Tumgik
#me quedo más aburrido de lo que esperaba pero bueno :/ se hace lo que se puede
asoohyun · 2 years
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de entre sus labios se escapan risitas mientras winter vuelve a él con la pelota que le ha arrojado hace un momento. “bueno chico, ¿quién es el mejor? tú, sí, ¡eres tú!” canturrea con alegría, al fin en un pequeño respiro del estrés del ultimo tiempo. con cariño acaricia entre las orejas del perro antes de quitarle la pelota y volver a lanzarla, esta vez va en dirección hacia una persona. ay no. “¡cuidado!” advierte pero ahí va la pelota y el gran perro corriendo detrás de ella. “¡por favor no nos golpees! ¡no te vimos!” 
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con-libros · 2 years
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La seducción: la venganza es un plato que se activa
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La seducción - José Ovejero
calificación: 3/5  ★ ★ ★ ☆ ☆
detalles: Libro digital
sinopsis: Imagina que te piden ayuda para una venganza personal. No quieres hacerlo -para qué te vas a meter en líos- pero eres un ídolo para David, ese chico al que acaban de dar una paliza por motivos poco claros. Desde que era niño busca tu consejo, te has convertido en una especie de mentor suyo. Eres su modelo. Tú te sientes algo responsable de él y también halagado por su admiración. ¿Lo vas a decepcionar? Y además te interesa, vamos a decirlo así, su amiga Alejandra, que es demasiado joven para ti. Está preocupada por David, no quiere que lo dejes solo, porque él necesita el apoyo de alguien como tú. Podrías seducirla. De hecho, ya estás seduciéndola. ¿Por qué no? Aunque más mayor, eres un hombre atractivo, enérgico. La realidad es tan resbaladiza como la ficción. Nada es lo que parece y todos ocultamos quiénes somos de verdad. Ariel lo sabe, es escritor, en crisis pero escritor. Tan sólo necesita una inyección de realidad, dejar la pantalla del ordenador y vivir, vivir de verdad. Arriesgar. Desollarse los nudillos en la pelea si es necesario. Lo que no tiene claro es si se está metiendo en la pelea adecuada. Hay algo en esa venganza que no le convence, como si David no fuese ya la persona que él conocía, como si el rencor lo hubiese transformado. Y sin embargo: hacía mucho que Ariel no sentía tanta excitación. Hacía mucho que había dejado de sentirse protagonista. Además, de lo que está pasándole podría salir un buen libro. O al menos una aventura con Alejandra. Ariel no sabe cuál de las dos cosas le gustaría más.
La quieres leer? cierra esto y ve a buscarla o mándame un mensaje para pasártela en formato digital gratuitamente 👍 Ya la leíste o no la vas a leer y te interesa la opinión? adelante
Opinión y chisme: 👇👇👇
Iniciando el mes con un libro que ha estado en mi lista de pendientes desde hace muchísimo tiempo, de los primeros libros que agregue, en realidad.
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Y aunque el titulo y el argumento me dieron a entender algo esencialmente distinto a lo que el mismo libro demuestra, puedo decir que la trama me atrapó, es una historia bastante tranquilona con unas pocas pero significativas escenas violentas, interesante combinación.
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Aquí se tocan temas sobre los escritores, el cambio y la corrupción de la amabilidad, la patanería y la venganza, en un ambiente lleno de protestas contra …el sistema, supongo¿? (esto no me quedo muy claro), 
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todo contado por un narrador insolente y altanero que no tiene reparos en insultar gratuitamente al lector de vez en cuando, al menos se manda unas frases bastante reflexivas.
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El nombre del libro da a entender que nuestro segundo protagonista, David, usa una táctica de seducción para convencer de hacer cosas al narrador, pero en opinión personal esa seducción en realidad es solo lastima, lo bueno es que el plan que se armo salió como lo estaba esperando, disfruto mucho leer sobre venganzas bien elaboradas y esta, aunque no fue épica, me pareció buena, muy merecida.
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Algo curioso pero que no es un dato, es que aquí el autor insulta un poco a algunos otros autores, como que se nota que es en broma pero es parte de la personalidad del narrador #notengopruebasperotampocodudas
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Le doy 3☆, ni increíble ni aburrido, solo una corta novela dramática interesante, me ha gustado pero no al punto de ser una favorita, como mencioné, no fue lo que esperaba, sin embargo, ese ritmo lento y cotidiano era lo que buscaba.
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Por cierto, semi spoiler: mas que se haya activado el chip psicópata del chico, creo que esa paliza le devolvió recuerdos #justsaying 🤷‍♀️
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masterpieceavenue94 · 2 years
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Hola, vengo a despejar la cabeza. Es la una de la mañana pero no consigo dormirme, ayer me fui a la cama a las diez porque me tenía que levantar a las cuatro y media. He cogido un vuelo y ahora estoy visitando a Ana y a su hermana. Tengo que admitir que Stavanger es una ciudad como de cuento, "charming" con sus casitas así de madera, el tiempo no acompaña porque no para de llover y hace frío. El día ha estado bien, hasta que Sara me ha roto el protector del móvil, no estoy enfadada pero molesta esto porque justamente lo cambié hace un mes, y barato no salió. Ahora me toca ir con cuidado durante estos días has tarde que vuelva a casa. Va a ser gracioso para el chico de la tienda cuando me vuelva a ver por allí...
Pero bueno de Stavanger ya hablaré cuando vuelva para casa. Ahora vamos al por qué no puedo dormir. Quiero mucho a Ana, la considero una de mis mejores amigas y le deseo todo lo mejor, pero ahora mismo le tengo mucha envidia porque justamente hasta hace nada estábamos como en la misma página, las dos terminando los estudios, quejándonos de nuestra vidas y riéndonos por nuestras penas. Dramas y victorias de la mano. Ahora bien, de la nada ha aparecido un chico y es bueno, ella le dice "el amor de su vida", es más creo que son almas gemelas, el chico tampoco se queda atrás, todavía no lo he conocido pero por lo que me han contado está pillado hasta las trancas. Ana ya está pensando en casarse h tener ya una familia, para algunos dirán que es muy precipitado el ir tam rápido, pero sé cómo es Ana y sé lo que busca y si ahora mismo Ana está así es que va muy en serio; tanto ella como él. Me ha dicho que seré dama de honor y he querido llorar. Porque me hace ilusión pero también tengo que admitir que me daba pelusilla el no ser yo quien estuviera contando la historia.
Imagínate conocer a alguien y saber que es el indicado. Sólo imagínate. Ver a la gente comenzar una nueva etapa es precioso, pero el verla como espectadora y darte cuenta de que están viviendo tu vida soñada es otra cosa.
Ahora mismo lo único que tengo es esta app de citas parecido a Tinder. Sí, hago match, hablo con gente pero no...Stian h yo hemos vuelto a hablar y sí parece majo, pero a la vez es como que siento que no es así como deberían ser las cosas. Porque siempre he estado en contra de estas apps, porque son muy superficiales y siempre las he catalogado para gente desesperada. Mírame, desesperada por encontrar a alguien que me llene. Mírame. Me doy un poco de pena, porque he acabado recurriendo a estas cosas cuando se que así no debería ser.
Stian...Stian tiene un año menos que yo, pero vamos en general yo soy como 6 meses mayor que él. Mide 180, es rubio y estudia osteopatía. La verdad sí que es bastante mono. No voy a mentir, el chico en sí es como mi tipo y en sí cumple bastantes requisitos, me lo he imaginado llevándolo a la boda de mi prima incluso...una locura. Pero es verdad que también hablamos cosas muy comunes y a veces repetimos tema de conversación..."hola que tal, qué haces, qué planes tienes"...un poco aburrido, también pienso que al no habernos visto es difícil entablar un tema de conversación, no sé. También hay veces que pienso que me da la razón como a los tontos, o a o mejor es cierto que está de acuerdo. No sé, si por algún casual quedo con él me será más fácil leerle.
Hay veces que, bueno, siempre que hablo con él pienso en si sólo habla conmigo o si tiene más chicas por ahí. No sé, siento también que me resulta como muy extraño que este chico se haya fijado en mí, habiendo modelos por ahí, no sé... siento que tarde o temprano se dará cuenta de que se ha equivocado, que no soy lo que esperaba, que a lo mejor me imaginaba más alta (aunque él sabe mi estatura) o que soy aburrida, o no sé... claro me vienen esras preguntas tanto con él como con cualquier chico con el que hago match, la mayoría seguro que solo quieren un lío de una noche y no es así...Stian en sí busca una relación estable pero no sé, es extraño. Ahora para mí él es un misterio, y encima mehace preguntarme y dudar sobre mi existencia entera.
Siento que Stian tiene como ese potencial de no sé, novio, pareja...que ha llegado en sí en un momento bastante adecuado pero lo ha hecho por el medio equivocado, es decir, por una app. No sé. También siento que si tengo tantas dudas y estrés por este chico tampoco es el adecuado pero no sé...a lo mejor debería mandar todo a la mierda y ya.
Estoy conociendo a gente nueva, hay eventos organizados por la universidad, siento que a lo mejor puedo como manifestar algo o yo que sé, como si alguien fuera a aparecerse de la nada y yo decirle "tú, sí". Siento que Stian está ahí pero a la vez está como perdido en un abismo, por eso pienso que esto de los eventos a los que asisto sirven como de comodin... No sé, como si si no sale nada hoy todavía sigo teniendo a Stian por si acaso"
La verdad no sé qué hacer. Estoy como que mi cabeza me duele de pensar en estas cosas.
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eldiariodelarry · 5 years
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En Línea, parte 11: La Serena
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7, Parte 8, Parte 9, Parte 10
—Hijo, levántese. Acuérdese que tiene que ir a La Serena a matricularse —dijo la madre de Jaime, despertándolo. El muchacho abrió los ojos con pereza, y vio el rostro amable de su madre, que estaba ya lista para salir a trabajar—. Me cuentas como te va cuando vuelvas —le dio un beso en la frente y salió de la habitación.
Jaime escuchó un minuto después el sonido de la puerta de la calle al cerrarse, y los pasos de su madre por la silenciosa calle alejándose hacia su trabajo.
Se quedó unos minutos más acostado en la cama, con los ojos abiertos, ansioso por el día que tenía por delante. Había quedado de acuerdo con Daniel en que se juntarían a las ocho y media de la mañana en el terminal de buses de Liquime para tomar un bus hasta La Serena. Pasarían gran parte del día disfrutando el clima veraniego en la ciudad costera.
Jaime se levantó de la cama, se duchó y se vistió con un short de tela y una camisa liviana. No quería vestir demasiado informal, después de todo, creía que la primera impresión debía servir de algo en la universidad. Sacó un 1+1 del refrigerador, se lo comió mientras veía las noticias en el canal nacional, donde sobre informaban de un par de robos a casas del sector alto de la capital durante la noche. Terminó de arreglarse, se lavó los dientes, y salió de su casa justo a la hora que tenía planeada: 8:15
Se demoró los quince minutos estimados en llegar al terminal, y ahí estaba Daniel, con un short de baño y una musculosa luciendo la piel tostada de sus brazos.
Daniel estaba sentado en una banca afuera del terminal, y apenas vio a Jaime llegar se puso de pie con una amplia sonrisa en la cara.
Se abrazaron con fuerza al encontrarse, como si llevaran años sin verse. Por supuesto se habían visto hace solo tres días, pero lo que sentían era genuino: ambos querían estar en compañía del otro todo el tiempo, se sentían felices cuando recibían un mensaje o una llamada y veían su nombre en la pantalla. Sin embargo, la situación de todo los hacía sentir cierta incomodidad. Esto era nuevo para ambos y no sabían muy bien como actuar.
Ambos tenían las mismas inseguridades y preocupaciones. ¿Qué pasa si estoy siendo muy demostrativo y lo incomodo mucho?, ¿qué tal si no le gusto tanto como él a mí?, ¿y qué pasa si no le gusto en absoluto?
—Gracias por acompañarme —le dijo con un poco de timidez Jaime.
—No podía decirte que no —respondió coqueto Daniel.
—¿Por qué no? —ambos rieron alegremente.
—Ya, ¿como se hace esto? —preguntó Daniel, cambiando de tema—. ¿Dónde compramos los pasajes?
—Los compramos adentro, en el mesón —Jaime apuntó hacia dentro del terminal—. En realidad es solo una agencia que llega hasta acá así que es lo que hay.
Compraron los pasajes para el bus que salía a las 9 con rumbo directo a La Serena, y llegarían a destino al mediodía. Esperaron sentados en la banca que estaba en el andén, donde ya el bus esperaba la hora de partida.
—¿No tienes frío? —le preguntó Jaime a Daniel, al ver que se pasaba las manos por los hombros.
—No, ni cagando —respondió con soberbia el muchacho—. Tengo calor, de hecho.
—Sácate la ropa entonces —dijo Jaime, a modo de broma, y sintió una ráfaga de adrenalina en su interior al pronunciar las palabras.
—En el bus mejor —replicó coqueto Daniel.
Llegaron un par de pasajeros más al andén, y cuando ya eran las 8:50, Jaime y Daniel subieron al bus. Se sentaron en la antepenúltima fila de asientos, a la izquierda. A las nueve en punto el bus salió del terminal con siete pasajeros en total, y Daniel y Jaime siendo los únicos sentados en el fondo.
Daniel iba sentado hacia la ventana y Jaime hacia el pasillo.
—¿Qué tal estuvo el paseo con tu abuela? —preguntó Jaime una vez el bus ya había salido del pueblo.
—Estuvo bueno. Fuimos a un camping hermoso, y almorzamos ahí —le contó—. Podríamos ir algún día —agregó entusiasmado—. Estaba vacío ese día.
El corazón de Jaime se detuvo por un segundo con la invitación de Daniel.
—Ya po —respondió con una sonrisa de oreja a oreja—. Cuando tú digas.
Se miraron a los ojos en silencio por unos segundos, hasta que Daniel cortó brevemente el contacto visual con Jaime para ver donde tenía su mano. La tomó y entrecruzó sus dedos con los de él, derribando todos los miedos y dudas que sentían. Daniel volvió a mirar a los ojos a Jaime, ambos sonrieron y el muchacho de rulos de acercó a besarlo, desatando en su interior un fuego de alegría por lo que estaba viviendo.
Ambos rieron, de forma inocente, por lo que estaban haciendo. Viajando, lejos de sus familias y amigos, como dos amantes furtivos que escapan para vivir su amor con libertad.
Eso en teoría, porque igualmente la naturaleza de su relación no les permitiría expresarlo libremente sin miedo.
Jaime asomó la cabeza hacia adelante para ver si algún pasajero podía verlos, pero obviamente eso era imposible a no ser que se acercaran hacia el fondo del bus. Levantaron el apoyabrazos que los separaba y reclinaron los asientos hasta lo más atrás que pudieron. Se recostaron, aún tomados de la mano, y se rieron con inocencia.
—Te eché de menos estos días —dijo Jaime, sintiendo un poco de vergüenza por lo cursi.
—Yo también —respondió Daniel, bajando la ansiedad de su compañero—. No sé por qué, si te vengo recién conociendo.
—Yo tampoco —ambos rieron—. Quizás alguien nos hizo un hechizo o algo.
—No, no existen esas cosas —Daniel rechazó la teoría de Jaime.
—¿Cómo estás tan seguro? —preguntó Jaime confundido.
—Porque no tiene sentido. ¿Por qué alguien nos hechizaría haciendo que nos enamoremos? —se rió.
—No sé —respondió Jaime, intentando pensar algo lógico—. Quizás alguien quería que me enamorara de ella a primera vista, y como te vi a ti primero...
—¿Enamorarte? —lo interrumpió Daniel—, ¿estas enamorado de mí? —preguntó provocadoramente.
—O sea, lo que quiero decir... —intento responder Jaime, pero se puso nervioso al ser sorprendido usando un derivado de la palabra “amor”.
Le dio vergüenza por haber dicho eso sin pensarlo, pero rápidamente la sensación se esfumó porque Daniel lo volvió a besar, para tranquilizarlo, y luego apoyó su cabeza en el hombro de Jaime, y se acomodó para dormir.
—Señor enamoradizo, despiérteme cuando lleguemos —le pidió Daniel, intentando alivianar el ambiente.
—Despiértame tu —replicó Jaime, aún ruborizado, y apoyó su cabeza en la de Daniel, y se quedó dormido.
Daniel despertó cuando el bus estaba entrando al terminal de buses de La Serena. Levantó la cabeza, se desperezó y vio que Jaime lo miraba con una sonrisa.
—¿Cómo dormiste? —le preguntó Jaime.
—Perfecto. ¿Y tu?  
—Bien —respondió Jaime—. Roncas muy fuerte si —bromeó.
—Mentira —se rió Daniel—. El otro día no te quejaste en mi casa, así que estás mintiendo.
—Estaba a punto de morir, tus ronquidos eran lo de menos —insistió en su versión, y le dio un golpecito en el hombro.
Se bajaron en la estación de buses, y se fueron a pie caminando hasta la universidad.
—Está aquí cerca —le dijo Jaime a Daniel— la vez que vine a averiguar el año pasado tomé un taxi y el viaje duró menos de cinco minutos —explicó.
Llegaron caminando hasta la universidad, que estaba bastante vacía. Jaime preguntó en la entrada dónde eran las matrículas y le dieron las instrucciones para llegar a una oficina donde estaban los mesones de matrícula.
Daniel se sentó en las sillas dispuestas a modo de sala de espera mientras Jaime hacía todos sus trámites interminables de matrícula.
—¡Ya estoy matriculado! —anunció Jaime con alegría, parándose frente a Daniel después de un par de horas de trámites aburridos y esperas interminables.
Daniel se puso de pie de inmediato y lo abrazó, felicitándolo.
—Ahora eres todo un universitario —le dijo, y comenzaron a caminar hacia la salida.
—¡Si! —la sonrisa no se le borraba de la cara.
—Vas a tener sexo como loco ahora —comentó Daniel, con dobles intenciones.
—Nada que ver, ¿por qué dices eso? —Jaime se ruborizó.
—Porque si po —respondió simplemente—. O sea, ¿Por qué no?, vas a estar viviendo solo acá, vas a conocer mucha gente nueva, aparte con tu pinta se te van a lanzar por todos lados —dijo Daniel, con un poco de pena al pensar en eso, aunque no lo quiso demostrar.
—¿Y si no quiero? —preguntó Jaime—, ¿si no me interesa estar con nadie? —...más, no le interesaba estar con nadie más.
Se detuvieron en el umbral de la gran reja que daba la bienvenida al recinto universitario.
—Eso solo depende de ti —le dijo Daniel, con cierto alivio. Estiró el brazo y lo apoyó en el hombro de Jaime, y dieron los últimos pasos hasta llegar a la vereda—. ¿Y ahora qué?, ¿hacia dónde vamos?
—¿Caminemos hacia la costanera y ahí buscamos donde almorzar? —propuso Jaime.
—Bueno —aceptó Daniel con una sonrisa.
Bajaron caminando por Avenida Aguirre, conversando y disfrutando el momento juntos, hasta el Faro, donde sacaron un par de fotos con la cámara fotográfica de Daniel.
Continuaron caminando por el borde costero, a lo largo de la playa de la ciudad, mirando a la multitud de gente que repletaba la arena.
—Me quedo con la playa de Liquime —comentó Daniel—, no está tan llena como esta.
—Me quedo con la playa escondida —replicó Jaime, buscando la mirada de Daniel—. Mayor privacidad.
Hicieron contacto visual y se rieron con complicidad.
Encontraron un restorán que ofrecía un menú atractivo por un precio módico y decidieron almorzar ahí.
—¿Estás contento? —le preguntó Daniel a Jaime, con los codos apoyados en la mesa, mirándolo con agrado.
—Muy contento —respondió—, aunque igual me da un poco de nervios. Es como iniciar una nueva vida.
—Tranquilo, te va a ir bien —le dijo Daniel—. Eso si, evita ingresar a casas ajenas a mitad de la noche.
—Lo intentaré —ambos rieron.
En ese momento sonó el celular de Jaime. Vio la pantalla y contestó de inmediato.
—Mamá, ¿cómo está? —habló al telefono. Daniel esperó que Jaime terminara de hablar por teléfono mientras miraba por la ventana a la gente que pasaba caminando por la calle—. Si, si vino conmigo —dijo antes de colgar—. Ok, yo le digo. Te amo. Chao —Jaime se aseguró de finalizar la llamada y se guardó el celular en el bolsillo del short.
—¿Le dijiste que estabas conmigo? —preguntó curioso Daniel.
—No —Jaime bajó la mirada—. Le dije que había venido con el Rorro, mi amigo.
—Ah —aceptó desilusionado—. Pero, ¿y si lo ve allá en Liquime?
Jaime se asustó por la posibilidad de que su madre lo descubriera en su mentira.
—No pensé en eso —tragó saliva, visiblemente nervioso.
—Igual, no creo que pase —dijo Daniel, estirando la mano para acariciarle el brazo y tranquilizarlo.
—¿No? —preguntó inseguro.
—No, aparte si lo ve, le inventas que viniste con alguna amiga o algo así, y no querías que te molestara —sugirió Daniel—. Mejor eso antes de que le digas que viniste con el niño al que conociste la semana pasada —le dijo en tono de broma, para subirle el ánimo.
—Si, tienes razón —concordó—. Le puedo decir que vine con la Katia, por último.
—Claro —asintió Daniel, aunque igual le producía sentimientos encontrados el escuchar ese nombre. Sin conocerla, sabía que le caía mal por lo que le había hecho a Jaime.
—La vi el otro día —le contó—, cuando fui al hospital a ver al Jimmy y a Juan. Su actitud fue tan... fria —comentó, bajando la mirada.
Daniel no supo que decir.
—¿Realmente te gustaba ella? —quiso saber Daniel.
—No —respondió rápidamente Jaime—. No lo sé. Es muy raro todo esto, tu sabes —agregó, con una risita nerviosa.
Daniel sonrió con timidez justo en el momento que llegaba la mesera con los platos.
Terminaron de almorzar y continuaron recorriendo el borde costero, con el sol golpeando fuerte y sin indicios de encontrarse con el mar muy pronto. Las pieles bronceadas de los veraneantes atraía la mirada de ambos, que miraban con disimulo para evitar incomodar al otro.
A unos tres metros de distancia Daniel pudo observar como un hombre treintañero se volteaba a mirar a una adolescente que caminaba sola por la vereda, vestida de forma casual, y comiendo una paleta helada. El hombre le dijo algo de mal gusto, relacionado con la forma en que la niña comía su paleta, y Daniel sintió que le hirvió la sangre.
Recordó lo que le había dicho Ximena hace un par de días, que las mujeres recibían ese tipo de acoso todos los días, pero él nunca se había percatado, hasta ahora. Se acercó lleno de impotencia al hombre y lo empujó con fuerza.
—¡¿Cómo se te ocurre decirle eso?! —le gritó
El hombre, tirado en el piso tardó en entender lo que había pasado.
—¿Qué tiene?, si es normal —se justificó el desconocido, con una sonrisa burlesca en el rostro.
—No es normal, hueón —le respondió Daniel, tirándolo de la polera—. Si vuelves a decirle algo así a alguien, te saco la chucha —lo amenazó, pero rápidamente se dió cuenta de lo estúpido que sonaba. Era muy probable que nunca volviera a ver al hombre ni sabría si seguiría acosando a mujeres.
—Dani, vámonos mejor —le dijo Jaime en voz baja, un poco nervioso por la situación.
Daniel asintió y se levantó, con un dejo de vergüenza por la escena. Miró con odio al hombre que seguía en el piso, aún con expresión burlesca. Caminaron un poco más y Daniel vio que la niña de la paleta helada lo miraba con timidez. Daniel no sabía si acercarse a preguntarle si estaba bien o si sería muy invasivo, pero fue la niña la que se acercó a ellos.
—Gracias —le dijo, simplemente.
—De nada —respondió Daniel con renacida timidez—. ¿Estás bien?
—Si —la niña se despidió con una sonrisa de agradecimiento y siguió su camino.
Los muchachos caminaron un par de metros más y Jaime le preguntó a Daniel:
—¿A qué se debió todo eso? —lo había sorprendido la reacción de su amigo. Detuvieron la marcha y se sentaron en una gruesa baranda de cemento.
—Mira, lo que pasa es que el otro día, hablando con la Xime, me dijo que a ella siempre le pasaban estas cosas, que la acosaban en la calle todo el tiempo. Y no solo a ella, que era algo que les pasaba a todas, y la verdad nunca me había dado cuenta... o quizás simplemente me hacía el loco cuando lo veía. La cosa es que me dio rabia verlo así tan evidente.
—Es... súper fuerte —comentó Jaime. No sabía qué decir al respecto.
—Si, súper —coincidió Daniel—. Y hueón, no sé, como que vi a la niña y pensé en la Xime, en mis amigas, mis exes, hasta en mi mamá.
Jaime se quedó en silencio un rato, pero había una pieza que aún no le calzaba.
