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#cervezas y chicas
cuartoretorno · 10 months
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Kurt Cobain (Nirvana) 1987 - 1994
Grunge Style - Grunge Sound
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sudaca-swag · 5 months
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que calor voy a escuchar amar azul
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electronica-1 · 2 years
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Muchachos, llegaron las chicas...
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killmcpills · 4 months
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después de un largo día de trabajo y una cena familiar insufrible, lo único que le apetecía era desconectar. quedó con sus mejores amigues para tomar algo en un pub pero pronto se vinieron arriba y acabaron yendo a una de sus discotecas preferidas del soho londinense. tras entrar y saludar a un par de conocidos, fue directe a la barra a pedirse una cerveza y desde allí pudo fijarse en una chica pelirroja preciosa, así que haciendo uso de su carisma, decidió acercarse a ella para tener la cama caliente esa noche. "hey, ¿estás sola?"preguntó con una galante sonrisa mientras le miraba a los ojos. "me suena tu cara, ¿vienes mucho por aquí?" // @qvimcra
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florinaranja · 2 months
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hola! podrías escribir algo con pipe inspirado en esta foto?? 🤭🤭
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sombras azules ; felipe otaño
pairing: felipe otaño x fem!r
summary: haces una quedada con todos tus amigos y conforme pasa el tiempo, hay algo que te ronda la cabeza: maquillar a pipe. 1.5k.
warnings: mención de alcohol?? it's just mucho fluff junto
n/a: muchas gracias por el request!! me encantó escribirlo, pipe es tan novio no puedo... also no soy muy buena narrando en segunda persona por eso he decidido darle nombre a la prota, espero q no te importe! espero que te gusteeee muchoo
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nerea miró a su alrededor: chicos desperdigados por el suelo jugando a las cartas, botellas de cerveza aquí y allá, las risas llenando el ambiente… el panorama normal de los sábados por la noche. lo único malo es que hoy tocaba juntarse en su casa, así que le tocaría limpiar por la mañana.
de todas formas, no le podría importar menos. se encontraba frente al sofá, sentada con las piernas estiradas en el suelo y la cabeza levemente tirada hacia atrás en el regazo de su amigo juani, quien intentaba hacerle trenzas. lo observó, todo lo que su posición le permitía, y sonrió. desde que se peleó con un tal "juanicar" en twitter por qué disco de one direction era el mejor de todos, habían sido inseparables. al contrario que juani, ella era más retraída, de esas que tuvieron solo dos amigos a lo largo de todo el instituto, por lo que las presentaciones no tardaron en llegar y pronto, nerea se había visto envuelta en un grupo de amigos enorme, donde todo era cariño y apoyo. así que sí, podría limpiar cientos de destrozos si eso suponía pasar un par de horas con ellos. 
apartó su vista de juani para fijarse en los jóvenes que tenía frente a ella jugando al blackjack entre los vitoreos de los ganadores y los gritos de los perdedores. se quedó mirando la ronda, le gustaría decir que su interés estaba en las cartas, pero estaría mintiendo. sus ojos delimitaban su perfil, sus brazos y sus dedos en movimiento mientras barajaba las cartas. no podía apartar la vista de él. 
felipe fue uno de los primeros que juani le presentó y el sentimiento que sintió al verlo la primera vez solo había hecho más que crecer. eran buenos amigos, eso estaba claro. pero había ocasiones en las que nerea no podía evitar pensar que había algo más, que ella no era la única que sentía esa tensión abrumadora. y en otras ocasiones solo decía que estaba imaginando demasiado. 
blas se levantó refunfuñando del suelo después de haber perdido todas las partidas que habían jugado. se dirigía a la cocina, una oportunidad perfecta para coger ella misma otra cerveza. se despidió de la comodidad de la alfombra y se encontró con blas, ya rebuscando en el frigo. 
—¿me pasas una? —blas le alcanzó una al tiempo que abría la suya. ambos se quedaron en la cocina, apoyados en la encimera, con la cerveza enfriándoles las manos. 
—seguro que esos idiotas me están haciendo trampas. ¡es imposible que no haya ganado ni una! ni una nerea. 
la chica rio contentilla a pesar de que lo que había dicho su amigo no tenía nada de gracioso. era consciente de que las cervezas comenzaban a subírsele un poco, pero los mejores momentos siempre llegaban entrada la noche y con unas birras de más.
—vamos, no te puedes estar enfadando por eso. sí que cumples con ser el más pequeño del grupo —se acercó a él y le agarró de la mejilla cariñosamente. 
—oye, tienes unas pestañas super largas… tengo una idea. ¿me dejarías maquillarte? 
blas la miró por unos segundos. estaba sonriente, con las mejillas rojas por el calor y el alcohol. era incapaz de decirle que no.
—como tú quieras.
—¡gracias, blas! eres el mejor.
nerea se tiró a abrazarlo, siendo correspondida al instante. otra idea le comenzaba a rondar la mente.
—vamos. 
cogió de la mano al chico y se dirigieron de nuevo al salón. al girarse tan rápido, todo le dio vueltas por un momento, pero nada demasiado grave. se plantó delante de los chicos y sonrió.
—he estado hablando con blas y se me ha ocurrido que para animar este juego de hombres un poco, voy a maquillar al que pierda de cada ronda. así practico, que no puedo estar viendo tutoriales para siempre.
—ay, amo. ¡yo estoy dentro! —fran fue el primero en aceptar y los otros no iban a ser menos. 
por un momento, los ojos de nerea se encontraron con los de felipe y un sentimiento se le instaló en el pecho. 
—vas a cansarte de pintar a blas, entonces. 
y con esas palabras empezaron un nuevo juego. de los cinco que estaban jugando ya había maquillado a todos, incluso más de una vez a cierto chico de pelo rizado, excepto a uno. pipe parecía ser inalcanzable incluso en el juego estúpido que se le había ocurrido a nerea. 
—¿puedo jugar una partida? —todos los chicos la miraron desprevenidos por la petición.
—claro gordis, te cedo mi puesto.
—¿sabes jugar? 
—si no supiera jugar no habría dicho nada, ¿no? —por detrás suyo oyó a juani soltar un "uh" a lo que rio.
miró determinada a pipe mientras repartía. confiaba en que lo que su abuelo le había enseñado siguiera en algún rincón de su mente.
en cuanto comenzó la ronda supo que iba a ser imposible que ganara, era un hecho. y en el momento final, los resultados sorprendieron a todos los de la mesa: nerea había ganado.
—¿¡cómo lo hiciste?!
blas no cabía en su asombro, pero nerea solo tenía su atención puesta en pipe, que la miraba con una sonrisa ladeada. ella le respondió con otra, mientras se levantaba (con un leve tambaleo) y le señalaba divertida.
—para ti tengo algo reservado, ve preparándote.
nerea fue casi corriendo al baño para buscar la paleta que tenía en mente, la que siempre que veía le recordaba a él. cuando volvió no quedaba nadie jugando a las cartas y pipe estaba acostado en su sofá, ocupándolo entero él solo. tenía los ojos cerrados y su pecho subía pausadamente. solo podía pensar en lo mucho que le gustaría poder ver una estampa así todos los días.
sin embargo, no podía fantasear. le dio en la mejilla suavemente y felipe abrió un ojo para mirarla. —no te creas que haciéndote el dormido te vas a librar.
