Tumgik
#lauro minaya
Text
Anhelar un segundo romance contigo prolonga el luto de nuestro rompimiento. Pensar que algún día volveré a tenerte retrasa el avance que hice para olvidarte. Tu recuerdo ensombrece mis días y alarga mis noches insomnes. No consigo olvidarte, ¿me habrás olvidado tú?
Ceremonias
52 notes · View notes
ceremonias · 3 years
Text
Tumblr media
Foto de Loon Pond en Maine, estado ubicado al noreste extremo de los Estados Unidos, conocido también como Vacationland. © Lauro Minaya.
Tráeme el verano (Bring on the summer)
Oh Erin, déjame decirte algo, en el verano del 2019 me la pasé bomba. “B-O-M-B-A”. Por aquel entonces vivía con mi novia en Maine. Ella y yo éramos inseparables: “She was like the Nutella to my spoon”. Pasábamos horas en la orilla del lago bebiendo cerveza o hard seltzer con sabores a frutilla. Ella siempre sonreía bajo ese bonito sombrero de paja que su madre le trajo de Hawai. “You’re my strawberry”, le decía. Y ella se sonrojaba.
Al atardecer volvíamos caminando a casa con el sol a cuestas. Y en el camino ella me preguntaba qué quería para cenar. ¿Te comenté que aprendió a cocinar comida peruana? Ella siempre cocinaba los platillos más deliciosos y hasta horneaba pan fresco.
Por las noches nos recostábamos en el sofa de la sala para ver Netflix. A ella le gustaban mucho los dramas japoneses, y se ponía nerviosa cada vez que los protagonistas se daban un beso. Una vez me confesó que se consideraba una persona romántica.
Antes de la medianoche, por lo general, ya estábamos acostados. Hacíamos el amor desenfrenadamente, con una pasión exacerbada. Eramos como dos estrellas que colisionaban para formar luego un único universo. Un círculo infinito para dos en donde no existía el tiempo. Un mundo entregado al deseo.
Oh Erin, discúlpame, no debí mencionar la parte referida al sexo. De pronto agachaste la mirada y creamos un silencio terrible. Hasta que te confesé que el verano del 2019 fue el mejor verano de mi vida. Sin embargo, no tuve el corazón para decirte que anhelo otro verano aún mejor. Y me gustaría que sea contigo.
22 notes · View notes
Text
Cuántas veces he querido tirar la toalla ante una nueva complicación del día a día, para darme cuenta después, con cierta vergüenza disimulada, que el cuerpo se adapta siempre a las necesidades del alma. Lo mejor, entonces, ante los cambios bruscos, es tener paciencia y buen ánimo. Eso nos da una mirada más fría de las cosas, sobre todo cuando estas apremian.
Texto extraído de mi notebook. New Jersey, Febrero del 2021.
Ceremonias
42 notes · View notes
Text
Tumblr media
Foto de Loon Pond en Maine, estado ubicado al noreste extremo de los Estados Unidos, conocido también como Vacationland. © Lauro Minaya.
Tráeme el verano (Bring on the summer)
Oh Erin, déjame decirte algo, en el verano del 2019 me la pasé bomba. “B-O-M-B-A”. Por aquel entonces vivía con mi novia en Maine. Ella y yo éramos inseparables: “She was like the Nutella to my spoon”. Pasábamos horas en la orilla del lago bebiendo cerveza o hard seltzer con sabores a frutilla. Ella siempre sonreía bajo ese bonito sombrero de paja que su madre le trajo de Hawai. “You’re my strawberry”, le decía. Y ella se sonrojaba.
Al atardecer volvíamos caminando a casa con el sol a cuestas. Y en el camino ella me preguntaba qué quería para cenar. ¿Te comenté que aprendió a cocinar comida peruana? Ella siempre cocinaba los platillos más deliciosos y hasta horneaba pan fresco.
Por las noches nos recostábamos en el sofa de la sala para ver Netflix. A ella le gustaban mucho los dramas japoneses, y se ponía nerviosa cada vez que los protagonistas se daban un beso. Una vez me confesó que se consideraba una persona romántica.
Antes de la medianoche, por lo general, ya estábamos acostados. Hacíamos el amor desenfrenadamente, con una pasión exacerbada. Eramos como dos estrellas que colisionaban para formar luego un único universo. Un círculo infinito para dos en donde no existía el tiempo. Un mundo entregado al deseo.
Oh Erin, discúlpame, no debí mencionar la parte referida al sexo. De pronto agachaste la mirada y creamos un silencio terrible. Hasta que te confesé que el verano del 2019 fue el mejor verano de mi vida. Sin embargo, no tuve el corazón para decirte que anhelo otro verano aún mejor. Y me gustaría que sea contigo.
Ceremonias
39 notes · View notes
Text
La despedida
Nos abrazamos intensamente el uno al otro. Entre sollozos y lágrimas, te dije que era lo mejor para nosotros. En la entrada de la casa mis maletas aguardaban la partida inminente, apiladas unas sobre otras. Encima de ellas reposaba el sobretodo que me regalaste en Portsmouth, el día de mi cumpleaños. Tú seguías llorando desconsoladamente, y alcanzaste a decirme que no estabas triste porque me iba, sino por todo lo que significó abrirme las puertas de tu casa, y presentarme a tu familia. A mí, a un inmigrante confuso y recién llegado, que a veces hablaba un inglés sloppy. Sin embargo, me seguías abrazando con fuerza y no me dejabas ir. Quizás porque sabías que no había más por hacer, porque la oportunidad que tuvimos se había ido. Y ambos la dejamos escapar.
Ceremonias
32 notes · View notes
Text
Las miradas no guardan secretos. En las conversaciones de cortejo, escenario común en donde dilucidamos el abatir de nuestras almas, es fácil darnos cuenta cuando algo nos quieren decir. Sin embargo, para descifrar una mirada, no solo basta con reconocer su semblante, se requiere de experiencia, y de cierta intuición en el amor. Por no decir, también, de varios corazones rotos. Y fracasos incontables.
Ceremonias
30 notes · View notes
Text
Pérfida realidad
Constantemente pienso que las cosas se darán, en cierta forma, a mi favor. Sufro de una especie de esperanza ciega. Algo que tiene que ver con el ego, pero no del todo. Creo que está más ligado al miedo a sentirme rechazado. Romantizo mucho mis experiencias creyendo que, a pesar de mis errores, saldré airoso de ellas. Pero lo que viene sucediendo es que todo se da contrario a lo que siempre espero. Y luego viene el decaimiento, o ese andar indeciso por la ciudad.
Texto extraído de mi diario. Maine, Junio del 2020.
29 notes · View notes
Text
Léeme algo antes de dormir
Sue dormía profundamente solo cuando le leía un cuento al acostarnos. Entonces yo tomaba posición del lado de la cama contiguo a la mesa de noche. Y con un libro en mi regazo, encendía la luz de nuestra lámpara. Luego ella reposaba sutilmente su cabeza sobre mi pecho. En ese instante, admiraba la belleza de su rostro semi dormido. Mientras ella, con los ojos cerrados, aguardaba a que inicie la lectura.
No miento si digo que Sue se dormía poco después de haber empezado el cuento. Por aquel entonces, era un alivio saber que había conciliado el sueño, el cual le era tan esquivo. Ella dormía y mi voz ya no podía alcanzarla. Al rato colocaba el libro sobre la mesa de noche y apagaba la luz de nuestra lámpara. La oscuridad abraza nuestra pieza, pero nosotros nos abrazábamos. Y dormíamos juntos.
Ceremonias
30 notes · View notes
Text
Para cuando vuelvas encontrarás que he cambiado. El alejamiento me hizo ver lo mal que me porté contigo. La pandemia me hizo bailar con mis demonios en pleno encierro. Y la primera ola sacó a flote el virus de mis culpas.
Durante el día deambulé por bares poco discretos. En ellos busqué la compañía de gente extraña para hablarles de nosotros. Por las noches gritaba sordamente tu nombre con la almohada sobre mi boca. En la soledad de mi pieza aprendí de mis errores.
Te cuento que hace unas semanas mi psicólogo me cesó: no mas terapia. Y mientras tanto tú, pues tú aún sigues en sus brazos.
Ceremonias
24 notes · View notes
Text
Los recuerdos de mis días a tu lado solo tenían sabor a nostalgia. Sufrí las heridas que el pasado impone a los que se aferran a él. Y en ese ver de cómo mi corazón se afligía sobre si mismo, fue que decidí abandonar el tormento de aquellos días de angustia. No tuve más remedio que reconciliarme con el tiempo, para dejar de ser un hombre que tiene algo que reprocharse.
Ceremonias
25 notes · View notes
Text
Acerca del talento
Es cierto, el talento es una realidad. Puede ser encontrado en personas que nacieron con una marcada predisposición hacia una determinada profesión o arte. No obstante, el talento no es esquivo para el común de los mortales. Para aquellos que no nacimos con ese dote de excelencia es posible alcanzar el ingenio a través de la perseverancia, la disciplina y la buena suerte. Todo talento recae sobre la unión de esas tres consabidas palabras.
Ceremonias
18 notes · View notes
Text
Me pregunto si cambiaré de trabajo. Esa onda medio inconsciente de componer un poema con palabras, y sentir (sí sentir), si estas emiten cierta musicalidad o melodía intrínseca entre ellas. En cierta forma así es la vida; es como componer un poema. Uno hace planes y ejecuta acciones para ver luego si nuestros actos guardan cierta melodía con la realidad (tu realidad). En teoría, si tienes éxito conseguirás el trabajo, pero ahí no está el poema. En mi experiencia el éxito se alcanza o es producto de tres factores: paciencia, perseverancia y buena suerte (no en vano enumero así estas tres palabras). Entonces, en ese devenir de caídas, fracasos y aprendizaje personal; es donde el poema se termina de componer. Es ahí que nuestras acciones encuentran resonancia con la vida. Y el círculo musical que anhelamos se cierra.
Texto extraído de mi notebook. New Jersey, Junio del 2021.
Ceremonias
13 notes · View notes
Text
Vestigios de una conversación
“You’re not the one”, piensa Sue, ahora que otro ocupa mi lugar.
“I’m in a better place now”, me dijo la última vez que hablamos.
No debí llamarla por teléfono, su voz aún resuena en mi mente.
Esa conversación me dejó tan afectado, que apenas puedo rescatar con precisión algunos pasajes funestos, con temor de caer, nuevamente, en la ruina.
“Ahora siento que alguien me quiere de verdad”.
“Pero tuvimos muy buenos momentos, ¿recuerdas?”, le dije.
“Lo único que recuerdo son peleas, discusiones y uno que otro momento mediocre de felicidad”, me respondió tajante.
“¡¿Cómo es posible que digas eso?! Si quisiera pudiera hacer una lista de todos lo momentos felices que tuvimos, pero no lo voy a hacer porque sé que tú también los recuerdas”, afirmé exaltado.
“Listen, people cross paths, then you learn shit and have to move on. Eso fue lo que pasó con nosotros”.
“No entiendo cómo puedes negar que hubo amor entre nosotros, simplemente no lo entiendo. Tú sabes bien que él es tu better than nothing”.
“¡¿Cómo te atreves a hablar así de Evan?!”, respondió, y el tono de su voz cambió repentinamente. “¡Él me quiere de verdad, ya ni si quiera sé por qué estoy hablando contigo!”, dijo furiosa.
Luego nos callamos por unos segundos. Su respiración se escuchaba entrecortada al otro lado de la línea. Y fue entonces que decidí romper el hielo.
“¿Amigos?”.
Se escuchó un suspiro.
“La verdad no veo la amistad como algo provechoso, además no creo que podamos ser amigos; sería muy awkward. Mira, me preocupo por tu bienestar, pero no te veo como a alguien a quien pueda querer de verdad”.
Ya lo dije antes, quedé tan afectado, que tampoco recuerdo el final de aquella charla. Sin embargo, mi móvil aún guarda constancia de su último mensaje de texto; me lo escribió ese mismo día: “Tengo que bloquearte. Take care of yourself”. Le contesté inmediatamente, pero ya era demasiado tarde. Hasta hoy mi reply sigue sin ser visto o entregado.
Ceremonias
10 notes · View notes
Text
Recuerdo una de mis primeras visitas a Maine. Era invierno. Yo estaba afectado seguramente por alguna crisis emocional, e intentaba dormir a oscuras en mi habitación. Al lado de mi cama había una ventana que daba a la calle, y a través de ella se escuchaba el silbido del viento entre los árboles. Su fuerza era tal que hacía retumbar el segundo piso de la casa; y con ella mi habitación entera. Inútilmente abría mis ojos en la oscuridad; mi pieza era una boca de lobo, no se veía absolutamente nada, solo se escuchaba ese silbido. Tan seco, tan incesante, tan suave y poderoso a la vez; capaz de provocar catástrofes. No obstante nunca me asustó. Esa sensación de dormir en la oscuridad envuelto en frazadas, mientras afuera el invierno azota, apaciguaba mis demonios. Y el silbido del viento era el ruido blanco que arrullaba mis sueños.
Al día siguiente desperté de mejor ánimo. Desde mi cama, observé un rayo de sol que se había colado por la ventana. Su brillo tenue creaba un ambiente de calidez en mi habitación. Al poco rato, la voz de mi madre me invitaba a levantarme para desayunar juntos. Y todo volvía a la normalidad. Así fui perdiendo mis miedos, de a pocos, arrullado por el silbido del viento en mi habitación. Mientras soñaba que vivía en una cabaña en medio del bosque en Maine. Y despertaba alegre, en una fría mañana de invierno.
Texto extraído de mi notebook. New Jersey, Marzo del 2021.
Ceremonias
9 notes · View notes
Text
16
Lauren me dice que ha crecido muy rápido. A veces siente que es un niña encerrada en el cuerpo de una mujer. “Ni si quiera tengo edad para manejar”, me comenta. En la escuela no encaja con el comportamiento de la gente de su edad, a los cuales califica de “childish” o inmaduros.
Lauren me confiesa que algo no está bien en su vida. Cierta monotonía pinta de gris sus días y sus noches, haciéndolos muy parecidos. El entusiasmo que siempre le acompañaba está hoy ausente. “I used to be very self-motivated”, me dice mirando al suelo.
Y mientras ella me habla, intento sofocar el sentimiento que acaba de nacer en mí. Pero sus palabras echan raíces en mi interior, y su mirada descarga destellos de fertilidad abundante. Inútilmente peleo contra algo desconocido. Un escenario nuevo que no sé reconocer, o cómo llamar por su nombre.
Texto extraído de mi diario. New Jersey, Junio del 2021.
Ceremonias
8 notes · View notes
Text
Las voces que me traen tu recuerdo son las canciones de un playlist creado para olvidarte. Vano intento musical de larga tortura. Me pregunto si algún día funcionarás.
Ceremonias
7 notes · View notes