—¿Quién es la Ximena? —le preguntó, aún confundido.
—Se me olvidó contarte —recordó Daniel—. Ximena es la niña que conducía el furgón en que fuimos al paseo con mi abuela. Es muy simpática. Tiene nuestra edad, deberías conocerla.
—¡Aaah, la Mena! —dedujo Jaime. Conocía a casi todo Liquime y estaba seguro que había una sola Ximena de diecinueve años que conducía furgones.
—¿La Mena? —preguntó confundido Daniel.
—Si, así le decimos —explicó Jaime—. Creo que está saliendo con mi amigo el Rorro.
—¿En serio? —lo sorprendió un poco la noticia.
—Si, aunque si quieres le digo que terminen para hacerte gancho —comentó fingiendo pena.
—No, tonto —se rió Daniel, y lo abrazó por la espalda, dejando colgar su brazo por encima del hombro de Jaime.
La cercanía de ambos en un lugar tan concurrido de gente hizo que Jaime sintiera una ola de adrenalina en su interior, que rápidamente se vio superada por otra ola de miedo.
Se quedaron en silencio unos segundos, mirando a la gente pasar.
—Creo que ya deberíamos ir hacia el terminal —dijo Jaime—. Para no volver tan tarde a casa. Daniel aceptó con una sonrisa.
—¿Qué tan lejos estamos del terminal? —preguntó Daniel.
—No lo sé, como que perdí la orientación aquí —admitió Jaime—. Mejor tomemos un taxi.
Llegaron al terminal a las 17:45 horas y pagaron a medias el taxi. Compraron los pasajes para el bus que salía a las seis de la tarde, y esperaron en el andén a que llegara el bus.
Al subirse al bus, notaron que habían muchos más pasajeros que en el viaje de ida, pero de todas formas se sentaron al fondo y tuvieron cierta privacidad. Nuevamente reclinaron los asientos y se recostaron. Esta vez Jaime apoyó su cabeza en el hombro de Daniel, y éste apoyó la suya en la cabeza de Jaime.  
—Oye, Dani —dijo Jaime—, esas exes que mencionaste, ¿cuántas eran exactamente? —preguntó con un tono de inseguridad en la voz.
—Bueno, era una forma de decir... —comenzó diciendo.
—Así que fueron muchas —concluyó Jaime, sintiendo que sus propias inseguridades comenzaban a ganar terreno en su interior.
Daniel se enderezó y lo miró a los ojos.
—Oye, eso esta en el pasado —le acarició el rostro—, ahora estoy aquí, contigo. Eso es lo que importa —le sonrió para reconfortarlo, y se acercó a besarlo con cariño y cuidado.
Jaime le respondió el beso, aceptando sus palabras e intentando alejar sus inseguridades. Daniel volvió a recostarse y se acomodaron nuevamente como estaban hacía un miinuto.
Daniel despertó cuando el bus doblaba a la izquierda para bajar a la costa, en el cruce de Vallenar, y continuó mirando por la ventana del bus hasta llegar a Liquime, mientras le acariciaba la mano a Jaime, aún dormido.
Al llegar al terminal de buses de Liquime, se bajaron de los últimos y el andén se vació de los pasajeros que rápidamente se dirigieron a sus casas.  
—¿Como lo pasaste hoy? —le preguntó Jaime, aún con carita de sueño.
—Excelente —respondió Daniel, con una amplia sonrisa—. Uno de los mejores días desde que nos conocemos.
—¿En serio?, ¿los trámites de universidad le ganan a una tarde en una playa desierta? —preguntó incrédulo Jaime, soltando un bostezo.
—Por lo menos hoy no me rechazaste —le recordó Daniel, y se rieron con timidez.
—Ni terminé todo machucado —agregó Jaime.
Se quedaron en silencio unos segundos, mirándose a los ojos.
—Si quieres puedes venir a mi casa un rato —ofreció Daniel, y sintió un leve vértigo al decirlo.
Jaime sonrió al oír el ofrecimiento, y sintió un vacío en el estómago.
—Tengo que ir a casa —respondió finalmente, disculpándose—. Quizás mañana.
—No importa, te entiendo —dijo Daniel, y se acercó a abrazarlo.
—O si quieres, puedes ir tu a mi casa mañana —ofreció Jaime con una sonrisa inocente.
—¿Seguro?
—Si po. Ya es tiempo de que la conozcas —respondió ansioso.
—Bueno —aceptó Daniel, sonriendo.
Se despidieron con un largo abrazo, y se separaron. Caminaron en direcciones opuestas al salir a la calle, y tomaron rumbo a sus respectivas casas cuando el sol terminaba por ocultarse en el horizonte.
Jaime abrió la puerta de su casa ansioso, organizando en su mente las ideas para contarle a su madre todo lo relacionado a su matrícula y a lo que había visto de la universidad. Ingresó a su hogar y se encontró de sorpresa con un hombre alto y delgado que no veía desde hacía varias semanas.
—Hola hijo —lo saludó escuetamente el hombre, pero rió sonoramente al sentir el abrazo de su hijo, que cruzó a paso rápido el living para abrazarlo.
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Cada día tiene su noche. Parte 1 Prologo Devon, 2015
Kit se encontraba patrullando a unas cuantas cuadras del instituto de Londres, lo cual en otras circunstancias probablemente le hubiera parecido aburrido y tedioso sólo por el tiempo de traslado de Devon a Londres, pero contando con un portal por parte de Tessa ese tipo de cosas no eran un problema, su compañero por otra parte..., suspiro. 
Bran Ravenhaven era el tipo de persona que si no encontrabas irritante a los dos minutos de conocerlo, lo harías con toda seguridad a los cinco y ya podías considerar tener la paciencia de un santo. Desde la primera vez que le había tocado hacer patrullaje con el, hace un año, se había dado cuenta de que no podía aspirar a pasar un buen tiempo mientras estuviera con el, hasta el día de hoy sus suposiciones no le habían fallado. En ese momento (y desde hace dos horas que había iniciado el patrullaje) Bran se encontraba hablando sobre la importancia de que las mujeres usarán túnica en las batallas y no el equipo que era parecido al de el hombre, no lo detenía el hecho de que Kit claramente no escuchaba una palabra de lo que decía, o al menos fingía bastante bien no hacerlo, por que la cruel realidad es que siempre escuchaba todo lo que decía, era una de las costumbres que su padre Johnny le había inculcado "Siempre escucha hasta el más bajo susurro" le decía "Es porque escuchamos susurros que podemos vender información, Kit. Las personas suelen revelar sus verdaderas intenciones cuando creen que nadie escucha" y él seguía al pie de la letra ese consejo, incluso ahora después de tres años que su padre había muerto y el no tenía la necesidad de escuchar secretos para venderlos.
 Aunque si lo hiciera, pensó Kit, nadie compraría los secretos de un tipo como Bran. 
Pensó seriamente en arrojarle una piedra si no cerraba la boca en ese instante. Estaba tan concentrado en esa opción que no se dio cuenta cuando Bran dejo de hablar y se quedó unos pasos atrás de él, pero cuando lo noto y volteo a verlo, lo encontró pálido y con una expresión de miedo que no iba para nada con la reputación de un cazador de sombras.
-¿Qué?- le dijo Kit-Ya no tienes ningún comentario ingenioso sobre por que la mujer debe usar túnica. ¿O consideraste la posibilidad de que un hombre la usara y llegaste a la conclusión de que no iría contigo?
Bran con la mano temblorosa señaló al dragonidae que se encontraba detrás de él y después grito con todo lo que tenían sus pulmones un...
-Cuidado!!! 
Pero ya era demasiado tarde, o al menos lo habría sido para un cazador de sombras normal, pues cuando el dragonidae alzó su pata y lanzó un golpe que destruyó el lugar donde el estaba, Kit ya había saltado a un lado esquivando el ataque, dio una voltereta en el aire y cayó sin perder el equilibrio sacando su espada rápidamente mientras volvía a saltar ahora completamente listo para atacar. Estando en el suspenso del salto podía sentir perfectamente como algunas de sus runas vibraban igual que las cuerdas del violín de Jem, y conforme empezaba el descenso sentía como la descarga de adrenalina lo invadía, sujetó con ambas manos su espada y con fuerza dejo que golpeara la pata delantera del dragonidae. Cuando escucho algo parecido a un chillidos y vio líquido negro empezar a empapar la calle, Kit sabía que estaba sonriendo, pero no duró mucho porque el dragonidae levanto su otra pata y atacó con la furia de un animal herido, sólo que está vez Kit no logro esquivar el golpe del todo, pues mientras sacaba su espada de la pata herida, una de las garras alcanzó su brazo izquierdo. El dolor lo atravesó pero sólo una fracción de segundo antes de que la adrenalina lo embriagara por completo y sin temor o reservas se lanzará a dar otro ataque a la pata que había logrado rasguñarlo. 
El tiempo que aterrizó en el piso fue demasiado corto como para tomar más impulso pues la cola del dragonidae golpeó el piso, una y otra vez, evitando que Kit consiguiera un impulso estable y diera un golpe con su espada, lo único que podía hacer era evitar ser golpeado o calcinado. La boca del dragonidae se abrió y exhalo una bocanada de fuego en su dirección, lo cual en cierta parte era bueno dado que Kit estaba en medio de la calle y no causó daño a las casas de los mundanos, pero por otra parte estaba seguro de que el fuego había quemado un poco de su cabello. Si tiro al piso y rodó, solo para estar seguro de que el fuego no se expandiera, agradecía al ángel que los trajes de cazadores fueran resistentes al fuego, el dragonidae soltó un gran rugido que causo que algunos de los arboles cerca de él cayeran, la lucha estaba demorando mas de lo que le gustaría, si no se daba prisa, el veneno de la garra se extendería por todo su sistema.
“Probablemente ya lo esta haciendo, pensó, entre mas me muevo mas avanza el veneno”
Miro a su alrededor en busca de Bran, pero no se veía por ninguna parte, bueno realmente no le sorprendería que hubiera huido luego de haberle gritado cuidado, pero esperaba que al menos regresara con ayuda, aunque en esos momentos esa era una esperanza que no se podía permitir.
Con la respiración agitada y el corazón latiendole rápidamente, aferro su agarre a la espada. No iba a morir hoy, y definitivamente no de esa manera. 
Cerro sus ojos y se concentro en mantener el veneno en sólo una parte de su brazo. Al abrirlos se fijo en la cabeza del dragonidae y salto lo mas rápido que pudo hacía adelante, decapitandolo. La cabeza del demonio rodó un momento antes de que se esfumara por completo, yendo de regreso a cualquiera que fuera la dimensión de la que había venido, y lo que quedo de su cuerpo se fue después.
Cubrió su brazo herido y empezó a caminar hacía el instituto.
Tessa y Jem iban a matarlo.
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Episodio 4x23: “Bailando con el diablo”. 
[ Bar de Greyson – 31 de Mayo 2019 ]
Durante los últimos meses, Ringo se había concentrado en él trabajo, las misiones, y las clases que impartía; y por las noches, se le veía como cliente frecuente en él bar de Greyson. Jugaba al pool y bebía, una que otra vez se le veía acompañado de alguna chica tonteando. Esa noche no iba a ser la excepción, su entrenamiento habla terminado y para seguir como buen fin de semana se dirigió hacia el bar. Era normal que por ser fin de semana el lugar estuviera lleno, y lo que más le gustaba al chico era la convivencia que había entre algunos cazadores y subterráneos, a pesar de que tenían la teoría de que estos no se llevaban bien, por su parte, Ringo se llevaba bien con casi todos, había sus experiencias pero era todo por la cuestión de egos, sobre todo con los vampiros que ahí frecuentaban y se querían pasar de listos, y para suerte Greyson, el dueño, sabia como manejar esas situaciones.
Durante la noche se turnó la mesa de billar con sus amigos, Heath y Sophia quienes lo habían invitado a unirse a ellos para continuar con la velada; jugaron un rato compitiendo como era de esperarse y casi al llegar la media noche la pareja se retiró, dejando a Ringo que quería seguir jugando y no tardó en encontrar contrincante, unos vampiros que le siguieron él juego enseguida, el ambiente entre ellos se puso tenso llegando a hablarse fuerte y pasadas las copas del rubio se puso algo agresivo respondiendo a las indirectas de los vampiros, por fortuna él dueño lo separo llevándolo a un lado de la barra para que se tranquilizara, como lo conocía ya le ofreció una bebida e invitándolo a que se retirada una vez que terminara ya que estaba mal.
La vida del hereje había cambiado desde que había vuelto a Idris hace unos meses. Había cambiado los días de cerveza y videojuegos por días de levantadas tempranas y de responsabilidades académicas. Para Malachai no era algo con lo que estuviera feliz, ya que siempre se las había arreglado para hacer lo que quería, pero debido a los últimos acontecimientos de los años anteriores, era el lugar donde estaría a salvo, a pesar de que el chico consideraba que podía cuidar de sí mismo.
Una de las condiciones para vivir en la ciudad era que se tenía que comportar; es decir, no podía realizar hechizos sobre personas sin la autorización de la Clave, pero por supuesto, siempre había una letra chica que ayudaba a pasar la ley por alto. Además de realizar clases a principiantes, se adueñó de un sector del mercado negro, por lo que llevaba semanas entregando drogas y armas ilegales a cualquiera que estuviera dispuesto a comprarlas; es por eso por lo que solía frecuentar el bar por las noches, ya que era la instancia perfecta para vender sus productos.
Llevaba un par de horas sentado en un rincón, bebiendo cerveza y comiendo papas mientras realizaba sus negocios sutilmente y sin despertar sospecha de los demás. Había estado observando a su alrededor y notó el momento en que el chico rubio era despedido por sus amigos, y con su experiencia pudo notar la amargura que se escondía bajo la despedida cordial que les había dado. Decidió observarlo un rato y no tardó mucho en notar que algo faltaba en el chico; algo que lo hacía perfecto como cliente, o mejor dicho, como objeto. A simple vista se veía como cualquier otro cazador, pero Kai era capaz de notar los conflictos interiores de la gente con facilidad, y el chico no fue excepción; es más, si quedaba alguna pequeña duda fue confirmada cuando casi se ponía a pelear con un grupo de vampiros.
Un sentimiento de satisfacción recorrió su cuerpo y se apresuró a beber el resto de su cerveza para levantarse y caminar hacia la barra. — ¿Por qué la cara larga, rubiecito? ¿La misión suicida no salió como esperabas? — comentó con un tono calmado mientras se apoyaba en la barra junto a él y hacía una seña para que le sirvieran una cerveza también — No sabía que tenían permitido eso, sino me hubiera inscrito — hizo un leve puchero, como si realmente le afectara aquello, pero en realidad no lo hacía —
Él chico bebió de la cerveza que le habían ofrecido, dándose cuenta de que en verdad había bebido de más y que estaba poniéndose tonto. Aunque ya se iba a ir prefirió irse “sano” y no causarse más problemas, así que saco su estela y la pasó por sobre su runa de curación, aliviándole solo un poco él alcohol en su sistema ya que no funcionaba del todo para esos problemas, pero era algo a comparación de a como ya estaba. Bebió un trago más y escucho la voz de alguien junto a él.
Una de las cosas que podrían poner de malas a Ringo o que le molestaba, era que le llamaran Rubiecito, así que puso mala cara al escuchar que lo llamaban así pero intento contenerse. Si hubiera estado aun con los efectos del alcohol seguramente soltaría algún golpe al instante — Siempre tengo un plan B bajo la manga, ¿quieres ver? — dijo él rubio girándose, haciendo puño sus manos, mirando de frente al chico, frunció ligeramente el ceño tratando de reconocerlo ya que se le hacía que lo había visto por ahí, pero como era de esperarse Ringo no prestaba demasiada atención a los demás como para saber su nombre o de donde lo había visto —Somos exclusivos, no aceptamos a cualquiera —Agrego con arrogancia encogiendo sus hombros como si aquello no le importara; no se quebró más la cabeza pensando en quien era el chico y decidió ignorarlo, miro hacia él frente tomando unos cacahuetes de la charola llevándolos a la boca.
Sonrió ampliamente al escuchar su respuesta y ver cómo le ofrecía el puño; sin duda era exactamente como pensó que lo recibiría. — Bueno, siempre es bueno tener un plan B. O un C. O un D. Bueno, ya sabes cómo eso sigue. — se encogió levemente de hombros y asintió una vez ante el comentario de la exclusividad. — Oh, ya veo. ¿Ser rubio es uno esos? — comentó con una leve sonrisa, la cual podía parecer sincera para los demás, pero para la gente que conocía a Kai, era una sonrisa con maldad.
— ¿Y qué sucede con los de tú tipo? ¿Cuál es tu problema? — pregunto sin siquiera mirarlo, ya que recibía el jarro con cerveza y tomó unos sorbos antes de continuar — Oh, déjame adivinar — lo señalo con el dedo, como si estuviera leyendo su actitud — ¿Líos mentales? He pasado por eso — hizo una leve mueca y se encogió levemente de hombros — Déjame decirte, qué hay muchos que pasan por eso, pero claro, los de tu especie son taaaan intensos en todo que llega a ser aburrido — alargó la palabra con aburrimiento mientras se estiraba para sacar cacahuates. Como la noción del espacio personal no era algo que Kai consideraba, no le importó apoyarse en el chico mientras sacaba algunos y volvía a su posición — No sé cómo tus amigos no se dan cuenta de que finges con ellos — se llevó un cacahuate a la boca.
— Solo digo qué hay otras formas que buscar una pelea con vampiros, que, en mi opinión, es demasiado bajo para los de tu especie. Después de todo, no se vería lindo que un cazador de sombras, que prácticamente se consideran dioses, haya sido demacrado por vampiros — negó con la cabeza con exageración — Eso simplemente es mala clase, uf — hizo una mueca desagrado y continúo bebiendo— Yo podría ofrecerte algo mejor. Un negocio. — dijo sin quitar la mirada de su jarro de cerveza.
Sin voltear la mirada hacía él escuchaba lo que el chico decía, además que era evidente que hablaba con él y no con nadie más. Colocó los ojos en blanco con fastidio y pensó que si no le seguía la plática dejaría de molestarlo, aunque no era el más paciente. Escuchó sus preguntas y su paciencia llego al límite, pero sin explotar como solía hacer; solo se giró dedicándole su mirada más despectiva y desagrado.
— ¿Te han dicho que eres muy molesto? — dijo entrecerrando los ojos y bufó volviendo a colocarse en su postura. Bien pudo levantar e irse, pero no lo hizo, últimamente no tenía cosas mejores que hacer, su trabajo como cazador era todo lo que tenía, y cuando no estaba cumpliendo con aquello debía buscar maneras de pasar el rato sin que sus pensamientos lo abrumaran y aunque el chico a su lado estuviera siendo impertinente con sus preguntas lo que decía tenía mucha razón. Sabía que sus amigos lo conocían y si lo invitaban a pasar el rato con ellos era para que se distrajera, quizás no se lo decían directamente para no incomodarlo, pero como siempre decía, las acciones valen más; con su parabatai no había por qué hablarse para saber que el otro estaba mal y con la esposa de su amigo sabía que Heath le platicaba todo y un punto de vista femenino siempre era bien recibido por los chicos. — No tengo que fingir nada con ellos — soltó como algo automático y bebió de su cerveza quedando ya solo un poco él tarro.
Analizó la actitud de su acompañante por unos segundos; un vampiro no era, aunque su arrogancia e impertinencias parecía de uno, pero también apostaba por un lobo, aunque tampoco daba el físico de uno. Conocía a las especies, cada una de ellas, y no había visto algo parecido y su instinto le comenzaba a dar señales, no era como que el ser cazador viera a todo mundo como subterráneo, pero si sabía diferenciar cuando alguien tenía intensiones maliciosas, sobre todo si hablaba en tono despectivo de los de su clase, como si no le agradaran — ¿Que sabes tú de los de mi clase? Si tienes todo él estilo de ser un subterráneo, o ¿acaso atrapamos a loa de tu clase en algo y están siendo juzgados por la clave? — dijo fingiendo un puchero, sonriendo luego de lado satisfecho de devolverle al menos algo de lo que había sido molesto para él. Bebió lo último que quedo en su tarro y llamó para pagar la cuenta; sus ganas de sacar pelea con los vampiros se había ido así que mejor iría a su habitación a dormir. Eso le decepcionaba, ir a tratar de dormir y pensar en otras cosas en lugar del dolor de los golpes, quizás fue eso, el tono aburrido con el que imaginaba el resto de la noche que fue que las palabras de Kai le llamaron su atención, que clase de negocio le ofrecería. Al final de cuentas que podía ser más divertido que pelear con vampiros — ¿Un negocio? — repitió, ya se había puesto de pie y volvió a sentarse en su banco, frunciendo él ceño, entre interesado y, todo lo contrario, su instinto aun le decía que no era de confiar.
Hizo una mueca sin mucho interés ante su pregunta y se encogió de hombros — Me lo han dicho; lo tomo como cumplido en realidad — respondió con la misma tranquilidad, pero sabía que aquello podía sacar de quicio a cualquiera. Continuó comiendo cacahuates mientras lo miraba de reojo y puso los ojos en blanco ante su ‘insulto’ — Ay, por favor, niño. ¿Tú crees que ando en manada? No, no, Kai Hunter trabaja solo — negó de una forma divertida un par de veces — Además, en este lugar… ya sabes, ‘Idris’ — hizo las comillas con los dedos — la única persona que comparte mis habilidades, o que se podría decir así porque no tiene nada de experiencia y su madre le reprime sus poderes con una pulsera, es una niña de tres años. No puedo trabajar con eso, aunque esa niña será un desastre por si solo cuando entre a la adolescencia — comentó cómo si a esa altura estuviera hablando con sí mismo; y así creía, pues una vez más se había perdido en sus pensamientos. De otra forma no habría compartido información.
Hizo una leve sacudida de cabeza para despejar su mente y volver a la conversación, ladeándose un poco para mirarlo — Así que no, los herejes trabajamos solos. Por si aún no lo descifrabas. — añadió volviendo la vista hacia delante y vio de reojo como el chico pagaba su cuenta, lo que cualquiera daría como una misión fallida, pero ese pensamiento estaba muy lejano. Y así seguiría; pues una sonrisa se instaló en su rostro al ver que volvía a tomar asiento ante su oferta. — Si, un negocio. — se ladeó nuevamente para quedar frente a él — Vamos al grano, ¿sí? De todas formas, si te pones muy reina del drama con lo que te diré, simplemente puedo borrar esta conversación de tu cabeza y aquí nada ha pasado — comentó cómo si nada — Bueno, claramente no sabías quién era, ahora lo sabes. Y sí, ¿qué hace un hereje aquí, siguiendo las reglas de la Clave? Uhm, se podría decir que me servía para distraerme un rato. Ya sabes, tener cientos de años se hace aburrido a veces — se encogió de hombros, terminando de comer los cacahuates que había sacado antes — El punto es, que además de hacer clase y seguir el horario que todos seguimos, tengo un negocio aparte. Drogas. O medicinas naturales, como quieras decirle. — rodó los ojos de forma divertida —
— Tengo mi negocio estable aquí; si, increíblemente muchos necesitan drogarse para rendir en sus clases — hizo una mueca — Pero tengo intenciones de expandir mi negocio, y es imposible estar en dos lados a la vez para negociar. Bueno, imposible no, pero me da flojera usar mi magia para eso. En fin, tengo decidido irme a Los Ángeles, a buscar más gente, pero como sabes, Los Ángeles es demasiado grande. ¿Mi propuesta? Ayúdame a negociar; o a vender incluso. Ganarás buen dinero y podrás reemplazar los golpes de vampiros por trabajo. Y si te preocupa la Clave, no te preocupes; tengo un glamour para que no sepan que eres tú — añadió enseguida vio su rostro de preocupación.
Ringo no había visto antes a un Hereje, pero si había escuchado de ellos y él rumor de que en Idris había uno, quedándose solo en eso, en un rumor, en ese entonces no le había interesado saber de él hasta ahora, recordó que había leído algo en un libro de especies — Los herejes no tienen buena fama — dijo frunciendo el ceño pero igual se acomodó nuevamente en el asiento, dispuesto a seguir escuchando la propuesta de negocio a pesar de que ya estaba advertido sobre la naturaleza del chico.
Se sorprendió de lo que hacía, él tráfico de drogas o medicinas como decía, no le sorprendía que en el instituto consumieran ya que había visto a algunos alumnos, no era su estilo consumir, y mucho menos había pasado por su cabeza la idea de vender, ni le parecía algo malo como algo bueno, ya que era de la idea que cada uno elige que meter en su sistema, nadie era obligado. Analizando su situación y el cambio de residencia que haría pronto no le pareció mala idea, sobre todo cuando agrego que podría usar un glamour, la idea de peligro y adrenalina lo nublo — ¿Por qué me ofreces eso a mí? — fue lo primero que pensó, aunque había dicho que si se negaba le podría borrar la mente, eso le trajo curiosidad — Hay otros sufridos por ahí — agrego colocando  los ojos en blanco — Acepto, pero quiero saber por qué me lo ofreciste, no creo que solo porque si —se apresuró a agregar, tranquilo, la idea lo había tentado demás, pero igual quería estar seguro de que se metía en eso por una razón o solo por suerte.
