Tumgik
#alrededor de jimin
aricastmblr · 9 months
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Jimin en 'Lady Dior Celebration' en Seúl
LADY DIOR - JIMIN DIOR
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dhr-ao3 · 3 months
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Doctor's Orders-Traducción
Doctor's Orders-Traducción https://ift.tt/LXc14aq by Valentaina18 "Me ignoraste", susurró, bajando la boca a su oreja. "Me di cuenta." Estaba indignada por su capacidad para frenarla. "No fue porque nunca pensé en ti", suspiró ella, dejando caer la cabeza hacia atrás mientras él continuaba besándola alrededor de la oreja. "Fue porque pensé mucho en ti, Draco". "No puedo soportar esto", la levantó hasta que estuvo montada en la isla de la cocina. O La historia de cómo los pantalones deportivos grises torturaron a Hermione Granger durante más de una década. Words: 4265, Chapters: 1/1, Language: Español Fandoms: Harry Potter - J. K. Rowling Rating: Explicit Warnings: No Archive Warnings Apply Categories: F/M Characters: Draco Malfoy, Rose Granger Relationships: Hermione Granger/Draco Malfoy Additional Tags: Alternate Universe - Modern Setting, POV Hermione Granger, Mutual Pining, Fluff and Smut, Kim Taehyung | V & Park Jimin are Best Friends, Inspired by a Conan Gray Song, Alternate Universe - Neighbors, Unrequited Crush, Secret Crush, Sexually Experienced Hermione Granger, Sexually Experienced Draco Malfoy, Divorced Draco Malfoy, Divorced Hermione Granger, Enthusiastic Consent, Vaginal Fingering, Explicit Sexual Content, Alternate Universe - Muggle, Vaginal Sex, Draco is a DILF, ignoring fellings only works for so long, Hermione undergoes sartorial torture in the form of gray sweatpants via AO3 works tagged 'Hermione Granger/Draco Malfoy' https://ift.tt/Q7SO1hZ March 02, 2024 at 03:51PM
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Como defender una razón del vivir
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Ocurre dicho suceso sorprendente: una sobrecarga de ideas y la motivación suficiente para desarrollarlas todas. Nunca, en el tiempo que me he dedicado a explotar uno que otro sentimiento y resentimiento, con la dulzura de eufemismos, había experimentado la ligera sospecha que puedo escribir tanto como me plazca y vivir con la alegría de esas pasiones que me orillan a la curiosidad intelectual. Son épocas en las que me posee ese espíritu artístico, pero realizarlo…¡Qué bendición la diferencia!
Es así, como tratando de lanzar una idea verdaderamente buena y acorde al propósito previamente establecido para esta novena entrada; relajarse antes de iniciar los grandes proyectos previstos (incluyendo, por supuesto, el cumpleaños de nuestro querido y principal motivante); tuve que recurrir a mis notas. Porque, como aclaro desde el principio, tengo la cabeza en diversas inclinaciones, sea por el hambre de investigar o el amor al prójimo (entiéndase prójimo como Jimin, al menos en este contexto). Todas esas cuestiones, que espero desvelar llegado el momento adecuado, necesitan desarrollo, tiempo, esfuerzo. Cuidarse con amor e imperar en ellas la buena crítica. Claramente, soltar sinsentidos aquí profanaría la intención.
En fin, hojeando me encontré con una idea interesantísima que en su momento escribí para luego forjarla jugosamente. No es interesante porque explique a la perfección cómo me siento, pero sí porque no lo hace. Me explico. En aquel momento, estaba nervioso y emocionado por empezar el blog. Aproveché mis ratos de inspiración, anoté absolutamente todo lo que se me cruzó por la mente. Viendo esas páginas con letra espantosa, me lamenté no tomar el acto por costumbre. La realidad es que pienso más que plasmo. Con esta mala costumbre he perdido grandes ideas y cuando logro rescatarlas no se leen con el mismo encanto. Fue una realización triste. Creía que había desperdiciado la creación producto de una juventud inestable. Que había dicho mucho sin decirlo. Me había olvidado de esas confrontaciones, por lo que, es como si no hubiesen existido. Quisiera transcribir esa preocupación aquí, ya que merece ser leída, recordada:
Nunca escribo lo que percibo. Como aficionado a la escritura, suena a pecado mortal que escriba sin escribir lo que pienso.  Desconozco la diferencia entre perezoso y temeroso. En carne propia reflexiono de cómo una intenta esconder a la otra e inversamente se excusan. Forjé mis ideas que olvidé… A veces creo que no tengo de nada de qué hablar…, pero no he hablado de nada. Sé que es importante saber que quiero decir, sólo que aún no tengo esa historia, escribo en la marcha.
De alguna forma me dio tanto miedo recordar que pienso este tipo de cosas y luego plasmo una imagen de Jimin entre ellas. Verán, no me gustan los mitos románticos, al contrario, soy un romántico. Me sobreponen estos pensamientos melosos, como el hecho de que la primera vez que tuve suficiente motivación para escribir y mostrarlo, fue al escribir sobre Jimin. Porque podré haber perdido miles de ideas novedosas que si no hubiese dudado de su potencial, me hubieran trazado algún reconocimiento especial. Más no suena tan lamentable como perder a Jimin.
Aún quisiera adentrarme en conversación sobre la importancia de saber qué decir para un escritor. Además de formar una identidad literaria, sería irónico escribir sin sentir verdadero lo que redactas. Debo recalcar la importancia, no sólo cultural, sino necesaria del lenguaje. Si este no existiera, todo nuestro alrededor tampoco. Lo que pensamos siempre viene acompañado de una imagen mental, aunque no haya qué nos indique su relación, el significado y significante son inseparables. Para alguien que escribe es deseable (y me atrevo a decir que obligatorio también) estar convencido que opina lo que dice, o al menos lo conoce y puede hablar de ello. Porque las palabras no deben ser tangibles para considerarse una realidad, misma que el lector va a inferir que el escritor entiende. Razón por la cual quiero encontrar aquello que me siente bien, algo no generalizado, algo sensible, de lo cual pueda agarrarme fuerte. Como defender una razón del vivir. 
Por esto comencé a escribir sobre Jimin. Se preguntarán porque hablo demasiado sobre lo considerado personal. Es porque él tiene mucho que ver en esta realidad. Creo que no sólo es importante escribir sobre él, sino involucrar mi experiencia personal. Sigue siendo un gran símbolo, que sé perfectamente desconozco. No quiero llenarme la boca de falacias si no hablar de la verdad que siento por él. Esa razón del vivir literario que defiendo día con día. 
Han pasado meses desde esa nota. Fue el tiempo suficiente para que mi vida haya cambiado tanto como para afirmar abiertamente que aún tengo mucho por decir porque aún tengo mucho que aprender. Me encantaría contarle cara a cara mis planes, algún día entregarle una copia de mi arduo trabajo. La paciencia es una virtud poderosa. Por ende, concluyo que no he empezado a devorar ese fragmento de universo. Seguiré descubriendo mi aportación y defendiendo, por lo que me dure la eternidad, mis escapadas dirigidas devotamente a Jimin.
—Parsimonia
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©️ de la imagen a quien corresponda.
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lileuph-milkybanana · 2 months
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Segundo año / Cuarto año
Resulta que todos vivían en el continente británico excepto por Hoseok, quien era de Belfast. La primera semana de vacaciones, Yoongi usó los polvos Flu para ir donde Seokjin, quien vivía en un elegante departamento de clase alta en Londres, y resultó ser que Jin había invitados a los tres más jóvenes, también, y Yoongi terminó haciendo un tour en el Museo Nacional de Historia con Jungkook y Namjoon mientras los otros cuatros bebían café, escuchándolos emocionarse sobre dinosaurios.
Era divertido.
Yoongi vivía en Devon, la cual era una tierra tan lejana que no se sentía mal por pasar todo el verano usando los polvos Flu para ir a otras partes de Gran Bretaña. Pasaba tiempo con su mamá, su papá y su hermano, obviamente, pero las visitas a Jin, a Namjoon en Aberysthyth e incluso a Hoseok en Irlanda, sucedían al menos una vez a la semana.
—¿Cómo estuvo la ciudad elegante? —preguntó Nathan un día, un amigo de la escuela primaria de Yoongi que nunca pudo perder. Muggle. Estaban pateando un balón de fútbol en el parque, con sus patinetas abandonadas bajo el aro de basquetbol.
Yoongi se alzó de hombros. —Estuvo bien. Lleno de imbéciles. Uno rompió mi nariz.
—¿Estás bromeando?
—Nah.
Nathan sonrió. —Vamos a destruirlo.
—Dudo que puedas, amigo. Yorkshire.
Nathan simuló vomitar en un arbusto, y patearon la pelota hasta que el sol se fue y ya no podían ver la pelota.
Y estaba la tarea de vacaciones de verano, ahora que el tercer año había terminado y se debían preparar para los T.I.M.O.S. Jungkook tomó el bus hasta la casa de Yoongi un día, y ambos se sentaron afuera con helados e hicieron su tarea de Historia de la Magia; el cabello de Jungkook estaba creciendo y su cara estaba comenzando a rellenarse y sus orejas comenzaban a ajustarse a su cara. Hablaba mucho sobre la guerra de los Goblin, y sobre Crowley, y Quidditch y Yoongi le hablaba de vuelta mientras se comían sus helados.
Ven a mi casa. O eres un cuadrado. El próximo año ganaras.
-Gerry Thompson, Capitán del equipo de Quidditch de Slytherin.
La cual era una rara nota para recibir.
—Deberías ir —dijo su mamá—, me agrada Gerry.
Así que Yoongi cruzó el mar irlandés en su escoba, porque los polvos Flu no eran muy confiables con largas distancias, y se enteró de que Gerry en realidad vivía en una granja que procesaba carne a unos kilómetros de Armagh, y que el papá de Gerry era igual de amistoso que él, y que Gerry pasó sus T.I.M.O.S con sobresaliente y que iba a ser un aprendiz de Encantamientos Teóricos en algún lugar del Ministerio de Magia de Dublín.
—¡Yoongi!
—¡Jimin!
Un día caluroso de julio, e incluso Inglaterra tenía sol algunas veces. Edie-Maude Black, con su cabello corto cerca de su barbilla y sus mejillas pecosas rojas con un toque de quemadura de sol, estaba sentada en el techo de uno de los cobertizos, con su escoba a su lado. Jimin estaba jugando con un gato doméstico, moviendo una cuerdita alrededor. Gerry estaba de pie con unos jeans y una camisa sin mangas y unas botas de agua pesadas, resplandeciendo, dirigiendo a Yoongi para que aterrizara en algún lugar medio limpio, con la mitad de la casa de Slytherin corriendo alrededor de su patio en vestidos de verano, pantalones cortos, túnicas en uno o dos casos.
—Qué pasa, cabrón.
Damien Roadfell saludó a Yoongi con una palmada en su hombro y una sonrisa, vistiendo una extraña mezcla de una túnica de mago sobre su hombro y una camisa que decía blur, las letras despegándose a medias. —¿Buen verano?
—Supongo—Yoongi se deslizó fuera de la escoba, inclinándose en el abrazo—. He estado pasando el rato con los demás, en su mayoría.
—Genial—Damien hizo lo contrario a Edie-Maude; donde ella se había cortado el cabello, más corto y bonito, él lo dejó crecer, desaliñado, de color pajizo rizado en la nuca. Había crecido como quince centímetros en un mes.
—¿Hiciste lo de encantamientos?
—Nah.
Entraron en la casa de Gerry uno al lado del otro, Yoongi usando la sudadera de Jungkook, todavía sin devolver. Y los dos nuevos de primer año estaban ahí, también...o de segundo año, ahora, Isobel Way y Alwyn Brydon, sentados mientras comían pan de jengibre en la mesa de la cocina.
—Adivina qué gilipollas apareció—anunció Damien—. Espera- mierda, Ger, ¿está tu mamá?
—Nah—dijo Gerry—, si estuviera, te jodería. Va a misa dos veces por semana.
Damien lanzó su brazo alrededor de la cintura de Yoongi y Edie-Maude tropezó en la cocina para comenzar a cantar una canción sobre los malditos sacerdotes dos veces a la semana, o algo como eso. Una canción para beber. Alwyn e Isobel se veían levemente asustados.
—Los llamé a todos por una razón especifica- Sam, entra—Dijo Gerry, mientras Samantha Woods se tropezaba por la puerta de la cocina, gritando un saludo—. Los llamé aquí por una razón específica- Jimin, te juro por-
—Vas a comenzar un culto—sugirió Damien.
—Una comunidad—dijo Yoongi.
—Un culto que vive en una comunidad.
—Nudistas—dijo Jimin, todavía con el gato acurrucado sobre sus hombros— Un culto que vive en una comunidad con nudistas.
—Hay niños presentes—dijo Edie-Maude—, solo pensamientos puros aquí.
—Una comunidad nudista suena genial—ofreció Alwyn, y se agachó para evitar la bofetada que Isobel le dio en la nuca—¡Oye!
—Soy su entrenador oficial, así que cállense la maldita boca sobre comunidades—Gerry juntó sus manos—. Si yo y Derek dejamos el equipo, voy a meter a los niños como cazadores, cierto, así que no comunidades o cultos o Jimin caminando con su pene afuera o los mataré a todos.
Isobel rompió el pan de jengibre en dos—Ya he escuchado demasiado sobre el pene de Jimin en mi vida.
—Espera a que tengas mi edad—le dijo Yoongi, con la mayor solemnidad que pudo juntar.
Era divertido, sin embargo. Damien era divertido para hacer tonterías, y estaban lo suficientemente lejos del pueblo para poder jugar un partido de Quidditch apropiadamente. Isobel y Alwyn jugaban bien como cazadores, dirigidos por Edie-Maude, y Damien logró mantener la mayoría de los lanzamientos cuando se alinearon para hacer penales. Gerry estaba en su elemento dirigiéndolos a todos con alegre y frenética energía, y Jimin y Samantha mostraron orgullosamente sus golpes sincronizados.
(Entre tiempos, Yoongi estuvo bastante seguro de que Jimin estuvo grabando todo para sus historias de Snapchat, lo que era...bueno. Estaba bien.)
(Esto se probó cuando Yoongi miró su celular y recibió una foto de Jungkook sonriendo, con la frase "¿divirtiéndote?" escrito en texto rosado brillante.)
Era un buen verano. Uno de los mejores. Yoongi se divirtió, comió un montón, y se mensajeó con Jungkook sobre lo mucho que odiaba los dramas de BBC estos días, y habló con Damien acerca de sus tareas de verano, y el equipo de Quidditch se consiguió una lechuza en beneficio a aquellas personas que no tenían celulares, y Gerry le contó cómo iba su pasantía.
Y volver a Hogwarts fue lo que siempre era.
Catártico.
*
*
*
Tres días antes de que comenzara el semestre, Yoongi se encontró con Jungkook, Taehyung y Namjoon en una pequeña tienda de discos tres callas lejos del Caldero Chorreante.
—Esto es de último minuto—dijo Namjoon, su mano bailando incómodamente en la lista que tenía. Él y Yoongi estaban tomando casi las mismas clases en cuarto año (las básicas, además de Runas Antiguas y Adivinación. Namjoon escogió Estudios Muggles y Yoongi Aritmancia.)
Jungkook estaba sonriendo: había crecido también, rápidamente, como un brote de frijol, y la sudadera que estaba usando se subía por sus antebrazos donde antes quedaba suelta. —¡Compras! Vamos, vamos, vamos...
—Pero viniste aquí en tu primer año—dijo Yoongi, mientras pasaban por el Caldero Chorreante—¿no es así?
Jungkook se encogió de hombros, un poco avergonzado mientras Namjoon sacaba su varita de su manga para tocar la pared. —Padres muggles, ¿no? Mamá no pudo tomarse el día libre del trabajo para venir, así que los ordené por lechuza y simplemente tuve que aparecer en la estación ese día.
—Oh, wow—dijo Yoongi, y retrocedió para mirar la cara de Jungkook mientras los ladrillos se salían de la pared.
—¿Qué son esos?
—Ojos de sapo-
—¿Qué es eso?
—Habla más bajo, eso es un-
—¿Quiénes son ellos?
—Aurores, creo, mira sus túnicas-
—Qué- oh por dios, una tienda de Quidditch-
Yoongi estaba bastante seguro que su manga ya se había estirado más allá de su muñeca con la fuerza de la emoción de Jungkook al arrastrarlo a lugares— Sí- Gguk, espera a Namjoon-
—Oh, no—dijo Namjoon, siguiéndolos—. Oh, no, ¿por qué deberían esperarme? Nah, simplemente me quedaré aquí. Un cero a la izquierda. Ese soy yo.
—Cállate—dijo Yoongi, pero tomó el codo de Namjoon para llevarlo hacia donde Jungkook se dirigía—. Es una locura aquí. Vamos a perder al niño.
—No vas a perder al niño—respondió de vuelta Jungkook. Luego gritó. —¡Algo mordió mi pie!
—Una rana goblin de tierra—dijo Namjoon, sabiamente, asintiendo—Una mordida de ellos...bueno, probablemente no mueras...
Yoongi arruinó la broma al soltar una risa, y Jungkook les disparó a los dos una mirada antes de entrar a la tienda, todavía sosteniendo a Yoongi por su manga, con su mano alrededor de la muñeca de Yoongi. Suministros de Quidditch de cualidad, con la última saeta de fuego en la ventana, y con todas las pelotas de Quidditch en un círculo en el techo como un sistema solar, con la snitch en el centro.
—Hola—saludó el mago detrás del mostrador—¿Nuevo semestre, chico?
—Ah, uh...sí, pero...simplemente miraremos por ahora—dijo Yoongi, frotando la parte trasera de su cuello. Tenía un Galleon en su bolsillo, Namjoon siempre estaba sin dinero y Jungkook tenía dinero muggle que dijo que necesitaba para volver a casa.
—Ah, bien, bien.
—Eso es tan genial—dijo Jungkook en voz baja, señalando una brillante Snitch de plata.
—Ah, eso—dijo el hombre detrás del mostrador— Me temo que eso es de adorno. Aun así, una pieza bonita.
—Huh.
Miraron la tienda de Quidditch por un rato, y luego fueron a la tienda Weasley, donde Jungkook admiró una caja de Gobstones.
—Flourish & Blotts—dijo severamente Namjoon—Necesitamos libros, mis pequeños patitos, no un maldito ahorcado que de verdad se ahorca cada vez que te equivocas, ¿está bien?
Yoongi tocó su costado con su dedo— Ustedes vayan—murmuró—. Voy a comprar algo, ¿está bien?
Los encontró de nuevo diez minutos después en Flourish & Blotts, escondiendo el pequeño paquete envuelto en antiguo papel de diario dentro del bolsillo de su abrigo. Namjoon llevaba a Jungkook de sección en sección, desde historia al plan de estudios de Hogwarts a la pequeña colección de libros de ficción Muggles. Narnia, en su mayoría.
—¿Por qué no tienen nada de, no sé, ficción mágica? —Jungkook deslizó su mano por el lomo desgastado de El señor de los anillos. Namjoon, detrás de él, llevaba los brazos llenos de libros de Runas Antiguas y se veía disgustado.
—A los magos no les gusta mucho la ficción—dijo Yoongi. Sí, había unos cuantos libros de Lizza White, aquella serie donde la chica se enamoraba de un centauro y todos hacían orgias en el bosque, pero en general...la gran tradición literaria de casi todas las sociedades pasó de largo para ellos.
—Solía amar leer estos—murmuró Jungkook, de canclillas en el estante de abajo—Quería ser un hobbit. Quería hacer magia y ese tipo de cosas.
—Yo quiero ser capaz de usar mis brazos en el futuro—interrumpió Namjoon—Vamos y paguemos, dios.
Mientras se iban, Yoongi deslizó los Gobstones en la mochila de Jungkook y pasó todo el camino en el Autobús Noctámbulo de vuelta a Devon sintiéndose feliz y cálido y listo para volver a la escuela. Gerry tenía a su equipo entrenado, iba a tener casi todas sus clases con Namjoon, Damien seguía enviándole cartas sobre cómo iban a decorar su dormitorio este año y Jungkook iba a estar ahí, feliz y brillante y sonriendo de oreja a oreja. Chester Whitehall y la humillación de final del tercer año era un recuerdo distante, mientras Yoongi se arreglaba su corbata plateada y verde en su cuello, mientras atravesaba la barrera el primero de septiembre, con su baúl y su varita guardada en la manga de su suéter.
*
*
*
En el expreso de Hogwarts, Yoongi vio a Jungkook en un compartimiento con un montón de otros Ravenclaw e intentó no sentirse extraño sobre eso. No era como si fuese dueño de Jungkook, y no era como si no tuviese otros amigos, Damien y Edie-Maude tenían un compartimiento justo ahí para él, pero era raro.
—Te ves de la mierda—dijo Damien, mientras Yoongi forcejeaba para entrar al compartimiento por la puerta pegajosa.
—Gracias, Damien. Muy amoroso.
—Te ves bien—dijo Isobel para ayudar. Ella estaba, pero Alywn no, todavía. Y su corbata estaba atada y su túnica estaba puesta y tenía lazos plateados y verdes al final de sus dos trenzas. —¿Quién es el capitán de Quidditch este año?
—¿Quién es el mayor? —dijo Edie-Maude, con la boca llena de sándwich de tomate y queso—¿Roadfell? ¿Min? ¿Woods?
—Sam podría hacerlo—Damien se encogió de hombros— Podemos hablarlo en la sala común.
Alwyn llegó y se apretujó junto a Isobel; se había cortado el cabello, así que sus rizos pelirrojos eran más como una nube de hongos, y sus gafas eran un poco más fuertes. Parecía un insecto palo y su apariencia en general no mejoraba con el sapo gordo que estaba agarrando en su mano. Aun así, hubo saludos e insultos intercambiados y todos se acomodaron de nuevo.
—Jimin se va a ir con Taehyung—reportó Edie-Maude—Recibí la lechuza ayer. "No me guarden un puesto". Imbécil.
Muchos asentimientos de cabeza y murmullos confirmando que, de hecho, Jimin era un imbécil. El tren comenzó a moverse de la estación; Isobel se despedía felizmente por la ventana y una pequeña mujer similar se despidió de vuelta, viéndose un poco llorosa. El resto de ellos simplemente se sentaron, incluso Alwyn, hasta donde Yoongi sabía, llegaron solos a la estación.