—nunca pensaría en hacer eso. 
la chica sintió que se acolaraba. deberían prohibirle sonreír de la manera en que lo hace. —tienes que levantarte si quieres que empiece. 
pipe se llevó las manos a los ojos mientras suspiraba. —estoy cansado… 
nerea lo miró seria. aunque dijera que no, parecía que estaba luchando para no tener que ser maquillado. pero, para su desgracia, nerea no lo iba a dejar ir tan fácilmente. 
la joven dio la vuelta al sofá y sin pensarlo demasiado, se subió sobre el regazo del chico. felipe abrió los ojos asombrado, mientras nerea se acercaba a él con la sombra preparada. 
—cada vez que veo esta sombra me recuerda a ti. se parece al azul de tus ojos, aunque no llega a ser tan bonita. siempre me he preguntado cómo te quedaría… —mientras hablaba, cogió el color y lo llevó al párpado del chico.
estaba muy cerca de él, lo más que había estado desde que lo conocía. le temblaban las manos y tenía el estómago en la garganta, parece que el alcohol había decidido apagar su efecto. 
una vez terminó con el primer ojo, volvió a encontrarse con los ojos de pipe. no había dicho nada desde que había empezado, lo que no ayudaba a los nervios que crecían en nerea. su mano, grande y tersa, se posó sobre una de las piernas de la joven. perdió el aliento por un momento. intentó hacer como si nada y siguió con el otro ojo. cuando su trabajo estaba listo, se quedó anonadada. 
—estás guapísimo… —pipe rio complacido. rápidamente, nerea sacó su móvil y le echó una foto—. vas a ser mi nuevo fondo de pantalla, que lo sepas. 
—¿ya estoy listo? 
la última idea de la noche le pasó por la cabeza, era ahora o nunca. —me falta una cosa más —alcanzó un pintalabios y se lo aplicó bajo la atenta mirada de pipe—, el toque final. 
nerea llevó sus manos a ambos lados del rostro pecoso de pipe y rápidamente juntó sus labios con los de él: un choque anhelado. se olvidó dónde estaba, de lo que podría pasar después y solo se dejó llevar. el beso fue correspondido al instante, casi con tanta necesidad como la de la chica. cuando se separó vio que su plan había funcionado, aunque el resultado había sido un poco más desastroso de lo esperado. 
pipe tenía la mayor parte de sus labios de un color rojo apagado al igual que el contorno de estos, pero también tenía pintada en la cara una sonrisa boba. 
—me dejaría ganar mil veces más para repetir esto. 
nerea abrió la boca afectada. —lo sabía.
—¡hey, chicos! —ambos jóvenes se giraron ante la llamada, encontrándose con el flash de la cámara de juani. —¡un aplauso por esta pareja que está enamorada!
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Los besitos en cada rincón de nuestros rostros, los besitos cuando alguno se lastima, los mordiscos, las caricias, las atadas del cordón cuando se me desata el zapato, las fotos, las cervezas, las caminatas y las escapadas hacen parte de nuestra intimidad.
Me gusta, nuestra intimidad.
Chica Lunar (L.C)
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mondonguita · 6 months
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Yo tomo licor, yo tomo cerveza,
Y me gustan las chicas.
La cumbia me divierte y me excita.
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Task Force 141 + König, Alejandro y Rudy x Lectora Hebria
Estás en la fiesta de Año Nuevo y has bebido demasiado… pero eso resultó en algo positivo.
Capitán Jhon Price. 
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Como es el líder, siente que su deber es llevarte a salvo, lo ve casi como una misión, “Escolta a T/n a casa”.
El dolor de cabeza es mínimo pero está allí, te mueves inquieta en la cama, no debiste tomar tanto, pero rara vez haces este tipo de cosas así que… ¿por qué no?, giraste otra vez tratando de encontrar una posición cómoda, pero era inutil, la claridad del día ya no te permitirá dormir. 
-¿Cuanto más vas a retorcerte dormilona?- abres los ojos sorprendida. 
-¡¿Capitan Price?!- te incorporas. Tu capitán está en tu casa… en tu habitación, en tu cama.. y sin camisa, pronto te das cuenta de que estás desnuda.
-¿Qué pasó anoche?- chillas levantando la sábana para cubrir tus pechos. 
Price te mira con algo de diversión- ¿No te acuerdas?- una de sus manos viaja y se posa sobre tus labios, que están sensibles, no quieres ni sospechar porque.
Haces fuerza mental… y los recuerdos vienen en tropel, Price cargando tu cuerpo hasta tu apartamento, tu coqueteo descarado, la forma en la que le dijiste que te gustaba y qué querías que te jodiera toda la noche. 
Con horror llevas las manos a tu cara, lo miras -Presentaré mi renuncia Señor, esto fue mi culpa, no hay necesidad de que los altos mandos se enteren.- Estás planeando a mil por hora cómo resolver este problema.
-Calmese soldado, acaso me ves molesto por lo que pasó… Era cuestión de tiempo para que la tensión sexual explotara.
-Capitán ¿no está molesto?- lo ves negar con la cabeza, su mirada baja a tus pechos cubiertos, -Anoche me llamabas Price, creo que aquí podemos saltarnos el formalismo del ejército no crees bombón.- Y con eso vuelven a tener una ronda de sexo, en la cual dijiste su nombre varias veces.
Que gran forma de comenzar el año.  
Jhon “Soap” McTavish
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-T/n deberías dejar de tomar, ya estás bastante borracha- Soap te quita la cerveza de la mano. Molesta se la quitas y tomar otro sorbo, -¡Oblígame Lavandina!- Alguien explota en risas detrás de ti y no puedes evitar reír, “Gaz tiene una risa contagiosa”
-Soap llévela a casa y cuide de que nuestra chica no haga estupideces- Price niega con la cabeza.
-Capitán noooo- te quejas.  -Ya escuchaste las órdenes- Soap te saca del bar casi a rastras. 
Abres los ojos viendo la luz del día filtrarse por las ventanas, te levantas y al sentarte das un pequeño jadeo, estas desnuda, no recuerdas quitarte la ropa anoche, pero estabas borracha así que, no importa, aun asi te parecio extraño.
El olor de panqueques hace que mires hacia la puerta de tu habitación, está abierta.. siempre duermes con la puerta cerrada y con llave, “¿otro error de borracha?” Miras la habitación todo parece normal, salvo que la cama está muy desordenada, y entonces lo ves en tu mesita de luz,  un paquete de condones abierto. 
Con solo la sábana sales disparada hacia donde sientes ruido y para tu sorpresa Jhon está en tu cocina, preparando el desayuno, lo miras y él se percata de tu presencia. -¡Ya despertaste!- viene a tu encuentro y te besa apasionadamente entonces lo recuerdas, anoche… todo lo que hicieron juntos. 
-¿Qué está mal hermosa?- Soap pregunta.
-¿Sigo dormida? creo que estoy soñando, no pensé que te sintieras igual que yo-
Soap sonríe y te levanta dejando sobre la mesa -Sabes tengo hambre, creo que voy a conseguir una ración extra de miel antes de comer los panqueques- con eso hundió la cara entre tus piernas. Jadeas por que es como un fuego forestal disparandose en tu núcleo -Toda la que quieras- gritas entre jadeos.
Simon “Ghost” Riley
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-¿Estás segura?, si comienzo no voy a detenerme y no hay vuelta atrás, recuerda que…
-Las elecciones tienen consecuencias, lo sé, quiero esto, ¡te he deseado desde hace mucho tiempo!- jadeas aferrándote a un hombre grande en una oscura habitación.