Se encogió de hombros sin importancia — En tiempos desesperados, se toman medidas desesperadas — respondió con una media sonrisa al bromear con aquello. — No te creas tan importante; solo reconozco una oportunidad cuando la veo. Por supuesto, este lugar está lleno de personas con problemas y que se sienten quizás hasta la mitad de miserables de cómo te sientes tú — comentó mientras se levantaba para tomar un puñado de cacahuates y se llevaba uno a la boca mientras se volvía a sentar — Pero no todos están en la posición de ‘Me da igual morir hoy o mañana’. Oh, y también me recuerdas un poco a alguien, o quizás todos los rubios se parecen. El tiempo dirá — dijo sin importancia, aunque el rostro del chico le seguía trayendo una imagen a su cabeza, pero eso era algo que en lo que indagaría más adelante si le seguía molestando.
— El trabajo es simple. Hacemos correr la voz y prácticamente la gente llega sola. Pero hay que tener cuidado en las dosis que quieran comprar; tampoco necesito tener a la Clave encima mío porque uno de los idiotas se sobrepasó con alguna droga — hizo una mueca de molestia al pensar en eso — Algunos pedirán más de lo que se debe, por lo que hay que tener firmeza para rechazarlos, pero sin perder la compra — dijo mientras se levantaba para sacar su billetera del bolsillo trasero y sacaba dinero para pagar lo que había consumido. Le hizo una seña a Greyson mientras dejaba los billetes debajo de la jarra — También puedo conseguir armas, pero ese es otro tipo de servicio. En fin, como dije, puedes ganar dinero, tener la adrenalina que andas buscando y no morir en el intento. Oh, y por supuesto, si me respondes bien, nunca está demás tener un hereje como aliado — alzo ambas manos con poca modestia, ya que sabía que aquello podía ser atractivo en la conversación.
Su primera reacción fue poner los ojos en blanco, aunque le fastidiaba su respuesta el solo se lo buscó por creerse “especial” una cualidad que tanto le habían recalcado, el ser creído era parte de cómo era o mejor dicho como se mostraba con los demás. Encogió los hombros como el chico había hecho antes, sin importancia — Vale, entendí — respondió entrecerrando los ojos con desconfianza por aquello último que menciono que se le hacía conocido y generalizaba por su color de cabello.
Conforme lo fue escuchando, sus planes, él trabajo que desempeñaría, la adrenalina de solo imaginar que iría contra las reglas se le atraía cada vez más; Ringo no era de los rebeldes que iban contra las reglas, a pesar de tener su fama, siempre terminaba haciendo lo que le pedían, pero a su manera, por eso se sentía más atraído por la oferta. Kai tenía razón, le daba igual si moría hoy u otro día — Bien, pero quiero un trato justo en cuanto la paga, no creas que, porque soy rubio, soy idiota — dijo como si nada — Un hereje de aliado, interesante — repitió, pero solo como si se hablara el mismo — En cuanto termine de empacar viajare a L.A.  y buscaré un departamento, ¿cuándo necesitas que comience? — con tranquilidad se levantó del asiento extendiendo su mano — Ringo Herondale — dijo su nombre, estirando su mano y afirmando con el apretón de manos para cerrar el trato.
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atheneush · 5 years
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Hola! No sé si sigues contestando asks sobre CDMU, por si le has cogido ya demasiado asco al juego XD pero me gustaría saber qué opinas de las ilustraciones del episodio 9 (que por el contexto es todo un sueño de Resines) si no es molestia.Te iba a dejar un link por si no las has visto pero tumblr no me lo permite. Yo las he encontrado en el tumblr de alguien llamado thori-in-gay-space.
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¡¡Hola @fyon-me y anons varios!! Voy a concentrar la opinión del capítulo con la escena final. El gameplay lo he visto hoy, aunque admito que mi nivel de atención llegado a cierto punto se dispersó un poco, por lo que puede que no haya comentado alguno de los detalles que más importancia podrían tomar, pero con lo gordo, al menos, me he quedado...
Creo que es una realidad que ya sabía, que lo que yo buscaba en CDM, no es lo que la gente que juega actualmente, busca. He leído y escuchado muchos comentarios sobre que este capítulo ha sido aburrido, cuando en realidad a mi me ha parecido bastante decente. Largo, sí, pero centrado absolutamente en Sucrette y en sus problemas y no en otras cosas que no tienen nada que ver con ella. Y es un ¡Sí, por fin! Y en cambio solo se habla una y otra y otra vez de las dichosas imágenes como si fuesen lo único bueno del capítulo… Bueno… lol, no sé por dónde agarrar esa escena así que me centraré en todo lo demás y al final hablaré de ello.
Por vez primera, te dan a elegir entre irte con Rosalya o irte con Chani. Honestamente se ve que están escuchando a su audiencia, no al nivel que se le ha demandado, pero a estas alturas menos da una piedra… Inesperadamente creo que durante todo el episodio crean bastantes cimientos para pensar en la situación erótico-festiva entre Priya y Chani. Chani y su cuadro sobre una chica de clase… ¿Alguien más piensa que Chani tiene un fetiche con l@s pelirroj@s? Más tarde te las encuentras juntas, en la fiesta y parece que aún siendo todo bastante inocuo es un detonador de fantasías bastante potente. Por la contra, no siento que Hyun y Rayan tengan esa justificación, sólo es… lol no se aguantan mucho y nos quedan sueltos, los pondremos juntos y pista… Me parece que es el trío que menos funciona, son literalmente, el agua y el aceite.
Ver una posible bisexual como Chani que no necesariamente vaya entrar en un juego amoroso, me parece que es empezar a tomar un poquito más de conciencia y añadir diversidad al juego. Gracias. Todo lo bueno de esta segunda parte lo podría casi resumir en este personaje. El tema del urbex, por otro lado, ¿Alguien no le suena que el tema de las casas abandonadas, el detective, etc. no podría ser una posible conexión con Moonlight Lovers? Llevo pensándolo desde que se mencionase ya hace unos 3 episodios, pero cada vez que se profundiza más en el tema me hace sonar más la cabeza. Puede que solo sea un capítulo futuro en el que vamos con ella a hacer urbex, pero me gusta más lo de Moonlight.
También he notado que al igual que capítulo anterior, ha habido mayor ausencia tanto de Rosa como de Alexy. Tenemos un momento con Rosa para comprar un conjunto (como no, no vaya ser que se le caigan las tetas por prestarnos un traje para una sola noche). Incluso que se ha puesto cierto esfuerzo en resolver un poco más el tema de Hyun y Clemence. Aún cuando, por primer vez, reconozco que en un punto del capítulo Hyun se me ha hecho demasiado insistente. También ha sido de agradecer que no hayan forzado a introducir en demasía a Rayan, sobre todo, en situaciones en las que no cuadra con la acción de los acontecimientos. También estoy muy contenta con el personaje de Nina. Con su intervención y con cómo la están llevando. Es un pj que parecía que no encajaría, y en cambio, está entrando de forma muy natural y agradable. Lo dicho, alguien en Beemoov está empezando a moverse, espero que continúen por este camino. Aunque, puede que no todo el mundo comparta esta opinión conmigo.
Si bien reconozco todo esto, hay dos cosas que no me han gustado. La primera referida al momento en que tus compañeros de aula se enteran de que estás siendo la organizadora de la fiesta y comienzan a criticarte. El discursito de Chani de ‘la gente nunca está contenta con nada’... En fin, se lo podía haber metido por ya saben dónde. Porque suena a puyita made in Beemoov de las que sobran pueblo y medio ya. Si no les gusta ceder que no cedan, pero no se puede hacer lo que uno quiere libremente y esperar a que el cliente consuma a disgusto. Ustedes mismo.
La segunda cosa es el tema de la imagen. No voy a decir nada nuevo y que no hayan dicho los demás, ha sido fanservice del barato, tirando a gratuito y vergonzoso. No era necesario, no era relevante, la imagen podía haber sido de otra cosa y aprovechar el conjunto ya que hemos tenido que pagar por él. No metas un conjunto obligado para que luego no sea usado porque la prota va en bolas. Esto es flipante. La idea de hacer esos conjuntos personalizados es para poder situar a la protagonista en las imágenes y adecuarlas a la atmósfera de cada capítulo. La historia iba sobre la fiesta, de temática años 20, la hemos organizado, ha salido bien y podíamos haber hecho algo con lo que estaba sucediendo… En cambio, se elige un reclamo visual irrelevante para la historia, como momento a guardar… Ok.
Para seguir tengo la sensación de que esta imagen surge de la idea magistral de querer hacer la imagen de Nath y Cas en circunstancias ‘eróticas’ juntos. Hay que tener en cuenta que han sido, y siguen siendo, una de las parejas yaoi favoritas del fandom por razones bastante evidentes. Vuelvo a sentir como ellos importan más que el resto a la hora de decidir tramas y escribir capítulos… Y el resto solo van detrás por pura inducción. A Priya no tenemos a quién ponerla, porque llevamos escasito el tema LGBT, pues vamos a darle una vuelta a Chani en el mismo ep. para que este sueño tenga sentido con ella. Y con Hyun y Rayan… Bueno, pues los metemos juntos por los loles. Literalmente pienso que las jugadoras de ruta Rayan son las que menos ganas van a tener de ver a Hyun en su imagen y viceversa. Es que ni siquiera tienen feeling por ser opuestos, simplemente, es demasiado.
En lo visual, la imagen de Rayan y Hyun es horripilante. Sobre todo por Hyun, tiene el cuello hiperdeforme, sale supermal. Rayan no sale bien tampoco, pero es más decente. Las demás son más o menos pasables, pero es que esta imagen da pus. La de Priya está bien dibujada, pero hay elementos que no me gustan, como Chani siendo dada de lado o que insistan con una Priya culturista…
Por último, y no menos importante, la escritura. Fui con la idea de que la escena era gratuita y que sabía lo que iba a pasar, lo que no esperaba es que la narrativa me hiciese sentir tanta vergüenza ajena con la escena. La primera frase de introducción de Castiel para meterse en el trío fue: “¿Y yo me quedo de sujetavelas?”. Bueno, osea, yo aquí ya decidí apagar el cerebro porque la vergüenza ajena me estaba superando. Y a medida que la cosa avanza eso no va a mejor. No me esperaba que me fuese a sentir TAN incómoda con una escena sexual. Este tipo de contenido me parece correcto y lo consumo, pero también sé que mal llevado es lo peor del mundo. Y aquí es que solo daba la sensación de haber sido redactado como un fanfic de una fan nóvel… Nunca, ni en Eldarya, ni CDMI, las escenas sexuales han sido tan estúpidas y forzadas, total para que encima nos despertemos antes de la consumación. No puedo rescatar nada de esta escena, sinceramente. Son apenas los últimos minutos, totalmente pegoteados y descontextualizados. No van con el tema, no can con la historia. Simplemente es un apostillado final que no viene a nada. Pero tal y como siguen llevando su estructura de los últimos capítulos, dejan siempre un cliffhanger final, por puto estúpido que sea… PARAD se os da fatal.
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diariodelverano · 5 years
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BANDERAS EN TU COLA
La esquina con más viento de la ciudad es esta esquina, la esquina de casa, y desde adentro la escucho silbar. Me gustaría ir al puerto a mirar el río, andar en silencio por la avenida del puerto y que me pasen los autos por al lado.
Cuando dudo de lo que somos pienso que por lo menos sé bastante lo que no y lo que nunca, porque varias veces lo hablamos sobre mi cama y también sobre la tuya y también en el pasto de la rambla y eso me reconforta. Me hace sentir segura y un poco superior, que también es un sentimiento de bienestar aunque no sea políticamente correcto.
Cuando dudo también dudo de los sentidos que alimenté por inacción o por mugrienta sobre el parquet, las pulgas que hoy me pican las piernas y yo mandándote a comprar ecthol, es cualquiera, ¿no te parece cualquiera?, y para ilustrar te mostraría unas fotos patéticas que veo stalkeando ahora que me quedo adentro y no voy a ir al puerto a mirar el río, y capaz nos reiríamos un rato de estas fotos chongas a estrenar para poner en evidencia que efectivamente están cogiendo con alguien digo en una nueva relación sexoafectiva donde se simboliza el compromiso con selfis y el performativo “te amo”.
Cuando dudo de lo que somos pienso que me gusta no andar bandereando nada como si nos debiéramos favores o lealtades de campaña porque es 2019 y tenemos que llegar a las primarias en un gran frente nacional entonces pasame unos mangos, tirame esa selfy, poné el cartel que a esas cloacas las hicimos con esta gestión o al menos las anunciamos, y aunque no sos un puntero sé que te quedás tranca que si no chateo tanto en vacaciones no es por banderear ninguna.
Que son re aburridos los performativos, lo sabemos y por eso me dijiste una vez que si yo decía entonces te quedabas pensando si yo esperaba que vos hicieras lo que se suponía por protocolo porque yo lo había dicho, y bueno. Me re enojé esa vez pero estuviste muy bien sacudiendo el tablero. Muy rápido, muy astuto. Como para no decirte después, como para no acordarme que lo que sé que me gusta es eso.
Y un espanto los performativos y todos los enunciados que edifican sobre las suposiciones implícitas del sentido rancio como si además de todo fuéramos un emprendimiento habitacional de última generación de un futuro barrio residencial para jóvenes profesionales en alza, pero tranquila que las expensas son recién a partir del tercer año. Qué suerte negry.
Al buffet de arquitectos, si viene en buffet, le diría que era mucho más sobria la casa chorizo que derrumbaron para estas grasadas de complejos inmobiliarios que publicitan por dos mangos en instragram y que siempre que pase por ahí me voy a acordar, no me importa los pisos que hagan.
No estrenemos nada.
Si evoco las conversaciones sobre mi cama, al lado de mi cama, abajo de mi cama, adentro de tu cama, me dan más ganas de andar por el puerto esta noche.
Yo te digo te amo cuando decís algo astuto y me río y ahí sí, no dudo de nada.
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s-sei · 6 years
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Brillante como la Esperanza Capítulo 2
Parte 1 Ahora también en AO3 : Capítulo 1 Capítulo 2
Notas: Hola, no estoy muerta, sólo la universidad es del diablo. Les traigo el segundo capítulo de mi fic; recordar que son como 3 capítulos y un epílogo.  La primera parte es lo más cercano a mi estilo habitual para escribir que tiene este fic. Es más como... desahogos de feelings? No es la narración de una historia, es sólo la descripción de los sentimientos de un personaje.  En este capítulo tenemos la oportunidad de explorar qué ha pasado en la Tierra en estos años, así que perdón si se me pasó la mano con las descripciones o los datos al margen.  Y también, este capítulo si tiene más Plance, aunque es sutil.
Capítulo 2: Palabras: ~7600
Te despedí bajo un cielo tan brillante que al verlo, sentía ganas de llorar. Tu futuro estaba en él, brillando con la misma intensidad, alejándose de mis manos cada vez más.
No derramé lágrimas, puesto que nunca serían lo que se esperaría de mí, ni lo que tu querrías ver en un momento como ese. Te merecías una sonrisa radiante al partir, una que augurara el éxito que te esperaba en este cielo sin final.
Así que te despedí forzando una sonrisa y palabras de buenos deseos, ocultando mi corazón tras el papel de buena amiga que necesitabas, callándome el sentimiento de añoranza por días que ya nunca llegarían.
Te vi partir a las estrellas, dulce y cruel destino; pues en ellas hemos encontrado triunfos y tragedias, amistades y despedidas...
Te vi partir hacia un cielo brillante, mientras yo me quedé en la tierra, echando raíces en medio de un jardín de flores tan marchitas como mis ilusiones.
Y si bien una parte de mí quería que todo fallase para tenerte de regreso lo antes posible, era consciente de que eso era sólo egoísmo de mi parte. No quiero cortar tus alas, ni entonces ni nunca, pues son una de las cosas que amo de ti. Por eso, aún llorando, aún sufriendo; creí en ti y en tu futuro, brillante como las estrellas, y esperé a que tuvieras éxito en lo que te propusieras, en donde quiera que estuvieras.
De todas formas, nunca tuve derecho a reclamarte para mí; nunca fuiste mío en primer lugar.
Tú ni siquiera sabrás de todo esto; tú nunca conocerás lo que pasa por mi corazón. Tú jamás sabrás todo lo que siento por ti.               
Porque ¿Qué bien nos haría que lo admitiera? Sería sólo una carga en tu consciencia; sería sólo un signo de debilidad de mi parte.
Es mejor que no lo sepas, lo mucho que me costó verte partir. 
Estos sentimientos que nunca te alcanzarán a ti, lejano y distante como una estrella, se escapan a través de las lágrimas solitarias que fluyen en mis mejillas por las noches, cuando nadie las podrá ver.
Hiciste que alguien como yo, que nunca puso mucha atención a su corazón, lo encontrara por primera vez. Y tú, que ahora dejas un vacío en él, nunca sabrás cómo te quise de verdad...
(¿No es gracioso, como al final mi vida repite despedidas una y otra vez? La diferencia es que en este caso, no importa cuánto lo desee, no iré tras de ti, pues mi lugar está aquí) 
La Tierra renace, la ciudad vuelve a construirse, la gente se levanta y vuelve a andar a mi alrededor. Y es extraño, como todo parece volver a la normalidad sin ti.
Como si aquellos días que pasamos juntos perdidos en la estrellas fueran sólo una ilusión. 
El tiempo sigue y sigue fluyendo, y tu ausencia cobra el dolor de una vieja herida que en realidad nunca sanó.
No es que no pueda vivir sin ti, pero desde que te fuiste hay algo frío dentro de mí. Mis sentimientos por ti, que ya no tienen dónde ir; un ramo de rosas cristalizado en hielo para la eternidad.
Sigo viviendo como antes, porque no tengo otra forma de avanzar, siendo la persona que llegué a ser después de todos esos años de lucha, junto a ti y a los demás.
No necesito a nadie. Tengo mis proyectos y mis metas, mi familia y mis sueños. Y ninguno de ellos te incluye a ti. 
... Porque si lo hicieran, estarían sentenciados a morir antes de siquiera nacer.
Quizás perdí algo de mí misma al verte partir, quizás se fue contigo a las estrellas. Quizás era mi mejor parte, quizás era una parte que mi amor por ti me enseñó que en realidad sí existía dentro de mí.
Días aburridos, noches frías; días largos, noches solitarias. Insípidos, parecen pasar rápidamente sin que me dé cuenta, mientras la gente camina frente a mí, y yo me quedo en el mismo punto, pequeño y congelado.
Quizás en realidad no tengo mi vida tan resuelta como tú piensas...
Y al ver la nueva Tierra, bañada en el sol del atardecer, mismos atardeceres que tú adorabas contemplar, me pregunto...
¿Tu sonrisa seguirá siendo tan cálida como el paisaje ante mí, incluso aunque estés tan lejos de aquí? ¿Aún sería capaz de derretir el hielo en que se ha convertido una parte de mí?
Son inútiles, estos pensamientos. Incluso aunque tu sonrisa fuera aún más radiante que antes, siempre le perteneció a alguien más.
*****
- Oye, esto se ve bonito... - comentó Lance al entrar, mirando a su alrededor.
- Sí, bueno... - contestó ella cerrando la puerta de su departamento en Ciudad Platt - En realidad, podría vivir en mi trabajo, y de hecho suelo hacerlo durante la semana, pero quedarme allá los fines de semana es algo deprimente.
- Espera... - dijo él, dado un vistazo a su alrededor - ¿Nadie más vive aquí?
- Nop. Mis padres volvieron a Italia cuando mi papá se retiró. Matt suele quedarse aquí cuando está en la Tierra, pero por ahora está en el espacio trabajando en una misión humanitaria. Tendría un perro si pudiera, pero no habría nadie que lo cuidara en la semana...
Pidge le había dicho que se quedara en su casa mientras estuviera en la ciudad. No había razón para que el cubano se quedara en un hotel cuando ella tenía dos habitaciones perfectamente disponibles en su departamento, sin importar que tan barato pareciera el hotel en comparación a la pensión que cada Paladín recibía como recompensa por salvar a la Tierra y al Universo. Además, ambos lo extrañaban, vivir juntos, verse todos los días, compartir las comidas y...
- ¿Puedo tentarte con algo? - preguntó Pidge luego de quitarse su abrigo y colgarlo en un perchero cerca de la puerta. Él la miró con una expresión de sorpresa.
- ¿Oh? ¿No eres muy joven para beber?
- Lance, han pasado años... - repuso ella secamente - Eso era antes de que dejaras la Tierra
- Oh, cierto - el moreno se encogió de hombros - Lo siento, es difícil dejar los hábitos
- De cualquier forma, no me refería a alcohol - suspiró cansada, antes de sonreírle - ¿quieres jugar Killbot Phantasm? Tengo la GameFlux en la habitación de Matt.
El rostro de Lance se iluminó. Cuando se separaron, Pidge había insistido en que se llevara consigo la consola que habían comprado juntos aquella vez que visitaron el Mall Espacial. "Para que tengas algo con lo que matar el tiempo y no vivas fastidiando a Allura" había dicho en ese entonces, y luego había agregado en voz baja "Y para que nos recuerdes". Dicha GameFlux ahora se encontraba juntando polvo en la casa de su madre, ya que Lance no había descubierto como hacerla funcionar en los nuevos televisores que comenzaron a aparecer luego de la invasión Galra.
- ¿Compraste otra? ¿Dónde la encontraste? - preguntó el cubano con sorpresa - Pensé que habían dejado de producirlas desde hace años...
- Aunque suene ridículo, tuve que ir al Mall Espacial para comprarla. Por supuesto, venía con otra vaca, pero esa se la regalé a Hunk. ¿Entonces eso es un sí? - preguntó la italiana, caminando hacia una de las habitaciones.
- Totalmente - la italiana sonrió antes de desaparecer por el pasillo - Dios, no he jugado esto en años...
- ¿No? - preguntó desde una de las habitaciones, donde se escuchaba movimiento.
- Sí... - respondió Lance, mirando el techo pensativo -¿Sabes? Después de un tiempo se vuelve aburrido jugar solo, y Allura nunca entendió del todo cómo jugar. No es que tuviera mucho tiempo para ello...
Pidge regresó a la sala de estar con la consola en sus manos, y encontró a su amigo mirando hacia arriba con el ceño fruncido, perdido en sus pensamientos. Ella conocía bastante bien el techo de su departamento para saber que no había nada que pudiera molestarlo ahí, así que debía ser algo más.
- ¿Qué sucede?
- Probablemente estaré demasiado oxidado para jugar contigo... - contestó él en voz baja, algo triste.
- Bueno... - ella se arrodilló frente al televisor y comenzó a conectar varios cables entre la televisión y la consola. Sus ojos azules dejaron el techo para posarse en su pequeña figura - De cualquier forma, nunca has sido mejor que yo en esto, y eso nunca te ha detenido antes...
- ¡Oye! - exclamó Lance, enderezándose en el sillón donde se había dejado caer - ¡Antes podía darte una paliza en este juego!
- Sí, claro - contestó ella en todo sarcástico. Rodó sus ojos para un mayor efecto.
- ¡De verdad! De hecho, dame eso ¡Te lo voy a demostrar ahora mismo!
- Eso era lo que quería escuchar... - dijo Pidge con una sonrisa, alcanzándole el control. Él se lo quitó de las manos, frunciendo el ceño nuevamente, esta vez en una expresión de decisión. Inició el juego, sin darse cuenta de que ella lo miraba con una expresión más suave y cariñosa de la que podría esperar.
"Es poco... pero es un avance"
 - ¡Gané! ¡Te gané! - celebró el moreno al finalizar la partida, apuntándola con los dedos antes de comenzar una danza de victoria improvisada.
- ¡No es justo, desconectaste mi control! - reclamó ella, furiosa
- Sigue quejándote todo lo que quieras, Pidge, en el amor y la guerra todo se vale - ella tomó una papita del plato de snacks que había ido a buscar a la cocina mientras jugaban, y se la tiró a la cara. La ofensiva papita fue a dar directo al ojo izquierdo de su amigo, que soltó una maldición y se tomo la cara con las manos. Ella sonrió satisfecha; nunca había sido tan buena como Lance, pero su puntería seguía estando dentro de parámetros adecuados para un Paladín de Voltron.
- ¡Oye!
- En el amor y la guerra todo se vale ¿no? - repitió sus palabras de antes. Lance sacó las manos de su rostro y ambos se miraron fijamente antes de soltar una carcajada.