—Más importante—dijo Yoongi, cuando parecía que Alwyn estaba a punto de burlarse de Isobel, o algo igualmente insensible—¿Cuántos niños creen que tendremos este año?
Edie-Maude sacó un galeón de su bolsillo—Tres.
Damien dejó su propia moneda en la mesa de centro—Dos.
Yoongi añadió la suya. —Está bien, voy a decir cuatro. Jódanse. —Y luego, a Isobel y Alwyn—¿Van a jugar? Quien sea que gane se lleva todo el dinero.
Isobel se encogió de hombros y añadió un galeón. —Uno, supongo—porque era básicamente imposible que Slytherin tuviera más de cuatro en un año—¿Alwyn?
—No me cuenten—dijo—No hay manera de que gane con cinco.
—Ah, vamos.
—Nah.
—¡Gallina!
—Eres una idiota, Izzy.
—¡Gallina!
Por la ventana, el Londres urbano se estaba volviendo el campo del sur, mientras el expreso realizaba el largo viaje al norte. Hogwarts, brillando en el límite de las tierras altas de Escocia y Hogwarts era catarsis, no importaba cuan grande y fuerte Chester era, no importaba cuan pequeño y triste Slytherin era, no importaba qué pasara, no importaba quién se quedara.
Yoongi se arregló su corbata de nuevo una hora antes de llegar y pretendió no ver cómo Isobel se quitaba los lazos de su cabello, guardándolos cuidadosamente antes de desarmar sus trenzas y dejar su cabello suelto.
Y sin Gerry este año, eran una casa de veintitrés.
*
*
*
La selección de este año fue sombría. Ninguno de ellos se alegró al dejarle su dinero a Isobel, e Isobel no se veía mucho más feliz de recibirlo. El único Slytherin que recibieron ese año era un silencioso norteño llamado Max Hastings, quien intentó no llorar en su flan. Yoongi hizo contacto visual con Namjoon sobre la cabeza del chico y sacudió la suya sombríamente.
Fue una noche tranquila. Yoongi se fue a la cama temprano, el cuarto año seguía siendo el cuarto año, los T.I.M.O y cosas así, y escuchó a Isobel diciéndole al niño nuevo, con voz seria y pesada, qué gente evitar.
Tristeza.
*
*
*
—¿Adivinación de los últimos en la tarde del viernes? —Hoseok le entregó su horario a Yoongi, con un bollo de mantequilla a medio comer en su mano—Debes estar loco, amigo. Eso es asqueroso.
—Será relajante—dijo Namjoon, pero se veía dudoso—. Aún podrías cambiarte a Estudios Muggles si de verdad quisieras.
—Quiero tomar Adivinación—Yoongi los golpeó a ambos bajo la mesa del desayuno, uno por uno. Técnicamente, mezclarse entre las casas no estaba permitido en el Gran Comedor, pero era un sábado en la mañana y a nadie le importaba. (Yoongi no había visto a Chester en todo el día desde que volvieron, y no quería romper su suerte, no ahora.)
—Creo que estás loco—anunció Jungkook felizmente, sentado a su lado con una tostada y un tazón de miel con gachas de avena—. Yo quiero tomar Estudios Muggles.
—Eres hijo de muggles.
—Sí—Jungkook apuntó su cuchara a Yoongi, sonriendo—. De esa forma puedo pasar fácilmente. No pensaste en eso, ¿cierto?
Seokjin se les unió, viéndose exhausto. —Me hicieron prefecto de Gryffindor—dijo, con su voz sonando como campanas de funeral—Odio a los niños. Los odios. ¿Has intentado darles un tour a treinta niños con un gran nivel de azúcar? Nunca más. Nunca.
Yoongi pensó sobre Max Hastings llorando en su manga, y acerca del pequeño tour solemne, andando alrededor de la Sala Común de Slytherin, mostrándole los dormitorios y la ventana que daba al lago y la chimenea y las sillas cómodas para leer. —Sí, debe ser difícil—dijo, e intentó no hacerlo sonar sarcástico.
Creyó lograrlo.
Jungkook se estiró por otra tostada durante su conversación. —¿Juega Gobstones conmigo mañana? —le pidió, pateando a Yoongi bajo la mesa—Un alma cualquiera muy bondadosa a la cual no conozco dejó una caja muy buena en mi mochila y quiero estrenarlo.
—Eso fue agradable de su parte.
Jungkook empujó un cromo de las Ranas de Chocolate sobre la mesa. —Gracias—dijo, un poco más bajo. —Y. ¿um? Espero...si alguna vez necesitas ayuda con el chico nuevo de primer año...
Yoongi giró el cromo y vio a Aleister Crowley guiñando un ojo, con una pequeña nota rosada en la parte trasera. Hola, de nuevo, le decía con la boca el cromo. —El de primer año—repitió, un poco confundido, metiendo la carta en su bolsillo—Sí, si alguna...si alguna vez necesito ayuda, te la pediré.
La sonrisa de Jungkook era gigante y brillante e intensa. —Gracias, Yoongi.
—Cuando quieras.
*
*
*
Fueron unos primeros días muy productivos, en el sentido de que la casa de Slytherin se asentó rápidamente a su antigua rutina de horas muy tarde jugando póker frente a la chimenea y abundante whiskey consumida a una velocidad aterradora. Max Hastings cayó en el ritmo de Isobel y Alwyn, y los tres conformaron un pequeño trío acurrucado frente a la chimenea; Max tenía una gata llamada Molly, la cual parecía llevar a todos lados. Era ridículamente mimada por Izzy y Alwyn y Sam y Edie-Maude.
—¿Has visto a Chester? —le preguntó Damien el primer lunes en la mañana de vuelta a clases. Estaba amarrando su corbata, aquella en la que Yoongi sangró en su primer año.
—Lo he evitado. ¿Orgulloso de mi?
—Tan orgulloso de ti—Damien alisó su camisa y luego comenzó a quitarle el polvo de los hombros a Yoongi. —¿Cuál es tu primera clase?
Yoongi le entregó su horario sobre su hombro; estaba ocupado abotonando su camisa, justo hasta sus clavículas. —Pociones, ¿cierto? Malfoy. Namjoon está ahí, así que puedes sentarte con Sam. Estaré bien.
—Genial—Damien le entregó su horario, doblado en la forma que estaba antes.
Pociones. Una clase central. Yoongi ya sabía que la dejaría para la evaluación ÉXTASIS. El profesor Malfoy era un imbécil, pero era admirable de cierta forma y Yoongi lo admiraba, lo distante que se hacía ver, la forma en la que hacía impensable que alguna vez fuese insultado. O golpeado. O, gritado, o maldecido con hechizos vergonzosos.
—No tengo hambre—dijo Yoongi, cuando Damien señaló hacia la puerta—Oye, si vez a Namjoon, dile que me guarde un asiento.
—Claro.
Damien se fue, dejando a Yoongi solo; se tiró en su cama sin hacer, mirando apáticamente el techo. No quería volver a clases. Había tenido el mejor verano de su vida y no quería volver a evitar a Chester y Sadie y ser maldecido con hechizos de clima y practicar Quidditch solo para perder.
—Deprimirte no se ve bien en ti—dijo una voz familiarmente irritante. Yoongi giró su cabeza hacía un cuadro impresionista bastante bonito que colgaba entre su cama y la de Damien, y se encontró con el antiguo profesor del año pasado viéndolo de manera lúgubre con pinceladas manchadas por el sol.
—Vete—dijo terminantemente Yoongi. Se sentó, rozando sus rodillas. —. No estaba deprimiéndome.
—Santo dios, chico, al menos cuando estaba vivo Slytherin se tenía respeto.
—Respeto-
—Nada de estar en la cama sintiendo pena por uno mismo.
—Perdón, quién-
—Aunque sí había un poco de eso—dijo el profesor, su tono ligero se tornó oscuro y áspero—. Según recuerdo. Siento lástima que crezcas en esta época.
—Lástima es igual de malo—murmuró Yoongi mientras amarraba sus cordones en un lazo limpio—. ¿Por qué no puedes simplemente decir, sí, cuatro casas, este montón, este montón, este montón, este montón en vez de ir todo- Slytherin, como si fuéramos una especie de maldita enfermedad rara? Sin ofender, señor.
—No lo haces—dijo secamente la pintura—. No eres el estudiante más grosero que he conocido. Ni tampoco eres el más elocuente. Pero mi punto sigue siendo el mismo, no deberías pasar todo este tiempo deprimiéndote. Especialmente sobre algo que sientes que no puedes cambiar.
—No puedo cambiarlo—dijo Yoongi, poniendo su mochila en su hombro, esperando cerca de la puerta mientras la pintura saltaba a un cuadro más pequeño cerca del espejo- un antiguo profesor oscuro. Tiziano, quizás.
—¿No puedes?
—Si pudiera, ¿no lo habría hecho ya?
La pintura se encogió de hombros; un gesto moderno que se veía horriblemente fuera de lugar en su cuerpo pintado de forma clásica. —Eso depende de la clase de persona que eres. Ve a clase, o llegarás tarde. Pociones es un arte fino, de hecho, y sería una lástima perdértela. Malfoy especialmente ha estado a la altura de las expectativas.
Yoongi no se molestó en preguntarle a qué se refería; simplemente asintió y se despidió con la mano y se fue. Y se encondió detrás de una pared o dos cuando vio a personas que probablemente reaccionarían mal al verlo.
*
*
*
Jungkook sacó el set de Gobstones de su mochila con una especie de reverencia aterradora, dejándolo sobre la mesa entre ellos en la biblioteca. El sol de septiembre brillaba felizmente a través de las ventanas y la bibliotecaria estaba al otro lado de la habitación y el lugar estaba lleno del suave murmurar de los estudiantes que volvían al ritmo de Hogwarts.
—Es bonito—dijo Jungkook, con sus dedos bailando sobre el broche de plata—. No debiste comprármelo.
—Puedo comprarles cosas a mis amigos—dijo Yoongi. Murmuró. —. No fue nada.
—Lo fue.
—No.
Jungkook lo golpeó bajo la mesa. —Gracias, de todas formas—dijo suavemente. Cuando abrió el estuche, la caja de madera hexagonal se abrió, revelando un tablero de Gobstones tallado en madera, con pequeñas lunas y soles estilizados que detallaban las metas de los puntos. Doce Gobstones por lado, verdes y azules, se agitaban en sus pequeñas plumas.
—¿Sabes cómo jugar? —preguntó Yoongi, tomando los seis gobstones azules. Jungkook se quedó con los verdes.
Jungkook se encogió de hombros. —Jugué a las canicas en la escuela, si eso cuenta.
—¿Un poco? Piensa en las canicas con un fondo y pequeñas pelotitas que escupen acido. Algo así.
—Suena...raro—dijo Jungkook y sonrió. —. Jugaré con las verdes.
Las seis piedras se sentían pesadas en la mano de Yoongi y las sacudió de un lado a otro antes de dejarlas en su lado del tablero. —ordénalas así, ¿está bien? Seis, una en cada esquina del hexágono—Jungkook copió sus movimientos. Las piedras brillaban en el sol; Jungkook parecía brillar, también, un gran destello en su rostro mientras las ponía de manera torpe en su lugar.
—Las lanzas, así—Yoongi se lo demostró, haciendo su primer movimiento—¿Ves los círculos en cada parte de nuestro hexágono? El objetivo es poner tus seis piedras en mi circulo, y las mías en el tuyo, y el ganador es quien lo haga primero.
—Está bien—dijo Jungkook, con el ceño fruncido. Su lengua estaba atrapada entre sus dientes en concentración.
Gobstones era esa clase de juego que era fácil de aprender cuando conoces las reglas básicas y Jungkook aprendía rápido. Hablaban mientras jugaban, sobre Gerry, quien enviaba lechuzas divertidas a la Sala Común, y sobre Namjoon, quien estaba intentando reunir coraje para invitar a salir a Seojkin y sobre Jimin, quien simplemente existía, siendo Jimin.
—Quizás intente entrar al equipo de Ravenclaw este año—dijo Jungkook. Escogió su objetivo y disparó, pero rebotó en el interior de su propio hexágono y terminó sacando de lugar unas piedras cuidadosamente colocadas; todas le dispararon rápidamente ácido verde, el cual evitó por poco.
—Deberías—dijo Yoongi—. Si quieres.
—Todavía tienes un equipo, ¿no?
—¿No lo sé? Gerry era como la vida y el alma—Yoongi disparó su tercera piedra en el objetivo—Creo que no tiene mucho sentido, con Izzy y Alwyn tan pequeños. Chester solamente los molestaría.
—Ya te molesta a ti.
—Es diferente.
—Mm—Jungkook disparó y sacó una de las piedras de Yoongi de su posición—. Serías el capitán, ¿no es así?
—No necesariamente—Yoongi se encogió de hombros. —. Podría ser Damien o Samantha. Incluso podría ser Jimin o Edi-Maude. Ser el mayor no significa ser capitán, ya no.
Jungkook no habló más acerca de Quidditch y Yoongi se sintió agradecido; la conversación se terminó, como lo hacen todas las conversaciones, y el tiempo pasó lentamente en la biblioteca, en el sol.
—Me acuesto con Samantha, mato a Jimin y me caso con Diamen—dijo Yoongi, en respuesta a la pregunta de Jungkook—Listo, es tú turno.
—¿Por qué te casarías con Damien? —interrumpió Jungkook. Yoongi ganó el primer juego y estaban jugando el segundo, pero sus movimientos eran lentos y lejanos, ahora que habían encontrado un juego de palabras para jugar—¿Por qué no Sam?
—Sam está bien, pero me volvería loca con el tiempo—Yoongi le siguió la corriente al tono serio de Jungkook, aunque no sabía por qué—Yo y Damien hemos vivido juntos por cuatro años. Es genial.
Jungkook se encogió de hombros. Disparó su piedra con un poco más de fuerza y rebotó por todo el tablero antes de golpear sus propias piedras. —Mierda. Uh...¿cuál era la pregunta?
—Ravenclaw. Acostarse, casarse y matar.
—Me acuesto con...Sadie, me caso con Fred y mato a Sophie.
—¿Sadie?
Jungkook sonrió—Puede que sea un pedazo de mierda, pero sigue siendo parte Veela.
—Es un pedazo de mierda—dijo Yoongi—. Y tiene un puño malditamente fuerte, también.
Yoongi disparó su piedra a una dirección aleatoria. —Uh, oye, ¿alguna vez te conté sobre aquella vez que Jin se emborrachó tanto que comenzó a pensar sobre cogerse al sauce boxeador?
—No—Jungkook sonaba encantado—¿En serio?
—Sí, fue genial. Y Namjoon comenzó a hablar sobre casarse el concepto abstracto de...algo.
—Cuando los Ravenclaws se emborrachan, solo hablan de estupideces—dijo lamentándose Jungkook—. Una vez me desperté para ir a clase y Sadie y sus amigas estabas hablando sobre qué Gryffindor se cogerían. ¿Qué tan asqueroso es eso?
—Muy—dijo Yoongi. De la nada, se imaginó a Sadie y Seokjin y fingió vomitar sobre el tablero—Eso es asqueroso.
—Muy cierto que es asqueroso—dijo una voz cerca de los estantes y apareció Sadie, con su cabello arreglado perfectamente sobre sus hombros, sus pestañas largas y encantadoras, con su corbata de bronce y azul fresca y prístina al igual que su nueva insignia roja de prefecta. Dos chicas la acompañaban, cada una en cada hombro, las dos Ravenclaw. —Jungkook, si estás siendo molestado, no debería darte miedo decirle a un adulto.
Jungkook tiró sus hombros hacia atrás—No me está-
Sadie golpeó la mesa con sus nudillos y las piedras rodaron por todos lados. —Está bien—dijo—. Yoongi es un estúpido.
—Déjalo solo, Sadie—dijo Yoongi.
—Tú déjalo—dijo Sadie, con algo brillante y malvado en sus ojos—. Eres un asqueroso, Yoongi. Siempre lo fuiste.
Jungkook no dijo nada. Sus ojos estabas bien abiertos y su pie golpeó el talón de Yoongi bajo de la mesa, al ritmo de una disculpa.
Yoongi asintió, tomó su mochila y se fue.
*
*
*
Lo siento mucho pero sadie me da mucho miedo le dije que no debió hacer eso después de que te fuiste créeme xfavor
Yoongi dobló la nota. —Gracias, Friedrich—dijo, y vio como la lechuza salía por la ventana. Damien estaba sentado en la cama, haciendo planes para Quidditch y apenas lo miro mientras Yoongi leía la nota de nuevo.
—Práctica el sábado. Cinco de la madrugada—dijo Damien. —. Te despertaré.
—Maldito—dijo sin un tono en particular Yoongi, y sacó sus piernas de la cama. —. Voy a caminar. Retrasa la práctica hasta las seis si quieres durar algo.
—Tengo que hacer cosas más tarde también—Damien rozó sus nudillos contra su maleta—¿Sabías que hacen vodka de frambuesa? Sabe a trasero de perro.
—Probablemente lo sacaron del trasero de un perro—dijo Yoongi, poniéndose sus pantuflas esponjosas—. No esperes despierto.
En la Sala Común, nadie estaba despierto. Isobel, Alwyn y Max, los de segundo año y el pequeño de primer año que adoptaron estaban dormidos en el sillón, con un juego muggle abandonado en la alfombra con una botella de tinta y una página donde Max había estado escribiendo los puntajes.
—¿A dónde vas, tan tarde en la noche? —le preguntó la pintura-profesor, saltando a la pintura cerca de la puerta, aquella con un recipiente con frutas junto a un jarrón de agua—Estudiantes fuera de la cama, cincuenta puntos menos.
—Sin ofender, pero no tenemos cincuenta puntos para perder—señaló Yoongi—. Y quería encontrarte, de hecho. Uh, ¿recuerdas el chico de Ravenclaw que fuiste a buscar el año pasado?
—Mensajes. No es como si tuviera algo mejor que hacer—dijo la pintura sarcásticamente.
—No tienes. Estás muerto.
La pintura hizo una mueca; sus labios se curvaron. —Iré a buscarlo por esta vez, pero solo porque las pinturas de la biblioteca me contaron lo que pasó. ¿Dónde debería ir? No te confíes con esto, Yoongi. No soy un mensajero.
—Séptimo piso...donde está esa pintura de Barnabas-
—¿Barmy enseñándoles a los trolls a bailar balé? —la pintura pareció pensativa—¿Alguna razón...en particular?
—Usualmente está vacía—dijo Yoongi. ¿Qué otra razón podría haber?
Los pasillos de Hogwarts estaban abandonados y Yoongi era muy bueno escondiéndose para ir a los lugares que quería, incluso si sospechaba que Jungkook no era bueno. Y a pesar de la melancolía que lo atacaba este año, todavía había algo de esperanza para tener normalidad. Damien y la promesa de emborracharse el sábado por la noche, Seokjin, Namjoon y Hoseok pasando el rato juntos, Quidditch el fin de semana, los viajes a Hogsmeade, las cartas que Gerry prometió llegarían a fines de mes.
Simplemente deseaba-
—Desearía que hubiera un lugar donde ser normal—dijo, con su voz rompiéndose cuando susurró. Estaba yendo de un lado a otro en el pasillo del séptimo piso. Barnabas y los trolls bailarines estaban mirándolo mientras señalaban y se reían.
—Solo un lugar para ser normal—dijo. Como si eso justificara algo.
Algo pareció retumbar dentro de la muralla.
—Normal—dijo y Jungkook llegó haciendo ruido mientras subía las escaleras con un pijama azul adornado con Peter Rabbits, con sus ojos grandes y somnolientos y el profesor de la pintura llegó tambaleándose dentro de Barnabas, justo cuando una puerta aparecía en la pared detrás de él.
—Qué mierda, Yoongi—dijo Jungkook.
—¿Qué mierda yo? Qué mierda la muralla, creo que quisiste decir.
Jungkook se dio un golpecito en la mejilla. —Perdón por lo de antes—dijo, acercándose a la puerta; su pijama le quedaba un poco grande, a pesar de que sus mangas se estaban deshilachando y Yoongi podía ver los elásticos y pequeños Peter Rabbits impresos por toda la parte frontal. —Yo solo- Yoongi, qué mierda.
—No sabía que esto estaba aquí—Yoongi de pronto estuvo consciente de sus pantuflas esponjosas con pompones rosados y se avergonzó. —Yo solo- yo solo...
—Entren a la habitación—interrumpió la pintura—. Eso es lo que hace uno, generalmente, entrar a las habitaciones.
—Jódete—dijo Yoongi.
Jungkook mordió su pulgar y giró el pomo de la puerta.
*
*
*
—¿Qué esseso?
—Ess—Yoongi giró el chocolate—Aw, mierda, fruta y nuez. Odio la fruta y nuez.
—Nuez—dijo Namjoon, y se rio—. Oye, nuez. ¿Entiendes?
Hoseok metió su mano dentro de la caja de dulces que le envió su hermano; estaban sentados en el lago, pasándose un cigarrillo entre los cuatro, mientras que las cervezas se desvanecían y sus latas vacías eran apiladas en una pequeña pirámide en el césped húmedo. —Déjame encontrar el dulce que me gusta—dijo Hoseok—. Y Joon, cállate.
—Come pene—dijo amigablemente Namjoon—. O nueces. Come nueces. Frutas y nueces.
—Me gusta cremoso—dijo Seokjin, y miró a Namjoon y Namjoon comenzó a toser en su sidra.
Yoongi se acostó en el césped con sus manos detrás de su cabeza, mirando el cielo nublado. Bebió lo suficiente como para sentirse mareado y un poco aturdido y solo quería acurrucarse y dormir en algún lugar cálido y calmado.
Una barra de dulce lo golpeó en el pecho y Hoseok dio golpecitos en su frente en una forma torpe de darle consuelo—¿Alguna vez te han dicho que eres como un gato? —dijo, y tiró su cabeza hacía atrás, gotas caían de la lata que estaba bebiendo—Como un gato grande y triste lleno de miedos adolescentes y chocolate. Ese eres tú. Ese es quién eres.
—Meow meow, hijo de puta—dijo Yoongi—. Jódete.
Namjoon abrió la barra de chocolate para él y le sacó un pedazo—Aquí viene el avioncito, zoom zoom...
