se burló Malcolm, ganándose una mala mirada de la pareja.
—Cállate, Malcolm —dijeron ambos entre dientes.
•••
—Hola, tomatito —se burló Madison al ver a Regina entrar en la clase de Literatura junto a Reese con las mejillas coloradas.
—Cierra el pico, North —dijo Reese caminando hacia ella con enojo. Sabía que Regina empeoraría si seguían mencionándolo, solo quería que estuviera bien e iba a pelear con cualquiera que se lo impidiera. Pero Regina lo tomó de la muñeca para detenerlo.
—Está bien, amor, es un chiste —sonriendo levemente para que no le diera tanta importancia.
—Sí, Puercoespín, no saques las púas —se burló Madison para hacerlo enojar más, por lo que Regina le lanzó una mirada de fastidio.
—No ayudas, Maddie —se quejó Regina, empujando a Reese hacia el fondo del aula para que se siente en su lugar, muy alejado de Madison. —Volveré contigo en un momento —dijo besando su mejilla al llegar junto a sus asientos. —¿Si? 
—Está bien... —respondió Reese a regañadientes, sentándose en su banco escolar. Seguía de muy mal humor luego del pedido de su madre, así que simplemente se quedó mirando hacia la ventana con el ceño fruncido mientras su novia se alejaba de él.
—¿Qué le pasa al Puercoespín? —preguntó Madison cuando Regina se sentó provisoriamente en el asiento detrás de ella. —No discutíamos desde esa vez que te tiró del cabello.
—Está enojado porque no podremos vernos en la tarde, su mamá le pidió que limpie el techo de la cochera —explicó Regina haciendo una mueca.
—¿Eso es todo? —preguntó Madison, inconforme con la respuesta. —Ayúdalo a limpiar, problema resuelto.
—Es que íbamos a ir a casa... —trató de que entendiera sin dar muchos detalles, pero Madison seguía mirándola como si ella y Reese hicieran un drama por nada.
—¿Y? Cambien el plan —respondió Madison como si fuera obvio.
—No estás entendiendo —dijo Regina negando con la cabeza suavemente antes de inclinarse hacia ella. Intrigada, Madison imitó la acción. —Mis padres y Alec no estarán en casa esta tarde, así que queríamos... —explicó bajando el tono de voz, pero dejó la frase en el aire asumiendo que su amiga entendería.
Al ver que el rubor volvía a aparecer en las mejillas de Regina, Madison la miró boquiabierta, acababa de comprender la situación. —¡Ah! ¡Hubieras empezado por ahí! —exclamó Maddie, riendo por lo mucho que le costaba a Regina hablar de eso. —O sea que les arruinaron el primer se...—comenzó a decir en un tono demasiado alto a criterio de Regina, por lo que la interrumpió rápidamente.
—¡Shhhh! —exclamó Regina moviendo sus manos delante de ella para que guardara silencio. Madison volvió a reír. —No quiero que todo el mundo se entere —susurró escandalizada, haciéndola reír aún más.
—¿De qué? —preguntó Carly, sentándose en su lugar habitual al entrar al aula, justo al lado del asiento que ocupaba Regina en ese momento. 
—Luego te cuento —respondió Regina sin querer hacer tanto escándalo al respecto allí, pero ya era tarde. 
—Reg y el Puercoespín quieren hacer ñiqui ñiqui —respondió Madison a la vez bajando el tono de voz para no se molestara, pero aún así recibió una mala mirada de Regina. —¿Qué? 
—¿Tienes que decirlo así? —murmuró Regina jugando con el anillo de su mano sintiendo cada vez más calor en sus mejillas. Entre tanto, Carly soltó un suspiro de sorpresa y cubrió su boca para evitar gritar de emoción. 
—¡Yo lo predije! —exclamó alegremente Carly, por lo que Regina y Madison la observaron confundidas. —Cuando Reese trataba de llamar tu atención tirando de tu cabello el año pasado. ¡Yo lo dije! ¡Sabía que cuando fueran novios no te quejarías cuando tirara de tu cabello! 
—¿De qué estás hablando? Nadie dijo nada de eso —replicó Regina extrañada. —Ni siquiera lo hicimos aún, mucho menos tiró de mi cabello —agregó bajando el tono de voz nuevamente. 
—Aún no, pero cuando lo haga, te gustará —respondió Carly guiñándole un ojo. 
—Pero si tú no lo has hecho, no lo sabes —respondió Regina dejando salir una pequeña sonrisa.
—Pero yo sí y sí, te gustará —dijo Madison riendo al final.
—¿Anthony te...? No, espera, no quiero saberlo —dijo Regina arrugando la nariz y negando levemente con la cabeza, haciendo reír a sus amigas.
•••
—Pimpón es un muñeco muy ¡Au! —gritó Dewey cuando otra piedra cayó sobre su pie. Mientras era obligado a cantar y bailar vergonzosamente, Reese le lanzaba piedras a su hermanito con una resortera gracias a la falta de supervisión paterna. —... muy guapo y de cartón ¡Au! —continuó cantando, pero otra piedra impactó contra sus pies. —...se lava la ¡Au! ...la carita con ¡Au! ...con agua y con... —esta vez fue interrumpido por el sonido del teléfono sonando.
—Te toca —dijo Reese para que respondiera mientras él colocaba una piedra sobre la resortera.
—¿Hola? —dijo Dewey al responder el teléfono, pero su expresión se tornó preocupada al levantar la vista. Frente a él, Reese apuntaba con la resortera directo en su cara.
—¡Hola, Dewey! —dijo alegremente Regina del otro lado del teléfono. —Podrías decirle a Re...
—¡Mamá! —gritó Dewey, interrumpiendo a Regina. Al instante, Reese escondió la resortera detrás de su espalda, asustado como si su madre pudiera percibir a distancia lo que le hacía a su hermano.
—¿Me acabas de llamar "mamá"? —preguntó Regina confundida en el teléfono.
—Estamos bien. —dijo Dewey, fingiendo hablar con su madre ante la mirada preocupada de Reese. 
—¿Qué? —preguntó Regina cada vez más confundida. 
—Sí, le preguntaré —continuó fingiendo Dewey —Mamá quiere saber si ya barriste la cochera —preguntó a Reese. 
—¡¿Me canceló por eso y no lo está haciendo?! —exclamó Regina indignada. 
—¡Ya voy! —escuchó gritar a Reese del otro lado del teléfono mientras Dewey sonreía complacido, acababa de encontrar la forma de defenderse de su hermano mayor. 
—¿Quieres decirme qué ocurre? —preguntó Regina a Dewey asumiendo que su novio había corrido a limpiar las hojas del techo de la cochera. 
—Mamá no está y papá trabaja. La casa es una anarquía y soy el eslabón más débil, tengo que defenderme —respondió Dewey, observando a Reese salir corriendo de la casa para ir a la cochera. 
—Entiendo... —dijo Regina con un pequeño suspiro. —¿Qué te hizo Reese? 
—Me lanzó piedras con una resortera —explicó Dewey entre dientes.
—¡¿Qué?! —exclamó Regina entre sorprendida y enojada. —Lo voy a matar —murmuró para sí misma. Al oírla, Dewey abrió mucho los ojos asustado.
—¡No le digas nada! —dijo Dewey desesperado.
—¿No quieres que le diga que no te haga daño? —preguntó Regina sorprendida, eso no se lo esperaba.
—Si le dices sabrá que tú llamaste y perderé la única forma que tengo de defenderme. Por favor no le digas —insistió Dewey con tono de súplica. Regina lo pensó por un momento, pero finalmente cedió. 
—Está bien, no te mencionaré. Dile que llamé luego de tu mamá y que iré en dos horas —pidió Regina
—¡Gracias, Reg! —dijo Dewey alegremente antes de colgar.
•••
—No olvides limpiar las hojas de mi techo sin importar los planes que tengas con tu novia porque soy una vieja mala —se quejaba Reese dos horas más tarde sentado en su cama, imitando a su madre con enojo mientras Regina limpiaba la herida de su codo conteniendo una pequeña risa. Acostado en su propia cama, Dewey observaba a Reese con una sonrisa regodeándose de su sufrimiento discretamente. —¿Qué importa si está mojado y resbaloso? El techo tiene que estar limpio porque soy mala... 
—Reese, te resbalaste por pelear con un gato —dijo Regina sin poder evitar reír, ganándose una muy mala mirada de su novio. 
—¿Te burlas de mí? —preguntó Reese alzando una ceja con una media sonrisa. 
—¿Yo? ¡Jamás! —exclamó Regina fingiendo inocencia justo en el momento en el que oyeron el sonido del teléfono proveniente de la cocina. —Solo te estoy cuidando... —agregó levantando el codo de Reese y dejando un besito suave sobre la curita que le acababa de poner, para luego dedicarle una sonrisa de inocencia.  
—¡Yo contesto! —gritó Dewey antes de salir corriendo hacia la cocina, entrecerrando la puerta a su paso. Apenas cruzó la puerta, Reese inclinó levemente su cuello para comprobar que Dewey no estuviera cerca. Luego de comprobarlo, tomó una de las piernas de Regina para atraerla más hacia él y la colocó sobre su regazo mientras que la otra se mantenía detrás de su espalda, por lo que sus piernas rodeaban la cadera de Reese.  
—No... yo sí creo que te burlas de mí —dijo Reese con tono divertido, deslizando su mano derecha por la pierna de Regina que mantenía en su regazo desde la rodilla hasta el muslo.  
—Mmm... no sé qué te hace pensar eso... —respondió Regina juguetonamente, pasando sus brazos alrededor de su cuello y cruzando sus piernas alrededor de su cadera. —Simplemente mencioné que el gatito parecía el chico malo entre los dos —agregó manteniendo su tono inocente, pero con una sonrisa burlona en su rostro. 
—Ah, ¿Eso crees? —preguntó Reese con una sonrisa traviesa, lo había tomado como un desafío. —Veremos si sigues pensando que el gato es más malo que yo luego de que haga esto —en un instante, Reese hundió su rostro en el cuello de Regina para comenzar un camino de besos hasta su clavícula mientras continuaba acariciando el muslo de su pierna derecha. Sabía que sentía muchas cosquillas en esa zona y había conseguido el efecto deseado. Sin poder evitarlo, ella rio a carcajadas al sentir los labios de Reese recorrer su cuello. 
En un intento por evitar que continúe torturándola, Regina posó las manos sobre sus hombros y trató de alejarse de él tirando la espalda hacia atrás, pero no fue suficiente. Debido a la fuerza que Reese aplicó para mantener los labios en su cuello, Regina cayó de espaldas en la cama riendo cada vez más fuerte con su novio sobre ella dejando suaves besitos en su cuello y dibujando círculos en su muslo izquierdo. 
Lentamente, Reese comenzó a llevar sus besos desde su cuello a su mandíbula, luego de su mandíbula a su mejilla y, finalmente, unió sus labios en un beso desesperado. Sin dudarlo, Regina correspondió el beso acercándolo más a ella por el cuello. En medio del beso, Reese deslizó su mano por su pierna hacia el borde de su blusa. Aún sobre la tela, Reese acarició su abdomen como pidiendo permiso en silencio para meter una mano debajo de su blusa, lo que la hizo volver a la realidad. Rápidamente, separó sus labios y colocó una mano sobre la de Reese, evitando que continuara su camino hacia sus senos.  
—¡Espera, espera! —dijo Regina bajando el tono de voz a pesar de que no había nadie en la habitación. Sin comprender por qué lo detenía, Reese alejó un poco su rostro del de Regina esperando su explicación. —Dewey volverá en cualquier momento... 
—¿Quieres que vayamos al armario? —preguntó Reese en broma, sonriendo burlonamente. Riendo, Regina le dio una pequeña palmadita en el hombro, lo que también lo hizo reír. Justo cuando Dewey entraba en la habitación, Reese se levantaba de encima de Regina para sentarse y le ofrecía una mano para que hiciera lo mismo. 
—Sí, mamá, aquí está Reese —dijo Dewey parándose en la puerta de la habitación con el teléfono en la oreja. Al oírlo mencionar a su madre, Reese volteó a verlo preocupado y se levantó de la cama apenas Regina estuvo sentada. —Sí, se lo diré. ¿De verdad tiene que desvelarse toda la noche? ¿No puede reparar mi bici mañana? —preguntó Dewey al teléfono. Comprendiendo lo que hacía, Regina miró al niño con el ceño fruncido. —Bueno, tienes razón. El sábado en la mañana es el mejor día para salir —respondió al teléfono. Derrotado, Reese  suspiró con fastidio antes de volver a girarse hacia Regina. 
—Lo siento, amor, tengo que reparar la bici de Dewey —murmuró Reese, haciendo una mueca de fastidio. 
—No es nada, entiendo —respondió Regina apretando los labios en una sonrisa sin dientes. —Voy a volver a casa, mis padres ya deben haber llegado —agregó, levantándose de la cama de su novio.
—Te acompaño —dijo Reese rápidamente. — Y prometo que iré a verte mañana por la tarde —agregó antes de colocar las manos en sus mejillas para volver a besar sus labios.
—Te estaré esperando entonces —respondió Regina con una sonrisa, dejando un último beso rápido en sus labios antes de separarse definitivamente.
Luego de mirarla embobado por unos segundos, Reese entrelazó sus manos para guiarla hacia la puerta con él. Antes de cruzar la puerta, Regina soltó su mano para darle a Dewey un abrazo de despedida mientras él la esperaba en el pasillo.
—Adiós, Dewey —dijo Regina, inclinándose para abrazar al niño que pasó sus brazos por detrás de su espalda en respuesta. —No dije nada porque lo merece por la resortera, pero no te pases con él —le advirtió en un susurro antes de soltarlo.
•••
—Gracias por acompañarme —dijo Regina con una sonrisa cuando estuvieron en la puerta de su casa, jugando con la mano de Reese.
—No iba a dejar que volvieras sola de noche —respondió Reese levantando sus manos unidas para dejar un besito en sus nudillos. Regina rió por el gesto y dejó un beso en su mejilla antes de soltar su mano para introducir la llave en la puerta. —Y mañana... —agregó Reese, posando una mano sobre la suya para evitar que girara la llave. —...podríamos terminar lo que empezamos —concluyó con picardía, por lo que Regina giró nuevamente hacia él sin soltar la llave.
