Tumgik
#un aliento de aire fresco
juliaridulaina · 9 months
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La fascinació per la Índia//The fascination for India//La fascinación por la India
Actualment aquest país és un cúmul de contradiccions.., per un costat vessa espiritualitat i per l’altre una completa massificació, desori, crims, brutícia.., etc. Però per damunt de tot hi plana una flaire encisadora, una aurèola de santedat que enamora i colpeja el cor de qui hi va, o de qui la comença a conèixer; Bharat, el seu nom antic, canviat pels estrangers que la van conquerir per la…
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flan-tasma · 17 days
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hey!! I saw that you write for lyney (I love your lyney fics btw- they're so scrumptious) and I was wondering if you could write sub!top lyney who gives dom gn! reader oral, and then is made to fuck reader and overstimulates himself because they told him to :0 If you can thank you so much! have a nice day :3
(also sub!top is basically someone who isn't in control but does the fucking if you were confused- sorry if im not describing it well)
💖~ Thank you for making this request! I won't deny that I love the idea of sub!Lyney 👀
Warning: NSFW, breath play, creampie, GN!Reader | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
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Spanish:
Lyney se ha acostumbrado a perseguir tu satisfacción antes que la suya, principalmente porque no le gusta ser egoísta contigo en ningún aspecto. Te cuida mucho antes, durante y después del sexo, tratando de que siempre estés tan a gusto y feliz como él. Se enrosca a tu alrededor, te limpia y desborda su devoción como si fuera lo único capaz de sentir.
Por eso, cuando se puede permitir ser cuidado, no es capaz de negarte nada. Ni siquiera si se trata de ponerse un collar y follarte tan fuerte como le permitan sus caderas.
Tiras del cuero contra su cuello, él siente que su respiración terminará por incendiar sus órganos enteros cuando tu humedad lo chupa y lo exprime hasta dejarlo casi ciego por la lujuria. Su rostro patético solo puede demostrar su estado mental, vacío, solo enfocado en lo bien que te sientes cuando su polla te martilla y es abrazado por tu carne. Lyney no es alguien que disfrute ser vocal, pues le gusta mantener las cosas discretas, llamándote en susurros mientras se obliga a llenarte con sus múltiples cargas, pero esto es nuevo. Tan nuevo que la máscara de confianza del mago ha caído muy lejos de su rostro, solo siendo capaz de jadear y sollozar con tu nombre y súplicas.
No sabe cuántas veces se ha corrido en lo que va de la noche, tampoco puede enumerarlas ahora, solo sabe que la extraña sensación pegajosa que sentía en el punto donde tus muslos y los suyos se conectaban era tan irreal que quería perseguir más. La toalla debajo de ti se encontraba empapada, la cama también era una pista de la escena del crimen que estaban cometiendo, pero no pudo pensar en que debía cambiar las sábanas y limpiar el colchón, sino que se permitió soltar más lágrimas que caían por sus mejillas hasta tu propio rostro.
Su boca estaba manchada, rastros de labial y el delicioso líquido que lo obligaste a tragar minutos antes se mezclaban con la saliva que caía por su lengua. Era una buena imagen, fascinante, como Lyney perseguía el placer sin detenerse, sus manos estaban agarrando con fuerza el marco de la cama que para este punto ya había dejado varias marcas en la pared.
“No puedo…” Lloró buscando tu mirada con sus ojos aguados, incapaz de demostrar algo más que unas nuevas ganas de llenar tu interior con su semen. “¡Por favor, por favor!”
Pero Lyney es tan obediente contigo. Es tan lindo cuando jadeos contra su oído y tiras más fuerte de la correa que lo deja sin aire momentáneamente, suspirando su lujuria y golpeando contra ti con más urgencia. Ya había cerrado los ojos, perdido en la sensación deliciosa y pegajosa de los lubricantes mezclados con su semen y saliva.
“Me voy a desmayar, amour.” Traga saliva cuando siente la picazón en la punta de su polla que lo obliga a arañar tu muslo y acercarse más. El ruido de la piel sudorosa chocar se pierde entre sus maullidos y llantos. Su semilla se dispara lo que profundo que puede dentro de ti, que lo aceptas con gusto y le besas las mejillas mientras limpias sus lágrimas. Ha sido un buen chico, tan dulce y sensible que tiembla entre tus piernas y se detiene para por fin respirar algo de aire fresco y no el aliento cálido del que se ha vuelto adicto.
Pero no tiene mucho tiempo para descansar, pues vuelves a apretar el collar y lo haces encorvarse, tembloroso, para besarlo en sus labios devastados. Y Lyney entiende que aún no han terminado, y vuelve a follarte más a través de su semen que gotea y baja por tus labios y lo embelesa más contra tus suaves paredes que lo aprietan nuevamente.
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English:
Lyney has taken to pursuing your satisfaction before his own, mainly because he doesn't like to be selfish with you in any way. He takes great care of you before, during, and after sex, trying to ensure that you are always as comfortable and happy as he is. He curls around you, cleans you, and overflows with his devotion as if it were the only thing capable of feeling.
 
Therefore, when he can allow himself to be cared for, he is not able to deny you anything. Not even if it means putting on a collar and fucking you as hard as his hips will allow.
 
You pull the leather against his neck; he feels that his breath will end up setting his entire organs on fire when your wetness sucks and squeezes him until he is almost blind with lust. His pathetic face can only demonstrate his mental state: empty, only focused on how good you feel when his cock hammers you and is embraced by your flesh. Lyney isn't one to enjoy being vocal, as he likes to keep things discreet, calling out to you in whispers as he forces himself to fill you with his multiple loads, but this is new. So new that the magician's mask of confidence has fallen far from his face, only being able to gasp and sob at your name and pleas.
 
He doesn't know how many times he's come so far this night, nor can he list them now, he just knows that the strange sticky feeling he felt at the point where your thighs and his were connected was so unreal that he wanted to chase more. The towel under you was soaked, and the bed was also a clue to the crime scene you were committing, but he couldn't think about changing the sheets and cleaning the mattress; instead, he allowed himself to let out more tears that fell down from his cheeks to your own face.
 
His mouth was stained, traces of lipstick and the delicious liquid you had forced him to swallow minutes before mixing with the saliva that ran down his tongue. It was a good image, fascinating, how Lyney pursued pleasure without stopping, his hands were tightly gripping the frame of the bed, which by this point had already left several marks on the wall.
 
“I can't…” He cried, searching your gaze with his watery eyes, unable to show anything more than a new desire to fill your insides with his cum. "Please please!"
 
But Lyney is so obedient to you. He's so cute when you gasp against his ear and tug harder on the leash that it leaves him breathless momentarily, sighing at his lust and pounding into you with more urgency. He had already closed his eyes, lost in the delicious, sticky sensation of the lubricants mixed with his cum and saliva.
 
“I'm going to faint, amour.” He swallows when he feels the itch at the tip of his cock that forces him to scratch your thigh and get closer. The noise of sweaty skin colliding is lost between his mewls and cries. His seed shoots as deep as it can into you, who accept it with pleasure and kiss his cheeks while you wipe away his tears. He's been a good boy, so sweet and sensitive that he trembles between your legs and stops to finally breathe some fresh air and not the hot breath he's become addicted to.
 
But he doesn't have much time to rest, as you tighten his grip on his collar again and make him bend over, trembling, to kiss his ravaged lips. And Lyney understands that you're not done yet, and he goes back to fucking you more through his cum dripping down your lips and enthralling him more against your soft walls that squeeze him again.
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rinconliterario · 7 months
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“Canto a mí mismo” Walt Whitman
Yo me celebro y yo me canto, Y todo cuanto es mío también es tuyo, Porque no hay un átomo de mi cuerpo que no te pertenezca. Indolente y ocioso convido a mi alma, Me dejo estar y miro un tallo de hierba de verano. Mi lengua, cada átomo de mi sangre, hechos con esta tierra, con este aire, Nacido aquí, de padres cuyos padres nacieron aquí, lo mismo que sus padres, Yo ahora, a los treinta y siete años de mi edad y con salud perfecta, comienzo, Y espero no cesar hasta mi muerte. Me aparto de las escuelas y de las sectas, las dejo atrás; me sirvieron, no las olvido; Soy puerto para el bien y para el mal, hablo sin cuidarme de riesgos, Naturaleza sin freno con elemental energía. Creo en ti, mi alma, el otro que soy no se rebajará ante ti, Y tú no te rebajarás ante él. Tiéndete en el pasto conmigo, desembaraza tu garganta, No son palabras, ni música, ni versos lo que preciso, ni hábitos, ni discursos ni aun los mejores, Sólo quiero el arrullo, el susurro de tu voz suave. Recuerdo cómo nos acostamos una mañana transparente de estío, Cómo apoyaste la cabeza sobre mis caderas y la volviste a mí dulcemente, Y abriste mi camisa sobre el pecho y hundiste tu lengua hasta tocar mi corazón desnudo, Y te estiraste hasta tocarme la barba, y luego hasta tocarme los pies. Velozmente se irguieron y me rodearon el conocimiento y la paz que trascienden todas las discusiones de la tierra, Y desde entonces sé que la mano de Dios ha sido prometida a la mía, Y sé que el espíritu de Dios es hermano del mío, Y que todos los hombres que han nacido son mis hermanos, y las mujeres mis hermanas y mis amantes, Y que el sostén de la creación es el amor, Y que son innumerables las hojas rígidas o que se curvan en los campos, Y las negras hormigas en las grietas bajo las hojas, Y las mohosas costras del seto, las piedras hacinadas, el saúco, la candelaria y la cizaña. Soy el poeta del Cuerpo y soy el poeta del Alma, Los goces del cielo están conmigo y los tormentos del infierno están conmigo, Los primeros los injerto y los multiplico en mi ser, los últimos los traduzco a un nuevo idioma. Soy el poeta de la mujer no menos que el poeta del hombre, Y digo que es tan grande ser mujer como ser hombre, Y digo que nada es mayor que ser la madre de los hombres. Entono el canto de la exaltación o de la soberbia, Ya estamos hartos de plegarias y de zalanderías, Muestro que el tamaño no es más que crecimiento. ¿Has dejado atrás a los otros? ¿Eres el presidente? Es una bagatela, cada uno de los otros te alcanzará y seguirá adelante. Soy el que camina con la tierra y creciente noche, Llamo a la tierra y al mar que abraza la noche. Abrázame, noche de senos desnudos, abrázame, noche magnética y fecunda, Noche de los vientos del sur, noche de las estrellas grandes y escasas, Noche serena que me llama, loca y desnuda noche de estío. Sonríe, tierra voluptuosa de fresco aliento, Tierra de los árboles dormidos y húmedos, Tierra del sol que ya se ha ido, tierra de las montañas de cumbre nebulosa, Tierra del cristalino fluir de la luna llena, apenas tocada de azul, Tierra del brillo y de la sombra manchando la corriente del río, Tierra del gris límpido de las nubes que resplandecen y se aclaran para que yo no las vea, Tierra yacente y extendida, rica tierra de azahares Sonríe, porque llega tu amante. Pródiga me has dado tu amor, te doy pues mi amor, Mi apasionado amor indecible. Walt Whitman, un cosmos, de Manhattan el hijo, Turbulento, carnal, sensual, comiendo, bebiendo, engendrando, Ni