Tumgik
#me enamoré CUANDO ME PROMETÍ QUE NO LO IBA A HACER PERO
mantecol · 9 months
Text
CODIGO ROJO, BORDÓ, NEGRO INCLUSO. ABORT MISSION ABORT MISSION ABORT MYSELF EN VIDA
5 notes · View notes
escritor-novat0 · 2 months
Text
Como te prometí.
Recuerdo el día que te vi por la aplicación, no eras tampoco la persona más hegemónicamente bella que había visto, pero tenías una belleza singular, esa lenguita sacada con esa sonrisa, el dibujo de Puca que te hice, instantáneamente me gustaste.
Después cuando te conocí, la verdad me cargaba la gente que era piola que no hacía nada como fumar o querer disfrutar a puro webeo, y lo primero que me encuentro es una espalda hermosa, curvilínea, sentada con unos weones, haciendo una mano jajajaja, amor a primera vista quizá.
Ya habíamos hablado de esto, ninguno venía con alguna fe de que nuestro primer encuentro fuera hermoso, pero fuiste pesada, cargante, molesta y aún así, desastrosamente perfecta.
Ese día me diste tu manta, cosa que todavía ocupó (le ha salvado la vida a muchos amigxs alérgicos al pasto así que agradezco), pero me dejaste algo muy importante, el recuerdo de encuentro más lindo que tengo, ojalá no hubiéramos terminado como terminamos.
Los días que te quedaste en mi casa son otros recuerdos hermosos, sentí tanta felicidad, saliste bailando del baño lavandote los dientes con una polera gigante y en calzones, nunca había tenido una erección así de brigada en el alma, ni siquiera mi wea, me calentaste el alma, maldita doncella danzante con una sonrisa llena de fuego, después te agarre el culo pero pq también soy así jajaja.
Me enamoré con tu sonrisa y casi me pongo a llorar porque tu casi explotaste de amor cuando te traje las cosas que te traje, el regaloneo físico y en detalles, me nacía tan a flor de piel que te hubiera hecho todo lo que había en la casa, nunca pensé q una mina me haría sentirme tan a gusto viéndola comer Nuggets y no ofreciendo nada pq te gusta comer, y no te iba a quitar ninguno monstruo come galletas, me encantaba verte comer, te habria pasado mi plato solo para verte seguir comiendo así.
Necesito volver a verte, pero como dijiste, en el futuro, a pesar de tener la oportunidad de hacer esto mismo este fin de semana porque tendré un espacio, no te quiero buscar y decirte q todo será así, pero en la soledad de mi casa, te aseguraré que acostado en la cama grande, te recordaré.
Y ni siquiera, cada vez que me siento en mi silla, tomó el dibujo de Winnie the Po y miro para atrás, esperando que estes ahí, o que me toques el hombro mientras juego y me digas lo que me dijiste ese día "quieres ir a ver películas y regalonear", eras lo más lindo que tenía y de imbécil decidí perderte.
Aceptó mi culpa con todas esas cosas, los comentarios hirientes, el tratarte como si fueras cualquier cosa, pero linda, después de todo eso, mi corazón recién pegado con tu belleza interna, y que me la arrebataras.
No estaba listo para otra desilusión, no lo fuiste ni siquiera, solo algo que duró lo que tuvo que durar, aun así, quería que fuera para siempre, ser tu moñamo hasta la eternidad.
De todas formas, gracias, no me dejaste decírtelo, pero yo también te amo y también te guardaré en mi corazón, siempre.
0 notes
onebrokenhope · 11 months
Text
No sé si en algún momento llegarás a leer este mensaje, ya que sólo te lo haré llegar en el momento en el que sea capaz de soltarte, como despedida de lo bonito que pudo ser y no fue.
La verdad que no me gustaría tener que enviártelo porque significaría que hemos vuelto a retomar nuestra historia y ahora más fuertes que nunca.. pero sé que no va a poder ser.
En este texto te voy a ser completamente sincera, aún que creo que ya te lo he estado siendo durante todos estos meses atrás.
La verdad que no sé cómo empezar para no sonar repetitiva, porque todo lo que me sale decirte es que te he querido pero este mensaje no va dedicado a eso.
En este mensaje quiero plasmar como me he sentido y cómo lo he pasado todos estos meses esperando a que en algún momento regresaras.
Me he sentido vacía, rota y decepcionada.
Sí, decepcionada, porque prometimos estar siempre juntos, prometimos crear nuestra familia y nuestro futuro juntos, y todo ha quedado en deseo. Decepcionada porque por mucho que haya sido la última en llegar a tu vida, siempre he sido la primera en estar ahí cuando tenías algún problema, la que te ha tendido la mano en cada momento y la que te daba lo que tenía, aún que fuese poco, si tenía 10 euros, eran 10 euros nuestros, tuyos y míos. Si tenía algún plan siempre contaba contigo, jamás te dejaba fuera, siempre te antepuse a ti, a mi pareja, a la persona que más quería, antes que a cualquier otra, y ¿sabes por qué? Porque eras la persona que estaba cuando todos los demás me dejaban caer, mi persona segura y mi hogar, y me dolió, me dolió muchísimo no sentirme igual para ti, porque siempre iba a haber alguien por delante mía que fuese más importante que yo, aún que yo lo diese todo por ti y la otra no diera nada, siempre me sentía la última en tú vida. Porque ahora te quiero plantear una cosa, si supuestamente yo era la persona con la que querías todo, un futuro, una familia, una casa y nuestros niños, ¿también antepondrías todo el mundo ante nosotros? ¿Ante tus hijos y tu mujer? Porque si tus amigos van a ir siempre por delante, nosotros siempre seríamos los últimos en tu vida ¿no?
Y lo que más me duele y me ha dolido ¿sabes qué es? Que siempre has sido el títere de todos los que te rodeaban, y generalizo porque no quiero ponerme a nombrar, pero desde el primer día que aparecí, vi formas hacia ti que no me gustaron, formas de tratarte o de hablarte que a mi me dolían, pero obviamente no era nadie para decirte nada, pero aún así, siempre les has puesto buena cara y has hecho como si nada, y a mi a la mínima me la has liado muy gorda, y sinceramente eso duele muchísimo, porque me hizo pensar que yo no era importante en tu vida.
Rota, porque me volvió a pasar y lo volviste a hacer, volviste a dejarme sola por tercera vez, no te importó romperme por dentro, sólo pensaste en lo que era mejor para ti, en vez de sentarnos a hablar y buscar soluciones, soluciones a problemas que eran culpa de ambos no sólo mía, y preferiste dejarme con un puto mensaje a causa de una discusión que no era motivo de tal grado. Entiendo que el que no confíen en ti llega a quemar mucho, pero te puedo asegurar que en ti, era la persona en la que más confiaba, por mucho que no lo pareciese. Y porque te he querido como no he querido a nadie en mi vida, me enamoré completamente de ti, de tus pros y tus contras, de tus luces y tus sombras.
Y vacía, porque siempre he tenido miedo a las relaciones, porque siempre me pasa lo mismo, doy el cien por cien de mí y cuando más necesito a la otra persona, es cuando me dejan en la estacada, y yo siempre quise pensar que tu eras distinto, y me dolió tantísimo que cambiases tanto, que me llegue a replantear si ya te habías cansado de mí.
Lo único que pedí es que me respondieses a esas preguntas que te he hecho en tantas ocasiones: ¿me sigues queriendo? ¿Me echas de menos? ¿Está siendo complicado todo esto para ti? ¿Te dolería verme con otra persona que no fueses tú?
Prometí esperarte, porque en mi vida sólo quería que estuvieses tú, buscaba la mínima excusa para seguir ahí, aunque tu me dijeses que me marchase, buscaba la mínima esperanza para quedarme.
No te puedes hacer una mínima idea de como me he sentido todo este tiempo; las noches en vela, llorando y no pudiendo sacarte de mi cabeza, esperando tu puto mensaje cada día, rezando para que recapacitases en tu decisión, una decisión de mierda para mí, siendo fiel a alguien que no sabía si me quería aún o ya se había olvidado de mí. Quise esperarte hasta el último minuto, pero siempre me lo ponías difícil para quedarme. No sé si lo hacías porque te complicaba el seguir al cien por cien con tu decisión o porque en realidad ya no querías que formase parte de ti como compañera de vida. Si vieras cómo he sufrido cada vez que me bloqueabas y me volvías a alejar de tu vida.. de verdad que te odiarías.
Lo más que me duele, es que, has cambiado muchísimo, y a lo primero no eras así, antes eras atento y te preocupabas más por mí, y te juro que no se que te ha pasado para que hayas pegado este cambio tan radical, pero de verdad, me gustaría saberlo y así comprenderlo.
Sólo espero que si en algún momento no quieres seguir así y aún no me has dejado de querer, no seas orgulloso y vuelvas, porque yo lo volvería a intentar mil y una vez contigo. Y si, me has dejado de querer, espero que seas feliz aunque me duela a rabiar.
Y te doy un consejo, no cometas el error que cometiste conmigo con tu futura pareja, porque tu pareja, si el amor es mutuo(y eso se nota), es la que te va acompañar toda tu vida, en lo bueno y en lo malo, y tienes que aprender a darla preferencias a ella también.
Supongo que conmigo no viste un futuro, si no hubieras luchado por mi y le hubieses puesto más ganas a todo esto, o simplemente te diste cuenta de que no me querías como decías hacer. Porque cuándo quieres a una persona se nota, se desvive por ti, lucha con uñas y dientes por mantenerte a su lado, y creo que no estuvimos en igualdad de sentimientos, y sí, me hiciste muchísimo daño, pero el amor que sentía por ti podía con todo lo demás, me hubiera gustado que vieses cómo se me iluminaba la mirada al hablar de ti, cuando recibía el más tonto mensaje tuyo, me gustaría que hubieras visto lo orgullosa que estaba de ti y lo muchísimo que llegue a quererte.
Te soltaré, pero sé que, si vuelves perdería el culo por luchar por ti.
Te quise, te quiero y te querré, cuídate.
0 notes
Text
Tumblr media
Morir de Amor
Sentí como el otro lado de la cama se hundía, unos brazos me rodearon y el calor me abrazó. El roce de una barba en mi cuello y el susurro de una voz familiar inundó mis oídos. Jamás podría sentir miedo de esta sensación, había sido parte de mí durante mucho tiempo. Instantáneamente los recuerdos del accidente, la sangre, la cabeza destrozada de la persona con la que iba a compartir el resto de mi vida, me paralizaron.
— Te extrañé mucho cariño.
