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#mitología egipcia
im-the-black-star · 28 days
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La muerte es solo el portal hacia una nueva vida.
Vivimos hoy y volveremos a vivir.
De muchas formas, volveremos.
—Oración Egipcia de Resurrección.
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elizabeth-halime · 1 month
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klenushka · 21 days
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The God Ra is watching over you 👁️
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someday-dreamlands · 3 months
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Isis ptolemaica en terracota policromada. Siglos IV-I a. C.
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fotograrte · 16 days
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Ronda de enlaces (15/04/2024)
Estamos otra vez a lunes y toca otra ronda de enlaces, así que vamos con ellos: Continue reading Ronda de enlaces (15/04/2024)
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alexandrina-v · 10 months
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Learning paths
Magia blanca
Hechizos
Herbolaria
Sueños, mundo astral
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Historia egipcia
Historia de culturas prehispánicas
Mitos y leyendas de los egipcios y culturas prehispánicas
Mujeres en la literatura latinoamericana
Arte latinoamericano
Historia de la moda
Dibujo, acuarela, collage
Historia de la música, lenguaje musical, piano
Lenguaje: español, francés, japonés, yucateco, náhualt, LSM, braille...
Escritura de cuentos, poemas, novela corta, haiku... (explorar la literatura)
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adoniswarlock · 2 years
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THOTH: El Dios todólogo del antiguo Egipto.
THOTH: El Dios todólogo del antiguo Egipto.
Thoth (nombre griego) o Djehuty/Tehuti (nombre original en egipcio) cuyo nombre significa “El que es como el Ibis” y se le representaba como un ibis o un babuino o el cuerpo de un humano con la cabeza de Ibis, pero nunca con cabeza de babuino. Epítetos A Thoth le llamaron “Regulador de los crecimientos de las aguas” y también “Toro de las estrellas”, ya que era la representación de los poderes…
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hysteriapagana · 2 years
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THOTH: El Dios todólogo del antiguo Egipto.
THOTH: El Dios todólogo del antiguo Egipto.
Thoth (nombre griego) o Djehuty/Tehuti (nombre original en egipcio) cuyo nombre significa “El que es como el Ibis” y se le representaba como un ibis o un babuino o el cuerpo de un humano con la cabeza de Ibis, pero nunca con cabeza de babuino. Epítetos A Thoth le llamaron “Regulador de los crecimientos de las aguas” y también “Toro de las estrellas”, ya que era la representación de los poderes…
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senig-fandom · 2 years
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Y aquí mi aporte a la idea que surgió de la nada y que a algunos de ustedes les gusto VwV
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Nuestro investigador y criminólogo, Anubis, el dios de muertos, guardián de las tumbas, guiador de los fallecidos, juez de la muerte, cuidador de la momificación. Hijo de Nefitis. Antes cuidador de todo el inframundo, pero ahora cuidador de las tumbas. Asociado al color negro, que representa la regeneración, la conservación eterna y la fertilidad.
Anubis es sereno, frio, poco conversador si no se trata del trabajo, un dios temible por muchos por su forma de juzgar a otros tras la muerte, pero era el protector de ellos y los protegería por siempre.
Ahora camina por la tierra de los mortales como un mortal mas, ayudando a las investigaciones de asesinatos y descubriendo misterios que muchos veían imposible.
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De perro a hombre, de amigo del hombre a compañero, Xólotl dios perro, guiador de los fallecidos, estrella vespertina, guardián de los humanos y animales, tambien conocido por algunos como el dios cobarde, el que huye o escapa y se esconde, era también dios de los gemelos, monstruos, las desgracias, la enfermedad, la transformación y las deformidades. Hijo de Chimalma ( tambien puede ser de los dioses Ometecuhtli y Omecíhuatl depende de lo que se crea mas), hermano gemelo del dios Quetzalcóatl y tambien era su Nahual y guiador.
Xólotl es lo opuesto a su hermano, todo lo diferente que pueda existir, aunque a veces si lograba algo sin que las diferencias lo opacaran. Es alegre y optimista, algunas veces melancólico, pero su característica mas notable es su fidelidad a todos los seres vivos y a las personas que le importan.
Ahora vive ayudando a un nuevo amigo, y poco a poco Xólotl recupera la confianza de mostrarse mas que un simple perro.
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Por ahora tengo esto XD no se mucho como iniciar bien, solo se que Xólotl tiene esa apariencia por su nombre, que a diferencia, Quetzalcóatl que se parece a el, el no tiene nada de eso y es considerado por su hermano como un hombre muy bello XD Ademas de que ambos empezaron a investigar junto algo que ni ellos saben si lograran, pues hay un asesino seria que los supera a ambos.
Cuando empiezan en el mundo humano, su poder es disminuido a algo lo suficientemente normal para que puedan trabajar y defenderse, por lo cual no son tan poderosos, pero no son tan débiles.
Tengo algunas ideas mas para la apariencia de algunos dioses XD pero por ahora el dúo dinámico XD
Y para hacerlo  mejor Xólotl solo tiene 4 dedos en sus manos y pies y Anubis siempre monologa en su mente XD
Bueno seria todo espero y les guste VwV
Mis acompañantes a este barco 7w7
@cloudypaws
@kausuayoli-blog
@dansura
@alicia-la-wolfwalker77
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x-z-x · 1 year
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RUBÍ
→ Seth x Diosa!OC [Habibah]
✦ Sinopsis: Hathor genera su primer descendiente y Seth es el último en enterarse.
✦ Palabras: 5391
✦ Advertencias: Incesto / Smut + Asfixia erótica.
✦ ENNEAD es un manwha basado e inspirado en la mitología egipcia. Explicaré a los dos dioses más importantes para la historia, el resto no son relevantes y tómenlos como simples personajes si no los conocen.
Seth: Dios de la Guerra y Desiertos.
Hathor: Diosa del Amor y Belleza.
✦ Nota: Este oneshot lo publiqué en un blog viejo, así que pueden haberlo visto antes en Tumblr. ¡Ojalá les guste! Comentarios, likes y reblog son muy apreciados ♡
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—¿Qué le sucede a Hathor?