Ella dejó de reír antes que él; los músculos de su abdomen comenzaban a doler y sus pulmones reclamaban por oxígeno. Tomó una bocanada de aire mientras contemplaba lo último de la risa de amigo. Sonaba sincera, fuerte, justo como antes.
Una agradable calidez inundó su pecho.
*****
Al día siguiente, Pidge lo despertó antes del amanecer, insistiéndole en que debía acompañarla a un lugar. Lance se levantó de la cama, tomó una ducha y se vistió casi por inercia, mientras su amiga lo apresuraba desde la cocina. Antes de que pudiera siquiera preguntarle su destino, ella lo tomó del brazo y lo arrastró hacia su auto, estacionado en el subterráneo del edificio.  
- En serio, Pidge, no son ni las 7 de la mañana - reclamó el moreno, reprimiendo un bostezo -  ¿Hacia dónde me llevas? ¿No tienes que trabajar hoy?
- Precisamente - contesto la mujer, encendiendo el motor - Vamos a mi trabajo.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Confía en mí, te hará bien - ella le dedicó una sonrisa segura antes de comenzar a sacar el auto.
Él guardó silencio, teniendo el presentimiento de que no sería capaz de sacarle más información que esa. Avanzaron por las calles casi sin detenerse; muy poca gente transitaba a esa hora por la ciudad. Pidge tomó la calle principal y siguió por ella, incluso después de que las casas y edificios comenzaron a desaparecer y la calle se convertía en una carretera. Lance se dio cuenta de que estaban saliendo de la ciudad hacia el desierto cercano, y tuvo una ligera sospecha.
- Este camino lleva a la Sede Central del Cuartel - dijo él, mientras veía por la ventana como los primeros rayos del sol se asomaban en el horizonte
- Sep - asintió ella sin despegar los ojos del camino.
- ¿Estás trabajando ahí?
- Sep
- ¿Qué estás haciendo?
- Es información clasificada.
-Oh, vamos... - Lance dejó de mirar hacia la ventana para encararla. Seguía con la mirada fija en el camino, pero sus labios trataban en vano de contener una sonrisa. Los ojos castaños se posaron en él por un segundo antes de regresar hacia el frente, y ella rió por lo bajo
- Sólo te estoy tomando el pelo - admitió, pero antes de que él pudiera reclamar, ella siguió hablando - Pero fuera de broma, ya estamos por llegar. Una vez que estemos allá lo sabrás de inmediato.
Lance devolvió la mirada al camino. A lo lejos, las siluetas de unas instalaciones bastante familiares se dibujaban contra el cielo, acercándose rápidamente. En cosa de unos diez minutos, llegaron al puesto de guardia, donde Pidge mostró sus identificaciones (Lance se preguntó en qué momento su amiga le había robado la suya) y les permitieron el paso al recinto.
La Sede Central del Cuartel Galáctico era un lugar que había conocido bien en su tiempo, pero Lance no lo había visitado desde hace años, desde la última vez que había estado en la Tierra. Podía distinguir la mayoría de las instalaciones construidas antes de la invasión Galra, todas ellas intactas gracias a la barrera de partículas desarrollada por el padre de Pidge, pero habían un par de edificios nuevos que no conocía. Mientras tanto, Pidge detuvo el auto en el estacionamiento de oficiales, en un sitio frente a una placa que indicaba el lugar reservado para la "Dra. Katie Holt"
- Doctora Holt ¿eh? - comentó Lance casualmente, luego de bajarse del auto y ver el cártel - ¿Entonces estás haciendo clases?
- Alguien tiene que iluminar a las futuras generaciones ¿no? - contestó ella cerrando el auto.
- Por supuesto. Porque no es como si fueran sólo un par de años menores que tú.
- Aún así son más jóvenes que yo.
- Entonces... ¿tengo que llamarte Doctora desde ahora? Porque "Doctora Pidge" suena ridículo - ella rió y le dio un codazo.
- Ni te atrevas, no podría tomármelo en serio viniendo de ti - contestó conteniendo apenas la risa ante la expresión de indignación del moreno, que se acariciaba el brazo en la zona donde lo había golpeado. Luego de respirar profundo para componerse, agregó en tono serio -  De todos modos, no me digas Pidge si hay más gente presente, nadie aquí sabe de ese apodo.
- Entendido, doctora Pidge - ella lo miro con reproche, a lo que el latino levantó las manos como admitiendo su culpa - Tranquila, sólo bromeo.
Siguió a su amiga en dirección hacia uno de los edificios más cercanos, el cual reconoció como la Escuela de Cadetes. Su corazón dio un vuelco. Había vivido aquí dos años, antes de que el aterrizaje de Shiro y el encuentro con el León Azul cambiaran su vida para siempre; pero después de eso sólo había regresado apresuradamente una vez para recoger las cosas que habían quedado en su habitación, antes de partir otra vez. Ingresaron al edificio y caminaron en silencio por uno de los pasillos principales, mientras Lance examinaba todo a su alrededor. Habían un par de cambios, pero el ambiente reinante, una extraña combinación de escuela  y cuartel militar, se mantenía intacto. Doblaron hacia un pasillo lateral y se cruzaron con tres adolescentes que vestían el uniforme de cadetes del Cuartel. Al ver a su acompañante, los tres se formaron y se cuadraron para saludarla, y Lance tuvo un súbito ataque de nostalgia al recordarse a sí mismo, Hunk y Pidge en la misma situación. Parecían memorias provenientes de una vida completamente distinta, una vida mucho más simple.
Luego de pasarlos, una extraña inquietud invadió su mente. Le costó bastante identificar de donde provenía.
- Espera... ¿no nos reconocieron? - preguntó en un susurro - ¿A ti, al menos?
- Si, verás... - Pidge dijo con voz baja, mientras seguía caminando. Sus ojos se posaron en el suelo, pero Lance podía darse cuenta de que en realidad miraban más allá, hacia el pasado - Después de la guerra, quería que mi vida regresara a la normalidad. Algo casi imposible siendo conocida como un Paladín de Voltron ¿no? Bueno, mi padre se imaginó que ese sería el caso, así que me ayudó a dejar todos los reportes oficiales y los artículos de los medios de comunicación a nombre de mi identidad falsa. Al final resultó bastante conveniente falsear todos mis registros en el Cuartel cuando me infiltré aquí...
Otro grupo de estudiantes se acercaba por el pasillo, por lo que ella calló bruscamente. Como el grupo anterior, se detuvieron a saludarla antes de apresurarse hacia sus clases de la mañana. Una vez que el pasillo estuvo despejado, Pidge prosiguió con su explicación.
- Así que, para la gente de la Tierra, el Paladín del León Verde es un hombre joven llamado Pidge Gunderson, y nadie sabe dónde fue después de la guerra. Katie Holt es sólo la hija del Almirante en retiro Samuel Holt.
- ¿Y nadie sospecha nada? - preguntó Lance con asombro - Digo, eres la experta en tecnología alienígena más importante en todo el planeta, eso tiene que llamar la atención aunque sea un poco.
- Mi padre fue el primero en integrar la tecnología terrestre con la alienígena, al menos para el conocimiento público de los habitantes de la Tierra, y el hombre que diseño y estuvo a cargo de la construcción del Atlas y las naves MFE. No creo que a nadie le sorprenda que su hija haya seguido sus pasos... - ella pareció meditar algo unos segundos - Aunque si nos ven juntos, podrían ver algunos parecidos, pero no es como si tuvieras un cartel con tu nombre colgando del cuello ¿cierto?
*****
"Y tú ya no parece tú mismo" Esas palabras estaban en la punta de la lengua de Pidge, pero no podía decírselas directamente. Mientras su amigo estaba distraído contemplando todos los cambios en el Cuartel, ella le dio otra mirada de pies a cabeza. Los cambios en él no eran tan notorios a simple vista, pero ella había conocido a Lance por mucho tiempo, en sus mejores y peores momentos. Estaba un poco pálido, un poco delgado, su postura un poco demasiado cautelosa para una persona como él; todo eso era suficiente para hacerla preocuparse. Su piel estaba un poco seca, y sabía perfectamente que el Lance que ella había conocido nunca se dejaría llegar a ese punto, mucho menos presentarse así en público. Y más importante que todo eso, ahora sonreía mucho menos que de costumbre, y su corazón sintió una punzada de dolor cuando se dio cuenta de las pocas sonrisas que había visto en su rostro desde que se reencontraron. La risa de ayer había sido una agradable excepción a la regla, un dulce sonido que había quedado resonando en su cabeza incluso cuando estaba sola en su habitación, tratando de dormir.
Un silbido de Lance la sacó de sus pensamientos. Habían atravesado el edificio donde se alojaba la Escuela de Cadetes, y ahora atravesaban un patio de prácticas interior, siguiendo por un sendero que se dirigía hacia otro edificio. Éste se alzaba imponente ante ellos, y su entrada estaba custodiada por dos oficiales.
- Esto es nuevo... - comentó su compañero
- Este edificio alberga el Comando Central - explicó ella, tras aclararse la garganta. Lance se detuvo en seco.
- ¿Realmente podemos entrar aquí?
- Oye, son beneficios de ser Paladines de Voltron ¿no? - Pidge se encogió de hombros - Además, trabajo en este lugar. Tengo que entrar ahí para ver a mi jefe.
- ¿Tu jefe? ¿Vamos a ver a tu jefe?
- Si ¿Has escuchado sobre el Almirante Shirogane? Creo que se alegrará de verte - respondió ella en un tono juguetón. La mandíbula de Lance cayó.
- ¡¿Shiro es Almirante?!
- Shhh - lo calló ella, mirando de reojo a los guardias frente a ella. Ninguno parecía haberse inmutado por la exclamación del latino, así que suspiró y continuó hablando, más tranquila - Después de que mi padre se retiró, los altos cargos querían que asumiera un rostro nuevo, pero reconocido. Shiro era la opción perfecta; joven, pero ya era un héroe de guerra, un piloto legendario, y estaba bien relacionado incluso fuera de la Tierra.
- Eso tiene sentido... - dijo él en voz baja, girando sobre sus talones.
- ¿Por qué te estás dando vuelta?
- Creo que sólo lo molestaré. Shiro tiene que tener mejores cosas que hacer que recibir a un viejo subordinado.
- Lance. Detente ahora mismo - dijo ella con severidad. Su tono fue tal que el latino se paró en seco - Necesitas enfrentar esos miedos, y necesitas ver que son irracionales. Somos un equipo, y aunque ya no estamos juntos, aún estamos ahí para el otro en caso de necesidad. Yo al menos aún considero a todos una parte de mi familia, y estoy segura de que Shiro también. Él siempre nos pregunta por ti a mí o a Hunk.
- Pidge... - él se giró hacia ella, al parecer buscando un argumento para rebatirla, pero antes de que pudiera decir otra cosa, ella rebuscó algo en el bolsillo de su abrigo y se lo estampó en su pecho.
- Ten, tu identificación. Los guardias tienen que revisarla a la entrada.
Sin decir más, ella siguió caminando. Detrás de ella, sintió como su compañero la seguía con paso vacilante y sonrió victoriosa.
*****
- Buenos días - Pidge saludó a los guardias con una voz seria, mientras les presentaba su identificación - Estamos aquí para ver al Almirante Shirogane.
Su compañera lo instó con la mirada a hacer lo mismo. Los guardias revisaron sus documentos rápidamente antes de que uno de ellos se volteara hacia un intercomunicador, y enviara un mensaje que Lance no alcanzó a escuchar.
- Todo en orden - dijo éste al recibir la respuesta del interior - Pueden pasar. Mayor Holt, Mayor Guerrero.
Ambos guardias se cuadraron en un saludo como despedida. A Lance se le hizo extraño escuchar a alguien referirse a él con su rango militar terrestre. Luego de la invasión Galra, a todos los Paladines de Voltron se les había otorgado el rango honorario de Mayor; pero él no permaneció lo suficiente en la Tierra como para volver a acostumbrarse a la jerarquía militar. Además, tenía que admitir que en el espacio ésta se hacía mucho más relajada, más aún si te relacionabas con grandes dignatarios y dirigentes de las fuerzas de orden intergalácticos diariamente. Pidge les devolvió el saludo del mismo modo, y el latino la imitó, para luego seguirla hacia el interior del edificio.
Uno podría esperar que la decoración del Comando Central del Cuartel Galáctico fuera bastante pomposa, pero no era el caso: el piso y las paredes tenían el mismo aspecto moderno y austero del resto de las instalaciones. Lance podía entender por qué: luego de la invasión Galra, la Tierra no tenía recursos que derrochar en ostentaciones innecesarias, y Sam y Shiro tenían en común el ser hombres sencillos y prácticos, poco asiduos a grandes demostraciones de poderío (a menos de que, claro, quisieras transmitirles seguridad a los planetas de la Coalición de Voltron a través de un show acerca de sus aventuras, pero eso fue más idea de Coran).
Las únicas decoraciones que habían en las paredes eran fotos: fotos de las plantas mayores del Cuartel desde su formación, fotos que reflejaban el avance de las naves empleadas en el tiempo, fotos de las tripulaciones de misiones históricas... Lance tuvo que esconder una sonrisa melancólica cuando cruzaron frente a la foto de la misión a Kerberos. Si el Cuartel, o alguien en la Tierra hubiera sabido lo todo lo que esa misión iba a traer consigo... Las fotos que le siguieron le eran muy familiares: las naves MFE con sus pilotos, el Atlas y su tripulación. Su sonrisa se hizo más sincera al ver a su hermana Verónica de pie en la foto, con una expresión de orgullo en su rostro. A su izquierda se encontraba Coran; el uniforme de cadete del Cuartel combinaba con su cabello y su inigualable bigote de una forma que era casi dolorosa a la vista. Al otro lado de Verónica estaba Sam, la fatiga evidente en sus facciones, pero su mirada expresaba la misma satisfacción que había en el rostro de su hermana. Y a la derecha de Sam, al centro de la foto, estaba el capitán del Atlas. Shiro lucía una sonrisa única y radiante, como si al fin hubiera encontrado su lugar en el mundo luego de haberle cedido el control del León Negro a Keith.
Sus ojos se desviaron a la última foto del pasillo, prediciendo de ante mano lo que iba a encontrar en ella: los cinco Leones de Voltron, con sus Paladines en formación ante ellos. Keith se encontraba en el centro de la foto, sujetando su casco bajo un brazo y con una sonrisa segura que habría sido muy extraña de él en la época en que lo había conocido, pero se había vuelto más y más usual desde que se volvió el líder de Voltron. A su izquierda, se encontraban Pidge y Hunk. Su mejor amigo tenía su característica sonrisa bonachona y serena, esa que transmitía confianza a los que lo rodeaban. Por el contrario, la expresión de la chica a su lado era seria y profesional; sus labios se curvaban ligeramente hacia arriba, sí, pero parecía un poco forzado. Pidge había estado bastante decaída en esa época, incluso un poco distante, pero él nunca había sabido a ciencia cierta por qué. Y por el otro lado, a la derecha de Keith, estaban él y Allura. La sonrisa de la princesa era deslumbrante. Aquella foto había sido tomada un poco después de que ambos comenzaran a salir, y si bien el hecho de que fuera una foto oficial les impedía relajarse, algo en ella parecía insinuar su relación, aunque fuera sólo impresión suya.
Finalmente, sus ojos se posaron en su propia imagen en la foto. También estaba sonriendo, con esa sonrisa de suficiencia que era tan característica de él en aquellos días, como si el mundo, o el universo incluso, fuera suyo ¿Dónde había quedado esa seguridad? ¿En qué momento había perdido esa confianza? ¿En qué momento volvió a darse cuenta de su propia insignificancia?
- ¿Lance? - lo llamó su compañera desde unos pasos más adelante, y sólo entonces el latino se dio cuenta de que se había detenido entre las dos últimas fotos. Saliendo de su ensimismamiento, dio unos pasos para acercarse a ella, que lo esperaba frente a una puerta imponente. A su lado, una placa decía "Almirante Takashi Shirogane".
Así que ya habían llegado.
Lance tragó saliva y miró a su compañera, dubitativo. Quizás ver las fotos no había sido buena idea después de todo. A su lado, Pidge le dedicó una sonrisa para transmitirle seguridad antes de dirigirse a otro intercomunicador, ubicado bajo la placa.
- Shiro, soy yo - dijo al micrófono en voz baja. La puerta se abrió inmediatamente, y dándole una última mirada, Pidge entró primero en la oficina.
- Pidge - a través de la puerta Lance escuchó la voz de su antiguo compañero y líder. La nostalgia y la ansiedad se agolparon de pronto en su pecho. Volver a ver a Shiro lo alegraba, si, pero si era sincero consigo mismo, tenía miedo de lo que el ahora Almirante del Cuartel Galáctico pudiera decir de él, o del fracaso que se había vuelto su vida los últimos meses - Me dijeron que vienes con un acompañante importante...
Su compañera se giró expectante, y Lance ya no tuvo escapatoria. Inhalando una gran bocanada de aire, entró en la oficina.
- Lance - saludó Shiro. Los años de peleas no habían sido amables con él; se veían reflejados en su prematuro cabello blanco, su cicatriz, y las líneas de preocupación que surcaban su rostro. Incluso así, su sonrisa era grande y brillante cuando se levantó de su asiento para saludarlo - Es muy bueno verte ¿cómo estás?
- Ehmm... ¿bien? - respondió vacilante. No era una respuesta sincera en lo más mínimo, pero era la esperable, mejor al menos que dejar al descubierto todos sus problemas personales. Y sin embargo, el Almirante sabía que algo andaba mal; Lance lo supo al sentir sus ojos grises estudiándolo de pies a cabeza.
- Creo que debería marcharme - murmuró Pidge a su espalda, llamando la atención de ambos. Sus ojos estaban fijos en el reloj de la pared - Tengo que hacer una clase en 10 minutos. Nos vemos luego, Shiro - se despidió con una sonrisa, pero cuando llegó a la puerta se detuvo - Lance, si te desocupas temprano, espérame en mi oficina. Es la que antes era de la profesora Montgomery. Salgo a las 11:30.
Ella salió, y ambos hombres contemplaron la puerta cerrándose por unos momentos antes de devolver la mirada al otro. Lance pudo distinguir curiosidad brillando en los ojos del Almirante.
- Toma asiento - ofreció Shiro, indicándole la silla al otro lado de su escritorio, y sentándose en la suya - ¿Katie y tú llegaron juntos?
- Sí - respondió Lance, secretamente aliviado de que el asiático se hubiera olvidado de su conversación anterior - Me estoy quedando en el departamento de Pidge por ahora.  
- Espera ¿te estás quedando donde Pidge? - por algún motivo que no alcanzó a entender, Shiro sonaba sorprendido.
- ¿Sí? - contestó un tanto vacilante - Ella dijo que no tenía problema y que era ilógico gastar en un hotel...
- Lance... - el latino reconocía perfectamente ese tono de voz. Era el mismo que Shiro había usado por años para regañarlo cada vez que coqueteaba con alguna alienígena.
- ¿Qué? - exclamó consternado - Shiro, por favor ¡Es Pidge! ¡Es como mi hermana pequeña! 
El asiático lo miró fijamente por unos momentos, como juzgándolo en silencio, antes de suspirar cansado. Apoyo los codos en su escritorio, cerró sus ojos y se aclaró la garganta para recobrar su compostura.
- Entonces... - dijo, volviendo su mirada a él - ¿Cuánto tiempo te quedarás aquí en la Tierra?
Lance guardó silencio unos momentos. Realmente no quería seguir el curso que iba a tomar esta conversación, pero Shiro se terminaría enterando tarde o temprano.
- Uhmm... Indefinidamente - admitió contra su voluntad. Ya no había vuelta atrás; él sabría que había algo mal. El asiático pestañeó confuso.
- ¿Está todo bien? - Lance suspiró. Shiro había sido lo más parecido a un padre que había tenido durante su tiempo en el espacio. Sabía que eventualmente conectaría todo y se daría cuenta, así que ¿ya qué? La pregunta llegaría tarde o temprano.
- Allura y yo terminamos - respondió de un sopetón. No tenía sentido seguir tratando de ocultarlo. La sonrisa desapareció del rostro del Almirante
- Ya veo...
- No fue nada feo, si eso es lo que crees - por algún motivo Lance sintió la necesidad de excusarse - Es sólo... Nuestras prioridades eran distintas y yo no podía seguir así... - a medida que hablaba, su voz se hacía más y más débil e insegura. El latino odiaba como sonaba, odiaba admitir todo esto, y mucho más frente a alguien a quien admiraba tanto como a Shiro. Clavó su mirada en el suelo a su derecha, sin querer ver el reproche en los ojos del Almirante.
- Lance - lo llamó Shiro - Está bien. Puedes hablar de eso.
- ¿Qué quieres que te diga, Shiro? -preguntó el moreno con más agresividad de la que quería demostrar. Sus ojos azules volvieron a posarse en el Almirante, que lo miraba con algo de sorpresa - Me siento como un imbécil. No sé si lo que hice está bien, tampoco sé si quedarme hubiese sido un mejor opción. Sólo siento que fallé en todo lo que me propuse alguna vez.
- Oye, tranquilo. Nunca es simple terminar una relación así de larga. Créeme, lo sé - sus ojos grises se detuvieron en la única fotografía de su escritorio. Desde su punto de vista, Lance podía distinguir a los dos pilotos jóvenes que se reían en ella: uno de ellos era Shiro, con su cabello aún de un sano color negro, sus dos brazos intactos y sin ninguna cicatriz en su cara; el otro... Lance nunca había conocido a Adam, no directamente al menos, aunque era probable que se hubiesen cruzado alguna vez en los pasillos del Cuartel. Sin embargo, había hablado con Keith mientras los Paladines estaban en recuperándose en el hospital del Cuartel tras su última batalla para liberar la Tierra, y él le había hablado sobre de Adam, y sobre por qué por momentos Shiro se veía tan deprimido al regresar al planeta.  
- Y a pesar de que el dolor disminuye con el tiempo - continuó el asiático - nunca se va complemente. Lo siento, puede que sea demasiado auto referente, y son dos casos muy distintos. Pero a veces tienes que ponerte a ti mismo, o lo que tú quieres, primero, porque la otra persona no lo hará; no porque no te ame, simplemente porque no ven las cosas como tú. Y al final, tu vida es sólo tuya.
- Entonces...  - dijo el moreno, vacilante - ¿Crees que hice lo correcto?
- Nunca sabremos si hicimos lo correcto, Lance - respondió Shiro con un tono de voz cansado - pero si me preguntas a mí, en tu caso creo que habría tomado la misma decisión.
- Eso... de cierta forma es reconfortante - dijo el latino, esbozando una pequeña sonrisita de alivio.  
- Cuidado, no te recomendaría seguir mis pasos. Puedes perder un brazo en el proceso - La bien intencionada broma rompió la tensión de la habitación y tomó por sorpresa a Lance, que pestañeó dos veces antes de soltar una risita que fue acompañada por el Almirante. A pesar de todo lo que había pasado y del alto cargo que ahora ocupaba, Shiro no había perdido su tranquilo sentido del humor; y este hecho lo llenó de alivio. Aún seguía siendo el mismo de antes, ese que había admirado como un héroe hasta que se dio cuenta de que era tan humano como él mismo, y su idolatría se transformó en un profundo respeto.
- ¿Y entonces? - preguntó el Almirante de la nada.
- ¿Entonces? - repitió Lance
- ¿Qué es lo que quieres hacer ahora? - explicó el mayor.
- Yo... en realidad, no lo sé - respondió el moreno, vacilante - Digo, quería venir a la Tierra y pasar tiempo con mi familia, y ya lo hice; pero después de eso, no estoy seguro...
- ¿Has pensado en regresar al Cuartel? - preguntó Shiro - El teniente Eriksson ya está por retirarse, y nos vendría bien tener otro instructor de vuelo. Katie podría hacerlo, claro, pero ya está bastante ocupada con sus clases y laboratorios; y en mi caso, ser Almirante ocupa una ridícula cantidad de horas de papeleo y reuniones...
Lance lo miró con sorpresa. Siempre había querido ser piloto, sí, pero nunca se le había pasado por la cabeza ser instructor. Él nunca había sido muy bueno en realidad; diablos, con suerte había llegado a ser piloto de batalla, y sólo gracias a que Keith había sido expulsado. Y sin embargo...
"¡Eres un Paladín de Voltron!" Las palabras de Pidge resonaron con fuerza en su cabeza.
Es cierto, ya no era el adolescente mediocre y medio idiota que hacía lo posible por pasar sus clases mientras intentaba lucir bien para las chicas. Ya no era el piloto de carga promovido por pura suerte gracias a que alguien más le había dejado un lugar. Ya no era sólo el chico cubano que había dejado la Tierra en un león robótico gigante sin saber en qué se estaba metiendo. Ese adolescente se había perdido en algún lugar de las estrellas en medio de una guerra intergaláctica. Lo que había quedado tras él era...
- Piénsalo - dijo Shiro, dándose cuenta de su vacilación por su silencio - Y recuerda, Lance. Siempre tendrás un lugar con nosotros. Y no estoy hablando sólo del Cuartel Galáctico ¿sabes?