— ¿Qué haces aquí? — me volteé, sus ojos color miel, llenos de ternura y amor. Mi cuerpo comenzo a temblar, no negaba el hecho que una parte de mí, estaba feliz de verlo, pero la otra sabía lo que había ocurrido hace tiempo.
— Vine por ti... Te prometí que no te dejaría jamás.
Sentí que las lágrimas se acumulaban en mis ojos, esto era imposible... El nudo en la garganta se formó y el pánico me invadió. Esto era un sueño o una pesadilla. Pasé mis manos por su rostro, acaricie su cabeza y a medida iba bajando la mano la última imagen que tenía de él apareció frente a mí. Quise alejarme instantáneamente, no quería esto, prefería quedarme con los buenos recuerdos.
— Hace casi tres años fue el accidente, tú... No sobrevivíste... Yo... Esto no es real — comencé a llorar, me senté a la orilla de la cama con la respiración agitada. Llevé ambas manos a los ojos y cuando las baje había sangre en ellas. Solté un grito y comencé a alejarme de él.
— Es real, estoy aquí, tú estás aquí. Estamos juntos. No tengas miedo, soy yo — sentí como iba tras de mí, sentí como sus manos acariciaban mi espalda, su contacto quemaba. Debía ser un sueño, necesitaba despertar. Me removí incómoda.
Aprender a vivir sin él había sido difícil los primeros meses, pero poco a poco lo había logrado. Sus manos acariciaron mis mejillas y sus labios se unieron con los míos. Por un instante ví al hombre de quién me enamoré, pero al finalizar el beso me horrorice, su rostro desfigurado, un baño de sangre que nos envolvía. Lo extrañaba, pero no quería morir, no aún, no de esta forma.
— Te voy a llevar conmigo.
— No quiero morir... Tú...
Miedo, el sentimiento que te paraliza ante situaciones que te sobrepasan, ese que aparece cuando lo inevitable llega... Nadie está preparado para morir, o por lo menos, yo no lo estoy. Tengo mucho por hacer y no quiero morir por amor, esto no es Romeo y Julieta. Aún quiero hacer mucho y lo amaba, pero la vida siguió.
— Cariño... Ya no hay vuelta atrás. Mira a tu alrededor, esta no es tu habitación. Por fin estamos juntos. Ni siquiera la muerte nos separó, estamos juntos.
Parpadeé repetidas veces, quería despertar. El aire me faltaba, sentía que el alma se iba de mi cuerpo y tal vez... Él si había venido por mí.
Becks✨
121 notes · View notes
suzieyan · 3 years
Text
"Los exe's y la historia"
Llevo algunos días pensando lo mucho que cambia la narrativa cuando pasa el dolor, hubo tantos momentos que juré que iba morir de desilusión, de dolor, real sentía el corazón hacerse añicos.
Entonces repase esas historias de amor, que tal vez esos exe's contarán muy distinto, aunque en lo único que estoy segura vamos a coincidir es: "cuanta pasión y amor hubo en nuestra historia".
Mi primer amor, lo que lo convierte en el primer ex 5 años mayor que yo. Tenía 13 cuando comenzó la historia, un chico bohemio, gran conversador, amante del café, la coca-cola y el cigarro. Una historia que duró 8 años absolutamente apasionada, un par de inmaduros que juraban devorar el mundo.
Con él conocí el Jazz ( que al día de hoy amo) el chopo, intelectuales fabulosos, músicos, artistas plásticos, pintores, bohemias invaluables. Hoy nos recordamos con amor, nos deseamos feliz cumpleaños y podemos compartir esas canciones que nos enamoraron, sin el menor resentimiento creo que mas bien con gratitud del tiempo compartido.
Después, uy conocí al hombre perfecto, una relación de mas de 3 años, 4 años mayor que yo. Mas puma que olímpico, apasionado, idealista, creativo, super allegado a la familia, hijo único pero vaya que supe lo que es amar con locura a mi suegra, ( no tenía una, tenía 3, pues sus dos tías DIVINAS eran como sus mamás) vaya creo que también me enamoré de ellas, su familia era increíble nuestra relación un sueño, me cumplía todo antojo que tuviera, me ADORABA y yo a él, no recuerdo haber cabido tan bien en unos brazos como en los suyos. Se quedaba en el teléfono hasta que me dormía o en su defecto en mi casa, porque si lo veía irse hacía pucheros, me abrazaba toda la noche para dormir, creo que nunca me fue infiel, reíamos como niños. Pero yo crecí y me volví menos divertida. Creo que siempre estaremos pendientes uno del otro, nos hablamos con tanto amor, somos incondicionales.
El siguiente amor ¡Vaya! este si que fue un novelón... mi maestro del perdón, es mas él fue el empujón para construir la vida que hoy amo tanto... creo que al menos 5 años menor que yo, increíblemente divertido, me encantaba su boca ¡Besaba uff! coqueto como nadie, con mucha necesidad de validación femenina, era como Juan camaney "viejas de a monton". Me sedujo absolutamente su forma de mirarme, creo que me acariciaba el ego, tanto que le regalé mi autoestima, confianza y amor propio. Él no me quitó nada, yo misma le entregué todo nos enrolamos en un lup de pasión, toxicidad, culpa, revancha, pero sin duda un amor gigante ( nada sano) pero gigante. En la historia con él, conocí el mas profundo dolor, soledad, desolación, decepción. La vida que conocía, los afectos que juré leales e indestructibles se desvanecieron ah pero así como lloré, pensaba que moriría, que jamás lograría superarlo. Gracias a ésta historia me prometí hacer lo necesario para no hacer una vida infeliz, para que mi vida dependiera únicamente de mi. ¡Claro como creen si no que llegué a Psicoanálisis, terapia conductual, pero mi gran sanación las constelaciones familiares! Hoy nos escribimos, nos hacemos bromas, nos felicitamos en nuestros cumpleaños y creo que genuinamente nos da mucho gusto los logros el uno del otro, lo veo cumplir sus metas, tiene una novia fabulosa ... creo que ambos maduramos, aprendimos y nos amaremos siempre. Pero definitivamente lejos.
Cada una de esas historias de amor, han sido maravillosas hoy que se que nadie me quitó nada, que nadie me hizo nada, que con cada uno en alguna etapa aprendí a amar, aprendí de mi a través de ellos, me regalaron piezas irremplazables y resplandecientes de la mujer que soy ... ¿Cómo no voy a amarlos, dónde estén, con quien estén? ¿Cómo no agradecerles haber compartido algo invaluable como su tiempo? tengo recuerdos increíblemente felices... NO, aunque las historias parezcan tener mucho drama, villanos y víctimas ... no es así, solo son eso historias, cortometrajes de nuestra vida que nos dejan vivir exactamente lo que necesitamos vivir para elegir.
Tengo el corazón remendado, se ha roto mil veces y se va volver a romper sólo que diferente, hoy se que el amor no cuesta trabajo, no duele, no exige que seas quien no eres... y sin ellos no lo habría aprendido.
¡Así que Salud! por mis historias de amor... y mis exe's a los que les guardaré amor, gratitud y un tinto, una cerveza o hasta un buen whisky.
8 notes · View notes
dansfull · 4 years
Text
eclipse solar con luna nueva en cáncer
las emociones son un mar. ni puedo pensar en cómo actuar y menos hacerlo. estoy paralizada. el tiempo se detuvo hace meses y, a la vez, siento que retrocedo sin moverme ¿cómo te explico lo que siento si ni yo lo entiendo? ya no es saber algo, es sentir que lo sabés. sentir algo antes que pase. un estado de alerta y cansancio constantes. cada vez que te siento cerca es como si nos electrocutáramos. no falta el día en el que vos me mientas. y no falta el día en el que yo me enoje. siempre chocando, nunca frenando; siempre alejándonos, nunca sintiendonos. siento que lo que pasa entre nosotros es como un mar. olas que van y vienen. vos te acercas, mucho. y al otro día te alejás tanto de la orilla que me dan ganas de ahogarme con vos. yo siempre estoy anclada, parada, varada esperándote. me gustaría dejarme llevar con vos: que salga lo que salga (así como decís siempre). me siento en el pasado cuando hablo con vos porque me generás niveles de intimidad que nunca tuve con nadie, y menos con una charla tan simple. pero vos sos así, intimo, te tengo adentro mio siempre, te siento y te pienso. te escribo y te describo. sos todo eso en lo que prometí que nunca iba a volver a pensar y lo estoy haciendo igual. estás cargado de pasado: te veo y veo a alguien más. me eternizas en el tiempo. o quizás yo te eternizo a vos cuando te convierto en un símbolo. te quiero pero me dolés. pero sé que no sos vos. sé que veo a alguien más, ya lo dije. yo puedo hacer que aparezcas en cada persona nueva que conozco. y quiero aprovecharte en cada una de las formas en las que te me presentes. pero, a la vez, me es inevitable fallar con vos en cada oportunidad que tengo. y ya lo sé, ni bien entro en ese juego de símbolos sé que voy a perder ¿por qué sigo jugando entonces? y ¿por qué vos jugas conmigo? me enoja que uses el humor como mecanismo de defensa porque yo también lo hago. llegué a la conclusión, después de sentir tanto, que estoy enamorada de las sensaciones y de los momentos y no tanto de personas en sí. por eso, ahora me aferro a cualquier cosa o persona que me genere algo, que me haga sentir algo. creo que en este encierro me enamoré un poco más de los pequeños placeres. cualquier cosa puede generarme placer. pero, a la vez, eso implica que muchas cosas inesperadas me empiecen a doler. es la otra cara de la moneda que siempre aparece porque mi suerte en el azar es nula. “yo ya no puedo seguir así, tengo que concentrarme en lo real”, me repito cada noche y sos lo primero que siento y pienso cuando me despierto.
108 notes · View notes
recordatorio00 · 3 years
Text
Los años Intoxicados - Mariana Enriquez
1989
Ese verano se cortaba la electricidad en turnos de seis horas, una orden del gobierno porque el país ya no tenía energía, y nosotras no entendíamos muy bien qué significaba eso. Nuestros padres decían que el ministro de Obras Públicas había anunciado las medidas necesarias para evitar un apagón generalizado en una sala iluminada apenas por un sol de noche: como en un campamento, repetían. ¿Qué sería un apagón generalizado? ¿Quería decir que íbamos a estar a oscuras para siempre? La posibilidad era increíble, estúpida, ridícula. Inútiles, los adultos, pensábamos, qué inútiles. Nuestras madres lloraban en la cocina porque no tenían plata o no tenían luz o no podían pagar el alquiler o la inflación les había mordido el sueldo hasta que no alcanzaba más que para pan y carne barata, pero a nosotras no nos daba lástima, nos parecían cosas tan estúpidas y ridículas como la falta de electricidad.