Con esas palabras en la mente despiertas, la luz apenas visible se cuela por una hendidura en la ventana. Te sentaste de golpe jadeante por el dolor que sentiste entre las piernas, era extraño, pero a la vez un dolor placentero. Tu mente está muy confundida, te quitas la sábana de encima, pronto ves marcas rojas por todo tu cuerpo, -¡¿Son mordidas?!- jadeas. De la nada alguien está encima tuyo, cuando giras y ves la máscara de Ghost, lo sabes, sabes lo que sucedió. 
Pues bien, era un amante rudo y muy pasional. 
-¿Y bien, continuamos donde lo dejamos anoche?- sientes su miembro duro contra tus nalgas. 
-¡Si!- te dio una palmada fuerte en tu trasero- ¿Si… qué?- jadeas por el escozor y pronto te pones húmeda.
-¡Si, Teniente Ghost!- sus dedos viajan hasta tus húmedos pliegues y comienzan un masaje lento- Buena Chica- te encuentras jadeando y suplicando por su toque, y te lo da, no es nada mezquino cuando se trata de darte placer.
Kyle “Gaz”  Garrik
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Te despiertas acostada sobre algo cálido pero a la vez algo duro. Entonces siento unos brazos fuertes rodearte. Abres los ojos y ahí está, tu compañero de equipo Gaz, mirándote somnoliento y feliz.  -Buen dia dulce- deja un beso en tu boca y te derrites contra el- Entonces… quieres que continuemos con esto… ver hasta dónde llegamos?- estás un poco demasiado felíz. 
-Quiero que lleguemos hasta el final dulce, no soy de los que solo tienen cosas casuales, ¿qué dices?- Te levantas y te pones a horcajadas sobre su regazo- Digo que esta será mi nueva forma de iniciar el día, si es que te parece bien Gaz- sus manos aprietan tu cintura y comienza a moverse par sentir el calor de tu apretado núcleo- Kyle, aquí me llamaras Kyle- pone énfasis en sus palabras embistiendo más duro.
-Kyle… jodeme como anoche- -Copiado cielo- y lo hizo, tanto que tuvo que ayudarte a llegar al baño después.
König
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Aunque estas borracha te das cuenta que a König no le gusta ni un poco el ambiente, se mantiene estoico, pero sabes que se está volviendo loco por dentro, lo tomas de la mano y lo sacas de la fiesta, el pobre hombre accede a tu capricho de ir a una fiesta, pero no podías quedarte ahí sabiendo que él era muy infeliz. 
-Creí que querías quedarte ahí- te mira un poco confundido, pero no tenso como lo estaba dentro. 
-No si eso te hace sentir incómodo, somos un equipo, ¡buenas y malas!- el alcohol sigue trabajando en tu sistema, te golpeas el pecho justo en el corazón dos veces, un saludo usual entre ustedes, pero te tambaleas y el te agarra antes de caer. Suspira, -Te llevaré a casa- tus pequeños pasos estaban empezando a molestarlo, ya que los suyos eran tremendamente más largos. Sin decirte nada, te levanto de golpe y te cargo sobre tu espalda. 
Chillas por la altura, -No me sueltes o estaré muy enojada- pero no ayudas mucho ya que pataleas mientras ries. 
-Nunca… voy a soltarte- König se ahoga un poco debajo de su barbijo y sudadera con capucha.
Llegas a casa donde él se encarga de que tomes algo de agua fría, busca una camiseta y pantalones para que te cambies. 
-Wos, si así eres como amigo no me imagino como Novio…- tropezaste con tus palabras -¿cómo es que sigues soltero?, o ¿tienes una novia?, me pondré celosa porque te quiero pero soy cobarde para decirlo- te adheriste a él como un chicle al pavimento caliente- No tengas novia König, deja que haga mis movimientos para seducirte!!- antes de pensar un poco más ya estabas agarrandolo de los hombros para besarlo. 
König estaba petrificado, si bien T/n estaba muy borracha, él creía cada palabra de lo que decía, las señales habían estado ahí desde hace mucho tiempo, pero nubladas por pensamientos negativos, el nunca se había atrevido a creer que podría tener una oportunidad con esta increíble mujer, dura como el acero en los combates y misiones en las que habían participado juntos, y al siguiente dulce y gentil cuando encontraban a un civil o aún rehén asustado que había quedado atrapado en el fuego cruzado.
No dejaría ir esta oportunidad. Abrazo la pequeña figura de T/n y la estrelló contra su pecho, el olor de su shampoo floto e hizo cosquillas en su nariz. Sus ojos fríos como el hielo se abrieron con una nueva determinación. La levantó en brazos y la acostó en la cama y se acostó a su lado tapándose con la manta. T/n se quedo dormida, König dejo una caricia en su mejilla, -No te preocupes Liebe,(amor) no podría enamorarme de alguien más, tu ya eres der Besitzer meines Herzens- (la dueña de mi corazón)
A la mañana siguiente, - ¡Lo siento!- T/n se disculpó con König -Tuviste que quedarte aquí viendo que no hiciera ninguna estupidez en mi estado ebrio, ¡Te recompensare!- König sonreía, apenas ya que no lo hacía a menudo, pero era una sonrisa genuina. -No te preocupes por eso klein (pequeña)- su mano grande dejó una caricia sobre su cabello. 
Sonrojada T/n asintió -Ven preparemos el desayuno, es lo minimo que puedo ofrecerte- con el pasar de las horas König aprende a sonreír de manera más natural.
Alejandro Vargas
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-¡Dame otro Tequila!- gritas extasiada, la felicidad proporcionada por el alcohol rugiendo en tus venas.
-Tranquila dulce- Alejandro trata de hacer que te sientes - Fue suficiente por esta noche- . Alejandro te llevo a tu habitación, como eras la única mujer en el equipo, tenías el privilegio de que tu habitación estaba separada de las otras.
Pero no lo era querías más alcohol, pero se te negaba, sin embargo tenías a este hombre contigo, y eso no lo ibas a desaprovechar, te quitaste la camiseta-
-¿Qué haces?- Te ríes por su cara de sorpresa.
-Se como me miras Alejandro, vamos dame una noche inolvidable- tus manos viajaron a su cinturón.
-No, señorita cálmese, te arrepentirás de esto por la mañana- Sigues tratando de hacer que se quite el cinturón.
-Se lo que quiero-  -Estas ebria, ni hablar, duérmete, te veré en la mañana- 
Decepcionada por ser rechazada te encuentras furiosa -¡Ni que estuvieras tan bueno!- Te acuestas enojada, y de algún modo te duermes.
Hay un ruido ensordecedor, como si los truenos chocaran contra tu puerta, te levantas, la bruma del alcohol desvanecida ahora, miras el reloj 7 de la mañana, marcan sus número rojos. "Será mejor que  valga la pena  es mi día libre" te quejas.
Cuando abres la puerta Alejandro se metió como un vendaval  te agarro de las muñecas y te enjauló contra la pared con su cuerpo duro, pateó la puerta encerrandolos.
-¿Lo de anoche era verdad era producto del alcohol?
-Uh… lo de ¿anoche?- te acuerdas de tu patético intento de seducirlo -Bueno, el alcohol me dio valor para expresarlo de una forma torpe… pero no era broma- tus mejillas están rojas, te mueres de vergüenza.