Los presentes voltearon y mala cara se posó en algunos al ver al nuevo integrante de la habitación, Seth enarcando una ceja y Sekhmet sonriendo en grande dispuesta a darle respuestas.
—Al parecer su hija está causando problemas —rió con malicia.
—¿Desde cuándo ella tiene descendientes? ¿Quién de ustedes fue? —preguntó ligeramente agresivo por la confusión.
—Ninguno —suspiró Maat con los brazos cruzados—. Hace tiempo tuvo una aventura y...
Seth hizo un sonido que señalaba su opinión de lo idiota que era por caer en preñez y pronto les observó con sospecha respecto a si aquello fue un secreto que por años guardaron solo de él.
—¿Qué hizo para que Hathor pasara corriendo por los pasillos entre sollozos?
—Nació con la belleza correspondiente a la posición y aspecto de su madre. Gusta de bailar y viaja con un grupo a distintas ciudades para dar espectáculos, pero su rostro está llamando bastante la atención —explicó Bastet.
—En serio, ¿el problema es que tiene muchos pretendientes? —burló con un bufido.
—Va más allá de eso, algunos son divinidades que están comenzando a pelear y generar caos —dijo Maat marcando la importancia del asunto—. Pedimos que Hathor pusiera orden y le exigiera que actuara correspondiente al título de diosa, pero…
—¿Diosa? ¿Su hija ascendió? —preguntó con menos simpatía.
—Es la Diosa de las Piedras Preciosas y Metales, todo lo que usamos fue confeccionado por ella —dijo Thoth mientras señalaba el increíble collar que lo decoraba.
Isis sonrió con burla y Seth desechó la situación como una pérdida de tiempo, enseguida abandonando el lugar y dirigiéndose a su templo. Al llegar, contrario a lo dicho, impuso que los sirvientes más fieles buscaran aquella chica que todos atraía, pero la información llegó varios meses después y para ese entonces cualquier interés había desaparecido.
Aún así, Hathor no dudó en enfrentarlo cuando se enteró que él sabía que su preciada hija vendría a la ciudad. Estaba nerviosa y alterada, y que el hombre la minimizara no ayudaba en lo absoluto.
—¡No te metas con mi bebé! ¡Yo me encargaré de los enamorados, eliminaré cada rastro de afecto y nada sucederá! —gruñó con el ceño fruncido.
—¿Recién ahora decides actuar? Batallas y varios conflictos se han dado por su culpa, y ese es mi territorio.
—¡Es la victima, no la responsabilices! Si le haces algo…
—¿Qué? —enarcó una ceja sonriendo desafiante—. ¿Acaso crees poder enfrentarme?
Hathor se puso bordó y la pupila de sus violáceos ojos se volvieron verticales, el aura que la rodeaba siendo sumamente amenazante.
—Haré hasta lo último para terminar contigo si te metes con ella, no importa si debo cambiar los sentimientos de cada ser viviente para que la protejan y vayan contra ti —aseguró con chispas surgiendo de la punta de sus dedos, acto seguido dando la vuelta y saliendo del salón.
—¿Desde cuándo se atreve a hablarme así? —sopesó molesto, las uñas de sus dedos golpeteando el trono que ocupaba.
Eligiendo ir sin importar qué, indicó que preparan ropa menos llamativa y que lo cubriera bien al su cabello rojo no pasar desapercibido. Se envolvió en lino y partió al anochecer a la zona indicada, donde frunció el ceño al ver la gran cantidad de gente que ya ocupaba la delantera.
—Señor, venga por aquí —avisó una joven con fina joyería y gran sonrisa.
—No me toques —gruñó cuando lo sostuvo del brazo.
—Por favor, tengo indicaciones de la interprete principal de llevarlo a primera fila —explicó sin perder la gracia.
Seth entrecerró los ojos y avanzó notando que varios mortales vestidos como ella organizaban a los espectadores. Mujeres y hombres le observaron pasar preguntando quién era para salvarse de quedar atrás, al frenar siendo dejado en un área con almohadones a pocos metros del escenario desmontable.
Con la bajada del sol antorchas fueron encendidas y los músicos se acomodaron en sus bancas mientras comentaban por lo bajo entre sí. Tomó un tiempo a que el espectáculo comenzara, un hombre dándoles la bienvenida antes de entregar la dirección de que empezara el sonido de tambores y demás instrumentos. Los primeros en salir fueron un grupo mixto que danzaba en parejas o pequeños conjuntos antes de romper formación para interactuar con el publico. Seth admiró la presentación pensando dónde encontraron tanta gente hermosa y talentosa, el publico riendo y aplaudiendo ante el buen ánimo que los artistas imponían.
Los minutos fluyeron en una actividad diferente para él, el acto final arribando y levantándose una tela en donde varias siluetas femeninas captaron la atención. Un ritmo diferente empezó y el paño fue soltado por los hombres que se sostenían en escaleras, nueve mujeres enseñando sus espaldas con una estando en la punta de la formación V. De a poco voltearon y finalmente apareció el rostro de la chica que fue a conocer, la boca de Seth quedando entreabierta en una expresión anonadada.
Con una sonrisa confiada y seductora de labios rojos como rubíes, la diosa levantó los parpados y enseñó irises de un purpura oscuro con largas pestañas heredadas de su madre. Dio lentos pasos mientras las demás femeninas se repartían en el escenario, en sincronía comenzando su coreografía con increíble actitud. Cristales y cuentas doradas se entrelazaban en el cabello y volaban cuando giraba, las decoraciones que vestía brillando tanto como ella mientras quitaba el aliento de cada presente.
Los rojos ojos de Seth siguieron cada movimiento y admiraron las curvas que se ondeaban pícaras, ella no fijándose en él hasta que se aproximó a la zona privilegiada. El baile ahora era libre y las personas de las anteriores actuaciones salieron a unirse a la diversión, la mujer agachándose con aire depredador y avanzando al borde del tablón con las manos y rodillas. La gente gritaba emocionada y ella no paró de mantener el contacto visual hasta que se elevó meneando despacio las caderas. Recorrió sus piernas, muslos, cintura y cuello en un espectáculo sumamente sensual, pronto dando media vuelta y llamando a uno de los hombres que danzaba cerca.