Seokjin era quien estaba fumando el cigarro cuando se volvió una colilla; lo puso en el césped y luego lo disparó con sus dedos hacía el lago para que se uniera a sus camaradas caídos. —¿Tienes más?
Hoseok sacudió su cabeza. Era él quien tenía una provisión interminable de alcohol y cigarros, porque su hermana siempre le enviaba paquetes por correo, los restos de la tienda de sus padres. —Ese era el último. Dijo que enviaría más la semana que viene, bastardo impaciente.
Yoongi cerró sus ojos, y se encontró kilómetros y un día lejos.
—Se llama Sala de los Menesteres—dijo la pintura, con sus brazos cruzados y su larga cara con un deje melancólico. —Te da lo que más necesitas, santuario, un lugar para entrenar, un...un lugar para esconder un libro. Pensé que se había quemado hace mucho tiempo.
—Obviamente no—espetó Yoongi, la sorpresa lo irritó—. Kook, no entres, en caso de que sea peligroso.
La mano de Jungkook todavía descansaba sobre el pómulo de la puerta. —. Vi unos pufs y una TV—dijo suavemente—. No creo que sea peligroso a menos que abras los pufs y te comas las pelotas pequeñas —y luego bufó—. Ahogarse con pelotas pequeñas. Heh.
La pintura resopló. —Entren, entonces. ¿Qué pediste?
—Nada—dijo Yoongi. Ser normal parecía ser demasiado triste para admitirlo. —Solo un lugar para...relajarme. Jungkook, ¿quieres-?
—Tengamos una revancha de Gobstones—dijo Jungkook y atravesó la puerta, manteniéndola abierta para Yoongi. —¿Vas a venir o qué?
Y hace mucho tiempo no había dormido tan bien como esa noche, acurrucado en un puf suave, con el tablero de Gobstones entre ellos y una manta suave sobre sus hombros, junto con un aroma rico y limpio en el aire. Jungkook había estado jugando con la configuración de la TV cuando Yoongi se fue a dormir, pero cuando Yoongi despertó el chico estaba roncando también y la habitación estaba más oscura, como si se sincronizara con la noche.
—Alguien está silencioso—Hoseok golpeó su rodilla—. ¿Alguien ha estado molestándote o simplemente estás siendo un imbécil?
—¿Huh? Oh, no. —Yoongi tomó el chocolate de las manos de Namjoon—. Simplemente pensaba.
La sala de menesteres (aparentemente) no era nada especial. Una habitación un tanto pequeña, con un techo bajo y una bombilla en la sombra, tan refrescantemente realista en el gran desorden medieval de Hogwarts. Las paredes eran de paneles de madera, tal y como lo recordaba Yoongi, con esos aquellos tres patos tontos voladores colgados en el borde del papel pintado, igual que en su casa. Había pufs esparcidos por todas partes, desordenados en un rincón, una chimenea, paneles de ladrillos y cerámica gris. Un montón de libros, libros viejos, libros muy queridos, libros que Yoongi recordaba haber leído y disfrutado se encontraban apilados en estanterías. Había una mesa de cocina, y unos cuantos armarios y estanterías, y una jarra de agua que no se vaciaba por mucho que se sirvieran.
Yoongi se encontró a sí mismo queriendo volver. No hicieron mucho, solo jugaron y después durmieron, pero fue agradable ser normal, sin pensar en Chester o Sadie o alguien que interrumpiera.
—Escuché que Sadie estuvo en la biblioteca ayer—dijo Namjoon.
—Yoongi.
—No hizo una mierda—dijo Yoongi, rodando para quedar acostado sobre su estómago—. Hoseok, dame más chocolate y Joon, cállate.
—Según Maisie Phair, molestó a Jungkook toda la tarde en la Sala Común de Ravenclaw.
—Bueno, sí, podría haberte dicho que ser mi amigo no iba a terminar bien para el chico—dijo Yoongi e intentó comerse una barra entera de caramelo en una sola mordida.
*
*
*
Queridas serpientes bastardas (y también Izzi y Alwyn y El Chico Nuevo Max)
Su más magnifico, querido y verdadero capitán ha adjuntado su insignia a continuación y por la presenta declara a Damien Roadfell como capitán porque es el más grande y también el que menos posibilidades tiene de sufrir un ataque de nervios antes del partido. Practiquen duro, cabrones, que los estoy vigilando. Y los que vayan a Hogsmeade el próximo fin de semana, vayan al Cabeza de Puerco y den la contraseña "Gerry es genial" y serán conducidos a un misterioso caballero que los espera.
Mucho amor, besos y todas esas mierdas,
Gerry Thompson, el Único y Verdadero Capitán.
Yoongi permitió que una sonrisa gigante se apoderara de su cara mientras leía la carta. Dirigida a Los bastardos de Slytherin, había sido depositada en su mesa en el desayuno por la pequeña lechuza enojona de Gerry (Micky) y los veinte Slytherin se reunieron a su alrededor mientras Yoongi la leí en voz alta.
—¡Va a volver! —Samantha se inclinó sobre la mesa para chocar las cinco con Edie-Maude—. ¡Excelente!
Izzy y Alwyn inmediatamente comenzaron a explicarle a un confundido Max Hasting quien era exactamente Gerry y por qué toda la casa de Slytherin de pronto estaba planeando ir a Hogsmeade la próxima semana y por qué el ambiente en la mesa se elevó masivamente.
(Demonios, incluso había una conversación audible. Yoongi sabía que estaban recibiendo mirandas burlescas, pero no le importaba.)
—Maldito imbécil, enviando su insignia en la carta—dijo Damien, sonriendo mientras la ponía en su pecho—Mierda, de verdad tenemos que ganar el primer partido ahora.
—¿Contra quién?
—¡Gerry está de vuelta!
—¿Con quién jugaremos?
—Sí, pero Gerry-
—Jugamos contra Ravenclaw—interrumpió Yoongi, dejando la carta en la mesa, cauteloso con las manchas de mermelada y mantequilla. —Sadie es buscadora. Así que ninguno puede tontear porque queremos que Gerry crea que somos geniales.
(Sadie, Ravenclaw, lo que significaba que Jungkook no lo animaría a él. A ellos. Ellos.)
(Pero al menos Chester no rompería su maldita nariz-)
—Eso es fácil—dijo Damien. La insignia de capitán parecía hacerlo más grande, fuerte, mucho más feliz, aunque su voz era baja para que no pudieran escucharlos los de Hufflepuff que estaban a su lado—Yoongi, tú eres quien debe encargarse de Sadie, así que ese es el trabajo más difícil ahora. Izzy, Alwyn, Edie-Maude-
—Sus cazadores son buenos, pero nosotros somos mejores—dijo Alwyn, inclinándose hacia adelante en sus codos y ensuciando su túnica con mantequilla—. Mierda.
—Hay que meter goles—señaló Samantha.
Damien asintió. —Pero su estrategia es apoyarse en Sadie. Es una buscadora llamativa, mientras que Yoongi es-
—Aburrido—lo ayudó Yoongi—. Soy realmente aburrido. Así que el equipo de Ravenclaw simplemente distrae a los jugadores principales mientras que Sadie busca, pero ustedes, malditos, deben tener un impacto real y forzar a los Ravenclaw principales a dejar de ayudar a Sadie o a defenderse a ellos mismos.
En el cabeza de puerco, cuando están con Gerry, escucharon su plan.
—Y, por lo tanto, solo hay una forma en que puede terminar el juego—dijo Gerry. Era sábado, estaban en Hogsmeade con al menos quince Slytherin a su alrededor mientras Gerry repetía lo mismo que Damien, Yoongi y Samantha habían estado teorizando en el desayuno el otro día.
Yoongi asintió—Ganamos, pero Sadie consigue la Snitch, o-
—O ganamos con la Snitch y humillamos a Sadie—terminó Damien y se inclinó en la mesa para chocar las cinco con Yoongi.
Gerry se veía bien, al menos. Ya llevaba un mes en su programa de investigación de magia de Irlanda, y su acento era mucho más fuerte y se había comenzado a dejar crecer un poco de barba. Seguía viéndose como Gerry, sin embargo, y seguía pagando sus tragos incluso cuando era obvio que había vaciado su billetera.
—Veré el partido, por supuesto—dijo—. Así que más les vale hacerme sentir orgulloso. ¿Cómo está el chico nuevo?
—Max es genial—dijo de forma entusiasta Alwyn y se lanzó en una larga perorata sobre qué era exactamente lo que hacía tan genial a Max, ayudado por las frecuentes interrupciones y elogios de Isobel. Solo había otra persona en el pub, un hombre encapuchado y embozado, y Yoongi se preguntó si lo estaban molestando, pero no le importó mucho. Gerry había vuelto.
—¿Cómo está tu nariz?
—¿Huh? —Yoongi alejó su vista del hombre y miró a Gerry—. Oh, oh. Sí, está bien.
—¿Algo nuevo?
—Sadie está molestando a mi-, ah, ¿mi amigo? ¿el chico de Ravenclaw?
—Jungkook, sí, lo conozco—Gerry intentó verse astuto—¿Tú lo conoces?
—Cállate, Gerry—dijo Yoongi, y lo pateó por debajo de la mesa.
Y Samantha levantó su puño en el aire. —¡Más tragos!
*
*
*
El partido contra Ravenclaw apareció con una especie de brusquedad surrealista, de pronto era sábado y Yoongi estaba poniéndose su túnica y luchando con sus botas y apretando su varita entre los dientes para poder anudarse la capucha.
Gerry estaba en algún lugar entre la multitud; y lo que era más importante, también lo estaba Jungkook, moviendo una pequeña banderita de Ravenclaw porque, aunque quizás le agradaba Yoongi, Ravenclaw seguía siendo su casa, y Yoongi no envidiaba el apoyo, simplemente sentía la falta de él.
Damien se abrochó el casco de Guardián bajo la barbilla con la determinación de alguien que va a la guerra. —Muy bien, cabrones. Vamos a ganar o a morir. Yo compro los tragos si ganamos.
—¡Sí!
Izzy y Alwyn, animando, moviendo sus escobas en el aire, las únicas adiciones nuevas después de que Derek Molesey se fue para concentrarse en los E.X.T.A.S.I.S. El equipo de Quidditch de Slytherin, desaliñado, pero todavía juntos a pesar de todo.
—¡Y aquí están, caminando hasta la cancha, el equipo de quidditch de slytherin!
Aquellos nerds, también. Namjoon y Seokjin sentados mientras discutían en la cabina de comentaristas, con el profesor Malfoy entre ellos con un aspecto tan estresado que parecía que había pasado por algún lado de zona crepuscular de zen mientras sus estudiantes se asesinaban luchando por el control del megáfono.
—¡Y desde el otro lado, los Ravenclaw!
Un mar de gritos y alientos. Cuando Yoongi forzó su mirada en la tribuna de Ravenclaw, imaginó que veía a Jungkook, aunque no podía, no en aquel mar de azul y bronce. Miró la tribuna de Slytherin y vio al pequeño Max Hastings gritando, moviendo su bandera, adornado en verde y plateado, con su cara completamente escondida en su bufanda.
—Buena suerte—dijo Damien, dando palmaditas en el hombro de Yoongi.
—Buena suerte.
Cuando el silbato para iniciar el partido sonó, Yoongi voló inmediatamente hasta el circulo de la arena, justo como en el primer partido en el que jugó. No podía ver a Sadie. Se dio cuenta de que no le importaba; que hiciera lo que quisiera. Podía atrapar la Snitch. Tenía que atrapar la Snitch.
La táctica de Sadie siempre fue involucrarse en la acción, distraer a la audiencia ellos mismos de la meta principal. Yoongi se forzó a sí mismo a quitarle la mirada a ella y enfocarla en el cielo. Seguían estando en desventaja, los Slytherin, y anoche Damien admitió que su mejor opción para ganar sería atrapar la Snitch lo más pronto posible, antes de que los cazadores de Ravenclaw tuvieran tiempo de anotar goles.
—¡Y de buenas a primeras es Isobel Way de Slytherin en posesión, una nueva adición al equipo! —dijo Namjoon—¡Y mírenla!
Yoongi observó a Izzy volar, deslizándose a través del estadio, Alwyn flanqueándola de cerca y por debajo. Un Ravenclaw se movió para bloquear y una bludger voló sobre su camino; pasó a Alwyn y esquivó la bludger, y Alwyn lanzó limpiamente el balón por el aro central.
—¡Slytherin anota! ¡Santa mierda!
El lamento del profesor Malfoy se escuchó en todo el estadio.
Yoongi alentó para sí mismo, demasiado alto como para que alguien lo escuchara. Abajo, Izzy y Alwyn chocaron las cinco; en la tribuna el pequeño Max Hastings estaba gritando hasta quedarse afónico, a un lado de Gerry, quien estaba disfrazado de mala forma con una túnica antigua de Damien mientras movía un peluche de serpiente en el aire.
Resultó ser exactamente la motivación que necesitaban. Reacios a ser superados por los más jóvenes, Edie-Maude anotó dos veces seguidas y Samantha y Jimin eran una fuerza imparable, bloqueando a los Ravenclaw al menos tres veces cuando parecía que los cazadores iban a anotar. Después de media hora, el puntaje era de 50-20 en favor de los Slytherin, pero Yoongi todavía no podía ver rastro alguno de la snitch.
—Debo decir, los Slytherin nos están ganando pro completo aquí-
—Seokjin Kim-
—Señor, ese no fue una declaración imparcial, puedo ver desde aquí como celebra-
Yoongi vio a Sadie abajo, volando entre los jugadores como una especie de elegante libélula azul, con sus dos trenzas rubias sobre sus hombros. Tenía lazos azules y bronces amarrándolas, y brillaban en la luz de sol. Quizás sintió su mirada sobre ella, porque miró hacia arriba y le sonrió de medio lado y Yoongi miró hacia otro lado, inquieto.
Tenía que ayudarlos a ganar. Nunca descansaría de las burlas de Sadie o Chester o cualquiera de ellos si perdían por culpa de Yoongi.
—¡Slytherin anota de nuevo! ¡Joder, estos chicos cazadores lo están haciendo de maravilla!
Abajo en la cancha, Damien dio vueltas alrededor de los aros para celebrar, una mancha de verde y plateado en su escoba.
Pero Yoongi no podía ver ningún rastro de aquella pelotita dorada, en ningún lado.
Y
Entonces
La
Vio
Un destello de dorado que se cernía cerca de la tribuna de Hufflepuff, y su cuerpo reaccionó incluso antes que su mente lo hiciera, llevando el mango de su escoba hacia abajo en una zambullida tan elegante y rápida como si fuera una golondrina de esmeralda dirigiéndose en picado hacia la tierra. Seokjin gritó algo a través del megáfono, pero Yoongi no tenía la energía para escucharlo. La snitch estaba ahí, de verdad lo estaba.
Sadie voló para encontrarlo, y la snitch cambió de dirección.
—Los buscadores están a la par-
Yoongi enterró sus dientes en su labio inferior-
Sadie se deslizó hacia arriba de él y fue como el año pasado de nuevo, Chester y el partido contra Gryffindor, y la snitch estaba frente a una fila de Ravenclaws impactados y silenciosos, sus banderas colgando sin fuerza de sus puños.
El mundo se detuvo.
Yoongi estiró su mano para alcanzar la snitch, la cual bailaba justo frente la cara asombrada de Jungkook Jeon, apenas visible bajo su bufanda azul que envolvió en su cuello.
—Es mejor que vengas a la fiesta más tarde—logró decir, antes de envolver sus dedos fuertemente alrededor de la pequeña cosa dorada y gritó cuando Sadie chocó con él.
—¡Y en un final impresionante, la buscadora Sadie McDemot envió al buscador Yoongi Min a la enfermería!
Con la mano que podía sentir, Yoongi apoyó su cabeza en el césped y levantó dos dedos en saludo en vaga dirección hacia la cabina y Namjoon comenzó a reírse.
Al final, O'Shannon lo diagnosticó con un par de dedos rotos, lo cual no era lo suficientemente severo como para arreglarlos con magia, así que los entablillaron y luego lo mandaron fuera de la enfermería. Gerry estaba esperando en la Sala Común, con Namjoon, Jin y Hoseok, pero sin Jungkook.
—¿Puedo firmar tu yeso?
—Es una maldita venda, idiota.
Namjoon suspiró.
Tuvieron una fiesta y Yoongi bebió hasta sentirse enfermo. Cuando miró los retratos en las paredes vio al antiguo profesor en su túnica con su cabello negro y largo mirándolo. —No soy un mensajero—dijo el cuadro.
Le tomó un momento para procesar las palabras a través del mareo en la cabeza de Yoongi. —Sí sé eso—dijo, parpadeando—. Oye, ¿no sabes que ganamos? ¡Vencí a Sadie!
—Muy bien hecho—dijo secamente la pintura—. En mis tiempos incluso para el profesor Malfoy era difícil vencer a ese equipo. Pero recibí un mensaje, aunque le dije que no estoy aquí para eso. Tu amigo quiero verte en el séptimo piso, a un lado de esa horrible pintura del troll bailando balé.
—¿La sala de menesteres?
—Asumo que sí.
Yoongi se dio la vuelta para excusarse y se encontró con que casi toda la casa de Slytherin -y algunos visitantes- estaban desmayados en diversos estados. Alwyn e Izzy estaban durmiendo junto a la chimenea y Damien estaba tirado en su pijama con los labios entreabiertos. Incluso Gerry estaba dormido, entre botellas vacías del mejor whisky irlandés que se puede comprar con un sueldo de aprendiz; y Edie-Maude y Samantha estaban bebiendo vodka en copas de vino y animándose cada vez que tenían que parar para toser.
Así que nadie lo extrañaría.
Yoongi le agradeció entre dientes al cuadro y salió a trompicones de la Sala Común, lanzándose a sí mismo un rápido conjuro de sobriedad que funcionó casi todo el camino. Subió las escaleras, demasiado tarde para que los estudiantes respetuosos de la ley estuvieran fuera de sus camas.
Y de un lado a otro contra la pared, tres veces.
—Quiero estar donde está Jungkook, quiero estar donde está Jungkook, quiero estar donde está Jungkook—repitió, y atravesó la puerta tan pronto como apareció, de vuelta en aquella habitación hogareña que encontraron la última vez.
Y vio a Jungkook, estirado boca abajo en medio de la carpeta.
Yoongi, curioso, lo empujó con su pie. —No viniste a nuestra fiesta. Incluso vino Gerry. Y, además, había trago gratis.
—Soy demasiado joven para beber—dijo Jungkook, amortiguado por tener su cara contra la alfombra.
—Nunca detuvo a nadie antes. ¿Qué pasa? —la poca cantidad de alcohol que quedaba en el sistema de Yoongi se fue un poco y no se sintió raro acostarse a un lado de Jungkook y pasar un brazo alrededor de sus hombros—Lo de antes no fue raro, ¿cierto?
Jungkook no dijo nada.
—¿No yo?
Jungkook no dijo nada.
—Uh...aw, mierda—dijo Yoongi. —¿Te atrapó Sadie?
Jungkook dijo algo en la alfombra que bien podía ser la odio por qué tiene que ser tan mala o la odio porque tiene una hamaca. Yoongi ponía su dinero en la primera opción, especialmente cuando vio la cara de Jungkook cuando se dio vuela; sus mejillas estaban manchadas y sus ojos estaban tristes, como un cachorro desolado. —Me dijo que solamente eras mi amigo para molestarla.
Yoongi sintió como algo se apretó dentro de él, de forma horrible e incómoda—. No es verdad.
—Lo sé. ¿Pero por qué los demás no?
—Porque soy una serpiente bastarda malvada—dijo fríamente Yoongi, llevando sus rodillas hasta su pecho y poniendo sus dedos rotos entre ellas—. Simplemente...dile que se vaya a la mierda, supongo. O dime a mi que me vaya a la mierda. La ves más a ella, de todas formas, es la prefecta.
Jungkook no dijo nada en respuesta. Los dos se sentaron en los puf y Jungkook sacó un libro de la estantería. El caballo y el muchacho. Yoongi se encontró a sí mismo durmiéndose gracias a la voz de Jungkook mientras leía sobre Shasta, quien, maltratado y abusado, encontró a Aravis y viajó a una nueva tierra donde a nadie le importaba de donde venía y nadie le hacia daño y nadie pensaba que no era bueno.
(Yoongi pensó que había una mano en su cabello. No lo sabía. Estaba cálido y cómodo, y su mano no dolía y le ganaron a Ravenclaw y Jungkook estaba aquí, y no con Sadie, y eso era mucho más de lo que Yoongi tenía derecho de pedir.)
*
*
*
Adivinación era, como Hoseok lo mencionó a comienzo del año, la última cosa el viernes por la tarde. En invierno había sido frío, en primavera sofocante, pero ahora estaba más cerca a la pascua y la profesora Bloom los dejaba abrir las ventanas.
Estaba resultando ser, hasta el momento, una clase muy fácil de tener éxito. Yoongi y Namjoon se sentaban al final, bebían té y dibujaban profecías con los restos que veían en las hojas de té, como darles forma a las nubes, pero con una recompensa al final. Bloom era una profesora decente, aparentemente mucho mejor que la última profesora de adivinación. Era escocesa y tenía cabello negro largo y pequeñas gafas que se balanceaban en su nariz, y un gato que Yoongi pensó era una bufanda hasta febrero.
—Hoy nos moveremos a algo más, —dijo—más, más. ¿Quién me puede decir el propósito de las hojas de té?
—Para hacer una taza de té—le susurró Yoongi a Namjoon.
—Eso es correcto—dijo Bloom, apuntándolo y guiñando bajo un flequillo de pelo negro. —Sin embargo, hay otro propósito. ¿Alguien con un poco más de espíritu educativo que Min podría decirme?
—Para predicciones—dijo confiadamente Amanda Reily. Era vegana y tenía una insignia de P.E.D.D.O en su túnica y prácticamente adoraba el piso en que Bloom caminaba.
Bloom sonrió e incluso aunque el día era uno caluroso y no había nada ni remotamente misteriosos acerca de ello, por un segundo Yoongi sintió un escalofrío en su espalda. —Por supuesto que no. Las hojas de té son un placebo. Fácilmente podría mirar los restos de tu cena y predecirlos como con tus hojas de té. Son una forma de ver quiénes confían en las imágenes que ven en el libro de texto y quiénes pueden ver la verdad para la que las hojas son una muleta.
