Tumgik
#Sé que su cabello es simple
arcy-lethra · 4 months
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Touken en paint
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El Tatuaje
A principios de año conocí a Armando, el era el típico chico malo, era de los pocos chicos de la escuela que tenían tatuajes, era rebelde, desobligado, rara vez iba a clases, siempre se vestía como el típico rockero o metalero.
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Yo era todo lo contrario, no me consideraría nerd, pero soy bastante aplicado en la escuela, hago deporte, no tengo ningún tipo de adicción, soy amigo de todos y siempre sigo las reglas sin excepción.
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Un día, la escuela obligó a Armando a recibir ayuda escolar para que pueda mejorar sus calificaciones, por lo que mi profesora, me pidió que yo fuera su tutor.
Honestamente me asusté, pues Armando es un tipo que me intimida bastante, y no sé cómo defenderme en caso de que se ponga violento o algo así, pero al final acepté porque pensé que solo estaba exagerando, además Armando es bastante atractivo y talvez no sería tan malo verlo de cerca.
El día llego y me dirigí a la casa de Armando para la sesión de tutorías, al llegar noté que él vivía completamente solo, su casa era desordenada, en la cocina habían varias latas de cerveza y otras bebidas alcohólicas que ni siquiera conozco.
Armando me recibió y comenzó a platicarme sobre un grupo de rock pesado que le gustaba, la verdad yo no apreciaba mucho esa música, yo intente hablar solo de los temas escolares, pero el solo los evadía. Así estuvimos un rato, hasta que dijo que yo era sexi...
Al escuchar eso me sentí extraño, pues no imaginé que Armando sea gay, entonces decidí platicar con él, pues tal vez habían más cosas que no conocía, pero la plática no fluyó tan bien, el hablaba de sus aventuras y rebeldias pero yo no entendía nada.
Una semana después regresé a su casa para continuar con las asesorías, aunque sabía que sería imposible que me pusiera atención, al llegar comenzamos a platicar por un rato...
Entonces me dijo "Eres jodidamente sexi, me gustas, pero eres demasiaaaado aburrido". Mi corazón se aceleró, pues nunca un hombre me había dicho algo así, y no uno tan sexi y atractivo como Armando, pero antes de que pudiera procesarlo, me besó...
Mientras me besaba puso su mano en mi cuello, y sentí como si un insecto caminara por mi cuello y bajara hacia mi hombro, rápidamente me quite y vi algo muy extraño, había un tatuaje real de un escorpión en mi hombro.
¡¡¿COMO PASO ESO?!!, MIS PADRES ME MATARAN.
Me asusté y me fuí, pero durante el resto del día, sentía como el tatuaje desprendía una especie de energía que recorría mi cuerpo y me hacía sentir una sensación de relajación y adrenalina que nunca antes había experimentado.
Cada vez me sentía más relajado, notaba como las cosas que normalmente me preocupaban, dejaban de importarme...
Al otro día desperté con una sensación enorme de rebeldía, me levanté para vestirme, pero mi ropa me parecía simple y aburrida, por lo que me puse lo más oscuro que encontré. En vez de ir a clases, decidí tomar la motocicleta de mi padre y dirigirme a un bar a tomar un trago.
¿Pero por qué?, Yo no soy así, normalmente estaría estresado por faltar a clases, pero no, al contrario, me parece satisfactorio sentir que lo que hago está mal.
Mientras tomaba el primer trago de mi vida, Armando entro por la puerta de aquel bar, se dirigió hacía mí, y me dijo "Sabía que estarías aquí" y ambos nos embriagamos mientras platicábamos, pero está vez la conversación fluyó mucho mejor.
Hoy, casi un año después, me he dejado crecer el cabello, he cambiado mi forma de vestir, de pensar y mis gustos han cambiado completamente. Ahora escucho esa música que antes me parecía ruidosa. Ya no me importa nada ni nadie, excepto Armando.
Me confesó que el tatuaje que apareció en mi cuerpo era brujería que él había hecho, pues se había enamorado de mi físico, pero era demasiado aburrido para su gusto. Ahora vivimos juntos, escuchando metal todo el día, bebemos, nos divertimos y sobre todo FOLLAMOS.
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belvedia02 · 7 months
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Birthday Surprise
Yoko estaba sentada con sus piernas cruzadas en su cama mientras bebía una bolsa de su sangre favorita y veía el manojo de nervios que era su amiga Enid, la que estaba caminando en círculos en la habitación del vampiro. Yoko se rindió hace 10 minutos en conversarle y asegurarle que todo saldría bien, sin embargo, su amiga no quiso escucharla.
—Enid — Intentó por cuarta vez llamándola por su nombre.
Enid murmuraba palabras inentendibles.
—Cachorro — Yoko sabía cuánto Enid odiaba ese sobrenombre. La situación ameritaba que la llamara de esa forma, que a juicio de Enid era denigrante para cualquier hombre lobo.
—¡YOKO! — Enid detuvo su andar y fue hasta donde su amiga para enfrentarle y decirle por millonésima vez que odiaba ese estúpido apodo.
Sonriendo ante el resultado de su atrevido llamado mantuvo su acostumbrada calma.
—Enid tienes que estar tranquila, todo saldrá bien.
—Es que debe ser perfecto— Se sentó junto a su amiga, mientras se tapaba la cara con ambas manos.
—Lo será, llevas planeando esta fiesta desde que llegaste de tus vacaciones de verano — Yoko sabía todo el itinerario que había confeccionado Enid para aquel día tan especial — Además todavía faltan 5 días, no estes nerviosa.
— Ya te dije, no puede haber fallas, no cuando…
—¿Cuándo qué?  Enid esto no es una petición de matrimonio o ¿sí? — Bromeó descaradamente.
—Ma..trimo…nio — Enid se dejó caer de espaldas y amortiguó su grito con su antebrazo.
— Te saltarías varios pasos, porque aún no puedo creer que viviendo con Addams por cerca de dos meses no hayas sido capaz de confesarte— Yoko estaba segura que esa invitación no era para una simple amiga por parte de Wednesday. Creía que al fin ambas se confesarían y su relación sería de amantes, no de amigas cercanas.
Enid se quedó mirando el techo — No era el lugar ni el momento adecuado, ¿cuántas veces tengo que repetir lo mismo?
—Las necesarias para que te des cuenta que perdiste tiempo valioso.
— Bien en el caso que me hubiera confesado — Enid recordó el cuento que había inventado acerca de una pequeña Wends y una estrellita, personificada por ella. Eso era una confesión indirecta, pensó. — Si me hubiese rechazado tendría que haber regresado a San Francisco.
—¿Y si te aceptaba? y ¿corresponde tus sentimientos? —Yoko la miró, bajando sus redondos lentes y dejando ver sus pupilas rojas.
—De eso no puedo estar segura.
— ¡Por dios Enid!, durante todo el tiempo que la conocemos, tú eres la única persona que puede estar en un radio menor a un metro. Además de que puedes tocarla, abrazarla y a la única que invitó a su maldita mansión. ¿Acaso esas no son suficientes pruebas para decir que también te quiere y no como amiga?
—Peinarla, recuerda que también pude trenzar su cabello. — Enid sonrió ante el recuerdo y se sonrojó.
Yoko exhaló fuertemente — ¿Lo ves?, hasta eso tienes permitido, solo eres un lobo miedoso.
Enid sabía que su amiga tenía razón, lo único que impedía que se confesara es que no podría soportar el rechazo de Wednesday sería demasiado incomodo estar en la misma habitación, así que prefirió no arriesgarse, además sabía que su roomie no estaba interesada en nadie y ella tampoco estaba emparejada, así que hasta el momento disfrutaba de la situación.
—No, no lo soy, solo estoy esperando un mejor momento y también trazar un buen plan para mi confesión.
—Espero que ese plan sea antes de que nos graduemos, no soportaría escuchar tus tontas lamentaciones o lo maravillosa que es Addams — Enid le lanzó una almohada. —¡Hey!, es verdad no tienes porqué agredirme.  — Le lanzó la misma almohada, fallando por pocos centímetros de la cara de Enid.
—Lo sé, solo que todo lo relacionado con el cumpleaños de Wednesday quiero que salga perfecto, es por eso que ayúdame a revisar una vez más el itinerario del viernes— Enid le pasó el papel, arrugado y lleno de correcciones con su lapicera favorita. Las actividades solo abarcaban la mañana antes y después de clases. Por suerte los viernes se desocupaban después del almuerzo.   
—Creo una vez más, que todo está bien, además que has revisado el clima y será perfecto.
—Eso espero, sino se arruinarían mis planes.
—No lo creo, dame la otra hoja — Enid se la entregó— Tienes un plan B y hasta un C, así que solo tienes que disfrutar de tus días y no delatarte frente a tu “amor secreto” —Dijo lo último moviendo sus dedos en el aire para darle énfasis a que nunca ha sido un misterio para nadie quien es la persona de la que Enid está enamorada.
Cuando le dieron por una tercera vez una lectura a los papeles y que Enid recitaba de memoria, conversaron de otros temas, hasta que fue la hora del toque de queda.
—Nos vemos mañana Yoko.
—Hasta mañana, ¡cachorro! — Enid cerró fuertemente la puerta. Yoko solo se río.
Los días antes de la fecha especial, Enid mantuvo una aparente calma, sobre todo cuando estaba en compañía de Wednesday, no quería que sospechara que tenía preparada una sorpresa para su cumpleaños, así que intentó evadirla lo más que pudo. Siempre llegaba minutos antes de las 22 horas y tenía la excusa de dormirse temprano, para no deslizar ninguna pista, incluso mantuvo al margen a Thing, porque sabía de la lealtad que tenía hacia Wednesday.
Por su parte, Wednesday sospechaba que algo le pasaba a su amiga, porque sus conversaciones eran escasas y solo se veían en sus clases compartidas y los minutos antes de que ella se durmiera. Las mañanas eran otro asunto, pues ella siempre se levantaba temprano y salía antes que Enid se despertara.
—Thing — La mano estaba hojeando una revista
—¿Sabes por qué Enid actúa extraño? — Wednesday había llegado de su práctica de esgrima, se estaba preparando para darse un baño.
Thing movió sus dedos para contestarle; La veo igual.
Wednesday quizás estaba imaginándose cosas, pero su mente le indicaba que algo fuera de lo normal sucedía.  
—Así que no sabes nada. — Se cruzó de brazos.
No — Movió su índice para dar su respuesta.
—Si llego a averiguar qué sabes algo, puedes despedirte de tus cremas de manos por todo un mes — Lo amenazó y se dio la media vuelta para darse una ducha caliente.
Enid salió del dormitorio de Yoko para revisar que todos los arreglos para el gran día estuvieran completos. Ahora solo deseaba que el día de mañana fuera tan perfecto como se lo ha imaginado a lo largo de estas semanas. Respirando profundamente entró en su habitación sin ver a Wednesday, así que se cambió su uniforme por su pijama y se colocó los auriculares para distraerse hasta que le diera sueño, si la suerte la acompañaba tal como los días anteriores, solo tendría una pequeña charla con su roomie y podría intentar dormir sino se apoderaba el insomnio como le ocurrió la noche anterior.
Wednesday salió del baño lista para acostarse y vio que Enid estaba haciendo exactamente lo mismo que días anteriores.
—Enid — Se acercó hasta su cama.
—Dime Wends — Se quitó los auriculares y se sentó.
—¿Qué estas tramando? Le preguntó directamente
—¿Tramar? ¿Yo?  Nada… —Dijo simplemente, sin que su rostro reflejará el temor de ser descubierta.
—No te creo, no entiendo por qué siempre llegas a la misma hora. Este extraño comportamiento se ha repetido toda la semana — Lo dijo sumamente seria.
— Imaginaciones tuyas Wends, solo estoy en la habitación de Yoko — Enid conocía demasiado bien a Wednesday, así que estuvo pensando en qué respuestas darle si se daba cuenta que su horario de llegada durante estos días era más tarde de lo usual.  
—¿Y qué tanto debes hacer en esa habitación? — Se cruzó de brazos.
—Ya sabes, solo charlar, saber uno que otro rumor de los colmillos y a veces sí, nos concentramos en nuestros deberes escolares —Wednesday no podía rebatir la explicación de Enid, porque la había visto regresar con libros o con su laptop, así que puede que sí estén haciendo lo que le dijo Enid durante las tardes, sin embargo, su intuición le decía que algo ocultaba.
— Por ahora te dejaré en paz, pero si este anómalo comportamiento persiste, descubriré lo que escondes— Fue hasta su cama, pensando en lo que ocultaba Enid. Quizás encontró un nuevo novio, pensó amargamente.
Enid se relajó completamente cuando vio que Wednesday le había deseado las buenas noches y se había dormido. Por ahora solo le faltaba ajustar su alarma y desear que el día de mañana salga tal como lo ha imaginado.
Esa noche los sueños de Wednesday estuvieron plagados de terribles pesadillas y Enid solo durmió un par de horas, incluso se despertó antes que su celular comenzara a sonar.
Levantándose con rapidez, Enid se vistió con su uniforme intentando hacer el menor ruido posible. Observando que Wednesday no se despertó salió de la habitación rumbo al cuarto de Yoko, donde tenía guardado el primer regalo de hoy.
—¡Yoko! — La llamó apenas entró a su habitación.
—Cálmate Enid— Yoko ya estaba levantada esperando a su amiga.  — Ahora solo debemos bajar a la cafetería y preparar el desayuno para tu novia — A Yoko le fue inevitable no molestar a una muy ansiosa Enid.
—No lo es… todavía — Susurró la última palabra y salió de la habitación acompañada de Yoko. Le prepararía a Wends su taza de café, sin embargo, esta vez también le llevaría los sándwiches que había preparado para el día de su picnic.
Yoko renunció a hacerle algún tipo de comentario a Enid, quien estaba concentrada preparando el desayuno. Luego de unos minutos estuvo lista para volver a su habitación.
—Creo que preparaste demasiado sándwiches.
—Es que también hay para mí— Enid llevaba dos tazas; una con café y otra con chocolate acompañadas por los sándwiches.
—Ya veo — Dijo simplemente, quería agregar alguna broma, pero era muy temprano para molestar a su amiga.
—¡Vamos! — Enid agarró la bandeja, mientras Yoko llevaba el regalo.
Hicieron el camino hasta los dormitorios sin la interrupción de algún estudiante o de la encargada del Ophelia Hall. Estando fuera de su habitación Enid miró a Yoko que se había quedado un par de pasos detrás de ella.
—Recuerda que debes quedarte acá.
—Como ordene, jefa — Enid rodó los ojos y se preparó para el inicio del día de celebración del cumpleaños número 17 de Wednesday.
Abrió la puerta con lentitud para hacer el menor ruido posible. Enid dejó la bandeja encima de su escritorio dando un rápido vistazo hacia el lugar de la habitación en la cual se encontraba la cama de Wednesday y vio que aún dormía.
Volvió a salir por unos momentos de su dormitorio para que Yoko le diera el primer regalo del día.
—Gracias Yoko — Enid susurró.
—Recuerda qué cuentas conmigo para lo que necesites. Confía en que todo saldrá bien y solo diviértete—Yoko fue hasta su dormitorio, le esperaba un largo día.
Enid fue hasta la cama de Wednesday, no quería interrumpir su sueño, pero no le quedaba mucho tiempo, ya se acercaba la hora que su roomie se despertaba, así que daría inicio a la celebración del cumpleaños de la persona que estaba enamorada.