Esas palabras... Lance no sabía lo mucho que las había necesitado hasta que las escuchó de la boca de Shiro.
- ... Gracias - Lance respondió, esbozando una sonrisa.
- En fin - Shiro cerró los ojos un momento antes de levantarse de su asiento y volver a mirarlo, con expresión bastante más traviesa - ¿quieres ir a ver la práctica de vuelo de los Cadetes? Las naves que teníamos en nuestros tiempos no son nada en comparación a las que usan ahora...
- ¿Qué pasó con la ridícula cantidad de papeleo del cargo de Almirante? - comentó Lance divertido, mientras lo imitaba.
- No hablamos de eso - contestó Shiro con algo de molestia. Sin decir más, su antiguo líder lo tomó por los hombros y lo arrastró por la puerta
*****
Al final, Shiro terminó dándole un tour por todas las instalaciones de la sede. Lance tenía que reconocer que Sam y Shiro habían hecho un excelente trabajo integrando la tecnología alienígena proporcionada por la Coalición al quehacer diario del Cuartel, aunque Shiro atribuía el mérito a Sam y a Pidge. Ya le hubiera gustado a Lance poder haber piloteado en su momento una de las naves IFP III, uno de los prototipos de las naves MFE que luego había sido adoptada como nave de práctica.
- Bueno, aquí estamos - dijo Shiro, deteniéndose frente a una puerta. Lance recordaba esta oficina; de alguna forma; Hunk y él siempre terminaban en ella, siendo regañados por la profesora Montgomery - Será mejor que esperes adentro
- ¿Cómo se supone que voy a entrar sin Pidge? - Shiro le dedicó una sonrisa segura antes de ingresar un código en el panel junto a la puerta.
- Beneficios de los altos cargos - respondió a la muda pregunta de Lance, que lo veía con una mezcla de asombro y entretención - Aunque Katie me habría dado la contraseña de su oficina si fuera necesario, o al menos eso quiero creer.
La puerta ante ellos se abrió, y Shiro hizo un ademán con su mano, indicándole que pasara. Lance dio dos pasos antes de darse cuenta que su acompañante no lo seguía. Giró la cabeza en su dirección.
- ¿No vienes?
- No, en realidad ya debería regresar a la oficina - contestó el mayor con una sonrisa un poco arrepentida - Probablemente ya hayan al menos tres personas queriendo asesinarme por no estar ahí.
- Oh... Ya veo - el latino se volteó completamente para encararlo, y tomar la mano que el Almirante le extendía como saludo.
- Si sigues en la Tierra, ven a visitarnos más seguido - dijo Shiro, estrechando su mano con firmeza- No vuelvas a desaparecer así .
- Oye, al menos yo vine a visitar - contestó Lance - Keith no ha tocado la Tierra desde que partimos después de la Invasión.
- Bueno, al menos él sigue llamándome al menos una vez a la semana  - repuso Shiro con una sonrisa. El moreno no se sorprendió: harían falta más que un millón de años luz de distancia para separar a esos dos. Ambos soltaron una risita.
- Nos vemos pronto - se despidió Lance con seguridad, prometiéndose a si mismo cumplir la promesa implícita en esas palabras. Shiro asintió antes de soltar su mano y retirarse por el pasillo por donde vinieron. El latino contempló su espalda, aún fuerte a pesar de estar cargada con el peso de las memorias y la responsabilidad, hasta que desapareció al girar en una esquina. Soltando un suspiro, se volteó hacia el interior de la habitación.
Mientras la puerta se cerraba a sus espaldas, Lance dio un vistazo a su alrededor. La oficina de Pidge estaba más ordenada de lo que podría haber esperado luego de haber sido testigo del desastre que era su habitación en el castillo. Sin embargo, eso no significaba que ahora fuera un ejemplo de orden militar. Habían torres de papeles apiladas por todas partes, aparatos electrónicos a medio armar, y al menos tres computadoras encendidas y en medio de distintos procesos que se veían más complicados de lo que estaba dispuesto a comprender.
Poniendo un poco más de atención, Lance descubrió una cafetera en un rincón, y una sonrisa se dibujó en su cara. Por supuesto que iba a estar ahí: Pidge siempre había necesitado café para funcionar, o al menos la variación alteana que Hunk había descubierto en la cocina del Castillo. Usando su instinto, descubrió dónde su amiga guardaba el café y el azúcar, y abajo de estas, dónde estaban las tazas. Habían cinco de ellas: una verde, que estaba saltada en una parte, una negra, una amarilla, una azul y una roja, las últimas tres cubiertas de polvo. Lance fue a lavar un par antes de ponerse a trabajar.
Pidge regresó a la oficina justo cuando el latino terminaba de servir el café recién preparado en la taza azul. La italiana tenía su mejor cara de haber tenido una mañana horrible.
- ¿Café? - preguntó el latino, extendiéndole el tazón verde lleno de la bebida caliente en una mano. Pidge lo miró con sorpresa unos momentos, sus ojos brillantes con el rastro de una emoción que él no logró identificar antes de desaparecer. Quizás fue sólo una ilusión de su mente. - Gracias - dijo Pidge con voz suave, esbozando una sonrisa cálida que borró todo rastro de cansancio de su rostro, y por algún motivo, Lance sintió un extraño calor en sus mejillas. Sin percatarse de ello, su amiga recibió la taza y le dio un sorbo, para luego abrir los ojos sorprendida - ¿Cómo supiste...?
- Eres tú, tenía que haber café en algún lugar de esta oficina - respondió él, encogiéndose de hombros - Y todavía recuerdo la ridícula cantidad de azúcar que le echas a tu café.
Pidge lo miró con reproche, a lo que el latino sólo le dio una sonrisita de suficiencia, mientras se apoyaba en una encimeras de la oficina. Luego tomó un sorbo de café, y el sabor amargo le trajo recuerdos de días pasados.
- Papá adoraba tomar café en las mañanas ¿sabes? - comentó con nostalgia, con los ojos fijos en su bebida y su mente perdida en sus recuerdos - Cuando mi madre dejó de preocuparse por la cafeína que tomábamos, él siempre nos preparaba un tazón a todos para el desayuno...
- Lance... - murmuró ella. El latino pestañeó, volviendo al presente, y sus ojos se dirigieron a Pidge, que lo miraba preocupada. Le dedicó una sonrisa para hacerle saber que estaba bien.
- ¿Cómo estuvo tu mañana? - preguntó, tratando de disipar la tensión de la conversación. A su lado, su amiga lo vio de reojo por un momento antes de soltar un quejido.
- Horrible - respondió con voz cansada, dejándose caer en su silla - Nadie en la clase hizo la tarea que les mandé, así que no tenían la base para entender lo que teníamos que ver hoy, y no avanzamos mucho. Ahora voy a tener que modificar el calendario del curso y resumir un par de clases importantes...
- Bueno, Pidgey... - la italiana, que se había desparramado sobre su escritorio, lo miró levantando una ceja ante el uso del apodo - de todas formas no puedes esperar que sus estudiantes estén conscientes tan temprano en la mañana ¿no?
- Créeme, si tuvieran mi clase en la tarde nadie la aprobaría - comentó ella algo molesta, antes de soltar un suspiro y comenzar a teclear sin ánimo un en la computadora que tenía en frente. Lance rió por lo bajo.
- Eres una pésima persona, y definitivamente no me gustaría tener clases contigo - ahora fue Pidge quien sonrió, con los ojos fijos en la pantalla
- Suerte para ti que eso no va a pasar...
*****
El viernes en la tarde, Pidge regresó del trabajo un poco más tarde de lo habitual, esgrimiendo un par de pasajes de avión.
- Haz las maletas, nos vamos de viaje - declaró al entrar al departamento.
- ¿Qué? - exclamó el latino, levantándose de un salto del sofá, donde había estado jugando videojuegos - ¿Dónde?
- Es una sorpresa - respondió ella con una sonrisa de suficiencia. Él la miró como si se hubiera vuelto loca, pero su amiga no se dejó intimidar - Sólo hazlo, compré los pasajes para hoy en la noche
- ¿Y cómo sabré exactamente qué empacar? - le preguntó, mientras ella cerraba la puerta tras de sí y daba unos pasos hacia el interior para dejar su cartera sobre una silla.  
- Sólo echa a la maleta lo que usarías en tu casa, no es tan difícil.
-¿No tienes que trabajar el lunes?
- Pedí un par de días libres. Vamos ¡Será divertido!
Eso no aclaraba nada más que el hecho de que iban a estar fuera una semana, pero al ver la expresión radiante de su amiga, decidió cerrar su boca y seguirle el juego. Si un viaje repentino a quién sabe dónde junto a él hacía así de feliz a Pidge, que no era precisamente conocida por su tendencia a salir de la comodidad de su hogar ¿quién era él para negárselo?
Además, tenía que admitir que le encantaba verla sonreír.
*****
Más notas: Cuando escribí el primer capítulo, mis amigas (que ocupo de betas) me preguntaron por Shiro. Bueno, aquí está! Aún no estoy segura de haberlo representado bien; escribir escenas entre Lance y Pidge me sale natural, pero escribir la conversación entre Shiro y Lance me costó un par de semanas.  También, tuve que darle un apellido a Lance. Siendo yo también latina, quería respetar su herencia, así que “McClain” estaba descartado. “Serrano” era una opción, pero me parece mucho que ese apellido estaba relacionado con una parte del fandom con la que no quiero interactuar, así que tampoco lo usé. Al final, y luego de una conversación con mi novio, elegí el que dejé en el fic. Probablemente suene un poco... cheesy? pero en realidad se lo puse en honor a un buen amigo mío.  Leo especulaciones sobre a dónde van a ir ahora, aunque en lo personal me parece algo bastante lógico.
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you-moveme-kurt · 6 years
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Glee «A Valentine to forget»
Febrero de 2040
-¡Papá!... ¡que guapo!... mírate… —dijo Lizzie al ver aparecer a Kurt en la sala, vestido de lo más elegante. -Gracias cariño… ¿que lees?... —preguntó mirándose el peinado en la superficie pulida del piano, luego miro de reojo la hora en su teléfono, lo enchufo al cargador y volvió a mirarse. -Una lesera para la clase de historia… —respondió tirando el libro hacia un lado. -¿Desde cuando aprender es una lesera? —dijo su Papá sentándose en frente. -Desde que nos mandan a leer lo mas aburrido que hay y que no tiene nada que ver con nuestro pais… ¡hola! —contestó la chica cambiando su libro por el teléfono celular. -¿No crees que es necesario saber más cosas de otros lugares?, ya sabes… para variar… -Lo es… —dijo Lizzie riendo— pero algo entretenido… —añadió señalandolo con el teléfono. -¿Que hora es?.... —pregunto Kurt chequeando la brillantez de sus zapatos. -La misma que te viste tu hace como 3 minutos… —respondió su hija sin apartar la vista de la pantalla de la red social que veía. -Pues si han pasado tres minutos, dudo que sea la misma hora… —replicó su Papá levantandose del sofa en donde estaba. -¿Por qué reaccionas así?... no es mi culpa que el «Papáblen» no llegue… ¡hola!... —añadió la chica haciendo muecas. -Lo se cariño… disculpa… —respondió Kurt caminando hacia la ventana.
-¡Ay Papá!... discúlpame tu… te conteste mal… nada que ver… ¡hola!... —dijo Lizzie también levantándose, se acerco a él y lo abrazó desde atrás, luego se puso en puntas de pie y le dio un beso en al mejilla. -Gracias cariño, necesitaba eso… -Lo se… ¿por que no lo llamas para saber que le paso? -Porque cuando tiene que grabar, deja el telefono apagado, sería inútil tratar de contactarlo… -Pues eso es una irresponsabilidad… ¿que tal si nos pasa algo a nosotros?… un incendio o algo… ¡se enteraria por la televisión!... ¡hola!... -No creo que por Blaine pasen esos pensamientos tan trágicos… y tampoco deberías tenerlos tu… -¡Soy una adolescente!... ¡toda mi vida es un pensamiento trágico!… ¡hola!... a proposito, ¿donde esta «Goblin»? -¿«A propósito»?... —repitió Kurt girando hacia ella con la ceja bien levantada. -¡Ay!... ya me entiendes… —agregó Lizzie haciendo un gesto de desinterés con su mano— ¿donde esta?... -Primero no te entiendo y segundo… tu hermano esta en su cuarto estudiando lo de su presentación. -¿Presentación?, ¿que presentación? -Para lo del «Dia del presidente»… —dijo Kurt desenchufando su teléfono. -¿Ya?... y eso no es como en abril... -Ok, ahora estoy preocupado por la atención que pones en clase… el «Día del Presidente» es en febrero… en dos semanas para ser exactos… cosa que deberías saber si estas por graduarte de secundaria —dijo Kurt mirando la hora. -¡Ay Papá!... ¡obvio que lo se!… solo estaba bromeando contigo… ¿y ya le dieron su presidente? -Aun no… pero ya sabes como es… esta estudiando todos los posibles… -¡Pero si conoce como dos letras!... ¡hola! -Siempre existen buenas ediciones ilustradas a las que recurrir.. -El «Goblin»… —dijo Lizzie riendo— ¡te amo «Goblin»!... —agrego dirigiendo su voz al segundo piso— Kurt sonrió mirándola con ternura— ¿a que hora se irán tú y el «Papáblen»? —pregunto estirándose como si tuviera pereza acumulada de siglos. -Supongo que cuando llegue… o se digne a llamar… no se… —respondió encogiéndose de hombros, luego caminó dos pasos y se quedó mirando hacia la calle, Lizzie se tomó la cara al ver la mueca de tristeza con la Kurt había respondido. -¡Papá!... ¡estás súper triste!... ¡no!.. —exclamó llevándose una mano a la cabeza— ¿que le pasa al «Papáblen»?, ¡nada que ver que deje plantado!... ¡hola! -No cariño… existía la posibilidad, el me la dijo pero yo me negué a creerla… —agregó soltándose la corbata. -¿Es él? —preguntó su hija al sentir el pitido de un mensaje entrante en el teléfono de Kurt. -No lo sé… tal vez…—respondió desbloqueando la pantalla— no… —añadió haciendo un puchero, Lizzie puso la boca igual de puro solidaria— es Rachel... me envía una foto de ella y Jessie en el Empire State...—dijo enseñando la imagen. -¿Esperabas algo así tú también? -Claro… aunque Blaine me tenía acostumbrado a no esperar nada en concreto… solo aguardar por la sorpresa por así decirlo… ¿pero que estoy haciendo? —añadió sacudiendo su cabeza como si quisiera quitarse agua del cabello o algo asi— ¿compartiendo las cuitas de mi matrimonio con una adolescente?... —añadió dándose un golpe en la frente— discúlpame cariño… -¡Ay Papá!, soy tu hija, si yo puedo confiar en ti, tú puedes confiar en mi… ¡hola! —sentenció Lizzie levantando los brazos al cielo. -Gracias cariño, pero es de todas vistas inapropiado.. —agregó Kurt mirando su teléfono por última vez antes de meterlo en su bolsillo— ¿qué tal si llamas a tu amiga Alaska?, aún pueden ir al cine o algo… conviertan este día en una celebración de amistad. -Eso es como una manera elegante de decir «reunión de perdedoras»… —dijo Lizzie mirando a su Papá con los ojos empequeñecidos. -Estar sola no es lo mismo que ser perdedora, ahora… dejar a tu novio «ad portas» del día de San Valentín, si que es un poco desquiciado, pero perdedor nunca... -Si deje a Reuben no es mi culpa, es de él y su «demonos un tiempo», contestó la chica poniendo voz de deficiente mental— pero espera a que me pida que volvamos, lo mandare a freír espárragos… —agregó chasqueando los dedos. -Espero ver eso… ahora… ¿que te parece la idea que te di?... -Me parece bien, pero.. ¿quien se quedará con el «Goblin»? -Pues yo cariño, ya es muy tarde para cualquier restaurante, así es que asumo y mi celebración se arruinó… no vale la pena arruinar tu noche también… toma… —dijo sacando un par de billetes de su billetera. -¡Vaya!... —exclamó mirando la cantidad— tener depresión te hace más generoso… -Loca… ahora ve y diviértete… —dijo empujándola a la salida. -¿No te quedarás llorando o algo?...—quiso saber Lizzie mientras compartía con su amiga Alaska, la idea del cine a través de un mensaje. -Por supuesto que no… tal vez me pongas a limpiar la cocina, o acabar con todo el helado que nos queda... algo así…. -¡Ay Papá!... ¡eso es peor!... ¡hola!... -Ya vete... —agregó abriendo la puerta para ella. -Bien… pero si hay un cambio de planes, me llamas de inmediato, sabes que no tengo problemas en cuidar al «Goblin» —dijo Lizzie mientras sacaba su ropa de abrigo desde el closet del recibidor y se la ponía encima a de cualquier manera, luego tomaba su teléfono y leía los mensajes que le habían llegado. -Lo se cariño… gracias… ¿te contestó tu amiga? —preguntó Kurt queriendo mirar el teléfono de su hija -Si… —respondió enseñando la pantalla del aparato— dice que genial, y que ya estaba a punto de llorar al ver que todos tenían planes menos ella— dijo blanqueando los ojos. -Perfecto, no llegues muy tarde… ¿bueno? -No te preocupes… —dijo Lizzie despidiéndose con un beso— si Alaska quiere elegir la película, y estoy más que segura que así será, elegirá una comedia romántica, y esas estupideces duran una hora máximo. -No desprecies las comedias románticas, dan sustento a la vida de cualquiera. -Ok… —dijo Lizzie mirándolo ceñudo. -Adiós cariño, diviértete… —terminó por decir Kurt dándole un beso de despedida para luego cerrar la puerta, se dio media vuelta y se apoyó en ella— mil veces es mejor limpiar la cocina… —agregó tragándose las ganas de llorar.
-¿Hasta cuando estará aquí?... es día de san Valentín por todos los santos… —reclamó la asistente de Elwood y que para entonces ya estaba hasta despeinada por ir y venir con los requerimientos de Blaine Anderson. -Esta es nuestra mejor carta, si te pide que quiere unas cuerdas de hilo de pelo mandril, vas y se las consigues… —respondió este mirando a su estrella grabar por enésima vez la pista número cinco de su nuevo «My Universe». Blaine terminó las últimas notas de la canción con su guitarra y se quedo en silencio por más tiempo de lo esperado— por dios que piense que esta bien… —murmuró Elwood tras el vidrio que separaba la sala de control de la de captación. -¿Puedo escucharla?... —pidió Blaine haciendo una seña luego de dar unos toques a los audífonos que tenia puesta. -Con un demonio… —susurró la asistente haciendo un gesto de desgano, Elwood la miro como si quisiera clavarle cincuenta puñales de una, la mujer retrocedió dos pasos por si acaso, se dejó caer en el sofá dispuesto para el descanso y de ahí miro a su jefe con un poco de miedo. -Ningún problema Blaine, aunque te advierto que para nosotros quedo perfecta… —dijo presionando el botón que liberaba la voz hasta los audífonos de quien estaba grabando, Blaine mostró los pulgares arriba y se levanto del asiento que ocupaba, dejo la guitarra en su atril y se estiro tocándose la espalda, movió la cabeza y se toco el cuello como para aliviar la tensión que le había provocado la sesión de grabación que ya se extendía por casi cuatro horas, los miembros de la banda también dejaron sus instrumentos para estirar las piernas, mirar sus teléfonos celulares o simplemente beber un poco de agua, Elwood comenzó a pasearse de un lado a otro repitiendo entre dientes: «que le guste, por favor que le guste», el sonidista miro de reojo a la asistente y ambos se tragaron la opinión que tenían de todo eso, la pista termino de reproducirse y Blaine se quedó un par de segundos mirando al cielo con las manos en la cadera. -¿Y bien?.... —pregunto Elwood como con miedo a la respuesta. -Tengo una duda con el final… —respondió Blaine volviendo a tomar su guitarra, todos hicieron muecas de desagrado en diferentes tiempos, algunos sin preocuparse por disimular su descontento— muchachos… se que hemos estado mucho tiempo aquí… -Cuatro horas y contando… —murmuró uno de los integrantes de la banda. -Se que hemos estado cuatro horas aquí… y se de sobra que día es hoy… es más, yo mismo tendré que lidiar con un esposo bastante enojado cuando llegue a mi casa, pero esto debe quedar bien… los fans no merecen otra cosa… —agrego mirando a todos, algunos bajaron la cabeza como resignados y otros blanquearon los ojos como si no pudieran reclamar a viva voz. -Vamos de nuevo entonces… —dijo Elwood dando instrucciones a todos.
-¿Kurt?... —dijo Blaine en cuanto puso un pie en el departamento, dejó su guitarra y el bolso, además de las llaves en el recibidor y se quedó con una pequeña caja de la pastelería favorita de Kurt, recorrió el pasillo y la sala mencionando el nombre de su esposo pero sin recibir respuesta en ninguna de las ocasiones, todo estaba apagado y en silencio, como si los habitantes de aquella casa estuvieran durmiendo o decidido salir— por favor que no esté enfadado… —murmuró abriendo con sigilo la puerta del dormitorio— ¿Kurt?... —repitió asomando la cabeza, nuevamente no recibió ninguna respuesta. -¿«Papáblen»?... ¿eres tu acaso?... —dijo Noah en medio del pasillo. -Hijo… claro que soy yo… ¿y tu?... ¿por que estas despierto?... es muy tarde… —dijo Blaine dejando la caja con el pastel encima del suelo, se acerco a Noah y bajo a su altura. -Me levante porque necesitaba agua… —dijo el pequeño enseñando el vaso que sostenía en una de sus manos. -¿Y fuiste hasta la cocina? -Si… allí hay agua… -¿Y qué pasa con el agua de tu baño?.. -Esa sabe a baño y no me gusta… -¿Y esta no sabe a cocina? -No… —dijo Noah riendo. -Muy bien… ve a saciar tu sed entonces… —agregó Blaine incorporándose. -No tengo sed… —replicó su hijo con convicción. -¿No?... ¿entonces para qué es el agua?, ¿para «Desdmond»? -No es para mi, pero no porque tenga sed, sino porque me trague un «insepto» y beberé para que se ahogue y no crezca en mi «estogamo»… -Excelente idea hijo... -Buenas noches «Papáblen», que bueno que regresaste… —dijo Noah mientras se retiraba a su habitación haciendo gestos de despedida con la mano que tenía libre. -Gracias hijo… oye… —agregó acercándose de nuevo— se que esto es un poco raro… pero... ¿has visto a tu Papá? -Si… -¿Donde? -Esta en la cocina comiendo helado… buenas noches «Papáblen», que bueno que regresaste… —repitió el pequeño haciendo los mismos gestos que un segundo atrás, Blaine soltó un suspiro casi aliviado, como si por su cabeza hubiera pasado la idea de que Kurt estaba tan enfadado que había decidido abandonarlo para siempre, encaminó sus pasos a la cocina con la caja de pastel que esperaba y fuera el comodín que lo ayudaría a salir de aquella situación.