Lo que sonaba tonto. Yoongi simplemente había estado escribiendo estupideces todo el año. A veces, él y Namjoon usaban el libro, pero la mayormente del tiempo no. Tenían competencias para ver quién podía decir la cosa más estúpida.
—Todos ustedes, ahora—dijo Bloom—. Háganse una taza de té, pero por favor no usen el libro.
Con vacilación, Amanda levantó su mano. —¿Profesora? ¿Es una prueba?
Bloom le sonrió y luego sus ojos se desviaron a Yoongi. —La mayoría de las cosas lo son.
*
*
*
La primavera se transformó en verano casi de la misma forma. Yoongi iba a las prácticas de Quidditch y cuando tenía tiempo libre se encontraba yendo siete pisos arriba, levantando el dedo de en medio a Barnabas y sus troles bailarines y caminando de un lado a otro tres veces para luego entrar a la sala de menesteres.
La mayoría de las veces, Jungkook estaba ahí, y si no lo estaba, usualmente aparecía. Jugaban Gobstones y Jungkook le enseñó a jugar a Yoongi algunos juegos muggles y leían libros.
(Leían libros: si era tarde en la noche, Jungkook tomaba el libro de Narnia en el que estaban del estante y lo leía en voz alta hasta que Yoongi se dormía. Había descansado mucho mejor estos días, incluso si pasaba solo la mitad en su propia cama.)
(Ahora mismo, habían comenzado El príncipe Caspian. Hasta el momento, El león, la bruja y el ropero era su favorito, pero Yoongi pensaba que siempre tendría espacio para El caballo y el muchacho.)
—¿Qué es Monopoly?
La boca de Jungkook se abrió y agua escapó de su boca. —De ninguna manera. ¿Hablas en serio? ¿De verdad?
Yoongi empujó la caja con su pie. —¿Qué parte de "fui criado por magos y solamente me permitían jugar con mis amigos muggles a veces" no entendiste? Por supuesto que hablo en serio. ¿Qué es Monopoly?
—Compras cosas y termina matrimonios—dijo seriamente Jungkook, abriendo el juego y sacando las partes del juego para ponerlas a un lado de los pufs y la comida sana que la habitación seguía dándoles de la nada. —¿Ves esto?
—Es Londres—dijo Yoongi—. Con...una plancha y... ¿es eso una bota?
—Siempre soy la bota. Puedes ser la plancha.
—Oh, sí, genial. Gracias.
Jungkook le dedicó una sonrisa descarada y le entregó la pequeña plancha metálica. —¿No te sientes uno con la plancha, huh? ¿No es genial? Así eres tú como persona, así que cállate y escucha cómo te digo cómo jugar.
—Sí señor—dijo Yoongi, y chocó su planchita con la bota de Jungkook.
—...y luego doscientas libras cada vez que pasas, bien, y si consigues suficiente dinero consigues poner una casita verde, y si consigues cuatro casas verdes consigues un hotel rojo-
—Esto es una inmobiliaria—dijo Yoongi, parpadeando, recostándose en uno de los pufs más blandos. La habitación se encogía cuando jugaban; era pequeña y acogedora, y siempre se sentía como si estuviesen en su propio mundo cuando estaba aquí; el y Jungkook, sentados, jugando como si no tuvieran nada mejor que hacer. Quizás no lo tenían.
—Seré el banquero.
—¿Ves? ¡Es una inmobiliaria!
Jungkook obtuvo once al tirar los dados y el juego comenzó.
—¿Por qué quieres tanto Mayfair? ¿No es ahí donde se reúnen los banqueros de Londres? —Yoongi jadeó dramáticamente. —Te estás transformando. Oh, dios, ya no te puedo salvar.
—No seas un idiota—Jungkook lo golpeó con uno de los hoteles de plástico pequeños—. Quieres los morados porque son más caros, así que si aterrizas en ellos tienes que darme cincuenta libras, y si hay hoteles ahí estás jodido.
—Quiero estas pequeñas cositas cafés—Yoongi tocó las propiedades a un lado del cuadrado de COMENZAR—. ¿Cuánto cuestan?
—No tanto como los azules.
—Lo pensé.
Jungkook lo miró con recelo, sosteniendo una carta de suerte. —¿Qué se supone que significa eso?
—Nada.
—Está bien. Gané un concurso de belleza, así que dame diez libras.
El Monopoly los entretuvo dos horas y media, casi la una de la madrugada, y para entonces Yoongi ya estaba acurrucado alrededor de uno de los pufs con su cabeza en el muslo de Jungkook, contando sus centavos y diciendo "oye, tengo que comenzar a contar de nuevo", en una voz somnolienta llena de cansancio. Jungkook comenzó a acariciar su cabello de vez en cuando y se sentía bien.
—Recibes doscientas libras.
—Genial.
Las cosas electrónicas todavía no estaban permitidas en Hogwarts, así que no podían reproducir CDs o algo por el estilo, pero de vez en cuando un gramófono aparecía en antigua mesa y una pila de discos en fundas de papel descoloridas. A la mitad de su juego de Monopoly, Jungkook tomó un disco de Les Miserables, por alguna maldita razón, y ahora Yoongi estaba tan cansado que todo se estaba mezclando. Cada vez que Jungkook abría su boca parecía que estuviera cantando alguna canción fúnebre acerca de una prostituta Parisina, y el surrealismo se arremolinó en un charco de sonidos y papelitos que cambiaban de mano en un ciclo interminable.
—Estás cansado—dijo Jungkook—. Acabo de dejarte en banca rota.
—Llama a los malditos agentes judiciales—dijo somnoliento Yoongi en la pierna de Jungkoook—. Por supuesto que estoy cansado. Siempre estoy cansado. Soy como el maldito Hulk, pero en vez de golpear desgraciados me desmayo en el supermercado Tesco.
—¿Vas a Tesco?
—Todos van a Tesco.
—Mmm—Jungkook tiró el cabello de Yoongi—. ¿La reina?
—Va a Tesco.
—¿David Beckham?
—Él va a Sainsburys.
Jungkook se rio suavemente. —Deberíamos ir a dormir.
—Cambia el disco—Yoongi se estiró y sintió sus rodillas y tobillos sonar con la presión. —. Mierda, ¿qué hora es? Estoy triste.
—Una de la madrugada. Vamos.
—Mmh. Está bien.
El tablero de Monopoly fue tirado cuando Yoongi se levantó, balanceándose hacia atrás y adelante al ritmo de la música suave, con las manos de Jungkook en su codo. La sala de menesteres obligatoriamente les reveló la puerta, a un lado de los estantes, y el gramófono giraba casi silenciosamente. Nunca tenían que ordenar nada aquí, aunque la mayoría de las veces lo hacían. Yoongi sentía que, si eran amables con la sala, la sala sería más amables con ellos.
Estaba cansado, sin embargo. El Monopoly seguramente podía esperar a que volvieran.
—¿Jungkook?
—Mm—dijo Jungkook, más silencioso ahora que estaban fuera de la sala y en el pasillo. Desde el cuadro de los trolls bailarines, el antiguo profesor los miraba. —Sí, ¿qué pasa?
Yoongi suspiró. —¿Sadie te molesta mucho?
—Me importa una mierda Sadie.
—No me interesa si te importa una mierda—dijo Yoongi, agachándose en el pequeño arco donde Jungkook había sanado su nariz rota el año pasado—. Me interesa si Sadie te molesta,
Jungkook se encogió de hombros. —Molesta a todos.
—Me molesta a mí, a Jimin y a Edie-Maude y a personas. Y podemos sobrellevarlo porque tenemos nuestra casa—Yoongi rozó sus nudillos en el hombro de Jungkook—. Si te molesta por mi culpa-
—La vida no es color de rosa—dijo secamente Jungkook—. Déjame lidiar con ello si tengo que hacerlo. No es tu culpa que Sadie sea una perra.
—Es mi culpa si te molesta porque eres mi amigo.
Por alguna razón, fue un error decir eso. El rostro de Jungkook se cerró y oscureció y soltó el codo de Yoongi. —Me voy a la cama—dijo—. Tú también deberías. Te veo mañana.
—Está bien—dijo suavemente Yoongi.
(Y luego, al cuadro: —¿Qué hice?)
*
*
*
Justo antes de las vacaciones de Pascua, en la última tarde de un viernes del semestre, la profesora Bloom se paró frente a la clase con sus manos tomadas frente a ella. —Hoy haremos algo un poquito diferente—dijo—. Van a hacer una taza de té-
Quejidos generales. Namjoon golpeó su cabeza teatralmente contra su libro.
—...y voy a tomar todas las tazas y les daré una al azar. Irán hacia esa persona y les dirán su futuro.
—¿Así que nos dará su taza y su nombre? —preguntó Amanda Reilly.
Bloom sonrió angelicalmente. —¿Por qué haría eso? Hay tanto por leer en el aire como lo hay en las hojas de té.
Yoongi caminó hasta la tetera con el resto de la clase, murmurando junto a los demás lo injusto que era introducir un nuevo tema el último día del semestre. Diablos, antes de que Bloom entrara a la clase todos habían estado hablando de lo mucho que dormirían en el descanso, y Sara Jennings iba a ir a un crucero en malta, a lo que todos habían reaccionado de forma alegre. Yoongi no tenía la energía para esforzarse, especialmente en una materia tan estúpida como esta.
—La taza, Min—Bloom estiró su mano—. Vamos, apresúrate.
—Todavía está hirviendo—gruñó, pero se la pasó tan rápido como pudo y le entregó la taza con el mango por delante. —Hey, Joon, dame la tuya también.
Les tomó casi toda la clase beberse el té, pero a Bloom no pareció importarle. Conversó serenamente con los de cuarto año, aunque su vista se posó en Yoongi más de una vez. Le habló a Amanda por casi diez minutos antes de seguir y Amanda se veía un poco engreída, como si hubiera sido ascendida. Una futura profesora de adivinación en proceso adivinó Yoongi.
—Gracias—dijo Bloom mientras recibía la última taza—. Sé que todos están ansiosos por tomar el tren lo más temprano posible, así que haré esta parte rápida.
Todas las tazas de té en su infierno de colores pasteles se veían iguales. Y si era sincero, Yoongi no le estaba prestando mucha atención a la taza que le entregaron finalmente. Era la misma que todas las tazas de té que tomó en esta clase, una vez a la semana, los viernes por la tarde, durante dos horas de incienso y tratando de no reírse a carcajadas por los dibujos humorísticos de Namjoon. Siempre lo mismo, hojas de té en una forma vagamente legible con el borde de la taza un poco astillado. Hojas de té que quedan para ser derramadas.
Namjoon sacudió la suya, perplejo. —Me siento tonto—susurró.
Yoongi asintió.
(También se sentía...raro. Estuvo despierto hasta tarde, anoche, y Jungkook no fue a hablar con el a la hora del desayuno aquella mañana; si lo saludó desde su mana, sin embargo, lo que era algo.)
—Encuentren a la persona con su futuro en la t—leazas dijo Bloom.
Yoongi miró las hojas con desesperación. Vamos, dame algo. Vamos. Cualquier cosa.
Tocó un hombro al azar entre la multitud y Amanda Reilly se dio la vuelta, sorprendida. —¿Yoongi? ¿Ya lo descubriste?
—Tienes un hermano—dijo tan seguro como pudo.
—Yo- sí—dijo, con la voz llena de sospecha, con su taza colgando en su mano. —¿De verdad es mi taza? Tienes que intentarlo, Yoongi-
—Tú hermano tiene qué, ¿siete años?
Amanda suspiró. —Le preguntaste a Namjoon, ¿no es así?
—Por supuesto que no. Escucha, no sé si esto está bien, pero tú hermano- deberías decirle que vaya a un hospital muggle para que le revisen su pierna, ¿está bien? —y Yoongi no sabía de dónde salió eso. Parecía demasiado directo como para que lo imaginara en ese mismo momento, y muy ofensivo si consideraba que simplemente estaba improvisando, pero-
—No sabes nada—dijo Amanda. —. Dios, ¿qué estás haciendo en esta clase?
—Su nombre es Peter—dijo Yoongi, de pronto y de manera inexplicable tuvo la urgencia de ser tomado en serio por Amanda. —Y deberías, no sé, al menos sugerírselo.
Ella levantó una ceja. —Lo haré. Solo para mostrarle lo mierda que eres en Adivinación.
—¿Qué mierda fue eso? —le preguntó Namjoon a su lado, cuando Amanda se fue. —Usualmente no te comportan como un imbécil, amigo.
—No lo sé—dijo Yoongi—. Solo algo, supongo. Me deshice de mi taza, al menos; me voy a sentar.
—Está bien.
Yoongi se sentó en la silla más cercana para poder considerar apropiadamente como arreglarse con Jungkook. Estaba pensando en darle pastel y otra partida de Gobstones donde Jungkook lo venza al menos dos veces. O un abrazo. Quizás un abrazo fuera mejor. O ambas. En realidad, no podía recordar qué dijo ayer, pero estaba casi seguro en un cien porciento que fue algo malo, ya que Jungkook era la persona más agradable que pudiera existir en la tierra.
O algo así.
O algo así.
—Min.
Yoongi miró hacia los ojos de la profesora Bloom. —Ya entregué mi taza, profesora. —dijo.
—Te vi—Bloom se sentó suavemente en la silla opuesta a la de él. —. El hermano de Amanda, ¿cierto?
Un sofocón se arrastró por el cuello de Yoongi, porque no había forma de que alguien como Bloom no supiera que estaba diciendo estupideces. —Uh, ¿sí?
—Tengo tú taza.
—Oh. Genial.
Bloom se la mostró y luego la dejó en la mesa y llevó su mirada hacia arriba, hasta el techo de piedra con telarañas. Era plomo, en comparación con la explosión de rosado en la habitación; un recordatorio de no importaba lo mucho que se pareciera a un calabozo de una abuela, seguía siendo parte de Hogwarts. —Tú taza es muy interesante.
Yoongi intentó mantener una expresión que indicara que le importaba el tema en su cara.
—¿Estás interesado en los riesgos, Min?
Cierto. Genial. Más adivinación. —Me temo que no, profesora—dijo, e intentó no sonar muy sarcástico.
—Eres el buscador de Slytherin.
—Solo porque nadie más quería hacerlo.
—Por supuesto—Bloom dio golpecitos a la mesa con su dedo—. Bueno, la adivinación siempre es una materia muy quisquillosa y difícil de ser precioso en ella. No me andaré con rodeos, tu futuro dice que el gran riesgo que tomes valdrá la pena, y que el hombre mirándote a ti no es el mismo que miras tú, aunque seré sincera y diré que no miré mucho más acerca de eso. El romance estudiantil no es mi taza de té.
Yoongi se rio por deber.
—Riesgos, hombres...—Bloom se alzó de hombros—. Y un recordatorio, aunque fue difícil de ver. Me gustaría decir que te estaba diciendo que mantengas tu cabeza en alto, considerando tú...casa, pero también podría ser perseverar. Al final, lo entenderás.
—Gracias—dijo Yoongi de la manera más sincera que pudo lograr.
Bloom le dio palmaditas en el hombro. —Puede que no creas en ti mismo, pero tienes un talento real para la adivinación—dijo—. Sería una pena verlo desperdiciado. ¿Te veré el próximo año o no te has decidido?
—Probablemente me vea—dijo—. Yo- sí. Lo disfruto.
—Bien. No muchas personas lo hacen.
Mientras la clase se retiraba, Bloom lo llamó hasta su escritorio. Yoongi se despidió de Namjoon, porque Namjoon quería tener buenos asientos en el tren al igual que todos los demás. Al igual que Yoongi. (Maldita Bloom, en serio.)
—Te daré esto—le dijo—. En preparación para el nuevo semestre.
Un paquete de papel. —Gracias—dijo, y luego se movió, incómodo. —Uh, ¿qué es esto?
—Una ayuda, eso es todo. Todo en la adivinación es una ayuda—su collar de plástico sonaba al chocar y se veía muy pequeña en su silla—Ve. Si corres, todavía puedes encontrar un asiento al lado del chico de Ravenclaw. Te está guardando uno.
Y cuando Yoongi bajó las escaleras hasta el expreso de Hogwarts, se dio cuenta de que Jungkook lo hizo.
*
*
*
Querido Yoongi,
Namjoon me dio tu dirección, espero que no te importe. Le dije a mi hermano sobre lo que dijiste en clase y fuimos a San Mungo. Verás, Peter tiene una cojera desde que era pequeño y acaban de darle un bastón mejor.
Ya le compramos uno por si acaso
Y hay un hospital muggle cerca de San Mungo así que fuimos allí y recibió una hora para tener terapia física lo que suena a mierda de muggles pero realmente funciona y Peter dijo que su pierna ya no duele tanto
Así que gracias, supongo?
Gracias por parte de Peter, también
Amanda Reilly
Lo cual fue raro. E inesperado.
Querido Yoongi,
Buen trabajo buscando
T veo en mi casa este verano
Por siempre tuyo, Gerry, el único y verdadero capitán
Lo que no fue raro y muy esperado y se fue hacía la página del álbum que Yoongi llamó momentos estúpidos de Gerry. (Esto estaba a un lado de momentos estúpidos de hoseok, otra página que se estaba llenando.)
Yoongi,
Mi mamá dice que hará pudin si vienes a mi casa la próxima semana. Ah, y creo que Namjoon intentó mandarme una carta pq encontré a Friedrich afuera de mi ventana pero se desmayó de nuevo
Firmada por el Mejor Chico del Monopoly, Jungkook
A lo cual Yoongi sonrió y guardó en una página al final del álbum que tenía como título simplemente Jungkook.
*
*
*
El paquete de Bloom resultaron ser cartas de tarot y Yoongi pasó casi todo el descanso intentando aprender cómo se llamaban. Las cartas estaban un poco usadas y dobladas, y demasiado pegadas y reparadas y olían a librería.
Yoongi simplemente usó su descanso para hacer eso, con un breve viaje a Irlanda para pasar el rato en la casa de Gerry y un paseo en Londres para visitar a Jungkook.
Un buen descanso, en general.
*
* *
—¿A dónde vas?
Damien estaba sentado en la cama, con el cuello de su camisa caída hacia un lado así que estaba apretada alrededor de su garganta y se caía por su hombro. No había cortado su cabello este año. Ahora, entrando en mayo, había comenzado a crecer y a rizarse dramáticamente, lo que lo hacía ver más misterioso. (Pero Yoongi sabía que roncaba, así que, ningún misterio.)
—A ningún lado—dijo Yoongi, con la mano en la puerta, listo para ir a la sala de menesteres. —¿Por qué?
—Estoy comenzando a pensar que mi capitanía de Quidditch te está inquietando. Ya casi no duermes aquí—la voz de Damien sonaba ligera, pero había una corriente de verdadera preocupación allí.
—Simplemente...—Yoongi se alzó de hombros. La sala de menesteres era suya, suya y de Jungkook. —. Simplemente iré a hablar con Jungkook.
Damien lo vio irse.
Y la siguiente práctica de Quidditch fue el domingo en la mañana, a las cinco, cuando el amanecer apenas comenzaba a aparecer en el cielo. —Los Gryffindor tendrán la cancha a las ocho—gritó Damien en los vestuarios—¡Así que a trabajar! El último partido del año es contra los Hufflepuff, recuerden. Edie-Maude, llévate a Izzy y a Alwyn un rato, yo quiero intentar cosas con Sam y Jimin...
Yoongi apretó sus cordones y se ató la túnica de Quidditch más firmemente alrededor de su cuello y jugó Quidditch del bueno por dos horas y media, animado por Max Hastings, todavía en pijama y con la capa de Alwyn alrededor de sus hombros para calentarse en el aire húmedo.
—Oye—dijo Damien, deslizándose a su lado cuando se detuvieron por un momento—Yo... ¿puedes quedarte en los vestuarios?
—Sí, claro.
Se estaban volviendo muy, muy buenos. Yoongi sabía que Damien recibía cartas especiales de Quidditch de Gerry, además de las que envía a toda la casa, y Slytherin había estado entrenando más duro este año que el anterior. Yoongi no es de los que se hacían ilusiones, pero creía, realmente creía, que podrían hacerlo.
Tal vez.
Todo lo que tenían que hacer era jugar contra Hufflepuff y esperar que Gryffindor perdiera el último partido de la temporada y tendrían una oportunidad.
Tal vez.
(Por favor.)
Izzy, Alwyn y Jimin jugaban al pilla-pilla por el estadio, gritando cada vez que uno de ellos agarraba al otro y Samantha intentaba hacer malabares, procurando que ninguna quaffle le entrara a su ojo. Max bajó corriendo de las gradas para unirse a ellos y no había nada mejor que la diversión pura y dura que consiguen con sus juegos, aunque fuera al amanecer, cuando estaban casi demasiado cansados para ducharse.
Cuando Yoongi salió de la ducha secándose el pelo con los pantalones del colegio puestos y la camisa desabrochada, Damien estaba esperando en el vestuario principal, con la corbata colgando del cuello y se arreglaba el cinturón. —Hola.
—Hola. ¿qué pasa?
—¿Por qué te juntas con ese chico de Ravenclaw a las tres de la madrugada?
Yoongi se alzó de hombros, un poco irritado, si era honesto. Esto era como la pascua del año pasado, con Namjoon y Seokjin. —¿Por qué no? Sadie lo molesta, así que nos juntamos cuando ella no nos puede molestar.
—Es lo que Sadie y Chester y los de su clase hacen—dijo Damien, sus dedos largos amarraban su corbata de forma desordenada—. Qué, ¿está avergonzado de ti?
—Fue mi idea, de hecho—Yoongi dijo más brusco de lo que pretendía. A veces Chester levantaba su mano en los pasillos y Yoongi se estremecía, y entonces Chester chocaba los cinco con sus amigos y todo su grupo estallaba en carcajadas y Yoongi se escabullía con lagrimas en sus ojos y no quería eso para Jungkook. Chester, Sadie...eran malas noticias.
—Tú idea.
—Sí—Yoongi comenzó a abotonarse su camisa y Damien se puso de pie, unos centímetros más altos que Yoongi, incluso más pronunciado ahora que estaba tan cerca—. Damien, es un niño. No quiero joder con eso.