Teníamos una camioneta, mientras tanto. Era del novio de Andrea, la más linda de nosotras, la que sabía cortar los jeans para convertirlos en shorts fabulosos y usaba tops de encaje que compraba con plata que le robaba a su madre. El nombre del novio no importa, tenía una camioneta que usaba durante la semana para repartir mercadería, pero los fines de semana era toda nuestra. Fumábamos una marihuana venenosa traída de Paraguay que cuando estaba seca olía a orina y plaguicidas pero era barata y efectiva. Fumábamos entre las tres y después, cuando ya estábamos totalmente locas, nos subíamos a la parte de atrás de la camioneta, que no tenía ventanas ni luz alguna porque no estaba pensada para personas, estaba pensada para cargar latas de garbanzos y arvejas. Le pedíamos al novio de Andrea que manejara muy rápido, que frenara, que girara varias veces alrededor de la rotonda de entrada a la ciudad, le pedíamos que acelerara en las esquinas y que nos hiciera saltar en los lomos del burro; y él hacía todo porque estaba enamorado de Andrea y tenía la esperanza de que alguna vez ella lo quisiera también.
Nosotras gritábamos y nos caíamos una encima de la otra; era mejor que la montaña rusa y que el alcohol. Despatarradas en la oscuridad, sentíamos que cada golpe en la cabeza podía ser el último y a veces, cuando el novio de Andrea tenía que parar porque lo detenía alguna luz roja, nos buscábamos en la oscuridad para comprobar si todavía estábamos vivas. Y nos reíamos a los gritos, transpiradas, a veces ensangrentadas, el interior de la camioneta olía a estómagos vacíos y cebolla, a veces también al champú de manzana que compartíamos. Compartíamos muchas cosas: la ropa, el secador de pelo, la cera para depilarnos; la gente decía que éramos parecidas, físicamente parecidas, pero se trataba nada más que de una ilusión óptica porque nos copiábamos los gestos y la forma de hablar. Andrea era hermosa, alta, tenía las piernas delgadas y separadas; Paula era demasiado rubia y, cuando estaba mucho tiempo al sol, se ponía horriblemente colorada y yo no conseguía tener la panza chata ni que mis muslos dejaran de rozarse –e irritarse– al caminar.
El novio de Andrea nos hacía bajar después de una hora, cuando ya se aburría o tenía miedo de que la policía detuviera la camioneta y pensara que a lo mejor llevaba chicas secuestradas. A veces nos dejaba en la puerta de la casa de alguna de nosotras, a veces en la plaza Italia, donde les comprábamos a los hippies de la feria artesanal esa marihuana venenosa que se llamaba Punto Rojo. También tomábamos clericó que uno de los hippies hacía en una lata de tomates de cinco litros, con pedazos de fruta grandísimos porque era perezoso y siempre estaba demasiado borracho como para cortar las bananas, naranjas y manzanas en trozos prolijos. Una vez encontramos un pomelo entero y una de nosotras se lo puso en la boca, como un lechón navideño, y corrió entre los puestos; ya era de noche y las artesanías se iluminaban con un generador que compartían todos los feriantes.
Volvíamos a casa muy tarde, muchas horas después de que la feria cerrara; nadie nos prestaba atención ese verano. La duración de los cortes de electricidad no se respetaba así que pasábamos las noches más largas de nuestras vidas muertas de calor en patios y veredas escuchando la radio, usando pilas y baterías que parecían perder la carga cada vez más rápido a medida que pasaban los días.
  1990
El presidente había tenido que entregar el mando antes del final de su período y a nadie le gustaba demasiado el nuevo aunque había ganado las elecciones por una mayoría impresionante. La resignación apestaba en el aire y en las bocas torcidas de la gente amargada y de los padres quejosos, a quienes despreciábamos más que nunca. Pero el nuevo presidente había prometido que el teléfono no iba a tardar años en llegar una vez que se hacía el pedido: la empresa de comunicaciones era tan ineficiente que algunos de nuestros vecinos esperaban el aparato desde hacía una década y a veces, cuando llegaban los técnicos y lo instalaban, había fiestas espontáneas. Nunca avisaban cuándo iban a venir. Nosotras teníamos teléfono, todas, de pura suerte, y pasábamos horas hablando hasta que nuestros padres nos cortaban gritando. Paula decidió, en una de esas conversaciones por teléfono, una tarde de domingo, que teníamos que empezar a ir a Buenos Aires, que podíamos mentir y decir que salíamos de noche en nuestra ciudad, pero en realidad nos tomaríamos el ómnibus que salía los sábados temprano y pasaríamos la noche allá, y de madrugada ya otra vez a la estación y a la mañana en casa; nuestros padres nunca se enterarían.
Nunca se enteraron.
Yo me enamoré del mozo de un bar que se llamaba Bolivia; me rechazó, soy puto reputo, me dijo, a mí qué me importa, le grité, y me tomé casi un litro de ginebra y si me acosté con alguien esa noche no me acuerdo. Desperté en el ómnibus de vuelta, ya de día, con la remera sucia de vómito. Tuve que pasar por la casa de Andrea para lavarme antes de volver a la mía. En la casa de Andrea nadie hacía preguntas: su padre estaba siempre borracho y ella tenía llave de su habitación para evitar que él se le metiera de noche. Cuando la visitábamos, era mejor quedarse en la cocina, el padre solamente entraba ahí a buscar más hielo para el vino.
En esa cocina juramos que nunca tendríamos novios. Juramos con sangre, cortándonos apenas, y con besos, en la oscuridad porque la electricidad no existía otra vez. Juramos pensando en el padre borracho, en qué íbamos a hacer si entraba y nos encontraba sangrando abrazadas; era alto y fuerte, pero siempre caminaba tambaleándose, debía ser muy fácil darle un empujón. Andrea no quería dárselo, era débil con los hombres; yo prometí nunca volver a enamorarme y Paula dijo que nunca se iba a dejar tocar por un varón.
Una noche, cuando volvíamos de Buenos Aires más temprano de lo normal, una chica se levantó de uno de los asientos adelante de nosotras, se acercó al chofer y le pidió bajar. El chofer frenó sorprendido y le dijo que no tenía parada ahí. Estábamos atravesando el parque Pereyra. A mitad de camino entre Buenos Aires y nuestra ciudad está ese parque enorme que alguna vez fue una estancia de más de diez mil hectáreas y que Perón expropió a sus millonarios dueños; ahora es una reserva ecológica que parece un bosque algo siniestro, húmedo, en el que apenas entra el sol. El asfalto lo divide por la mitad. La chica insistió. Muchos pasajeros se despertaron; un hombre dijo: «Pero adónde querés ir a esta hora, querida.» La chica, que era de nuestra edad y tenía el pelo atado en una cola de caballo, lo miró con un odio horrible que lo dejó mudo. Lo miró como una bruja, como una asesina, como si tuviera poderes. El chofer la dejó bajar y ella corrió hacia los árboles; desapareció en una nube de tierra cuando el ómnibus volvió a arrancar. Una señora se quejó en voz alta, «cómo la dejan sola a esta hora, le pueden hacer cualquier cosa». Ella y el chofer discutieron casi hasta que llegamos a la estación.
Nunca nos olvidamos de esa mirada y de esa chica. Nadie le iba a hacer daño, de eso estábamos seguras: si alguien podía ser dañino, era ella. No llevaba bolso ni mochila. Estaba vestida con ropa demasiado veraniega para el fresco de la noche de otoño. Una vez fuimos a buscarla: el novio de Andrea, el de la camioneta, no existía más en nuestras vidas, pero había otro chico, el hermano de Paula, que ya manejaba el auto de su padre. No sabíamos exactamente dónde había bajado la chica, pero no era tan lejos del molino –el parque tiene un molino estilo holandés que no produce nada, es una chocolatería para los turistas–. Caminando entre los árboles descubrimos senderos y también la casa que alguna vez había sido parte de la estancia. Ahora está recuperada, se puede visitar como museo y hasta se hacen fiestas de casamiento exclusivas, pero entonces nada más la cuidaba el guardaparque y parecía contener la respiración entre los pinos, secreta y vacía.
A lo mejor es la hija del guardaparque, nos dijo el hermano de Paula, y nos trajo de vuelta a casa riéndose de nosotras, las nenas bobas que habían creído ver un fantasma.
Pero yo sé que no era la hija de nadie esa chica.
  1991
El colegio secundario no se terminaba nunca y empezamos a ir con petacas de whisky escondidas en la mochila. Tomábamos en el baño y le robábamos Emotival a mi mamá. Emotival era una pastilla que ella tomaba porque estaba deprimida y etcétera. No nos provocaba nada particular, solamente un sueño espantoso y un cansancio que nos hacía dormir con la boca abierta y roncar en clase. Llamaron a nuestros padres, pero ellos creyeron que, como nos acostábamos muy tarde, la causa de nuestros comas matinales era la falta de sueño nocturno. Seguían tan estúpidos como siempre aunque ahora estaban menos nerviosos por la inflación y la falta de dinero: la nueva ley monetaria establecía que un peso valía un dólar y aunque nadie se lo creía del todo escuchar dólar, dólar, dólar los llenaba de alegría, a mis padres y a todos los adultos.
Igual, seguíamos siendo bastante pobres. Mi familia alquilaba. La de Paula tenía una casa a medio terminar, con habitaciones viejas comunicadas, era un asco, sus hermanos ya eran grandes y, para ir al baño, ella tenía que atravesar sus cuartos y a veces los encontraba masturbándose. El departamento de Andrea era de su familia, pero nunca podían pagar las cuentas a tiempo y cuando no les cortaban la luz, les cortaban el teléfono; su madre no conseguía trabajo más que como enfermera de viejos y el padre borracho seguía gastando en vino y cigarrillos.