-Hola… —dijo Blaine al llegar el último peldaño de la escalera. -Hola… —contesto Kurt dejando la cuchara con la que comía helado directo del envase. -¿Directo del envase?... ¿acaso olvidaste todas las reglas que hay en esta casa al momento de comer algo?… —agrego Blaine dejando la caja sobre la mesa. -No he olvidado nada… solo… solo estaba cansado… —dijo comiendo la última cucharada, para luego poner la tapa devuelta sobre el envase— ¿como te fue? -Bien… es decir… Kurt… lo siento… -¿Que es lo que sientes? —pregunto levantándose, tiro la cuchara al fregadero y guardo el helado en el congelador, luego se dio media vuelta y se le quedo viendo con los brazos cruzados. -¿Como? -Lo que escuchaste… ¿que es lo que sientes?... dejarme plantado, no llamarme, llegar a… esta hora… convertir este San Valentin en uno para el olvido… ¿que cosa?... —dijo Kurt encogiéndose de hombros. -Todo eso… -Pues en eso estamos empatados entonces, aunque en realidad creo que yo lo siento mas que tu… -Lo se… y te pido disculpas por todo… pero cada cosa que dijiste tiene una explicación… -¿Una explicación? -Si, una explicación… primero... si te deje plantado es porque se me fue el tiempo, me obsesione con la pista número cinco y obligue a todos a grabarla hasta que saliera perfecta… -¿Y lo conseguiste? -Al final de la grabación número 58… si… -Me alegro… segundo… —dijo mirándolo con la cara de quien necesita mas explicaciones sobre algo. -Segundo… si no te llame fue porque cuando grabo apago el teléfono… vamos… tu sabes eso… -Lo sé… ¿tercero? -Tercero… —dijo Blaine tomando aire sin saber si su esposo estaba tranquilo, enojado, furioso o simplemente no le importaba nada— si llegue a esta hora… —agrego señalando el reloj de la cocina, es porque a esta hora termine… y créeme que no solo nuestro día de San Valentin sera para el olvido sino que también el de toda la gente que trabaja conmigo… -¿Incluido Elwood? -Incluido Elwood… -Eso es algo que me agrada que puedo decir… ¿cuarto? -Cuarto… si bien crees que este San Valentin es para el olvido… aun nos quedan… 15 minutos… déjame compensarte con algo… -¿Con que? -Con esto… —dijo moviendo la caja sobre la mesa para acercarla a él. -¿Que es eso?... —pregunto fingiendo que no identificaba el logo de su pastelería favorita en la tapa de la caja. -Esto… —respondió quitando la cinta— es algo que te gusta… y que decidí comprar para agasajarte y darte aunque sea una mínima parte de lo que tenia en mente para ti este dia… —añadió descubriendo el pastel humedo de doble chocolate y que su esposo adoraba, Kurt salivo un poco al sentir el aroma del cacao. -Luego veré si tengo ganas de comer… —dijo como si no le importara— quinto… —agrego tragando la saliva extra. -¿Quinto? —repitió Blaine mirándolo de medio lado— no hay quinto… —Kurt empequeñeció los ojos como si contara mentalmente las razones que había dado para su enojo. -¿No hay un «quinto»? —pregunto sin convencerse. -No… —contesto Blaine sonriendo— Kurt… —añadió acercándose— lo siento… de verdad… luces muy guapo… -Pues debiste verme hace dos horas… estaba espectacular… -¿Por que no tengo dudas de que eso es verdad?... -Porque lo es… -¿Estas enfadado?... —pregunto Blaine tocándole apenas la cara y el cabello. -Un poco… -¿Y si parto el pastel? -«Mmmm»… tal vez se me pase un poco… -¿Y si hago esto?... —agregó su esposo rozando su nariz con la de él, Kurt sintió un estremecimiento que le recorría como electricidad toda la columna. -En… en algo contribuye… —contesto con un hilo de voz. -¿Y si?… ¿uso mis labios para esto?… —susurro mientras se le acercaba al cuello, se llenó con su olor primero para luego darle un par de besos cerca de la mandíbula y bajar por su cuello. -¡Con un demonio Blaine!… —exclamo Kurt rindiéndose del todo— aunque me queda un resto de enfado… esto me hace olvidar hasta mi nombre…. —dijo dejándose besar— pero debo decir que... me sentí triste cuando no llegaste… —agregó abrazándolo por el cuello. -Discúlpame Kurt, es el disco, te juro… -Lo se… se que siempre es así cuando tienes trabajo, que tus fans, aunque las odie, merecen tu mejor esfuerzo… —interrumpió Kurt juntando su frente con la de él— es solo que no puedo evitar sentirme abandonado… como si estuviera casado con un médico… o con Superman… —dijo moviendo sus cejas, Blaine sonrió como el hombre de ensueños que era— ¿prométeme algo?… -Lo que quieras… -Siempre vuelve a mi… -¿Me recibiras siempre? —pregunto Blaine mientras le acariciaba la espalda con sus dos manos. -Siempre... -¿Aunque sea tarde? -Aunque fuera de madrugada… feliz cinco minutos de dia de San Valentin Blaine Anderson-Hummel. -Feliz cinco minutos para ti también… te amo… -Lo se… —respondió Kurt perdiéndose en aquella inmensidad avellanada que eran los ojos de su esposo— ahora dame pastel, porque estoy asi de arrancarte toda la ropa… —agrego haciendo el gesto de algo pequeño con dos de sus dedos.. -Pues no me opongo a eso ultimo… -Nuestro hijo esta aquí… despierto y preocupado que un insecto crezca en su estomago —advirtió su esposo tomando su lugar en la mesa -Lo se... —dijo Blaine riendo— me lo encontré en el pasillo… ¿Lizzie esta durmiendo? —pregunto mientras buscaba un par de platos y un cuchillo para cortar dos porciones extra generosas, Kurt dio un par de aplausos pequeños y sonoros al ver que su porción era la más grande antes de contarle todo sobre Lizzie, desde que había salido con Alaska, hasta su negativa de estudiar historia universal.
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rdudda · 7 years
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Apuntes aleatorios de un diario de agosto (Título alternativo: el diario es mío y me lo follo cuando quiero)
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Cuando alguien me presenta como una persona interesante, creo que decepciono: o bien me quedo callado, lo que no sé si muestra humildad o falsa modestia, o bien digo tonterías, lo que quizá indica que no soy tan interesante como han dicho. 
A veces, un elogio exagerado es una forma de desprecio. Nunca sé cómo elogiar sin parecer ofensivo; tampoco sé cómo aceptar un cumplido.
A veces pienso que hay un elefante en la habitación, pero solo lo veo yo. O el elefante está en mi habitación. No sé cómo resolver este aforismo, si es que es un aforismo.
Hay poca gente que escuche de verdad. En las conversaciones parece que esperamos a que nos llegue el turno para hablar y contar lo nuestro. Un poco como Ana Pastor: no escucha, rumia lo que va a contestar en cuanto tenga ocasión. 
Un día de piscina. No hace falta saber qué día. En Madrid, en Aravaca. Con M. y el tío P. M. me cuenta una noche con amigas, un chico turco con mucho dinero les invita a la discoteca Gabanna, a un reservado. Se emborrachan, pero con buen alcohol. El socorrista liga torpemente con ella en la piscina: “Te tienes que duchar, eh”. Una frase que solo en el contexto de una piscina suena mínimamente razonable. Luego dice: “Póntelas bien, que se te sube el gemelo”. Se refiere a unas aletas que le ha prestado tío P. Alguien que dice “se te sube el gemelo” difícilmente me caerá bien. Tomo un café con tío P. en una cafetería pija de Aravaca. Odio Aravaca. Viví aquí seis meses, en la oficina del tío P. No me dejaba subir las persianas porque oficialmente no podía vivir ahí. Cenaba con él, siempre una sopa y quizá de segundo unos pistachos, unas almendras, unas nueces. Duré poco, pero en realidad me medio echó él (y por intermediación de mi madre). Aravaca me recuerda a Azca, a un mundo demodé, hortera y facha, de una riqueza envejecida, de mi infancia en Madrid.
Tío P. me habla de su doctorado en ingeniería eléctrica. No puede continuar porque necesita un cable que cuesta 4.000 euros. Una asociación de peritos calígrafos quiere comprarle su software de caligrafía digital. Hace años lo vendió a El Corte Inglés por 25.000 euros. No sé si es mucho o poco.
Cojo del trastero los libros que me faltan. Son unas cinco bolsas del Ikea. Llevan ahí desde diciembre, tras el lío Madrid-Barcelona-Londres-Barcelona. Durante meses estuve solo con una mochila. Ya tengo todo conmigo. En casa, empiezo ordenando los libros por editorial, pero luego me canso. Algunos los quiero vender o regalar. 
Ensalada de quinoa en casa de Y. Vemos Les amants reguliers. Dice Y. que Garrel filma muy bien los bailes. La escena en la que todos bailan This time tomorrow de The Kinks es una preciosidad, pero me pone muy triste. Creo que es porque la escuché por primera vez con D.G. y estaba triste.
Otro día. También da igual cuál es. Estoy muy deprimido. No leo, no escribo. He dormido 16 horas. Quiero seguir durmiendo, pienso que al levantarme estaré mejor. No lo estoy. No paro de pensar en mi estado, de reflexionar sobre por qué me ocurre esto. No pienso ni en el pasado ni en el futuro. No siento nada. Duermo una siesta desnudo en el sofá-cama del salón, un poco alerta por si viene J. y me pilla en pelotas. Me levanto muy tarde. Apenas he comido. No me queda dinero, aún no he cobrado. Salgo a pasear sin móvil, para despejarme. Todo me deprime, pero en realidad no observo nada. Compro una cerveza, le robo un poco de atún a J., y un poco de vino blanco. Me duermo y me levanto a las dos horas. Robo unos cereales muesli y ya me consigo dormir un poco más satisfecho.
Al día siguiente sigo deprimido. D.C, que es mi pepito grillo, está sorprendido de que mi malestar no tenga una causa, aunque sea artificial, construida por mi. Cada dos horas encuentro un motivo, pero en general es una sensación de vacío. No busco cariño o atención. Simplemente estoy cansado de vivir. Por la tarde me obligo a salir, M. me invita a su casa a ver béisbol con amigos. Me lo paso bien, bebemos, el béisbol es un coñazo pero M. es una de las mejores personas del mundo. Luego vienen la mujer de M. y varias amigas. Me vuelve el bajón. Estoy cansado y triste. Desde esta terraza vi hace dos años un suicidio que me jodió el verano. También era en agosto. Un hombre se tiró desde una ventana frente a nosotros.
Me voy de casa de M. y voy a la de Y., a la que hace días que no veo. De pronto empiezo a respirar. Me mejora el tono vital. Me vuelve la vida. ¿Qué coño me ha pasado?
En uno de estos días, de la primera semana de agosto, vemos Céline y Julia van en barco, de Jacques Rivette, en la filmoteca. Me deja descolocado, fascinado, como drogado. Salgo del cine con una sensación de extrañamiento impresionante, en buena medida porque la película son más de tres horas. Es fascinante, loquísima, marciana y bellísima, detallista… No esperaba eso.
Un viaje a Málaga con Y., en bus. Leo a Emmanuel Bove y un ensayo de John Lanchester sobre Facebook. El calor de Málaga, el “terral”, es seco e insoportable. Nos recogen M.P y J.P. con su padre. A J.P. le preocupa mucho que me haga una idea equivocada de la ciudad al ver el barrio de la estación. Al llegar a la casa donde viven con su madre, hay cajas de una mudanza. Nos bañamos en la piscina, que es pis caliente. A las 9 hemos quedado J.P. y yo con M.A.M. Un día, cuando estábamos toda la pandilla o “estatus-esfera” en Mazarrón, me escribió por Facebook sobre el diario: “Voy a hacerme el encontradizo en Mazarrón para protagonizar un párrafo. Bueno, una línea me basta.” Le respondí: “Jaja ¡estoy planeando ir a Málaga pronto! Ve eligiendo siglas. Yo propongo M.A.M.” Me hace ilusión verle, y más en Málaga. Con J.P. hablo mucho de la impresión que tengo de Málaga como ciudad ilustrada, muy activa culturalmente. Me dice que no tanto, que están la Semana Santa y la Feria. Pero luego me concede que tiene más oferta cultural que muchas ciudades medianas. Le digo que en Murcia no podría ni soñar con las exposiciones del Museo Picasso de Málaga.
M.A.M. nos cita en una taberna llamada “Antigua casa de guardia. Vinos de Málaga.” Es de 1840. Es oscura y los toneles ocupan toda la pared. Papá me escribe por WhatsApp: “[Málaga] es donde más vino de Montilla y de Alvear he vendido en mis tiempos.” Tomamos vermú con soda y ginebra. Me pongo a tono (¿escribo mucho sobre alcohol? Realmente bebo poco). Unos asiáticos preguntan al camarero qué es lo que bebe Picasso en una de las fotos colgadas. Al principio parece que los dos jóvenes le están preguntando por Picasso al camarero. “Sí, claro, lo llamo y sale”. 
Hablamos de cine, de Revista de Libros, de los columnistas de El País, de cuando Houellebecq vino a Málaga a dar una charla.
Luego M.A.M. nos lleva a un mexicano. Tacos, cervezas y luego margaritas. M.A.M. va a publicar un libro en Taurus sobre el Antropoceno. Luego hablamos más de cine. A veces creo que sus mejores textos son los de cine. “¿Va a venir Y?”, me pregunta. Digo que sí, pero se le ha debido apagar el móvil. Su móvil es ahora solo “alámbrico”, como dice ella, no aguanta mucho sin cable. Llegan Y. y M.P. Vamos a un local pequeño con buena música garaje. Reconozco algo de los primeros discos de King Gizzard. M.A.M. charla con el dueño y pide una cerveza de jengibre. Empiezo a estar borracho. Y. está triste, así que yo un poco también. Se pone a hablar con M.A.M. de Múnich, donde ambos han vivido, y de su filmoteca, y me pongo más feliz. J.P. luego le habla a M.A.M. de Fraga, y lo critica mucho. Nuestra generación no puede olvidar que fue un hijo de puta: es como con Otegi, ¿es justo que esté fuera de la cárcel? Sí. ¿Está bien convertirlo en un mártir o un demócrata? Ni de coña. Me uno a J.P. en su diatriba, pero pronto me canso. No sé hablar de cosas serias borracho. J.P. insiste. Cuando nos despedimos, M.A.M. dice que va a soñar que Fraga entra en su casa, con sus característicos tirantes.
M.P. se queda por el centro y los demás cogemos un taxi. YJ.P. habla con el taxista, como siempre (“Bueno, y qué tal va la noche”). Es joven, lleva siendo taxista desde los 18. Parece majete.
Nos acostamos en la cama de M.P., sin saber dónde nos corresponde dormir. Después de un par de horas nos despierta M.P. y nos vamos a la cama de su madre. Oigo: “No sé qué estoy haciendo con mi vida”, pero no sé quién lo dice, y si lo dice alguien de verdad o es un sueño. Realmente es una frase que podría decir cualquiera de nosotros. Ya en la cama, Y. me dice algo que no parece muy gracioso, pero recuerdo ahogarme de la risa antes de dormirme.
Horrible resaca. Me explota la cabeza. A las 9 no puedo más y me levanto. Busco ibuprofeno en vano. Me meto a la piscina en calzoncillos. Cualquier gesto envía pinchazos a mi cabeza. Al salir sigo igual de mal, pero mojado. No tengo mis cosas, ni móvil ni ipad ni ordenador ni libros. Está todo en la habitación de M.P. y en la de J.P, que duermen profundamente. Me tumbo en el sofá de cuero y me quedo pegado. Me da calor. Muero con cada movimiento. Me hago un café. Pongo el aire acondicionado. ¿Qué hago? No puedo dormir. Hay muchos Anagramas en las estanterías. Cojo Corazón tan blanco de Javier Marías. Claro que sí. Marías para la resaca. Me engancha pero el dolor me despista. Salgo otra vez a la piscina. Ya pica el solazo. Miro el agua, las hojas flotando. Tiro el Almax que tengo en la boca para ver cómo se diluye en el agua. Se hunde aburrido. J.P. me encuentra sentado en el bordillo, los pies en el agua, la cabeza caída, la cara de mala hostia. Nadie desayuna. Escribo el post. Por la tarde vamos al Museo Picasso, a la exposición de la Escuela de Londres. Están Francis Bacon y Lucian Freud, descubro a R.B. Kitaj, Michael Andrews, Leon Kosoff. Hay muchos judíos. Un cuadro de Kitaj es su boda judía, salen Lucian Freud, David Hockney, Auerbach. “The murder of Rosa Luxemburg”, de Kitaj y “Melanie and me swimming”, de Andrews. También “Children’s swimming pool”, de Leon Kosoff. Y uno divertidísimo de Andrews: “A man who suddenly fell over”.
Vamos al cine Albéniz a ver Solo los amantes sobreviven, de Jarmusch. Me gusta lo intencionadamente “intensita” que es, la parodia del género de los vampiros, las bromas de que como han vivido siglos uno escribió obras de Schubert y otro, Christopher Marlowe, se queja de que Shakespeare se llevara el mérito de obras que escribió él.
Menú del día de gazpacho y pescado frito delicioso en local cutrillo en segunda línea de playa. Un cuñao en una mesa de al lado, J.P. fantaseamos con darle una paliza, pero somos unos tirillas y pusilánimes. Una anécdota que leo, demostrada falsa, de las aventuras de Hemingway y Joyce en el Londres de los años veinte: Hemingway afirma que cuando Joyce se enfadaba con alguien, le decía “Ernest, ¡a por él!”, y Ernest se peleaba para defender a su colega. 
Otro día, comida de lujazo, con el padre de J.P. Cosas que recuerdo: un plato con tartar de gambitas y unas tostitas de avena y tuétano de vaca, camareros cordialísimos, cerveza, luego un gin tonic (hostia, sí que hablo de alcohol) que en realidad el camarero llama “digestivo”, una conversación sobre el presidente de Uzbekistán y su yate en el puerto de Málaga, el PCE en los setenta, La Luna de Madrid, la historia de juventud de J.P. padre por Interraíl en los setenta, la Movida.
Más piscina. J.P. y yo leemos, burlones, un libro de Sartre que tiene para documentarse para su libro. Y. nos traduce lo que no entendemos, que es casi todo. “Ah bueno, pues que lo diga así.” Museo Thyssen, mucho costumbrismo andaluz. Un Sorolla, un Zuloaga, poco más. Una fiesta frustrada, nadie viene, pero es porque vienen mucho más tarde. Una siesta como de 9 a 11 de la noche. Cena de pizzas, nachos, cerveza, vino blanco. Los amigos de J.P. ya llegan; como era de esperar, encantadores. Uno trabaja en temas de inteligencia artificial. Vivió en Taiwán. Y. lo admira, dice que tiene una libreta en la que apunta todo, absolutamente todo lo que considera necesario, tanto de la carrera como de cualquier cosa que estudie o lea. Lo interesante es que no está repleta o es muy grande, sino al contrario: es admirable su capacidad de concisión, los esquemas. A clase, si mal no recuerdo, cuentan que se llevaba un folio donde le cabía todo, y que solo él sabía comprender.
Vemos un cacho de la película de serie B Manos, the hands of fate, que obsesiona a J.P. y sus amigos. Es delirantemente mala.
En el Blablacar de vuelta a Madrid, antes de que empiece la feria de Málaga. Dos ¿hippies? ¿perroflautas? No sé qué término usar sin parecer Eduardo Inda. Dos perros-trauma en el maletero: Fidel y Canela. Pienso mucho si Fidel es por el Fidel que creo. Ella trabaja de captadora de socios en una ONG y en una protectora de perros con problemas. Estudió arte dramático. Él trabaja en una empresa que instala cámaras de seguridad. Su último trabajo es para Qatar.
Unas “vacaciones” en Lavapiés. Comidas y cenas con vino. Cine: Jarmusch, Truffaut, Louis Malle. Literatura: Emmanuel Bove. Escribo una cosa larguísima sobre él para la revista, que recorto en casi 10.000 caracteres. Y. estudia teoría de juegos en Coursera. Luego el cierre. Y luego ya, supongo, me pondré al día con el diario. O, bueno, puedo decir más así, de esta forma fragmentaria: mi compañero J. quizá se case con su novio mexicano en Huesca para obtener la nacionalidad; una cena en mi habitación con M., que está escribiendo una novela y me hace mucha ilusión; acompaño a Y. a coger un bus de madrugada, hablamos del atentado de Barcelona y discutimos un poco sobre cómo reaccionar a él; veo a la pequeña L., que me pide que me encierre en el armario para jugar al escondite, luego nos escondemos los dos para que no nos vean papá y mamá; le digo a M., mi hermana, que si le apetece ir al Reina Sofía, pero hay una cola demencial así que vamos a la cafetería del museo, que es muy sesentera, me cuenta un poco sus vacaciones, un chico con el que sale que se niega a hablarle por WhatsApp y cuando quiere quedar con ella parece un espía (“Puerta del Sol, hoy, a las 19:00”); cena de “intelectuales” con P., R. y D.G., llego antes que nadie y parece que estoy esperando a una cita, hablamos de cosas serias, al contrario que Sartre, Camus, Koestler, que seguro que solo hablaban de mujeres, la cena vietnamita está rica y el camarero, muy motivado, nos enseña a cómo mojar en las salsas, me gasto mucho dinero pero me lo paso bien, hablamos de la figura del intelectual, casi como una parodia de nosotros mismos, me pierdo un poco al volver a casa, como siempre. Leo The memory chalet, de Tony Judt. Me acuesto. Por la mañana, escribo este texto, lo que implica que ya estoy al día con el diario. Una cosa menos. 
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bicrix · 7 years
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Ashley regresa a la escuela
Después de 2 días de que Creppyjake volviera a su dimensión, la paz en la nuestra se hizo abundante, pero a pesar de que pasaron 2 días parecieron meses, por la lentitud, además hay mucho tiempo para que el portal se abra y Zalgo aparezca una vez más,  algo que yo no esperaba era que Bicrix me dijo la historia de ese mundo, pero una vez que ya lo viste todo, nada te puede sorprender, solo me quedaba una semana para ingresar a la preparatoria y bueno, muchas cosas ocurrieron en estas vacaciones, pero sé que aunque lo cuente con mis amigas no lo creerán, excepto de que ya tengo novio, anteriormente en la secundaria había un chico llamado Harry que me gustaba, el problema es que todas lo querían y era el típico amor imposible, mi amigas piensan que me sigue gustando y no saben que tengo novio, pero no creía que hubiera alguien que cuando me robo ese beso, me robó el corazón, el tiempo con el que estuve con Bicrix fue una buena semana, el siempre tenía tiempo para mi aunque es el guardián del universo dimensional, siempre cumplió con todo sin olvidar algo, y me mostro que yo era lo primordial para él, además me dijo que tal vez ingrese a la misma escuela que yo para terminar sus estudios,  aunque no es igual a muchos novios de mis amigas, algunos son sobre protectores mientras que otros se olvidan de ellas, pero el no, me protege cuando lo necesito y si me deja es porque cree que puedo solucionarlos por mi misma
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Había pasado la semana y es mi primer día en prepa, saber que mis amigas me están esperando, o que aventuras me esperan en la escuela, es algo que no puedo esperar
Ashley ¿eres tu? -pregunto Jessica-
¿Pero que te paso? -pregunto impresionada Miranda- ¿Cómo obtuviste esa figura?