—Sí, pero- podrías volver a la habitación, es todo lo que digo—Damien tiró de la camisa de Yoongi, enroscando sus dedos en la tela—. La abotonaste mal, estúpido.
—Jódete.
Damien tocó el botón mal abotonado, viendo como Yoongi lo desabotonaba y lo ponía en el lugar correcto. —¿Te irás esta noche?
Y algo en su cara hizo que Yoongi dijera que no.
(Él y Jungkook se encontraban en la biblioteca para hacer tareas juntos -debían estudiar para fin de año- y Chester les lanzó escupitajos y Jungkook simplemente sonrió y Yoongi sabía que solo estaba poniendo una cara valiente y eso dolía.)
Damien seguía mirándolo. Estaban estudiando en la biblioteca, Yoongi, Damien, Samantha y Jimin, y Damien seguía mirando la muñeca de Yoongi y Yoongi se sentía quisquilloso con su mirada. Los exámenes eran la próxima semana y estaba preparado para todos ellos, incluso adivinación, y tenía el presentimiento de que Bloom lo haría pasar de todas formas por su intuición o lo que sea, así que estaba escribiéndole una carta a Gerry.
Y Damien lo estaba mirando.
Gerry
El equipo lo está haciendo bien. Damien disfruta mucho ser el capitán
—Puede leer desde aquí—dijo Damien—. Jódete.
—Damien disfruta ser capitán demasiado—Yoongi amenazó con incluir la palabra, la punta de su pluma contra el pergamino—¿Qué se supone que debo decir?
—Dile que Izzy está dejando que su cabello crezca—dijo Samantha.
Jimin lo pateó por debajo de la mesa. —Dile que lo extrañamos.
Yoongi escribió diligentemente ambas cosas, aunque subrayó el te extrañamos y añadió una carita triste en vez de un punto. Gerry seguía enviándoles sobre lo injusto que era el chantaje emocional, así que Yoongi y el resto de la casa doblaron sus esfuerzos para hacer que Gerry llorara en el trabajo.
Y Damien lo estaba mirando.
Una bola de papel aterrizó en su mesa; Jimin la abrió, mientras Yoongi miraba sobre su hombro de donde provenía.
Maricones. Y un dibujo de alguien con un pene al lado de su cara, y la palabra Min con una flecha apuntando dicha cara.
—Gracias, Chester—Yoongi gritó sobre su hombro y luego se metió debajo de la mesa antes de que la bibliotecaria pudiera encontrarlo y decirle que se callara.
—Lo odio—susurró Damien.
—Sí, eso es genial y todo, pero él podría arruinarte—siseó Yoongi, pellizcando su pierna—. Cállate. Quizás piense que me fui.
Podía ver las piernas de Chester, sus zapatos moviéndose hacia la mesa y deteniéndose. —¿Roadfell? ¿Min se fue?
—¿Y qué si lo hizo? —dijo fríamente Damien, y bajo la mesa Yoongi agarró la fabrica de sus pantalones. —¿Cuál es tu maldito problema?
—¿Cuál es el tuyo?
Yoongi pellizcó a Damien lo más fuerte que pudo.
—Simplemente aléjate de Yoongi—interrumpió Jimin—. Nunca te hizo nada.
Yoongi no podía ver a Chester, pero podía imaginar su cara arrugándose de forma maliciosa. —Son unas malditas serpientes de todas formas. Es cosa de tiempo.
—Maldito imbécil—murmuró Samantha, pero Yoongi se mantuvo debajo de la mesa, sosteniendo la mano que Damien le tendió y deseó estar en la sala de menesteres con Jungkook.
*
*
*
Y ahí es donde estaba, cuando le llegó la noticia.
Jungkook terminó sus exámenes dos días después que Yoongi y ambos celebraron con una botella de whisky de fuego en la sala, sentados en un sofá grande y suave mientras escuchaban discos antiguos de La divina comedia y cantaban lo más fuerte posible. Yoongi estaba feliz y Jungkook estaba feliz y había un partido de Quidditch el sábado y Slytherin iba a ganar y todo era simplemente -malditamente- asombroso.
Y entonces el retrato del antiguo profesor de pociones corrió hacia La sala, dentro de la pintura que colgaba cerca de la mesa -Lucien Freud, o la reproducción de uno, con verdes y negros crudos que se encontraban con un desnudo espigado. El profesor se veía graciosísimamente fuera de lugar junto a los colchones, pero no parecía importarle. —¡Min! ¡Sal de aquí, ahora!
Jungkook soltó la mano de Yoongi. —Qué mier-
—Es- la chica Way—dijo la pintura, dándose cuenta solo ahora de la pintura a la que entró y envolvió su túnica a su alrededor. —Rápido, debes ir.
—¿Por qué? ¿Qué pasó?
—Sígueme—dijo sombríamente la pintura. Yoongi no necesitó un hechizo para estar sobrio para ponerse de pie, y Jungkook tampoco; salieron de la sala y bajaron las escaleras, y aunque eran las tres de la madrugada y Jungkook debía estar destrozado, nunca mencionó volver a la cama.
Y abajo en las mazmorras, en el pasillo, la pequeña Isobel Way estaba sosteniendo su muñeca y lloraba.
—¡Mierda!
El antiguo profesor se metió en otra pintura y Yoongi fue hasta la chica, con Jungkook a su lado. —Mierda, Izzy, Izzy, mierda, ¿qué pasó?
Los ojos de Jungkook estaban abiertos como plato, mirando la muñeca luego a Yoongi y luego a Izzy y de vuelta a su mano—C-conozco episkey-
Izzy se acurruco alrededor de la mano y simplemente lloró más fuerte y Yoongi terminó levantando su cuerpo y le dijo a Jungkook la contraseña entre dientes para poder entrar a la sala común. Eran las tres de la madrugada, así que nadie estaba despierto, pero Jungkook tocó cada puerta que pudo ver mientras Yoongi acostaba a Isobel en el sillón más largo. Samantha llegó corriendo en su bata, Damien en una camisa suelta y Max con su pijama de ositos, Edie-Maude todavía en su uniforme y Alwyn en su camisón.
—Alwyn-
—Izzy-
Yoongi atrapó al chico por su cintura antes de que pudiera abalanzarse sobre Izzy y causar más daño—. No sé qué está herido-
—Izzy, qué mier-
En ese momento, Jimin cayó, más que caminó, a través de la puerta de la Sala Común. Su pómulo estaba morado y sus ojos llenos de furia. —El maldito Chester Whitehall estuvo aquí—dijo, y estaba tan enojado que su voz eran lágrimas burbujeantes—Maldito, maldito Chester, intenté perseguirlo y dijo que me acusaría por estar fuera de la cama y entonces Sadie la maldita perra me dio una cachetada y- ¿está bien Izzy, lo está? ¿Está bien?
—Ve por tú mismo—dijo sombríamente Damien.
—¿Qué mierda pasó? —Yoongi todavía sostenía a Alwyn, aunque ahora ya no estaba peleando por moverse, sino que estaba quieto, viendo como Izzy lloraba como si nunca hubiese visto algo como eso. —Jimin, ¿tú lo viste?
—Whitehall tiró una especie de maldición—dijo Jimin, arrodillándose al lado de Izzy, desabotonando su túnica para dejarla sobre sus hombros—. Levantó su mano y la golpeó en la mucha, y me enfurecí y lo perseguí y Sadie se interpuso en mi camino y volví a mis malditos sentidos y una pintura dijo que la encontraste. Mierda. Mierdamierdamierda.
Yoongi puso su mano en el hombro de Jungkook. —Oye-
—Izzy-
Al otro lado de la chimenea, el retrato del antiguo profesor los estaba mirando desde el gran Carvaggio colgado ahí. Yoongi caminó hacia el lo más silencioso que pudo, detrás de Edie-Maude maldiciendo el cielo y Alwyn amenazando con matar a todos los que pueda pensar; Jungkook, mientras tanto, estaba arrodillado a un lado de Izzy con su varita sostenida por su mano temblorosa.
—¿Puedes ir por el profesor Malfoy? —dijo silenciosamente Yoongi. Dickens era el jefe de la casa, pero Malfoy sabría qué hacer. —¿Por favor?
Por una vez, el retrato no hizo un escándalo sobre no ser un mensajero. Asintió, mirando la escena en la Sala Común y envolvió su túnica sobre su cuerpo antes de desaparecer, dejando a Yoongi abandonado.
Cuando el profesor Malfoy entró, estaba con su ropa de dormir y pantuflas, sus pómulos brillosos y rojos y sus ojos salvajes. —¿Qué pasó? Way, ¿Way? ¿Está-? Roadfell, Min, díganme qué sucedió.
Le dijeron de la mejor forma que lograron.
—Whitehall—repitió Malfoy. —. Whitehall y...¿McDermot? ¿Sadie? ¿La Ravenclaw?
Ante el sonido del nombre de su casa, Jungkook se escondió detrás del hombro de Yoongi. Max Hastings se unió a Alwyn y se acomodó junto a Izzy en el sillón, e Izzy había dejado de llorar tan fuerte, aunque seguía apretando su muñeca, con lágrimas cayendo por sus mejillas. —Todos ellos—dijo fríamente Jimin. Todos los Slytherin, además del profesor y un Ravenclaw, estaban en la Sala Común. Todavía se sentía vac��a.
—Serán castigados—dijo Malfoy—. Way – Isobel, ¿puedes pararte? Podemos ir hasta donde O'Shannon.
Con la cara blanca, Izzy sacudió su cabeza.
—O-O'Shannon no podrá hacer nada—dijo Jungkook, con la voz débil.
—¿Qué diablos estás haciendo tú aquí, Jeon?
—Perdón, señor—Jungkook le envió una mirada de disculpa a Yoongi mientras sostenía su codo—. Yo- yo y Yoongi estábamos pasando el rato, y escuchamos- y bajamos, así que pensé que podría hacer algo-
—Arregló mi nariz el año pasado cuando Chester la rompió—dijo Yoongi.
Malfoy le dio una mirada. —No sabía que Whitehall rompió tú nariz.
—Se arregló, así que no me molesté en mencionarlo.
El profesor suspiró, sus hombros se hundieron y se veía muy muy joven y al mismo tiempo muy muy viejo. —Bueno. Jeon, ¿por qué O'Shannon no podrá hacer nada?
—Es una maldición—Jungkook sostuvo su propia mano, dejándola caer hacía adelante—¿En realidad no le hace nada a la mano? Simplemente duele mucho, es como una cosa que duele demasiado y tu mano se siente adormecida.
Malfoy frunció el ceño, pero no dudó de las palabras de Jungkook. —Aún así quiero que O 'Shannon sepa. Isobel, ven conmigo-
—Iré también—dijeron Alwyn y Max al mismo tiempo.
—No soñaría con algo diferente—les aseguró Malfoy y levantó a Izzy con alguna especie de hechizo—Vamos. Profesor, ¿puedes despertar a O'Shannon? —eso fue dirigido hasta la pintura, la que siempre estaba ayudando a Yoongi, quien asintió obedientemente y desapareció por segunda vez esa noche.
—Maldita sea—dijo Jimin cuando todos se fueron—. Dios.
Damien, con su cara pálida, se derrumbó en una silla. Nadie le sugirió a Jungkook que se moviera. Nadie sugirió ir a la cama.
*
*
*
—¿Detención? ¿Por una semana? ¡Le hizo mucho daño a Izzy!
—Lo sé—dijo tranquilamente el profesor Malfoy. Damien, Yoongi y Samantha estaban de pie en su escritorio, Damien casi vibraba por la furia. —Sugerí detención y suspensión el próximo año, pero nadie estuvo de acuerdo.
—No es justo, señor—dijo Damien.
—No, no lo es—por primera vez, Malfoy se veía enojado, realmente enojado y no por culpa de ellos. ¿En lugar de ellos, quizás? —. No es justo, pero no puedo hacer nada. O'Shannon dijo que Isobel no fue herida-
—Estaba llorando, señor-
—Lo sé—Malfoy cerró sus ojos y frotó su cien—. Lo que está hecho, está hecho. Withehall no se ganó ningún favor con sus profesores, sin embargo.
Yoongi no dijo nada. Toda la escuela parecía saber acerca de Izzy. Habían recibido muchas miradas compasivas estos días, pero nadie hizo nada realmente. Slytherin tendría que retirarse de la copa de Quidditch, porque sin Izzy tenían un cazador menos y no importaba cuánto rogaran, nadie rompería la regla de primer año para que Max jugara.
(—Harry Potter lo hizo-
—Pero tú no eres Harry Potter, Hastings.
Max entró furioso a la sala común, pateó un cojín y gritó ¡chupa un pene! Hasta que se sintió mejor.)
Fue una forma abrupta y dolorosa de terminar el año.
*
*
*
—Te veré en el verano—dijo Jungkook, abrazando a Yoongi en el abrazo más grande y cálido que había tenido en mucho tiempo—. ¿Cierto? ¿Te veré, cierto?
—Por supuesto que sí, bobo—Yoongi lo abrazó de vuelta—. Eres mi mejor amigo. ¿A quién más vería?
Estaba un poco satisfecho con el sonrojo en las mejillas de Jungkook, incluso cuando tuvieron que separarse, viendo como el tren paraba en la estación. —Eso es tonto. Eres tonto.
—Tú eres tonto.
Jungkook lo empujó. —¿Escribe?
—Escribiré tanto que tendrán que comprarme mi propia lechuza—dijo Yoongi, apretando su corazón de forma melodramática. Jungkook tuvo tiempo de reírse antes de que sus amigos de Ravenclaw se lo llevaran lejos y Yoongi fue dejado de pie con su maleta y el pecho lleno de calidez.
—¿Yoongi?
—Hey—Yoongi levantó una mano hacia Damien, subiendo al carruaje al cual Damien apuntaba. —¿Estás bien?
—Gerry me envió una carta—Damien le entregó una hoja de papel que simplemente decía QUE SE JODA CHESTER con letras gigantes escritas con un sharpie rojo.
—Bien por Gerry.
—Le envió una a Izzy, también, pero creo que sí se esforzó en escribir esa.
—Bien por Gerry—Yoongi miró por la ventana y pudo ver a Namjoon, Seokjin y Hoseok escogiendo un compartimiento para ellos. Tendría que ir hasta allí en algún momento durante el viaje.
Media hora después, Damien envolvió su dedo meñique en el pulgar de Yoongi.
Y Yoongi estaba cansado, así que lo dejó. Se sentía bien. 
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카리나는 예상치 못한 요청을 받았는데, 그로 인해 세계적인 가수를 만나 우정을 쌓을 가능성이 생겼다 #새친구 < NICE TO MEET YOU > FEBRUARY 26, 2023
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Un segundo día de concierto era menos desbordante emocionalmente que el primero; seguía siéndolo, aunque sin sobrepasar el sentimiento pletórico. A tres años de su debut, Karina estaba experimentando el comienzo de una gira masiva que comenzaba desde su propio continente y se expandiría gradualmente al europeo y americano. La última foto grupal en el centro del escenario del Jamsil Arena marcaba el punto de bienvenida a los conciertos futuros en Japón. Sonrisa grandiosa y emoción de júbilo relucían en la captura final como una despedida momentánea, pues aespa tenía un largo recorrido en cuya ruta seguiría figurando su país natal. Karina se despidió del público tomada de la mano de Giselle y Winter; con reverencia dieron paso al tránsito del escenario a los camerinos montados por el equipo. Junto a sus compañeras, se dirigió a la zona equipada con el vestuario y personal de maquillaje y luego, tras un conveniente reposo de escasos minutos, culminaron el día con una sesión de fotos junto a fans y personas conocidas. Entre ellas estaba Bini, bailarina de apoyo parte de YGX y que trabajó con muchos artistas como Somi, WINNER, BLACKPINK y aespa mismo.
La bailarina había trabajado previamente como coreógrafa para Stamp on it, y sobre todo Rina y Winter tenían un mayor recorrido de contacto con ella. Bini traía un gran abrigo color crudo que imitaba la piel de cordero y un holgado pantalón rosa, además de estar cubierta por un cubrebocas blanco. Fue así que Karina imaginó el frío que había por los alrededores propios del todavía presente invierno y del que ella fue lejana gracias al ejercicio que supuso bailar, cantar y moverse por horas en un amplio espacio. Estaba aún con el calor corporal en auge cuando la saludó y esperó el contacto visual con Bini. Ella agitó la mano y, cuando Karina se acercó abriendo los brazos para atraparla en ellos, sintió que el delgado cuerpo se relajaba.
—¿Pasaste frío, unnie? —preguntó susurrante.
Reforzó el abrazo cálido, palmeándola con suavidad por la espalda, y Bini subyugó a su cuidado. Después de un minuto, las dos se separaron y Karina pudo ver que sonreía por debajo del cubrebocas a consecuencia de las líneas alargadas que sus ojos hicieron.
—Todas las presentaciones las viví como si fueran kimchi picante, sobre todo la tuya, no te preocupes.
—¿Cómo puedes decir eso? Que vergüenza…
Bini sonrió y Karina se cubrió el creciente rubor en las mejillas con la mano. Sus palabras de agradecimiento se cohibieron, tenían mucha timidez como para salir.
—Lo hiciste muy bien, Jimin-ah —dijo concluyendo el halago, pero continuó hablando—. Por eso te tengo una sorpresa.
—¿Qué es?
—Tengo que pedir tu número para alguien que quiere conocerte, ¿me darías permiso?
—¡Unnie! ¿Quién es? ¿Por qué siento que suenas misteriosa?
—¡Adivina!
—¿Adivinar? —preguntó con duda—. ¿Cómo que adivine? Dímelo ya.
Karina estaba todavía tan cansada mentalmente que le costaba descifrar los jeroglíficos de Bini. Fijó la mirada en el suelo mientras impulsaba a sus neuronas a discernir cuál de todas las BLACKPINK era aquella quien había pedido su contacto. La mayoría de las chicas, en concreto Jennie, Rosé y Lisa parecían tener un vínculo más ligado al extranjero y, a pesar de ser Jennie quien tenía amistad con Irene, la relación más sonada en SM entertainment era entre Jisoo y Seulgi. ¿Tal vez era Jisoo?
—¿Tanto tienes que pensarlo? Jimin-ah, estoy segura que ya has dado con la respuesta, pero no te atreves a decírmela —Apuró—. Vamos, solo dilo.
—Está bien… —inspiró, y solo tras soltar le aire respondió—. Es Jisoo.
—BINGO.
—No sé por qué, pero presiento que Seulgi le ha hablado de mí.
—¿Por qué? Simplemente me ha dicho que le gustas y quiere conocerte.
—Si lo dices así parece que me estés organizando una cita a ciegas.
—Pero es broma —rio.
—Ya lo sé, unnie.
—¿Entonces? ¿me das permiso?
—¡Por supuesto! También quiero conocerla. Muero por conocerla.
Vio a Bini asentir con la cabeza, contenta y para nada sorprendida de la aceptación mutua de conocerse. A diferencia de las guerras que acaparaban los contenidos de las redes sociales entre seguidores de un grupo u otro, en realidad entre los y las idols coreanas existía un propio mundo de entendimiento. Vivían en un mismo planeta alrededor de una galaxia inmensa, muy inmensa, y por tanto la amistad o incluso las relaciones amorosas eran más coherentes en muchas ocasiones que la enemistad irracional. De aquella, esa normalidad, poco a poco se iba dejando ver con mayor abertura incluso entre las figuras de sexo opuesto. Karina, en ese instante, solo sabía que sentía impaciencia por la llamada o mensaje que podría llevar a una amistad con Jisoo. ¿Sería pronto? ¿Más rápido que caer dormida tras un día agotador?
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factoryhqs · 1 year
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¿JEON JIMIN en la tapa de la revista cosmopolitan? te estás confundiendo, quien ves ahí es THEIA RYU. es probable que recuerdes su cara por haberle cruzado en las calles de nueva york. con apenas VINTITRÉS años, esta FOTÓGRAFA proveniente de COREA DEL SUR se ha posicionado en la elite de nuestra ciudad y no tiene planeado permitir que alguien le destierre. continúa leyendo si te interesa descubrir más sobre la figura del mes.
¡Te damos una cálida bienvenida, PIKA! Tienes VEINTICUATRO (24) HORAS para enviar la cuenta de tu personaje. De precisar más tiempo, no dudes en acercarte. ¡Gracias!
fuera del personaje —
NOMBRE: pika
PRONOMBRES PREFERIDOS: femeninos
EDAD: -21 / +21
ZONA HORARIA: gmt -3
TRIGGERS: maltrato animal y cualquier tipo de abuso.
¿en caso de unfollow, estás de acuerdo que tu personaje continúe siendo utilizado por la administración como pnj?: sí / no.
dentro del personaje —
NOMBRE COMPLETO: theia ryu
PRONOMBRES PREFERIDOS: femeninos
FECHA DE NACIMIENTO Y EDAD: 24 de febrero de 2000, veintitrés años
NACIONALIDAD: coreana-estadounidense
OCUPACIÓN: fotógrafa y licenciada en bellas artes.
CATEGORÍA (por cuestiones de organización, no hay grupos exclusivos dentro del roleplay): socialité
MÍNIMO TRES DATOS CURIOSOS SOBRE SU HISTORIA:
I. tras más de una década de matrimonio, y a largos años de haber concebido por primera vez, el matrimonio ryu anuncia la llegada de su segunda hija. nace trece años después que vincent, el primogénito de la familia, y su llegada parece tan inesperada como innecesaria. queda excluida de negocios familiares, de los cuales sólo conoce lo básico, y se ve en la libertad de encontrar su propio camino en la vida.
II. instituto privado le ve crecer, rodeada de los rumores que circulan en torno a su familia, convirtiéndola en alguien que repele cualquier intención de acercamiento sin siquiera darse cuenta. es por iniciativa propia que se hace con vínculos pasajeros, principalmente por intereses relacionados con artes que practica: la fotografía y la pintura. más que potenciales amistades, ve en otres potenciales musas para sus trabajos.
III. cercanía con celebridades se ha vuelto inevitable, moviéndose en los mismos ambientes que elles, y contando con padres y hermano que utilizan influencia para reunir contactos alrededor del mundo, terminar encontrando musas en personalidades conocidas ha sido una de sus mayores fuentes de exposición — para ella o para sus redes sociales, en las cuales acumula millones de seguidores.