—Claro, será muy divertido que mi mamá entre de golpe —respondió Regina irónicamente, sacándole una carcajada. —Creo que tendrá que ser el próximo viernes, cuando Alec vuelva a tener práctica de fútbol —dijo con una sonrisa de disculpa.
—¿El viernes? —dijo Reese como un quejido, quitando la mano para que pudiera hacer girar la llave. —¿No podemos encerrar a Alec en su cuarto el lunes hasta que lleguen tus padres? —preguntó tirando la cabeza hacia atrás. Regina rió creyendo que estaba bromeando, pero Reese hablaba muy en serio.
—No creo que se deje encerrar —respondió Regina riendo mientras giraba la llave por fin. —Aunque tal vez si tú lo convences... —dijo pensándolo mejor, sin llegar a abrir la puerta. Al oírla, a Reese se le iluminó el rostro.
—Cierto, soy su héroe. Me hará caso —dijo Reese con orgullo, haciéndola reír.
—Sí, lo eres —respondió Regina entre risas. —Y justamente por eso dudo que te haga caso —agregó abriendo la puerta por fin.
—No sé qué estás insinuando —respondió Reese, fingiendo no comprender con diversión mientras se acercaba a ella para recibir un beso de despedida. Regina volvió a reír y se acercó a él para rodear su cuello con las manos, de espaldas la puerta abierta de su casa, mientras Reese pasaba sus manos por su cintura. Poniéndose de puntitas de pie, Regina estaba a punto de cumplir su deseo cuando la voz de su madre detrás de ella la detuvo. 
—¿Necesitas otra cosa para tu operación? —escucharon preguntar a Caroline. Confundida, Regina volvió a estabilizar sus pies en el suelo y soltó el cuello de su novio para dar unos pasos dentro de la casa, ignorando el quejido de Reese al darle la espalda. Justo frente a la puerta, Caroline y Phineas bajaban las escaleras lentamente conversando con la vista fija en los escalones, por lo que no notaron a su hija y su novio en la entrada. 
—Mmm... creo que debo comer helado —respondió Phineas pisando el segundo escalón, lo que hizo su esposa se detuviera un escalón por debajo de él para observarlo confundida. Entre tanto, Regina escuchaba desde la puerta sin entender de qué operación hablaban con Reese tratando de llamar su atención. 
—En realidad no creo que se coma helado para... —comenzó a decir Caroline arrugando la nariz, pero Phineas la interrumpió. 
—Perdón, ¿Es una vasecto-tuya o una vasecto-mía? —preguntó Phineas posando una mano en su hombro e inclinando la cabeza. Desde la puerta, tanto Reese como Regina abrieron los ojos sorprendidos. 
—...iré a pedir helado —respondió Caroline luego de un pequeño momento de silencio, a lo que Phineas sonrió complacido. 
—¿Papá va a hacerse una vasectomía? —preguntó Regina sorprendida, logrando que sus padres levanten la vista hacia ellos.
—¿Le van a cortar su...? —preguntó Reese con expresión de horror, dejando la frase a la mitad. 
—Ay por dios, mira la cara de horror del chico —susurró Phineas a su esposa, el terror que le generaba la operación comenzaba a reaparecer. A su lado, Caroline trataba de calmarlo haciéndole señas para que respire profundo. —Me arrepentí. No puedo hacerlo, no puedo hacerlo, ¡No puedo hacerlo! —murmuró entrando en pánico antes de salir corriendo por las escaleras hacia su cuarto.
—¡Cariño...! —exclamó Caroline tratando de detenerlo, pero Phineas ya estaba en mitad del pasillo que daba a la habitación matrimonial. Al ver que tendría que calmar sus nervios otra vez, Caroline suspiró con cansancio antes de voltear nuevamente hacia los adolescentes. —No se asusten, solo es una pequeña intervención quirúrgica que tu padre se hará mañana... —dijo Caroline con tono tranquilizador, dando pequeños vistazos en la dirección en la que se había ido su esposo. —Tendrás que cuidar a Alec mañana por la tarde, me quedaré con él hasta que le den el alta —agregó sin prestarles mucha atención. Si lo hubiera hecho, probablemente habría notado las miradas cómplices compartieron Reese y Regina, pero estaba demasiado ocupada pensando en su esposo. —Reese, ¿Te quedas a cenar? —preguntó volviendo su atención hacia ellos justo cuando despegaban la mirada uno del otro. 
—Gracias, señora Langdon, pero tengo que volver a arreglar la bicicleta de Dewey —respondió Reese, usando el tono educado que solo sacaba a relucir con la madre de su novia. 
—Oh, será la próxima vez. ¡Envíale saludos a Hal! —exclamó Caroline mientras subía las escaleras para consolar a su esposo. 
—Bueno... —dijo Reese con una sonrisa apenas Caroline desapareció por las escaleras, acercándose nuevamente hacia Regina para pasar sus manos por su cintura. — Tendremos que adelantar nuestros planes para el lunes...
—Sí, se te ve muy triste por eso —respondió Regina con una pequeña risa antes de dejar un beso rápido en sus labios como despedida. —Hasta mañana.
•••
—¡Hecho! Alec no saldrá del patio hasta que lleguen tus padres —dijo Reese muy orgulloso de sí mismo entrando por la puerta que conectaba el jardín a la sala de la casa de los Langdon el sábado en la tarde.
—¿En serio? ¿Cómo lo hiciste? —preguntó Regina sorprendida, observándolo caminar hacia ella desde el sofá.
—Le prometí un par de secretos de Dewey si se quedaba en el patio —respondió Reese mientras se sentaba a su lado.
—El mejor hermano del mundo —dijo Regina irónicamente, haciéndolo reír.
—No te vi muy en contra de la idea de encerrar a tu hermano con llave en una habitación—replicó Reese entre risas.
—Shhh —dijo Regina riendo a la vez que se deslizaba más cerca de él, pasando las piernas por encima de su regazo y abrazándolo por el cuello para acercar sus rostros. Con una gran sonrisa, Reese se dejó atraer pasando la vista embobado entre sus ojos y sus labios hasta Regina rompió por fin la distancia entre ellos. 
El beso era lento y dulce en un inicio, incluso podían sentir la sonrisa del otro sobre sus labios. Mientras Regina acariciaba la parte baja de su nuca, Reese deslizó sus manos por su cintura y, a medida que los besos se hacían más intensos, comenzó a acercarla más hacia él al punto de sentir su pecho pegado a su torso.
Totalmente perdida entre sus besos, Regina ni siquiera notó que Reese colocaba una mano por debajo de sus rodillas y otra sobre su cintura para levantarla suavemente hasta que se vio a sí misma sentada por completo en su regazo. Lentamente, Regina acomodó sus piernas a cada lado de las de Reese tratando de separar sus labios la menor cantidad de tiempo posible.
Entre tanto, él deslizó una de las manos por debajo de su remera. Regina se estremeció ante el tacto frío recorrer su abdomen hasta llegar a su pecho derecho. Al sentir que comenzaba a masajear su seno, ella movió las manos de sus hombros a sus mejillas para profundizar los besos, volviéndolos más desesperados. Para Reese esto fue una súplica de atención al pecho izquierdo, por lo que repitió la acción con la otra mano.
Casi sin quererlo, Reese descubrió algo nuevo sobre los senos. Mientras jugaba con ellos, rozó por accidente el pezón derecho de su novia. Fascinado, rompió el beso para observarla con un brillo en los ojos. La había oído jadear sobre sobre sus labios.
Sin notar el motivo de la expresión de Reese, Regina aprovechó la oportunidad para recorrer el camino desde la comisura de sus labios hasta su cuello con pequeños besitos. A la vez, Reese continuó jugando con sus pechos, pero esta vez no solo los masajeaba. Con delicadeza, comenzó a apretarlos desde la base hasta los pezones, sorprendiéndose al sentir que se endurecían debajo de sus dedos. Pero lo que más le gustaba era oír a Regina soltar pequeños jadeos cada vez que los tocaba.
—¿Subimos... a mi cuarto? —murmuró Regina haciendo una pequeña pausa al estremecerse por la atención de Reese en sus pezones.
—Por supuesto —respondió Reese con una sonrisa de picardía, volviendo a conectar sus labios sin dejar de jugar con sus pechos. Entre besos y pequeños jadeos, Regina comenzó a incorporarse con la intención de caminar hacia las escaleras, pero Reese se lo impidió. Rápidamente, alejó las manos de sus senos para volver a colocarlas en su cintura, sentándola en su regazo a horcajadas de un tirón. Confundida, Regina detuvo los besos para esperar una explicación. —Así no —respondió simplemente.
—¿Entonces cómo...? ¡Ay! —exclamó Regina riendo. En un segundo, Reese deslizó sus manos por debajo de sus piernas y se levantó del sofá con Regina aferrada a él. Para no caer, rodeo su cuello con los brazos y su cadera con las piernas mientras él subía las escaleras casi trotando.
En menos de un minuto llegaron a la habitación. Cerrando la puerta con el pie, Reese se arrojó sobre la cama con Regina riendo debajo de él. —¿Te parece divertido? —dijo Reese con una sonrisa burlona, quitando las manos de sus muslos para sostenerse sobre ella con los antebrazos apoyados a sus lados.
—Muy divertido —respondió Regina riendo antes de volver a dejar besitos cortos en sus labios. Colocando las manos detrás de su nuca para profundizar el beso, hizo caer su peso por completo sobre ella.
—A mí me parece divertido que no te hayas puesto sujetador —dijo Reese entre besos, aprovechando que ya no necesitaba sostenerse con sus brazos para volver a deslizar sus manos por debajo de su remera. —Aunque no puedo quitártelo si no lo llevas puesto...
—Oh, lo siento. ¿Quieres que me ponga uno? —preguntó Regina con diversión. —Porque están en ese cajón, podría... —dijo señalando hacia el armario, pero Reese la interrumpió.
—¡No! —exclamó Reese rápidamente antes de volver a unir sus labios, haciéndola reír en medio del beso. —Así estás perfecta... —agregó con una sonrisa traviesa mientras se alejaba unos centímetros para empezar a levantar su remera lentamente. Con una pequeña sonrisa, Regina permitió que quite la camiseta por completo mientras jugaba con el cinturón del pantalón de Reese.
Una vez que arrojó la remera de Regina en alguna parte de la habitación, Reese observó fascinado sus propias manos caer con delicadeza sobre los pechos desnudos de su novia. Riendo por su expresión de embobado, Regina bajó los besos hacia su cuello, viendo de reojo la sonrisa de disfrute de Reese. Pero no pudo hacerlo por mucho tiempo ya que él puso el rostro a la altura de su pecho izquierdo para poder dejar pequeños besitos sobre él a la vez que continuaba masajeando el otro con la mano. Luego de unos minutos, lo introdujo por completo en su boca. Regina contuvo la respiración por unos segundos sorprendida antes de las manos al cabello de Reese. 
—Reese... —murmuró Regina, aunque sonó más bien como un jadeo al sentir la lengua de Reese hacer círculos sobre su pezón. Con una media sonrisa, Reese levantó la vista hacia ella mientras continuaba con su tarea, disfrutando hacerla retorcerse debajo de él. —Reese... —repitió tratando de calmar su respiración y deslizando sus manos a sus mejillas para apartar su boca de su pecho. A pesar de que lo estaba disfrutando, quería que le prestara atención antes de seguir. Suponiendo que tenía otra idea en mente, él se dejó guiar hasta que volvió a enfrentar sus rostros. —Trajiste protección, ¿Verdad? —preguntó Regina entre pequeños besos, mucho más cuerda al no tener la lengua de su novio sobre su pecho. 
—¿De qué hablas? —preguntó Reese sin dejar de besarla, manteniendo sus ojos cerrados con una sonrisa placentera sin dientes. 
—Ya sabes... un condón —respondió Regina rompiendo los besos y alejándose unos centímetros para verlo mejor. Como respuesta, Reese juntó sus cejas confundido. —¿Esa cosa que tienes que ponerte para no dejarme embarazada? —explicó, aunque sonó como una pregunta al ver que ni siquiera sabía qué era. 
—Ah, sí, claro. Sé lo que es —respondió Reese asintiendo con la cabeza, cosa que era claramente una mentira. 
—¿Entonces tienes uno? —preguntó Regina. Sabía que estaba mintiendo, pero a la vez se aferraba a la posibilidad de que en verdad tuviera uno para continuar. Al ver que Reese le dedicaba una sonrisa de disculpa, Regina suspiró frustrada. 
—Relájate —dijo Reese sin darle importancia, volviendo a unir sus labios en pequeños besos para poder seguir hablando. —Podemos arriesgarnos —agregó, comenzando a bajar sus besos para volver a poner su atención en sus pechos.
—¿Arriesgarnos? —repitió Regina pestañeando varias veces mientras él continuaba con su camino de besos hacia sus senos. 
—Ajá... —murmuró Reese llegando por fin a su pecho derecho para dejar pequeño besitos en él, repitiendo su accionar previo con el izquierdo. Antes de que pudiera meterlo en su boca, Regina salió de su estupefacción y lo alejó de un tirón, empujándolo a un lado de la cama para dejara de estar sobre ella. —¡Oye! ¿Cuál es el problema? Te gustó cuando lo hice en el otro—se quejó mirándola con el ceño fruncido. 
—¿Arriesgarnos? ¡¿Arriesgarnos?! —repitió Regina indignada levantándose de su cama. Una vez de pie, comenzó a buscar su remera por el suelo mientras cubría sus senos con un brazo. —¡Ni loca me arriesgo a tener un bebé! ¡¿Estás demente?! —exclamó encontrando por fin la remera y volviendo a ponérsela.
—Pero nos estábamos divirtiendo —replicó Reese con tono de queja.
—Y nos seguiremos divirtiendo cuando consigas protección —respondió Regina tomando su mano y tirando de él para obligarlo a levantarse, ignorando sus quejas.
—Estás enojada, no vas a querer cuando vuelva —protestó Reese mientras era arrastrado por su novia fuera de la habitación.
—No estoy enojada, solo... ¡¿Arriesgarnos?! —repitió, aún sin poder creer que haya dicho eso. 
—Eso solo prueba mi punto —dijo Reese bajando las escaleras detrás de ella. 