Verán, entrene, hice ejercicio -les dije, no quería decirles que entrene o con quien porque luego las demás chicas les gustaría ir con Bicrix, aunque sean mis mejores amigas, ellas me admiran y no se porque-
Hey no te emociones -dijo Jessica- pero Harry esta aquí también
¿Es enserio? -dije, aunque con un tono de que ya no me importa-
Ahí viene -dijo Miranda-
¿Ashley?¿Que te pasó estas increíble? -dijo Harry-
Gracias -dije de una manera fría y seria-
Nos vemos -dijo Harry y se fue -
Oye ¿Qué te pasa? -dijo Jessica- Antes estabas loca por ella, ahora parece que no te importa
¿Qué estas ocultando? -pregunto Miranda-
Bueno verán -ellas son muy buenas de ductoras, así que tuve que decirles para evitar romper la confianza- yo ya tengo novio
¡¿ES ENCERIO?¡ -gritaron las 2-
Si, de hecho creo que ingresara también aquí -les dije-
Tienes que contarnos todo -dijo Jessica-
Bueno es una historia larga -les dije, mientras les contaba la historia de cómo conocí a Bicrix diciendo que fue en un campamento un grupo de chicas estaban viendo por la ventana de la dirección-
¿Qué está pasando ahí? -les pregunte-
Veras es que vino un chico de intercambio, viene de Japón -dijo Jessica-
Es muy lindo, él y Harry están al mismo nivel -dijo Miranda-
Sabía que era Bicrix, ya que él me había mencionado de que se presentaría como estudiante de intercambio, le dieron ese documento cuando se fue de Japón. Cuando vi por la ventana, había visto que el director estaba riendo con Bicrix, y hasta donde sabia el director era alguien muy amargado, salió de la dirección, era gracioso como el pasaba como si estuviera en su propio mundo mientras las demás chicas se podría decir que babeaban, el se acerco a mí y me abrazo junto a su hombro
¿No dijiste que tenias novio? -pregunto Jessica-
El es su novio -dijo Miranda con una voz quebradiza de impresión-
No, ¡¿con el de intercambio de Japón?! -grito Jessica-
Bicrix te quiero presentar a Jessica y Miranda mis amigas desde la infancia -dije, ellas no creían que era cierto pero Bicrix se los demostró que era real-
Le toco las mismas clases que a mí, pero en clases se portaba muy diferente, tenía una distancia un poco alejada de todos, lo cual no me molestaba, era algo que aprendió de Japón en su educación, disciplina en clases, libre de ellas algo de diversión, aunque siento un acoso increíble de las chicas de mi grupo porque soy su novia, aunque no me molesta puedo lidiar con eso
En el pasillo de la escuela…
¿Y que pasa con Ashley? -Pregunto Harry-
Bueno, esto no te va a gustar, pero ella ya tiene novio -dijo Tomas- es el de intercambio de Japón
¿Qué?¿Cómo?¿Cuando? -Enojado por la información intentaría hallar la forma de cómo difamar a Bicrix-
Llego el receso y todos fuimos a la cafetería, invite a Bicrix a comer conmigo y con mis amigas
Bicrix ¿Originalmente viviste en Japón o te mudaste para allá? No te ves como un japonés -dijo Miranda-
Me atrapaste -dijo Bicrix- mis padres tuvieron una oferta de trabajo ahí y bueno nos mudamos para allá, pero después de 3 años vivir allí, me invitaron al programa de intercambio de alumnos y bueno, eran sus vacaciones y apenas iba a ingresar a la preparatoria, así que tome un campamento y fue donde conocí a Ashley
No me sorprendía que dijera eso, pero parecía que ya tenía planeado ir a la preparatoria
*Le cayó un pedazo de Sándwich en la cabeza a Bicrix*
Ups, no vi que estabas ahí -dijo Harry-
No te preocupes, patanes hay muchos -le dijo Bicrix-
¿Qué me dijiste?¿Crees que ser de un país lejano te hace especial?¿Tanto que te puedes llevar los corazones de las chicas? -le pregunto a Bicrix con un tono de burla-
Supongo que las chicas abrieron vine los ojos -le dijo Bicrix- creo que se cansaron de enamorarse de patanes-
Te ¿crees mejor que yo? -dijo Harry enojado- ¿Qué te parece una pelea? si gano me quedo con Ashley, y te alejas para siempre de ella
Es una estupidez -dijo Bicrix- ella no es un trofeo, y lo que demuestras es que le faltas al respeto y solo lo haces por interés ya que su familia es rica, si fuera cierto que lo haces porque te gusta yo no estaría relajado con esta discusión absurda
No tienes idea de quién soy -dijo Harry- ella se enamoro de mi desde el inicio así que cállate
Dime donde y que hora -dijo Bicrix-
Después de clase en ese callejón -le dijo señalando donde-
Bien, pero no peleare por su amor como un trofeo - dijo Bicrix- peleare por defender su honor, ya que eres un fiasco para la sociedad
Nos vemos allá -dijo Harry-
Marcaste tu muerte -dijo Jessica- el es capitán de el equipo de futbol, además es boxeador
Bueno ya me dijiste su estilo de pelea -dijo Bicrix- con eso basta para saber qué hacer
No me sorprendía que al aceptar la pelea estaba emocionado por algo así, pero, que esperar de alguien que es parte Sayian, ya que también soy una y bueno me emociona ver a Bicrix pelear
Acabaron las clases y Bicrix estaba ya en el callejón, todos fueron al callejón para ver la pelea y Harry estaba ahí
Pensé que no vendrías -dijo Harry-
Bueno, los patanes no se callan si no voy -les dijo Bicrix-
Todos estaban en silencio, si armaban un escándalo los profesores interrumpirían la pelea
Bien, esto es lo que pasa por insultarme -dijo Harry mientras lanzaba un golpe pero Bicrix lo esquivo con facilidad- por quitarme a mi chica *lanzo otro golpe* y por quitarme el primer puesto de atractivos
¿Solo es eso? -le pregunto Bicrix- tres golpes y ningún contacto, bueno no digas que no te lo buscaste
Bicrix golpeo a Harry en el estomago, y lo tiro al suelo, ya en el suelo le agarro el brazo y lo torcía
Bien, esto es por ofender a Ashley -dijo Bicrix mientras le torcía el brazo mas fuerte- esto es por solo amarla por interés y esto es por tratarla como un trofeo *lo levanto del suelo y le dio un golpe al mentón que lo dejo débil
Vaya, yo le iba a Harry -dijo un chico-
Entre ellos decían que era un fiasco, que era un patán y no servía para nada. Regrese a casa mientras que Bicrix volvía a la mansión del bosque, esperaba que mañana fuera un día diferente ya que este primer día hubo muchas emociones
Era el segundo día y note que Bicrix no estaba en la preparatoria, no sentía su ki al menos en la preparatoria, pero si un ki asqueroso el de Harry
Vaya, vaya -dijo Harry- ¿Dónde está Bicrix?¿Espero que no le pase nada malo?
El vendrá -le dije- así que será mejor que te vayas o te dará otra paliza como la de ayer
Sí, me iría -dijo Harry, saco su teléfono- a no ser de que este atrapado
Bicrix estaba amarrado a una silla en una habitación, para que no sospechara de que soy parte Sayian y puedo ir a salvarlo, aunque él se puede ir, tuve que seguir su juego
Esto es algo personal, le pedía a papa que lo mandara a matar si no hacías lo que pedía yo -dijo Harry-
¿Qué tengo que hacer para que lo dejes? -le pregunte con voz angustiada-
Dile que rompes con él y serás mi novia -dijo Harry- o el morirá por el de mano armada
En minutos hubo una irrupción de la señal y cuando volvio la cámara estaba señalando a la espalda de Harry,
Bicrix lo llevo a la azotea aventándolo al suelo
¿Cómo llegaste tan rápido si estabas al otro lado de la ciudad? -dijo Harry asustado-
Lo que hiciste colmo mi paciencia -le dijo Bicrix- tengo contacto con la policía, arresto a tu padre a los que me secuestraron, me encargue de que tu no tuvieras cargo de secuestro pero yo te daré una lección de quien realmente soy
Bicrix agarro a Harry de la cabeza y su aura se libero de las manos, él le había mostrado el verdadero terror, lo que vio o vivió , lo que sabe, todo, cuando termino Harry estaba en Shock, no podía moverse, Bicrix estuvo viéndolo por una hora hasta que se movió, cuando vio a Bicrix se disculpo y se arrepintió de lo que hizo, tanto que lo hizo en público, pero algo que mas me agrada de Bicrix es que el siempre trae la paz a donde va.
Quizás pueda estar listo para conocer a mis padres ya que se ve dispuesto a ir al siguiente paso
Continuara…
Perdon si esta aburrido, si se les llega hacer, pero tengo que hacer algo mientras pasan 20 años je, je (Claro que en la hsitoria NO EN LA VIDA REAL)
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muchomasmuchomejor · 7 years
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Escapando y buscando
Recibo uno, dos, tres, cinco audios en WhatsApp de mi amiga Malena. Reojo la duración y el más corto no baja de los cuatro minutos. Deduzco que no se tratan de mensajes contándome sobre su trabajo o sus futuros planes y huelo algo de angustia y descargo, que termino confirmando al presionar el botón de play.
Male vive hace 10 meses en Noruega, allá la conocí en mi último viaje de trabajo. Compartimos varios almuerzos y horas de oficina y en muy poco tiempo nos volvimos confidentes y amigas, como si nos conociéramos de siempre. Es por eso que viví a su lado esos brotes de amor por Hernan, esa incertidumbre de un vínculo sin título y esos nervios con retrocesos adolescentes que me daban mucha ternura.
Al mes de haber llegado, Malena entró en crisis. Se vio sola e imposibilitada de generar amistades. Odiaba tomar mates sola, estar lejos de sus amigas y de sus viejos. La rutina siempre se le había tornado insoportable pero ahora a miles de kilómetros era peor. Todo eso que la había empujado a aceptar este trabajo, hoy la cargaba de culpa. "Hijita qué hermosa noticia!! ¡¡Que orgullo!! Sos tan buena en esas cosas de la computadora. Vos sabes que yo no entiendo pero aparentemente lo haces muy que te piden ayuda allá. No lo dudes, aparte a vos te encanta conocer lugares nuevos. Aprovechalo. Nosotros siempre vamos a estar acá", la alentó el padre por teléfono una tarde calurosa de Buenos Aires. Para Malena su padre era su mayor confidente y por eso creyó que debía ser el primero en tener la primicia de su ascenso en el trabajo.
Malena siempre tuvo una vida dentro de los parámetros normales de Buenos Aires. Hija única, clase media, estudió publicidad en una universidad privada y tenía varios amigos. Sus padres siempre la incentivaron al estudio y al trabajo para garantizarle un buen futuro y nunca tuvo mucho tiempo para cuestionarse a si misma. Era buena en su trabajo para generar clientes nuevos y manejar la marca de una empresa, y eso lo había descubierto de adolescente cuando ayudó a la peluquería de barrio de su tía a transformarse en la más importante de la zona. "Es fácil para mí y no me aburre. Ya fue, estudio publicidad", dijo cuando tenía diecisiete años y así todo comenzó.
Habían pasado once años desde aquel día y hoy se sentía más insegura que nunca. Por momentos prefería seguir estancada en el piso de Libertador de una de las agencias de marketing más importantes de Argentina, pero cerca de su familia; otros se cuestionaba si no había desperdiciado todos esos años, si esa idea loca de ser instructora de buceo que tuvo alguna vez hubiese sido factible y si hoy la haría más feliz. ¿Dónde estaba la falla? ¿Qué le estaba faltando para dejar de quejarse de su presente?
Mientras revolvía el café ya frío esperando encontrar respuestas en él, su mente quedo en blanco. Demasiado por hoy. Pidió la cuenta y perdió la razón. Unos ojos celestes se hundieron en los suyos y fue tanto lo que sintió sin darse cuenta que le transpiraron las manos y se vio obligada a esbozar su tímida sonrisa para un costado. "Invita la casa", contestó una gruesa voz. "¿Cómo sabes que hablo español? ¿Qué hace un argentino acá?", le preguntó Malena obviando la situación anterior. "Pediste la cuenta, no dijiste ni “bill” ni “check”, y respecto a tu segunda pregunta... todavía me lo pregunto, y vos?", respondió Hernan con toda sinceridad mirándola atento. "Justo andaba en eso, preguntándomelo".
Encuentro
Hernan era un tipo de unos treinta y cinco años que ya hacía varios años andaba probando suerte en Europa. Primero una cafetería en Madrid, luego un local de ropa en Copenhague que no resultó como esperaba y finalmente un restaurante con aires latinos en el frío de Oslo. Allí se sentía bastante a gusto y aunque hubiese preferido dedicarse como psicólogo sus planes cambiaron tiempo atrás cuando no supo resolver su propio temor, el de confiar. ¿Cómo puedo guiar a personas a que resuelvan sus asuntos si yo apenas puedo con los míos? Cuanto mal me hiciste Paula... cuanto mal. Se repitió tantas veces que decidió dejar sus libros de Freud y Piaget para sus ratos libres y buscar un emprendimiento que no lo disguste. Así llegó a montar el restaurante "Latin taste cuisine" que despertaba curiosidad en los locales y daba la bienvenida a los latinos que andaban por el país nórdico.
- ¿Hace mucho por acá?, le preguntó Hernan a Malena intentando retenerla un poco más dentro de su bar.
- Un mes, pero pareció una eternidad. Me resulta un poco aburrido, por lo menos encontré este lugar que venden medialunas y me hace extrañar menos.
Hernan sonrió y Malena terminó de hipnotizarse.
- Decile al dueño que lo voy a abrazar. Decile gracias. Si, todo eso en el idioma que hable eh! y gracias por lo del café, super generosos, rió Malena y abrió los ojos como platos cuando vio a Hernan con los brazos a abiertos. << "Qué boluda que soy! ¿Por qué siempre tengo que hablar de más?. Si lo abrazo es cualquier cosa, mejor le doy la mano y me voy. No piso más este lugar. Voy a tener que mandar a alguien a que me compre medialunas >>, pensaba maldiciéndose a si misma. Pero sin tiempo de arrepentimientos, sintió el cuerpo de Hernan pegado al suyo. Tragó saliva y por primera vez en semanas se sintió feliz en Oslo.
Desde ese primer encuentro todo se volvió obvio. Ninguno creía en los flechazos pero sin embargo eran conscientes de que algo les había pasado y era imposible de ignorar.
Pasaron los días. Malena visitaba el bar cada día con la excusa de probar algo nuevo y esperaba a que cierre para quedarse a solas hablando con él. Hernan se mostraba auténtico, desfachatado, un tipo con el que se podía hablar de cualquier cosa. Un día se recomendaban series, otro planeaban travesías en bicicleta y salidas atípicas que incluían el mirar estrellas y las auroras boreales. Reían mucho, como hace rato no les pasaba y cuando se agarraban la mano se sentían dos nenes de 12 años.
Una noche tirados sobre el capó del auto mientras fumaban hierba, en un juego inentendible él le tapó los ojos y la besó. Probablemente ese momento ella lo había deseado desde esa tarde en que se topó con su mirada en el bar, esa tarde en que quería salir corriendo y tomar el primer avión a Buenos Aires. Aquella tarde esos ojos azules la salvaron y le dieron inicio a algo nuevo. Un algo, nada mas.
La confusión
- Cuando estamos juntos está todo bien. Nos re divertimos, me da besos, me abraza, pero no sé. Hace cinco meses que estamos así y no sé si soy su novia o qué.
- No sé si hace falta que se le ponga un título a la relación, aunque si a vos te deja más tranquila deberías hacerlo. ¿Tuvo novia alguna vez?, le pregunté mientras buscaba un refugio lejos del viento helado.
A Malena le hizo clic. Tenían miles de tópicos de conversación pero cada vez que cuestionaba sobre su pasado, Hernan corría el eje de la conversación. Era evidente que algo escondía y eso le nublaba el panorama.
- Tuvo una ex que le fue infiel. Fueron novios como por seis años y hasta tuvieron planes de hijos. Cortaron hace dos años o algo así. De hecho interpreto que por ella se fue de España. Lo de Dinamarca debe haber sido manotazo de ahogado y ahora está acá, recordó Malena mirando hacia un punto fijo. 
- Bueno veo que hiciste una investigación exhaustiva. ¿Te lo contó relajado o lo notaste raro?, seguí indagando.
- Normal... aunque después se fue al parque a correr y no volvió a mi casa hasta re tarde. Bueno... eso no es normal no
- Y...
Malena respiró y me volvió a mirar con ojos vidriosos. 
- Pero decime algo. ¿Yo que culpa tengo?
- Nadie te echa la culpa de nada Male. ¿Culpa de que sentís?
- ¿Y si no quiere ser mi novio por culpa de ella? ¿Si la extraña? ¿Si tiene miedo de salir lastimado de nuevo? Dios. No me puede estar pasando esto. La pasábamos tan bien juntos, teníamos tanta conexión...
La abracé y le bajé el gorrito de lana hasta la nariz. - Para un poco. No hables en pasado. ¿Por qué en vez de sacar conclusiones no le preguntas?
Durante los dos meses siguientes continúe trabajando con Male. Incluso lo conocí a Hernan y fui testigo de las increíbles medialunas de su bar. De afuera se los veía bien juntos. Él era muy independiente, se le notaba; a ella le brillaban los ojos cuando lo miraba y buscaba cualquier excusa para compartir tiempo con él. Cuando a ella le empezaba a dar sueño, él la abrazaba por detrás y le daba su campera. Le besaba la cabeza y la giraba como si estuviesen bailando un tema lento. Las escenas no terminaban de coincidir con los almuerzos que Male no podía terminar en el comedor de la oficina. Pero cada pareja o en este caso, cada vínculo es un mundo y yo ¿qué podía saber?
Volví a Buenos Aires y perdí el celular. El trabajo me tuvo de un lado a otro y por una cosa u otra no hable con Male durante un mes. Hasta hoy, que recibí sus mensajes.
Hernan va a vender el bar. Las razones no quedaron claras. De verse todos los días pasaron a las excusas infundadas y los quehaceres innecesarios. Las charlas pasaron a transformarse en reproches y a silencios largos e incómodos. Y cuando las risas se transformaron en lágrimas supieron que había que darle un fin. "¿¿A que?? Si supuestamente no había nada!!", se trata de convencer Male confundida. Y yo que soy su amiga, a miles de kilómetros quiero golpear a Hernan por tanta agonía, porque yo también me siento engañada. Si eran tal para cual, si hacían planes y hablaban en primera persona del plural. Quiero entender. Y antes de enfurecer escucho que el audio de Male se interrumpe.
- Ay boluda acaba de tocar timbre Hernan y yo con el rímel por toda la cara. Después te cuento chau chau.
Pasan dos días y no tengo novedades. No quiero ser pesada pero me aliento a que las cosas salieron bien. Sino ya me habría escrito. Le mando un emoticón para tantear la situación y enseguida recibo respuesta.
- Amiga, me colgué y pasó demasiado. Ese día solo vino a darme un abrazo. No quería que nuestra historia haya quedado en sollozos y bronca. Me dijo que me quiere y demasiado. Hablamos, recordamos buenos momentos y nos abrazamos. Mucho más que aquella primera vez jaja. Me pidió perdón por no animarse, por no poder seguir adelante, por tener miedo. Me comentó que lo del bar es porque prefiere mantenerse lejos de mi para no lastimarme. Que se dio cuenta que necesita nuevos aires.
- No sé que decir
- Hay más, le dije que no hacía falta. Que la que se iba era yo.
- ¿¿Qué?? ¿¿Estás loca??
- Él escapó de su pasado y todavía no se anima a ser feliz pero yo sí. Yo me escapo de mi presente. Termina el proyecto y me voy a Costa Rica a hacer el curso de buceo y no sé. Que sea lo que tenga que ser, pero si me escapo de algo que sea en busca de algo que me llene. ¿Me queres igual aunque este loca?
- Te quiero más que nunca amiga, le respondí con unas tremendas ganas de estar al lado de ella armándole la valija en ese preciso instante. Y ahí entendí, que no siempre se trata de escapar sino también de buscar. Y que la diferencia de verbos es abismal, uno suena tan cobarde y el otro tan valiente...
A veces dos correspondidos se encuentran escapando del pasado o del presente, por diferentes causas. A veces uno no lo quiere aparentar pero en el fondo está aterrado. A veces el otro también pero al temor se le suma algo peor, la resignación y la negación. Entonces al que estaba aterrado, una dosis de amor le espanta los miedos, le da ilusiones y esperanza. Pero el otro por más llaves que se le prueben lleva una cerradura de acero sellada con heridas que no quieren sanar. Y ahí no hay vuelta que darle, dejan de existir los correspondidos para transformarse en seres que buscan con quien compartir su felicidad sin esforzarse, y tal vez sea con uno mismo, pero felicidad al fin.
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whenthedoors · 6 years
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Lo que quiere la chola (Bolivia)
El 1ero de enero salimos a las 9:30 de la terminal de Retiro, terminamos saliendo como a las 12 porque un tipo se suicido más adelante y estaban esperando al juez. Por la tarde merendamos en el bar del tren, parecía una peli, me sentia en Harry potter (aunque no la haya visto). Dormimos toda la noche, nuestros asientos eran un rancho. Gente tocando la guitarra, jugando a las cartas, charlando y cantando. Comimos toda la comida que sobró de año nuevo. En el proceso saludamos a los rosarinos y cuando salude al que me gusta me di cuenta que me gustaba. Tenía los ojos delineados: este es mi rosarino. 
El 2 de enero llegamos a Tucuman a las 20.30 y caminamos con los rosarinos hasta la estación de micros. Pasamos por la casita de Tucuman por el flash de visitarla pero estaba cerrada, la verdad que por afuera no era muy especial. Pero como todo lo que no es especial siempre pienso: “la historia que habrá pasado aca”. Estuvimos hasta las 5 de la mañana esperando el micro a Purmamarca, cenamos una milanesa en un resto y tomamos birra.
Llegamos a Purma a las 10 del 3 de enero y nos fuimos directo a buscar hospedaje. Las chicas comieron empanadas, que en realidad son unas mini tartas rellenas con queso a la parrilla. Encontramos una casa que hospedaba en cuartos, recién construida. Un poco gris pero bueno. Con sofi y caro almorzamos empanadas y tamales de humita que nunca habia probado. Después hicimos una larga caminata que en realidad no me acuerdo que vimos exactamente, creo que solo el paisaje. Unos españoles con un guia de ahi nos pararon y nos compartieron queso y vino que les había sobrado, golazo. En el hostal nos tiramos alta siesta. Cenamos en un restaurante bastante cheto (no me hizo gracia) y no comimos tan rico: milanesa. 
El 4 de enero salimos tipo 12 a Tilcara y terminamos en el hostal “Tierra andina”, medio hippie surfista. En el mercado central comimos pollo a la plancha con ensalada y papas (todo bañado en ketchup) y compramos ropa, creyendo que eso barato (lo que nos esperaba en El alto). En la tarde salimos para Pucara, ruinas de los incas. Estuvo buena la caminata pero sentí que era medio cualquiera el lugar, despues averigue que estaba todo reconstruido. Mas tarde dormimos alta siesta mientras un tano solitario no paraba de parlotear. Lo que si me quedo grabado fue que dijo que la mejor cerveza negra es irlandesa, no recuerdo exactamente cual. En la noche fuimos al hostel de los rosarinos y tomamos birra y todo eso. Me enamore aun mas de mi rosarino, que estaba apartado fumando mientras todos jugaban al ninja splash o algo asi. Bajoneamos unas empanadas de la terminal por 15 pesos que estaban exquisitas (no paramos de comer empanadas en el norte).
El 5 nos levantamos para desayunar en el hostel (cosa que no iba a pasar en Bolivia, que te den el desayuno) y nos quedamos dando vueltas toda la mañana. Tipo 2 salimos para la garganta del diablo. De pajeras, nos fuimos por el camino de 8km para no caminar tan empinado pero a lo lejos se venia una re tormenta. Nos hicimos las pobrecitas y una 4x4 nos levantó y nos llevó hasta casi arriba. Es una cascada en medio de los cerros. Es hermoso el sentimiento de llegar al destino y poder sentarse y observar. Quiero viajar toda mi vida. Ahi merendamos y dormimos y tomamos sol. Después bajamos caminando, el paisaje era una pintura. Inmenso, se me hacía tipo Escocia. Cuando volvimos llegaron Agus y Luna. 
El 6 nos desperto Ro gritando que ella se iba a Iruya, obviamente corri me vesti y arranque. Resulta que en el medio se bajaron todas y quedamos ro, sofi y yo en el micro. Nos re enojamos, pero bue. Después de 4hs de un viaje de muchos precipicios y vueltas (admito que iba un poco cagada) llegamos y al principio estaba un poco desilusionada porque no nos daba el tiempo para hacer ninguna excursión. Igualmente recorrimos el pueblo y ahi me alegre porque es un flash de subidas y bajadas, todo chiquito y calles minúsculas. Comimos en un restaurant muy tierno que era super improvisado, como que pongan un resto en el living de una casa. Unas pocas mesas, tiernamente decorado. Comimos mila de llama y tomamos una birra, estábamos contentas y en paz de no habernos bajado (a quien se le ocurre no ir?). Todo es pequeño y sin sentido en Iruya: los museos, la plazoleta con sus 3 viejitos mirando la nada o charlando muy bajito, los niños aburridos. Subimos al mirador y se veia todo. Que adicción mirar las cosas desde arriba sin que nadie te vea, tener el panorama completo.
El 7 de enero cruzamos la frontera La quiaca/ villazón, fue un dia de puro viaje. Caminamos por villazón y esperamos en la terminal el micro a uyuni. La terminal es fea y en el medio de la fakin nada. La gente ya era distinta, ya ves trabajo infantil y todos más lentos. Mascando coca como si fuera el fin del mundo, al principio vi uno que pense que tenia un tumor en el cachete. 
El 8 llegamos tipo 1 am con un grupo gigante de chicos (obvio, me enamore de uno: el más simpático). La ciudad estaba desierta, la unica era Sandra tours, una rara que nos capto para vendernos su tour pero de la nada se esfumo. En el viaje en micro hicimos pepa y flasheamos con el arte y la sociedad boliviana. Hasta la tierra es distinta ahi. Cada país cambia al ser el mundo tan grande, tantos cambios de clima y de relieve predisponen a la gente de distintas manera. Osea, son tantas las posibilidades de combinaciones entre distintos factores que es infinito el resultado. Tremendo viaje nocturno en una cafetera andante. Todo oscuro, paramos en una ciudad random, llovía. Buscamos comida y no habia nada, meamos en las puertas del infierno. Me dio gracia ver mear a mis amigas en un pasadizo oscuro, rapido por que se nos va el micro. Cuando viajas ves a las personas en sus momentos más vulnerables y me encanta. Caimos en un hostel que era como un depósito modernizado, todo el techo abierto. El viejo y el pibe muy buena onda, tuvieron buen trato conmigo particularmente. Ahí es cuando se dio la pelea entre dos amigas: el pibito de una se trato de meter por una ventana y al parecer un poco lo defendió y la otra lo re critico, pero claramente fue porque estabamos todas cansadas y sensibles.
Ese mismo dia almorzamos en un típico lugar turístico palermitano pero con una buena sopa de verduras y quinoa, lo necesitaba. Por la tarde recorrimos el mercado central, no era la gran cosa, de 50 puestos 10 estaban abiertos. La gente le está haciendo paros a Evo, parece que hay quilombo por el nuevo código penal. Igual yo no entiendo mucho. En la noche comimos pollo frito y tomamos birra de quinoa (meh) y palmamos todas.
El 9 de enero tipo 7 am me despertó un ruido interminable de bolsas que alguien estaba haciendo en la habitacion. Pense que era Caro que acostumbra a bañarse muy temprano y le grite: “Caro, la concha de la bolsa”. Asi. Resulta que era nuestra compañera de cuarto, lo peor es que la segui retando. Me doy vuelta y Sofi me miraba con cara de “Valentina...?”. Me empecé a reir mucho, pobre piba. 