-Gracias a Dios- con eso te besa como un hombre muerto de hambre, sus manos tocan todos los lugares correctos y tu te derrites contra el.  “Gracias Tequila”
Rodolfo “Rudy” Parra
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-Hey Cielito Lindo- Rudy toca tu hombro suavemente, estabas algo adormilada, la euforia del alcohol te abandono drenando tus energías. 
-Umm Rudy?- apenas mantienes los ojos abiertos.
-Si, bonita, creo que estas fuera de combate, los chicos se fueron buscando más fiesta alentados por Alejandro- escuchas a Rudy moverse pero no puedes abrir los ojos para ver que hace. 
En un momento te sientes pesada y al siguiente es como si flotaras en las nubes, confundida abres los ojos, tal vez así se siente entrar en coma etílico.
Pero nada de eso, Rudy estaba cargando en su brazos. -Rudy no!- lo miras con la boca abierta- Te lastimaras la espalda, bajame caminaré- te mueves un poco, pero te mareas y tu cabeza cae contra su hombro. Lo escuchas reír, y puedes oler su aroma, sudor, pero no desagradable, una esencia masculina, no puedes describirlo, pero ahí está.
-Eres tan ligero como un tamal- rie.
-¿Me estás comparando con una comida?- quieres parecer ofendida pero fallas.
-Los tamales son mis favoritos- te mira a los ojos y hay algo que se te escapa en su mirada.
 -¿Acaso quieres devorarme como a un tamal Rudy?- una pregunta pícara escapa antes de que pudieras censurarla.
-Con todo mi ser Cielito Lindo- se para en seco… te mira y sus ojos están tan abiertos como los tuyos, de repente no tienes sueño, un oscuro deseo lo ha reemplazado.
-¿Es una broma?- preguntas sin aliento.
-¡Si!... pero si quieres no es una broma- traga con dificultad, nervioso por tu respuesta.
Rodeas su cuello con tus brazos- Muéstrame entonces cómo vas a devorarme- dejas un beso en sus labios, apenas un picotazo. 
Rudy sonríe, muestra todos sus dientes en el proceso, te arroja sobre su hombro y sale corriendo en direcciona a su habitación
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kaos-literario · 10 days
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Cada tanto
Cada tanto me acuerdo de Nicolas, de ese día cuando me dejo llorando en medio de la plaza, a la madrugada y el mal sabor de haberlo visto en los labios de otra mujer.
Cada tanto recuerdo el dolor de su partida, de la mía, de nuestros abrazos más profundos, de nuestros sueños, de todo aquello hablábamos cuando salíamos del colegio, y nos quedábamos bebiendo una cerveza en el Kiosco de la esquina.
Cada cierto tiempo me arrepiento de ese día, nos quedamos tan rotos que yo preferí mi soledad, el... la fácil compañía y se fue con una chica que conoció en un bar.
Cada tanto me acuerdo de Nicolas, de lo alto que era, de lo bien que me sabían sus besos cuando coordinamos el sentimiento, de sus manos en mi cuerpo, de mi primera vez... cada tanto me acuerdo de Nicolas porque me respeto por mucho tiempo.
Aunque al final, para el solo era un beso, y para mi el final.
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cuartoretorno · 9 months
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Melissa Joan Hart y Britney Spears 1999
Sabrina the Teenage Witch (1996 - 2003)
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analisword · 19 days
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high infidelity (Enzo Vogrincic x fem reader)
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Capítulo 24.
Alana había pasado por momentos bastante vergonzosos a lo largo de su vida, como cuando se graduó de primaria y su pareja de baile de graduación la dejó plantada, por lo que tuvo que bailar sola la coreografía que la generación entera había ensayado durante meses, o aquella vez en la que su blusa tenía una gigantesca mancha de mostaza mientras firmaba su contrato con la editorial y claro, cuando salieron las imágenes de ella apretando el trasero de Enzo mientras daban un paseo en el parque, pero nada, absolutamente nada, se comparaba con lo que acababa de sucederle. 
—Amor, no es para tanto—dijo Enzo a sus espaldas mientras ella buscaba ropa limpia en su maleta. 
—¿No es para tanto?—gritó—. ¡Es la primera vez que las conozco y me vieron prácticamente desnuda!
—No estás desnuda—replicó—. Bueno, ahora sí—dijo él con tono burlón mientras ella se quitaba la toalla para ponerse ropa interior.
—Qué horror, ¿qué van a pensar de mí?—gritó con tono de mortificación. 
—Que sos una chica muy guapa y limpia… y con un cuerpo de infarto—dijo él riendo. 
—¿Cómo puedes estar tan tranquilo?—gritó lanzándole la toalla, él soltó una carcajada mientras la atrapaba. 
—Es mi familia, me han visto en peores condiciones que esta—dijo él abriendo el closet y sacando ropa limpia.
—De seguro tu madre ahora me odia—dijo Alana con tono horrorizado, siempre le había importado dar una buena primera impresión—. ¿No pudiste avisarme al menos que vendrían?
—¡No tenía idea!—dijo él pasándose la camisa por encima de su cuerpo. 
—¿Por qué no te creo nada?—dijo ella cruzando los brazos sobre su pecho.
—Bueno, quizá mi madre sí mencionó algo sobre venir a visitarnos—admitió—. Pero en mi defensa, no creí que fuera precisamente hoy. 
—Esto es un desastre. 
—Ya, no es para tanto, anda, vení a saludar, se mueren de ganas por conocerte. 
Enzo prácticamente tuvo que llevarla a rastras de vuelta a la sola, ambas mujeres se encontraban bastante cómodas, pues su madre se encontraba peleándose con el control remoto de la televisión y la hermana menor de Enzo se encontraba bastante divertida jugando con Zola. 
—¡Al fin regresaron!—exclamó la madre de Enzo—. Por un momento creí que continuarían haciendo lo que interrumpimos, si saben a lo que me refiero—exclamó guiñandole un ojo Alana, ella respondió apretando los labios, sintiéndose bastante apenada. 
—¡Mamá!—exclamaron Martina, la hermana de Enzo y él en unisio. 
—No estábamos haciendo nada de eso—dijo Alana nerviosamente—. Sólo…estábamos…limpiándonos—apenas salieron esas palabras de su boca, se arrepintió al instante, Martina ahogó una risa mientras que Enzo negó con la cabeza. 
—No nací ayer, no tiene nada de malo, sólo espero que se estén cuidando, soy demasiado joven para ser abuela. 
—¡Mamá!—gritó Enzo. 
—Deja de gritarle a tu madre, que llevo meses sin verte frente a frente—lo regañó—. Mejor decíme quién es esta chica tan linda. 
—Actúas como si no supieras—dijo entredientes—. Alana, esta es mi madre, Bianca, mamá, esta es mi novia, Alana. 
—Hola, mucho gusto—dijo Alana nerviosamente. 
—Ay, no actúes tan nerviosa, prácticamente te vi todo, vení a darme otro abrazo—Bianca abrió los brazos ampliamente, los pies de Alana actuaron por instinto propio y se acercaron a abrazarla, sintió como la mortificación y el nerviosismo pasaban a segundo plano. 
—Y bueno, ella es mi hermana menor, Martina—la adolescente se limitó a saludar con un asentimiento de cabeza. Alana prefirió no invadir su espacio personal y se limitó a saludarla con la mano. 