—No porque mientras tú vas a una farmacia yo... —comenzó a hablar una vez que llegaron al final de las escaleras, pero se detuvo por unos segundos a pensar cómo seguiría la frase. —...voy a darme una ducha para relajarme —concluyó finalmente. 
—Está bien... —respondió Reese haciendo una mueca. —Compraré condones —concluyó. 
—Genial —dijo Regina dejando un beso en su mejilla antes de abrir la puerta, pero Reese no tuvo tiempo de salir de la casa. 
—¡Ah! ¡Hola! Estábamos por tocar el timbre —exclamó Mitchell, el tío de Regina, terminando de cerrar la puerta de su auto mientras su esposo sacaba a Lily del asiento trasero. 
Olvidando lo que acababa de ocurrir, Reese y Regina compartieron miradas de preocupación. Una de las cosas que dejó bien en claro Caroline cuando abandonó la casa esa mañana era que Reese no podía entrar. Aunque no era su madre, los habían descubierto. 
—Hola... —dijo Regina volviendo su vista hacia sus tíos, tratando de mantener la calma con una sonrisa forzada. Entre tanto, Mitch y Cam se acercaron a ellos con Lily en brazos.  
—Phineas nos dijo que Alec y tú estarían solos durante su operación. Así que pensamos que necesitarían compañía, pero veo que ya la consiguieron —comentó Cameron lanzándole una mirada cómplice a los adolescentes, por lo que Regina se ruborizó y Reese sonrió con incomodidad. 
—¿Entonces van a quedarse? —preguntó Regina para cambiar casualmente el tema, aunque le interesaba mucho que se fueran. 
—¡Ay, no! Lily es la compañía —respondió Mitch antes de volver al auto para sacar un bolso con algunas pertenencias de la bebé. Desde la entrada, Reese y Regina lo miraron con impotencia.  
—No tenemos mucho tiempo, pero estará con ustedes por un par de horas —dijo Cam entregándole a la bebé a Regina. 
—P-pero no podemos cuidar a Lily —respondió Regina con nerviosismo, aunque sostenía a su prima en brazos, observando a su tío Mitch dejar un bolso de bebé junto a ella.
—Sí, estamos haciendo tarea —concordó Reese tratando de sonar convincente, utilizando la misma excusa que le había dado a su padre.  
—Sí, claro. Díselo a tu cabello despeinado y a sus pezones erectos —respondió Cam con una sonrisa que indicaba que no iban a engañarlo, haciendo que el rostro de Regina enrojeciera aún más y que Reese hiciera una mueca de fastidio. 
—Cam, deja de molestarlos y vámonos, se hace tarde —dijo Mitchell haciéndole señas para que volviera al auto con él. 
—Tienes razón vámonos. Recuerda que debe tomar una siesta en una hora, pero no más de media hora o no dormirá en la noche —advirtió Cam a Regina antes de seguir a su esposo hacia el auto. 
—¡Y no le diremos a Caro que Reese estaba aquí! —agregó Mitchell abriendo la puerta del auto. 
Resignados, Reese y Regina se despidieron de ellos desde la entrada, observando el auto alejarse. Cuando ya no pudieron ver el auto, Regina entró en la casa con la bebé en sus brazos mientras Reese cerraba la puerta detrás de ella. 
—Genial, tenemos el bebé sin la diversión —dijo Reese con fastidio, observando a Lily jugar con el cabello de Regina. 
—¿Ves por qué no hay que arriesgarse? —respondió Regina igual de fastidiada que él, entregándole a la bebé mientras él hacía una mueca. —Voy a ponerme un sostén, dile a Alec que ya puede entrar. 
•••
—Creo que Reese y yo tenemos una maldición de celibato o algo así —dijo Regina con hartazgo, tapándose el rostro con las manos.
El lunes durante el almuerzo, se encontraba sentada en la mesa que siempre ocupaba con sus amigas quejándose de su mala suerte. Habían pasado días desde que había comenzado a tratar de tener más intimidad con Reese, pero aún no habían conseguido avanzar más allá de segunda base.
—No seas exagerada, no puede ser tan malo —dijo Danny riendo, logrando que Regina quite las manos de su rostro para mirarla.
—La última vez que lo intentamos terminamos cuidando un bebé. ¡Un bebé! —repitió como si hubiera un mensaje encriptado en ese suceso.
—Uy, sí. El universo te está diciendo que no lo hagas o quedarás embarazada —se burló Maddie en broma, pero Regina pareció tomarlo en serio.
—¿Tú crees? —preguntó con tono de preocupación.
—Reg, si tienes miedo no es necesario que lo hagas —dijo Lorelai riendo.
—No, no, no. Sí que quiero hacerlo —dijo Regina muy segura de lo que decía. —Tengo muchas ganas de hacerlo, en realidad —admitió jugando con sus manos algo avergonzada. —El sábado Reese estuvo tan bien que... me dejó... —dejó la frase a medias demasiado avergonzada como para continuar.
—¿Mojada y con ganas de más? —supuso Danny con diversión.
—Sí —confirmó Regina volviendo a cubrirse el rostro con las manos mientras sus amigas se reían de ella.
—Ya encontrarán un lugar en donde hacerlo —dijo Talía para tranquilizarla, pero no surtió efecto.
—Es imposible... —murmuró Regina quitando sus manos de su rostro, acababa de sonar el timbre que indicaba el inicio de la siguiente clase. —Mi papá estará en casa toda la semana por la operación y su casa siempre está llena de gente. Perdimos nuestra oportunidad el sábado —explicó mientras las siete se levantaban y comenzaban a caminar hacia el aula.
—Entonces háganlo en la escuela —sugirió Carly.
—¿En la escuela? —repitió Regina arrugando la nariz. A unos metros de ellas pudo ver a Reese caminar de frente directamente hacia ellas.
—¡Sí! Bueno, no en un lugar en qué puedan verlos. Tal vez el armario de limpieza... —se explicó mejor Carly.
—¡Uh! Pueden escabullirse de una clase, es excitante —agregó Melody con emoción mientras se acercaban más a la puerta del aula.
Regina no respondió durante unos segundos, estaba demasiado distraída observando a Reese acercarse a ella. Se veía tan lindo y lo necesitaba tanto que sentía su estómago estrujarse. Cuando llegaron por fin frente al aula, la cantidad de gente que se acumuló provocó que Reese y Regina cruzaran por la puerta uno al lado del otro. Al rozar su brazo con el suyo Regina sintió que se le erizaba la piel.
—No lo sé... —respondió finalmente a sus amigas.
•••
Reese y Regina no llegaron al final de la clase. Luego de una hora de pequeños coqueteos desde sus asientos, él le había susurrado que buscara una excusa para salir del salón antes de levantarse y, luego de pedir permiso a la profesora, salir él mismo del aula. Diez minutos más tarde, Regina siguió sus pasos. 
No tardó mucho en encontrar a Reese. Aún desde la puerta del aula pudo verlo esperándola al final del pasillo, recostado en la pared sonriéndole desde la distancia. Comprobando que no había nadie que pudiera verlos, Regina caminó hacia él a paso rápido. Al llegar, descubrió que no era casualidad que la esperara al final del pasillo. Reese estaba recostado justo junto a la puerta del cuarto de limpieza. 
Sin perder el tiempo, Reese se abalanzó sobre sus labios apenas la tuvo enfrente, haciéndola chocar contra la pared. Mientras él sostenía sus mejillas con las manos para inclinar su rostro unos centímetros hacia arriba y así profundizar el beso, Regina tanteó la pared detrás de su espalda en busca de la manija de la puerta. Cuando la encontró, la abrió rápidamente y caminó de espaldas con Reese aún sobre sus labios. Dejando un último beso, Reese se separó para girarse a cerrar la puerta. 
—Mira... —dijo Reese luego de cerrar la puerta con una sonrisa triunfante, sacando del bolsillo de su pantalón una tira de preservativos para enseñársela. Regina observó la tira de preservativos conteniendo una pequeña risa, había al menos cinco allí. 
—Creo que solo necesitaremos uno —dijo Regina con diversión, tomando la tira de su mano para desprender uno. 
—Eso ya lo veremos, nunca se sabe —respondió Reese encogiéndose de hombros con picardía, haciéndola reír, a la vez que dejaba la tira sobre la estantería que se encontraba detrás de su novia. 
Siguiendo sus movimientos con los ojos, Regina no pudo contenerse más. Dando un pequeño saltito, volvió a unir sus labios en un beso desesperado mientras se sostenía de sus hombros para mantenerse a su altura. Rápidamente Reese llevó las manos a sus muslos, levantándolos levemente para que rodeara su cadera con sus piernas, cosa que Regina hizo al instante. Entre besos, Reese dio un par de pasos hacia delante, haciéndola chocar contra la estantería llena de artículos de limpieza para sentarla en el borde de uno de los estantes. Al hacerlo, la estantería de metal se movió tanto que hizo un gran estruendo. Rompieron el beso del susto, pero al instante comenzaron a reír. 
—Tenemos que ser silenciosos —susurró Regina tratando de mantener su risa en un tono bajo. 
—Lo sé, lo siento —respondió Reese entre risas en otro susurro. 
Cuando ambos se calmaron, Reese volvió a besarla suavemente, pero de a poco comenzó a volverse más intenso. Abandonando sus muslos al ver que podía sostenerse por su cuenta, deslizó las manos por debajo de su blusa para jugar con las tiras de su sujetador, moviendo nuevamente la estantería por accidente, pero esta vez no le dio importancia. Entre tanto, Regina rompió el beso para mirar hacia arriba, se había percatado de que una caja se balanceaba peligrosamente sobre sus cabezas con el movimiento de la estantería metálica. Por su parte, Reese ni siquiera lo notó, estaba demasiado ocupado llevando los besos a su cuello y buscando el broche de su sujetador. Normalmente eso le hubiera causado cosquillas, pero estaba tan distraída con el ruido de la estantería y el movimiento de la caja sobre ellos que apenas sintió un cosquilleo. 
—¿Me ayudas? No encuentro el broche —susurró Reese, despegando los labios de su cuello para volver a dejar pequeños besitos sobre sus labios. 
—¿Ah? —preguntó Regina confundida, bajando la vista para prestarle atención. Había estado demasiado inmersa en los ruidos que podrían hacer que los descubrieran. 
—El broche del sujetador —repitió Reese entre besos. 
—Ah, sí —respondió ladeando un poco la cabeza. Al oír su tono de voz, Reese detuvo sus besos. La conocía lo suficientemente bien como para saber que algo no iba bien. —Es que este es distinto, no está ahí —explicó colocando sus manos encima de las de él detrás de su espalda para guiarlas hacia el espacio entre sus senos, dejándolas justo encima del broche. 
—¿Qué pasa? —preguntó Reese un poco preocupado, quitan las manos de debajo de su blusa para colocarlas en su cintura. Imitando el gesto, Regina volvió a dejar las suyas sobre sus hombros.
—Nada, solo me distrae un poco el ruido. Siento que nos van a encontrar aquí y... —explicó apenada, pero dejó la frase en el aire. 
—...y no quieres hacerlo aquí —concluyó Reese. 
—No... lo siento —respondió Regina abrazándolo por el cuello apenada. 
—No tienes que disculparte —respondió Reese dando unos pasos hacia atrás dentro de lo que podía en ese pequeño cuarto, permitiendo que Regina vuelva a colocar los pies en el piso. —Quiero que te sientas cómoda y que ambos lo disfrutemos —agregó, haciéndola sonreír enternecida y abrazarlo con más fuerza. En respuesta, Reese la abrazó por la cintura y dejó un beso en su frente antes de que Regina apoyara su cabeza en su hombro. Se mantuvieron en esa posición por varios minutos hasta que Regina rompió el silencio. 
—Aunque admito que hubiera sido un poco romántico que nuestra primera vez fuera aquí —dijo Regina con una pequeña risa. Sin comprender a qué se refería, Reese la miró extrañado. 
—¿Romántico? —repitió alzando las cejas. 
—Sí... bueno... aquí fue donde nos escondimos del prefecto el año pasado, ¿Recuerdas? El día que me prestaste tu remera —explicó Regina, separándose de su hombro para mirarlo a los ojos. 
—Es verdad —confirmó Reese dejando ver una sonrisa al recordarlo. —Estabas llorando —agregó deslizando un mechón de su cabello por detrás de su oreja. 
—Sí, estaba llorando —recordó Regina con leve sonrisa. —Y tú fuiste muy dulce conmigo ese día... 
—Ah, por eso sería romántico —comprendió Reese, acercándola más hacia él. 
—Bueno, mas bien porque... creo que ese fue el momento en el que empecé a enamorarme de ti —explicó Regina sintiendo una timidez repentina, por lo que bajó la vista mordiéndose el labio inferior al terminar de hablar. Al volver a mirarlo a los ojos, se encontró con la gran sonrisa de alegría de Reese justo antes de que volviera a inclinarse para besarla con ternura, quitándole la timidez por completo. 
•••
—Sí, mamá. Mi cama ya está donde da el sol y la cama de Reese está en el armario como querías —dijo Dewey entrando en su habitación con el teléfono en su oreja, mirando con una sonrisa sin dientes a Reese empujando su cama en el armario.
—¡Esto es ridículo! —exclamó Regina con hartazgo, parada detrás de Reese con los brazos cruzados. —Los padres de Talía llegarán en una hora y ya no podrá prestarnos su casa para... —comenzó a quejarse, pero se detuvo con nerviosismo al recordar que Dewey seguía ahí. —...hacer la tarea —agregó, maldiciéndose mentalmente por usar la misma excusa tonta de Reese.
—¡Voy tan rápido como puedo! —respondió Reese terminando de poner la cama en el armario y pasando junto a ella para agacharse a mover la cama grande.
—Lo está haciendo muy bien mamá, deberías dejarlo descansar —dijo Dewey al teléfono, sentándose en la cama grande mientras Reese la movía hacia la ventana.
—Gracias, Dewey. Eres un buen hermano —dijo Reese con una sonrisa. A su lado, Regina miró al niño con el ceño fruncido.
—Dijo que no —respondió Dewey.
—Amor, ¿No te parece un poco extraño que tu mamá solo llama para que arregles la bici de Dewey, que cambies los muebles de lugar de Dewey...? —trató de hacerlo razonar por cuarta vez en el día para que se diera cuenta por sí mismo de lo que ocurría, pero Reese solo la miró confundido desde el suelo.