sentimental, ni sintiéndome superior a otros hombres y mujeres, ni alejado de ellos, No menos modesto que inmodesto. ¡Arrancad los cerrojos de las puertas! ¡Arrancad las puertas de los goznes! El que degrada a otro me degrada, Y todo lo que se dice o se hace vuelve a mí al fin. A través de mí surge y surge la voluntad creadora, a través de mí, el torrente y el índice. Digo el primordial santo y seña, hago el signo de la democracia, ¡Por Dios! No aceptaré nada que no sea ofrecido a los demás en iguales condiciones. Muchas voces largo tiempo calladas brotan de mí, Voces de las interminables generaciones de prisioneros y de esclavos, Voces de los enfermos y de los inconsolables, de los ladrones y de los enanos, Voces de ciclos de preparación y de crecimiento, De los hilos que unen a las estrellas, y de los vientres, y de la simiente paterna, Y del derecho de aquellos a quienes oprimen los otros, De los deformes, triviales, simples, tontos y despreciados, De neblina en el aire, de escarabajos arrastrando bolas de estiércol. Brotan de mí voces prohibidas, Voces del sexo y del apetito, voces veladas y yo aparto el velo, Voces indecentes clarificadas y transfiguradas por mí. Yo me cubro la boca con la mano, Me conservo tan puro en las entrañas como en la cabeza y en el corazón, La cópula no es para mí más vergonzosa que la muerte. Creo en la carne y en los apetitos, Ver, oír, tocar, son milagros, y cada parte de mí es un milagro. Divino soy por dentro y por fuera, y santifico todo lo que toco y me toca, El aroma de estas axilas es más fino que las plegarias, Esta cabeza es más que las iglesias, las biblias y todos los credos. Si algo hay que yo venero más que las otras cosas, ese algo es la extensión de mi cuerpo y cada una de sus partes, Traslúcida arcilla de mi cuerpo, ¡tú lo serás! Sombreados bordes y bases, ¡vosotros lo seréis! Firme reja viril, ¡tú lo serás! Tú, mi rica sangre, tú líquido lechoso, pálido extracto de mi vida. Pecho que oprimes otros pechos, ¡tú lo serás! ¡Cerebro serán tus circunvoluciones ocultas! Raíz lavada del junco oloroso, becada medrosa, nido recatado de los huevos gemelos, ¡vosotros lo seréis! Heno mezclado y revuelto de la cabeza, barba, cejas, ¡vosotros lo seréis! Savia que goteas del arce, fibra del noble trigo, ¡vosotros lo seréis! Sol generoso, ¡tú lo serás! Nubes que ilumináis y oscurecéis mi rostro, ¡vosotros lo seréis! Sudorosos arroyos y rocíos, ¡vosotros lo seréis! Vientos que me rozáis, frotando contra mí vuestros genitales, ¡vosotros lo seréis! Amplios campos musculares, ramas de encina, amoroso holgazán de mi sendero tortuoso ¡vosotros lo seréis! Manos que he tomado, rostros que he besado, mortal a quien toqué alguna vez, ¡vosotros lo seréis! Estoy enamorado de mí, hay tantas cosas en mí que son tan deliciosas, Cada momento y todo lo que ocurre me llena de alegría, No sé cómo se doblan mis tobillos, ni la causa del más leve de mis deseos, Ni de la amistad que suscito, ni de las amistades que me devuelven. Al subir por las escaleras me detengo a reflexionar si no estoy soñando, La madreselva en la ventana me satisface más que la metafísica de los libros. ¡Contemplar el amanecer! La escasa luz que va borrando las sombras inmensas y diáfanas, El sabor del aire es grato a mi paladar. Retoños del cambiante mundo ascienden silenciosos en un juego inocente, fresco sudor, Oblicuamente errando por todos lados. Algo invisible está proyectando libidinosos dardos, Torrentes de brillante zumo inundan el cielo. La tierra por el cielo invadida, la cotidiana consumación de su boda, El desafío del oriente sobre mi cabeza, La burla mordaz: ¡Ya veremos quién es el amo! Creo que una hoja de hierba no es menos que el camino recorrido por las estrellas, Y que la hormiga es perfecta, y que también lo son el grano de arena y el huevo del zorzal, Y que la rana es una obra maestra, digna de las más altas, Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo, Y que la menor articulación de mi mano puede humillar a todas las máquinas, Y que la vaca paciendo con la cabeza baja supera a todas las estatuas, Y que un ratón es un milagro capaz de confundir a millones de incrédulos. Siento que en mi ser se incorporan el gneis, el carbón, el musgo de largos filamentos, las frutas, los granos, las raíces comestibles, Y que estoy hecho de cuadrúpedos y de pájaros, Y que puedo recuperar cuanto he dejado atrás, Pero que puedo hacerlo volver cuando se me antoje. En vano la timidez o la prisa, En vano las rocas incandescentes arrojan sobre mí su antiguo calor, En vano el mastodonte se oculta detrás del polvo de sus huesos, En vano los objetos se alejan leguas y leguas y toman muchas formas, En vano el mar se oculta en las cavernas donde tienen su guarida los monstruos, En vano el buitre tiene por morada el cielo, En vano la serpiente se desliza entre las lianas y los troncos, En vano el alce busca las honduras recónditas de la selva, En vano el cuervo marino tiende el vuelo hacia el norte, hacia el Labrador, Lo sigo velozmente, trepo al nido que está en la grieta del peñasco. ¿Quién es este salvaje amistoso y gárrulo? ¿Espera la civilización, o la ha dejado atrás y la ha dominado? ¿Es un hombre del sudoeste y ha sido criado a la intemperie? ¿Es un canadiense? ¿Viene de las tierras del Mississippi, de Iowa, de Oregon, de California? ¿De la montaña, de las praderas, de los bosques, o un marino del mar? Dondequiera que vaya, los hombres y las mujeres lo desean y lo aceptan, Quieren que los quiera, que los toque, que les hable, que se quede con ellos. Obra sin ley, como los copos de nieve, sus palabras son simples como la hierba, el pelo despeinado, risas e ingenuidad. Lento el andar, comunes las facciones, emanando sencillez y modestia, Brotan de un modo nuevo desde las puntas de los dedos, Flotan en el aire con el olor de su cuerpo o de su aliento, salen de la mirada de sus ojos. Me ha tocado en suerte, lo sé, lo mejor del tiempo y del espacio; nunca he sido medido y no seré medido jamás. El viaje que emprendo es eterno (¡que todos me oigan!). Mis signos son un capote contra la lluvia, fuertes zapatos y un bastón cortado en el bosque, En mi silla no sestean los amigos, No tengo cátedra ni iglesia ni filosofía, No llevo a ningún hombre a una mesa puesta, a la biblioteca, a la bolsa, Pero a cada uno de vosotros, hombre o mujer, lo llevo a una cumbre, Mi brazo izquierdo ciñe tu cintura, Mi derecha señala los continentes y el gran camino. Ni yo ni ningún otro puede andar por ti ese camino, Eres tú quien debe andarlo. No queda lejos, está a tu alcance, Quizá estabas en él desde que naciste y no lo has sabido, Quizá esté en todas partes, en mar y en tierra. Échate tus prendas al hombro, hijo mío, y yo traeré las mías y apresurémonos; Ciudades prodigiosas y naciones libres nos saldrán al paso. Si te cansas, dame las dos cargas y apoya tu mano en mi cadera, Y a su debido tiempo me devolverás el mismo servicio, Porque ya emprendida la marcha nunca descansaremos. Esta mañana, antes del alba, subí a una colina para mirar el cielo poblado, Y le dije a mi alma: cuando abarquemos esos mundos, y el conocimiento y el goce que encierran, ¿estaremos al fin hartos y satisfechos? Y mi alma dijo: No, una vez alcanzados esos mundos proseguiremos el camino. Tú también me interrogas y yo te escucho, Contesto que no puedo contestar, tú mismo debes encontrar la respuesta. Siéntate un momento, hijo mío, Aquí tienes pan para comer y leche para que bebas, Pero después de haber dormido y haber cambiado de ropa te beso con el beso del adiós y te abro la puerta para que salgas. Demasiado tiempo has perdido en sueños deleznables, Ahora te quito la venda de los ojos, Debes acostumbrarte al brillo de la luz y de cada momento de tu vida. Demasiado tiempo has vadeado, asido a una tabla en la orilla, Ahora quiero que seas un nadador, que te arrojes al mar, que reaparezcas, que me hagas una seña, que grites y que agites el agua con tus cabellos. Dije que el alma no es más que el cuerpo, Y dije que el cuerpo no es más que el alma, Y que nada, ni Dios, es más que uno mismo, Quien camina una milla sin amor, se dirige a su propio funeral envuelto en su propia mortaja; Y yo y tú, sin tener un centavo, podemos comprar lo más precioso de la tierra, Y la mirada de unos ojos o una arveja en su vaina confunden la sabiduría de todos los tiempos, Y no hay oficio ni profesión en los cuales el joven que los sigue no pueda ser un héroe, Y no hay cosa tan frágil que no sea el eje de las ruedas del universo, Y digo a cualquier hombre o mujer: que tu alma esté serena y en paz ante millones de universos. Y digo a la Humanidad: No hagas preguntas sobre Dios, Porque yo que pregunto tantas cosas, no hago preguntas sobre Dios, (No hay palabras capaces de expresar mi seguridad ante Dios y la muerte.) Escucho y veo a Dios en cada cosa, pero no lo comprendo en lo más mínimo, Ni comprendo cómo pueda existir algo más prodigioso que yo mismo. ¿Por qué desearía yo ver a Dios mejor que en este día? Algo veo de Dios en cada hora de las veinticuatro y en cada uno de sus minutos, En el rostro de los hombres y de las mujeres veo a Dios, y en mi propio rostro en el espejo; Encuentro cartas de Dios tiradas por la calle y su firma en cada una, Y las dejo donde están porque sé que dondequiera que vaya, Otras llegarán puntualmente.
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littlegodzilla · 2 years
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New part from Vis a vis!
I hope you'll like it!!
Enjoy!!
***
Vis a Vis.
Daryl Dixon x Reader.
Part 2 from Vis a Vis.
Warnings: heartbreaking... I guess.
Words: 1238.
Taglist: @phoenixblack89 @browneyes528 @lilythemadqueen @darylsgarden @thefemininemystiquee @xxtinasxxblog @green-eyedladywrites @hail-yourselves @ravenwings73
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Part 2.
Maldito viaje, amor.
No quiero verte más, pues como un perro muero de pena.
Porque sólo es un ratito, y tus ojos traen la luz del sol.
Tu aliento trae el aire fresco que baja libre de la sierra para el que es libre.
"What?" you say when Daryl looks at you for the first time since he has arrived in your room.
"Ain't wanna do this anymore." He repeats.
"What are you...?"
"Ain't wanna keep seein' ya!" he raises his voice and you freeze. "Ain't wanna do this anymore. I can't. Every time I'm brought here and I see ya..." He whispers and lowers his head.
You rush towards him, you grab his arms, Daryl tries to let go, but you hold him tighter, one of your hands rests on his cheek wanting your gazes to connect. When you succeed you see pain and anxiety in his eyes.
"What, every time you see me what?"
"I see him...I picture him with ya, I see how he can be touchin' ya every day..."
"Daryl, I told you Negan would never..."
"Then how are we here? His men keep talking, saying things about ya..." He mumbles again and lets go of you. You don't credit what you hear.
"Daryl, they're doing it to hurt you, nothing they say is true, I told you..."
"Negan's talking too!" he shuts you up suddenly. "It's unbearable to hear him talk about ya, how ya enjoy each other..."
"It's lies! We've never been together, I've never let him touch me!"
"Then how does he know about yer tattoo!"
You mumble on the spot. When you arrived in Alexandria, after all you had been through, feeling that place safe again, a new home, Daryl took a needle and India ink and at your request gave you a small, discreet tattoo on your hip line, an arrow, a small confession of love on your part and at the same time a symbol of bonding between you. No one else knew about it or had seen it, no one except Negan's women when you got there and they forced you to strip and shower, surely one of them had told him about it.
You open your mouth to explain, but Daryl looks away clenching his fists.
You stop right then and there, because you know that no matter what you can tell him, or what excuses you can find, Daryl is not going to listen to you, Daryl is not going to believe you.