Se aclaró la garganta y comenzó a cantar. — Happy Birthday …
Wednesday que tenía un sueño ligero despertó después de escuchar el to you. Tallando sus ojos, se sentó sin apoyar su espalda en la cabecera de la cama y manteniendo una postura recta esperó para saludarla hasta que Enid terminó de cantar.
—Feliz Cumpleaños Wends—Le dio el ramo de rosas negras, 17 en total.
Wednesday que tenía una facilidad para encontrar las palabras adecuadas para cada ocasión, esta vez su locuacidad le falló terriblemente, solo se quedó mirando a Enid en silencio.
Enid pensando que ya tenía su primer fallo fue la que habló para alejar cualquier incomodidad.  ¿Fue exagerado mi primer regalo? Pensó.
—Si no te gustaron puedo deshacerme de ellas— Ofreció una alternativa a lo que ella clasificó como un error en la elección del regalo.
—Por qué querría eso? — Wednesday se levantó.
— Porque no te gustaron— Respondió simple y honestamente.
— Y ¿qué te hizo deducir eso? — Preguntó extrañada.
—Tu silencio.
—No Enid. Mi silencio se debe a que estoy atónita frente al regalo que me ofreces— Acaso Enid sabe el lenguaje de las flores. Pensó
—Entonces, ¿te gustaron? — Preguntó con un tono de voz más animado.
— Sí — Enid le entregó el ramo de rosas y en agradecimiento recibió un cálido abrazo, el cual devolvió rápidamente.
— Bien ahora, deberías volver a acostarte para que desayunemos— Wednesday no alcanzó a responderle, pues Enid fue a buscar la bandeja.
—Sé que solo prefieres tu taza de café, sin embargo sería un desayuno como cualquier otro día y no uno de cumpleaños, así que también preparé esto— Los sándwiches estaban ocultos bajo una gran servilleta.
—Veo que preparaste demasiados.
— Es que también hay para mí— Sonrío.
Las dos desayunaron sin prisas y aunque Wednesday intentó averiguar si esto era la única sorpresa del día, Enid se negó a entregarle cualquier información.
—Bien, estaré en mi lado de la habitación para que te vistas y vayamos a clases — Dijo mientras se levantaba y agarraba la bandeja con solo las dos tazas, los sándwiches habían desaparecido.
Wednesday asintió moviendo su cabeza, se levantó y fue hasta su el pequeño espacio donde guardaba su ropa y se vistió.
Enid por su parte después de dejar su bandeja devuelta en el escritorio, sacó el papel de su bolsillo de su chaqueta de su uniforme escolar y tomando su lapicera tachó las dos primeras líneas, las que se habían llevado con éxito.
Las clases de la mañana se le habían hecho sumamente aburridas a Wednesday. Lo único que agradecía es que nadie se atrevió a saludarla, así que su mañana seguía el mismo patrón que cualquier otro día.  En cambio, Enid no se concentró en ninguna de ellas, estaba ansiosa por la sorpresa de la tarde.
La hora del almuerzo llegó y los nervios de Enid estaban a flor de piel, porque para la hora de comida, no había preparado nada, solo almorzarían las dos juntas, sin la compañía de Yoko, Divina o Bianca que en algunas ocasiones también se une a esta hora.
Espero que mi compañía sea suficiente Pensó. Mientras se sentaba en la mesa más alejada de la cafetería. Hace 5 minutos le había enviado un mensaje de texto a Wednesday, el cual fue leído, pero no contestado.
Enid no pudo resistirle a hacerle una seña con su brazo para indicarle a su amiga el lugar que había escogido para almorzar.
—Wends, no estaba segura sí habías visto mi mensaje.
—Lo hice, ¿acaso no me enseñaste cuando tuviera los checks en azul significaba que el mensaje fue recibido y leído? — Se sentó mientras le explicaba a Enid que sí leyó su mensaje, bastaba con un simple sí, pero Wednesday le gustaba dar explicaciones completas.
—Es verdad… —Respondió simplemente — Bueno, traje tu almuerzo también.
—Gracias— Wednesday comenzó a comer y hubo algo que llamó su atención —¿Dónde están los demás?
—En otras mesas, ¿quieres ir con ellos? — Preguntó extrañada.
—No, solo me pareció extraño que estemos las dos solas. Me imaginé que me saludarían.
—¿Querías eso? Entonces los llamaré— Enid creyó que Wednesday apreciaría este momento a solas al igual que el desayuno.
—No, estoy bien, solo estoy verbalizando un pensamiento. Sabes que tolero la compañía de los demás porque tú estás también— Enid se sonrojó.
—Entonces disfrutemos de este exquisito almuerzo de la cafetería.
Conversaron o más bien Enid fue la que habló mayormente durante este tiempo. Cuando terminaron, caminaron juntas hasta los dormitorios para cambiarse de ropa.
Enid abrió el cajón de su escritorio y le entregó un sobre negro y sellado a Wednesday.
—Es una invitación. Espero que te diviertas resolviendo las pistas. —Enid no esperó la respuesta de Wednesday y se fue junto con Thing a alguna parte, desapareciendo de su vista.  Wednesday lo abrió cuando Enid salió del dormitorio.
“Hola Wends, espero que resuelvas estos sencillos acertijos. Suerte
‘El Enigma Literario’
Empieza por el lugar donde los detectives más famosos resuelven crímenes.”
—Enid esto es demasiado sencillo— Dijo cuando terminó de leer y salió de la habitación para dirigirse hasta la biblioteca. Wednesday fue de inmediato a la sección de misterios donde estaban los libros de Agatha Christie, Arthur Conan Doyle, entre otros.  Wednesday esperaba no tener que revisar cada uno de los libros para tener la segunda pista. No tuvo que hacerlo, otro sobre negro estaba en el letreo que decía “misterio”
Wednesday lo abrió y leyó la siguiente pista.
“Fue sencillo, ¿cierto? O debo decir Elemental, mi querido Watson”
—Enid, esto es un juego de niños— Wednesday escogió el libro de Sherlock Holmes que llevaba por título ‘Las aventuras de Sherlock Holmes’, porque era el primero que había leído y se lo había dicho alguna vez a Enid.
Encontrarlo fue fácil, lo abrió y encontró otro sobre.
“Vas muy bien Wends. El siguiente paso es conocer a la Reina del Crimen. Encuentra su obra más famosa"
—¿En serio? — Wednesday sabía cuál era el libro. Asesinato en el Orient Express.
Wednesday encontró el sobre dentro de aquel libro.
“Estás muy cerca de resolver este enigma. Sigue la vía y busca el libro que tiene una referencia al Orient Express."
—Este sí que es un buen acertijo Enid— Wednesday estaba recordando todos los títulos de dicha autora y había algunos que se mencionaba el expreso oriente.
Estuvo buscando el libro por varios minutos, hasta que finalmente lo encontró. ‘El misterio de la guía de ferrocarriles’. El sobre estaba en sus páginas centrales.
“Felicitaciones Wends. Ahora tu pista final.
Tu viaje está por concluir. El próximo autor es famoso por un juego mortal”
— ¿Podrías no haber sido tan literal? — Wednesday buscó el libro del autor Ira Levin.
El sobre estaba en la contratapa
“Busca la página 17"
Wednesday así lo hizo. Había una nota escrita con un lapicero color rosa.
“Felicidades, has resuelto todos los enigmas literarios. Ve al lugar donde te encontré después de transformarme en hombre-lobo para encontrar tu recompensa."
Wednesday guardó la nota en su bolsillo y sonrío ante el recuerdo de ese primer abrazo donde se permitió demostrar afecto hacia su compañera de habitación.
El camino hasta la entrada de Nevermore lo hizo calmadamente y sonriendo por el esfuerzo de Enid al prepararle un juego muy a su estilo. Cuando vio que estaba parada detrás de las puertas de hierro, apresuró su paso.
—Wends — Vio la hora en su reloj de pulsera — Fue bastante rápido.
—Enid, las pistas eran muy fáciles de adivinar.
—Dime que al menos fue divertido.
—Reconozco que lo fue, me divertí, además comprobé que recuerdas los nombres de los libros que te he mencionado alguna vez.
—¡Hey! Puedo ser distraída para algunas clases, pero nunca acerca de ti — Enid admitió.
—Como sea, ahora ¿dónde vamos? —  Wednesday se había sonrojado levemente.
—Estamos esperando a nuestro conductor para ir hasta la ciudad.
Tuvieron que esperar unos 10 minutos. Cuando llegaron al centro de Jericó, Wednesday se imaginó que irían al Weathervane, sin embargo, Enid estaba caminando hacia el lado opuesto.
—¿Aquí? — Wednesday preguntó con extrañeza.
—Sí, me gusta este lugar, además fue un gran espectáculo que diste con tu cello — Enid sabía también que el responsable intelectual de que la estatua de Crakcstone ardiera en llamas fue Wednesday poque se lo confesó. Enid no se sorprendió que Thing haya ejecutado el plan.
—¿Qué haremos acá? — No vio a nadie cerca.
— Espera, deja preparar todo — Enid había pedido permiso al nuevo alcalde para utilizar la plazoleta y con ayuda de Yoko que estaba cerca de ahí, armaron el telón y el proyector.
—Elegí una de tus favoritas.
— ¿Cuál? — Preguntó dudosa, esperaba que no fuera una película Disney
— Friday the 13th
—Enid supongo que sabes que son como 10 películas.
—Lo sé, tengo preparada la trilogía— Le giñó.
Estuvieron disfrutando de las películas hasta pasada las 22 horas, Enid también había pedido permiso a la directora para llegar más tarde que el toque de queda.
— Ahora podemos volver caminando o llamar un auto. Eso lo decides tú— Ofreció Enid con una voz temblorosa.
—Apreciaría ir caminando, pero veo que estás muy nerviosa. Enid no se aparecerá nadie con una máscara de Hockey — Le aseguró.
—Wends uno nunca sabe…
—Bien, llama un auto— Lo dijo solo porque no quería que Enid estuviera más nerviosa. — ¿Quién ordenará todo esto? —Preguntó mientras veía el desorden de las mantas, las palomitas y por su puesto el telón y el proyector de la película.
—No te preocupes tengo a alguien quien se encargará— Yoko era esa persona.
Cuando estuvieron en su habitación, estaba decorada con globos negros y dos grandes globos dorados formando el número 17. Un pastel estaba en una mesa que no pertenecía a la habitación.
—¡Feliz cumpleaños Wednesday! — Enid la felicitó una vez más, entregándole un obsequio.
— Gracias Enid— Recibió el regalo y lo abrió bajo la mirada atenta de Enid.
—Esto es… —Una vez más se quedó sin palabras, Enid seguía esperando que Wednesday le diera su opinión acerca del regalo. —Espléndido — Wednesday tenía en sus manos un ejemplar de lujo de la Divina Comedia de Dante Alighieri en su idioma original.
Wednesday abrazó fuertemente a Enid y esta vez estuvo entre los brazos de Enid más tiempo que en la mañana. Después de separarse, Enid encendió la vela del paste y cantó una vez más la canción de cumpleaños mientras sostenía el pastel.
—Recuerda pedir un deseo— Le dijo a Wednesday antes que soplara la vela.
Wednesday pensó que ya tenía todo lo que deseaba, aun así pensó en algo que anhelaba.
¡Deseo pasar el resto de mi vida junto a Enid!
A/N : Dedicated to @fridayd13th for her constant support to my fanfics, for reading them even though she doesn't understand spanish perfectly and because it's Friday the 13th.
@choicesprompts
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diamantar · 1 year
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DRAGÓN EN LLAMAS
→ Daemon Targaryen x Targaryen!OC [Aerhys Targaryen]
✦ Sinopsis: Como la hija mayor de Viserys I y heredera al Trono de Hierro, es el deber de Aerhys gobernar y multiplicar la línea real. Las discusiones y propuestas de matrimonio son usuales, pero su corazón sabe lo que quiere.
✦ Advertencias: Incesto / Diferencia de edad / Slow burn / Celos / Posesividad / NSFW (?) / Cursiva = Alto Valyrio.
✦ Palabras: 7837
✦ Nota: En mi búsqueda de lectura noté que la comunidad en español de HOTD es prácticamente inexistente, así que me aventuré y éste es el primer escrito, ¡ojalá les guste! Comentarios, likes y reblogs son muy apreciados ♡
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—Deben casarse, ese es su deber… Pero busquen, encuentren, a quien les haga feliz, ¿de acuerdo?
Aerhys y Rhaenyra dejaron de observar a su padre para conectar miradas, en el rostro de la menor amagando a formarse una sonrisa. Ciertamente esa pizca de libertad aliviaba la pesadez en el pecho, pero la primogénita sabía que, incluso así, no obtendría lo que deseaba.
En conjunto asintieron y el regente suspiró aliviado, así dando por terminada la reunión y admirando como ambas se encaminaban a la salida.
—Aerhys, quédate un momento.
La nombrada paró y volteó, el sonido de Rhaenyra dejando el cuarto y cerrando la puerta dando comienzo al intercambio privado.
—¿Qué sucede?
Viserys inspiró profundo y bajó la cabeza tratando de encontrar las palabras correctas, provocando que ella apretara los dientes al tener certeza de que hablaría de lo que más detestaba.
—Respecto al matrimonio…
—¿Te preocupan mis sentimientos por Daemon? —interrumpió queriendo apurar el momento.
El Rey chasqueó la lengua e incomodidad pintó cada músculo, pero no tardó en asentir.
—Sé que has estado encantada por él desde joven y...
—¿De verdad hay que conversar? Sabemos que es imposible que algo suceda entre nosotros.
—¿Te ha rechazado?
—Jamás me confesé —respondió simple juntando las manos al frente—. Tampoco planeo hacerlo, se ve feliz en compañía de Mysaria y los prostíbulos.
—¿Cómo sabes eso? —frunció el ceño.
—Soy tu heredera, tengo que estar informada de lo que pasa en el pueblo. No importa si se trata de un noble o un vagabundo, debo que saber el movimiento de cada rata que vive en la ciudad —explicó tensando la mandíbula—. La gente a mi alrededor tratará de manipular y esconder cualquier información que no les convenga, por lo que también debo trabajar por mi lado.
Viserys quedó boquiabierto y completamente deslumbrado, una risa seca e impactada saliendo hasta que giró a sentarse en la cabecera.
—Preferiría que no insistieras con mi hermano, así que ve y busca a un esposo de tu agrado.
Ella asintió y finalmente escapó, aún tensa encerrándose en los aposentos que le correspondían y acostándose. Intentó controlar las emociones desagradables con ejercicios de respiración, aunque luego de unos minutos decidió que para despejarse no había nada mejor que volar.
Buscó ropas adecuadas y en carruaje viajó a Pozo Dragón, donde su corazón dio un salto contento y olvidó el dolor del amor que nunca tendría. Cortésmente saludó a los cuidadores que cruzaba y rechazó las ofertas de traerle el dragón, ya que ella misma quería ir a por la majestuosa criatura que crió: Lucero.
Los rugidos de las bestias más inquietas retumbaban con fuerza, pero podía asegurar que el golpeteo en su pecho venció cuando observó a Daemon con Caraxes. Apretó los dientes e inspiró profundo intentando que su ritmo al caminar no cambiara, la distancia menguando a medida que se acercaba.
—Buenas tardes, princesa —habló al notarla, claros irises admirándola de arriba a abajo—. Veo que saldrá a pasear.