—��Gustan algo de tomar?—carraspeó.
—¿Tenés cerveza?—preguntó Martina. 
—Eh…—dijo Alana buscando ayuda con la mirada, sí que tenían cerveza, pero no estaba segura en dársela a una menor de edad.
—¡Martina!—gritó su madre. 
—Sólo está jugando con vos—dijo Enzo rodando los ojos. 
—Estamos bien, linda, gracias—dijo Bianca, Alana asintió con una leve sonrisa. 
—No tenía idea de que vendrían tan pronto—dijo Enzo sentándose en el sillón, Alana corrió a sentarse a su lado y sintió como él apoyó una de sus manos en su espalda baja, transmitiendo seguridad. 
—¿Querés que nos vayamos?
—¡Por supuesto que no!—exclamó Alana—. Son más que bienvenidas aquí.
—Me agrada, no como vos—le dijo Bianca a su hijo. 
—Vale, gracias—respondió él sarcásticamente. 
—Mamá insistió en venir ahora que Enzo terminó las grabaciones—informó Martina. 
—Desde que comenzó a grabar películas apenas puedo verlo—añadió la mujer—. La vida era mejor cuando hacía sus pequeñas obras de teatro.
—No seas exagerada, mamá. 
—En fin, deberíamos hacer algo para celebrar—sugirió la mujer. 
—No es necesario—dijo modestamente. 
—Pues yo creo que es una gran idea—agregó Alana—. No cualquier día se termina una filmación, además está tu familia aquí, deberíamos hacer algo para festejarte—dijo emocionada.
—Podemos ir a cenar y ya—dijo él. 
—No, deberíamos hacer algo más grande—dijo Martina bastante entusiasmada. 
—¿Por qué no hacemos una pequeña reunión aquí? Invitamos a algunas personas del staff y amigos, preparamos la cena, abrimos una botella de vino. 
—Yo estoy dentro—dijo Martina rápidamente. 
—Nada de vino para ti, señorita—replicó Bianca—. Pero creo que es una idea genial. 
—Anda, di que sí—dijo Alana empujando a Enzo del hombro, al igual que ella, el chico podía llegar a ser algo antipático, pero su madre tenía razón, no todos los días se terminaba un proyecto tan importante como ese. 
—Bueno, ya que insisten tanto. 
Las tres mujeres gritaron y aplaudieron emocionadas, Enzo quiso disimular, pero Alana notó como sus labios se curvaban en una ligera sonrisa. 
El resto del día se encargaron de limpiar el departamento por completo, entre sacudir, ordenar y preparar la comida, Alana se olvidó por completo del incidente de la mañana, ella, Enzo y Martina se la pasaron al menos dos horas en el supermercado escogiendo un montón de ingredientes para la cena, así como las botellas de vino que aunque Martina no iba a poder beber, tuvo la dicha de escogerlas. 
Durante la tarde todos cocinaron, claro, bajo las instrucciones de Bianca, pues Martina era igual o peor chef que Enzo y Alana. 
Enzo fue el encargado de llamarle a algunos amigos de la filmación, incluyendo a parte del staff y director, también aseguró que Lucía y Mayra asistirían, lo cual hizo sentir a Alana bastante bien. 
—Te mirás preciosa—dijo Enzo rodeando su cintura con los brazos y observándola  a través del espejo, Alana sonrió—. No tengo cómo agradecerte por tu paciencia, mi familia puede llegar a ser un poco ruidosa. 
Alana se giró para observarlo mejor, él también se veía guapísimo con su traje perfectamente planchado y la camisa de vestir desabotonada de los primeros 3 botones, Enzo no mentía al decir que su familia era algo ruidosa, pero también tenían un maravilloso sentido del humor, hicieron sentir bienvenida a Alana desde el primer instante. 
—Pues yo creo que son maravillosas—dijo dejando un pequeño beso en su nariz—. Y no tienes nada que agradecer, hiciste un gran trabajo durante la filmación, es digno de celebrar. 
—Harás que se me suba a la cabeza—dijo él riendo, Alana rodó los ojos y lo abrazó fuertemente, dejando que su olor la embriagara por completo, no podía creer lo mucho que había cambiado su vida, y se encontraba eternamente agradecida por ello. 
—Alana—carraspeó su novio—. Entre el asunto del viaje y mi madre llegando de sorpresa, ya no tuvimos mucho tiempo de conversar, ¿ya tomaste una decisión con respecto a lo de las editoriales?—preguntó sutilmente. 
Alana tragó saliva, claro que se lo había pensando, todo el viaje de regreso a España estuvo imaginando todos los escenarios posibles, las editoriales de México le habían encantado, se sentía en casa en ellas, pero estar lejos de Enzo la había hecho sentir fatal, además, viéndolo con mirada fría, prácticamente ya se había hecho una vida entera en Sevilla. 
—Eh…sí—dijo. 
—¿Y bien?—preguntó Enzo mirándola con sus profundos ojos cafés, ¿cómo podía estar lejos de ellos? ¿cómo tan siquiera se había planteado la idea de estar lejos de él?
—Firmaré con Moore—respondió—. Me gusta el horror, puedo intentarlo, será divertido—dijo elevando los hombros. 
—¿Pero qué pasará con la historia que llevabas escribiendo durante meses?
—Pues…—vaciló, pensó la posibilidad de simplemente dejarla en una de las editoriales de México, pero sabía que eso no era posible, sólo era válido estar firmada en una sola editorial, y Moore había sido la ganadora—. Si está destinada a ver la luz del día, algún día lo hará—dijo simplemente, pero Enzo no movió ni un sólo músculo de la cara. 
—Lana…
—Después hablamos más de esto—dijo ella—. Hoy es tu día, anda, vamos afuera—dijo empujándolo por los hombros, Enzo lucía como si quisiera seguir la conversación, pero ella no se lo permitió. 
Las personas que se encontraban en la sala rápidamente se acercaron a saludarlos, Alana conocía a algunos bastante bien, mientras que a otros nunca los había visto en su vida, después de un par de copas más, ambos pudieron estar más cómodos, Enzo conversaba con todos con bastante felicidad, mientras que Alana lo veía desde lejos, Martina le hizo compañía en todo momento. 
—Es hora de que Enzo de unas palabras—gritó Lucía mientras chocaba un tenedor con su copa para captar la atención de los presentes, Enzo negaba con la cabeza. 
—¡Sí, que hable!—gritaron Martina y Alana en unísono, provocando risas. 
Después de un par de chantajes más, Enzo se paró en medio de la sala y comenzó a hablar. 
—Hola, eh, bueno, soy Enzo—comenzó a decir, provocando que un montón de personas rieran, incluyendo a Alana, debido al dato tan obvio que acababa de dar. 
—¡Eso ya lo sabemos, por eso estamos acá!—gritó alguien desde lejos. 
—Es verdad—dijo riendo, era notable que ya se encontraba algo borracho—. Bueno, primero que nada, les quiero agradecer por su presencia, significaba mucho para mí, este proyecto en verdad fue una bestia de reto pero disfruté cada momento, quiero agradecer a Javier, el director—dijo apuntándole, todos comenzaron a aplaudir—. Por su gran trabajo, por regañarme cuando debía y también cuando no—todos volvieron a reír—. A Lucía, obvio, por ser mi amiga desde que éramos niños y hacerme ver más presentable en pantalla, obvio a mi familia, por volar hasta acá para verme así de borracho.
