Tumgik
#LO BUENO ES QUE DIJE PEQUEÑO NO?
possession-swapbody · 2 months
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Ser de la familia de un amigo
Estaba caminando en compañía de mi amigo Axel, cuando vimos un caja tirada en medio de la calle, nos acercamos para ver y no tenía direcciones, ni tampoco nombres que indicaran algún dueño o destinatario por lo que decidimos quedárnoslo, al llegar a casa de Alex lo abrimos y solo venía un extraño tipo de control, con una roca blanca dentro de el pero que se dejaba ver, venía con un manual y una carta que decía:
Bienvenido al mundo de las vidas de otros, si quizás se pregunte a que se refiere, bueno antes de eso déjeme explicarle algo aun más importante, lo que usted tiene en este momento es algo que debe guardar en secreto, ya que cualquier dato público ocasionaría un caos, ahora bien, usted a sido bendecido con una de las únicas 5 rocas de almas del mundo, para poder usarla con mayor comodidad se hizo el control remoto que canaliza la energía para más precisión, con este control puede escoger entre cambiar de cuerpo con alguien, poseerlo o controlarlo, solo presione el botón y agarre el mando con su mano de manera que apunte al cuerpo objetivo, recuerde que cualquier daño que ocasione estará comprometiendo a alguien más, si usted no quiere arriesgarse a ocupar la vida de alguien o no le interesa favor de meter el control con esta nota e instrucciones en la caja en que encontró, sellar lo mejor que pueda y dejar en un punto poco frecuentado.
Alex se río, dijo que que esa era una de las bromas anónimas más patéticas del mundo, yo pensaba lo mismo pero en un momento el tomo el control y presiono controlar mientras se apuntaba a sí mismo, una especie de estela de luz salio del mando y lo dejo paralizado, el estaba quieto como un robot, entonces creyendo que seguía bromeando le dije que se desnudarte pata mi, sorprendentemente lo hizo, eso me hizo creer que quizá el mando decía la verdad, lo tome y vi un botón que decía revertir debajo de cada función, entonces pensé en presionarlo pero la curiosidad me ganó, le dije que fuera al baño de la habitación y se masturbara pero que antes de que terminará abriera la puerta, y hasta lo hizo en el momento que la puerta se habría presione poseer y mi visión se volvió oscura por un segundo solo para ser recibido por mi cuerpo viéndome de frente congelado y una gran presión que pronto termino en mi en el cuerpo de Alex corriendo me por todo su baño, no lo podía creer, el control si funcionaba y ahora estaba en el cuerpo de Alex sintiendo la paja más sensible de mi vida, tras terminar me hacer que al control y presione revertir posesión, regrese a mi cuerpo y vi a Alex volver al estado en el que sigue las órdenes de todo lo que le diga, así que le dije que se vistiera y limpiara el desastre.
Ya había terminado de limpiar cuándo la puerta de la casa se habría era Jhon el padre de Alex quien llego y aun tenia a Alex bajo control, pero justo antes de que el papa de Alex abriera la puerta le ordene actuar como si nada pasará.
Jhon: hey chicos como están?
Alex: bien papá
Jhon: oye Sam crees que puedas ayudarme a mi y a Alex a mover un mueble del garaje, normalmente se lo pediría a Leo pero de mis 2 hijos pareciera que solo Alex vive aquí.
Samuel: claro, no hay problema.
Cuando salí del cuarto junto con Alex ayudamos a su padre pero en eso el vio el control y preguntó sobre qué era, le dije que era un juguete mio de pequeño que me encontré y que lo traje nada más para enseñárselo a Alex. Cuando se dio la vuelta presione en controlar y el se quedó quieto, le ordene no moverse y que olvidara el control, luego presione revertir control y aparentemente funcionó ya que no me pregunto nada más.
Tras mover el mueble le dije a Alex que supiéramos a su cuarto, al llegar le ordene olvidar todo lo relacionado a el desanudándose y a mi usando el control, entonces presione revertir control, el despertó y solo recordó como luego de quedar bajo control su padre llegó y nos pidió mover un mueble, así que mi secreto quedó a salvo.
Alex quería ver si el control funcionaba con las otras funciones así que le propuse que cambiáramos, el se emociono, así que tomó el control y presiono cambiar, duramos toda la tarde en el cuerpo del otro, se hacia tarde así que le dije que volviéramos a la normalidad pero el quería estar en mi cuerpo un poco más, le dije que estaba bien y acordamos cambiar por la mañana, ya sabía para que quería mi cuerpo, lo vi mirando mi entrepierna varias veces así que asumí que quería masturbarse en mi, al inicio la idea me había enojar pero pensaba en que yo hice algo similar así que pensé que sería saldar cuentas.
Luego de que Alex se fuera a mi casa yo me quedé en su cuarto pensé en que podría hacer cuando me llego un mensaje del hermano de Alex, decía que no llegaría a casa porque lo invitaron a una fiesta, que le avisara a "papá".
Cuando baje para decirle que Leo no llegaría pareció molestarle un poco pero no dijo nada, el estaba preparándose para ducharse lo que me llamó un poco la atención, una idea cruzo mi mente pero me cuestionaba si estaría bien, así que al llegar al cuarto de Alex tome valor nuevamente y tome el controlador, y presione poseer mientras apuntaba al cuerpo del papá de Alex, el todavía no se metía a bañar, así que primero estuve un rato observando y explorando su cuerpo.
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Era extrañamente fascinante, nunca pensé que ser un señor divorciado de 42 años fuera tan exigente, no pude resistirme y jugué con su polla que era más grande que la mía y la de Alex, no era de extrañar que se sintiera tan bien, no había terminado cuando entré a la ducha y prendí el agua mientras seguía mi acto, el agua caliente tocando mi piel hizo que se sintiera mejor aun y termine por correrme, aproveche el lugar para que la misma agua limpiara las evidencias de lo que acababa de hacer, al salir me vestí, y tome el control presione la opción de controlar apuntando al cuerpo vacío de Alex y le ordene actuar como si fuera Alex y fuera a dormir, yo por otro lado fui a comer algo y después vi una película, aparentemente el cuerpo del padre de Alex cedió al cansancio ya que me despertó el sonido de la puerta principal abriéndose, era Leo, quien entró me saludo, aparentemente no había dormido ya que se veía muy cansado, al darme cuenta que Alex regresaría a cambiar a la normalidad me di prisa y revertir todo, dejé al papá de Alex acostado en su cama, y presionando controlar le ordene que olvidara lo que se que vio anoche y cambiará esos recuerdos por el bañándose, cenando y quedándose dormido viendo una película, si es lo que pasó pero sin que recuerde la parte de cuando se masturbo o todo lo que hice en el y no puedo contar.
Cuando Alex llegó, le dije que si estaba listo para regresar a su cuerpo, el dijo que no, aparentemente le gustó mi cuerpo y quería estar en el un poco más, me propuso quedarnos así un día más, sabiendo que insistiría hasta que aceptara no me negué, pero le dije que quería probar otro cuerpo, así que cuando su padre se fue a trabajar me asome al cuarto de Leo quien estaba profundamente dormido, me acerque y presione poseer, perdí la conciencia y tuve lo que pareció ser un sueño, al despertar eran las 2 de la tarde, me levante y me miré en el espejo, no estaba el control ni mi cuerpo por ninguna parte de la casa, vi a Alex quien estaba viendo una película, lo salude y no parecía consiente del cambio, entonces regrese al cuarto de Leo y vi una nota
Hey Sam, mira cuando poseíste a Leo te quedaste dormido, creo que fue porque su cuerpo estaba muy cansado, trate de despertarte pero estabas muy cansado, puse mi cuerpo en piloto automático con el control, pero tu puedes darle ordenes le deje la indicación que te haga caso a todo y que no mencione nada a papá, perdón por lo que te voy a decir, pero, pensé que lo mejor sería quedarnos así una semana, y se que quizá te enojes conmigo, ayer tu primo invito a tu familia a su cumpleaños y como son vacaciones acordaron que sería un viaje a la playa para festejar, regresamos en una semana, por cierto el control lo escondí, esta ni en tu casa no me podía arriesgar a que papá lo encontrara en la mía, en fin disfruta tu semana como Leo y por favor perdóname, te prometo que regresaremos a la normalidad cuando regrese.
Cuando termine de leer la nota, al inicio me enoje pero después comencé a ver el lado positivo, el padre de Alex trabaja de lunes a sábado y ya que el no está solo tengo que ordenarle a su cuerpo que se "quedé inactivo" y técnicamente tendría la casa para mi solo, ese pensamiento estaba haciendo que me pusiera duro así que me quite los pantalones y me vi en el espejo para después pensar en lo divertida y placentera que será esta semana.
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Karma en contra
¡Cielos, que bien me veo! Pienso después de ver una foto de mi antiguo cuerpo. Si hubiera sabido que podría ponerme en esa forma jamás hubiera hecho ese estúpido hechizo de intercambio.
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Todo inicio cuando un matón de mi escuela no dejaba de molestarme, al principio eran solo pequeños golpes o insultos, algo que debí de detener ya que las cosas empeoraron. Me daba palizas, me robaba el dinero, se burlaba y en una ocasión me obligo a meter su pene en mi boca, le di una mamada al idiota.
Cansado busqué alguna forma de detenerlo, de manera accidental me encontré con un viejo manuscrito, tenia varias hojas arrancadas, pero una llamo mi atención, “Intercambio”. Me lo pensé mucho si debía de recitar las extrañas palabras, mi mayor preocupación era que él estaría en mi cuerpo. Rápidamente mi duda se desvaneció al encontrar otra hoja con el título “Alteración de recuerdos”, mi atención se centro en la gran advertencia de usarlo, debía hacerlo con cuidado o se podía volver en mi contra.
Tomé el valor para hacerlo y en una tarde en donde la escuela se quedó vacía lo encaré para pronunciar las palabras. Por un momento creí que mi plan funciono, pero cometí un error que a día de hoy sigo cargando, dije los dos hechizos a la vez. Mi mente fue bombardeada con recuerdos de ese cuerpo, los días pasaban y sentía que ya no era yo. Mientras que mi matón ahora en mi cuerpo se burlaba de mí, no podía creer que no pudiera hacer nada bien. Después de algunos meses tratando de mantenerme cuerdo decidí tomar otro cuerpo, mi mente se aclaró y por algún tiempo pude tener la vida de otra persona sin la necesidad de que sus recuerdos me atormentaran. Me di cuenta que la nueva persona mantenía su personalidad intacta, yo fui el único que recibió la “maldición”.
Desde entonces salto de cuerpo en cuerpo experimentando las ventajas y el caos que es tomar diferentes vidas, mentiría si dijera que no me siento mal al tomar el cuerpo de otra persona, así que trato hacer algo bueno con esto. Como, por ejemplo, el cuerpo en el que me encuentro actualmente.
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Que su carita de niño bueno no te distraiga, era un horrible maestro de secundaria que abusa de sus alumnos, de cierta forma me hizo recordar a mi matón. No dude ni un poco cuando tomé su cuerpo y lo deje atrapado en uno de sus alumnos. Fue divertido darle clases y ver su cara de frustración; esperando que le regresara su vida.
Para mi fortuna, mi tiempo con él se terminó, sus memorias se han comenzado a sobrescribir sobre las mías y odiaría acabar con la mente tan jodida como la del dueño original. Me da lástima tener que dejarlo, realmente me había encariñado, extrañaré esas noches en las que exploraba cada rincón de este cuerpo, tocando delicadamente el vello en mi torso mientras bajaba hasta llegar a mi pene.
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De cualquier forma, fue genial tener un cuerpo tan masculino como el suyo, por eso, la persona que se lo quede debe ser alguien que se lo merezca. Es aquí en donde entra mi vecino. Cuando recién tome está vida noté que él era el único que me saludaba y sonreía. Rápidamente me fije en eso y en general como las personas a mi alrededor me evitaban, no fue sorpresa averiguar que esté hombre era despreciable incluso en su vida común.
Pronto esos saludos se convirtieron en platicas cortas y esas en charlas largar y profundas. Descubrí que es divorciado, su ex le quito todo lo que pudo y solo lo dejo con el patrimonio comparable al de un estudiante universitario. No le molesto, de hecho, se sintió libre, nunca le gusto la idea de casarse y muchos menos formar una familia, divorciarse fue su boleto a la libertad. Cada vez que tocamos el tema siempre termina con que desearía tener una segunda oportunidad, oportunidad que con gusto le daré.
Antes de hacer el intercambio pensé que seria bueno que tuviera mi vida en blanco, para lograrlo renuncie a mi trabajo, vendí muchas cosas y me cambie de ciudad. Quería que tuviera una carta de elecciones cuando tomara este cuerpo.
Lo último que hice fue hacer el cambio, me despedí de este cuerpo con una última masturbada. Al día siguiente de lanzar el hechizo me levanté en un departamento similar al que tenía, entendí que mi plan había funcionado y me dirigí al baño para asegurarme. La imagen de mediana edad de mi vecino me saludo a través del espejo, me sentí raro al principio nunca antes había ocupado un cuerpo tan viejo, pero de alguna forma lo hace emocionante. Busqué ropa que ponerme tratando de copiar el estilo que tiene mi vecino. Es aquí en donde viene mi parte favorita explorar la vida de mi nuevo cuerpo.
Me miro en el espejo una última vez pensando en cuanto tiempo podre quedarme aquí.
─Ya lo sabré después, buscaré a un idiota para que se quede atrapado en este lugar. 
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flowersephone · 2 months
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August. Enzo V
capítulo III
❦warnings: uso de alcohol, un poco de angst, matías siendo sobre protetor, fluff, oc kissing girls, enzo celoso, poco smut
Elle’s Pov
Al llegar a casa, guardé mi bolso y fui a darme un relajante baño. Al acostarme en mi cama para descansar, vi a mis gatitas subirse para acurrucarse conmigo. "Hola, mis vidas", acaricié a ambas y agarré mi teléfono para enviar un mensaje a Enzo avisándole que había llegado a casa.
La semana transcurría lentamente, pero ya había organizado muchas cosas. Contraté a una empresa para cuidar de mis gatas y preparé los documentos para el viaje. Un miércoles por la mañana, mientras tomaba mi desayuno, recibí un mensaje de Enzo.
"Buenos días, bonita. Tengo noticias. Vamos a hacer una parada en Uruguay antes de ir a Brasil, pero no te preocupes, yo pago tu pasaje. Además, creo que podríamos llegar a Brasil el mismo día, ¿no?"
"Buenos días, En. ¿Qué vamos a hacer en Uruguay primero?"
"Voy a dejar a Uma y Ada en casa, con mi madre. Si te sientes muy cansada, podemos quedarnos allí a dormir si quieres."
"Ah, sí. No sabía que vivías en Uruguay, pero sí, si pagas, iré incluso a China."
"Oye, ¿quieres salir a tomar ese café?"
Enzo llegaría en minutos para tomar café y llevar a sus gatas a hacer exámenes antes del viaje. Dejé el teléfono y preparé el desayuno. Al escuchar el timbre, me encontré con Enzo sosteniendo una transportadora en una mano, un pastel en la otra y una mochila en la espalda.
"Buen día, chiquita. Traje pastel", dijo sonriendo y inclinándose para darme dos besos en las mejillas. Devolví el gesto y lo ayudé a llevar a las gatas adentro. Después de cerrar la puerta, fui a poner el pastel en la mesa. "Buen día. Aprovechando la oportunidad, cuando vayamos a Brasil, tendré que pasar a ver a mi familia. No me arriesgaré a ir allí y no ver a mi familia", dije riendo.
Después de poner el pastel en la mesa, me senté en el suelo y vi a mis gatas acompañándome para ver a las visitantes. "En, ¿puedes sacar de ese pequeño armario un sobre llamado churu?" Se agachó y lo sacó, entregándomelo y sentándose a mi lado, acariciando a sus gatas. Al soltarlas, hubo muchos olores, lametones y, finalmente, se llevaron bien.
Nos lavamos las manos, que estaban llenas de pelo, y finalmente fuimos a desayunar. Enzo llenó su taza y estaba a punto de llevársela a la boca. "Espera, mucha calma en esta hora. No sabía si te gusta el café amargo o dulce, así que no puse azúcar." Le empujé el azúcar, y antes de ponerlo, metió la lengua en el café para probar si era realmente amargo, una elección desastrosa, imagino, por la mueca que hizo después. "Parece medicina", comencé a reír mientras él se pasaba la mano por la lengua tratando de quitar el sabor.
El reloj ya marcaba las 7:40 a. m. cuando decidí tomar una ducha. Al salir, me encontré con Enzo lavando los platos que habíamos ensuciado. "En, no era necesario. Hay un lavavajillas justo allí", le dije riendo.
"No te preocupes, ya casi termino", dijo terminando y secándose las manos. Se volvió y me miró como si estuviera en otro mundo, pero luego sacudió la cabeza y sonrió de lado.
Fui al balcón a fumar, seguida por Enzo, que se sentó a mi lado para fumar también. Sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió con mi encendedor rosa. Era sexy ver sus manos llenas de venas mientras encendía el cigarrillo. Entonces me di cuenta de su camisa oscura de botones, que parecía que podría explotar en cualquier momento. Dios mío. Suspiré y aparté la vista del uruguayo. "Está empezando a hacer frío. ¿Crees que va a nevar mucho este año?" Me miró y se rió. "Eres muy friolera, ¿verdad?" Lo miré insultada. "Amigo, soy baiana. Estoy acostumbrada a 40 grados. A 20 grados me siento en el Polo Norte, parezco la propia Mamá Noel", se reía mientras se ponía la mano en el pecho. "Ok, ok, no juzgaré más."
A las 8:30 a.m salimos de casa y fuimos a la clínica. Después de los exámenes de Uma y Ada y la actualización de sus chips, Enzo estaba a punto de irse cuando su teléfono sonó y pude ver un cambio en su expresión. "Eh... pásame tus documentos para comprar los boletos mientras resuelves tus cosas, ¿de acuerdo?" Confirmé con la cabeza e incliné la cabeza para darle un beso en la mejilla cuando extendió la mano para saludarme. Me sentí confundida, pero estuve de acuerdo. Cuando se fue, continué mi trabajo, siempre instruyendo a mi futuro reemplazo.
Y así fue el resto de la semana. Algunos mensajes aquí, trabajar hasta el hartazgo y, finalmente, compras el viernes. Pasé por todas las tiendas para llevar regalos a toda mi familia, hasta que llegué a una tienda de artículos brasileños y le envié un mensaje a Enzo.
"Heyy, pelotudo, estoy en una tienda brasileña. Dijiste que íbamos a pasar por tu madre, ¿qué le gusta? Podría llevarle un regalito."
"Hola, Elle, no es necesario, de verdad."
"Ay, por favor, solo una pequeña atención 🥹."
"Sí, en serio, no es necesario. Es solo un viaje, ¿recuerdas?"
"Está bien, disculpa."
Después de guardar el teléfono, compré havaianas para Marina, Matías y Fran, ya que después de las compras íbamos a almorzar juntos. Fran me recibió con un abrazo que casi me estalló la espalda. "¿Cómo estás, niña?" Preguntó girándome. Me reí y fuimos a la mesa elegida. "Estoy emocionada por el viaje, un poco frustrada, pero está bien." Tan pronto como nos sentamos, llegó Matías con Martina. "Hola, buen día a todos. ¿Cómo están? Elle, esta es Martina. Martina, esta es Elle." Me levanté y la abracé mientras sonreía. "Mucho gusto, Elle, eres muy linda", dijo, y sentí que mi rostro se calentaba mientras sonreía. "Pareces un espejismo", le dije riendo y luego nos sentamos.
Durante nuestro almuerzo, hubo una conexión tan grande con todos, parecía que nos conocíamos desde hace años. Tina, en pocas conversaciones, parecía ser una gran amiga, y al final estaba tan cómoda. "¿Qué te frustró, cariño?" Preguntó Martina pasando la mano por mi cabello mientras tenía la cabeza en su hombro. "Si cuento, ¿prometen guardar el secreto?" Hablé y vi a todos asentir. "Bueno, creo que me estoy empezando a gustar de Enzo, pero me prometí a mí misma que no quiero apresurarme. Quiero comenzar con una amistad, para conocerlo, ya saben, pero se está poniendo difícil." Vi a Matías mirar a Fran, que tenía una mirada culpable, mientras veía la mandíbula de Mati tensarse. Rompiendo el silencio, Fran habló. "Bien, princesa, solo aléjate un poco, no hagas que todo sea tan personal. ¿Has pensado en eso?" Asentí y me esforzaría por ello, aunque fuera difícil.