Nosotras creíamos, igual, que podíamos ser ricas. Que ser rico era algo que quedaba en el futuro. Hasta que conocimos a Ximena. Era una compañera nueva, venía de la Patagonia, sus padres tenían algo que ver con el petróleo. Cuando nos invitó a su casa, dábamos vueltas sobre nosotras mismas tratando de verlo todo, nos chocábamos con los rincones, queríamos sacar fotos. Tenía un pequeño puente dentro de la casa, en el living, un lago bajo techo con plantas flotantes, nenúfares, algas. Ninguna de las habitaciones tenía piso de baldosas, todos eran de madera, y en las paredes, blancas, había cuadros; el fondo, con piscina, tenía rosales y caminos de piedras blancas. La casa, desde afuera, no parecía demasiado linda, pero adentro era una locura, los detalles, el olor a perfume en el ambiente, los sillones de pana colorados y algunas alfombras que no estaban deshilachadas ni gastadas. Enseguida detestamos a Ximena. Ella era fea, tenía una cicatriz vertical en el mentón y en el colegio le decían Cara de Culo por eso. La convencimos de que le robara plata a su mamá, ¡era tan fácil para ella!, y comprara drogas. A veces, pastillas en la farmacia: ahora son muy estrictos, pero entonces, si una le decía al farmacéutico que tenía un hermano autista o un padre psicótico, le vendían medicación sin receta. Sabíamos los nombres de algunos medicamentos para los locos porque anotábamos cuando alguien los mencionaba. Cuando tomamos las pastillas azules que después evitamos para siempre, la pobre Ximena se trastornó tanto que quiso incendiar el piso de madera finísimo de su habitación y hablaba de ojos que flotaban por toda la casa. A nosotras no nos impresionó porque uno de los hippies de la feria artesanal había terminado internado el año anterior después de comer demasiados hongos: decía que unos hombrecitos de centímetros de altura le tiraban flechitas al cuello. Tanto se quiso arrancar las supuestas flechitas que se rascó el cogote hasta casi abrirse la yugular con las uñas. Lo llevaron al instituto psiquiátrico de Romero y no se supo nada más de él. Quería ser novio de Paula, la llamaba mi compañera espiritual. Paula le robaba ácidos para tomar en los cumpleaños. Tenía pocos dientes y sus amigos le decían Jeremías.
A Ximena le tuvieron que lavar el estómago y nos culparon a nosotras. No nos importó, salvo por la plata. Entonces empezamos a odiar a los ricos.
  1992
Por suerte apareció Roxana, la vecina nueva, en nuestra calle. Tenía dieciocho y vivía sola. Su casa quedaba al final de un pasillo y nosotras estábamos tan flacas que podíamos entrar por entre las rejas de la puerta si alguien cerraba con llave. Roxana nunca tenía comida en la casa, las alacenas vacías recorridas por bichos muertos de hambre en busca de migas inexistentes, la heladera enfriando una Coca-Cola y algunos huevos. La falta de comida era buena: nos habíamos prometido comer lo menos posible. Queríamos ser livianas y pálidas como chicas muertas. No queremos dejar huellas en la nieve, decíamos, aunque en nuestra ciudad jamás nevaba.
Una vez, entramos en la casa de Roxana y vimos, sobre la mesa de la cocina y al lado de la pava –eso sí tenía siempre: yerba para el mate–, lo que nos pareció una enorme lámpara blanca, del estilo de las que usan las adivinas, una bola mágica, un espejo del futuro. Pero no: era cocaína, de uno de sus amigos. Antes de venderla, quería quedarse con una parte y creía que los compradores no iban a darse cuenta del faltante.
Nos dejó raspar la bola mágica con una gillette y nos enseñó a tomar calentando un plato de loza con un encendedor; así no se humedecía, explicaba, no quedaba pegada al plato y bajaba genial. Era genial y nosotras éramos geniales con la luz blanca en la cabeza y la lengua dormida. Tomábamos en la mesa y también en el espejo de la habitación de Roxana: ella lo ponía justo en el centro y nosotras nos sentábamos alrededor, como si el espejo fuera un lago donde hundíamos la cabeza para beber, las paredes manchadas con la pintura desprendiéndose eran nuestro bosque. Tomábamos cuando salíamos y guardábamos la cocaína en papeles plateados de cigarrillos y a veces en bolsitas de polietileno. Yo prefería las lapiceras, Paula tenía su propio canuto de metal, Andrea prefería fumar marihuana porque no se aguantaba la taquicardia y Roxana usaba rollos de billetes y contaba mentiras. Decía que su primo se había perdido explorando las líneas de Nazca en México. Ninguna de nosotras le aclaraba que las líneas quedaban en Perú. Decía que había estado en un parque de diversiones donde cada puerta, cuando se abría, llevaba a una habitación diferente hasta que se encontraba la correcta y que podían ser cientos de habitaciones, que el juego ocupaba hectáreas. No le decíamos que habíamos leído algo parecido en un libro para chicos que se llamaba El museo de los sueños. Decía que en el parque Pereyra se reunían brujas y que hacían rituales alabando a un hombre hecho de paja y, aunque nos sobresaltaba escuchar sobre ritos en el parque, no le decíamos que lo que describía se parecía mucho a una película que habíamos visto en televisión un sábado a la tarde, una película de terror buenísima donde mataban chicas para que volviera la fertilidad a una isla inglesa.
A veces no tomábamos cocaína y preferíamos un poco de ácido con alcohol. Apagábamos las luces y jugábamos en la oscuridad con inciensos encendidos; parecían luciérnagas y a mí me hacían llorar, me hacían acordar a una casa de tejas con parque lejos de la ciudad, una casa con estanque donde jugaban los sapos y volaban las luciérnagas entre los árboles.
Una tarde, cuando jugábamos con el incienso, pusimos un disco, Ummagumma, de Pink Floyd, y sentimos que nos perseguía algo por la casa, un toro quizá, o un cerdo salvaje, con dientescuernos, y corrimos, nos chocamos, nos lastimamos. Fue como estar en la camioneta otra vez, pero dentro de una pesadilla.
  1993
En nuestro último año de colegio Andrea conoció a su nuevo novio, que cantaba en una banda punk. Cambió. Se puso un collar de perro en el cuello, se tatuó los brazos con estrellas y calaveras y ya no pasaba los viernes a la noche con nosotras.
Yo me di cuenta de que se había acostado con él. Andrea olía diferente y a veces nos miraba con desprecio y sonrisas. Le dije que era una traidora. Le recordé a Celina, una compañera de colegio –un poco más grande que nosotras– que había muerto después de su cuarto aborto, desangrada en la calle, cuando intentaba llegar al hospital. Eran ilegales los abortos y las mujeres que los hacían enseguida arrojaban a las chicas a la calle; en los consultorios había perros, decían que los animales se comían los fetos para no dejar rastros. Ella nos miró enojada y dijo que no le importaba morirse. La dejamos llorando en la plaza.
Paula y yo estábamos furiosas y decidimos tomar el ómnibus hasta el parque Pereyra. Volvíamos para buscar otra vez a la chica del bosque. ¿Podía ser la tercera amiga si Andrea nos abandonaba? Ya habían construido la autopista, así que por el parque circulaban los peores ómnibus, los que tenían mugre vieja pegada en los asientos, olor a nafta y sudor, el suelo pegajoso de gaseosa derramada y posiblemente orina. Nos bajamos en el parque al atardecer. A esa hora había familias todavía, chicos corriendo sobre el pasto, algunos jugando al fútbol. Qué peste, dijo Paula, y nos sentamos bajo un pino a esperar la noche. Pasó un cuidador con su linterna y nos preguntó si ya nos íbamos.
Sí, le dijimos.
El próximo ómnibus pasa en media hora, dijo él, es mejor si se acercan a la ruta.
Ya vamos, le dijimos, y le sonreí. Paula no sonreía porque estaba tan delgada que cuando los dientes se le asomaban parecía una calavera.
Tengan mucho cuidado con los alacranes, dijo. Si sienten una picadura, griten, las voy a escuchar.
Más sonrisa.
Ese septiembre, excepcionalmente caluroso, hubo una invasión de escorpiones. Yo pensé que a lo mejor podía dejar que alguno me picara y morir. Así capaz nos recordaban, como a Celina muerta en la calle con su feto sangrando entre las piernas. Me acosté sobre el pasto y pensé en el veneno. Paula, mientras tanto, caminaba entre los árboles y preguntaba, en voz baja: «¿Estás ahí?» Me vino a buscar cuando escuchó un roce entre los árboles, cuando vio una sombra blanca. Las sombras no son blancas, le dije. Ésta era blanca, me aseguró. Caminamos hasta quedar agotadas. La falta de energía era el peor efecto de dejar de comer. Valía la pena, salvo en este caso, cuando queríamos encontrar a nuestra amiga, la chica que miraba con odio.
No la encontramos. Tampoco nos perdimos: la luz de la luna iluminaba lo suficiente para distinguir los caminos que llevaban a la ruta. Paula descubrió una cinta blanca que, creía, podía ser de nuestra amiga del parque Pereyra. A lo mejor nos la dejó como un mensaje, me dijo. No creo, pensé, seguro se le perdió a alguno de los que hacían pícnic en el parque, pero no le dije nada porque la vi convencida, contenta con su amuleto, segura de que era un mensaje. Sentí una punzada en la pierna, pero no era el aguijón ni la muerte, era una ortiga que me quemó la pierna y la cubrió de puntos rojos ensangrentados.
  1994
Paula festejó su cumpleaños en la casa de Roxana. Para la fiesta conseguimos un ácido que, según nos habían dicho, recién había llegado de Holanda. Le decían Dragoncito. ¿Era más fuerte el ácido importado? Como no sabíamos, por las dudas, tomamos menos de lo habitual, apenas un cuarto. Pusimos un disco de Led Zeppelin. Sabíamos que al novio de Andrea le iba a molestar y eso queríamos, molestarlo. Llegó cuando el disco estaba terminando. Escuchábamos vinilos todavía, en esa época, aunque podíamos comprar CD. Eran baratas las cosas electrónicas, los televisores y los equipos de música, las videograbadoras y las cámaras. No podía durar mucho, decían mis padres, no puede ser cierto que un peso argentino tenga el mismo valor que un dólar, pero estábamos tan hartas de lo que decían ellos, mis padres, los otros padres, siempre anunciando el fin, la catástrofe, la vuelta de los cortes de luz, todos los males patéticos. Ahora ya no lloraban por la inflación: lloraban porque no tenían trabajo. Lloraban como si ellos no tuvieran la culpa de nada. Nosotras odiábamos a la gente inocente.
Cuando llegaron Andrea y su novio punk justo sonaba la más hippie de las canciones del disco, la de irse a California y encontrar una chica con flores en el pelo, y el novio de Andrea frunció la cara y dijo qué embole, qué viejos chotos. El hermano de Paula, que siempre era amigable, le convidó un poco de ácido, un cuartito nada más porque no quería desperdiciar en el punk. El ácido también es muy hippie, le dijo el hermano de Paula y el punk contestó que sí, pero, como era algo químico y artificial, le gustaba. Prefería todo lo químico, dijo, los jugos en polvo, las pastillas, el nailon.