—Se está extendiendo bastante como por haber dicho que no quería hablar, ¿no?—dijo Martina en el oído de Alana, haciéndola soltar una carcajada que se escuchó más fuerte de lo normal, todos voltearon a verla y ella se tapó la boca avergonzada. 
—Y claro, para aquella risa que podría reconocer en donde sea—dijo levantando su copa—. Mi Lanita, no tengo palabras para decir lo que vos significás para mí, nada  de lo que hago tiene sentido si  vos no estás acá, te quiero. 
Alana le lanzó un beso desde su lugar, y aunque sabía que todas las miradas estaban sobre ella, por un instante se sintió como si sólo ella y Enzo estuvieran en la habitación. 
—Bueno, espero que sigan disfrutando de la deliciosa comida—terminó su discurso, el director de la película se lo robó para hablar más con él, por lo cual Alana se giró a Martina para seguir con la conversación que tenían antes de que Enzo acaparara la atención de todos. 
—Wow—dijo ella. 
—¿Qué?—preguntó Alana con intriga. 
—En verdad está enamorado de vos—dijo—. Digo, claro que ya lo sabía, pero hoy que estuve con ustedes me quedó mś que claro, vos sacás lo mejor de él. 
—Él también saca lo mejor de mí—dijo—. Es una persona maravillosa. 
—Estoy muy feliz por ambos, sobre todo por él, nunca pensé que podría verlo así de feliz con alguien—dijo ella, Alana arrugó el entrecejo al escucharla. 
—¿Por qué dices eso?
—Eh, pues ya sabes—dijo nerviosamente, como si hubiera metido la pata. 
—No realmente. 
—Bueno, es que por su trabajo, siempre le resultó difícil estar con alguien.
—Su trabajo jamás fue un obstáculo para mí—dijo simplemente. 
—¡Sí, a eso me refiero! Porque vos sos escritora, entonces podés seguirlo a dónde sea. 
—¿Cómo?—preguntó confundida. 
—Ya sabes, por las promos, son mínimo 6 meses de viaje constante por cada película que estrena, pasa la mitad de su vida arriba de un avión y la otra en diferentes países, recién terminó de filmar esta película, pero la última que grabó ya terminó de editarse, entonces comenzará la gira de nuevo y apenas termine esa iniciará la otra. 
Por un momento Alana la dejó de escuchar, sólo podía verla en silencio moviendo la boca, ¿por qué no lo había pensado antes? Martina tenía razón, Enzo se la pasaba de país en país, no tenía un lugar fijo.
No tenía un hogar fijo. 
Había estado tan envuelta entre ellos que se había olvidado de eso por completo, ¿Pero por qué Enzo no se lo había recordado? ¿Cuándo se iría de España? ¿Cuándo volvería?
—¿Estás bien?—preguntó Martina preocupada—. La cagué, ¿no es así?—preguntó  nerviosa. 
—Tengo que ir al baño—dijo Alana abandonando el lugar, captando como Enzo le daba una mirada llena de confusión.
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la-semillera · 26 days
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HELENA ALMEIDA & REBECCA SOLNIT
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Apenas tenía amistades, y casi ninguna de las que entablé en la adolescencia y con veintipocos años se avenía conmigo, quizás porque yo no sabía quién era o porque quería ser otra persona y por tanto ignoraba quiénes eran como yo o quiénes simpatizaban conmigo. O porque la amabilidad no era un criterio. Más tarde, cerca ya de los treinta, hice amigos que han perdurado, y luego más, y la sensación de estar a solas en un extremo se convirtió en la sensación de estar en las zonas fronterizas de diversos territorios, por lo que empecé a disfrutar trasladando ideas, proyectos y gente de un círculo a otro, y las carencias y la soledad desaparecieron.
Pasé una etapa en la que me acerqué a los poderes que se suponía que no eran para mi ni quizá para mi género. A principios de los noventa me compré una moto, y acelerar, arrancar, mover su peso para aparcarla o ponerla derecha o levantarla cuando volcaba me producía una especie de placer de macho (más que montarla, que siempre me dio un poco de miedo por los coches, antes de que me la robaran a los nueve meses de haberla comprado). Poco después aprendí a hacer ejercicio con pesas y aparatos de pesas al darme cuenta por fin de que el cuerpo necesita mantenimiento y de que el estrés que petrificaba el mío se mitigaba al menos por un tiempo con el ejercicio intenso.
Al cabo de dos o tres años, el novio que vivía en el Mojave me enseñó a usar un rifle de calibre 22: una tarde hermosa, a última hora, nos internamos en el desierto y disparamos contra latas de cerveza Olde English hasta el anochecer, cuando nuestras sombras se alargaron treinta metros o más sobre la tierra llana. Me pareció inquietantemente divertido, aunque cuando fuimos a cazar con su padre, que se había pasado la vida en el ejército y mucho tiempo en combate, el hombre me contó que, por órdenes directas de un general, se había visto obligado a disparar contra civiles en una colina muy lejana... y que desde entonces tenía pesadillas. Fue una advertencia digna y solemne de que las armas deben tomarse en serio. Durante una breve temporada también aprendí kárate Shotokan con una campeona mundial que no tenía miedo a nada cuando caminaba por la calle. El mero hecho de gritar, patear y golpear exigía un sentido distinto del yo. Cada una de esas acciones parecía una pequeña usurpación de poderes que antes había creído que no estaban destinados a personas como yo. Las cosas empezaban a cambiar.
El acoso en las calles dejó en gran medida de ser un problema y mi recelo disminuyó, aunque nunca desapareció. No fue un experimento científico con un grupo de control, por lo que resulta difícil saber qué cambió exactamente. Quizá superé la edad en que se suele estar en el punto de mira. Quizás la cultura cambió de algún modo, aunque conozco a chicas jóvenes que todavía sufren acoso y agresiones en las calles. Quizá el que me espabilara en el espacio urbano constituyó un factor importante: aprendí a mostrar respeto y reconocimiento por las personas con quienes me encontraba y a no involucrarme en los dramas de nadie, a ser elástica en las calles, a moverme con desenvoltura sin enredarme ni apresurarme. Los hombres blancos callaron. Los comentarios de los hombres negros de mi barrio se volvieron todos cordiales, como habían sido siempre algunos, e intentaba responder con frases agradables y disfrutaba de las interacciones.
Publiqué textos breves y reseñas y luego artículos más largos y ensayos más ambiciosos. Escribí un libro, seguido de otro más ambicioso y de otro en la misma línea, y después mi historia del caminar, Wanderlust, que salió a la luz en 2000, la primera obra por la que recibí un anticipo que se aproximaba a un salario digno, la primera que gozó de una difusión amplia...
_ Rebecca Solnit, Recuerdos de mi inexistencia, Lumen, 2021. Traducción: Antonia Martín Martín.
_ Helena Almeida, Inhabited Painting, 1976
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il0ve-d1lfs · 8 months
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SECRET
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A/n: Rafe y tu manteneis una relación secreta bastante complicada, tu eres suya, pero, ¿él es tuyo? Siempre durante las fiestas está rodeado de chicas, coqueteando con ellas, mientras tú intentas ignorarlo. Esa noche decides ponerle fin, y decides ponerle celoso pasando la noche con un chico. ¿Qué podría salir mal, cuando consigues lo que querias?
WARNING: Toxic relationship, explicit mature content, swearing, unprotected sex.