—Buenas tardes, Daemon —respondió sonriendo leve—. Deduces bien, Lucero no gusta de estar mucho tiempo en la cueva.
—De joven era una criatura muy temperamental, pero más o menos ha aprendido a comportarse. Me recuerda a ti —rió, varios mechones de crecido cabello cayendo tras sus hombros.
—Por favor, no hagas que hable de tus similitudes con Caraxes —bufó, enseguida dando la orden a dos guardias para que la ayudaran.
—Adoraría oír lo que tienes que decir —aseguró mientras paraba a esperarla.
—El tiempo es oro, no querría desperdiciarlo —sonrió burlona antes de animar a que avanzara—. Sabes las reglas, no hay que cruzar a los dragones dentro de Pozo Dragón.
Daemon inclinó la cabeza e inspiró dando un paso hacia ella.
—¿Aún no te han contado? Caraxes y Lucero parecen interesados en el otro, así que tienen permiso de reunirse.
Ella arrugó el ceño y giró hacia su adorada bestia, la cual avanzó y bajó el cuello para tocarle el rostro con el hocico. Aerhys no dudó en acariciarla y decir palabras bonitas, ambas manos recorriendo las gruesas escamas color crema y mantequilla.
—Verte siempre disipa mis preocupaciones y alegra mis días —sonrió alejándose y viendo el dorado ojo de pupila vertical.
Lucero rugió bajo y las vibraciones ocuparon cada centímetro del cuerpo femenino, Caraxes creando sus propios sonidos ante la presencia del dragón que últimamente llamaba su atención.
Ambas giraron y Aerhys analizó la forma en que reaccionaba, así buscando la mirada de Daemon por la forma en que Lucero correspondía.
—¿Dudas? —enarcó una rubia ceja con una sonrisa de costado.
—¿Hace mucho que están así?
—Un mes, más o menos. Se suponía que debía informarte, pero no hemos tenido oportunidad de juntarnos.
—Suelo estar en el castillo, no es difícil encontrarme —comentó, pronto viendo como ambos dragones frotaban sus cuellos—. ¿Puede que también hagan que se apareen?
—Definitivamente, y, de hecho, nos dieron una tarea.
—¿Cuál?
—Hacer que vuelen y pasen más tiempo juntos, así el cruce tendrá más éxito.
Aerhys sintió que se le cerraba la garganta y miró como compartían cariños, con pesar entendiendo que Lucero sería la única parte de su vida que se relacionaría íntimamente con Daemon.
—¿Estás libre? —preguntó con un pesado suspiro.
El hombre asintió y en conjunto fueron a la salida principal, los entrenadores apareciendo y ordenando a las criaturas para el pronto despegue.
—¿Qué te parece una carrera ida y vuelta a Rocadragón? —ofreció el mayor ajustando sus guantes de cuero.
—Me gusta, pero… —miró el suelo torciendo la boca—. Tenía pensado quedarme unos días allí, así que solo puedo entregarte una competencia hasta llegar a la isla.
Daemon elevó ambas cejas en interés, rápido escaneando los alrededores.
—No hay nadie para despedirte, ¿estás escapando?
—Decisión de último momento, necesito aclarar la mente.
—Ambas princesas hoy tuvieron una reunión con Viserys, ¿tan mal salió?
—No, pero los problemas los busco sola y me gustaría ordenar eso —rió entre un bufido y una negación, así volteando y yendo a su dragón con intensiones de subir.
Tocó la gruesa piel y se exaltó cuando sintió dos manos en la cintura, al mirar hallando el rostro que anhelaba.
—¿Qué…?
—Te ayudaré.
Aerhys asintió y tragó con un nudo en el estómago, al saltar notando el enorme impulso de Daemon. Llegó a la sima con poca dificultad y le agradeció desde la altura, él sonriendo y haciendo una leve reverencia con la cabeza antes de ir hacia Caraxes. Lo observó unos segundos antes de establecerse, la sensación de aquellas palmas quemando sobre su ropa y piel en una impresión que no desaparecería pronto.
Inspiró profundo y cerró los ojos guardando la sonrisa estúpida que quería salir, una mano en el pecho apreciando el desbocado corazón. Apretó los labios con los cabellos erizados ante el momento vivido, pero un rugido de Lucero la devolvió a la realidad en susto. Se inclinó a ver y notó que estaba jugando y dándose mordidas inofensivas con el rojizo dragón, ambos apreciándose a gusto y emocionados ante la idea de viajar juntos.
—¿Lista? —preguntó Daemon desde la derecha.
—Por supuesto, te esperaba a ti —elevó el mentón con orgullo y miró hacia el cielo empezando a sentir la adrenalina.
El guardia que usualmente marcaba el inicio de las carreras pasó al frente, todos dejando camino libre y aguardando expectantes. Aerhys inspiró y contuvo el aliento, un sonido corto y alto saliendo de ella cuando el permiso fue otorgado. Lucero reaccionó al instante al igual que Caraxes, con unos breves pasos elevándose hacia las nubes y en dirección a Rocadragón.
La tentación de fijarse en Daemon era grande, pero mantuvo la concentración al saber que debía tener cuidado en conseguir cualquier ventaja posible. El dragón que le competía era esbelto y sin exageradas protuberancias que pudieran generar resistencia al viento, mientras que el suyo poseía impresionante musculatura y un peso extra que en tales actividades no ayudaba. La corriente, las artimañas de su familiar y la actitud de Lucero eran cuestiones que tenía que tener siempre en mente.
Apenas halló un momento de paz decidió mirar al hombre, el cual estaba unos metros delante. Sin contenerse aprovechó a deleitarse, poniendo especial atención a los plateados cabellos que volaban en una longitud superior a los hombros. El golpeteo de su corazón le recordó una vez más los sentimientos que en años no logró borrar, los deseos de Viserys realmente no importando si tuviera oportunidad de estar con él.
Rió suave por lo ridícula que era y comenzó a desabrochar el traje, tal amor junto con el recuerdo de Daemon en su cintura siendo demasiado. El viento le congeló el pecho, pero decidió quedarse con la ajustada camisa blanca encajada en sus pantalones y rápidamente armó un plan para ganar.
Comprendió que el cariño que Caraxes tenía era una inesperada ventaja, así que con un tirón de correas hizo que se elevara aún más en las alturas. Aquello hizo que perdiera un par de metros, pero, en cambio, sonrió y en una palabra ordenó que rugiera. El sonido la llenó de adrenalina y provocó que ambos observaran, la rojiza bestia chillando en respuesta en cierta confusión.
Aerhys movió las correas y ordenó que Lucero se lanzara en picada, al ras pasando junto a Caraxes y haciendo que se desestabilizara. Exclamó en contento cuando notó que ciertamente creó distancia, así que enseguida se enfocó en armar otro vuelo seguro y conservar lo que ganó. Fue rápido y en segundos miró a Daemon, el cual parecía no saber que sentimiento poner en su rostro.
—¡Intenten alcanzarnos! —gritó, con una mano sacudiendo el saco de su traje de vuelo.
Lucero emitió un grito por su cuenta casi como si entendiera el juego, Aerhys elevándose unos momentos y sentándose arriba de la prenda para evitar perderla entre el viento. Admiró el sol que reinaba y como los rayos evitaban que la bruma se generara alrededor de Rocadragón, ahora el atardecer iluminándolos mientras bajaban a tierra.
Apreció la sorpresa en los guardias que custodiaban el castillo y miró sobre su hombro para asegurarse de que Daemon estaba donde lo había dejado, con una risa complacida descubriendo que así era. Rápido ordenó a Lucero que bajara, con las correas y breves comandos guiando donde quería que se detuviera. Saltó sobre su montura cuando tocaron la zona plana de aterrizaje, con un breve siseo pasando a felicitar a su adorable criatura al realmente merecerlo.
Un chillido la sobresaltó e hizo que instintivamente bajara el cuerpo, Daemon y Caraxes devolviendo la jugada anterior y casi rozándolas al frenar cerca de ellas. Frío bajó por su espalda ante el susto y los buscó con la mirada, el hombre sonriendo entretenido a sabiendas de que no podra quejarse.
Bufó y rodó los ojos poniéndose de pie, antes de bajar agarrando la prenda que se quitó al saber que frío la llenaría una vez que la adrenalina desapareciera.
—Espero haber ganado algo —gritó para que le escuchara.
—No acordamos nada —negó con un sutil movimiento de cabeza aún arriba del animal.
—Seguro que un premio podremos arreglar —guiñó un ojo dejando atrás la espesa preocupación y estrés.
Daemon enarcó una ceja sin desviar la mirada y ella volteó el rostro cuando el sonido metálico de varias armaduras obligó que prestara atención.
—Príncipe Daemon y Princesa Aerhys, bienvenidos —habló el más joven con cierta agitación y una pequeña reverencia.
—Tranquilo, respira, sé que éste lugar tiene una exagerada cantidad de escaleras —sonrió al tiempo que se colocaba el saco, aunque prefirió dejarlo desabrochado.
—Gracias —dijeron los tres caballeros al unísono, enseguida tomando grandes bocanadas.
El mayor del grupo pronto se unió y los analizó rápido antes de echar un vistazo a como los dragones empezaban a intercambiar cariños.
—Hasta siento que estoy interrumpiendo su intimidad —confesó Aerhys, gracia e intriga llenándola al jamás haber visto a Lucero así.
—¿Deberíamos entrar? —preguntó Daemon enfocándose en ella, su cabello largo volando rebelde en el viento.
—Si, busquemos entretenimiento por nuestro lado.
Con un movimiento de cabeza indicó a los guardias que fueran por delante, en tranquilidad amagando a seguirlos cuando el hombre la detuvo y acercó sus manos. Con paciencia y calma, comenzó a abrochar los botones del traje.
—Uno de los muchachos tenía dificultades para dejar de mirar tu pecho —explicó simple, los claros irises siguiendo el movimiento de sus dedos al trabajar.
—Gracias —dijo ligeramente temblorosa, enseguida tragando y mirando por donde fueron—. ¿Cuál era?
—¿Alguno te interesa? —interrogó de inmediato.
—Solo quiero saber —negó viéndolo al rostro, pero él no devolvió la atención.
—El de cabello ceniza —respondió antes de inspirar y terminar con el último ojal—. ¿Por qué te desvestiste?
—Tenía calor.
—Los dragones hacen la mayoría del trabajo.
—¿No puedo tener calor? —preguntó a la defensiva elevando ambas cejas.
—Es raro y el viento no suele ayudar —remarcó antes de girar sobre los talones—. Por hoy lo dejaré pasar.
—¿Eso significa que ibas a cuestionarme? Qué considerado —bufó siguiéndole el ritmo de caminata.
—Suele ser de mi interés lo que pasa por tu mente.
—Soy un libro abierto, no es difícil adivinar. En cambio, tú si que eres un verdadero reto —negó en un suspiro frustrado.
—Años de experiencia —sonrió mientras colocaba una mano en su hombro.
—Tengo el presentimiento que naciste así —comentó, con seguridad viéndolo al rostro incluso si el corazón se desbocaba por el pequeño toque.
—Deberás preguntarle a tu padre, aunque no sé si estaría feliz de que consultaras por mí.
Aerhys emitió un sonido de que coincidía y se concentró en los escalones que bajaba, en silencio pensando que por más de una razón Viserys no estaría feliz si hiciera eso.
—Bienvenidos —saludó la cabecilla de los sirvientes con una exagerada reverencia, atrás estando sus más confiables ayudantes.
—Hilda, planeo quedarme de manera indefinida, así que corre la voz y prepara mi habitación.
—Con gusto, princesa.
—También estaré un tiempo —anunció Daemon con rapidez—. No olvides arreglar lo antes posible una tina para ambos.
La joven Targaryen arrugó el ceño e Hilda la miró buscando respuestas que no obtuvo.
—Disculpe, mi príncipe, solo quiero asegurar… ¿Baños por separado, verdad?
—¿Hm? —inclinó la cabeza y observó a su sobrina dándole paso a que contestara, pero sonrió ante la incapacidad de emitir palabra—. Si, separados.
—Enseguida, señor —reverenciaron antes de girar hacia la princesa—. Organizaremos lo solicitado y en breve los buscaremos.
—Perfecto —asintió enseñando una amable sonrisa, enseguida tomando el brazo de Daemon—. ¿De verdad te quedarás?
—Como bien sabrás, la corte son un grupo de sanguijuelas que suelen agotar la energía de quien se cruce con ellos, así que unas vacaciones suenan bien.
—¿Te has portado mal? —enarcó una ceja y pasó de él para seguir andando por el largo pasillo.
—No más que tú. A decir verdad, nos molestan respecto al mismo tema.
—¿Matrimonio? Te casaron a Lady Rhea y ahora eres viudo, ¿ni siquiera así puedes salvarte? —preguntó completamente indignada.
—Somos poco Targaryen y están desesperados en que hagamos descendientes.
—Insoportables —murmuró entre un pesado suspiro.
Daemon rió por dentro y la acompañó a un salón de reuniones, una amplia ventana enseñando los picos escarpados y caminos de roca natural que se introducían en la salada agua. Con gusto recibió la brisa y perdió la mirada en el horizonte, el ruido de una silla indicando que el hombre se había sentado.
Cayeron en silencio y Aerhys perdió la capacidad de pensar, el paisaje inundando la conciencia y haciendo que cerrara los en completa relajación. Agotamiento empezó a dominar sus músculos y sintió como el cuerpo perdía fuerza, la paz de aquel trance quitando el estrés de los últimos días. El gusto de aquel momento era enorme y por largos segundos olvidó la presencia de Daemon, el cual hizo que temblara al sentir que se acomodaba a su lado.
—Aún llevas el anillo que te regalé.
Aerhys levantó los parpados y miró el dedo anular de su mano izquierda, apenas levantándola para que pudieran verla bien.
—Estoy muy apegada a él para considerar dejarlo —explicó mientras lo hacía girar para ver el diseño grabado en el metal—. Guardo todo lo que me das —sonrió suave mirándolo a los ojos.
—Es bueno saber que mis obsequios son de tu agrado —dijo suave y complacido.
—También querría darte algo, ¿qué te gusta?
—Me conoces desde que naciste, ¿no sabes? —elevó una ceja fingiendo misterio.
—Son cuestiones básicas las que conozco…
—Sabrás que darme cuando lo veas, aquello llamará tu atención y pensarás en mí —aseguró con un pequeño asentimiento, así pasando a observar el mar.
Ella admiró su perfil y le imitó, la calma siendo interrumpida cuando un rugido medianamente lejano llegó.
—¿Oíste? —frunció el ceño agarrándolo de vuelta del brazo.
—Fue Caraxes.
Al mismo tiempo se inclinaron a buscar cualquier anormalidad, entonces notándose una cola escamada desde la torre Oeste. Por el color era fácil decir que se trataba de Lucero, pero pronto alas rojas se extendieron y el dragón de mayor edad salió volando.
Anonadados siguieron la trayectoria hasta que el dragón de la femenina se unió, en el cielo girando, enrollando colas y persiguiéndose entre mordidas inofensivas.
—¿Qué están…?
—Empezaron el ritual de apareamiento.
—¿Tan pronto? —inquirió sorprendida y avergonzada—. Pensé que llevaría más esfuerzo que ésto.
—Deben ser realmente compatibles.
Aerhys asintió y observó tal espectáculo, de a poco reconociendo ciertos movimientos que los comprometidos Targaryen o Velaryon imitaban en ciertas danzas.
—Increíble —respiró maravillada.