"You don't trust me..." You whisper, but he doesn't even turn to look at you. You feel your eyes sting from the tears pooling in them, but you manage to pull yourself together. "Fine, believe what you want, but listen to me; I'm going to get us out of here, we're going home, so don't do anything stupid and when I come for you and we're safe, it's over." You point to him and then walk past him to open the door and call out to one of Negan's men waiting across the hall. "You can take him now."
"Wow, that was fast today."
"Yeah, there was nothing else to take out." You mutter, but don't look at Daryl as between two of you they yank and shove him out there.
When you're left alone, you break down, hug your legs and let your tears run down your face, the pieces of your heart falling out one by one.
**
A week passes and as promised you get a chance to escape from there. You've been perfecting a sleeping pill for Negan, you know you can't kill him, it would draw too much attention, his people would find you before you could escape, so you decide to knock him out with a powerful sleeping pill. When you're sure he won't wake up you grab the backpack you had prepared, take a couple of guns from the man and quickly get out of there. On the way to Daryl's cell you are careful not to cross paths with anyone, neither Negan's wives, nor his men, anyone could raise the alarm and that would be a big problem.
You open Daryl's cell and before he can ask you give him some clothes. You try to ignore his nakedness and all the wounds on his body.
"Get dressed." You order him. "We don't have much time."
Daryl doesn't ask questions, he gets up like a spring, or at least as fast as his body will let him, the urge to get out of there, to be free, is greater than the pain he feels. He dresses in the clothes you have given him and carefully follows you through the corridors that right now seem like a maze. You've done that route a thousand times, memorizing every turn, every guard and every empty room or room with a guest that you're almost certain you're already saved.
In your fingers you fiddle with the keys of one of the motorcycles parked at the back of the huge factory.
You are almost out, you can see the door at the end of the corridor, Daryl is close behind you but he is watching your back in case someone appears unexpectedly. You stop abruptly, Daryl hugs your body as he bumps into you and looks ahead. Breathing hitches.
Sherry stands in the middle of the hallway, her gaze laden with surprise and fear. No one seems to dare say anything, time has suddenly frozen. Then Sherry nods her head very slowly and slips off down one of the corridors giving you a free hand. Your heart races again and you continue towards the door, this time your steps much faster.
Daryl needs a moment when the sun hits his eyes cruelly. He has been locked in a cell for days, in total darkness, his blue orbs feel the light as a nuisance, he rubs them several times until he manages to look up. You are out, you are still in danger, but you are out of the factory and out of sight of the Saviors. He wants to smile, but your gesture is deadly serious, he is ready to say something, when you catch the movement of another person. You quickly get on your guard and Jesus raises his hands wanting to calm you down.
"It's me, guys, no... you don't... you don't know how glad I am to see you." He says with a small smile.
"Let's go, we're not safe yet." You say in response and Jesus guides you to a truck he has stolen.
Daryl, however, takes one of the bikes and follows closely behind you. The ride to Hilltop is silent and tense, Jesus tries to guess how you've escaped, but you don't want to talk, you just need to get home and focus your mind on anything other than Negan, the Sanctuary or Daryl. A tear runs down your face again and you quickly brush it away, averting your gaze out the window of the vehicle.
Seeing Maggie there reassures you, she still looks weak, but she's fine, her baby is fine, she needs rest and rest, but you all know that's impossible, you're all trembling in desire to get revenge on Negan whether it's for one thing or another.
Daryl walks up to you, his hand rests on your arm, his touch runs through you like a cramp, feeling your pulse quicken, you look up at him.
"Hey..." He tries to speak, but you let go.
"There's nothing to talk about, Dixon, I told you, when we got out of there, it would all be over." You remind him by backing up a few steps. "Let's just focus on getting rid of Negan and getting our home back." You tell him and quickly walk away, leaving him there with the word in his mouth.
Daryl wants to go after you, but the massive gates of Hilltop open, Rick and the others appear behind them. The reunion is emotional and there is excitement on everyone's part, but there is no time for celebration. A plan has to be put into action.
Negan must be killed.
Maldito amor, maldito amor no vengas más.
Maldito amor, maldito amor no vengas más.
***
The End.
≈≈≈≈
Please don't hate me!!
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jartitameteneis · 9 months
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"Tú eres los libros que lees, las películas que ves, la música que escuchas, la gente que conoces, los sueños que tienes, las conversaciones en las que participaste. Eres lo que tomas de estos. Tú eres el sonido del océano, el aliento del aire fresco, la luz más brillante y la esquina más oscura. Eres un colectivo de todas las experiencias que has tenido en tu vida. Eres cada segundo de cada día. Así que ahogar en un mar de conocimiento y existencia. Deja que las palabras corran por tus venas y dejen que los colores llenen tu mente hasta que no quede nada que hacer, sino explotar. No hay respuestas equivocadas. La inspiración lo es todo. Siéntate, relájate, y toma todo. Ahora, sal y crea algo".
Jac Vanek
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avedemar · 1 year
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¿Quién es Ave de Mar?

“Es una gaviota nacida en la tierra
volaba en los cielos de alguna ciudad
con techos y ramas de cálido abrigo
y con otra gaviota soñaba volar.

No tienen sus alas la fuerza ni aliento
No pueden alzarla en ascenso fugaz,
luchar contra el viento, tenerla en el aire
llevarla a un destino de incierto arribar.

Ocasos dorados con noches oscuras
cual negro es el fondo profundo del mar,
sin cálido abrigo en el gélido invierno
y sin fresco refugio en verano fugaz

Es frágil gaviota nacida porteña
que en cielos vacíos y en la inmensidad
de noches eternas y estrellas brillantes
esquivo destino debiera encontrar.

No es ave marina sin nidos ni afectos,
no es ave de tierra de muy corto andar,
es una gaviota nacida porteña,
que muy hondo en el alma ama la libertad”.
| Enrique Germán Martínez, fragmento |
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santpablo · 7 months
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Relato de un sueño
Alguna vez hace mucho tiempo tuve un sueño. En aquella ocasión estaba en una montaña, merodeando. El sol golpeaba mi melena y el viento tibio la ondeaba como bandera aurea. Me detuve frente a un charco y pude ver un león en mi reflejo. Me quedé un instante contemplando la imagen, hasta que fui interrumpido por un mono. El primate me molestaba y me obligó a rugir para detenerlo (recuerdo muy bien la sensación del rugido, como una efervescencia en mi garganta que se proyectaba como un trueno al exterior). Él se detuvo, se posó en frente mío y me hizo señas para que lo siguiera. Así lo hice, a través de la selva húmeda de las montañas andinas, por un viejo camino de mulas que bajaba desde mi altura hasta las extensas planicies de oriente. Una vez en el llano, un dragón se apareció en frente mío: era un inmenso lagarto verde, sediento de sangre (pude verlo en sus ojos), capaz de utilizar su aliento de fuego y volar mucho más alto que los Andes. Me atacó. Antes de que pudiera darme cuenta, estábamos enfrascados en combate, revolcándonos con violencia entre las nubes. Recuerdo la sensación de sus mordiscos en mi cuello, la rigidez de su piel bajo el rasguño de mis garras, el calor del fuego que me consumía la melena; pero también el agotamiento que sentí tras cada ataque. Lo siguiente que recuerdo fue una especie de fusión en el aire, como si hubiésemos llegado a alguna comunión en pleno vuelo. Ahora podía sentir las alas en mi espalda y yo mismo controlaba nuestros giros en el cielo. De repente todo se hizo fresco y rugí de nuevo, emitiendo mi característico sonido junto con una llamarada.
Al despertar mi primera idea fue que se avecinaba un dragón y que sólo él podría hacerme un daño verdadero. Desde entonces busqué al dragón, recordando a mi guía mono y el lugar específico en oriente. Muchas personas pasaron por mi vida desde entonces, varias de las cuales podrían encarnar potencialmente a un dragón, pero ninguna como el de mi sueño. Por otro lado, mis viajes me llevaron en alguna ocasión a ese llano que vi en el sueño, pero no llegué a cruzarme con la criatura. Algunos ojos se acercaron y se fueron de nuevo, pero ninguno encarnaba al monstruo, o al menos no a ese en particular. En algún momento incluso barajé la posibilidad de que el dragón podría ser una representación de algo que llevo dentro, eso a lo que llamo serpiente. Tal vez el dragón que puede dañarme habita en mí mismo y por esa razón puedo desplegar mis alas al encontrar mi comunión con él. Llegué a aspirar, basado en esa teoría, a la figura de Ugallu como resultado de mi batalla sagrada.
Independientemente del camino que deba seguir para encontrar al dragón, lo cierto es que, pasados unos cinco años de mi sueño, todavía estoy en busca del mono y del dragón. El fin o el principio (me parece que ambas cosas) prometen su llegada en cualquier momento. Como diría el gran Tai Lung: nuestra batalla será legendaria.
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memoriasfragiles · 1 year
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Alza un risco de imágenes trastocadas, de manera de poder distinguir mis palabras cuando olvides mis ojos. De volver a ser rio que trae consigo los cuerpos de las bestias heridas que saciaron su sed por última vez, ser alimento del cerro que alzo de sus faldas los bosques donde alguna vez viviste y los aromas que fuiste.
De paso entre andamios que penden de las paredes de una choza a medio terminar, camina entre la espesura para conversar con los espectros afligidos que se esconden entre los trozos de espejos trizados que marcan los rastros, perseguidos por sus ancestros que aun lloran la derrota, embelesados por la abstracción de tu mirada naufraga enfocando hacia ningún lugar.
Necio silencio del que calla por no interrumpir el carnaval de alguien más. Necio el miedo de quien no ha respirado los mundos inmensos tras la puerta de su habitación. Que alguna bocanada de aire o en una exhalación profunda le empuje hasta ensuciar sus manos de tierra húmeda, hasta purgar su pecho de aire fresco.
Naciste en el seno de una nación quemada, una tierra erosionada, un pueblo en ruinas, un suelo secuestrado, una sequía permanente y nunca conociste nada más que la ausencia.
Pero ¿puede haber ausencia donde nunca hubo nada más que silencio, ruina, soledad y arrebato?
Ha de haber algún lugar llamado patria donde mantengan las luces encendidas hasta la madrugada para que nadie se pierda ni sea destrozado entre la noche, ha de existir algún momento en las que aquellas luces dejen de traer consigo una sensación de desorientación y encierro permanente.
Despiertos al medio de la noche se asoma de entre los veladores un despilfarro de angustia y algunas aproximaciones futuristas de una catástrofe aconteciendo entre la escasez de nubes y el extravío de los proyectos tramados por los miedos humanos.
Entre todo el dolor, los destemplados colores de la vida y su arrimo salvaje al órgano visual que contempla como el delirio de lo real se va afilando y  va entramando su danza despampanante.
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No importa cuanto hayas caminado, siempre habrás de trazar círculos contiguos, has pisado los mismos lugares una y otra vez. 
No importa cuan perdido estés, hay una estrella que pende de la amanecida en la que siempre te podrás encontrar. 
No importa cuanto hayas luchado para mantener quien eres, porque cada vez que has vuelto, todo ha cambiado para siempre. 
No importa cuando trates de arrimarte a este presente, porque en cada vuelta todo lo conocido se ha decantado en un recuerdo. 
No importa quien siga a tu lado, porque todos los caminos calan huellas como nombres que cargas en el pecho.
Toma aliento y sigue buscando, tras un despilfarro de dolores y una agonía a gotas emergerá una historia diferente que habrás de narrar para ti esta vez. Algún día alguien acariciará tus párpados cansados, enjuagará tus lágrimas, te dará de beber cuando husmees exhausto deseando el agua que calme esta sed, te invitará a descansar en su abrazo forajido como tu viaje eterno hasta que vuelvas a decidir que es momento de partir otra vez.