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kwavecl · 1 year
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Jimin de BTS anuncia planes para hacer su debut en solitario en marzo.
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El 10 de febrero, Jimin deleitó a los fans al revelar durante una transmisión en vivo de Weverse que es probable que su primer álbum en solitario se lance en marzo.“Creo que el álbum en el que he estado trabajando saldrá alrededor de marzo”, dijo Jimin.
“Actualmente estoy preparando muchas cosas que puedo hacer junto con ustedes en ese momento. Estoy planeando muchos tipos diferentes de cosas que podemos hacer para divertirnos juntos y pasarla bien, así que creo que pueden esperarlo con seguridad”.
Luego agregó pensativamente: “Has estado esperando tanto tiempo que quería anunciar rápidamente esta noticia antes de comenzar [el resto de la transmisión]”.
Fuente: soompi.com
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heeslips · 1 year
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Jimin nunca se cuestionó su orientación sexual. Durante el desarrollo de su adolescencia se sintió atraído a distintas chicas de su clase, no se los dijo, pero le parecían lindas.
Incluso cuando su mejor amigo Taehyung le confesó que tenía novio, aún no dudaba de que el fuera homosexual. No fue una sorpresa para Jimin saber que su amigo estaba de pareja con un chico, se lo esperaba porque Taehyung era muy claro con sus gustos, y no lo juzgaba, pero no era su caso.
Jimin nunca tuvo una novia formal, y tampoco se vio con la necesidad de buscarla, estaba satisfecho con su vida, iba a la escuela, salía con su grupo de amigos, alguna que otra vez salía con una chica, pero con ellas era algo corto, pasajero.
Su mirada iba dirigida a las chicas.
No fue hasta que un día caminando hacia su casa después de la universidad, que su mirada se enfocó en un chico, Jimin lo había visto un par de veces, era un año mayor, se llama Jaebum.
Se encontraba con su grupo de amigos, hablando de cosas triviales, o riéndose, Jimin nunca lo había visto con detalle hasta ese día, y se preguntó ¿por qué había sido diferente de otras veces?
Jaebum no vestía algo extravagante, tampoco vestía formal, elegante o de alguna manera para llamar la atención, una sencilla sudadera azul con unos pantalones holgados color café, su cabello incluso estaba ligeramente despeinado, pero Jimin no podía quitar la mirada de él.
Al darse cuenta de que sólo estaba mirándolo como un acosador, sacudió la cabeza y se fue.
Después de ese día su mirada hacia los chicos se hizo constante, y no era algo que hiciera intencional, simplemente prestaba más atención a los rostros de sus compañeros, casi analizandolos. Cuando llegaba a casa pensaba en los distintos chicos que había visto y en si sólo reconocía que eran atractivos o si había algo más ahí.
Jimin realmente creía que sólo era curiosidad.
Pero cuando chocó con Jaebum un día algo distraído, y quiso besarlo, se alarmó.
No es que Jimin tenga un odio, o tenga asco de los homosexuales, su mejor amigo lo era y él estaba más que bien con eso, pero cuando se trataba de él era algo distinto.
Jimin no tenía una buena experiencia con su autoestima, muchas veces quiso cambiar, y lo hizo, pero siempre quedan secuelas de los malos comentarios, y eso era lo que le pasaba.
Además, que él tuviera una mente abierta no significa que todos a su alrededor la tuvieran.
Por ejemplo, su familia, su madre y su hermano eran muy similares con respecto a las distintas personalidades de la gente, ellos comprendían lo que era estar en pleno siglo xxi, sin embargo, su padre no, él poseía del típico pensamiento "está mal" "no es natural", nadie podía hacerlo cambiar de opinión, él siempre diría lo mismo, él siempre pensaría así.
Cuando Jimin supo que su atención iba cada vez más hacía los hombres, quiso inmediatamente evitarlo, no podía permitirse ser así, no porque estuviera mal, sino porque no quería sufrir como a sabido de otras personas, siempre fue una persona frágil, le costaba quererse tal como era, que fuera homosexual era un plus a más sufrimiento, pensaba que si ya le costaba aceptarse justo como era, iba a ser una guerra agregar algo más.
El día que beso a Jaebum lo supo, y le aterró.
Ambos tuvieron acercamientos con el tiempo y sus miradas podían describir lo que querían, un día se encontraban solos, demasiado cerca, Jaebum dio el primer paso, tomó el rostro del rubio con ambas manos y con uno de sus pulgares hizo caricias en una de sus mejillas, Jimin se estremeció ante ese gesto, pero no lo apartó, y justo como pasaba en las películas, ambos acercaron más sus rostros hasta terminar con la distancia y se besaron.
Fue un beso tierno, no duró mucho pues pronto se escuchaba el ajetreo de los estudiantes al salir de clases, fue algo que ambos disfrutaron, y cuando Jimin se percató de eso, quedó sin palabras.
Jimin pasó días cuestionandose que le estaba pasando, varias veces pensó en pedir ayuda con su mejor amigo, era quien más lo entendería, pero se acobardó. Él no estaba acostumbrado a esto, tenía miedo, ¿de qué exactamente? no lo sabía.
Un día decidió salir a un club, un club gay.
Ese día fue el mejor y peor para Jimin, se había divertido, había bebido, bailado, conoció unas cuantas personas, y sí, besó a un par de chicos, Jimin sabía que lo disfrutaba, que lo quería, o peor, que lo necesitaba. Pero al llegar a casa era lo mismo, se cuestionaba, se preguntaba por qué le estaba pasando eso a él, y no encontraba una respuesta.
Jimin solía estar afuera de su casa por las tardes y dibujar, un día se dio cuenta de que había dibujado a un chico, más específicamente, a su vecino. Muy pocas veces lo había visto, pero ese día estaba recorriendo la cuadra y llevaba una cámara, el interés del rubio fue inmediato, y sin quererlo tenía un dibujo de aquel chico.
Un chico el cual apenas veía.
Jungkook era su nombre, y era muy observador, tanto que el rubio no tenía idea de que lo miraba, y mucho menos lo que le esperaba en un futuro, o tal vez en unos días.
Jimin no tenía idea de la vuelta que ese chico le daría a su vida.
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taetsi · 2 years
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Episode | 𝟶𝟷
Arikui Waltz ; Coltemönikha
...Tuve un sueño, perfecto en todo el sentido de la palabra.
Estabas tú, sonreías, los rayos del sol embellecían de más tu silueta, si no es que tú embellecías al sol.
Estabas tímido.
Y sonreí. Creíste que no notaría la forma en la que flotaba la bruma de centellos a tu alrededor, como si salieran de tí.
Te abracé y la sensación de tu corazón palpitando en la misma frecuencia que el mío me hizo temblar.
"No me abraces así..."
"¿Cómo?"
"Como si quisieras protegerme"
Pero tú no entendías. Porque no podías verte a ti mismo. Porque no eras yo en ese momento.
Porque no sentíamos de la misma forma el sol en las fibras de nuestra piel, no sabías que tu sonrisa tenía el mismo efecto que él.
"Tus pupilas"
Negué. Y pestañee tres veces o quizás cuatro.
"¿En qué piensas, si somos los únicos aquí?"
Me preguntaste. Pero no estaba segura de que responder, en lo único que podía pensar era en tí, tus ojos, tu cabello, tus labios y en la enorme similitud entre tu y la palabra "consolación".
Calientito. Un abrazo grande y suave pero estrecho, que te hace sentir cada nervio de tu cuerpo sacudirse al mismo tiempo.
"Pienso en la ironía del creador"
"No entiendo"
"Es decir, las nubes, el sol, la naturaleza, los animales... Creó todo eso como si su intención fuera la admiración del humano ante tal belleza... Sin embargo, no bastó todo aquello, porque en su lugar estás tú. Tú y la forma en la que sobresales en cualquier panorama."
"... La forma en la que puedo mirarte eternamente y nunca podré asimilar tanta belleza humana."
Pero parece que fue un error decirlo, desapareciste en ese sueño y el dolor de mi corazón siendo consciente de tu ausencia me hizo despertar de tal entelequia.
Eres cruel. No aceptando la forma en la que todo mundo puede fácilmente enloquecer por tí, por tus ceruleos orbes, tus labios que fácilmente son sinónimo de tentación.
Me haces pensar de nuevo en esa cuestión, en lo que verdaderamente eres.
Porque me estás enloqueciendo. Coqueto, mejillas rosas e inocencia que casi parece verdadera.
Park Jimin.
¿Qué eres sino la
síntesis de mi perdición?
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aricastmblr · 1 year
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enteradosnoticias · 2 years
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BTS anuncia separación temporal en su noveno aniversario 
Durante el Festa dinner de BTS, lo que supuestamente es una alegre celebración anual del grupo, los fans alrededor del mundo terminaron con el corazón roto después de que la banda anunció que se separarán temporalmente. Detallaron sus planes a futuro y explicaron a sus fans que necesitan un descanso para su salud mental y tiempo para lograr sus proyectos personales. 
Este año la banda de pop coreana integrada por RM, Jin, Suga, J-Hope, Jimin, V, y Jungkook cumple nueve años. En el audiovisual de una hora de duración de Festa, los miembros reflejaron su exitosa carrera juntos antes de discutir sus planes de continuar su carrera individualmente. 
RM dijo que aunque han tenido increíbles logros como una banda, los miembros individuales aún necesitan desarrollarse y madurar como individuos y artistas. 
La banda afirma que no fue una decisión fácil de tomar y expresaron su preocupación por decepcionar a sus fans. 
Según los miembros de la banda, Jungkook, J-Hope y Suga tienen planes para lanzar música como solistas. 
Mientras que la noticia tomó a sus fans por sorpresa, causando una gran confusión y decepción, muchos fans también experesaron su apoyo incondicional por la decisión de la banda al poner su salud mental primero. Algunos dicen que esta pausa se veía venir desde hace mucho tiempo ya que los miembros han sufrido crisis de identidad e incluso han sido listados en la militar de Corea del Sur.
Desde que debutaron en el 2013, el grupo ha crecido hasta el punto de convertirse en una de las sensaciones musicales más grandes del mundo. Han abierto las puertas para el K-pop en el escenario internacional, convirtiéndose en la primera banda K-pop en estar nominados a un Grammy Award y haber sido invitados a hablar en las Naciones Unidas. 
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Fotografía:  Getty Images
Texto: Regina Gómez Barba
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woneoseu1 · 2 years
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Su pequeña mano sujetaba fuertemente la de su madre, mientras que de su frente resbalaban gotitas de sudor. También tenía sed y un dolor en sus pies que se volvía casi insoportable.
“Saldremos a dar un paseo”, había dicho su madre. Pero, eso no parecía un simple paseo.
Sus sandalias de gusanito fue lo único que su madre le dejó ver durante todo el camino, aún así, podía sentir un ambiente familiar y su mente comenzaba a imaginar por dónde se encontraban.
Los auriculares todavía descansaban sobre su cabeza reproduciendo una tonada de la cual había olvidado el nombre... Pero le gustaba y era su favorita.
Fue un poco tarde cuando notó que su paseo había terminado. Su madre le indico en silencio que tomara asiento al pie de unas escaleras.
“No te muevas de ahí ”, le dijo en un tono inaudible.
La madre junto con otra mujer (que no supo de dónde salió) se aseguraban de cerrar bien la cortina y dejar bien puestos los candados.
Posteriormente, los tres subieron las escaleras (que eran estrechas), la desconocida de cabello corto y ropa oscura subió por delante, enseñándoles el camino.
En el segundo nivel, los ojos del niño brillaron de deseo, de ambición, de armonía, estaba tan extraviado que podía ahogarse en lo sublime. Cada repisa, cada estante, de derecha a izquierda, de arriba a abajo, donde quiera que mirase, todo, absolutamente todo estaba dedicado a una década de música.
Mamá le quitó los audífonos con delicadeza, dándole así permiso de caminar alrededor de la sala.
Ella después, comenzó a murmurar cosas que Jimin (el niño), no podía comprender.
“Se bueno con él cariño” escuchó que la desconocida decía.
Usaba una playera a rayas blancas y negras junto con un overol, tenis blancos e incluso usaba lentes.
En su afán de solo congeniar, ambos se unieron en un vínculo único e inseparable.
Juntos decidieron que parecía buena idea mirar a través de la ventana... A ambas mujeres no parecía importarles.
Al asomar los ojos, Jimin tuvo una impresión sobre la gama de colores tan opacos que pintaba el panorama y toda esa suciedad acumulada en el cristal...
Lo sabía, la plazuela (que ahora reconocía mejor) y todos sus establecimientos estaban hechos cenizas, los árboles botaban cenizas en lugar de hojas, creando una lluvia de recuerdos destrozados; todo aquello era la sobra de lo que alguna vez consideró como su lugar favorito en el mundo.
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lileuph-milkybanana · 2 months
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Capítulo 12
Lograron llegar a la habitación en una sola pieza, pero Jungkook estaba casi psicóticamente demente por la incredulidad, el shock finalmente se abrió paso por su cuerpo.
—¿Simplemente dejarás que se vaya? —preguntó incrédulamente Jungkook. —¡Intentó matarme!
—Era el deseo de Asha. —dijo Yoongi, sentándose fuertemente. —Yo...desafié su voluntad.
Sus manos estaban agarradas y su dedo índice daba golpecitos contra sus nudillos en un gesto que Jungkook reconoció como su tic nervioso. Tomando un fuerte respiro, Jungkook se arrodilló, con su mirada suavizándose. El cariño que sentía hacía Yoongi resucitó mil veces.
—Yoongi. —dijo Jungkook. —Me salvaste.
—Me arrepentiré. —declaró Yoongi y Jungkook retrocedió, herido. Yoongi captó su mirada y clarificó: —Ella hará que me arrepienta.
Jungkook lo entendía. Las acciones no iban acompañadas sin consecuencias, especialmente bajo el dominio de Asha. No hacía que el dolor y el enojo por el rechazo de la amistad de Jimin fuera menos, pero al menos Jungkook estaba agradecido de poder confiar en alguien en este lugar.
Afuera, la noche había caído. Las estrellas iluminaban el cielo y las antorchas las calles. El júbilo iluminaba las calles públicas como una llama. Pero dentro de su habitación, ese momento permanecía en silencio.
—La desafiaste. —habló suavemente Jungkook. —Por mí. P-pensé que no querías estar conmigo por ella.
—No a costa de tu muerte. —dijo Yoongi —Sí me gustas. Lo haces. Más de lo que debería.
Tentativamente, Jungkook preguntó: —¿De forma romántica?
—Cada movimiento, cada broma que haces. —la voz de Yoongi sonaba estrangulada. —Era una tentación.
—No podía haber sido tan atractivo. —lo encontraba difícil de creer. ¿Qué mierda?
—Me estaba restringiendo a mí mismo. —volvió a decir Yoongi. —Esa noche.
—¿La noche que fui ofrecido a ti?
Una pausa.
—Sí.
Con la boca abierta, Jungkook lo miró estúpidamente, con su mente sin ninguna respuesta coherente.
—Eres buen compañero, también. No es solo físico. —dijo Yoongi, con los ojos dilatados. Cada respiración estaba calculada. —No puedo resistirme más.
—Tú... —dijo Jungkook, sorprendido. Avanzó un paso, envolviendo la cara de Yoongi entre sus manos.
—Consumaría el ritual ahora —dijo Yoongi —, si te apetece.
Por un momento, Jungkook simplemente lo miró.
Y luego la alegría explotó en su pecho. Cálidamente, una sensación de vértigo se extendió por el resto de su cuerpo.
—Sí me apetece. —respondió Jungkook. —Por supuesto que me apetece.
Por un momento, los dos se quedaron quietos. La mirada Yoongi vagó sobre el con interés, como si estuviera inseguro por dónde comenzar. Jungkook lo ayudó inclinándose y besándolo, ligeramente, pero de forma placentera. Era algo que deseaba desde hace un tiempo. Las manos de Yoongi botaron una jarra de vino de la mesa, quizás por su emoción. Se estrelló contra el piso, derramando vino en el suelo de mármol.
—¡Por Dios! —exclamó Jungkook, separándose del beso para mirar al desastre junto a ellos.
—Olvídalo. —dijo Yoongi, con los ojos oscuros. Tiró a Jungkook a la cama. —Alguien vendrá luego para limpiarlo.
—Pero-
—Dije, olvídalo. —repitió firmemente Yoongi, recorriendo una mano desde la parte baja del abdomen de Jungkook hasta su cuello, y luego simplemente apoyó su mano ahí, sintiendo el latido del corazón de Jungkook. La presión contra su cuello no era muy fuerte, pero seguía siendo abrumadoramente caliente y dominante, lo suficiente como para que Jungkook emitiera un lloriqueo desde su garganta. Se inclinó hacia abajo para otro beso. En poco tiempo, su túnica estuvo abierta, dejándolo desnudo.
Y entonces Yoongi estiró su otra mano hacía bajo y agarro el pene de Jungkook. Tiró su cabeza hacía atrás y gimió. Fuertemente. Cada estocada traía consigo una ráfaga de placer mientras Yoongi pasaba su pulgar en círculos sobre la punta de su miembro.
—Por favor —logró decir Jungkook —estoy...por favor.
De alguna manera, Yoongi sacó un aceite y movió un dedo en círculo, luego dos dedos alrededor del ano de Jungkook antes de meterlos, recibiendo pequeños gemidos sin sentidos mientras Jungkook empujaba hacía atrás. Era todo lo que Jungkook pensó que sería, e incluso más. Yoongi era habiloso con sus dedos, sus labios se movían suavemente en la clavícula de Jungkook, y luego en su mandíbula. Retorciéndose, chispas de calor explotaron por su cuerpo mientras Yoongi rozaba su próstata. El placer era abrumador.
Una vez que Jungkook estuvo lo suficientemente preparado, Yoongi lo penetró con un quejido ahogada. Primero la cabeza de su pene, luego el resto. Jungkook se sentía lleno.
Su unión era mojada, resbalosa.
—Te sientes... —grande. Yoongi lo besó de manera cariñosa en respuesta.
Jungkook dejó salir pequeños gemidos antes de asentir para que se moviera.
Jungkook exhaló sonidos ásperos y diminutos, antes de dar la afirmativa de moverse. El mayor giró sus caderas de golpe, empujando hacia la próstata de Jungkook y sacándole frenéticos y obscenos gemidos. No tardó mucho en sentir que el calor se elevaba como una ola de marea en sus entrañas, un placer inmenso. Se tiró hacia atrás desesperadamente, buscando liberación, hasta que su orgasmo lo golpeó como una onda expansiva, que estallaba a través de su cuerpo.
—Joder — Jungkook gimió — Oh Dios, Yoongi...
— Jungkook —. Es todo lo que dijo Yoongi, voz áspera, antes de que se corriera dentro con un grito ronco.
Por un momento, ambos simplemente jadearon. Yoongi se retiró y Jungkook gimió. Miró fijamente al techo sin pensar mientras Yoongi tomaba un trapo de la mesa y comenzaba a limpiarse. Después de unos minutos, cuando el latido del corazón de Jungkook se había calmado, Yoongi habló.
— Eso fue...
— Realmente muy bueno —. Jungkook dijo, con su brazo extendido a través de la cama. Se mordió el labio. — Yoongi, me... me gustas. Me gustas mucho. ¿Esto va a ser un problema?
Una palma tocó gentilmente su mejilla. Yoongi giró la cabeza de Jungkook para que lo mirase.
—Somos Hasta-val ahora —dijo Yoongi, y se miró conflictuado ante la incomprensión en la cara de Jungkook. —Es como un compañero de por vida. Alguien a quien una persona de mayor estatus elige como su compañero.
—Hasta-val —las palabras sonaban extrañas en la lengua de Jungkook. Extranjeras. —Similar al matrimonio.
—Similar —admitió Yoongi —también es una unión eterna, pero entre dos hombres. Solo los de alto estatus social pueden pedir Hasta-val. No es una unión política, sino que una emocional. Estoy al tanto de que deseas volver a tu mundo, pero con las motivaciones de Asha sin ser claras, te ofrezco mi protección.
Jungkook se sonrojó y se detuvo para recolectar sus pensamientos.
—Eso suena como un compromiso serio.
—Lo es —dijo Yoongi, una confesión —Yo...disfruto pasar tiempo contigo.
El futuro se sentía distante con las palabras reconfortantes de Yoongi. Jungkook respondió inclinándose y besándolo profundamente.
Y entonces, el momento se rompió.
Aplausos.
Aplausos, aplausos. Y más aplausos, molestos aplausos.
El sonido de aplausos resonó en la habitación. Ambos se giraron para identificar el sonido; venía desde los pies de la cama.
Había alguien de pie ahí.
¿Cómo mierda entró alguien a la habitación? Es la parte más segura del palacio.
—Muy, muy bonito —dijo la persona, complacida. Sonaba extremadamente familiar y Jungkook entrecerró los ojos en la tenue luz de la habitación y miró al intruso, subiendo las sábanas hasta su pecho alarmadamente.
—¿Quién eres? —gruñó Yoongi, saltando de la cama desnudo con una mano levantada frente a Jungkook. Defensivo.
El hombre misterioso chasqueó sus dedos.
Todas las linternas se prendieron dentro de la habitación. La chimenea ardía con tenacidad, y la cara del intruso de pronto estuvo iluminada.
La habitación se sumergió en silencio.
Jungkook miró. Y miró un poco más.
No. ¿Pero cómo?
No tenía sentido. Los labios de Jungkook se abrieron en sorpresa.
—¿Namjoon? 
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ikoocaina · 3 years
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La pregunta
JIMIN x LECTOR
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  Trataba de mantener la calma para no decir nada irónico y mostrar la mejor sonrisa que tenía.
— Amor, voy a salir con los chico, no me esperes despierta, te amo.
  Yo solo respondí con un asentimiento y acto seguido escuché la puerta principal abrir y cerrarse... ¿Me amaba? ¿Acaso se estaba burlando de mí? Si me amara tanto como dice no me hubiese engañado ¿Cómo es que podía ser tan cínico?
  Dolía, pero al mismo tiempo sentía enojo e impotente ¿Cuánto tiempo más esperaba mi novio verme la cara de boluda?
  Cuando me di cuenta tenía las mejillas empapadas por mis lágrimas, él no lo valía, no merece que esté llorando por él, que esté llorando por algo que ni siquiera fue mi culpa.
  Me levante y fui directo al baño. Me bañe, al salir me peine, me maquille, me puse un vestido al cuerpo, unas plataformas y perfume. Definitivamente no me iba a quedar en ese lugar.
  Agarre mi billetera, mi celular y salí de casa. Iba a terminar mi relación con Hernán, pero no esta noche, ahora solo quiero despejarme de todo estrés que había acumulado.
  La música retumbaba dentro de las paredes del boliche.
  Mire alrededor del lugar, desde la barra, mientras pensaba que tomar. Había un grupo de 9 chicas a su izquierda que solo estaban tomando, un grupo de 3 chicos que estaban bailando, dos chicas que bailaban mientras tomaban, en el centro un grupito alentando a otros para que se den un beso de 3, y podría haber seguido analizando a cada persona si no fuese por:
— ¿Sola?
  Me giré entonces al escuchar una voz conocida en mi oído.
— Hola Jimin —le sonreí al amigo de mi novio.
  Él se quedó mirándome, sin decir nada. Quise que Jimin me sonriera como lo hacía siempre que me saludaba cuando salíamos con mi novio y sus amigos. Sin embargo, lo único que hizo fue deslizar sus ojos por todo mi cuerpo y después, sin mediar palabra, acercarse un poco más a la barra y hablar con el barman, sacar su tarjeta y decir: — Un fernet —para luego mirarme y preguntarme: — ¿Vos queres un trago?
— Lo mismo —respondí—. ¿Y eso? —apunte a sus labios.
— Me lo hice hace una semana, ¿te gusta? —respondió estirando un poco su labio inferior para hacer ver el piercing que estaba puesto en el labio inferior. Asentí. La verdad es que le quedaba muy bien agregando que siempre me parecieron atractivos los hombres con piercings.
— No me respondiste —yo fruncí las cejas sin entender a qué se refería a lo que él se acercó a mi oído y siguió—. Si viniste sola, que yo recuerde tu novio no te deja. ¿O será que ya estás soltera?
— Tranqui —respondí alejándome un poco de él.
— ¿Y que sería "tranqui”?
— Vos estás solo o... —intenté cambiar de tema.
— No, estoy esperando a los chicos —respondió acomodándose la camisa que llevaba—. Entonces, ¿te hago compañía hasta que ellos lleguen?
  Le miré con una sonrisa, apoyándome en la barra.
— ¿Me darás conversación? Pero conversación de verdad...
— ¿Sabías que la los pingüinos también se prostituyen? Las hembras intercambian sexo por piedras.
— ¿Qué dices? —le miré supe sorprendida.
— Lo que oyes. Y las mujeres tienen las encías del mismo color que el clítoris.
  Abrí la boca para contestarle, pero no se me ocurrió nada, a lo que Jimin aprovechó para levantarme el labio superior con uno de sus dedos. Le atiné un manotazo y él empezó a reír.
— Pues los hombres tienen la pija justo tres veces más grande que su dedo pulgar.
  Jimin dejó sus manos encima de la barra, delante de mí, y yo las miré con una mueca de diversión.
— A ver...
  Jugamos como dos niños con nuestras manos, haciendo cálculos. El resultado era... No sabía si lo que había dicho era científicamente comprobable, ya que fue lo primero que se me cruzó por la cabeza.
— Bueno~ —dije con un suspiro. ¿Acaso nos estábamos tirando onda?
  Jimin volvió a reír a carcajadas. Ahora que lo pienso nunca tuve una conversación así con él ya que siempre que salíamos era junto a mi novio y sus otros amigos. Me encontraba en uno de esos momentos donde veías que tan lindo eran los amigos de tu novio. No, ¿quién hacía eso? Qué pensamientos me cruzaban por la mente en aquel momento... El pensamiento de hacerle el oral de su vida hasta el final y dejarle con los ojos en blanco.
— ¿Fue una táctica para ver si la tengo más grande que tu novio, o cómo?
— ¡Qué decís! No seas grosero. No pienso hablar de este tema contigo.
— Vos empezaste, pero de todas formas no pensaba hablarlo.
— ¿Entonces? —pregunté. Si, definitivamente nos estábamos tirando onda.
  Chasqueó los dedos y se acercó a mí, dejándome parcialmente atrapada entre su cuerpo y la barra.
— Relax, que lo único que quiero es hablar, conóceme primero que no te arrepentirás —canto en mi oído mientras me apartaba el cabello del cuello y susurró: — ¿Sabes algo de francés? —yo solo atiné a negar con la cabeza y el siguió: — Des actions, pas des mots.
— Podría jurar que eso fue un chamuyo. —dije con las cejas levantadas a lo que Jimin empezó a reír.
  Desde detrás, la gente solo vería a dos personas apoyadas en la barra, él rodeándome los hombros con su brazo izquierdo. Pero de lo que nadie se percataría sería de la mano derecha de Jimin deslizándose por debajo de mi vestido mientras cantaba la canción que estaba sonando.
— Deja que la maldad nos domine y que el deseo haga que conmigo termines.
  Noté el tacto y el calor de su palma suave subiendo por mis muslos, que se contrajeron instintivamente. Rodeó mi cadera y subió hasta mi vientre para después precipitarse hacia abajo, por dentro de la ropa interior.
— Si tú te sientes sola, él ya no te valora, escápate conmigo y olvídate de las horas...
  Sus dedos bajaron un poco más, introduciéndose a lo que yo no pude ni moverme.
  Le agarré el brazo con la mano derecha pero, lejos de sacarlo de mí, que habría sido lo lógico, le clavé mis dedos, conteniendo un gemido.
— ¿El amigo de mi novio? —dije en un suspiro cerca de su oído.
— Que graciosa —respondió.
— Para... —supliqué cuando las piernas empezaron a temblarme. Metió otro dedo y aceleró el ritmo.
— ¿Serías capaz de correrte aquí?
  ¿Si sería capaz? Si, definitivamente.
  Hubo un lapso de tiempo sin conversación; sus dedos seguían penetrándome y su pulgar presionaba mi clítoris. Me agarré a la barra y cerré los ojos.
— ¿Sabes? Tienes razón. Creo que va a ser más divertido dejarlo aquí. Los chicos ya deben estar por llegar.
  Jimin sacó la mano como si nada de dentro de mi agarro su vaso, brindó con el mía y terminó su fernet de un trago.
— Voy con los chicos, pásatelo bien y, si quieres, me mandas un mensaje...
  Me guiñó un ojo y se fue. Y yo, paralizada...
  Me bebí el fernet en dos tragos, y le pedí al barman otra, no sé ni de qué. Al darle un trago me di cuenta de que era vino. Y no hay nada que se me suba más a la cabeza que el vino, pero qué más daba. Me había dejado casi masturbar por el amigo de mi novio que me engañó.
  Fui al centro de la pista, con mi vaso por la mitad y las piernas temblorosas. Estaba intentando bailar con un grupo, pero no podía dejar de pensar en Jimin y en su mano metiéndose dentro de mi ropa interior. Había algo dentro que me empujaba a sacar el celular y mandarle un whatsapp pidiéndole que se viniera a mi casa. Pero luego me decía a mí misma que eso estaba mal... ¿Estaba mal?
  No se cómo, pero termine en una rondas seguidas de tequila, luego alguien me pasó un gin-tonic. Poco a poco mi vista perimetral fue nublándose y mi sonrisa ensanchándose.
  Una de las chicas empezó a contar como de término metiendo con el amigo del que era su novio en aquel entonces.
— Consejo: nada de meterse con los amigos de su pareja.
  Todas las personas en esa mesa estallaron en carcajadas, pero mi mente borró el consejo. Yo quería meterme con cierto amigo.
  Sonaba Sin Contrato de Maluma y yo buscaba a Jimin desesperadamente con la mirada. Entre todas las caras desconocidas de pronto me choqué con los ojos fríos de Taehyung, otro amigo de mi novio. Le saludé con un movimiento de cejas, y contestó con una sonrisa de medio lado que ubicaría entre el desprecio y la satisfacción.
  Estaba debatiendo entre acercarme y posiblemente encontrarme a mi novio pero también a Jimin, cuando el celular me vibró en la mano. Aparecía una notificación de whatsapp: "Tomaste de más, será que bailas un poquito para mí?"
  Cerré los ojos y me dejé llevar, moviendo las caderas de un lado a otro. La canción cambió a La pregunta Jalvarez y yo sonreí.
  Mi celular vibró dentro del bolso, pero lo ignoré y seguí bailando, cerrando los ojos, dejándome llevar por el ritmo calentito de la canción. Sentí a alguien acercarse por mi espalda y una mano se apoyó en mi estómago echándome hacia atrás, hasta pegarme contra un cuerpo duro. El mensaje que había vibrado en mi celular... ¿sería de Jimin que, ante la no respuesta, se había acercado a tomar la iniciativa? Tenía toda la pinta. Me llegaba el olor de su perfume..., ¿verdad?
  Me contoneé contra su cuerpo y sus manos me arrimaron un poco más a él. Bajé un poco para subir después con el trasero pegado a su entrepierna, su nariz acarició mi cuello y sus labios atraparon el lóbulo de mi oreja. Esa noche cojia, estaba claro.
  Levanté la mirada, recuperando un poco de cordura, para vigilar que nadie estuviera viéndonos y... cuál fue mi sorpresa al chocarme de frente con la mirada de Jimin y su sonrisa burlona. Entonces, ¿con quién estaba bailando yo? Me separé de golpe y me giré para descubrir a Taehyung mordiéndose el labio inferior.
— Tae... —logré decir.
— Bailas muy bonito —contestó con sorna.
  Trate de tomar aire y di un par de pasos hacia atrás. Me giré, me estampé contra una pareja que estaban chapando, me disculpé y fui hacia la salida intentando evitar a la gente que había alrededor.
— ¿Ya te vas?
  Casi grité del susto.
— Mierda, qué susto...
  Jimin me miró frunciendo el ceño.
— ¿Todo bien?
— Eh, yo, sí. Estoy un poco mareada. El tequila...
— Ay, pobrecita... —se rio.
— Ya, ya. —le hice un gesto despectivo con la mano—. Ahórrate el castigo, papi.
  Cuando logramos salir y me apoye en la pared del boliche mientras Jimin me miraba con las cejas levantadas, sonriendo sin mostrar los dientes. ¿Tan bien le iba a quedar ese piercing?
— ¿Así te vas a ir?
— Así ¿cómo?
  Jimin se acercó un poco más a mí y siguió: — Así. —me señaló—. En pedo, sola y sin despedirte.
— Me estoy despidiendo. Chau, nos vemos después.
— No me estás entendiendo... —se rio.
— Ahora solo quiero irme a casa.
— Te acompaño.
— No gracias.
— Soy el amigo que cuida a las novias de sus amigos. 
  Di una mirada de reojo y vi que sonreía. Me molestaba que hubiera metido la mano dentro de mí al principio de la noche y luego sonriera viendo cómo me restregaba por equivocación con otro.
  Saqué el celular y me dispuse a ignorarlo. Tenía una notificación de whatsapp de él: "Estoy duro pensando en vos y en como bailas".
  Levanté la mirada y Jimin tenía los ojos puestos en mí.
— ¿También sos el que le manda mensajitos subiditos de tono a las novias de tus amigos? —le dije.
— ¿Por qué? ¿Celosa? Sos a la única novia de mi amigo que le mando mensajitos subiditos de tono.
— Tarado —y aunque no quería, sonreí un poco.
— En eso tienes razón, pero soy buena onda.
  ¿Un chico buena onda? No lo definiría así, la verdad. Buena onda es el chico con el que ni siquiera se te ocurriría acostarte en pleno apocalipsis. Y Jimin estaba tan lindo frente a mí que... me dio la risa. 
  Me tapé los ojos y me descojoné. Lo miré de nuevo y tenía una pequeña sonrisa.
— Estas en un pedo que ni te cuento. —rio—. Vamos. —hizo el gesto con la cabeza y me dio lugar para pasar junto a él.
  Cuando lo hice apoyó su mano en mi culo. Le miré de reojo.
— ¿Quién te ha dado permiso para hacer eso?
— Me tomé la libertad.
— No lo hagas.
— Grrrr. —fingió que gruñía.
  Caminábamos hacia no sé dónde, yo iba apoyándome en él ya que de lo contrario me iba a terminar besando el piso. Nos metimos en una calle oscura y él sacó de su bolsillo las llaves de su auto y lo abrió en un destello de luces. Vino hacia el lado del copiloto y me abrió la puerta. Estaba por entrar pero se acercó a mí con una sonrisa sugerente.
— Tienes olor a licorería.
— Pero soy más divertida que de costumbre.
— Sí, sí, ya te he visto ahí dentro. Muy extrovertida —contestó con aire grave.
— ¿Te has dado cuenta de que yo creí que estaba bailando con vos?
— Me di cuenta de que estabas un poco desorientada.
Apoyé mi pie en el auto, de manera que ahora mi pierna doblada quedaba al lado de su muslo, haciendo que el vestido se suba un poco. Me miró y se acercó más.
— Tenes que comer algo para que se te pase el pedo. ¿Queres venir a mi casa?
— ¿Me estás invitando a tu casa?
— Sí —asintió, e inclinándose besó húmedamente mi cuello.
— ¿Para hacerme la cena? —le pregunté para ganar tiempo y poder pensar un poco en lo que estaba haciendo.
  Se incorporó y, sonriendo, se quedó a escasos milímetros de mi boca: —  Después, sí.
— ¿Después de qué? —pregunté sin poder quitar la mirada del piercing de su labio.
— ¿Sos de la que ven películas antes de que te den contra algún mueble?
  Así era imposible pensar. Alcohol + hormonas...
— ¿Y vos? —contesté con otra pregunta.
— Si venís te lo enseño.
  Cerré los ojos. Ahí venía. Jimin me sujetó la cara con las manos y... me besó. Tenía los labios suaves y calientes. Sentir el contraste de los labios calientes y el piercing frio.
  Se apartó un segundo: — ¿Vamos?
  Giré la cabeza, lo atraje hacia mí y nos besamos aún más profundamente con mis dedos enterrados entre los mechones de su cabello. Nunca me habían besado así. Nunca había sido consciente de todo mi cuerpo con el solo acto de besar.
  Cuando se separó de mi boca gemí de frustración.
— En mi casa. —dije y me metí en el auto. Sin pensar.
  Cuando llegamos Jimin dejó su auto estacionado fuera de casa. Baje con su ayuda y en la entrada le di la llave para que él abra la puerta.
  Sentí como cerró la puerta de un golpe y acto seguido gemí cuando me aprisionó contra la pared y me apretó los pechos entre sus dedos.
— Dios, tienes unas tetas...
  Directo. Sin anestesia. Sin poesía. Sin cuentos. Cerré los ojos cuando me apartó el cabello y se dedicó a besar y morderme el cuello. Eché la mano hacia atrás y le toqué por encima del pantalón una erección que se marcaba perfectamente.
— Estoy loca... —gemí.
— ¿Por qué?
— Porque sos el amigo de mi novio, y probablemente voy a tener que verte el lunes y...
— Y por la mañana porque te voy a cojer hasta que salga el sol.
  Nos besamos como animales, con las lenguas descontroladas y hambrientas. El sabor metálico. Sus manos desabrocharon el botón del cuello de mi vestido
— Llevo toda la noche comiéndote con los ojos —jadeó.
— ¿Incluso cuando me viste bailar con Taehyung?
— Sobre todo cuando te vi bailar con Tae.
— ¿Es alguna clase de fetiche?
— No sé si se podría llamar así.
  Asentí mientras le desabrochaba la camisa. Tiré de su mano hasta una de las puertas que había en un pasillo contiguo. Al abrirla, si, era mi habitación. La cremallera del vestido descendió y se cayó al suelo. 
  Casi vomité de los nervios. Tuve que procurarme una charla interna, convenciéndome de que acostarse con el amigo de mi novio una noche no tenía nada de malo. Sí, me engaño pero seguía siendo mi novio y el amigo de mi novio.
  Me giré hacia él, que se estaba quitando la camisa. Dios, pasé las manos sobre sus pectorales terminando en el tatuaje que tenía en uno de sus costado. Él me desabrochó el corpiño con un solo ademán.
— Él me puso los cuernos, pero me imagino que ya lo sabías.
  Le desabroché el pantalón y metí la mano dentro sin apartar los ojos de su cara. Una sonrisa de lado apareció en sus labios.
— ¿Eso significa que soy el miembro de desquite y despecho? —susurró.
— Para nada —me burlé.
  Sacó mi mano de dentro de su paquete y se quitó los zapatos de una patada, se agachó para desembarazarse de las medias, que también dejó tirados, y después se desprendió del pantalón y la ropa interior.
— ¿Con cuantas? —le pregunté.
  Allí, en mitad de mi habitación estaba Jimin completamente desnudo. Y no tenía desperdicio. Era tan hombre que juro que por un momento quise correr en dirección a la puerta.
— ¿Tres? Sinceramente no lo sé. Como te dije, tan amigos no somos... —fingió un suspiro y después me señaló—. Te sobra ropa.
Tragué saliva. Tenía ganas de pedirle que apagara la luz y cerrara la puerta. Necesitaba algo que convirtiera la atmósfera en algo más íntimo.
— ¿No deberías quitármela vos?
— No, quiero quedarme con el recuerdo de cómo lo haces tú. Una fotografía mental para cuando esté solo.
  Sonrió burlón y se sentó al borde de la cama animándome a que me desnudara con un ademán. Deslicé mi tanga por mis piernas y después las alejé de una patada. Desnuda delante de él. Jimin se mordió el labio con deseo quedando parte de su piercing escondido, y se acercó, estampando su boca contra la mía con brutalidad. Su mano derecha se metió entre mis piernas de inmediato y siguió con lo que había empezado en la barra.
  Agarre su erección con mi mano derecha y la toqué, sacudiéndola con suavidad. Palpitó en mi mano, haciéndose más grande. Separamos los labios totalmente empapados y los dejamos muy cerca.
— ¿Te gusta?—me preguntó.
— Sí. —tragué
— Déjate llevar... —pidió a media voz.
  Cerré los ojos y dejé escapar un suspiro, mientras sus dedos me acariciaban con pericia.
— Decime si te gusta, si quieres más. Quiero que te corras conmigo.
  Abrí los ojos y él sonrió. Se inclinó hacia mi boca y nos besamos. Su lengua demandaba atención y pasión. El sabor metálico de su piercing cada vez yo que lamia su labio inferior. El tono de las caricias fue subiendo, como la temperatura de la habitación.
— Desde que te vi llevo pensando en esto —confesó.
— La primera vez que nos vimos fue antes de que sea novia de Hernán —eché la cabeza hacia atrás. 
— Exacto.
  Dimos unos pasos hacia la cama y nos dejamos caer. Me colocó a horcajadas sobre él y me movió las caderas de arriba abajo, frotándose con mi sexo. Me senté un poco más abajo, sobre sus muslos, y seguí masturbándole despacio.
— No quiero correrme en tu mano —gruñó.
  Me eché a reír y él tiró de mí para besarme. Aquel beso se convirtió en algo desesperado cuando volvimos a frotarnos.
— Cojeme —le pedí.
— ¿Dónde hay forro? —pregunto a lo que con la cabeza apunte a la mesita de noche a un lado.
  Jimin alargó la mano hasta la mesita de noche y se irguió, colocándose de rodillas entre mis piernas. Agarro el condón y se lo puso tan rápido que me acobarde. Después se tumbó encima de mí y empujó hasta penetrarme con fuerza.
— Mierda, se siente tan bien —y lo dijo con una voz que era viagra pura.
  Levantó un poco mis caderas, arqueándome debajo de él, y empujó con fuerza hasta colarse en mi interior más hondo. La sacó y volvió a entrar haciéndome consciente de cada centímetro de piel y terminación nerviosa. Había sido la mejor penetración de mi vida.
— Sigue, sigue —gemí.
  Me agarré a su espalda y le clavé las uñas. Jimin salió de mí y volvió a entrar fuertemente.
— ¿Duro? ¿Así te gusta?
— Sí. Duro..., fuerte... —gimoteé.
  Jimin se agarró a la almohada y empezó a penetrarme con rabia. Jamás había sentido aquello. Era placer y descontrol; era alcohol en la sangre y sexo en el aire. La fricción que se producía en esa postura convertía el sexo que yo conocía en nada. Ahora entendía que jamás había cojido como es debido.
  Nunca, en toda mi vida, había fantaseado con que un tío me tratara mal en la cama. Nunca me había excitado el sexo violento ni la rudeza, pero ahora moría porque Jimin me agarrara fuerte y me zarandeara. 
  Tiró de mí con violencia y me levantó hasta colocarme a horcajadas sobre él y yo solo eché la cabeza hacia atrás. Jimin me agarro entonces del cuello sin presionar pero con firmeza, rematándome.
—Me voy a correr... —le dije con la poca voz que me quedaba.
  Su boca se acercó a mi oído y mientras empujaba hacia mi interior empezó a susurrar: — Quiero correrme en tu preciosa boca. Quiero que me lamas, que deslices tu lengua por encima. Que disfrutes sintiendo cómo me voy...
  Eso me pudo. Su voz, derritiéndose en mi oído, diciendo aquellas cosas... Creo que hasta puse los ojos en blanco cuando estallé.
— Bueno... —gimoteé.
  Jimin me agarro la cara con una mano otra vez y me acercó a su boca. Nos besamos como dos animales y aspiró mis gemidos finales, deslizando su lengua por todos mis rincones. Él empezó a gemir con fuerza entre jadeos roncos y adiviné que estaba a punto de correrse también. Así que me encaramé a él y acercando mi boca a su oído susurré: — Quiero que te corras en mi boca. Quiero lamer hasta la última gota y disfrutar con el sabor.
  Jimin salió de mí de golpe y tiró del condón hasta quitárselo. Me arrodillé delante de él, de pie junto a la cama. Cuando me la metí en la boca sabía a látex y ya se intuía el sabor dulzón del sexo. Succioné con fuerza, le miré a través de mis pestañas y le insté a agarrarme del pelo, llevando su mano hasta mi cabeza.
  Cerró los ojos durante unos segundos, en los que empujó, cojiendome la boca. 
  Noté el disparo cálido llegar hasta mi garganta y tragué. Le siguieron más y más y más y yo tragué y le miré gemir. Cuando su mano ya no ejercía fuerza en mi cabeza la saqué de mi boca y apoyé la frente en su cadera, jadeando.