T/N POV:
Maldecí al ver a Rafe hablando tan cercanamente con esa chica.
El tener una relación secreta es una mierda, el hecho de tener de ver a tu novio con otras chicas en fiestas es una completa tortura, y aún más no poder decir nada.
Suspiré abriendo una cerveza y alejándome de la escena.
Le quiero pero, joder, es muy jodido. Y no sé si de verdad él siente lo mismo o solo lo hace por... No sé la verdad.
Al acabarme la cerveza, una idea, una muy buena idea me vino a la cabeza.
Siempre es él quien está con otras. ¿Por qué hoy no me divierto yo?
Sonreí pícara acercándome a la cocina cuando un chico de unos veinte años, castaño y ojos verdes entró acercándose.
-¿Te puedo ayudar con algo princesa?-murmuró apoyando una mano cerca de mí.
Sonreí.-¿Tú crees?
-Todo lo que pidas...-susurró.
-Estoy bien.-me burlé, riéndome.
-Pues... ¿Me permitirías este baile?-dijo analizandome, y extendiéndome una mano.
-¿Debería?-me reí, pero seguidamente alcancé su mano. Su tacto era un poco áspero pero suave, lo suficiente para ayudarme a dejar de pensar en él esta noche.
Me llevó a la pista de baile dónde bailamos durante un par de canciones, apegadamente, cabe recalcar.
Noté la mirada de alguien durante todo el rato, pero no me molesté en fijarme de quien era.
Al salir a tomar el aire, ya estábamos bastante borrachos, y no sabíamos que decíamos o hacíamos.
Cuando se acercó a besarme, no pude pensar en alguna otra excusa que decirle que tenía novio.
Mierda.
Un pequeño grito frustrado salió de mi garganta mientras le seguía pasillo a dentro.
-Alex espera...-exclamé.
Pero seguidamente me callé al ver a Rafe apoyado en una pared notablemente cabreado.
Rápidamente di vuelta atrás saliendo de nuevo por la puerta del patio.
Pero no fuí lo demasiado rápida, porque su mano alcanzó mi muñeca antes.
Intenté liberarme pero fue en vano.
-Oh, ni lo intentes.-se burló.
-¿Ya se han cansado de tí y vienes a por mí?-dije en un suave pero doloroso murmullo.
Apretó la mandíbula, y me empujó contra la pared más cercana.
-¿Y tu nuevo novio? ¿También se ha cansado de tí?-se burló.
Actué como si no me hubiera hecho daño.-¿Celoso?
-Sí.-murmuró sin mirarme.
-Con razón. Besaba mejor que tu.
Y eso fué lo que le hizo explotar.
Me miró furioso.-¿Oh si?
Me callé.
Sin decir nada más me cargó en brazos llevándome a una habitación cercana, entrando y prácticamente lanzandome a la cama.
-Sueltame idiota.-exclamé.
-No sabes lo mucho que vas a desear no haber dicho nada.
-Y hecho...-murmuré.
Le estaba sacando de sus casillas y me estaba gustando.
-¡Cállate joder!-exclamó.
-Callame.-dije acercándome al borde de la cama.
Sonrió sin gracia y se acercó.
Realmente estaba aterrada, pero me daba sumamente igual, no iba a dejarme caer.
-¿Debo ponerte en tu lugar?-murmuró colocando una rodilla sobre la cama.-Y hacerte entender quien manda aquí...
Subí mis piernas alejándome más de él. Al ver mi acción se burló.
-¿O debería de follarte hasta que no puedas volver a caminar?
Ya cuando estuvo subido totalmente en la cama, aproveché levantándome yendo hacia la puerta.
Alcancé la cerradura, y cuando tiré de ella no se abrió, forcejeé varias veces y jadeé.
Ahora, sí, estaba jodida.
Cuando me giré, choqué con su torso.
Antes de que pudiera decir algo su mano alcanzó mi cuello apretando levemente.
Acercó sus labios a mí oreja.-¿Vas a comportarte como una buena chica?
Sonreí.-Podría... O no.
Jodido alcohol.
Le ví, luchando internamente.
-Para.-maldeció apretando su agarre.
Mi mano bajó serpenteando por su camisa, hasta llegar a su bulto, dándole un pequeño apretón.
-¿Seguro?
Un gemido inesperado de su parte, salió de entre sus labios.
Sus ojos analizaron mis movimientos, sin decir nada.
Sonreí y continué.
Ahora con él con la espalda contra la puerta, me arrodillé.
Su respiración era cada vez más rápida, y su erección debía empezar a doler.
Tras deshacerme del cinturón continué con la cremallera, notando algo.
Metí la mano en su bolsillo delantero, haciéndole echar la cabeza hacia atrás con sorpresa.
Observé las llaves en mis manos.
Su mano se movió con rapidez intentando quitarmelas, pero fui más rápida.
Barajé las posibilidades y cuando iba a ponerme de pie, su mano me tomó desapercibida, quitándome las llave de las manos.
Le miré, y maldecí.
Su mano rozó mis labios, y sin previo aviso, introdució un dedo entre mis labios.
Me miraba con intensidad, mucha intensidad.
Desplacé mi lengua alrededor de él, haciéndole soltar un gemido desprevenido.
Sacó el dedo con rapidez y con una mano agarró mi pelo desordenado, tirando de él, y haciéndome mirarle.
Me sostuvo la mirada durante unos instantes, hasta que sus manos bajaron de nuevo a su pantalón, deshaciéndose de él, junto a su bóxer.
Tragué con dificultad al ver su erección, pero antes de que pudiera hacer algo, habló.-Abre.
Maldecí y separé mis labios, permitiéndole la entrada.
-Hazme saber si voy muy lejos.-murmuró asegurándose.
Asentí levemente, murmurando un sí.
Su mano alcanzó con rudeza mi cabello y se introdujo de golpe dentro de mí, permitiéndome notarlo en mi garganta.
Un gemido salió atropellado de entre sus labios, apretando el agarre en mi cabello, empezando a follarme la boca.
Cerré los ojos cuando un par de lágrimas cayeron por mis mejillas, cuando tocó un punto más allá de mi garganta.
-Abre los ojos nena.
Jadeé abriendolos y viéndole morderse el labio.
-Oh mierda, sí.-maldeció a tompicones, cuando empezé a tomar el control.
-Voy... Mierda, ah.-gemió.-Voy a correrme. Y vas a tragartelo todo, ¿vale princesa?
Asentí levemente, notando un par de lágrimas caer.
Cuando empezó a moverse con más velocidad y fuerza, estuve casi a punto de decirle que pararse. Pero segundos después le sentí deshacerse en mi garganta gimiendo mi nombre.
Salió de entre mis labios y me tragué todo.
Con un pulgar me secó las lágrimas que quedaban y suspiró alzandome por la cintura, sentándome en la cama.
Empezó a desnudarme y cuando la única prenda que quedaba entre los dos era mi ropa interior se acercó, causandome escalofríos. Sus labios estaban sobre los míos, sin tocarse, tentadoramente.
No pasaron varios segundos más hasta que sus labios atacaron los míos. Con un gemido le permeti el acceso.
Sus labios, mierda.
Sus manos continuaron con su trabajo deshaciéndose de mi ropa interior.
-Si no fueras tan difícil, podría haberte ayudado con esta humedad hace bastante.-murmuró.
Arqueé la espalda con placer y jadeé.-Rafe...
-Dime nena.-se burló.
-Follame.-susurré.
-¿Recuerdas la palabra?-susurró en un pequeño jadeo.
Asentí.
-Necesito palabras nena.-murmuró haciéndome mirarle.
-Sí, amarillo.-suspiré.
-Bien.-sonrió.
De golpe se introdujo dentro de mí, penetrandome con fuerza, provocándo un gemido por parte de ambos.
-Rafe.-gemí con bastante intensidad.
-Eso es...-gruñó.
Colocó ambas manos, de modo que se entrelazaban con las mías, permitiéndome notar el frió metal de sus anillos.
Sus labios estaban a centímetros de los míos cuando casi me lancé a besarlo, alzó el rostro.
Maldecí y me sonrió sin dejar de moverse dentro de mí, provocando de su cadena chocara repetitivamente contra mi rostro.
Estaba totalmente inmovilizada, y necesitaba, mierda necesitaba besarle.
Separé los labios, levantando la cabeza lo suficiente para poder sujetar la cadena entre mis dientes y tirar levemente de ella.
Sin dejar de moverse me miró confuso, pero pareció entenderlo al cabo de unos segundos porque sonrió y me besó.
Gemí sobre sus labios, causando que se apretara más contra mí, sentiendole más profundo.
Maldecí apretándome alrededor suyo.
-Mierda, si, vuelve... ah, vuelve a hacer eso nena.-murmuró con un gemido.
Hice lo que me dijo provocando que sus labios volvieran ferozmente a los míos.
-Rafe...
No pasaron muchos segundos más antes de que sintiera que estaba a punto de deshacerme.
-Yo...-murmuré incapaz de formar una frase.
-¿Vas a correrte nena?-sé burló.
Asentí mirándole.
-Palabras.
-Sí.-jadeé.
-No.
Me mordí el labio notando como no aguantaría mucho más.
-Porfavor-
-No.-declaró firme.
-Rafe, lo siento...-murmuré con un par de lágrimas amenazando.
-No has sido una buena chica t/n.-susurró soltando el agarre en una de mis manos, desplazandolo a mi cuello.-¿Y crees que mereces correrte?
-Yo...
-¿De quién eres?-se río, haciéndome notar su aliento en mi cuello.
-Tuya...-murmuré haciendo una lágrima caer.
-¿Qué princesa?-apretó su agarre en mi cuello haciéndome mirarle.
-¡Soy tuya!
-Oh, si que lo eres.
Continuó follandome durante unos segundos, y cuando pensé que iba a no poder más habló.
-Correte.
No dudé, me deshice sobre su polla, notando a la vez como un líquido espeso me llenaba.
Después de deshacernos salió de mi interior tumbandose a mi lado.
Me recosté recuperando el aliento. Cerré lo ojos suspirando con fuerza, cuando me atrajo a él abrazandome por detrás, dejando un suave beso en mi cuello.
-¿Estás bien?-murmuró haciéndome mirarle, un poco preocupado.
Asentí con una pequeña sonrisa cansada, juntando nuestros labios en un suave beso.
-Te quiero.-murmuró.
-Y yo a tí.-susurré.
Tras unos instantes abrazados habló de nuevo.-¿Nena?
-¿Hmn?-murmuré.
-¿Quieres ser mi novia?-susurró haciéndome mirarle.
Fruncí el ceño confusa.
-No así. Con esta mierda secreta. ¿Quieres ser mi novia, sin mierdas?-murmuró, un poco nervioso.
Sonreí y asentí, alzando una mano a su rostro.-Me encantaría.-murmuré antes de besarlo.
Suspiró aliviado sobre mis labios.
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sambuchito · 9 months
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amar azul dijo “yo tomo licor, yo tomo cerveza y me gustan las chicas” soooo true 😝🤙🥰👭🏳️‍🌈💖🤍🧡❤️💗💜💙
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killmcpills · 6 months
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aquel pub era su preferido por un motivo muy claro: estaba cerca del estudio pero lo suficientemente escondido para que nunca le encontrasen allí. cuando las sesiones se le alargaban de más solía escaparse para tomar un trago y aquella noche no fue diferente. entró como una más, con la gorra sobre la cabellera y la camiseta arremangada por dentro, mirada posada en el suelo, los auriculares de cablecolgando del cuello ya que solo llevaba uno puesto., y fue hasta la barra, para sentarse donde siempre y dando pequeños golpecitos sobre el mueble con una púa que llevaba entre los dedos. "lo de siempre." pidió, y enseguida le trajeron una pinta de cerveza belga. observó al alrededor y se fijó en la chica a su lado, dedicándole por cortesía una pequeña sonrisa de cortesía. // @corpsebridde
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liarist · 2 months
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Comedy
Capítulo 11: The Sacrifice
No queríamos preocupar a los demás, pero el secuestrador fue un paso más adelante de nosotros y le envió el video a Cleo y ella lo envió al grupo donde todos estábamos. Intentamos contactar al número que le mando el video a Cleo, pero no obtuvimos respuesta, evité hablar del tema, no quería que se iniciara una discusión.
Cleo dijo que no iría a la policía, parece ser que ahora estaba aún más motivada que antes para investigar, solo espero que eso no nos dé problemas.
Se cambió de tema y se empezó a hablar sobre el accidente de Dan.
—No debemos olvidar lo que nos dijo Dan en su momento de borrachera
—¿Hablas de la pulsera?
—Sí, las iniciales coinciden con las de Jessica —respondió
—No hablarás en serio ¿o sí?
—No podemos negar la posibilidad
—No podemos iniciar una caza de brujas, Jake, lo sabes, no me parece que ella sea una mala chica —le dije
—¿Estás segura de ello? —preguntó —. ¿O será que tu conversación con ella ha influido?
—Puede ser… Necesito algo de beber, iré a comprar, ¿quieres algo?
—Lo mismo de siempre…
—Bien, traeré unas cervezas
Salí de aquel lugar, la conversación con Jessy había influido en mi estado de ánimo, y por alguna razón, me hizo recordar mi antigua vida, mi casa, mi familia.
Mi padre, Ángel Ramos, estuvo toda su vida trabajando, partiéndose la espalda día y noche, ganando solo lo mínimo. Mi madre, Carmen Villagran, también trabajaba todo el día, pero eran más trabajos variados, si necesitaban a alguien que hiciera el aseo, ahí iba ella, si necesitaban una niñera, allí iba ella…
Ellos hicieron todo para que mi hermano y yo no pasáramos hambre, para que no tuviéramos ninguna carencia, pero aun así era duro llegar a fin de mes. Yo cuidaba a mi hermano y me preocupaba de su educación, ya que nuestros padres llegaban cuando él ya estaba durmiendo. Era una situación difícil para todos.
Un día, en la TV abierta, transmitieron la película “Los ilusionistas” quedé fascinada al verla, ¿en verdad podía conseguir dinero de aquella forma?
Empecé a practicar simples trucos de magia y luego avancé con cosas en YouTube. Fui haciendo pequeñas presentaciones en mi ciudad natal para ir ganando un poco de dinero.
Luego tuve la oportunidad de ir más allá. Y la acepté. Ante cada trabajo victorioso, ella mandaba dinero a sus padres y a su hermano, era el único contacto que se permitía tener con ellos. No se perdonaría si algo les pasara por su culpa.
Sé que no he publicado en mucho tiempo, debido a esto es que subiré otro capítulo dentro de poco
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