Estábamos en la habitación de Roxana. El espejo colgaba de la pared: había bastante gente en la casa, muchos desconocidos, como suele pasar en las casas de drogas, esas caras entrevistas en sueños que sacan cerveza de la heladera y vomitan en el inodoro y a veces se roban la llave o tienen un gesto de generosidad y compran más bebida cuando la fiesta está por terminar. El ácido era como una descarga eléctrica muy delicada. Nos temblaban los dedos, nos poníamos las manos frente a los ojos y las uñas parecían azules. Andrea estaba de vuelta con nosotras y cuando pusimos Led Zeppelin III quiso bailar, gritaba sobre las tierras de hielo y nieve y sobre el martillo de los dioses, y recién en «Since I’ve Been Loving You», a lo mejor porque era un blues de amor, se dio vuelta a mirar a su novio punk. Él estaba sentado en un rincón y parecía muerto de miedo. Señalaba algo con el dedo índice y repetía no sé qué porque la música estaba demasiado alta. A mí me causó gracia, no le quedaba nada del labio torcido arrogante y se había sacado los anteojos, tenía los ojos casi negros de tan dilatadas las pupilas.
Me acerqué a él caminando despacio y traté de imitar la mirada de odio de la chica del parque Pereyra. La electricidad me erizaba el pelo, sentía que se había convertido en cables o que estaba demasiado liviano, como cuando un televisor recién se apaga y la estática atrapa el cabello, que queda pegado sobre la pantalla.
¿Tenés miedo?, le pregunté, y me contestó con una mirada confundida. Era lindo, por eso Andrea nos abandonaba. Era lindo y era inocente. Le agarré el mentón y con la otra mano le pegué en la cabeza, un golpe de puño cerca de la sien. El pelo, tan bien acomodado por el gel, se volvió un montón sin sentido sobre su frente. Paula, desde atrás, riéndose, le tiró con las tijeras que habíamos usado para cortar los cartones de ácido. Recién entonces me di cuenta de que se había puesto la cinta blanca de la chica del bosque en el pelo. De pura mala suerte, la tijera le pegó al novio punk sobre la ceja, esa parte de la cara que sangra mucho, nosotras lo sabíamos porque alguna vez nos habíamos cortado la frente adentro de la camioneta después de alguna frenada violenta. Él se asustó, el punk, se asustó mucho cuando la sangre le goteó sobre la remera blanca y seguramente vio lo mismo que nosotras, o algo parecido distorsionado por el ácido: sus manos llenas de sangre, las paredes manchadas, nosotras con cuchillos a su alrededor. Quiso salir corriendo de la casa, pero no encontraba la puerta. Andrea lo siguió, trataba de hablarle, pero él no le entendía. Cuando salió al patio, el novio punk se llevó por delante una maceta y en el piso empezó a temblar, no sé si de miedo o si serían convulsiones. El disco se terminó, pero no hubo silencio: escuchamos algunos gritos y risas, alguien estaba alucinando con escorpiones o a lo mejor los bichos habían invadido de verdad la casa.
Paradas, rodeamos al novio punk. En el suelo, con los ojos entrecerrados y la sangre en el pecho, parecía insignificante. No se movía. Paula se guardó en el bolsillo del jean un cuchillo casi de juguete, un cuchillito para untar jalea sobre el pan. No lo vamos a necesitar, dijo.
¿Está muerto?, preguntó Andrea, y le brillaron los ojos.
Alguien volvió a poner música, allá, en la casa, que parecía tan lejos. Paula se sacó la cinta del pelo y se la ató en la muñeca. Volvimos a la casa, a bailar. Esperábamos que Andrea abandonara al chico en el suelo y volviera a nosotras, otra vez las tres con nuestras uñas azules, intoxicadas, bailando frente al espejo que no reflejaba a nadie más.
6 notes · View notes
chinisima · 4 years
Text
Ese libro que estaba en el estante de mi casa, se veía realmente viejo. Pero me encantaba precisamente eso, el color de las páginas me recordaba al papel revolución, pero más grueso. Su textura era rasposita y el olor, eso era lo mejor, abrir el libro y olerlo. Olía a libro viejo. Pero rico.
Cuando lo tomé por primera vez tenía como 11 años, me dijeron mis papás “Ese todavía no, mi Chinito”. ¡Puts! “¿Cuándo lo podré leer?” “Después, cuando estés en segundo de secundaria, yo creo”. Y a mí se me hacía eterno.
Pero lo que más me llamaba la atención era la dedicatoria. Fue de los primeros libros que mi papá le regaló a mi mamá cuando empezaban a estar juntos. “Para Liz, la mujer que me ha hecho sentir todo. Absolutamente todo”. ¡Jijos! Tenía solo 11 años pero estaba consciente de que eso era mucho. ¿Qué tipo de libro era aquel donde mi padre le decía eso a mi madre? Y, sobretodo, que no podía leer aún. Seguramente hablará de mucho sexo.
La portada me llamaba mucho la atención, el fondo era blanco. En el primer tercio de hasta arriba decía el autor y debajo de su nombre el título, todo con letras rojas mayúsculas. Me acuerdo que una de las E del título estaba al revés. Daba la impresión que estaban desalineadas las letras de esa máquina de escribir. A partir del segundo tercio venían unos cuadros azules, eran 9. Bueno, lo azul era el marquito, porque el fondo era blanco. En cada cuadro había unos dibujitos: en la primera hilera, de izquierda a derecha eran unas campanas, unos soles riéndose y unos diablitos; la segunda hilera había en los marcos azules unas flores naranjas, luego unas estrellas y el último cuadro tenía un dibujo de otra flor naranja y a los lados de esta había hojas, daba la impresión que era un adorno para finalizar un cuento. Y en la última hilera, había en el primer cuadro cuatro gorritos acomodados de dos en dos, se parecían a los gorritos que usaban los 7 enanos en la de Blancanieves, luego unas lunas en cuarto creciente –a mí se me figuraban que estaban llorando- y en el último cuadro unas calaveras, de esas que les ponían antes a los envases como advertencia a toda sustancia que fuera venenosa. Y hasta abajo, otra vez con letras rojas mayúsculas: Editorial Sudamericana.
Una vez, cuando iba en primero de secundaria, estaba sacudiendo el estante de los libros y los libros claro, y lo tomé. Lo abrí para olerlo, ya lo iba a dejar en su sitio pero me asomé a ver si no venía mi mamá y empecé a leer ahí donde lo había abierto, a media voz, de esa lectura que haces en la mente pero tu boca va dibujando las palabras, inaudibles. Lo que vi fue esto:
“…A las mujeres que lo asediaron con su codicia les preguntó quién pagaba más. La que tenía más ofreció veinte pesos. Entonces él propuso rifarse entre todas a diez pesos el número. Era un precio desorbitado porque la mujer más solicitada ganaba ocho pesos en una noche, pero todas aceptaron. Cuando sólo faltaban dos papeletas, se estableció a quiénes correspondían.
-Cinco pesos más cada una- propuso José Arcadio- y me reparto entre ambas…”
Cerré el libro de improviso, oí las pisadas de mi mamá y lo volví a poner en su lugar. Tenía una cara que iba más allá del asombro, o sea, no sólo era prostitución lo que acababa de leer, y de un hombre, era, además, una orgía… Tal vez no llega a orgía, pero al menos un trío. Y supongo que también homosexualismo en ese trío porque no creo que las mujeres nomás estén con el hombre en cuestión, o ¿así funcionaban los tríos? Mi ser puberto de 12 años de 1995 estaba en shock. Porque no eran temas tan ligeros como ahora, ni siquiera llegaban a temas. Nunca había estado en contacto con algo así. Sabía lo que era el coito, pero siempre me enseñaron que eso sucedía en el matrimonio, su objetivo era tener hijos y siempre, siempre involucraba a dos personas únicamente, y por supuesto que debían ser de distintos sexos.
Mi primer libro había sido Bosque Mitago, y lo amé, en verdad, fue mágico, al final lloré a mares como siempre. Después leía con el gordo puras cosas de ciencia ficción… Pero prostitución, de un hombre, que comparte mujeres y aparte lesbianas (en mi mente claro) era mucho. Esto no hizo más que avivar el deseo de tener ya los 14 años para por fin tener toda la libertad de leerlo.
Entonces, me postulé voluntariamente para que cada semana (en el día de limpieza profunda de la casa) fuera yo la desempolvadora oficial del estante de los libros. Esta labor a nadie agradaba mucho porque la cantidad de libros abarcaba una pared de 3x5 m. Pero era plan con maña, ya sabes, solo así podría leer la novela a hurtadillas, sin que se dieran cuenta mis papás. Gusto que me duró lo que al triste la alegría porque nos mudamos de casa.
Cuando nos instalamos en la nueva casa, ¿adivinen quién se ofreció a acomodar los libros? Así mero, yo mero. Los empecé a ordenar por orden alfabético. Por allá del medio día, nos dio hambre. Mi papá dijo que iba a ir por unos pollos rostizados para los 6, ¿quién lo acompañaba? Mis hermanos fueron, yo me quede con mi mamá en la casa. Mientras ella acomodaba los trastes de plástico, ollas, vajillas, alimentos, instalaba la estufa, ponía el trastero, colgaba los cuadros de la cocina, mi único trabajo era ordenar los libros por orden alfabético.
Entonces, lo tuve en mis manos. Tenía nervios, los sentía por todo el cuerpo. El pulso se me aceleró. Los latidos de mi corazón los sentía en mi cabeza, tenía la boca seca. Estaba a punto de desobedecer al gordo, eran pocas las cosas en las que me decía que no. Esta era una de ellas, no había sido un “no” rotundo, pero sí un “todavía no”, involucraba la negación pues. De plano me senté en el piso. Había hecho pilares con los libros que estaban a mi alrededor para esquivar la visión de águila de la matriarca y ganar tiempo para tomar otro libro y sacudirlo por si llegaba cualquiera de los dos. En esta ocasión, lo iba a disfrutar. Me prometí que ya no me iba a espantar de lo que leyera. Abrí la portada blanca con letras rojas y marcos azules, pasé la primera página, luego la página donde estaba la dedicatoria de mi papá para llegar al inicio. Otra vez leía con voz inaudible:
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”
Me enamoré. Qué cosa tan bella. Pensé que era imposible eso de no conocer el hielo, pero yo nunca había visto la nieve, lo más cercano fue una vez que cayó granizo y la gente pensó que era el fin del mundo porque en el puerto nunca granizaba. Me pregunté con mucha curiosidad ¿qué era cañabrava? Como antes no googleábamos las cosas, lo consulté en el Gran Diccionario Enciclopédico Ilustrado de Selecciones del Readers Digest, una enciclopedia de portada azul marino con letras blancas y doradas, era la nueva edición la anterior era roja, esa la tenía mi abuela. Imagínate, un mundo tan nuevo que había que señalar las cosas con el dedo. Como bebecitos.
