Tumgik
#Bueno a mi ya me lo dijo al acabar la presentación
peaceeandcoolestvibes · 5 months
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‘MARICAAA UNO SUFRE’ 😂
En verdad no, perr@s
(Encima hubo gente que nos grabó y plagió la presentacion y ni copiando sale como lo nuestro)
#Los 10s no vienen solos#Bueno a mi ya me lo dijo al acabar la presentación#Estuve como 15-20 mins hablando yo#JANSNANSJ#Y no hablando x hablar#Sino con pasión ganas desde un punto de vista empresarial y con mucha confianza en mi misma#Aunque lo de las notas es confuso#La semana que viene quiero ver la rúbrica y todo#Las expos individuales? Me las como con patatas 😍🥹#OTRA MATRICULA#bueno.. tengo varias en varios sitios#Acabe de hablar y todos gritando ‘LO COMPRAMOS YA O LO COMPRAMOS YA?’ Heheheh#Heidi te amamos 🫶🏾#las expos últimamente se preparan la hora antes o el mismo días#es un deporte de riesgo 😳#no hay tiempo ni de dormir a veces…¿cuando se preparan las expos? la hora antes tbh#ya lo hablé con un amigo el otro día - el año pasado dijimos de ir juntos pero al final los grupos eran de x y no podíamos ir todos juntos#pero la gente más inteligente que mejor expone y la que tiene mejores notas no podía ir toda junta - teníamos que repartirnos jasjwnsn#sino casi que no teníamos competición#bueno - en el sec femenino no hay competición -y la única competición es el grupo de Dani#las cosas como son 😂#íbamos a ir las 4 de siempre y Dani - hubiéramos sido imparables#me hace gracia cuando entrego un trabajo con otra persona y me viene el profe y me dice ‘esto sé que lo has hecho tú sola’ 😂#esque o te peleas con todos o eliges tú cuando pelearte y cuando mandar a tomar x culo a la gente#desde hacen 2 años quien no hace nada no se le pone#bueno - somos el grupo de las ideas de mierda#las inseguridades ajenas dan RISA
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thearmstrongshow · 3 years
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The Armstrong Show: Paige Redford
EPISODIO: 06 TEMPORADA: 01. PRESENTADOR: Thomas Armstrong. INVITADO: Paige Redford. LUGAR: New York, USA. HASHTAG: #TheArmstrongShow #TASwithPaige
Todo el equipo se encargaba de que las cosas estuvieran como debían estar, en su orden, pero a Thomas lo tranquilizaba asegurarse de eso, así que siempre iba más temprano de lo debido, sólo para verificar aquello y estar más en contacto con la gente con quién tenía el gusto de trabajar, día a día, semana a semana.
Espacio publicitario previo al show dedicado a Spread Love ᴿᴾ debido a su alianza:
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Si te interesa el medioambiente y todas las criaturas con las que compartimos el mundo, no dudes en ser parte del #TeamSpreadLove
Detrás de escenas, el tiempo volaba y dos integrantes del equipo de producción acompañaban a Thomas a todos lados, para asegurarse de que todo saliera estuviera en tiempo y forma, aunque jamás habían sufrido ningún problema respecto a ello. Con la cuenta regresiva casi terminando, el americano apareció saludando con su derecha al público allí presente.
— ¡Hola a todos! —Otra vez se sentía en casa, recibido por la audiencia, por aquellos que ya eran como amigos para él, aunque no los conocía uno a uno, personalmente. —Soy Thomas Armstrong y… ¡bienvenidos a The Armstrong Show!
Los aplausos no se hicieron esperar y, mientras tanto, él caminó hacia su sofá, que estaba al lado del que pronto sería ocupado por su invitada, de quien pronto hablaría para presentar.
—El día de hoy… tuve que traer a alguien de la familia y pensé que la mejor opción era traer a mi cuñada. No necesita más presentación que esa, ¿cierto? Ustedes la conocen, así que... por favor, aplausos para Paige Redford.
Se dio media vuelta para mirar en dirección a donde se suponía que saldría la cantante y sonrío, sumándose a la ola de aplausos que la audiencia generaba.
Al oír su nombre, seguido del sonido de aplausos, una sonrisa amplia se dibujó en sus labios y agradeció al equipo del detrás de escenas por ayudarla con el pequeño micrófono oculto en la parte superior de su vestuario, dedicándose a avanzar por aquel pequeño pasillo para acabar a la vista del público, agitando su mano derecha a modo de saludo mientras que sus labios se movían pronunciando un mudo “Hi, guys”, procediendo así tender un fuerte abrazo al presentador y tomar asiento en el sofá libre tal y como este le había señalado.
Una vez que ambos artistas tomaron asiento y los aplausos cesaron por completo, el hombre se acomodó en su lugar, pero en dirección a la invitada, ya listo para dar comienzo a lo que sería un nuevo show.
—Bienvenida al programa, cuñadita.—la típica sonrisa del muchacho se hizo presente en su rostro y los aplausos volvieron a aparecer.—¿Estás lista para las preguntas?
Esta vez, movió sus cejas de manera muy divertida y, a continuación, dejó que su risa inundara el estudio, sumándose luego las ajenas pertenecientes a la audiencia.
Sabía que Thomas siempre salía con nuevas cosas, por lo que su pregunta hizo que asintiera con su cabeza, analizando por un instante sus pícaras expresiones que le confirmaban que muchas locuras acontecerían en ese día en el programa. —Estoy más que lista. —contestó entrecerrando sus ojos en dirección al joven para luego echarse a reír junto a todos, totalmente preparada para lo que vendría.
—¡Empecemos!—exclamó el muchacho en dirección a todos los presentes mientras estos continuaban entre risas, pero ya calmándose y dando lugar al show en sí, a que este comenzara de una vez y por todas. —Vamos a comenzar con algo personal... sabemos que hace un año te convertiste en tía. ¿Cómo cambió eso en tu día a día? ¿Eres quién más la consiente o tu hermana te gana en eso? —si bien él era cercano a las mencionadas, sentía que preguntarlo en televisión era otra cosa y daba posibilidad a saber desde otro punto de vista la situación.
La cantante asintió con su cabeza mientras escuchaba aquella pregunta, recordando inmediatamente su competencia secreta con su hermana menor sobre dicho tema, algo que la hizo sonreír de manera divertida antes de contestar.
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—Uhm... sin dudas tener a Shea en casa cambió totalmente nuestras vidas, al principio nos costó un poco adaptarnos por el tema de que... bueno, los bebés al nacer duermen poco, lloran y hay que atenderlos, aunque tomábamos turnos para ayudar a Leeny a cuidarla y que tuviera más horas de sueño. —comenzó a explicar. —A pesar de esto, la felicidad nos invadía por completo y aún lo hace, verla crecer es una de las mejores experiencias que pude tener en mi vida, aprendí muchísimas cosas y me llené de amor en infinidad de ocasiones: escucharla balbucear, verla gatear por primera vez, la hora de comer, cuando mi hermana la grabó besando a su sapo de juguete en la bañera... —mencionó lo último entre risas al acordarse. —Sheita nos cambió la vida totalmente, pero de manera positiva, estoy demasiado feliz por poder ser su tía favorita y consentirla todo el tiempo. —Admitió con egocentrismo observando a la audiencia. —Fleur y yo tenemos un gran dilema con eso, ella dice que tiene ese puesto de tía consentidora, pero... aquí entre nosotros... —Se inclinó un poco hacia su cuñado, esperando a que él hiciera lo mismo, como si le fuera a contar un secreto. —No lo tiene, ese es mi puesto. —murmuró señalándose a sí misma mientras volvía a asentir para afirmar sus palabras.
Thomas no era el único que tenía toda su atención concentrada en la rubia a su lado y con sonrisas incluidas. Del lado del público, incluso se lograban escuchar los "aww" cada vez que mencionaba esos pequeños logros de la pequeña Shea.—He sido testigo de eso...—comentó en uno de esos momentos en que la cantante pausaba antes de continuar hablando.   Las risas se hicieron presentes luego de la confesión de aquel secreto que él ya veía venir.—Creo que todos imaginamos esa respuesta... Paige, ¿crees que de alguna forma la llegada de Shea a la familia haya despertado las ganas de darle una prima en el futuro? Y no estamos hablando de más gatos.—la misma sonrisa con la que la había recibido regresó al rostro del presentador y sus hombros se movieron levemente hacia arriba, volviendo posteriormente a su lugar, una acción de poca importancia.
Paige soltó una risa silenciosa al escuchar la respuesta de su contrario, dedicándose ahora a prestar atención a su siguiente pregunta, que si bien podría haberla tomado en chiste, había tomado una postura un poco más madura para contestarla.   —Bueno... debo decir que tener a Shea en casa aumentó bastante mi instinto maternal oculto, como dije, aprendí muchas cosas sobre los bebés que hace un año desconocía... —Comenzó a explicar, observando sus manos cada ciertos momentos, pensando bien en su respuesta. —Ahora, criar a un hijo no es algo barato y mucho menos, sencillo, se necesita mucha responsabilidad e invertir tiempo... quisiera darle todo el amor y atención posible, además de una buena educación y que tenga un padre que me acompañe en su crecimiento... —mencionó con una leve sonrisa antes de continuar. —Admito que me gustaría darle una prima en un futuro, no sé si cercano o tal vez muy lejano, pero... sí. Definitivamente tener a mi sobrina en casa ha despertado aún más ese deseo. —afirmó con sinceridad hacia el masculino.
La ternura con la que la cantante calificaba su deseo llegaba a lo profundo de todos los corazones de los presentes allí, incluyendo el del presentador. Sin embargo, eso no evitaba que siguiera pensando sus preguntas con cierta picardía.
—Entonces... ¿nos estás diciendo que no hay nadie todavía para ocupar ese puesto de padre que te acompañe? ¿Nadie en absoluto? ¿Segura? —Decir aquello fue como invocar al silencio en el estudio. Todos volvían a estar expectantes a la rubia.
La cantante fijó sus ojos por completo en el masculino tras escuchar su pregunta, él sabía muy bien la respuesta, mas era consciente de que escucharía cuestionamientos de ese estilo.
—Uhmm... bien, entiendo tu pregunta, Thomacito. Creo que ya no es un secreto el hecho de que, actualmente, estoy en una relación, pero no puedo afirmar ni negar ante tu pregunta, puesto que es un tema bastante… delicado. Lo único que te confesaré es que él me hace muy feliz y siento que es el hombre de mi vida. —admitió lo último, observando a la audiencia con cierto brillo en sus ojos y una sonrisa ‘boba’, gestos que no podía ocultar cuando pensaba en su pareja.
—Vaya, vaya, es una buena noticia. Espero, y creo que hablo por todos también, que sigan siendo así de felices o más todavía. —una gran sonrisa fue atrapada por el lente de la cámara cuando esta se atrevía a hacer un pequeño zoom en la escena entre ambos. —Y aunque me gustaría seguir tratando el tema del amor, me parece que tenemos más por explorar… como, por ejemplo, tu último tour. ¿Qué experiencias tienes para compartir con nosotros?
La cámara procedió a enfocar únicamente a la rubia, aguardando por la respuesta, mientras en la pantalla tras ellos se reproducía una presentación de fotos del mencionado tour.
—En la Era de Reputation tuve muchos artistas invitados, así como con 1989... Con algunos ya me había presentado en el pasado, pero hubo otros que fueron algo nuevo tanto para mí y el equipo, como también para los fans. Fue algo demasiado genial el haber presentado "BABE" junto con Sugarland, por primera vez los tres juntos en vivo... —confesó observando como su foto junto a aquel dúo se hacía ver en la pantalla. —Tuve la oportunidad de compartir escenario con dos grandes como lo son Robbie Williams y Bryan Adams, algo que antes de presentarnos, me tenía nerviosa... es decir, ¡no podía creerme lo que estaba por suceder! —admitió cubriendo su rostro con ambas manos por un instante. —Puedo contar también de la vez que me quedé atrapada durante la presentación de "Delicate" y que hay un meme de Bob Esponja que representa justo ese momento. Deberían de buscarlo luego, es muy chistoso. —dijo esta vez observando hacia la tribuna. —Los fans lograron hacer del REP Tour, algo hermoso, siempre demostraron todo el ánimo y energía del mundo y a muchos de ellos pude conocerlos cara a cara en los M&G, los outfits que confeccionaron con temática al álbum fueron increíbles, tienen demasiada creatividad. —expresó. —Por otro lado, en los AMA's nos premiaron como "Gira del año", eso es un enorme logro para todos nosotros y como dije, estoy muy emocionada por lo que nos depare el siguiente capítulo...
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—En primer lugar, quiero felicitarte por ese gran logro. Gira del año. Suena que es algo bastante importante y poderoso, y sabemos el trabajo enorme que hay detrás de todo lo que implica eso… más teniendo en cuenta la producción que tuvo especialmente la tuya. — replicó con total sinceridad y una amable sonrisa dibujada en sus labios, aunque esta era causada más por la gracia que le causaba la imagen mental de la presentación de “Delicate” y su relación con el meme. Sin embargo, tenía que seguir con la entrevista y con la sorpresa que él mismo había preparado. —El trabajo de los fans es hermoso de ver, coincido en eso. He logrado ver como un par de los míos también usan disfraces de mis vídeos, así que…—no pudo terminar de hablar, debido a que la tabla que cubría la mesa entre ambos se abrió y de la misma, salió un hombre con ropa antigua y una máscara de Annabelle, con un par de trenzas rubias colgando, y gritando al mismo tiempo con la intención de asustar a la cantante.
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Lo que menos se habría esperado ella era que aquella tabla que cubría la mesa, se levantara. Había estado muy concentrada en lo que el rubio contaba, por lo que su impresión al ver al sujeto disfrazado de forma "terrorífica" y gritando de esa forma, puso en alerta todos sus sentidos, haciendo que abriera sus ojos con sorpresa y gritara a la par suya, moviéndose inútilmente en su asiento. —¿¡QUÉ... QUE ESTÁS HACIENDO!? —cuestionó en voz alta, cayendo en cuenta en segundos de aquello y llevando su mirada al presentador que parecía estar muy entretenido con la situación. —Te odio mucho, que lo sepas. —dijo cruzándose de brazos y mirando hacia el público, sin poder evitar reírse al final.
Como era de esperar, todo el estudio, incluyendo el presentador, explotó en carcajadas por la reacción de la rubia. La sorpresa había dado el resultado esperado y era hasta difícil lograr que todo volviera a la normalidad por unos cuantos minutos.
—Esto es apenas algo de lo que realmente pasa cuando nos juntamos. —esta vez se dirigía al público presente y al que lo observaba mediante la cámara que lo captaba. Las risas seguían, aunque no tan fuertes como el principio, así que pudo continuar hablando. —Querida Paige… necesitaba darte una bienvenida como la gente, pero, ahora podemos continuar… Vamos a jugar un juego, ¿te parece? Y tiene que ver con tu música, ¿estás lista?
—Eso me parece excelente. Estoy más que lista, ¡juguemos! —exclamó con seguridad, esperando a que el rubio le explicara qué tendrían que hacer en el juego.
—Perfecto. Será pan comido…—la imagen de sus dos álbumes de la rubia aparecieron en la pantalla tras ellos y Thomas se movilizó, colocándose de lado para poder tener en su vista tanto a la invitada como a parte de la pantalla. —Tenemos a Red y a reputation… ¿cuál ganaría esta guerra? Pero más importante, ¿por qué?
La rubia se acomodó de la misma forma que el rubio, distinguiendo con facilidad ambos álbumes que se proyectaban en la pantalla y llevando una mano hacia su mentón de manera pensativa.
—¿Sabes? Es una pregunta muy difícil, ambos álbumes marcaron distintas etapas de mi vida y ambos brillan por una cosa u otra.—explicó con una sonrisa. —Si nos basamos en mi crecimiento como persona y artista, creo que “Reputation” se llevaría la corona. Antes no podía cantar "All Too Well" sin largarme a llorar, y ahora no dejo de sonreír porque entendí que a mis swifties les encanta esa canción y cambiaron ese... triste recuerdo para mí al momento de componerla. —confesó, sin poder contenerse a agregar. —Ahora, ninguno de esos dos álbumes ha llegado a ganar un Grammy, así que en ese sentido ambos caerían en la batalla. —bromeó un poco, intercalando su atención al hablar entre el público y el presentador.
—Bueno, los Grammy no son un público fácil de complacer…—empezó hablando el joven un poco en broma y otro poco con honestidad, pero tampoco fue capaz de agregar algo más pues se vio interrumpido nuevamente.
Thomas estaba al tanto de las sorpresas para Paige, pero su fingida sorpresa todavía parecía real. La pantalla tras ellos empezó a emitir un ruido que usualmente correspondía a los televisores y fue eso lo que hizo que ambos se giraran a verla, sin embargo, la imagen minutos después se hizo clara: una italiana bastante conocida por ambos se presentó allí. El muchacho esbozó una sonrisa mientras la reconocida voz de la hermana de la cantante empezaba su breve discurso:
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— ¡Paige, te amo! —Las risas de la rubia menor se escucharon por gran parte del estudio antes de que continuara hablando, adoptando a la seriedad en su semblante.—Me gustaría saber por qué Paige tiene tanta adoración por las fiestas de máscaras, pero odia tanto las cocinas. Ya saben, cocina excelente, pero como que le falta desbloquear un nivel para que sea su mejor amiga por completo. Las dudas me invaden. —Como si alguien tocara un botón, la pantalla se tornó negra y el artista, por más que lo intentaba, incluso tapándose la boca con ambas manos, parecía no poder controlar las risas que emanaban de su boca.
—Tienes que responder la duda de mi mujer, Paige. —la voz del muchacho se hizo escuchar entre las carcajadas que ahora no eran solo de él, sino del público en general, aunque algunos de ellos seguían confusos por la cuestión.
—De acuerdo... ¿ya ven por qué me cae mal este señor? —cuestionó hacia el público, acomodándose mejor en su asiento y provocando más risas por su reacción. —Primero que nada, mi preciosa hermanita, las fiestas de máscaras son una maravilla, un mundo totalmente misterioso y curioso dado que nunca sabes quién está detrás de su máscara, tampoco nadie te conoce a ti y puedes sentirte con más valentía, sin miedo. ¿Cómo no adorarlas? —indagó entre risas al recordar algunas cosas, prosiguiendo rápidamente. —Ahora, en cuanto al otro tema, aún no tengo la... experiencia completa que se necesita como para ser mejor amiga de la cocina. Lo que no significa que la odie, si no fuera por la cocina, jamás hubiera podido hornear galletas, y eso sí sería trágico, guys. —asintió con su cabeza, afirmando sus propias palabras.
—No lo sabemos, no trajiste galletas en esta ocasión…—el joven se encogió de hombros, siendo captado totalmente por la cámara, antes de que esta volviera a alejarse para tener un plano mayor de ambos. —Creo que con Leeny estamos de acuerdo en decir que no deberías demorarte con la cocina…
Nuevamente, en la pantalla tras ellos, se percibió el mismo efecto antes de que otra rubia apareciera allí, tratándose de la melliza de la anterior e incluso el mismo Thomas se volteó para ser testigo visual de eso.
—Mi pregunta para Paige es… ¿cómo hizo para superar los problemas personales y mantener su carrera?
La pantalla se tornó negra y Thomas dirigió su mirada a la invitada, con una sonrisa totalmente sincera pero que no cargaba ninguna malicia ni picardía como la vez anterior.
—Sorella, ti amo. —comentó viendo hacia las cámaras para lanzarle un beso, antes de proseguir. —Mi vida personal siempre estuvo muy conectada a mi carrera, es decir... me gusta expresar lo que siento a través de lo que compongo y canto, siempre fue así. Sólo que también decidí abrir mi diario personal y permitir que otras personas se identifiquen con lo que he vivido. —comenzó a explicar. —Lo principal fue impedir que los malos comentarios me consumieran, cosas como que no podría lograrlo, apodos demasiado crueles, algún que otro gran tropiezo... son las cosas que más te pueden afectar si no te mantienes en la carretera. Y sólo ignorándolos y poniéndote de pie, aprendes a no dejarte caer por ese tipo de obstáculos. Por otro lado, decidí tomarme con humor ciertas cosas y convertirlas en algo bonito, como lo es una canción. Simplemente me enfoqué de lleno en lo que quería y fui tras ello. —concluyó, observando al público al hablar y por último, al rubio.
—Sin embargo, no es nada fácil, ¿verdad? Supone una fortaleza enorme no dejar que el mundo te derrumbe. ¿Tienes algún consejo para eso? ¿En quiénes te apoyaste para salir adelante?
Lo profesional había retornado al tono del americano, así como la seriedad a su rostro, mientras los ojos permanecían fijados en su invitada.
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—Para nada, fue y sigue siendo algo difícil. Creo que todos tenemos momentos buenos, como también malos, es imposible estar siempre feliz por el hecho de que siempre habrán nuevas cosas que queramos hacer y nuevas tormentas a las que deberemos enfrentarnos. En lo personal, siento que está bien derrumbarse, pero lo importante es que luego puedas levantarte. Y para hacer eso… Mi consejo es que te aferres en lo deseas lograr y pienses que tú puedes hacerlo, al igual que lograste otras cosas que deseaste en el pasado. Y si precisas una ayuda extra, recurre a tu familia, a un amigo... a esa persona que sabes que te escuchará e intentará aconsejarte para que puedas salir adelante. —contestó, haciendo una pequeña pausa antes de agregar. —Oh, y si las redes sociales tienen un peso negativo sobre lo que ocurra en tu vida, nunca es malo tomarse un tiempo. A veces, estas plataformas logran crearnos una imagen errónea de nosotros mismos. —explicó con seriedad. —Mis hermanas fueron un gran apoyo en mis etapas más... malas. Me cuidaron, me escucharon, me aconsejaron. Estuvieron ahí en todo momento y eso es algo hermoso. Lo mismo me sucedió con mi pareja y mis amistades más cercanas... ¡vaya! Mi cuñadito. —indicó refiriéndose claramente al rubio, soltando una pequeña risa. —Tú has presenciado ciertos momentos bajos en mi vida y, a pesar de todo, intentaste animarme. Así que gracias, aunque aún nos odiemos, obvio. —murmuró lo último, viendo con complicidad a las cámaras.
—Es verdad, me odia. —confirmó al público presente, encogiéndose levemente de hombros para después echar a reír. Las cámaras captaron eso y también el momento exacto en que parecía sonar una alarma. —Hey, esto es nuevo… pero significa que nuestro tiempo juntos, por hoy, ha acabado, señora de los gatos. —esta vez se dirigía a la rubia, antes de levantarse de su asiento. —Seguramente Paige tendrá muchos más temas para contarnos en su próxima visita pero por ahora… ¡esto ha sido The Armstrong Show por el momento! ¡Nos vemos en el próximo episodio!
Esta vez, saludó con ambas manos tanto al público presente como a la cámara que se iba lentamente alejando para obtener un plano más amplio y general. A su vez, la música que identificaba al programa resonaba por el lugar.
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Se parte del programa utilizando el hasthag #TheArmstrongShow en tus publicaciones.