Al salir del restaurante, Mati dijo que saldría a ver a alguno de los chicos, Fran dijo que tenía una cita por la tarde, y Tina y yo tuvimos el resto del día para nosotras.
Enzo’s Pov
Ya estaba cruzando los límites y dejando que mi corazón hablara más fuerte que lo correcto. No puedo enamorarme, ella es solo una amiga, no puedo dejarla involucrarse, sería muy injusto con ella. Estaba tan perdido en mis pensamientos mientras fumaba que ni siquiera escuché la puerta golpear frenéticamente hasta que vi en la pantalla de mi teléfono una llamada de Matías. Contesté y escuché su voz irritada. "¿Estás en casa, verdad? Abre la puerta, por favor". Fui a abrir la puerta pensando que Mati estaba actuando de manera extraña, pero cuando lo hice, agarró la solapa de mi camisa con fuerza y me atrajo más cerca. "¿Qué diablos crees que estás haciendo, Enzo?" Habló casi gruñendo, ¿yo estaba tan confundido? Hasta que tuve un clic, mierda. "Voy a contarte, solo suéltame, ¿ok?" Me soltó y entró enojado. "El plan nunca fue apegarme tanto a ella, Mati, pero parece inevitable, ella es como un imán, su amistad parece no ser suficiente". Matías se levantó poniendo una mano en la cintura y señalándome con la otra. "O tomas alguna decisión o se lo cuento". Asentí con la cabeza negando "Hablo, solo dame, por favor, este viaje. Al final, te juro que lo contaré, nunca me sentí así, Mati, por favor, no me quites esto". Hablé tirándome en el sofá y poniendo las manos en la cara, ¿por qué tenía que ser así? "Le estás quitando esto a ti mismo, cabrón, deberías haber hecho las cosas bien". Se sentó a mi lado y dio palmaditas en mi espalda. "Con ella todo parece tan correcto, Mati, parece que estoy viviendo una película". Se levantó y arregló la camisa. "Pero no lo estás, y si le rompes el corazón, juro que te parto la cara". Lo observé dirigirse hacia la puerta. "Te quiero, pero no puedes usar a las personas así, buena suerte".
Elle’s Pov
Después de pedir una ración de papas fritas y algunas copas, Tina y yo ya estábamos alegres. Estábamos en el mostrador tomando shots, jugando a piedra, papel o tijera. "¿Vamos a alguna discoteca? Necesito bailar", dije emocionada tomando la mano de Tina, que asintió con la cabeza. "Voy a llamar a Mati para que venga a llevarnos, ¿ok?" Matías había llegado con una mujer llamada Sina. Él conduciría mi coche y Sina el suyo para que fuéramos a la discoteca. Al llegar, me animé más y las tres fuimos a la pista de baile. Mati nos trajo agua, pero yo la rechacé; quería beber más. "Elle, cariño, ¿no es suficiente ya? Vas a despertar sintiéndote mal". Lo miré haciendo puchero y juntando los dedos muy cerca. "Solo un poquito más, nos quedamos solo hasta las 03:00", ya eran las 02:30, qué tonta. "Dale, pero ten cuidado, ¿de acuerdo?" Seguí bailando mientras Sina ya estaba sentada en el mostrador observando la pista, y Tina se unió a Mati. Hasta que empezó a sonar funk y no pude controlarme. Comencé a bailar y a moverme hasta que noté a algún hombre patán tratando de acercarse por detrás de mí, pero antes de que eso sucediera, llegó Sina y me agarró por detrás, comenzando a bailar conmigo. "Cuidado, dulzura", me dijo cerca del oído quitando mi cabello sudado de mi cuello. Me volví hacia ella y comencé a bailar con los brazos alrededor de su cuello, me incliné y le di un beso en el cuello sosteniendo su cabello pelirrojo. "Na, na, solo podrás si dejas de beber, ¿vamos por ahí a tomar agua, uh?" dijo, tomó mi mano y me llevó al mostrador, dándome una botella de agua y algún dulce, haciendo que en minutos me sintiera más sobria. "Voy al baño a lavarme la cara y en poco nos vamos, ¿de acuerdo?" "Cuidado", todos dijeron al unísono, y yo reí, siguiendo al baño de mujeres. Me lavé la cara y me recosté en la pared pasando unos buenos minutos buscando el Instagram de Sina, hasta que la encontré.
"Hey, ¿qué tal si vienes aquí al baño?" "¿Pasó algo? ¿Estás bien?" "Solo ven". Apagué la pantalla del celular y lo guardé en mi bolso. Tan pronto como entró, cerré con llave la puerta y me recosté en ella, mirando a la mujer frente a mí, que no pudo contenerse y me besó. Sina me sentó en el lavabo y continuó los besos. Puso las manos dentro de mi blusa masajeando mis senos hasta que sintió mi piercing y abrió los ojos sorprendida, lo que me hizo reír. Besó mi cuello y regresó a mis labios deteniendo el beso. "No mereces un encuentro rápido en un baño de discoteca. Cuando quieras, solo llámame". Me besó de nuevo y salió del baño limpiándose los labios llenos de gloss labial.
Ya en el coche con Matías, tenía la cabeza apoyada en el vidrio pensando en todo y aún me sentía un poco extraña. "Cariño, no te pongas así, piensa que en unos días estarás viajando y viendo a tu familia de nuevo". Asentí con la cabeza. "¿Qué día es mañana, Mati?" Miré hacia él. "Hoy, en este caso, ¿Día de San Valentín?" Habló esperando que abriera el garaje para estacionar el auto. "Ah, sí", susurré y me quité el cinturón, volviendo a poner mi bolso sobre el hombro. "Adiós, Titi, muchas gracias por cuidar de mí, a ti, Tina y Sina". Le di un abrazo que me apretó y puso su mentón sobre mi cabeza. "Eres como una hermana menor que nunca tuve, chiquita, no necesitas agradecer nada. Buena noche, ¿eh? Duerme bien". Besó mi cabeza, me entregó las llaves y se fue.
Catorce de febrero, miércoles, 8:20 a. m.
Estaba sentada en la silla de recepción esperando a que el medicamento para el dolor hiciera efecto. Realmente no me gustan las visitas al ginecólogo. Pasaba el tiempo viendo mi TikTok cuando recibí un mensaje de Enzo. "Buenos días, Elle, ¿dónde estás?" "En el médico, ¿por qué?" "¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Te lastimaste, te involucraste en algún accidente? Estoy en camino". "Primero, no sabes en qué médico estoy, segundo, estoy bien, solo un poco adolorida, pero el día de descanso me hará bien". "Envíame tu ubicación, estoy saliendo ahora". "Eres un tonto, pero realmente no me siento tan bien”
Apagué la pantalla del celular y cerré los ojos, respiré profundamente y recosté la cabeza en la pared. "Elle, ¿qué pasó? ¿Por qué estás débil?" Vino hacia mí y me abrazó, envolviéndome en sus brazos. "Nada en particular, Enzo. Solo vine a actualizar mi DIU hormonal, pero duele bastante, eso es todo". Me solté de él, caminando lentamente con mi bolso a un lado. Se acercó, puso mi bolso en su hombro y me apoyó en él. "He venido en Uber, así que conduciré para ti". Le entregué mis llaves y me recosté en los asientos traseros del auto, apagándome.
Desperté en mi cama con mi gata Serena acostada en mi barriga, y pude escuchar un ruido en la cocina mientras Shakira maullaba, probablemente queriendo comer algo. Miré al suelo y había cuatro ramos de flores junto con peluches, cajas de chocolate y notas sobre la cama. Me senté en la cama, haciendo que Serena saliera de mi regazo. Me estiré y tomé uno de los ramos. "Mati estuvo aquí, para que no pases tu San Valentín sola. Besos de tu hermano mayor 🫶🏼". Me senté en el suelo y fui a buscar los demás. "Besitos de tu amiga Martina, te extraño", lo puse al lado del de Mati. "Te extraño, princesa Rapunzel", tenía flores moradas, y el último, ¿sería de Enzo? ¿Fue por eso que vino a verme? "No puedo dejar de pensar en tus besos, te extraño, xoxo ya sabes quién eres". Era de Sina. Suspiré medio frustrada, pero estaba feliz de que se hubieran acordado de mí y fueran tan cariñosos. "Ya despertó la Bella Durmiente", escuché la voz grave de Enzo entrando en la habitación con una bandeja de desayuno, aunque era más bien almuerzo, medicina, agua y jugo. Me senté en la cama y él colocó el almuerzo allí para que yo comiera. "¿Te sientes mejor?" Asentí con la cabeza mientras tomaba una papita del plato y la comía, extendiendo una para ponerla en la boca de él, que la comió y fingió que mordería mi dedo. "Estás muy solicitada, ¿eh?" Dijo con un rostro molesto e irónico. "¿Por qué? ¿estás celoso?" Hablé riendo. "Muchas gracias por traerme aquí y cuidar de mí". Me miró mientras comía y sacudió la cabeza. "No podía dejarte de esa manera, pero en fin, tengo que salir para terminar de empacar mis cosas, mañana salimos a las 05:00 a.m, a las 4:30 estaré aquí para recogerte". Puse cara de aburrimiento. "¿Por qué tan temprano, En?" Se levantó de la cama y se limpió las manos. "Para llegar a Brasil mañana mismo, tenemos que aprovechar". Parpadeó, y me levanté de la cama. "Te llevaré hasta la puerta". Seguí al hombre hasta la puerta, se detuvo y se recostó llevando su mano y quitando el cabello de mi rostro para luego agarrar mi nuca y besarme. Al separarnos, me dio una sonrisa. "Te veré en la mañana, cariño". Besó mi frente y bajó por las escaleras. "Te ves hermosa durmiendo", dijo y se fue.
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only-girlss · 2 months
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Matias Recalt - Drunk.
Fem! reader
☆`~ Advertencias : Smut. Sexo sin protección. Bebidas alcohólicas.
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Eran más de las 3 am. Estában en una fiesta organizada por tu papá en su propia casa. En un principio la fiesta se había pensado como una reunión entre amigos, pero con el paso del tiempo, las luces cegantes, el olor cigarrillo y la música en el ambiente, fueron la razón por la cual se perdió totalmente el propósito inicial.
Matias había sido tu mejor amigo desde siempre, se criaron juntos, básicamente.
Habías sido una parte escencial de su vida, y lo seguías siendo. Éran los más unidos.
Volviendo al presente, estabas en la sala, tus viejos y sus amigos estaban tomando distintas bebidas, repartidos por toda la habitación.
No habías visto a Matías hace más de 1 hora, así que fuiste a buscarlo afuera. Mientras caminabas hacia la puerta que daba al patio, lo viste sentado en una reposera con una botella de vodka casi vacia en la mano, y en la otra un cigarrillo.
-Boludo te estaba buscando ¿Qué hacés acá afuera?
-No sé, encontré esto tirado y no me aguanté. Dijo mostrando la botella.
Te sentaste al lado suyo, y mirándolo te das cuenta qué ya había tomado demasiado.
-Matías dejá esa botella, ya estás re chupado.
- Qué decís tarada, estoy bien. Y se intentó levantar, lo cual fue claramente en vano, porque casi se cae.
- Vení que te ayudo, vayamos arriba, te llega a ver así mi papá y no te deja venir más. Decís mientras lo agarrás.
Pasaron desapercibidos, aunque mientras subían la escaleras, Matías se tropezó e hizo un tremendo ruido. Por suerte la música no dejó que se escuchara.
Narra Reader:
Cuando llegamos a la habitación (Recalt ya muy acostumbrado al ambiente por la cantidad de veces que se había quedado a dormir) sé tiró a la cama con las estremidades abiertas y los ojos cerrados.
Se pudo haber quedado dormido si yo no hubiera dicho:
- Nono, te levantas, vas a dormir en el colchón como hacemos siempre.
- Pero nena, el colchón está abajo, vas a hacer tremendo quilombo. Dijo con la voz ronca y adormecida.
Él tenía razón.
Se me hacia rara la idea de dormir juntos, si bien nunca había pasado nada entre nosotros, no voy a negar que estaba tremendamente bueno. Pero jamás se me pasaría por la cabeza pensar así de él... bueno... creo.
Yo seguía ahí parada, pensando que hacer.
-Vení. Dijo de repente, rompiendo el silencio. Se sentó en la cama, apoyadonse de sus brazos. Tenía los ojos apenas abiertos. -Dale acércate.
Me acerqué y me senté al lado suyo, no entendía muy bien que quería.
-¿Qué pasa?
-¿Ya te dije lo bien que te queda esa remera? Mencionó mientras me miraba el escote sin nada de vergüenza.
-Sos alto enfermo, dejate de joder.
No esperaba que dijera algo así, si bien me había molestado, no pude evitar el sonrojo en toda mi cara. Enseguida quise pararme.
Pero me agarró el brazo.
-Vení acá, pendeja de mierda. Dijo con esos ojos muertos mirándome.
Me acostó completamente y susurró:
No finjas que no querés, no soy boludo. sé que te parezco lindo. Cada vez se acercaba más. - Además ¿Qué perdemos? Aprovechemos, nos sacamos las ganas, y si no te gusta finjimos demencia.
Y apenas le di permiso con un simple asentimiento con la cabeza, conectó nuestros labios.
Parecia más una guerra de lenguas que un beso. No habían pasado ni 3 minutos, y Matías nos dio la vuelta. Me dejó encima suyo, ambos acostados.
Sus manos iban por toda la extensión de mi cuerpo, pasando de mi cintura, a las caderas, a masajearme el culo y después volver a subir.
Yo me aferraba a agarrar su pelo, tironeando los mechones.
Algo que había notado, es que él era muy vocal. Lanzaba gemidos, y pequeños quejidos que no hacían más que aumentar mi necesidad de él.
-Me harté, sacate esto. Dije mientras me levantaba un poco para que pudiera sacar bien la remera. Él solo sonrió de lado mientras cumplía mi petición.
- Ahora vos, dejame ver esas tetas que tengo en la cabeza mientras me pajeo todos días. Dijo en mi oído.
No pude hacer otra cosa que ponerme más nerviosa que antes. Este tarado me iba a matar.
En medio de la nueva sesión de besos, mientras yo me frotaba contra su notable ereccion, él se separó de golpe.
- Pará, pará, saquemonos todo, no aguanto más, necesito estar adentro tuyo. Dijo desesperado mientras me levantaba para poder sacarse la bermuda.
Como yo tenia una falda, solo tuvo que bajarla.
-Mira lo mojadita qué estás, dios. Susurró mientras me tocaba por arriba de la última capa de ropa que me quedaba.
-Dale Matías, no jodas. Dije necesitada de él.
No quería más juegos ni bromas, lo quería adentro.
-Ya que tanto insistís... Y sin aviso previo ni preparación, la metió de golpe.
Las lágrimas corrían por mis ojos, mordiéndome el labio inferior con el objetivo de no gemir muy alto.
-Te encanta ¿No? Ser cogida por tu mejor amigo mientras tu papás están abajo. Imaginate se enteran de que su hijita ejemplar no es más que una puta. Mi puta.
Su cara mostraba placer, mi interior lo apretaba tanto, no podía creer lo bien que se sentía.
-Estoy muy cerca Mati. Dije, justo después fui interrumpida por un alto gemido de mi parte.
Matias había bajado la mano y comenzó a hacer círculos en mi clitoris. Sentía que veía estrellas.
-Estás cerca ¿No hermosa? ¿Te vas a correr arriba de mi pija? Obvio que si ¿No?
Yo no podía formular respuesta, cerré los ojos con fuerza, era demasiado.
La sensación de la pija de Matías entrando y saliendo, sus dedos por todos lados, el olor a alcohol que emanaba su boca, el ruido obseno que se provocaba cada vez que nos movíamos. Sus gemidos y quejidos cada vez que yo me apretaba más, las palabras sucias qué decía. Todo.
Fue demasiado.
Mi abdomen bajo se contraia una y otra vez, hasta que se apretó. Y ahí fue: tuve el orgasmo más duro y fuerte de mi vida.
Matias seguía empujando, buscando su propio placer. Yo no pude evitar llorar por la sobre-estimulación que estaba recibiendo.
- nena, aguantá. Decía, totalmente concentrado.
No se necesitaron ni tres empujones más para qué tuviera que salir y venirse en su propio abdomen.
Ambos nos quedamos tirados uno al lado del otro, rojos y llenos de transpiración.
Respirando pesadamente, intentando juntar aire.
Yo hice un amague para hablar pero enseguida fui interrumpida.
- Shh.
Y enseguida me atrajo a un abrazo.
- Mañana vemos que hacer, ahora dejame disfrutar un ratito más.
Y lo dejé así, dejándome llevar por el sueño que me inundaba. Pensando en la cantidad de charlas incomodas que iban a haber con Mati a la mañana. Y la tremenda resaca que iba a tener él mismo.
Y mientras tanto, los invitados de mis papás en el piso de abajo disfrutaban la juntada, sin tener idea de lo que acababa de pasar.
xoxo - Emma.
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slut4polidori · 8 days
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ESTEBAN KUKURICZKA
mi padrastro pt 1
a/n ⋆。°✩: ¡Hola a todos! Regresé, puse el blas fic en privado no estaba seguro si era bueno y no. De todos modos, anoche eran como las 3 de la madrugada y este pequeño pensamiento sucio se apoderó de mi mente y pensé: TENGO QUE ESCRIBIR SOBRE ESTO. Sé que a ustedes les encantaría esto!!!
advertencias ⋆。°✩: oral, penetración, dirty talk, diferencia de edad, daddy kink, sexo sin protección, sexo anal.
disfruten !
 ─── ⋆⋅☆⋅⋆ ─── ─── ⋆⋅☆⋅⋆ ─── ───
Esteban ha estado comprometido con mi mamá solo por un año, realmente no se conocieron antes del matrimonio. Se apresuraron a hacerlo pensando que sería algo bueno, ambos tienen carreras diferentes, lo que les quita mucho tiempo a ambos.
él es muy buen actor y mi mamá es una autora popular, recientemente nos mudamos a argentina desde estados unidos para que ella pudiera estar más cerca de él.
A mi mamá no le importaba que dejara mi vida atrás, mis amigos, mi novio, mi universidad, aunque solo era un estudiante de primer año, me estaba acostumbrando a mi vida en los Estados Unidos.
Esteban era un hombre muy tranquilo y nunca habló conmigo hasta que estábamos sentados uno al lado del otro en el sofá o al otro lado de la mesa.
Conversaciones estúpidas y sin sentido como “¿cómo te fue en la escuela” o “¿qué te parece Argentina?”
Realmente lo disfruté, era algo diferente que en casa. Fue fácil hacer amigos ya que hablaba español e inglés con fluidez.
“Solo va a ser un mes”, escuché a mi mamá decir borracha, ella iba de gira para promocionar su nuevo libro que publicó. Está ganando mucha atención y mi mamá no dejaría pasar esa oportunidad.
"¿que hay de ella? ¿No puedo estar solo? Nunca tuve que lidiar con un adolescente y mucho menos con mi hijastra. No sabría qué hacer si ella necesita algo”
Puse los ojos en blanco debido a su ignorancia "que estúpido" pensé para mis adentros
"Esteban ella tiene diecinueve años no es una nena chiquita, estarás bien bebé y además ustedes pueden acercarse"
“para ti cualquier cosa cariño” dijo abrazando a mi mamá y besándola en la frente, no sé por qué, pero esas palabras me hicieron sentir segura. Me hizo sentir amada y ni siquiera me las decía
Al día siguiente mi mamá me contó todo sobre la gira del libro que estaba realizando, mi mamá y yo nunca tuvimos una buena relación. Mi papá nunca estuvo realmente involucrado en mi vida. Yo también tuve varios padrastros ojalá sea el último.
“Está bien mamá, estaré bien, ¿cuánto tiempo estarás fuera otra vez? "
“mi agente me dijo al menos un mes pero podría ser más simplemente no le digas a tu papá hija”
Sacudí la cabeza en desacuerdo "Él no es mi papá, mamá, ustedes apenas se conocen"
“Bueno, conócelo por mí” dijo en broma. Me reí entre dientes y bajé las escaleras, agarré mi mochila, saludé a Esteban y salí por la puerta.
Después de la escuela mi amigo me ofreció un viaje de vuelta a casa y acepté, Toqué la puerta porque olvidé mis llaves en mi cuarto, Esteban abrió la puerta con una sonrisa en su rostro pero su reacción cambió rápidamente cuando vio al chico parado detrás de mí.
“¿quién es éste y/n?”