Bien temprano partimos para el salar de Uyuni, hicimos pepa. Una de las mejores experiencias de mi vida a pesar de los roces del viaje. El cielo mismo y nada más. La sal es cuadrada, algo alienígena hay ahi. Dos vueltas 360 y es como estar flotando, tenía miedo de perder la cordura. Don Lorenzo, Lorenz. Todo el dia llenas de sal, meditaciones. Llore. Hay tanto silencio, es tan vasto que no queda otra que hacer introspección. Es obligatorio. Ahora entiendo a los budas. Quiero mas de eso en mi vida, de eso estoy segura. Persigo eso.
Cuando salimos y nos dejaron en la terminal me llego un audio de mi abuela diciéndome que se había quebrado el brazo y estaba tan sensible que me asuste mucho y llore mas. Pero al final no paso nada. Viajamos en un micro con coreanos muy cheto, flashe mucho con la música  y las estrellas. Dentro de diez años voy a escuchar esas canciones y voy a llenarme de recuerdos.
(Unos días después, esperando que el agua para el té se caliente, escuchando ‘i follow rivers’ y con roli mirandome. Ya eran como las 6 de la tarde y pare un segundo, el tiempo paro y fui consciente de que ese momento no se iba a repetir, que en 20 años yo iba a estar más vieja y roli quizas no iba a estar pero el recuerdo si. Y lo vivi.)
Hicimos una parada en una terminal en el medio de la nada y sola me fui a bajonear pollo frito y a hacer pis en una cueva oscura que se hacía llamar bano. 
Seguimos camino y tipo 5:30 del 9 de enero llegamos a La Paz. Nos recibió con su iluminación tan caracteristica, montañas repletas de focos de luz de calle, algo tan práctico y de la vida diaria pero que hace especial a la ciudad. En la terminal nos abrigamos hasta la frente porque hacía un frio polar, tomamos un cafe un poco demasiado azucarado y me vino. Muy conveniente. Nos encontramos con las chicas y “desayunamos” un budin de naranja en un puestucho. La ciudad es increíble, subidas y bajadas agotadoras, luchas de noche, la gente es rarisima. Caimos en el peor hostal de la ciudad: Bash and crash. Un party hostel para mochileros lleno de zombies y de los mas sucios que vi en mi vida. El dueno era un vampiro drogadicto, alto y consumido. Una casa antigua llena de malas vibras. La gente rara, las luces blancas, todo tenbroso. Llegue y por suerte palme. Tipo 12.20 salimos a caminar y fuimos al mercado de las brujas y el mercado lanza. “Un once eterno”
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juanvdp · 7 years
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Reseña Anime: Re:CREATORS
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// Genero: Acción, Fantasia y Ciencia Ficción
// Director: Ei Aoki // Estudios: TROYCA
// Nº Episodios: 22 // Año: 2017
// Sinopsis //
Los humanos han diseñado incontables mundo, cada uno nacido de la imaginación única de sus creadores- Souta Mizushino es un estudiante de secundario con aspiraciones de escribir e ilustrar su propia novela ligera. Un día mientras miraba un anime en busca de inspiración, inesperadamente es trasportado dentro de una feroz escena de batalla que estaba aconteciendo dentro de la misma, encontrándose con que cuando finalmente logra volver al mundo real, con él ha llegado la protagonista femenina principal de la obra, Celestia Yupitilia. No mucho después,  otros personajes  de ficción empiezan aparecer en el mundo real, cargando con ellos las esperanzas y cicatrices de sus hogares, una valiente caballero, una chica mágica, un luchador pendenciero, entre muchos otros ahora caminan por las calles de Japón, aunque el más misterioso de todos, es una mujer de larga y blanca cabellera vestida con un uniforme militar, la cual tiene sus propias intenciones para con el mundo de los creadores. Mientras tanto, Souta y Celestia empiezan a trabajar junto a Meteora  Osterreich, una calmada y erudita NCP de un RPG para descubrir el por qué de estos eventos antinaturales.  Con poderosas fuerzas en juego, la línea entre la realidad y la imaginación cada vez se vuelve menos clara, llevando al encuentro entre los creadores y sus creaciones.
// Impresiones //
Estrenada  el 8 de abril de la temporada de primavera del 2017, Re: CREATORS, es un anime original producido por los estudios Troyca bajo la dirección de Ei Aoki (Fate/Zero , Aldnoha .Zero, etc.) , el cual conto con un total de22 capítulos en su haber, estando durante su emisión acompañado de la publicación de dos mangas titulados: Re: CREATORS y Re: CREATORS One More!. Siendo una de las pocas series que realmente llamo mi atención durante su temporada de estreno, Re: CREATORS es posiblemente el título de Troyca que más me ha gustado hasta el momento, comentario que no es necesariamente un alago, tomando en cuenta que las dos producciónes anteriores del estudio, Aldnoah.Zero y Sakurako-san, no es que me hayan dejado con muy buenas impresiones que digamos, resultando este un titulo que si bien puedo decir que encontré entretenido en toda su extensión, a la vez resulto muy desaprovechado  en su premisa y elementos.
El anime pues se trata de una obra de acción, fantasía y ciencia ficción, que nos presenta como protagonista a Souta Mizushino (aunque el protagonismo del mismo es algo discutible), un adolecente común y corriente con cierta inclinación hacia el dibujo y quien arrastra con cierto incidente trágico de su pasado consigo, el cual se encontrara con que su vida da un giro por más inesperado al verse involucrado en una batalla campal entre personajes de anime, manga, novelas ligeras y videojuegos, que de alguna manera han cruzado la barrera de la realidad haciendo aparición en su mundo, siendo todo esto causa de las acciones de una misteriosa chica peliblanca envestida en un traje militar, quien conoceremos mas tarde bajo el nombre de Altair, quien básicamente quiere poner a estas creaciones en  contra de los creadores de sus historias, refiriéndose a los humanos normales de nuestro mundo como dioses, y al mundo en si como el mundo de los dioses, siendo  por consiguiente estos últimos los causantes de todas las desgracias, conflictos y muertes acontecidos en sus vidas, y metiéndoles a las creaciones la idea en la cabeza de que sus creadores son capaces de reescribir sus mundos a mejor, cosa que como bien descubrirá Souta mas adelante no es tan simple como suena. Por suerte para el joven no todas las creaciones son tan fáciles de convencer,  y no tardara en encontrar aliados  en la pelirroja Selesia Upitiria, protagonista femenina del anime del momento,  y en la estoica Meteora Osterreich, una poderosa maga erudita salida de un RPG, a los que más tarde se le unirán Yuya Mirokuji, el rival y Villano de un manga de acción, y Rui Kanoya, el voluble pero energético protagonista  de una recientemente estrenada serie de Mechas, el cual vino con todo y robot gigante, a los cuales se les terminaran uniendo también  sus respectivos creadores, que aunque atónitos al principio ante la situación no les quedara más que aceptar que estos personajes que han creado de la nada ahora hacen acto de presencia frente a ellos, no siendo algunas de las relaciones entre los mismos particularmente buenas, y es que más de una creación solo quiere romperle la cara a su creador, todo esto mientras Altair hace lo suyo reuniendo creaciones y preparando su gran plan detrás de bambalinas.
Como verán una propuesta bastante llamativa, que si bien admito que al inicio parecía tener cierto sabor a la franquicia Fate a la final a terminando brillando con su propia luz, siendo Re:CREATORS  una obra bastante entretenida y ligera, que ha logrado entregar a unos personajes bastante carismáticos y buenos momentos entre los mismos, siendo un titulo que sabe cuando no tomarse demasiado en serio a sí mismo y el cual además ofrece  algunos combate y escenas de acción bastante disfrutables, habiendo sido durante su temporada inicial de estreno uno de los títulos que mas disfrute de ver semana a semana y de los que mas esperaba con ansias. infortunadamente la serie como ya comente antes resulta también muy desaprovechada y es que si bien la misma  tiene una premisa que da para bastante juego a la final esta se termina estancando en lo seguro, no explotando de mejor manera a la susodicha premisa, desaprovechando a varios personajes que daban para mas, introduciendo elementos de drama no precisamente bien llevados, dejando puntos importantes de su trama sin explicar, recurriendo a una solución final coherente pero no del todo imaginativa, y en general viendo reducida su intensidad considerablemente a partir de su segunda mitad, la cual no llega a ser tan interesante ni entretenida pese a que la misma contiene el clímax de la historia.
La idea de tener a personajes venidos de historias de diferentes géneros y  temáticas viéndose las caras, si bien es llamativa a la final se queda en poco, y es que si bien Re:CREATORS logra ofrecer un compendio de personajes  más o menos variado, a la final me quedo la impresión de que se termino quedando muy en lo básico, no entregando verdadera diversidad y sacando en su última etapa enemigos de la manga venidos de obras de personajes que ya estaban integrados en la historia, estratagema que si bien no me pareció necesariamente mala la primera vez que se utilizo, termino resultando repetitiva y sosa ya para la tercera ocasión, además de una salida  demasiado fácil a la hora de introducir rivalidades en la historia, y es que en vez de esforzarse en crear nuevas relaciones y conflictos entre los personajes, sencillamente decidieron emplear aquellas con las que los mismos ya venían de su mundo, y sí, estoy consciente de que los tres casos a los que hago mención fueron bastante diferentes entre sí, pero aun así me parece que se pudieron sacarse algo mejor de la manga. Así mismo también me decepciono un poco el no ver que introdujeran a la historia más personajes de obras que no fueran de corte heroico o de acción, y es que si bien por allí hay cierto personaje femenino que cumple hasta cierto punto este papel, realmente me hubiera gustado ver cosas como un personaje salido de algun anime de comedia absurda, ya saben de esos que se pasan la lógica por donde no da el sol, para ver como se hubiera desenvuelto en el mundo real y en toda la historia, o por otro lado que nos mostraran a personajes que no fueran necesariamente humanos, por ejemplo: monstruos, extraterrestres, robots,  bestias, espíritus o lo que sea, vamos que literalmente aquí la imaginación era el limite, y sí, estoy consciente de que el anime trabajo con un tiempo limitado y no necesariamente puede mostrar todo esto sin llegar a saturarse o perder el rumbo, además de que meter personaje tras personaje solo porque si tampoco es la idea, pero eso no me quita esa impresión de que el anime a la final se fue a lo fácil con todo este tema.
Otro punto que no me termino de gustar fue el hecho de que si bien la serie se esfuerza mucho en dar explicaciones de casi todo lo concerniente a la aparición de los personajes de ficción en el mundo real y las consecuencias de su presencia allí, a la final nunca terminan por aclarar del todo el porqué el meollo del asunto, y es que si bien para resumir la causa de todo lo que está pasando  es debido a las acciones de Altair, a la vez nunca nos dejan en claro porque está en primer lugar pudo aparecer en el mundo real, se nos dice que la chica debido a las circunstancias que rodean su creación es básicamente todo poderosa, pero aun así, nunca explican cual fue el detonante que permitiera que ella apareciera en el mundo de los creadores en primer lugar, y el por qué otras creaciones de procedencia similar a la suya no lo hayan hecho con anterioridad. Con respecto al desarrollo de la historia, pues la serie en general se mueve a un buen ritmo que evita que te aburras, la primera mitad de la serie básicamente está conformada por tres tipos de situaciones: las escenas de acción, las de introducción de nuevos personajes, y las escenas de exposición protagonizadas por Meteora, la cual cabe decir se roba mucho del tiempo en pantalla, detalle que si bien tengo entendido no agrado a más de uno, a mí personalmente no me causo ningún desagrado, siendo que el personaje en si me caía bastante bien y sus monólogos aunque llenos a veces de tecnicismos no resultaban aburridos, aunque siendo el verdadero atractivo de esta etapa precisamente la interacción entre los personajes, particularmente el de algunas creaciones con sus creadores. 
Tras llegar al ecuador del anime, la serie es dividida por un pequeño episodio de recapitulación, nuevamente protagonizado por Meteora, que aprovecha para burlarse un poco de los otros personajes y sus diseños, hablar en nombre de los animadores y romper la cuarta pared con los espectadores, resultando con todo esto  uno de los episodios recopilatorios mas amenos con los que me he topado por alli.  Tras esto inicia la segunda mitad del anime, que bien viene acompañada por un bajón de ritmo esperable pero que encontré que termino durando demasiado, transfiriendo durante un buen rato el foco de atención a los creadores en vez de a las creaciones, y básicamente centrándose en preparar y ejecutar el plan para vencer a Altair, que termina convergiendo en una batalla final bastante buena llena de algunos sacrificios pero cuyo final si bien no puedo decir que sea malo, personalmente no lo sentí muy imaginativo que digamos, aunque supongo que no es que hubieran muchas opciones disponibles siendo que la propia serie había puesto a la villana en un altar del que era muy difícil bajarla, resultando un personaje demasiado invencible e imparable..
Pese a esto quisiera decir que el capítulo final del anime, dedicado a la despedida de los personajes  y el cierre final de la historia sí que llego  gustarme bastante y hasta cierto punto logro compensar el mal sabor de boca que me lleve con lo anterior . Con respecto al desarrollo de personajes realmente este no es un aspecto en el que el titulo allá resaltado en demasía pero en general está bien llevado,  se llega  ver ciertos cambios en algunos miembros del elenco, como puede ser el propio Souta, al cual se le nota cierta variación en su animosidad entre la primera y segunda parte tras abrirse y revelar el trauma que le acompañaba, mientras que por el lado de las creaciones, el propio anime se esfuerza mucho en decirnos que los mismos tras llegar al mundo de los dioses han sufrido ciertos cambios de actitud, causa en parte de que el propio mundo resulta más fascinante a nivel de sensaciones que los suyos (los olores son más intensos, la comida sabe mejor, los sonidos son más variados, etc.,) y en parte porque al ya no estar restringidos por sus creadores y tener ahora un verdadero libre albedrio , las nuevas experiencias les han llevado a desenvolverse de otra manera, pero en si no es que haya realmente un desarrollo de personajes particularmente elaborado en ninguno de los miembros del elenco del anime.
Dicho esto cabe decir además que el elenco en si resulta bastante agradable, y si bien hay un par de personajes como pueden ser el ya mencionado Souta o cierta mujer caballero, los cuales terminan cayendo medio pesados a momentos, en general el elenco de la serie resulta bien equilibrado estando conformado el mismo por personajes muy entrañables con su buen grado de carisma, infortunadamente muchos de ellos realmente llegan a tener poco tiempo en pantalla no llegando a hacer nada verdaderamente relevante  quedando estos muy en segundo plano. Visualmente hablando la obra resulta bastante agradable, la animación tiene sus bajones notables pero en general mantiene un buen nivel de calidad y detalle en el dibujo, y en sus escenas de acción  logra desenvolverse de buena manera, siendo este un aspecto en el que hasta ahora el estudio de animación a cargo en todos sus trabajos a sabido dar la talla de muy buena manera. El trabajo de fondos no está nada mal mas los mismo no son un elemento que resalten en demasía, la paleta de colores es vistosa y bastante viva,  mientras que los diseños de personajes son atractivos y variados, agradándome particularmente los de  Altair y Meteora, mas nuevamente aquí tengo que decir que la serie desaprovecho una buena oportunidad, y es que tomando en cuenta que los personajes se supone que venían de diferentes obras realizadas por diferentes autores, hubiera sido bueno que los mismos  fueran representados con estilos algo mas diferente entre sí, se que hubiera sido mas complicado pero ese era un detalle que me parece hubiera mejorado la experiencia general del título. 
Finalmente con respecto al apartado musical no tengo queja alguna, esbozando la serie un soundtrack bastante competente a la hora de ambientar y muy atractivo en general,   presentando este algunos temas que valen la pena mencionar como los titulados “God of Ink”, “AL:Lu” y “Layers”, y estado todo este apartado a cargo del compositor Hiroyuki Sawano , quien también se encargo crear los dos openings de la serie: ”gravityWall” y “sh0ut”, ambos temas muy buenos pero de entro los que personalmente me desencanto por el primero, mientras  que por el lado de los endings podemos encontrar tres temas, ”NEWLOOK” cantado por Mashiro Ayano, “World Étude” de parte de Aki Toyosaki, y “Rubikon” de sangatsu no Phantasia, los cuales no están anda mal, teniendo estos además un acompañamiento visual simple pero atractivo, especialmente en el último, en donde podemos ver a versiones chibis de los personajes interactuando con el mundo real en lo que parece ser un estudio de animación.
// Conclusión //
Re: CREATORS es una serie competente, es ligera, es entretenida, tiene buena acción y sus personajes  agradan con gran facilidad, pero también es un título muy desaprovechado cuya premisa, historia y personajes definitivamente daban para mas, no es un mal trabajo en absoluto pero si es uno que se termina quedando corto, perdiendo además el mismo bastante fuerza a partir de su segunda mitad, quedando a la final como una obra agradable pero para anda imprescindible, la cual recomiendo  siempre y cuando no estés buscando nada del otro mundo. 
// Calificación: 6/10 //
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blackwhiteblackgrey · 7 years
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Blanco y negro
Tomas llega a la casa de Ezequiel con su hermano braian. Se encuentra con Ezequiel y rocio sentados en un banco. Saluda a ambos y se sienta cuidadosamente en una punta del banco. (Tomas habla con ezequiel sobre el tiempo que habia pasado y no se habian juntado. mientras rocio y braian se quedan en silencio) -Tanto tiempo sin vernos tomy- -si, es verdad-. Se queda mirandolo desconcertado. -estuve en lugares muy reconditos, en europa. Noruega, suecia, alemania. Sus culturas tienen mucha serenidad. Estoy mucho mas calmado desde que volví.- -lo sé, no estuve por ahí ,pero, sé por lo que me contaron. -hay que estar... Hay que estar ahí, para saber lo que es. Insisto, me cambiaron mucho, yo era muy hiperactivo. -eso es bueno, tanto tiempo no fué en vano almenos- rió. -si,... Nada es en vano, nada...- (El timbre los interumpio y ezequiel salió a atender) Hubo un silencio, Tomas miraba a rocio de reojo, entonces ella le habló: -¿como estas?- preguntó sintiendo tristeza por el. -bi en, bien...- contestó tembloroso tomas. -es incomodo- dijo ella, mirando hacia los lados. Braian miró a tomas y le hizo una mueca. (Apareció ezequiel nuevamente con lucia, ella se sentó al lado de tomas y lo saludó solo a el) Ezequiel, ni bien se acomodo, volvio a dirigir la charla: -entoces, ¿como les va en la facultad? ¿Siguen estando los mismos viejos amargados?- espetó hacia tomas y lucia. -sí, em... Sigue siendo un lugar poco amigable y aburrido- se apresuró lucia para complacer a ezequiel. Tomas habria querido decir algo en objeción a eso, pero prefirio no hablar. -Rocio me hablo sobre eso. Pero yo no puedo decir nada, porque deserte. Necesitaba más tiempo, para poder cumplir mis objetivos personales. (rocio lo observaba espectante) Braian, le hizo señas a tomas, cuidandose de que solo el las viera. -¿cuales son?, pregunta braian.- dijo tomas. -ya les mostraré cuando lleguen los demás. Les serviré algo para que tomen-.( ezequiel se aleja). Braian se acomoda la ropa un poco acalorado. Rocio se para y se aleja un poco para despejarse. Tomas y lucia se miran por un momento: Tomas habló tristemente - el estaba muy mal, pero jamás pensé que podria llegar a...- -lo sé, lo sé- lo interrumpió lucia- pensé que no ibamos a hablar sobre damian- continuó la chica, sin escuchar mucho a tomas. -si, pero lo veo a braian...y mirá como está! - siguió tomas con su tristeza. - hace meses que no habla, esta traumatizado-. -calmate tomas, todo se va a solucionar. es bueno que hayas venido con el- Braian continuaba mirando su ropa, mientras la imaginaba manchada de sangre. -tratabamos de entrar a su casa, y no podiamos, despues fue cuando lo vimos colgado- soltó tomas. ( ezequiel volvió nuevamente, pero esta vez, volvio con carlos y julieta) Carlos saludo a todos y les dijo su nombre a todos, exeptuando a tomas y a braian que ya lo conocian, luego se sentó al costado de ezequiel con julieta. Carlos, Enseguida, le preguntó a braian mientras sonreia: -¿Como estas braian?, Hace tiempo que no te veo - Braian lo miró fijo unos segundos pero no dijo nada. -¿como están tomi?- preguntó bruscamente. -bien, braian parece que no puede hablar. Desde lo que ocurrió- comentó tomas. -¿se quedó sin palabras?- preguntó carlos mientras reía, junto a algunos otros. -Bueno, hay que ponerle humor a todo esto- dijo carlos (luego contó algunos chistes delante de todos). Cada uno se disperso por el lugar: Ezequiel se fue a buscar algo para servir, rocio se paró e intento hablar con tomas, pero al segundo julieta le dijo que debia hablar con el. Lucia fue a ayudar a Ezequiel y carlos se quedó interpretando las señas que hacia braian, mientras rocio esperaba que tomas termine de hablar. -tengo información sobre lo que pasó con Damian- argumentó julieta. -¿como?- contestó sorprendido. -si, tiene que ver con algo del libro que el tenía- -¿cual libro?- -ese libro antiguo, algo sobre el "tabú"- dijo la joven. -oh, "tabú de la simetria dimensional". Me acuerdo- contestó tomas. -si, es ese- En ese momento Ezequiel llamó a todos a la mesa mientras servia las bebidas. -queria contarles a todos, sobre una tradición familiar, que debo preservar, y que está en su madurez. Es el motivo de porque me aunsente este tiempo, pero ahora que estoy de vuelta, y que concí a esta hermosa chica, (señaló a rocio), puedo develarles todo- Ezequiel tomó su copa y la bebió. Todos se sumaron a beber, menos braian que le dieron la copa y se le cayó. Carlos quiso levantarse para ir al baño pero se sentó nuevamente. - La simetria dimencional, es un punto inicial en lo que quiero explicar- dijo ezequiel. En ese momento, tomas reacciono y quiso levantarse del asiento pero parecia aferrado gravitacionalmente al asiento. Lo unico que pudo hacer fue, mirar a julieta tensamente. Luego se cayó al piso. Julieta reacciono, rocio y carlos también. Muchos se quisieron parar pero ninguno pudo. rocio lo miraba pero no entendia nada de lo que pasaba. Entonces julieta dijo: -no puedo moverme. Ayudenme- Y carlos: -yo tampoco, ohh ¿que pasa?- dijo furioso. -¡al diablo!- gritó lucia. Lucia sacó un cuchillo y acribilló a julieta, quién cayó para atras, cerca de tomas. Carlos quedo asombrado y se puso palido, luego se abalanzo contra lucia. -¡¡que hiciste!!- gritó todavia más furioso. Ezequiel estaba observando sereno, mientras que rocio quedo en shock. braian estaba quieto y tomas trataba de levantarse mientras veia a julieta muerta en el piso. Carlos empujó a lucia en una de las paredes y ella quedó inconciente. Ezequiel se acercó a carlos y lo tomó de la mano. - ¿que pasó? Por dios- dijo carlos mientras estaba tratando de reanimar a julieta. Ezequiel lo tomo de la espalda y sin mucho esfuerzo, Carlos, se empezo a doblar hacia atras, Después sus extremidades se ampliaron y formaron dos triangulos enfrentados. Su cara empezó a hacer muecas y a deformarse. Ahí fue cuando rocio quiso impedirlo y se cayo de la silla en la que estaba sentada. Braian estaba nervioso pero seguia sentado. -esto es de lo que les hablaba- dijo Ezequiel con un tono enfermizo. Luego salió de escena y volvio vestido con una tunica, una mascara y un libro. Comenzo a predicar... Decia algo sobe que el alma de cada uno debia salir por los lados de la simetria en forma de energia y transpasarse entre cuatro cuerpos para formar un portal hacia la simetria dimencional. Dicho esto, carlos dio un empujon con el pecho hacia adelante y cayó muerto. Ezequiel tomó los tres cadaveres que estaban rondando el piso y formo algo como una cruz incompleta. Agarró a romina y también la incorporó para que sus cuerpos formaran una cruz. -ahora te toca a vos mi amor- dijo ezequiel. Tomas comenzo a arrastrarse con las manos y agarró el pie de ezequiel justo antes de que intentara acribillar a rocio. Ezequiel rió e intento proseguir pero tomas lo agarró con mas fuerza. Entonces, ezequiel se giró y empujó a tomas haacia el piso. Rocio lloraba o intentaba hacerlo. Ezequiel subió el cuchillo para atravezar a tomas. En un segundo braian apareció atras de Ezequiel y lo acuchilló con su propia mano. Ezequiel cayó desmoronandose y quedo inmóbil en el suelo. Rocio se arrastró. Como pudo hacia donde estaba tomas que ya se habia podido arrodillar, y apoyo su cabeza en sus brazos. Braian seguia parado. -¿Y ahora que hacemos?- preguntó rocio -nada- contestó braian.
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