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you-moveme-kurt · 6 years
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Glee «A Valentine to forget»
Febrero de 2040
-¡Papá!... ¡que guapo!... mírate… —dijo Lizzie al ver aparecer a Kurt en la sala, vestido de lo más elegante. -Gracias cariño… ¿que lees?... —preguntó mirándose el peinado en la superficie pulida del piano, luego miro de reojo la hora en su teléfono, lo enchufo al cargador y volvió a mirarse. -Una lesera para la clase de historia… —respondió tirando el libro hacia un lado. -¿Desde cuando aprender es una lesera? —dijo su Papá sentándose en frente. -Desde que nos mandan a leer lo mas aburrido que hay y que no tiene nada que ver con nuestro pais… ¡hola! —contestó la chica cambiando su libro por el teléfono celular. -¿No crees que es necesario saber más cosas de otros lugares?, ya sabes… para variar… -Lo es… —dijo Lizzie riendo— pero algo entretenido… —añadió señalandolo con el teléfono. -¿Que hora es?.... —pregunto Kurt chequeando la brillantez de sus zapatos. -La misma que te viste tu hace como 3 minutos… —respondió su hija sin apartar la vista de la pantalla de la red social que veía. -Pues si han pasado tres minutos, dudo que sea la misma hora… —replicó su Papá levantandose del sofa en donde estaba. -¿Por qué reaccionas así?... no es mi culpa que el «Papáblen» no llegue… ¡hola!... —añadió la chica haciendo muecas. -Lo se cariño… disculpa… —respondió Kurt caminando hacia la ventana.
-¡Ay Papá!... discúlpame tu… te conteste mal… nada que ver… ¡hola!... —dijo Lizzie también levantándose, se acerco a él y lo abrazó desde atrás, luego se puso en puntas de pie y le dio un beso en al mejilla. -Gracias cariño, necesitaba eso… -Lo se… ¿por que no lo llamas para saber que le paso? -Porque cuando tiene que grabar, deja el telefono apagado, sería inútil tratar de contactarlo… -Pues eso es una irresponsabilidad… ¿que tal si nos pasa algo a nosotros?… un incendio o algo… ¡se enteraria por la televisión!... ¡hola!... -No creo que por Blaine pasen esos pensamientos tan trágicos… y tampoco deberías tenerlos tu… -¡Soy una adolescente!... ¡toda mi vida es un pensamiento trágico!… ¡hola!... a proposito, ¿donde esta «Goblin»? -¿«A propósito»?... —repitió Kurt girando hacia ella con la ceja bien levantada. -¡Ay!... ya me entiendes… —agregó Lizzie haciendo un gesto de desinterés con su mano— ¿donde esta?... -Primero no te entiendo y segundo… tu hermano esta en su cuarto estudiando lo de su presentación. -¿Presentación?, ¿que presentación? -Para lo del «Dia del presidente»… —dijo Kurt desenchufando su teléfono. -¿Ya?... y eso no es como en abril... -Ok, ahora estoy preocupado por la atención que pones en clase… el «Día del Presidente» es en febrero… en dos semanas para ser exactos… cosa que deberías saber si estas por graduarte de secundaria —dijo Kurt mirando la hora. -¡Ay Papá!... ¡obvio que lo se!… solo estaba bromeando contigo… ¿y ya le dieron su presidente? -Aun no… pero ya sabes como es… esta estudiando todos los posibles… -¡Pero si conoce como dos letras!... ¡hola! -Siempre existen buenas ediciones ilustradas a las que recurrir.. -El «Goblin»… —dijo Lizzie riendo— ¡te amo «Goblin»!... —agrego dirigiendo su voz al segundo piso— Kurt sonrió mirándola con ternura— ¿a que hora se irán tú y el «Papáblen»? —pregunto estirándose como si tuviera pereza acumulada de siglos. -Supongo que cuando llegue… o se digne a llamar… no se… —respondió encogiéndose de hombros, luego caminó dos pasos y se quedó mirando hacia la calle, Lizzie se tomó la cara al ver la mueca de tristeza con la Kurt había respondido. -¡Papá!... ¡estás súper triste!... ¡no!.. —exclamó llevándose una mano a la cabeza— ¿que le pasa al «Papáblen»?, ¡nada que ver que deje plantado!... ¡hola! -No cariño… existía la posibilidad, el me la dijo pero yo me negué a creerla… —agregó soltándose la corbata. -¿Es él? —preguntó su hija al sentir el pitido de un mensaje entrante en el teléfono de Kurt. -No lo sé… tal vez…—respondió desbloqueando la pantalla— no… —añadió haciendo un puchero, Lizzie puso la boca igual de puro solidaria— es Rachel... me envía una foto de ella y Jessie en el Empire State...—dijo enseñando la imagen. -¿Esperabas algo así tú también? -Claro… aunque Blaine me tenía acostumbrado a no esperar nada en concreto… solo aguardar por la sorpresa por así decirlo… ¿pero que estoy haciendo? —añadió sacudiendo su cabeza como si quisiera quitarse agua del cabello o algo asi— ¿compartiendo las cuitas de mi matrimonio con una adolescente?... —añadió dándose un golpe en la frente— discúlpame cariño… -¡Ay Papá!, soy tu hija, si yo puedo confiar en ti, tú puedes confiar en mi… ¡hola! —sentenció Lizzie levantando los brazos al cielo. -Gracias cariño, pero es de todas vistas inapropiado.. —agregó Kurt mirando su teléfono por última vez antes de meterlo en su bolsillo— ¿qué tal si llamas a tu amiga Alaska?, aún pueden ir al cine o algo… conviertan este día en una celebración de amistad. -Eso es como una manera elegante de decir «reunión de perdedoras»… —dijo Lizzie mirando a su Papá con los ojos empequeñecidos. -Estar sola no es lo mismo que ser perdedora, ahora… dejar a tu novio «ad portas» del día de San Valentín, si que es un poco desquiciado, pero perdedor nunca... -Si deje a Reuben no es mi culpa, es de él y su «demonos un tiempo», contestó la chica poniendo voz de deficiente mental— pero espera a que me pida que volvamos, lo mandare a freír espárragos… —agregó chasqueando los dedos. -Espero ver eso… ahora… ¿que te parece la idea que te di?... -Me parece bien, pero.. ¿quien se quedará con el «Goblin»? -Pues yo cariño, ya es muy tarde para cualquier restaurante, así es que asumo y mi celebración se arruinó… no vale la pena arruinar tu noche también… toma… —dijo sacando un par de billetes de su billetera. -¡Vaya!... —exclamó mirando la cantidad— tener depresión te hace más generoso… -Loca… ahora ve y diviértete… —dijo empujándola a la salida. -¿No te quedarás llorando o algo?...—quiso saber Lizzie mientras compartía con su amiga Alaska, la idea del cine a través de un mensaje. -Por supuesto que no… tal vez me pongas a limpiar la cocina, o acabar con todo el helado que nos queda... algo así…. -¡Ay Papá!... ¡eso es peor!... ¡hola!... -Ya vete... —agregó abriendo la puerta para ella. -Bien… pero si hay un cambio de planes, me llamas de inmediato, sabes que no tengo problemas en cuidar al «Goblin» —dijo Lizzie mientras sacaba su ropa de abrigo desde el closet del recibidor y se la ponía encima a de cualquier manera, luego tomaba su teléfono y leía los mensajes que le habían llegado. -Lo se cariño… gracias… ¿te contestó tu amiga? —preguntó Kurt queriendo mirar el teléfono de su hija -Si… —respondió enseñando la pantalla del aparato— dice que genial, y que ya estaba a punto de llorar al ver que todos tenían planes menos ella— dijo blanqueando los ojos. -Perfecto, no llegues muy tarde… ¿bueno? -No te preocupes… —dijo Lizzie despidiéndose con un beso— si Alaska quiere elegir la película, y estoy más que segura que así será, elegirá una comedia romántica, y esas estupideces duran una hora máximo. -No desprecies las comedias románticas, dan sustento a la vida de cualquiera. -Ok… —dijo Lizzie mirándolo ceñudo. -Adiós cariño, diviértete… —terminó por decir Kurt dándole un beso de despedida para luego cerrar la puerta, se dio media vuelta y se apoyó en ella— mil veces es mejor limpiar la cocina… —agregó tragándose las ganas de llorar.
-¿Hasta cuando estará aquí?... es día de san Valentín por todos los santos… —reclamó la asistente de Elwood y que para entonces ya estaba hasta despeinada por ir y venir con los requerimientos de Blaine Anderson. -Esta es nuestra mejor carta, si te pide que quiere unas cuerdas de hilo de pelo mandril, vas y se las consigues… —respondió este mirando a su estrella grabar por enésima vez la pista número cinco de su nuevo «My Universe». Blaine terminó las últimas notas de la canción con su guitarra y se quedo en silencio por más tiempo de lo esperado— por dios que piense que esta bien… —murmuró Elwood tras el vidrio que separaba la sala de control de la de captación. -¿Puedo escucharla?... —pidió Blaine haciendo una seña luego de dar unos toques a los audífonos que tenia puesta. -Con un demonio… —susurró la asistente haciendo un gesto de desgano, Elwood la miro como si quisiera clavarle cincuenta puñales de una, la mujer retrocedió dos pasos por si acaso, se dejó caer en el sofá dispuesto para el descanso y de ahí miro a su jefe con un poco de miedo. -Ningún problema Blaine, aunque te advierto que para nosotros quedo perfecta… —dijo presionando el botón que liberaba la voz hasta los audífonos de quien estaba grabando, Blaine mostró los pulgares arriba y se levanto del asiento que ocupaba, dejo la guitarra en su atril y se estiro tocándose la espalda, movió la cabeza y se toco el cuello como para aliviar la tensión que le había provocado la sesión de grabación que ya se extendía por casi cuatro horas, los miembros de la banda también dejaron sus instrumentos para estirar las piernas, mirar sus teléfonos celulares o simplemente beber un poco de agua, Elwood comenzó a pasearse de un lado a otro repitiendo entre dientes: «que le guste, por favor que le guste», el sonidista miro de reojo a la asistente y ambos se tragaron la opinión que tenían de todo eso, la pista termino de reproducirse y Blaine se quedó un par de segundos mirando al cielo con las manos en la cadera. -¿Y bien?.... —pregunto Elwood como con miedo a la respuesta. -Tengo una duda con el final… —respondió Blaine volviendo a tomar su guitarra, todos hicieron muecas de desagrado en diferentes tiempos, algunos sin preocuparse por disimular su descontento— muchachos… se que hemos estado mucho tiempo aquí… -Cuatro horas y contando… —murmuró uno de los integrantes de la banda. -Se que hemos estado cuatro horas aquí… y se de sobra que día es hoy… es más, yo mismo tendré que lidiar con un esposo bastante enojado cuando llegue a mi casa, pero esto debe quedar bien… los fans no merecen otra cosa… —agrego mirando a todos, algunos bajaron la cabeza como resignados y otros blanquearon los ojos como si no pudieran reclamar a viva voz. -Vamos de nuevo entonces… —dijo Elwood dando instrucciones a todos.
-¿Kurt?... —dijo Blaine en cuanto puso un pie en el departamento, dejó su guitarra y el bolso, además de las llaves en el recibidor y se quedó con una pequeña caja de la pastelería favorita de Kurt, recorrió el pasillo y la sala mencionando el nombre de su esposo pero sin recibir respuesta en ninguna de las ocasiones, todo estaba apagado y en silencio, como si los habitantes de aquella casa estuvieran durmiendo o decidido salir— por favor que no esté enfadado… —murmuró abriendo con sigilo la puerta del dormitorio— ¿Kurt?... —repitió asomando la cabeza, nuevamente no recibió ninguna respuesta. -¿«Papáblen»?... ¿eres tu acaso?... —dijo Noah en medio del pasillo. -Hijo… claro que soy yo… ¿y tu?... ¿por que estas despierto?... es muy tarde… —dijo Blaine dejando la caja con el pastel encima del suelo, se acerco a Noah y bajo a su altura. -Me levante porque necesitaba agua… —dijo el pequeño enseñando el vaso que sostenía en una de sus manos. -¿Y fuiste hasta la cocina? -Si… allí hay agua… -¿Y qué pasa con el agua de tu baño?.. -Esa sabe a baño y no me gusta… -¿Y esta no sabe a cocina? -No… —dijo Noah riendo. -Muy bien… ve a saciar tu sed entonces… —agregó Blaine incorporándose. -No tengo sed… —replicó su hijo con convicción. -¿No?... ¿entonces para qué es el agua?, ¿para «Desdmond»? -No es para mi, pero no porque tenga sed, sino porque me trague un «insepto» y beberé para que se ahogue y no crezca en mi «estogamo»… -Excelente idea hijo... -Buenas noches «Papáblen», que bueno que regresaste… —dijo Noah mientras se retiraba a su habitación haciendo gestos de despedida con la mano que tenía libre. -Gracias hijo… oye… —agregó acercándose de nuevo— se que esto es un poco raro… pero... ¿has visto a tu Papá? -Si… -¿Donde? -Esta en la cocina comiendo helado… buenas noches «Papáblen», que bueno que regresaste… —repitió el pequeño haciendo los mismos gestos que un segundo atrás, Blaine soltó un suspiro casi aliviado, como si por su cabeza hubiera pasado la idea de que Kurt estaba tan enfadado que había decidido abandonarlo para siempre, encaminó sus pasos a la cocina con la caja de pastel que esperaba y fuera el comodín que lo ayudaría a salir de aquella situación.
-Hola… —dijo Blaine al llegar el último peldaño de la escalera. -Hola… —contesto Kurt dejando la cuchara con la que comía helado directo del envase. -¿Directo del envase?... ¿acaso olvidaste todas las reglas que hay en esta casa al momento de comer algo?… —agrego Blaine dejando la caja sobre la mesa. -No he olvidado nada… solo… solo estaba cansado… —dijo comiendo la última cucharada, para luego poner la tapa devuelta sobre el envase— ¿como te fue? -Bien… es decir… Kurt… lo siento… -¿Que es lo que sientes? —pregunto levantándose, tiro la cuchara al fregadero y guardo el helado en el congelador, luego se dio media vuelta y se le quedo viendo con los brazos cruzados. -¿Como? -Lo que escuchaste… ¿que es lo que sientes?... dejarme plantado, no llamarme, llegar a… esta hora… convertir este San Valentin en uno para el olvido… ¿que cosa?... —dijo Kurt encogiéndose de hombros. -Todo eso… -Pues en eso estamos empatados entonces, aunque en realidad creo que yo lo siento mas que tu… -Lo se… y te pido disculpas por todo… pero cada cosa que dijiste tiene una explicación… -¿Una explicación? -Si, una explicación… primero... si te deje plantado es porque se me fue el tiempo, me obsesione con la pista número cinco y obligue a todos a grabarla hasta que saliera perfecta… -¿Y lo conseguiste? -Al final de la grabación número 58… si… -Me alegro… segundo… —dijo mirándolo con la cara de quien necesita mas explicaciones sobre algo. -Segundo… si no te llame fue porque cuando grabo apago el teléfono… vamos… tu sabes eso… -Lo sé… ¿tercero? -Tercero… —dijo Blaine tomando aire sin saber si su esposo estaba tranquilo, enojado, furioso o simplemente no le importaba nada— si llegue a esta hora… —agrego señalando el reloj de la cocina, es porque a esta hora termine… y créeme que no solo nuestro día de San Valentin sera para el olvido sino que también el de toda la gente que trabaja conmigo… -¿Incluido Elwood? -Incluido Elwood… -Eso es algo que me agrada que puedo decir… ¿cuarto? -Cuarto… si bien crees que este San Valentin es para el olvido… aun nos quedan… 15 minutos… déjame compensarte con algo… -¿Con que? -Con esto… —dijo moviendo la caja sobre la mesa para acercarla a él. -¿Que es eso?... —pregunto fingiendo que no identificaba el logo de su pastelería favorita en la tapa de la caja. -Esto… —respondió quitando la cinta— es algo que te gusta… y que decidí comprar para agasajarte y darte aunque sea una mínima parte de lo que tenia en mente para ti este dia… —añadió descubriendo el pastel humedo de doble chocolate y que su esposo adoraba, Kurt salivo un poco al sentir el aroma del cacao. -Luego veré si tengo ganas de comer… —dijo como si no le importara— quinto… —agrego tragando la saliva extra. -¿Quinto? —repitió Blaine mirándolo de medio lado— no hay quinto… —Kurt empequeñeció los ojos como si contara mentalmente las razones que había dado para su enojo. -¿No hay un «quinto»? —pregunto sin convencerse. -No… —contesto Blaine sonriendo— Kurt… —añadió acercándose— lo siento… de verdad… luces muy guapo… -Pues debiste verme hace dos horas… estaba espectacular… -¿Por que no tengo dudas de que eso es verdad?... -Porque lo es… -¿Estas enfadado?... —pregunto Blaine tocándole apenas la cara y el cabello. -Un poco… -¿Y si parto el pastel? -«Mmmm»… tal vez se me pase un poco… -¿Y si hago esto?... —agregó su esposo rozando su nariz con la de él, Kurt sintió un estremecimiento que le recorría como electricidad toda la columna. -En… en algo contribuye… —contesto con un hilo de voz. -¿Y si?… ¿uso mis labios para esto?… —susurro mientras se le acercaba al cuello, se llenó con su olor primero para luego darle un par de besos cerca de la mandíbula y bajar por su cuello. -¡Con un demonio Blaine!… —exclamo Kurt rindiéndose del todo— aunque me queda un resto de enfado… esto me hace olvidar hasta mi nombre…. —dijo dejándose besar— pero debo decir que... me sentí triste cuando no llegaste… —agregó abrazándolo por el cuello. -Discúlpame Kurt, es el disco, te juro… -Lo se… se que siempre es así cuando tienes trabajo, que tus fans, aunque las odie, merecen tu mejor esfuerzo… —interrumpió Kurt juntando su frente con la de él— es solo que no puedo evitar sentirme abandonado… como si estuviera casado con un médico… o con Superman… —dijo moviendo sus cejas, Blaine sonrió como el hombre de ensueños que era— ¿prométeme algo?… -Lo que quieras… -Siempre vuelve a mi… -¿Me recibiras siempre? —pregunto Blaine mientras le acariciaba la espalda con sus dos manos. -Siempre... -¿Aunque sea tarde? -Aunque fuera de madrugada… feliz cinco minutos de dia de San Valentin Blaine Anderson-Hummel. -Feliz cinco minutos para ti también… te amo… -Lo se… —respondió Kurt perdiéndose en aquella inmensidad avellanada que eran los ojos de su esposo— ahora dame pastel, porque estoy asi de arrancarte toda la ropa… —agrego haciendo el gesto de algo pequeño con dos de sus dedos.. -Pues no me opongo a eso ultimo… -Nuestro hijo esta aquí… despierto y preocupado que un insecto crezca en su estomago —advirtió su esposo tomando su lugar en la mesa -Lo se... —dijo Blaine riendo— me lo encontré en el pasillo… ¿Lizzie esta durmiendo? —pregunto mientras buscaba un par de platos y un cuchillo para cortar dos porciones extra generosas, Kurt dio un par de aplausos pequeños y sonoros al ver que su porción era la más grande antes de contarle todo sobre Lizzie, desde que había salido con Alaska, hasta su negativa de estudiar historia universal.
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lacronicacoruna1 · 4 years
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“Le pediría a la gente joven que piense en sus padres y abuelos”
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Día 4 en el estado de rebato y una nueva viaje sin actividad en la Ciudad Deportiva de Abegondo. Sin confiscación, José Luis Míguez ‘Luisito’, técnico del Fabril, atendió a los medios de comunicación a través de una rueda de prensa supuesto, como ya hizo el día preparatorio Manu Sánchez, responsable del Depor Abanca. Los periodistas enviaron sus preguntas al sección de comunicación del Deportivo y el preparador respondió a través de su teléfono.
Luisito mostró su preocupación por la crisis del coronavirus Covid-19, la prioridad por delante del fútbol, la competición o su futuro en el club blanquiazul. Pese a ello, se mostró satisfecho con el paso delante de Mujaid en el primer equipo y por el presentación de varios futbolistas del filial en la Copa del Rey esta misma temporada. Desveló, adicionalmente, que nadie en el club le exigió pelear por el avance a Segunda B y recalca que la bordadura de un ‘B’ es siempre formativa.
1. La tribu y la vitalidad, lo primero
El preparador de Teo profundizó en su situación personal: alterna entre su domicilio de Santiago, donde reside con su mujer y sus hijos, y el de su origen, en su Teo oriundo. “Es lo que más preocupado me tiene. Cumple 91 años el mes que viene y es una de las personas vulnerables. No quiere salir de casa, porque de cabeza está perfecta y lo entiende todo. Solo deseo que esto se acabe cuanto antes”. explicó.
Luisito pide conciencia, sobre todo a los más jóvenes: “Hay cosas que se me escapan, pero lo que sí pido es hacer caso de lo que marque Sanidad. Veo personas por la calle y creo que son unos inconscientes. Le pediría a la gente joven que piense en sus padres y abuelos. Son más fuertes y deben hacer un esfuerzo por la gente vulnerable. Hoy por ti mañana por mí. Creo que la sociedad está ahora más concienciada, pero esto va para largo y debemos concienciarnos de que lo vamos a pasar mal. El día de mañana podremos contar que pasamos estas dificultades en los tiempos que estamos”, argumentó.
2. La competición, en un segundo plano
En un segundo plano para el preparador están el regreso a la competición y el desenlace de la Tercera División, aunque muestra su deseo por finalizar la temporada con normalidad cuando sea posible: “Si se acaban Primera y Segunda será más que nada por intereses económicos, pero de Segunda B para abajo tengo mis dudas. Creo que no se van a terminar. Me da la sensación de que será así, pero es una sensación individual. Ahora mismo me inclinaría a que no se van a jugar, pero ojalá me equivoque porque quedan muchas jornadas. A mí me gustaría que no se parara, pero es lo que hay, lo primero es la salud”.
Si se acaban Primera y Segunda será por intereses económicos más que nadie
3. Entrenamientos adaptados
Para que los futbolistas del Fabril no pierdan su condición física, y como han hecho el resto de equipos del club, Luisitio y su cuerpo técnico han planificado entrenamientos caseros para la plantilla: “Tenemos un grupo de WhatsApp por donde mandamos todo el trabajo. El club dio orden para que los chicos se fueran a sus casas porque esto va para largo. Cada uno se encuentra en su domicilio familiar y lo que tienen que estar es atentos para llegar al día siguiente a Coruña si esto se reanuda. Solo les pedí que se cuidasen. Eso sí, estoy deseando verlos porque los entrenamientos eran muy amenos”.
Eso sí, las consignas han cambiado en cuanto el cuerpo técnico conoció las condiciones del estado de rebato: “Hablando con el preparador físico tuvimos que cambiar el plan de trabajo porque muchas tareas las tenían que hacer fuera de casa y no pueden. Les vamos a enviar otro tipo de trabajo para que lo hagan en sus domicilios. Sé que los niños se entrenaban conmigo a un nivel muy bueno. No dudo de que si se reanuda la liga volverán lo mejor posible”.
Séptimo clasificado a siete puntos del Barco, que marca la zona de ‘playoff’, y con merienda jornadas por delante, ¿cuáles son las opciones de divertirse la etapa de avance para el Fabril: “Imposible no lo veo. ¿Qué pasa? Que a mí nadie en el club me dijo que el objetivo prioritario era ascender y este es un equipo súper joven, el más joven desde hace años. Si se reanuda la liga vamos a pelear los últimos 33 puntos como el comer y hasta el final, pero yo desde el primer minuto prioricé que los jugadores llegasen al primer equipo antes que los resultados. Si se quisiera otra cosa, a este equipo habría que dotarlo de tres o cuatro jugadores con más empaque”.
4. Feliz por Mujaid, uno de sus favoritos
El mayor responsable del segundo equipo blanquiazul se felicita por el buen momento de Mujaid en el primer equipo y por el presentación de Valín, Gandoy, David Sánchez y Kanouté en la Copa del Rey: “Es lo que más satisface a un entrenador del filial”, recalcó antiguamente de pararse en el central riojano, uno de los habituales a las órdenes de Fernando Vázquez. “Cuando llegué no contaba ni para los juveniles. Era un chaval con una planta increíble, pero que estaba apartado. Ahora estoy súper feliz porque él y yo sabemos lo que pasamos. Las conversaciones son privadas. Si él quiere contar alguna, que la cuente. Pero si hay alguien feliz de que Mujaid esté triunfando soy yo. Y yo sé lo que le pasó al chaval. A base de hablar con él, con mucho trabajo, diciéndole que si quería ser futbolista tenía que cambiar muchas cosas, ha conseguido esta recompensa. Ahora es un futbolista importante en el primer equipo. Me alegro y ojalá no sea flor de un día. Solo depende de él”.
5. Juan Rodríguez, la última perla
Otro central surgido de las categorías inferiores por el que fue cuestionado Luisito es Juan Rodríguez, alegre de segundo año y ya uno más en el Fabril: “Es un futbolista con una proyección tremenda. Es un niño al que le queda otro año de Juvenil. Yo, igual que todo el club, tenemos unas esperanzas tremendas en que llegue al primer equipo. Tiene una educación exquisita y unas condiciones tremendas, pero evidentemente le queda mucho. Necesita que su entorno sea favorable y que le ayude, pero estoy convencido de que el Deportivo puede tener un jugador de nivel muy alto”.
El técnico destacó adicionalmente su plena disposición cerca de Fernando Vázquez y el equipo: “Si nosotros no jugamos más y el primer equipo sí, estaría encantado de la vida de que Fernando contara con algún jugador. Está siempre muy atento a los chicos del filial y si alguien es feliz de que debuten, soy yo”.
6. Futuro incierto en el banquillo blanquiazul
Luisito cumplió el pasado febrero un año como preparador del Fabril. Cogió al equipo en la última posición del peña 1 de Segunda B y trece puntos por debajo de la permanencia. En su presentación logró la trofeo, pero fue incapaz de evitar el descenso. Con entendimiento hasta el 30 de junio, su futuro es todavía una clavo: “Evidentemente hablé y hablo bastante con Richard Barral, pero con quien tengo más contacto es que con Fernando Vazquez y Albert Gil. Estoy centrado en acabar la temporada, lo de renovar no depende de mí y por lo tanto no pienso en ello”.
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lacronicacoruna · 4 years
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“Le pediría a la gente joven que piense en sus padres y abuelos”
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Día 4 en el estado de rebato y una nueva viaje sin actividad en la Ciudad Deportiva de Abegondo. Sin confiscación, José Luis Míguez ‘Luisito’, técnico del Fabril, atendió a los medios de comunicación a través de una rueda de prensa supuesto, como ya hizo el día preparatorio Manu Sánchez, responsable del Depor Abanca. Los periodistas enviaron sus preguntas al sección de comunicación del Deportivo y el preparador respondió a través de su teléfono.
Luisito mostró su preocupación por la crisis del coronavirus Covid-19, la prioridad por delante del fútbol, la competición o su futuro en el club blanquiazul. Pese a ello, se mostró satisfecho con el paso delante de Mujaid en el primer equipo y por el presentación de varios futbolistas del filial en la Copa del Rey esta misma temporada. Desveló, adicionalmente, que nadie en el club le exigió pelear por el avance a Segunda B y recalca que la bordadura de un ‘B’ es siempre formativa.
1. La tribu y la vitalidad, lo primero
El preparador de Teo profundizó en su situación personal: alterna entre su domicilio de Santiago, donde reside con su mujer y sus hijos, y el de su origen, en su Teo oriundo. “Es lo que más preocupado me tiene. Cumple 91 años el mes que viene y es una de las personas vulnerables. No quiere salir de casa, porque de cabeza está perfecta y lo entiende todo. Solo deseo que esto se acabe cuanto antes”. explicó.
Luisito pide conciencia, sobre todo a los más jóvenes: “Hay cosas que se me escapan, pero lo que sí pido es hacer caso de lo que marque Sanidad. Veo personas por la calle y creo que son unos inconscientes. Le pediría a la gente joven que piense en sus padres y abuelos. Son más fuertes y deben hacer un esfuerzo por la gente vulnerable. Hoy por ti mañana por mí. Creo que la sociedad está ahora más concienciada, pero esto va para largo y debemos concienciarnos de que lo vamos a pasar mal. El día de mañana podremos contar que pasamos estas dificultades en los tiempos que estamos”, argumentó.
2. La competición, en un segundo plano
En un segundo plano para el preparador están el regreso a la competición y el desenlace de la Tercera División, aunque muestra su deseo por finalizar la temporada con normalidad cuando sea posible: “Si se acaban Primera y Segunda será más que nada por intereses económicos, pero de Segunda B para abajo tengo mis dudas. Creo que no se van a terminar. Me da la sensación de que será así, pero es una sensación individual. Ahora mismo me inclinaría a que no se van a jugar, pero ojalá me equivoque porque quedan muchas jornadas. A mí me gustaría que no se parara, pero es lo que hay, lo primero es la salud”.
Si se acaban Primera y Segunda será por intereses económicos más que nadie
3. Entrenamientos adaptados
Para que los futbolistas del Fabril no pierdan su condición física, y como han hecho el resto de equipos del club, Luisitio y su cuerpo técnico han planificado entrenamientos caseros para la plantilla: “Tenemos un grupo de WhatsApp por donde mandamos todo el trabajo. El club dio orden para que los chicos se fueran a sus casas porque esto va para largo. Cada uno se encuentra en su domicilio familiar y lo que tienen que estar es atentos para llegar al día siguiente a Coruña si esto se reanuda. Solo les pedí que se cuidasen. Eso sí, estoy deseando verlos porque los entrenamientos eran muy amenos”.
Eso sí, las consignas han cambiado en cuanto el cuerpo técnico conoció las condiciones del estado de rebato: “Hablando con el preparador físico tuvimos que cambiar el plan de trabajo porque muchas tareas las tenían que hacer fuera de casa y no pueden. Les vamos a enviar otro tipo de trabajo para que lo hagan en sus domicilios. Sé que los niños se entrenaban conmigo a un nivel muy bueno. No dudo de que si se reanuda la liga volverán lo mejor posible”.
Séptimo clasificado a siete puntos del Barco, que marca la zona de ‘playoff’, y con merienda jornadas por delante, ¿cuáles son las opciones de divertirse la etapa de avance para el Fabril: “Imposible no lo veo. ¿Qué pasa? Que a mí nadie en el club me dijo que el objetivo prioritario era ascender y este es un equipo súper joven, el más joven desde hace años. Si se reanuda la liga vamos a pelear los últimos 33 puntos como el comer y hasta el final, pero yo desde el primer minuto prioricé que los jugadores llegasen al primer equipo antes que los resultados. Si se quisiera otra cosa, a este equipo habría que dotarlo de tres o cuatro jugadores con más empaque”.
4. Feliz por Mujaid, uno de sus favoritos
El mayor responsable del segundo equipo blanquiazul se felicita por el buen momento de Mujaid en el primer equipo y por el presentación de Valín, Gandoy, David Sánchez y Kanouté en la Copa del Rey: “Es lo que más satisface a un entrenador del filial”, recalcó antiguamente de pararse en el central riojano, uno de los habituales a las órdenes de Fernando Vázquez. “Cuando llegué no contaba ni para los juveniles. Era un chaval con una planta increíble, pero que estaba apartado. Ahora estoy súper feliz porque él y yo sabemos lo que pasamos. Las conversaciones son privadas. Si él quiere contar alguna, que la cuente. Pero si hay alguien feliz de que Mujaid esté triunfando soy yo. Y yo sé lo que le pasó al chaval. A base de hablar con él, con mucho trabajo, diciéndole que si quería ser futbolista tenía que cambiar muchas cosas, ha conseguido esta recompensa. Ahora es un futbolista importante en el primer equipo. Me alegro y ojalá no sea flor de un día. Solo depende de él”.
5. Juan Rodríguez, la última perla
Otro central surgido de las categorías inferiores por el que fue cuestionado Luisito es Juan Rodríguez, alegre de segundo año y ya uno más en el Fabril: “Es un futbolista con una proyección tremenda. Es un niño al que le queda otro año de Juvenil. Yo, igual que todo el club, tenemos unas esperanzas tremendas en que llegue al primer equipo. Tiene una educación exquisita y unas condiciones tremendas, pero evidentemente le queda mucho. Necesita que su entorno sea favorable y que le ayude, pero estoy convencido de que el Deportivo puede tener un jugador de nivel muy alto”.
El técnico destacó adicionalmente su plena disposición cerca de Fernando Vázquez y el equipo: “Si nosotros no jugamos más y el primer equipo sí, estaría encantado de la vida de que Fernando contara con algún jugador. Está siempre muy atento a los chicos del filial y si alguien es feliz de que debuten, soy yo”.
6. Futuro incierto en el banquillo blanquiazul
Luisito cumplió el pasado febrero un año como preparador del Fabril. Cogió al equipo en la última posición del peña 1 de Segunda B y trece puntos por debajo de la permanencia. En su presentación logró la trofeo, pero fue incapaz de evitar el descenso. Con entendimiento hasta el 30 de junio, su futuro es todavía una clavo: “Evidentemente hablé y hablo bastante con Richard Barral, pero con quien tengo más contacto es que con Fernando Vazquez y Albert Gil. Estoy centrado en acabar la temporada, lo de renovar no depende de mí y por lo tanto no pienso en ello”.
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emmarkbelson · 5 years
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⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀⠀⠀( Un adiós que no se dijo )
⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ( dos días antes del internado )
Había sido un cambio radical y no sólo mental, pues todo en ella había cambiado de un instante al otro, como si algo mucho mayor hubiese presionado el botón indicado en el momento más jodido. Actuaba por inercia, no dormía y aún así sonreía porque era lo que había que hacer. Se sentía completamente amenazada por ella misma, como si hubiesen dos Emma viviendo en un mismo cuerpo y no pudiesen encontrar la forma de vivir en paz, una siempre iba a querer estar por encima de la otra, pero ahí, en ese momento, la más débil salió a la luz con un vestido rosa y el cabello cayéndole suelto a los lados de la cara.
El vestido y los tacones eran nuevos, los había comprado específicamente para ese día y se había jodido los pies de tanto caminar buscando el tono indicado, idéntico. Condujo ella misma el auto de su madre, se había encargado de pinchar las ruedas de su moto para asegurarse de que no caería en ninguna tentación por su pasado, bajó del mismo poco después de la presentación de Rey y Reina, por lo que el baile se había puesto más "divertido" y la música había dejado de ser tan formal. Incluso se habían arriesgado a poner a Green Day a todo volumen, jamás fueron sus favoritos, jamás los escuchó demasiado y aun así disfrutaba ver a sus compañeros bailar por última vez.
Con las manos en la espalda se movía al ritmo de la música, y quizá haya sido sólo su imaginación pero la mirada fija de uno de sus compañeros de clase hizo que su ceño se frunciera. Alexander venía de Escocia, tenía el cabello rubio y las mejillas con tantas pecas que a Emma le causaban gracia y ternura por igual, al menos en ese momento, pues en el pasado él iniciaba en el tráfico cuando se convirtió en el confidente de Emma. Se llegó a sentir incómoda incluso, pocas veces usaba vestidos así y también eran pocas las veces en las que ella dejaba que le sostuviesen por tanto tiempo la mirada. Se volvió hasta la mesa de bocadillos y sacó un vaso de coca cola, bebiéndolo despacio.
Las miradas le siguieron toda la noche, cada una más sorprendida que la anterior, tampoco llegó al final de la ceremonia, se fue antes por la incomodidad que le causó la situación, lo ahogada que se sentía y falsa, como una maldita falsa. Deseó por un momento que su madre estuviese en casa, lo deseó con todas sus fuerzas, esperando que sólo desearlo fuese suficiente para hacer que apareciera desde Tennessee. Negó con la cabeza a la simple idea de entrar y se sentó en los escalones bajo la puerta encendiendo un cigarrillo. Dio una calada y lo dejó entre sus dedos antes de hundir su rostro entre sus manos para luego botar el humo, haciéndose a la idea de que pronto tendría que salir corriendo de ahí.
—Te fuiste.
La mirada la alzó enseguida, volviendo a encontrarse con el rubio frente a ella.
—¿En serio? No me había dado cuenta.
Se encogió de hombros, dándole otra calada, ésta vez, más larga que la anterior. Movió sus piernas jugando con la falda del vestido, aún no se lo creía ni ella misma, jamás pensó que llegaría a usar un color como ese, o al menos no en un conjunto entero.
—¿Te quedaste sin llaves? —En respuesta metió la mano al pequeño bolso, de donde sacaría el llavero en forma de gato, moviéndolo en el aire para enseñárselo. Él, por su parte, subió los seis escalones antes del camino liso hacia la puerta, donde, nuevamente, se encontraría con escalones. Emma fue más rápida y se levantó, acortando el camino entre ambos, lo suficiente solamente, aún tenían metros de distancia que les separaban, ella lo agradecía así. —Esto es una locura. ¿Por qué te vistes así? Tu cabello está más corto, incluso tu manera de caminar es diferente. ¿Qué carajos está pasando, Emma?
Quiso reírse, y lo habría hecho de no presionar sus labios en el filtro del cigarro. Recordaba haber hecho las mismas preguntas hace meses, cuando, después de haber sido el de la idea de destrozar la iglesia de la ciudad, se había unido a su familia para alejarse de la "vida en pecado" que estaba llevando.
—Te irás. ¿Es eso?
—¿No que todos nos vamos al terminar el último año?
—Tú te ibas a quedar aquí. Amas este lugar aunque todos lo odien.
Sus ojos ardieron y tuvo que bajar la vista, prefirió echarle la culpa al humo antes de admitir que había dado en el punto débil. Emma jamás tuvo en sus planes irse a vivir a otro lado, y aunque por momentos la idea de independizarse tan lejos de sus padres como fuese posible llegaba a su cabeza, nunca duraba demasiado. Lo suyo era la tranquilidad, ciudades pequeñas, no la locura que se armaba en las calles en ciudades lejanas.
Alex dió un par de pasos hacia ella y le tomó las manos. —Por favor, dime qué está pasando y te ayudaré a arreglarlo.
—Ay, mierda, no. No —Emma se soltó con cuidado, dando un paso atrás para darle una última calada al cigarro y dejarlo caer a un lado. —. Mi mamá está esperándome adentro. —Primera mentira. —Nada pasa, vete a casa. Es tarde y hace frío.
—¿Estás embarazada?
La pregunta le hizo detenerse en seco antes de acabar de voltearse por completo, el pestañeo fue instintivo, ni ella misma podía creer que alguien con quien no hablaba hace meses pudiera hacer una acusación así. Soltó una carcajada que acompañaron lágrimas cayendo por sus mejillas, las limpió de una pasada. Los acontecimientos eran claros, ella era la clase de persona que daba vida, o al menos no en ese momento.
—¿Parezco una TeenMom de MTV? No. No estoy embarazada y cómo carajos piensas eso. Ve con tu mamá, que seguro está preocupada ya y, bueno, ¿Cómo era lo de la hora de Jesús? Esa mierda, lo que sea.
Se volvió nuevamente, sus pies le llevaban directo a donde quería estar, en casa, encerrada, todo el tiempo posible antes de que la bomba estallara; su madre le había abandonado y su padre estaba en la cárcel.
—Te amo.
Emma pasó saliva, sosteniéndose de la manilla para no perder el equilibrio. Su frente estaba pegada a la madera rojiza de la puerta y tuvo que respirar hondo para no salir corriendo de ahí. Poco a poco quedó frente a él con un rostro casi angelical pero destruído, como las figuras de cerámica que su abuela se empeñaba en coleccionar por toda la casa.
—No tienes idea de lo que estás diciendo. No puedes amarme, no puedes arreglar esto y no puedes acompañarme tampoco. Las cosas están así y así serán. No van a cambiar. Y si tienes suerte, esta será la última vez que me veas, así que disfruta de tu verano, ve y conoce a alguien que pueda amarte de vuelta, alguien a quien puedas conocer. Lo siento, pero en unos años me lo agradecerás.
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Se nota lo que se nota
Tarde de domingo fría (afuera o fuera, que lo mismo da). Dentro (que aquí no da igual) ambiente bonito en el teatro en esta segunda sesión de la fase de cuartos de final del concurso de agrupaciones de carnaval de Almería. No está lleno, pero lo parece más. Se nota lo que se nota, que hoy cantan dos grupos de los que suelen ser esperados y de los que arrastran afición. Hoy tenemos cuatro grupos (tres chirigotas y una comparsa) que, a priori, son dos certezas y dos incógnitas que a ver en qué queda la cosa.
Fotografías de Juan Antono Barrios.
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Abre una chirigota de creo que presentan a sala como procedente de Carvaca (que supongo que será el pueblo y no el barrio que tenemos ahí, pasados los Ángeles), se llama ‘El tiempo entre posturas’ y van de embarazadas en clase de yoga. Papelón el de abrir, pero es lo que toca. En lo instrumental, aparte del bombo y la caja, toca una sola guitarra. La música del pasodoble es muy bonita. Y original. Me hubiera gustado escucharla con alguna letra mejor, pero, oye, son las que han escogido y los grupos son soberanos para decidir qué y a qué le cantan. En el primero hablan de su experiencia el año pasado en el concurso, de todo lo malo que les pasó, que han aprendido de la experiencia y quieren agradecerle a todos los que las apoyaron porque en el escenario habrá piques, pero fuera del escenario son como hermanos (transcrito así, casi con literalidad). El segundo viene a decir que las mujeres cobran la mitad de lo que cobra un hombre aunque su trabajo sea el doble, pero para reivindicar los derechos de la mujer, ‘para vencer es preciso escoger bien las armas porque manifestarse desnuda no nos ayuda ni es la manera, hay que usar nuestra inteligencia’. No es el pasodoble mejor cantado de la historia, pero hay que reconocer que la música es bonita (por diferente a lo habitual). Los cuplés sí que están en la media, por desgracia. El primero va de la suegra y el segundo de su ginecólogo durante su primera ecografía. Picantón por ser finos. El popurrí, por su parte, empieza y acaba y entre medias sacan una mierda del tamaño de un balón de playa, luego unas cantan una cuarteta que no iba, paran y retoman con la que era y se acabó. Se lo ponen fácil al jurado.
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‘Pedro’ es el nombre de la comparsa que presenta Yunque y copla este año. Mantiene la autoría de Gabriel Lima Trechera y representan a San Pedro, aunque desde la perspectiva de la reinterpretación del arquetipo. Un San Pedro un tanto ¿macarra? No, macarra no es la palabra, pero, bueno, un San Pedro que no es el típico que sale en el paso de la Cena el Domingo de Ramos. Lleva pantalones skinny de esos que se llevan ahora, tatuajes y un sombrero a medio camino entre la chistera y el chapiri. En la presentación se presentan. Esto parece un pleonasmo, pero no; hay grupos que acaba la presentación y aún no sabes de lo que van, pero no es el caso. Estos acaban y lo sabes. Es más, lo sabes nada más abrir la boca porque dicen que se abran las puertas del Cielo, que se abran, lo manda San Pedro. Blanco y en botella. Ya la cadencia frigia que principia todo dice mucho: sello de la casa, como el repertorio de ritmos que despliega el autor y apuntala la percusión. Una presentación que musicalmente tiene de casi todo carnavaleramente hablando y que levanta a gente de sus butacas.
Los pasodobles, el primero a Carmelo del Águila, alguna deuda pendiente, alguna espinita clavada o, simplemente, ganas de recordarlo. Bonito. El primer pasodoble del concurso escrito en 3/4, por mucho que se diga y se escuche por ahí. El segundo es muy bueno (spoiler): parece que hablan de un padre hablando de su hija y del novio que la ronda a quien entregan su mano, pero en realidad se están refiriendo a Andalucía y a quien en sus manos la dejamos… Y dentro de cuatro años volvemos a hablar. Un gran pasodoble. Los cuplés giran los dos en torno a la tontería esa que le ha dado ahora a más de uno con la alta cocina, los master chef y esas cosas. Simpáticos. El estribillo es bonito. Dice algo así como que si tú llamas a mi puerta yo te abrazo el corazón y así estaremos juntitos, en la gloria, aquí, los dos. En el popurrí, San Pedro no veas como se despacha. Se queda a gusto. Sólo te digo una cosa: escúchalo. Termina con la comparsa en el proscenio recibiendo la primera ovación del concurso. Han gustado o han traído un montón de familiares, una de dos (que son ambas).
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La chirigota ‘Dos iguales para hoy’ vienen de gemelos: dos pijos prototípicos de esos que parece que tienen una finca y cuando le abres la nevera lo único que tienen es un limón, dos de Michael Douglas en Wall Street, la película de Oliver Stone, aunque a mi lado me corrigen y me dicen que son políticos, dos Elvis, dos raperos, dos punks y algún que otro par me dejo por ahí. A sala los presentan con letra y música de José Manuel Martínez Sierra que no sé si será El Taka que escribe para Cádiz u otro José Manuel Sierra. Sea como fuere, se presentan muy chirigoteros y muy chirigoteros lo intentan (unos más que otros) todo el rato, aunque el de la caja tiene menos gracia que una carta de Hacienda y les va entorpeciendo la cosa. Eso sí, el hombre le pone ganas. En la presentación, todo son bromas que esbozan sonrisas en el patio de butacas, pero no arrancan ninguna carcajada. Luego llegan los pasodobles, con una música clásica.
Los cuplés son copiados. La música, digo. Son los de una chirigota callejera (‘Los que se quedaron en los huesitos’) en la que salía Miguel Ángel García Argüez (tan de moda ahora desde ‘Los equilibristas’, ‘Los priosioneros’ o ‘Los luceros’) lo cual es de agradecer porque, puestos a copiar, podían haber copiado los de una chirigota mala, pero no. Traen una música buena, bonita (y espero que) barata. El estribillo, escatológico, va de que ellos y sus hermanos gemelos son dos gotas de agua, pero si comen potaje de garbanzos son dos gotas de agua, sí, pero agua con gas. Puntos suspensivos. El popurrí es simpático. Cuartetas un tanto dispares, unas mejores que otras, pero todas simpáticas salvo las enmarcadas en el topicazo, que esas primero las ves venir y, segundo, cuando llegan, no tienen gracia. Que si ligas con Manuela y luego resulta que es Manolo o como cuando se ligan a la novia de su hermano y resulta que es Ramón. Freud se frotaría las manos y lo que no son las manos con este autor. La última cuarteta es para decir ya me voy, ya me voy, ya ,me voy, ya me voy, no lo digo más, dos iguales para hoy. Ojalá repita el año que viene.
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Cierra la chirigota de Gádor, que van de centauros. Que yo pienso que si difícil es sacar un repertorio, muy sobrado se tiene que ver un autor para decidir: ¿sí? ¿difícil? Pues de centauros. Yo me imagino que estaban el año pasado en la fiesta de la naranja y le dijo uno a José María Sánchez Díaz no tienes huevos de sacar una chirigota de centauros. ¿Qué no? Sujétame el cubata. Y aquí estamos: viendo sobre las tablas del teatro Apolo un grupo que hace tipo clavando los bufidos de los caballos. La percusión marca de la casa, que da igual quién toque, que suena a Gádor. Porque Gádor suena fiel a sí misma, aunque más procaces este año que de costumbre y a mí me tuerce el gesto, porque este grupo siempre ha sido un oasis en el carnaval de Almería, pero este año vaya tela con este año. De todos modos entiendo que por ahí ese humor funcione (cuando recurren a él). Pero no adelantemos acontecimientos que eso pasa en el popurrí. Ahora estamos en la presentación de la que cabe destacar que pasa de los 4 minutos. Es un dato que no sirve para nada, pero dato al fin y al cabo es.
La música es de Jesús Alonso y Juan José Pastrana. Con sello inconfundible así como de eslabón perdido y que conecta dos carnavales, dos áreas geográficas diferentes o dos concepciones diferentes de una misma fiesta. Gádor es la murga más acomparsada o la comparsa más amurgada (entendidos estos conceptos en clave almeriense) y por eso debería erigirse un monumento en honor a cualquier copla que decida entonar: porque nos explica de dónde venimos ayudándonos a entender dónde estamos. Pero no me enrollo. El primer pasodoble es un pasodoble para sus huevos no porque los tengan más grandes que el caballo del Espartero sino porque se lo dedican a ellos mismos. Literalmente. Primero se elogian, luego comparten sus dificultades para salir y terminan diciendo que es que esto engancha. Y es verdad. Así que vamos para arriba, señores, y un año más nos regalan su chirigota. El segundo va sobre el cáncer. Lo hacen como si fuera un cuento y los cuentos no pueden acabar ganando los malos. Es bonito y lo cantan a su manera, como sólo ellos saben cantar los pasodobles y eres de la comarca o no lo podrás cantar nunca igual. El cuplé, por su parte, es largo o lo mismo no, pero lo parece. Tiene muchos guiños al tipo y son simpáticos (el primero a la igualdad entre hombres y mujeres y el segundo a lo duro que es ser caballo aunque acaben hablando de Belén Esteban). Y como vienen muy arropados, su público le pone voluntad: intentan cantar el estribillo, pero imposible. De verdad. Mira que lo intentan, pero no se puede. El popurrí es lo que es. Ya hemos dicho algo. Y si no te gusta, ponte tú y a ver qué cuentas de los centauros durante los 9 minutos y 40 segundos que dura éste. Y así se despide una chirigota que pasará el primer corte. Lo sé yo.
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otxoa-german · 5 years
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Amor a primera vista
Siempre eh creído que este es el amor mas infantil pero a su vez mas duradero. La razón de ello, viene de muchas experiencia obtenidas a lo largo de mi vida, donde eh podido disfrutar cada aspecto o bien matiz del mismo, siendo en contada ocasiones, algo fugaz pero con distinto resultados.
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Me acuerdo uno de mis amores a primera vista, fue una chica de la cual... sin duda alguna no eh olvidado aun. Cuando recuerdo su cara, su cabello largo y sus gestos infantiles... realmente solo puedo decir hasta el sol de hoy en día, que aun le amo. Aun cuando ella cambio sus cabellos por un estilo como de Gumi, aun cuando ella a pasar los años nos separamos hasta darse el final. La diferencia de este amor a todo los que voy a comentar mas adelante, es que yo no sabia que ella me gustaba; era al principio un ideal. Una especie de cosa que ni yo mismo se como hallarlo, solo puedo decir... que me gustaba el papel que desempeñábamos cada uno.
Ella y yo nos tomábamos unos puestos imaginarios, ella como jefa y yo como secretario. Era un juego de nosotros que termino siendo una cosa muy seria... hasta que ella me confeso sus sentimientos. Fue entonces que  caía en cuenta que desde el primer momento que la conocí, quise participar en su vida; sin saberlo... estaba amándola desde el primer instante, eso no parece acabar.
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En algún punto de mi vida, todo se me fue de las manos y busque llenar ese hueco que siempre esta latente en mi persona. Fue tal el caso que busque otros amores, intente lo mas posible engañarme y pretender que las cosas podían ser suplantadas. Una de ellas fue una chica que conocí en una estación de tren, era una mujer blanca de labios rojos y cabellos aun mas rojo. Era completamente llamativa y lucia unos ropajes de cuero que hacían mucho juego. 
Yo en dicho momento, pense: Venga... tengo mi cuaderno de dibujos, mejor la retrato. Igual ni se da cuenta, esta bastante lejos sentada en la escalera; esperando como todos el jodido metro. Asi que no va mal, intentar plasmarla... es llamativa.
No negare que me fascinaba, era un amor a primera vista un poco mas pintoresco, ya que solo estaba idealizandome una imagen.  Hasta que ella se dio cuenta que la dibujaba... cualquiera pensaria que se sentiria asqueada o demás, puesto que en verdad iba muy desarreglado. Pero no, ella mas bien se me quedaba viendo fijamente... y cuando llego el metro y pense quitar aquella tensión de novela, se me sienta a mi lado a ver como detallaba el dibujo; que ya de por si daba por sentado que no le vería mas. Termine el dibujo y se lo entregue, me fui aun cuando ella me llamo y no voltee atrás. Porque?, por que sabia que al conocerla no llenaría los estándares que estaba buscando, no quería sencillamente destruir aquel bello sentimiento, conociéndola.
Ahí fue cuando me di cuenta el valor de un amor a primera vista, puesto que no necesitaba conocer esa persona, su pasado, ideales o gustos. Me bastaba con crearlos y imaginarlos; obviamente el cuestionarme el porque no conocerla, pero a su vez agradeciendo el no haberlo hecho.
Fue hasta entonces.... donde ya con la madurez, se quitaba la incertidumbre en muchos casos, y al tener otro de esos amores de primeras vista. Me volvió a ocurrir, yo le vi y me pareció interesante; ella solo reía y me vio igual. Enseguida le hable y logre entablar una presentación un poco tímida, tan falsa como era posible hacerlo. Pero lo hice, solo para que ella me viese de una forma simpática, que encajara quizás con su también idealizado concepto. Para mi sorpresa, enseguida al conocerla y salir con ella la tercera vez... le bese, pero no porque me gustaba, sino porque era extremadamente insoportable!, era un mujer tan monótona y aburrida que sus palabras me eran molestias y preferí besarla para callarla que seguir escuchándola.... y entonces me correspondió, fue así como tuve una novia temporal.  Fue tanto el hecho, que cuando tuvimos sexo... no fue planeado; fue algo que ella estuvo incitando hasta llegar a tocar mi miembro. Y veamos, soy hombre... soy complicado claro esta, pero soy un hombre hecho y derecho. Mis necesidades salen a flote, enseguida me deje llevar y disfrute del sexo.... pero sabes que es triste? saber que apenas terminaba el sexo... volvía a encontrarme con aquel ser que no toleraba. Llamándole el taxi, y volviéndose una escena un poco común en mi vida.
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Fue como me di cuenta... lo que era un amor a primera vista, correspondido. Un amor a primera vista idealizado y entonces un amor a primera vista... desencantado. Es que realmente el amor siempre es un tema que me causa un gusto el analizar, sobre todo porque en mi vida eh tenido diferente tipo de amores. Llegando hasta escuchar como una vez alguien me dijo “Tu no amas a nadie, solo te amas a ti mismo”, ES QUE  es obvio. Para amar a otros, hay que amarse uno mismo. En mi vida, puedo decir sin duda alguna que solo eh amado de una manera tan alocada pero exagerada... que daría la vida por esas personas. Una ha sido Ayasap, alguien que es sumamente importante en mi integridad como ser humano. Ademas que deseo con todo mi corazón que ella sea con quien sea, pueda ser feliz. Aun si ello representa no estar en su vida. Otra persona sin duda alguna es Touda, alguien que desde que vi... supe que era una persona especial. Claro no es un amor sexual, pero si es un amor que supera a cualquier amor que tendría a un familiar o ser, es como si fuera un gemelo. Aunque somos muy diferente en muchos casos, es alguien que con gusto sacrificaría mi felicidad por la suya.
Entonces eh de decir que el amor es complejo, pero es mas complejo el amor a primera vista. Porque el correspondido que fue a su hora, el que mas me marco en todos mis años. Es exactamente la persona que en la actualidad aun amo, pero se que no soy lo mejor para ella... por ello rechazo España, por ello temo pisar un pie en España y hasta eh tomado otras rutas para postergar mi llegada a dicho país. Porque no me siento con el valor de verle, porque siento que si llego a verla.... querer intentarlo, y se que lo arruine. Se que aunque fue mi primer amor sincero, fue también a quien quizás hice mas daño, sintiendo que aunque mis impulsos dicen algo... apelo a la razón y bueno, acá me encuentro en Colombia, no?
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Seguro haré muchos blog sobre este sentimiento y siempre este remarcando a estas dos personas... ya que esto no es con propósito de llegar a ningún lado, es con el propósito de poder escribir todo aquello que eh callado y quizás pienso, aun siendo tan impulsivo y fuerte de carácter.... cualquiera diría que no soy capaz de guardarme tantos comentarios, pero la verdad solo soy otro cobarde del publico que termino en el escenario un par de veces en la vida de la gente, por mera suerte. Se que cuando vaya a argentina... no solo vere a gente que quiero con todo mi corazon con mi mejor amiga lau o una chica espectacular que es como mi hija. Sino que, se que volveré a estar escapando, se que volveré... a cambiar de nombre, edad, apellido y situación. Porque me acostumbre a reiniciar mi vida, seguro sera asi siempre... hasta que encuentre algo que me retenga.
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trworshippers · 7 years
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Capitulo 12
Capitulo 12
Eleanor
  Después de todo el día en el Electric Carnaval, cuando regresaron al coche todo estaba silencioso tanto Jasper, que se preocupó de esconder a todos los chicos con los que había estado flirteando todo el día, como su hermano Liam que no había dicho nada desde que volvió de hablar con Willow.   Con que Eleanor no tuvo ningún reparo en iniciar una conversación. —Estuvo bien el día, ¿verdad?—Estaba de buen humor a pesar de los acontecimientos.  Ninguno de los dos dijo nada se mantuvieron callados. Eleanor decidió seguir ese plan y callarse; saco su teléfono para distraerse. Al llegar al palacio, Jasper salió primero, después Liam y finalmente ella ya que cuando pasó al lado del guardaespaldas no dudó en retarle y mirarle. Llegó a la habitación y minutos después Jasper apareció, Eleanor se levantó. Se acercó a Jasper. —¿Me podrías bajar la cremallera por favor?—le pidió.   Estaba tranquila, Jasper la bajó y  Eleanor dejó el top en la cama.   Se empezó a quitar la ropa y Jasper estaba intentando no mirar. —¿Lo has pasado bien hoy?—dijo mientras se ponía el sujetador.   A lo que Jasper no dudó en responder. —No mucho, no.  Estaba claro de qué iba el juego que había iniciado y no dudaba en seguir esa misma línea. —¿Por qué no? —Creo que tú lo sabes.—Obviamente ese tono en que lo dijo Jasper daba a entender que estaba celoso. —¿No te gustaba la música?—Se desabrochó los shorts—. Pues a mí me ha parecido un día genial.—Cayeron los pantalones al suelo. Cogió otros pantalones que tenía. —Buena música, amigos simpáticos...chicos guapos.—Se giró para mirarle  a lo cual él apartó la mirada—. No es que los chicos guapos fueran lo importante. Pero...no me molestan.  Jasper volvió atacar. —Ya lo has dejado claro.  Eleanor se puso la camiseta. —¿El qué?¿Estabas celoso?  Con una cara de odio dijo: —Pues claro que lo estaba, me he pasado las últimas doce horas viendo a un puñado de capullos ligando con mi...—paró de hablar, tomó aire y soltó—... quiero estar contigo. Ya lo sabes pero nunca lo aprobarán... nunca podremos pasar días juntos como el de hoy.—Hizo otra pausa—. Averiguarán mi pasado, me da igual, lo hecho, está hecho pero lo usarán contra ti.Y eso está mal. No puedo hacerte eso, nunca podría.  Eleanor con una sonrisa le dijo que le acompañara y la siguió hasta la biblioteca.  Al llegar allí le contó una historia. —Hace 600 años, alguien de la familia real, una joven reina, se enamoró de su guardia.  Jasper soltó un comentario chistoso: —¿Se veían con otros?.  Eleanor con cierto tono le dijo: —Cuidadito.—Continuó con la historia—. Comenzaron una relación épica y revolucionaria. Discretamente en secreto, era peligroso pero no les importaba. Se escribían cartas de amor, románticas y desgarradoras cartas de amor y las escondían en un libro hueco.—Se dirigió a la estantería y cogió el libro—. En éste—se lo mostró—. Siempre que vengo a esta biblioteca miro dentro, por si hay una para mí.  Jasper le estaba escuchando atentamente y no dudó en compartir su opinión. —No es justo que te conformes con alguien que tendrás que esconder al mundo.  Ella quería ser feliz y dejarse de la tontería que se traían. —¿Quien habla de conformarse?  Jasper parecía interesado con la historia y no dudó en preguntarle cómo continuaba. —¿Qué pasó con la reina y su guardia?  Eleanor se sentó en un borde del sofá. —Se casaron, tuvieron dos hijos que hicieron cosas importantes. Uno de ellos se llamaba Jasper.—Estaba sonriendo—. Jasper Tudor, seguro que te suenan los Tudor. Es una historia real.  Los dos estaban en armonía, tranquilos, no se estaban echando nada en la cara. Se sentaron en el sofa.  Jasper con una sonrisa. —Me parece increible, ¿lo sabías?    Y Eleanor le correspondió. —Claro que sí. Podrías escribirlo un día de estos.   Eleanor se acercó un poco más y le besó. —Quizás deberíamos empezar algo, hemos pasado mucho y necesitamos ser felices o intentarlo.  Jasper le contestó: —Creo que estoy de acuerdo con eso.—Y le devolvió el beso—. Creo que empezaré con esa carta.  Escucharon un ruido detrás de la puerta y no dudó en levantarse y mirar quién era pero no vio a nadie.
Liam
 Desde la vuelta en el coche había estado callado no se podía imaginar a ver visto a Kathrym y Robert juntos en público y mas sabiendo que se especulaba cosas sobre el regreso de él.  A la mañana siguiente era la presentación oficial de su hermano y había llamado a Jasper a que le acompañara hacer unos asuntos afuera de palacio, al salir se encontró con el.   Le dirigió una sonrisa. —Buenos días, Jasper, se te ve con muy buena cara.  Jasper no dudó en contestar a su amigo: —La verdad es que no me puedo quejar, he dormido muy bien....—Liam enarcó una ceja—. Estuve con Len, y por lo que se ve vamos a intentarlo.—Realmente estaba feliz por ellos se lo merecían.  Tanto Liam como Jasper se dirigieron al coche hacer los recados que tenía en mente pero antes de todo se pararon en un bar.  Jasper se le quedó mirando. —¿No tenías que ir a hacer unos recados? Y no me digas que pararse en medio de un bar está en tu lista.  Liam con cierta sonrisa: —En realidad no, pero que mi hermana y tú estéis juntos es algo importante contando por todo lo que habéis pasado.  Entraron en el bar y se sentaron, cuando le fueron a atender allí estaba ella, Kathrym, la supuesta novia de su hermano.  La muchacha se acercó a ellos y les saludó: —Buenas, Liam, no tenía pensado verte por aquí.    Liam le contestó amablemente: —Quería salir un poco de palacio y despejarme de todo este lío.  Kathrym cogiendo la bebida favorita de Liam lo dejó en la barra y después se fue a buscar dos vasos. —Todavía me acuerdo.—Echó la bebida en los dos.   Liam le correspondió con una sonrisa. —Gracias K. ¿Qué tal te lo pasastes en la fiesta?    Kathrym le contestó. —Estuvo bien, añoraba esas fiestas, te vi que estabas con esa chica castaña,¿es tu nueva novia?   Liam no se esperaba esa pregunta y menos viniendo de ella.   No quería hablar del tema. —Bueno, en realidad no, somos amigos.   Kathrym y Liam estuvieron hablando la mayor parte de la mañana hasta que llegó un cliente y la rubia le tuvo que atender.   Jasper estaba mirándole con un semblante serio. —Creo que lo de los “asuntos” era una mentira para venir a verla ¿o me equivoco?   Liam sonrió: —Quería verla, hubo una época que la tenía cierto aprecio pero estaba con mi hermano y no pudo ser, ahora sólo la veo como una amiga. En cambio Willow, me gustaria sorprenderla.
Jasper
  Cuando salieron del bar se dirigieron de vuelta al palacio ya que por la tarde tenía la presentación de Robert, y Liam tendría que prepararse. Así que aprovechó de hacer lo que tenía pensado: escribir una carta para Eleanor.  No sabía qué escribirle, la amaba pero no sabía cómo expresarlo así que pidió ayuda a James. Confiaba en él, y estaba seguro de que accedería a ayudarle.   James estaba en el despacho.   El viejo Zorro Plateado le sonrió: —Buenas tardes, Jasper. ¿Qué le trae por aquí?¿Algún problema?   Jasper dudó en cómo empezar. —Pues, quiero escribirle una carta a Eleanor pero no sé qué decir, cómo expresarme.  James se echó las manos a la cabeza. —Está bien, aunque creo que es una cosa entre vosotros dos.   James empezó a escribir y media hora después había finalizado la carta.   Jasper la cogió. —Es perfecta.   James se levantó. —Me alegro que estén juntos finalmente.  Jasper salió del despacho y se dirigió hacia la biblioteca, una vez entró cogió el libro e introdujo la carta en el espacio hueco. Antes de irse a preparar los últimos arreglos para la presentación de esa tarde se pasó por la habitación de Eleanor a la que entró sin llamar. —Buenas tardes, Len, te ves preciosa.    Eleanor estaba haciéndose los últimos retoques para la presentación. —Bueno, hoy debe estar todo bien.—Se acercó y le besó.   Jasper le correspondió el beso. —Te eché de menos. Eleanor sonrió: —Y yo a ti, y hoy va a ser una tarde larga pero después podemos vernos....   Jasper le cogió de las manos. —Me parece bien.   Minutos después se fue.
Eleanor
  Salió de su habitación y se encontró con su hermano mayor.   Cerró la puerta y se le unió. —¿Nervioso?—preguntó.   Robert siempre tenía esa seguridad en él. —La verdad es que no, esos periodistas no son nada comparado con estar en una isla.—Su tono cambió:—Quiero preguntarte sobre Jasper y que me digas la verdad.  Eleanor no sabía cómo enfrentar la situación, tensó la mandíbula. Era mejor ser directa: —Pues es mi novio y le quiero.  Su hermano ya venía sospechando algo hace un tiempo. —Quiero lo mejor para ti pero él...—hizo una mueca de duda—... no me termina de convencer.   Robert era muy protector con ella pero las cosas habían cambiado. —Jasper es perfecto para mí, no es un capricho ni nada por el estilo. Cuando llegaron al salón principal tuvieron que interrumpir la conversación; se encontraron con Liam, su madre y los asistentes de ella, les estaban dando las últimas indicaciones. Minutos después llegaron James y Jasper.   Salieron ante los fotógrafos los tres hermanos y su madre. —Me alegro que estéis aquí, hoy es un día importante ya que mi primogénito regresó, a salvo, no murió—habló la reina con total seguridad:—Todos querréis hacer preguntas sobre su regreso.  Tomaron asiento y los periodistas empezaron a preguntar, después de toda esa ronda de preguntas tanto Liam como Eleanor tuvieron que hablar de cómo habían reaccionado a su llegada.  Al acabar la rueda de prensa los periodistas se fueron. Helena les anunció a sus hijos que habría una cena tras de esto, cosa que no les habían avisado.   Eleanor mandó un mensaje a Jasper ya que se estuvo conteniendo durante toda la presentación. Él la estuvo mirándo durante todo el rato.   Cuando estaban sentados a la mesa alguien apareció en el comedor y era él, Eleanor sonrió: —Espero que no os importe, pero le invité a cenar—dijo Eleanor, proyectando una felicidad que no había tenido hace mucho tiempo.   Robert le miró con una cara de pocos amigos, en cambio, su madre y Liam le aceptaron con los brazos abiertos.
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rucamu-blog · 4 years
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Una noche en “El Subterráneo”
Presentación de un libro de poesía de una chica de unos veinte años en el bar Los Remedios. Se ha vuelto a poner en marcha “Poesía en el Subterráneo”, las Jam Sessions mensuales que el mes pasado hizo tres años que le dimos comienzo y que abandonamos alrededor de mayo del 2015. Clo, una joven poeta ceutí, se puso en contacto con Jose María (el dueño del bar) y conmigo para ofrecerse y hacerse cargo del proyecto. Yo acepté encantando, pues en cierto modo me apenaba que aquello desapareciese de forma tan repentina; al fin y al cabo habíamos vivido grandes noches para el recuerdo, de letras y alcohol. Además, el hecho de que una chica de unos veinte años se hiciese cargo de toda la parte organizativa y que arrastrase así a una nueva generación, fresca e ilusionada que sustituyese al cementerio de elefantes en el que se habían convertido las últimas sesiones del subterráneo, me gratificaba como padre fundador.
               La presentación, sin embargo, fue un completo fracaso. Presentaba una amiga de Clo que estudia Filología Hispánica en Madrid y que, pese a contar con apenas veinte años, había conseguido publicar en una editorial independiente.
               La cosa empezó a torcerse cuando apareció, sin que nadie lo esperase, el poeta Paco León. Portaba una bolsa llena de libros, de sus libros, que había presentado en la Biblioteca Pública hacía unos meses. Nada más llegar me hizo saber que quería volver a presentarlo esa misma noche, a lo que yo le contesté con la propuesta de dedicarle a él en exclusiva otro día para que pudiese lucirse y explayarse a su gusto. Me negó con la cabeza empecinado en hacerlo en esos momentos.
—Es absolutamente necesario—me contestó, con solemnidad. Decía que la cabeza le bullía poesía, que había estado practicando en casa y tal.
Sacó un libro de la bolsa y me lo ofreció.
—Un regalo.
Le dije que no era necesario, que ya tenía uno. Me lo había dedicado el día de la presentación.
—No. Este te lo regalo yo. Y del que me compraste te voy a devolver el dinero. Fuiste el único que pagaste el libro. Te lo voy a devolver.
Después de insistirle en que no era necesario, que había comprado su libro con mucho gusto, pues yo a él lo consideraba un artista y que a los artistas había que pagarles por su obra, aceptó, pero a cambio de invitarme a un par de copas.
Sabía lo que iba a ocurrir aquella noche. Paco tiene problemas psíquicos, una especie de trastorno de la personalidad o un tipo raro de esquizofrenia que sin tratamiento puede llevarlo en pocos minutos a caer en una espiral vertiginosa en la que el mundo se le vuelve del revés. Era obvio que se estaba medicando, pero en sus ojos una sombra inquietante hacía pensar lo contrario. Y eso era de temer.
Comenzó la presentación de la joven poeta. De entrada hizo alusión al poco público congregado, lo que me dio idea de algo que corroboré más tarde. Poemas de amor, de desamor y de masturbación vaginal. Algo que esperaba y nada que no hubiese escuchado antes. Pero con veinte años de que cojones nos iba a hablar. Después de cada poema aplaudíamos tímidamente las siete u ocho personas que en la galería nos habíamos congregado. A cada poema, Paco escudriñaba mi mirada buscando consenso.
—Es buena la niña—decía, profundamente convencido. A lo que yo contestaba apretando los morros.
Una vez concluyó el relato de su dolorosa vida de estudiante de filología hispánica y tomó asiento, Paco dio un respingo del suyo y se dirigió decidido al escenario.
Comenzó con una larga introducción que incluía una reseña autobiográfica y un compendio de sus referencias literarias, mezcladas con algunas chanzas que la mesa que conformaba la joven poeta y sus amigos recibían con amargor, al no comprenderlas. Se les veía inquietos, mirando el reloj, haciendo gestos de hartazgo combinados con alguna mirada a los cielos en señal de súplica y algún que otro resoplido. Cuando Paco se disponía a leer me miró y supe lo que significaba esa mirada. Me llamó al escenario para que leyese alguno de sus versos, pues él no se veía capacitado. No era la primera vez que me utilizaba como portavoz de su poesía, así que no me costó ningún trabajo acceder a su petición. Ataqué el poema con brío, finalicé y se oyeron algunos aplausos. Paco me echó a un lado y me arrebató el libro, dispuesto a seguir él con su discurso.
El nerviosismo en la mesa de la chavalería aumentaba. Estaba claro que entre sus planes no entraba la de aguantar las pajas literarias de un carca de cincuenta años con claros signos de derrumbamiento mental. La poeta, aquella niñata, se levantó de su asiento mirando el móvil con desinterés y se dirigió al servicio mientras Paco hablaba de su amado Pier Paolo Passolini.
—¡Ya no te compro el libro!—le soltó Paco mientras se alejaba.
Jose María y yo nos reímos para quitarle hierro al asunto, pero era evidente que no lo había dicho de broma; le había jodido de verdad la interrupción. Continuó leyendo dos poemas más extensos que el que yo había leído y volvió a llamarme al escenario. Tenía que acabar con aquello antes de que se nos fuese de las manos. Al llegar al estrado, Paco me pasó el libro. Me señaló uno de los poemas. Mire la siguiente página y, tras esta, la que le seguía. Un poema extenso, de unas tres páginas de longitud. Una de las cabronadas de Paco, cuando se venía arriba. Comencé la lectura. Debido a que llevaba ya cuatro copas encima, me costó la misma vida dar con el tono correcto. Cuando iba por la mitad, decidí que nada más concluir el último verso tenía que poner fin al show. Terminé y levanté la miraba. Estaba presto a lanzarse de nuevo al escenario, pero yo me había preparada algo para impedirlo.
—Paco, vamos a finalizar con la dedicatoria de la primera página que aparece a modo de introducción y que a mí especialmente me gusta. ¿Te parece?
Se quedó helado, a medio camino del escenario. Dijo contrariado que aún le quedaban siete capítulos por leer y que íbamos por el segundo.
—Ya, Paco, pero esto no estaba previsto. Creo que es mejor que organicemos una presentación en exclusiva para ti el próximo día.
—Pero es que aún no he terminado.
—De acuerdo Paco, pero es que yo me quiero ir a casa—dije, ahora sí, un tanto irritado.
Está bien, dijo, y cambió el semblante.
Aun así quise hacerle un homenaje. Tenía mis razones para finiquitar aquello. La emoción de leer y escuchar sus propios versos podían llevarlo al paroxismo, y no estaba dispuesto a brindarles a esa panda de niñatos el espectáculo de ver en directo el desmoronamiento de un buen hombre.
Ataqué el fragmento anunciado.
 “Lamento haber tardado tanto en poner esta dedicatoria que ya tenía en mente cuando escribí el poema; todos lo conocían pero nadie supo decirme como se llamaba aunque casi todos sabían de quien hablaba, el otro día coincidí con un conocido que era dueño del bar que frecuentaba más a menudo, antes de marcharse de Ceuta y me lo dijo. Su profesión era la de médico, su problema el alcohol, pero la pasión que determinó cada paso que diera en su vida fue la poesía. Solo entablé relaciones con él una larga noche que espero tener algún día la lucidez y el temple para poderla narrar, y aunque con algún que otro desagradable incidente de por medio, acabó siendo su noche, recitó no menos de cuarenta poemas, y solo tuvieron cabida tres autores que recuerde; Byron, Hölderlin y él mismo. Tengo que admitir que su poesía no me pareció demasiado buena, pero me demostró que era un verdadero poeta porque amaba la poesía.”
 Me sorprendía que alguien al que uno podía tener frente a frente y que parecía flotar en el éter de un planeta lejano, pudiese escribir un fragmento tan bello como aquel, con inteligencia y lucidez.
Di las gracias y bajé del escenario; ni siquiera se oyeron aplausos. Había ganas de marchar a casa. Los jóvenes se levantaron rápidamente para colocarse los abrigos. Casi sin despedirse, tal como llegaron, desaparecieron. Jose María me dijo más tarde que el libro que aquella chica le había dado para exponerlo durante la semana sobre la barra, a eso de anunciar la presentación, se lo había vuelto a birlar la muy cerda.
Paco estaba muy molesto. Tanto por haberle impedido terminar su presentación como por la joven poeta, a la que había alabado con sinceridad, y que tan irrespetuosamente había correspondido cuando le había tocado a él.
—Pensaba comprarle el libro—decía apenado, con la cabeza clavada en el suelo—era buena, pero le falta verdad.
Qué razón tenía. Si algo tenía él era eso. Le podía a uno gustarle más o menos sus versos, pero rezumaban dolor auténtico, nada impostado. Tal vez su obsesión por Pasolini y Marilyn Monroe podía llegar a cansar, pero siempre demostraba una gran erudición y un gran conocimiento de la técnica.
De pronto, atravesando la oscuridad de la galería, apareció su hijo. Le dijo que en casa estaban preocupados porque no contestaba al móvil.
—Estoy bien—dijo algo molesto—dile a tu madre que estoy bien. Llámala tú. Yo no me voy hasta que Rubén se termine su copa.
Mire a su hijo a los ojos para que comprendiese que estaba con buenos amigos y que cuidaríamos de él. Creo que el chico comprendió. Se marchó medianamente tranquilo.
Paco pidió una copa y empezó a hablarme de su próximo libro, de sus peleas en foros de internet y de su eterna obsesión de crear conmigo una revista literaria.
—Vamos a hacerlo, Rubén. Yo pongo el dinero que haga falta.
—Paco, amigo. No puedo comprometerme. No soy una persona que cumpla sus promesas. Si tú te encargas yo colaboro con textos, pero no puedo involucrarme como editor o para recopilar textos de otros escritores. Sería un fracaso.
—No, Rubén. Tenemos que hacerlo. Eres un gran organizador y un gran maestro de ceremonias. Claro que puedes.
—De verdad, Paco. Yo no te puedo decir que sí y luego no hacerlo. No sería capaz de decepcionarte, por eso prefiero decirte la verdad.
—Voy a hablar con el director de la Biblioteca Adolfo Suarez. Este lunes me pido el día libre y voy a ir a hablar con él. Lo hacemos entre los tres.
—De acuerdo, Paco—dije, ya agotado—lo vamos hablando, ¿te parece?
—Tenemos que llegar al menos a los tres números. Tres números sería un éxito.
—Lo vamos hablando, Paco. No te preocupes.
Daba igual lo que le dijese. No estaba aquí, con nosotros. Vivía en el país de la literatura. Un lugar lejano en el que cuando se entra es difícil escapar. Comenzó a hablarme de Hölderlin, otra de sus obsesiones. Me dijo también que estaba volviendo a Nietzche. Le dije que había un libro de Stefan Zweig en el cual hacía unas magníficas descripciones psicológicas de estos dos personajes, junto a la del dramaturgo alemán Kleist. Me dijo que él no había leído eso. Insistí en que le gustaría, por Hölderlin. No lo he leído, volvió a contestarme, desde la región más helada de su fantástico cerebro. Si no formaba parte de su mundo literario no existía, por lo que no había forma de dialogar con él sobre algo que no conociese.
Volvió a retomar el tema Pasolini. Aseguró que era el mejor poeta del siglo XX después de él. Le sonreí y le dije que de eso no me cabía duda. Me respondió con otra sonrisa que por un momento me pareció real, como si de pronto hubiese vuelto al mundo de los vivos y hubiese entendido mi cariñosa ironía, pero no tardó en volver el velo a sus ojos.
—Tenemos que hacer la revista—. Masculló, alucinado.
Anuncié que ya era hora de que nos marchásemos. Me levanté y dejé la copa tras la barra. Era tarde y me preocupaba que se marchase borracho y solo en la oscuridad hasta su casa. Lo animé a que cogiese un taxi, pero se negó. Prefería pasear para que se le pasase la borrachera, para que su mujer no le regañase. Le di un abrazo y le dije que estaríamos en contacto.
Sacó todos sus libros de la bolsa y me los entregó.
—Te los vamos a vender aquí en el bar, no te quepa duda.
—Regálalos. Después del fracaso de esta noche…
—Tú nunca decepcionas, Paco. Eres el mejor poeta que ha pasado por “El Subterráneo”, créeme.
Mientras lo veía marcharse y yo recuperaba vilmente mi copa escondida detrás de la barra, pensé en qué posición me dejaba lo ocurrido aquella noche. En si había sido bueno o malo, en si había en mí, después de todo, algo de verdad.
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isabella880 · 4 years
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“Le pediría a la gente joven que piense en sus padres y abuelos”
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Día 4 en el estado de rebato y una nueva viaje sin actividad en la Ciudad Deportiva de Abegondo. Sin confiscación, José Luis Míguez ‘Luisito’, técnico del Fabril, atendió a los medios de comunicación a través de una rueda de prensa supuesto, como ya hizo el día preparatorio Manu Sánchez, responsable del Depor Abanca. Los periodistas enviaron sus preguntas al sección de comunicación del Deportivo y el preparador respondió a través de su teléfono.
Luisito mostró su preocupación por la crisis del coronavirus Covid-19, la prioridad por delante del fútbol, la competición o su futuro en el club blanquiazul. Pese a ello, se mostró satisfecho con el paso delante de Mujaid en el primer equipo y por el presentación de varios futbolistas del filial en la Copa del Rey esta misma temporada. Desveló, adicionalmente, que nadie en el club le exigió pelear por el avance a Segunda B y recalca que la bordadura de un ‘B’ es siempre formativa.
1. La tribu y la vitalidad, lo primero
El preparador de Teo profundizó en su situación personal: alterna entre su domicilio de Santiago, donde reside con su mujer y sus hijos, y el de su origen, en su Teo oriundo. “Es lo que más preocupado me tiene. Cumple 91 años el mes que viene y es una de las personas vulnerables. No quiere salir de casa, porque de cabeza está perfecta y lo entiende todo. Solo deseo que esto se acabe cuanto antes”. explicó.
Luisito pide conciencia, sobre todo a los más jóvenes: “Hay cosas que se me escapan, pero lo que sí pido es hacer caso de lo que marque Sanidad. Veo personas por la calle y creo que son unos inconscientes. Le pediría a la gente joven que piense en sus padres y abuelos. Son más fuertes y deben hacer un esfuerzo por la gente vulnerable. Hoy por ti mañana por mí. Creo que la sociedad está ahora más concienciada, pero esto va para largo y debemos concienciarnos de que lo vamos a pasar mal. El día de mañana podremos contar que pasamos estas dificultades en los tiempos que estamos”, argumentó.
2. La competición, en un segundo plano
En un segundo plano para el preparador están el regreso a la competición y el desenlace de la Tercera División, aunque muestra su deseo por finalizar la temporada con normalidad cuando sea posible: “Si se acaban Primera y Segunda será más que nada por intereses económicos, pero de Segunda B para abajo tengo mis dudas. Creo que no se van a terminar. Me da la sensación de que será así, pero es una sensación individual. Ahora mismo me inclinaría a que no se van a jugar, pero ojalá me equivoque porque quedan muchas jornadas. A mí me gustaría que no se parara, pero es lo que hay, lo primero es la salud”.
Si se acaban Primera y Segunda será por intereses económicos más que nadie
3. Entrenamientos adaptados
Para que los futbolistas del Fabril no pierdan su condición física, y como han hecho el resto de equipos del club, Luisitio y su cuerpo técnico han planificado entrenamientos caseros para la plantilla: “Tenemos un grupo de WhatsApp por donde mandamos todo el trabajo. El club dio orden para que los chicos se fueran a sus casas porque esto va para largo. Cada uno se encuentra en su domicilio familiar y lo que tienen que estar es atentos para llegar al día siguiente a Coruña si esto se reanuda. Solo les pedí que se cuidasen. Eso sí, estoy deseando verlos porque los entrenamientos eran muy amenos”.
Eso sí, las consignas han cambiado en cuanto el cuerpo técnico conoció las condiciones del estado de rebato: “Hablando con el preparador físico tuvimos que cambiar el plan de trabajo porque muchas tareas las tenían que hacer fuera de casa y no pueden. Les vamos a enviar otro tipo de trabajo para que lo hagan en sus domicilios. Sé que los niños se entrenaban conmigo a un nivel muy bueno. No dudo de que si se reanuda la liga volverán lo mejor posible”.
Séptimo clasificado a siete puntos del Barco, que marca la zona de ‘playoff’, y con merienda jornadas por delante, ¿cuáles son las opciones de divertirse la etapa de avance para el Fabril: “Imposible no lo veo. ¿Qué pasa? Que a mí nadie en el club me dijo que el objetivo prioritario era ascender y este es un equipo súper joven, el más joven desde hace años. Si se reanuda la liga vamos a pelear los últimos 33 puntos como el comer y hasta el final, pero yo desde el primer minuto prioricé que los jugadores llegasen al primer equipo antes que los resultados. Si se quisiera otra cosa, a este equipo habría que dotarlo de tres o cuatro jugadores con más empaque”.
4. Feliz por Mujaid, uno de sus favoritos
El mayor responsable del segundo equipo blanquiazul se felicita por el buen momento de Mujaid en el primer equipo y por el presentación de Valín, Gandoy, David Sánchez y Kanouté en la Copa del Rey: “Es lo que más satisface a un entrenador del filial”, recalcó antiguamente de pararse en el central riojano, uno de los habituales a las órdenes de Fernando Vázquez. “Cuando llegué no contaba ni para los juveniles. Era un chaval con una planta increíble, pero que estaba apartado. Ahora estoy súper feliz porque él y yo sabemos lo que pasamos. Las conversaciones son privadas. Si él quiere contar alguna, que la cuente. Pero si hay alguien feliz de que Mujaid esté triunfando soy yo. Y yo sé lo que le pasó al chaval. A base de hablar con él, con mucho trabajo, diciéndole que si quería ser futbolista tenía que cambiar muchas cosas, ha conseguido esta recompensa. Ahora es un futbolista importante en el primer equipo. Me alegro y ojalá no sea flor de un día. Solo depende de él”.
5. Juan Rodríguez, la última perla
Otro central surgido de las categorías inferiores por el que fue cuestionado Luisito es Juan Rodríguez, alegre de segundo año y ya uno más en el Fabril: “Es un futbolista con una proyección tremenda. Es un niño al que le queda otro año de Juvenil. Yo, igual que todo el club, tenemos unas esperanzas tremendas en que llegue al primer equipo. Tiene una educación exquisita y unas condiciones tremendas, pero evidentemente le queda mucho. Necesita que su entorno sea favorable y que le ayude, pero estoy convencido de que el Deportivo puede tener un jugador de nivel muy alto”.
El técnico destacó adicionalmente su plena disposición cerca de Fernando Vázquez y el equipo: “Si nosotros no jugamos más y el primer equipo sí, estaría encantado de la vida de que Fernando contara con algún jugador. Está siempre muy atento a los chicos del filial y si alguien es feliz de que debuten, soy yo”.
6. Futuro incierto en el banquillo blanquiazul
Luisito cumplió el pasado febrero un año como preparador del Fabril. Cogió al equipo en la última posición del peña 1 de Segunda B y trece puntos por debajo de la permanencia. En su presentación logró la trofeo, pero fue incapaz de evitar el descenso. Con entendimiento hasta el 30 de junio, su futuro es todavía una clavo: “Evidentemente hablé y hablo bastante con Richard Barral, pero con quien tengo más contacto es que con Fernando Vazquez y Albert Gil. Estoy centrado en acabar la temporada, lo de renovar no depende de mí y por lo tanto no pienso en ello”.
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theysayimtooyoung · 6 years
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Ibiza, 2013.
Era un milagro, las oraciones de su padre al fin habían sido escuchadas por lo que sea que estuviese allá arriba y Beatríz Balmaceda había salido de casa sin darle pelea antes de cerrar la puerta.
Poco sabía de sus primos paternos, no había convivido con ellos lo suficiente como para decir que eran los mejores amigos de la vida, pero se llevaban bien y se respetaban, incluso le entendían cuando decía que no quería estar en España, pero en ese preciso verano, las cosas cambiaron. Quizás un poco de aire fresco, arena y mar le hicieran cambiar de opinión.
Las maletas estaban listas con todo lo necesario y una emoción se palpaba poco a poco en una sonrisa sincera y hasta radiante. Irían en la 4x4 hasta el puerto y de ahí en barco hasta su destino paradisíaco.
Dos días después.
—¡Hey! Un mojito, por favor.
Pidió con el cabello chorreante y el bikini empapado. Mentiría completamente si dijera que no lo estaba disfrutando. Había conocido un montón de gente y se la había pasado el 50% del tiempo en el agua y el otro 50% en fiestas y carretes donde la cerveza sustituía al pan de cada día.
—Un mojito para la guapa, por favor—. Respondió el bartender a su compañero mientras de sostenía sobre sus antebrazos sobre la barra para acercarse a ella, por supuesto, con ánimos de flirteo.— Déjame adivinar. Argentina, ¿No?
El rubio alzó las cejas y Beatríz soltó una risa acompañada de un sonido parecido a las "X" de los concursos de talentos que veía por la tele.
—Chilena, de hecho. ¿Cuánto es?
—La casa invita, es lo mínimo después de confundir tu acento. Soy Javier.
—Beatríz, un gusto.
Ambos sonrieron estrechándose las manos mientras su compañero volvía con el mojito en las manos para darle un codazo en las costillas.
Antes de que pudiese tomar el vaso y salir de ahí volviendo con sus primos, una muchacha de cabello oscuro se acercó a la barra pidiendo un "guaro". Javier y Bea se miraron y como si se tratase de algún juego del destino, ambos respondieron al mismo tiempo y entre risas.
—¿Un qué?
Camilla Lombana. 
— ¿Y qué tiene de malo Los Andes? — Preguntó José a su hermana, ella alzó una ceja. — Pues no me gusta. Y allá no está la carrera que quiero estudiar. — Te podes ir a Medellín, cabezona, allá está la familia de mi papá y si está esa carrera extraña que querés. Camilla frunció el ceño y puso las manos encima de su cabeza, ¿era tan difícil para ellos comprender que no quería estar más en Colombia? Lo que Camilla quería era poner un mar de por medio entre ella y su gran apellido. Aunque de cierto modo, sabía que el pasado de su papá la perseguiría a donde fuera. — Es que no hay punto de discusión, me voy a ir a España. Si quieren me visitan, si quieren no. Y se paró del sofá. Estaba cansada de que la cuestionaran, de que le dijeran lo que podía o no hacer, ellos no eran su papá y si ya tenía la aprobación de su madre, no había más que decir, en una semana volaría a España donde empezaría su nueva vida. 06 de Junio, 2013. Simón, su hermano mayor, había decidido acompañarla un tiempo, mientras tomaba unas vacaciones en Ibiza, antes de llegar a su verdadero destino en Zaragoza. Habían llegado a Ibiza hacia dos días y hoy era el cumpleaños de Camilla, 19 primaveras bien cumplidas. Junto con ellos, iban dos primas, un primo y varias ami@s de la chica. — Me está dando como de esa sed incomoda. — Dijo Camilla entre risas, todos sabían a que se refería. — Uy si, uy si. — Dijo Luisa, su prima. — Traete uno pues. — ¿Será que eso si lo venden por acá? — Alzó la ceja Simón. — Puessss.... Vamos a ver que es lo que hay. — Dijo Camilla mientras se paraba rápidamente y con una sonrisa de oreja a oreja se aproximaba a la barra. Estaba en vestido de baño y su cuerpo lleno de arena, se sacudió un poco y puso un pareo en sus cinturas para cubrirse algo del cuerpo. Cuando llegó a la barra se apoyó en esta, alzó la mano en busca de alguien que la atendiera y cuando un joven hizo señas, esta le respondió "Un guaro". A su derecha, escuchó dos voces que al unísono hablaban entre gracia y sorpresa. — Aguardiente. — Respondió la caleña a la pareja que había preguntado. — Caña de azúcar, anís, alcohol... Y así. — Se encogió de hombros. —¿Tenés? — El bartender asintió— Dame una botella por favor. La botella llegó, bien fría como le gustaba a la joven. Tomó dos copas y las sirvió rápidamente, las extendió hacia los otros dos que la miraban. — Haganle, bien puedan. — Dijo con una sonrisa graciosa en su rostro. Sabía que ese no era un licor para cualquiera, era fuerte, algo dulce, pero fuerte.
Beatríz Balmaceda
El acento de la chica le había llamado la atención, aunque aún no lograba descifrar su procedencia. ¿Sería venezolana, colombiana, quizás? Su hígado debía ser de hierro y ni hablar de su garganta, lo más fuerte que Beatríz había tomado en su vida era el terremoto con réplica que se tragaba cada 18 de septiembre en el Sporting Club. Javier se alejó con una sonrisa en los labios mirándole de manera cómplice mientras volvía con la botella de "guaro" en las manos. La castaña sirvió dos copas y se las acercó, ambos se miraron como si estuviese loca, pero después de todo, estaban en Ibiza, ¿Qué es lo peor que podría pasar? —Venga, va. Si acabas peor que yo, le invitas la botella a la chica. —Hecho. Beatríz la tomó con firmeza entre sus manos y no se dio tiempo de pestañear cuando ya tenía la mitad en la boca, tratando de tragarla sin arrugar más su rostro. Una vez que la había pasado, su mundo dio tres vueltas y se tuvo que sostener de la barra para no quedar en ridículo. —¿Dónde es que toman esto?— Se refería a la joven quien parecía no inmutarse con la lengua un poco trabada de la chilena. Debía agradecer que al menos ella no la había tomado toda de golpe como lo había hecho el bartender. Estiró su mano, repitiendo casi el mismo proceso de presentación que había realizado momentos antes. —Beatríz, por cierto. Y... ¿Es idea mía o tiene algo dulzón al final?
Camila Lombana
— Vamos pues que esto es solo para machos. — Alentó la chica cuando ambos jovenes tuvieron las copas entre sus manos, con una sonrisa en los labios observó como bebían de aquel liquido transparente. Las expresiones en los rostros de ambos le causaron mucha gracia. Por más que trataron de evitarlo, dejaron notar la impresión que aquel sabor causaba. — Colombia, bizcocho. — Respondió la caleña a la chica que tenía al lado. — Esto se toma con el desayuno, el almuerzo, la comida y antes de dormirse. — María Camila. — Dijo tomando la mano de la chica y dándole un leve apreton amistoso. — ¿Y vos de donde sos? — Preguntó alzando una ceja. — Ese acento no es de acá. — Comentó mientras se servía una copa para ella, sin molestia alguna la bebió. A lo lejos, escuchó un "Cami" que venía de la boca de su hermano mayor. Este señalaba con la mano la torta que recién llegaba, las velas de diecinueve años estaban ya puestas. Con una seña de mano le indicó que le regalara un momento para terminar la conversación con la chica.
Beatríz Balmaceda
Cómo si se tratase de algún chiste que compartieron entre los tres, rieron juntos, Beatríz dejó a un lado la copa media vacía que no alcanzó a beberse más por miedo a acabar muerta en mitad de la playa o algo como mínimo bochornoso. —¡Ya decía yo que me sonaba conocido! Con mi abuela nos vimos Yo soy Betty, la Fea como tres veces seguidas—. Rió suavemente, esperando que se lo tomara con el mismo humor y cariño con el que ella recordaba esos momentos tan personales. —Con razón po, si los colombianos son de acero. Bea ya veía como la resaca del día de mañana no se la sacaría ni Dios, mientras tanto aprovecharía de comer lo más posible para amortiguar el golpe del licor aunque sea un poco. —¿Tanto se me nota? Creí que con el tiempo se me iba a pasar un poco, pero no. Chilena, a más no poder. Su mirada instintivamente se dirigió al lugar de donde la llamaban a Camila. Alzó sus cejas al ver la torta y volvió a la barra en cosa de segundos. —¿Es tu cumple?—Soltó sin vergüenza alguna, acercándose la bombilla del mojito a los labios para beber un poco.
Camila Lombana
Camilla rió con confianza al escuchar la referencia que le daba Beatriz. Empezaba a entrar en confianza y los tragos del día ya habían empezado a hacer efecto en el cuerpo de la joven. — Pues que te digo, los colombianos somos buenos pa'tomar. — Y se encogió de hombros. — Vos sos tan chilena, como yo colombiana. — Y sonrió. — Esos acentos no se niegan, claro que cuando uno dice colombiano siempre esperan ese acento arrastrado y gomoso de las de Medellín. A veces decepciono. — Torció la boca de manera burlona. Cuando Beatriz pregunto por su cumpleaños, Camilla puso ambas manos debajo de su barbilla y esbozó una amplia sonrisa como una niña pequeña— Yes, ma'am. Diecinueve primaveras bien cumplidas.
Beatríz Balmaceda
—Y eso que no has visto a un chileno tomar bien puesto. Terminó riéndose recordando como eran las fiestas familiares, incluso las no tan fiestas. Los chilenos tenían la costumbre de hacer asado y beber hasta en los funerales más serios. En España todo era diferente, a pesar de que la familia de su padre se juntaba más seguido, no era lo mismo. Intentó ahuyentar esos pensamientos o acabaría amurrada como siempre y no podía permitírselo en Ibiza. —No, nada que ver, pero sí, igual no suenas nada parecido a otras colombianas que he escuchado, es como si les estuviesen dando todo el rato cuando hablan, no sé cómo chucha lo hacen. Rió con más ganas, ya un poco afectada por el alcohol, sus mejillas se le enrojecieron un poquito y su formalidad al hablar de desaparecía poco a poco. —¡Qué buena! Feliz cumpleaños, Camila—Soltó el mojito y se acercó para envolverla en un abrazo, estando en sus cinco sentidos darle un abrazo a un desconocido le habrían costado sus dos ojos y un brazo entero. —Te deseo lo mejor del mundo, que tengas un año la raja y lo pases chancho hoy.
Camila Lombana
Beatríz tenía razón, no era por nada, pero las paisas tenían ese vicio, hablaban como si estuvieran en celo todo el tiempo, eso le fastidiaba, aunque la mayoría de su familia provenía de esas tierras. Se sorprendió un poco cuando la chilena se lanzó hacia ella a darle un fuerte abrazo, en otra ocasión aquello le habría parecido lo más extraño y raro del mundo, pero Ibiza lograba sacar de ella su lado más relajado y divertido. — Gracias, gracias. — Dijo sonriente y le devolvió el abrazo a la chica.— Valen, pero... ¿Chancho? — Preguntó cuando ambas se separaban y alzó una ceja. — ¿Raja? — Comentó graciosa, no entendía aquellas expresiones pero por el contexto supuso que sería algo así como "chevere". — Vaya, creo que vamos a necesitar un diccionario colombo-chileno por acá.
Beatríz Balmaceda 
Parecía que la castaña acabaría estrujando a la colombiana, pero por alguna razón, estaba demasiado feliz y emocionada, como si el cumpleaños fuese el suyo y estuviese en su mejor momento, cumpliendo todos sus caprichos. —¡Perdón, perdón! Se me olvidaba. Pucha, pásalo bonito po. Se fue separando de ella y no se dió ni cuenta cuando Javier ya se había desaparecido del lugar, y sólo quedó su compañero haciendo una mueca de "muerto". —Igual si me enseñas, te enseño yo, así si voy a Colombia un día tengo de que afirmarme. Y sí, esperaba ir un día, ese país le había llamado la atención desde siempre, pues la felicidad y colores que se imaginaba cuando pensaba en Colombia era suficiente para que la chilena de emocionara con el sólo pensar en ir en algún futuro.
Camila Lombana
- Tienes que ir. Colombia es la nota. - Dijo y era cierto, amaba su país. Su gente, su cultura, su comida, TODO. Era una lástima para ella tener que estar alejada del sitio que amaba. - Tú deberías llevarme a Chile un día de estos. - Se encogió de hombros.- He escuchado mucho del vino chileno. - Bueno...y cuéntame, ¿qué haces en España? - Preguntó, por un segundo se había olvidado que su hermano y amigos la esperaban.- ¿Vives aquí?
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teleindiscreta · 6 years
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El Estrella Galicia sale a por el título de Moto2 y Moto3
Fuente original: El Estrella Galicia sale a por el título de Moto2 y Moto3 Puedes ver más visitando Teleindiscreta - Las mejores noticias de actualidad, famosos, salud, belleza, cocina, motor, música y mucho más.
El querido y remozado circuito del Jarama, por su nueva torre de control, ha sido el escenario escogido por el Estrella Galicia Marc DVS para su puesta de largo en 2018. Puede decirse que aquí fue donde explotó la afición al motociclismo en España, cuando en 1971 el maestro Nieto se jugaba dos títulos el mismo día. Perdió el de 50cc y ganó el de 125cc, ante un Jarama abarrotado que ahora ha servido de punto de partida a un proyecto que aspira claramente a los títulos de Moto2 (Álex Márquez y Joan Mir) y Moto3 (Arón Canet y Alonso López), y en el que se le da la alternativa en MotoGP a los debutantes Franco Morbidelli y Thomas Luthi.
La pirámide del Estrella Galicia, cuya presencia va mucho más allá del Mundial con su apuesta en los campeonatos y copas de formación, incluso en Brasil de la mano de Álex Barros (ganador en la carrera de 500cc del Jarama de 1993, entre otras), abarca un total de 14 pilotos repartidos en seis categorías y ya va por el séptimo año en la parrilla mundialista, y por el cuarto de su unión con Marc VDS. Es normal que en un día así, de buenos deseos y buenas intenciones, sacaran pecho los responsables del proyecto. Ignacio Rivera, máximo responsable de la cervecera gallega, ha explicado que su propósito “no es ser la cerveza más vendida sino la más querida” y este año sus motos llevarán en el carenado el mensaje Just for beer lovers (para amantes de la cerveza).
A ello ayudaría que llegasen buenos resultados. Emilio Alzamora lo sabe bien: “El objetivo es claro, ayudar a la cantera, a los campeones del presente y del futuro. Estamos muy ilusionados y contentos de cómo ha cuajado este proyecto. Esto lleva un trabajo importante detrás, porque cada vez empiezan antes los pilotos. Los chavales han de saber escuchar y aprovechar la oportunidad”.
Por la parte de Michael Bartholemy, que es el director del equipo de MotoGP y Moto2, dice: “El año pasado tuvimos un día muy especial al ganar el título de Moto2 con Morbidelli, en un gran desafío contra Luthi. Este año volvemos a tener un desafío muy bonito y me enorgullece mucho la forma en la que se han hecho las cosas, pero teniendo claro que quedan muchas cosas por hacer”. Entre ellas está el volver a ganar el título de la categoría intermedia, donde Álex Márquez y Joan Mir son dos gallos en el mismo corral. En la presentación de ambos, Ian Wheeler, director de comunicación del equipo, les ha lanzado un mensaje muy a tener en cuenta: “Norma sagrada, prohibido chocarse el uno con el otro…”.
Hablan los pilotos de Moto2, Moto3 y MotoGP
El pequeño de los Márquez, que ya ganó tres carreras en 2017, asume su responsabilidad con la intención de no repetir errores del pasado: “Ha ido bien el invierno y hay que seguir así. Aprender de los errores del año pasado. Está bien que la gente te tenga en cuenta para el título, pero hay que demostrarlo en la pista y tengo ganas de trabajar. El año pasado cometí el error de pensar demasiado en el título y vinieron errores, caídas y lesiones. Hay que ver la bandera a cuadros en cada carrera y tras las cuatro primeras ya se verá cómo va el campeonato”.
Mir, por su parte, dice: “Estoy encantado de la vida. Vine a este equipo porque, si quieres ganar, tienes que estar en un equipo top y éste lo es. Ya tienen dos campeones (Rabat y Morbidelli) y todo muy bien estructurado desde el CEV. Es mi primer año y todo lo que pueda venir será bueno. Hay que ir avanzando, dar pasitos e intentar estar delante lo más rápido posible. Sentí amor a primera vista por esta moto y sigue siendo así. Acabaría contento el año mejorando en cada carrera”. Y eso no supone descartar pelear por el título a las primeras de cambio.
En el equipo de Moto3 los papeles sí que están mucho más definidos. Canet es el piloto para aspirar a todo y López el novato que ha de aprender el máximo, pero con capacidad de sorprender en cualquier momento. El valenciano afirma: “Este equipo es una gran familia y estoy encantado de renovar, esperando que el año nos vaya genial. Hay que dar el cien por cien en cada entrenamiento. Ir cogiendo puntos y a final de año ver dónde estamos. Ser favorito es una buena señal y espero poder defender esa condición”. Y el madrileño explicó cómo fue saber que sería mundialista este curso: “Tuve una reunión en Barcelona y Víctor Carrasco, mi director, me dijo que iba a estar este año en el Mundial. Me puse supercontento. Ya no puedo estudiar tanto porque me dedico el cien por cien a la moto, pero hay que seguir estudiando. Conocer el equipo me da algo de ventaja y el objetivo será aprender y dar el cien por cien siempre”.
En cuanto a los de MotoGP, Morbidelli asegura que “ser campeón del mundo de Moto2 da confianza, pero en MotoGP hay que empezar de cero. Sería muy bueno acabar entre los 15 primeros y, si se puede entre los diez, mejor”. Y Luthi: “La experiencia siempre es un grado. Ya tuve que adaptarme de 250 a Moto2 y ahora debo hacerlo a MotoGP. El Estrella Galicia siempre ha sido un rival para mí y me encanta ser parte de ellos ahora, porque es un equipo muy profesional”.
Fuente: AS
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lizardfinch-blog · 6 years
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Capítulo 1- Un día de lluvia
Llevaban horas sin moverse, tirados sobre el sofá con música de fondo. Los platos de la comida seguían en la mesa y la ropa húmeda en la lavadora. Pero ninguno de los dos quería levantarse, estaban demasiado cómodos. Los dos, juntos, fundidos en un abrazo bajo una manta. Hacía rato que no hablaban pero no habían llegado a dormirse. Disfrutaban envueltos el uno en el otro. Habían conseguido olvidar que pronto tendrían que soltarse, bueno, uno de los dos no. Ella fue a incorporarse pero él la acercó de nuevo contra su pecho.
-        Sé que no apetece…-
-        Entonces no lo hagas.- respondió mientras volvía a abrazarla.
-        Prefiero que vayas con tiempo, relajado, que el tren no espera a nadie.- poco a poco le fue soltando, sabía que tenía razón.- Vamos, Web, todavía tienes que darte una ducha y hacer la maleta.-
-        Uy, sí, como tardo tanto en hacer una maleta.- le dio un beso y se levantó con ella. Con un gesto desactivo los altavoces del salón para trasladar la música al baño. - ¿Me acompañas?- le susurró al oído antes de darle un beso en la mejilla.
-        Fui ayer a la peluquería, gasté el crédito de agua de hoy y mañana.- le devolvió el beso con una medio sonrisa de disculpa.
-        Venga, invito yo.-
-        Aprovecha, te esperan una tarde muy muy larga. Además, si entramos los dos te aseguro que antes de las seis no salimos.-
Webster suspiró con fuerza, la besó de nuevo y se dirigió al baño. Cerró la puerta, subió la música y mientras se calentaba la habitación proyectó su agenda en el espejo.
-        Hola Webster Ribb, tienes 5 eventos esta tarde.- dijo el asistente de voz.
-        ¿Cinco eventos? Muéstrame mi horario.- no recordaba tener tantos compromisos.
-        Entendido Webster Ribb. 18 horas embarque en el LTS, puerto A12 Madrid-Nueva Jersey sin retrasos. 19:45 horas enviar informe del sondeo y análisis de la actividad en red de la semana. 21 horas check-in en el Hotel Maroon, Avenida de Lagm…-
-        Avanzar.- Ordenó Web. No había tenido tiempo de configurar el reloj nuevo. En vez de nombrar los recordatorios de la agenda leía la descripción del evento.
-        ¿Quiere visionar los ajustes de agenda…?-
-        Configurar más tarde, prosigue con los eventos de hoy.-
-        Entendido Webster Ribb. Hoy tienes otros dos eventos más. 21:30 horas, Presentación del Tech-Rev-Congress. Modalidad ciber-presencial. Añadiste un recordatoria antes para instalar una actualización y programar presencia en red. 23 horas cena coctel en la azotea del Billion Center, etiqueta requerida. Modalidad presencial.-
-        ¿Cuándo he añadido ese evento?- no se acordaba de ninguna invitación ni nada por el estilo.
-        Los avisos de eventos por correo se añaden automáticamente si no se comprueban en media hora.-
-        Enséñame el correo.-
-        Mostrando, mensaje de vídeo de Alaric Moledo-
-        Buenas, Web, tengo un trabajito para ti. Hemos conseguido la exclusiva de la versión Beta de unas gafas de memoria. No sé que son pero las sacan Milo&Nye, así que es éxito seguro. Las van a enseñar en una cena privada, al margen del Tech-Rev y su condición es embargo de un año y reunión presencial previa. Nosotros estaremos en ciber-presencial para acompañarte pero las gafas hay que recogerlas ahí. Ponte guapo, nos vemos esta noche.-
-        ¿Valor del evento?- preguntó Web. Estaba un poco indeciso. Por una parte no le gustaban nada esas reuniones, pero por otra tener en exclusiva un aparato de la compañía Milo era muy tentador.
-        Evento valorado en 3.500 créditos. Coste de rechazar el trabajo 1.200 créditos y tres puntos formativos.-
-        Aceptar y confirmar, respuesta predeterminada de agradecimiento.- hizo una pausa para pensarlo mejor.- Rectificar. Aceptar y confirmar. Dos créditos por respuesta personalizada.-
-        Entendido, en 10 minutos tendrá su respuesta para aprobación.-
-        Finalizar conversación.-
-        Hasta luego, Webster Ribb.-
Apagó Nano, el asistente de voz, dejo los auriculares de comunicación sobre el lavabo y el reloj de control.
Entró en la ducha y programó un lavado rápido, esos eran gratis. Este mes no iba mal de dinero pero necesitaba ahorrar. Con el Tech-Rev iba a recibir un plus y parte de sus gastos del viaje estaban cubiertos, pero si lo de las gafas salía mal iban a descontárselo a él.  Una lluvia de polvos limpiadores calló sobre él. A mediada que frotaba se convertían en líquido dejando la piel limpia y suave. Tras unos minutos frotándose el cuerpo y limpiándose bien la barba y el pelo encendió el agua. Se aclaró el mejunje, salió de la ducha y se miró al espejo. Dudó un poco pero al final sacó la espuma de afeitar y la paleta. Era un método rápido y duradero: crema, dos minutos de espera y al retirarla se llevaba todo el pelo. Se veía raro sin la barba, le hacía parecer un niño.
Salió del baño y fue a la cocina. Para su sorpresa los platos estaban limpios; fue a la lavadora para encontrarse la ropa seca y planchada. Cogió las cosas que necesitaba para el viaje, muy a regañadientes añadió un par de camisas de vestir. Mientras guardaba las cosas releyó el mensaje de confirmación que había encargado y lo envió.
-        ¿Te pensabas ir sin el portátil?- dijo Alicia desde la puerta.
-        Quizás es que no me quiero ir-
-        Te va a encantar, es tu primer viaje solo, eres el líder de misión.- dejó el portátil en la maleta y abrazó a Web por la espalda.- Nadie que te diga lo que hacer, a tu bola, lo que quieras.-
-        Si vinieras sería más divertido.- cerró la maleta y se prepararon para salir de casa.-Una cosa, ¿no sabrás por qué mi ropa y mis platos están limpios?-
-        Ni idea, habrá sido un trasgo.-
-        Duende, los que son majos y ayudan a los humanos son duendes.- corrigió Web. Antes de salir por la puerta hizo parar a Alicia.- Lis, ¿Cuánto te ha costado? ¿Cuánto te debo?-
-        Deja de preocuparte. Esta semana he estado haciendo trabajos por créditos. La residencia de formación ha hecho unas jornadas de humanidades a las que no me interesaba ir. He pasado la semana en un laboratorio en el centro.-
-        ¿Y eso? ¿Ya te has decidido?-
Hacía tiempo que Web esperaba que Lis se especializara. Tenía muchísimos puntos de formación divididos en áreas muy distintas: biología, finanzas, enseñanzas, recursos… pero no parecía decidirse por ninguna. Hasta que no eligiese un área de especialización no podría vivir fuera de la Residencia de Formación. Web llevaba un tiempo intentando convencerla para vivir juntos pero no parecía contenta con ningún trabajo.
-        No exactamente, pero ofrecían tareas de un par de días muy bien pagadas.-
-        ¿Como los encontraste?-
-        Un anuncio en la residencia. Buscan a gente con 700 de biológicas. Somos pocos que hayamos acumulado tantos créditos y las noticias vuelan rápido. Mañana hacen entrevistas para el puesto y quería ver el ambiente antes de ir.-
-        Entonces vas a por el trabajo.-
-        Voy a ver si me gusta lo que ofrecen.- No quería darle falsas esperanzas. Había ido a muchas entrevistas pero nada le convencía.- Anda, salgamos, que se hace tarde.-
-        Ya es tarde, voy a pedir un coche.-
-        Ni se te ocurra, son muchos créditos.-
-        Voy a pasar una semana sin gastar nada, me lo puedo permitir.- Encendió el reloj de control y pidió el vehículo. Sin que ella se diera cuenta aplazó el pago a la semana siguiente.- Llega en 10 minutos, vamos bajando.
Tuvieron que quedarse en el portal del edificio, fuera estaba lloviendo. Era la primera tormenta en meses. Lis no era capaz de apartar la vista de la ventana, Web solo podía mirarla a ella. No estaban acostumbrados a estar solos. Siempre se veían al acabar los turnos de formación, y ahora iba a pasar una semana entera sin ella. Su pelo castaño y rizado enmarcaba su cara, llena de emoción por la lluvia; sus ojos claros, casi grises, brillaban cuando las gotas chocaban conta el cristal.
-        ¿Qué miras?- preguntó ella
-        A ti.- se acercó para abrazarla justo cuando un coche apareció en la puerta.
-        Hid 24, ¿Es el nuestro?- preguntó
-        Sí, por desgracia.- contestó web confirmando el modelo del coche autónomo.
-        No te pongas así. Llevas meses sin que te envíen fuera, vas a pasártelo de maravilla. No te va a apetecer volver.-
-        Lo dudo mucho.-
El viaje en coche fue silencioso y corto. Los coches inteligentes tenían vías especiales por las que circular, al margen del resto del tráfico y de factores humanos. Siempre llegaban a la hora fijada, si se les llamaba con el tiempo suficiente. Por muy seguro y eficiente que fuera Lis y Webster se sentían incomodos en estos vehículos. Ninguno sabía conducir, por lo que cogían el subterráneo, pero hasta eso lo conducían personas. La conversación que intentaba dar el conductor no era muy fluida y la voz tenía un tono espeluznantemente neutral, por lo que desactivaron el  modo habla y pusieron su música.
Llegaron a la base del LTS media hora antes del embarque. La Lanzadera de Traslado Submarino era la forma más rápida de cruzar el océano y las principales ciudades, como Madrid, tenían cápsulas rápidas para llegar a los puertos de parada oficiales en ciudades portuarias.
Bajaron del coche a prisa y corriendo. La despedida fue breve, ambos forzaban una sonrisa pero su último abrazo dijo todo lo que ellos no fueron capaces.
-        Ten cuidado y avisa cuando llegues. Si tienes tiempo esta noche hablamos.-
-        Voy a tener cuidado y voy a tener tiempo.- le aseguró Webster antes de subir a su compartimento.
La cápsula de alta velocidad dejó a Web muy mareado, Al embarcar las azafatas le ayudaron a guardar la maleta y repartieron las vainas de viaje. Tenía tan mala cara que le doblaron la dosis. Se iluminaron los pilotos del cinturón y de conexión. Web encendió sus auriculares y sacó unas gafas del bolsillo. Eran una extensión de pantalla de hace un par de temporadas. Sincronizó con el canal de información.
“Buenas tardes damas y caballeros. Bienvenidos al la Lanzadera de Traslados Submarinos con destino a Nueva Jersey. Les habla su capitán Fausto Mesendero. Por favor recuerden tomar las vainas de viaje que se les han proporcionado. Vamos a viajar a mucha profundidad y el organismo necesita habituarse muy poco a poco a estas condiciones de presión. Aquellos alérgicos comuníquenselo a la tripulación para realizar los tests de compatibilidad correspondientes. Estamos haciendo las últimas comprobaciones de la vía. En cinco minutos procederemos a la inmersión. El mar está tranquilo y esperamos llegar a las 21:00 a la costa americana. En sus pantallas aparecerán las normas de seguridad. Escuchen atentamente y manténganse en sus asientos durante los primeros 15 minutos de aceleración. Gracias por su atención y esperamos que disfruten del viaje.”
Web jugueteó con las píldoras hasta que volvió a notar arcadas. Eran vesículas blandas del tamaño de una falange. Las partió con los dientes para poder tragarlas y resultó que estaban dulces, casi como la miel. Minimizó la pantalla con las indicaciones de seguridad, esas cosas le ponían nervioso, y empezó a guardar los datos de aquella semana.
Internet estaba al alcance de todos y uno de los grandes problemas del siglo XXI había sido el control de la información. La red estaba llena de falacias que adquirían credibilidad solo por estar ahí. Tras los atentados de 2098 se implementó un control muy riguroso sobre la información que se publicaba. Los gobiernos crearon sus propias organizaciones para verificar todas las publicaciones que se hacían en Internet. Hay quien lo tachaba de censura, no era una definición de todo incierta. Pero por lo menos sabías que aquellos medios con permiso de publicación  te traían información veraz y comprobada. También habían forzado la transparencia de las empresas y habían endurecido las leyes sobre las patentes. Aquellos especializados en comunicación tenían una dura tarea y encima estaban vigilados con lupa. A eso se dedicaba Web. Informaba de eventos, nuevas tecnologías y artículos de investigación. Antes había trabajado con artículos de opinión pero le habían llamado la atención más de una vez. La línea entre difamación y crítica era muy fina y cualquiera podría denunciarle a la Orden de Información. A este lado de la red no había lugar para toda la verdad, solo la amable.
Esta había sido una buena semana. Ningún queja, los registros en orden y muchas visualizaciones de sus publicaciones. En otras palabras: una semana aburrida. Sin pluses de créditos, sin proyectos largos…nada. ¿Qué emoción tenía eso?
Una vez hubo registrado todo redactó un breve informe y se lo envió a Alaric y a Utub. Utub era la primera barrera, el agente virtual de la Orden de Información que vigilaba todo lo que escribía; y Alaric el supervisor de su agencia. Tenía permiso de publicación para contratar a pocas personas, pero su medio tenía una gran aceptación en entre el público español. Era bastante tiquismiquis y su mayor prioridad era proteger su permiso. Ni conflictos ni demandas, una redacción tranquila. Web y la tranquilidad no se llevaban muy bien.
Tres horas más tarde se encontraba al otro lado del Atlántico en la costa de Nueva Jersey. En el Puerto de la LTS había un Guide-bot esperándole. Justo cuando pensaba que los del Rev-Tech tenían clase la realidad cayó sobre él como una losa. El bot le condujo a un microbús. Esperó allí hasta que el resto de comunicadores llegaron y les trasladaron a sus hoteles. La primera parada fue en el Hotel Maroon. Fundado hace casi un siglo por el cantante de un grupo popular de la época, era un modesto pero cómodo hotel en Chicago,  la ciudad donde tendría lugar la convención. Junto con él se bajaron otros tres pero ninguno se dirigió a su hotel. Según la ruta del vehículo faltaban dos paradas, una en el East-Chicago Resort y otra en el Prydz, esos sí que habían tenido suerte. Llegó tarde al check-in pero como le habían monitorizado desde su llegada al aeropuerto no le pusieron muchas pegas.
Mientras que subían su equipaje a la habitación Web aprovechó para sacar algunas fotos para sus redes. Había una serie de condiciones implícitas cuando se enviaba a un comunicador a un evento. Tenía que crear expectación y atraer la atención de aquellos que no sabían que estaba ocurriendo; la mejor manera era convertirlo en  una experiencia humana. En vacaciones subimos fotos y videos de lo que hacemos. Pues bien, era algo así. Las inmersiones sensoriales estaban muy de moda. Algunos medios aprovechaban esta tecnología y cobraban entrada a los usuarios por servirse del método envolvente de grabación, esto es, contratar a un comunicador para asistir al evento, hacer que lo grabe en 4D mediante gafas de expansión o cámaras retinares para que un cliente pague y viva el evento como si estuviera ahí. Antes de homologarse los términos y condiciones de esta práctica podías decidir sobre la voluntad del sujeto. Quien tuviera más acciones sobre esa persona decidía sus acciones durante la experiencia. Era un paso más allá de la modalidad ciber-presencial. Webster era muy reacio a las cámaras retinares, pero no tenia problema con subir algunas fotos con las gafas de expansión. Así cumplía con su contrato y si a alguien le gustaban podrían hacerle encargos y venderlas por créditos. El hotel estaba muy bien escogido y las vistas desde el ascensor de cristal eran sobrecogedoras. No era el más lujoso pero estaba muy bien posicionado, en su época debía de ser el equivalente al Prydz.
Sacó unas cuantas tomas y añadió filtros y palabras clave para quien buscase en el archivo. Las más bonitas no las editaba, si eso brillo o exposición pero nada más, así es como le gustaban, y esas eran para él.
Subió a su cuarto, el 195, y sin prestarle mucha atención a la habitación pasó a la ducha. Iba a aprovechar que en Estados Unidos no había racionamiento de agua. Había sido un día largo y necesitaba una ducha de verdad, con jabón y más de 3 minutos de agua caliente. Al salir se sentía renovado. Se secó su largo pelo negro con una toalla. Estuvo tentado a pedir un corte, el flequillo le llegaba a la altura de los ojos y era algo molesto, pero decidió no abusar de los créditos del viaje. Fue a buscar una camisa, se decidió por la negra y una corbata granate. Se sentía raro vestido tan formal. De camino a su armario encontró un paquete. Había llegado unos minutos antes que él y el remitente era de Madrid. Había unos zapatos negros de vestir, sus zapatos, y una nota.
“Te has llevados camisas, ¿pensabas ir con deportivas? Not on my watch. Te quiero. – Ali”
Se llevó las manos a la cabeza. Hacía dos horas que debía haberla llamado. Aún lejos seguía cuidando de él. Iba a encender los auriculares pero se percató de que tenía mensajes pendientes, mensajes de Ares.
-        Edge al habla- contestó con voz queda.
-        Aquí Ares, tengo trabajo para ti.-
-        Fuera de Casa no trabajo.-
-        No es ninguna extracción.- Web se quedó callado, esperando oír más- Se ha excluido gente del Tech-Rev. Se habla de contactos y privilegios. Hay alguien en el Núcleo que quiere exponerlo.-
-        Es un ataque directo a los medios, y a las marcas.-
-        ¿Cuál es el problema?- rio  Ares
-        Dime el nivel de peligrosidad, Ares.- la voz de Web tomó un tono  muy serio.
-        Es una tarea sencilla, Edge. Hay una lista de gente, una lista de empresas. El cerco está muy cerrado. Es un tarea casi de confirmación, más que de investigación.-
-        Repito, dime el nivel de peligrosidad-  Se estaba impacientando, si no se lo había dicho ya tenía motivos para preocuparse.
-        Es un 6.- resopló ares – Dificultad 4.-
 -        Un 6 es mucho, muchísimo. ¿Quiénes están en la lista?- A menos que hubiera que seguir a 20 personas distintas no lo entendía, el nivel de dificultad no requería casi especialización..
 -        Solo tienes acceso a ella si aceptas el cargo.- podía ver como a Ares se le dibujaba una sonrisa desde el oscuro agujero donde estuviese su casa.
 Hacía ya cuatro años que conocía a Ares. Obviamente no se llamaba así, en el Núcleo nadie usaba su verdadero nombre, ya solo acceder a él era un delito, aunque tampoco era un secreto su existencia. Era la otra cara de internet. Sin censura, sin vigilancia de información, sin regulaciones. Hacía tiempo que las autoridades habían perdido el interés, era imposible cerrarla. Uno de los muchos usos que tenía esta dimensión de la red era un tablón de anuncios. Podías vender, comprar o decir lo que quisieras, y lo que es más importante, siempre había alguien dispuesto a trabajar a cambio de un buen precio. Desde redacción de artículos científicos, cobro de deudas, tráfico de influencias hasta, lo que estaba más de moda, el espionaje industrial. Con las nuevas leyes de Patentes y de transparencia de empresas se protegía al usuario, pero a quien de verdad beneficiaba era a las compañías y su propiedad intelectual.
Más de una vez Web ha aprovechado su posición de comunicador para acceder a información y divulgarla, ya fuera por créditos o por justicia. Él era el primero que no soportaba el control y seguimiento que se hacía a los usuarios de internet. Pero quien guiaba su brújula moral en el Núcleo era la justicia del bolsillo.
-        ¿Cuánto?- preguntó Web
-        3.000 créditos, 50% cada uno.- casi se atraganta al decir la cifra.
-        Estás de broma, ¿no?- No podía creérselo. Primero la cifra tan alta, 1.500 créditos por comprobar unos nombres y que esa tarea tuviera un nivel 6-4. Pero lo que más le había sorprendido era que pretendía cobrar a medias. Web y Ares se conocieron durante las primeras incursiones de Web en la red. Ares hizo un encargo, le pidió la información y Web no la cifró ni protegió. Podría haberle rastreado, encontrado y denunciado a las autoridades, pero no lo hizo. Le enseño criptografía, lo mínimo para sobrevivir en el Núcleo, y comenzó una asociación que había durado hasta entonces. En general cada uno trabajaba por su cuenta, pero Web le encargaba el cifrado a Ares a cambio de una pequeña comisión. Cuando Ares encontraba un trabajo fuera de sus limitaciones solía contactar primero con él, y si podía realizarlo la misión era suya, siempre y cuando le pagase. Nunca cobraba más de un 40% por misión, más que nada porque quien se arriesgaba era Web.- ¿Qué aportas tú a este trabajo que valga 1.500 créditos?-
-        Primero, yo he encontrado la misión en el tablón.- así es como se llamaban los trabajos. Por cada misión realizada se obtenían unas estadísticas sobre tu perfil de freelance. Cuando empezaron las restricciones de internet en el 2098 se aprovecharon los juegos online, los chats y foros dentro de estos, para hablar libremente y para las actividades prohibidas en el internet controlado por el gobierno. El núcleo estaba plagado de argot de videojuegos.- Segundo, para esto me necesitas. No quieren ninguna extracción ni incursión ni nada por el estilo.-
-        ¿Entonces?- la situación era cada vez más turbia.
-        Los requerimientos exigen un comunicador 400 o más, estar en el Tech-Rev, y conocimientos de ondas de ocultación.- al ver la falta de reacción de Web suspiró y retomó su explicación.- Imagínate que todos los que están en una compañía tiene una frecuencia en la que circulan sus comunicaciones para saber que es segura. Si tu sabes cual es esa línea y sabes quienes están conectados a ella puedes encontrarles. A groso modo esto tiene dos problemas. Primero, encontrar su línea y, segundo, rastrear esa frecuencia sin que te encuentren. En la practica esto es mucho más complicado. Pero en definitiva tú te paseas por ahí, intentas acercarte a todas las personas que puedas mientras que yo busco y trato de que tu presencia en sus frecuencias de información pase inadvertida. –
-        Yo solo tendría que exponerme, y si la cagas palmo yo.-
-        Como la cague me encontrarán y poco después llegarán a la fuente que me está retransmitiendo, o sea, tú. Son nuestras dos cabezas las que caerían.-
-        Sigue sin convencerme…aunque es una dificultad 4 solamente.- Nada parecía encajar.
-        Pone que ellos aportan material. Deben de tenerlo todo muy controlado. Venga, Edge, es entrar con lo que nos traigan, salir y esperar dinero.-
Sabía que no debía, sabía que este tipo de información era valiosa y además era consciente del peligro. ¿a qué tanto interés en esa misión? ¿Estaría tan mal de dinero?
-        Necesito una garantía. Algo que me de una cierta seguridad sobre lo que estamos haciendo. ¿Has investigado el perfil?-
-        Me alegra que lo preguntes- se le atragantó la risa y empezó a toser.- Es la Avispa.-
Ahora si que estaban hablando en serio. El Núcleo no era solo para desvalidos sin dinero o traficantes. Las empresas también lo utilizaban para conseguir información. De hecho Web descubrió el Núcleo gracias a un compañero de trabajo. Muchas filtraciones venían de ahí; no se publicaban hasta estar verificadas pero su origen era ese. Con conocer medianamente bien los rankings del Núcleo y seguir las noticias legales de actualidad era sencillo relacionar algunos informadores o empleadores con compañías del mundo rival. La Avispa era uno de esos personajes fácilmente reconocibles. Más que nada porque trabaja en publicidad y relaciones públicas de los peces gordos. Era un secreto a voces pero nadie podía denunciarlo sin admitir formar parte del Núcleo. La información era un derecho que había que ganarse obteniendo reputación y méritos.
-        Si está la reina del panal de nuestra parte no tenemos nada que temer.- Insistió Ares tras recuperarse de su ataque de tos.
En eso tenía razón, no había ningún peligro. Era intocable.
-        El tiempo de misión no puede ser largo, he venido a trabajar.- ya no había vuelta atrás
-        Dos días, dos días de retransmisión-
-        Entonces hagámoslo.-
-        Confirmaré la misión. Te meteré en mi equipo pero necesito también tu confirmación para recoger el material que quieren que usemos.-
-        No puedo ahora,- Web miró el reloj alarmado.- llego tarde a una cena y no he conseguido asegurar mi acceso desde aquí.-
-        Te lo mando al tablón. Conéctate pronto, caduca en unas horas.-
-        De acuerdo.-
Sin preocupación alguna colgó, se anudó la corbata lo mejor que pudo y salió por la puerta. Este viaje no paraba de mejorar.
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bruixagalactica · 7 years
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COUSIN WARS II {ACTO III}
CORREGIR LOS ACENTOS SÍMBOLOS TO RAROS
EMBLEMA DE ENDOR
Todos los colores y ninguno envolvían la nave en su rápido avance a través de la velocidad luz. El Sinsonte Centenario surcaba el espacio a tal velocidad que parecía crear a su alrededor un torbellino de estrellas; el cual, a sus ojos, imitaba a un pasillo del diámetro justo para que la nave lo atravesase.
Noelia sabía que todo esto era solo un efecto óptico, y que en realidad esas estrellas, esos colores, se encontraban a millones de kilómetros de ella. Pero el conocimiento no evitaba la claustrofobia. Solo le daba una explicación lógica.
Con un suspiro de resignación, volvió a ocultar el comunicador Fosh en su cinturón. Se había excusado a la primera oportunidad que encontró para intentar contactar con el Consejero Pau e informarle de a dónde se dirigían, pero en el hiperespacio le resultó imposible engancharse a un repetidor que enviase la señal hasta Coruscant.
Salió del camarote que compartía con su hermano y sus primos más pequeños, volviendo a la sala comunal de la nave.
―¿Y cómo se llama? ―las puertas automáticas le abrieron el acceso para encontrarse con Lucía y Maika, sentadas la una junto a la otra, con el misterioso perro durmiendo en el regazo de la desertora.
Maika se llevó un dedo a los labios, pidiendo en silencio que bajase la voz para no despertar al animal. Por un segundo, temió por el cuello de Lucía al asentir ésta tantas veces a tal velocidad.
Noelia, que hasta ese momento había estado disimulando no sentir interés por la escena, frenó sus pasos al oír la suave y escueta respuesta de su antigua Maestra.
―Akira.
La Caballero, fingiendo estar comprobando las coordenadas de trayectoria de los diferentes saltos, agudizó el oído para no perder detalle de la conversación.
―Oooh ―se maravilló Lucía sin ningún motivo. Tras un segundo, preguntó―: ¿Eso qué significa?
Maika, avasallada por la energía sociable de la pequeña, bajó la cabeza para ocultarse tras su pelirroja melena.
―... Brillante ―susurró.
―¿Y por qué? ―indagó Lucía mientras se inclinaba hacia el perro con lo que ella creía gran sutileza.
Maika se encogió de hombros, abrazando más al perro contra sí misma.
La conversación pareció acabar ahí, sumiendo la sala en un silencio únicamente interrumpido por el sordo zumbido de los motores de la nave. Noelia, asumiendo con sorna que su antigua Maestra había cumplido con sus dos palabras diarias, se dio la vuelta para dirigirse a la cabina.
―Cuando pensamos que habíamos perdido a Taiga para siempre ―la voz ronca de Maika, vacilante, le comenzó a contestar contra todo pronóstico. Noelia, alzando las cejas con sorpresa, giró el cuello para mirarlas―, adoptamos a esta perra como nueva líder de la Zarpa. Pero resultó que no tenía ni un ápice de maldad del morro a la cola.
Akira decidió despertarse en ese preciso instante.
―¡Ay! ¡Ya puedo hablar normal! ―suspiró Lucía con alivio. Dio un par de saltitos en su asiento, cruzando las manos con cara de súplica―. ¿Puedo cogerla, por favor?
Maika, rindiéndose ante la insistencia de su prima, esbozó lo que parecía una pequeña sonrisa, mirando al perro con complicidad.
―No sé, si se deja... ―contestó divertida.
Lucía ahogó un gritito de emoción, extendiendo los brazos hacia ella con tal desbordante necesidad, que hacía cuestionarse la integridad de su compromiso con la estricta y reprimida Orden Jedi.
―¡Ven a mis braz... ¿os?!
Akira, asustada por el inminente estallido de efusividad que se le venía encima, había saltado de las piernas de su dueña, rauda como si de una estrella fugaz se tratase en su huida hacia la sala de motores. Lucía salió corriendo en pos del animal, tratando de alcanzarla entre intentos de súplica para que parase.
Maika las siguió considerablemente más relajada, acostumbrada ya a las repentinas carreras de Akira.
Noelia vio ahí una oportunidad de abordar a su vieja Maestra, aunque el orgullo le estuviera intentando frenar a tirones. Tomando una bocanada de aire, dio un paso titubeante hacia ella.
―Y... eh... Akira, ¿no? ¿Akira también es sintiente, como la Dama Oscura? ―a duras penas consiguió terminar la frase con los nervios apretándole la garganta.
La renegada se paró en seco. Noelia le vio tensar los hombros y bajar la vista.
Esperó un par de segundos incómodos aguardando una respuesta, la que fuese, mientras toda la rabia acumulada iba reptándole hasta cerrarse alrededor de sus puños.
Al detectar las intenciones de su antigua Maestra de continuar sin más su marcha, se interpuso entre la puerta y ella con fuego en la lengua.
―¿Puedes hablar con Lucía sobre Akira, pero ni te dignas a dedicarme una mísera mirada? ―le recriminó buscando la mirada de la que fue su mentora.
Los ojos pardos de la renegada se clavaron en los suyos como puñaladas de témpanos de hielo.
Noelia sintió amedrentar su determinación como si se resquebrajara en añicos. Ligeramente intimidada, se apartó inconscientemente de ella.
Sin romper el contacto visual, Maika se colocó la máscara y continuó su camino.
Las puertas cerrándose le devolvieron parte del aplomo que su antigua Maestra le había arrancado en una fracción de segundo. Sola, se permitió soltar el aire estancado en su pecho. Con las manos levemente temblorosas, sin tener claro si por miedo o rabia, se alisó la túnica. El relieve del símbolo de la Orden bordado en la tela le devolvió la confianza restante que necesitaba.
Ella era una Caballero. No una Padawan.
La próxima vez que se enfrentasen se lo demostraría.
                                                        ―¿Esto es todo lo que has aprendido?
―Aún no te he enseñado todo lo que sé.
―Pues a ver si te pones en serio... Me estás decepcionando.
―¡Te vas a enterar! ¡Acabo de reunir toda mi energía!
―... ¿Eso era todo? Pff, por favor... Me insult... ¡Eh! ¡Eso no se vale!
―Lo aprendí del mejor.
―¡NANDO! ―se quejó Jose, girándose en la silla―. ¿Te parece bonito enseñarle a quitar el mando cuando pierde?
Nando, sentado a los mandos del Sinsonte Centenario, alzó el pulgar de una mano sin despegar la vista de la luna frontal de la cabina.
―Lo bonito es que te haya ganado un niño a un juego que decías que eras invencible.
Jose dejó caer los hombros, deprimido.
―¿Así me agradeces que te haya dejado estar a los mandos? ―refunfuñó el... ¿adulto...?
Adrián le dio unas palmaditas de consuelo.
―Tranqui, tronco ―dijo el pequeño, a duras penas conteniendo la risa―. A todos nos ha ganado alguien mucho peor que nosotros de forma tan humillante alguna vez en la vida.
―A mí no ―disentió Nando haciendo el amago de ir a dabear, apresurándose a retomar de nuevo el control de la nave, al haber provocado que se saliese por un segundo de su curso de un bandazo―. ¡Imaginad que he dabeado!
―Pues la verdad es que a mí tampoco me ha pasado nunca ―coincidió Adrián, con una amplia sonrisa hincándose en el ego del renegado.
Jose hizo un mohín.
―¿Por qué sois tan malos...?  ―rezongó haciendo chocar las puntas de sus índices entre sí.
Adrián ladeó la cabeza.
―Nosotros somos los buenos ―dijo mientras señalaba el emblema de la Zarpa en su pecho―. Tú eres el terrorista que ha causado un montón de daños y ha amenazado la vida del Canciller.
―A ver, si lo dices así... ―Jose se cruzó de brazos―. Me haces parecer un villano ―se llevó una mano al pecho, airado―, cuando en realidad soy un supervillano.
―... ¿Eso no es peor? ―preguntó Nando desde su asiento.
Jose dejó escapar una risa condescendiente, negando con la cabeza desdeñosamente.
―No sabes nada, Nando Nieve...
Se puso en pie, con el revuelo carmesí de su túnica acompañando al gesto teatral de sus palmas expuestas hacia ellos, imitando la actitud de un maestro impartiendo clase.
―Un villano es meramente alguien que hace el mal...
―... ¿Y esa rosa de dónde sal...?
―... mientras que un supervillano es alguien que piensa, planifica, lo tiene todo calculado al milímetro; una estrategia cuidada, sin fisuras... Y lo más importante... ―la luz de la habitación bañó los pétalos de la rosa con la delicada floritura que ejecutó con estudiada maestría―: Tiene una buena presentación.
Con un elegante giro de muñeca, la rosa voló de sus dedos y se clavó en el suelo a unos cuantos pasos distancia.
―¿Pero de qué está hecha esa rosa...? ―murmuró Nando con desconcierto, habiéndose girado en su asiento―. Se ha clavado en el suelo de duracero...
Adrián, que durante el discurso de su primo había estado tomando notas, levantó el brazo como un alumno pidiendo la palabra.
―¿Sí, Adrián? ―preguntó Jose, hinchando el pecho con satisfacción.
―Pues si tanto lo teníais pensando, ¿a qué se debe que os pegásemos una paliza?
Jose se desinfló como si le hubieran asestado un puñetazo directo al orgullo, mientras que Nando coreaba el nuevo punto para Adrián entre risas.
―La pregunta que deberías haberle hecho, Adrián ―dijo Noelia, entrando en la cabina con la barbilla altiva y los ojos fijos en Jose― es por qué quieren acabar con el Canciller.
Jose soltó una risita nerviosa, sin saber muy bien dónde meterse.
―Pues... Ahora que lo dices, la verdad es que... No tengo ni idea ―empezó a contestar mientras se frotaba la nuca―. Yo solo sabía lo que Taiga y Maika me contaban...
Noelia entrecerró los ojos.
“Otra vez evaden mis preguntas...”
―Va, Noe ―dijo Jose desenfadadamente, queriendo quitarle hierro al asunto, propinándole un par de palmadas amistosas en la espalda―. Cambia la cara, que cada día que pasa te pareces más a tu prima...
Noelia, mientras recobraba el equilibrio y se recolocaba la túnica en su sitio, refunfuñó por lo bajo algo que sonaba a “por lo menos yo estoy dispuesta al diálogo...”
―¿Cómo le va a mi aprendiz? Hace un año que no he mantenido una conversación con ella ―la nostalgia era evidente en la voz del mayor.
Nando bufó.
―Una pesada.
Noelia le reprendió con la mirada.
―Ha avanzado muchísimo, la verdad ―dijo Noelia―. Ha hecho un montón de tareas...
Algo en los ojos de Jose se apagó.
―Si por tareas te refieres a verse una temporada entera de una serie mientras el menda hace todo el trabajo, entonces sí, es una eminencia... ―rumió Nando en voz baja.
El brillo de la vida volvió a los ojos del antiguo Maestro.
―Siempre supe que tenía potencial en la Vagología... ―dijo secándose una lagrimita de emoción.
Jose siempre había parecido más accesible en comparación a su hermana. Noelia suspiró por la nariz, decidiendo destensarse un poco.
―¿Cómo es que contigo se puede hablar, y Maika es tan... así? ―preguntó más para sí misma que buscando recibir respuesta.
Jose se encogió de hombros.
―Supongo que porque desde pequeño siempre fui más sociable que ella ―caviló―. Nunca congenió demasiado con los otros niños, y solo aprendió a desarrollar lazos  con los animales... Y cuando las personas maduran, arrastran los hábitos que adoptaron de pequeños ―hizo un alto en su discurso, con la mirada perdida en algún lugar de su pasado―. Supongo que las mentes de los más jóvenes son más moldeables.
Noelia se puso rígida al instante. Justo cuando su yo interior más familiar había comenzado tímidamente a manifestarse, el recuerdo de lo fácil que les resultó engañarlos siendo jóvenes devolvió las riendas a su yo Caballero.
―Así que no te preocupes ―Jose recobró su tono afable, sonriendo abiertamente―, al final acabará cediendo y hablaréis.
La Caballero asintió con la boca fruncida.
―Creo que es hora de que los más pequeños descansen ―dijo mientras abría la mano hacia Adrián. Inmediatamente, añadió―: Eso te incluye a ti, Nando.
―Solo me sacas dos años, flipada ―protestó Nando, poniéndose en pie de todas formas.
―No seas niño y ve a buscar a Lucía, crack ―replicó la mayor, imitando socarronamente las típicas pistolitas con las manos que solía hacer él.
Noelia alcanzó a escucharle recriminar su “cuestionable autoridad de Caballero con esa actitud de cría”, riendo entre dientes a pesar de sí misma, olvidándose por unos instantes de lo que la había perturbado.
La voz de Jose se lo recordó.
―Dile que no se moleste, que se vaya con vosotros al camarote, yo puedo encargarme de encontrar a Lucía ―se ofreció.
Noelia estiró delicadamente de Adrián, instándole a seguirle.
―Gracias, pero no es necesario ―dijo parándose en el umbral de las puertas automáticas―. Además, alguien tiene que controlar la nave.
La puerta se cerró antes de que Jose pudiera contestar o reparar en el cariz triste que había tras su mirada.
No quería caer en el mismo error dos veces.
                                                      Hojas y ramas secas crujían bajo sus pies de forma constante, como si fuesen el metrónomo que dirigía el coro del bosque, compuesto por pájaros, insectos y el Do de pecho del quejista solista Jose por los escasos minutos que llevaban andando.
El grupo de Jedi seguía a los dos renegados entre la tupida foresta a cierta distancia. Era duro abrirse paso debido a los salvajes arbustos que plagaban aquel océano de arboleda, como corales esmeralda decorando el lecho marino, y por ello se iban rezagando.
Los escasos rayos de Sol que se filtraban a través de las nubes iluminaban dubitativos lo que podían percibir a su alrededor, obligándose a refraccionar su luz entre el piélago de ramas. Los serpenteantes riachuelos que ocasionalmente cruzaban ponían el broche a un paisaje feérico, como trasplantado directamente de las páginas de un cuento.
… Paisaje que ninguno de los primos estaba admirando.
―¡Jopé! ¡Ya es la cuarta vez que se me cuelga! ―gritó Lucía mientras zarandeaba furiosa la holopantalla portátil en la que estaba intentando ver un capítulo de la nueva serie a la que se había enganchado, provocando que una bandada de pájaros huyera despavorida del lugar entre graznidos alarmados.
En su fijación por encontrar cobertura, no reparó en una gruesa rama que sobresalía de la tierra, haciéndola caer de bruces al suelo.
―Tienes que mirar por dónde vas, Lucía ―comentó distraídamente Adrián, pasando por encima de su prima caída sin despegar los ojos de su holoDS.
―Pero tendrás morro... ―masculló la joven, levantándose y sacudiéndose el polvo.
―La culpa es tuya por no aprovechar la oportunidad que tienes de estar con la familia ―Nando, a la cabeza de los Jedi, avanzaba como si el mismísimo bosque le perteneciese, apoyándose en un cayado improvisado hecho con una rama caída y una concha que danzaba sobre su pecho al compás de sus pasos―. De hecho, los dos deberíais sacarle todo el partido posible a esta ocasión única y seguir el ejemplo que os estoy dando. Estar aquí, rodeado de vegetación hasta donde alcanza la vista, me trae recuerdos de aquella vez que tuve el honor de compartir el peregrinaje del venerable Maestro Pepe a un antiguo templo de los primeros Jedi... ¡Oh, qué maravilla! ¡Lo tendríais que haber visto! Pero en persona, y no a través de una pantalla. Porque como el gran Maestro Pepe me dijo una vez: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”, y eso es lo que hacemos, andar por el camino de la vida; y todo se trata de eso, ¡de que estamos vivos! ¡Todos, con el universo! Durante la peregrinación, en el Camino, al que fui con el gran Maestro Pepe, me encontré con cientos de seres de todos los rincones de la Galaxia, mirando al frente sin una pantalla que les bloquease la visión, abriendo en ocasiones sus múltiples ojos a la verdad que encontramos en el Cami...
―¡Nando, acaban de anunciar un evento especial del Starsmon Go! ―le cortó Lucía con urgencia― ¡Si no entras en cinco minutos te quedas sin poder registrarte!
―MALDITA SEA, ¿¡POR QUÉ NO PILLO COBERTURA!?
Lucía esperó pacientemente con una pícara sonrisa de autosatisfacción desplegándose sobre su rostro a que se cansase de agitar el teléfono en un reflejo de lo que él le había recriminado momentos antes. Cuando él se rindió y se guardó su propia holopantalla en el bolsillo, Lucía fingió una risita burlona para ponerle la guinda a la broma.
―... Deberías tomarme en serio cuando digo estas cosas ―rezongó Nando retomando el camino, con tan solo sus orejas enrojecidas delatando la vergüenza que sentía―. Menos mal que Noelia sí aprecia mis consejos. Es la única que no tiene las narices hundidas en una pantallita...
Noelia alzó la cabeza al escuchar su nombre, ahuyentando los últimos vestigios del ensimismamiento en el que se había sumido con un par de rápidos parpadeos.
―¿Eh...? ―respondió con un balbuceo desorientado.
Nando apretó el paso, renegando por lo bajo hasta llegar a los que lideraban la fila.
La joven Caballero lo vio unírseles y comenzar una conversación, gesticulando ocasionalmente hacia ellos por encima de su hombro.
¿En serio era la única que tenía dudas...? ¿Todo esto formaba parte de un plan diseñado por alguien sin escrúpulos que los manipulaba para que no distinguiesen el bien del mal? ¿Realmente eran capaces de llegar tan lejos?
De pronto, sintió una presencia en la frontera de su mente. Parecía buscar deliberadamente un punto débil en su defensa para colarse y sondear sus pensamientos.
Enfocando la mirada en su antigua Maestra, la halló observándola fijamente en la distancia. Tras un breve duelo de miradas, la renegada rompió el contacto visual, y la presencia que intentaba entrar en su mente desapareció por completo.
Sí que lo eran.
―Noelia, creo que hemos llegado ―le informó Adrián, mirando acongojado a su alrededor.
Talladas en los nudosos troncos de los áboles, habían cientos de puertas con símbolos que jamás habían visto en ellas. Un árbol de Navidad allí, un huevo de Pascua allá, una calabaza de Halloween... Un triángulo invertido con siete ojos divididos en ambos laterales, una esfera naranja con cuatro estrellas rojas, un micrófono en forma de concha marina...
El lugar rezumaba maldad, adhiriéndoseles a los sentidos como alquitrán espeso.
―¿Qué lugar es este...? ―preguntó Noelia, sobrecogida.
―Admirad todos... El gran reino y dominio del crossover: ¡Primoverso! ―pregonó dramáticamente Jose, alzando los brazos como un heraldo.
―... O el Vórtice de Multiversos, como se llama en realidad ―aclaró Maika.
Jose bajó los brazos y se la quedó mirando con evidente disgusto.
―En serio, Maika, el día en que me dejes hacer las cosas bien...
―... Será el día en que los cerdos vuelen ―le cortó su hermana, zanjando la pataleta de raíz, pasando por su lado y adentrándose sin más en la espesura del bosque con Akira en brazos.
Jose se sentó cabizbajo en una piedra.
―Como os explicamos en la cantina ―empezó, considerablemente más desanimado―, en este lugar convergen todas las realidades paralelas de las que tenemos constancia.
Los Jedi miraron enrrededor.
―Detrás de cada puerta tallada en los árboles, se encuentra la entrada a una de estas realidades.
―Pero... Si hay más de... Muchas ―señaló Adrián, abrumado.
―Parece un plagio de Tim Burton ―apuntilló Nando estudiando las puertas.
―¡Calla! ―protestó Lucía, dándole un manotazo en el brazo―. ¡Que ese solo hacía cosas de miedo!
―¿La bebé tiene miedo? ―se burló Nando.
―... ¡No! ―se defendió Lucía, cruzándose de brazos.
Nando miró a ambos lados de reojo, acercándose a su hermana disimuladamente.
―¿Ah, no? Pues yo sí ―le susurró al oído, y Lucía se percató por primera vez de lo blanco que estaba―. ¿Te imaginas que ahora nos encontramos un fantasma?
Un crujido de madera a sus espaldas hizo que a ambos se les helara la sangre, dejándolos paralizados del miedo. Se miraron a los ojos con pánico, preguntándose sin palabras si el otro lo había oído también.
Muy lentamente, comenzaron a girarse hacia la procedencia del ruido.
Un ser blanco, todo lengua y dientes, se abría paso flotando directamente hacia ellos, retorciendo su cuerpo pálido y brillante en erráticos bandazos en su implacable planeo para alcanzarlos.
Con un chillido de puro terror, corrieron hasta refugiarse detrás de Noelia.
―¿Pero qué...?
―¡Un fantasma! ―corearon al mismo tiempo, apuntando en la dirección de la que huían.
―¿Y yo qué voy a hacer contra un...?
Un ridículo ladrido interrumpió la pregunta.
―... ¿Perro fantasma? ―terminó Noelia, viendo a Akira flotar, más confundida que si hubiera aparecido un fantasma de verdad.
―Mira que eres bruta... ―sus dudas se vieron resueltas al ver emerger a Maika de entre los arbustos, con una leve mueca de asco y una mano alzada hacia ella valiéndose de la Fuerza para mantenerla en el aire―. No sé en qué charco te has metido, pero no te pienso bajar de ahí hasta que te seques...
El grupo suspiró con gran alivio.
―¿Cómo elegimos por cuál entrar? ―preguntó Adrián, aún mirando la infinidad de portales.
―Taiga es la usuaria del Lado Oscuro más poderosa que jamás haya existido ―dijo Jose, acabando de encender una hoguera―. Nosotros, al estar en sintonía con el Lado Oscuro, crearíamos interferencias; mientras que vosotros haríais sondeos más puros. Si aunáis vuestras habilidades, deberíais ser capaces de dar con el foco.
Los cuatro asintieron y tomaron asiento alrededor del fuego, cerrando los ojos para bloquear cualquier distracción de su entorno.
Tras varios minutos, entraron en un profundo trance y, con gestos lentos e intuitivos, señalaron en la dirección de la que provenía la malignidad.
―... Bien ―dijo Maika sarcásticamente desde el tronco contra el que se estaba apoyando―, ahora, si os ponéis de acuerdo, mejor.
Los Jedi abrieron los ojos y se encontraron con que cada uno había señalado a una dirección distinta al resto. Adrián se apresuró a cambiar su elección por la que señalaba Nando.
Éste, como era de esperar, no perdió la oportunidad.
―Está claro que hay que elegir la mía ―declaró encongiéndose de hombros con una sonrisa de superioridad―. La mía tiene dos votos, mientras que las vuestras uno.
―¡Protesto! ―replicó Lucía, señalándole acusadoramente tras propinarle un golpe al suelo― ¡Que dos personas equivocadas compartan opinión no significa que tengan razón!
―Punto para Lucía ―dijeron simultáneamente Noelia y Jose.
―Hala, qué descarado... Mira cómo os aliáis los tres ―Nando le dio un suave codazo a Adrián como para que se uniera a la acusación―, os comportáis como una mafia... Ya lo dije en Coruscant, solo os faltan los uniformes rositas a juego...
Lucía infló los mofletes.
―¡Pues a partir de ahora, se monta oficialmente la mafia de chicas! Prohibida la entrada a chicos ―declaró Lucía, poniéndose en pie empezando a señalar con una ramita―. Estaremos Noelia, Mai...
―No.
―... ka, yo... Y Jose.
―¿Pero no habías dicho que los chicos no podían entrar? ―indicó Adrián con rintintín.
Lucía agitó furiosamente la ramita.
―¡Pues lo nombro chica honoraria!
Ambos chicos soltaron una risotada.
―¡Venga, sí! ¡Seguro que está deseando entrar en vuest...!
De repente, se percataron de que Jose estaba al borde del llanto.
―Por fin... ―susurró con voz trémula, cerrando el puño en señal de victoria―. Por fin formo parte de un grupo... ―giró sus ojos repletos de lágrimas, emocionado, en dirección a su antigua Padawan―. Lucía...
―Maestro... ―suspiró ella, luchando por contener los sollozos.
Jedi y renegado dieron un par de pasos dubitativos en la dirección del otro, pero se frenaron en seco. Recorriendo la distancia que los separaba con la mirada, volvieron a mirar al otro.
―... No vamos a correr toda este trecho como en las películas, ¿verdad?
―Nop.
Se mandaron un saludo de mutuo respeto a lo lejos, y volvieron a sentarse en su sitio.
―Pero si estabais a dos pasos... ―murmuró Nando con incredulidad.
Noelia, pensando en las múltiples ella que estarían pasando por un calvario similar, decidió ponerle fin en su nombre, tomando la iniciativa.
―Ya que no nos ponemos de acuerdo, vamos por la mía, que para algo soy la más experimentada ―dijo zanjando el tema, en vistas de que no parecía que fuesen a avanzar.
―¡Porque tú lo digas! ―reclamó indignando Nando, poniéndose, sin embargo, junto a la puerta que había elegido Noelia.
Los cuatro formaron frente al árbol. Ahora, a instantes de cruzar el portal, se dieron cuenta de la realidad de lo que estaba a punto de acaecer.
Se cogieron de las manos los unos a los otros, dándose fuerza.
―¿En serio no vais a venir? ―Lucía puso voz a las dudas del grupo.
―No somos los protagonistas de esta historia ―fue la respuesta seca de Maika.
―Tranquila, no os va a doler ―trató de tranquilizarles Jose, asiendo el pomo de la puerta―. Y además, os sentiremos en todo momento. Acudiremos en vuestra ayuda en caso de que estéis en verdadero peligro de muerte.
―Eso no es muy tranquilizador... ―dijo Adrián por lo bajo.
«Además... ¿No nos habían traicionado con anterioridad...?», les cruzó a todos por la mente.
Recordaron las palabras de Maika...
«Es... negro. Mi sable es negro, ¿de verdad te sorprende?»
Y las de Jose...
«... en mi sempiterna clemencia, te concedí una última oportunidad de redención, y tú... Has caminado hasta mí, pudiendo haberte quedado sin hacer nada.»
...
Un momento.
―¡EH! ―saltó Noelia hecha una furia, clavando una mirada acusadora en Jose― ¿Eso de que vuestro poder del Lado Oscuro sería una interferencia para detectar a Taiga era para escaquearse de hacer ejerci...?
―¡¡Mucha suerte, chicos!! ―la cortó el renegado, con la frente perlada de un sudor nervioso, apresurándose a abrir el portal.
―Tengo tanto que aprender... ―se lamentó Lucía.
Llegados a este punto, arrepentirse no era una opción. Una vorágine de energía pura estiró de ellos hacia el interior negro y vacuo del tronco del árbol con la intensidad de una turbina.
―Y recordad, primos ―escucharon a través de la negrura que los empezaba a engullir―. La felicidad se puede hallar hasta en los más oscuros momentos.
Jamás habían experimentado una sensación similar; era como disolverse, como si la tangibilidad de la materia de su todo se deshiciese en una etérea nebulosa de átomos, que se proyectaba como el polvo de estrellas nacido de una supernova hasta el otro rincón de la Galaxia, para volver a unirse en un mismo ser.
De la boca de un agujero negro, a través del espacio infinito, les rozó un viento estelar que arrastraba lo que creyeron reconocer como la satírica voz de Maika.
―... Si sois capaces de utilizar bien la luz.
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latikobe · 7 years
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¡Aquí hay gato encerrado!
Carteles como este son comunes en los períodos de votaciones en Cuba (Foto: EFE)
LA HABANA, Cuba.- No estar de acuerdo es tan importante como estarlo, pero en Cuba la pluralidad es una asignatura pendiente. Sin dudas todo tiene que ver con esta larga dictadura que ha regido nuestras vidas con tanta consigna, y con un “parlamento” que adora la unanimidad. Tristemente, en Cuba, si no piensas como alguien eres un enemigo. Esa fue la educación que sembró el Partido Comunista regenta a ese parlamento que dice sí, sí y siempre sí.
Mi amigo, y hermano masón, Faisel Iglesias, abogado de profesión y tenaz opositor, me dijo que sintió mucha tristeza tras leer el texto que publiqué en CubaNet: “La dictadura presenta una posible candidata para la alternativa política”. Y es que él ve, en el programa político de Rosa María Payá, un peligro real para la vieja dictadura.
Cualquier activista que se enfrente al totalitarismo de la familia Castro es mi hermano, y a cada uno de ellos, o ellas, dedico mis respetos más profundos. Así sucede con Rosa María Payá, por quien siento una muy especial admiración; pero también me asiste el derecho de intentar descifrar los posibles caminos, viables o no, que llevarían a acabar con la dictadura. Por más que ensayo imaginar al régimen permitiendo un referéndum que decida quién se hará cargo del poder, no consigo visualizarlo. Y créanme que me he esforzado, y mucho.
Lograr una oposición como la que tenemos hoy ha sido difícil, un camino tremendamente largo que se llevó vidas y trajo prisiones. Eso hemos padecido y no es justo que nos engañemos nosotros mismos. Para mentir, ya lo sabemos bien, está la dictadura que se ha encargado de demostrarlo durante estas seis décadas. La familia Castro, esa que no se veía en situación tan tensa desde la crisis de los misiles, jamás permitirá lo que sí hizo la muy sangrienta dictadura de Pinochet.
No será un opositor cubano, ni un partido contrario, quienes obliguen al régimen a abandonar el poder. Ellos no están dispuestos a repetir los “errores” de otros dictadores. Esa es mi opinión y la hago pública con total derecho. Está bien claro que puedo estar errado, pero insisto en el hecho de que ellos nos enviarán a esas cárceles en las que podemos morir de misteriosas enfermedades.
Creo que Payá fue ingenuo, pero fue muy bueno, y fue valiente, y su esfuerzo precursor sirvió para abrir caminos insospechados que despertaron el coraje de los cubanos. Oswaldo Payá marca el antes y el ahora, él creó a la verdadera disidencia cubana, pero los tiempos cambiaron. Y no podemos volver a repetir la historia porque el tiempo apremia.
Somos testigos de lo que está ocurriendo en una Venezuela asesorada por la dictadura cubana. El poder totalitario de Maduro no está dispuesto a transar y la dictadura cubana mucho menos. Está muy claro que la dictadura ha tenido insospechadas reacciones cuando de Rosa María Payá se trata. A ella la han dejado entrar, y salir, mientras a muchos cubanos se les niegan esas opciones.
¿Acaso no es insólita la presentación, en la televisión cubana, de esta disidente? La verdad es que fue la dictadura quien la escogió, yo únicamente relaté el suceso. Ella no es culpable, y lo dejo claro. Ella no es cómplice de un gobierno que la ve como un peligro, pero también como una posible salida en caso de extrema presión. Rosa María no es el poder dictatorial, pero ellos pueden hacer que Cuba crea que ese poder omnímodo es capaz de dialogar con la oposición.
La dictadura busca lo que le falta: tiempo. Y no seamos ilusos, no es un acto gratuito el hecho de que la presentaran en la televisión nacional, y aunque así lo pareciera aquel día, no es desacreditarla lo único que buscan, es mucho más. He constatado las expresiones de mucha gente en la calle, en el barrio, y son muchos los que ven “gato encerrado” en el hecho, una intención oculta que el régimen, por supuesto, no deja clara.
Creer que el gobierno de los Castro nos dará la oportunidad de enfrentarlo en las urnas, es como haber supuesto que las gestiones de Obama habrían solucionado algo. Demasiada candidez.
Los cotidianos arrestos y los prisioneros políticos muchas veces parecen no tener importancia para algunos líderes opositores, porque no simpatizan con sus líneas políticas, y eso es un grave error de la oposición cubana. Mucho se cree que esos que apoyaron las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, y también la anulación de la Posición Común de la Unión Europea, están dispuestos a negociar con la dictadura, o lo que es lo mismo, están dispuestos al coqueteo con las manipulaciones de ese régimen.
Siento que algunos se sintieran aludidos y que mis comentarios terminaran hiriéndoles; pero la mayor verdad es que la libertad de Cuba debe ser para hoy. Estoy seguro de que cuando la oposición comprenda que la Patria está por encima de nosotros, que nadie es el decisivo o el más importante para la transición política, habremos dado un gran paso. Cuando toda la oposición cubana entienda que únicamente unidos podemos vencer, la dictadura comenzará a mirarnos de otra forma y no intentará manipularnos. De lo contrario solo se sucederán las individualidades que hacen perenne a la dictadura.
¡Aquí hay gato encerrado!
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