“él es mi amigo esteban y me va a ayudar a estudiar así que puedes apartarte del camino para que podamos ir a mi cuarto”
Se rió entre dientes y traté de entrar, pero su brazo me detuvo antes de que pudiera siquiera poner un pie en la casa. "Bueno, puedes entrar porque vives aquí, pero el tipo no puede entrar", dijo sin quitar los ojos del chico
"¿Hablas en serio?" Me reí torpemente
Me miró y me sonrió burlonamente "por supuesto"
Puse los ojos en blanco ante su ignorancia nuevamente "lo siento, pero mi padrastro no te dejará entrar, tal vez podamos ir a tu casa o algo así la próxima vez", dije, realmente me sentí mal. el chico estuvo de acuerdo "solo envíame un mensaje de texto" dijo y se despidió con la mano, esteban todavía estaba en la puerta "ella tampoco hará eso" dijo cerrando la puerta detrás de él
“Dios mío, ¿qué te pasa esteban?” dije dejando caer mi mochila y volteándome para mirarlo y él todavía estaba parado junto a la puerta con la mano en el pomo de la puerta "ese tipo no quiere estudiar contigo y/n deja de ser tan estúpida”
“¿estúpida? ¿Hablas en serio ahora mismo?” Me reí “dice el tipo que se casó con una mujer que conoció durante seis meses, ¿quién es realmente el estúpido?”
él se rió y caminó hacia mí “¿Oh, en serio? ¿Soy estúpido porque me enamoré de tu mamá? ¿Por qué me faltas el respeto? Soy tu papá” Se rió mirándome “Solo te estoy protegiendo haciendo mi parte como papá”
Oh como lo odio
"No eres mi papá Esteban y probablemente nunca lo serás, cálmate, no eres el único del que mi mamá está enamorada" sonreí y me dirigí a mi habitación "¿y qué quieres decir con eso?" lo escuchaste caminando detrás de ti siguiéndote
“exactamente lo que quise decir”
esteban me agarró la mano y me giró con fuerza “¿me está engañando?”
"Déjame ir estúpido"
Esteban me soltó y cerré la puerta de mi habitación antes de que pudiera seguirme hasta allí. No mentiré. Esteban es un hombre maravilloso. Mentiría si dijera que no lo es. sus ojos, su cabello rubio y su elegancia, esa fue probablemente la primera vez que lo vi actuar así.
Me dejó loca, sintiendo sentimientos que no debería sentir
Era la 1 de la madrugada y me desperté al escuchar que me llamaban por mi nombre. Estaba preocupado, no me agradaba mucho Esteban, pero aún así quería ver si estaba bien. Me puse mis pantuflas levantándome de la cama y abriendo la puerta de mi habitación silenciosamente, al bajar al baño la puerta estaba un poco abierta y vi a esteban tocándose en la bañera gimiendo mi nombre “y/n…” con cada bombeo que hacía. Simplemente diría mi nombre.
ay dios mío. este va a ser un mes largo.
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46snowfox · 2 months
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Diabolik Lovers Daylight Stella Worth Tokuten: 「Cita★sádica」 [Kino]
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Titulo original: 「サディスティック★デート」
*en un centro de juegos*
Kino: Je, hay bastante gente en el juego nuevo. Ese es el juego musical del que todos hablan, ¿no? ¡Ah! ¡Mira ese juego de garra! ¡Parece complicado, que divertido! Oh, un juego empuja monedas. creo que podría esforzarme un poco en este, hace tiempo que no pruebo uno. ¡Aah! ¡¿Q-qué pasa?! No tienes que gritar, aunque los centros de juegos sean ruidosos no significa que no pueda escucharte. Oh cierto, había un juego en especial que quería probar. Pues verás, hay un juego de celular que he estado jugando recientemente y le hicieron una versión de arcade. A ver… Creo que era… ¡Es ese! *corre* ¡Este es! ¡Este es el juego que quería probar! En resumidas cuentas es un juego en donde usas magia para derrotar a tus enemigos.
Kino (1:14): Parece que es más divertido jugarlo aquí que en la aplicación. Como sea, vamos a jugar. *inserta una moneda* Oh, ¿quieres jugar? Hay un espacio libre. Entonces mira. ¡Bien! *empieza a jugar* Lo sabía, es distinto de la aplicación, aunque me tomará un rato acostumbrarlo… ¡Aunque no me costará nada!
Kino (2:02): Jeje, era obvio que iba a superar el tutorial en un parpadeo. Oye, estás exagerando, ahora empieza lo bueno, asegúrate de ver. *empieza a jugar*
*luego*
Kino (2:31): Aah… Ya llevo veinte rondas… estoy empezando a cansarme… Oye, había una máquina expendedora por aquí, ¿no? Ve a comprarme un jugo de guayaba. No sabrás si lo venden a menos que vayas a ver. Vamos, anda. *vas a buscar la máquina* Aah, continuemos. *sigue jugando*
*después*
Kino (3:14): Aún no regresa… ¿A dónde fue? La máquina está allí… Estoy sediento y cansado… Además no es bueno que ella se quede tanto tiempo sola en este lugar… ¡…! ¿A-acaso…? No, no puede haberle pasado algo… Como sea, debo buscarla— *llegas* ¡…! ¿En dónde estabas? Te esperé una eternidad. *ve lo que le das* ¿No había jugo de guayaba y saliste a comprar uno?
Kino (4:12): Eres tan fácil de leer, tu mirada te delata. Este jugo es de los que había en la máquina expendedora, ¿no? De haber comprado uno de esos habrías vuelto de inmediato. No me digas que hiciste algo sospechoso luego de comprarlo. ¿Acaso un hombre te habló y lo seguiste? No sé yo, como sea, si no eres sincera conmigo te morderé. Es de noche, pero aquí todavía hay gente que podría ver tu lado más lamentable. Es tu culpa, así que es inevitable, ¿no?
Kino (5:08): ¿Qué vas a hacer? Decide antes de que llegues al game over. ¿Eh? Entonces explícate. Está bien, ¿pero a dónde quieres ir? *empiezas a correr* ¡Ah! ¡Espérame!
*luego*
Kino (5:44): Esta es la zona del juego con garra, ¿no? ¿Qué hay aquí? Que sepas que si es un motivo absurdo te clavaré los colmillos. ¿Qué pasa con este juego? Tiene un premio que se asemeja a un pequeño cofre del tesoro… ¿Estabas jugando a esto…? ¿Querías ese juguete barato? ¿Tanto como para abandonarme? ¿Qué tiene el interior del tesoro—? P-pero si tiene kompeito… ¿Acaso querías ganarlo para mí? Aah… entiendo. Entonces debiste haber dicho eso desde un inicio. ¿Por qué te quedaste callada? Es cierto que me molesta que me hicieras esperar por esto, pero no me enojaré si haces algo por mí. Lo sabía, ocultas algo.
Kino (7:17): ¿Eh? ¡Ajajajaja! ¿Te daba vergüenza decirlo porque no conseguiste ganarlo? Que razón tan tonta. ¿Por qué te enojas? Me rio porque eres chistosa. Bueno, muévete un poco. Apuesto a que ya gastaste todas tus monedas y no quiero dejar las cosas así. Sí, buena chica. *introduce una moneda* ¿Intentabas conseguir ese de la esquina? Lo sabía, se nota que lo han movido. *juega* Ciertamente era muy difícil para ti, la garra es demasiado débil como para agarrar por completo algo.
Kino (8:29): ¿A qué viene la cara larga? No dije que esto acababa aquí. Usar la garra para agarrar todo no es el único método que existe. *introduce otra moneda* Podemos usar la garra para que sostenga una punta del cofre… ¡Mira! ¡Lo saqué! Jeje, que extraña eres, ni siquiera lo querías para ti y aun así te alegras tanto.
Kino (9:14): Y ahora vuelves a deprimirte… Que sepas que pude sacarlo fácilmente gracias a que lo moviste tras jugar varias veces. Por eso… bueno… gracias, los comeré feliz. Puede que no sea un gran agradecimiento, pero la próxima vez te acompañaré a hacer lo que tú quieras. ¡Vámonos!
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mslenfer · 1 year
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Tu eres mi casita
Cuando me pasa algo malo corro hacia a ti para refugiarme. Y cuando me pasa algo bueno eres donde celebrar.
Contigo me he animado a no tener miedo y ser cómo soy, he bajado mi pared de temores a ser cariñosa, habladora, cursi que hace cartitas, detallista... porque sabía que me querías. 
(...) Vengo de una niñez difícil y solitaria. He interpretado ya mis miedos, conozco mis heridas y he tratado de que no se reflejen ni salpiquen en mi actualidad. Empezando a bajar la guardia cuando un día te conté sobre mí cuando fuiste a lavar tu carro, te dije "te voy abrir mi corazoncito". Horas después me escribiste "no te preocupes, ahora que me has contado yo te pondré feliz". No sé si fue por decir, pero lo sentí real y pensé en quedarme aquí, junto a ti un tiempo más. 
Sé que cuando sé que te veré se me altera todo el sistema digestivo de la emoción y nerviosismo como si te conociera de hace una semana, pero cuando te tengo a mi lado y cuando sé que estamos bien, tengo paz. Tranquilidad es lo único que siempre he pedido. Libertad para amar. Siempre he querido que me quieran tanto para darme mil sonrisas y que mis padres lo fueran aceptar. 
Contigo todo es destello de alegría, destello de emociones, es un fuego que no quiero o puedo apagar. Sería cortarme el aire, cortarme el corazón en trocitos que no serán fáciles de recuperar.
Yo deseo que sientas lo que siento, que entiendas que las palabras no expresan necesariamente todo el sentimiento, pero en un pequeño hueco, anhelo que comprendas que el miedo y el control no llevan a ningun lugar cuando la otra persona te demuestra que lo que te da es real.
A veces sé que soy complicada, pero creeme que valgo la pena. A veces esto es complejo y hay días malos, malos a mi lado, sin embargo, apuesto que predominan más los buenos.
Son tres de la mañana y no puedo dormir, me pregunto si te mandaré esto que he escrito. Me pregunto si me vuelvo muy vulnerable a que me lastimes si es que descubres que es mucho para ti. Tal vez la intensidad a ti te ha bajado, tal vez ya no me mires con esos ojos acongojados... Siempre una parte lleva la carga de querer o enamorarse un poco más. Sin embargo, tengo poco miedo, no puedo tapar el corazón con un dedo y ocultar mi verdad.
Han pasado 15min ya.
Un día de octubre de hace 2 años íbamos por Javier Prado cruce con San Luis. Íbamos cantando hasta que el semáforo cambió a rojo, volteé a mirarte y me miraste con tus ojos profundos sonrientes. Me acerqué a besarte y no existe momento en mi vida que olvide ese beso: sencillo, sincero y bonito. El tiempo detenido, no había tráfico ni carros alrededor, el reflejo de la luz roja de los faroles del carro delantero imponían el ambiente aún más novelero. 
Y yo, siempre que pienso en un beso regreso a ese momento. 
Yo puedo describir mil ocasiones tuyas y mías de felicidad. Puedo decirte tus palabras y las mías, puedo decir qué llevabas, cómo mirabas. Puedo hablarte de tus labios y esa mueca peculiar que manejas cuando esbozas tu sonrisa.
Todo te lo puedo contar si me permites entrar y quedarme en tu vida. 
Tú y la vida, tú y el destino. 
Tú, mi casita.
Carta para ti - 7/02/23
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u-n-c-h-i-c-o-m-a-s · 2 years
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Antes que nada quiero agradecerte tanto por todo este tiempo que hemos compartido juntos, ¡Feliz aniversario mi cielo!
Mi amor, constantemente he dicho lo mucho que te amo, lo hermosa que eres para mi, cuanto me importas y el deseo al imaginar formar una familia contigo.
Realmente es un poco pronto para todo ello sin embargo no pensaba que me harias sentir tanto en tan poco, quiza algunas cosas que nos mencionamos sean un tanto precipitadas; pero, sin embargo ha sido muy lindo y en varias ocasiones me emociono demasiado, todo lo que hemos hablado sobre cosas que hariamos al vivir juntos, formar una familia o el tener un bebe, un mini Eydrian. Inclusive cuando te dije te amo por primera vez, quiza para ti fue algo inesperado y un poco complicado, sobre todo al pensar, ¿me ama?, ¿como?.
Es un poco difícil de explicar pero intentare buscar las palabras ideales; todo comenzó cuando nos conocimos en Café Europa, me paresias una mujer linda, un poco loca y algo aligerada asi como inteligente y alegre. Me gustaste de una manera indescriptible desde ese momento, sin mencionar lo bien que me la pasé, hacía tanto que no me la pasaba tan a gusto y relajado con alguien.
Ame tu risa, tu sentido del humor y la forma en que hicimos click fue.... Wooow, ¿Quién es ella? Quiero conocerla y saber más, comenzamos a involucrarnos más el uno con el otro, los mensajes se volvieron más comunes y el trato que nos dábamos. Disfrute demasiado de esa tapa contigo.
Posteriormente y obviamente nos volvimos pareja, algo que, hasta el día de hoy me hace feliz y me saca una sonrisa cuando lo recuerdo, y a la vez un poco de pena por la manera en que sucedió....
Bueno, regresando a lo principal, al ser pareja todo se volvió mejor entre nosotros, compartíamos más, nos preocupamos más uno por el otro, todo marchaba bien, demasiado bien. Me fui enamorando, de tu sonrisa, tus ojitos bonitos y la manera que me miras, me fui enamorando de tu voz y como se escucha mi nombre cuando lo pronuncias. Me fui enamorando de tus besos, el sentir tus labios tan pegaditos con los míos. Me enamoré de tu forma de ser que aunque es algo complicada es lo que te hace ser tu y no me malinterpretes, pero nunca había conocido a alguien que no le gustase tanta comida. Eres rara amor hahaha y me encanta; me enamoré de la manera que tienes al ver la vida, de como te esfuerzas por lo que quieres y siempre lo das todo, me enamoré perdidamente de ti.
Los atardeceres comenzaban a recordarme a ti, por qué al verlos quería que estuvieses a mí lado contemplandolos conmigo. Las canciones se volvieron aún más románticas y me hacen querer deficartelas todas.
Me hiciste volver a escribir una carta, a realizar pequeños escritos sobre lo bonito que es estar enamorado o sobre mi sentir hacia ti, comenzaste a volverte mi hogar y me hacías, me haces sentir seguro a tu lado. En algún punto soñaba contigo en muchas situaciones que deseo que se vuelvan realidad un día no muy lejano.
Supe que te amaba en el momento que ya no pude verme con alguien más, supe que solo tenía ojos para ti cuando veía algo "bonito en una mujer" y pensaba, a ella se le vería mejor, ella lo luciría más, ella es mejor que todas y es algo que me ha pasado desde hace tiempo.
Y aunque también hemos tenido momentos complicados y no serán los únicos, puede que haya muchos más, estoy seguro que mientras estemos juntos siempre podremos salir adelante. Gracias por todo este tiempo que has decidido pasar a mi lado, primeramente dios serán muchos años los que estaremos juntos.
Te ama demasiado, Eydrian.
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calabazafantasma · 24 days
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Hola chicos como están! Hoy les traigo mas sorpresas! Estoy haciendo otro pequeño mini cómic este es la primera parte espero y les guste 🎃☕
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Hoy tenemos a las tortugas ojo mi versión de leo al final de la película si termina perdiendo un brazo como su versión del futuro krang, krugnar como a modo de disculpa por todo lo el y sus hermanos hicieron en la invasión ayudo a las tortugas curando todas las heridas y cicatrices (superficiales) que obtuvieron durante la pelea.
A leo le hizo un brazo robotico utilizando escombros de su antigua tecnodrom (asi se escribe no?) si no también partes roba- digo PRESTADAS del basurero de chatarra.
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Pobre de rapha teniendo miedo de tenerlo TAN cerca jeje me encanta la cara de krugnar
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(ahora que me doy cuenta que es que tiene algunos errores ortográficos la explicación pero por favor ignorarlos XD) mi error.
Aquí tienen información sobre el ojo mecánico (prótesis) qué le hizo krugnar a rapha ya también en mi AU yo creo de verdad que rafa se termino arrancando el ojo como una forma para librarse de la krangcificación (osea control mental) por parte del menor ademas para asi evitar qué se infectara de otra cosa.
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Pobre de rico el tremendo susto qué se llevó jeje
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Creo que ya lo dije antes pero en mi AU por lo menos para mi el empyrean viene de los krang (es su sangre técnicamente) y este tiene propiedades de curación para cualquier tipo de herida externa e interna (no es capaz de curar todas la enfermedades como el cáncer pero si algunas como la gripe).
Dios mio la expresión de krugnar al cortarse el tentáculo, creo que para el ya es normal por lo calmado qué esta... Obvio con hermanos que hacen desmadre todo el tiempo el es el único qué los cura.
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Y... Esta es la primera parte!!! Espero que les haya gustado y esperen la segunda parte dónde estará Mickey! Y bueno nada disfruten el resto del día adiós mis calabazas y recuerden tomen cafecito 🎃☕
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possession-swapbody · 3 months
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Drew
Si normalmente me gusta vivir nuevas experiencias y hacer cosas emocionantes, pero creo que lo que ha estado pasando es otro nivel, yo en lo personal no creí que algo así fuera posible.
Bueno lleno al inicio de todo, vecino y mi mejor amigo Marcus me invito a una reunión con su familia en la ciudad vecina, dijo que no quería ir pero que como sus padres no podían el iría en representación de toda la familia, así que pensó en llevarme para tener con quien hablar, y saben no lo culpo, en su familia el es el único de su edad, el más cercano sin contar a sus primos menores que el que tenían entre 2 y 5 años es su tío Drew, y le gana con 15 años, al Marcus tener 18 y Drew 33, yo tengo 21, prácticamente crecimos casi como hermanos por lo que decidió que no pasaba nada si yo iba con el.
Al llegar todo parecía normal, una típica reunión familiar, pero luego vi a Drew, no lo había visto en persona, solo lo conocía ya que Marcus me platicaba sobre el, era extraño, algo en su mirada me parecía raro, estaba muy serio y en las fotos y las historias de Marcus el siempre fue un tipo reservado pero ahora se nota a bastante alegre, y no solo yo lo note, Marcus también.
Todo transcurrió como una reunión normal, al caer la noche Marcus estaba borracho y ya que yo no se conducir, tuvimos que pedir a Drew si nos dejaba pasar la noche en su casa, ya que la casa en la que se hizo la reunión era la suya, el acepto pero no se le veía muy convencido como si algo le molestara de que nos quedáramos en la casa, solo que dijo que mañana saldría bastante temprano ya que tenia una junta temprano y que resolver un asunto así que nos dio una llave para cerrar la casa cuando nos fuéramos.
Marcus y yo nos alojamos en la habitación de huéspedes que estaba en el primer piso y Drew se quedó en su habitación en el segundo piso, no se si era porque no estoy acostumbrado a dormir fuera pero no podía conciliar el sueño, vi el reloj y ya eran las 5:24 de la mañana luego vi a Marcus quien estaba profundamente dormido, en eso escuché un ruido, como si bajaran las escaleras, y escuché pasos acercarse a la habitación, entonces cerré los ojos y fingí estar dormido, en eso escuché como abrían la puerta cuidadosamente tratando de no hacer ruido para luego la cerrarla de igual forma, la curiosidad me ganó y me levante, siendo lo más silencioso posible me acerqué a la puerta y la abrí un poco solo pata poder ver que pasaba afuera.
Vi como Drew saco una especie de un frasco de un cajón y luego lo puso sobre una mesa, después escuche como alguien más bajaba por las escaleras, era un tipo como de unos 22 años, su semblante era como de aburrimiento y leve enojo, después vio a Drew comenzaron a hablar en voz baja.
Drew: Andy que haces?, se supone que deberías esperarme en el cuarto.
Andy: ya lo se pero se hace tarde, mi universidad esta a 3hrs de aquí, mi examen es a 9 y debería estar una hora antes, ya se te hizo tarde.
Drew: ey, espera un poco, la culpa de la hora es tuya, dejaste mi cuerpo hace como 20 minutos, a pesar que te dije que decías abandonarlo por lo menos a las 3:00am para hacer el cambio ya que no pasara esto.
Vi como el tipo que al parecer se llama Andy miro el fresco y frunció el seño.
Andy: bueno, como sea toma.
Saco lo que creo era otro frasco, este era demasiado pequeño a grado que me atrevería a decir que media como 3 cm y por lo mismo no lo lograba percibir bien, pero note que estaba vacío, luego Drew tomó el frasco grande y con un gotero lleno el frasco chico.