  Me levanté y pasé un dedo por la comisura húmeda de mi boca. Los ojos de Jimin me recorrieron la cara al completo. Después me acercó a él y me besó.
— Lo que acabas de hacer... —dijo jadeante— no se me va a olvidar en años.—me reí a carcajadas y él sonrió—. Ahora no quiero parar.
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crisislive · 2 years
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☃︎ 𝙿𝙰𝚁𝙺 𝙹𝙸𝙼𝙸𝙽 ☃︎
Nombre Completo Park Ji Min- Jimin
Nacimiento octubre 13, 1995
Ocupación Cantante, compositor, bailarín, modelo y MC
Apodo/Pseudónimo Jiminnie, Little Prince, Jimin-ssi, ChimChim,
Nombre artístico Jimin
Nacionalidad Surcoreano
Estatura 173 cm
Grupo musical BTS
Tipo de voz Contratenor
Géneros K-pop
Signo zodiacal Libra
Biografía de Jimin (BTS)
Park Ji Min- Jimin (13 de octubre de 1995) Nació en Busan, Corea del Sur. Cantante y bailarín surcoreano, miembro del popular grupo de K-Pop BTS (Bangtan Sonyeondan). Inició su formación artística desde temprana edad, tomando clases de baile en la Busan High School of Arts y el Korean Arts High School. En 2011, ingresó a Big Hit Entertainment como aprendiz y dos años después debutó junto a RM, V, Jin, Suga, Jungkook y J-Hope con el tema No More Dream, parte de su sencillo debut 2 Cool 4 Skool (2013). Desde entonces ha cosechado grandes éxitos como vocalista, bailarín y compositor. Entre sus composiciones más reconocidas están: Boyz with Fun, Lie, Christmas Day y Promise, su primer canción en solitario.
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Nació en el seno de una familia de clase media establecida en Busan. Fue criado por sus padres junto a su hermano menor. Su profesión soñada varió con el paso de los años, inicialmente quiso ser conductor, después espadachín y más adelante cocinero. Con eso en mente, Jimin tomó clases de esgrima por más de ocho años y aprendió a cocinar. Sin embargo, dejó todo esto de lado para iniciarse como bailarín, profesión por la que empezó a sentirse interesado tras ver una de las presentaciones del popular cantante y bailarín surcoreano Rain. En ese entonces tomó clases de ballet y baile contemporáneo, sobresaliendo entre sus compañeros por su agilidad y expresividad. Incluso llegó a ser considerado uno de los estudiantes más talentosos de su academia.
Poco después de iniciar su formación artística como bailarín, Jimin decidió que quería convertirse en cantante. Contando con el apoyo de su familia, ingreso al departamento de Artes del Busan High School of Arts. Allí empezó a desarrollar sus habilidades y técnica vocal, al mismo tiempo que continuaba formándose como bailarín contemporáneo. Fue en ese entonces que uno de sus tutores lo animó para que participara en las audiciones que estaba llevando a cabo Big Hit Entertainment en su ciudad natal. Jimin se presentó a las audiciones en 2011
, demostrando su creciente e inherente talento. Si bien su voz se quebró en varias ocasiones, mientras interpretaba I have a Lover, consiguió destacarse en la audición, quedando seleccionado inmediatamente.
Una vez firmó contrato, se trasladó a Seúl para iniciar su proceso de formación como aprendiz de la compañía. Estando allí, compartió departamento con los otros miembros del proyectos BTS, J-Hope, RM, Suga, V y Jungkook. Cabe mencionarse, que en el transcurso de los siguientes años, Jimin estuvo a punto de no debutar con BTS. Este detalle, lo motivo a esforzarse al máximo, practicaba constantemente, era estricto con su dieta y dormía alrededor de tres horas al día. Todo lo anterior le permitió debutar a último minuto como miembro de BTS junto a los demás miembros.
Antes de debutar, Jimin formó parte del grupo de trainees que se presentaron como bailarines en el show de GLAM “Glamorous”. También participó en el concurso de baile Busan City Kids (2011), junto a los ex integrantes de Wanna One, Kang Daniel y Park Woo Jin. Mientras practicaba para su debut, Jimin cursó estudios junto a V en el Korean Arts High School, institución de la cual se graduó en 2014, para luego ingresar a la Global Cyber University. Tras dos años de estricto entrenamiento, Jimin debutó como miembro de BTS en el programa musical M! Countdown de Mnet.
Trayectoria musical de Jimin junto a BTS
En 2013, Jimin debutó como parte del grupo masculino de K-Pop BTS, interpretando el tema No More Dream, canción principal de su primer trabajo discográfico titulado, 2 Cool 4 Skool (2013). Este sencillo constó de siete canciones e incluyó temas coescritos por los miembros del grupo como: Circle Room Talk, I Like It y Circle Room Cypher, tema en el que colaboró Jimin. Pocos meses después el grupo hizo su primer comeback con el EP O!RUL8,2? (2013), disco en el que aparecieron grandes éxitos como: Coffee, BTS Cypher Pt. 1, Attack on Bangtan y N.O. Si bien el grupo, tuvo poca repercusión en la industria musical surcoreana inicialmente, con el paso del tiempo, consiguieron abrirse camino y convertirse en uno de los grupos más destacados del fenómeno musical que es el K-Pop actualmente.
Un año después de su debut, el grupo lanzó el EP Skool Luv Affair (2014) y el álbum Dark & Wild (2014). En estos trabajos aparecieron temas como: Tomorrow, Spine Breaker, Danger, 24/7=Heaven y la colaboración con Supreme Boi, BTS Cypher Pt. 3. Ese mismo año, Jimin sorprendió a sus fans lanzando en la cuenta de Soundcloud de BTS los temas, 95 Graduation junto a V y Christmas Day con Jungkook. Un año más tarde el grupo ganó reconocimiento tanto nacional como internacionalmente con el lanzamiento de la serie The Most Beautiful Moment in Life, parte 1 y 2 (2015). Eps en los que fueron incluidos grandes éxitos como Dope, I Need U, Run, Butterfly, House of Cards, Silver Spoon y Boyz With Fun, tema que fue coescrito por Jimin.
El siguiente año, el grupo lanzó The Most Beautiful Moment in Life: Young Forever (2016), álbum recopilatorio que incluyó los hits, Fire, Save Me y Young Forever. Finalizada esta serie, Jimin y los demás integrantes de BTS saltaron a la fama con Wings (2016), trabajo discográfico en el que fueron publicados el hit, Blood Sweat & Tears y los primeros solos del grupo, titulados: Begin (Jungkook), First Love (Suga), Reflection (RM), Lie (Jimin), Stigma (V), MAMA (J-Hope) y Awake (Jin). La popularidad de este álbum, llevó a que BTS se convirtiera en el primer grupo de K-Pop en ser nominado a los Premios Billboard en la categoría Top Social Artist, premio que han ganado en los últimos años (2017-2019).
Meses después del lanzamiento de You Never Walk Alone (2017), BTS regresó con el inicio de la serie Love Yourself, titulada Love Yourself: Her (2017), álbum en el que Jimin sobresalió interpretando el solo introductorio Serendipity, canción que fue escrita por RM. Seguido fueron publicados Love Yourself: Answer (2018) y Love Yourself: Tear (2018), álbumes que contaron con la colaboración de reconocidos artistas como Steve Aoki, Nicki Minaj, Desiigner y The Chainsmokers. Ese mismo año, Jimin sorprendió a los fans con el lanzamiento de su primera composición en solitario, Promise, tema que en pocas horas superó el record de Drake en SoundCloud. En lo corrido del 2019, el grupo ha lanzado el álbum, Map of the Soul: Persona (2019), trabajo que contó con la colaboración de Halsey en el tema Boy in Luv.
Map of the Soul: 7
El 21 de febrero de 2020, fue lanzado Map of the Soul: 7, álbum en el que Jimin interpreta el solo Filter y trabaja con V y Jungkook en una nueva subunidad. Como subunidad interpretan 00:00 (Zero O’Clock) y con V interpreta a dúo Friends. En la actualidad, Jimin y los demás integrantes de BTS son tendencia con su nuevo comeback (#BTScomeback2020).
Solo
Además de su trabajo con BTS, Jimin ha ganado reconocimiento como presentador de varios programas musicales y como artista invitado a shows de variedades. También ha realizado varias presentaciones con idols de otros grupos como Taemin de Shinee, Momo y Mina de Twice, N de VIXX, Lisa de Blackpink y Seul Gi de Red Velvet, entre otros
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iswetties · 3 years
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LOVE IS A BITCH
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🌱author: iswetties {cutielifesis}
🌱pairing: min yoongi [suga] x fm! reader
🌱gender: angst / fluff
🌱 sypnosis: Moly tiene los recuerdos de Yoongi en su mente como si todo hubiera sucedido el día anterior, sigue anhelando esa cita que le prometió antes de irse. El había hecho una nueva vida, y ella sólo se dedicaba a recordarlo tristemente mientras fumaba.
🌱word count: +2k
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El humo que entra a mis pulmones me lleva a cerrar los ojos, el aire de la ciudad mueve mi corto cabello negro con lentitud. Desde esta altura los edificios más bajos se ven pequeños y las personas como hormigas cuando en verdad son parásitos. Mi edificio es uno de los mas grandes de Seúl, en la zona de gangnam la mayoría es así, pero este los supera. El piso más grande con la suite, es solitario, he aprendido a adaptarme a este estilo de vida. Mi yo de hace años estaría en desacuerdo con esto, pero luego amaría el dinero, siempre fui egoísta, supongo.
Casi a mis treinta años los lujos son algo trivial cuando estás tan sola, fumando en el balcón pensando en el pasado que se fue sin avisar, sólo queda expulsar el humo e imaginar que hubiera pasado si las cosas hubieran sido diferentes. Min Yoongi, ese chico unos años mayor que yo, me traía vuelta loca, a mis diecinueve años era el a quien yo más quería, supongo que me converti en el a está edad. Fumando, utilizando una bata, y con una botella vacía de champagne en la mesa del living limpio.
Creo que simplemente tome lo que dejo, asimile tarde que el ya no volvería, Seúl es la ciudad en la que crecí, pero es muy grande y las personas simplemente pueden desaparecer. Luego de la Universidad estudie tanto que ahora busco amigos de la infancia que ya no están, los únicos que siempre han estado a mi lado ahora tienen familias y no tienen tiempo para mujeres solteronas cómo yo.
Tire el cigarrillo acabado y avance hacia el interior del departamento.
Me pregunto si haber creído en sus palabras no me hubiera dejado aquí, ¿dónde estaría?
hace diez años
Hay días especiales, para mi y para mis amigos esos tipo de dias son los fines de semana donde no hay escuela, podemos hacer lo que queremos, o al menos así lo intentamos. Éramos los tipos de adolecentes que sus padres prefieren fingir que mantienen en control pero que en realidad nunca saben donde están sus propios hijos.
Mamá se había ido doble turno en el hospital y no llegaría hasta alrededor de las diez al día siguiente. Yo, como una estúpida adolescente tratando de ser genial, acepte la invitación de Jungkook para ir a algún bar con identificación falsa, en ese entonces para mi era fácil conseguirlas, treinta mil wons y te hacían unos personificadas que serían totalmente convencibles.
Aún la tengo guardada como un buen recuerdo.
Estaba segura de que si mi madre se hubiera enterado de lo que hacia... ella probablemente se desmayaria, pero yo se que ella hacía lo mismo a mi edad, aunque lo niegue.
Itaewon se convirtió en ese entonces en una zona muy amada por lo extranjeros, cada vez que íbamos veíamos a gente de otros países, nos sacabamos fotos con ellos y aprendiamos idiomas que al día siguiente olvidabamos. Era genial. Esa noche Jungkook, Jimin y Nahyun me convencieron de entrar a un bar poco conocido para ser más fácil ingresar, había poca gente, pocas mesas y el lugar no era tan grande, eso sí, el olor de la comida hizo mi estomago gruñir con fuerza.
―Identificación, por favor.―nos pidió el mesero.
Ese fue el momento.
Cabello negro, perforaciones en sus orejas, tatuajes en sus brazos, y un rostro lleno de mala vida, lo deduje al ver sus ligeras ojeras, era el tipo de chicos que chicas como yo amaban. Se veía algo joven, ¿entre los veinte? sólo pude morder mi labio inferior al notar su mirada en mi.
Una adolescente hormonal, el sólo esperaba que le entregue mi identificación. Nahyun me codeo, fue entonces que comprendí avergonzada, le extendi la tarjeta y el la inspeccionó sin borrar su mueca.
―¿Tienes veintisiete?―asenti, el levanto la vista― ¿Tu nombre es Kim Moonhyun?
―¿Feo, no? Puedes llamarme Moly.―sonreí como idiota.
―De acuerdo Moly, y sus amigos ―mis amigos se sintieron algo nerviosos ante sus ojos como "se todo"― Disfruten de la comida, gracias por elegirnos ―da una inclinación y nos deja pasar a una mesa.
Mis cortos recuerdos de esa noche varían, yo había ordenado lo mismo que Jimin, en ningún momento pude concentrarme en la charla de mis compañeros de aventuras por estar viéndolo a el. Atendía las otras meses con simpleza, era algo que me volvía loca, jamás he sido enamoradiza, me cuesta interesarme en alguien, pero el, ni siquiera se su nombre y estoy obsesionada con ver sus ojos negros, como su camisa, como su cabello, como sus tatuajes, y como todo de el.
Me sentí nerviosa cuando lo visualice acercándose con una bandeja, en esta había unas cuatro botellas de soju frío, de seiscientos mililitros.
―En segundos traigo sus órdenes. ―dijo, volviendo a irse.
―Es guapo.―murmuró Nahyun, volteé a verla sorprendida― ¿Qué? ¿No te parece lindo? me gustan sus tatuajes.
Si, pero no. Me asqueaba imaginarla enamorada del mismo chico que yo.
―Parece odiar su vida.
―Debe ser un universitario.―dijeron entre ellos ambos chicos― Mi hermana trabaja en una pastelería, ¡Ella lo odia! tiene su rostro enojado todo el tiempo. Pero le sirve para pagar sus estudios.
―Suena muy...
―Sus órdenes.―el chico de negro volvió, junto a el otra chica, está era pelirroja teñida, tenía una sonrisa que cautivaria a cualquiera con dos neuronas. Dejaron nuestros platos en el centro― Disfruten.
Y volvieron a irse.
¿Está mal pensar en pedirle su número antes de irnos? Bueno, eso fue lo que hice. Habíamos pagado por lo nuestro luego de una corta cena llena de risas y malas anécdotas de años atrás, fuimos a la caja, siendo atendidos por la pelirroja de sonrisa encantadora. Yo, como la maníaca que soy, busque entre el lugar al chico, no logrando nada me sentí desanimada.
Puede que haya ido al baño. Pero era improbable, este estaba en mantenimiento.
Cuando ya estábamos fuera del lugar, pasando por este hasta volver a la calle y caminar hacia alguna heladería, fue que un extraño olor inundó mis fosas nasales.
―Alguien fuma.―Jungkook cubrió su nariz, el es sensible a los olores.
Yo gire a mi derecha, había un pequeño callejón, la parte donde hay un contenedor de basura, supuse que es donde los del bar tiran sus residuos. Afine un poco más la vista hasta notar una figura entre la oscuridad, alguien fumando tranquilamente. Eso es ilegal, no puede hacerlo en un espacio tan concurrido.
Entonces me acerqué, escuchando a mis amigos diciéndome que no a mis espaldas, escendi la luz de mi teléfono y lo apunte.
―¡Mierda, ¿qué te pasa?!―cubrió con una mano su rostro.
―Lo siento.―lo apoye hacia otro lado, aún así nos daba luz como para ver nuestros rostros.
El olor incremento, y auque debería quejarme, no me desagrada, mucho menos el humo que inhala y exhala a un costado.
―¿Qué quieres?―pregunto tajante, expulsando el humo― Las niñas deben estar en la cama a está hora y no bebiendo ilegalmente en un bar de adultos.
¿Cómo...
―¿Qué como lo sé? Es obvio que son menores, además, eres una enana.
Gruñi, parecía un idiota.
―¿Y eso qué? Tu no pareces muy alto que digamos.
El sonrió, tirando el cigarrillo al suelo para pisarlo y así apagarlo. Dio un sólo paso, quedando a centímetros de mi rostro, su perfume, el olor a nicotina, todo eso mezclado, fue algo que podría hacer mojar mis bragas.
―¿Qué quieres, Moly?―preguntó en un susurro.
―Tu número.―fui clara.
―¿Para qué? Eres una niña.
―Cumplire diecinueve en Abril.
―Y yo veintitrés mañana, no hay chance.
―Por favor.―junte mis manos, el volvió a sonreír.
―¿Fumas?
¿Por qué había preguntado eso? Aún no lo entiendo.
―No. ―negué.
―Anota.―señalo mi móvil.
Era encantador a su manera.
❝¿puedes seguir a mi lado?❞
La vida continuaba, y una semana después, yo volví a esa rutina cotidiana que nunca me agradó pero con la cuál aprendi a vivir. Ese número seguía en mis contactos pero algo en mi no se atrevía a marcarle o sólo enviarle un mensaje, un "¡hola!" o un "¿cómo estas? ¿me recuerdas?" amenazaba con ser escrito, pero el orgullo y la timidez se apoderan de mi cuerpo evitando que pueda animarme a lanzarme.
Luego de la escuela, un viernes ya casi en la noche, Jungkook leía sobre mi cama mientras yo dibujaba en mi escritorio, era ya casi oscureciendo, mamá se quedó en casa por más extraño que fuera, y todo parecía estar tranquilo. Hasta que entró, llevan a su ropa de turno y una expresión preocupada en su cansado rostro.
―¿Te irás?―pregunté, no sería raro que no cene conmigo otro día más.
―Lo siento cariño...
―No importa, Jungkook se queda ―señale al chico, este levanto su dedo pulgar en señal de aprobación. Mi madre suspiro― en serio mamá, no importa, ire al mercado por algo de fideos o lo que sea, ve tranquila.
―Gracias cariño, te adoro.―ingreso sólo para besar mi cabeza con algo llamado "amor", si, mamá aveces también podía demostrar algo asi― Y a ti también kookie, gracias por cuidar de Moly.
―No hay problema, haría lo que sea por comida gratis.
La risa de mamá fue lo último que escuche de ella antes de salir de la habitación, e irse de la casa para así arrancar su vehículo y desaparecer. Un suspiro escapó de mis labios, era molesto, me sentía inconforme nuevamente. Algo en mi necesitaba de adrenalina, diversión, poder sentirme completa.
―Vamos a comprar.―le dije a mi amigo.
Tome mi chaqueta, me coloque mis zapatillas adidas y sólo baje las escaleras con el castaño siguiendome de atrás. La calle estaba deshabitada a pesar de que apenas son las siete, caminamos una o dos calles hasta que estuvimos frente a la tienda de conveniencia abierta las veinticuatro horas del día, apenas entramos el rostro de una chica masticando chicle llamó nuestra atención.
―Hola Eun.―Jungkook se acerco a ella, le gustaba, así que no les di atención y pase por un pasillo en busca de ramion.
Tome dos paquetes grandes picantes de un estante, gire en busca de alguno otro con sabor a pollo, entonces me percaté de una no tan esbelta figura tomando el único paquete que quedaba de el estante.
―Hey...―me queje, aunque sabía que por derecho era de el y yo no podría hacer nada más que llorar por el paquete de ramion que perdí.
Vaya, ya tendría que irme acostumbrando a las decepciones.
―¿Otra vez tu?―cuando giró, mi pulso se disparó con nervios.
―¿T-tú?―mi garganta se seco, mis manos sudaban y mis mejillas estaban rojas.
El era increíble, podía causar tantas cosas en mi sin siquiera intentarlo.
―¿Acaso me sigues? ¿Eres una acosadora?
―¡No!―negué rápidamente, el sólo biro sus ojos y siguió su camino hacia la caja, yo como toda niña tonta lo seguía de atrás tratando de hablar con el al menos un poco― ¿Qué haces tu por aquí? ¿Vives por acá?
―No tendría que decirte algo tan personal.
Jungkook me observaba mientras le hablaba al chico, debe considerarme una idiota.
―Yo vivo en la otra calle.
―¿Eres idiota?―giro una vez que pago por su paquete― ¿Y si soy un violador que engaña niñas para ir a buscarlas a sus casas y abusar de ellas? ¡¿Por qué me dices donde vives?!
Porque quiero que me busques.
Claro, no diría eso.
―Si fueras un violador no dirías esto.―dije.
El nuevamente desvió sus ojos de mi y siguió su camino hacia afuera, yo con diversión no pude evitar seguirlo hasta la salida, una moto estaba estancada, el se subió a esta, me acerqué tímidamente. Quería seguir hablando con el.
―Se directa niña, ¿qué quieres?
―No soy una niña.
―Aparentas serlo.―suspiro, colocandose el casco― Mira, ya tienes mi número...
―Una cita.
―¿Una cita?
―Si.―asenti, eso sólo había salido involuntariamente de mi― Sólo una para conocernos mejor.
―Te seré sincero, no tengo tiempo para estas cosas, estoy planeando ir a la Universidad de New York cuando acabe el año... pero―un gruñido escapó de sus labios, arrancó el motor y me sonrió― eres astuta, insistente y hasta algo manipuladora, se nota que te irá bien, así que aceptó. Encontremonos el próximo sábado en itaewon.
En ese momento me sentí muy feliz, incluso cuando el me dio una última mirada y se fue en la moto no pude evitar sonreír. El sábado siguiente fui, nos vimos, pude escuchar su risa por primera vez, todo el mes que le siguió fuimos como dos idiotas creyendo ser una pareja. Era bueno por momentos engañandonos a ambos, creyendo que de esa forma íbamos a seguir bien.
―El viernes pasaré a buscarte luego de la escuela, podemos ir a cenar, tengo una buena noticia.―dijo.
Pero sus noticias no fueron buenas para mi: "Fui admitido". Mierda, mi reacción fue peor, discutimos tanto, que al final no hubo una cita siguiente, ni otra llamada, ni otro mensajes, simplemente... Min Yoongi se había ido.
Supongo que en realidad así debía ser.
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