Euforia inundó ante lo que podía suceder, Seth apretando los dientes y observando casi sin pestañear como ella colocaba ambas manos en los hombros del masculino y comenzaba a rozarle. Él la sostuvo y la hizo girar conociendo sus intenciones, sin dudar yendo a tocar y acariciar el expuesto vientre mientras observaba al dios con sumo desafío. La llama del orgullo y la competencia se encendió en el pelirrojo, enseguida comprendiendo como era tan fácil que la gente peleara por ella cuando a ese punto, gracias al calor de las grandes antorchas y el baile, brillaba en leve sudor y poseía las mejillas sonrosadas como bellos granates.
—Te esperaré —indicó, el sonido no apreciándose entre la música y el bullicio.
Seth comprendió lo dicho por el movimiento de labios y observó como tiraba una pulsera a sus pies. Algunos se estiraron esperando tomarla, pero el chico la cubrió con una mano y los miró con tal severidad que retrocedieron.
Una vez que el evento terminó decidió esperar alguna señal, de golpe el accesorio comenzando a calentarse y enseñar cierta fuerza que lo impulsaba a seguir una dirección. Se dejó guiar entre un par de concurridas calles hasta doblar en un callejón, ahí la mujer aguardándolo contra una pared mientras se miraba las uñas.
—De todos los dioses, eras al que menos esperaba que viniera a verme.
—Supe de tu existencia hace poco, a diferencia del resto —explicó con cierta recriminación.
—Es entendible, según me dijeron tu ánimo es bastante volátil y agresivo —encogió los hombros como si no le importara demasiado—. ¿A que se debe la asistencia? —inclinó la cabeza acortando la distancia, pero pronto se vio incapacitada al arena envolver sus piernas.
—Como Dios de la Guerra y el Desierto, vengo a encargarme de los problemas que generas con tus conquistas.
Ella miró a un costado y rodó los ojos guardando silencio, a lo que Seth hizo un sonido con la garganta que la presionaba a hablar.
—¿Tienes algún lugar más privado?
Él lo consideró entrecerrando los ojos y pronto la tomó del brazo para hacerla desaparecer en un torbellino.
—Esto es… —dudó de seguir al ver lo que la rodeaba.
—Mi templo —terminó la frase mientras se despojaba del lino innecesario, el colorado cabello quedando libre y adornándole los hombros.
—Wow —exclamó mientras suavemente agarraba un mechón—. Podría crear tantas cosas bonitas para realzar el color, tan bello…
Seth la agarró de la muñeca en señal de advertencia, permitiendo que ella sonriera divertida y le lamiera la mano sin desviar la mirada.
—Cuidado o te cortaré la lengua.
Bufando, se liberó del agarre y le dio la espalda para dar elegantes trotes hacia las enormes escaleras que llevaban a la edificación principal. Las joyas e hilos de gemas que colgaban golpearon armoniosos en cada paso, de manera increíble brillando más que el oro cuando se acercaba a las antorchas.
—Es enorme, no me molestaría pasar algunas semanas aquí —rió traviesa mientras Seth la seguía a una buena distancia.
Los rojos ojos distinguían cada movimiento y admiraban todo lo que era, una necesidad de origen desconocido aumentando sin frenos desde que la divisó por primera vez.
—¿Acaso ofrecí que te quedaras?
—¿No quieres? Soy buena compañía —volteó para retroceder de espaldas—. ¿Sino por qué crees que quienes me conocen pelean por tenerme? —guiñó un ojo.
—Sexo.
—¿Si fuera solo eso por qué no se olvidan de mí una vez que me voy? ¿Qué los hace apegarse tanto? —aminoró la velocidad para quedar cerca—. Hoy mismo lo has visto, el publico se exalta con verme… Incluso tú.
Seth apretó los dientes en descontento y ella sacó la lengua en burla.
—¿Tienes el permiso de tu madre para relacionarte con dioses?
—Hace centenas de años que no necesito su aprobación —rió—. Hoy he hablado con ella y le dije que trataría de evitar generar caos. Quién sabe, tal vez pegarme al Dios de la Guerra sea la solución.
—Serás un dolor más que un placer.
La frase hizo que la femenina riera fuerte y luego fingiera una expresión de profunda reflexión.
—¿Tienes músicos? Tal vez un baile privado te cambie de opinión.
—Primero debemos resolver ciertas cuestiones —dijo indiferente, pero ella sabía bien que con un empujón caería—. ¿Cuál es tu nombre?
—Te lo diré dependiendo de lo que decidas luego de mi danza.
Él encajó la mandíbula detestando la ligereza con la que hablaba y el brillo malicioso de ambos ojos, la sonrisa permanente enervando sus nervios al lucir como si estuviera en control de la situación.
—¿Por qué vives como nómada haciendo espectáculos?
—Mortales o inmortales, cada ser nace con una familia a la cual puede apreciar como tal o no. Mi madre es una de las mejores cosas que me sucedieron y siempre estará en mi corazón, pero el resto realmente no importa mucho. Conocí gente de intereses compartidos y con quienes disfruto pasar los días, confían en mí y yo confío en ellos, así que los escogí —explicó con un nuevo aire rodeándola—. No abandonaré esa caravana, no cuando todos los que aprecio tienen fecha de caducidad.
—Tienes sentimientos poco propios de una divinidad.
—¿Qué es un dios sin humanidad? Si no entiendes a la gente que debes proteger, representar y servir, ¿cómo puedes ser un soberano empático y respetable? —preguntó con pura seriedad en los ojos—. Sé que nunca reinaré Egipto, pero eso no me hace indiferente a quienes me rezan.
—Por como hablas, no me surgen dudas de que eres cercana a Osiris e Isis.
—Bien pensado, ambos participaron mucho en mi crianza —cruzó los brazos poniendo peso en una cadera.
—Como sea —imitó su postura viéndola de arriba a abajo—. ¿Eres incapaz de ordenar a tus amantes que dejen de pelear por ti?