Drew: Vamos a arriba, pero recuerda, cuando entre en tu cuerpo no te asustes, si te desconectaras de tus sentidos y los recuperaras al despertar, y te dejare mañana en la noche.
Andy: y se mejor solo haces mi examen y me dejas.
Drew: respeta el trato, yo te deje pasar 2 días en mi cuerpo para que fueras a mi reunión familiar a cambio de que fueras a esas citas medicas por mi ya que no me gustan los hospitales y yo hacía tu examen vale el 90% de la calificación final ya que al ser yo tu tutor extraescolar domino el tema como la palma de mi mano, pero me dejabas usar tu cuerpo el mismo tiempo que tu usaras el mío y eso fue 2 días así que ocupo las llaves de tu departamento me quedare ahí en la noche.
Andy: pero si algo sale mal, y ya no...
Drew: nada saldrá mal, el tipo que nos vendió esto dijo claramente toma un poco para salir de tu cuerpo y repítelo para salir del cuerpo de otro, y al igual que hace rato los 2 saldremos del cuerpo, solo que ahora cada quien regresa a su cuerpo original, además si hablamos, aunque se susurrando así de bajo, podemos despertar a Marcus y a Connor.
Note que Andy iba a voltear a ver en dirección de la puerta en la que estaba espiando, hacia que me aparte y escuché como cerraron un cajón, y comenzaban a subir las escaleras.
La curiosidad de lo que pasaba me mataba, así que salí del cuarto y son hacer ruido los seguí, vi como entraba al cuarto de Drew, dejaron la puerta abierta así que pude observar todo desde el baño que estaba frente a la habitación de Drew, pero de nueva cuenta observe con la puerta entrecerrada y con la luz apagada.
Drew: muy bien Andy, ocupo que te relajes por completo para hacer todo más rápido, si tratas de mantenerte consiente o cualquier cosa solo logras que perdamos más tiempo.
Andy: y si mejor hacemos un intercambio?
Drew: sabes que no se puede en estas circunstancias, si quiero pasar desapercibido como tu, necesitamos que tu alma se quede en tu cuerpo.
Andy: pero de todas formas cuando entres me voy a quedar inconsciente no?
Drew: si, pero aquel tipo dijo solo con el propietario original adentro puedo acceder a tus vivencias y recuerdos, no queremos que al estar en tu cuerpo cometa algo que afecte tu vida personal o algo de que arrepentirnos por yo no estar consiente de todo.
Andy se acostó en el piso, Drew con la lámpara de su celular se iluminó para ver la medida del mini frasco tomo la mitad, luego dejo el mini frasco arriba de una cajonera junto a la cama, el se comenzaba a tambalear y re recostó en la cama, pude ver como de su interior comenzaba a retorcerse levemente, esto me asusto pero lo que más me sorprendió fue lo que paso después, se dejaba ver un ligero humo levemente brillante que luego se junto en una especie de silueta humanidad que se avalado sobre el cuerpo de Andy, este humo atravesó su ropa y se filtro dentro de el, luego el cuerpo de Andy se comenzó a retorcer pero al terminar, note como sus ojos se habrían, el se estiro, se vio al espejo y entonces note como volteaba al baño.
No sabia si me había descubierto, pero aprovechando que fue a revisar el cuerpo inmóvil de Drew salí del baño cuando el estaba espaldas a mi, baje y fui al cuarto de invitados, en el que estaba Marcus, cerré la puerta con cuidado, me acosté y fingí dormir.
Después de los 37 segundos más largos de mi vida escuché como pasos se acercaban al cuarto, abrían la puerta y luego de un minuto la puerta se cerro, se escucho un ligero suspiro de alivio del otro lado de la puerta, me acerqué y escuché a Andy decir, menos mal sol oque mi imaginación, luego se escucho como cerraban la puerta de la entrada de la casa, salí del cuarto y me acerqué a la ventana de enfrente, miré por una de las orillas como Andy se subía a un carro y se iba del lugar.
En eso recordé que Drew estaba arriba, o por lo menos su cuerpo, no estaba seguro, aún estaba sin poder procesar todo lo que paso, subí al piso de arriba, abrí el cuarto que estaba cerrado y su cuerpo no estaba en la cama, me asuste pero entonces entré, observe como una chamarra que no estaba tapaba algo bajo la cama, eran los pies de Drew, me asome y lo vi sin moverse, su cuerpo estaba inconsciente, en un acto que puede ser o muy tonto o muy valiente, lo saqué y sacudí un poco pero no hubo respuesta, luego tome su brazo lo levante y lo deje caer, sin duda no había nada dentro de este tipo.
Desvíe mi mirada al mini frasco y por mi mente paso una idea loca, pensé despertar a Marcus y contarle para probar ese extraño líquido, baje y volví a llenar el mini frasco ya que no sabia la cantidad tenía un propósito.
Al llegar al piso de abajo vi como Marcus seguía dormido, entonces pensé en que seria mejor no despertarlo, además no sabría como reaccionaria al cuerpo inconsciente de su tío y si creería todo lo que le dije.
Así que tome mi celular y la mochila donde traía mi cambio de ropa por si se necesitaba.
Subí al cuarto de Drew puse seguro, y tome el liquido, sentí como todo daba vueltas así que me senté en el piso y de pronto mi vida se nubló solo para recuperarse, pero ahora estaba flotando, vi mi cuerpo inerte en el piso y al otro lado de la habitación al cuerpo de Drew, flote hacia el piso de abajo atravesando el piso, y luego fui al cuarto de Marcus, el seguía dormido, así que podría seguir con mi idea, regrese al cuarto de Drew, y me abalancé en su cuerpo.
Sentí como al entrar una sensación cálida me envolvía para luego sentir un escalofrío, que me hizo retorcerse levemente, cuando me levante me sentía extraño, tome aire y trate de mantener el equilibrio, Drew era más alto que yo así que me tomo unos momentos recuperar el equilibrio.
Me mire al espejo y no podía creerlo todavía, era Drew en el reflejo, vi la hora y eran la 5:08 am así que faltaban casi 4hrs para que la alarma de Marcus sonará, así que me decidí a explorar el cuerpo que actualmente llevaba puesto, me quite la ropa poco a poco y a la vez me veía en el espejo. No sé si fue el echo que Drew era un tipo en forma y guapo, o las hormonas y la adrenalina de mi adquirir este cuerpo, pero me comencé a poner duro, comencé tocando con miedo pero con el pasar del momento, terminé recibiendo la mejor masturbación que había sentido, pero este cuerpo quería más, así que observe mi cuerpo en el piso, lo subí a la cama y comencé a usarlo para complacer el cuerpo de Drew, hasta que reaccione, no sabia si el ruido habría despertado a Marcus, así que me bestia con la ropa que tenía Drew antes, baje y para mi fortuna el seguía dormido, ya eran las 6:42 así que tome mi celular y le mande un mensaje al celular de Marcus.
Bro, tengo que irme, no había visto que en el grupo de la uni comunicaron que habían adelantado un examen para hoy a las 8:00 am, en vez de pasado mañana a las 11:00am como estaba planeado antes, así que no te puedo esperar, vi a Drew ya despierto cuando salí del cuarto y se ofreció a llevarme a la parada de camiones ya que le quedaba de paso.
Tome una ducha, escondí mi cuerpo bajo la cama, me puse ropa formal y baje justo antes de que sonará la alarma de Marcus, salí de la casa sin cerrar la puerta estuve esperando ha que el saliera pero no salió hasta casi las 9: 40, entonces fingí que estaba regresando a la casa.
Marcus me vio y me saludo.
Marcus: Hola tío Drew.
Connor: ey, que tal dormilón.
Marcus: pues tengo resaca y ahora tengo que irme solo de regreso.
Connor: si tu amigo me dijo de su examen.
Marcus: si es raro, el nunca deja eso por alto.
Connor: lo hubieras visto, estaba muy preocupado por llegar a tiempo, el te iba a despertar para que se fueran, pero ayer tomaste tanto que le dije que no era bueno que se fueran así, por eso lo lleve a la parada de camiones.
Marcus: gracias por eso Tío.
Connor: Solo espero que no se repita por poco pierdo mi turno.
Marcus: descuide, ya no vuelve a pasar.
Connor: quieres almorzar y tomar algo para tu resaca?
Marcus: si tío, muchas gracias.
Hice un almuerzo ya que quería despistar un poco que no era el verdadero Drew, además así le daba algo de comer y que los analgésicos hicieran efecto. Fue algo bueno que el estuviera así, tuve al excusa de que no habláramos mucho, ya que Drew tenia razón cuando dijo a Andy que no tendría sus recuerdos si el no estaba en su cuerpo, y ahora yo finjo ser este hombre sin idea ni conocimiento de el en absoluto.
Una vez Marcus me devolvió las llaves que le dio ayer Andy fingiendo ser Drew, se fue y yo me quite parte de la ropa para prepararme para disfrutar nuevamente de mi tiempo como Drew, después de todo solo tenía hasta mañana temprano para sacarle el mayor provecho a este cuerpo antes de que el dueño original llegara y no quería que me atrapara.
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tiempoydestino · 8 months
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Sin tiempo ni destino
El pasto estaba recién cortado, también el queso y el pan de los que despedían sus aromas campiranos. Las ramas de los granados dejaban pasar suavemente el sol de las cuatro de la tarde pero nos bastaba la rama seguidora que se trepaba en la cava improvisada del jardín de la maestra Eufemia. Los invitados habíamos llegado, llevé un refresco para contribuir al pequeño festín que nos habíamos preparado.
—¿En dónde te vas a sentar? —me dijo Darinka.
—Creo que no hay muchos lugares para escoger. Pero creo que ya se han acomodado —le dije señalando que los lugares buenos con sombra ya estaban ocupados por las maestras mayores.
—Es lo que he notado, siempre se separan de los jóvenes.
—No importa, la pared de la casa nos dará sombra en un momento.
Sobre la mesa de plástico blanco se desplegaba un banquete de botanas, pasteles, pizza, soda y un bote de pollo frito. Nada mejor para despedir el ciclo escolar. Y yo para despedirme de todos. Encontré un plato para llenarlo de rebanadas de pizza y de todos los doritos con los que me pude encontrar.
—Xóchitl, ¿alguna vez pensaste que estarías comiendo a un lado de tu maestro?
—En la universidad era muy común comer con maestros.
—Pero me refiero a tu maestro de la prepa, mientras estabas en la prepa.
—No, ni por un instante. Pero ahí también está Rolando que también le dio clases.
—¿En dónde está Rolando?
Me señaló el lugar en la cava incompleta, una pequeña choza, para guardar herramientas y botellas artesanales bajo las bugambilias. Sentado el joven, encorvado porque era muy alto, trataba de acomodarse para platicar con la venerable y amargada maestra Gertrudis. Lo miré y estaba rodeado de las demás maestras de mayor edad. Las miraba, pensando en cómo sería cuando a mí me alcanzaran las canas y las arrugas. Yo debería de estar de ese otro lado, aunque en realidad para mí aquellas maestras que hablaban de sus hijos y de las ofertas del mercado eran niñas para mí.
Le grité a Rolando, y le hice una seña para que se viniera a este lado del amplio jardín rodeado por paredes.
—Qué importa que no haya sombra acá, ¡vente!
Se levantó torpemente. Su cabeza pudo haber chocado con el pequeño techo de madera sin pintar. Su cabello relamido pudo haberse desalineado, pero a pesar de su torpeza, logró levantarse y dar sus pasos arqueados por lo agigantado de sus piernas.
—Profe Javi, qué gusto verlo de vuelta, qué bueno que pudo venir.
En realidad nunca hubo alguien más con quien pudiera platicar de tantas locuras en esa escuela. Desde que él era alumno hasta cuando él mismo llegó a ser maestro.
—¿Ya agarraste algo de comida? —le dije, pero era excusa para irnos del resto de la compañía. Nos fuimos a las piezas de pollo empanizado y nuggets, puré de papa y otras delicias que acababan de llegar.
—Profe, ¿ya se dio cuenta de que Darinka se le quedó mirando?
—Es una loca esa Darinka.
—Sí está bien loca... por usted.
—No quiero saber nada de eso.
—Mírela, está al acecho, se la pasa volteando. Me pregunta por usted siempre. El otro día andaba diciendo que quiere hacerle una fiesta de despedida entre usted, ella, Loren y yo.
—Qué lástima que cuando me voy es cuando salen las ganas de despedirme, de celebrarme. ¿Celebrarán que me voy? Me hubieran celebrado mientras estaba.
—Pero es que usted se va cuando Darinka y yo entramos. ¿por qué se va tan pronto?
Le miré fijamente a los ojos. Él y Darinka eran los únicos lazos que me hacían dudar de dejar ese trabajo. Esas locas amistades. Esas personas con las que podía reírme sin necesidad de tener un motivo. Lo miré y pensé que él merecía saber mi verdad, se la merecía, tal vez yo necesitaba sacarla,
—La verdad es que voy de ciudad en ciudad, cambiando de identidad, de rostro, de nombre, de familia y de trabajo. Llego a un lugar, me establezco como un joven empleado, y cuando empiezan a sospechar de que no envejezco, me mudo y sigo mi camino. Y aquí me tienes, al final de una ruta más. Mira a todos los profes allá sentados, ellos me ven y piensan que soy "come años", pero saben en lo profundo que hay algo raro en mí, llevan años mirándome y no he cambiado. Tú me miraste hace años cuando te daba clases, ¿me has visto diferente? Tú sabes que no. La verdad es que llevo siglos haciendo esto. Por eso se me da dar clases de historia, ¡yo la viví!
Se quedó en silencio. Un rostro palidecido lo cubrió. Entonces dejé soltar una carcajada que salió desde mi gaznate y empecé a reír.
—Profe, casi me hace creer que todo eso era cierto. Lo dijo con mucha convicción. Por un momento pensé que era verdad.
—No, cómo crees.
—Profe usted debería escribir ficción.
—¿En serio? Lo consideraré.
—Hey chicos, ¿qué hacen?, llevan mucho rato platicando aquí y parece que se llevaron la fiesta para acá —dijo Darinka mientras se servía sangría como excusa.
—Ya me voy, los dejo platicar —dijo Rolando atrás de ella y con una sonrisa de pillo que no podía disimular.
—Te puedes quedar sin problema... —le dije, pero él ya estaba con el resto de los profes, quienes se nos quedaban viendo y hablaban de nosotros.
—Así que te vas a ir, vas a dejar todo por nada. ¿Vas a empezar una nueva vida tal vez? ¿Cómo podré contactarte? ¿te cambiarás de nombre también?
—Algo así, ¿cómo sabías?
—Quizá soy maga, de las que adivinan y no envejecen.
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xlomimi · 17 days
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Shy Girl. Capítulo 29: I Can See You
¡Hola! voy a publicar el capítulo de mi fanfic sin censura. Tuve que censurarlo por las nuevas políticas de Wattpad. Espero que les guste <3
ミ★ '𝘊𝘢𝘶𝘴𝘦 𝘐 𝘤𝘢𝘯 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘸𝘢𝘪𝘵𝘪𝘯' 𝘥𝘰𝘸𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘩𝘢𝘭𝘭 𝘧𝘳𝘰𝘮 𝘮𝘦 
𝘈𝘯𝘥 𝘐 𝘤𝘰𝘶𝘭𝘥 𝘴𝘦𝘦 𝘺𝘰𝘶 𝘶𝘱 𝘢𝘨𝘢𝘪𝘯𝘴𝘵 𝘵𝘩𝘦 𝘸𝘢𝘭𝘭 𝘸𝘪𝘵𝘩 𝘮𝘦★彡
—Reg... —susurró Reese para comprobar si su novia seguía despierta.
Luego de fallida fiesta en casa de Carly, Hal los había enviado a dormir. Una hora más tarde, Reese se encontraba recostado en su cama con la cabeza de su novia en su pecho mientras Malcolm y Dewey dormían en la cama de dos plazas junto a ellos.
Al oírlo llamarla, Regina movió la cabeza del pecho de Reese para colocarla en la almohada, lo que le permitió conectar sus ojos con los suyos.
—¿Qué pasa? —susurró Regina con algo de cansancio.
—Estaba pensando en lo que dijiste... —dijo Reese misteriosamente.
—¿Qué dije? —murmuró Regina, cerrando los ojos con demasiado sueño como para recordar cualquier cosa.
—Que también quieres que lleguemos hasta el final —le recordó Reese con una sonrisa, llevando su mano a su mejilla para acariciarla.
—¿Qué hay con eso? —preguntó Regina sonriendo con los ojos cerrados al sentir la caricia de Reese.
—Bueno... estamos en una cama... —insinuó Reese. Sorprendida, Regina volvió a abrir los ojos para encontrarse con la sonrisa traviesa de su novio.
—No vamos a hacer eso ahora —susurró escandalizada. Al instante, Reese quitó la mano de su mejilla y la miró como si le hubiera mentido.
—Dijiste que no me detendrías si lo intentaba —respondió Reese en otro susurro.
—Pero en la situación adecuada, no en la habitación con tus hermanos en la cama de al lado —replicó Regina mirándolo como si estuviera loco. —Duérmete —susurró volviendo a cerrar los ojos. 
—¿Cuándo es la situación adecuada? —preguntó Reese con impaciencia, ignorando su pedido.
—No lo sé... —murmuró Regina abriendo los ojos con un pequeño bostezo. —Mañana mis padres no estarán en casa...
—Tus padres nunca están en casa en la tarde —respondió Reese sin ver la novedad. 
—Sí, pero siempre tengo que cuidar a Alec. Mañana tiene práctica de futbol, así que... —dijo Regina esperando que él complete la frase.
—Tendremos la casa solo para nosotros —comprendió Reese con una sonrisa de emoción. —Pero, ¿Tenemos que esperar hasta mañana? —preguntó Reese con tono de queja. —No voy a poder dormir pensando en eso —agregó mirándola con cara de perrito mojado. Luego de un momento en el analizó la expresión de su rostro, Regina suspiró.
—Ten —murmuró Regina finalmente, tomando una de sus manos y pasándola por debajo de la remera que Reese le había prestado para dormir para colocarla sobre uno de sus pechos. Al tocarlo, el rostro de Reese se iluminó. —Diviértete con eso —dijo volviendo a cerrar los ojos con la intención de continuar durmiendo.
Sonriendo como un niño con un nuevo juguete, Reese acomodó la palma de su mano de modo que cubriera el pecho izquierdo de Regina por completo. Al inicio se conformó con mantenerla allí, observándola tratar de dormir. Luego, comenzó a acariciarlo con el pulgar en círculos, sonriendo aún más al verla amagar una sonrisa sin dientes varias veces por la sensación que le provocaba. Eventualmente, decidió que era momento de estrujar suavemente su pecho. Fascinado por la sensación, Reese rio tontamente y repitió la acción riendo luego de cada pequeño apretón. 
Sin poder dormir al oír su risa, Regina abrió los ojos y lo observó reír con una sonrisa de diversión. —¿Qué es tan gracioso? —preguntó. 
—Es muy suave, es divertido tocarlo —explicó Reese en un susurro, riendo tontamente sin dejar de masajear su pecho, lo que la hizo reír también. 
—Lo sé —respondió Regina susurrando entre risas. —A veces lo hago también—admitió.
—No te preocupes, yo lo haré por ti —susurró Reese guiñándole un ojo con una media sonrisa, por lo que Regina tuvo que taparse la boca para no despertar a Malcolm y Dewey con su risa. —¿Puedo? —preguntó posando su mano libre en el borde de su remera mientras continuaba masajeando su pecho con la otra.
—Sí —accedió Regina, permitiendo que Reese pase su mano por debajo de su camiseta. Sin quitar una mano de su pecho izquierdo, emprendió un camino lento con la otra deslizando sus dedos desde su muslo hacia su seno derecho. Regina se estremeció al sentir las caricias de Reese subiendo lentamente. —Reese... —murmuró. Tal vez no había sido tan buena idea dejar que Reese juegue con sus pechos si quería dormir. 
—¿Si? —preguntó Reese con una sonrisa burlona al verla estremecerse al tacto, deteniendo su mano en su abdomen para dibujar círculos con su dedo índice a la vez que hacía lo mismo con su otra mano en su pecho. 
—Deja eso para mañana —susurro Regina con una sonrisa de disculpa, colocando su mano sobre la de él para detener las caricias en su abdomen. 
—Está bien, si es lo que quieres me detendré —respondió Reese riendo, dejando su mano reposar sobre su abdomen. —¿Pero puedo seguir haciendo esto? —preguntó apretando suavemente su pecho con la otra mano, volviendo a reír tontamente al hacerlo. Contagiada por su risa, Regina trató de responder que sí podía si la dejaba dormir, pero ambos se quedaron helados al oír una voz en medio de la penumbra.
—¿Quieren dejar de reírse? —escucharon a Malcolm quejarse en un susurro para no despertar a Dewey. Rápidamente Reese quitó ambas manos de debajo de su remera y se giró con cara de pánico hacia su hermano apoyándose sobre su codo, mientras Regina se escondía detrás de su espalda entre las sábanas sintiendo sus mejillas arder. —Son las... —continuó quejándose Malcolm, sentándose contra el respaldo de su cama y echándole un vistazo al reloj. —...dos de la madrugada, duerman y dejen dormir. 
—¿Qué escuchaste? —preguntó Reese alarmado, ignorando todas las quejas de Malcolm. 
—Solo me despertaron con sus risas, no oí más n... —explicó exasperado, pero se interrumpió abruptamente al percatarse de la expresión de preocupación de su hermano y la timidez repentina de Regina. —¿Por qué? —preguntó Malcolm con los ojos muy abiertos. 
—Por nada —respondieron rápidamente Reese y Regina. 
—Voy a dormir, estoy muy cansado... —agregó Reese, levantando un poco la espalda para volver a acomodarse junto a Regina bajo la mirada perpleja de Malcolm. —Buenas noches —concluyó la conversación dándole la espalda a su hermano y pasando sus manos por la cintura de Regina para dormir por fin. 
Aún sorprendido, Malcolm volvió a recostarse mirando hacia el techo. Retorciendo las sábanas entre sus puños, no podía dejar de pensar en lo que acababa de ocurrir. —Ellos no estaban... —trató de hablar con el lector para eliminar la extraña presión que sentía en el pecho. —No creo que ellos... —murmuró, pero volvió a dejar la frase en el aire. —¿Saben qué? No me importa —dijo finalmente en un intento por quitarle importancia, volviendo a recostarse de lado para dormir. 
•••
—No te limpies las manos en tu remera —reprendió Regina a Reese durante el desayuno, levantándose de su asiento para mojar una servilleta y limpiar la mancha de jarabe de su camiseta. Apenas se dio la vuelta, Reese volvió a hacerlo observando de reojo que no lo notara. 
—Hazle caso a Regina, hijo —dijo Hal, mientras Regina se paraba junto a Malcolm, que buscaba jugo en la heladera, para mojar la servilleta en la pileta de la cocina. —Siempre tienes que usar una servilleta —dijo asintiendo con la cabeza mientras se limpiaba los dedos en la servilleta que llevaba colgada en el cuello de su camisa para no mancharse. 
Girando nuevamente con la servilleta mojada, Regina observó asqueada como Malcolm bebía jugo del pico de la botella para luego pasárselo a Reese, que prácticamente eructó sobre la botella antes de pasársela a Dewey. 
—¿Puedo usar un vaso? —preguntó Dewey igual de asqueado que Regina, sin aceptar el jugo. 
—No, nada que requiera lavarse —respondió Hal con seriedad. 
Entre tanto, Regina volvió a sentarse entre Reese y Dewey para poder frotar la servilleta humedecida sobre la mancha de jarabe en la remera de Reese. Al ver que había una mancha que no estaba antes de que se levantara, Regina lo miró con fastidio, pero él fingió no notarlo. 
—¿Quieres jugo, linda? —preguntó Reese ofreciéndole la botella de jugo. 
—Mmm... no, gracias —respondió Regina arrugando la nariz con asco mientras continuaba limpiando su camiseta. 
—¿Por qué te da asco? Compartimos saliva todo el tiempo —la cuestionó Reese, insistiendo en entregarle la botella de jugo. 
—Pero no comparte saliva conmigo —replicó Malcolm, sentado frente a ellos. 
—Le eructaste al pico de la botella —replicó Regina a la vez, dejando la servilleta a un lado al ver que la mancha ya no estaba. Al levantar la vista se percató de que Reese se acercaba a ella peligrosamente con una sonrisa de picardía. —¡Que ni se te ocurra! —exclamó asqueada, posando una mano en su mejilla para alejarlo de su rostro. Estaba segura de que pretendía eructar cerca de ella. 
 —Basta, niños —los reprendió Hal, quitándose la servilleta del cuello de la camisa para limpiarse las manos. —Limpiemos la mesa —propuso tirando la servilleta sobre  la mesa con todos los platos descartables. 
Al instante, Dewey y Reese se levantaron para buscar una bolsa de basura de un cajón de la cocina, mientras que Hal y Malcolm comenzaron a juntar los platos descartables. Sin conocer la nueva dinámica, Regina se levantó de su asiento para facilitarles el paso, viendo como Reese y Dewey sostenían la bolsa abierta para que Malcolm y Hal pudieran tirar allí todo lo que usaron. Cuando terminaron, Regina se acercó a los chicos para quitar todas las migas de la mesa, limpiándola realmente. 
—Ah, hablé con su madre anoche —comentó Hal abriendo la heladera mientras ellos terminaban de limpiar la mesa. — A todos los extraña mucho y volverá pronto —dijo con una sonrisa. Al oírlo, sus tres hijos voltearon a verlo con expresiones de pánico, por lo que Regina contuvo una carcajada. 
—¿Cuándo? —preguntó Reese alarmado. 
—Unas semanas —aclaró Hal, por lo que sus hijos suspiraron aliviados mientras Regina se reía de ellos. Sonriendo más relajado, Reese tomó la mano de Regina con la intensión de caminar juntos a la escuela. —¡Ah, Reese! —exclamó Hal, haciendo que se detengan para voltear a verlo con Malcolm junto a ellos. —Quiere que limpies las hojas del techo de la cochera cuando regreses de la escuela. 
—¡¿Qué?! —exclamó Reese abriendo mucho los ojos, a la vez que Regina juntaba las cejas y tiraba la cabeza levemente hacia atrás. —¡Pero hoy es el único día que los padres de Reg no están en casa al mismo tiempo que Alec! —replicó Reese. Sintiendo que sus mejillas enrojecer por la vergüenza, Regina apretó su mano levemente para llamar su atención. Al conseguir conectar sus ojos con los suyos, le lanzó una mirada de pánico para que notara lo que acababa de decir. —N-no podremos hacer la tarea —agregó Reese girándose nuevamente hacia su padre en un intento por arreglarlo, pero hasta Dewey lo miraba con incredulidad. 
 —Reese, tu madre... —comenzó a sermonearlo Hal, haciendo la vista gorda ante lo evidente, pero fue interrumpido por las quejas de Reese. 
—¡Esto no es justo! —gritó Reese. —¡Mamá no puede controlarnos si ni siquiera está aquí! 
—Nadie está siendo "controlado" por tu madre —dijo Hal levantando las manos como si lo que acabara de oír fuera una ridiculez. —Por ejemplo, yo invité a un viejo amigo esta noche y aunque no le diremos nada a su madre, ¡No significa que nos controle! —aclaró Hal riendo nerviosamente. —Repito, su madre jamás debe saber esto y eso te incluye, Reg —dijo Hal con tono de advertencia. —Y a ustedes les caerá muy bien Larry, éramos inseparables en la preparatoria. Pero en serio, su madre no debe averiguar que estuvo en la casa —repitió con más enojo. 
Sin responder, Reese abandonó la cocina con fastidio tirando de la mano de Regina a su paso. Aún desconcertada y avergonzada porque Reese prácticamente había gritado frente a la mitad de su familia que pretendían intimar esa tarde, ella dejó que la arrastre con él sin protestar con Malcolm a unos pasos por detrás.
Los tres salieron de la casa y caminaron en silencio por lo menos tres cuadras. Reese estaba demasiado irritado como para hablar. Había fantaseado con mantener relaciones sexuales con Regina desde antes de que iniciaran su noviazgo y su madre se las arreglaba para arruinarlo aún a la distancia. Caminando de la mano con él, Regina mantenía la vista fija en el piso mientras se carcomía internamente por la vergüenza que sentía. En cambio, Malcolm los observaba con diversión.
—Reg, pareces un tomate —se burló Malcolm, ganándose una mala mirada de la pareja.
—Cállate, Malcolm —dijeron ambos entre dientes.
•••
—Hola, tomatito —se burló Madison al ver a Regina entrar en la clase de Literatura junto a Reese con las mejillas coloradas.
—Cierra el pico, North —dijo Reese caminando hacia ella con enojo. Sabía que Regina empeoraría si seguían mencionándolo, solo quería que estuviera bien e iba a pelear con cualquiera que se lo impidiera. Pero Regina lo tomó de la muñeca para detenerlo.
—Está bien, amor, es un chiste —sonriendo levemente para que no le diera tanta importancia.
—Sí, Puercoespín, no saques las púas —se burló Madison para hacerlo enojar más, por lo que Regina le lanzó una mirada de fastidio.
—No ayudas, Maddie —se quejó Regina, empujando a Reese hacia el fondo del aula para que se siente en su lugar, muy alejado de Madison. —Volveré contigo en un momento —dijo besando su mejilla al llegar junto a sus asientos. —¿Si? 
—Está bien... —respondió Reese a regañadientes, sentándose en su banco escolar. Seguía de muy mal humor luego del pedido de su madre, así que simplemente se quedó mirando hacia la ventana con el ceño fruncido mientras su novia se alejaba de él.
—¿Qué le pasa al Puercoespín? —preguntó Madison cuando Regina se sentó provisoriamente en el asiento detrás de ella. —No discutíamos desde esa vez que te tiró del cabello.
—Está enojado porque no podremos vernos en la tarde, su mamá le pidió que limpie el techo de la cochera —explicó Regina haciendo una mueca.
—¿Eso es todo? —preguntó Madison, inconforme con la respuesta. —Ayúdalo a limpiar, problema resuelto.
—Es que íbamos a ir a casa... —trató de que entendiera sin dar muchos detalles, pero Madison seguía mirándola como si ella y Reese hicieran un drama por nada.
—¿Y? Cambien el plan —respondió Madison como si fuera obvio.
—No estás entendiendo —dijo Regina negando con la cabeza suavemente antes de inclinarse hacia ella. Intrigada, Madison imitó la acción. —Mis padres y Alec no estarán en casa esta tarde, así que queríamos... —explicó bajando el tono de voz, pero dejó la frase en el aire asumiendo que su amiga entendería.
Al ver que el rubor volvía a aparecer en las mejillas de Regina, Madison la miró boquiabierta, acababa de comprender la situación. —¡Ah! ¡Hubieras empezado por ahí! —exclamó Maddie, riendo por lo mucho que le costaba a Regina hablar de eso. —O sea que les arruinaron el primer se...—comenzó a decir en un tono demasiado alto a criterio de Regina, por lo que la interrumpió rápidamente.
—¡Shhhh! —exclamó Regina moviendo sus manos delante de ella para que guardara silencio. Madison volvió a reír. —No quiero que todo el mundo se entere —susurró escandalizada, haciéndola reír aún más.
—¿De qué? —preguntó Carly, sentándose en su lugar habitual al entrar al aula, justo al lado del asiento que ocupaba Regina en ese momento. 
—Luego te cuento —respondió Regina sin querer hacer tanto escándalo al respecto allí, pero ya era tarde. 
—Reg y el Puercoespín quieren hacer ñiqui ñiqui —respondió Madison a la vez bajando el tono de voz para no se molestara, pero aún así recibió una mala mirada de Regina. —¿Qué? 
—¿Tienes que decirlo así? —murmuró Regina jugando con el anillo de su mano sintiendo cada vez más calor en sus mejillas. Entre tanto, Carly soltó un suspiro de sorpresa y cubrió su boca para evitar gritar de emoción. 
—¡Yo lo predije! —exclamó alegremente Carly, por lo que Regina y Madison la observaron confundidas. —Cuando Reese trataba de llamar tu atención tirando de tu cabello el año pasado. ¡Yo lo dije! ¡Sabía que cuando fueran novios no te quejarías cuando tirara de tu cabello! 
—¿De qué estás hablando? Nadie dijo nada de eso —replicó Regina extrañada. —Ni siquiera lo hicimos aún, mucho menos tiró de mi cabello —agregó bajando el tono de voz nuevamente. 
—Aún no, pero cuando lo haga, te gustará —respondió Carly guiñándole un ojo. 
—Pero si tú no lo has hecho, no lo sabes —respondió Regina dejando salir una pequeña sonrisa.
—Pero yo sí y sí, te gustará —dijo Madison riendo al final.
—¿Anthony te...? No, espera, no quiero saberlo —dijo Regina arrugando la nariz y negando levemente con la cabeza, haciendo reír a sus amigas.
•••
—Pimpón es un muñeco muy ¡Au! —gritó Dewey cuando otra piedra cayó sobre su pie. Mientras era obligado a cantar y bailar vergonzosamente, Reese le lanzaba piedras a su hermanito con una resortera gracias a la falta de supervisión paterna. —... muy guapo y de cartón ¡Au! —continuó cantando, pero otra piedra impactó contra sus pies. —...se lava la ¡Au! ...la carita con ¡Au! ...con agua y con... —esta vez fue interrumpido por el sonido del teléfono sonando.
—Te toca —dijo Reese para que respondiera mientras él colocaba una piedra sobre la resortera.
—¿Hola? —dijo Dewey al responder el teléfono, pero su expresión se tornó preocupada al levantar la vista. Frente a él, Reese apuntaba con la resortera directo en su cara.
—¡Hola, Dewey! —dijo alegremente Regina del otro lado del teléfono. —Podrías decirle a Re...
—¡Mamá! —gritó Dewey, interrumpiendo a Regina. Al instante, Reese escondió la resortera detrás de su espalda, asustado como si su madre pudiera percibir a distancia lo que le hacía a su hermano.
—¿Me acabas de llamar "mamá"? —preguntó Regina confundida en el teléfono.
—Estamos bien. —dijo Dewey, fingiendo hablar con su madre ante la mirada preocupada de Reese. 
—¿Qué? —preguntó Regina cada vez más confundida. 
—Sí, le preguntaré —continuó fingiendo Dewey —Mamá quiere saber si ya barriste la cochera —preguntó a Reese. 
—¡¿Me canceló por eso y no lo está haciendo?! —exclamó Regina indignada. 
—¡Ya voy! —escuchó gritar a Reese del otro lado del teléfono mientras Dewey sonreía complacido, acababa de encontrar la forma de defenderse de su hermano mayor. 
—¿Quieres decirme qué ocurre? —preguntó Regina a Dewey asumiendo que su novio había corrido a limpiar las hojas del techo de la cochera. 
—Mamá no está y papá trabaja. La casa es una anarquía y soy el eslabón más débil, tengo que defenderme —respondió Dewey, observando a Reese salir corriendo de la casa para ir a la cochera. 
—Entiendo... —dijo Regina con un pequeño suspiro. —¿Qué te hizo Reese? 
—Me lanzó piedras con una resortera —explicó Dewey entre dientes.
—¡¿Qué?! —exclamó Regina entre sorprendida y enojada. —Lo voy a matar —murmuró para sí misma. Al oírla, Dewey abrió mucho los ojos asustado.
—¡No le digas nada! —dijo Dewey desesperado.
—¿No quieres que le diga que no te haga daño? —preguntó Regina sorprendida, eso no se lo esperaba.
—Si le dices sabrá que tú llamaste y perderé la única forma que tengo de defenderme. Por favor no le digas —insistió Dewey con tono de súplica. Regina lo pensó por un momento, pero finalmente cedió. 
—Está bien, no te mencionaré. Dile que llamé luego de tu mamá y que iré en dos horas —pidió Regina
—¡Gracias, Reg! —dijo Dewey alegremente antes de colgar.
•••
—No olvides limpiar las hojas de mi techo sin importar los planes que tengas con tu novia porque soy una vieja mala —se quejaba Reese dos horas más tarde sentado en su cama, imitando a su madre con enojo mientras Regina limpiaba la herida de su codo conteniendo una pequeña risa. Acostado en su propia cama, Dewey observaba a Reese con una sonrisa regodeándose de su sufrimiento discretamente. —¿Qué importa si está mojado y resbaloso? El techo tiene que estar limpio porque soy mala... 
—Reese, te resbalaste por pelear con un gato —dijo Regina sin poder evitar reír, ganándose una muy mala mirada de su novio. 
—¿Te burlas de mí? —preguntó Reese alzando una ceja con una media sonrisa. 
—¿Yo? ¡Jamás! —exclamó Regina fingiendo inocencia justo en el momento en el que oyeron el sonido del teléfono proveniente de la cocina. —Solo te estoy cuidando... —agregó levantando el codo de Reese y dejando un besito suave sobre la curita que le acababa de poner, para luego dedicarle una sonrisa de inocencia.  
—¡Yo contesto! —gritó Dewey antes de salir corriendo hacia la cocina, entrecerrando la puerta a su paso. Apenas cruzó la puerta, Reese inclinó levemente su cuello para comprobar que Dewey no estuviera cerca. Luego de comprobarlo, tomó una de las piernas de Regina para atraerla más hacia él y la colocó sobre su regazo mientras que la otra se mantenía detrás de su espalda, por lo que sus piernas rodeaban la cadera de Reese.  
—No... yo sí creo que te burlas de mí —dijo Reese con tono divertido, deslizando su mano derecha por la pierna de Regina que mantenía en su regazo desde la rodilla hasta el muslo.  
—Mmm... no sé qué te hace pensar eso... —respondió Regina juguetonamente, pasando sus brazos alrededor de su cuello y cruzando sus piernas alrededor de su cadera. —Simplemente mencioné que el gatito parecía el chico malo entre los dos —agregó manteniendo su tono inocente, pero con una sonrisa burlona en su rostro. 
—Ah, ¿Eso crees? —preguntó Reese con una sonrisa traviesa, lo había tomado como un desafío. —Veremos si sigues pensando que el gato es más malo que yo luego de que haga esto —en un instante, Reese hundió su rostro en el cuello de Regina para comenzar un camino de besos hasta su clavícula mientras continuaba acariciando el muslo de su pierna derecha. Sabía que sentía muchas cosquillas en esa zona y había conseguido el efecto deseado. Sin poder evitarlo, ella rio a carcajadas al sentir los labios de Reese recorrer su cuello. 
En un intento por evitar que continúe torturándola, Regina posó las manos sobre sus hombros y trató de alejarse de él tirando la espalda hacia atrás, pero no fue suficiente. Debido a la fuerza que Reese aplicó para mantener los labios en su cuello, Regina cayó de espaldas en la cama riendo cada vez más fuerte con su novio sobre ella dejando suaves besitos en su cuello y dibujando círculos en su muslo izquierdo. 
Lentamente, Reese comenzó a llevar sus besos desde su cuello a su mandíbula, luego de su mandíbula a su mejilla y, finalmente, unió sus labios en un beso desesperado. Sin dudarlo, Regina correspondió el beso acercándolo más a ella por el cuello. En medio del beso, Reese deslizó su mano por su pierna hacia el borde de su blusa. Aún sobre la tela, Reese acarició su abdomen como pidiendo permiso en silencio para meter una mano debajo de su blusa, lo que la hizo volver a la realidad. Rápidamente, separó sus labios y colocó una mano sobre la de Reese, evitando que continuara su camino hacia sus senos.  
—¡Espera, espera! —dijo Regina bajando el tono de voz a pesar de que no había nadie en la habitación. Sin comprender por qué lo detenía, Reese alejó un poco su rostro del de Regina esperando su explicación. —Dewey volverá en cualquier momento... 
—¿Quieres que vayamos al armario? —preguntó Reese en broma, sonriendo burlonamente. Riendo, Regina le dio una pequeña palmadita en el hombro, lo que también lo hizo reír. Justo cuando Dewey entraba en la habitación, Reese se levantaba de encima de Regina para sentarse y le ofrecía una mano para que hiciera lo mismo. 
—Sí, mamá, aquí está Reese —dijo Dewey parándose en la puerta de la habitación con el teléfono en la oreja. Al oírlo mencionar a su madre, Reese volteó a verlo preocupado y se levantó de la cama apenas Regina estuvo sentada. —Sí, se lo diré. ¿De verdad tiene que desvelarse toda la noche? ¿No puede reparar mi bici mañana? —preguntó Dewey al teléfono. Comprendiendo lo que hacía, Regina miró al niño con el ceño fruncido. —Bueno, tienes razón. El sábado en la mañana es el mejor día para salir —respondió al teléfono. Derrotado, Reese  suspiró con fastidio antes de volver a girarse hacia Regina. 
—Lo siento, amor, tengo que reparar la bici de Dewey —murmuró Reese, haciendo una mueca de fastidio. 