De vez en cuando echaba un ojo para divisar si venía mi mamá o paraba el oído para escuchar la camioneta del gordo.
Me demoré en armar ese librero como semana y media. Jamás nunca me volvieron a dar semejante encargo. Estaba perpleja porque tampoco había terminado un libro en semana y media. Es que me atrapó, me sedujo, me condujo por senderos que jamás había pensado: se casaron los primos Jospe Arcadio y Úrsula, ella decía que sus hijos iban a tener cola de cochino, me sentí identificada con la locura de Jose Arcadio Buendía –el original-, pobre, ¿cómo era posible que lo hubieran amarrado a un árbol?, el misticismo de Melquíades, el dolor de Pietro Crespi, sin saltarme el “ay Jesús de Veracruz” porque Arcadio hijo había hecho el delicioso con Rebeca… ¡Juego de Tronos existía desde hace mucho señoras y señores!, el coronel Aureliano y cómo se me figuraba a una de mis hermanas por lo ermitaño que era cuando era joven, hasta que se convierte en liberal, la muerte de los 17 Aurelianos que nunca reconoció Aureliano, qué decir de Remedios La Bella, la imagen de Mauricio Babilonia y su enjambre de mariposas amarillas, todo, todo el libro me revoloteó el alma.
A los 14 lo leí por segunda vez, pero era oficialmente la primera. Ahí fue cuando decidí hacer el árbol genealógico de los Buendía en una hoja de rotafolio papel bond. Capté mejor todo. Cuando me tocaba sacudir el estante y era el turno de Cien Años de Soledad de ser desempolvado, me quedaba como dos horas leyéndolo, en la página que fuera. Me sacaba de la realidad, era una habitante más –y muy chismosa- de Macondo.
-E. Jean
11 notes · View notes
wakandamreddington · 3 years
Text
casa de los hunt, NOV 22 2018
Evan y yo nos habíamos puesto al día. Le había explicado que había muerto en el pasado pero que ahora se encontraba vivo y coleando, me hice la tonta de quién viajó al pasado solo por salvarle la vida. Bien que podía decírselo pero no sé, quizás era mejor de esta manera o prefería que se enterase por otras personas.
Había visto a los tres pequeñines, Sylke estaba como si no hubiera sacado de ahí abajo tres bebés grandes y preciosos, príncipes y princesas rosadas de ensueño. Mi yo interno se revoloteó y me dejaron coger a Scar como a la pequeña Rapunzel. Tras estar con los bebés y Sylke, me tocó hablar con mi hermano. Le di una colleja, de eso no se libró.
Y ahora tocaba el turno de Evan, yo estaba nerviosa, después de lo de Halloween muchísimo más. Estaba susceptible, eso se me notaba incluso aunque quisiera disimular. Evan me llevó a la biblioteca, seguramente porque sabía cómo me encantaban. Al entrar me quede maravillada. — Qué lujo, comprarte un castillo con el dinero de papa y mamá y encima vengan mil libros para leer — ironicé un poco con mi humor negro. — Vendré a contarle muchos cuentos a Scar y a los demás pequeños. — le prometí a Evan, pero terminé por sentarme en un sillón, que por mucho que me gustase ir a ver que libros eran quería dejarle las cosas muy claras al castaño.
[Wakanda]
Gracias a la explicación de Wakanda pude saber que efectivamente morí como creía que había pasado pero al parecer alguien me había salvado. Fuese quien fuese dicho buen samaritano le debía una, aunque hubiese agradecido que me hubiesen identificado y no ser un desconocido todo aquel tiempo en San Mungo, aparte, mi Sylke y mi familia sabrían que estaba vivo.
Había guiado a mi amiga hasta la biblioteca en parte para presumir de libros pero también para compartirla con ella sabiendo que los dos éramos entusiastas de los libros, sobre todo cuanto más antiguos mejor. — Oh, y yo que quería contratarte para que les dieses clases de historia de la magia. — Respondí sentándome al sillón quedándome cara a cara con ella, pero antes de que ella pudiera responder le comenté la idea que tenía en mente, una que todavía no había comentado a nadie siendo ella la primera. — Estoy pensando en convertir este castillo en un colegio mágico, obviamente no será Hogwarts pero en vista que los terroristas han atacado colegios mágicos tiempo atrás, pensé en fundar un colegio mágico que ofrezca protección hacia los más pequeños, además a diferencia de los otros once colegios este sería secreto, Wakanda soy padre y ahora mi primera prioridad es que mis hijos y Scar tengan un lugar seguro donde estén protegidos de la guerra o lo que pase después de la guerra, mientras aprenden magia.
[Evan]
¿Contratarme como profesora de Historia de la Magia? Hecho
— reí un poco pero realmente pensaba que estaba de coña, sin embargo mi cara cambió cuando vi su expresión seria y decidida y empezó a confesar que quería hacer de este castillo un lugar seguro para los más pequeños. Fruño el ceño sin saber si estaba de broma o realmente iba en serio, pero vi que lo decía completamente decidido de crear una escuela para los niños y niñas mágicos. —
No puedo creer que me estés contando todo esto Evan
— me pellizco para ver si es real, el dolor leve aparece, es real. Flipo. —
De villano asesino vengativo y enloquecido a padre del año
— exclamé con cierto humor negro y guasa. —
¿Estas seguro que quieres soportar a niños y niños? Quiero decir, vas a criar a tres niños, si, incluyo a Scar porque vivirá en el mismo techo que el tuyo pero….no puedo imaginar más niños a tu cargo, de Sylke lo entiendo, es la jodida mama oso princesita cursi, pero tú…puede que te de la neura por segunda vez y te de un ataque de algo y espera que me estoy yendo por las ramas
Me pongo delante de él. — Antes de que me cuentes más. Si no te amenazo no voy a quedarme tranquila Evan, espero que puedas comprenderlo, pero si llegas a tocar a Jeremíah o Scar haré de tu vida un infierno, oh, estate tranquilo que no iría a Sylke o a tus hijos, sabes que no soy esa clase de persona. Pero sabes que puedo joderte y bien. — era más o menos alta que él y le miraba con fijeza fiereza. — Que este aquí de guasa contigo no significa que tengamos que…..ser los mejores amigos del mundo después de lo sucedido, solo estoy diciéndote que….como pierda a mi otra mitad como Jeremíah o Scar te mataré yo misma. — comento tranquilamente un poco más amigable.
Me quedo unos segundos en silencio. — Pero, si te quieres sentir mejor, podemos hablar del problema…del asunto de Sylke, tú y mi hermano.
[Wakanda]
— No puedo creer que me estés contando todo esto Evan — me pellizco para ver si es real, el dolor leve aparece, es real. Flipo. — De villano asesino vengativo y enloquecido a padre del año — exclamé con cierto humor negro y guasa. — ¿Estas seguro que quieres soportar a niños y niños? Quiero decir, vas a criar a tres niños, si, incluyo a Scar porque vivirá en el mismo techo que el tuyo pero….no puedo imaginar más niños a tu cargo, de Sylke lo entiendo, es la jodida mama oso princesita cursi, pero tú…puede que te de la neura por segunda vez y te de un ataque de algo y espera que me estoy yendo por las ramas
Me quedo unos segundos en silencio. — Pero, si te quieres sentir mejor, podemos hablar del problema…del asunto de Sylke, tú y mi hermano.
[Evan]
Un clásico, la amenaza por delante, veo que no has perdido el toque. — Me quedé en silencio mientras escuchaba su amenaza manteniéndome muy serio pues la situación lo requería. — Wakanda. Somos dos adultos con mucha historia detrás lo entiendo y comprendo que me amenaces, no te culpo ni tampoco voy a ofenderme, ¿vale? A todo esto, ¿quieres un té o algo para beber? — Hice una breve pausa. — No voy a hacer daño ni a Jeremíah ni a Scar, no te negare que en enterarme de todo pensé con amargura que quizás era mejor que hubiese muerto en Londres, pero por mucho que me joda toda la situación y lo dolorosa que sea, comprendo que los sentimientos son incontrolables… Y si Sylke nos quiere a los dos por igual es… algo que tengo que aceptar aunque esto me rompa por dentro y sobre Scar no tengo nada contra él no negaré que su existencia me cuesta asimilarla pero por favor Wanda, quizás fui un ogro pero ya no lo soy y Scar no tiene culpa de todo este problema, aunque he de confesar que su nombre tiene su ironía porque me recuerda la cicatriz que todavía tengo abierta de enterarme lo de tú hermano y Sylke… estoy bien, no tienes que preocuparte….
[Wakanda]
Jeremíah nunca ha dejado de amar a Sylke, Evan. No es tampoco difícil para él y más cuando nunca ha estado enamorado de nadie, créeme cuando te digo esto que para Jere los sentimientos no es cosa fácil, no después del pasado que hemos tenido. — hice una pausa y me mire en mis propias manos, porque no quería recordar a cierta persona, pero al menos quería que viera mi punto de vista. — Voy a confesarte un secreto…o quizás no es tan secreto, quizás se me notaba. No lo sé — mis mejillas se elevan de color pero mi expresión es un poco tormentosa. — Me enamoré de Velkan cuando todavía estaba o tenía algo con Gideon. Fue inevitable, poco después supe que entre Velkan y Vihren había algo….me preguntó si Velkan nos abandonó a los dos porque no podía elegir a uno como al otro o era otro motivo…. Solo sé que no me hubiera importado compartirlo. Es un poco extraño, pero Velkan era diferente. Y Kovu Hamilton me explicó que él creía en el poliamor, yo no sé mucho sobre eso pero si sé que hay personas que pueden tener dos personas….pero, Velkan escogió la salida más fácil que fue irse lejos sin decirnos ni una palabra, me rompió el corazón a mí y se lo rompió a Vihren. — hablar de esto no era nada fácil. —No digas nada sobre esto porque si Vihren se entera puede llegar a …torturarme o algo peor, aunque llevemos una relación extraña. Como la que tenemos tú y yo….creo que la marcha del vikingo nos unió — no puedo mirar a Evan pero me recompongo. Solo que hablar de esto es un tema serio y duele, ya no duele tanto como antes pero sigue presente.