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hostel-qhawaq · 1 year
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Cóndor - Orígenes - Capítulo 4 (Final)
Hacía un frío terrible, el aire gélido congelaba los pulmones de Dante y enterraba cada paso en la nieve pensando que todo había llegado a su final. Todo, incluso su vida. Lo rodeaba un mar interminable de nieve, no había ni principio ni final, estaba completamente perdido, y a punto de sucumbir ante el frío. Un último escalofrío de pánico recorrió su espina dorsal; quiso gritar, pero sentía una opresión en el pecho. Entonces, una voz apareció de la nada y comenzó a perseguirlo, una voz salvaje que gritaba incoherencias se acercaba por su espalda, aunque parecía no haber nadie más, hasta que en un parpadeo aquella voz gritó su nombre frente a él. Era una bestia de varios metros de altura con plumaje negro, alas gruesas y un prominente pico. Una punzada de horror penetró el cuerpo de Dante, y desde ahí no recuerda nada más.
─¡DANTEEEEEEE! ─escuchó como gritaba una voz familiar.
Abrió los ojos, todo su cuerpo hasta la raíz de su cabello estaba cubierto de sudor. Había tenido una pesadilla. Fausto sostenía una camisa con la que secaba el cuello y la frente de su hermano, estaba asustado porque nunca lo había visto hiperventilar y moverse tan erráticamente dentro de un sueño. Ninguno de los dos sabía si la humedad del rostro de Dante era únicamente sudor o si había soltado algunas lágrimas.
─Dante, ─intentó tranquilizarlo─ estás bien, estoy aquí.
Al hermano mayor le tomó varios segundos quitarse de la mente la imagen de esa ave negra y enorme que lo llamaba. Se sentía como si la hubiera visto por primera vez, no solo porque no había visto nunca esa especie que parecía casi ficticia, sino porque nunca había sido más que una sombra en sus recuerdos. Pero ahora que ya podía visualizarla le parecía aterradora. Se sentó luego de unos momentos y se incorporó en la realidad.
─¿Qué soñaste?
─Vi un ave enorme.
─¿Un ave otra vez? ¿La misma de siempre?
─Eso creo.
─¿Y qué pasó? ¿Te hizo algo? ¿Te atacó?
─No. No pasó nada, solo me estaba llamando, pero sentí como si algo horrible hubiese ocurrido.
Fausto se quedó en silencio asintiendo con la cabeza. Siempre le intrigaron los sueños de su hermano, más las otras particularidades que lo caracterizaban. Dante vio su rostro preocupado, también la cicatriz sobre su frente, aquella por la que comenzó ese largo viaje que los llevó tan lejos de casa. Ya habían perdido la cuenta de los días que llevaban en el mar, quizá eran dos semanas, y ya se habían acostumbrado al son del barco.
─¿Qué tal si subimos y tomamos algo de aire fresco? Estás bañado en sudor. Toma ─Fausto le extendió una botella de agua─, bebe un poco.
En lo que subían a la cubierta se encontraron con Ernesto, uno de los hombres más desagradables que Dante ha visto en su vida y que también había salido de prisión. Le gustaba burlarse de los demás, salvo de los que eran más grandes que él. Los saludó con evidente intención de provocarlos, pero lo ignoraron.
─¿La princesa durmió mal? ─insistió con su voz ronca y aguda.
─¿Qué tal si cierras la boca? ─contestó Fausto parándose frente a él─, tu aliento de mierda huele hasta aquí.
Ernesto se plantó frente a él a centímetros de su nariz, pero antes de que pudiesen comenzar a pelear llegó el capitán Pizarro.
─¡Caballeros! Es muy temprano para peleas. Sepárense.
Ninguno de los dos apartó la mirada del otro, hasta que Dante jaló levemente a Fausto por el brazo. Este cedió y se dio la vuelta.
─Aborrezco a ese animal ─masculló Fausto.
─Déjalo ir. Deja que esa emoción te traspase.
─Lo voy a traspasar yo a él un día con un...
Se detuvo y suspiró. Su hermano comprendió lo que iba a decir.
─Respira. Está bien.
De alguna manera terminó él consolándolo, tal como cuando eran pequeños, y a pesar de que ahora el menor fuera el más alto y más fuerte. Fausto cambió de tema y le preguntó por su sueño, pero Dante no le dijo nada nuevo, incluso él estaba desconcertado por la sencillez del sueño.
─A veces así son ─intentó explicar─ las pesadillas, ¿no? No es lo que ves, sino lo que sientes.
De repente un grito llamó la atención de todos. Alguien en la proa divisó la tierra firme. Todos se acercaron para observar. En la distancia aquella montaña parecía tener apenas un dedo de grosor. Pizarro comenzó a reír y a felicitar al hombre que vio la tierra antes que él, no había un solo día en que el capitán no mostrara una gran reserva de energía, siempre estaba hablando, comiendo o simplemente inquieto. Dante sintió una gran emoción, por un momento se olvidó incluso del sueño, pues por fin estarían en tierras nuevas y frente a nuevas oportunidades.
Llegaron a tierra firme. Era realmente un nuevo mundo para ellos, el aire olía diferente, incluso la luz del sol se veía diferente. Dante se sintió tan maravillado de cada detalle. Conforme avanzaban vio a hombres de su misma tierra, pero más le impresionó la gente de tez oscura con rasgos faciales diferentes, ropas distintas, y ese lenguaje que no entendía. Solo caminaron de extremo a extremo por la costa, pues Pizarro estaba esperaba la llegada de algún viejo amigo.
─¡Diego! ─exclamó al acercarse aquel hombre─ ¡mi buen amigo, qué alegría verte!
El señor De Almagro era un tipo más reservado, se veía incluso más maduro, pero correspondió al saludo del capitán. Comenzaron a hablar de trivialidades sobre la señora de Diego, ya que había hecho una familia en esas tierras.
─¿Te sientes mejor? ─preguntó Fausto aburrido de esa cháchara personal.
Dante recordó que se refería al sueño y contestó afirmativamente. Él ansiaba pasear por esa tierra, hablar con la gente aunque no les entendiera nada, probar sus comidas, ver más paisajes, o incluso perderse en algún bosque. Sin embargo, fue una visita bastante corta. Llenaron los barcos de provisiones y volvieron a partir con nuevos hombres abordo ese mismo día, y esta vez no viajarían con el capitán. Despedirse le causó tristeza, pero aún conservaba la emoción de la expectativa.
─Nunca estoy preparado para despedirme ─confesó Dante.
Ya era de noche, algunos hombres dormían, pero sabía que su hermano estaba despierto.
─¿Por qué lo dices? ¿Extrañas a Lizzie?
─No. Bueno, sí, también. Todas las personas que se han ido la mayoría de las veces ni siquiera pude decirles adiós, pero aún si así fuera, nunca estoy realmente listo para dejar ir.
─Quizá nadie lo está.
─Quizá.
Fausto creyó que hablaba ahora de Trisha, pero Dante hablaba de todo al mismo tiempo. Se refería a dejar esa tierra fascinante, a su Sevilla, y a las personas que lo han marcado con su ausencia. De las cuatro embarcaciones ellos se estaban quedando atrás, pero todo parecía marchar relativamente bien. No obstante, una noche uno de los hombres comenzó a llamar la atención de todos, anunciaba con tono de alarma que algo andaba mal. Nadie le prestó atención al principio, no era el primer hombre que deliraba por la fiebre o por alguna enfermedad mental, pero entonces el agua comenzó a llenar el barco.
─¡Está entrando agua, se está hundiendo el barco!
Todos los hombres se espabilaron y comenzaron a buscar por dónde estaba entrando el agua. “Es por la parte trasera” dijo uno, pero ya el barco estaba empinado hacia atrás y no había forma de encontrar qué los estaba hundiendo.
─Todos a la cubierta ─ordenó uno de ellos.
Había hombres en la cubierta, pero los que aún dormían, como Dante y Fausto, tuvieron que pelearse con los demás para subir corriendo por las escaleras. Había casi una centena de hombres en esa embarcación. Algunos se golpeaban y se empujaban, ya que el capitán del barco no era Pizarro sino un tal Moya nadie le hacía caso cuando se armaban las peleas. La luz de la luna los alumbraba lo suficiente como para ver el paisaje más escalofriante que hayan visto: una eterna negrura, no había nada más que agua helada y oscuridad.
Dante vio a su hermano, que estaba más preocupado por los hombres a su alrededor. Empujó a algunos cuantos para hacerse paso e intercambió insultos con otros tantos, pero consiguió llegar a proa con su hermano. Algunos hombres estaban más preocupados por pelear que por salvarse, Dante pensó que quizá el miedo los ponía violentos. El capitán Moya dijo algunas palabras para calmarlos, pero nadie lo escuchó. El barco poco a poco se hundía y tampoco se divisaba a los otros barcos.
─Fausto...
─No digas nada.
─Vamos a estar bien.
Fausto vio a su hermano mayor, tenía cara de que decía la verdad, aunque no tuviera idea de cómo sobrevivirían. Algunos hombres comenzaron a lanzarse al agua e intentaban nadar hacia el norte, pero al poco tiempo se los tragaba el agua. La marea era violenta esa noche de luna llena, las olas no parecían tan grandes estando a babor, pero cuando los hombres se lanzaban parecían un grano de arroz a la deriva. El agua llenó el barco hasta que tuvieron que agarrarse del mástil y de la borda para no caer por la inclinación.
Dante veía todo pasar frente a sus ojos como si no comprendiera la gravedad del asunto. No había nada que hacer, no había ni botes, solo algún salvavidas por el que unos hombres comenzaron a pelear. Intercambiaron puñaladas matándose por el salvavidas. El capitán veía hacia el frente, hacia la nada en la punta del barco, quizá imaginaba cómo se hundía con él ese sueño de encontrar las riquezas en Birú. Dante permanecía en shock.
─Qué final tan patético ─se quejó Fausto.
Su hermano quiso contradecirlo, pero tenía razón. Pensó que quizá Lizzie se preocuparía porque no le habían enviado ninguna carta, podría incluso molestarse, o quizá se enteraría de la noticia del naufragio y se sentiría devastada. También recordó el rostro de Trisha, había un alivio en la espera de la muerte porque tal vez se encontraría con ella en algún cielo si existía. Los hombres comenzaron a gritar, el barco tomó una inclinación de noventa grados. De los pocos hombres que se agarraron de la borda solo algunos lograban sostenerse. El agua se tragó el mástil y con él a la mitad de los hombres en el barco. Las olas los alcanzaban, el corazón de Dante comenzó a latir con más fuerza, hubiese querido evitar su muerte o al menos la de su hermanito.
─Te quiero, hermano ─dijo el mayor.
─Yo también te quiero, Dante.
Fausto pensaba que había desperdiciado su vida, esto lo mortificaba enormemente. Dante, por su parte, se sintió culpable porque la idea de ir al Nuevo Mundo había sido suya. Quiso disculparse, pero ya no tenía caso, y entonces el agua los arropó a todos con su fuerza descomunal. Tomó la mano de su hermano bajo el agua, aún a punto de ahogarse quiso encontrar una solución, pero no podían pelear contra el capricho del mar, así que simplemente se dejaron morir. El agua era helada, todo se tornó negro, sin luna ni estrellas.
Los cuerpos de los hermanos terminaron en la costa luego del naufragio. Fueron los únicos hallados con vida. Dante despertó vomitando agua, también tosió el agua que tenía en los pulmones y se sintió como si hubiera muerto y regresado a la vida. Estaba desorientado, no recordaba nada de lo que había ocurrido. Se frotó los ojos y vio caras desconocidas, lo veían fijamente como si él fuera el extraño. Entonces las imágenes del barco hundiéndose y del agua tragándolos vinieron a su mente.
─¿Fausto? ¿Y Fausto? ¡¿Dónde está mi hermano?!
Un hombre hizo “Shhh, shhh” y dijo algunas palabras para calmarlo, pero Dante no entendió nada de lo que dijo. Señaló a otra habitación separada por una cortina, estaba Fausto inconsciente y con dos mujeres cuidándolo. El mismo hombre volvió a decir cosas que Dante no entendió. Quiso levantarse de la cama, pero estaba extremadamente débil y todo le daba vueltas, como si todavía estuviese en el barco.
─Dice que despertó ─intervino un hombre blanco─ igual que tú, pero hace rato. Estaba tan agotado que se desmayó luego de escupir toda el agua.
Dante comenzó a llorar, no sabía si de alivio, de alegría, o de miedo por haber encarado a la muerte y haber sobrevivido. Sintió que no merecía esa segunda oportunidad, que debían haberla tenido sus padres, o Trisha, o quién sea, pero volvió a ver a su hermano y se alegró de que todo estuviera bien.
─¿Tú eres Dante? ─preguntó el hombre blanco.
El muchacho lo vio sorprendido.
─Cuando él despertó ─explicó─ solo decía ese nombre, se puso un poco violento porque no entendía a la gente de aquí, entonces cuando te vio aquí en la cama de al lado se tranquilizó y se desmayó casi al instante.
─Sí ─contestó Dante luego de asimilar la información─, es mi hermano. Yo soy Dante, y él es Fausto.
El hombre blanco se presentó como Leo, también le presentó a su esposa Qwi y al resto de su familia. Había muchas personas para ser una casa tan pequeña, especialmente en esa habitación. Era una construcción hecha de madera con pilares que sostenían un techo de paja. Dante seguía mareado y todo le daba vueltas, estuvo a punto de vomitar, pero en algún momento se volvió a quedar dormido. Horas más tarde despertó con su hermano al lado de él. También estaban Leo y su esposa.
─Buenos... ¿días? Ya es casi de noche ─bromeó Fausto.
─¿Noche? Dios mío. ¿Cuánto tiempo hemos estado aquí?
─Los encontramos ayer por la mañana ─intervino Leo.
A Dante le dolía todo el cuerpo. El mareo no se le había quitado.
─Todavía siento el vaivén del barco bajo mis piés ─confesó Fausto al verlo desorientado aún.
─Yo también, siento que aún me llevan las olas.
Alguien se asomó por la cortina, un visitante intercambió palabras con Leo en esa lengua ininteligible, y detrás de él apareció un hombre mayor que vestía diferente a los demás. Tenía una corona de plumas y un collar de caparazones, caracoles y algunos colmillos. Saludó a Leo también, pero rápidamente posó su mirada sobre los visitantes, sobre todo en Dante, que al verlo entrecerró los ojos como si hiciera un esfuerzo por reconocer algo que ya conocía. Dante sentía una energía pacífica, pero al mismo tiempo imponente proveniente de ese señor. Se acercó a él y le habló.
─Pregunta que cuál es tu nombre ─tradujo Leo.
─Dante ─aclaró su garganta─, me llamo Dante.
Y el hombre asintió con la cabeza. El joven quiso preguntar su nombre también, pero le dio vergüenza.
─Él es Lurk Pqi, es el chamán del pueblo.
─¿Chamán?
─Sí. Es un hombre, digamos, que tiene capacidades especiales. Es como el sanador del pueblo.
─¿Es un médico o algo así? ─quiso saber Fausto.
─No exactamente. Él es más... cómo lo digo.
La señora a su lado intervino para decirle algo en su lengua y Leo lo tradujo después.
─Sí, exacto, su especialidad es ayudar en los malestares espirituales. Puede sanar enfermedades, conoce todas las plantas medicinales, como también puede comunicarse con los ancestros.
─¿Habla con espíritus? ─preguntó Dante exaltado.
─Sí, pero no te asustes. Aquí tienen creencias un poco diferentes a las nuestras, pero no es nada por lo que debas preocuparte.
Fausto miraba al chamán con cierta incredulidad, pero el hombre veía con atención a Dante. Pronunció algunas palabras en su lengua, pero esta vez Leo no tradujo lo que dijo. El chamán se fue poco después. Le habían pedido a Dante que descansara hasta que recuperara fuerzas. Fausto y él fueron alimentados por las mujeres de la casa, y pasados unos días ya se sentían totalmente recuperados. Un día Dante se acercó a Leo, quería visitar al chamán y hacerle algunas preguntas.
─Tenía razón ─le confesó a Dante antes de entrar a verlo─, él dijo que querrías verlo pronto.
El joven le preguntó sobre sus poderes, sobre cómo funcionaban y cómo ayudaba a la gente con esas habilidades. Sin embargo, Leo tenía que estar presente todo el tiempo para traducir lo que ambos decían. Dante quería hablarle de sus sueños, de la última pesadilla, del incidente con Fausto cuando lo hirieron en la frente y de las personas supuestamente muertas con las que había hablado, pero todo esto le resultaba muy incómodo frente a Leo.
─¿Hay algo más de lo que quieras hablar? ─preguntó el intérprete.
El chamán sabía que Dante tenía una inquietud, pero este se negó a hablarlo por el momento. El joven salió de ahí con un nuevo propósito: aprender la lengua de los indígenas para poder comunicarse con el anciano. Dos años transcurrieron de su naufragio, años en los que Dante aprendió una nueva lengua, a hacer menjurjes y tés medicinales con plantas del territorio, y no solo ayudaba a las personas sino a los animales. Por otro lado, Fausto se aburría cada vez más, a veces comenzaba peleas con algún hombre o se perdía durante horas para entrenar con una lanza como si fuera una espada. Mejoró significativamente su puntería, y se hizo aún más alto y más fuerte. Entonces un día recibieron la noticia de que los barcos de Pizarro habían vuelto a esa costa. Dante no sabía que pensar, pero Fausto se alegró como si su llegada fuese un rescate.
─¡Muchachos! ─exclamó Pizarro cuando aparecieron en la playa─, ¡Pero si son ustedes, vivos y en persona!
Los recibió con alegría y los recordaba perfectamente a pesar de sus cambios físicos. La conversación los llevó al tema del naufragio, ningún hombre había sobrevivido salvo por ellos dos. Para Dante había sido un renacer, nunca había estado tan cerca de la paz espiritual como cuando se integró en ese pueblo indígena, pero Fausto aún tenía la esperanza de volver a navegar, entonces el capitán Pizarro les a ofreció viajar otra vez con él.
─¡Seguro que sí! ─respondió Fausto inmediatamente.
Pero Dante no tenía la misma certeza. Su hermano ya estaba listo para subirse a bordo, pero él decidió hablar con el chamán para tomar una decisión.
─Creo que tú ya sabes la respuesta ─contestó─, sabes lo que tienes que hacer.
─No tengo idea ─replicó─ de qué es lo que debería hacer, siento que hay una parte de mí que no quiere ir a esas tierras.
─¿Por qué no?
─Hay algo que me llama ─pensó durante unos instantes antes de continuar─, no es el oro, ni siquiera es la aventura, es como si alguien esperara por mí, pero como si algo malo fuera a pasar.
─Yo también creo que debes ir. Hay algo en tu destino a lo que le temes, pero no debes luchar contra ello.
─Es que ni siquiera sé a qué le temo.
─Le has temido a tus sueños que te han dado respuestas, a tus manos que han sanado heridas, y a tus sentidos que han aprendido a ver más que con los ojos. Aquello a lo que le temas es una prueba para tu espíritu.
─¿Y si no es lo que deseo? ¿Y si quiero quedarme aquí?
─Si deseas quedarte aquí y dejar ir a tu hermano, entonces hazlo.
Muy en su interior Dante ya sabía la respuesta. La comodidad del pueblo lo había adormecido, pero desde que oyó por primera vez la frase "Nuevo Mundo" en boca de su antiguo mentor supo que debía descubrir algo en aquellas tierras misteriosas, llenas de riquezas materiales y espirituales. Fausto había dado por sentado que debía despedirse de su hermano, pero lo sorprendió cuando le dijo que lo acompañaría.
─¿Estás seguro?
─Sí. Creo que mi propósito desde el inicio ha sido llegar a ese destino.
─¡Vaya que sí! ─exclamó Fausto con exaltación─, montañas de oro y de plata, tendremos suficiente para vivir el resto de nuestras vidas. Que se pudra Sevilla.
─Ahí sigue Lizzie, ¿recuerdas?
─Qué más da. Tendremos hasta para darle a Lizzie también.
Los hermanos se subieron al barco, Fausto desbordaba emoción e incluso se encontró con algunos conocidos de la prisión. Se amistó con ellos rápidamente, Dante se dio cuenta de que a Fausto le hizo mucha falta interactuar con gente semejante. Solo él había se había sentido a gusto en el pueblo esos dos años, no había esperado despedirse, pero su hermano no había dejado de esperar un rescate. Las charlas vulgares y los juegos rústicos donde los hombres peleaban y apostaban no le sentaban a Dante. A veces su hermano intervenía cuando alguno que otro bribón intentaba retarlo a pelear, pero cada vez se aislaban más el uno del otro. Era un ambiente casi familiar, pero todavía hostil.
Finalmente llegaron a las tierras de Birú, habían oído los rumores de las riquezas inconmensurables, pero también de una cierta resistencia hacia los españoles. En los últimos años había reinado el emperador Huáscar, al menos hasta que su hermano Atahualpa tomó su lugar por la fuerza. Los rumores de la guerra civil a raíz de la disputa entre los hermanos llegaron a los oídos de los españoles. Dante se enteró de que irían al encuentro con ese tal Atahualpa, ya que su hermano Huáscar estaba preso, así que Pizarro planeaba hacer negociaciones con él, pero el capitán también era un estratega habilidoso.
Al momento del encuentro estuvo presente un intérprete que medió las palabras entre el capitán y el ahora emperador. Pizarro le ofreció una biblia para cerrar el pacto antes de oír su respuesta:
─Nosotros creemos ─dijo extendiéndole la biblia─ en un Dios todopoderoso, mediante y él en su nombre honraremos nuestra cooperación.
Y el intérprete tradujo sus palabras. El inca tomó esa pila de hojas cosidas, la observó con desconcierto y la tiró al suelo. Exclamó palabras en su lengua indígena y antes de que el intérprete pudiese traducir algo Pizarro dio la orden de ataque. Dante, Fausto y el resto de los hombres oyeron la señal para disparar sus armas desde el escondite en el que estaban, tenían rodeados a los hombres de Atahualpa y cada uno de ellos murió a causa de las pistolas y cañones españoles, todos salvo el emperador que fue aprisionado. Dante vio la masacre y quedó paralizado.
─Será solo una estratagema ─había dicho Pizarro─, solo deben estar atentos a que de la señal en caso de que sea necesario.
Todos dispararon sin pensarlo dos veces, excepto Dante. Él no había pensado que realmente matarían a los nativos. No pudo disparar a matar. De vuelta hacia el campamento todos comenzaron a hablar de que fue el único que no disparó. “El imbécil se quedó petrificado" dijo uno antes de que Fausto saltara a defenderlo. El mayor, cansado de ese día sangriento y agotador, simplemente le dijo a su hermano que no valía la pena pelear.
─¿Ves que es un cobarde? ─le dijo el provocador a Fausto.
Pero esta palabra tocó la fibra sensible del ego de Dante. Sabía que podía simplemente ignorarlo, pero quiso demostrar su valía.
─Te reto a un duelo con espadas.
Todos los hombres alrededor, incluido Fausto, quedaron sorprendidos. Pizarro llegó a calmar la conmoción, pero al ver que Dante había retado a otro sujeto más alto y más fuerte que él a un duelo con espadas, accedió a que hicieran un espectáculo para entretener a los hombres. Fausto intervino para preguntarle si estaba seguro.
─Confía en mí, Fato.
Y los hombres tomaron sus espadas. Dante inspiró, exhaló, y desenvainó el arma. Se hizo consciente cada articulación de su cuerpo, y se lanzó al combate. Su contrincante tenía una fuerza descomunal, tenía el ataque de un vikingo, pero Dante era ágil y veloz. La espada del oponente le rozó la mejilla y por poco le corta el cuello si no se agachaba, pero Dante esquivó los ataques y comenzó a devolverlos también. Pegó un brinco para asestarle un golpe en el yelmo y esto dejó al grandulón atontado. Siguió con los ataques consecutivos, uno tras otro, no le dio más alternativa que echarse hacia atrás y solamente bloquear la ofensiva del joven.
─¡Acaba la pelea! ─gritó alguien.
Y otros más lo imitaron. Dante pudo haber terminado el combate cortando la garganta del oponente, pero lo golpeó en la cabeza una vez más y lo empujó con su propio cuerpo. El hombre cayó al suelo y todos armaron un griterío en apoyo del ganador. Pero, a pesar de las felicitaciones de Fausto, del capitán Pizarro y de los otros hombres, Dante no se sintió mejor consigo mismo.
Al cabo de los días las matanzas seguían, los hombres comenzaron a robar y a abusar de los nativos que no los apoyaban. Aquellos que sí estaban a su favor no lo hacían por amor a los españoles, sino por desprecio y rechazo a Atahualpa. Dante no quería ver más masacres, no pudo unirse a sus compañeros que asesinaban a gente inocente por conquistar una tierra que no les importaba más que por el oro. Pizarro y Atahualpa al tiempo de interactuar mientras el segundo estaba prisionero incluso se hicieron amigos, pero Diego de Almagro mandó órdenes para Pizarro que debían ser cumplidas.
─No tengo más opción ─dijo Francisco─, no puedo evitar tu ejecución.
Atahualpa había mandado a matar a su hermano Huáscar mientras este también estaba encarcelado, y De Almagro alegó que no podrían dejarlo vivo después de sus acciones.
─Ya le hablé sobre la propuesta de oro y de plata, sé que ya habíamos hecho un trato, pero no tengo más opción que llevarlo a cabo.
Y Atahualpa aceptó su destino, fue ejecutado. Dante sintió que a Pizarro le afectó más que al propio Atahualpa. Las tropas se movieron hacia el Cusco, el centro del imperio que debían tomar por la fuerza. Dante intentó convencer a Fausto de escapar, de esconderse, de no seguir matando personas inocentes, pero su hermano lo rechazó de forma cruel.
─¿Eres imbécil, Dante? Hay oro, plata, riquezas, ¿y te preocupas de unos analfabetos? ¡Tenemos la gloria aquí! Somos guerreros y seremos parte de una historia que será recordada para siempre. ¡Deja de lloriquear y agarra tus armas!
Dante quedó petrificado con las palabras de Dante, ¿cómo no se había dado cuenta? Su hermano llevaba todo este tiempo conviviendo con criminales, burlándose de los nativos sacrificados, y siento totalmente indiferente a las masacres y los saqueos. Además, no podían huir, ¿adónde? ¿A que lo mataran los indígenas afectados por la invasión? ¿O para que los encontraran luego y los acusaran de traición? De alguna manera tenía que resistir con la única esperanza de volver a casa, pero ¿cuál, si tampoco tenía un hogar al que volver?
En la toma del Cusco cientos de nativos intentaron pelear, pero las tropas no tuvieron piedad. Dante siguió a su hermano, que peleó fuertemente contra un hombre fornido que parecía haber entrenado para el combate, Fausto parecía disfrutar de la pelea cuerpo a cuerpo donde tenía cierta ventaja, pero cuando se cansó cayó al suelo Dante intervino para defenderlo. Vio a los ojos a aquel hombre indígena, tenía ojos de miedo, y detrás de él se escondían en una pequeña choza una mujer y dos niños.
─Por favor, perdón, perdón ─le rogó Dante cubriendo el cuerpo de su hermano.
El hombre vio al joven cubriendo el cuerpo de su hermano, y no pudo seguir golpeándolo. Vio a su esposa y a sus hijos, y retrodeció lentamente de cara hacia los hermanos para acercarse a su familia. Alrededor aún se escuchaban tiros y gritos de agonía.
─Quítate de en medio ─espetó Fausto.
Se quitó a Dante de encima, desenfundó su pistola y le disparó al hombre. La mujer y los niños gritaron por el padre y esposo caído. Los niños salieron por el cuerpo del hombre, y Dante les disparó también. La mujer dejó salir de su garganta el grito de agonía más espantoso que se haya escuchado jamás, se arrastró hacia el cuerpo de su familia muerta, tomó una piedra del suelo y se la lanzó a Fausto, pero apenas llegó a la punta de sus pies.
Dante no había podido levantarse del suelo, estaba petrificado y consumido por el horror, veía como unas sombras espantosas envolvían en cuerpo de su hermano y se movían a su alrededor, tenían una energía densa y escalofriante. Fausto vio a la mujer y volvió a jalar el gatillo. El sonido del disparo y la salpicadura de sangre hizo reaccionar a Dante. Se levantó del suelo.
─Qué has hecho, Fausto.
Fausto observó a su hermano, tenía lágrimas en los ojos, luego vio nuevamente la matanza que había hecho recién. Dante tomó su arma y apuntó al rostro del menor.
─Dante, lo siento.
Las sombras seguían danzando a través del cuerpo de su hermano, temblaba y parecía querer luchar contra sus impulsos, pero alzó su arma contra Dante y este disparó antes de que Fausto lo hiciera. La bala le dio en la frente, justo en lugar de la cicatriz, y cayó muerto al suelo. Todos los aliados de alrededor se volvieron contra Dante y comenzaron a gritar “traición". Dejó atrás el cuerpo de su hermano y huyó de los perseguidores que disparaban en su dirección. Recibió balazos en un brazo y la cadera, pero tomó un caballo y se dirigió hacia las montañas.
Comenzó a subir una montaña huyendo del sonido de las tropas que lo perseguían. Se cayó del caballo y se lastimó la rodilla, pero siguió a pie. El dolor se hacía más agudo con cada paso, había perdido sangre y se sentía más débil. Sin embargo, el paisaje le resultaba familiar. Instintivamente tomó el camino correcto para encontrar un arroyo donde beber agua y limpiar sus heridas. Siguió andando, todo estaba cubierto de nieve, pero inexplicablemente encontraba caminos con un sendero de tierra libre de nieve, como si alguien hubiera despejado el camino. Cada paso que daba se sentía seguro y estable, a pesar de que caminaba por un barranco. La tierra era sólida, no había piedras en su camino, el pasaje era como una entrada hacia algún lugar misterioso.
Sus heridas le dolían, tenía el brazo y la rodilla inflamados y la herida en su cadera incluso entorpecía más su caminar, pero vio en la cima de la montaña una silueta que lo llamaba poderosamente. Mientras más se acercaba más dolor sentía. Al borde del precipicio, a punto de desfallecer por el dolor y con sus extremidades entumecidas por el frío al fin vio a esa ave con la que había soñado durante toda su vida. En una enorme grieta que dividía la montaña en dos estaba plantado el Cóndor gigante.
─Te he estado esperando durante años ─la voz retumbó dentro de la cabeza de Dante─, y por fin has llegado.
El joven tenía un torrente de emociones contradictorias fluyendo en su interior. Quería reír y llorar al mismo tiempo.
─Has llegado al final de este camino, ahora debes tomar la decisión de continuar con uno nuevo y seguir tu destino.
─No puedo ─dijo Dante sollozando en voz alta─, mi hermano... ¡Mi hermano! ¡Yo he matado a mi hermano!
La voz profunda del ave volvió a sonar con eco en su cabeza.
─Te hemos estado observando desde que naciste, Dante. Tú y Fausto tienen un lazo mucho más profundo del que crees, pero, para bien o para mal, esta lucha no ha terminado.
─¿Qué quieres decir? ¿Y a quiénes te refieres?
─Todo dependerá de tus decisiones. Tú eres un elegido, Dante, tu conexión con Pachamama es algo de lo que no puedes huir, y de aquí en adelante todo dependerá de tus decisiones.
Y antes de que Dante pudiese preguntar más, la voz prosiguió:
─Tú tienes el poder de conectar este mundo terrenal con el mundo espiritual. Sin embargo, se aproxima el comienzo de una nueva era, y la desconexión entre ambos planos puede traer un desequilibro devastador para todo el mundo.
─¿Y por qué yo?
─Tú eres un guardián elegido por la Pachamama para proteger a la Madre Tierra. Yo soy un achachila y mi deber es proteger esta montaña, pero ahora estoy aquí para cederte mi lugar.
Dante seguía sin comprender la profundidad de las palabras que el Cóndor le había explicado.
─Yo soy la confluencia de todas las conciencias de todos los guardianes a lo largo del tiempo. El concepto del tiempo que manejan los humanos es algo práctico, pero para nosotros es un todo aquello que ha existido, que existe, y que existirá. El tiempo es un eterno ciclo donde todo esta interconectado. Sí, también hay más como yo, incluso en muchos planos de realidad diferentes a este. He vivido durante más tiempo del que puedas imaginar, he visto guerras, imperios alzarse y decaer, civilizaciones construirse y ser destruidas, pero la muerte y el renacer son cosas que no se pueden separar. Todo lo que acaba trae consigo un nuevo comienzo.
Dante no había dejado de sentir dolor, a pesar de que el frío entumeció sus extremidades. Vio hacia abajo, las tropas se habían separado y algunos subían por el mismo camino que él había encontrado.
─Mi ciclo como guardián ha llegado a su final, has llegado a la cumbre de tu destino y ahora tienes la oportunidad de seguir con el mismo propósito de proteger esta montaña. No obstante, hay algo que debes saber: tu identidad y todos tus recuerdos en esta vida terrenal serán borrados, pero a cambio tendrás la sabiduría que tu cuerpo humano no podría obtener en su forma natural, obtendrás el conocimiento sobre tus habilidades y dones innatos.
Dante vio a las tropas que estaban cada vez más cerca de su posición. Pensó en su hermano, y es todas las personas que había dejado atrás en su vida. Pensó en todos y cada uno, "adiós, los amaré siempre" le susurró a sus recuerdos. El ave abrió sus enormes alas y la nieve de alrededor se movió. La grieta en el pico de la montaña era increíblemente profunda y enorme, ahora podía divisarla mejor ya que se aproximó al borde de ella. El ave y él se lanzaron juntos al precipicio y comenzaron a fusionarse.
Dante vio imágenes de recuerdos ajenos, vio distintos seres de distintas dimensiones, vio épocas diferentes a las que él conocía, tiempos del pasado y del futuro, y se transformó él mismo en un cóndor que salió volando por la grieta de la montaña. Esta nueva consciencia tomó poco a poco los recuerdos de Dante e instintivamente luchó contra esa fuerza. El ave chocó contra la montaña y cayó. La metamorfosis fue dolorosa, un montón de imágenes surgieron en su cabeza y le impidieron ver con claridad, también cientos de voces hicieron ruido dentro de su cabeza y no pudo escuchar su propia consciencia. Poco a poco dejó de ser Dante, entre agonía y gritos de dolor se transformó en un ave herida que convulsionaba bajo la rama rota de un árbol.
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follame-apolo · 2 years
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Supongo que con el tiempo y el pasar de los días, todos estamos un poco más cerca de nuestro inevitable final. La verdad que suelo pensar mucho en la muerte y en qué pasará cuándo yo ya no este más aquí. Pienso que todo estará en calma, pues sé que el chico que habita este lugar trabaja para ayudar a los que estan a su alrededor a estar un poco mejor consigos mismos. En una parte quiero consolar todas las penas de las personas que amo, aunque sé que eso es imposible, sólo me queda estar a su lado y ayudarlos todo lo que pueda en sus tormentas personales.
Además, aunque suene una tontería, sé que mí alma cuando se marche de mi cuerpo seguirá vagando por la Tierra, conociendo nuevos lugares, viendo nuevos paisajes, continuando con la labor de ayudar a los que amo en su camino y seguir repartiendo algo de bien, de amor o de alegría a donde quiera que vaya. Ya sea en cuerpo presente o no.
Me pregunto mucho cómo lo lograré, cómo haré para poder conectar con el almas de las personas y ayudarlas a sanar un poco.
Aunque creo que la respuesta a eso estará en mis textos, en mis acciones dia a dia, y en el bien que sigo deseando a muchas personas.
Mí interés no es ser un ángel de la guarda, pero si pienso que siempre viene bien que alguien más deseé tú bien y quiera que te vengan cosas buenas.
Otra parte de mi trabajo creo que será poder hacer de mis letras un lugar cómodo, un páramo para aquéllas personas que quieran resguardarse por unos segundos de sus vidas y poder ofrecerles un lugar seguro. Dónde no solamente me lean, sino que a su vez pueda ser un aliento para ellos, un soplo de aire fresco para sus alas.
Esto tampoco se lo dije nunca a nadie, pero no quiero salvar a personas para que luego sea yo salvado.
Simplemente sé por mi experiencia lo mal que lo pasé en mí lugar por muchos años, lo mucho que a mí me marcó estos sentimientos adentro mía cuándo mi cuerpo era lo más pequeño posible. Y crecer y vivir día a día con ello no me fue nada fácil. Ni me sigue siendo nada fácil ahora. Aunque lo domino y estoy mucho mejor a lo que estaba año atrás.
Solamente no quiero que la gente se sienta sola batallando con su infierno, ni que se sientan abandonados en un pozo oscuro sin salida. Sí lo puedo evitar, sé que en una parte lo intentaré.
No quiero dinero, ni fama, ni reconocimiento.
Con saber que una noche más te acompaño en tu pena y te ánimo o consuelo para un nuevo día, es la mayor alegría que puedo llevar por dentro. Aunque sé que me costará creer que yo logré eso, si realmente lo hice en ti, aunque fuese por unos segundos. Me permito vivir con una sonrisa por siempre en los labios a tu honor.
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youtube
giros giros mentales
cerebrales contantemente y diariamente en desarrollos mentales
giros giros constantes cerebrales
giros giros mentales
giros giros cerebrales constamente y diariamente en desarrollos mentales
giros giros cerebrales
giros giros constantes
saltos,saltos,dando saltos,saltos muy altos
saltos,saltos,tocando el cielo con las manos
saltos,saltos,dando saltos altos muy altos,muy altos
tocando el cielo con las manos
tocando la llema
la llema de crema de este tema que alaga no empalaga la garganta
a piñon fijo sobre la montaña
la cima es la decima señalada
en un mitico magico de un humano emblematico que defiendo
yo solo ataco si me atacan
y no voy de caza
si no solo que cazo al aire un pensamiento emblematico
de la sincronia audiotiva de esta telepatia intuitiva
de una red de velocidad de varias vias
de esta sinfonia y sintonia
de los mios y las mias
fuera de manias
es la vida
es la sintonia de esta via que despierta tu energia conectativa
intuitava,formativa,informativa de la oculta y vital sincronia
sincronia
el laser verde que disparo
vive en tu aparato de radio
y radia mi energia acomdada
y reciclada
y selecciona
exparcida por la anatomia de una atomica flor de vida
que crea luz en la oscuridad de tu caja de pandora
en cualquier hora y deshora
que no ves al tacto
es un impacto del triangulo magico
de esta oculta y vital
sincronia
de esta oculta y vital
sincronia
matutina
sincronia
matutina
sincronia
matutina
atento,atento,atento a la sincronia
fuego,fuego
es un extensible fuego
un reflejo sin espejo
que aviva el perplejo consejo
consejo donde dejo un ser
que va haciendo el anexo
al paso del tiempo
de un fresco aliento
que mata tormentos
que compacta acciones
y sin discerciones
por cavilaciones cocinadas
para que saborees y gozes
y alumbre la lumbre que apaga y tumbe
el estado que programa el estado tu desanimo
anima el alma
con fuerza,lucha y esperanza
en esta semajanza
de esta manta que amasa y amanta
esta oculta y vital sincronia
sincronia
matutina
sincronia
al descubierto y descubierta sincronia
damos paso a otro momento lucido juntos
un respiro tierno y complejo
que nos avive el transcurso
de la vida calida y llena de magia
con el aire que nos lleva el alma de paulativa revelancia
al verte a mi lado es un motivo de alegria
de alegria rutina
como el perfume del rastro que flore de un corazon herido
por un pasado y un presente tormentoso interiormente en una compañia
despejando las nubes que encuentro que son mias
y que nos ilumina la oscuridad de mis pensamientos
sueños muertos que quedaron atras dormidos en esta ciudad
y esta oculta y vital sincronia
despiertan en
sincronia
en esta oculta y vital sincronia
despiertan en
sincronia
que diambulan alrrededor invisible de esta persona que capta tus sentidos en esta sintonia
que embala y desembala la adquisicion esquisita de esta premisa sin visa
que te abaduce y te visita
como la alegria de ver un bonito rostro y cuerpo de un humano que salta a la vista
giros de desarrollos mentales
giros,giros cerebrales
giros,giros constantes
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decmultiverse · 3 days
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Helen - Historia 78
El sol comenzaba a ocultarse detrás de los edificios altos de la ciudad, pintando el cielo con tonos anaranjados y púrpuras. Helen estaba columpiándose entre los rascacielos, disfrutando del viento fresco en su rostro. A pesar de su naturaleza heroica, había algo relajante en esos momentos de soledad, donde podía dejarse llevar por la adrenalina del vuelo. Sin embargo, esa calma no duraría mucho. La alarma de su comunicador sonó con insistencia, indicando una nueva amenaza en la ciudad.
—Otra noche, otro villano —murmuró Helen, cambiando de dirección y dirigiéndose hacia la ubicación señalada.
Al llegar al sitio, encontró una escena caótica. Las luces de neón del barrio de entretenimiento brillaban intensamente, pero la gente corría en pánico, alejándose de una figura misteriosa que se encontraba en el centro de la calle. Era una mujer de belleza sobrenatural, con alas membranosas y ojos que brillaban con un color carmesí intenso.
—Así que tú eres Helen —dijo la mujer, con una voz seductora que parecía resonar en el aire—. He oído hablar mucho de ti.
Helen aterrizó suavemente frente a la mujer, adoptando una postura defensiva.
—¿Quién eres? —preguntó Helen, manteniendo sus ojos fijos en la mujer.
—Mi nombre es Lilith, pero puedes llamarme Succubus —respondió, con una sonrisa que revelaba colmillos afilados—. Y estoy aquí para probar si la gran heroína es tan fuerte como dicen.
Sin dar tiempo para más palabras, Lilith lanzó un ataque rápido, moviéndose con una velocidad y agilidad que sorprendieron a Helen. La lucha comenzó con una serie de golpes y patadas, pero Helen pronto se dio cuenta de que Lilith no solo era rápida, sino que también tenía la capacidad de drenar la energía de sus oponentes con cada contacto.
—¿Te sientes débil, querida? —se burló Lilith mientras esquivaba otro de los ataques de Helen—. No te preocupes, no durará mucho.
Helen apretó los dientes, luchando por mantener su energía. Sabía que no podía permitir que Lilith la tocara más, así que cambió de táctica, usando su agilidad y su habilidad para lanzar telarañas desde la distancia. Finalmente, logró atrapar a Lilith en una red de telarañas, inmovilizándola temporalmente.
—Esto no ha terminado, Helen —gruñó Lilith, sus ojos brillando con furia mientras luchaba por liberarse.
—Sí, lo ha hecho —respondió Helen, antes de llamar a las autoridades para que se llevaran a la Succubus.
Con Lilith bajo custodia, Helen se tomó un momento para recuperar el aliento. La batalla había sido intensa, pero sabía que no podía permitirse descansar. Había recibido otra alerta sobre una criatura mágica causando estragos en otra parte de la ciudad.
Siguiendo la nueva dirección, Helen llegó a un parque donde encontró a un joven de aspecto peculiar. Tenía orejas puntiagudas, una cola esponjosa y ojos que brillaban con astucia.
—Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí —dijo el chico, con una voz juguetona—. Soy Ryuu, el chico kitsune. Y tú debes ser Helen. Siempre quise conocer a una heroína en persona.
Helen no bajó la guardia, observando cada movimiento de Ryuu. Los kitsune eran conocidos por su capacidad para engañar y manipular a sus enemigos.
—¿Qué quieres, Ryuu? —preguntó Helen, su voz firme.
—Oh, nada en particular. Solo un poco de diversión —respondió, antes de desaparecer en una nube de humo.
Helen se movió rápidamente, esquivando los ataques que venían de todas direcciones. Ryuu reaparecía y desaparecía a voluntad, usando su magia para crear ilusiones y confundir a Helen. La heroína sabía que no podía dejarse engañar por sus trucos, así que comenzó a usar su sentido arácnido para detectar los verdaderos ataques.
Después de un intenso intercambio de golpes y esquives, Helen finalmente logró acorralar a Ryuu, atrapándolo con una red de telarañas.
—Divertido, pero no lo suficiente —dijo Helen, observando al kitsune luchar en vano contra sus telarañas.
—Eres mejor de lo que pensaba —admitió Ryuu, antes de rendirse—. Está bien, me rindo.
Con Ryuu detenido, Helen se preparaba para irse cuando recibió otra alerta. Esta vez, la amenaza era un ninja que había sido visto cerca del distrito financiero. Helen sabía que los ninjas eran oponentes formidables, entrenados en artes marciales y técnicas de sigilo.
Se dirigió rápidamente al lugar indicado, y al llegar, encontró a un hombre vestido completamente de negro, con una máscara que cubría su rostro. Se movía con una gracia y precisión que solo un ninja podía tener.
—Helen, finalmente te encuentro —dijo el ninja, su voz baja y controlada—. Soy Kuro, y he venido a probar mis habilidades contra ti.
Helen no respondió, preparándose para el combate. Kuro lanzó una serie de shurikens, que Helen esquivó con facilidad. Luego, él se lanzó hacia ella con una katana, sus movimientos rápidos y precisos. Helen bloqueó y contrarrestó cada ataque, usando su agilidad para mantenerse fuera del alcance de la espada.
La pelea continuó en los tejados de los edificios altos, con ambos oponentes saltando y maniobrando en el aire. Helen sabía que no podía subestimar a Kuro; su entrenamiento lo hacía un adversario peligroso. Sin embargo, ella tenía la ventaja de sus habilidades arácnidas.
Después de un largo intercambio de ataques, Helen logró desarmar a Kuro y lo inmovilizó con una red de telarañas.
—Impresionante, Helen. Eres realmente una oponente digna —dijo Kuro, aceptando su derrota con dignidad.
Helen lo entregó a las autoridades y se tomó un momento para reflexionar sobre las batallas del día. Había enfrentado a una Succubus, a un chico kitsune y a un ninja, y había salido victoriosa cada vez. Sabía que siempre habría nuevas amenazas, pero estaba decidida a proteger a la ciudad y a sus habitantes.
De regreso a su base, Helen se encontró con Ethan, quien la esperaba con una taza de té caliente.
—Vaya día, ¿eh? —dijo Ethan, ofreciéndole la taza.
—Sí, ha sido intenso —admitió Helen, aceptando el té y tomando un sorbo—. Pero estoy lista para lo que venga.
Ethan sonrió, admirando la determinación de Helen. Sabía que, sin importar cuántos villanos aparecieran, Helen siempre estaría lista para enfrentarlos con valentía y fuerza.
Y así, Helen continuó con su vida heroica, enfrentando nuevos desafíos y enemigos, siempre con la esperanza de proteger a los inocentes y mantener la paz en la ciudad. Cada día era una nueva aventura, y Helen estaba más que preparada para enfrentarlo todo, con su espíritu indomable y su corazón valiente.
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donggatto · 2 months
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Infierno en mi piel
De un momento a otro, en segundos sucede:
Las sienes palpitan como martillos desbocados, cada latido un trueno resonando en mi cráneo. Un rugido atronador emerge de mi pecho, una fiera enjaulada que se libera en un torrente de adrenalina que me ahoga y me asfixia.
Un temblor feroz retuerce mis músculos hasta el espasmo, como si mil agujas incandescentes me atravesaran el cuerpo. Olas de náuseas revuelven mi estómago en un torbellino nauseabundo, un sabor metálico impregna mi lengua y mi garganta, provocando arcadas que me quitan el aliento.
El aire se vuelve denso, una mortaja sofocante que me aplasta. Mis pulmones se comprimen, anhelando un soplo de oxígeno, una bocanada de aire fresco que se me niega. La oscuridad se cierne sobre mí, un velo negro que oscurece mi visión y me roba la razón.
Un sudor frío empapa mi piel, un río de terror que me recorre de pies a cabeza, cada gota un escalofrío que eriza mi vello y me hiela la sangre. La mente se nubla, imágenes de pesadilla asaltan mi psique, demonios y monstruos que acechan en cada esquina
Huelo a pánico, un aroma acre que invade mis fosas nasales, un hedor nauseabundo que me provoca náuseas y mareos. Mi corazón palpita con tal fuerza que creo que va a estallar, un tambor desbocado que marca el ritmo de mi agonía.
Anhelo escapar, huir de esta prisión de terror, pero no hay dónde ir, no hay salida, estoy atrapado. Las paredes se ciernen sobre mí, el techo me aplasta, me ahogo en un mar de ansiedad que me consume.
Lucho por cada bocanada de aire, por un hálito de sosiego, un oasis de calma en medio del tormento que me azota. Busco la luz, un faro que guíe mi camino en la oscuridad, una voz que me susurre que no estoy solo, que hay esperanza.
Cierro los ojos con fuerza, concentrándome en la respiración, inhalando paz, exhalando miedo, intentando controlar el temblor que me domina, la fiera que ruge dentro de mí, la bestia que quiere devorarme. Y es que por ahora, tan solo en este instante, solo quiero bañarme…relajarme.
Don Ggatto | no me recuerdes así
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juanmecanico · 2 months
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"¡No Creerás lo que Van Gisbergen está Cambiando en NASCAR! ¡Esto te Dejará sin Aliento!" - ¡Hola a todos! ¿Han estado siguiendo la historia de Shane van Gisbergen en NASCAR? Está causando un gran revuelo, ¡y con razón! Este chico de Nueva Zelanda, se ha metido en la competencia NASCAR y realmente está sacudiendo las cosas con su estilo de pilotaje agresivo y su audacia en la pista. Pero más allá de eso, está haciendo algo muy importante: está aportando un aire fresco a NASCAR. #NASCAR Van Gisbergen no es necesariamente un recién llegado a la escena de las carreras. Tiene 31 años y ha estado al volante desde hace bastante tiempo. En su carrera, ha dominado la carrera Supercars en Australia, incluso ganando una serie de campeonatos, muy admirable. Además, su destreza al volante es indiscutible; ha demostrado ser un gran conductor, capaz de llevar el coche a los límites y siempre buscando una ventaja. Y ahora, en NASCAR, está causando el mismo impacto. No es solo su habilidad de piloto lo que lo hace notar; es su actitud y enfoque hacia la competencia. Van Gisbergen está menos interesado en las políticas del pit lane y más interesado en lo que sucede en la pista. Ha demostrado ser un duro competidor, siempre dispuesto a empujar los límites para lograr la victoria. Ahora, hay quienes dicen que su estilo de conducción es demasiado agresivo; que no respeta las no escritas reglas del deporte en cuanto a lo que está bien y lo que está mal en la pista. Pero, creedme, esto es lo que NASCAR necesita: un soplo de aire fresco, alguien dispuesto a romper las reglas no escritas, a hacer las cosas de una manera un poco diferente. Y esto me lleva a lo controversial de este tweet. Me atrevo a decir que NASCAR ha sido un poco aburrido últimamente. He estado observando este deporte durante años y siento que ha perdido alguna chispa. Las reglas se han vuelto demasiado rígidas, los conductores demasiado cautelosos. La expectativa de lo inesperado ha desaparecido y ha sido reemplazada por la previsibilidad. Entiendo que es importante tener reglas y normas. Pero también creo que el espíritu rebelde y la pasión por ganar son elementos esenciales en cualquier deporte de carreras. Cuando eso se pierde, se pierde una parte fundamental de lo que hace a las carreras tan emocionantes y atractivas para los espectadores. Van Gisbergen está trayendo de vuelta ese espíritu rebelde, esa chispa de juego justo y esa pasión por ganar que NASCAR necesita desesperadamente. Quizás algunos de vosotros no estéis de acuerdo conmigo aquí. Quizás penséis que su estilo de conducción es demasiado agresivo y que no respeta las normas de conducción aceptables. Pero, honestamente, creo que es exactamente lo que necesitamos. Y creo que si hay más conductores como Van Gisbergen, el futuro de NASCAR será brillante. Espero ver más de él en las próximas carreras y, con suerte, ver cómo continúa consolidándose como un soplo de aire fresco en el deporte. ¡Viva la competencia leal y emocionante! #VanGisbergenNASCAR Lo siento si el lenguaje fue un poco agresivo, pero sentí que era necesario para añadir algo de chispa a esta conversación. ¿Qué pensáis vosotros? ¡Háganmelo saber en los comentarios!
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ven a disfrutar del mejor hotel en Ruidera
¡Bienvenidos a Ruidera! Si estás buscando la escapada perfecta, has llegado al lugar indicado. En este artículo, te llevaré a un viaje a través del mejor hotel en Ruidera, donde la comodidad se fusiona con la belleza natural para brindarte una experiencia inolvidable. Desde impresionantes paisajes hasta servicios de primera clase, este destino lo tiene todo. ¿Estás listo para sumergirte en la magia de Ruidera?
Contenido
Sr#Headings1.Introducción2.Ubicación Idílica3.Habitaciones de Ensueño4.Gastronomía Exquisita5.Actividades Inolvidables6.Servicio de Primera7.Spa y Relajación8.Tarifas Asequibles9.Reservas sin Estrés10.Conclusión
Introducción
Ruidera es un paraíso escondido en el corazón de España, y nuestro hotel se encuentra en el epicentro de esta maravilla natural. Desde el momento en que pones un pie en nuestras instalaciones, serás recibido con calidez y hospitalidad. ¿Estás listo para descubrir más?
Ubicación Idílica
Imagina despertarte con vistas panorámicas de lagunas cristalinas y paisajes de ensueño. Nuestro hotel en Ruidera está estratégicamente ubicado para que puedas disfrutar de la belleza natural que lo rodea. Ya sea que desees explorar las lagunas o simplemente relajarte junto a ellas, ¡nuestra ubicación te dejará sin aliento!
Habitaciones de Ensueño
En nuestro hotel, el confort y el lujo van de la mano. Nuestras habitaciones están diseñadas para proporcionarte una experiencia de alojamiento única. Desde su elegante decoración hasta sus comodidades modernas, cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para garantizar tu satisfacción.
Gastronomía Exquisita
Sumérgete en un viaje culinario con nuestra cocina de primera clase. Nuestros chefs expertos utilizan ingredientes frescos y locales para crear platos que deleitarán tu paladar. Ya sea que prefieras la cocina tradicional española o sabores internacionales, tenemos algo para todos los gustos.
Actividades Inolvidables
¿Buscas aventura? ¡No te preocupes! En nuestro hotel, encontrarás una amplia gama de actividades emocionantes para disfrutar. Desde senderismo y ciclismo hasta deportes acuáticos, hay algo para cada tipo de viajero. ¡Prepárate para crear recuerdos inolvidables en Ruidera!
Servicio de Primera
En nuestro hotel, tu satisfacción es nuestra máxima prioridad. Nuestro equipo dedicado está siempre a tu disposición para asegurarse de que tu estancia sea perfecta en todos los sentidos. Desde el momento en que haces tu reserva hasta el momento en que te despedimos, te brindaremos un servicio impecable.
Spa y Relajación
¿Necesitas un descanso? ¡Déjanos cuidar de ti en nuestro spa de clase mundial! Con una amplia gama de tratamientos relajantes y rejuvenecedores, te garantizamos que te sentirás renovado y revitalizado. ¿Qué estás esperando? ¡Ven y déjate consentir!
Tarifas Asequibles
Creemos que todos merecen unas vacaciones increíbles sin romper el banco. Es por eso que ofrecemos tarifas asequibles que se adaptan a todos los presupuestos. Con nosotros, puedes disfrutar de lujo y comodidad sin preocuparte por el costo.
Reservas sin Estrés
Hacer una reserva en nuestro hotel es fácil y sin complicaciones. Con nuestro sistema de reservas en línea, puedes asegurar tu alojamiento en solo unos pocos clics. Además, nuestro equipo de atención al cliente está siempre disponible para ayudarte con cualquier pregunta que puedas tener.
Conclusión
Ven a disfrutar del mejor hotel en Ruidera y sumérgete en una experiencia que nunca olvidarás. Desde su ubicación idílica hasta su servicio de primera clase, estamos seguros de que te irás con recuerdos felices y el deseo de volver pronto.
Preguntas Frecuentes
1. ¿Cuáles son las opciones de actividades al aire libre cerca del hotel? Nuestro hotel ofrece una variedad de actividades al aire libre, como senderismo, ciclismo, y deportes acuáticos en las lagunas cercanas.
2. ¿El hotel cuenta con opciones de restauración para dietas especiales? Sí, nuestro restaurante ofrece opciones para dietas especiales, incluyendo vegetarianas, veganas y sin gluten.
3. ¿Hay algún cargo adicional por utilizar el spa? El acceso al spa está incluido en el precio de la habitación. Sin embargo, los tratamientos adicionales pueden tener un costo extra.
4. ¿Se admiten mascotas en el hotel? Sí, admitimos mascotas en ciertas habitaciones del hotel. Se aplican restricciones y tarifas adicionales.
5. ¿Cómo puedo llegar al hotel desde el aeropuerto más cercano? El hotel ofrece servicios de traslado desde el aeropuerto por un costo adicional. También puedes llegar en coche o transporte público.
Celebra tus despedidas de soltero en Ruidera y juega al paintball en Castilla La Mancha
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inspiracionsthings · 2 months
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Una hermosa reflexión.
Cierto día me encontraba caminando por la calle, caminaba atrás de un señor y su hijo, un niño de como cinco años de edad, el niño le dijo a su papá: hace mucho calor, su padre amoroso se pone en cuclillas y frente a su hijo le dice: mira cuando hace un poco de calor es por qué sentimos el aliento de dios, por qué nos está observando de cerca, cuando sentimos aire fresco o que hace viento es por qué dios suspirar sonriendo, cuando sentimos que hace frío es por qué dios va a tras de nosotros viéndonos caminar, como si estuvieramos dando nuestros primeros pasos.
El niño se le quedó viendo a su papá y lo abrazo.
Yo al escuchar esto me puse a pensar, antes los ingenieros, médicos, abogados, maestros, terminaban sus carreras grandes, ahora hay profesionistas muy jóvenes muy experimentados.
La juventud es el futuro de una familia, un pueblo, un país.
Los valores que se les enseñe en casa son los pilares fundamentales donde construirán su futuro.
Ho
Seudónimo:Ho
Autor: Hugo E Olivares M
Fecha: viernes 8 de marzo de 2024
Hora:7:02 am México
País: México
Derechos reservados de autor.
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