—Es raro atestiguar un evento así —coincidió, durante unos segundos observándola de reojo.
Tal ancestral ritual continuó hasta que empezaron a desplazarse a nueva zona, entre silencio un golpe en la puerta provocando que se desentendieran.
—Los baños están listos.
—Genial —suspiró Aerhys yendo hacia Hilda, la cual sonrió mientras una de sus ayudantes aguardaba para guiar al hombre.
—Nos vemos en la cena —habló Daemon aún junto el ventanal.
Ella le miró y asintió, el corazón saltando ante la propuesta de reencontrarlo.
—Nos vemos en la cena.
Siguió a la mujer y al ingresar sintió el vapor humedecerla, con asistencia dejando las ropas en el olvido y hundiéndose en la tina. La esencia a fresia envió un agradable cosquilleo al alma, las manos expertas de Hilda lavando su cabello y cuerpo con productos y olores que quedarían impregnados en la piel.
Disfrutó del agua hasta que entibió demasiado y debió salir, una gruesa bata adornándola y una toalla cubriendo el platinado cabello. Con paso rápido ingresó a su habitación y apreció que la chimenea estaba prendida, las decoraciones luciendo igual a como las dejó la última vez.
—¿Desea que le asista, princesa?
—No, a partir de aquí seguiré sola.
Suspiró a la luz de la velas y aún envuelta se sentó en el borde de la cama, automáticamente yendo a jugar con el anillo obsequiado por Daemon. Lo miró considerando la inesperada compañía que tendría los próximos días, de algún modo yendo a pensar si aquella era una oportunidad de los dioses. Cierta amargura la llenó ante la idea de confesarse, porque sabía que tenía todo para perder y al mismo tiempo nada, ya que de todas maneras terminaría casada con algún noble.
Negó con mal gusto en la boca y miró los vestidos guardados en bolsas de tela oscura, al mirar eligiendo uno color beige que no era demasiado formal. Lo quitó admirando el cinto cocido en la cintura, el mismo patrón estando en el cuello y todos los bordes de la tela.
Secó su piel y colocó la ropa interior inferior antes de usar la bella prenda, así buscando la llave que tenía escondida para abrir el cajón de joyería. Admiró las piezas que ahí resguardaba y seleccionó lo que creyó que más combinaba, en un espejo admirando el collar y los aros que brillaban con los distintos ángulos de luz. Sonrió sintiéndose bonita y prestó atención al cabello, luego de trenzar los mechones del frente decidiendo que no haría nada exagerado o que denotara demasiada preparación.
Agarró papel, tinta y una pluma, sin dudar aprovechando el tiempo libre para aclarar cualquier malentendido con su padre respecto a esas vacaciones. Los dragones eran una clara excusa de la intención inicial que tenía al huir a Rocadragón, así que la usaría al máximo y enviaría la carta.
Enrolló el pergamino y lo selló, de esa forma abandonando la habitación y atravesando diversos pasillos hasta que sonrió con cierta malicia al ver el caballero que Daemon acusó de observarle los pechos.
—Buenas noches —saludó, el muchacho saltando en el lugar y poniéndose aún más recto.
—P-Princesa Aerhys, buenas noches —respondió realizando una pronunciada reverencia.
—¿Haciendo guardia? Debe ser aburrido —acortó la distancia y frenó en frente.
—Nada de eso, es un trabajo que realizo con mucho orgullo.
—Me alegra saber que gente responsable cuida de estas tierras —colocó una mano en su hombro, aunque la armadura les salvaba de un verdadero contacto.
—Gracias, princesa —sonrió, pero enseguida se corrigió y mantuvo la seriedad—. Por cierto… Oí que el Rey la anunció como heredera, así que quería felicitarle.
—Lo aprecio mucho —dijo sincera, un ligero rubor ganando terreno—. Espero que puedas seguir protegiéndome si llega el día donde deba asumir el Trono de Hierro.
—¡Mi lealtad seguirá firme! —insistió, con fuerza colocando una mano en el pecho.
Aerhys rió suave y asintió, un rugido lejano provocando que ambos giraran y recién ahí notaran que Daemon se acercaba con paso extremadamente silencioso. Tenía el cabello plata completamente suelto y al frente sobre el hombro derecho, ambas manos unidas en la espalda y con algunos botones de la camisa desabrochados.
Los Targaryen se observaron y ella fue la primera en romper la conexión, en el fondo oyendo como el caballero lo saludaba en una reverencia.
—¿Divirtiéndose?
—Una breve conversación —resumió Aerhys sin dar demasiada importancia—. De hecho, estaba por solicitar que lleve esta carta al Rey —explicó mientras enseñaba el pergamino.
—Para eso hay mensajeros —recordó Daemon.
—Los cuales son acompañados de caballeros —añadió antes de mirar al de cabello ceniza—. Puedo confiar en que harás que llegue a salvo, ¿verdad?
—Por supuesto, princesa, ahora mismo aviso para organizar el viaje.
—Que servicial —dijo Daemon observándolo fijo a los ojos.
La femenina admiró aquella escena sin especial sorpresa y permitió que el incomodo caballero se retirara, sin problemas ignorando al adulto hasta que el chico estuvo bastante lejos.
—No había necesidad de presionarlo o asustarlo, Daemon.
—Si se siente amenazado por mi presencia, tan buen caballero no es —retrucó enfocándose completamente en ella.
Aerhys cerró los ojos e inspiró mientras negaba.
—¿El baño ha sido de tu gusto?
—¿Cambias de tema?
—¿Qué hay que hablar? —inclinó la cabeza.
—Tu coqueteo.
—¿Acaso vas a dar un sermón? ¿Tú, entre todas las personas? —enarcó una ceja en desafío.
Daemon guardó silencio y se inclinó sobre ella, aunque la distancia era prudente.
—¿Tú, de entre todas las personas, crees saber porqué no puedo hacerlo?
El tono bajo y hasta peligroso de su voz envió un intenso escalofrío, la altura y anchura de sus hombros recordando lo físicamente superior que era. Tuvo que tragar y acortar la distancia para recordar confiar y no echarse atrás, así permitiéndose hablar incluso si sentía la respiración agitada.
—Considerando que tienes una hermosa muchacha a tu lado y sigues visitando casas de placer… Juegas demasiado para intentar decir si puedo o no realizar un simple coqueteo.
La tensión aumentó en un segundo y Aerhys prometía que sentía y oía las chispas alrededor, Daemon entrecerrando los ojos y por un segundo bajando a ver sus labios.
—¿Me has espiado?
—¿Lo desconocías? —retrocedió un paso, aunque él la sostuvo del brazo para que no huyera.
—¿Con qué intenciones?
—Ninguna en especial, vigilo a muchos —mencionó sin amagar a dar más detalles—. ¿Te molesta?
Daemon pareció descolocado por la actitud frontal y pasó unos segundos en silencio, de pronto sonriendo bastante y asintiendo.
—Éste lado de ti es interesante, te imaginaba de otra manera.
—¿Más como mi padre?
—Si, pero tampoco tanto, Rhaenyra y tú poseen actitud.
—Lo sé —aceptó con cierta arrogancia y miró la extremidad que aún le agarraba.
Moviéndose con habilidad, enganchó su brazo con el de Daemon y tiró para animarlo a caminar.
—Vamos, la cena debe estar lista.
Él la miró unos momentos antes de colocar la mano libre sobre su palma, Aerhys apreciando encantada el suave apretón que entregó. Caminaron en silencio y la enamorada no dudó en fantasear que estaban en pareja, apenas mordiéndose el labio inferior por lo bien que se sentía la cercanía.
—Lucero y Caraxes siguen juntos, tomará bastante tiempo hasta que estén listos para regresar —informó, momentos antes habiendo ido a revisar cómo se hallaban.
—No tengo apuro.
Se soltaron antes de ingresar al comedor y los sirvientes miraron con sorpresa al llegar antes de lo planeado, enseguida apurándose para al menos tener la bebida servida. Aerhys se sentó en la cabecera derecha admirando lo que había en la mesa, definitivamente no esperando que Daemon decidiera ubicarse a uno de sus costados y no en la otra punta.
—Tengo mejor visión desde aquí.
—¿De la puerta? —enarcó una ceja al ser lo que enfrentaba.
—Tú.
Por reflejo ella bufó y negó desacreditándolo, pero tenía sentido considerando que eran la únicas personas.
—Como sea… Cuéntame alguna de tus aventuras, sé que aún no he oído todas.
—De hecho, me gustaría escuchar las tuyas —indicó mientras cruzaba una pierna y se reclinaba hasta tocar el respaldo.
—¿Qué dices? Vivo en el palacio y no tengo oportunidad de explorar.
—¿Segura? —elevó una ceja dejando los labios separados, la fijación provocando que ella terminara sonriendo por la presión y él le imitara al haberla atrapado.
—No sé de qué hablas, sin pruebas no hay crimen.
—Es imposible que me mientas, se te nota.
—¿Importa? Es tu palabra contra la mía —encogió los hombros y miró el anillo que la decoraba con falso interés.
Notó movimiento borroso por el rabillo del ojo y, antes de alejarse, una pálida mano le agarró el mentón. A la fuerza observó a Daemon, aunque el trato fue delicado para no generar daño o dolor.
—Siempre fui sincero contigo, ¿por qué ocultarme tu vida?
—Falacia, mucho lo descubrí gracias a mis informantes —negó fingiendo un pequeño berrinche, con una suave palmada liberándose de su agarre.
—Jamás preguntaste por mis relaciones, sino hubiera confesado.
—La última vez hablamos de si estabas conociendo a alguien y dijiste que no.
—Respondí con la verdad.
—Entonces, ¿quién es Mysaria? —enarcó una ceja y se contuvo de cruzar los brazos.
—Nadie importante.
Aerhys bufó con una sonrisa molesta y agarró la copa, pensativa tomando un largo y lento sorbo.
—Rápidamente desechaste tu declaración de siempre haber sido sincero.
—¿Quieres que soltemos toda la verdad? —preguntó, inconscientemente golpeando la mesa con el dedo indice de su mano derecha.
—Por supuesto, ¿qué propones? —aceptó sin dudar, para nada considerando que podía estar cayendo a las fauces del dragón.
—Un interrogatorio por turnos, oportunidades equitativas de saber del otro.
La femenina inspiró profundo perdiéndose un momento en los profundos ojos violetas, enseguida notando la necesidad que él también poseía de conocerla.
—Acepto.
—Empieza —cedió con un ligero movimiento de mano, los dígitos yendo a jugar con el tenedor junto al plato.
—¿Qué es Mysaria para ti? —indagó, concentrada cuidando de no mostrar nada especial es su voz o expresión que delatara lo que sentía por él.
—Una colega.
—¿Acaso olvidaste las palabras en Desembarco del Rey? Si esperas más de mí es mejor que extiendas tus explicaciones.
Daemon pareció divertirse y miró un momento el mantel antes de asentir.
—Ella es quien en general reúne información o realiza lo que necesito para ciertos planes.
—Con sexo de por medio —soltó, enseguida mordiéndose la lengua.
—Ya has hecho tu pregunta —indicó inclinando la cabeza.
—No fue una duda, solo añadí el detalle que pareciste olvidar —defendió con aire de regaño, y él río mientras se sentaba recto e inclinaba hacía ella.
—Tu momento de contestar —determinó—. ¿Por qué tienes informantes siguiéndome?
Aerhys respiró tranquila al tener una respuesta sensata.
—No es secreto que mi padre piensa que estás tras el trono, así que vigilo tus intenciones y si en algún momento planeas atentar contra sus únicas dos descendientes para tener la corona.
El salón quedó en silencio y la piel de la joven se erizó, la seriedad y oscuridad que cayó en el rostro del hombre logrando que tuviera un pequeño escalofrío.
—¿Piensas como Viserys?
—Tu turno ha pasado —forzó a decir al no soportar el aura que lo dominaba, para calmarse dando otro sorbo de vino—. ¿Deseas ser rey?
—De joven hubo un tiempo que fantasee con aquello, ver a mi hermano tomar clases especiales para cumplir con aquel puesto impulsó la idea, pero al crecer entendí que no era una responsabilidad que realmente quisiera —explicó, la forma en que la veía entregando la sensación de absoluta verdad.
—En ese caso, me alegra que nacieras después y no tuvieras que cargar con aquello —sonrió amable esperando calmar el extraño humor.
—¿Qué hay de ti? ¿Quieres el Trono de Hierro?
Aerhys presionó los labios y apenas entrecerró los ojos, las pupilas perdiéndose en objetos de la habitación mientras en segundos intentaba analizar toda su vida.
—Si, aunque hace poco caí en la cuenta de que lo anhelo por mí. Antes creía que era insuficiente y buscaba las fallas que evitaban que todos me consideraran alguien posible de heredar, pero al pasar los meses entendí que con una corona la vida no se resolvería y muchos retos esperarían —explicó, por un segundo viendo a Daemon y notando que la observaba completamente atento—. Las personas del reino dependerán de lo que decida y el conocimiento de cómo actuar no vendrá de la aprobación de mi padre, así que al estudiar y adentrarme en ese mundo empecé a realmente querer hacerme cargo.
—¿Tienes miedo? —inquirió de pronto, por segunda vez olvidando el interrogatorio turnado que propuso.
Aerhys sonrió con tristeza y bajó la mirada a su falda, con el corazón acelerado asintiendo.
—Temo a muchas cosas, especialmente a realizar mal mis tareas y que el mundo sufra por la incompetencia —negó leve lamiendo nerviosa los labios—. Supongo que la situación también dependerá de la persona que reine conmigo y quienes integren el consejo, pero no quiero que me consideren débil o fácil de manipular.
Con un chirrido, Daemon acercó la silla y con una mano le agarró las palmas en gesto de apoyo. Ella le miró y tragó por la cercanía, ansiosa admirando sus ojos que brillaban por el fuego de la chimenea.
—No lo permitiré, estaré a tu lado cuidándote.
—¿De verdad? ¿Entonces aceptas la decisión de mi padre? —frunció el ceño liberando una mano y apoyándola arriba de la masculina.
—Nunca dudé.
—Pero… ¿No te enojaste cuando te desheredó del trono?
—Lo que me enfadó fue la desconfianza y paranoia hacia mí, no el que no fuera a ser rey. De todos modos, eso ya está en el pasado —prometió con un leve asentimiento.
Aerhys sonrió profundamente aliviada y contenta, sin pensar inclinándose y apoyando su frente con la de él.
—Gracias.
Cerraron los ojos y en silencio prolongaron el gesto, afecto bañándolos hasta que les interrumpieron abriendo la puerta. Inmediatamente ella se alejó y miró a dos criados entrar con grandes bandejas de comida, sonrojada apreciando que notaron la íntima escena. Intentó liberar sus manos, pero Daemon sonrió con cierta malicia y resistió mientras le servían los platos.
—No hay necesidad de avergonzarse, estas paredes han visto más de lo que puedes imaginar.
—Tantos años e historia… Supongo que algo tan simple no es importante —contestó, aunque sus palmas entrelazadas aún la alteraban.
—Nunca es tarde para aumentar la apuesta.
Aerhys envió un vistazo de advertencia y él enarcó una ceja manteniendo su típica sonrisa traviesa.En silencio esperaron a la soledad y contestaron cuando les consultaban qué deseaban ingerir de todo lo preparado, al terminar el mayor indicando que se retiraran al otro lado de la puerta.
—Luce bien —comentó satisfecha, ambas manos yendo a sujetar los cubiertos.