— Puedo comprender a Sylke, seguramente no quiera elegir. Cuando estaba Gideon y Velkan, con ambos era una relación completamente distinta, yo intentaba no fijarme en Velkan porque él como sabes era muy libre...pero sentí que teníamos una conexión fuerte y nos negábamos a ello, quizás salvo cuando él me robó un par de besos que yo deseaba que fuera más y más....no es fácil Evan, mierda, no sé porque te cuento esto. — No estoy llorando pero me quiero pegar un tiro en la cabeza. Solo quiero comprenda que estas cosas nunca son fáciles para nadie.
[Evan]
¿Espera? ¿Te enamoraste de Velkan? — Hmm… eso tenía sentido, pero con lo abejorro que era el nórdico yendo de flor en flor auguraba que debieron haber muchos celos en el aire pero cuando me soltó que entre el nórdico y Vihren hubo algo, le miré con cara de ¿me lo estás diciendo enserio? Y sí, estaba flipando. — ¿Poliamor? Entiendo… pero ocurre sí uno de los dos, me refiero a Jeremíah o yo somos incapaces de compartir, será destructivo para Sylke, amo a Sylke… y te voy a ser sincero, cuando Sylke nos dijo tanto a Jeremíah como a mí que nos amaba a los dos por igual, me sentí traicionado, fue doloroso sintiendo como una parte de mi moría ahí mismo, fue mucho peor que la última vez, ya sabes… — Murmuré haciendo referencia a cuando me volví loco e hice cosas horribles entre ellas matarla. — Pero en lugar de dejarme llevar por la rabia, perdone a Sylke, la amo lo es todo para mí pero teme que llegue este día, Wanda esta situación me está jodiendo mucho pero no voy a ser el egoísta que… le exija escoger a uno a al otro porque sé que no es justo… todo esto es nuevo para mí, nunca he compartido pero quiero que Sylke sea feliz… es lo único que me importa, su felicidad. — Otro suspiro se me escapó. — Siento mucho lo de Velkan, si tomo la salida fácil quizás no era merecedor de ninguno de los dos.
¿Cómo nuestra relación? Vaya, creía que lo nuestro era único Reddington. — Bromee en hacer referencia a lo de Vihren y ella. — Seré una tumba, lo prometo.
Tras aquello escuché su confesión y que yo me había desahogado con ella, quizás también ella necesitaba desahogarse aunque fuese un poco. — No pasa nada, desahógate tú también, cargamos muchas cosas…
[Wakanda]
No quiero pasar otra vez por lo mismo, pero sé cómo te sientes, de hecho si mi novio actual, Enzo, me dijera que esta enamorado de otra chica también yo seguramente le diría que no. Es que no sé, es diferente en cada persona y en cada uno, a veces desearía tener quince años y que mi mayor problema fuera el miedo de perder un examen.
— me encogí de hombros, estaba segura que por ser Enzo si se veía o quería a otra chica yo le cruzaba la cara. Cada día con el que había estado era una relación y Enzo era como la dinamita, sabía que no quería verlo en brazos de otra que no fuese yo. De hecho pensé en Druella y me amargue un poquito sola. Enzo era mi chulo macarra idiota italiano, solo mío.
Sí, me enamore del vikingo. Él me coqueteo mil veces, él me cuido, el me salvó la vida dos veces, y todo lo demás me hizo amar su personalidad, no quería que sucediese pero cuando uno más niega algo peor es. Más evidente se hace — chasqueo la lengua resignada, había intentado luchar contra los impulsos y arrebatos que me producía Velkan pero al final solo había sido una más, como decía Enzo, no me merecía. Y lo creía, había sido difícil verlo, pero después de todo fue así. Escuché a Evan alzando la mirada para escuchar su confesión, estoy un poco tensa por lo que está diciendo. Maldita Sylke, pero no puedo culparla. — Ojalá pudiera saber la razón porqué los Ravenclaw’s y Slytherins somos tan atrayentes en el uno como en el otro. Yo…Evan…no sé que más decirte, supongo que tengas paciencia, supongo que deberás aceptar lo que le ocurre a Sylke……..incluso que te rompa, pero creo que el amor es eso no? Aceptar por encima de todas las cosas al otro. — me quede un poco paralizada por mis propias palabras. — Mi novio fue un criminal y ahora se está remidiendo, podría huir de él y tener otra clase de relación que según mi padre quisiera más “sana” alguien libre de “peligro u oscuridad” pero qué puedo hacer Evan? Todos los hombres que he amado han sido peligrosos, han matado o todo lo demás. Todos. — Gideon, Velkan y Enzo. Sebastian se salvaba y porque solo era mi mejor amigo.
No respondí más cosas sobre Velkan, pss.
Giré el rostro hacia Evan justo cuando entraba el elfo doméstico con el pedido. — Lo nuestro siempre será difícil — se me escapó una pequeña sonrisa y cogí mi zumo al cual bebí un sorbo. — Mmmm excelente.
[Evan]
No me queda otra que acostumbrarme a esta nueva realidad, supongo que el tiempo pondrá todo en orden. No eres la única, yo también deseo a veces volver a tener los quince años cuando mi mayor problema era mantener mis notas en alto y ganar puntos para que me nombrasen prefecto y luego todo se puso patas para arriba — Solté un suspiro mientras me quedaba mirando a Wakanda quien a pesar de toda nuestra historia complicada siempre había sido la persona que más me entendía por lo menos hasta que se me fue la cabeza y acabé ahogándola en el lago, algo de lo que siempre iba a arrepentirme pero tendría que convivir con aquello por el resto de mi vida. Si bien podía olvidarlo no iba a hacerlo, quería recordar todo el daño causado como un recordatorio de que nunca más iba volver a ser quien fui durante aquel tiempo. — Definitivamente el amor es para sufrir. — Murmuré tras todo lo que me dijo del vikingo nórdico y seguir hablando de mi propia situación. — Te va el peligro Reddington, de hecho… no soy psicólogo, pero creo que a mí me van las princesas y a ti los tipos duros, sí… demostrado, menudo par estamos hechos.
[Wakanda]
Con las palabras que me dijo empecé a reírme sin poder evitarlo recordando a mi mejor amiga de la infancia, la primera y única amiga de verdad que había tenido en Hogwarts. — Clarissa…Sylke, es verdad, es tu estilo de mujer. Echo de menos a Clary, era un ángel — exclamo con melancolía pero bueno, el recuerdo siempre iba a quedarnos. — ¿Tipos Duros? Yo nunca he querido enamorarme de chicos complicados pero parece ser que….los atraigo, no es a propósito — me encojo de hombros aun riéndome por sus palabras.
[Evan]
Si, lo sé — Susurré en voz baja pero lo suficiente para que ella me escuchase pero ahí acabó todo, tampoco quería que nos rallásemos hablando de lo doloroso que era el amor, suficiente drama cargábamos encima para añadir un poco más. — Yo también la echo de menos, pero decidí quedarme con los buenos momentos, esos siempre permanecerán en mi corazón. — Confesé y en escuchar su pregunta, asentí con la cabeza. — Sí, tipos duro y doy fe de ello, los atraes… — Me reí un poco y cuando el elfo nos trajo la comida y bebida, tomé mi vaso de agua bebiendo un trago.
[Wakanda]
Sí, cómo yo, los mejores y buenos momentos— imaginaba que para Evan como para mí, era doloroso de pensar en nuestra Clary, pero yo recordaba cómo había sido aquella noche e intentaba olvidarla, enterrar aquel momento bajo llave para no revivirlo. Había sido una pesadilla. Una gran pesadilla. Sonreí un poco sin saber muy bien que decir sobre los tipos duros. —Sí…no puedo evitarlo, tengo que admitir que su aura rebelde y peligrosa me atrae, que me lleven a ese lado oscuro que…bu-bueno mejor dejémoslo ahí — empezaba a ponerme roja y cortada, pero cuando hablo lo de que creía que le habían leído la mente me serené.
1 note · View note
0takudl · 5 years
Text
Diabolik Lovers Chaos Lineage: Ayato, Historia 8
Tumblr media
Muchas gracias a @kyouxa por permitirme traducirla desde el inglés.
historia 1- historia 2- historia 3- historia 4- historia 5- historia 6- historia 7
traducciones chaos lineage
Tumblr media
-Habitación de Ruki de la mansión Orange.-
Ruki: Ahora, dime más sobre lo que sucedió entre ustedes dos. Estoy muy interesado en lo que dirás.
Yui: … Sí.
(Se le permitió a Ayato-kun dormir en su cama y descansar en su habitación como lo prometí. )
(La condición para el intercambio con Ruki-kun fue que yo explicaría lo que sucedió, ¿pero por dónde debería comenzar? )
Ruki: Ayato, quien había enloquecido, finalmente ha regresado a la normalidad y espero que eso no cambie más.
Pero, principalmente, ¿qué sucede con sus actitudes? Ustedes dos están actuando como amantes que no se han visto por años.
Yui: S-Sí...
Ruki: Después de todo, como sabes, por el momento no hemos comprendido la situación en la que estamos.
… ¿O simplemente es algo que yo no puedo entender?
Yui: Eh...
Ruki: Antes te hice una pregunta similar. No me digas cosas triviales.
La historia que mencionaste hasta ahora fue difícil de creer, honestamente, incluso ahora el significado aún es desconocido.
Yui: No hay de otra, porque empeorará cada vez que trate de hacer que alguien comprenda la situación.
Ruki: ¿Puedes entender a Ayato ahora?
Yui: … Sí.
(—Él recuperó sus recuerdos... )
Ruki: Ya veo...
Eso es todo lo que quiero escuchar. Puedes regresar a tu habitación.
Yui: ¿Oh? Pero aún no expliqué las circunstancias...
Ruki: Escuché que no puedo comprenderlas. Entonces sería una pérdida de tiempo.
Sin embargo, por ahora es suficiente con saber que Ayato tiene algo a lo que aferrarse.
Yui: De acuerdo...
Ruki: Eva, deberías ir a visitar a Ayato.
Yui: Eh, ¿eso está bien?
Ruki: Originalmente, después de que él provocó tal disturbio yo no querría que estés cerca de Ayato.
—Pero ahora, la situación cambió.
Yui: ¿Qué sucede... ?
Ruki: De acuerdo con el reporte de Kanato y Shin, quienes fueron a explorar.
Parece que las otras mansiones han puestos sus ojos aquí.
Yui: —!
(Las otras mansiones son las residencias de Carla y Reiji... )
Ruki: Es una desventaja que uno de nuestros miembros esté deficiente. No será bueno si Ayato no regresa a su condición normal tan pronto como sea posible.
Él es una parte importante de nuestra “familia”.
Yui: ¡Gracias, eso lo aprecio!
Ruki: Esto no es estar agradecido contigo. Es por el bien de nuestra propia mansión.
Pensando en ello. He estado encargándome hasta ahora, y decidí dejártelo porque la situación cambió...
Yui: …
(Después de todo, solo estoy siendo usada. Incluso ahora, no me queda de otra más que aceptar esta posición— )
Ruki: ¿Estás rechazándolo?
Yui: No es eso. Por favor déjame hacerlo.
Ruki: Entonces está decidido.
Yui: Sí, exactamente.
Ruki: Ah. Al principio pensé que Eva fue bebida e iba a ser asesinada.
El estado de Ayato que vi en la prisión no fue ni el de una bestia hambrienta de sangre, ni el de un niño jugando con sus juguetes.
Yui: (Él me recordó... )
Ruki: Aparentemente, algo parece haber cambiado en Ayato, así que no puedo entenderlo.
Yui: … Sí, es cierto.
Ruki: Hm, evitando a los demás parece que Eva está obsesionada con Ayato.
Yui: … !
(Oh, es que... no puedo negarlo... ya que claramente estoy enamorada de Ayato-kun. )
(No quiero responder, pero tampoco puedo ignorarlo. Simplemente es un poco vergonzoso... )
Ruki: Parece que él te gusta, ¿realmente quieres estar con ése chico?
Yui: Sí, quiero.
Ruki: —No has cambiado de opinión. Ahora entonces, ve con él rápido.
Yui: Sí. Gracias, Ruki-kun.
(¡Iré a visitar a Ayato-kun! ¡Aquí voy! )
Ruki: No sé qué es exactamente lo que cambió en Ayato.
Las puertas para convertirse en rey fueron abiertas, pero no para mí...
De todas formas, veré si realmente Ayato es elegido como rey por Eva.
-Pasillo.-
Tumblr media
*Yui toca la puerta.*
Yui: Ayato-kun, ¿puedo entrar?
Ayato: Claro, pasa.
Yui: Voy a entrar.
(Me pregunto por qué estoy tan nerviosa... )
-Habitación de Ayato.-
Yui: Eh...
Ayato: Oye.
Yui: (Esa sonrisa en su rostro... esto no es un sueño. Es cierto, regresé con el hombre del que me enamoré— )
… ¡Ayato-kun!
*Yui lo abraza.*
Tumblr media
Ayato: ¿¡Wow!? ¡Oye, por qué saltas así sobre mí!
Yui: Lo siento. Simplemente me llené de felicidad.
Ayato: Solo estaba bromeando. Extrañé que hicieras cosas inesperadas como esta.
Yui: Pero, te sentías mal, ¿verdad? ¿Estás bien?
Ayato: Sí, en ese entonces el mareo había provocado que perdiera la conciencia, pero ahora estoy bien.
Yui: (Eso es bueno, me alegra escucharlo. Realmente Ayato-kun regresó... )
Finalmente tus recuerdos han regresado.
Ayato: Correcto.
Yui: … No puedo... creer que lo hicieron... Estoy tan feliz por esto...
Ayato: Luces como si pronto fueras a llorar. No lo retengas más.
Yui: (Oh... No estoy reteniéndolo. Finalmente estoy... aliviada— )
(—El verdadero Ayato-kun ha regresado. )
¿Realmente recordaste todo?
Ayato: ¿Qué pasa? Realmente no puedes creer lo que te digo.
Yui: Es que...
Ayato: Prometo que mis recuerdos han regresado, mi cabeza estaba desbordada de recuerdos así que no pude soportarlo y me desmayé.
Por supuesto, estoy olvidando lo que he hecho hasta ahora en esta mansión...
Solo recordé porque forcé mis colmillos en tu piel, todo...
Tumblr media
→ Está bien. (M. )
Yui: No, está bien. Tus recuerdos eran extraños, no había otra forma de recordar.
Ayato: Eres amable como siempre. No importa incluso si apunté hacia ti sin ningún recuerdo.
Yui: ¡Nadie restauró sus memorias aún! … Nadie más que Ayato-kun.
Ayato: ¡Jeje, es cierto! Bueno, si eres así de amable con alguien más, ¡no te perdonaré!
→ Estaba asustada. (S. )
Yui: Estaba asustada...
Ayato: … Perdóname—Incluso si no puedes hacerlo...
Yui: (Ah, de repente el ambiente se volvió bastante oscuro. )
(No es su culpa que sus recuerdos estuvieran mal, él no tenía de otra. )
-Terminan las opciones.-
Ayato: Además, también oía voces extrañas todo el tiempo.
Yui: ¿Voces?
Ayato: Sí... “Conviértete en el rey” eso es lo que las voces me decían todo el tiempo...
Si no podía convertirme en rey, sentía que no tenía significado vivir.
Entonces me puse impaciente y me irrité por ti.
Pero, antes te lo dije, ¿no? Tú eres la persona más preciada para mí.
Yui: Yo...
Ayato: ¿Qué con esa expresión repentina?
Yui: Oh, yo...
(Me siento estúpida. Traté de decir algo pero sus palabras me sorprendieron completamente. )
Ayato: Si no hubieras estado aquí, tal vez nunca habría recordado nada.
¿Qué pasa? Parece que tienes algo que decir...
Yui: Ah, lo siento, ¡realmente lamento no haber ayudado más rápido! Me esforcé tanto.
Ayato: ¡Oye! ¿¡Por qué te disculpas ahora!? Yo soy el único tratando de disculparse contigo.
Yui: Lo siento, no me di cuenta.
Ayato: Nunca cambias. Pero estoy feliz de que ahora creas en mí.
Yui: … S-Sí.
(Bueno. Estaba preocupada por sus heridas, pero parecen estar bien. )
Es cierto. Tengo un poco de hambre.
(Desde ahora, tengo tantas cosas que quiero hablar con él. )
(Pero primero que nada necesita mejorarse. )
¡Me aseguraré de hacer una buena comida para ti!
Ayato: ¿Oh? Oye, ¿adónde vas? No necesito ninguna comida.
Yui: Pero quiero que Ayato-kun esté más saludable.
Además, quiero regresarte algo y hacer lo que sea para apoyarte.
Ayato: Uh, bueno, si realmente eso está bien para ti. Haz lo que quieras.
Yui: Claro. Haré algo especial.
Ayato: Si haces mazui mon, te castigaré. [Es un tipo de sushi. ]
Yui: Está bien, haré algo que te guste.
*Yui se va.*
-Después de un tiempo.-
Tumblr media
Yui: ¡Regresé! Hoy hice la comida favorita de Ayato-kun.
Ayato: ¿Takoyaki? Lucen bastante extraños. ¿Tenías todos los ingredientes para hacerlos?
Yui: No, fue difícil porque faltaba algo.
Traté de usar algo diferente, así que tal vez el sabor sea un poco diferente del original.
Porque como no había, tampoco tienen la forma exacta.
Ayato: Jeje, realmente lucen extraños.
Yui: Pero es algo que hice yo misma, ¡por favor, vamos!
Ayato: Adelante, entonces...
Yui: … ? ¿No vas a comer? ¿Qué sucede?
Ayato: Se me ocurrió una mejor idea.
Yui: ¿Qué es?
Ayato: Qué tal si tú me alimentas.
Yui: ¿¡Qué!?
(Es un poco... vergonzoso... )
Ayato: ¿Qué pasa?
Yui: (De algún modo esto se siente inusual, pero, se siente como que Ayato-kun se ha vuelto más dulce. )
(Ha pasado un tiempo desde que hicimos algo más como una pareja, así que está bien rendirse. )
No importa. Como no hay mondadientes, ¿puedo usar un tenedor?
Ayato: Claro.
Yui: Hm... sí, entonces.
Ayato: Ahh...Hm—¡Está increíble!
Yui: (Parece que le gusta. De algún modo... es muy lindo cuando actúa feliz. )
Ayato: Quiero otro. Ah~
Yui: Sí, claro, abre grande.
Ayato: Hm... ¡son grandiosos! ¡Después de todo, el takoyaki es lo mejor!
Yui: Es cierto, fufu.
-Después de un tiempo.-
Ayato: *Suspiro.* Estuvo delicioso.
Yui: A pesar de que demoré bastante en hacerlo, lo comiste en poco tiempo.
Ayato: Bueno, aún así estaban deliciosos.
Yui: Sí. Estaban buenos.
Ayato: Asumo que trabajaste mucho en ellos.
Yui: Eso es porque quería que Ayato-kun estuviera feliz.
Incluso si tuve algunos problemas, lo hice porque el Ayato-kun de siempre regresó después de tanto tiempo.
Di lo mejor de mí para hacer un takoyaki delicioso.
Ayato: Realmente estabas sola. Es por eso que nunca te dejaré otra vez.
Yui: Ayato-kun.
Ayato: Caray, no empieces a llorar.
Tumblr media
Tocar: [Supongo que esto es como las opciones de los care for vampire(? ]
→ Mejilla de Yui: Ya deja de llorar... pero, lamento haberte dejado así de sola... Realmente extrañé abrazarte.
→ Mano de Ayato: Ahora estoy aquí, y me aseguraré de nunca dejarte otra vez.
Ayato: Nn...
Yui: Nn...
(Los besos de Ayato-kun... son muy suaves y dulces... hacen que sienta mi cabeza nublada. )
(Estos son mis favoritos... )
Tumblr media
Ayato: Seré gentil y beberé tu sangre suavemente.
Ah... Hmm.
Yui: ¡Oh, Ayato-kun... !
Ayato: Ah... Hmm...
Yui: (No me importa. Es una mordida muy gentil y amable, diferente de cuando los recuerdos de Ayato-kun eran extraños. )
(Estoy muy feliz de ver a este Ayato-kun... )
Ayato: Esa es una buena cara... Haré lo que sea que quieras, porque ahora me gusta este humor.
Yui: Oh, ¡mi oreja... !
Ayato: Kukuku, ¿qué pasa?, te gusta, ¿verdad?
Ah... Hmm... Ah...
Yui: Oh, Ayato-kun, por favor. ¡No puedo pensar en nada más excepto Ayato-kun!
(Ahora estoy más que feliz... