Tumgik
#jimin gestos
aricastmblr · 5 months
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jimin weverse live (fotos2/2)
jimin weverse
지민
12.11. 05:02
다녀오겠습니다
BTS
Iré y volveré
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mikrokosmcs · 29 days
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Junseong  está  acostumbrado  a  los  gritos,  triste  y  desconsoladamente,  desde  que  era  pequeño.  Recuerda  a  su  padre  gritando  y  golpeando  cuando  él  lloraba,  recuerda  los  gritos  de  piedad  de  las  personas  que  asesinó  en  su  camino  a  la  gloria,  los  gritos  de  soldados  en  la  guerra  ya  sean  de  dolor  por  una  amputación  o  simplemente  dando  órdenes.  El  ruido  es  cosa  de  su  día  a  día,  desde  los  volcanes  en  erupción  y  la  lava  corriente,  hasta  aquel  pequeño  chillido  de  una  habitación  adyacente  que  le  saca  de  su  sueño  rápidamente.  Nunca  ha  dormido  bien,  por  pesadillas  y  malos  ratos,  pero  ahora  aquel  chillido  potente  y  desconsolado  es  una  señal  de  que  hay  una  vida  que  espera  y  aguarda,  que  pide  por  su  clemencia;  pero  no  porque  esté  muriendo  por  sus  poderes,  sino  porque  añora  sus  cálidos  brazos  y  un  beso  de  buenas  noches.  Siente  a  su  omega  también  moverse  a  un  costado  de  la  cama,  alerta  también  a  cualquier  sonido  que  proviene  de  la  pequeña  criatura  en  la  otra  habitación,  Junseong  extiende  su  mano  sobre  una  espalda  desnuda  que  acaricia  con  vehemencia  y  se  inclina  para  besar  un  omoplato,  luego  la  marca  de  su  cuello  y  susurrar  un  suave  “yo  me  encargo”  en  el  oído  de  Hanbin.
No  le  cuesta  salir  de  la  cama  y  cubrir  su  desnudez  con  una  bata  de  seda  negra,  caminando  con  pies  descalzos  hasta  una  puerta  que  le  guía  al  lugar  donde  el  sonido  se  hace  potente,  dos  pulmones  pequeños  pero  que  parecen  dispuestos  a  romperle  los  tímpanos  si  no  es  atendida  pronto.  Demandante,  así  como  lo  era  él,  Jimin  parecía  saber  que  quería  desde  tan  temprana  edad.  -  —¿Qué  pretendes,  gatita?  ¿Despertar  a  todo  el  reino?  —  -su  voz  y  su  esencia  como  una  chimenea  tibia  en  un  día  helado,  parecen  calmar  a  la  pequeña  que  abre  sus  ojos,  aquellos  que  lucían  rasgados  y  felinos  como  los  de  su  padre  omega  y  su  sonrisa  se  pinta  enorme,  sin  ningun  diente  a  la  vista,  satisfecha  de  saber  que  el  alfa  estaba  en  su  presencia.  Junseong  se  ríe  suavemente,  un  sonido  alienígena  y  extraño,  pero  que  ya  no  era  tan  poco  común  como  años  antes.  Sus  grandes  manos  pueden  sostener  al  milagro  de  vida  entre  sus  palmas  sin  problema,  sacándola  de  su  cuna  y  llevándola  hasta  su  rostro  para  rozar  su  nariz  sobre  la  contraria,  marcándola  con  su  esencia  y  deseando  que  se  tranquilice,  borrar  sus  lágrimas  con  el  gesto.  Ya  tiene  un  hijo,  un  par  de  años  más  grande  y  también  siendo  el  centro  de  su  universo  entero,  con  una  personalidad  tan  gentil  y  dulce  como  Hanbin,  pero  una  apariencia  muy  similar  a  la  suya.  El  universo  le  había  regalado  otra  pequeña,  una  que  apenas  tenía  semanas  de  vida  y  si  que  lucía  como  un  problema  para  el  futuro,  remilgosa  y  demandante,  llena  de  pucheros  que  harían  que  Junseong  conquiste  cualquier  otro  reino  para  darle  lo  que  desea
La  criatura  busca  su  calor  y  es  algo  que  no  duda  en  darle,  acurrucándola  contra  su  pecho  y  las  pequeñas  manitas  se  aferran  al  borde  de  su  bata,  muy  cerca  donde  la  quemadura  en  el  corazón  ya  estaba  sanada,  pero  dejaba  un  par  de  bordes  feos  y  desagradables  en  su  prístina  piel  que  a  veces  le  avergonzaba,  aunque  Hanbin  los  besara  con  amor  y  cuidado.  Jimin  se  relaja  inmediatamente,  tal  vez  acompañando  su  pequeño  corazón  con  el  de  su  padre  y  bosteza,  cerrando  el  par  de  parpados  para  dormir  plácidamente  en  su  lugar  seguro,  en  los  brazos  de  un  padre  amoroso  que  no  dudaría  en  quemar  el  mundo  entero  si  con  eso  podría  verla  dormir  tan  plácidamente.  Él  nunca  tuvo  un  abrazo  gentil  de  un  padre  omega,  ni  tampoco  la  palmada  orgullosa  de  un  padre  alfa,  vivió  en  decadencia  y  seguido  de  miradas  de  odio  y  desprecio  a  donde  sea  que  fuese.  Pero  ahí  estaba,  su  milagro  de  vida  dándole  una  ultima  mirada  antes  de  caer  rendida  en  brazos  de  Morfeo,  una  mirada  de  pura  adoración  y  amor.   
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lileuph-milkybanana · 1 month
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Cuarto año / Quinto año
Cuarto año/ sexto año
—¿Qué mierda te pasa?
Una parada de bus en algún lugar de Irlanda. Posiblemente en el norte, pero también posiblemente en el sur; Yoongi no podía recordarlo. Gerry quiso llevarlos en un viaje de un día usando transporte muggle, se emocionó un poco más de la cuenta y ahora la mayor parte de la casa de Slytherin estaba perdida y enviándole mensajes enojados a través de sus patronus a Gerry, quien estaba en Belfast y parecía estar teniendo una crisis.
Yoongi y Jimin estaban perdidos por su cuenta. En una para de bus, en medio de bosques, con demasiada cerveza y poca paciencia.
—Nada está mal—dijo Yoongi. Recibió sus resultados de sus T.I.M.O.S; era oficial. En septiembre estaría tomando Adivinación, Pociones, Artimancia y Runas Antiguas. Los resultados no se sentían tan importantes y sostener el pergamino se sentía como lo peor del mundo. ¿Eso era todo?
—Sí, claro—Jimin limpió sus labios y dejó gentilmente la botella en el suelo, a un lado de las latas aplastadas—. Sin hablarnos por un mes, luego apareces y pierdes la snitch de Gerry y, ¿siquiera has visto a Damien? ¿En todo el verano?
Yoongi apartó la mirada y leyó el horario. El próximo bus llegaría en veinte minutos, con suerte.
—Eso es un no.
—He estado haciendo cosas.
Jimin pateó su rodilla. —No te vayas por las ramas, amigo. Solo...maldita sea. ¿Qué has estado haciendo todo el verano?
Bebiendo un montón de té, aunque Yoongi no iba a decir eso. —Esto y aquello.
—No es una respuesta real.
—Simplemente cosas.
Cuando el bus llegó sacaron todo el dinero de sus bolsillos y Jimin susurró un mensaje enojado a Gerry y lo envió en un flash de humo plateado. Estaba enojado con Yoongi, pero incluso Yoongi estaba enojado con Yoongi. Este verano apestaba. Había estado deprimido todo julio, leía sus propias hojas de té, ocupaba las tarjetas del tarot y comía todo lo que su mamá cocinaba.
—Damien y yo saldremos mañana—dijo. Decidió.
—¿Estás seguro?
—Sí.
Jimin frunció el ceño y miró por la ventana. (Les tomaría unas horas llegar a la parada de autobús de Belgast y Yoongi no quería pasarlas en silencio incómodo).
—Simplemente no salgas con tonterías—dijo suavemente Jimin—. Slytherin no tiene muchas personas. No quiero ser un hijo de padres divorciados, ¿está bien?
—Eres idiota—dijo Yoongi—. No serás un hijo de padres divorciados. Damien y yo no somos...tus padres.
—Nah, ese es Gerry—dijo despectivamente Jimin y justo a tiempo, la cara radiante de Gerry saltó a la vista, saludando frenéticamente con sus manos desde una vereda—Está bien. Y trata de no desvanecerte por el resto del verano, imbécil. Por raro que parezca, nos gusta juntarnos contigo.
Yoongi no estaba seguro de si eso lo ponía feliz o, extrañamente, triste.
*
*
*
Su cita con Damien, la primera del verano, fue en Cornwall. Tomaron el bus noctambulo desde Londres y Damien solo mencionó la ausencia una vez, de una ligera forma que significaba que estaba enojado, pero no iba a presionar en el asunto. Yoongi pasó todo julio hablando con nadie, especialmente no con Jungkook o Damien, pero sacudió su mano y dijo cosas familiares, ya sabes y sonaba lo suficientemente vago y serio para que Damien retrocediera.
Cornwall era agradable, sin embargo. Fueron a un lugar de comida rápida y una anciana muggle intentó venderles llaveros con la cara de Aidan Turner. Yoongi compró tres solo para hacer que Damien se riera.
—No tienes un auto—señaló Damien por sobre su carne asada y puré de guisantes—¿Para qué diablos los usaras?
—Regalos de navidad para mis familiares favoritos—Yoongi sonrió, tocando los llaveros—¿Sabías que la amiga de mi mamá ve este programa?
—¿Una bruja?
—Trabaja en estudios muggles para el Ministerio—Yoongi hizo un gesto con la mano—. Pero deberías escucharla hablar sobre ello. Dice que quiere mudarse a irlanda para que pueda conocer a Aidan Turner y tener un montón de bebés raros y trabajar en una mina.
—Toda la gente que conoces está loca—dijo Damien. Su mano, la cual descansaba en la mesa, cubrió la de Yoongi de forma cariñosa.
—Eso no se ve de buena manera en ti, sabes—dijo Yoongi. Encima de la mesa grasosa, giró su mano y entrelazó sus dedos con los de Damien. —. Si todos a quienes conozco están locos, ¿qué tan loco es el chico que está saliendo conmigo?
—Absolutamente demente—dijo Damien—. Te besaría, pero mi boca sabe a puré de guisantes.
—Y estamos siendo juzgados por la señora de los llaveros de Aidan Turner.
—Y eso.
Dieron un paseo después de comer y luego fueron a los acantilados, donde Damien intentó ver un cardumen de peces bajo el agua y Yoongi intentó trenzar el césped y se dieron la mano y era agradable. Yoongi apenas podía recordar por qué había evitado esto por tanto tiempo.
—¿Qué harás el próximo año? —preguntó Damien, caminando despacio con la mano de Yoongi en la suya.
—Pociones, Adivinación, Artimancia, Runas—enumeró Yoongi. Balanceó sus brazos. —¿Qué hay de ti?
—Pociones, Historia, Trasformaciones, Encantamientos—Damien bajó un dedo por cada materia—No sé. Ya sabes, para ese trabajo de auror. Detección de veneno-
—Se ve divertido—completó Yoongi, sonriendo. La frase se convirtió en un eslogan para los Slytherin para junio del año pasado, mientras Damien peleaba para justificar su elección de carrera contra todos los más jóvenes que se quejaban sobre que Harry Potter es un auror y ¿qué pasa si te golpea en la cara? y, ocasionalmente, ¿qué pasa si tú lo golpeas en la cara? —. Eres un bobo, Damien.
—No soy yo quien aspira a profesor de pociones.
—¡Podría hacer otra cosa!
—Sí, pero no lo harás—Damien pateó su tobillo—. Crees que Malfoy colgó las estrellas en el cielo. Y eres bueno en ello. ¿Por qué no lo harías?
—Quizás me vaya de viaje—murmuró Yoongi, jugando con la cabeza de un diente de león—. Comenzar un blog de viaje. Nunca sabes.
—Y luego volverías y te convertirías en el nuevo Malfoy, porque lo amas y amas pociones y eres un nerd gigantesco.
—Y quizá entonces consideraré ser profesor.
Damien se río suavemente. —Lo harás. Puedes hacer todo lo que te propongas.
Ignorando el sentimiento enfermo y perforante en su estómago, Yoongi dejó que Damien pusiera su mano bajo su barbilla y levantara su cara para besarlo, e intentó lo mejor que pudo besarlo de vuelta, intentó lo mejor que pudo no sentirse como un imbécil.
*
*
*
El tren de vuelta a Hogwarts fue menos incómodo de lo que debería, y Yoongi se negaba a creer que era porque Damien no iba con ellos en el Expreso -su madre lo llevaba al colegio. Se acomodaron en uno de los compartimientos Yoongi, Max, Izzy, Alwyn y los dos gemelos nuevos, todos apretados, Yoongi e Izzy presionados contra las ventanas en cada lado de la mesa. Sam, Edie-Maude y el resto de los grandes estaban en el compartimiento frente a ellos. Por un tiempo, se entretuvieron jugando adivinanzas a través del vidrio.
(Yoongi ganó. Película, siete palabras. Joven twink lo recibe por el trasero. Su premio fue ser mirado con disgusto por los dos más jóvenes y ser atacado con dulces desde el otro compartimiento.)
Max saltaba de arriba abajo en su asiento. —¿Vamos a apostar? ¿Podemos apostar? Amo apostar.
—Tengo un dilema: ¿soy un mal superior por incentivar la apuesta, o un mal superior por negarme en participar en una honorable tradición? —preguntó Yoongi. El codo de Alwyn golpeó su boca, así que lo lamió hasta que comenzó a gritar y se alejó.
—¿Apostar? —preguntó uno de los gemelos. ¿Amelia o Aoife?
—Sí—dijo Max—. Pones un galeón por cuánta gente crees que Slytherin recibirá este año. Es muy divertido.
—Apostar—dijo el otro gemelo—, suena estúpido.
—Es muy estúpido.
Izzy depositó una moneda en la mesa. —Tres.
—Cuatro.
—Dos—dijo Max.
Los gemelos se miraron el uno al otro. —¿Cinco? —se aventuró uno. El otro alzó los hombros, sacó dos monedas de su monedero y dijo—Uno, supongo. Esto es realmente estúpido.
—De ninguna manera habrán más de cinco—se quejó Yoongi—¿por qué siempre termino de los últimos?
—A la mierda, apuesta por seis, quizás tengamos suerte—dijo Alwyn.
Yoongi dejó su moneda en la mesa. —Sí bueno, ¿qué tal ninguno?
Y todos le gritaron por ser tan aguafiestas y Yoongi sostuvo sus brazos contra Alwyn e Izzy quienes intentaban estrangularlo con sus bufandas. El almuerzo fue un dulce del carrito y una aventura para Yoongi, quien deambuló por el tren en busca de Hoseok, Seokjin y Namjoon.
Se cruzó con Sadie en el camino.
Sadie, con una insignia brillante de Premio Anual, y una sonrisa. —Hola, Min—dijo—. Soy Premio Anual.
—Puedo leer—murmuró, intentando pasar—. Déjame pasar-
—Soy premio anual, así que no te vas a salir con la tuya como el año pasado—pasó por su lado y su hombro golpeó el de Yoongi—. Te escabulles con mis juniors, ¿uh? Tú y Jeon, haciendo quizás qué cosas en la noche. Todo eso se detiene este año. Como premio anual tengo la autoridad de darte detenciones. Sabes de qué se trata.
—Déjame en paz—dijo Yoongi—. No estoy haciendo nada, Sadie-
—Simplemente no sigas con tu mierda este año. No lo soportaré.
—Sí, claro—y logró escabullirse de su brazo estirado e irse por los pasillos del tren antes de que ella pudiera tomarlo por su túnica de nuevo, y esperaba que Jungkook no hubiera visto nada desde donde sea que estaba con los Ravenclaws.
Seokjin y Namjoon estaban en un mismo compartimiento; Hoseok debía estar con Taehyung o con otros Hufflepuffs, dejando a los dos Gryffindor tirándose gomitas el uno al otro y maldiciendo.
—Muy maduros—dijo Yoongi, dejándose entrar al compartimiento, antes de ver una insignia conocida en la túnica de Seokjin—. Muy maduro para el chico premio anual de Hogwarts.
—Que me jodan si no sé por qué me la dieron—dijo alegremente Seokjin, lanzándole gomitas a Yoongi—. Voy a abusar de mi poder. Vayan con cuidado, cabrones. Seokjin está al asecho. ¿Qué beneficios tengo?
—Creo que un baño mejor—dijo Namjoon.
—Increíble. ¿Quién quiere un baño lujoso? Los agendaré.
—¿Quién necesita drogas cuando tienes un baño lujoso? —dijo Yoongi, deslizándose al asiento que estaba a un lado de Namjoon. —Me encontré a tu compañera de trabajo. ¿Puedes creerlo? Si sobrevivo para ir al baño lujoso seré afortunado.
—Podemos jugar tira y afloja contigo. Ella te pone una detención, yo te la quito—Seokjin mascó una gomita e inmediatamente la escupió—. Un pequeño muñeco de trapo.
—¿A qué sabe?
—Piña podrida.
—¿Cómo mierda conoces el sabor de las piñas podridas?
Seokjin le dio un golpecito a su nariz. —Tengo mis métodos.
El tren avanzó, alejándose de Inglaterra y adentrándose en escocia y comenzó a llover. Yoongi se subió al asiento para cerrar la ventanilla y trató de ignorar lo incómodo que se sentía siendo el tercero en discordia entre Seokjin y Namjoon sin que Hoseok estuviera allí para reducir la incomodidad. No había espacio en el vagón de Slytherin y estaba seguro de que los chicos querían hablar entre ellos, pero probablemente, Seokjin y Namjoon también...y no podía ir a buscar a Jungkook. Lo vio en el andén, rodeado de una pandilla de risueños Ravenclaws vestidos de azul y bronce, todos charlando sobre libros y calderos nuevos y búhos y ranas y Jungkook era quien conversaba con voz más alta.
Había muchas mujeres en el grupo. Yoongi se negaba a creer en eso de otra forma. Sí, muchas chicas, genial...lo que sea.
—Siéntate, maldito—Seokjin tiró de su túnica—. ¿Qué haces, estás actuando algún tipo de novela? Cierra la maldita ventana.
Así que Yoongi lo hizo, y comió las ranas de chocolate que Namjoon sacó de sus bolsillos sin fondo e intentó hacer una carta a Gerry. Querido Gerry. Cómo sobrellevaste los E.X.T.A.S.I.S. Creo que voy a morir y ni siquiera he llegado a la escuela.
Aun así, la escuela era la escuela y Hogwarts siempre iba a ser catarsis.
—Si Sadie te molesta, encuéntrame y le meteré mi pie en su trasero de Veela—dijo Seokjin, dándole una palmada en el hombro de Yoongi mientras el tren llegaba a la estación de la escuela—. Lo mismo para los demás. Tengo que cuidar a mis pequeños e indefensos-
—Oye-
—amigos bebés.
—Oye—Yoongi golpeó a Seokjin en la nuca—. Ten cuidado o haré que Namjoon te golpee.
—Namjoon se rehúsa a ser usado como un instrumento de negociación—dijo Namjoon detrás de ellos, peleando con su maleta y con Friedrich la lechuza—. Namjoon está tomando el control de su vida.
Namjoon se rehúso a hacer el E.X.T.A.S.I.S de adivinación. Yoongi no sabía qué hacer sin Namjoon a su lado haciendo comentarios sarcásticos sobre la cantidad de té que han estado bebiendo por un mes. Ahora que lo pensaba, Yoongi no conocía a nadie en su pequeña clase de adivinación que quisiera hacer el E.X.T.A.S.I.S.
Por favor, Dios, que haya alguien. Yoongi no creía que pudiera soportar tantas horas a la semana con Bloom a solas. Necesitaba algo para diluir esa intensidad espeluznante.
En camino a la escuela se reencontró con los Slytherin, pero esta vez con Damien, quien sostuvo su mano y habló alegremente sobre el autobús noctambulo y sobre cómo su mamá le compró nuevos calcetines, y como tuvo que mandar su corbata a la tintorería, la cual costó casi un brazo y una pierna. Yoongi sonreía y asentía.
—¿Cómo quedó la apuesta?
—Los niños pusieron casi todo el dinero—dijo Yoongi, deslizándose en su asiento en la mesa de Slytherin, contra la pared para poder ver a los nuevos potenciales que temblaban en el Gran Comedor.
—¿Qué apostaste? —Damien todavía sostenía su mano, pero debajo de la mesa. La mirada del resto del gran comedor era penetrante.
—Cero—Yoongi sonrió—. No quedaban otros números.
—Maldito bastardo depresivo.
—Ese es mi nombre en la calle, sí.
Era una buena cantidad de niños este año. Yoongi creía que había cien, quizás un poco menos, con túnicas demasiado grandes y corbatas genéricas que todavía no cambiaban al color de la casa que les correspondía. Todos los Slytherin estaban nerviosos, listos para ganar o perder la apuesta, listos para recibir muchos o pocos; Max se veía especialmente nervioso. Izzy y Alwyn estaban jugando a los pulgares debajo de la mesa; Samantha parecía haberse quedado dormida, con su barbilla descansando en su mano.
Estaba bien. No había mucho que esperar. Uno o dos, como siempre.
A medida que los niños subían, mientras más y más de ellos eran asignados al azul, al rojo y al amarillo, Yoongi sentía cada vez más que lo miraban fijamente, pero cuando miraba a su alrededor solo había tres mesas aplaudiendo, y los Slytherin estaban acurrucados, desamparados y pequeños.
—Parece que vas a ganar la apuesta después de todo—dijo Max. Se supone que debía sonar de forma despreocupada, pero no lo hacía.
Los últimos tres en la línea y Yoongi estaba mirando con el corazón en la garganta. De ninguna forma no recibirían niños este año. Eso era ridículo.
—¡Willow, Jessica!
Una pausa. Jessica Willow era alta y delgada y temblaba.
—¡Gryffindor!
Aplausos, y cuando Yoongi miró a la mesa de Gryffindor vio al chico de su año que le dio un puñetazo en el ojo, aplaudiendo y celebrando y saludando a Jessica Willow. Parecía en las nubes.
—¡Wandsworth, John!
John Wandsworth era bajo, robusto y tenía la cara roja. Caminó hasta sentarse bajo el sombrero con toda la confianza y valentía de un general militar. Le guiñó un ojo a la última persona en la lista y se sentó con los ojos cerrados.
Vamos.
—¡Hufflepuff!
—Santa mierda—dijo Alwyn. Samantha había despertado y toda la mesa de Slytherin miraba con ojos hambrientos a la última chica que subía. No había ninguna forma. Nadie. ¿Nadie?
—¡Yaworsky, Zoe!
La cara de Zoe Yaworsky estaba escondida tras un flequillo de pelo rubio y caminó como si recién hubiera aprendido hacerlo, sus manos metidas de forma incómoda en los bolsillos de su túnica. No había ni un sonido en el gran comedor, todos estaban tensos. Tenía que haber uno en Slytherin.
—No quiero ganar la maldita apuesta—susurró Yoongi cuando Zoe Yaworsky recibió el sombrero. —. Realmente no quiero ganar la maldita apuesta.
—¡Ravenclaw!
Zoe corrió hacia el azul y bronce con una expresión de alivio en su cara, y el gran comedor explotó en celebraciones y risas, lo último dirigido firmemente a los Slytherin.
—No quiero el dinero—dijo Yoongi rotundamente.
Toda la casa dejó el banquete temprano. Dieciocho de ellos ahora, desplazándose a la Sala Común, y cuando Yoongi miró hacia atrás vio a Jungkook dándole palmadas en la espalda a Zoe Yaworsky, con sus mejillas sonrojadas y sus ojos brillando.
Yoongi se sintió, extrañamente, engañado.
*
*
*
Yoongi llegaba temprano a pociones todos los miércoles en la mañana. La primera hora la tenía libre y solo le tomaba medio minuto llegar a la clase de Malfoy desde la Sala Común. Hasta el momento su horario estaba resultando ser bastante agradable; era mediados de septiembre y había logrado evitar a casi todos los estudiantes, se escabullía por los pasillos hacia las torres y alrededor de las mazmorras en su mayoría.
—¿Temprano de nuevo, Min?
—Buenos días, señor—dijo Yoongi, dejando sus libros en el escritorio cerca del almacén. Se rehusaba a alegrarse por el hecho de que el E.X.T.A.S.I.S de pociones era una materia individual y que no tenía que sentarse al lado de Damien, porque eso sería estúpido, porque Damien es su novio a quien quería mucho. Sí.
Malfoy se veía cansado, pero de nuevo, Malfoy siempre se veía cansado. Había libros apilados en su escritorio y tazas vacías por todos lados, rollos de pergamino caían de la mesa al suelo. —Felix Felicis—dijo—. ¿La has intentado hacer antes?
—No. ¿La haremos?
—No hoy, pero haré que la hagan antes de fin de año—dijo Malfoy—, y- Min. ¿Qué piensas de la nueva chica premio anual?
—¿Sadie? No puedo decir que la conozco muy bien—dijo Yoongi, pero sí era un poco cierto. Detrás del hombro de Malfoy, Snape entró a su pintura original, viéndose de la misma forma que siempre; molesto, silencioso, melancólico. Enojado. —¿Por qué?
—Por nada en especial—dijo Malfoy, justo cuando llegaban más estudiantes; Damien, con una sonrisa suave, rozó su mano contra la espalda de Yoongi mientras iba a su asiento, y Yoongi le sonrió de vuelta, solo dejando que su cara cayera cuando Damien se dio la vuelta. En conjunto, había seis personas en la clase: Damien, Yoongi, tres Hufflepuffs y un Ravenclaw, y todos a excepción de Yoongi estaban aquí con la esperanza de convertirse en aurores.
(Cuando le dijeron a Malfoy eso, a principio de año, cerró sus ojos brevemente y masajeó su cien. —Bien—dijo—. Eso está bien).
(Yoongi creía que no estaba todo bien, pero era Malfoy. ¿Qué se supone que hiciera?).
—Hoy prepararemos las seis bases esenciales—dijo Malfoy—. Espero muestras de cada una en mi escritorio al final de la clase, etiquetadas y con nombre. Las próximas semanas las usaremos para crear otras pociones, así que tengan mucho cuidado. No dejaré que las preparen de nuevo.
A Yoongi le gustaba hacer bases; lo hizo tan seguido el año pasado que probablemente podía hacerlo durmiendo, y no tenía ganas de hacer algo difícil tan temprano en el año. Bases elementales. Simple.
Totalmente simple.
—Le estás añadiendo agua a la infusión incorrecta—dijo secamente Snape—. No quieres arruinar tu poción.
Yoongi le frunció el ceño, pero vació el contenido de todas formas y esperaba que Malfoy no lo haya visto. Quería que Malfoy pensara que era bueno en pociones, después de todo.
*
*
*
—¡Min!
—Aw, mierda—Yoongi miró el busto de Merlín el Segundo y se preguntó si era demasiado tarde para esconderse tras él. Lo intentó, de todas formas, incluso cuando Snape-la-pintura le advirtió desde el otro lado del pasillo que lo habían visto, pero la espalda de mármol de Merlin lo empujó contra la pared y estaba demasiado cansado para hablar hoy, demasiado cansado para hacer otra cosa que no fuera ir a la sala de menesteres para jugar Gobstones con Jungkook, como se supone que debía hacer. Se supone. Iba a hacerlo.
—Estás dañando propiedad de la escuela—le dijo Sadie, de pie entre la estatua y la puerta del salón principal, con sus manos en su cintura. Se veía bastante satisfecha al haberlo encontrado. —Sabes lo que eso significa, ¿no?
—Una mierda estoy dañándola, estoy de pie atrás de ella—respondió de golpe, retrocediendo. La estatua de Merlín el Segundo giró la cabeza, le guiñó un ojo a Yoongi y luego le lanzó una frambuesa a Sadie.
—Dejaste rozaduras de bota en el mármol—dijo Sadie, ignorando el dedo de en medio que la estatua le enseñó—. Eso significa detención.
—No, no es cierto.
Merlín sacudió su cabeza de mármol. En la pared de al frente, dentro de la pintura, Snape tenía sus brazos cruzados y una expresión de molestia en su cara. Esta era la tercera vez que pasaba durante este semestre, y apenas habían empezado octubre y Yoongi ya estaba harto de la placa plateada que brillaba en la túnica de Sadie. —Detención—dijo de nuevo—. Si no me muestras la hoja de detención haré que te quiten el permiso para ir a Hogsmeade, así que haz que la firmen, ¿está bien?
—Jódete—dijo cansado Yoongi, pero tomó la hoja que le estaba entregando—. Lo que sea.
Lo vio irse, pero no lo siguió, y fue hasta la sala de menesteres donde Jungkook ya estaba sirviéndole una taza de té. Snape no estaba ahí, afortunadamente, pero también quizá no tan afortunadamente, porque Yoongi tenía la sospecha de que la pintura iba a decirle a Malfoy cada vez que Sadie decidía molestar a Slytherin. Era agradable, pero toda la casa estaba siendo mimada por Malfoy en este punto, y Yoongi tenía un poco de miedo de decirle a Snape que se detuviera.
—¿Qué te tomó tanto tiempo? —Jungkook tomó un sorbo de forma gentil de su taza, antes de ponerle más leche.
Yoongi dejó el papel de detención en la mesa. —El tercero del año. Por la mierda.
Jungkook arrugó su nariz. —¡Ve con el Profesor Ryder, entonces, maldita sea!
Ah, sí. El profesor Ryder, el notoriamente ausente (en cuerpo y alma) director de Hogwarts, quien pasaba casi todos sus días en Escocia o Irlanda, volviendo a la escuela una vez cada cuanta semana para hacer presencia en la mesa de profesores y sonreír tontamente a sus estudiantes favoritos. Un Gryffindor, y orgulloso. No muy probable que fuera de ayuda para los Slytherins; en el primer año de Yoongi, Gerry lo apartó a un rincón y le dijo que, si pasaba algo, si le hacían algo malo, era mejor decirle a Gerry o el profesor Malfoy, porque Ryder probablemente no iba a ayudarlo.
—Ryder no hace nada—dijo Yoongi. Su cabeza le dolía; seguían teniendo esta conversación y Jungkook todavía no parecía entender.
—Lo haría si supiera qué tan malo es.
Yoongi quería llorar. Jungkook era bueno, y tenía buenas intenciones, y no lo iba a entender por el momento. —No le importa—dijo, tomando un sorbo de té, hecho justo como le gustaba. —Estoy en Slytherin. Pensará que debí haber hecho algo a Sadie para merecerlo, porque los Slytherin son malos, y horribles y asquerosos. Debí haber hecho algo a Sadie primero, porque de otra forma, ¿por qué haría eso? Es una Ravenclaw y los Ravenclaw son inteligentes y no son malos porque si eres malo vas a Slytherin.
—Yoongi-
Yoongi se dio la vuelta, y la sala de menesteres obligatoriamente le entregó el set de Gobstones que le compró a Jungkook en el verano antes de su cuarto año. Un poco dañado y con cicatrices, pero todavía funcionando. —Solo vamos a jugar, o algo. Olvídalo.
La boca de Jungkook se torció—Yoongi-
—Por favor—dijo tranquilamente—. Olvídalo—estiró la mano y tomó la hoja de detención, la dobló y la guardó en su bolsillo.
—Jugaré con el rojo—dijo Jungkook. Tomó la pequeña bolita tintineante, con el ácido dentro de ella, esperando salir.
—Verde.
Jugaron en un silencio incómodo y forzado; ninguno de los dos estaba jugando muy bien y después de la cuarta vez que Yoongi recibió ácido en su mejilla, Jungkook suspiró. —Quizás deberíamos ir a dormir—dijo—. Sigamos jugando mañana.
Yoongi mordió su lengua. Tengo detención mañana. En cambio, dijo: —Suena bien. Seré el verde de nuevo.
Quería pedir disculpas, pero no sabía cómo, o por qué lo haría, y sí estaba cansado.
Snape lo estaba esperando en las pinturas alineadas en el pasillo de Slytherin. No dijo nada, pero siguió a Yoongi a través de distintos cuadros, empujando a antiguos profesores a un lado, botando canastos con fruta de las mesas.
—¿No dirás nada? —preguntó finalmente Yoongi, deteniéndose fuera de la Sala Común. —¿Debería decirle a Ryder, o a Longbottom, o al Ministro de Magia? ¿Cuál recomendarías?
—Eres muchas cosas, Min, pero no eres un tonto, y apreciaría si no me tratases como si yo lo fuera—dijo Snape—. Ve a la cama. Y si soy arrastrado a un melodrama adolescente una vez más-
—Sí, sí, me arrancaras la cabeza y la venderás, lo tengo—Yoongi entró a la Sala Común, confundido cuando notó que Snape no lo siguió. Izzy, Alwyn y Max estaban acurrucados juntos en el sillón, durmiendo, y las dos chicas nuevas -de segundo año, ahora, las gemelas irlandesas- estaban jugando ajedrez y se detenían en cada jugada a bostezar y estirarse.
Yoongi tocó con sus dedos el tablero de ajedrez. —Quizá deberían irse a la cama—dijo, y las dos lo miraron sorprendidas. —Tienen un largo día de aprendizaje—lo dijo con el sarcasmo suficiente para que una de ellas se riera y ambas asintieron.
Luego sacudió al trío en el sillón para que despertaran. Izzy lo miró mientras parpadeaba. —¿Mañana?
—Noche—rodó los ojos y no dijo nada cuando los tres se dirigieron a la habitación de Max. Difícilmente podría decir algo sin sonar como un hipócrita, incluso si él y Damien dormían la mayoría de las noches en sus propias camas y no habían hecho nada desde aquella noche cuando ganaron el partido de Quidditch.
Lo que sea.
Damien estaba durmiendo cuando Yoongi llegó a su propia habitación y no era un maldito alivio. No lo era.
*
*
*
—Detención conmigo de nuevo—Malfoy firmó el papel.
Yoongi miró el papel. —Gracias, señor—Sadie no podía decir nada contra Malfoy firmando las notas de detención; era una buena escapatoria que encontró después de la primera detención que tuvo con Longbottom, replantando mandrágoras bebé.
Malfoy frotó aquel punto de su cien otra vez. —Hablaré sobre esto en la próxima reunión.
—Gracias, señor.
—Puedes ayudarme haciendo pociones para los de primer año—dijo Malfoy—una detención de nivel especialmente cruel para mi rufián favorito.
—Gracias, señor—dijo Yoongi, y esta vez lo decía en serio. Hacer pociones para que Malfoy le enseñara a los de primer año no era nada especial; simplemente era hacer Tónicos de Hígado, Cura para Resfriados y Cremas para Moretones una y otra vez, pero era mil veces mejor de lo que podría estar haciendo y Malfoy era, básicamente, una de las personas más geniales que conocía entre veinte.
(Aparte de Gerry. Gerry era una excepción, porque Gerry era Gerry).
Y desde la pintura que se encontraba arriba del escritorio de Malfoy se encontraba Snape, diciéndoles el terrible trabajo que estaban haciendo.
Era casi divertido.
*
*
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—En Víspera de todos los santos, siete almas solitarias se fueron...
Namjoon le lanzó un regaliz de licor a Seokjin; rebotó en su hombro y llegó hasta el lago, seguido del sonido feliz del calamar gigante al atacar el dulce.
—En Víspera de Todos los Santos...
—Acéptalo, eres un cuentacuentos terrible—le gritó Jimin, con un dulce en su boca y Taehyung en su regazo—. Que alguien más lo haga.
—No abandonamos el banquete para que intentaras hacer un tipo de orgia homoerótica en el bosque. Podría estar comiendo pie ahora mismo.
—Comes pie toda la maldita semana.
—Pie de Halloween.
—¿El mismo de siempre pero más naranja?
—¿Pie aterrador?
Seokjin suspiró y se sentó. Se escabulleron del banquete de Halloween a la mitad, y aunque Yoongi estaba seguro de que Malfoy lo vio irse, estaba igualmente seguro de que el profesor no le daría más problemas de los que ya tenía. Sadie le estaba dando detención una vez a la semana, quizás dos y estaba con el premio anual y le agradaban al calamar gigante. Estaban a salvo lo más que podían, especialmente en Hogwarts. —Si no puedo contar la historia, ¿quién lo hará? Todos saben que soy el mejor.
—Que Yoongi lo haga—dijo Jungkook. Sonaba un poco borracho, Yoongi creía que lo estaba. Hoseok hizo un excelente trabajo abasteciéndolos de alcohol ilegal esta noche; había latas y botellas esparcidas alrededor de ellos, listas para ser recogidas cuando despertaran en la mañana.
—No conozco historias de terror—Yoongi cerró sus ojos y descansó su barbilla contra el hombro de Jungkook. —Como esa acerca del payaso que fue visto por última vez en un pueblo, ese tipo de mierda. Elige a alguien más.
Hoseok contó una historia sobre un granjero que cortó un árbol de hadas y fue asesinado brutalmente por las hadas enojadas que vivían en él. Namjoon contó la historia de un hombre con una mano de gancho y un auto y Seokjin contó una larga historia que fue interrumpida cuando todos le tiraron regaliz.
(Algunas cosas nunca cambian).
Jungkook contó la historia sobre una mujer que pensó que su perro estaba lamiendo su mano cuando en realidad era un asesino. Taehyung estaba durmiendo. Jimin contó una historia que sonaba asquerosa hasta que se dieron cuenta de que era la trama de El juego del miedo y le lanzaron dulces.
—Vamos, Yoongi—dijo soñolientamente Jungkook—. Cuéntanos una historia y podemos irnos a dormir.
—Tú mamá—dijo Yoongi.
El regaliz dolía cuando rebotaba en tu cabeza y Hoseok tenía muy buena puntería para alguien que estaba muy borracho.
—Uh. Hubo una vez un chico...que se enamoró de una chica-
—Cierren la puta boca, malditos bastardos—Yoongi levantó los dos dedos de en medio a Namjoon—. Un chico que se enamoró de una chica, jódete, pero ella estaba casada.
—La asesinó de manera horrible—murmuró Taehyung en el hombro de Jimin.
—Pero estaba casada, así que la veía irse al trabajo todos los días, en el autobús, cierto, porque ambos tomaban el mismo autobús. Y se sentaban y jugaban juegos en sus celulares porque ella era muy amigable y él estaba un poco solo y era un perdedor, pero a ella no le importaba.
—Y un día el hombre se dio cuenta que estaba enamorado de ella...
Yoongi se dio cuenta que la mayoría estaban dormidos—Se enamoró—dijo malhumorado—. El amor es el monstruo horrible. Jódanse todos, quiero un Bafta.
—El amor es el monstruo horrible. Eso es muy profundo—dijo Jungkook, y se quedó dormido, con su brazo envuelto alrededor de Yoongi, su boca un poco abierta y sus ronquidos muy muy fuertes.
Yoongi simplemente suspiró y se movió para sentarse de forma apropiada en el regazo de Jungkook y se quedó dormido, esperando que nadie lo matara por hacer esto cuando su novio estaba sentado en el castillo por su cuenta después del banquete.
Yoongi se sentía como un maldito y no sabía cómo arreglarlo.
*
*
*
Solo estaba él, solo él y Amanda Relly en la clase de Adivinación de Bloom y Yoongi no pudo evitar sentirse aliviado al saber que había alguien lo suficientemente tonto aparte de él para ser cualificado en una materia tan horrenda. A la profesora Bloom le gustaba que llevaran sus sillas hasta su escritorio y tomaban té y hablaban sobre sus vidas y, al final de la clase, a Bloom le gustaba compartir sus tazas.
Yoongi tomó la de Bloom y le dio la suya a Amanda. Bloom era difícil de leer; sus hojas de té estaban revueltas, pero cuando entre cerró los ojos y giró la taza creyó ver felicidad. O algo. —¿Está feliz? —dijo. Preguntó, en realidad. —Um. Perdón. No puedo ver nada más que eso.
—Estoy feliz, así que acertaste—dijo.
Yoongi dejó la taza en el escritorio, esperando a que Amanda le entregara su taza. La chica parpadeó al ver la taza de Yoongi, se veía confundida. —¿Uh? ¿Yoongi? Algo sobre un chico. Y... que mal interpretaste una predicción.
Bloom asintió, tomó la taza y las intercambiaron. Amanda le dijo un montón de cosas a Bloom, y Bloom asentía como si tuviera sentido. Luego le decía a Amanda que sus hojas de té hacían parecer que tenía cuatro orejas.
El E.X.T.A.S.I.S de adivinación era, honestamente, ridículo.
Bloom les entregó tarea: un ensayo sobre la diferencia de la lectura de hojas de té y las cartas de tarot, lo que hizo que Amanda se quejara porque no había estudiado las cartas de tarot y eso era horas y horas de estudio extra solo para tenerlo listo el viernes.
Yoongi tomó su bolso y dejó salir un suspiro. Sí. Cartas de tarot. Que molestia.
Bloom parecía esperar grandes cosas de él.
¿Qué fue lo que vio? Jungkook, besando a una persona con la cara borrosa, alguien llorando y Damien gritando.
—¿Profesora?
Amanda se había ido y Bloom se encargaba de lavar las tazas, moviendo su varita y murmurando el hechizo para invocar jabón y una esponja para que lo hiciera por ella. Sus manos estaban rojas donde las sumergió en agua caliente y sus ojos estaban abiertos de par en par; se veía tan loca como siempre. —Yoongi. ¿Qué puedo hacer por ti?
—¿Qué significa niebla? En una predicción —miró hacia arriba y vio a Snape, mirando por encima de su hombro—. Uh. Hipotéticamente.
—¿Neblina?
—¿Sí?
—Por lo general, significa que el adivino no está viendo lo que cree que ve—dijo Bloom. Con un movimiento de su varita, las tazas volaron de regreso junto a la tetera. —Significa eso, o que...la niebla es alguien que no puedes imaginar. O algo que no puedes imaginar.
—Gracias.
—¿Pude ayudarte?
—Sí.
En realidad, no, pero Yoongi no se lo dijo. Solo sonrió y luego corrió tan rápido como pudo desde la torre hasta las mazmorras, evitando a Sadie y a la mayoría de los estudiantes en su camino.
*
*
*
El día antes de que terminara el trimestre, Yoongi estaba intentando desesperadamente cubrirse la nariz ensangrentada y la mejilla magullada con el maquillaje que Izzy le prestó a regañadientes, antes de tener que encontrarse con Jungkook, antes de la inevitable pelea de gritos, la discusión forzada y los horribles silencios. Estaba siendo observado por la fantasma que vivía en los baños, una chica llorona que no decía nada cuando Yoongi intentaba hablar con ella; siendo observado por ella y por un pequeño ratón, chillando junto al cubículo vacío más cercano.
—No cubres los moretones de esa forma—dijo eventualmente la chica fantasma. Yoongi creía que su nombre era Maureen...o quizás Myrtle.
Yoongi cerró sus ojos y apoyó su frente contra el espejo. Si agudizaba el oído, podía escuchar el coro fantasma cantando sus villancicos, y si se esforzaba mucho y añadía algo de imaginación, podía escuchar a Seokjin y Namjoon lanzando oropel a los de primer año mientras bebían Whisky de fuego en botellas de cerveza de mantequilla, solo deteniéndose para besarse en la mejilla como niños pequeños debajo del muérdago. —¿Cómo cubres los moretones, entonces? —Preguntó. Odiaba esto. Odiaba casi todas las cosas.
La fantasma Myrtle/Maureen le enseñó, explicándole como esparcir cosas pegajosas y delgadas sobre su mejilla. Sin embargo, la piel de Izzy era un poco más morena que la de Yoongi, así que se veía mal. Se veía como un encubrimiento.
—¿Estarías más molesta si supieras que tu amigo fue herido o al saber que intentó esconderlo de ti? —Yoongi se miró en el espejo y luego comenzó a limpiar la sangre con la manga de su camisa. Parecía familiar.
(Cubrir su cara con niebla, quizás, entonces lo reconocería. Dios, sí era un idiota)
—Me molestaría con cualquiera—dijo la fantasma—¿Quién es tu amigo? ¿Lo conozco? Solía conocer a un chico de Slytherin, sabes. Venía hasta mí y lloraba, y lloraba. Y luego...oh, alguien lo hirió. ¿Quién fue?
Yoongi se encogió de hombros con indiferencia y comenzó a limpiar su cara. Contra su piel, pálida por el frío del castillo, el moretón destacaba como si fuera un durazno marcado.
—Draco Malfoy—dijo soñadoramente Myrtle/Maureen—. Con el cabello bonito. Y no estaba comiendo, ese año, con el estrés...y venía y lloraba con sus ojitos bonitos. Por supuesto, Harry Potter lo arruinó todo, y tuve que ir a buscar a Draco yo misma. Estaba todo ensangrentado y triste, y bonito como siempre.
La antigua historia. —Sé sobre eso—dijo Yoongi—. Nosotros...—dejó soltar una risa temblorosa, pero fingió que no lo hizo—Lo llamamos Harry Maldito Potter.
—No me agrada—dijo la fantasma—. Pensé que era mi amigo, pero...
—Creo que voy a herir a mi amigo—le dijo Yoongi. Vio por encima de su hombro, pero cuando miró el espejo, la fantasma era solo una masa plateada, apenas estaba allí—Estará triste, no importa lo que haga. No es como si quisiera...que me golpeen, o lo que sea.
—Quizá se preocupa por ti.
—Quizás lo hace.
—Buena suerte—dijo Myrtle/Maureen, cuando estaba marchándose, con la cara llena de manchas de maquillaje y agua del grifo y sin lágrimas—. Si te acuerdas, deberías decirme qué tal todo. Es muy aburrido, llorar en los baños y asustar pequeñas niñas muggles cuando se están lavando las manos.
—Estoy seguro de que lo es—dijo Yoongi. El baño estaba solo a un piso de la Sala de Menesteres, de Jungkook y una pelea, y Yoongi estaba tenso incluso antes de poner sus ojos sobre Jungkook y esta no era la mejor manera de tocar todo este tema, pero estaba cansado.
Snape lo siguió a través de las pinturas, pero Yoongi no le dijo nada y Snape no le dijo nada a él y Yoongi lo ignoró para que el silencio no fuera incómodo.
Lo fue, sin embargo, cuando Jungkook levantó la mirada de la mesa en la Sala de Menesteres y Yoongi pudo ver como sus dientes se apretaban, su mandíbula apretada a través de sus mejillas. El tablero de ajedrez estaba al lado de la tetera, la cual humeaba; las piezas de ajedrez estaban hablando ente sí antes de que comenzara la partida. —¿Quién fue esta vez? —preguntó, con un aire calmado ya practicado—¿Sadie? ¿Alguien más? ¿Qué hiciste esta vez?
—Izzy estaba ahí—dijo Yoongi, cerrando la puerta—. Izzy es más pequeña que yo.
—¿Y eso qué?
—Seré negro, si jugamos ajedrez.
—No vamos a jugar ajedrez.
—Tú lo preparaste—dijo Yoongi. Se sentó. Todavía podía sentir su nariz goteando, todavía palpitaba por el golpe, pero si se fregaba la nariz solo enojaría más a Jungkook, atraería más atención. —. Sería un desperdicio de un tablero si no jugamos ajedrez, ¿cierto? Tú serás blanco.
Las manos de Jungkook eran puños, cerrados fuertemente. —Eres malditamente ridículo. Mírate, Yoongi, demonios, pelea de vuelta o algo. No recibas simplemente-
Verán, Izzy estaba sola. Caminando a Herbología por los pasillos, y Yoongi estaba yendo a la Sala Común para intentar estudiar un poco antes de la cena. E Izzy no los había visto, tres Hufflepuff gigantes del equipo de Quidditch, pero Yoongi sí y Izzy era muy pequeña y lloraba cuando alguien le gritaba y Yoongi nunca olvidó -jamás podrá olvidar- a Chester huyendo, a Izzy en el suelo de las mazmorras gritando y sosteniendo su brazo.
Así que él simplemente-
—Te importan los más pequeños, bueno, eso es simplemente fantástico, te mereces una medalla de oro-
—Jungkook-
Así que simplemente tocó el hombro de uno de ellos y le preguntó cuál era su problema. Vio a Izzy con sus ojos abiertos de par en par, corriendo lo más rápido que podía al invernadero, con su cabello flotando.
Jungkook se veía mal y enojado. —¡Puedes preocuparte de los demás sin tirarte al suelo y aceptarlo, maldita sea!
—¡Es la forma más fácil!
—¿Fácil para quién? ¿Para ti?
Izzy lo encontró después y depositó el maquilla en su mano, lo abrazó fuertemente y dijo muchas gracias lo siento tanto y eso hizo que valiera la pena. Yoongi puso un pañuelo contra su nariz, acarició su cabeza y la vio irse de nuevo y esa es la cosa.
—No me importa si yo- lo que sea—dijo Yoongi, deseando que Jungkook lo entendiera—. Pero no podría soportar si ellos- y yo no hice nada-
—Así que importa solo si es alguien más que tú—dijo con voz apagada Jungkook—. Eso es lo que estás diciendo. Vienes aquí todo golpeado y se supone que solo debo ignorarlo y jugar ajedrez.
Yoongi cruzó sus brazos y no se movió cuando Jungkook se puso de pie, ¿y cuándo Jungkook se volvió más alto? ¿Cuándo pasó eso? —Tienes que aceptar el hecho de que puedo hacer lo que quiera. Soy más grande que tú.
—Sí, y tomas malas decisiones.
—No te tiene que importar—dijo Yoongi, y todo está resultando mal. Malmalmal. —No te tiene que importar, no quiero que te importe-
Y entonces se congeló.
Está resultando mal. En la bola de cristal vio a Jungkook con lágrimas en sus ojos, gritándole a un hombre con la cara borrosa, y se dio cuenta con enferma satisfacción lo bueno que era en adivinación.
—Tú no- —Jungkook parpadeó. Estaba llorando, o, no llorando, pero sus ojos estaban brillosos y húmedos—. ¿No quieres que me importe? —Llorando y gritando—Sí, eso es malditamente fantástico, la amistad es solo de un lado aquí, no se supone que me importe una mierda si mi mejor amigo llega con un maldito brazo roto-
—Ahora estás exagerando-
—Sí, claro, ¡porque no debe importarme! ¡¿Qué mierda crees que es esto?!
—Tú no eres- no quiero que tú-
Jungkook abrió los brazos de par en par, horriblemente melodramático en la peor de las formas, las lágrimas se arrastraban vergonzosamente por las esquinas de sus ojos. —¿Por qué-? Oh, no necesitas que me importe, tienes a Damien para eso, solo estoy aquí para- para-
—Damien, ¿por qué estamos hablando de Damien-?
—No sé, tú dime por qué estamos hablando de Damien.
—Tú lo mencionaste—toda la cara de Yoongi dolía y quería llorar, pero sabía que los moretones de sus mejillas lo odiarían si se movía—. Yo- Jungkook-
—No importa, porque no se supone que me importe—Jungkook intentó limpiarse sus mejillas, pero nuevas lagrimas cayeron incluso antes de que bajara su mano—¿No es así?
Yoongi tragó el grueso nudo en su garganta—Simplemente déjalo.
—Lo he estado dejándolo por cuatro años—dijo Jungkook. Estaba triste y herido y enojado y eso era culpa de Yoongi—. Cuatro años- no puedo soportarlo, Yoongi, no puedo soportar que actúes como si no importaras lo mismo que el resto por un maldito resultado de una prueba de personalidad-
—No es eso-
—Entonces dime qué es—dijo Jungkook—. Me vuelves loco.
Yoongi abrió su boca, luego la cerró, en los largos segundos que siguieron. Su corazón latía fuertemente y su nariz dolía, y creía que su ojo probablemente se pusiera morado mañana, al igual que su mejilla y no quería tener esta pelea. No ahora. —Lo siento—comenzó a decir, y Jungkook hizo un pesado sonido.
—No quiero que lo sientas—dijo—quiero que tú no...hagas esto. Quiero que tú-
—Jungkook-
Se fue, entonces, salió por la puerta mocoso y llorando, azul y bronce y brillante. Dejó a Yoongi con un juego de ajedrez burlándose de él y una tetera, todavía llena, a un lado de dos tazas. Limpió su cariz. Tocó su mejilla, a pesar de que dolía, porque sentía que merecía algo así.
Volvió a la Sala Común, eventualmente, y le devolvió su maquillaje a Izzy e ignoró sus miradas inquisitivas y la compañía de Damien lo hacía sentir peor, no mejor.
El coro fantasmal cantaba O Come Emmanuel y si Yoongi se acurrucó con la almohada entre las piernas y las sábanas en la boca para que Damien no lo escuchara llorar, bueno, eso era asunto suyo y de nadie más.
Lo que sea.
No importaba, de todas formas. Jungkook tenía razón.
Yoongi simplemente era un imbécil, eso era todo, y ese era el final.
*
*
*
Lo bueno de ir a casa por el receso de navidad era algo de perspectiva. En teoría. Yoongi extrañaba a sus amigos muggles, Nathan y Josh, y extrañaba el no entrar en una crisis cada vez que se iba a dormir porque compartía habitación con un chico al cual no amaba, y extrañaba comprar Haribos y Cadburys sin que explotaran, se convirtieran en rana o algún otro encantamiento que los dulces no deberían tener.
Era un purista. ¿Qué con eso?
Además, Nathan y Josh eran excelentes amigos para conversar, porque no sabían nada sobre Slytherin, Ravenclaw o Harry Maldito Potter. Hasta donde ellos sabían, Yoongi iba a una escuela en Escocia y volvía a casa para que pudieran quejarse de la burguesía y burlarse de Boris Johnston poniendo trapeadores en su cabello.
—Amigo, tienes que terminar con Damien, inmediatamente—dijo Nathan en su habitación mientras jugaba GTA V y su hermano pequeño soltaba groserías—Eso es como tu gran problema. Santa madre.
Tercera perspectiva, eso era. Yoongi miró melancólicamente su rodilla. —Pero me gusta Damien. No quiero herirlo.
—¿Te acuerdas esa vez que cogí con Chloe y luego fui y comencé a salir con Katherine sin decirle a Chloe primero, y Chloe vino a mi casa y me golpeó en las bolas y comencé a llorar?
—¿No?
—Oh. Bueno—Nathan frunció el ceño—Bueno, imagina eso, pero Chloe es Damien, así que a lo mejor sabe exactamente dónde dolerá. Probablemente deberías decirle.
Yoongi dejó salir una sonrisa. —No me dijiste que estabas saliendo con Katherine.
—Rompió conmigo después de que Chloe le dijera que era un imbécil.
—Oh.
Lo que estaba bien. Yoongi pasó mucho tiempo en la casa de Nathan, recibiendo consejos amorosos de los muggles más inteligentes que conocía y jugando GTA y gritando groserías a niños de doce años a través de Xbox.
Y luego, en algún momento, apareció Gerry sobre una escoba con su barba llena de escarcha y sus manos rosadas y azules en el jardín de Yoongi. En retrospectiva, quizás Yoongi no debió hacer su carta tan melodramática y vaga, pero nunca esperó que Gerry apareciese con una tarta de manzana casera para la mamá de Yoongi y un brillo en sus ojos para Yoongi.
Era 27 de diciembre, y la madre de Yoongi estaba tan sorprendida por la llegada de un hombre irlandés gigantesco -y una tarta-, que no dijo nada cuando Gerry arrastró a Yoongi fuera de casa.
—Llévame al bar más cercano—dijo Gerry. Estaba usando túnica. En la bonita área residencial muggle de Yoongi, estaba usando túnica y tenía un brillo maniático en sus ojos y acento irlandés. Yoongi estaba sorprendido de que nadie lo hubiera reportado por terrorismo aún.
—Si te vieras menos loco, lo haría—dijo Yoongi—. Hola, señora Daly. Sí, este es mi amigo de la escuela-
Gerry saludó animadamente con la mano a la anciana.
—Amigo. Tienes escarcha en tu barba.
—No, no tengo.
—Sí, sí tienes.
—No es mi culpa que el océano irlandés sea tan frío.
—No tenías que venir aquí—Yoongi señaló un bar y dejó que Gerry entrara primero—. Simplemente podrías haberme respondido por carta y haber dicho, oye, eso apesta, déjame darte consejos sobre relaciones como el hombre maduro de veintidós años que soy, en vez de cruzar el océano irlandés en una escoba en maldito diciembre solo para que pudieras beber. En un bar. Los cuales tienes bastante, porque vives en irlanda.
—Dos cervezas—dijo Gerry al chico detrás de la barra—. En serio, Yoongi, que pesimista. Me alegro de haber venido. Claramente necesitas la terapia.
Yoongi ahogó su grito en la manga de su suéter, pero cuando las cervezas llegaron a la mesa, no se quejó. Bien podría recibir cerveza gratis con un poco de humillación por navidad, de todas formas.
—...y es por eso por lo que soy un imbécil.
Gerry asintió pensativo, acariciando su barba. (Había estado acariciando su bigote hasta que Yoongi le dijo que se veía como un idiota, y ahora estaba intentando verse como un irlandés sabio, pero sin inteligencia o vello facial.) —No creo que seas un imbécil.
—Oh, gracias.
—Creo que eres un idiota, pero no un imbécil.
Yoongi quitó la espuma de su cerveza con el pulgar y lo llevó a su boca. —¿En dónde estoy siendo un idiota? ¿Damien o Jungkook?
—Con Damien es simplemente porque todos los jóvenes son unos idiotas cuando de romance se trata—dijo Gerry, y Yoongi decidió no mencionar aquella vez hace un año que Gerry dijo que se había enamorado de una de las guías del Museo Nacional de Dublin e intentó aprender a pintar para poder coquetearle—. Damien- lo vas a herir ya sea termines con el ahora o en un año. Pero dolerá más en un año porque habrás estado pensando en eso por todo ese tiempo, y el lo sabrá.
—¿y qué pasa si no lo supiera?
—Entonces te sentirías como la mierda—Gerry le acercó el vaso de cerveza a Yoongi—. Y no quieres sentirte como la mierda. Ese es mi punto, toma. Intento hacerte sentir menos mierda.
—Pensé que me ibas a dar consejos sobre cómo disculparme con Jungkook y Damien.
—No pidas perdón por cosas que no has hecho todavía.
Yoongi parpadeó. —Estoy bastante seguro de que ya la cagué con Jungkook. Estaba furioso, Ger, no lo viste. Estaba tan enojado que lloró.
—¿Y nombró a Damien?
—Sí. Fue raro.
Gerry sacudió su cabeza solemnemente. —Y no tienes idea de por qué hizo eso, ¿cierto?
—No, y es molesto.
—Eres un joven tonto, Yoongi Min—Gerry sonrió—. Dile a Damien la verdad y comienza a decirle a Malfoy cuando la gente te haga cosas. Yo no fui capaz de detener esas cosas, pero eres amigo de Seokjin, y eres el punto débil de Malfoy y la Profesora Bloom, y ella tiene más influencia de la que crees. Comienza a decirle a las personas la mierda que está pasando, y si alguien intenta nombrar a Potter, pégales lo más fuerte que puedas y huye.
—Ese es un mal consejo—dijo Yoongi, pero sus orejas estaban rosadas y su corazón se sentía cálido—Gracias, Gerry. Eres un buen amigo.
Gerry se quedó tres días y se comió casi toda la tarta que trajo, pero a Yoongi no le importaba.
Tenía cosas que hacer cuando volviera a la escuela. Y no sería bueno, pero tenía que hacerlo, tenía que hacerlo, incluso si solo pensarlo lo hacía sentir enfermo.
*
*
*
El semestre volvió el 5 de enero. Epifanía.
—Hoy es el día en que los Reyes Magos visitaron a Jesús—le dijo la profesora Bloom, cuando se lo encontró en los pasillos mientras arrastraba su bolso hasta la Sala Común de Slytherin.
—Le llevaron regalos. ¿Tú recibiste algún regalo?
—Recibí un nuevo set de huesos—le dijo—. Para lanzar.
—Tienes que mostrármelos.
—¿Ahora?
Parpadeó detrás de sus lentes. —¿Los tienes aquí contigo?
Lo que hizo que Yoongi se sonrojara, o algo así, porque tenía la bolsa en su bolsillo, traqueteando. Sus padres debieron haber gastado una pequeña fortuna en ellos; eran huesos, huesos de verdad, aunque probablemente no eran humanos. Se supone que debía tomar seis huesos de forma aleatoria y sacudirlos, para luego lanzarlos al piso y ver qué podía leer dependiendo del patrón en el que cayeran. Entre la multitud de estudiantes que se apresuraban a sus dormitorios, Bloom lo llevó a un salón, sus perlas y brazaletes alrededor de su muñeca la hacían ver incluso más ligera de lo que era.
—Oh, son un buen set.
—Me gustan—admitió, dejando su bolso en la mesa más cercana—. Son muy...claros.
—Claros—repitió Bloom—¿Hay otras cosas que no son tan claras?
—Um. No me gustan las bolas de cristal.
Ella sonrió de forma mordaz y tomó seis de los huesos del tamaño de un dedo pequeño en su palma; cuando los sacudió, traquetearon y chocaron juntos. —A mucha gente no le gustan. Entonces, ¿las hojas de té?
—Sí, supongo—Yoongi la observó mientras sacudía los huesos—. Y las cartas de tarot. Pero en su mayoría el té...y estos, supongo.
—¿Qué viste cuando los usaste por primera vez?
Yoongi había visto tristeza, en realidad, cuando los sacudió la mañana de navidad, los huesos traqueteando en la alfombra. Tristeza y alguien herido, mucho dolor, y lo había frustrado demasiado porque no importaba cuál era su intención, seguía viendo dolor. Quizás pasaría sin importar qué hiciera.
No de mucha ayuda. No le dijo a Bloom eso. —Vi que mi amigo venía de visita, y luego lo hizo, como dos días después.
—Oh, muy bien—Bloom los lanzó en el escritorio, seis huesos pequeños arrojados en un determinado patrón. Sus uñas trazaron sus marcas; eran largas y rosadas, del color de una concha, con pequeñas margaritas en los pulgares. —Eso es interesante. Me gustan estos, Yoongi. De verdad me gustan.
Yoongi tragó saliva. —¿Qué es lo que ve?
—Es sobre ti—dijo, mirándolos con la intensidad desconcertante a la que Yoongi estaba acostumbrado, viéndola hablar con una clase llena de gente como si solo fuera una conversación—. Una predicción sobre ti, aunque me atrevo a decir que no es una profecía.
—Oh. Genial.
—Genial de verdad—murmuró—. El punto esencial parece ser que el sol más brillante sale después de una tormenta. Temo decir que tu año no está siendo demasiado bueno.
—No necesito huesos para que me digan eso—murmuró y tomó la bolsa de los huesos de su mano una vez los guardó—. Gracias, profesora. Yo- la tarea fue buena. Me divertí.
(La tarea: ve afuera, escoge una persona, y devuélvete e intenta adivinar su futuro. Bloom aceptaría que ellos le dijeran si tuvieron éxito o no, y Yoongi predijo la muerte de un hombre, veinte años en el futuro en un accidente automovilístico, y lo había traumado por casi toda la víspera de navidad).
(Aún así fue divertido. Lo intentó unas veces más; una mujer comenzando un nuevo negocio, una niña sosteniendo la mano de su madre...).
Bloom lo dejó con una sonrisa un tanto enigmática, y Yoongi tuvo que volver a los dormitorios solo. Vio a Jungkook en el pasillo e hizo que su estómago se sintiera enfermo, como si se fuera en picada, pero los ojos de Jungkook pasaron a Yoongi como si Yoongi no fuera alguien por quien sentir interés, y Yoongi estaba demasiado ocupado intentando decidir si eso era bueno o no para poder llamarlo. Quizás era para mejor.
—Así que le dije jódase, señor y le levanté el dedo de en medio y escapé antes de que me mataran—Alwyn estaba chillando, contando algo de forma dramática mientras Max e Izzy lo animaban. Edie-Maude estaba jugando ajedrez con Samantha y Damien estaba cerca de la chimenea mientras leía un libro, y el sentimiento de estar enfermo se agravó en el pecho de Yoongi.
Estaba jodido. La había jodido. De verdad.
—Hola, tú—dijo Damien, arrugando su nariz mientras sonreía de forma cariñosa—¿Cómo estuvieron tus vacaciones?
—Estuvieron bien—dijo Yoongi. Damien intentó besarlo, pero Yoongi pretendió no haber visto y señaló el dormitorio. —Voy a... desempacar.
Se escabulló, seguido de los gritos de Max e Izzy intentando demostrar con un plátano y un paquete de galletas de jengibre cómo exactamente eran las películas que había encontrado en la habitación de su hermano durante las vacaciones.
Los huesos sonaron en el bolsillo de Yoongi. Gerry le dijo que debería decirle a Bloom o a Malfoy, y lo haría, tan pronto como solucione lo de Damien y el Quidditch, oh, dios el Quidditch. ¿Cómo iban a jugar con el equipo dividido? ¿Cómo iban a jugar?
Yoongi pellizcó su muslo fuerte y tiró los huesos sobre su almohada. Seis de ellos se salieron de la bolsa.
Quizás era casualidad, el número de huesos que cayeron, el patrón que se formó en su almohada, pero Yoongi se había encontrado a sí mismo siendo demasiado bueno en Adivinación para creer que era una coincidencia. Cuando giró su cuello, creyó que podía leerlo; esperaba que pudiera, de todas formas. No importa qué camino escojas, ahí habrá tristeza. Pero la dirección en la que un hueso apuntaba señalaba esperanza y buenos tiempos.
Yoongi nunca había sido optimista.
—¿Estás bien?
Damien.
—Hola—graznó Yoongi. Lo hacían ver tan fácil en los libros. Y en las películas, incluso si la mayor experiencia de Yoongi con ellas eran los gritos de Colin Firth, vestido en ropas de periodo y mojado por razones dudosas. Irrelevante. Ni él ni Damien eran Colin Firth, y se veía mucho menos divertido. ¿Cómo comenzabas?
Damien se sentó en la cama de Yoongi, con sus piernas balanceándose. Todavía estaba con su ropa muggle, la sudadera grande, los jeans y se veía suave y tierno y Yoongi podría hacerlo funcionar. Falsamente, pero podría.
No seas un cerdo, susurró el Gerry que vivía detrás de su cabeza.
—En serio—dijo Damien—¿Estás bien? Te ves- ¿dormiste?
—Damien—susurró Yoongi, su voz áspera y pequeña—. Creo que necesitamos terminar.
*
*
*
—Te traje chocolate caliente.
Yoongi, con una horrible cobija tejida a crochet sobre su cabeza, le gruñó a Izzy a través de los agujeros de las costuras. Estaba en su camisón, adornado con Peter Rabbits porque Izzy era la bebé incluso si había niños más pequeños que ella, y toda la casa de Slytherin ya se había acostumbrado a ignorar, oficialmente, la tetera que Max escondía en su habitación, para que ellos pudieran tener fiestas de té cuando quisieran. También había decidió ignorar, oficialmente, como Izzy, Alwyn y Max dormían en la habitación de Max, porque honestamente había cosas que Yoongi realmente no quería imaginar. —Gracias—le dijo, luchando para salir de la cobija—. Siento como si tus padres se hubieran separado. Yo estoy en el sofá.
Izzy sonrió suavemente. Su cabello estaba desatado, pero todo ondulado por haber estado atrapado en dos trenzas durante tanto tiempo, y le caía sobre sus hombros. —Eres el mejor papá de la casa.
—Sí, claro—era lo propio de los Cadburys. Los padres de Max estaban forrados, y le enviaban por correo paquetes llenos de dulces de marcas costosas, un montón de chocolates y botellas de coca coca y fresas de gominola, y Max compartía porque Max era un regalo de Dios para todos los jóvenes del mundo.
—¡En serio!
Yoongi frunció el ceño con la orilla de la taza en su boca. —No tendré esta conversación contigo.
—Me dijiste que huyera aquella vez. Y esa otra vez. Y llamaste a Malfoy, esa vez con Chester.
—Esas son cosas normales, cosas que la gente hace.
Izzy tiró de su pijama. —Cállate, estúpido. Estoy intentando tener un momento contigo.
—Sí, claro.
Se quedó en silencio por un momento. Luego: —¿De verdad terminaste con él?
Yoongi acaba de terminar de llorar, y en de verdad no se sentía con ganas de empezar de nuevo, así que se encogió de hombres e intentó no hablar mucho. —Tenía que hacerlo.
—¿Y te echó?
—Se siente raro llorar por tu exnovio en la misma habitación cuando él está haciendo lo mismo.
Izzy pateó su pie—Deja de estar tan triste, maldito.
—Estaré triste si quiero estarlo.
—Idiota.
Yoongi hundió sus dedos en la gruesa pasta de chocolate sobre la taza, lo lamió y saboreó el rico sabor. —Izzy...
Le besó en la mejilla, de forma sabe y dulce—Mi habitación no está siendo usada por el momento—le dijo—. Lo sabes. Duerme ahí, ¿está bien? No queremos que te de artritis cuando ya eres un hombre viejo.
—Jódete—dijo. Ella sonrió y se levantó para irse, y Yoongi le tomó su muñeca. —Espera, Izzy, gracias. De verdad.
—No eres un chico malo, Yoongi—le dijo—. Y eres el mejor superior que podríamos tener.
—No soy Gerry.
—No queremos a un bastardo irlandés loco—le dijo cariñosamente—. Te tenemos, y estamos bien con eso. Tú también deberías estarlo.
—Mm.
Se llevó a sí mismo, con la cobija y todo, a la habitación de Izzy, la cual parecía no haber sido usada por meses, quizás en todo el año, y sus sábanas tenían un lindo patrón de rosas y la almohada era lo suficientemente negra, y cuando Yoongi levantaba su cabeza, podía ver el patrón que sus lágrimas dejaron.
Golpeó la almohada y enterró su cabeza en ella, e intentó dormir unas cuantas horas. Todo apestaba. Nunca más iba a tomar el consejo de Gerry.
*
*
*
Seokjin y Namjoon comenzaron a salir a la mitad de enero, lo cual no hacía nada para ayudar con el estado de ánimo que de a poco iba en picada de Yoongi. Intentaban mantener el contacto físico al mínimo, pero había un límite de veces en las que Yoongi podía encontrar a Namjoon restregándose en el regazo de Seokjin antes de comenzar a evitar hacer las tareas en el lago. Y tampoco ayudaba el hecho de que Jungkook todavía era amigo de Jimin y Taehyung, y Jungkook ya no miraba a Yoongi a los ojos cuando intentaba hablar. Era como si, para Jungkook. Yoongi había desaparecido.
Y la Sala Común era incómoda también, de forma intolerable. Damien se iba de la habitación cada vez que Yoongi entraba y los niños, los más jóvenes, los miraban como si fueran espectadores de un partido de tenis, con los ojos bien abiertos y curiosos. Yoongi se estaba cansando de la forma en que la túnica de Damien se sacudía cada vez que se alejaba. Había movido la mayor parte de su ropa de su dormitorio hacía el de Izzy, lo que significaba que Max aceptó que nadie protestaría sobre ellos tres siendo asquerosos y sentimentales y demostrando lo enamorados que estaba y donde sea que Yoongi miraba, veía parejas felices. No hacía nada para ayudar con su ánimo.
—¿Qué base usarías para una solución de hígado?
—Agua—murmuró Yoongi. Estaba sentado mientras estudiaba, en la cama de Jimin con sus piernas estiradas en la pared. —Agua...o vinagre, depende.
—Sí. ¿Depende de qué? —Jimin giró la página, el sonido era demasiado fuerte en la habitación vacía.
—Dependiendo de... ¿la fuerza de la solución? No, mierda, eso está mal. Uh. La velocidad...de la solución. La velocidad de su efecto. Sí.
—Lo tienes—Jimin cerró el libro e hizo sonar sus dedos sobre la portada—. ¿Por qué estás estudiando? Te lo sabes de memoria.
—Para estar preparado.
Jimin suspiró y Yoongi se alegró de que no pudiera ver su cara. —Amigo...no sé qué pasó entre tú y Jungkook, pero si eso es lo que te molesta- o si es Damien- simplemente...tienes que hablar con ellos, no estudiar pociones como un maldito nerd. No puedes simplemente enterrar tus emociones en los E.X.T.A.S.I.S.
—Puedo intentarlo—dijo Yoongi, más que nada al techo de Jimin que a Jimin.
—Sí, mira cómo está resultando eso.
—Jódete.
Jimin suspiró y abrió el libro. —Método que usarías para hacer la cura más efectiva para la tos.
—Doblemente destilada.
—Sí, genial. Bien hecho.
Yoongi le levantó el dedo de en medio, pero no había energía en ello, y no estaba imaginando la tristeza en el suspiro de Jimin mientras cambiaba la página.
*
*
*
Cuando Yoongi entró a la biblioteca un día en febrero, vio a Jungkook y quería simplemente hablar con él, pasar el rato juntos como siempre lol hacían. Pero alguien detrás de él gritó "¡eres un mortifago loco, Min!" y la cara de Jungkook se tensó y Yoongi se giró, le levantó el dedo a los Ravenclaws y se fue.
*
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Gerry le dijo que era un idiota, pero que hizo lo correcto. Yoongi creía que Gerry simplemente estaba siendo agradable, pero no tenía el corazón para decírselo.
*
*
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La sala de Menesteres no se había movido, pero cuando Yoongi estaba caminando de un lado a otro pensó sobre la catedral y la bola de cristal rota, no sobre la habitación suave y cómoda con la tetera y el juego de Gobstones. Ese lugar tenía escrito Jungkook en todas partes, y siempre y cuando Jungkook decidiera mantenerse lejos, también lo hacía Yoongi. Eso era un problema para el futuro. Por ahora, sacó la pintura de la pared, Snape salió del cuadro de las uvas y caminó dentro de la habitación con mucha más confianza que la primera vez.
La bola de cristal seguía ahí, rota en el piso, y no había un reemplazo en el pedestal. Había una mesa larga, grande y negra en el centro, y no estaba ahí antes.
—Es para tus huesos—le dijo Snape, cuando Yoongi levantó el cuadro—. Los huesos. Lánzalos y observa lo que ves.
—Estoy harto de Adivinación—dijo Yoongi—. No quiero hacerlo.
—A la adivinación no le importa si quieres hacerlo o no.
—Pensé que era un maestro de Pociones, no de Adivinación—Yoongi dejó el cuadro en la mesa, metió sus manos en sus bolsillos y sacó la bolsa con los huesos—. No me importa la adivinación, ¿está bien? No quiero hacerlo y no soy bueno en ellos, y-
—A la adivinación no le importa si quieres hacerlo—repitió Snape, tranquilo y frustrantemente calmado—. Eres bueno en ello sin importar tus sentimientos personales sobre el asunto.
—¡No me importa!
Importa...Importa...Importa...resonó en la catedral, rebotando en el techo curvado y en las paredes con mosaicos. Cuando la palabra alcanzó a Yoongi de nuevo, rebotando hacía ellos, se sintió pequeño, estúpido y tonto, pero no importaba. Lo hecho, hecho está.
—Eso es fantástico—dijo Snape—. No te importa. Estoy tan feliz por ti.
—Cállate—Yoongi sacudió seis huesos al azar en sus manos y los lanzó enojado en la mesa—¡Mira! Tristeza, muerte, ruptura, es todo lo que puedo predecir estos días- —y se calló, mirando los huesos—. Oye- eso es raro.
Snape se estaba balanceado arriba de una naranja, intentando darle un vistazo al patrón—Léelo para mí.
Yoongi trazó uno de los huesos, el más cercano a él. —Arreglar las cosas—dijo—. Dice que el arreglar las cosas se aproxima, si así lo quiero. Arreglarlas y no más niebla.
—Tristeza y muerte, estoy seguro.
Arreglar. Yoongi miró los huesos e intentó tomar todo lo que veía en consideración, la blancura de los huesos contra la piedra negra. Arreglar, pero algunos de ellos chuecos, un patrón raro; arreglar, pero solo sí el lo buscaba, o así parecía. Pero arreglar era mejor que nada, y nada era lo que estaba recibiendo antes, y...
—Comienza con Damien Roadfell—dijo Snape.
—No seas metiche.
—No seas grosero con tus mayores.
—Eres una pintura—dijo Yoongi—. No eres un mayor.
—Lo fui.
—No ahora.
¿Pero qué hay de Jungkook? Una parte de Yoongi le preguntó al resto de su cuerpo. Arreglar las cosas, sí, ¿pero ¿qué hay de Jungkook?
*
*
*
El Filtro de Muertos en Vida no era quizás la mejor poción para hacer cuando estás molesto y un poco mareado, pero Yoongi nunca fue bueno tomando decisiones, y se supone que esta era la poción más difícil de las que debían hacer para los E.XT.A.S.I.S. Hoy, Taehyung le dijo que Jungkook lo extrañaba, como si eso fuera hacer que Yoongi se sintiera mejor, y Damien le pasó la mermelada en la cena cuando Yoongi no le pidió a nadie en especifico que se la pasara, pero seguían sin hacer contacto visual y Sadie seguía dándole detenciones y seguía siendo molestado por aquellos aspirantes a Chester de Gryffindor y estaba bastante seguro de que no era capaz de pasar los E.X.T.A.S.I.S.
Por lo tanto, estaba haciendo El Filtro de Muertos en Vida. Si fallaba, podía ahogarse en el caldero. Si tenía éxito, podría alegrarse o beber la poción y todo estaría bien al final.
(Solo estaba medio seguro de que estaba bromeando).
Snape lo estaba observando, quizás, pero no decía nada, y Yoongi no quería darle la satisfacción de demostrar que lo estaba buscando. Le había dicho algo como una de las pociones más desafiantes, incluso para los verdaderos creadores de pociones, y eso había molestado a Yoongi porque podía hacer pociones mejor que el resto, así que se bebió el alcohol que Jimin había enfriado mágicamente bajo su cama y se apresuró a la antigua sala de pociones, sin uso ahora, para demostrar que Snape se equivocaba.
El humo era pesado. Le recordaba a Yoongi que, sí, aunque la poción mataba a la mayoría de la gente, su función era inducir un sueño eterno, y el humo que salía del caldero lo hacía querer acostarse, si era posible, para siempre.
En el lado bueno, eso significaba que la poción estaba funcionando.
La puerta se abrió mientras Yoongi añadía asfódelo. Cabello rubio, una figura delgada y ojos cansados:
—Ya es pasada la hora en que los estudiantes deben estar en sus dormitorios—dijo Malfoy, sus ojos subieron hasta el moretón en el ojo derecho de Yoongi. No se veía muy molesto sobre lo que dijo. —No deberías estar haciendo eso.
—Tu profesor antiguo dijo que podía—dijo hoscamente Yoongi. El asfódelo tornó el líquido negro, un negro puro, como tinta destilada en perfecto silencio, sin moverse, aunque las llamas bajo el caldero estaban azules por el calor.
—No he dicho tal cosa—dijo Snape desde un cuadro a un lado de la repisa—. Le aconsejé no hacerlo, de hecho.
—Falso.
Malfoy hecho un vistazo en el caldero y dejó salir un pequeño resoplido de satisfacción. —Incluso si eres un idiota, esto está bastante bueno. Llegaste a la última etapa. Es una poción concentrada, ahora.
—Fantástico—dijo Yoongi. La poción debía hervir por una media hora antes de agregar el otro ingrediente, transformándola de una poción que definitivamente te mataría a una que simplemente te haría dormir, probablemente para toda la eternidad. —Me esfuerzo al máximo, señor.
—Perdono el sarcasmo porque estás borracho—dijo secamente Malfoy— ¿Qué le hiciste a tu ojo?
—Nada.
Snape tosió desde el cuadro, y Malfoy se acercó a Yoongi y comenzó a juguetear con el asfódelo. —Tú y Damien Roadfell se separaron.
—Sí—dijo Yoongi con incertidumbre. Puede que le agradara Malfoy, pero no suficiente para buscar terapia de pareja. O lo que sea que Snape y Malfoy piensan que funcionara. —Sí, lo hicimos. Nosotros...terminamos.
Malfoy aplastó el asfódelo entre sus dedos y luego los limpió en su túnica. —¿Qué le hiciste a tu ojo?
—Yo- espera, ¿cree que Damien me hizo esto?
—Soy un profesor responsable—dijo Malfoy, de forma tan seca que Yoongi casi no reconoció el sarcasmo. —Damien Roadfell no podría golpear ni a un cachorro, pero tenía la impresión de que nuestra prefecta se controlaba. Las notas de detención son una cosa.
—Señor, con todo respeto—Yoongi comenzó a acortar la raíz de una planta de forma un poco agresiva—. Tiene que saber que corres como, riesgos laborales al ser un Slytherin. Sin ánimo de ofender. Um. Como Izzy hace unos años.
—Riesgos laborales—repitió Malfoy.
—Sí, o algo así.
Yoongi picó demasiada raíz, pero no se molestó en pensarlo y lo vertió todo en el caldero y observó cómo la sustancia negra absorbía los trozos. Un olor a humedad se levantó espeso con los humos y las ondas, y Yoongi tuvo que luchar para apartar su mirada de las profundidades abrasadoras.
—Min—dijo Malfoy, pasando el pulgar por la hoja húmeda del cuchillo de cortar—¿Qué significa estar en Slytherin?
—Significa que te dan una patada en el trasero.
—Respuestas serias.
Yoongi levantó su ceja. Malfoy era menos profesional a deshoras, con las mangas remangadas y el insomnio tirando de su cara. —Se le salió el relleno de forma seria, señor.
—Diez puntos a Slytherin si me dices, de verdad.
Já. Slytherin no había ganado la copa de las casas desde que tenía memoria, prácticamente; cuando pasaban por los relojes, casi no había esmeraldas en el fondo para mostrar qué joya representaba la casa. Aún así, Yoongi pensó en la pregunta; vio a Snape, por el rabillo del ojo, pretendiendo que no estaba escuchando. —Es como...astuto, ¿cierto? Y, uh, malo...
—No ha habido una bruja o brujo que se volviera malo que no haya sido de Slytherin—recitó Malfoy suavemente—. Pero no, estás equivocado. Otra oportunidad.
Yoongi miró el cuchillo húmedo. —No lo sé. Señor, es tarde, estoy-
—Astuto, sí, eso es algo importante. Ingenio. Ambición—Malfoy jugó distraídamente con el cuchillo, reflejando la luz de la vela en la hoja de la cuchilla—. Determinación, inteligencia. Orgullo, autoconservación...fraternidad. Fidelidad. La capacidad de un amor profundo y duradero—ante eso, Snape se movió en el cuadro, pero Yoongi solo lo miró por unos segundos antes de volver a mirar el cuchillo—. En ningún lugar te dicen que eres una persona malvada sin remedio por pertenecer a Slytherin. En ningún lugar te dicen que tú lugar es al fondo de la escuela.
La poción entre ellos se movió, de forma silenciosa, al igual que la muerte que prometía.
—Cometí ese error una vez, al igual que muchos antes de mi—dijo lentamente Malfoy, mirando el jugo que quedó en la punta del cuchillo—. El de asumir que la casa en la que fui seleccionado me hacia ser quien era. Supongo que Gerry Thompson compartió la historia de Potter.
—La fantasma del baño me dijo, en realidad—dijo Yoongi sin poder contenerse.
Malfoy sonrió finamente. —Fue Myrtle. Y ella fue una Slytherin, también, y murió huyendo de las personas que creían tener el derecho de ser crueles con ella. Pero- Min. ¿Dónde, en esa lista de características, ves la maldad?
—Voldemort estaba en Slytherin—dijo en voz baja Yoongi.
—Y tú también.
Yoongi mordió la parte interior de su mejilla. —Pero yo no- nunca en un millón de años-
—Y tampoco lo haría Park o Roadfell o Isobel o incluso Gerry Thompson. Pero siguen siendo Slytherin. Así que, ¿qué obtienes, cuando comparas estas cosas? —Malfoy lo miró, con los ojos brillosos e intención.
—No lo sé. Solo- mala suerte.
—La reputación sigue un largo camino—Malfoy dejó el cuchillo en la mesa, a un lado de la tabla para picar —. Pero no te mereces lo que recibes por la Casa en la que fuiste puesto cuando tenían once.
—Sí, pero eso es un mundo perfecto—dijo Yoongi sin poder detenerse—. A nadie le importa una mi- nada. Solo a usted, señor, lo que es genial y todo, pero-
—Cuando me doy cuenta. Te darás cuenta de que tengo el poder de quitar puntos al igual que otros profesores, y también te darás cuenta de que a las otras tres casas les importa mucho el ganar o perder, pero tienes que decirme—Malfoy se puso de pie y Yoongi no pudo evitar sentirse aliviado de que el momento, aparentemente, había terminado—. Y recuerda lo que Slytherin es, y no lo que piensa la gente.
Se fue de la sala y dejó a Yoongi impactado a un lado del caldero.
Dentro de la pintura, Snape se río- un sonido tan desconocido que parecía sorprendido de haberlo hecho—. Ese chico siempre fue una bala perdida, incluso cuando era más joven.
Determinación. Fidelidad. Fraternidad.
La capacidad de un amor profundo y duradero.
Yoongi tomó una respiración muy profunda y cuando se fue a la Sala Común fue hasta su antiguo dormitorio y pretendió no notar la forma en que la respiración de Damien se entrecortó por la sorpresa.
Yoongi podía ser un Slytherin y hacer las cosas bien.
*
*
*
Los E.X.T.A.S.I.S eran difíciles, pero Yoongi no se estaba imaginando el rastro de humor en los ojos de Malfoy cuando les dijo que tenían que hacer la poción de filtro de muertos en vida, y la sorpresa exagerada que mostró cuando Yoongi le presentó el producto finalizado, casi una hora y media después de que les dieron la tarea.
Ensayos y pergaminos, pergaminos y ensayos. En marzo, Gerry se vino a quedar en Hogsmeade por dos semanas enteras, y se llevó a Yoongi a un lado y lo abrazó más fuerte de lo que Yoongi había sido abrazado desde hace tiempo, y le dijo estoy orgulloso de ti y Yoongi no se burló de él por quince minutos enteros.
Y Damien dejó de irse de la habitación en la que Yoongi entraba, y la casa dejó de andar con cuidado alrededor de ellos. Max, Izzy y Alwyn comenzaron a comportarse de forma suave y tierna en publico de nuevo, y se dormían frente a la chimenea.
(Nadie mencionó hacer el equipo de Quidditch, y en todo caso, era demasiado tarde para entrar a la liga).
Y cuando Yoongi le mencionó a Malfoy, de forma indiferente, los nombres de los tres chicos de Gryffindor que habían estado escribiendo mortifago en la puerta de la Sala Común de Slytherin, Malfoy sonrió. La siguiente vez que Yoongi pasó por los relojes, Gryffindor tenía una cantidad menor significantemente vacía en la pila de rubíes, y Ravenclaw estaba en primer lugar, y como siempre, había pocas esmeraldas en el de Slytherin.
Era un buen sentimiento.
Bloom le dijo que la bola de cristal predecía un futuro de esperanza para él, e incluso los malditos huesos parecían estar de su lado estos días, aunque no volvió a la catedral en la sala de menesteres.
O la habitación de Jungkook y él. Jungkook parecía estar ahogándose en los TIMOS, Jimin y Taehyung ciertamente lo estaban, y Jimin comenzó a pasearse por la Sala Común recitando, o más bien, gritando los encantamientos con groserías entre cada oración. Y Yoongi quería hablarle a Jungkook, pero-
—Tengo miedo de que siga enojado.
—Eres un cobarde—dijo Seokjin. Estaba realizando un Experimento Muy Serio para ver si era posible emborracharse con chocolates con ron; ya se había comido una caja y media hasta el momento y no mostraba señales de detenerse, mientras el resto los miraba con una mezcla de disgusto y admiración.
(No los niños. Ellos se estaban ahogando en los TIMOS. A Yoongi y los más viejo les importa una mierda todo, en realidad).
—Puede que sea un cobarde, pero me importan sus sentimientos.
Hoseok y Namjoon estaban estudiando para Runas Antiguas. O- Hoseok estaba estudiando y Namjoon estaba dibujando penes en miniatura en las esquinas de los libros de Hoseok cuando no miraba, intentado hacer que se riera. Algunos de los penes estaban usando lentes. A Yoongi, particularmente, le gustaba el que tenía un conjunto de lencería, así que les dijo.
—Me gusta él con un conjunto de lencería, también—le dijo Seokjin a su caja de chocolates, y el libro lo golpeó en la cabeza—¡Oye!
—De vuelta a mí, por favor—dijo Yoongi, poniendo sus brazos detrás de su cabeza y acostándose—. Me siento ignorado.
—Porque lo estás—dijo Hoseok sin mirarlo.
—Sí, espera hasta que veas mi testamento. Te sentirás ignorado entonces.
—Prometiste al menos un Galeón.
Seokjin se comió el resto de la caja y se declaró un poco mareado y decepcionado con los resultados de su experimento. Y también que se sentía un poco enfermo. —Y sobre tu dilema—dijo, cuando terminó de tirar los chocolates en un arbusto—. Simplemente háblale, imbécil. ¿Qué es lo peor que podría pasar?
—No me hablará de vuelta—dijo Yoongi con tristeza.
—Exacto.
Marzo, y abril, y mayo y exámenes.
Hubo muchas oportunidades para hablarle a Jungkook. Yoongi no tomó ninguna.
*
*
*
Después de su examen de final de año de Adivinación, Yoongi se durmió ahí mismo en la sala de clases de Bloom, rodeado de incienso y té y la satisfacción de saber que lo había hecho bien. Bloom le pidió que predijera dónde estaba el brazalete de cuencas que ella había escondido y lo encontró; luego le pidió que mirara tres meses en su futuro y vio a Jungkook en el Callejón Diagon, de frente a Yoongi fuera de una tienda de helados mientras hablaban.
Yoongi no mencionó eso. Simplemente dijo pasando el rato con mis amigos y Bloom había sonreído y dijo no veo por qué no deberías recibir las mejores notas. Veamos cómo te va en el examen escrito.
Porque lo que Jungkook había querido decir es que no podía sentarse y ver cómo Yoongi se jodía la vida, pero Yoongi estaba intentando no hacerlo, y había tenido resultado hasta el momento.
Algo así.
Algo así.
—Deberías hablar con él—dijo Jimin—. En serio. Es un maldito terco, de otra forma ya te habría hablado él mismo. No puedo decirte lo que él quiere decir.
—Me gritó sobre Damien—dijo Yoongi; quedaba un examen y todos se habían juntado en la Sala Común, a excepción de Damien, para estudiar—. Yo no- entiendo la mayoría de lo que dijo, porque fui un imbécil, pero no Damien. No entiendo de qué se trataba.
—Eso es porque eres un idiota—le dijo Jimin—. Hazme una interrogación de Transformación si no vas a arreglar tu vida.
Pero Yoongi no sabía por qué no podía ver a Jungkook a los ojos sin sonrojarse y mirar lejos. Seguía pensando sobre sus ojos grandes, brillando con su risa y llenos de lagrimas por el enojo, y su cabello revuelto después de una siesta, y sus labios haciendo puchero por haber perdido en Gobstones, y sus mejillas sonrojadas después de tomar, y la risa y la forma en que sus orejas se veían y la forma en que nunca le molestaba que Yoongi se apoyara en su regazo. Yoongi pensaba sobre eso todo el tiempo. Todo el tiempo.
*
*
*
En el examen de pociones de final de año, Yoongi tuvo que hacer Amortencia, la poción de amor más poderosa del mundo. Cuando la olió mientras la embotellaba para que Malfoy la calificara al final de las tres horas de examen, su mente se detuvo. —¿Puede excusarme, señor? —dijo lo más respetuoso que puedo, y luego corrió hasta la puerta.
Olió a su verdadero amor. Vainilla, y chocolate caliente, y el distintivo y confortable olor del cabello de Jungkook.
—Oh por dios—susurró Yoongi a su reflejo en el espejo—. Oh por dios.
*
*
*
El último día de clases, mientras subía su equipaje al tren, Yoongi se preparó a sí mismo para hablarle a Jungkook, para hacerlo de forma correcta. Atraparía a Jungkook en un carruaje y le explicaría todo y- y quizás mencionaría el olor de la amortencia, y el hecho de que Jungkook parecía ser su verdadero amor, el hecho de que pensaba sobre Jungkook cuando menos se lo esperaba, el hecho de que Jungkook hacia su día mejor en todas las formas posibles.
Iba a hablar.
Pero entonces vio a Damien -por una vez no lo fue a buscar su madre- entrando en un compartimento, revisando sus cromos de rana. Nadie lo siguió.
Yoongi lo hizo. Damien -pensar en él, verlo- le dejaba un vacío en el estómago.
—Hola—dijo Damien, de forma moderada pero incómoda, cuando Yoongi se sentó—. Los demás están en el otro compartimiento, creo.
—Lo sé. Quería hablar contigo—dijo Yoongi, vacilante—¿Puedo irme si quieres?
—Está bien.
—Fui un imbécil—Yoongi dejó la frase a medias, y cuando Damien no comenzó a maldecirlo inmediatamente, se relajó—. Fui un idiota, un imbécil total, y tu mereces algo mejor, y lo siento. Y arruiné el Quidditch y el resto del año y tienes todo el derecho de golpearme en la cabeza con el libro de Historia de la Magia y tirar de mis orejas y-
—Está bien—repitió Damien—. Quiero decir, sí, fuiste un imbécil total­
Yoongi asintió. Dolía, pero era cierto.
—Pero nadie tiene una ruptura perfecta. Ya lo superé.
—Bien.
—En serio—Damien se encogió de hombros—. Escucha. Eres un gran amigo, pero no fuiste un buen novio. Y te gustaba el chico de Ravenclaw, de todos modos, y me di cuenta de que era solo una cosa de tiempo. Solo me impresionó cuando pasó.
Yoongi ignoró el chico de Ravenclaw por ahora. —Solo-
—Solo, la próxima vez, intenta no hacerlo en navidad—dijo Damien, y había humor en su voz—. Está bien, Yoongi. En serio.
Y Yoongi se dio cuentan de que esto era algo que debía hacer antes de encontrar a Jungkook. Y no le importaba, había extrañado a Damien los meses desde enero, y se sentía raro pero bien volver a como estaban antes de que todo esto pasara.
Y en King Cross, Yoongi sacó un cromo de rana de su bolsillo y sacó la nota rosada de ella. —Amigos—dijo, ofreciéndosela a Damien—¿Está bien eso?
—Amigos—dijo Damien, sonriendo al Aleister Crowley de la tarjeta en su mano—. Este es muy raro, ¿de dónde mierda lo sacaste?
—De por ahí—dijo Yoongi. Vio a Jungkook, caminando fuera de la estación a través de la pared, con su equipaje en la mano. Demasiado tarde para ir a buscarlo.
Tenía todo el verano. Estaba bien.
Se veían bien las cosas, después de todo- y finalmente.
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ae-noia · 6 months
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Started by Wonbin.
THE BEAUTY AND THE... 레가토 [LEGATO] 연합된; 즉, 부드럽게 연결된 방식으로 FT. 에스파'S @KARINA Aenoia / SEPTEMBER 24 - 2023
Yoo JiMin… ese nombre resonaba en sus recuerdos. Para WonBin era sencillo relacionar el nombre con césped recién cortado, la primavera, pero sobre todo con el kinder, el uniforme amarillo y Doraemon, un llavero del personaje que adoraba cuando era pequeño.
—… -Entonces es importante que sigamos haciendo estos challenges para tiktok En la lista de hoy tenemos la oportunidad de grabar con AESPA. Shotaro, SoHee y WonBin serán los encargados de guiar a Winter y Karina—. El japonés fue el primero en asentir con genuina emoción, mientras que WonBin seguía inmerso en sus recuerdos. No pasó mucho hasta que SoHee lo notó y lo jaló del brazo, desterrándolo de aquel planeta al que había decidido viajar mientras la conversación se llevaba a cabo. —Hoy estás muy despistado Won"Ban"-hyung, yo invito el café—.
WonBin recordó su tiempo como trainee y las innumerables veces en las que se topó con JiMin en en los pasillos de la compañía. Era imposible no cruzar miradas pues estaba seguro que ella poseía alguna clase de imán que no le permitía pasar desapercibida y por supuesto, la reacción natural de WonBin era contemplarla. Durante aquellos años no intercambiaron palabras, solo gestos y miradas que WonBin sabía, escondían alguna clase de mensaje que el podía entender pues, él sentía lo mismo. Era miedo tal vez, incertidumbre o simplemente querer ser escuchado.
De camino a la terraza SoHee cumplió lo prometido y le alcanzó un americano. WonBin intentó beber pero era imposible debido a la temperatura de la bebida. Mientas se acercaban al grupo femenino, su respiración empezó a tornarse pesada. Era claro que estaba nervioso, pero era la primera vez que sentía que la situación escapaba de sus manos. Casi petrificado, saludó a las dos miembros. Realmente esperaba lucir tranquilo aunque por dentro todo era un incontrolable caos. Cruzó miradas con JiMin y por un instante regresó a los 16, un dejavu, una pista… la conocía de antes y eso era una certeza. Un pinchazo directo a la espalda lo obligó a hacer una mueca con los labios y pisar la tierra.
—Karina-sunbaenim, soy WonBin, es un placer— Se inclino frente a ella por algunos segundos y al volver en sí le sonrió. —Prometo que todo será sencillo—.
Karina:
Karina sujetaba en sus manos un llavero de Doraemon desgastado por el paso del tiempo; tenía algunas líneas quebrantando el azul del cuerpo del personaje, pero de resto lucía con las formas de la cara intactas. Winter solía pensar que su vínculo con el llavero guardaba un trasfondo y, aunque Rina también lo creía, tenía dificultad para clarificar sus recuerdos y otorgar sentido al encariñamiento porque lo obtuvo cuando su facultad memorística estaba en los seis años. Era la primera vez que lo sacaba de su dormitorio y, más aún, de casa.
Había inmenso silencio en el pasillo salvo el traqueteo de las pisadas y el tintineo del llavero, que colgaba de su mochila. Pero, conforme se aproximaban al final, asomaban voces masculinas. Pertenecían a Shotaro, Sohee y por supuesto a Wonbin, quien era el mayor atractivo de la última etapa del año. Karina y él se habían visto anteriores veces, pero la pertenencia obvia a distintos grupos había hecho que todavía el vínculo fuese lejano hasta ahora. Tenía de él, la percepción de un chico de aura magnética, tan pasional como ella por el baile; pero también atractivo para las aprendices, que a escondidas se peleaban por ser la primera en quien confesarse. Ella, sin embargo, se mantenía en la distancia mirándolo cuando deambulaba por fuera de las salas de entrenamiento, preparándose para ser idol, o en la cercanía cuando se topaban y sus miradas conectaban diciendo "no te vayas rápido, mirémonos más".
Winter fue la primera en adelantarse, era quien junto a Shotaro y Sohee encabezarían los movimientos centrales de Get a Guitar. Antes de grabar, ellos enseñaron los pasos mientras que Karina, tras dejar su mochila en una esquina del suelo, se acercó a Wonbin. Al estar en un pasillo exterior, podía ver la noche cerrada desde uno de los laterales. El efecto que producía el contraste hizo que percibiera el brillo en los ojos de Wonbin cuando lo saludó. Le enternecieron tanto, que sonrió y se ruborizó inmediatamente después de saberse evidente.
—Gracias, Wonbin, estoy contenta de interactuar juntos. Nosotros solo tenemos que hacer el paso de acomodar nuestro cabello, así que sí será sencillo —bromeó liberando su propia tensión y le funcionó—. ¿Es tu primera vez...? —preguntó y tres segundos después los nervios afloraron en su mirada y se precipitó a aclarar—: quiero decir haciendo un challenge.
Se mordió el labio inferior, avergonzada de lo desmañada que estaba siendo formulando frases, o en este caso preguntas, de tan mala interpretación.
Poco después ya estaban siendo llamados para ejecutar el primer y posiblemente único ensayo. Esperó a que terminaran de hacer la primera parte, bailando, y a tiempo se integró de rodillas a la izquierda de Wonbin; hizo la dinámica de acicalarse el cabello y finalizó despidiéndose y realizando la señal de victoria a la cámara.
Wonbin:
La mirada de Karina transmitía más que solo tranquilidad, era una especie de mensaje cifrado que iba más allá de sus palabras materializadas y a ese punto de la corta conversación Wonbin se encontraba fascinado por su belleza. La última pregunta los dejó a ambos en silencio, él no pudo evitar que su mente tergiversara el significado de lo planteado, así que de reflejo una sonrisa invadió sus labios y de inmediato asintió tratando de despejar la atención. —De hecho... sí. También es la primera vez que logramos conversar.— ¿Cuál era la fuente de su repentina gallardía? solo el soju había logrado un efecto similar pero esta vez, era más que valentía por adormecimiento, se trataba de unas inexplicables ganas de conseguir protagonismo en la mente de Karina.
El coro de Get A Guitar empezó a sonar y casi de forma automática los movimientos se ejecutaron a la perfección. Después de las poses finales todos quedaron congelados hasta que el staff dictó el "corte" Wonbin se encontraba muy cerca a Karina y aunque sabía que mirarla directamente podía ser tomado como una falta de respeto, lo hizo. Shotaro lo notó y se abalanzó a sacarlo del encanto. Wonbin solo río al tener al mayor sobre sus hombros y pasó a levantarse al tiempo que le ofreció una mano a Karina. Sus manos estaban frías pero el tacto era sumamente suave. Se inclinó frente a ella una vez más en forma de agradecimiento y después pasó a conversar con los miembros.
Karina se alejó de la escena para recoger su mochila mientras que Wonbin la seguía con suma cautela con la mirada. En cuanto le dio la espalda notó el pequeño llavero que colgaba de su mochila. En ese momento las palabras de su manager pasaron a segundo plano. Wonbin fijó la mirada y por un segundo pensó que los lentes de contacto le estaba mostrando alguna clase de reflejo, tuvo que acercarse. La habitación permanecía con ruido debido a la canción que se repetía en bucle. Por un momento sintió que un reflector lo delataría pero no había ningún aparato cerca y lo sabía. Esos segundos se hicieron eternos y fueron suficientes para que las pesadas puertas de sus recuerdos se abrieran de par en par y lo invitaran a un viaje al pasado. Distinguió manos muy pequeñas, no eran las suyas pero sabía que formaba parte de la escena, era él de pequeño, a los cuatro o cinco años tal vez. Una niña pequeña con uniforme amarillo brillante, que lo miraba de frente y luego, él mostrándole el mismo llavero mientras intentaba explicarle su fascinación por la figura. Un beso en la mejilla y un "te quiero" que su madre le había repetido, solo se le podía decir a personas realmente importantes, entonces ¿por qué se lo había dicho a ella?
—¿Dónde.... dónde consiguió ese llavero?— Sin darse cuenta, su mano se posó sobre uno de los brazos de Karina y en cuanto su cabeza lo retornó a tierra, la soltó, esperando que el resto no lo hubiese notado pues se trataba de una falta muy grave. —Yo... ¿podemos conversar en privado?— SoHee se acercó a la escena con el café en manos y antes de que dijera algo la situación se salió de control. Wonbin giró para detenerlo pero el envase ya había caído sobre top blanco de Karina. Los ojos de Wonbin se abrieron de par en par y con su camiseta intento limpiar torpemente el desastre pero sabía que era demasiado tarde. —He sido un tonto, lo lamento...—
Karina:
Ante sus ojos, era él mucho más gentil que cualquier otro chico, y además hábil para conseguir arrancar de su pecho latidos apresurados que se sosegaron solo cuando se incorporó después de aceptar su cordialidad. Ella regresó a su estado rítmico normal, así como caminó de nuevo a la esquina donde dejó su mochila. La recuperó, e iba a sacar una botella de agua cuando Wonbin volvió a acercarse. Giró la vista, perpleja ante los mismos ojos perplejos de él, a quien parecía costarle articular palabra en un principio. Escuchó la curiosidad por el origen de su llavero; más confusa estuvo y sus recuerdos se activaron a una época de su infancia en la que vivió con su abuela, alejada de su residencia habitual, y protagonizada por la brisa y tonalidades de amarillos como el mismo sol. Incluso la fragancia era amarilla, como si pudiera albergar color el aroma. Ojos adorables y la sensación pasada de un tacto en su piel que resurgió en el presente; Wonbin había activado recortes de memorias sin saber ella por qué.
Karina se ensimismó por unos segundos, pero la cuestión la despertó nuevamente.
—¿Hablar en privado...? —respondió a la pregunta con otra pregunta como una tonta y, antes de que pudiera reaccionar, vio volar el café queriendo acabar sobre su top. Pasó tan rápido. Lo hizo, cayó encima, y la tela absorbió todo el líquido muy a su pesar. Ella había gritado anteponiéndose al desastre, creyendo que estaba caliente, pero el café tenía una temperatura templada para su suerte y que la salvó de hervir su piel; sin embargo, no de atraer la atención de los demás. Winter se acercó primero abriéndose paso a zancadas, pero se tranquilizó cuando Karina aseguró encontrarse bien y le ofreció adelantarse mientras arreglaba el estropicio en una sala de office cercana. Ahí fue con apuro; tan concentrada en la necesidad de limpiarse, que ni se percató de las disculpas de Wonbin.
El office room era acogedor, aunque necesitaba reparación: tenía un sofá y una manilla desgastada. Pero claro, Karina en vez de encantarse por el ambiente, corrió hacia el grifo de la pequeña cocina que había con útiles básicos. Tomó un paño que dejó bajo el agua por un rato, con el que lo humedeció y acondicionó para limpiar el top. La tela se clareó después de frotar con insistencia al son de quejas bajitas propias de una gruñona. Si alguien venía en ese momento, estaba a punto de sacarlo a patadas o arrojarle el paño apestoso. Torso y manos, todo estaba empapado. La temperatura de la noche y la oscuridad del exterior desayudaba produciendo frío y cierta inseguridad, pues dificultaba anticipar que alguien entrara. Oyó pasos y, cuando observó hacia la puerta, Wonbin estaba en el umbral.
—¿Por qué querías hablar conmigo en privado? —inquirió después de unos tímidos segundos de silencio.
Wonbin:
Wonbin parecía aún perdido en las conexiones tardías que enlazaba su memoria. Solo la voz de Karina lo trajo de vuelta a la tierra. Asintió dándose tiempo de formular las palabras correctas entre la formalidad y la desesperación que surgió de la incertidumbre de sus recuerdos. —Sé que ahora somos unos completos desconocidos y que probablemente lo que vaya a decir suene descabellado, pero... sobre ese llavero, ¿siempre lo ha tenido?— Wonbin se adentró a la oficina con cierta seguridad que incluso para él resultaba repentina, se acercó para arrodillarse frente a ella y ayudarla a limpiar con el paño. Levantó la mirada; supuso que podía ser tomado como una falta de respeto pero necesitaba respuestas. La luz tenue parecía un reflector colocado solo para ellos y la belleza de Karina lo dejó anonadado por algunos segundos. "Los ojos nunca mienten", tenía que darle el crédito a Tony Montana y la veracidad de la frase que se construyó poco a poco durante su vida, esa película le había enseñado mucho. Los ojos de Jimin brillaban, era profundos. Wonbin sintió la satisfacción de colocar la última pieza del rompecabezas, así se sintió aquella unión. Un oceáno basto, que estaba dispuesto a domar.
—Tengo este recuerdo, cuando la veo. Tenía un llavero similar cuando estaba en el kinder... un día dejó de pertenecerme. No es claro el por qué, no logro recordarlo pero, puedo poner mi vida en garantía de mis palabras, estoy seguro... estoy muy seguro de que ese llavero es el mismo. No lo estoy reprochando es solo que, dejando de lado al llavero, siento que la... -Te conozco.— Wonbin se levantó y de inmediato hizo una reverencia, sabía de las consecuencias de su falta de respeto al tratarla de esa forma. —Sé que suena a una completa locura, de hecho, yo tampoco entiendo el por qué de mi comportamiento pero después de tantos años aquí, creo que este momento en particular, es el primero en el que siento que tengo todos los sentidos despiertos, que mis pies tocan el suelo, en sí, que este momento es real y lo estoy viviendo.— Tragó saliva con dificultad, era un trago amargo abrirse de aquella forma. Hablar de emociones era una barrera a la que se había enfrentado desde sus días como trainee. Sí, había aprendido a reconocerlas y comunicarlas pero como un robot que tenía que mantener el protocolo en todo momento, estaba programado a decir lo suficiente. Ni más, ni menos.
—¡Hyuuuung! ¡Wonbin-hyung!—
Era la voz de SoHee que se aproximaba a lo lejos, lo estaban buscando y probablemente a Jimin también. Wonbin sacó su teléfono de su bolsillo, inhaló profundo, armándose de valor y regresó a mirarla. —Tal vez sea mi única oportunidad, noona. ¿Podemos seguir en contacto?— Wonbin le acercó su teléfono esperando que lo tomara. —Si esto le ha resultado incomodo solo tiene que decirlo y prometo que todo quedará en el olvido y podemos regresar a las personas que éramos antes del incidente del café—. Su mirada transmitía cierto anhelo, la esperanza estaba intacta en su pecho. El tiempo parecía detenerse a su espera mientras los pasos foráneos se aproximaban más. Ella no lo sabía, pero su presencia lo hacía sentir vivo.
Karina:
La camiseta estaba empapada de agua y su mente de recuerdos inconexos y desordenados. Karina creía haber vivido ya antes esa escena hablando con él, sobre un llavero que ejercía como referente de una curita para una herida emocional. Ella lloraba a berrido puro, como niña desconsolada a la que separan de su madre en el primer día de clase; sin embargo, esa Jimin de pocos años ya se conocía las aulas de principio a fin, los profesores, y ellos a ella desde la edad propicia para ser alumna del centro infantil.
Lo escuchó atentamente, por eso mismo captó el acercamiento de su voz y la sorpresa fue nula cuando él ya estaba ahí ofreciendo su generosidad. Él, siempre muy educado, así lo había visto por los pasillos o cuando ella dedicó palabras de aliento a RIIZE por su debut y recibió, muy agradecido, sus consejos.
—Realmente, no recuerdo con exactitud las circunstancias, pero sé que alguien me lo dio. Supe que lo necesitaba desde que lo tuve, me hace sentir mejor cuando estoy cansada o los días no son tan sencillos. —Soltó el paño y relegó su propio cuidado a Wonbin. Quería de pronto retarlo a salir de su formalidad, fuera de sus límites tal y como a veces lo había visto en ocasiones, junto a Shotaro, bailando sin normas. Lo dejó a su libre albedrío y ella invirtió el tiempo en observar cuánto había cambiado. Anteriormente era solo un adolescente, ahora un adulto dos años por edad cumplida más tarde que ella. Su cabello ahora era más largo que antes y le otorgaba la apariencia de un cantante de rock; más aún cuando tocaba la guitarra. Maduro, complaciente—. Creo que la mancha ya se ha ido, no debes preocuparte por mi ropa —le dijo y, casi como un resorte, lo vio enderezarse de nuevo. Seguía tan enfrascado en sus explicaciones, preocupado como un niño pequeño excusándose de una gamberrada y en consciencia pura y dura de que lo iban a castigar. Pensó que causaba ese efecto, además de la diferencia de línea de edad también por su personalidad mandona, de la que era muy consciente.
Karina sonrió, Wonbin parecía gracioso, quizá creyó que estaba enfadada o pensaba de él que era un maleducado. Lejos de eso, el sentimiento producido era una respuesta a esos atisbos de dulzura que procuró incrementar deshaciéndose de la sonrisa antes de que pudiera verla. Sin seriedad ni docilidad. Más bien neutral. Evitar que descubriera su agrado por él, era su cometido los próximos minutos. Pero suspiró, sus hombros se vinieron abajo y retomó el paño, ella sí como excusa verdadera. Sujetó con cautela, al menos los dedos de Wonbin transmitiéndole calidez a través del tacto—. Puedes hablarme y decirme lo que sientes, no soy un mánager o CEO, soy tu noona y compañera.
El tiempo para ahondar en la conversación era nula, pero ella quería darle forma a las sospechas; esas que tal vez apuntaban a un nexo anterior entre él y ella. Entonces, cuando Wonbin pidió su número antes de que Sohee llegara, accedió tomando el dispositivo. Escribió cada uno de los dígitos y agregó su propio contacto para recibir automáticamente la solicitud. Sohee entró por la puerta, más tímido aún que Wonbin y saludó educadamente antes de llevárselo respondiendo en realidad a las prisas de su mánager.
Más tarde, casi en la madrugada, Karina decidió escribirle parte de lo que habría querido decirle:
| KAKAO_TALK | 👥 WONBIN (원빈)
[00:06] Soy yo, Jimin noona.
[00:06] Sé que es tarde, pero antes no tuve tiempo para decirte que espero vernos pronto.
[00:07] Tal vez, contándote lo que recuerdo, podemos construir todo el misterio entorno al llavero.
[00:07] Buenas noches, Wonbin-ssi.
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goya-65 · 1 year
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— Traducción de las palabras en el pecho de #JIMIN en el video musical #SetMeFree_Pt2
Poema alemán escrito por Rainer Maria Rilke a fines del siglo XIX.
Vivo mi vida en círculos crecientes,
que encima de las cosas se dibujan.
El último quizá no lo complete,
pero quiero intentarlo.
Giro en torno a Dios, de la torre antiquísima,
durante miles de años voy girando.
Todavía no sé: ¿soy halcón, soy tormenta,
o bien soy un gran cántico? (...)
Al inclinarme también hacia mí mismo me es oscuro mi Dios, tal una urdimbre
de cien raíces que calladas beben.
Solo sé que me elevo desde un calor que es suyo (...)
Si a veces te molesto, Dios cercano,
con duros golpes en la larga noche,
es porque rara vez tu respirar rescucho
y sé que sólo estás en la gran sala (...)
Con voz fuerte <>, en voz baja <>
dijiste; y repetías siempre <>. (...)
Lo que ninguno a querer se atrevió se me hará natural en un día futuro.
Si esto es desmesurado, perdóname, Señor.
Pero yo solamente te quiero transmitir;
como instinto ha de ser mi mejor fuerza,
tan sin ira y sin miedo;
así es como te quieren los chiquillos.
Si eres Tú el soñador, yo soy tu sueño (...).
Soy el silencio que hay entre dos notas (...)
Tú eres el inconsciente oscuro
de eternidad en eternidad (...)
Apágame los ojos, puede verte;
ciérrame los oídes, puedo oírte;
y aun sin pies puedo andar en busca tuya;
sin boca puedo conjurarte.
Ampútame los brazos y te agarro
como con una mano, con el corazón mío.
Detén mi corazón y latirá el cerebro;
y si arrojas el fuego en mi cerebro,
te llevaré sobre mi sangre (...).
Aunque todos se esfuercen por salir de sí mismos
como de la prisión que les odia y encierra,
existe un gran milagro en este mundo;
yo lo siento; se vive toda vida.
¿Quién entonces la vive? ¿Son las cosas
que, como melodía no tocada,
en la tarde se quedan como en arpas? (...)
¿Quién la vive? ¿Tú, Dios, vives la vida?
Te excavo en hondas noches, oh tesoro,
Porque toda abundancia que yo vi
es pobreza y mezquino sucedáneo
para esa tu hermosura, que aún nunca aconteció.
Pero el camino a Ti es terrible, larguísimo,
y, al no usarlo hace mucho tiempo nadie, se borra.
Qué sólo estás. Tú eres la soledad
que se va a lejanos valles.
Y mis manos, que están sangrando
de cavar, las elevo al viento abiertas,
para que como un árbol echen ramas.
Con ellas, yo te absorbo del espacio,
como si allí te hubieras estrellado
con gesto de impaciencia alguna vez,
y ahora cayeras, mundo atomizado,
desde lejanos astros, a la tierra de nuevo,
como lluvia que cae, suave, en primavera.
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mygbrazil · 3 years
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15072021 - BTS BigHit via Twitter
Mensagem de renovação do ARMY Membership 🐨 2, 3, Bangtan 💜 Olá nós somos o BTS 🐨 Você já ouviu? O ARMY Membership de 2021 está aberto hoje 🐿 Wooow 🐹: todos se vestiram hoje (de maneira formal) ARMY, você adivinhou qual é o conceito dos membros desta vez? 🐨 Eles não fizeram isso? Alguém quer dar uma dica? 🐯 Sim vou fazer *faz um gesto* aí está 🐨 Isso é tudo? 🐥 Isso era taekwondo? 🐯 Não 🐱 O que foi isso? 🐨 Bem, já que pode não ter ficado claro, mais alguém quer dar uma dica? 🐥 Eu farei 🐨 Oh Jimin *faz um gesto* 🐨 Oh! Essa foi uma ótima pista 🐹 Você é um fantasma? 🐿 Certo! Era 🐥 *cobre uma orelha e balança a cabeça* 🐨 Oh você é um DJ? 🐿 Eles deram ótimas pistas, todo mundo adivinhou, certo? Se você quer nos ver bem legais, SUGA-shi para onde eles devem ir? 🐱 Sim! Você pode ir à Weverse Shop e inscrever-se como membro do ARMY. Os detalhes podem ser encontrados no anúncio publicado na Weverse Shop 🐰 Army, por favor, aguarde a nova associação de 2021 🐨 Este foi BTS 💜 TCHAU!!
© @mygbrazil, ARMYForce_Peru - Por favor, dê os créditos se usar!
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heeslips · 1 year
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Jimin nunca se cuestionó su orientación sexual. Durante el desarrollo de su adolescencia se sintió atraído a distintas chicas de su clase, no se los dijo, pero le parecían lindas.
Incluso cuando su mejor amigo Taehyung le confesó que tenía novio, aún no dudaba de que el fuera homosexual. No fue una sorpresa para Jimin saber que su amigo estaba de pareja con un chico, se lo esperaba porque Taehyung era muy claro con sus gustos, y no lo juzgaba, pero no era su caso.
Jimin nunca tuvo una novia formal, y tampoco se vio con la necesidad de buscarla, estaba satisfecho con su vida, iba a la escuela, salía con su grupo de amigos, alguna que otra vez salía con una chica, pero con ellas era algo corto, pasajero.
Su mirada iba dirigida a las chicas.
No fue hasta que un día caminando hacia su casa después de la universidad, que su mirada se enfocó en un chico, Jimin lo había visto un par de veces, era un año mayor, se llama Jaebum.
Se encontraba con su grupo de amigos, hablando de cosas triviales, o riéndose, Jimin nunca lo había visto con detalle hasta ese día, y se preguntó ¿por qué había sido diferente de otras veces?
Jaebum no vestía algo extravagante, tampoco vestía formal, elegante o de alguna manera para llamar la atención, una sencilla sudadera azul con unos pantalones holgados color café, su cabello incluso estaba ligeramente despeinado, pero Jimin no podía quitar la mirada de él.
Al darse cuenta de que sólo estaba mirándolo como un acosador, sacudió la cabeza y se fue.
Después de ese día su mirada hacia los chicos se hizo constante, y no era algo que hiciera intencional, simplemente prestaba más atención a los rostros de sus compañeros, casi analizandolos. Cuando llegaba a casa pensaba en los distintos chicos que había visto y en si sólo reconocía que eran atractivos o si había algo más ahí.
Jimin realmente creía que sólo era curiosidad.
Pero cuando chocó con Jaebum un día algo distraído, y quiso besarlo, se alarmó.
No es que Jimin tenga un odio, o tenga asco de los homosexuales, su mejor amigo lo era y él estaba más que bien con eso, pero cuando se trataba de él era algo distinto.
Jimin no tenía una buena experiencia con su autoestima, muchas veces quiso cambiar, y lo hizo, pero siempre quedan secuelas de los malos comentarios, y eso era lo que le pasaba.
Además, que él tuviera una mente abierta no significa que todos a su alrededor la tuvieran.
Por ejemplo, su familia, su madre y su hermano eran muy similares con respecto a las distintas personalidades de la gente, ellos comprendían lo que era estar en pleno siglo xxi, sin embargo, su padre no, él poseía del típico pensamiento "está mal" "no es natural", nadie podía hacerlo cambiar de opinión, él siempre diría lo mismo, él siempre pensaría así.
Cuando Jimin supo que su atención iba cada vez más hacía los hombres, quiso inmediatamente evitarlo, no podía permitirse ser así, no porque estuviera mal, sino porque no quería sufrir como a sabido de otras personas, siempre fue una persona frágil, le costaba quererse tal como era, que fuera homosexual era un plus a más sufrimiento, pensaba que si ya le costaba aceptarse justo como era, iba a ser una guerra agregar algo más.
El día que beso a Jaebum lo supo, y le aterró.
Ambos tuvieron acercamientos con el tiempo y sus miradas podían describir lo que querían, un día se encontraban solos, demasiado cerca, Jaebum dio el primer paso, tomó el rostro del rubio con ambas manos y con uno de sus pulgares hizo caricias en una de sus mejillas, Jimin se estremeció ante ese gesto, pero no lo apartó, y justo como pasaba en las películas, ambos acercaron más sus rostros hasta terminar con la distancia y se besaron.
Fue un beso tierno, no duró mucho pues pronto se escuchaba el ajetreo de los estudiantes al salir de clases, fue algo que ambos disfrutaron, y cuando Jimin se percató de eso, quedó sin palabras.
Jimin pasó días cuestionandose que le estaba pasando, varias veces pensó en pedir ayuda con su mejor amigo, era quien más lo entendería, pero se acobardó. Él no estaba acostumbrado a esto, tenía miedo, ¿de qué exactamente? no lo sabía.
Un día decidió salir a un club, un club gay.
Ese día fue el mejor y peor para Jimin, se había divertido, había bebido, bailado, conoció unas cuantas personas, y sí, besó a un par de chicos, Jimin sabía que lo disfrutaba, que lo quería, o peor, que lo necesitaba. Pero al llegar a casa era lo mismo, se cuestionaba, se preguntaba por qué le estaba pasando eso a él, y no encontraba una respuesta.
Jimin solía estar afuera de su casa por las tardes y dibujar, un día se dio cuenta de que había dibujado a un chico, más específicamente, a su vecino. Muy pocas veces lo había visto, pero ese día estaba recorriendo la cuadra y llevaba una cámara, el interés del rubio fue inmediato, y sin quererlo tenía un dibujo de aquel chico.
Un chico el cual apenas veía.
Jungkook era su nombre, y era muy observador, tanto que el rubio no tenía idea de que lo miraba, y mucho menos lo que le esperaba en un futuro, o tal vez en unos días.
Jimin no tenía idea de la vuelta que ese chico le daría a su vida.
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Carta olvidada 1
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Viernes 24 de junio del 2022
Querido Jimin:
Vine a pasar el fin de semana con papá. Aunque nuestra relación no es precisamente estrecha, me gusta quedarme unos días porque hay algo siniestramente encantador en el acto de alejarse de mi estrecha habitación, solo para hospedarme en otra habitación mucho más escueta. Indiscretamente mis ratos de soledad me llevan a pensar, no como siempre lo hago, sino con calma y paz. Siento mi mente liberarse y expandirse en estos días lejos de casa. Se hacen casi 40 días que no te escribo una carta. Aquella eternidad me pinta en un cuadro desamparado. Me gusta relatar estos sentimientos, sólo a ti, quien creo, es la única persona a quien le puedo entregar la sinceridad de mis emociones. He tratado con quienes perjuran este trato fraterno y su hombro. No encuentro la misma belleza que hay en desglosar mis manías si no es escribiéndote egoístamente. Me desenfundo y desvivo por las cosas bellas. Aunque pareciera que hay un centenar de cosas que me parecen hermosas, por la forma de desenvolver, escribir y hablar, en realidad, a cuenta gotas conozco un par que todavía me mueven el corazón.
Entonces hoy, que me adentré en la dinámica de un nuevo libro (el cual me está encantado), y la singularidad nocturna con la que vi las últimas actualizaciones de Instagram de Namjoon y Taehyung, tuve esa sensación de que te extrañaba y quería escribirte. Peculiar. Del libro tengo que hablar sobre la travesía del escritor (como profesión). Aprecié la belleza de dichas fotos. La alegría de saber de quienes amas. Cómo plantearlo…, será, que me impregné de dichas emociones entre simbólicas, amorosas y agradables a la vista, que tu fantasma se me apareció entre la ensoñación. Sin que estuvieras escrito ni retratado ahí, sin que tuviera un hilo de pensamientos que seguir camino a tu hogareño gesto.
Quería venir con mi atrevimiento, sin vergüenza, para decirte que te amo. A ti, a esa forma en la que te cuelas en mis pensamientos como si te deslizaras por mis sábanas al dormir. 
—Parsimonia
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Me pierdo en tus gestos más pequeños.
BTS; WAR OF HORMONE.
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chvemin · 2 years
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rosita con daesan :')
Envía un 🌹 + nombre para que mi personaje coloque en negrita según:
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Me caes bien | Me caes mal | Quiero conocerte mejor | Espero caerte bien | Me gusta hablar contigo | Preferiría que no nos volviéramos a ver | Quiero ser tu amigue | Eres mi amigue | Te considero de mis mejores amigues | Quiero cuidarte | No quiero que te pase nada malo | Pienso que eres linde | No sé cómo me haces sentir | Quiero hacer muchos recuerdos contigo | Me alegra que estés en mi vida | Quiero estar en tu vida | Desearía no haberte conocido | Tendría una cita contigo | Quiero que sepas sobre mi pasado | Quiero saber todo de ti | Me lo paso muy bien contigo | Me siento segure contigo | Te daría un besito en (frente/mejilla/labios) | Sostendría tu mano | Te daría un abracito | Dormiría a tu lado | Me emborracharía contigo | Te pegaría una bofetada | Te vendería a Satán por un dulcecito | Te empujaría desde lo alto del volcán Krisuvik |
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aricastmblr · 5 months
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jimin weverse live (fotos1/2)
지민
12.11. 05:02
다녀오겠습니다
BTS
Iré y volveré
jm-Llegué un poco tarde.
jm-Voy a entrar mañana, todos. Entonces vine a saludar. Llegué un poco tarde. Debería haber venido antes, lo siento.
jm-¡Iré y volveré sano y salvo! ¡Sentí que tenía que decírselo, así que estoy aquí!
jm-No hay mucho que decir pero quería decirles que me iré con cuidado y volveré.No es que no te vuelva a ver nunca más. Lo que quería decirte no pude expresarlo del todo pero después de que me corté el pelo, sentí la realidad.
jm-Yo también los extraño. Ya los extraño ahora, ¿cuánto más los extrañaré cuando me vaya? (army)
jm-��ltimamente el clima es frío, así que tengan cuidado de no resfriarse.
jm-Vi a Taehyung y Namjoon-hyung entrar hoy. Entraron con mucha valentía y sonriendo.
jm-¡Dijeron que irían y volverían sanos! No lloré jajaja, yo también los extraño mucho, pero si vamos y volvemos rápidamente, ¡el momento en que volvamos a estar juntos llegará antes!
jm-Y como entraré con Jungkook,creo que será de gran apoyo.( ¡Y siento que es un buen apoyo que vaya con Jungkook!)
jm-Sí, se lo pasaré a Suga-hyung. Suga-hyung está trabajando duro. A Namjoon-hyung y Taehyung les irá bien y regresarán también. Jin-hyung y Hoseok-hyung también lo están haciendo admirablemente. Jungkook y yo lo haremos con calma y regresaremos también.
jm-Algo que los miembros han estado diciendo mucho es que realmente queremos hacer una gira juntos. Desde que Seokjin hyung fue (al ejército) hemos trabajado duro en nuestras propias cosas y hemos estado trabajando en ello ha pasado un año en el que hemos puesto todo de nuestra parte. Realmente hablamos de querer hacer una gira juntos nuevamente . Hacer una gira, un concierto, lanzar álbumes, una vez que regresemos, ¡¡¡espero que ese momento llegue pronto!!!
jm-¿Te voy a mostrar mi cabello? risas Te lo mostraré justo antes de irme.
jm-¡Siempre estuve feliz y agradecido! ¡Revisaré muchos de nuestros recuerdos mientras esté allí!
jm-Siento que tengo que estar separado de amigos con los que he estado durante 10 u 11 años. Sigo pensando que es una lástima que no podamos pasar un buen rato juntos por un tiempo.
jm-Tengo algunas cosas que preparé pero no lo sé. Pensé en lo que quería hacer y preparé lo que quería, pero no sé si será de tu gusto. Espero que sea algo con lo que puedas divertirte.
jm-Tienen muchas ganas de ver mi cabello jajaja
jm-se quita el gorro
jm-Si yo también voy.. el tiempo pasa volando... pero estos días lo que he estado pensando es que ahora tengo casi 30, pienso en lo rápido que pasa el tiempo... así que he estado pensando en cómo vivir mis 30s, cómo pasar mi tiempo...pensando en planificar realmente las cosas
jm-Me veo lindo porque me afeité la cabeza? jajajajaja ¿Soy lindo porque me corto el pelo? Jejeje
jm-¡Iré y volveré bien, todos!
jm-Algo de lo que estoy muy agradecido y feliz es que hay tanta gente que se despide de mí cuando me voy y me da la bienvenida cuando regreso, eso me hace muy feliz.
jm-Y hoy vi que los ARMY no vinieron al lugar. De verdad muchas gracias. Gracias por cumplir tu promesa. Así que les pido que cumplan esa promesa hasta mañana también! Vienen muchas personas, así que estoy muy agradecido. Me conmoví. De hecho, nuestros ARMY, son geniales. Gracias.
jm-Iré y volveré sano e intentaré dejar mensajes cuando pueda~ Iré y volveré bien~así nos vemos cuando regrese. Voy a terminar el directo ahora...
jm-Volvamos a encontrarnos para hacer algo divertido, con nuestro lado divertido, con nuestro lado genial. ¡Iré y volveré bien!
jm-Después de terminar este live comeré con mi familia que está aquí visitándome. -Me comunicaré contigo. Escribiré una carta o haré algo, me comunicaré contigo. Te extrañaré. Iré y volveré bien. Te amo.
jm-¡Iré y volveré bien! ¡Te amo! ¡Iré ahora!
FIN (Resumen de lo que entendí de weverse live de jimin)
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thtxny · 2 years
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reaction | quando você limpa a boca após o beijo
Jungkook:
ele ficaria perplexo, no mínimo. Ele ficaria meio confuso no inicio, mas não demoraria muito para notar que você estava somente provocando-o, e logo a personalidade competitiva dele tomaria conta e ele daria mais um beijo, e outro e mais outro até que você simplesmente desistisse de limpar os beijos dele. Assim ele ficaria satisfeito e pararia o bombardeio de beijinhos.
“eu posso fazer isso o dia todo”
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Taehyung:
É provável que ele ficasse confuso, bem confuso. Você nunca rejeitou um beijo dele, então o que era isso agora? Você estava brava com ele? Mas o que ele havia feito de errado afinal? Porém, após ver seus sorrisinhos brincalhões ele compreendeu! Desta forma, ele entraria na sua brincadeira e fingiria uma cara emburrada enquanto ficava manhoso.
“você é mal!”
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Jimin:
Ji acharia que era algum problema com ele. Ele verificou seu hálito, se seus lábios estavam macios ou se ele estava suado demais após o treino. Mas não havia motivo algum que explicasse sua resistência aos seus beijos, então Park começaria a se sentir mal. Ele daria tempo a você achando que você estivesse brava. Certamente você teria de ir atrás do pobre garoto explicar não passou de uma mera pegadinha, e teria de se desculpar dando total atenção ao rapaz.
“você estava fazendo isso apenas por uma trend?”
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Namjoon:
O Nam se perguntaria porque você estava a fazer isso, ele observaria sua atitude cuidadosamente. Não acho que ele faria muito drama sobre isso, e provavelmente ele já imaginaria que você estava somente brincando. Então ele não hesitaria em perguntar enquanto sorria levemente, “o que é isso agora?”
E no final vocês acabariam rindo juntos da situação.
“Você continua fazendo isso, apenas aceite os beijos!”
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Hoseok:
Hope confessa que ficaria um pouco chateado. Ele ficava longos meses em turnê e quando volta apenas quer lhe beijar, abraçar e fazer você sentir-se amada de todas as maneiras possíveis, e você rejeitar um gesto de amor dele o deixaria cabisbaixo. Felizmente, Hoseok deixa óbvio quando se sente magoado e você logo notaria. Quando você explicasse porque fez isso, ele riria e agiria com surpresa.
"Uma trend? Minha nossa, pensei que você estivesse triste com algo que fiz. Você me assustou."
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Yoongi:
Guinho percebeu logo de início. Se você apenas recusasse ele pensaria que poderia ser porque você precisasse de espaço e não estava querendo a companhia dele no momento, mas limpar a boca após um beijo nele? Direto como é, ele nao hesitaria em perguntar o motivo. Yoon franziu a testa enquanto questionava o porquê de sua atitude, e quando soubesse que era para uma trend do tiktok ele apenas comprimiria os lábios e faria uma careta.
"Era por isso...?"
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Seokjin:
Jin levaria tudo como uma piada, mas se você prolongasse por mais tempo, ele poderia começar a pensar que é porque há algo errado com ele. Assim como Jimin, ele verificaria o hálito e tudo mais. Entretanto e mais provável que ele tente descobrir por si só o que estava levando você a agir desta forma, e isso o faria se distanciar de ti. Você teria que explicar que é uma trend! Logo ele voltaria a ficar brincalhão novamente com a situação.
"Ah, você recusou os beijos do World Wide Handsome por conta de uma mera trend?!"
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sumi, mas apareci :) desculpem a adm sem vergonha. Tive uma longa crise existêncial, entrei em profundo bloqueio de criatividade, chorei MUITO! Mas tô bem agora :) Façam pedidos para mim ir escrevendo, sim?
O tumblr tirou a qualidade dos gifs :((
Sentiram saudades?
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lileuph-milkybanana · 1 month
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Capítulo 12
Lograron llegar a la habitación en una sola pieza, pero Jungkook estaba casi psicóticamente demente por la incredulidad, el shock finalmente se abrió paso por su cuerpo.
—¿Simplemente dejarás que se vaya? —preguntó incrédulamente Jungkook. —¡Intentó matarme!
—Era el deseo de Asha. —dijo Yoongi, sentándose fuertemente. —Yo...desafié su voluntad.
Sus manos estaban agarradas y su dedo índice daba golpecitos contra sus nudillos en un gesto que Jungkook reconoció como su tic nervioso. Tomando un fuerte respiro, Jungkook se arrodilló, con su mirada suavizándose. El cariño que sentía hacía Yoongi resucitó mil veces.
—Yoongi. —dijo Jungkook. —Me salvaste.
—Me arrepentiré. —declaró Yoongi y Jungkook retrocedió, herido. Yoongi captó su mirada y clarificó: —Ella hará que me arrepienta.
Jungkook lo entendía. Las acciones no iban acompañadas sin consecuencias, especialmente bajo el dominio de Asha. No hacía que el dolor y el enojo por el rechazo de la amistad de Jimin fuera menos, pero al menos Jungkook estaba agradecido de poder confiar en alguien en este lugar.
Afuera, la noche había caído. Las estrellas iluminaban el cielo y las antorchas las calles. El júbilo iluminaba las calles públicas como una llama. Pero dentro de su habitación, ese momento permanecía en silencio.
—La desafiaste. —habló suavemente Jungkook. —Por mí. P-pensé que no querías estar conmigo por ella.
—No a costa de tu muerte. —dijo Yoongi —Sí me gustas. Lo haces. Más de lo que debería.
Tentativamente, Jungkook preguntó: —¿De forma romántica?
—Cada movimiento, cada broma que haces. —la voz de Yoongi sonaba estrangulada. —Era una tentación.
—No podía haber sido tan atractivo. —lo encontraba difícil de creer. ¿Qué mierda?
—Me estaba restringiendo a mí mismo. —volvió a decir Yoongi. —Esa noche.
—¿La noche que fui ofrecido a ti?
Una pausa.
—Sí.
Con la boca abierta, Jungkook lo miró estúpidamente, con su mente sin ninguna respuesta coherente.
—Eres buen compañero, también. No es solo físico. —dijo Yoongi, con los ojos dilatados. Cada respiración estaba calculada. —No puedo resistirme más.
—Tú... —dijo Jungkook, sorprendido. Avanzó un paso, envolviendo la cara de Yoongi entre sus manos.
—Consumaría el ritual ahora —dijo Yoongi —, si te apetece.
Por un momento, Jungkook simplemente lo miró.
Y luego la alegría explotó en su pecho. Cálidamente, una sensación de vértigo se extendió por el resto de su cuerpo.
—Sí me apetece. —respondió Jungkook. —Por supuesto que me apetece.
Por un momento, los dos se quedaron quietos. La mirada Yoongi vagó sobre el con interés, como si estuviera inseguro por dónde comenzar. Jungkook lo ayudó inclinándose y besándolo, ligeramente, pero de forma placentera. Era algo que deseaba desde hace un tiempo. Las manos de Yoongi botaron una jarra de vino de la mesa, quizás por su emoción. Se estrelló contra el piso, derramando vino en el suelo de mármol.
—¡Por Dios! —exclamó Jungkook, separándose del beso para mirar al desastre junto a ellos.
—Olvídalo. —dijo Yoongi, con los ojos oscuros. Tiró a Jungkook a la cama. —Alguien vendrá luego para limpiarlo.
—Pero-
—Dije, olvídalo. —repitió firmemente Yoongi, recorriendo una mano desde la parte baja del abdomen de Jungkook hasta su cuello, y luego simplemente apoyó su mano ahí, sintiendo el latido del corazón de Jungkook. La presión contra su cuello no era muy fuerte, pero seguía siendo abrumadoramente caliente y dominante, lo suficiente como para que Jungkook emitiera un lloriqueo desde su garganta. Se inclinó hacia abajo para otro beso. En poco tiempo, su túnica estuvo abierta, dejándolo desnudo.
Y entonces Yoongi estiró su otra mano hacía bajo y agarro el pene de Jungkook. Tiró su cabeza hacía atrás y gimió. Fuertemente. Cada estocada traía consigo una ráfaga de placer mientras Yoongi pasaba su pulgar en círculos sobre la punta de su miembro.
—Por favor —logró decir Jungkook —estoy...por favor.
De alguna manera, Yoongi sacó un aceite y movió un dedo en círculo, luego dos dedos alrededor del ano de Jungkook antes de meterlos, recibiendo pequeños gemidos sin sentidos mientras Jungkook empujaba hacía atrás. Era todo lo que Jungkook pensó que sería, e incluso más. Yoongi era habiloso con sus dedos, sus labios se movían suavemente en la clavícula de Jungkook, y luego en su mandíbula. Retorciéndose, chispas de calor explotaron por su cuerpo mientras Yoongi rozaba su próstata. El placer era abrumador.
Una vez que Jungkook estuvo lo suficientemente preparado, Yoongi lo penetró con un quejido ahogada. Primero la cabeza de su pene, luego el resto. Jungkook se sentía lleno.
Su unión era mojada, resbalosa.
—Te sientes... —grande. Yoongi lo besó de manera cariñosa en respuesta.
Jungkook dejó salir pequeños gemidos antes de asentir para que se moviera.
Jungkook exhaló sonidos ásperos y diminutos, antes de dar la afirmativa de moverse. El mayor giró sus caderas de golpe, empujando hacia la próstata de Jungkook y sacándole frenéticos y obscenos gemidos. No tardó mucho en sentir que el calor se elevaba como una ola de marea en sus entrañas, un placer inmenso. Se tiró hacia atrás desesperadamente, buscando liberación, hasta que su orgasmo lo golpeó como una onda expansiva, que estallaba a través de su cuerpo.
—Joder — Jungkook gimió — Oh Dios, Yoongi...
— Jungkook —. Es todo lo que dijo Yoongi, voz áspera, antes de que se corriera dentro con un grito ronco.
Por un momento, ambos simplemente jadearon. Yoongi se retiró y Jungkook gimió. Miró fijamente al techo sin pensar mientras Yoongi tomaba un trapo de la mesa y comenzaba a limpiarse. Después de unos minutos, cuando el latido del corazón de Jungkook se había calmado, Yoongi habló.
— Eso fue...
— Realmente muy bueno —. Jungkook dijo, con su brazo extendido a través de la cama. Se mordió el labio. — Yoongi, me... me gustas. Me gustas mucho. ¿Esto va a ser un problema?
Una palma tocó gentilmente su mejilla. Yoongi giró la cabeza de Jungkook para que lo mirase.
—Somos Hasta-val ahora —dijo Yoongi, y se miró conflictuado ante la incomprensión en la cara de Jungkook. —Es como un compañero de por vida. Alguien a quien una persona de mayor estatus elige como su compañero.
—Hasta-val —las palabras sonaban extrañas en la lengua de Jungkook. Extranjeras. —Similar al matrimonio.
—Similar —admitió Yoongi —también es una unión eterna, pero entre dos hombres. Solo los de alto estatus social pueden pedir Hasta-val. No es una unión política, sino que una emocional. Estoy al tanto de que deseas volver a tu mundo, pero con las motivaciones de Asha sin ser claras, te ofrezco mi protección.
Jungkook se sonrojó y se detuvo para recolectar sus pensamientos.
—Eso suena como un compromiso serio.
—Lo es —dijo Yoongi, una confesión —Yo...disfruto pasar tiempo contigo.
El futuro se sentía distante con las palabras reconfortantes de Yoongi. Jungkook respondió inclinándose y besándolo profundamente.
Y entonces, el momento se rompió.
Aplausos.
Aplausos, aplausos. Y más aplausos, molestos aplausos.
El sonido de aplausos resonó en la habitación. Ambos se giraron para identificar el sonido; venía desde los pies de la cama.
Había alguien de pie ahí.
¿Cómo mierda entró alguien a la habitación? Es la parte más segura del palacio.
—Muy, muy bonito —dijo la persona, complacida. Sonaba extremadamente familiar y Jungkook entrecerró los ojos en la tenue luz de la habitación y miró al intruso, subiendo las sábanas hasta su pecho alarmadamente.
—¿Quién eres? —gruñó Yoongi, saltando de la cama desnudo con una mano levantada frente a Jungkook. Defensivo.
El hombre misterioso chasqueó sus dedos.
Todas las linternas se prendieron dentro de la habitación. La chimenea ardía con tenacidad, y la cara del intruso de pronto estuvo iluminada.
La habitación se sumergió en silencio.
Jungkook miró. Y miró un poco más.
No. ¿Pero cómo?
No tenía sentido. Los labios de Jungkook se abrieron en sorpresa.
—¿Namjoon? 
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bts-scenarios-br · 2 years
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Quem é mais provável de ser um romântico incurável?
AAAAAAAAAAAA
Taehyung (os próprios meninos já disseram que ele é o mais romântico, né? Gente, o Tae é o tipo de pessoa que vai botar uma música romântica pra tocar e te puxar pra dançar no meio da sala, depois de terem cozinhado e comido juntos enquanto bebiam vinho, E NADA TIRA ISSO DA MINHA CABEÇA)
Jungkook (um bobão apaixonado, com certeza. Faria de um tudo pra te fazer feliz, pequenas surpresas, presentinhos, carinhos inesperados, café da manhã na cama, mensagens fofas no meio do dia - esse menino seria um completo tonto pela pessoa com quem estivesse, com certeza)
Yoongi (okay, eu sei, inesperado, mas vão me dizer que eu tô errada?? O Yoon te escreveria músicas lindas, te faria comida quando estivesse ocupada demais, faria coisas pela casa que sabia que você não gostava, te daria a senha do estúdio dele, compraria presentes fofos de repente, apenas - um romântico perdido)
Jimin (totalmente boiola pela pessoa, te elogiaria a todo e qualquer momento, estaria sempre dando um jeito de estarem colados um no outro, apaixonado por carinho, te levaria em encontros românticos seguidos de passeios pela cidade no meio da noite enquanto conversam e riem da lua)
Hobi (romântico também, do jeito que querer sempre cuidar de você e te ver bem - faria carinho para dormir no colo dele, roubaria beijos em qualquer oportunidade, sempre tomaria conta e ficaria atento se estava se cuidando. Seria romântico de um jeito sutil e natural, apenas, é da natureza dele)
Namjoon (talvez um pouquinho aéreo de vez em quando nesse quesito, mas se esforçaria para ser romântico e te deixar feliz. As vezes poderia se esquecer de te dar um tratamento especial, mas sempre que se lembrasse, te daria todo o amor e carinho do mundo. E TAMBEM ESCREVERIA MUSICAS PARA VOCÊ!! Só não tantas quanto o Yoon rs)
Jin (também seria romântico MAS de todos eles eu acho que ele é o que mais te trataria como seu melhor amigue. Na maior parte do tempo apenas teriam um dia a dia comum e casual, mas de tempos em tempos ele te surpreenderia com gestos românticos e emocionantes, apenas seriam difíceis de acontecer)
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[ARTICOLO] Recensione BTS: carisma e fiducia dal più grande gruppo pop del mondo
Come si esegue uno spettacolo delle dimensioni di uno stadio senza pubblico? Oltre otto anni di singoli miliari, le star del K-pop mostrano come si fa.
"'Noi non possiamo vedervi, ma siamo così felici che voi possiate farlo', sorride Jungkook, respirando affannosamente. I BTS, il gruppo pop più grande del mondo, hanno appena aperto la loro esibizione allo stadio olimpico di Seul in modo tipicamente grandioso. Dopo aver volato attraverso l'elaborata coreografia e la feroce passione delle tracce 'On', 'Burning Up (Fire)' e 'Dope', canzoni di tre fasi molto diverse degli otto anni di carriera del gruppo sudcoreano, i sette membri si prendono un momento per parlare con franchezza. Sebbene il loro spettacolo allo stadio abbia fiamme, fuochi d'artificio, dozzine di ballerini vestiti come cigni e una band dal vivo completa di una sezione di ottoni coreografata, a RM, Jin, Suga, j-hope, Jimin, V e Jungkook manca solo una cosa: la fanbase del gruppo, conosciuta come Army.
Il pubblico in live streaming di domenica avrebbe potuto fare il tutto esaurito allo stadio olimpico 10 volte. Invece di occuparsi di prevendite, bagarini e hotel costosi, i fan possono guardare la performance da sei angolazioni della telecamera perfettamente inquadrate, godersi la traduzione dal vivo e riunirsi sui social media: quando i BTS eseguono solo un frammento di un'amata canzone più vecchia, 'Blood Sweat & Tears', circa 50.000 tweet estasiati vengono  immediatamente postati.
Tuttavia, j-hope fa un gesto verso i 69.000 posti vuoti dello stadio. 'Mi rende solo', ammette. Non è un compito da poco eseguire uno spettacolo delle dimensioni di uno stadio, figuriamoci senza l'energia e l'incoraggiamento che si percepisce da un mare di fan euforici. Ancora più difficile quando hai un membro della band fuori gioco: dopo un piccolo infortunio durante le prove, V canta da una poltrona dall'aspetto regale, perdendo gran parte della potenza del gruppo.
Chiamato Permission to Dance (On Stage) dopo il confortante singolo estivo con lo stesso nome, il concerto abbraccia la loro discografia con tratti insolitamente ampi. Mentre l'album epico dei BTS 'Map of the Soul: 7' avrebbe sostenuto il tour mondiale cancellato lo scorso anno, domenica sembrava più vicino a un successo incredibile. Usano le pause di ballo per alternare i remix di singoli fondamentali e così facendo scoprono collegamenti tematici inaspettati: 'Blue & Grey', una ballata morbida e devastante creata durante la pandemia, seguita da 'Black Swan', una canzone oscuramente teatrale sulla paura di cadere per amore della musica.
I BTS hanno sperimentato il genere sin dal loro debutto nel 2013, ma il modo in cui usano i punti di forza di ogni membro - la fredda autorità di RM, il vibrato argenteo di Jin, l'intensità feroce di Suga, l'espressionismo colorato di j-hope, la tenera forza di Jimin, il baritono cupo di V e le improvvisazioni atletiche di Jungkook - conferma il loro carisma e fiducia come gruppo. Li lega insieme attraverso le inflessioni hip-hop della vecchia scuola di brani come 'Dis-ease' e 'Baepsae', l'esplosione EDM di 'So What' e il più vicino 'Spring Day', una canzone che i fan chiamano la 'regina' per la sua bellezza e grazia.
Questo gruppo è spesso descritto come un fenomeno: hanno infranto record di lunga data dell'industria musicale e hanno infranto l'assunto che il pop dovrebbe essere in inglese per trovare il successo globale. Ma chiamarli un fenomeno implica anche che il loro potere stellare è qualcosa di misterioso, e non è vero. Guardare i BTS esibirsi, online o offline, significa comprendere la tenacia, il talento e la passione che li ha portati a queste vette."
Traduzione a cura di Bangtan Italian Channel Subs (©Matchamochi) | ©TheGuardian
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ikoocaina · 3 years
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La pregunta
JIMIN x LECTOR
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  Trataba de mantener la calma para no decir nada irónico y mostrar la mejor sonrisa que tenía.
— Amor, voy a salir con los chico, no me esperes despierta, te amo.
  Yo solo respondí con un asentimiento y acto seguido escuché la puerta principal abrir y cerrarse... ¿Me amaba? ¿Acaso se estaba burlando de mí? Si me amara tanto como dice no me hubiese engañado ¿Cómo es que podía ser tan cínico?
  Dolía, pero al mismo tiempo sentía enojo e impotente ¿Cuánto tiempo más esperaba mi novio verme la cara de boluda?
  Cuando me di cuenta tenía las mejillas empapadas por mis lágrimas, él no lo valía, no merece que esté llorando por él, que esté llorando por algo que ni siquiera fue mi culpa.
  Me levante y fui directo al baño. Me bañe, al salir me peine, me maquille, me puse un vestido al cuerpo, unas plataformas y perfume. Definitivamente no me iba a quedar en ese lugar.
  Agarre mi billetera, mi celular y salí de casa. Iba a terminar mi relación con Hernán, pero no esta noche, ahora solo quiero despejarme de todo estrés que había acumulado.
  La música retumbaba dentro de las paredes del boliche.
  Mire alrededor del lugar, desde la barra, mientras pensaba que tomar. Había un grupo de 9 chicas a su izquierda que solo estaban tomando, un grupo de 3 chicos que estaban bailando, dos chicas que bailaban mientras tomaban, en el centro un grupito alentando a otros para que se den un beso de 3, y podría haber seguido analizando a cada persona si no fuese por:
— ¿Sola?
  Me giré entonces al escuchar una voz conocida en mi oído.
— Hola Jimin —le sonreí al amigo de mi novio.
  Él se quedó mirándome, sin decir nada. Quise que Jimin me sonriera como lo hacía siempre que me saludaba cuando salíamos con mi novio y sus amigos. Sin embargo, lo único que hizo fue deslizar sus ojos por todo mi cuerpo y después, sin mediar palabra, acercarse un poco más a la barra y hablar con el barman, sacar su tarjeta y decir: — Un fernet —para luego mirarme y preguntarme: — ¿Vos queres un trago?
— Lo mismo —respondí—. ¿Y eso? —apunte a sus labios.
— Me lo hice hace una semana, ¿te gusta? —respondió estirando un poco su labio inferior para hacer ver el piercing que estaba puesto en el labio inferior. Asentí. La verdad es que le quedaba muy bien agregando que siempre me parecieron atractivos los hombres con piercings.
— No me respondiste —yo fruncí las cejas sin entender a qué se refería a lo que él se acercó a mi oído y siguió—. Si viniste sola, que yo recuerde tu novio no te deja. ¿O será que ya estás soltera?
— Tranqui —respondí alejándome un poco de él.
— ¿Y que sería "tranqui”?
— Vos estás solo o... —intenté cambiar de tema.
— No, estoy esperando a los chicos —respondió acomodándose la camisa que llevaba—. Entonces, ¿te hago compañía hasta que ellos lleguen?
  Le miré con una sonrisa, apoyándome en la barra.
— ¿Me darás conversación? Pero conversación de verdad...
— ¿Sabías que la los pingüinos también se prostituyen? Las hembras intercambian sexo por piedras.
— ¿Qué dices? —le miré supe sorprendida.
— Lo que oyes. Y las mujeres tienen las encías del mismo color que el clítoris.
  Abrí la boca para contestarle, pero no se me ocurrió nada, a lo que Jimin aprovech�� para levantarme el labio superior con uno de sus dedos. Le atiné un manotazo y él empezó a reír.
— Pues los hombres tienen la pija justo tres veces más grande que su dedo pulgar.
  Jimin dejó sus manos encima de la barra, delante de mí, y yo las miré con una mueca de diversión.
— A ver...
  Jugamos como dos niños con nuestras manos, haciendo cálculos. El resultado era... No sabía si lo que había dicho era científicamente comprobable, ya que fue lo primero que se me cruzó por la cabeza.
— Bueno~ —dije con un suspiro. ¿Acaso nos estábamos tirando onda?
  Jimin volvió a reír a carcajadas. Ahora que lo pienso nunca tuve una conversación así con él ya que siempre que salíamos era junto a mi novio y sus otros amigos. Me encontraba en uno de esos momentos donde veías que tan lindo eran los amigos de tu novio. No, ¿quién hacía eso? Qué pensamientos me cruzaban por la mente en aquel momento... El pensamiento de hacerle el oral de su vida hasta el final y dejarle con los ojos en blanco.
— ¿Fue una táctica para ver si la tengo más grande que tu novio, o cómo?
— ¡Qué decís! No seas grosero. No pienso hablar de este tema contigo.
— Vos empezaste, pero de todas formas no pensaba hablarlo.
— ¿Entonces? —pregunté. Si, definitivamente nos estábamos tirando onda.
  Chasqueó los dedos y se acercó a mí, dejándome parcialmente atrapada entre su cuerpo y la barra.
— Relax, que lo único que quiero es hablar, conóceme primero que no te arrepentirás —canto en mi oído mientras me apartaba el cabello del cuello y susurró: — ¿Sabes algo de francés? —yo solo atiné a negar con la cabeza y el siguió: — Des actions, pas des mots.
— Podría jurar que eso fue un chamuyo. —dije con las cejas levantadas a lo que Jimin empezó a reír.
  Desde detrás, la gente solo vería a dos personas apoyadas en la barra, él rodeándome los hombros con su brazo izquierdo. Pero de lo que nadie se percataría sería de la mano derecha de Jimin deslizándose por debajo de mi vestido mientras cantaba la canción que estaba sonando.
— Deja que la maldad nos domine y que el deseo haga que conmigo termines.
  Noté el tacto y el calor de su palma suave subiendo por mis muslos, que se contrajeron instintivamente. Rodeó mi cadera y subió hasta mi vientre para después precipitarse hacia abajo, por dentro de la ropa interior.
— Si tú te sientes sola, él ya no te valora, escápate conmigo y olvídate de las horas...
  Sus dedos bajaron un poco más, introduciéndose a lo que yo no pude ni moverme.
  Le agarré el brazo con la mano derecha pero, lejos de sacarlo de mí, que habría sido lo lógico, le clavé mis dedos, conteniendo un gemido.
— ¿El amigo de mi novio? —dije en un suspiro cerca de su oído.
— Que graciosa —respondió.
— Para... —supliqué cuando las piernas empezaron a temblarme. Metió otro dedo y aceleró el ritmo.
— ¿Serías capaz de correrte aquí?
  ¿Si sería capaz? Si, definitivamente.
  Hubo un lapso de tiempo sin conversación; sus dedos seguían penetrándome y su pulgar presionaba mi clítoris. Me agarré a la barra y cerré los ojos.
— ¿Sabes? Tienes razón. Creo que va a ser más divertido dejarlo aquí. Los chicos ya deben estar por llegar.
  Jimin sacó la mano como si nada de dentro de mi agarro su vaso, brindó con el mía y terminó su fernet de un trago.
— Voy con los chicos, pásatelo bien y, si quieres, me mandas un mensaje...
  Me guiñó un ojo y se fue. Y yo, paralizada...
  Me bebí el fernet en dos tragos, y le pedí al barman otra, no sé ni de qué. Al darle un trago me di cuenta de que era vino. Y no hay nada que se me suba más a la cabeza que el vino, pero qué más daba. Me había dejado casi masturbar por el amigo de mi novio que me engañó.
  Fui al centro de la pista, con mi vaso por la mitad y las piernas temblorosas. Estaba intentando bailar con un grupo, pero no podía dejar de pensar en Jimin y en su mano metiéndose dentro de mi ropa interior. Había algo dentro que me empujaba a sacar el celular y mandarle un whatsapp pidiéndole que se viniera a mi casa. Pero luego me decía a mí misma que eso estaba mal... ¿Estaba mal?
  No se cómo, pero termine en una rondas seguidas de tequila, luego alguien me pasó un gin-tonic. Poco a poco mi vista perimetral fue nublándose y mi sonrisa ensanchándose.
  Una de las chicas empezó a contar como de término metiendo con el amigo del que era su novio en aquel entonces.
— Consejo: nada de meterse con los amigos de su pareja.
  Todas las personas en esa mesa estallaron en carcajadas, pero mi mente borró el consejo. Yo quería meterme con cierto amigo.
  Sonaba Sin Contrato de Maluma y yo buscaba a Jimin desesperadamente con la mirada. Entre todas las caras desconocidas de pronto me choqué con los ojos fríos de Taehyung, otro amigo de mi novio. Le saludé con un movimiento de cejas, y contestó con una sonrisa de medio lado que ubicaría entre el desprecio y la satisfacción.
  Estaba debatiendo entre acercarme y posiblemente encontrarme a mi novio pero también a Jimin, cuando el celular me vibró en la mano. Aparecía una notificación de whatsapp: "Tomaste de más, será que bailas un poquito para mí?"
  Cerré los ojos y me dejé llevar, moviendo las caderas de un lado a otro. La canción cambió a La pregunta Jalvarez y yo sonreí.
  Mi celular vibró dentro del bolso, pero lo ignoré y seguí bailando, cerrando los ojos, dejándome llevar por el ritmo calentito de la canción. Sentí a alguien acercarse por mi espalda y una mano se apoyó en mi estómago echándome hacia atrás, hasta pegarme contra un cuerpo duro. El mensaje que había vibrado en mi celular... ¿sería de Jimin que, ante la no respuesta, se había acercado a tomar la iniciativa? Tenía toda la pinta. Me llegaba el olor de su perfume..., ¿verdad?
  Me contoneé contra su cuerpo y sus manos me arrimaron un poco más a él. Bajé un poco para subir después con el trasero pegado a su entrepierna, su nariz acarició mi cuello y sus labios atraparon el lóbulo de mi oreja. Esa noche cojia, estaba claro.
  Levanté la mirada, recuperando un poco de cordura, para vigilar que nadie estuviera viéndonos y... cuál fue mi sorpresa al chocarme de frente con la mirada de Jimin y su sonrisa burlona. Entonces, ¿con quién estaba bailando yo? Me separé de golpe y me giré para descubrir a Taehyung mordiéndose el labio inferior.
— Tae... —logré decir.
— Bailas muy bonito —contestó con sorna.
  Trate de tomar aire y di un par de pasos hacia atrás. Me giré, me estampé contra una pareja que estaban chapando, me disculpé y fui hacia la salida intentando evitar a la gente que había alrededor.
— ¿Ya te vas?
  Casi grité del susto.
— Mierda, qué susto...
  Jimin me miró frunciendo el ceño.
— ¿Todo bien?
— Eh, yo, sí. Estoy un poco mareada. El tequila...
— Ay, pobrecita... —se rio.
— Ya, ya. —le hice un gesto despectivo con la mano—. Ahórrate el castigo, papi.
  Cuando logramos salir y me apoye en la pared del boliche mientras Jimin me miraba con las cejas levantadas, sonriendo sin mostrar los dientes. ¿Tan bien le iba a quedar ese piercing?
— ¿Así te vas a ir?
— Así ¿cómo?
  Jimin se acercó un poco más a mí y siguió: — Así. —me señaló—. En pedo, sola y sin despedirte.
— Me estoy despidiendo. Chau, nos vemos después.
— No me estás entendiendo... —se rio.
— Ahora solo quiero irme a casa.
— Te acompaño.
— No gracias.
— Soy el amigo que cuida a las novias de sus amigos. 
  Di una mirada de reojo y vi que sonreía. Me molestaba que hubiera metido la mano dentro de mí al principio de la noche y luego sonriera viendo cómo me restregaba por equivocación con otro.
  Saqué el celular y me dispuse a ignorarlo. Tenía una notificación de whatsapp de él: "Estoy duro pensando en vos y en como bailas".
  Levanté la mirada y Jimin tenía los ojos puestos en mí.
— ¿También sos el que le manda mensajitos subiditos de tono a las novias de tus amigos? —le dije.
— ¿Por qué? ¿Celosa? Sos a la única novia de mi amigo que le mando mensajitos subiditos de tono.
— Tarado —y aunque no quería, sonreí un poco.
— En eso tienes razón, pero soy buena onda.
  ¿Un chico buena onda? No lo definiría así, la verdad. Buena onda es el chico con el que ni siquiera se te ocurriría acostarte en pleno apocalipsis. Y Jimin estaba tan lindo frente a mí que... me dio la risa. 
  Me tapé los ojos y me descojoné. Lo miré de nuevo y tenía una pequeña sonrisa.
— Estas en un pedo que ni te cuento. —rio—. Vamos. —hizo el gesto con la cabeza y me dio lugar para pasar junto a él.
  Cuando lo hice apoyó su mano en mi culo. Le miré de reojo.
— ¿Quién te ha dado permiso para hacer eso?
— Me tomé la libertad.
— No lo hagas.
— Grrrr. —fingió que gruñía.
  Caminábamos hacia no sé dónde, yo iba apoyándome en él ya que de lo contrario me iba a terminar besando el piso. Nos metimos en una calle oscura y él sacó de su bolsillo las llaves de su auto y lo abrió en un destello de luces. Vino hacia el lado del copiloto y me abrió la puerta. Estaba por entrar pero se acercó a mí con una sonrisa sugerente.
— Tienes olor a licorería.
— Pero soy más divertida que de costumbre.
— Sí, sí, ya te he visto ahí dentro. Muy extrovertida —contestó con aire grave.
— ¿Te has dado cuenta de que yo creí que estaba bailando con vos?
— Me di cuenta de que estabas un poco desorientada.
Apoyé mi pie en el auto, de manera que ahora mi pierna doblada quedaba al lado de su muslo, haciendo que el vestido se suba un poco. Me miró y se acercó más.
— Tenes que comer algo para que se te pase el pedo. ¿Queres venir a mi casa?
— ¿Me estás invitando a tu casa?
— Sí —asintió, e inclinándose besó húmedamente mi cuello.
— ¿Para hacerme la cena? —le pregunté para ganar tiempo y poder pensar un poco en lo que estaba haciendo.
  Se incorporó y, sonriendo, se quedó a escasos milímetros de mi boca: —  Después, sí.
— ¿Después de qué? —pregunté sin poder quitar la mirada del piercing de su labio.
— ¿Sos de la que ven películas antes de que te den contra algún mueble?
  Así era imposible pensar. Alcohol + hormonas...
— ¿Y vos? —contesté con otra pregunta.
— Si venís te lo enseño.
  Cerré los ojos. Ahí venía. Jimin me sujetó la cara con las manos y... me besó. Tenía los labios suaves y calientes. Sentir el contraste de los labios calientes y el piercing frio.
  Se apartó un segundo: — ¿Vamos?
  Giré la cabeza, lo atraje hacia mí y nos besamos aún más profundamente con mis dedos enterrados entre los mechones de su cabello. Nunca me habían besado así. Nunca había sido consciente de todo mi cuerpo con el solo acto de besar.
  Cuando se separó de mi boca gemí de frustración.
— En mi casa. —dije y me metí en el auto. Sin pensar.
  Cuando llegamos Jimin dejó su auto estacionado fuera de casa. Baje con su ayuda y en la entrada le di la llave para que él abra la puerta.
  Sentí como cerró la puerta de un golpe y acto seguido gemí cuando me aprisionó contra la pared y me apretó los pechos entre sus dedos.
— Dios, tienes unas tetas...
  Directo. Sin anestesia. Sin poesía. Sin cuentos. Cerré los ojos cuando me apartó el cabello y se dedicó a besar y morderme el cuello. Eché la mano hacia atrás y le toqué por encima del pantalón una erección que se marcaba perfectamente.
— Estoy loca... —gemí.
— ¿Por qué?
— Porque sos el amigo de mi novio, y probablemente voy a tener que verte el lunes y...
— Y por la mañana porque te voy a cojer hasta que salga el sol.
  Nos besamos como animales, con las lenguas descontroladas y hambrientas. El sabor metálico. Sus manos desabrocharon el botón del cuello de mi vestido
— Llevo toda la noche comiéndote con los ojos —jadeó.
— ¿Incluso cuando me viste bailar con Taehyung?
— Sobre todo cuando te vi bailar con Tae.
— ¿Es alguna clase de fetiche?
— No sé si se podría llamar así.
  Asentí mientras le desabrochaba la camisa. Tiré de su mano hasta una de las puertas que había en un pasillo contiguo. Al abrirla, si, era mi habitación. La cremallera del vestido descendió y se cayó al suelo. 
  Casi vomité de los nervios. Tuve que procurarme una charla interna, convenciéndome de que acostarse con el amigo de mi novio una noche no tenía nada de malo. Sí, me engaño pero seguía siendo mi novio y el amigo de mi novio.
  Me giré hacia él, que se estaba quitando la camisa. Dios, pasé las manos sobre sus pectorales terminando en el tatuaje que tenía en uno de sus costado. Él me desabrochó el corpiño con un solo ademán.
— Él me puso los cuernos, pero me imagino que ya lo sabías.
  Le desabroché el pantalón y metí la mano dentro sin apartar los ojos de su cara. Una sonrisa de lado apareció en sus labios.
— ¿Eso significa que soy el miembro de desquite y despecho? —susurró.
— Para nada —me burlé.
  Sacó mi mano de dentro de su paquete y se quitó los zapatos de una patada, se agachó para desembarazarse de las medias, que también dejó tirados, y después se desprendió del pantalón y la ropa interior.
— ¿Con cuantas? —le pregunté.
  Allí, en mitad de mi habitación estaba Jimin completamente desnudo. Y no tenía desperdicio. Era tan hombre que juro que por un momento quise correr en dirección a la puerta.
— ¿Tres? Sinceramente no lo sé. Como te dije, tan amigos no somos... —fingió un suspiro y después me señaló—. Te sobra ropa.
Tragué saliva. Tenía ganas de pedirle que apagara la luz y cerrara la puerta. Necesitaba algo que convirtiera la atmósfera en algo más íntimo.
— ¿No deberías quitármela vos?
— No, quiero quedarme con el recuerdo de cómo lo haces tú. Una fotografía mental para cuando esté solo.
  Sonrió burlón y se sentó al borde de la cama animándome a que me desnudara con un ademán. Deslicé mi tanga por mis piernas y después las alejé de una patada. Desnuda delante de él. Jimin se mordió el labio con deseo quedando parte de su piercing escondido, y se acercó, estampando su boca contra la mía con brutalidad. Su mano derecha se metió entre mis piernas de inmediato y siguió con lo que había empezado en la barra.
  Agarre su erección con mi mano derecha y la toqué, sacudiéndola con suavidad. Palpitó en mi mano, haciéndose más grande. Separamos los labios totalmente empapados y los dejamos muy cerca.
— ¿Te gusta?—me preguntó.
— Sí. —tragué
— Déjate llevar... —pidió a media voz.
  Cerré los ojos y dejé escapar un suspiro, mientras sus dedos me acariciaban con pericia.
— Decime si te gusta, si quieres más. Quiero que te corras conmigo.
  Abrí los ojos y él sonrió. Se inclinó hacia mi boca y nos besamos. Su lengua demandaba atención y pasión. El sabor metálico de su piercing cada vez yo que lamia su labio inferior. El tono de las caricias fue subiendo, como la temperatura de la habitación.
— Desde que te vi llevo pensando en esto —confesó.
— La primera vez que nos vimos fue antes de que sea novia de Hernán —eché la cabeza hacia atrás. 
— Exacto.
  Dimos unos pasos hacia la cama y nos dejamos caer. Me colocó a horcajadas sobre él y me movió las caderas de arriba abajo, frotándose con mi sexo. Me senté un poco más abajo, sobre sus muslos, y seguí masturbándole despacio.
— No quiero correrme en tu mano —gruñó.
  Me eché a reír y él tiró de mí para besarme. Aquel beso se convirtió en algo desesperado cuando volvimos a frotarnos.
— Cojeme —le pedí.
— ¿Dónde hay forro? —pregunto a lo que con la cabeza apunte a la mesita de noche a un lado.
  Jimin alargó la mano hasta la mesita de noche y se irguió, colocándose de rodillas entre mis piernas. Agarro el condón y se lo puso tan rápido que me acobarde. Después se tumbó encima de mí y empujó hasta penetrarme con fuerza.
— Mierda, se siente tan bien —y lo dijo con una voz que era viagra pura.
  Levantó un poco mis caderas, arqueándome debajo de él, y empujó con fuerza hasta colarse en mi interior más hondo. La sacó y volvió a entrar haciéndome consciente de cada centímetro de piel y terminación nerviosa. Había sido la mejor penetración de mi vida.
— Sigue, sigue —gemí.
  Me agarré a su espalda y le clavé las uñas. Jimin salió de mí y volvió a entrar fuertemente.
— ¿Duro? ¿Así te gusta?
— Sí. Duro..., fuerte... —gimoteé.
  Jimin se agarró a la almohada y empezó a penetrarme con rabia. Jamás había sentido aquello. Era placer y descontrol; era alcohol en la sangre y sexo en el aire. La fricción que se producía en esa postura convertía el sexo que yo conocía en nada. Ahora entendía que jamás había cojido como es debido.
  Nunca, en toda mi vida, había fantaseado con que un tío me tratara mal en la cama. Nunca me había excitado el sexo violento ni la rudeza, pero ahora moría porque Jimin me agarrara fuerte y me zarandeara. 
  Tiró de mí con violencia y me levantó hasta colocarme a horcajadas sobre él y yo solo eché la cabeza hacia atrás. Jimin me agarro entonces del cuello sin presionar pero con firmeza, rematándome.
—Me voy a correr... —le dije con la poca voz que me quedaba.
  Su boca se acercó a mi oído y mientras empujaba hacia mi interior empezó a susurrar: — Quiero correrme en tu preciosa boca. Quiero que me lamas, que deslices tu lengua por encima. Que disfrutes sintiendo cómo me voy...
  Eso me pudo. Su voz, derritiéndose en mi oído, diciendo aquellas cosas... Creo que hasta puse los ojos en blanco cuando estallé.
— Bueno... —gimoteé.
  Jimin me agarro la cara con una mano otra vez y me acercó a su boca. Nos besamos como dos animales y aspiró mis gemidos finales, deslizando su lengua por todos mis rincones. Él empezó a gemir con fuerza entre jadeos roncos y adiviné que estaba a punto de correrse también. Así que me encaramé a él y acercando mi boca a su oído susurré: — Quiero que te corras en mi boca. Quiero lamer hasta la última gota y disfrutar con el sabor.
  Jimin salió de mí de golpe y tiró del condón hasta quitárselo. Me arrodillé delante de él, de pie junto a la cama. Cuando me la metí en la boca sabía a látex y ya se intuía el sabor dulzón del sexo. Succioné con fuerza, le miré a través de mis pestañas y le insté a agarrarme del pelo, llevando su mano hasta mi cabeza.
  Cerró los ojos durante unos segundos, en los que empujó, cojiendome la boca. 
  Noté el disparo cálido llegar hasta mi garganta y tragué. Le siguieron más y más y más y yo tragué y le miré gemir. Cuando su mano ya no ejercía fuerza en mi cabeza la saqué de mi boca y apoyé la frente en su cadera, jadeando.
  Me levanté y pasé un dedo por la comisura húmeda de mi boca. Los ojos de Jimin me recorrieron la cara al completo. Después me acercó a él y me besó.
— Lo que acabas de hacer... —dijo jadeante— no se me va a olvidar en años.—me reí a carcajadas y él sonrió—. Ahora no quiero parar.
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