—Es bueno atestiguar que la reunión con tu padre no te quitó el apetito, a diferencia de otras ocasiones.
—La carrera de dragones y tu presencia ayudaron, aprecio demasiado nuestro tiempo juntos —confesó con una sinceridad inesperada hasta para ella.
Daemon asintió mientras parpadeaba lento, así dando un bocado antes de enfocarse de beber de la copa.
—Ahora que recuerdo, no dijiste nada de tus aventuras fuera del castillo.
—¿Nuevamente con eso? —suspiró viéndolo con cierto cansancio.
—Posees informantes que me vigilan, pero yo desconozco tus actividades.
—No quiero que te duermas de aburrimiento.
—Jamás sucedería —determinó, apenas acomodando su postura—. Todo, quiero escuchar todo.
Aerhys respiró pesado por la insistencia y encogió los hombros restando importancia a lo que fuera a decir.
—Poco ha sucedido, al principio solo me atrevía avanzar unas cuadras hasta que me sentí más cómoda o valiente. He atestiguado varias obras callejeras, comido y bebido, solo tres o cuatro veces llegando a la ebriedad —miró al techo tratando de recordar y se apoyó completamente en el respaldo.
—¿Qué hacías cuando bebías de más? —preguntó con una leve sonrisa, el brillo en sus ojos aumentando.
—Disfrutaba del efecto del alcohol en las calles, aunque cuando estaba muy tambaleante iba al puesto de un chico que conocí y me sentaba a pasar el rato con él.
—¿Hiciste amigos? —enarcó una ceja y entrelazó los dedos.
—No los catalogaría como amistades, pero conocí algunas personas con las que salir… Compañeros, si, buenos compañeros.
—Mmm —pensó sosteniéndole la mirada, en sus pupilas notándose que estaba perdido en distintas ideas—. ¿Qué haces con ellos?
—Me enseñan nuevos lugares y lo que es peligroso o no, creen que soy una Targaryen bastarda que hace poco vino a vivir a Desembarco del Rey y quieren enseñarme la ciudad.
—Vaya, hasta una identidad falsa creaste —dijo orgulloso—. Qué pensarán el día que vayan a la coronación y te vean como la nueva reina…
—Si siguen siendo buenos conmigo y creamos amistad, no obtendrán más que beneficios al trabajar para mí.
—¿Nuevos informantes?
—Tal vez —sonrió con cierto misterio agarrando la copa a medio llenar.
—Querría conocerlos.
—¿Revelar las fuentes? —preguntó como si acabara de decir una completa locura, enseguida dando un sorbo al oscuro vino.
—¿Dudas de mí a pesar de que te acabo de dar completa lealtad?
Aerhys inspiró profundo y desvió la vista sintiendo un nudo en el pecho.
—Mi padre eligió un niño que ni siquiera conocía y traicionó al amor de su vida cuando, según me han contado, mi madre no quería morir —apretó los labios con enojo y angustia—. Si una persona puede acabar con la persona más importante de su existencia, no quiero imaginar lo que puede esperarme cuando ni siquiera soy lo primordial de nadie.
Daemon se inclinó a ella y esta vez la tomó de la muñeca, la tensión de su mandíbula enseñando la molestia que intentaba mantener a raya.
—Siempre he sido fiel a nuestra familia y no permitiré que las debilidades de mi hermano te hagan desconfiar de lo que soy. Jamás te traicionaré, y si lo hago aceptaré el castigo que impongas, incluso la muerte —expresó entre dientes apretados, la fuerza que aplicaba a su extremidad marcando lo serio que era.
Aerhys apretó los labios y buscó en los violáceos irises algún titubeo, pero, al cabo de unos segundos, asintió.
—Prometí nunca ir en contra de mis propias reglas, aunque haré mi mejor esfuerzo —bajó la mirada a ver como lo agarraba con la mano libre para acariciarlo y calmarle—. Papá vivirá muchos años más, así que tendrás tiempo de demostrar tus declaraciones y enseñar que tan equivocada estaba.
El mayor levantó la mano libre y acunó una de las jóvenes mejillas, la gran palma ocupando buen parte de su rostro.
—¿Qué hablaste con Viserys?
—Matrimonio, como siempre, aunque ahora tengo libertad de elegir a quien quiera de esposo —explicó, la piel calentándose y sonrosándose bajo los suaves roses del hombre.
—Te salvarás de tener un matrimonio como el mío —sonrió de costado, y ella rodó los ojos al haber crecido oyendo como odiaba a la Perra de Bronce con la que se casó.
—No lo creo… —bajó la mirada con un veloz temblor en los labios—. La persona que deseo está fuera de alcance.
Animarse a decir eso costó el que el pulso se acelerara hasta los cielos y temió que él pudiera notarlo, irónicamente teniendo a centímetros al hombre que añoraba.
—¿Quién es el idiota indicado?
—¡Daemon! —regañó por el calificativo dándole un leve golpe en la mano.
El Targaryen se hizo el desentendido y bajó la mirada a sus labios, con el pulgar rozando y apenas tirando del inferior.
—¿Por qué?
—¿Cómo? —frunció el ceño con el corazón latiendo más fuerte.
—He notado que siempre me llamas por mi nombre, nunca “tío”.
—¿Te molesta?
—No, tampoco planeo ocupar ese rol.
Aerhys dudó un momento y frenó de imaginar significados que de seguro no implicaba, aunque esperanza surgió.
—¿Qué puesto esperas servir?
Inclinando la cabeza, Daemon entrelazó los dedos de sus manos y liberó la mejilla para acariciar la colorada piel con el dorso.
—Espero ser el idiota indicado.
Tomó apenas unos segundos comprender esas palabras y Aerhys elevó ambas cejas sin hacer ninguna expresión en particular. Dejó de respirar hasta que los pulmones ardieron, así bajando la mirada y pestañeando seguido en un nuevo intento de entender.
—¿A qué t-te refieres? —tartamudeó en un golpe de emociones, cuello, nuca y orejas ardiendo—. ¿Por qué quieres ser mi amado?
—Te deseo.
La respuesta debería haberla alegrado, pero enseguida sintió una punzada en el pecho y las dudas surgieron. Conocía a su familiar y nunca expresó interés romántico por nadie, e infame era su gusto por las relaciones de una noche, así que podía significar algo muy diferente para ambos.
—Si solo es anhelo carnal… —empezó a decir con dureza, enojo subiendo por la garganta ante la idea de que quisiera usarla como un evento pasajero.
—No —interrumpió al apreciar la furia del dragón—. Siempre hemos tenido una conexión profunda y especial, pero hace unos pocos años empecé a apreciarte de otra forma. En ese entonces aún eras muy joven e ingenua y no actué en mis emociones, pero era difícil, así que preferí irme y seguir con mis aventuras. Esperaba olvidarme de ti y confirmar que mi fascinación era algo pasajero, pero al regresar y ver como tu personalidad y mente se desarrollaron en alguien capaz de hacerme frente…
—¿Gustas de que te lleve la contra? —enarcó una ceja
—Adoro tener el control y que las situaciones vayan de acuerdo a mis planes, pero un poco de pelea está bien —sonrió al tiempo que ponía la mano libre en una de sus piernas—. Eres fiel a lo que crees y sabes lo que quieres, tienes un espíritu digno de un Targaryen y deseo estar a tu lado como esposo.
Inconscientemente mordió el interior de la mejilla y tragó, su cabeza siendo un nudo infinito de elementos que no podía separar.
—Nunca vi que fueras un hombre predispuesto al compromiso, ¿seguro que quieres casarte?
—Fui forzado a un matrimonio con una mujer insufrible, pero eres todo lo contrario, nuestras existencias están destinadas —indicó apretándole la mano y la pierna esperando trasmitir sinceridad.
—¿No es una confusión?
Daemon la agarró del rostro y enseñó una nueva intensidad, la energía que emanaba haciendo que la femenina se mordiera la lengua.
—Jamás me cuestionarías si supieras lo que pasé aquellos años donde desaparecí, solo podía pensar el ti.
Ella inspiró profundo y bajó la cabeza, con cierta frustración peleando el miedo a entregarse cuando desde hace años solo quería ser suya.
—Desde siempre… Desde siempre has sido a quien he querido, hasta papá y Rhaenyra lo saben —confesó con voz bastante baja—. He luchado y tratado de ignorar los sentimientos al igual que tú, pero fue imposible.
—Ya no peleemos más, estemos juntos —dijo con sutil prisa, entonces dejando la silla y arrodillándose frente a ella para sostener ambas manos.
Aerhys sonrió con cierta amargura y tragó antes de inspirar profundo, durante unos segundos mirando fijamente la mesa. Consideró sus miedos y lo que realmente quería de él, así que se soltó y le tomó del rostro acortando la distancia.
—Primero debes saber que, si eres mío, no te dejaré ir con facilidad. Tal vez pienses que cuando te aburras simplemente podrás caminar fuera de la relación, pero, si sinceramente deseas que me entregue a ti, es mejor que lo pienses dos veces —advirtió, enseguida bajando una mano y suavemente apretando el cuello—. Espero tu lealtad como reina y esposa, así que si me traicionas no dudaré en cortarte los genitales y dárselos a Lucero antes de quemarte vivo.
Los labios de Daemon se separaron en sorpresa y un escalofrío lo recorrió, pero, en vez de miedo, sus pupilas se dilataron en una excitación inusitada. Deslizó las mano por las piernas femeninas hasta llegar la cintura, donde apretó con una emoción casi dolorosa y notó como las chispas se convertían en llamas.
En un borrón sus bocas se encontraron, ninguno recordando quien se había abalanzado primero, solo apreciando cuando las pieles se tocaron a medio camino. La electricidad crispó los cabellos y Daemon se irguió en las rodillas presionando más contra ella, Aerhys deslizando la mano hacia la nuca y enredando los dedos en los cabellos de la base. Se miraron un momento mientras la chimenea los iluminaba como un faro en la oscuridad, la luz cegándolos y dejando que quemaran contra el otro igual que polillas en el fuego.
La femenina soltó un jadeo cuando la gran palma del Targaryen apretó su muslo y él se separó unos milímetros para lamer veloz el centro del labio superior, enseguida introduciendo la lengua y siguiendo el intercambio. Un pitido en sus oídos calló cualquier pensamiento coherente y Aerhys se rindió encantada a la guía de su amado, con gran calor disfrutando de la experiencia que depositaba en ella. Con la yema de los dígitos grabó la textura y temperatura de la pálida piel, en los nudillos enredando los hilos plata de los que ocasionalmente tiraba, y con la mano libre recorrió los músculos escondidos en la camisa.
—Mi futura reina de vida… —murmuró Daemon con los ojos cerrados acariciándole el rostro—. Logras que pierda la cordura.
Aerhys sonrió mientras recuperaba el aire.
—No debo ser la primera que lo dice, pero dejas la mente en blanco —con delicadeza lo agarró del mentón e hizo que ladeara el rostro para darle pequeños besos en la mandíbula.
Él gruñó y cerró los ojos enseñando el cuello, ella apreciando que se entregara y tomó la oportunidad de explorar la delicada zona. Una mano fue a sostenerlo del hombro y la otra conquistó más cabello, terminando por agarrarlo casi de la raíz para mantener el control justo cuando se animó a usar los dientes.
Daemon soltó un suspiro complacido y sintió la llama del vientre quemar, la desesperación empezando a ser una emoción persistente. Disfrutó de los cariños y permitió a su cuerpo actuar como quisiera, ambas palmas deslizándose bajo el vestido y tensándolo por el frenesí de conocer aque territorio.
Aerhys tembló y pensó que explotaría al ver como sus piernas eran decoradas por las extremidades del hombre, él tocándola de arriba a abajo hasta descansar en los muslos.
—¿Hasta dónde llega tu experiencia?
La joven aflojó el agarre de los cabellos para permitir que le mirara, una nueva capa de rubor decorándola ante la vergüenza.
—Daemon…
—¿No puedo saber? —elevó ambas cejas, aunque no en molestia, sino en curiosidad—. ¿Conservas tu virginidad?
—Si…
—¿Segura? —inclinó la cabeza dibujando lentos círculos con los pulgares.
Aerhys inspiró profundo sintiendo un nudo de nervios y encogió los hombros.
—Intenté algunas cosas con alguien que conocí en mis escapadas, pero no permití que llegara a más —reconoció sin soportar verlo a los ojos, inconscientemente apretándole el hombro.
—Ciertamente no sé nada sobre tus aventuras —murmuró acercando el rostro y viéndole los labios—. Es bueno que pudieras tener experiencias, pero te aseguro que nadie te hará sentir como yo.
La promesa la dejó sin aire y con incontables cosquillas en el estómago, embelesada por esa idea rindiéndose al beso que él comenzó. Lo abrazó por el cuello y se dejó llevar por la hoguera que eran, algunos dígitos del hombre rozando su húmeda entrepierna y provocando que gimiera en medio del intercambio.
—No, te daré lo que deseas en el día de nuestra boda —interrumpió agarrándolo de ambas muñecas.
—Seremos hombre y mujer, hay reglas que podemos romper.
Aerhys hizo un bajo sonido fingiendo que pensaba y un brillo travieso se mezcló entre la clara satisfacción.
—Tal vez quiero verte sufrir en abstinencia hasta ese día.
—Qué habré hecho para que me castigues así…
Lo soltó manteniendo el buen humor y acunó una de sus mejillas.
—De esta forma me aseguraré de que no huyas de todo lo que has prometido, al menos no hasta que cumplamos con nuestra boda —explicó al tiempo que bajaba la falda del vestido y cubría la piel.
—Tu desconfianza me daña, princesa.
Ella bufó y se inclinó a darle un beso compensatorio.
—No tanto por ti, sino por Viserys. Planeo al menos invitarlo a él y Rhaenyra a la ceremonia, y temo que no intentes luchar si ordena decapitarte porque ya has obtenido todo de mí.
Daemon soltó una breve risa aireada y ladeó la cabeza.
—Aún si compartiéramos cama no obtendría todo de ti, nos faltaría formar una familia y verlos crecer en futuros reyes y reinas.
—Tienes una forma con las palabras…
—Es la verdad —aseguró al tiempo que tomaba una mano y la besaba—. Debemos empezar con las invitaciones lo antes posible.
—No tengo objeción —sonrió mientras se ponía de pie—. Si me permites, tengo que ir a aliviar mi excitación—guiñó un ojo, de seguro divirtiéndose demasiado en no darle lo que quería.
Aerhys disfrutó la breve expresión de desconcierto y le acarició la mejilla antes de alejarse, la puerta estando a pocos pasos cuando fue levantada en el aire. Liberó un pequeño grito y se agarró del hombre, quien la sostenía bajo las piernas y espalda.
—¿¡Qué…!?
El Targaryen la calló con un beso demasiado apasionado y el aire en sus pulmones fue quemado en segundos, los músculos de su zona intima tensándose y aumentando la humedad existente. Al separarse lo miró ligeramente perdida y aguardó una explicación, el violeta de sus ojos atrapándola una vez más.
—Respetaré tu virginidad, pero soy un hombre enamorado que ha esperado demasiado, al menos deja que te ayude con eso.
Aerhys no supo qué responder y simplemente dejó que Daemon la transportara por el castillo, los muros y sus sirvientes teniendo un nuevo secreto que guardar.
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creepywonderland-pony · 10 months
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¡Moomin au!