—La mayoría ni siquiera han podido tocarme un pelo, solo luchan por el mero deseo de querer hacerlo. He intervenido, pero quien realmente deberían ponerse a trabajar aquí es Nephthys y hacer que crezca la paz.
—No cuestiono aquello, deberían haber recurrido a ella desde un principio.
—Es tu hermana, si no actúa podrías pedírselo.
—¿Quién crees que soy? ¿Tú mensajero? —enarcó una ceja.
—Vaya —suspiró inclinando la cabeza—. ¿Entonces qué? ¿Nos acostamos y dejamos que el rumor corra para que los dioses se asusten?
—Realmente eres insistente ¿Tantos me deseas? —chasqueó la lengua para sonreír socarrón.
La pregunta arrancó una seca risa de la chica, quien se acercó.
—No voy a negar que eres sumamente atractivo, pero desde antes que asistieras al espectáculo sabía que ésta noche tenías ganas de pasarla bien. Si no me acompañas, iré a buscar quien me complazca.
Seth inspiró y le sostuvo la mirada, su corazón acelerándose y debiendo contenerse de desviar la vista por como parecía acercarlo al abismo.
—Creo que ofreciste bailar para cambiar mi opinión, ¿o no?
—Al fin pasamos a lo importante —dijo complacida retrocediendo un poco—. Guíame hacia tus músicos.
El masculino tomó la delantera y le hizo esperar mientras ingresaba a una habitación. Desde el exterior oyó como hombres y mujeres lo saludaban apurados, enseguida acatando sus ordenes y generando algunas notas accidentales en el proceso de trasladarse. Una considerable fila de personas salió y la observaron, ella sonriendo y apreciando acostumbrada como varios dejaban caer la mandíbula en sorpresa.
—¿Con qué se distraen? —preguntó Seth desde el fondo, su voz provocando que todos abandonaran la estupefacción y agitaran el paso.
—Si decides no tener sexo conmigo, me alegra saber que no tendré que buscar lejos.
Él le miró de reojo e inspiró profundo antes de lanzar el cabello hacia atrás.
—Vamos.
Caminaron con tranquilidad y el dios entró primero a una enorme habitación donde un inmenso colchón reposaba casi a nivel del suelo. Postes con enormes cortinas descansaban listas para tapar la cama del exterior, cuatro sirvientas prendiendo incienso y preparando alcohol antes de seguir cualquier otra instrucción.
—Suelten las telas laterales.
El pequeño grupo se apuró a cumplir y liberaron los nudos, solo dejando un sector descubierto.
—Interesante —comentó la diosa dando algunos pasos por el ambiente.
Los músicos llevaron sus instrumentos y se acomodaron donde los gruesos paños no podrían enseñarlos, la intención de solo observar a la invitada siendo clara.
—Preparate como desees —dijo Seth moviendo una mano de manera desinteresada antes de dirigirse a la cama y recostarse contra una gran montaña de almohadas.
Dos de las femeninas acercaron copas doradas llenas de vino, las cuales ambos aceptaron antes de que él ordenara que se fueran.
Bebió con tranquilidad y se acercó a los presentes para conversar el tipo de música que quería, ellos acatando cada palabra e intercambiando opiniones antes de llegar a un arreglo. Asintiendo en complicidad por solucionar aquel tema, se colocó a varios metros del lecho frente a donde estaba abierto.
—¿Listo?
—¿Tú lo estás? —enarcó una ceja mientras el incienso comenzaba a hacerse sentir.
Guiñando un ojo, tragó de una vez todo lo de su copa y luego la levantó en el aire. Ante la señal, los artistas comenzaron a tocar y ella le dio la espalda mientras mantenía el brazo extendido por sobre su cabeza.
Meciendo despacio las caderas de lado a lado, el oro que sostenía comenzó a derretirse y cambiar de forma. Chorreó por su brazo hasta formar una pequeña cabeza y luego un alargado cuerpo, la recién nacida serpiente enrollándose y bajando hasta posarse en el cuello. Poniendo ambas manos en tan sensible zona, de a poco giró y sonrió cerrando los ojos para permitir que el sonido la llevara a donde debía. Se acarició las clavículas y los hombros antes de extender los brazos, el ficticio animal moviéndose por su pecho y rodeándola, de pronto un sector del lino cayendo y revelando un seno.
Como si nada hubiera sucedido, ella continuó con lo que bien sabía hacer mientras el metal acariciaba y abrazaba cada parte en el proceso de descender. Sus decoradas muñecas y dedos rozaban la piel y creaban perfectos movimientos en al aire, varios de los presentes perdiéndose en los vaivenes hasta que contuvieron el aliento cuando la serpiente llegó a la prenda que escudaba la mayor intimidad.
Sin importarle nada, ella volteó y colocó ambas manos en la zona posterior de sus piernas para arrastrarlas hacia arriba y cuidadosamente levantar un poco del paño. La serpiente enrolló una de las palmas al muslo para que no pudiera quitarla, de esa forma aprovechando a meterse bajo la falda.
Un murmullo del lado izquierdo se escuchó y la femenina miró sobre el hombro para apreciar como Seth no despegaba la mirada, pero que una de sus cejas realizaba una contracción involuntaria al comentario que ella llegó a escuchar. Lanzó la cabeza hacia atrás y doblo el cuerpo hasta el punto de casi poder verlo, con los dedos libres acariciando desde el vientre hasta al seno libre y apretarlo.
La cola del animal fue soltándola de a poco y ella giró para enseñar como ésta salía por el frente y empezaba a subir, así arrastrando la tela hasta el borde de mostrar su entrepierna. De todos modos, no daría tal panorama e hizo que ligeramente cambiara de dirección y fuera de una forma donde no tirara de más. Giró sobre uno de sus pies reconociendo que pronto llegaría un fuerte golpe de tambor, en ese instante cayendo de rodillas con las manos extendidas y todo el cabello hacia delante.
De a poco fue irguiéndose y los músicos apreciaron los movimientos para acomodar el ritmo, al sentarse separando las piernas y sentándose entre ellas. Conectó miradas y sintió como el rojo de sus irises quemaba, provocando que sonriera antes de voltear el rostro y ver a una de las mujeres que antes llamó su atención. Era bonita y toda una tentación si Seth decidía dejarla ir, en menos de un segundo pensando qué decirle para seducirla hasta que la voz del dios resonó.
Todos salieron del trance y frenaron lo que hacían, los músicos juntando rápidamente los instrumentos para abandonar la habitación. En un par de minutos quedaron a solos y la femenina se acercó al pie de la cama, donde inclinó la cabeza viéndolo intrigada.
—¿No te gustó la presentación?
Seth inspiró profundo y bebió hasta la última gota de vino, de esa forma descartando la copa fuera de la cama con un fuerte sonido. Acomodó mejor su cuerpo y movió el dedo índice en una moción que decía que se acercara, ella sonriendo y dando unos pasos en la cama antes de ponerse en cuatro. Gateó hacia él hasta quedar encima, la serpiente irguiéndose curiosa y traspasándose al cuerpo del pelirrojo mientras se observaban en silencio.
—Fue irrespetuoso observar a otra persona cuando debías convencerme a mí.
—¿Por eso cortaste el baile? Solo analizaba la mejor opción si decidías pasar de tal increíble oportunidad —justificó antes de acercarse más y dejar ambos rostros a pocos centímetros—. ¿Cuál es tu respuesta?
Manteniendo silencio unos momentos, colocó la mano derecha en su cabeza para extinguir toda distancia. Ambos pares de labios se encontraron y no tardaron en enredarse, los del masculino sintiéndose increíblemente suaves entre el aroma del vino que bebieron.
—Cuando decidiste conocerme, ¿habías planeado ésto? —preguntó al separarse, él acariciándole la parte baja de la espalda.
—No, ni siquiera sabía quien eras.
—¿Entonces?
—Eres la primer descendiente de Hathor y ella celosamente te ocultaba de mí, solo fue curiosidad —respondió—. ¿Tú? ¿Por qué me diste la pulsera?
—¿No es obvio? Me atrajiste desde el momento en que te vi, definitivamente quería que compartiéramos cama.
Seth hizo una pequeña sonrisa de costado y tiró hacia atrás el cabello con las líneas de gemas entrelazadas, su mano cerrándose como una coleta en aquel brillante manojo.
—¿Cuál es tu nombre? —preguntó viéndola de una manera muy diferente, desde cerca su increíble aspecto deslumbrándolo muchísimo más.
Ella sonrió e inclinó la cabeza fijándose en una de las cortinas como si estuviera pensando si debía revelar tal información, pero terminó por voltear y besar la palma que reposaba en su mejilla.
—Habibah, significa “aquella que es amada” —confesó, con una sola mirada riendo en complicidad.
—Tu madre realmente sabía lo que hacía, porque es lo que todos parecen hacer cuando te conocen.
—¿Incluso el Dios de la Guerra y el Desierto?
—No soy como el resto, ¿crees poder lograr algo como eso? —dijo con un dejo de competencia, pero sonaba más como una invitación a continuar lo que empezaron.
Aceptando el reto y todo lo que implicada, lo besó introduciendo la lengua y Seth tensó el agarre para enseguida tomarla de la cintura. Acarició la caliente piel y luego empujó hacia abajo, de esa forma ambas entrepiernas encontrándose y ella logrando sentir la erección. Con ninguna duda empezó a mover las caderas y el masculino soltó un pequeño suspiro complacido, sus dedos aventurándose a sostenerla del trasero.
Habibah pasó una mano entre los mechones rojos y luego descendió, despacio recorriendo el pecho hasta centrarse en uno de los pezones. Seth apretó los dientes y deshizo el prendedor de la tela superior, pronto acariciando lo que hubiera a alcance y ordenando que se acostara.
Sin cuestionar ella movió algunas almohadas y descansó contra el mullido colchón, ahí viendo como la serpiente se enrollaba en el brazo del hombre en un perfecto y hermoso accesorio. Él apenas tomó conciencia del oro y se enfocó en regresar las atenciones, Habibah cerrando e inspirando profundo cuando arribó a sus senos con los labios. Le acarició hombros y espalda, apenas arañando mientras lo sentía arder como el desierto bajo el sol y se concentraba en consumir cada cosa que tocaba.
El incienso empezaba a hacer efecto y aligeraba sus mentes, el deseo abriéndose camino de forma intensa y provocando que se sostuvieran con fuerza y urgencia. Ambas caderas empezaron a buscarse de manera frenética hasta el punto de que jadeaban contra el otro en rotos besos, las piernas y brazos entrelazándose en una conexión sin inicio o fin.
Habibah filtró una mano entre ambos y buscó con gran necesidad la erección, a la cual atendió con hábiles movimientos hasta que levantó la tela que tapaba su intimidad. Seth puso distancia y se apoyó en las rodillas deshaciendo la escasa vestidura y dejándola a un lado antes de encargarse de ella. Completamente desnudos y con solo joyas decorándolos, la femenina se acomodó mejor mientras él la tomaba de las piernas y la arrastraba a arriba de sus muslos. El movimiento arrancó una pequeña risa de Habibah y él le miró con ansiosa oscuridad en el proceso de acariciarle la cara exterior de las piernas.
—Hazlo —animó ella rozándole el estómago con una mano.
Seth apretó el agarre dejando momentáneas marcas y la soltó para tomar su erección, con un solo movimiento ingresando la cabeza y luego empujando a buen ritmo hasta el fondo. Ambos gimieron y la femenina lanzó la cabeza hacia atrás con una gran sonrisa, su espalda separándose del colchón mientras tiraba de las sabanas.
—Si que estás húmeda —gruñó con los pómulos sonrosados en satisfacción.
—L-Lo dices como si fuera algo extraño, ¿acaso las mujeres no se excitan contigo?
Ella tembló en emoción y placer cuando una filosa mirada roja se filtró entre los cabellos fuego, con un intenso cosquilleo viéndolo divertida hasta que casi gritó cuando él comenzó a arremeter. Quedó sin aire y trató de recomponerse con un sonido de pura sorpresa, calor y placer expandiéndose como olas desde el centro a cada rincón de su cuerpo.
—No deberías competir con el Dios de la Guerra —dijo luciendo una expresión orgullosa.
—No me importa perder —respondió sincera, pero al mismo tiempo sabiendo que aquello solo encendería más la llama.
Seth entrecerró los ojos y enseguida recobró la compostura, con falsa calma poniendo ambas manos en el colchón y ella cerrando las piernas alrededor de él. Ondeó las caderas sintiendo el falo pesar y el masculino regresó a moverse con gran potencia luego de un filoso siseo, Habibah acercándolo desde la nuca para besarlo. Sintió la lengua ingresar y tembló por como tomaba el control, las embestidas siendo constantes con una resistencia propia de una persona que batalló incontables veces para defender Egipto.
Con ojos llorosos, admiró al hombre que se movía sobre ella y le corrió el pelo con ganas de verlo mejor, en ese instante notando los aros que se movían violentos al compás de su dueño.
—Te haré unos más lindos —dijo rozando la fina y rectangular placa de oro.
—¿Cómo puedes pensar en eso en medio del sexo?
—Tal vez deberías esforzarte —presionó, a los segundos sintiendo como el ambiente cambiaba.
La habitación cayó en silencio y la piel de Habibah se erizó al considerar que había cometido un error.
—Date la vuelta —ordenó mientras salía de ella, aunque no esperó a que se moviera y la agarró del brazo empezando a acomodarla.
—Ya lo hago —dijo apurada por la insistencia, al apoyarse en manos y rodillas notando que arena se filtraba por debajo de las cortinas—. ¿Qué…?
Cualquier duda desapareció al nuevamente perder la capacidad de respirar, Seth introduciéndose de golpe y sosteniéndola del cuello con una considerada fuerza. Quedó como pez fuera del agua e intentó agarrarle la muñeca, pero la arena hizo que dejara las manos pegadas a la cama.
—Tal actitud con alguien que ha nacido muchísimo antes que tú es muy inadecuado —gruñó con sus abdominales tensos, de a poco cambiando el ángulo para rozar el punto que la volvería loca—. Hablar menos y aprender te haría muy bien.
Involuntariamente los ojos de Habibah quedaron en blanco cuando él encontró el área más débil de su intimidad, las piernas queriendo ceder y no pudiendo caer gracias a la fuerza con que la agarraba.
—Se… th… —llamó mientras los músculos se sacudían de una forma nunca antes vivida.
—¿Hm? —preguntó dejando de cortar la circulación de sangre.
Algo de conciencia regresó a la femenina e intentó pedir un tiempo por como estaba reaccionando a las perfectas administraciones, pero, a propósito, Seth puso más empeñó y evitó que pudiera hablar.
Maldijo por dentro y dejó caer la cabeza, su humedad escurriéndose por los muslos y apenas manchando las sabanas. Él la agarró de las caderas para más estabilidad y la arena se enrolló en el cuello, el que picara solo acentuando el efecto del placer y la estrangulación. Cualquier grito y gemido quedó ahogado o salió cortado, algunos jadeos logrando abandonarla mientras él respiraba pesado y ocasionalmente gruñía en profunda satisfacción.
Tratando de tragar y adorando cuando le costó hacerlo, Habibah se concentró por un breve segundo y puso la serpiente en movimiento. Las caderas de Seth perdieron ritmo, y sobre el hombro ella miró como rápidamente la dorada criatura se sostenía firme alrededor de la garganta del pelirrojo.
—D-Dos… —trató de hablar, y a propósito él aflojó la arena—. Dos pueden jugar… este juego —sonrió orgullosa, aunque enseguida rodó los ojos y cayó apoyándose en ambos codos.
El masculino inspiró como pudo, el metal no cediendo ni un poco y aumentando sus propias sensaciones.
—Sabía que serías un dolor si t-te traía al templo —gruñó con el ceño fruncido.
Habibah trató de reír, pero un sonido extraño salió mientras apreciaba como el orgasmo empezaba a formarse.
—Pero tam… también te doy... placer —defendió, sus pulmones ardiendo un poco y forzando el oro para que sufriera lo mismo que ella.
Una queja desesperada y frustrada surgió del hombre, quien apreció como la constricción generaba que ondas eléctricas viajaran a la erección. Encajó la mandíbula y lanzó la cabeza hacia atrás, con nueva urgencia arremetiendo contra la chica para provocar el éxtasis que empezaba a asomarse como una explosión.
Ambos parecían haber perdido poder en sus conciencias y cuerpos mientras se movían, sumamente abrumados necesitando la liberación de todo el placer que los consumía. Estaban a punto de desmayarse, cada tanto permitiendo algo de tranquilidad a los cuellos antes de en segundos devolverlos a la privación.
Los espasmos de Habibah se intensificaron y logró expresar el clímax que abrió un nuevo mundo de goce, sus piernas temblando incontrolables entre sonidos lascivos al la humedad haber aumentado considerablemente con la liberación. Era excesivo y Seth no pudo soportar el ser apresado por aquellas paredes, tal reacción y estímulo llevándolo al límite y terminando dentro de la femenina. Tembló y gimió alto, con cierta dificultad dando las últimas estocadas hasta que la estimulación fue demasiada y frenó.
Tanto el metal como la arena se aflojaron y los dos respiraron acelerado y pesado, con los parpados bajos dejándose caer en el colchón apreciando la comodidad. Habibah estaba boca abajo y de a poco volteó a ver al hombre, que tenía un brazo cruzado en la frente mientras se estabilizaba. Lucía igual o más hermoso que antes, su perfecto perfil siendo de envidia con tan bello color de ojos y cabello a los cuales amaría resaltar con varias creaciones.
—Eso estuvo bien —suspiró la joven mientras levantaba los brazos y se estiraba.
Seth le observó y sin saberlo hizo lo mismo que ella, en silencio admirando la belleza que con un solo vistazo logró capturarlo. Conversaron un poco y decidieron que esa sería la única ronda que tendrían, aunque sus bocas no se salvaron de enredarse con algunos roces extras de las escurridizas manos. En algún punto cayeron dormidos y el sol estaba en lo alto cuando el chico entreabrió los ojos, muy somnoliento tomando conciencia de su alrededor bien pasados unos cuantos minutos. Esencias florales inundaron su nariz y no reconoció ninguna como algo que poseyera, en ese momento mirando a ambos costados y notando que no había presencia de Habibah. Arrugó el ceño y se sentó listo para levantarse y averiguar si tuvo el atrevimiento de dejarlo, pero entonces oyó un ruido en la habitación y cauteloso corrió las cortinas.
De espaldas a la ventana, la diosa se miraba en el espejo mientras aplicaba un tipo de aceite a su rostro. El cabello lo tenía mojado y tirado hacia atrás, el sol que entraba y la iluminaba dándole de lleno para exitosamente eliminar la humedad con rapidez. Se hallaba visiblemente concentrada y no tomó conciencia de que Seth despertó hasta que sus descalzos pies hicieron leve ruido en el suelo.
—Buenos días —sonrió mientras se pasaba perfume.
—Veo que encontraste los baños.
—Si, después del espectáculo y nuestro enredo necesitaba asearme.
—Aún tengo la pulsera que me lanzaste.
—Es tuya —dijo viendo el objeto—. Con ella, si algún día estás aburrido y me extrañas, podrás encontrarme donde sea que esté y repetir lo de anoche —guiñó un ojo con aire pícaro.
Seth chasqueó la lengua y miró el accesorio sintiendo como se le retorcía el estómago, las piedras brillando tanto como ella al sol.
—Lo tendré en cuenta.
—Aún así, deberás estar preparado para cuando mi madre te vea usando algo mío —advirtió mientras estiraba el cuello y veía las marcas que él provocó.
—No podrá hacer mucho —restó importancia poniendo una mano en su cadera—. ¿Te irás a la caravana?
—Si, debo avisar que estoy bien y lista para la presentación de ésta noche.
—¿Cuánto tiempo permanecerán en la ciudad?
—Hasta la próxima luna llena.
Guardaron silencio y él cruzó los brazos, por un momento mirando hacia la ventana y el claro cielo.
—Quédate.
—¿Cómo? —elevó ambas cejas admirando su cincelado rostro.
—Durante la noche no duermas en la caravana, ven aquí.
—¿Todos los días? —preguntó sorprendida.
Seth asintió y ella pestañeó consternada antes de asentir rápido.
—Me encantaría, gracias.
—Iré a bañarme, haz lo que desees en el templo.
—¿Los problemas están incluidos? —inquirió maliciosa, y él inclinó la cabeza.
—No.
—Pero…
—En caso contrario, te castigaré.
—De alguna forma aquello suena muy prometedor, tal vez deberías darme una lección —rió divertida y seductora.
—Recién me levanto —dijo en medio de un bostezo, el rezago de anoche aún notándose—. Nos vemos después.
—Por supuesto, te despediré antes de irme.
Viendo su espalda, Habibah abandonó cualquier fachada y sonrió astuta al saber a la perfección que el hombre estaba cayendo por ella. No era diferente a cualquier otro humano o divinidad, pero sin dudas Seth era quien realmente quería y al que le daría todo si terminaba rindiéndose a sus pies.
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whencyclopedes · 10 months
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Heka
Heka es el dios de la magia y la medicina del antiguo Egipto y también la personificación de la propia magia. Probablemente sea el dios más importante de la mitología egipcia, pero se pasa a menudo por alto porque su presencia era tan generalizada como para hacerlo casi invisible para los egiptólogos de los siglos XIX y XX.
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ancientoriginses · 20 days
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Los antiguos egipcios, conocidos por su profundo conocimiento astronómico y sus profundas creencias religiosas, veneraban el cosmos. Pero, ¿cómo encajaba la Vía Láctea en su tapiz celestial? Un estudio innovador realizado por el Dr. Or Graur, astrofísico de la Universidad de Portsmouth, revela el fascinante vínculo entre la Vía Láctea y Nut, la diosa del cielo egipcia.
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notasfilosoficas · 2 months
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"No hay diferencia entre la vida y la muerte. ‘¿Entonces por qué no te mueres?’, le preguntó uno. ‘Porque no hay diferencia’, respondió”
Tales de Mileto
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Fue un filósofo, matemático, geómetra, físico y legislador griego, nacido en Mileto, una antigua ciudad griega localizada cerca de la desembocadura del rio Menderes en la antigua Caria (hoy Turquía) en el año 624 a.C.
Aristóteles lo consideró como el iniciador de la escuela de Mileto, cuyos miembros fueron Tales, Anaximandro y Anaxímenes.
Tales es reconocido por romper con el uso de la mitología para explicar el mundo y el universo, cambiándolas por explicaciones naturales mediante teorías e hipótesis naturalistas, por lo que se le considera como el iniciador de la especulación científica, y filosófica griega. Por lo anterior, se le considera el primer filósofo de Occidente.
No se conserva ningún texto suyo, sin embargo se le atribuyen importantes aportaciones en el terreno de la filosofía, la matemática, la astronomía y la física, y los datos biográficos son una mezcla de opiniones, y de hechos atribuidos a su persona, recogidas de diferentes autores muchos años después de su muerte.
De lo poco que se sabe, es que sus padres eran oriundos de Fenicia, y se cree que en alguna etapa de su vida, Tales haya recibido enseñanzas de sacerdotes egipcios, así como conocimientos matemáticos que estos habían desarrollado a un nivel práctico. Ya que los jonios, de donde provenía, comerciaban frecuentemente con Egipto y Babilonia.
Se cuentan múltiples anécdotas de la vida de Tales, y sobresalen cuando predijo una prospera cosecha de aceitunas y que anticipándose a este hecho, compró una gran cantidad de prensas de aceite en invierno, mismas que alquiló en la época de recolección, con lo que acumuló una gran fortuna (Política de Aristoteles). Por su parte Herodoto, cuenta una anécdota de Tales en donde en medio de una batalla, predijo un eclipse solar y llevó a los contendientes a detenerse y llegar a un acuerdo de paz por miedo a que el evento se tratara de una advertencia divina.
También es muy conocida la leyenda de su método de comparación de sombras que habría utilizado para medir la altura de las pirámides egipcias.
Apolodoro, el filósofo epicúreo en sus Crónicas, afirma que Tales murió a la edad de setenta y ocho años en Mileto, y otros filósofos afirman que fue a la edad de noventa años.
Fuente Wikipedia.
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thegirl04sblog · 1 year
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*5 curiosidades de las sirenas*
Todos hemos escuchado hablar de esos míticos seres que seducían a los marineros a través de sus cantos para luego asesinarlos, pero probablemente hay mucho más que no sabes acerca de ellas… ¡Te contamos 5 curiosidades de las sirenas!
1-Existen en muchas culturas
Las criaturas con figura humana y cola de pez son comúnmente conocidas como sirenas –o tritones- y por lo general suelen asociarse a la mitología griega y romana, con sus respectivas leyendas sobre cómo seducían a los marineros con sus cantos.
Sin embargo, las sirenas están presentes en muchísimas creencias y mitologías antiguas. De hecho, las primeras historias que se conocen de estos seres provienen de Asiria (actual Siria).En la mitología japonesa existen unas criaturas llamadas ningyo, las cuales son descritas como “mitad mono, mitad pez carpa”; se dice que si son capturadas traen terribles presagios y tormentas.En el folklore británico se les menciona como criaturas capaces de nadar en agua dulce y también son consideradas como mal presagio. Las sirenas también son mencionadas en la mitología china y egipcia, incluso, se piensa que una de las traducciones de la Biblia cristiana las mencionaba, pero fue omitida en posteriores versiones por ser una creencia pagana.
2-No todas son mitad pez
Aunque al escuchar la palabra sirena automáticamente pensamos en una mujer con cola de pez, en realidad el significado original era más extenso.
En la mitología griega y egipcia, las sirenas también podían ser personas con alas de ave. Incluso, cabe destacar que en el idioma inglés, el término para decir «sirena» (humano mitad pez) es «mermaid», ya que «siren» (que vendría siendo la traducción literal de «sirena») realmente significa humano mitad ave.
También en la cultura popular podemos encontrar criaturas que son parte humana, con una mitad correspondiente a otra criatura marina, como por ejemplo en la película de Disney de 1988, inspirada en el cuento de Hans Christian Andersen La sirenita.En el filme podemos notar que la villana principal es una mujer mitad pulpo. También, se han encontrado esculturas antropomórficas formadas con cuerpos de mantarrayas, y en los últimos años, las sirenas han sido representadas como criaturas humanoides que incluso tienen piernas, pero también poseen escamas y cabezas similares a las de los tiburones o mantarrayas.
3-Pueden ser muy peligrosas
En casi todas las culturas son consideradas de mal presagio, no obstante, la historia no se detiene ahí. Al menos en la mitología griega, e incluso en las primeras traducciones de la Biblia, se les describe como criaturas agresivas y con poderes mágicos.
En la Odisea se cuenta cómo Ulises pierde gran parte de su flota cuando se topan con las sirenas, ya que casi todos sus marineros cayeron perdidamente en la trampa de los hermosos cantos de estas mujeres con cola de pez.No se sabe con exactitud por qué atacaban a los marineros, pero se conoce que los navegantes quedaban maravillados por sus melodiosas voces e iban directo hacia ellas para luego ser asesinados por estas criaturas.
4-Continúan siendo muy relevantes en la cultura popular
Aunque la referencia más popular que tengamos presente sea La sirenita (ya sea la película de Disney o el cuento original), últimamente las sirenas han sido muy referenciadas y  proyectadas, y en los últimos años han tenido roles más positivos, como es el caso de la película de los 80 protagonizada por Tom Hanks y Daryl Hannah, Splash; o la famosa serie australiana H2O: Just Add Water (2006 / 2010) donde cuentan las aventuras de un grupo de chicas adolescentes que se convierten en sirenas cuando apenas tocan el agua, -un poco al estilo de Splash-; o la película de 2004, La dama en el agua donde muestran la historia de una especie de ninfa marina. Igualmente, las sirenas también llegaron a aparecer en la famosa saga cinematográfica, Piratas del Caribe
5-¿Existen realmente?
Cristóbal Colón es probablemente la persona más conocida en la historia que alegó haber visto una sirena, cuando se encontraba cerca del actual Haití.
El famoso marinero genovés comentó que no eran tan hermosas como las describían, ya que tenían facciones masculinas; sin embargo, con los años, los científicos han presentado la teoría de que lo que vio Colón (al igual que muchos otros marineros antes y después que él) se trataba de un manatí, ya que estos animales son criaturas con cola larga y con la parte superior del cuerpo relativamente similar al de los humanos; y ademas, que los marineros tenían muchas semanas sin comer o beber agua, por lo que se piensa que pudieron sufrir de alucinaciones al ver a estos animales marinos.No obstante, aunque esta pueda ser la explicación científica más racional, los avistamientos de sirenas han sido frecuentes en la actualidad y cada cierto tiempo surgen personas que alegan haberse topado con uno de estos fascinantes seres.
En 2013, el geólogo marino Torsten Schmidt aseguró que llegó a captar una grabación de una sirena real, en el mar de Groenlandia, pero refirió que el Gobierno danés no solo le negó las facilidades para realizar una investigación exhaustiva en el área, sino que también le prohibió mostrar las imágenes que supuestamente captó.Igualmente, tenemos el caso de la sirena de Kiryat Yam, se cree que hay una sirena que aparece al atardecer en una playa de esta ciudad de Israel. Incluso, se dice que hay una recompensa de 1 millón de dólares a quien logre conseguir una prueba fehaciente de esta criatura marina.
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ir-egipto-travel · 1 year
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Horus ("el elevado", "el distante") era el dios celeste en la mitología egipcia. Se le consideraba como el iniciador de la civilización egipcia. Era el dios de la realeza en el cielo, de la guerra y de la caza.
#iregipto #egyptpassion #mbplanet #history #historic #horus #elelevado
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fotograrte · 2 months
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La Gran Esfinge de Tanis https://buff.ly/4c2IRPF 
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