“Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino”
Carl Jung
Carl Gustav Jung fue un médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis. Fue fundador de la psicología analítica. Fue colaborador de Sigmund Freud en sus inicios y pionero de la psicología profunda, terapia e investigación que tenían como enfoque al inconsciente.
Jung incorporó a su metodología, nociones procedentes de la antropología, la alquimia, la interpretación de los sueños, el arte la mitología, la religión y la filosofía.
Nació en Suiza en julio de 1875 en el seno de una familia de ascendencia alemana y su padre era un pastor luterano. Ambos padres pertenecieron a dos importantes familias de la Basilea del siglo XIX.
De niño fue introvertido y muy solitario, aunque cercano a sus padres, y durante su juventud fue un lector entusiasta especialmente cautivado por la obra literaria de Goethe e interesado en filósofos como Von Hartmann y Nietzsche. En su autobiografía describe el acercamiento a la obra de Nietzche “Así habló Zaratustra” que describiría como una experiencia conmocionante, solo comparable a la inspirada por el Fausto de Goethe.
En 1900 ocupó un puesto como ayudante en la clínica psiquiátrica de Burghölzli y tres años mas tarde marchó a Zurich en donde llegaría a ser medico jefe de la clínica psiquiátrica de la Universidad de Zurich durante cuatro años, y en 1905, obtendría su doctorado en psiquiatría.
Desde el inicio de su carrera psiquiátrica, Jung se interesó por los estudios de Eugen Beuler, Pierre Janet, y sobre todo Sigmund Freud.
Si bien la psiquiatría de la que partía Jung para trabajar en la clínica psiquiátrica proponía una vision materialista y reduccionista de la enfermedad mental, nunca renunció a adoptar elementos y formulaciones provenientes del ámbito temático del espiritismo, la antropología e incluso del estudio del arte.
En 1906, Jung y Freud empezaron a mandarse cartas y un año después se conocieron en Viena. Freud se convirtió en una especia de mentor para el joven psiquiatra, sin embargo aunque los escritos sobre el inconsciente y los impulso fascinaban a Jung, no estaba de acuerdo en abordar todos el espectro de los procesos mentales y psicopatología como si todo se fundamentase en funciones biológicas.
Jung creía que la naturaleza del inconsciente de Freud estaba incompleto, y sostenía que la psique de cada individuo habita una especia de inconsciente colectivo o memoria colectiva, algo que no pertenece a un solo individuo, y afirmaba que dentro de esta memoria colectiva habitan símbolos y elementos de significación recurrentes propios de las culturas en las que vivimos, y que se transmiten a lo largo de generaciones.
Derivado de lo anterior, para Jung una parte importante de lo inconsciente está compuesta por los recuerdos heredados, la materia prima de la cultura, y estos recuerdos se expresan a través de lo que Jung denominó Arquetipos.
A través de los arquetipos que en griego original se traduciría como “molde original”, podemos comprender los mecanismos inconscientes mediante los cuales comprendemos y organizamos nuestra realidad hoy en dia. Los arquetipos sirven según Jung para describir la ortografía de naturaleza cultural sobre las que se fundamentan nuestras experiencias individuales.
Nossos bons sentimentos sempre querem sair pra ajudar,mas a ira e a inveja não os deixam sair pela porta imaginária que criamos, os mantendo presos de nós, e é dessa forma que que nosso inconsciente cala nossa voz.
«Las declaraciones del alma pasan siempre por encima de nuestras cabezas, pues apuntan a realidades trascendentes a la consciencia. Estos entia son los arquetipos de lo inconsciente colectivo, los cuales generan complejos de ideas que asumen la figura de motivos mitológicos. Este tipo de ideas no son inventadas, sino que se manifiestan a la percepción interna —por ejemplo, en sueños— a la manera de productos acabados. Se trata de fenómenos espontáneos que se sustraen a nuestro albedrío, por lo que debido a esta razón, es legítimo atribuirles una cierta autonomía. Este es el motivo de que sea preciso observarlos no sólo como objetos sino también como sujetos autónomos. Como es natural, desde el punto de vista de la consciencia pueden ser observados y aun explicados hasta cierto punto como objetos, al igual que se puede describir y explicar a un hombre vivo. Sin embargo, al proceder de este modo es preciso pasar por alto su autonomía. En cambio, de tenerse en cuenta esta última, hay que tratarlos forzosamente como sujetos, y en dicho caso hay que concederles espontaneidad e intencionalidad, es decir, una suerte de consciencia y liberum arbitrium, de libre albedrío o voluntad libre.»
Carl Gustav Jung: Respuesta a Job. Editorial Trotta, pág. 12. Madrid, 2014
Del funcionamiento del inconsciente, los analizantes sólo saben de él por sus efectos, por los estragos que provoca en sus vidas y que los lleva a ver un desenlace, más o menos parecido, una y otra vez en búsqueda de una respuesta.
Es posible frenar dicha repetición a través de emprender un arduo trabajo emocional para lograr decifrar de qué se trata la demanda que sostiene.
Hay dias en los que no se esta mal, tampoco se esta triste, pero se siente algo, hay algo, ese algo quizás sea llamando vacío, pero no es un vacio de algo material, es una vacio que va más allá es la falta de algo y lo peor es que estás consciente de que no hay nada que puedas hacer para llenar o tapar ese vacío que parece mas bien una necesidad...
Verás últimamente soy una egoísta, que sólo piensa en sí misma. De igual forma, soy una irresponsable, inconsciente, arrastro a todas y cada una de las personas que se preocupan por mí en todos los aspectos. A mi no me importa lo que piensen los demás, lo que sientan con mi actuar. Por consiguiente, no asumo las consecuencias de mis actos, tomó las mejores decisiones del mundo y me victimizo por todo. No valoro a nadie así que vivo decepcionando a todo el mundo y por último, daño, lastimo nada más y nada menos que todo a mi alrededor.
Así que por favor de la manera más amable, aléjate de mí.
«Un estrato en cierta medida superficial de lo inconsciente es, sin duda, personal. Lo llamamos inconsciente personal. Pero ese estrato descansa sobre otro más profundo que no se origina en la experiencia y la adquisición personal, sino que es innato: lo llamamos inconsciente colectivo. He elegido la expresión "colectivo" porque este inconsciente no es de naturaleza individual sino universal, es decir, que en contraste con la psique individual tiene contenidos y modos de comportamiento que son, cum grano salis, los mismos en todas partes y en todos los individuos. En otras palabras, es idéntico a sí mismo en todos los hombres y constituye así un fundamento anímico de naturaleza suprapersonal existente en todo hombre.»
C. G. Jung: Arquetipos e inconsciente colectivo. Editorial Paidós, pág. 10. Barcelona, 1970