—No es nada, entiendo —respondió Regina apretando los labios en una sonrisa sin dientes. —Voy a volver a casa, mis padres ya deben haber llegado —agregó, levantándose de la cama de su novio.
—Te acompaño —dijo Reese rápidamente. — Y prometo que iré a verte mañana por la tarde —agregó antes de colocar las manos en sus mejillas para volver a besar sus labios.
—Te estaré esperando entonces —respondió Regina con una sonrisa, dejando un último beso rápido en sus labios antes de separarse definitivamente.
Luego de mirarla embobado por unos segundos, Reese entrelazó sus manos para guiarla hacia la puerta con él. Antes de cruzar la puerta, Regina soltó su mano para darle a Dewey un abrazo de despedida mientras él la esperaba en el pasillo.
—Adiós, Dewey —dijo Regina, inclinándose para abrazar al niño que pasó sus brazos por detrás de su espalda en respuesta. —No dije nada porque lo merece por la resortera, pero no te pases con él —le advirtió en un susurro antes de soltarlo.
•••
—Gracias por acompañarme —dijo Regina con una sonrisa cuando estuvieron en la puerta de su casa, jugando con la mano de Reese.
—No iba a dejar que volvieras sola de noche —respondió Reese levantando sus manos unidas para dejar un besito en sus nudillos. Regina rió por el gesto y dejó un beso en su mejilla antes de soltar su mano para introducir la llave en la puerta. —Y mañana... —agregó Reese, posando una mano sobre la suya para evitar que girara la llave. —...podríamos terminar lo que empezamos —concluyó con picardía, por lo que Regina giró nuevamente hacia él sin soltar la llave.
—Claro, será muy divertido que mi mamá entre de golpe —respondió Regina irónicamente, sacándole una carcajada. —Creo que tendrá que ser el próximo viernes, cuando Alec vuelva a tener práctica de fútbol —dijo con una sonrisa de disculpa.
—¿El viernes? —dijo Reese como un quejido, quitando la mano para que pudiera hacer girar la llave. —¿No podemos encerrar a Alec en su cuarto el lunes hasta que lleguen tus padres? —preguntó tirando la cabeza hacia atrás. Regina rió creyendo que estaba bromeando, pero Reese hablaba muy en serio.
—No creo que se deje encerrar —respondió Regina riendo mientras giraba la llave por fin. —Aunque tal vez si tú lo convences... —dijo pensándolo mejor, sin llegar a abrir la puerta. Al oírla, a Reese se le iluminó el rostro.
—Cierto, soy su héroe. Me hará caso —dijo Reese con orgullo, haciéndola reír.
—Sí, lo eres —respondió Regina entre risas. —Y justamente por eso dudo que te haga caso —agregó abriendo la puerta por fin.
—No sé qué estás insinuando —respondió Reese, fingiendo no comprender con diversión mientras se acercaba a ella para recibir un beso de despedida. Regina volvió a reír y se acercó a él para rodear su cuello con las manos, de espaldas la puerta abierta de su casa, mientras Reese pasaba sus manos por su cintura. Poniéndose de puntitas de pie, Regina estaba a punto de cumplir su deseo cuando la voz de su madre detrás de ella la detuvo. 
—¿Necesitas otra cosa para tu operación? —escucharon preguntar a Caroline. Confundida, Regina volvió a estabilizar sus pies en el suelo y soltó el cuello de su novio para dar unos pasos dentro de la casa, ignorando el quejido de Reese al darle la espalda. Justo frente a la puerta, Caroline y Phineas bajaban las escaleras lentamente conversando con la vista fija en los escalones, por lo que no notaron a su hija y su novio en la entrada. 
—Mmm... creo que debo comer helado —respondió Phineas pisando el segundo escalón, lo que hizo su esposa se detuviera un escalón por debajo de él para observarlo confundida. Entre tanto, Regina escuchaba desde la puerta sin entender de qué operación hablaban con Reese tratando de llamar su atención. 
—En realidad no creo que se coma helado para... —comenzó a decir Caroline arrugando la nariz, pero Phineas la interrumpió. 
—Perdón, ¿Es una vasecto-tuya o una vasecto-mía? —preguntó Phineas posando una mano en su hombro e inclinando la cabeza. Desde la puerta, tanto Reese como Regina abrieron los ojos sorprendidos. 
—...iré a pedir helado —respondió Caroline luego de un pequeño momento de silencio, a lo que Phineas sonrió complacido. 
—¿Papá va a hacerse una vasectomía? —preguntó Regina sorprendida, logrando que sus padres levanten la vista hacia ellos.
—¿Le van a cortar su...? —preguntó Reese con expresión de horror, dejando la frase a la mitad. 
—Ay por dios, mira la cara de horror del chico —susurró Phineas a su esposa, el terror que le generaba la operación comenzaba a reaparecer. A su lado, Caroline trataba de calmarlo haciéndole señas para que respire profundo. —Me arrepentí. No puedo hacerlo, no puedo hacerlo, ¡No puedo hacerlo! —murmuró entrando en pánico antes de salir corriendo por las escaleras hacia su cuarto.
—¡Cariño...! —exclamó Caroline tratando de detenerlo, pero Phineas ya estaba en mitad del pasillo que daba a la habitación matrimonial. Al ver que tendría que calmar sus nervios otra vez, Caroline suspiró con cansancio antes de voltear nuevamente hacia los adolescentes. —No se asusten, solo es una pequeña intervención quirúrgica que tu padre se hará mañana... —dijo Caroline con tono tranquilizador, dando pequeños vistazos en la dirección en la que se había ido su esposo. —Tendrás que cuidar a Alec mañana por la tarde, me quedaré con él hasta que le den el alta —agregó sin prestarles mucha atención. Si lo hubiera hecho, probablemente habría notado las miradas cómplices compartieron Reese y Regina, pero estaba demasiado ocupada pensando en su esposo. —Reese, ¿Te quedas a cenar? —preguntó volviendo su atención hacia ellos justo cuando despegaban la mirada uno del otro. 
—Gracias, señora Langdon, pero tengo que volver a arreglar la bicicleta de Dewey —respondió Reese, usando el tono educado que solo sacaba a relucir con la madre de su novia. 
—Oh, será la próxima vez. ¡Envíale saludos a Hal! —exclamó Caroline mientras subía las escaleras para consolar a su esposo. 
—Bueno... —dijo Reese con una sonrisa apenas Caroline desapareció por las escaleras, acercándose nuevamente hacia Regina para pasar sus manos por su cintura. — Tendremos que adelantar nuestros planes para el lunes...
—Sí, se te ve muy triste por eso —respondió Regina con una pequeña risa antes de dejar un beso rápido en sus labios como despedida. —Hasta mañana.
•••
—¡Hecho! Alec no saldrá del patio hasta que lleguen tus padres —dijo Reese muy orgulloso de sí mismo entrando por la puerta que conectaba el jardín a la sala de la casa de los Langdon el sábado en la tarde.
—¿En serio? ¿Cómo lo hiciste? —preguntó Regina sorprendida, observándolo caminar hacia ella desde el sofá.
—Le prometí un par de secretos de Dewey si se quedaba en el patio —respondió Reese mientras se sentaba a su lado.
—El mejor hermano del mundo —dijo Regina irónicamente, haciéndolo reír.
—No te vi muy en contra de la idea de encerrar a tu hermano con llave en una habitación—replicó Reese entre risas.
—Shhh —dijo Regina riendo a la vez que se deslizaba más cerca de él, pasando las piernas por encima de su regazo y abrazándolo por el cuello para acercar sus rostros. Con una gran sonrisa, Reese se dejó atraer pasando la vista embobado entre sus ojos y sus labios hasta Regina rompió por fin la distancia entre ellos. 
El beso era lento y dulce en un inicio, incluso podían sentir la sonrisa del otro sobre sus labios. Mientras Regina acariciaba la parte baja de su nuca, Reese deslizó sus manos por su cintura y, a medida que los besos se hacían más intensos, comenzó a acercarla más hacia él al punto de sentir su pecho pegado a su torso.
Totalmente perdida entre sus besos, Regina ni siquiera notó que Reese colocaba una mano por debajo de sus rodillas y otra sobre su cintura para levantarla suavemente hasta que se vio a sí misma sentada por completo en su regazo. Lentamente, Regina acomodó sus piernas a cada lado de las de Reese tratando de separar sus labios la menor cantidad de tiempo posible.
Entre tanto, él deslizó una de las manos por debajo de su remera. Regina se estremeció ante el tacto frío recorrer su abdomen hasta llegar a su pecho derecho. Al sentir que comenzaba a masajear su seno, ella movió las manos de sus hombros a sus mejillas para profundizar los besos, volviéndolos más desesperados. Para Reese esto fue una súplica de atención al pecho izquierdo, por lo que repitió la acción con la otra mano.
Casi sin quererlo, Reese descubrió algo nuevo sobre los senos. Mientras jugaba con ellos, rozó por accidente el pezón derecho de su novia. Fascinado, rompió el beso para observarla con un brillo en los ojos. La había oído jadear sobre sobre sus labios.
Sin notar el motivo de la expresión de Reese, Regina aprovechó la oportunidad para recorrer el camino desde la comisura de sus labios hasta su cuello con pequeños besitos. A la vez, Reese continuó jugando con sus pechos, pero esta vez no solo los masajeaba. Con delicadeza, comenzó a apretarlos desde la base hasta los pezones, sorprendiéndose al sentir que se endurecían debajo de sus dedos. Pero lo que más le gustaba era oír a Regina soltar pequeños jadeos cada vez que los tocaba.
—¿Subimos... a mi cuarto? —murmuró Regina haciendo una pequeña pausa al estremecerse por la atención de Reese en sus pezones.
—Por supuesto —respondió Reese con una sonrisa de picardía, volviendo a conectar sus labios sin dejar de jugar con sus pechos. Entre besos y pequeños jadeos, Regina comenzó a incorporarse con la intención de caminar hacia las escaleras, pero Reese se lo impidió. Rápidamente, alejó las manos de sus senos para volver a colocarlas en su cintura, sentándola en su regazo a horcajadas de un tirón. Confundida, Regina detuvo los besos para esperar una explicación. —Así no —respondió simplemente.
—¿Entonces cómo...? ¡Ay! —exclamó Regina riendo. En un segundo, Reese deslizó sus manos por debajo de sus piernas y se levantó del sofá con Regina aferrada a él. Para no caer, rodeo su cuello con los brazos y su cadera con las piernas mientras él subía las escaleras casi trotando.
En menos de un minuto llegaron a la habitación. Cerrando la puerta con el pie, Reese se arrojó sobre la cama con Regina riendo debajo de él. —¿Te parece divertido? —dijo Reese con una sonrisa burlona, quitando las manos de sus muslos para sostenerse sobre ella con los antebrazos apoyados a sus lados.
—Muy divertido —respondió Regina riendo antes de volver a dejar besitos cortos en sus labios. Colocando las manos detrás de su nuca para profundizar el beso, hizo caer su peso por completo sobre ella.
—A mí me parece divertido que no te hayas puesto sujetador —dijo Reese entre besos, aprovechando que ya no necesitaba sostenerse con sus brazos para volver a deslizar sus manos por debajo de su remera. —Aunque no puedo quitártelo si no lo llevas puesto...
—Oh, lo siento. ¿Quieres que me ponga uno? —preguntó Regina con diversión. —Porque están en ese cajón, podría... —dijo señalando hacia el armario, pero Reese la interrumpió.
—¡No! —exclamó Reese rápidamente antes de volver a unir sus labios, haciéndola reír en medio del beso. —Así estás perfecta... —agregó con una sonrisa traviesa mientras se alejaba unos centímetros para empezar a levantar su remera lentamente. Con una pequeña sonrisa, Regina permitió que quite la camiseta por completo mientras jugaba con el cinturón del pantalón de Reese.
Una vez que arrojó la remera de Regina en alguna parte de la habitación, Reese observó fascinado sus propias manos caer con delicadeza sobre los pechos desnudos de su novia. Riendo por su expresión de embobado, Regina bajó los besos hacia su cuello, viendo de reojo la sonrisa de disfrute de Reese. Pero no pudo hacerlo por mucho tiempo ya que él puso el rostro a la altura de su pecho izquierdo para poder dejar pequeños besitos sobre él a la vez que continuaba masajeando el otro con la mano. Luego de unos minutos, lo introdujo por completo en su boca. Regina contuvo la respiración por unos segundos sorprendida antes de las manos al cabello de Reese. 
—Reese... —murmuró Regina, aunque sonó más bien como un jadeo al sentir la lengua de Reese hacer círculos sobre su pezón. Con una media sonrisa, Reese levantó la vista hacia ella mientras continuaba con su tarea, disfrutando hacerla retorcerse debajo de él. —Reese... —repitió tratando de calmar su respiración y deslizando sus manos a sus mejillas para apartar su boca de su pecho. A pesar de que lo estaba disfrutando, quería que le prestara atención antes de seguir. Suponiendo que tenía otra idea en mente, él se dejó guiar hasta que volvió a enfrentar sus rostros. —Trajiste protección, ¿Verdad? —preguntó Regina entre pequeños besos, mucho más cuerda al no tener la lengua de su novio sobre su pecho. 
—¿De qué hablas? —preguntó Reese sin dejar de besarla, manteniendo sus ojos cerrados con una sonrisa placentera sin dientes. 
—Ya sabes... un condón —respondió Regina rompiendo los besos y alejándose unos centímetros para verlo mejor. Como respuesta, Reese juntó sus cejas confundido. —¿Esa cosa que tienes que ponerte para no dejarme embarazada? —explicó, aunque sonó como una pregunta al ver que ni siquiera sabía qué era. 
—Ah, sí, claro. Sé lo que es —respondió Reese asintiendo con la cabeza, cosa que era claramente una mentira. 
—¿Entonces tienes uno? —preguntó Regina. Sabía que estaba mintiendo, pero a la vez se aferraba a la posibilidad de que en verdad tuviera uno para continuar. Al ver que Reese le dedicaba una sonrisa de disculpa, Regina suspiró frustrada. 
—Relájate —dijo Reese sin darle importancia, volviendo a unir sus labios en pequeños besos para poder seguir hablando. —Podemos arriesgarnos —agregó, comenzando a bajar sus besos para volver a poner su atención en sus pechos.
—¿Arriesgarnos? —repitió Regina pestañeando varias veces mientras él continuaba con su camino de besos hacia sus senos. 
—Ajá... —murmuró Reese llegando por fin a su pecho derecho para dejar pequeño besitos en él, repitiendo su accionar previo con el izquierdo. Antes de que pudiera meterlo en su boca, Regina salió de su estupefacción y lo alejó de un tirón, empujándolo a un lado de la cama para dejara de estar sobre ella. —¡Oye! ¿Cuál es el problema? Te gustó cuando lo hice en el otro—se quejó mirándola con el ceño fruncido. 
—¿Arriesgarnos? ¡¿Arriesgarnos?! —repitió Regina indignada levantándose de su cama. Una vez de pie, comenzó a buscar su remera por el suelo mientras cubría sus senos con un brazo. —¡Ni loca me arriesgo a tener un bebé! ¡¿Estás demente?! —exclamó encontrando por fin la remera y volviendo a ponérsela.
—Pero nos estábamos divirtiendo —replicó Reese con tono de queja.
—Y nos seguiremos divirtiendo cuando consigas protección —respondió Regina tomando su mano y tirando de él para obligarlo a levantarse, ignorando sus quejas.
—Estás enojada, no vas a querer cuando vuelva —protestó Reese mientras era arrastrado por su novia fuera de la habitación.
—No estoy enojada, solo... ¡¿Arriesgarnos?! —repitió, aún sin poder creer que haya dicho eso. 
—Eso solo prueba mi punto —dijo Reese bajando las escaleras detrás de ella. 
—No porque mientras tú vas a una farmacia yo... —comenzó a hablar una vez que llegaron al final de las escaleras, pero se detuvo por unos segundos a pensar cómo seguiría la frase. —...voy a darme una ducha para relajarme —concluyó finalmente. 
—Está bien... —respondió Reese haciendo una mueca. —Compraré condones —concluyó. 
—Genial —dijo Regina dejando un beso en su mejilla antes de abrir la puerta, pero Reese no tuvo tiempo de salir de la casa. 
—¡Ah! ¡Hola! Estábamos por tocar el timbre —exclamó Mitchell, el tío de Regina, terminando de cerrar la puerta de su auto mientras su esposo sacaba a Lily del asiento trasero. 
Olvidando lo que acababa de ocurrir, Reese y Regina compartieron miradas de preocupación. Una de las cosas que dejó bien en claro Caroline cuando abandonó la casa esa mañana era que Reese no podía entrar. Aunque no era su madre, los habían descubierto. 
—Hola... —dijo Regina volviendo su vista hacia sus tíos, tratando de mantener la calma con una sonrisa forzada. Entre tanto, Mitch y Cam se acercaron a ellos con Lily en brazos.  
—Phineas nos dijo que Alec y tú estarían solos durante su operación. Así que pensamos que necesitarían compañía, pero veo que ya la consiguieron —comentó Cameron lanzándole una mirada cómplice a los adolescentes, por lo que Regina se ruborizó y Reese sonrió con incomodidad. 
—¿Entonces van a quedarse? —preguntó Regina para cambiar casualmente el tema, aunque le interesaba mucho que se fueran. 
—¡Ay, no! Lily es la compañía —respondió Mitch antes de volver al auto para sacar un bolso con algunas pertenencias de la bebé. Desde la entrada, Reese y Regina lo miraron con impotencia.  
—No tenemos mucho tiempo, pero estará con ustedes por un par de horas —dijo Cam entregándole a la bebé a Regina. 
—P-pero no podemos cuidar a Lily —respondió Regina con nerviosismo, aunque sostenía a su prima en brazos, observando a su tío Mitch dejar un bolso de bebé junto a ella.
—Sí, estamos haciendo tarea —concordó Reese tratando de sonar convincente, utilizando la misma excusa que le había dado a su padre.  
—Sí, claro. Díselo a tu cabello despeinado y a sus pezones erectos —respondió Cam con una sonrisa que indicaba que no iban a engañarlo, haciendo que el rostro de Regina enrojeciera aún más y que Reese hiciera una mueca de fastidio. 
—Cam, deja de molestarlos y vámonos, se hace tarde —dijo Mitchell haciéndole señas para que volviera al auto con él. 
—Tienes razón vámonos. Recuerda que debe tomar una siesta en una hora, pero no más de media hora o no dormirá en la noche —advirtió Cam a Regina antes de seguir a su esposo hacia el auto. 
—¡Y no le diremos a Caro que Reese estaba aquí! —agregó Mitchell abriendo la puerta del auto. 
Resignados, Reese y Regina se despidieron de ellos desde la entrada, observando el auto alejarse. Cuando ya no pudieron ver el auto, Regina entró en la casa con la bebé en sus brazos mientras Reese cerraba la puerta detrás de ella. 
—Genial, tenemos el bebé sin la diversión —dijo Reese con fastidio, observando a Lily jugar con el cabello de Regina. 
—¿Ves por qué no hay que arriesgarse? —respondió Regina igual de fastidiada que él, entregándole a la bebé mientras él hacía una mueca. —Voy a ponerme un sostén, dile a Alec que ya puede entrar. 
•••
—Creo que Reese y yo tenemos una maldición de celibato o algo así —dijo Regina con hartazgo, tapándose el rostro con las manos.
El lunes durante el almuerzo, se encontraba sentada en la mesa que siempre ocupaba con sus amigas quejándose de su mala suerte. Habían pasado días desde que había comenzado a tratar de tener más intimidad con Reese, pero aún no habían conseguido avanzar más allá de segunda base.
—No seas exagerada, no puede ser tan malo —dijo Danny riendo, logrando que Regina quite las manos de su rostro para mirarla.
—La última vez que lo intentamos terminamos cuidando un bebé. ¡Un bebé! —repitió como si hubiera un mensaje encriptado en ese suceso.
—Uy, sí. El universo te está diciendo que no lo hagas o quedarás embarazada —se burló Maddie en broma, pero Regina pareció tomarlo en serio.
—¿Tú crees? —preguntó con tono de preocupación.
—Reg, si tienes miedo no es necesario que lo hagas —dijo Lorelai riendo.
—No, no, no. Sí que quiero hacerlo —dijo Regina muy segura de lo que decía. —Tengo muchas ganas de hacerlo, en realidad —admitió jugando con sus manos algo avergonzada. —El sábado Reese estuvo tan bien que... me dejó... —dejó la frase a medias demasiado avergonzada como para continuar.
—¿Mojada y con ganas de más? —supuso Danny con diversión.
—Sí —confirmó Regina volviendo a cubrirse el rostro con las manos mientras sus amigas se reían de ella.
—Ya encontrarán un lugar en donde hacerlo —dijo Talía para tranquilizarla, pero no surtió efecto.
—Es imposible... —murmuró Regina quitando sus manos de su rostro, acababa de sonar el timbre que indicaba el inicio de la siguiente clase. —Mi papá estará en casa toda la semana por la operación y su casa siempre está llena de gente. Perdimos nuestra oportunidad el sábado —explicó mientras las siete se levantaban y comenzaban a caminar hacia el aula.
—Entonces háganlo en la escuela —sugirió Carly.
—¿En la escuela? —repitió Regina arrugando la nariz. A unos metros de ellas pudo ver a Reese caminar de frente directamente hacia ellas.
—¡Sí! Bueno, no en un lugar en qué puedan verlos. Tal vez el armario de limpieza... —se explicó mejor Carly.
—¡Uh! Pueden escabullirse de una clase, es excitante —agregó Melody con emoción mientras se acercaban más a la puerta del aula.
Regina no respondió durante unos segundos, estaba demasiado distraída observando a Reese acercarse a ella. Se veía tan lindo y lo necesitaba tanto que sentía su estómago estrujarse. Cuando llegaron por fin frente al aula, la cantidad de gente que se acumuló provocó que Reese y Regina cruzaran por la puerta uno al lado del otro. Al rozar su brazo con el suyo Regina sintió que se le erizaba la piel.
—No lo sé... —respondió finalmente a sus amigas.
•••
Reese y Regina no llegaron al final de la clase. Luego de una hora de pequeños coqueteos desde sus asientos, él le había susurrado que buscara una excusa para salir del salón antes de levantarse y, luego de pedir permiso a la profesora, salir él mismo del aula. Diez minutos más tarde, Regina siguió sus pasos. 
No tardó mucho en encontrar a Reese. Aún desde la puerta del aula pudo verlo esperándola al final del pasillo, recostado en la pared sonriéndole desde la distancia. Comprobando que no había nadie que pudiera verlos, Regina caminó hacia él a paso rápido. Al llegar, descubrió que no era casualidad que la esperara al final del pasillo. Reese estaba recostado justo junto a la puerta del cuarto de limpieza. 
Sin perder el tiempo, Reese se abalanzó sobre sus labios apenas la tuvo enfrente, haciéndola chocar contra la pared. Mientras él sostenía sus mejillas con las manos para inclinar su rostro unos centímetros hacia arriba y así profundizar el beso, Regina tanteó la pared detrás de su espalda en busca de la manija de la puerta. Cuando la encontró, la abrió rápidamente y caminó de espaldas con Reese aún sobre sus labios. Dejando un último beso, Reese se separó para girarse a cerrar la puerta. 
—Mira... —dijo Reese luego de cerrar la puerta con una sonrisa triunfante, sacando del bolsillo de su pantalón una tira de preservativos para enseñársela. Regina observó la tira de preservativos conteniendo una pequeña risa, había al menos cinco allí. 
—Creo que solo necesitaremos uno —dijo Regina con diversión, tomando la tira de su mano para desprender uno. 
—Eso ya lo veremos, nunca se sabe —respondió Reese encogiéndose de hombros con picardía, haciéndola reír, a la vez que dejaba la tira sobre la estantería que se encontraba detrás de su novia. 
Siguiendo sus movimientos con los ojos, Regina no pudo contenerse más. Dando un pequeño saltito, volvió a unir sus labios en un beso desesperado mientras se sostenía de sus hombros para mantenerse a su altura. Rápidamente Reese llevó las manos a sus muslos, levantándolos levemente para que rodeara su cadera con sus piernas, cosa que Regina hizo al instante. Entre besos, Reese dio un par de pasos hacia delante, haciéndola chocar contra la estantería llena de artículos de limpieza para sentarla en el borde de uno de los estantes. Al hacerlo, la estantería de metal se movió tanto que hizo un gran estruendo. Rompieron el beso del susto, pero al instante comenzaron a reír. 
—Tenemos que ser silenciosos —susurró Regina tratando de mantener su risa en un tono bajo. 
—Lo sé, lo siento —respondió Reese entre risas en otro susurro. 
Cuando ambos se calmaron, Reese volvió a besarla suavemente, pero de a poco comenzó a volverse más intenso. Abandonando sus muslos al ver que podía sostenerse por su cuenta, deslizó las manos por debajo de su blusa para jugar con las tiras de su sujetador, moviendo nuevamente la estantería por accidente, pero esta vez no le dio importancia. Entre tanto, Regina rompió el beso para mirar hacia arriba, se había percatado de que una caja se balanceaba peligrosamente sobre sus cabezas con el movimiento de la estantería metálica. Por su parte, Reese ni siquiera lo notó, estaba demasiado ocupado llevando los besos a su cuello y buscando el broche de su sujetador. Normalmente eso le hubiera causado cosquillas, pero estaba tan distraída con el ruido de la estantería y el movimiento de la caja sobre ellos que apenas sintió un cosquilleo. 
—¿Me ayudas? No encuentro el broche —susurró Reese, despegando los labios de su cuello para volver a dejar pequeños besitos sobre sus labios. 
—¿Ah? —preguntó Regina confundida, bajando la vista para prestarle atención. Había estado demasiado inmersa en los ruidos que podrían hacer que los descubrieran. 
—El broche del sujetador —repitió Reese entre besos. 
—Ah, sí —respondió ladeando un poco la cabeza. Al oír su tono de voz, Reese detuvo sus besos. La conocía lo suficientemente bien como para saber que algo no iba bien. —Es que este es distinto, no está ahí —explicó colocando sus manos encima de las de él detrás de su espalda para guiarlas hacia el espacio entre sus senos, dejándolas justo encima del broche. 
—¿Qué pasa? —preguntó Reese un poco preocupado, quitan las manos de debajo de su blusa para colocarlas en su cintura. Imitando el gesto, Regina volvió a dejar las suyas sobre sus hombros.
—Nada, solo me distrae un poco el ruido. Siento que nos van a encontrar aquí y... —explicó apenada, pero dejó la frase en el aire. 
—...y no quieres hacerlo aquí —concluyó Reese. 
—No... lo siento —respondió Regina abrazándolo por el cuello apenada. 
—No tienes que disculparte —respondió Reese dando unos pasos hacia atrás dentro de lo que podía en ese pequeño cuarto, permitiendo que Regina vuelva a colocar los pies en el piso. —Quiero que te sientas cómoda y que ambos lo disfrutemos —agregó, haciéndola sonreír enternecida y abrazarlo con más fuerza. En respuesta, Reese la abrazó por la cintura y dejó un beso en su frente antes de que Regina apoyara su cabeza en su hombro. Se mantuvieron en esa posición por varios minutos hasta que Regina rompió el silencio. 
—Aunque admito que hubiera sido un poco romántico que nuestra primera vez fuera aquí —dijo Regina con una pequeña risa. Sin comprender a qué se refería, Reese la miró extrañado. 
—¿Romántico? —repitió alzando las cejas. 
—Sí... bueno... aquí fue donde nos escondimos del prefecto el año pasado, ¿Recuerdas? El día que me prestaste tu remera —explicó Regina, separándose de su hombro para mirarlo a los ojos. 
—Es verdad —confirmó Reese dejando ver una sonrisa al recordarlo. —Estabas llorando —agregó deslizando un mechón de su cabello por detrás de su oreja. 
—Sí, estaba llorando —recordó Regina con leve sonrisa. —Y tú fuiste muy dulce conmigo ese día... 
—Ah, por eso sería romántico —comprendió Reese, acercándola más hacia él. 
—Bueno, mas bien porque... creo que ese fue el momento en el que empecé a enamorarme de ti —explicó Regina sintiendo una timidez repentina, por lo que bajó la vista mordiéndose el labio inferior al terminar de hablar. Al volver a mirarlo a los ojos, se encontró con la gran sonrisa de alegría de Reese justo antes de que volviera a inclinarse para besarla con ternura, quitándole la timidez por completo. 
•••
—Sí, mamá. Mi cama ya está donde da el sol y la cama de Reese está en el armario como querías —dijo Dewey entrando en su habitación con el teléfono en su oreja, mirando con una sonrisa sin dientes a Reese empujando su cama en el armario.
—¡Esto es ridículo! —exclamó Regina con hartazgo, parada detrás de Reese con los brazos cruzados. —Los padres de Talía llegarán en una hora y ya no podrá prestarnos su casa para... —comenzó a quejarse, pero se detuvo con nerviosismo al recordar que Dewey seguía ahí. —...hacer la tarea —agregó, maldiciéndose mentalmente por usar la misma excusa tonta de Reese.
—¡Voy tan rápido como puedo! —respondió Reese terminando de poner la cama en el armario y pasando junto a ella para agacharse a mover la cama grande.
—Lo está haciendo muy bien mamá, deberías dejarlo descansar —dijo Dewey al teléfono, sentándose en la cama grande mientras Reese la movía hacia la ventana.
—Gracias, Dewey. Eres un buen hermano —dijo Reese con una sonrisa. A su lado, Regina miró al niño con el ceño fruncido.
—Dijo que no —respondió Dewey.
—Amor, ¿No te parece un poco extraño que tu mamá solo llama para que arregles la bici de Dewey, que cambies los muebles de lugar de Dewey...? —trató de hacerlo razonar por cuarta vez en el día para que se diera cuenta por sí mismo de lo que ocurría, pero Reese solo la miró confundido desde el suelo.
—¿Qué insinúas? —preguntó Reese pasando la vista entre Dewey y ella.
—No lo sé, ¿Tú qué crees? —replicó Regina mirándolo como si fuera obvio.
—Oye, si quieres habla tú con ella —intervino Dewey al ver que estaba a punto de lograr hacer que Reese lo descubra, tendiéndole el teléfono.
—¡Ah! ¿Vas a desafiarme, duende maligno? —exclamó Regina indignada, colocando sus manos en su cintura. —Por supuesto que hablaré con ella —dijo con una sonrisa desafiante, por lo que Dewey abrió mucho los ojos. Sabía que estaba tirando demasiado de la paciencia de Regina para mantener su defensa contra Reese. De mala gana, dejó que Regina le quitara el teléfono de las manos. —Hola, señora Wilkerson —dijo Regina mirando fijamente a Dewey, mientras Reese escuchaba con preocupado detrás de ella. Por supuesto, no era Lois, solo era la contestadora. —Reese prometió que saldría conmigo esta tarde... Sí, ¡Gracias! —exclamó fingiendo que Lois le permitía llevarse a Reese, quien alzó los puños a modo de festejo a la vez que Dewey apretaba los labios. —Ah, ¿Quiere que Dewey regrese la cama de Reese a su lugar? Sí, le diré. Adiós —agregó Regina antes de colgar el teléfono y devolvérselo, por lo que el niño la miró con los ojos entrecerrados. 
—¡Genial! —exclamó Reese, caminando hacia ella para tomar su mano. —No olvides poner las sábanas —advirtió a Dewey con tono amenazante antes de tirar de la mano de su novia para salir de la casa. 
 •••
Zafarse del engaño de Dewey no sirvió de mucho. Ni siquiera llegaron a entrar en casa de Talía, desde la ventana pudieron ver a sus padres mirando la televisión en el sofá.
Cinco horas más tarde, Regina leía en su habitación cuando oyó el sonido ya familiar de unos pequeños golpes en su ventana. Rápidamente dejó el libro a un lado de su cama y corrió a abrir la ventana, permitiendo que Reese entre en su habitación. 
—Pudiste habérmelo dicho —dijo Reese apenas entró, parándose detrás de ella con el ceño fruncido mientras Regina cerraba la ventana. 
—Ya sabes que Dewey mentía sobre las llamadas de tu mamá —supuso Regina volteando a verlo. A modo de respuesta, Reese emitió un pequeño gruñido. —Lo siento, pero le lanzaste piedras con una resortera y era la única forma de la que podía defenderse. Aunque se haya aprovechado de eso —dijo un poco apenada, pero a la vez convencida de lo que decía. 
Sin poder pasar mucho tiempo enojado con ella, Reese asintió haciendo una mueca mientras pasaba sus manos por su cintura. Al instante, Regina correspondió el abrazo pasando sus brazos por detrás de su cuello, pegándose a su cuerpo. 
—Lo siento —repitió Regina, abrazándolo con fuerza y apoyando la mejilla en su hombro. 
—Está bien, me lo merecía —admitió Reese reforzando el agarre en su cintura y ladeando la cabeza para apoyarla sobre la suya. —Y ya me encargué de él —agregó con una media sonrisa. 
—No quiero saber que hiciste, pero también se lo merecía —dijo Regina apretando los labios. 
—¡Por supuesto! Intentó cortarme el cabello —comenzó Reese volviendo a fruncir el ceño. Al oírlo, Regina levantó la cabeza para verlo con los ojos muy abiertos. 
—Nooo —dijo juntando las cejas y ladeando la cabeza mientras llevaba las manos al cabello de Reese para acariciarlo. Entre tanto, él cerró los ojos con una sonrisa sin dientes, disfrutando las caricias. —Me encanta tu cabello de puercoespín —agregó jugando con su cabello, haciendo que Reese abriera los ojos para lanzarle una mirada de fastidio. 
—Vas a pagar por eso —dijo Reese con una sonrisa traviesa, empujándola suavemente hacia la cama hasta hacerla caer debajo de él. Tomándola desprevenida, comenzó a besar su cuello a sabiendas de que la haría reír a carcajadas por las cosquillas que le daba. 
—Lo siento, pero no puedo hacerlo por ahora—dijo Regina entre risas, tratando de alejarlo de su cuello. 
—¿Cómo que no puedes? —preguntó Reese con tono de queja, permitiéndole apartarlo de su cuello para poder mirarla a los ojos. —Son las dos de la madrugada, nadie nos molestará y estamos en un lugar cómodo...  
—No es eso... —lo interrumpió Regina, mirándolo apenada con una sonrisa de disculpa. —Estoy menstruando, no podremos intentarlo por una semana —explicó haciendo una mueca con los labios. Apenas la oyó, Reese dejó caer la cabeza sobre su pecho casi como si se hubiera desmayado. Al instante, Regina colocó una mano en su cabello para acariciarlo, tampoco estaba muy feliz con eso. 
—Voy a matar a Dewey... —murmuró Reese entre dientes.
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hauntedstarlighttiger · 5 months
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Mi Amor por ti (Jim Lake Jr y Male reader)
Narradora 
-Ya vamos a llegar Jack-Dijo un chico peli-rubio de ojos color miel 17.
-No aun no hemos llegado-Hablo un chico peli-café de ojos marrones de 19-
-Pueden guardar silencio niños ya casi llegamos ¿si?-Mientras conducía una señora de cabello corto color marrón y ojos verdes-Zack ¿qué estas haciendo?
-Esta leyendo su tonto diario-Comento el peli-rubio-Eres raro hermano.
-Guarda silencio Bill y si estoy leyendo-Dijo un chico de 16 años de cabello café, ojos café oscuro con una gorra azul y un diario rojo con una mano de 6 dedos y con el numero 1.
-Ya no se peleen pequeños-Viendo a sus dos hermanos menores mientras escribía en su diario-
-¡Miren niños! ya llegamos-Señalando el cartel de que estaban entrando a Arcadia Oask
-Bueno ahora podemos empezar desde cero sin cosas extrañas, ni sobrenaturales se los prometo chicos-
Los tres chicos solo voltearon las cabezas a diferentes direcciones y se quedaron callados no le iban a decir a su Tía que ellos ya eran felices allí no claro que no ella estaba tan contenta de empezar de nuevo 
-Cath suspiro al ver que sus sobrinos no les contestaron y suspiro-Entiendad esto es lo mejor para todos Gravity Falls era muy peligroso chicos.
-Si Tía Cath-Contestaron los tres chicos con unas sonrisas algo tristes
 -Pero tendrán nuevos amigos, conocerán lugares nuevos no les parece emocionante-Dijo alegremente-
Narra Zack
 Se que la Tía Cath piensa que es lo mejor para todos pero no lo es dejamos a nuestros amigos, a nuestros misterios solo por que era diferente extraño el bosque, el pueblo, la cabaña del misterio y se que mis hermanos igual pero no queremos lastimarla.
-Miren chicos este sera nuestra nueva casa-Dijo la Tía mientras estacionaba el coche
 -¡Yo me quedo con la más grande!-Comento mi hermano Bill-
-Eso si que no enano-Aclaro Jack con burla y diversión.
-Vamos Zack-Viéndome a mi a lo que yo solo sonreí y baje mi libro
-Veras que todo sera mejor aquí.
-Si Tía Cath-Sonreí a lo que entre a la casa y vi como mis hermanos ya estaban acostados en sus camas relajados-Oigan vayan a bajar sus cosas y ayuden a la Tía Cath flojos.
-Mira quien habla pino-Dijo mi hermano Bill con diversión
-Ya no lo moleste Bill vamos-Aclaro con una sonrisa divertida y se voltio a verme-Al fondo esta tu habitación pino ve luego nos vienes a ayudar.
-Yo solo sonreí fui a ver mi habitación era grande y había una venta-Genial
Narra Bill
-Jack lo sientes ¿verdad?-Dije serio con una pizca de burla mientras entrabamos a mi habitación.
-Es igual que Gravity Falls eso quiere decir...-Yo solo asentí con una sonrisa burlona-
-Este sera el principio de nuestras aventuras hermano-A lo que Jack solo asintió-Hay que decirle a pino ¿no?
-El no es como nosotros Bill el es un humano el debe vivir su vida normal como cualquier ser humano-Negué con la cabeza.
-El no es como cualquier humano Jack el es especial- Aclare mientras mis ojos se volvieron amarillos.
-Lo se pero tratemos de darle una adolescencia normal-Yo solo asentí mientras suspiraba mi hermano iba a irse hasta que comente una ultima cosa
-Veras que el solo se dará cuenta no es para nada tonto...- Dije mientras cerraba los ojos-
-Pues lo evitaremos a toda cosas-Comento serio.
Narra Jack
Le prometimos a la Tía Cath que no lo volveríamos a meter en nada sobrenatural como en Gravity Falls no otra vez...
-¡Jack ven aquí por favor!-Grito mi Tía Cath desde la planta baja de la casa.
-Baje de mi habitación luego de arreglar un poco mi habitación-Tía Cath ¿donde estas?
-¡Aquí cariño!-Dijo alegremente en la cocina-Ven ayúdame a poner la mesa y llama a tus hermanos.
-Sí Tía Cath-Puse la mesa pero no podía dejar de pensar en lo que dijo mi hermano-Ya termine Tía Cath voy por  mis hermanos.
Llame a mis hermanos cuando estábamos a punto de comer tocaron la puerta
-Yo abro-Comento mi hermano el más chico de nosotros.
Narra Zack
Estaba distraído leyendo mi diario hasta que mi hermano mayor nos llamo para comer pero habían tocado la puerta
-Yo abro-Cuando abrí la puerta vi a una señora de unos 25 o 26 años de ojos azules y cabello rojo y luego vi a un chico como de mi edad de cabello negro y azules como el océano.
-Hola-Dijo mi Tía Cath al ver que estaba tardando.
-Hola disculpe la molestia solo queríamos pasar a saludar y darles la bienvenida a Arcadia Oask-Comento la señora con un pastel de carne en sus manos-
-Mucho gusto soy Cath Robinso-Agarrando su mano y estrechándolas.-Mucho gusto me llamo Barbara Lake y el es mi hijo Jim Lake-Sonrió mientras presentaba a su hijo.
-Muchachos vengan-Dijo llamando a mis hermanos-El es Jack, El es Bill y este de aquí es Zack.
-Hola-saludaron mis hermanos y yo apenas y pude saludar.
-Muchas gracias gracias son muy dulces-Agarro el pastel de carne y sonrío.
-Bueno nos retirarnos que tenga bonita tarde-Dijo mi Tía Cath a lo que cerro la puerta-Pero que amables son por aquí
Luego de comer y que nuestra Tía nos comentara que dentro de un mes empezaríamos la escuela a lo que todos sonreímos
-Bueno a dormir chicos-Sonrío viéndonos-Descansen chicos.
-Descansa Tía Cath-Mientras subíamos a nuestras habitaciones-
-Descansa Pino y descansa Amargado-Sonrío con burla al comentar nuestros apodos.
-Descansa Dorito y descansa Pino-Dijo acariciando nuestras cabezas con ternura
-Adiós buenas noches hermanos-Comente al entrar a mi habitación y quitarme mi gorra-Sera que aquí abra misterios como en Gravity Falls-
Abrí mi diario para leer pero me encontré con una carta. 
¡Hola Zack! se que estarás leyendo esto y solo quiero decirte que te extrañaremos mucho aquí en Gravity Falls espero que encuentres más misterios                                                                            ATTE:Tío Ford                                                                                     Hola niño soy yo Wendy espero que disfrutes de allá sabes que te extrañaremos aquí igual que a Bill y Jack
Hola Soy  yo Pacifica oye solo queria decirte que no olvides de donde eres amigo... te extrañaremos mucho                                                                                                                                                                     Hola Soy yo el Tío Stan solo queria decirte que espero que te gustaran sus regalos a los tres no olviden que los queremos mocosos
 Y así había más y más notas sonreí al leer todo esto 
-Espero que esta sea el principio de nuevas aventuras-Susurre al caer por el cansancio del viaje, de acomodar mi cuarto de empezar de nuevo... 
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idolaelyartist · 3 months
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Hola Aely, tengo unas dudas respecto a unos dibujos que estoy muy segura que hiciste, pero por X razones no los he podido encontrar o rescatar, y la verdad me encantaban por el contraste que tenían 💖💖💖. Tengo memoria de 2 dibujos en específico.
Uno tenía a Zalgo y a otro ser sosteniendo el mundo; este otro ser era un personaje albino con ojos verdes, mi mente por alguna razón identificó al personaje con el nombre de "El Holder de los Holders" y creo que también aparecía en uno de los trailers eliminados.
El segundo dibujo que recuerdo tenía al Holder de la Luz y del Espejo encadenados, cómo si los quisieran separar. Incluso había un texto que decía "No deben estar juntos jamás" (si mal no recuerdo).
1ra pregunta, "¿Quien era este personaje albino con verde?"
Y 2da. ¿Sí hiciste esos dibujos que acabo de describir? o de plano fue un producto de mi imaginación??? 0_0
Saludos, (gracias por responder) y espero que tengas un buen día ✨
Oh si, recuerdo el primero.
Como lo mencione en respuestas anteriores, los Holders son criaturas desde el inicio de todo. Ellos buscan darles más años de vida a las galaxias reiniciándolas desde 0.
Como Zalgo era un devorador de galaxias, era normal que tuvieran una rivalidad, porque Zalgo era el principal destructor de todo lo que ellos buscaban dar más vida.
Los holders, cada uno de ellos, en esta trama, eran fragmentos divididos de un solo ente, el creador de ellos, el primero entre todos.
Si no me equivoco, ese personaje del que hablas saliendo junto a Zalgo, creo que lo llame Beryl.
Beryl era el primero de los Holders, todos los Holders son pequeños fragmentos de él, puesto a que cada vez que Beryl llega a una galaxia nueva, al tocar un planeta se dividía en millones de entes, dando como resultado a muchos Holders, como el Holder del espejo o de la luz. A pesar de dividirse en millones de fragmentos, él aun siempre quedaba con la fuerza suficiente para poder manifestarse en un cuerpo y poder tener control de sus fragmentos esparcidos por el mundo.
Beryl en la trama buscaba capturar a Zalgo, una de las principales razones del porque Zalgo se mantenía escondido, porque no poseía la fuerza aun para enfrentarlo.
Beryl iba a ser un personaje sincero y bondadoso, puesto que ama a la tierra por cada forma de vista que ha obtenido por parte de sus fragmentos divididos.
Él tomaría cariño por Slenderman y Teddy por los recuerdos recolectados por el Holder del espejo. Este seria el único rayo de libertad para ambos maestros en ciertos momentos, puesto que Beryl no empatizaría con el maltrato de parte de los seres celestiales a ellos. Por lo que habría momentos donde Beryl metería sus manos al fuego por los protagonistas, y como ninguno de los seres celestiales pueden igualar la fuerza de ninguno de los Holders, menos del origen de ellos, quien es Beryl, los creepypastas se saldrían con la suya de vez en cuando, porque Beryl no siempre tomaría la decisión de desafiar la autoridad del planeta. No es porque no pueda, claro que podría, pero eso no le permitiría disfrutar del flujo natural en el que se rige la tierra. Él buscaba ver cada parte de la galaxia en la que se encontrara, buena o mala, para que al menos alguien pudiera recordar como era todo antes de ser reiniciado desde 0.
MUY FILOSOFICO EL WEY-
Pero tenia buenos sentimientos.
Su participación en la trama era ser el mero causante de la existencia de los Holders, ya sea los buenos o los malos, y por ultimo levantarse en guerra contra Zalgo por haber sido el causante de la muerte de muchas de SUS GALAXIAS.
Intentando dar sentido a lo de "No deben estar juntos jamás"...
Los Holders como lo dije, son fragmentos divididos provenientes de Beryl. El día que ellos se unan nuevamente a él, será el dia donde tendrán que reiniciar la galaxia, algo que en si no es del todo bueno porque borraría a cada ente actual para empezar.
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Emma a Bruce
Estimado Bruce,
Espero que me perdones si estoy un poco pensativa hoy. No queda nadie aquí en Blackthorn Hall excepto Julian y yo, y hay una especie de tranquila paz en el lugar. Jules está arriba en su estudio y yo estoy sentada en la cama, escribiendo y pensando en los últimos meses.
Algo está terminando, Bruce. Todavía hay muchas cosas que están sin resolver, por supuesto: el peligro para Kit proveniente Faerie y lo que sea que esté pasando con la Cohorte en Idris. Alec tiene algún tipo de contacto mínimo con ellos, pero quién sabe cómo se desarrollará eso. Pero entre todo eso, algo está llegando a su fin para Julian y para mí, y no sé qué vendrá después.
(Bueno, está bien, ¿mucho dramatismo, Emma? Lo sé, solo un poco. Ve más abajo).
Tal vez es solo que los constructores se han ido y me he acostumbrado al sonido de ellos moviéndose a todas horas. Round Tom nos dio un discurso de despedida lírico que (a) se prolongó durante cinco minutos completos, que es un tiempo muy largo para que alguien se despida, y (b) fue muy amistoso y también incluyó la línea: “Emoción y aventuras son sus compañeros cercanos, y yo soy solo un modesto constructor de viviendas, por lo que espero no volver a encontrarme con ninguno de ustedes mientras viva”.
Julian estaba molesto por eso. Señalé que las hadas no pueden mentir, y él señaló que Round Tom no necesitaba mencionarlo en absoluto. Lo cual, fue bastante justo. Julian también señaló que no es que el trabajo habitual de Tom para los miembros de los tribunales esté exactamente libre de drama. Otro buen punto de Jules. Las hadas son los subterráneos más dramáticos. Como, más dramáticos que los vampiros, y pasan todo el tiempo diciendo: "Oh, soy un no-muerto, cómo estoy maldito, déjame aplicar más delineador de ojos".
Oh, bueno, no buscábamos ser amigos cercanos de Round Tom. Hizo un buen trabajo y fue muy cortés sobre lo feliz que estaba de alejarse de esta casa.
Una vez que él y su equipo se fueron, caminamos un poco por los jardines, pero Julian dijo que sentía que tenía todos los detalles de la casa y los jardines tallados en su cerebro, así que dejamos la casa solos por un rato y bajamos a el río.
Hay un pequeño parque al otro lado del Támesis de Chiswick; es una reserva natural llamada Leg O' Mutton Reservoir y tiene un hermoso sendero para caminar alrededor del propio embalse. (Además, ¿no es eso lo más inglés que has escuchado? ¿Por qué gran parte de Londres es tan jodidamente encantador?) Es un poco molesto ya que tenemos que caminar una milla sólida hasta el Puente Barnes solo para llegar a el lado derecho del río, pero era una hermosa tarde cálida y era agradable caminar, Julian y yo paseamos juntos cómodamente, una de mis formas favoritas de ser.
Julian hizo unos sándwiches fríos de pollo y nos los llevamos junto con un poco de limonada (Bruce, es posible que haya desarrollado una peligrosa adicción a la limonada británica. Estoy segura de que hay alguna forma de conseguirla en Los Ángeles, ¿verdad? ¡¿Verdad?!) y nos sentamos en una pequeña manta junto al embalse y vimos a los cormoranes bucear en busca de peces.
Me sentía tranquila y en paz, así que, por supuesto, era el momento perfecto para arruinar eso sacando a relucir un tema difícil. Estaba demasiado relajado para recordar que estaba estresado por eso. Dije algo como, “Es tan hermoso aquí. Pero…” Julian me miró, no preocupado, solo curioso, entonces dije, “No estoy segura de querer vivir a tiempo completo en Londres. Sé que acabamos de gastar todo este tiempo, esfuerzo y dinero en arreglar la mansión de tu familia y todo eso”.
Pensé que Julian estaría enojado o triste, así que no estaba realmente preparado para su reacción real, que describiría como "desconcertado". 
“Nunca pensé que estaríamos aquí a tiempo completo”, dijo, como si la idea nunca se le hubiera ocurrido. “Supuse que dividiríamos nuestro tiempo entre Los Ángeles y aquí. Pero solo si eso era lo que querías”.
No sé por qué dijo eso último, porque seguramente pudo ver que ya no me veía preocupada sino como si estuviera a punto de besarlo. "¿Quieres decir, mitad y mitad?" Yo dije.
Se encogió de hombros con facilidad. “Lo que nos guste. LA cuando hace frío y llueve aquí, Londres cuando hace calor y quema allá”.
Entonces sí lo besé, así que me saltaré los próximos cinco minutos, que seguramente a ti, Bruce, no te interesan. Hubo muchos besos con sabor a limonada y, finalmente, Jules me besó en la oreja (lo que me pone caliente). Chispas chispeantes suben y bajan por mi columna cada vez)
"Dondequiera que estés es donde está mi hogar, lo sabes, ¿verdad?"
Me dijo
“Claro,” dije, porque era algo dulce y romántico para él decirlo. Pero parecía más concentrado.
"No, quiero decir…" Él negó con la cabeza. “No es como si dividiéramos nuestro tiempo entre mi casa aquí en Londres y tu casa allí en Los Ángeles. Yo también tengo una casa en Los Ángeles. Y usted tiene un hogar aquí. Blackthorn Hall pertenece a mi familia y tú, Emma, ​​eres mi familia. Y nosotros —me miró intensamente— siempre estaremos juntos. A menos que eso no sea lo que quieres. Eres la única persona a la que he amado románticamente, Emma. Y quiero pasar el resto de mi vida con eso siendo verdad”.
No tuve que hacer una pausa para pensar en ello. “Yo también”, dije.
Había pensado antes en lo que significaría para nosotros comprometernos, pero parece demasiado pronto para eso. Este tipo de compromiso, estas promesas, se sienten correctas y verdaderas.
Él sonrió ante eso y exhaló, como si hubiera estado un poco nervioso. Luego se puso de pie y extendió una mano para ayudarme a levantarme y dijo: “Volvamos a la casa. Tengo algo que enseñarte."
“Apuesto a que sí,” dije, y usualmente decir algo así, en el tono en que lo dije, es bueno para otros cinco minutos que no detallaré aquí. Pero ya sabes, es Julian, tenía una abeja en el sombrero, y caminamos a casa un poco más rápido de lo que habíamos caminado allí.
Cuando entramos, subió directamente al salón de baile. Sabía lo que estaba pasando, por supuesto, su proyecto secreto en el que ha estado trabajando todo el tiempo que hemos estado aquí. En cierto modo le perdí la pista, con el fantasma y la maldición y todo, y no me había dado cuenta de que había seguido trabajando en eso todo este tiempo. Probablemente temprano en la mañana antes de que nadie más (o el sol) saliera.
Puso una gran cortina delante de él como el idiota que es, e iba a bromear con él por eso, pero luego la bajó y vi todo el mural. Ocupa toda la pared allí arriba, y es simplemente hermoso. Toda la familia allí, todos los Blackthorn. Cada uno de ellos es...
No, eso no está bien.
Porque yo también estoy en el mural. Estoy allí con el resto de la familia, rodeado de ellos. Y cada uno de nosotros está rodeado de flores. Flores blancas para todos los que han fallecido. Incluso Rupert estaba allí, y los padres de Julian, rodeados de pétalos blancos. Y Livvy, encima, envuelta en alas blancas.
Y flores rojas para los que seguimos aquí. Helen, Aline, Mark, Ty, Dru y Tavvy...
Comencé a llorar básicamente de inmediato, ya sabes, el buen tipo de llanto, el llanto de amor y asombro y estar abrumado por el sentimiento. Julian me preguntó:
"¿Te gusta?"
Me gusta. Es tan hermoso y perfecto para este momento, cuando las cosas están terminando y las nuevas aún están por comenzar. Y lo hace sentir como Blackthorn Hall, de verdad: los Blackthorn que conozco, que amo, no los extraños hace cien años que fueron responsables de lo que le sucedió. Me hace sentir como si una gran rueda hubiera girado y ambos estuviéramos al principio y al final de algo nuevo y emocionante. Por primera vez desde que llegué aquí, fui a sentarme en la cama para escribirte y pensé: “Estoy en nuestra habitación en nuestra casa”, y me sentí bien.
Buenas noches Bruce. Voy a ponerte en una estantería después de esto, la que está en mi lado de nuestra cama. Felicitaciones, ahora también eres parte de Blackthorn Hall.
Emma
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awesomegalaxysavior · 6 months
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Starbula Week 2023
Day 1: Space Mission / First Date
I'm a bit late to this and I'm a bit lazy to translate. But since I don't see enough Starbula content in Spanish, I'm adding this one to our small Fandom.
Maybe later I'll consider translate the story. And also excuse if it feels hectic. I tried my best in less than three hrs.
First date
“Sigo sin encontrarle el sentido a esto” Refunfuño Nebula mientras caminaban por la transitada acera repleta de niños y sus papás, la gran mayoría disfrazados. Estos últimos les tiraban miradas extrañas y desconfiadas al ver dos adultos disfrazados pidiendo dulces. No los culpaba, pero haberse perdido 41 noches de brujas le hacía olvidar a Peter por completo qué era un hombre de 41 años disfrazado de Skeletor. Si, no le importaba un carajo.
Pero lo que hacía esta noche más especial es el hecho de que convenciera a Nebula de visitarlo justo en halloween y convencerla de disfrazarse junto con el. Su idea era que se disfrazara de Terminator pero hasta ahí llego su poder de convencimiento. De todos modos su aspecto cyborg era suficiente para causar sensación sin esfuerzo alguno.
“Ya te dije. El único propósito es divertirse, pasar un buen rato y comer nuestro peso en dulces.” Le explico por quinceava vez a la lupfomoide mientras sacaba de su bolsa una paleta de caramelo suave sabor sandia. Su bolsa apenas y estaba un cuarto de llena, pero era de esperarse. La gente normalmente espera ver niños llamar a la puerta.
“Eso no suena saludable.” Declaró Nebula, sintiéndose muy confundía al porque alguien dañaría su salud de tal forma o disfrazar e par conseguir dulces cuando simplemente podías comprarlos y listo. Por más que lo analizará, no podía encontrarle lógica o razón alguna de esta tonta tradición terrena, pero al rubio parecía encontrarla atractiva y divertida. Además de que los dulces eran exquisitos, mejor que los caramelos qué encontrabas en Knowhere o Contraxia.
“No tiene por que ser saludable—“ Dijo Peter mientras abría la envoltura con los dientes, la cual le estaba dando una dura batalla. “Además es solo por… hoy! —Estúpida envoltura.”
“Necesitas ayuda? “ Pregunto con una ceja levantada sin pasar por alto que ver al hombre pelearse con una envoltura de caramelo como si se tratara de su última comida era adorable.
Peter Quill era adorable. Y eso… le molestaba? ¿Le agrada? ¿O le molestaba que encontrar a un tonto como Peter Quill adorable significaba qué se había vuelto débil como su hermana? Todo era confuso porque pensar en ello le revolvía el estómago, pero se sentía bien, y extraño a la vez
“No, yo puedo con esto.” Tan obstinado como siempre.
Giro el rostro para mirar la decoración de una casa a su izquierda en el momento en que sintió que sus labios formaban una sonrisa y sus mejillas se sonrojaban acompañadas de una sensación cálida invadir su cuerpo.
“Oye…” La voz de Peter la trajo de vuelta de ese pequeño trance en donde trataba de averiguar por qué su cabeza hacia corto circuito con todas estas nuevas sensaciones. ¿Acaso algo en su sistema está fallando? Rocket había dicho que todo parecía estar en orden la última vez que le hizo un chequeo.
El rubio se limpió la garganta, su paleta de caramelo ahora en su boca. Su tono de voz había cambiado, ahora sonaba más serio en comparación con la jovial entonación de hace unos momentos y la mirada la tenía fija al frente como si estuviera evitando en su dirección.
¿Estaba molesto porque no le encontraba lógica a este día? ¿O por regañarlo por querer comer su peso en dulces? Sus ojos escaneaban cada gesto suyo, pero no encontraba molestia. Había un rubor en sus mejillas, y mordía su lengua. Estaba dudando ¿Pero de qué?
“Hace tiempo que quería preguntarte algo…” Su voz volvía a cambiar, esta vez sonaba suave, cariñosa y cálida. Ya lo había escuchado hablar de esa forma con Gamora.
Su corazón se aceleró.
¿Qué era exactamente esto?
“Y bueno, estando aquí en la tierra he tenido tiempo para pensar sobre muchas cosas. Sobre todo, una qué espero—y esto ha sido una gran revelación para mí y no quiero… bueno… oh, Hala, ¡ya lo tenía ensayado!” Grito en frustración el ex líder de los guardianes. El corazón de Nébula parecía que iba a explotar en cualquier momento.
“Iré mejor al grano, porque si le busco más palabras bonitas a esto voy a confundirte.” Sus ojos esmeraldas miraron sus oscuros ojos. Se veían mucho más brillantes qué hace unos momentos, el verde esmeralda era ya profundo e intenso. “Pero lo que dijo Gamora sobre, ya sabes cuando estábamos—“
Todo tuvo sentido en menos de un segundo. Estaba confundía y asustada y por eso estaba sobre pensando sobre estas nuevas sensaciones. Estaba enamorada, de eso no había duda y escuchar a Quill, Peter confesar sus sentimientos destruía ese temor.
“Quill… Peter.” El rubio detuvo su habla, sus ojos esmeraldas mirándola fijamente. Pero antes de que pudiera continuar, Peter volvió a tomar la palabra.
“¿Sabes qué? Mejor olvídalo. Hagámoslo oficial de una vez por todas y que esta sea la primera cita” Ofreciendo una sonrisa, Peter tomo la mano tensa de la lufomoide. “Mira, no nos hagamos idiotas. Ambos nos hemos dado cuenta de esta extraña e inesperada atracción entre los dos muy, pero muy tarde. Incluso mi abuelo fue el que me dijo que no fuera cobarde y confesara de una buena vez porque estaba perdiendo la paciencia.”
“Entonces…” Nebula se detuvo y miro las manos de ambos entrelazadas. Era todo un mar de sensaciones poder estrecharle, sentir su callosa palma con su única mano aun intacta. Era demasiado… ¿qué tal si esto era un sueño inducido por las torturas de su padre?
Apartó su mano y mirada, comenzando a alejarse del hombre que tenía en sobrecarga todos sus circuitos.
“Nebs, espera… mierda.” Murmuró para sí mismo la última parte y le siguió el paso apresurado. “Lo siento, no quize—creo que asumí que tú, pero es que—“
Se detuvo y se volvió de unevo hacia él. “Pero asumiste bien Peter, pero…”
“Pero~?”
“¿Cómo estás seguro que…?”
Peter resoplo divertido ante su pregunta, su tonta sonrisa cariñosa nuevamente haciendo que su mente hiciera corto circuito. “Simplemente lo sabes. No se la ciencia detrás de todo esto, pero es algo que… simplemente sientes y pasa.”
Nébula asintió. Tal vez este un poco asustada ante todas estas nuevas emociones, pero estaba segura que le gustaban, y más aún, todo lo que Peter le estaba intentando decir era lo que ella misma también estaba intentando decir desde hace un largo tiempo, pero ahora ya no existía la duda si ese amor era correspondido.
“Tengo sentimientos por ti.” Declaró finalmente y el rostro del rubio le decía que esperaba esa confesión directa y sin tanto rodeo. Agitó una mano, señalando le hasta sonreír.
“Entonces… ¿Podemos considerar esto como una primera cita?” Esta vez no hizo nada para ocultar la sonrisa que se formó en su rostro.
“Si, con la condición de que dejes de verme con esa mirada de cachorro.”
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