Manuel es un vagabundo que recorre el mundo a sus anchas, disfrutando de pescar y tocar su armónica. Para quienes no son cercanos, Manuel es una persona muy seria, relajada y por sobre todo cool. Se le conoce en el Valle de los Moomins como un aventurero que no teme romper las reglas y desafiar a la autoridad cuando encuentra algo injusto. Cosa que es cierta, pero solo es la mitad de la historia. En el fondo, debajo de su coraza, Manuel es una persona tímida, en extremo introvertida y con pocas habilidades sociales, pero muy muy dulce.
Panchito por otra parte es un Moomin (¿o un Snork ya que tiene cabello? Llevo semanas en esta discusión filosófica) que, para resumirlo, es una criatura de pelaje blanco y una nariz grande y redonda como un hipopótamo. Panchito es un ser muy amable, siempre dispuesto a ayudar al resto. Vive con un sentimiento de asombro y siempre dispuesto a disfrutar de cosas tan simples como coleccionar conchas de mar o conocer nuevos animales. Es medio ingenuo y emocional a veces, pero tiene buenas intenciones; y es sumamente querido por sus amigos y conocidos.
Manuel y Panchito son mejores amigos desde que se conocieron, un día en que manolo se topó de casualidad con el Valle de los Moomins (¿o snorks?). Desde entonces, Manuel visita a Pancho todas las primaveras y se queda hasta el final del verano para vivir aventuras juntos.
Por supuesto, no es un secreto para nadie que luego de un tiempo estos dos empezaron a gustarse (i mean, Pancho es la única persona por quien Manuel ha decidido echar *parcialmente* raíces). Pero shhh no les digan nada, sé que algún día lo notarán por su cuenta.
Ahora, Manuel sigue siendo un alma libre, por lo que cada que empieza a enfriar, toma sus cosas y se manda a cambiar a climas más cálidos. Panchito siempre lo extraña mucho cuando se va (al menos cuando no está invernando), y espera con ansias su regreso Y Manuel, bueno...
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uwu707q · 25 days
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Capítulo 3. Pasos para ser libre.
—Ella es la señorita Crystal, lograrás aprender muchas cosas con su ayuda. Confío en que lo lograrás, Poppy.
Su día comenzó de manera "extraña". Nadie le alzó la voz, obligándola a levantarse ni le tiró la comida encima.
—Bien señorita Kendrick, ��Sabe escribir? ¿Leer?
—Un poco.
—Será algo pesado al principio, pero con mi ayuda, superarás el pasado que te atormenta.
—Gracias. Daré todo mi esfuerzo.
Sonreía de manera enérgica, algo raro de pensar si tomas en cuenta de donde viene. Solo había pasado una noche de su rescate.
—Comenzaremos con algo básico. Necesito que leas lo mejor que puedas este cuento. Si lo logras, pasaremos al siguiente nivel y esto terminará pronto.
—Entendido.
[...]
—Ramón, seré sincera. Es una excelente candidata para el puesto que la requiere. En algunos meses podrá acabar su educación básica. Intentaremos adaptarla a su entorno, para no levantar sospechas.
—Quizás necesite una biografía, ya sabes, cuestiones de imagen personal.
—Lo sé. Nadie puede enterarse de donde viene, sería peligroso para mi.
Ve a mi Oficina, instala otro escritorio frente al mío, necesito tenerla a mi lado para ver su progreso con mis propios ojos.
[...]
No tenía mucho que hacer en su tiempo libre. Más bien, tenía vergüenza de hacer algo. La vista de fuera le pareció maravillosa. Había una gran entrada, con césped y algunos árboles. Daba la impresión de ser un lugar fresco.
Era él, tocando a su puerta.
—Adelante.
—Poppy.
Se sentó en una esquina de la cama, indicándole que ella igual lo hiciera.
—Debo adaptarte a la sociedad de una manera rápida, necesito tu apoyo con esto. Encontraremos la mejor manera de que pases desapercibida. En tres meses me acompañarás a un evento, ya debes de tener una historia convincente para mis socios. Eres mi aprendiz, no lo olvides.
—Claro.
Se limitó a responder eso. ¿Qué podría inventar? No tiene recuerdos de su familia, quizás nunca tuvo una en realidad. Está el vago recuerdo de haber estado en algunos albergues hasta que un hombre la privó de su libertad, para finalmente venderla como esclava a un hombre millonario. Tenía 19 años, y 12 de ellos se habían ido al caño por ese tipo.
—Necesitas encontrar un estilo de vestimenta. Por ahora, usarás lo que te den, pasará algún tiempo para que puedas elegir que usar.
La tomó por la barbilla, mirándola fijamente a los ojos.
—Tu cabello, no tiene buen aspecto, quizás necesites un corte, tienes que ser una persona nueva. Una Poppy Kendrick digna de su libertad.
Continuó por un buen rato mirandola desde varios ángulos, resaltando lo que habría que modificar en su aspecto.
—¿Te sientes cómoda con Crystal? Sé sincera.
—Si, es muy amable conmigo. Pude mejorar bastantes cosas con solo una clase, según ella.
—Eso es increíble. Mientras más rápido aprendas, te explicaré la siguiente fase del plan.
Se levantó de la cama, sintió como una mano lo jalaba de regreso.
—¿Porqué me estás ayudando?
—En algún momento lo sabrás.
—Quiero saberlo ahora.
—No estás lista para eso aún. Pasará algún tiempo hasta que te revele lo que tengo planeado para ti. No es algo malo.
—¿Cuándo será eso?
—Quizá en 10 meses. Volveré en un rato. Contraté a algunas asesoras de imagen para que ayuden a cambiarte. Debes de dejar los trajes simples. Ahora estás con alguien importante.
Pudo observar como se alejaba con cada paso que daba. Era reconfortante.
Llamó a su chica de servicio.
—¿Me puedes ayudar con el baño, Betty?
—Por supuesto.
[...]
—Señor Timberlake, ¿Qué le parece?— Preguntó Satín. Una de las modistas encargadas de la imagen de Poppy.
—Me gusta. Pero quiero que su rostro destaque más, ¿Quizás un poco más de labial?
Se dejaba hacer de todo en su rostro. Su manera de agradecer quizá. Le parecía curioso que tanto cambian tus facciones con un poco de polvos y cremas.
Su vista comenzó a nublarse, estaba tosiendo.
—Dejaremos esto para otra ocasión. La señorita Kendrick no está en un buen momento ahora. Pueden retirarse.
—Entendido.
La guio hacia la cama, recostándola con mucho cuidado.
—Lo siento, te exigí demasiado hoy. Te daré algunas semanas para descansar, necesitas ganar peso.
—Estoy dando todo mi esfuerzo, Ramón. No te voy a defraudar.
—Sé que no lo harás. Pero por el momento necesito que te quedes aquí, volveré en un momento.
Era hora de la cena. Poppy no debía saltarse las comidas, llevó su comida en una bandeja hasta su habitación, junto con sus medicamentos.
Limpió el maquillaje de su rostro, notando que se veía más pálida que hace unas horas. Su frente estaba caliente.
—Necesito que comas. Llamaré a la doctora en un momento.
Volvió a salir de la habitación. Hizo lo que pudo por intentar acabar aquella sopa de verduras, pero sus manos eran débiles para sostener la cuchara por su cuenta.
No pasó mucho para que llegara la doctora.
—Señorita Kendrick, tiene que comer eso.
—Lo intento, pero no puedo.
Notaron la debilidad de sus manos.
—Señor Timberlake, tendremos que ingresarla. Esto es grave.
No lo pensó dos veces para cargarla hacia el coche.
—Demo, conduce hacia el hospital, rápido.
—Ramón, ¿Por qué me siento así? No sé qué me pasa.
—No lo sé, iremos al hospital, ahí sabremos con exactitud lo que necesitas para sentirte mejor.
—Tengo miedo.—Empezaron a caer algunas lágrimas de sus ojos.
—Todo saldrá bien. Solo no llores, no me gusta ver llorar a las mujeres. Me quedaré contigo hasta que muestres mejoría si eso te hace sentir tranquila.
No dijeron nada más hasta llegar.
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lunatico136 · 2 months
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Contaré cómo lo veo,
Si, a ese chico que me hace escribirlo desde lejos…
Es como una de esas cicatrices que sonríe y dónde se detiene, echa raíces.
Su espalda es un campo minado con varios lunares que desbordan mis ganas de besarle cada
milímetro.
Es un chico que controla todo, menos lo que siente.
Siente más de lo que quiere y quiere más de lo que él mismo es capaz de aceptar.
Sus brazos son una muralla que cubren de todo mal y peligro, no es de dar abrazos pero
cuando los da; arregla mi mundo y al mismo tiempo lo pone de cabeza.
Él es esa canción que muchas bandas escribieron, pero que nunca sacaron porque desearon
guardar su belleza solo para ellos… Así estoy yo; intentando plasmarlo en papel para guardarlo
conmigo e inmortalizarlo…
Su cabello casi siempre anda alborotado, como mis pensamientos cuando lo veo mientras
anda concentrado en otro lado.
Sus palabras son justas y siempre llegan en el momento indicado, es un león rudo y rey de la
selva que cuando se necesita se amansa y se muestra cálido.
Es un chico un poco frío, pero al acercarme recordé que el hielo también quema.
Es blanco como la luna y sombrío como la noche, pero cuántas ganas de conocerlo tengo…
Ese hombresito con cara de niño que esconde sus sentimientos para no salir herido es mucho
más de lo que yo pensaba y me importa más de lo que yo quería.
No sé muy bien cómo mi cuándo, pero me saca el lado más cursi que tengo, un lado que ni yo
conocía.
Si, agua y aceite. Por si acaso, soy el agua: simple, natural y sin mucho qué descubrir. Él en
cambio es aceite, un conjunto de elementos unidos en sincronía compleja.
Sus ojitos brillan de formas peculiares y distintas según la ocasión, pero siempre guardan algo
en común: la profundidad de su alma.
Un chico al que provoca cuidarlo y protegerlo aunque él puede con todo, al que provoca
abrazarlo siempre para que nadie lo toque, ese es él…
Un poco terco y caprichoso, que hace que los celos nazcan de un segundo a otro y así mismo
los aplaca. Le encanta ver cómo ardo y al mismo tiempo apagar el incendio que él mismo
provoca.
Es un gatito al que quiero le quiero dar besitos en las cicatrices y darle abracitos hasta que el
pasado no le duela.
Ese chico rudo con ojitos inquietos se convirtió en mi deseo de cada noche.
Y sí, admito que lo quiero más de lo que debo, pero me encanta caer, si mientras caigo sus
brazos me arropan y él me dice que todo va a estar bien.
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jartitameteneis · 1 year
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La chaman.........
Era de madrugada cuando escuchamos a los perros ladrar, después sonaron unos balazos y de un golpe abrieron la puerta. Mi padre tomó la escopeta y disparó varias veces, cayeron un par de hombres, luego una ráfaga lo alcanzó y murió al instante. Mi madre se encerró con nosotras en el baño, nos pegamos a la pared para evitar las balas que atravesaban la puerta. Cuando lograron abrirla, mi madre los recibió con el machete, al primero le cortó la garganta y al segundo se lo hundió en el vientre, un tercero disparó sobre su pecho, pero ella logró asestar la hoja en su cabeza, tumbándolo, en ese momento entró la Bestia. La Bestia era un tipo alto y corpulento, de piel morena cocida por el sol, su reputación de sádico y misógino era conocida en todo el pueblo y sus alrededores, todos le temían incluso sus mismos hombres. Lo había contratado un extranjero para obligarnos a vender nuestras tierras y aquellos que no accedían, los desaparecían para quedarse con todo. Mi padre fue uno de los que no quiso vender, la tierra era lo único que teníamos. Cuando llegó, sujetó a mi madre por el cuello, levantándola hasta el techo, ella intentó defenderse, pero con un simple movimiento rompió su garganta. Después nos tomó por los cabellos y nos sacó arrastrando de la casa, arrojó a mi hermana a la parte de atrás de una camioneta y la violó enfrente de todos. Podía escuchar como sus huesos se quebraban con cada embestida, al mismo tiempo que la asfixiaba hasta que dejó de moverse, continuó ultrajando su cuerpo aun cuando ya no tenía vida. Al terminar, me ofreció a sus hombres para que hicieran de mí lo que quisieran, uno por uno fueron pasando, me penetraban y golpeaban entre risas y jadeos. No sé en qué momento me desmayé, sólo sé que desperté amarrada y desnuda en el asiento de atrás de un carro. No tenía fuerzas, todo me dolía, aun así logre abrir la puerta y en una curva salí disparada, caí rodando por una pendiente hasta unos matorrales. Escuché algunos disparos que impactaron cerca de donde estaba, me dieron por muerta y se marcharon.
Al amanecer un anciano me encontró moribunda, me llevó a su casa en las faldas del cerro, curó mis heridas, entablilló los huesos rotos y cuidó de mí. Seis meses tardé en sanar por completo, mientras lo hacía, sólo pensaba en vengarme de la Bestia y sus hombres. Durante el tiempo que pasé recuperándome, noté que venía gente de muy lejos para pedir consejos, amuletos, remedios o saber su futuro. El anciano era un chamán, sabía mucho sobre medicina herbolaria, infusiones, brebajes y cosas sobrenaturales. Mi madre me había hablado de ellos, decía que podían ver el alma de las personas, invocar espíritus, hablar o convertirse en animales, incluso hacer que lloviera. Una noche de luna llena, el chamán encendió una fogata y lanzó unas hierbas al fuego, luego me dio a beber un líquido amargo. Sentí como el tiempo se empezó a hacer lento, se acercó a mí y puso su mano sobre mi pecho, dijo que mi espíritu no estaba en armonía con mi cuerpo, la sed de venganza estaba alterando mi aura y eso era malo. Me pidió que inhalara el humo y lo mantuviera unos instantes dentro, después con la mano izquierda apretó mi vientre y lo empujó hacia arriba, porque en el estómago habita la venganza y era necesario que liberara ese sentimiento, subió su mano hasta mi pecho y exhalé el humo, sentí un gran alivio cuando lo hice y me sentí en paz. También dijo que me ayudaría a conectarme con mi animal interior, entonces comenzó a aullar y una manada de coyotes bajó del cerro, el más grande de ellos caminaba inquieto enfrente de mí, los ojos le brillaban reflejando las llamas de la fogata. El anciano me indicó que no tuviera miedo y me despojara de mi ropa, el coyote me había escogido. Nos miramos fijamente a los ojos, se enfiló hacia a mí y de un salto cruzó el fuego para introducirse en mi cuerpo, comencé a convulsionar y caí desmayada. Cuando desperté, el fuego se había consumido, me sentía fuerte y renovada. El chamán besó mi frente y puso un cordel en mi cuello con el colmillo de un coyote colgando, dijo que ahora yo era un Nahual y podía convertirme en coyote cada que lo necesitara, así podría buscar justicia para mi familia, pero que nunca lo utilizara para hacer mal o de lo contrario el animal me consumiría y perdería mi lado humano, convirtiéndome en una bestia salvaje. Me tomó un par de días aprender a transformarme, después de dominarlo, llegó el momento de partir. El chamán se despidió de mí con un abrazo fraternal y dijo: “Que los espíritus de la tierra guíen tu camino, siempre con honestidad, justicia y verdad”; lanzó un puño de tierra al aire y luego desapareció.
Como no podía regresar a casa, me dirigí a los límites del pueblo y pedí trabajo como mesera en uno de los bares, ahí se juntaban asesinos, maleantes y malvivientes. Pasé cuatro meses preguntando y reuniendo información sobre la Bestia y sus hombres, supe que se reunían en un prostíbulo clandestino llamado “Infierno”. Fue fácil llegar a ellos, bastaba con esperarlos a fuera y pedir que me llevaran, ninguno desperdiciaría un bocado gratis. La mayoría me llevaba a un lugar alejado para atacarme, pero a ninguno lo dejé tocarme. Los gritos comenzaban al verme transformar, horrorizados intentaban huir, mas era demasiado tarde. Algunos lloraban como niños, mientras se arrastraban con sus cuerpos mutilados, otros intentaban rezar y suplicaban que no los matara, incluso cuando sus entrañas se encontraban colgando de mi boca. Al final todo terminaba en un mar de sangre, carne y tripas. Uno por uno fueron cayendo todos, aunque fue más difícil acercarme a la Bestia, debido a los brutales asesinatos. Uno de sus secuaces, antes de morir en mis fauces, dijo que su jefe le gustaba asfixiar a las mujeres con las que estaba, eran pocas las que sobrevivían a un encuentro con él, así que la dueña del prostíbulo solía darle mujeres jóvenes que vinieran de otros pueblos o que no tuvieran familia, así nadie preguntaba por ellas, garantizando la clandestinidad del negocio.
Logré colarme en el prostíbulo un viernes por la noche, busqué a la encargada y le dije que necesitaba trabajo, pude notar como le brillaron los ojos cuando me vio. Pidió a dos hombres que me llevaran a un cuarto en la parte superior, las paredes estaban acondicionadas para que el ruido no las traspasara, ni siquiera había un colchón, sólo un par de grilletes colgando del techo, pues también le gustaba sodomizar a sus víctimas, me encadenaron y se fueron. Pasó alrededor de una hora y mis manos comenzaban a dormirse, de pronto se abrió la puerta y la Bestia entró bufando, me miró sin hacer ningún gesto, caminó lentamente hacia a mí hasta tenerlo tan cerca que podía sentir el aire caliente de su respiración en mi rostro. Entonces sus ojos se encendieron como dos llamas rojas, comenzó a asfixiarme con una mano, eso le despertó un instinto de animal en celo; su cara cambió por una mueca de lujuria y empezó a babear, de un jalón arrancó mi vestido, sacó su miembro y abrió mis piernas. Estaba a punto de penetrarme cuando soltó mi cuello por unos instantes, suficientes para liberar mis manos, transformarme y abalanzarme sobre su cuello. Lanzó un grito de dolor y retrocedió un par de pasos, la sangre salpicaba la pared a chorros, luego sonrió con malicia y se transformó en un lobo negro. Él también era un Nahual, pero había perdido su humanidad al usar su poder para hacer el mal. Inmediatamente me atacó sin piedad y yo a él, fue una lucha encarnizada, sin embargo, la pérdida de sangre fue mermándolo poco a poco hasta que las fuerzas le fallaron y cayó desfallecido. Aproveché el momento y lo terminé con una mordida que le arrebató su último aliento. Me tomé un momento para recobrar las fuerzas, había sufrido múltiples heridas en mi cuerpo, aun así logré levantarme, bañada en sangre bajé al salón principal y ante la mirada atónita de los asistentes, salí por la puerta principal. Caminé toda la noche y al amanecer llegué a la casa del chamán, me recibió y curó mis heridas. Como no tenía a donde ir, me adoptó como su aprendiz y con el tiempo me convertí en una mujer chaman........
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dokebeto · 3 months
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14 de febrero.
Hoy es un día especial, es miércoles.
Es San Valentín.
Curiosamente e inesperadamente, sentí amor. Alguien me ablandó el corazón como sí del abrazo más fuerte y cariñoso se tratara. Vaya ni siquiera estábamos de frente, pero sentía su compañía y eso se lo agradezco. Espero que ella sepa que también tiene la mía, siempre la tendrá.
Sin importar sí es un día nublado o lluvioso; sí es un martes aburrido o un cansado lunes; siempre viviré con ansias de volverte a ver, volver a decirte que te quiero, lo oíste bien, te quiero. En este momento, no sé dónde te encuentres pero espero que estés bien, que estés a salvo.
Siendo honesto si sentí un vacío y un sentimiento de impotencia pues, todos sabemos que el mundo persigue al dinero y en este día, no me encontraba en mi mejor momento económicamente hablando. Así que perdón sí llega con retraso, pero mis te amo, siempre llegan.
Te amo.
Mientras tanto me gustaría platicarte que hoy me siento más aliviado, más... amoroso; más sanado y agradecido, sé que el mundo se me nubla muy fácil pero muchas gracias por siempre creer en mi.
Hoy te buscaba por todas partes, había algo a mi al rededor que me hacía verte en todas partes, se escuchaba tu voz a lo lejos o una brisa corta de tu perfume llegaba a mi, no sé por qué. Sólo sé que te extraño mucho y que te quiero.
También tengo que decir que lo siento, por las noches o días en que estábamos tristes.
No quiero más eso y espero haberme dado cuenta antes de que dejaras de quererme, no quiero perderte.
No sé sí me creas, pero es cierto cuando digo que eres mi vida entera, en ti encuentro paz; en ti atesoro todo aquello que me enseñó a amar; eres luz cuando aunque no esté oscuro, el paisaje se pinta sombrío; el calor tan frío que tienes cobija cuando no puedo dormir; eres mi vida porque las flores están en ti; los rayos de sol repletos de vitamina D son de ti antes de mi, en palabras simples, amó que nada de mi vida está completo hasta que lo comparto contigo.
Amó eso.
Te amo a ti.
Y siempre he creído que no te gusta desperdiciar palabras pues sé lo especiales que son para ti, pero los te amo son infinitos, hasta que mi alma deje mi cuerpo. Sí algún día te vas, te amaré, ni siquiera diré supongo porque nos mentiría a ambos, nunca te irás de mi y es muy injusto. Es injusto para la primavera saber que el paisaje más hermoso que ví no es de ella, sí no, fuiste tú, es injusto para el invierno pues el frío de tus manos es mi invierno favorito.
Creo que hace mucho no lo digo y perdóname por ello, pero me gustas, me gusta quién eres y lo que puedes ser, me gustas porque eres la mejor y sí no lo eres es porque tú alma habrá abandonado tu cuerpo o la mía. Me gusta tu cabello y sus... montañas. Me gusta tu nariz porque es especialmente bella, me gustan tus lunares, eso de los que todos saben y esos de los que pocas personas vieron.
Me gusta como tomas mi mano, aunque no sea muy seguido.
Me gusta cuando tomas mi brazo y siento que podría protegerte por mil años más.
Me gusta cuando ríes.
Me gusta cuando sueñas.
Cuando nadie te ve.
Me gustas cuando eres libre.
Cuando te aventuras a hacer aquello que quizá no imaginaste.
Me gustas cuando logras aquello que tanto tenías.
Cuando te das cuenta que eres la mejor.
Cuando comienzas a creerlo.
Me gusta decirte que eres la mejor.
Es increíble que lo seas.
Pero no quiero atiborrarte de palabras lindas, cuando sé que los malos días también existen, cuando sé que a veces quizá no eres la mejor o simplemente no quieres serlo.
Creo que no necesito decir que está bien estar mal.
Creo que no necesito decir nada más.
Espero que no sea cursi y que nos encontremos bien.
Sí es así, no olvides cuidar de ti.
O mejor dicho, recuerda cuidar de ti.
Señorita M; Bombón.
Con amor... D
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ocasoinefable · 7 months
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Está vez su silencio es un poco inusual, es como si buscará morder alguna palabra más no lo consigue, frunce el ceño tan ligeramente que solo si le miro fijo se puede notar, aprieta sus puños, ríe con nerviosismo y luego ríe con ternura. He traído algunos frutos, nos sentamos desde hace unos meses en este lugar; que el tiempo se ha descubierto amándonos. siendo unos labios que pronuncia la humedad del otro, un sudor que recorre la piel del otro, el jadeo que aprieta los labios al cargar con dos silencios, el movimiento de dos manos que se mueven como una sola huella.
-¡Me gusta esto..! -
Titubee con ese rubor que esperaba encontrar en sus ojos al mirarme. Tenemos esa clase de silencio que sí alguno de los dos habla el otro escucha y con su voz entre cada poro y huella escribe, y nos quedamos así, en conjunto, con palabras que nos hablan mientras nuestros corazones laten-
- a mi también, y es más que gustar; un nido. Pertenezco a tu mirada, a tus palabras pegaditas a la boca, a el recorrido que haces y suspendes. Al mar de ideas y la conmoción cuando nos apartamos y la calma al ver nuestros dedos abrazados -
Solté una risa y me recliné en su hombro, me sumergi en su cabello, clave mi nariz en su cuello y la brisa que se escurría entre su piel y su vapor. Pronuncie lo que ella ya se decía, lo que la hacía fruncir el ceño, luego suspirar y por último reír de admiración y ternura.
- a veces tiemblo un poco ante tanta infinitud. También puede ser que le doy vueltas demas a la vida, la complicó y la simplificó luego. Ya habrás notado que nunca he sido parte de la felicidad, que la alegría es un sarpullido si la nombra mi boca, que es natural en mí la agitación y un marea que no cesa.. más aun al estar así, todo se calma, la suavidad toca mis labios, la felicidad me rodea. Me gusta nuestro lenguaje; a veces con prisa como un colibrí en interior de la miel, en otras ocasiones la misma brisa en la brisa. me gusta tus vicios de arrojarte desde el más alto de los silencio y fundirte a la lluvia como lluvia. me gusta tus arranques. aprendí a leer tus nudos y palabras estancadas, me atrevo a decir que mejor de lo que lo haces tú. me gusta el simple hecho de que late tu corazón y lo siento dentro del mío. ese detalle de que tenemos una vida y la quiero contigo. confieso aunque lo sabes también; me exaspera algunas de tus manías, más aun al mirar tus pestañitas cortas aprendo quererlas con igual desespero, el tocar tus dedos al trazar la brisa, el abrir un hueco con tus pensamientos cruzados y moribundos.. eso que tú no toleras de ti yo aprendo acogerlo con una sola de tus sonrisas. sé con seguridad cosas de ti como tú las sabes de mí, me sostienes y no me soltarás aunque se caiga el todo a pedazos, y sé que tú también lo sabes. sé aunque nuestras cabezas armen cien líos y digan tanta palabrería solo basta una mirada que nos dice todo. Y ese todo es lo que quiero -
Limpie mi rostro con la tela de su camisa y algunos de sus cabellos, al mirarla vi rocío en sus pestañas y una sonrisa tan roja como el latir de su corazón.
- lo sé. Eso es lo mágico y lo que me causa está admiración y a la vez un sentir eviterno de que siempre ha sido así. Como saberse. También tiendo alargar los pensamiento, también tengo ese vicio existencial marcado como un reloj de arena que luego desbarató en un esparcir de mariposas, más aun cuando miro tus ojos; sé dónde esta mi corazón y que tu latir es la sonrisa de mi alma. Me gusta ese rabiar que te hace revelar y luego se calma, ese gusto sencillito que te llevan a tomar mi voz como yo tomo la tuya. Me gusta tomar de tus labios y esperar que tú me asaltes con esa inusual ternura tan tuya. Solo basta oírte latir para sentirme el ser más valiente y feliz del mundo, hasta un poco de pena meda la tristeza que supo vestirme de niña al saberse despojada con el roce de tus manos-
reímos como aroma de alelí. La brisa movía las gotitas de las pestañas, el aire recogía las flores que había caído del árbol, y se notaban los brotes. Me los señala y luego se reclina otro poquito.. musitando algún bosquejo de canción.
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annyz3 · 1 year
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Holi, no sé si te había mandado esto ya, o me lo imaginé 🤔 pero quería saber cómo coloreabas en tradicional 🥺 y cómo dibujas el pelo tipo algodón/fluffly 👉🏻👈🏻 bueno si quieres, si molesto me disculpo.
Admiro mucho tu arte 🤧💖
Eai saludos brasileños :D, No soy bueno explicando cosas en se , pero probaré al menos algunos consejos (incluso si creo que tu trabajo de pintura actual es hermoso).
Bueno empecemos con lo basico que seria la superficie donde pintaras tu dibujo, te recomiendo una superficie lisa y solida en lugar de una blanda (como un cuaderno) para mi hace la diferencia, una superficie blanda es dificil de conseguir tonos de color más fuertes, incluso si fuerza el lápiz sobre el papel, probablemente solo se arrugue o incluso rompa el dibujo, para mí es mucho mejor pintar en una mesa plana o incluso en el piso.
otra cosa es que no pintes muy duro, ve con calma si quieres, si quieres un color más fuerte, pinta de nuevo aumentando gradualmente la presión de tu mano, sujeta el lápiz con los dedos, no con el puño.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de las sombras, luces y degradados que utilizo especialmente en los ojos.
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Me gusta mezclar colores para crear nuevos tonos, como este personaje que dibujé arriba, usé rojo y naranja para su cabello (claro que con la ropa también funciona), busco colores que choquen de manera homogénea y que combinen entre sí, como la ropa de este personaje.
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(los tonos de morado y rosa usados ​​en este fanart de lilia)
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El cabello es hermoso, bueno, la verdad no sé cómo mostrarlo, es bastante simple en comparación con otros artistas, eres un gran artista, estoy seguro que si te fijas bien, puedes hacerlo tú mismo.
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eres uno de mis artistas favoritos, tus diseños únicos son una inspiración para mí, tus dibujos me dan ganas de dibujar!!, incluso cuando hay millones de cosas inundando mi mente y preocupándome por nada, gracias~♡
lo siento si el español es un poco raro, todavía estoy aprendiendo:')
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celticmo-on · 1 year
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Estoy perdida en cada paso que doy, no sé a dónde o con quién ir. Las ganas ya no están. Ya no deseo morir pero tampoco vivir. Las manecillas del reloj completan su ciclo y yo aún me encuentro hundida en la cama sin una pizca de esperanza, no encuentro la sensatez con la que debería seguir mi vida no sé si aún estoy en el fondo o apenas voy cayendo no tengo idea de en dónde me encuentro ni siquiera sé si aún tengo sentimientos; quizás estoy muerta en vida. No estoy pidiendo que me salven, no, por ahora no, tal vez si cuando esté al borde de la pérdida de mi consciencia. Los libros, el teatro y escribir se me van como el agua entre los dedos.
Cada vez que me preguntan qué cómo estoy, es un martirio porque no sé cómo estoy, pero escribo esto con la intención de que naveguen mas allá de mis dos palabras < no sé > o una simple sonrisa que transmita lo que pueda.
Muchas veces lloro hasta quedarme sin lágrimas y quedo sollozando hasta quedarme dormida, la mayoría del tiempo se queman mis ojos por quedarme mirando a la pared sin parpadear. quiero estar en soledad y algunas veces que sólo estén acompañándome en silencio. O simplemente naufragar en el mundo onírico. Es somática al igual que emocional.
Lloro cuando me lavo el cabello al sentir la cantidad que se enreda en mis dedos dejando atrás a sus compañeros, que la piel empiece a descortezar por la ansiedad de no saber qué hacer con mi propia vida.
Hace mucho que no me encontraba con mi vieja amiga, pero justo en aquel momento en el que sentía que mi vida iba tomando un rumbo se me acercó diciendo: hola, me abrazó y sentí que para quedarse al menos un largo tiempo.
Me pregunto cada noche que hago mal y deseo mejor evitar sentimientos densos con una persona, no quiero que se sienta culpable por no poder ayudar, después de todo por ahora es “una batalla que debo librar”
¿Qué cómo estoy?
Prefiero evitar el tema de conversación pero en ocasiones mi propio ser necesita expulsar la pudrición que llevo dentro y muchas veces no veo a quien le expreso. Y hablar se me hace agotador, y las palabras se enredan expresando lo peor.
Me cuesta levantarme de la cama y algunos días en soledad ni siquiera me ducho, a no ser que deba exigentemente salir.
¿Cómo estás ?
Martilla mi cabeza sin saber qué contestar…
Lamento si se siente mi ausencia pero mi alma lo anhela.
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little-stormy-hope · 8 months
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Mis huesos ya no guardan la energía de hace unos años,
No sé si es el paso del tiempo el que me ha llenado de esa nube de cansancio extremo
O si la depresión ha abarcado mis días por completo.
Quiero respirar aire fresco, tomar el sol y pasear un rato,
Irme completamente sola lo más lejos que pueda,
Cambiar mi nombre, mi cabello,
Renovar mi vida y mis sueños.
A veces me siento estancada en un presente que añora algo que no comprende.
Cargo con mis penas, o eso creo,
Y es que son un cúmulo de cosas tan grandes,
De deberes con otros,
Que me he dado cuenta que se salen de mis manos.
En este punto siento que no nací sobrepensando,
Que simplemente lo aprendí pasa resolver problemas,
Para ajustar cosas y deberes que no me correspondían.
La resolución de conflictos y la atención al detalle ya no se sienten como cualidades,
A veces desearía ser una chica simple,
Una que no tuvo que aprender durante su infancia a solucionar desastres.
Quiero estar sola, ya no sé si sea bueno,
A lo que muchos llamaron ser independiente con gran felicidad
Es lo que hoy me ata a una cama y horas completas llorando en la soledad,
Desearía poder pensar que compartir mi dolor no será una carga
Pero sigo aquí, llamando soledad a ese tiempo donde no puedo dejar de lamentar.
Cuando eres tan buena arreglando vidas
Nadie se preocupa porque no puedas arreglar la tuya,
A veces quisiera que alguien pusiera en mi al menos un gramo del amor y tiempo que vierto en otros sin dudar.
Ojalá algún día no necesite pasar tanto tiempo sola,
Que el síndrome del impostor no me detenga,
Que sobrepensar no me abrume, porque no será un problema,
Que pueda sentirme una persona
Con una variedad inigualable de sentimientos,
Una que incluya muchos más toques de felicidad.
A la mujer que seré en el futuro
Le deseo que este viva por completo,
Que sea libre,
Que se sienta propia
Y que nadie la llame fuerte, porque ya no lo va a necesitar.
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lyon-amore · 8 months
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    No puedo parar de mirar ese color rubí en sus labios, preguntándome a qué deben de saber ¿Sabrán a cereza? ¿Frambuesa? O quizás a manzanas rojas.
    No puedo creer que me haya encontrado con ella mientras iba a mi nuevo escondite. Mi corazón late con fuerza.     Veo cómo sus labios se posan suavemente sobre la taza, cerrando los ojos. Cómo envidio esa taza.     Mira su móvil con una sonrisa, está hablando con Jessica y Richy. Me había pasado horas frente al ordenador pensando cómo sería ver una sonrisa suya fuera de una pantalla. Ahora sé cómo es. Y es algo que superaba todas mis expectativas.     Deseo poder entrar a la cafetería, acercarme a tu mesa y decir: “Hola, creo que no nos conocemos, me llamo Jake y no he podido evitar ver cómo sonreías ¿Es algo divertido?”     Quizás luego tú, con tu actitud divertida y pícara me dirías: “¿Acaso te dedicas a acosar a las chicas?” y yo me reiría, porque eres tan lista que seguro que sabrías quién soy nada más verme. Pero me atrevería a contestar: “Solamente miro lo que me fascina”. Seguramente te haría sonrojar por primera vez y tus labios se curvarían en una sonrisa tímida.     Veo cómo pasas la lengua por tus labios rojos, quitándote los restos de espuma. La pintura se queda en tus labios, lo que me hace pensar que quieres que te dure todo el día, porque te gusta cómo te queda. Mi imaginación sobrepasa queriendo quitarte la espuma de tus labios con un beso. Ese simple pensamiento hace que pierda el control de mis emociones y mi corazón lata deprisa al ver cómo te apartas el cabello con delicadeza. 
    Levantas la vista del móvil y es cuando nuestras miradas se cruzan. O al menos, es lo que quiero creer.     Trago saliva con fuerza, acercándome a la puerta. Coloco mi mano en el picaporte, preparando para abrir.     El sonido de unas sirenas de policía a lo lejos hace que me acuerde de que lo nuestro no puede ser. No puedo entrar e invitarte al café que estás tomando. No puedo entrar y hablar contigo como si mi vida fuera normal. No puedo besar esos labios rojos que tanto me tienta.     Me voy alejando de la puerta, alejándome de quizás una oportunidad que jamás volveré a tener.     Me llega un mensaje y veo que eres tú: “¿Eras tú el que estaba delante del escaparate de la cafetería?”.     Un dolor punzante atraviesa mi pecho, sabiendo perfectamente lo que tengo que escribir: “No sé de qué estás hablando”.     Es una mentira mezclada con rabia, porque sé que me llevaré el recuerdo de tus labios, tus ojos, tu mirada, a cualquier parte del mundo. 
   Pero sobre todo, me llevaré la culpa de no haberte besado en aquel momento. 
Secuela oneshot
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Está noche me ha venido a visitar.
Encontrándome en una gran ciudad yo vivía con mi madre en el jardín de unos edificios, teníamos sillón, mesa y camas, todo, cómo cuando jugábamos a la casita de pequeños. Nuestro techo era un paño muy delgado y traslúcido, parecía seda por su brillo. Y luces de colores adornaban como cascadas los bordes de lo que era nuestro hogar los cuales le daban un toque más de fantacia a nuestro peculiar techo.
Un hombre joven llegó en un auto, me quedo mirando e invitó a conversar, por primera vez después de mucho tiempo él disponía de unos minutos solo para mi. Abrió la puerta del auto y sin pensar ni un solo instante me subí.
Sentí su cariño, era algo que emanaba realmente de mi y sin darme cuenta se lo adjudicaba a él, pero pedir un abrazo o un beso ya era demaciado pedirle, solo me límite a conversar y a mirar su rostro. Le conté que había soñado muchas veces con él, le conté sobre las cartas y montones de libros dónde lo tenía plasmado. No podía dejar de escribir pensando en su rostro, su cuerpo, su forma de pensar, cómo su terquedad agotaba mis páginas, en su voz, se que otra mujer también piensa en él y lo extraña, no sé si como yo, porque no sé si a ella la ve, la abraza o la besa, pero pensar en ella me hace escribir versos o párrafos con rabia, rencor y dolor.
Me contó que había dejado su trabajo, me sorprendió porque era justo igual que en uno de mis tantos sueños, él comentaba que de algún modo había una pequeña conexión entre ambos, quizás lo lo decía para no dejarme como una loca obsesionada con su vida.
A pesar de ser un hombre desempleado no se veía como tal, tenía el cabello largo y bigote, pero se veian cuidados, sus ojos no tenían ojeras y se veía hidratado, no tenía olor a alcohol, a cerveza como antes. Al aire pero sin basilar dijo que había dejado el trabajo de garzón porque ahora sería un asesino, cosa que me dejó pasada, ¿Él un asesino?, ¿Él que se mortificaba por cada acción que había cometido?, a los ojos me miró al decir que estaba cansado de las mentiras y del robo de energía que le provocaba hablar con tanto gente desagradable. En el auto íbamos a más de 100 kilómetros por hora, pero dentro no se sentía la velocidad, no me importaba tampoco si teníamos un accidente, estaba con él y él conmigo después de mucho tiempo.
Llegar al centro de la ciudad, la gente que ahí se encontraba andaba despavorida, muchos arriba de las murallas, otros se colgaban de los focos de luces. Sentía que era una ciudad de perdición, dónde nadie sabía dónde ir ni que hacer que fuera de provecho, al contrario todos huían de de todos, pero algo que debo admir es que todos estaban bien vestidos, no parecían criminales a simple vista. Nos bajamos el auto rojo, era al estilo de los 50s bien espacioso, con un frente amplio y un color rojo vino.
Entramos a unos edificios, que por cierto también tenían brillantes luces que le daban un aire de fantasía, aún que las paredes parecían que iban a derrumbarse por lo viejas y mal tratadas, el barrio me daba miedo por ruido visual que tenía. Ahí íbamos a cumplir con su misión, sin yo enterarme antes, esa noche se convertiría en asesino, sin un previo aviso de que sería cómplice, pero estaba segura que si lo acompañaba él me dejaría dormir a su lado abrazada, sabía que estaba mal, quizás me había llevado para realmente detenerlo, pero ¿Quien soy yo para detener sus ideales y decisiones?, Sabía muy bien que él no dejaría de actuar aún que estuviera en contra suyo, tal vez solo me fue a buscar para no estar solo, quiero pensar que fue porque en ese momento tan crucial solo quería tenerme a mi a su lado, cómo lo más importante para él, si abría de escapar sería junto a mi, todo junto a mi.
En algún momento lo perdí de vista, me encontraba sola entre los edificios, un hombre se me acercó lentamente, no lo pude divisar pues era de noche y las luces no alumbraban mucho, eran tenues, mágicas, tanto que el momento que estaba viviendo no se sentía tan horrible como era realmente. El hombre era un ex compañero del trabajo, me abrazo y dió el resguardo que el anterior no pudo ofrecerme entre sus brazos, ¿Que estaba haciendo aquí?, Dijo que me acompañaría dónde iba, sin embargo de apoco me empezó a llevar a otro lugar, entre conversaciones desvió mi atención, debo admitir que mi memoria a corto plazo no es muy bueno y fácilmente me desconcentro, cosa que mi ex compañero supo utilizar en ese instante. Pronto estábamos en una feria nocturna de vinilos, todo brillaba, pero me era inevitable mirar el cielo, buscar entre las ventanas a el hombre de mis sueños, de mis pesadillas, de mis anhelos más profundos.
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jlen19 · 1 year
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Miércoles 24 de noviembre del 2021 a las 10:28am
Necesito desahogarme y como siempre no tengo a nadie tengo que recurrir a esto, escribir, esto no es una carta de suicidio aún no, faltan meses para eso, llevo todo el año sintiéndome mal pensé que se había acabado pero mi mente no para y no es por que piense demasiado o que me diga cosas que casi siempre no son ciertas, al principio de todo esto era como una sensación de vacío, de estar completamente sola y siempre tener que tragarme las cosas porque tu mente no es lo suficientemente fuerte para decir lo que te molesta/incomoda sin llorar sí que soy patética el no poder hacer una cosa tan simple como esa, el no tener el coraje para arreglar mi vida o tan siquiera pararme de la cama, el día que ya esté muerta y tengan el coraje para buscar o leer mis cuadernos se van a dar cuenta de que casi siempre estoy mal y no se dieron cuenta , no sé si era muy buena fingiendo o solo no les interesaba sinceramente me da igual pero no perdono ni olvido el hecho de que pudieron evitar todo esto, estaba muriendo frente a ustedes y no se daban cuenta, no quiero que anden de hipócritas diciendo “¿Qué ha podido pasar para que hiciera esto? si nosotros lo hicimos todo perfecto “ cuando no conocían a su propia hija, la prueba de el por qué lo hice no fue solo porque me deje llevar por el momento o que quería llamar la atención (¿Quién quiere llamar la atención una vez muerto?) son todas la hojas de mis cuadernos y no son escritos de un mes o una semana son años. No se no es normal que cada vez que veo a alguien recibir apoyo de alguien más le tenga tanta envidia las personan normales envidian el dinero, casas, carros y luego estoy yo que solo quiere a alguien que la apoye y la entienda porque es tan difícil de conseguir?, antes yo estaba más que encantada de estar sola y me gusta pero todo lo que siento me orilla a querer no estarlo.
Miércoles 5 de enero del 2022 a las 4:36am
Para empezar mi estado mental va de mal en peor, en general en año pasado fue todo mal, no sé si es que hay una yo del futuro si logramos sobrevivir me intriga la razón por la cual no lo hiciste tal vez espero muy en el fondo que esa razón nos llegue antes de que sea tarde, para mi yo del futuro, presente y pasado estoy orgullosa de ustedes por todo lo que aguantaron y siguen aguantando y si no hay una futura yo aun así lo estoy.
Sábado 8 de enero del 2022 a las 11:58pm
Tal vez muera mientras avanzo con mis escritos, pero no del todo hay partes de mi vida que están escritas así que hasta que no desaparezcan estos no moriré, espero que quede una pequeña parte de mi vida en la memoria de otras personas y eso últimamente he estado un poco aburrida tengo directos que ver pero no quiero ni tengo ganas de verlos y en general no tengo ganas de nada sinceramente no seque es lo que me ha impedido que me suicide.
Enero 10 del 2022
Ahora que lo recuerdo esta navidad si recibí regalos jaja fuera de tema me corte y pinte el cabello y últimamente he estado pensando en que puedo hacer para ganar dinero también he estado pensando en hacer una página en Facebook para subir mini comics y darme a conocer así poder empezar a hacer comisiones al igual que he pensado en subir videos a YouTube tipo blogs claro que al principio de todo no ganare nada pero con el tiempo tal vez si supongo que es uno de mis pocos propósitos de este año.
Jueves 27 de enero del 2022 a las 8:00am
Sinceramente no sé de donde estoy sacando fuerzas para escribir llevo 4 días enferma y apenas si tengo fuerza para pararme de la cama prácticamente no siento nada lo peor es que ya no sé si es por mi estado mental o físico y para empeorar los sueños que tengo no ayudan, me ponen a pensar y me da nostalgia en uno de ellos amanecí llorando pero no son pesadillas después los escribo, no sé si son por los sueños o que pero siento que pronto moriré al fin espero así poder ser feliz eso lo único que quiero ahora, mañana es mi cumpleaños y no sé por qué eso me pone muy triste y no es porque este enferma es como un recordatorio de otro año más desperdiciado, otro en el que no pude volver a ser feliz, siempre es lo mismo tener que luchar con mi mente para evitar suicidarme pero ya para que lo evito no estoy ganando nada con eso, creo que me aferro a la idea de algún día ser feliz pero sinceramente ya dudo de que eso algún día pase, hoy cuando prendí el celular me dio por revisar mi blog y leer escritos de otras personas y me recordó a cuando todos los miércoles me ponía a hacer tarea hasta tarde y a veces en mis momentos de desconectar me metía a tumblr  a leer o ver imágenes bonitas, me recordó a esos tiempos mm ahora si contare el sueño de hoy, me encontraba con mi yo niña con un gorrito tapándole los ojos la vi en medio de una carretera cuando me di cuenta de eso fui corriendo a rescatarla la cargue y le pregunte qué en que estaba pensando al ponerse en medio de la carretera? Ella me contesto que sentía ira y tristeza y que la llevara a donde fue feliz yo por alguna razón ya sabía a donde llevarla, la casa en donde vivía antes cuando entro a la casa se metió corriendo yo me quede afuera viéndola es eso me hago bolita en una esquina y me pongo a llorar y así es como amanecí llorando.
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