—¿Qué insinúas? —preguntó Reese pasando la vista entre Dewey y ella.
—No lo sé, ¿Tú qué crees? —replicó Regina mirándolo como si fuera obvio.
—Oye, si quieres habla tú con ella —intervino Dewey al ver que estaba a punto de lograr hacer que Reese lo descubra, tendiéndole el teléfono.
—¡Ah! ¿Vas a desafiarme, duende maligno? —exclamó Regina indignada, colocando sus manos en su cintura. —Por supuesto que hablaré con ella —dijo con una sonrisa desafiante, por lo que Dewey abrió mucho los ojos. Sabía que estaba tirando demasiado de la paciencia de Regina para mantener su defensa contra Reese. De mala gana, dejó que Regina le quitara el teléfono de las manos. —Hola, señora Wilkerson —dijo Regina mirando fijamente a Dewey, mientras Reese escuchaba con preocupado detrás de ella. Por supuesto, no era Lois, solo era la contestadora. —Reese prometió que saldría conmigo esta tarde... Sí, ¡Gracias! —exclamó fingiendo que Lois le permitía llevarse a Reese, quien alzó los puños a modo de festejo a la vez que Dewey apretaba los labios. —Ah, ¿Quiere que Dewey regrese la cama de Reese a su lugar? Sí, le diré. Adiós —agregó Regina antes de colgar el teléfono y devolvérselo, por lo que el niño la miró con los ojos entrecerrados. 
—¡Genial! —exclamó Reese, caminando hacia ella para tomar su mano. —No olvides poner las sábanas —advirtió a Dewey con tono amenazante antes de tirar de la mano de su novia para salir de la casa. 
 •••
Zafarse del engaño de Dewey no sirvió de mucho. Ni siquiera llegaron a entrar en casa de Talía, desde la ventana pudieron ver a sus padres mirando la televisión en el sofá.
Cinco horas más tarde, Regina leía en su habitación cuando oyó el sonido ya familiar de unos pequeños golpes en su ventana. Rápidamente dejó el libro a un lado de su cama y corrió a abrir la ventana, permitiendo que Reese entre en su habitación. 
—Pudiste habérmelo dicho —dijo Reese apenas entró, parándose detrás de ella con el ceño fruncido mientras Regina cerraba la ventana. 
—Ya sabes que Dewey mentía sobre las llamadas de tu mamá —supuso Regina volteando a verlo. A modo de respuesta, Reese emitió un pequeño gruñido. —Lo siento, pero le lanzaste piedras con una resortera y era la única forma de la que podía defenderse. Aunque se haya aprovechado de eso —dijo un poco apenada, pero a la vez convencida de lo que decía. 
Sin poder pasar mucho tiempo enojado con ella, Reese asintió haciendo una mueca mientras pasaba sus manos por su cintura. Al instante, Regina correspondió el abrazo pasando sus brazos por detrás de su cuello, pegándose a su cuerpo. 
—Lo siento —repitió Regina, abrazándolo con fuerza y apoyando la mejilla en su hombro. 
—Está bien, me lo merecía —admitió Reese reforzando el agarre en su cintura y ladeando la cabeza para apoyarla sobre la suya. —Y ya me encargué de él —agregó con una media sonrisa. 
—No quiero saber que hiciste, pero también se lo merecía —dijo Regina apretando los labios. 
—¡Por supuesto! Intentó cortarme el cabello —comenzó Reese volviendo a fruncir el ceño. Al oírlo, Regina levantó la cabeza para verlo con los ojos muy abiertos. 
—Nooo —dijo juntando las cejas y ladeando la cabeza mientras llevaba las manos al cabello de Reese para acariciarlo. Entre tanto, él cerró los ojos con una sonrisa sin dientes, disfrutando las caricias. —Me encanta tu cabello de puercoespín —agregó jugando con su cabello, haciendo que Reese abriera los ojos para lanzarle una mirada de fastidio. 
—Vas a pagar por eso —dijo Reese con una sonrisa traviesa, empujándola suavemente hacia la cama hasta hacerla caer debajo de él. Tomándola desprevenida, comenzó a besar su cuello a sabiendas de que la haría reír a carcajadas por las cosquillas que le daba. 
—Lo siento, pero no puedo hacerlo por ahora—dijo Regina entre risas, tratando de alejarlo de su cuello. 
—¿Cómo que no puedes? —preguntó Reese con tono de queja, permitiéndole apartarlo de su cuello para poder mirarla a los ojos. —Son las dos de la madrugada, nadie nos molestará y estamos en un lugar cómodo...  
—No es eso... —lo interrumpió Regina, mirándolo apenada con una sonrisa de disculpa. —Estoy menstruando, no podremos intentarlo por una semana —explicó haciendo una mueca con los labios. Apenas la oyó, Reese dejó caer la cabeza sobre su pecho casi como si se hubiera desmayado. Al instante, Regina colocó una mano en su cabello para acariciarlo, tampoco estaba muy feliz con eso. 
—Voy a matar a Dewey... —murmuró Reese entre dientes.
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senig-art · 1 month
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Hola, como están todos :3
Solo publico esto para dar el mensaje que en un punto hare un aviso de una historia que tanto como yo y mi hermana hicimos, ya había presentando esto antes, pero ahora o hago mas grafico, con una imagen mas detallada.
Esta historia no será contada con tanto detalle, pero si para presentar a algunas cosas, como la historia de este mundo y sus habitantes.
Y como la luna se hace presenta nuevamente aqui.
Solo les recuerdo que la Luna tiene muchas caras y aunque todos tienen su propia vida y sentimientos, siguen conectados al dios principal, solo dejando en ellos algunos caracteres únicos, su belleza insuperable y su poder.
Cuando termine todo, lo publicare aquí y en wattpad, porque si será largo y así no lo pierden, serán dos libros tambien. Porque uno es el de mi hermana y el otro el mío.
Bueno, eso seria todo, espero y les guste, y vemos en abril porque tambien les presentare animaciones que hice para un proyecto, VwV
Adiós y buen fin de semana. 🖤💛🖤
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h0neysiba · 7 months
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¡Yan! ¡hombre rico! x lectora!
(TW: Menciones de sangre, secuestro, esclavitud, leve mención de desnudez, muerte y solo eso. Si olvido algo por favor dímelo!)
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¡Yandere! ¡Hombre rico! que te compra joyas caras semanalmente para demostrarte la gran devoción que tiene por ti
¡Yandere! ¡hombre rico! quien se enamora de ti en el momento en que te ve
¡Yandere! ¡hombre rico! que le encanta comprarte vestidos, sabiendo que es el único que te los puede quitar.
¡Yandere! ¡hombre rico! que le encanta ver como las cuerdas rojas que te ha puesto cuelgan de tus muñecas y tobillos cuando te secuestra
¡Yandere! ¡hombre rico! que se frustra al ver que no eres feliz en tu nuevo hogar. ¿Por qué no lo amarías? Instalo todo lo que necesitabas para que pudieras tener una vida plena con él.
¡Yandere! ¡hombre rico! que no dudarán en encerrarte en su habitación compartida si alguna vez intentas escapar.
¡Yandere! ¡hombre rico! que mata a uno de sus sirvientes porque intentó ayudarte a escapar de sus garras
¡Yandere! ¡hombre rico! que adora tu presencia y te trata como a una diosa, besando el suelo por donde caminas con devoción
¡Yandere! ¡Hombre rico! que te mima con todo lo que deseas. ¿Un cachorro? Ya lo estás comprando, ¿ joyas nuevas? No preguntes dos veces.
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Dios mío, esta es la primera vez que hago este T-T espero que les guste :O
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marivelsblog1503 · 18 days
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📚 𝐌𝐢𝐬 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚𝐬. 📚
Bienvenidos mis Lectores, yo soy Marivelsblogs, anteriormente me encontraba en Wattpad, bueno eso se puede ver en la primera publicación que hice y es que Wattpad tiene unas nuevas políticas por las historias con contenido para adultos. Y yo la verdad, no quiero cambiar nada de lo que llevo a cabo, espero les guste muchísimo estas historias que a penas van en proceso, alguna de estas historias tienen contenido de autolesión, violencia, violación (probablemente no es seguro), personajes de la comunidad LGBTQI+, y demás temas que no es acta para todas las edades, lee bajo tu propio riesgo si te gusta este contenido.
𝑻𝒉𝒆 𝑳𝒆𝒈𝒆𝒏𝒅𝒔 𝒐𝒇 𝑶𝒍𝒚𝒎𝒑𝒖𝒔: 𝑬𝒍 𝑪𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝑫𝒆𝒍 𝑭𝒆́𝒏𝒊𝒙. - 【 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒐𝒓𝒊𝒈𝒊𝒏𝒂𝒍 】
Publicado el: 31/07/2023.
Finalizado el: ??/??/????
2. Gᴜᴇʀʀᴇʀᴏs ᴅᴇʟ Fᴜᴛᴜʀᴏ | | 𝖳𝗋𝗎𝗇𝗄𝗌 𝖽𝖾𝗅 𝖥𝗎𝗍𝗎𝗋𝗈 x Fᴇᴍ﹗Oᴄ - 【 Dʀᴀɢᴏɴ Bᴀʟʟ Z Fᴀɴғɪᴄ 】
Publicado el: 31/07/2023.
Finalizado el: ??/??/????
3. 𝓐 𝓑𝓮𝓪𝓾𝓽𝓲𝓯𝓾𝓵 𝓦𝓸𝓻𝓵𝓭 || 𝓔𝓻𝓮𝓷 𝓙𝓪𝓮𝓰𝓮𝓻 𝖝 𝕱𝖊𝖒!𝕺𝖈 - 【 𝓢𝓱𝓲𝓷𝓰𝓮𝓴𝓲 𝓷𝓸 𝓚𝔂𝓸𝓳𝓲𝓷 𝓕𝓪𝓷𝓯𝓲𝓬 】
Publicado el: 31/07/2023.
Finalizado el: ??/??/????
4. 𝘿 𝘼 𝙍 𝙆 𝙋𝙖𝙨𝙩 || 𝙅𝙖𝙨𝙤𝙣 𝙏𝙤𝙙𝙙 𝙭 𝙁𝙚𝙢!𝙊𝙘 - 【 𝘿𝘾 𝘾𝙤𝙢𝙞𝙘𝙨 𝙁𝙖𝙣𝙛𝙞𝙘 】
Publicado el: 31/07/2023.
Finalizado el: ??/??/????
5. 𝐋𝐢𝐟𝐞 𝐢𝐧 𝐂𝐡𝐢𝐜𝐚𝐠𝐨 || 𝐄𝐭𝐡𝐚𝐧 𝐂𝐡𝐨𝐢 𝐱 𝐅𝐞𝐦!𝐎𝐜 - 【 𝐎𝐧𝐞 𝐂𝐡𝐢𝐜𝐚𝐠𝐨 𝐅𝐚𝐧𝐟𝐢𝐜 】
Publicado el: 08/08/2023.
Finalizado el: ??/??/????
6. 𝐿𝑖𝑡𝑡𝑙𝑒 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑘: 𝐿𝑎 𝐻𝑖𝑠𝑡𝑜𝑟𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝐺𝑟𝑎𝑐𝑒 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑘 - 【 𝑀𝑎𝑟𝑣𝑒𝑙 𝑆𝑡𝑢𝑑𝑖𝑜 𝐹𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐 】
Publicado el: 22/10/2023.
Finalizado el: ??/??/????
7. Tᥕo Sριdᥱrs ιᥒ 2096 || Mιgᥙᥱᥣ O'hᥲrᥲ x Fᥱm!Oᥴ - 【 Mᥲrvᥱᥣ Comιᥴs Fᥲᥒfιᥴ 】
Publicado el: 05/04/2024.
Finalizado el: ??/??/????
8. 𝙷𝚎𝚊𝚛𝚝𝚜 𝚒𝚗 𝚝𝚑𝚎 𝙵𝚒𝚛𝚎 『𝙼𝚊𝚛𝚓𝚊𝚖 𝙼𝚊𝚛𝚠𝚊𝚗𝚒 𝚡 𝙵𝚎𝚖!𝙾𝚌 』 - 【 𝟿𝟷𝟷: 𝙻𝚘𝚗𝚎 𝚂𝚝𝚊𝚛 𝙵𝚊𝚗𝚏𝚒𝚌 】
Publicado el: 06/04/2024.
Finalizado el: ??/??/????
Todas estas historias están en proceso, y las actualizaciones son muy lentas, esto debido a que soy estudiante universitaria y casi no tengo momentos libres, pero primero hago borradores en papel y luego las registro, ténganme paciencia ya que soy muy nueva en Tumblr y que sigo aprendiendo poco a poco.
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calabazafantasma · 1 month
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Hola después un merecido y largo descanso volví y con más cosas de los krang!!! Y para compensarlo por irme les traigo un pequeño cómic (todo feo pero con mucho amor) de mi parte! Espero les guste!
Este es un mini cómic de como rico sería versión krang la verdad se parecería mucho kronorag y krugnar (asi llame yo a los krang 2 y 3 para diferenciarlos) al par de hermanos menores
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Ojo lo que tiene krugnar es empyrean (que en mi AU es sangre krang) es un químico altamente potente qué se tiene que diluir obligatoria mente con otros componentes y pues krugnar estaba probando los múltiples usos de esto(claro usando su propia sangre) ocasionando esto.
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La verdad hacer las caras fue lo que mas me encanto mas que nada las de mi bebe Krugnir jeje, creo que ya lo dije pero lo volveré a decir en mi AU Kronorag y Krugnar son gemelos pero la verdad la hermana tiene mas parecido con rico qué con su propio gemelo.
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La verdad este es el panel que mas me encanto y mejor me quedo
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Kronos tipo ¿¿¿y yo que hago con esta mier???,me encantan los ojos de Kronos dios ese delineado le queda bien.
Krugnar detrás de su hermana Dios que adorable!!!
La verdad rico no cambiaría en su estatura ya qué mide lo mismo qué la hermana osea dos metros, para su apariencia quise qué se pareciera a los gemelos pero también quise darle un toque diferente entonces le puse un color marro mas o menos terracota o un color nappa (ya que si es también un color por lo qué busque) junto a sus características manchas jade y también unos colmillos distintos sus ojos tampoco cambiarían.
Jeje rico diciéndole papa a Kronos.
Y bueno esto es todo por hoy espero qué les haya gustado y bueno adiós mis calabazas hasta la próxima
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turbo-omega · 2 months
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Perdoname cariño
Al final me anime en dibujar esto no quedó mal catnap esta enamorado de bobby bearhug pero su amor no se compara con el de el prototipo a lo que bobby hizo lo posible que no siguiera más esa entidad pero a catnap no le gusta los herejes.
Y mucho menos a lo que no lo siguen a él y a su dios.
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Espero les guste a mi me encanto tal vez no sea lo mejor pero hago lo que puedo para mejorar.
Extra:
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Catnap modo coquette xd
Jeje sin nada más que decir nos vemos.
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pedripepinillo · 1 year
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pedri shopping with the reader
día de compras con pedri:
- al principio se aburría mucho cuando los dos salían de compras porque mayormente él tenía que cargar con todas las bolsas y vos tardabas muchísimo eligiendo alguna prenda
- te gustaba incluirlo en tus planes, aunque ya llevaban algo de tiempo siendo pareja, pedri era un chico ocupado, así que exprimías todo el tiempo que pudiesen pasar juntos
- honestamente él preferiría ir al cine o ir a comer, pero ahora que se acostumbró, ya no le molesta tanto ir de compras :)
- le gusta mucho cuando pides su opinión acerca de cómo se te ve la ropa <3
- te ayuda buscando la talla adecuada
- es calmado la mayoría del tiempo, pero otras veces incluso intenta meterse al probador con vos……… lo dejas quedarse igual
- “me gusta más el amarillo.”
- “te queda precioso ese color, amor”
- “deja te ayudo a subir el broche”
- cooperativo cuando queres comprar alguna ropa conjunto de pareja <3
- antes le daban nervios y ansias que los paparazzis los acorralaran en el centro comercial, pero luego de un tiempo de ser totalmente ignorados al hacer cosas mundanas como lo era ir de compras juntos, se calmó :)
- no lo admite, pero en el fondo se siente gurú de la moda cada que le preguntas por su opinión.
- algo que no te gusta de salir con él de compras es que quiere pagarlo todo :/ tú tenes el dinero para hacerlo pero él se adelanta y pasa su tarjeta antes de que puedas reaccionar
- “lo hago porque mereces todo, t/n”
- “pero es mucha ropa, al menos déjame pagar lo mío…”
- “conmigo no pagas nada, princesa”
- busca inspiración de outfits en pinterest y te los muestra para que los compren a la siguiente vez
- ahora, le gusta ayudarte en todo, darte su opinión y todo eso,,, pero cuando quieres comprar lencería se pone muy nervioso, ni siquiera te quiere voltear a ver de lo rojo que se pone </3
- antes se quejaba de que vos tardabas mucho, ahora es él quien tarda años eligiendo un conjunto que combine con el tuyo.
- te gusta ayudarle a buscar ropa porque siendo honestos este chico no sale de los buzos y los shorts :/
- tan solo quieres que pedri ande a la moda
- COMPRAR ZAPATILLAS CON ÉL ES UN INFIERNO. mayormente porque no sabe elegir entre un color y otro, y termina comprando unas que no le quedan a ningún outfit
- <3 si compran ropa deportiva para hacer ejercicio en casa, siempre te lleva algún jersey del barça aunque ya tengas 738282.
- ir de compras con pedri puede llegar a ser caótico, así que prepárate.
nota: lamento si es cortito ): espero te guste anon 💟 los pedidos están abiertos, escribo también para gavi.
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flacaforevermia · 1 year
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senig-fandom · 1 year
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2 semanas, pero termine estos 8 dibujitos XD
Para llenarme mi pasión por este shipp, ahora me voy con el segundo que es Alemex, lo que no se si es hacerlo de este universo o en Alemex AU o lo hago de los dos 4 para cada uno XD
No se que comentar mas haya de esto, ya si tienen preguntas, me lo hacen saber en los comentarios o en la sección de preguntas de tumblr XD
Y si otra vez a las 2 de la mañana :v estoy bien fresca XD
Espero y les guste V3V
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maryfortune · 9 months
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Desvelos (One short)
Al final me he animado a subirlo. Espero que guste. Si queréis saber mas de Cato y el juego les dejo aquí: @oliverojostristes // @redphonevn
Sin mas espera les dejo la historia
Abrí los ojos en pánico, hasta que vi el atrapa-sueños de mi dormitorio sobre mi cabeza. Miro alrededor y pongo mi mano sobre mi pecho suspirando. Estoy en mi cuarto, no estoy allí. Estuve mentalmente repitiendo lo cual mantra. Algo me ayudó ese ejercicio mental, pero aun mi mente se obcecaba en repasar la pesadilla al detalle. Mire el reloj del móvil y eran las 4 de la mañana. Seguramente estaba sola en el piso. Sabiendo que no iba a dormir me puse los cascos y decidí al menos levantarme y hacer algo productivo antes de que mi fortaleza mental cediera.
Me fui a la cocina en silencio a hacerme un café, mientras la música sonaba en mis oídos. Necesitaba que mi mente se distrajera. Miraba la cafetera y no pude evitar ver mi reflejo en la ventana. Sin ningún maquillaje, ninguna peluca, ni siquiera una expresión alegre para el público. Sólo mi mirada vacía…Solo yo. <<Vaya aun sola…Cuanto tiempo aguantaras con esa máscara antes de que el te la quite…Muñeca sabes que da igual que cara te pongas nadie te verá.>>
Mi mente se encontraba sumergida en mis pensamientos, sintiendo mis ojos ponerse vidriosos, cuando unos toques en el hombro me sacando en mi el movimiento de pánico de atacar, pero fue frenado en seco por una mano en mi brazo y unos ojos azules preocupados. Suspiro y me bajó con cuidado los cascos al cuello.
-Dulzura ¿Qué haces despierta?
Era Cato, por cómo iba vestido debía venir de fuera. Tardé unos segundos en recordar ser la compañera de piso alegre. Él debía venir cansado del trabajo.
-Café - Intentó darle una sonrisa pero claramente por como me mira no era la respuesta que buscaba. Suspira.
-Deberías dormir. -Aparta delicadamente mis manos de la cafetera notando la aspereza de estas. Por un segundo siento que mi máscara alegre se cae y mi visión se nubla por las lágrimas que se me acumulan.
-…no puedo…-empieza a quebrarse mi voz aferrándome a su manos las cuales aun viniendo de fuera me eran cálidas.
Cato me miraba preocupado y algo que parecía empatía. Agarra mis manos con un movimiento caballeroso acerca mis nudillos a sus labios para posar un beso sobre ellos. Dándome tiempo a reaccionar si no me sentía cómoda. Ese gesto más la mirada afectuosa que me dirigió provocó un sonrojo que por favor no se notara tanto como creía.
-No me lo vas a decir el porqué, ¿verdad?- Dice suavizando su voz grave. Desvió la mirada para disimular sabiendo que si la sostengo cederé.- Entonces tendré que vigilar tu sueño hasta que hayas descansado. - Estoy por protestar sabiendo que él debería estar durmiendo, pero antes de que diga nada pone un dedo sobre mis labios, mientras pone una media sonrisa.- Si veo que te esfuerzas y duermes pronto puede que yo también lo haga.
-Malvado -Refunfuño por el jaque mate que me ha hecho devolviéndome la táctica que le hago siempre que le veo volver herido. El pelinegro se ríe mientras me lleva a la cama.
Se va un momento antes de acostarse para él ponerse su pijama. Me veo buscando como colocar me en una cama individual para dejarle un hueco. Pero claramente el experto en Tetris encontró una solución rápida, cuando se sentó en la cama y me tumbó sobre él rodeándome con sus brazos. Lo escucho bostezar mientras le miro de reojo. noto sus dedos acariciar suavemente mi columna vertebral de forma relajante. Siento como mis párpados empiezan a pesar y mi cuerpo se va relajando sobre el suyo.
-¿Cato?- Susurro
-¿Mmm?- Tarde un poco en responder ya que hacía tanto que reprimía cada pensamiento o sentimiento que sentía el nudo en mi garganta intentando silenciar mi voz. Me aferre la camisa y antes de dejarlo ir.
-…Gracias, por esto…por aguantar mi personalidad extraña o mi humor volátil…por ayudarme cuando yo misma no se como hacerlo…No tienes porque hacerlo y los dos lo sabemos…a veces desearía poder ayudarte tanto como siento que tu me ayudas a mi…-No puedo evitar aprovechando la posición y el momento posar un beso a la altura de su corazón. Y mirar donde creo que estarán sus ojos colocando mi mano sobre esa zona dándole una sonrisa. -Por favor nunca cambies Cato.
Solo consigo ver en la oscuridad a Cato taparse el rostro con una mano mientras este murmura algo. Su reacción me curva los labios y al tumbarme escuchó claramente el pulso nervioso de mi acompañante. Me acomodo de nuevo sintiendo como mis pesadillas por un tiempo se vuelven a esconder en algún lugar de mi mente, para ser sustituidas por una mirada azul que me hacía pensar. <<¿Qué fácil sería amarte?>>
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wosohavemyheart · 2 years
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Es la primera historia que subo así que espero que os guste.
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MINI PUTELLAS
POV Alexia
Estamos en el túnel esperando salir al campo para jugar un clásico y estoy nerviosa, pero no por el partido, sino porque mi mujer está embarazada y en cualquier momento puede ponerse de parto.
Yo esta mañana, ya tenía un presentimiento nada más despertar negándome a venir al partido, pero T/n, mi mujer, me insistió y prácticamente me obligó a venir.
Hacemos la fila, chocamos la mano con el rival, foto de equipo y me voy con la árbitra para elegir.
El balón empieza a rodar a favor del Madrid y hago el esfuerzo mental de enfocarme al 100% en el partido.
La árbitra pita el descanso quedando 2-0 a favor nuestra.
Una vez en el vestuario, Jonatan se puso a dar indicaciones y decir las cosas que estaban mal, las que había que mejorar... Pero yo ignoré a todos y cogí el móvil para llamarla.
La llamo 3 veces y no me contesta, preocupada, me doy un cabezazo contra la taquilla y hace que todas me miren.
-¿Qué pasa Ale?- Pregunta Leila.
-No me coge el móvil
-No están tu madre y Alba con ella?- Dice ahora Irene y asiento.
Decido llamar a mi madre y tampoco. Por último, Alba sí da respuesta al primer tono.
-Est...
-Ale, estamos en el hospital ha roto aguas hace 40 minutos- Me dice interrumpiéndome- Así que ya te puedes dar prisa porque está como loca- Suelta una risita y yo me vuelvo un fantasma.
-Ale... Ale... Alexia!- Reacciono cuando Mapi me da un golpe en la nuca y coge mi móvil para hablar con Alba.
Miro al entrenador y asiente.
-Mapi, ves con ella que así como está no va a poder ni arrancar el coche- Ordena Jonatán y todas me dan palmaditas en la espalda dándome ánimo.
Mapi y yo salimos y en 10 minutos estamos en el hospital.
-Perdona- Llamo la atención de la recepcionista que estaba concentrada en el ordenador.
-Si? Oooh… Tú eres Alexia y tu Mapi, mi hija está loca con ustedes... ¿Podrían hacerse una foto?
Iba a seguir hablando pero la corto.
-Mira señora, luego tengo todo el tiempo del mundo, ahora mismo mi mujer está de parto y si de verdad quiere esa foto es mejor que suba si no me mata.
-Si si si, claro lo siento. El área de obstetricia está en la planta 5.
-Gracias, pásese mañana con su hija- Salgo corriendo con Mapi detrás y subimos por las escaleras para llegar antes.
Al llegar a la planta visualizo a mi hermana.
-¿Cómo está?
-Hola hermana, qué alegría verte. Estoy bien y tú? - Dice con sarcasmo y también para que me tranquilice.
-Hola fea
-Está en esa habitación con mamá- Señala la que está enfrente- Le han puesto la epidural, pero todavía tiene que dilatar unos centímetros más para poder llevarla a quirófano.
-Vale, voy a entrar
-Solo... No te pongas nerviosa ni te desmayes que sé cómo te pones con ella...
Mi hermana me advierte porque sabe cómo soy con ella. En el campo los nervios no existen ni me ponen nerviosa aunque tenga a 3 encima mío siempre pienso en frío, pero con esta situación la palabra nervios es poco para lo que siento.
Abro suavemente la puerta y veo a T/n suspirando y agarrando fuerte las sabanas y a mi madre quitándole el sudor de la cara.
-Donde está esta mujer?- Medio grita T/n en una contracción
-Estoy aquí cariño- Me hago notar y le cojo la mano.
-Ya era ho... Aaaaaaaaah- Contracción y no veas como me está apretando la mano
-Voy a llamar a la doctora-Informa mi madre y sale.
-Debería haberme quedado en casa contigo- Le doy un beso en la frente lamentándome.
-Cariño... No empieces.
-Pero... -Me interrumpe
-Pero nada Alexia, sé lo importante que son los Clásicos para ti y si yo no puedo jugar ahora por razones obvias y una de las dos si, entonces juega. No quiero lamentos ni nada Alexia, estás aquí ahora. Eso es lo que importa. -Dice demasiado sería como para llevarle la contraria.
-Vosotras sois lo más importante- Le dejo claro por sí tiene alguna duda.
-Lo sé, mi amor- Tiene otra contracción- ¿Cómo va el partido?
-Cuando vine íbamos 2-0 y ahora... -Lo miro- ha marcado Patri, 3-0.
-Dime que has metido uno por lo menos
-Si y una asistencia- T/n tiene otra contracción y hago una mueca por la fuerza que hace sobre mi mano. -Joder, ¿cuándo va a venir la doctora?
En ese momento aparece junto a mi madre.
-Muy bien, ¿cómo está la futura mamá?
-Nerviosa
-Por lo menos todavía estas en pie- Bromea- No todos consiguen eso.
Ruedo los ojos, pero en verdad no sé ni como lo estoy haciendo.
-Vamos a ver si ya estás lo suficientemente dilatada- La doctora mira. Espero que si porque necesito que saque a la niña para que deje de hacerle daño.
-Parece que ya es hora, chicas. Voy a llevármela a quirófano y de mientras Alexia afuera una enfermera te dará las cosas para ponerte.
Asiento mientras T/n se va
-Estaré afuera esperando con tu hermana y Mapi. ¿Vas a estar bien? -Cuestiona mi madre.
-T/n se enfadaría si te escuchará porque es ella la que va a sacar una cabeza por su vagina, pero sí, estoy preparada.
-Guárdate bien este momento porque es único y te va a pasar pocas veces en la vida- Hace una pausa- A no ser que tengas 20 hijos- Bromea y sonrío.
-Qué va, solo 11. Para tener mi propio equipo de fútbol- Le guiño un ojo y se ríe dándome una palmadita en la espalda.
-Suerte.
Una vez en quirófano veo a las enfermeras y la doctora preparada y me asiente como diciéndome que hay que empezar. Voy a mi lugar dándole la mano a mi mujer que enseguida la agarra fuerte mientras tiene contracciones.
-Muy bien, T/n , vamos a empezar. Cuando te diga tienes que pujar fuerte.
Afirma y le doy un besa en la sien.
-Vamos amor, en poco la tendrás en tus brazos.
-1, 2, 3 puja- Ordena la doctora y lo hace
-Aaaaaahhhhh
-Otra vez
-Diossssss- Puja y si antes me quejaba de como me apretaba la mano ahora ni se compara a lo de antes. En cualquier momento me desgarrará la mano.
-Vamos, mi amor. Un poco más...
-Jodeeeeeer, no te me vuelves a acercar en la vida- Dice haciendo referencia al sexo.
-Mi amor, ojalá tuviera, pero no tengo dedos mágicos- Digo obvia y todos se ríen menos mi mujer.
-Pues si quieres otro hijo te sentarás tu aquiiiiiiii- contracción
Pues nada, adiós a la idea de tener un equipo porque no me veo pariendo la verdad.
-Claro que si mi amor.
-T/n, dos pujadas más ya tiene la cabeza fuera.
De un momento para otro se escucha un llanto fuerte.
-Hora del nacimiento las 11:11 am-Dice un enfermero mientras apunta en un papel.
-Vaya, tiene unos buenos pulmones. ¿Quieres cortarle el cordón?- Me pregunta y yo me acerco insegura viendo a mi hija por primera vez.
Siempre he pensado que todos los bebés son feos por lo menos los primeros meses, pero mi hija es preciosa, normal tiene mis genes.
-Segura?
-Sí, toma- Me da unas tijeras y con su ayuda se lo corto.
La doctora coge a la bebé en brazos y se acerca a T/n.
-Aquí está tu hija. Te la voy a poner en el pecho para que vuestro primer contacto sea piel con piel y escuche tu corazón para crear el vínculo.
Yo estoy todavía un poco apartada para que tengan su primera acción madre e hija.
Se me escapa una lagrimilla cuando las veo a las dos juntas pensando en la suerte que tengo de tener a mis dos chicas.
-Enhorabuena, chicas- La doctora me da una suave apretón en el hombro y se va dejando a una enfermera.
-Ven aquí Ale- Me tiende la mano y la cojo- Mira qué bonita es
-Es preciosa, como tú- Digo embobada, acerco mi dedo índice tocando su carita y ella me lo agarra con su manita.
-Mía, Mía Putellas T/a
Me encanta- Le doy un suave beso en los labios, pero me separo por un carraspeo
-Siento interrumpir, pero debemos llevarte a una habitación y llevar a esta pequeña a bañarla, pesarla... Cuando terminemos os la traeremos a la habitación.
Bufo mientras quito mi dedo de su manita y veo como se la llevan.
-Mientras te suben a planta voy a avisar a Alba, Mapi y a mi madre, pero conociéndolas ya está todo el equipo en el pasillo haciendo de las suyas.
-Ves a poner orden... Mami- Con una sonrisa burlona me da un último beso y salgo hacia el pasillo de maternidad donde escucho mucho ruido.
-Por favor ya os lo he dicho unas veinte veces y no lleváis ni 2 horas. Podéis bajar más la voz y no entorpecer el paso del pasillo-Dice una enfermera ya enfadada.
-Pufffff cuanto tarda en salir un bebé por un coño?- Como no, Leila pregunta.
-Leila!- La regaña Irene mientras las otras se ríen- Técnicamente llevan poco tiempo, Mateo tardó 10 h en salir.
-Si, yo estuve con Alexia 10 h y con Alba 13 h. Solo llevan 5 h- Dice mi madre.
-Normal, así de lenta ha salido- Se mete Patri con Alba y recibe una patada en la espinilla.- Auuu que mis piernas son valiosas... tortuga
Alba le da otro golpe más fuerte y termino por reír a carcajadas, sobre todo por la cara de la enfermera haciendo que me noten.
-Alba como me la lesiones te pongo a ti a correr y chutar balones eehh- La pico y me saca la lengua cruzándose de brazos.
-¿Cómo está? - Pregunta mi madre.
-Si eso, como está nuestra chica favorita- Apoya Aitana
-Pensé que yo era vuestra chica favorita- Dice Claudia con un puchero.
Todas rodamos los ojos divertidas.
-Está bien, agotada pero bien. Ahora la subirán a una habitación y supongo que podré verla.
-¿Cómo que podrás? Podremos- Dice Mapi y todas están de acuerdo con ella.
Ruedo los ojos con fingida irritación y voy a un enfermero a preguntar en qué habitación está.
-¿Y la niña?- Pregunta Sandra.
-También está bien, se la han llevado a limpiarla, vestirla, pesarla... Luego la traen cuando terminen.
Voy a la habitación tocando la puerta suavemente y abro encontrándome con el amor de mi vida.
-Amor, las chic... - Soy interrumpida por una avalancha de personas entrando en la habitación.
-Hola chicas- Saluda T/n
-Joder, te ves en la mierda- dice Leila e Irene le da un golpe en la nuca.
-Gracias, amiga, yo también me alegro de verte- Rueda los ojos, pero acepta un abrazo de Lei y todas una por una van a hacer lo mismo.
-Oye, no me robéis a mi mujer.
-T/n me prefiere a mí, solo que no te lo dice para no hacerte daño- Dice Patri sacándome la lengua
-No, me prefiere a mí- Leila se mete
-No, a mí- Esta vez Jenni
Y se monta un alboroto entre Pina, Leila, Patri, Jenni, Mapi, Aitana y aunque no se crea, mi madre.
Riéndome me siento en la cama cuando T/n me lo pide para apoyarse contra mí. Le doy un beso y sigo mirando el espectáculo.
-Son increíbles- Comenta T/n en voz baja.
-Me prefieres a mí ¿verdad? - Digo bajito y bufa rodando los ojos.
El alboroto se detiene de golpe cuando la puerta de la habitación se abre y entra un enfermero con una cuna.
-Os traigo a vuestra hija.
Todas hacen un pasillo dejando que el enfermero se acerque a la cama. Todas tienen cara de idiotas mirando a Mía y yo la primera.
-Gracias- Agradece mi mujer y se incorpora un poco para cogerla.
-No creo que deba haber tanta gente en esta habitación...- Comenta el joven enfermero. Normal hay más de 20 personas dentro de la habitación, no sé ni como cabemos.
-Créeme que no se moverán todavía, aunque traigas a los seguratas. Pero no te preocupes, luego las saco a todas.
-Vale, pero por favor, cuando termine el horario de visita que salgan- Asiento y se marcha.
-Wow qué pequeñita- Susurra Leila
-Es un recién nacido idiota- Le da un golpe Alba y todas se ríen.
-Qué bonita- Esta vez es Sandra la que susurra.
-Normal, si se parece a su tía favorita- Patri presume
-No, yo soy su favorita- Jenni dice
-No, lo soy yo, que para eso soy hermana de esta idiota- Ahora Alba se mete.
Ahora se forma una discusión entre todas menos mi madre sobre quien es la tía favorita. Con el ruido que están haciendo a Mía se le empiezan a poner una mueca en los labios y llora.
-Chicas, parad- Las regaño y enseguida paran apenadas.
-Ya elegirá ella quien es su favorita, pero seguro que todas lo sois- Dice mi mujer en un intento de consolar a todas.
-Pero yo lo seré más- Susurra Jenni y les doy a todas una mirada molesta haciendo que no sigan hablando.
-¿Cómo se llama al final?- Pregunta Claudia después de que T/n logre tranquilizar a la niña.
Miro a mi mujer y asentimos
-Mía, Mía Putellas T/a- Digo con orgullo
-Wow te queda perfecto Putellas, un nombre posesivo- Se burla Mapi y yo le sacó la lengua.
-Ahora puedo decir que es Mía- Y todas se ríen.
Todas pasan por la cama para acariciar y coger a Mía hasta que T/n llama mi atención.
-Amor, ¿quieres cogerla?
La miro y niego con la cabeza insegura. Me da miedo que se me caiga o pueda hacerle daño o algo así...
-No me digas que la gran Alexia "la reina" Putellas tiene miedo de coger a un bebé- Se mofa Andrea Pereira y le saco el dedo.
-Amor, acércate aquí porfa- Me pide y lo hago enseguida- No tienes que tener miedo cariño.
-Pero y si la cojo y se cae o le hago daño en la cabeza o empieza a llorar porque no le gusto o... -Me interrumpe
-Amor, también es la primera que cojo un bebé y no a pasado nada. Estoy segura de que Mía está ansiosa por conocer a su mami.- Dice sonriéndome tiernamente
Mi madre me ayuda a colocar los brazos correctamente dándome aliento y T/n me la da suavemente.
Una vez esta en mis brazos siento que me he enamorado más de ella si es posible. Se acurruca en mis brazos y me aprieta el dedo quedándose dormida.
-Al final no te ha comido- Se burla Leila, pero no le presto atención, ya que solo tengo ojos para esta cosa tan delicada que ahora depende de mi, mi hija.
Levanto la cabeza y miro a mi mujer que está sonriendo dulcemente como solo ella sabe.
-Te amo, mi amor.
-Yo te amo mucho más- Le doy un suave beso lleno de amor y agradecimiento.
-Ja, tengo todo grabado. Voy a volver loca a las fans- Dice Patri.
Sonrío sin poder evitarlo.
Doy gracias de tener a mi increíble mujer y a estas chicas en mi vida sabiendo que siempre van a estar ahí para mi y estoy superagradecida de poder criar a mi hija con ellas, a mi alrededor, mi familia.
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lilietherly · 6 months
Text
[Fanfic! Newcob]
Omegaverse.
Alfa Newt Scamander/Omega Jacob Kowalski.
Relación establecida.
Drama (extra) ligero.
Humor (?).
Final medio abierto pero feliz.
Tumblr media
Yo estaba teniendo un día (semana y mes) terrible cuando, de repente, ¡esta maravillosa cosa llegó! Mi querida, dulce, preciosa y siempre considerada @drunkenelevator me regaló un hermosísimo fanart y, sin saberlo, desató en mí una oleada de inspiración 😍 Obviamente no fue su intención, sin embargo, creo que esta más que claro cuando lo he puesto en la descripción de casi todas mis redes. Entonces, ella me dio amor, y aquí estoy yo ahora, con esta humilde y generosa ofrenda de fanfics Newcob, ¡muchos fanfics Newcob!... Ok, no voy a mentir, no son tantos como me gustaría, pero estoy en proceso de escribir más 🤗 Y solo espero que sea suficiente para agradecerlo como es debido 💖💖💖💖 Oh, por supuesto, dije en alguna nota anterior que había decidido hacer el resto del reto Omegacember (a excepción del día 25, que fue debidamente reclamado para otra ship) para Newcob, el plan sigue estando en pie y solo hago el recordatorio uwu. Entonces, esta historia es el día 22 del reto 🥰, ¡espero que te guste amor mío!
* * *
Jacob mecía sobre sus piernas un tierno bebé demiguise. Completada su tarea de entregarle a Newt uno a uno de los ingredientes —posiblemente— peligrosos con los se crearía una poderosa medicina, dedicó el lapso que le tomaría a Newt atender el pequeño caldero y completar la receta, en buscar a la traviesa criatura que no parecía sufrir enfermedad alguna. Le acarició la pequeña cabeza y permitió que jugara con sus manos, hablándole con ternura todo el tiempo.
La complicada poción sabía especialmente asquerosa, también aumentaría por algunos segundos el dolor que padecía el cachorro, lo cual volvía necesaria la tarea de mantenerlo tranquilo y en un espacio controlado para que sobrellevara a salvo los efectos de la medicina. Su tarea, por supuesto, tenía una complejidad similar a la de su Alfa. Tal vez siendo joven el demiguise no desarrollara aún su facilidad para ver y calcular los futuros probables, no obstante, puesto que la medicina debía ser administrada a la misma hora e inmediatamente después de su creación, no hacía falta de verdad tener la habilidad de ver el futuro para saber que se repetiría.
La experiencia ganada como esposo del afamado magizoólogo, le daba a Jacob algunas herramientas con las cuales atraer y mantener ocupado al cachorro, así como para no ser tan predecible; ello al final no significaba que ambos lograrían completar la tarea sin luchar un poco. Ya sea asegurándose que el pequeño tomara hasta la última gota de la poción mientras se agitaba descontroladamente, soportar sus diminutas garras y colmillos o mantener la compostura al oír los quejidos colmados de angustia y dolor, ambos sabían a lo que se enfrentaban. Si bien el tratamiento estaba por terminar, ninguno daba por sentado que en esa ocasión sería más fácil.
Aun así, lo que sucedió, en definitiva y sin lugar a dudas, sobrepasó cien niveles lo que Jacob esperaba afrontar.
La poción estuvo lista luego de diez minutos de juego, aunque advirtiéndolo, Jacob se mantuvo firme al pensamiento de que continuaría jugando con la adorable criatura. Se levantó despacio, y caminando hacia la mesa, dio algunos saltitos e incluso cantó para él, poniendo todo su esfuerzo en hacer solo los movimientos correctos, llegó así al borde de la mesa. Giró despacio hacia Newt, que ya entonces debería tener lista una larga y amenazante pipeta. Fue entonces que el caos se desató.
Cuando normalmente el demiguise buscaría salir del abrazo de Jacob para internarse en el primer bioma con el que se topara en su apresurada huida, razón por la cual el Omega tendría que sujetarlo un poco más fuerte, esta vez el pequeño se giró hacia el rostro de Jacob, arañándolo con sus afiladas garras tres veces antes de que cediera y lo liberara. Saltó hacia Newt, que ya se inclinaba para atraparlo, pasó por encima de su cabeza, dejándole una diminuta marca de sus garras en la cien. Aterrizó en donde el resto de la poción y algunos de los ingredientes usados en ella; empapado, le costaba moverse, aunque eso no le impidió escapar de las manos que se volvieron sobre él.
Asustado y cubierto de la sustancia pegajosa, corrió de un lado a otro en la mesa, arrojando en su defensa lo que tuviera enfrente. Al escucharse un sonoro golpe cerca del sitió en el que el demiguise había aterrizado por primera vez, Jacob fue el único que se giró para buscar aquello que lo produjo, permitiendo que el cachorro escapara a las profundidades del primer bioma que estuvo en su camino.
Jacob cambió sus prioridades de inmediato, alcanzando apresuradamente a su esposo que, tropezando con un charco de la medicina desparramada, cayó debajo de donde tanto los restos de la misma poción así como los demás ingredientes goteaban todavía sobre el suelo. Lo ayudó a levantarse, pensando ya en algún plan de recuperación del demiguise, y se detuvo poco después. Algo andaba mal, el lazo de unión que compartía con su Alfa, nacido el día en que se entregó por cuenta propia a su hombre maravilloso, no le transmitía el dolor que Newt debió haber sufrido por la caída.
—¿Newt?, ¿qué esta…?
—A-Accio varit… —Jacob atrapó a su Alfa un segundo antes de que se desmayara.
Lo giró y recostó suavemente, acomodándole la cabeza en sus muslos. Alarmado, comenzó a limpiar del cabello y el rostro de su Alfa, conociendo algunos de los efectos que podría haber al combinar de forma errónea los ingredientes mágicos. No sabía, por supuesto, qué era lo que afectó de una manera tan súbita a Newt, aunque esperaba en su corazón que no resultara mortal. Preocupación inundó sus ojos y provocó un temblor en sus manos, que no conseguían liberar de los ingredientes la pecosa piel de su Alfa.
Para su asombro, Newt se levantó de repente. No dijo ni una palabra, tampoco lo miró o continuó con su intención de llamar a su varita. Jacob intentó alcanzarlo, pero ahora su esposo corría sin sentido alguno lejos de él y luego comenzó a Aparecerse, aterrizando en cualquier parte con la expresión más extraña que Jacob le vio alguna vez. No parecía sufrir, tampoco estar alegre o consciente de lo que pasaba, de lo que hacía.
El área pronto quedó vacía de criaturas y bestias, un pequeño detalle que el Omega apreció en una situación como esa. Pronto, luego de intentar inútilmente atraparlo, Jacob corrió hacia las escaleras, reconociendo que necesitaba a otro humano mágico para detener al suyo. Agradeció también el que no estuvieran directamente en el edificio, pues en el estado de Newt habría sido fácil que se Apareciera en el exterior, se revelaría como mago o sufriría cien tipos de accidentes más de los que podrían sucederle dentro de la maleta. Pensar en eso lo impulsó a duplicar la velocidad.
Al llegar a la puerta, para su consternación, el sonido crocante de la Aparición se detuvo. La indecisión mató a Jacob durante un minuto, manteniéndolo en su lugar con los que, pensó, serían los últimos latidos de su corazón. Si corría a pedir ayuda y algo de verdad malo le cedía a su Alfa y él no estaba ahí para acompañarlo, si lo dejaba solo, Jacob jamás se lo perdonaría. Si, por el contrario, perdía valiosos segundos revisándolo cuando lo que necesitaba era ayuda urgente y llegaba a perderlo, Jacob jamás se lo perdonaría.
El estruendo detrás de la pequeña habitación le entregó la respuesta: corrió hacia lo que, esperaba, se tratara de un Newt sano y salvo. Se negaba a ser tan ingenuo, pese a que los buenos deseos aligeraban la carga, nada lo habría preparado para el escenario que lo recibió.
Ahí, sobre el suelo ligeramente cubierto de paja y plumas coloridas, había dos Newt.
Jacob tuvo que retroceder algunos de pasos. Le costó tres segundos completos recobrar un poco el sentido y, casi decidido, acercarse a los Newt. Parecían tangibles y dormidos más que desmayados, recostados uno al lado del otro aunque posicionados como un reflejo. A Jacob se le hizo imposible imaginar qué es lo que sucedía, aun así, verificó el pulso de ambos. Ellos respiraban con normalidad, lo que trajo un poco de tranquilidad al Omega. También, ambos tenían un saludable color en las mejillas y el calor que desprendían, al igual que sus aromas, coincidía con lo que Jacob recordaba de su Alfa.
La calma reflejada en su olor y el silencio que volvía, atrajo a las criaturas. Algunas reanudaron sus rutinas, un par de ellas se aproximaron a los cuerpos tendidos, lo que Jacob no permitió demasiado, ignorando la causa de lo sucedido, no arriesgaría a las preciosas criaturas si la cercanía podría ponerlas en riesgo. Desafortunadamente, poca opción le quedó al decidir qué es lo que haría, al necesitar ayuda, no iría a buscarla arriesgando a uno o ambos Newt. La solución tardó poco en alcanzarlo.
Imaginarse el escándalo que haría la familia de Newt al ver cómo Jacob cargaba en brazos a su Alfa, le dio la fuerza para no ceder a los malos pensamientos. Sentó a ambos magos, todavía inconscientes, junto a la escalera por la que se salía del maletín y luego de besarlos en la frente y las mejillas, regresó a buscar la varita, y colocándola en la mesa de trabajo, se marchó.
Puesto que darle el medicamento al pequeño demiguise era la última tarea para con las criaturas, Bunty debería estar preparándose para ir a casa, o eso esperó Jacob, que al no encontrarla cerca, corrió esta vez a las escaleras que iban a la primera planta del edificio. Las criaturas lo miraron, algunas se extrañaron al verlo pasar tan rápido y sin que les diera algunas palabas o les acariciara un poco. Jacob se prometió mimarlas luego de asegurar la salud de su Alfa.
Alcanzó a Bunty justo antes de que abriera la puerta a la calle, ella giró al oír los pasos apresurados y reconoció sin esfuerzo la crítica situación al ver el rostro de Jacob. La bruja lo tomó de la muñeca y los apareció frente al maletín, al que entraron de inmediato. Los dos Newt se mantenían en la misma posición.
—Oh… —dijo Bunty, varita en mano, y en la cara, gestos claros de decepción. Naturalmente, no la respuesta que Jacob quería escuchar.
—¿Qué… qué es? ¿Él estará bien?
—Vivirá —afirmó—, pero no despertarán durante algunas horas. Jacob, no te preocupes. —La petición, claro, no fue atendida en lo absoluto.
—¡¿Que no me…?! —Bunty lo detuvo con un gesto de manos tranquilizador y una sonrisa suave.
—Esto sucedió un par de veces hace algunos años, aunque nunca identificamos los ingredientes que llevaron a que Newt se dividiera. Tampoco hubo otros síntomas, excepto un dolor extraño al principio, luego las Apariciones continuas y el desmayo de dos a cinco horas de duración.
—No lo siento. —Bunty lo miró, extrañada y Jacob tocó instintivamente las marcas en su cuello, que estaban protegidas por un elegante collar, la camisa y el saco—. No siento nuestra conexión. —Decirlo en voz alta casi detuvo sus latidos.
Durante un año, ese hermoso hombre mágico fue una presencia constante en la mente y en el alma de Jacob. Sentía su tristeza, su dolor, su alegría, sus celos y su enojo; su amor y devoción infinitos. La falta del lazo que los unía creó un vacío inmenso que amenazaba con arrebatarle cuantos recuerdos y momentos felices tuvo alguna vez con su Alfa, su Newt.
No supo que lloraba hasta que una tímida mano le limpió la mejilla. Bunty también lloraba, tal vez inundada de la emoción que Jacob desprendía a través de su aroma, empatizando como los buenos Betas hacían. Jacob intentó recobrar la compostura cuando ella le acarició los hombros, pensando en que la vida de su Alfa no corría peligro y que lo ocurrido tenía solución.
—Lo recuperarás en cuanto las partes de Newt se reúnan… Yo, ¿debería llevarlos arriba? —dijo Bunty y el muggle no tardó en asentir.
Jacob se adelantó para abrir las puertas que ella se encontraría en el camino y acomodar la cama en donde ambos Newt descansarían. La habitación que compartían, iluminada por una cálida luz blanca e inundada de sus aromas combinados, ayudó aún más a la tranquilidad de Jacob, al mismo tiempo en que aumentó su territorialidad. No lo suficiente como para gruñirle a la amable Bunty y no permitirle el acceso, pero cierto es que luchó con una ligera ansiedad al ver otra persona invadiendo —aún siendo invitada— la habitación en donde podía sentirse protegido y amado por su Alfa.
Alfas, que cuidadosamente fueron transportados mediante un sencillo hechizo de levitación. Jacob les retiró los zapatos, las ligas y las calcetas, asegurándose de que ambas cabezas descansaran a la perfección sobre las almohadas. Una vez ella dejó al segundo Newt, salió respetuosamente de la alcoba, observando las acciones de Jacob desde la puerta. Al verlo terminar, ella carraspeó para llamar la atención.
—Gracias, Bunty, no lo habría logrado sin ti, ¿por qué no pasas y te sientas? Prepararé té.
—En realidad, ya es muy tarde, debería irme. —Jacob desvió su atención de los hombres inconscientes, temeroso de la respuesta de Bunty.
—¿Y qué hay de Newt? Te necesito aquí, por favor, y si…
—No hay nada de qué preocuparse, Jacob, lo prometo. Él y tú estarán bien, los efectos no durarán más de un día, de hecho, es probable que antes de despertar Newt vuelva a ser uno. —Su respuesta, claro, no convenció a Jacob—. Y, de cualquier manera, no hay nada que pueda hacer si me quedo, tal vez Newt despierte ligeramente desorientado, pero tardará muy poco en reaccionar. —Jacob se mostró nervioso, las dudas sobre lo que podría suceder limitaban las excusas para que la Beta se quedara. Antes de pensar en algo, Bunty añadió su argumento final e indiscutible—: Además, estoy en su habitación, Jacob, sabes lo protector que puede ser contigo, si no llega a reconocerme, algo saldrá mal. Tampoco es que sirva de algo allá afuera. —El Omega asintió, rendido.
Le dio a Bunty una pequeña sonrisa de aceptación y, al verla tomar su bolso, la despidió con un simple gesto de mano. Girándose hacia sus ahora esposos, suspiró, deseando creer en las palabras de Bunty y controlar un poco el resto de su preocupación. Nada lo calmaría, por supuesto, aún si ella tuviera experiencia con lo que sea que estuviera pasando y le diera mil razones para hacerle saber que nada empeoraría, Jacob daría cien vueltas en la habitación hasta que hermosos ojos verdes lo miraran.
Hizo rondas de quince minutos para vigilar a cada Newt luego de que ellos se giraran hacia los costados. Luego de un rato los observó inquietos, buscando con débiles brazos en el aire, todavía dormidos. Jacob corrió al armario y regresó con su saco y un par de bufandas, entregó el saco al Newt de la izquierda y las bufandas al de la derecha, ellos se afianzaron a la ropa una vez percibieron el aroma de su Omega. Jacob suspiró tranquilo, y treinta segundos después un miedo profundo de repentina comprensión, como un choque eléctrico, paralizó uno a uno de sus músculos.
El Newt de la izquierda despertó primero, por fortuna era su turno de la ronda de Jacob, quien lo miró relajarse al encontrarse con sus ojos. Newt sostuvo en el brazo derecho el saco de Jacob, extendiendo la mano izquierda para acariciar la mejilla de su esposo. Jacob se inclinó, sonriendo, para besarlo apasionadamente. Su aroma de felicidad se extendió hacia todas direcciones, tranquilidad verdadera e infinito amor por su Alfa resonó en su pecho. Todavía era incapaz en enviarle a Newt tan feroces emociones porque su conexión permanecía apagada, aun así, el hecho de que despertara revivía el anhelo de formar nuevamente ese lazo.
—La base… —dijo Newt apenas separándose de la boca de Jacob, regresando a él entre palabras—… para la medicina… —El Omega, abrazándose al cuello de su Alfa, tampoco quería detener los besos—… del demiguise, es una… poción de sueño… —Jacob cedió con facilidad a los intentos de su esposo para hacerlo sentarse en la cama, no obstante, dada la forma en que tan repentinamente se desarrollaban las cosas, poco avanzó en su cometido.
A la derecha, un gruñido salvaje se dejó escuchar como único preludio del desastre. Jacob no pudo reaccionar a tiempo, separando sus labios de los de Newt para tomar un poco de aire y acomodarse en la cama, un súbito empuje de energía invisible lo hizo retroceder varios pasos. En comparación con el suave trato, su Newt fue empujado al otro lado de la habitación. Se estrelló contra una pequeña mesa, que terminó hecha añicos. Un agarre firme e indoloro contuvo a Jacob en su lugar.
—¡Aléjate de él! ¡Jacob es mío! —el grito hizo eco en las paredes y en el corazón del Omega. Jacob intentó que el reclamo posesivo no le afectara, sin embargo, falló y en cuestión de segundos una nueva oleada de amor brotó de su pecho anhelando alcanzar a Newt. Es decir, al Newt que lo estaba protegiendo… de él mismo… y no precisamente de un ataque.
—¡Newt, detente! —jadeó Jacob, observando cómo el Newt que había atacado tomaba su varita de la mesita de noche. Ah, reconocerlos comenzaba a ser difícil. Jacob les asignó un segundo nombre por el lado de la cama en los que durmieron—. ¡Eres tú! ¡Bunty dijo que sabrías lo que pasa! —Newt Derecha lo miró con una intensidad feroz. Se le acercó despacio, con la agilidad, la sensualidad y el silencio de un depredador felino. Jacob tembló, su piel se erizó y sus mejillas se ruborizaron.
—Lo sé, y quisiera disculparme —susurró Newt Derecha, conteniendo su furia.
—Y no lo harás porque estarías mintiendo —dijo Newt Izquierda mientras se levantaba, sacudiéndose restos de madera y polvo. Jacob conocía la fortaleza de los Alfa Sangre Pesada, aun así observó preocupado a Newt Izquierda, buscando heridas inexistentes.
—Lo reconocí de inmediato. —Jacob se sorprendió por la aclaración de Newt Derecha. La magia lo liberó entonces, mas no supo a cuál Newt ir a refugiarse. Ambos Newts avanzaron hacia él. Pese a que Jacob retrocedió, Newt Derecha lo alcanzó en dos pasos y, abrazándolo, apuntó con la varita a Newt Izquierda, deteniendo su avance.
He ahí el miedo profundo de Jacob. La comprensión de que Newt, su Alfa amable y dulce como un cachorrito, era exactamente igual de protector que uno. Ese, al parecer, un hecho tan indiscutible que sus celos desenfrenados se aplicaban incluso a una copia de sí mismo.
Newt Derecha no perdió un segundo en devorar la boca de Jacob. Introdujo su lengua en la suave cavidad y mordió sus labios rosados. Al Omega le resultó imposible no darle a su Alfa lo que exigía, luego de la larga espera para verlo despertar, correspondería al ataque despiadado si de esa manera le hiciera saber cuánto lo extrañó y cuánto lo amaba. Sus lenguas danzaron fuera de sus bocas, saliva y suspiros se fusionaban en el aire, en tanto, las manos de Newt le acariciaban la espalda, creando un sendero hacia su cintura, caderas y nalgas, donde sin pausa alguna masajeó su carne necesitada de contacto.
—¡Suficiente! —gritó Newt Izquierda, arrancando las manos de Newt Derecha. Jacob despertó de su ensueño, arrepentido de perderse en esa boca lasciva con tanta facilidad. No es que alguien pudiera culparlo.
—Aléjate de él —contestó Newt Derecha, intentando que Newt Izquierda liberara sus manos. Jacob resopló, decidiendo que, en efecto, ambos Newt estaban en perfectas condiciones, igual de posesivos y amorosos en comparación a su versión unificada. Tal cual se lo advirtió Bunty.
Jacob se escabulló por debajo de los hombres que pelaban. Ignoró las señales que su vejiga le enviaba desde su cuidado al sueño de ambos Newts, y ahora que comprobó la verdad en las promesas de Bunty, la necesidad se hizo urgente. Cerró la puerta a su espalda y todavía se escuchaba la discusión de los hombres. Resopló de nuevo.
De alguna forma extraña, Jacob se sentía decepcionado con el rumbo que tomaron las cosas, casi como si hubiera presenciado escenarios similares una docena de veces y no se tratara de su primera vez. No es que esperara algo en específico, y quizá la naturalidad se debía a lo acostumbrado que estaba a las sorpresas inherentes de la magia. Agradecía, por supuesto, el que su esposo estuviera a salvo, con su magia y energía intactas. Tal vez se sentía triste, decaído, al imaginar que el resto del tiempo en ese estado, los dos Newts no dejarían de pelear.
Claramente Jacob aceptaría que, como un simple Omega Sangre Impura, el tener a dos Alfas Sangre Pesada combatiendo para ganarse su atención y sus besos, elevaba su orgullo a los cielos, colocándolo a su vez en la obligación, ya que ambos eran sus hombres, de corresponder tan hermosas emociones con lo que ellos desearan pedirle. Y que no sucedería otra vez si ellos insistían en mantener la disputa.
Lavadas sus manos, Jacob salió con una nueva resolución. Ninguno de los tres, y especialmente no Jacob, soportarían esa situación infantil hasta que los alcanzara la normalidad, y siendo Jacob el centro de la discusión, haría lo posible para que el tiempo restante transcurriera, al menos, dentro de una relativa paz. Además, no olvidaba que aún les quedaba una tarea por realizar.
—¿Newt, bebé? —llamó el Omega sin esforzarse en levantar la voz, y los Alfas lo escucharon sin problema, frenando su diatriba. Jacob no los miró, temiendo que el simple gesto de mirar a uno antes que al otro renovara la pelea, solo avanzó hacia la salida y continuó su camino a la maleta—. El cachorro demiguise escapó, ¿puedes hacer una nueva poción mientras lo busco?
—Por supuesto, bonito.
—Desde luego, mi Omega. —Dijeron ambos Newt simultáneamente. Jacob se palmeó el rostro, girándose a verlos en el mismo instante en que Newt Izquierda levantaba su puño y Newt Derecha respondía apuntándolo con su varita. Ellos se detuvieron al ver los gestos reprobatorios del Omega.
Los Newts se mantuvieron en constante amenaza, ya para decidir quién entraba primero a la maleta, ya porque no bajaban lo suficientemente rápido, atrasando su reunión con Jacob. Jacob que no esperó a que obtuvieran una la solución, caminando en línea recta al bioma donde esperaba encontrar al bebé demiguise, casi seguro de que, dada su ausencia, ellos no se asesinarían o pelearían de verdad tal cual unos niños celosos. Al final, suspiró, acelerando el paso y deseando no regresar y descubrir el peor de los escenarios. Teniendo eso en mente, habiendo elegido el camino correcto, le costó solo algunos minutos hallar al cachorro.
Al regresar, el peor de los escenarios no fue como lo imaginaba.
Jacob los observó, desconfiado, trabajando en paz hombro a hombro, sin levantarse la voz o amenazarse. Jacob se acercó despacio a ellos, deseando que su presencia no avivara la guerra y detuviera lo que sea que estuviera pasando. Pisó una ramita, advirtiendo de su regreso a los magos. Para su alivio, no provocó ninguna reacción negativa, de hecho, Newt Izquierda se le acercó, lo besó con ternura en la frente y lo guio a uno de los bancos junto a la mesa. Newt Derecha se unió enseguida, besó a Jacob en la mejilla y retrocedió un paso, colocándose a un lado de Newt Izquierda, entonces, dijeron;
—Lamentamos nuestro ridículo comportamiento.
—Una situación como esta no sucedió nunca desde que tú llegaste y…
—Sabes que podemos comportarnos, Jacob, solo…
—Por supuesto, nuestras reacciones infantiles no son culpa tuya, es... —Jacob hacía un esfuerzo sobrehumano para evitar el reflejo en su rostro de cualquier emoción que le provocaran las explicaciones de ambos Newt. Apiadándose de ellos, habló.
—Me alegra que lo hayan resuelto, pero ahora tenemos un asunto apremiante, ¿verdad? —Los magos reaccionaron enseguida.
—Nos encargaremos de eso en un segundo —pronunciaron a la vez.
Jacob admiró el trabajo rápido y eficiente de ambos Newt, en el que a pesar de los insistentes movimientos del bebé demiguise, la poción se le dio a beber por completo. Jacob cerró los ojos al oír los gritos de dolor de la hermosa criatura, aun reconociendo que esta sería una de las últimas veces que el pequeño lo sentiría, de ninguna manera iba a acostumbrase.
Terminado el asunto, con el bebé en brazos, Newt Derecha le obsequió un par de bayas, permitió que las tomara en sus diminutas patas y lo liberó en cuanto las hubo comido. Entretenido, Jacob no advirtió a Newt Izquierda acercándose, hasta que, frente a él, lo sostuvo de la barbilla y estudió su rostro.
—Estás herido, dulzura. —Con sorpresa en el rostro, Jacob le tocó ahí en donde, ahora que la situación estaba relativamente bajo control, le indicaba que algo ardía y provocaba cierta picazón.
—Oh, nada importante en realidad, es de cuando el bebé se me escapó, tu marca hará que se cure rápido.
—Pero no lo suficiente, al parecer —replicó Newt Izquierda, acariciando una parte de la redonda mejilla. Jacob le sonrió, intentando tranquilizarlo y sin conseguirlo en absoluto—. ¿Puedo? —cuestionó, lamiéndose los labios e hincándose entre sus piernas. Jacob, que ante la preocupación tácita de su Alfa nada podía negarle, asintió.
Newt se le acercó despacio, deseo brillando en sus pupilas. Jacob cerró los ojos, incapaz de mantener la conexión en sus miradas y continuar fingiendo que no lo provocaba de ninguna manera. Sintió la delgada lengua trazando una línea que comenzaba en su pómulo y descendía al mentón. Un ligero escozor seguido del efecto inmediato de la saliva de su esposo lo calmó al segundo. Superficiales como eran, las enrojecidas líneas nada resistieron al efecto curativo de la saliva Alfa, por lo que, tras algunas caricias de esa hábil lengua, el rasguño desapareció.
—¿Recuerdas la primera vez que te curé? —Jacob respondió a Newt con una sonrisa, apenas abriendo las persianas de sus ojos. Se abrazó al cuello su esposo y él le acarició los muslos.
—Pusiste tu saliva en la cataplasma y yo te ofrecí mi cuello sin dudarlo.
—Aún aturdido, reconociste lo que hacía y no me detuviste.
—Oh, podría decir lo mismo de ti, hombre atrevido —Jacob sonrió—. Aunque en ese momento fue más bien un premio de consolación; pensando en la forma en que Tina no dejaba de mirarte. Tomé tu inocente preocupación y la convertí en la marca de un Alfa que nunca iba a elegirme. —Un par de brazos rodeándole la cintura llamaron su atención, Newt Derecha le cubrió la espalda. El capullo de sus Alfas en el que repentinamente fue envuelto, colmó su pecho de una paz y protección indescriptible, sensación que nunca obtuvo lejos de su habitación o su nido.
—No, bonito, me temo que no hubo ningún acto inocente. No luego de que verte coqueteando tan descaradamente con Queenie —susurró Newt Derecha, sin ninguna señal de enojo en su voz, encargándose de sanar otra herida. Agradeciendo, Jacob le acarició el cabello en la nuca.
—Pensar que ella es una Alfa hermosa o halagar su comida no es coquetear.
—Ahora lo sé —dijeron ambos Newt.
Ellos evitaron cualquier réplica de Jacob cuando Newt Izquierda se levantó a la altura de su rostro, uniéndose a la tarea de sanarlo. Jacob cerró los ojos, dejándose hacer. La tranquilidad y la dulzura del acto lo provocaron del modo más encantador, incitando el nacimiento de un ronroneo que comenzó en su pecho y que no tardó en alcanzar su garganta, elevándose a su máximo volumen. Los dos pares de brazos que ya ejercían cierta fuerza a su alrededor, lo sujetaron con mayor énfasis, y las lenguas preocupadas aumentaron, afanosas, la rapidez de su misión. En conjunto, las cuatro manos se asieron a la carne suave de Jacob, amasando y acariciándolo como solo los Alfas conocían.
Jacob, moribundo bajo el amor prodigado, suspiró afablemente al sentir cómo las lenguas viajaban a su cuello, uniéndose a las atenciones, labios y afilados dientes. Puede que ahí no se encontrara ninguna herida, a punto estuvo Jacob de ceder a las bienvenidas carias de no haberse detenido por la repentina explosión de una bombilla.
No se trataba en lo absoluto de una bombilla, por supuesto.
El estallido ocurrió a sus espaldas, los mimos de sus Alfas se detuvieron, alejaron su calor y, delante de él, Newt Derecha se sujetó el pecho. Las luces parpadearon un segundo, justo el tiempo que le tomó a Jacob alcanzar a su esposo y ayudarlo a mantener el equilibrio. Preguntándose lo que sucedía, se topó con la ausencia del segundo Newt; todo recobró el sentido.
—¿Newt? ¿Bebé? —Jacob acarició la mejilla pálida de su Alfa, preocupado al ver los ojos desenfocados y la clara falta de equilibrio. Newt tardó un largo aterrador minuto en devolverle la mirada, todavía pálido y mareado.
—Estoy bien, dulce… —un temblor suave lo obligó a corregirse—. Estaré bien, ya terminó. —A Jacob no le gustó la forma en que Newt aseguró el asunto, mas siendo eso lo que necesitaba escuchar, no preguntó al respecto.
Lo besó en la comisura de la boca e inhaló su aroma. A lo lejos, una presencia casi fantasmal comenzó a correr en su dirección, instintivamente Jacob la reconoció, esperándola con ansias. Newt lo atrajo para un beso real, conectando sus labios en el momento exacto donde regresaba el lazo que unía sus almas. La emoción pura, el ir y venir del amor que se entregaban libremente, evocó lagrimas de ternura que rodaron por las mejillas de Jacob.
—Te extrañé —susurró el Omega, enredando entre los dedos el suave cabello de su Alfa. Newt, también sollozando, lo besó en la punta de la nariz.
—Lo lamento, nada de lo que sucedió… —Jacob negó efusivamente, silenciando las innecesarias disculpas.
—Terminó bien, eso es lo que importa, podemos hablar de ello una vez te recuperes —Newt asintió. Se besaron una última vez antes de levantarse.
Compartieron una mirada cómplice y avanzaron hacia las escaleras, de regreso a la habitación. Enviaron y recibieron, a través de su unión, sentimientos que sabían leer perfectamente y a los cuales ninguno requería darle voz en ese instante. Sin embargo, eventualmente…
Oh, lo sabían, lo sabían sin ninguna duda.
Había mucho de qué hablar.
* * *
Mira, cariño, esta es la primera vez que juego con la idea de tener dos Top para un Bottom, y lo digo sin mencionar los nombres porque quiero seguir explorando las posibilidades 😏 y no solo para esta pareja. Por supuesto que traeré de vuelta el tema para estos dos, principalmente para darles la acción que tanto me costó no darles 🥵. Pero ya que era la primera vez tratando con dos Newt, quise también experimentar cómo llevaría el manejo de ambos, añadiendo además a Jacob en la escena, así que, dulce, por favor, no dudes en decirme si algo no tiene sentido o si esta muy enredado; eso podría ayudarme a mejorar 😇 Mientras, dejaré esto por aquí me despediré, cariño, espero de corazón que te haya gustado 🥰. Lamento mucho todos los feos errores, pero prometo corregirlos, muchas gracias por leerme. ¡Te amo! 💖💖💖💖
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rimhyokang · 1 year
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Video Llamada Karmiro.
Otro dibujo con Hiro y Karmi en una video llamada.  'xD Por el momento, esa es la única manera de comunicarse. Esta inspirado en una imagen que vi en Instagram, pero no estoy segura si es una escena real de Miraculous Ladybug o si es una imagen editada. Pero por si acaso, aquí hago mención del usuario. Se llama adrienagrestew. Espero les guste. Hiro y Karmi pertenecen a los creadores de la serie Big Hero 6, Disney.
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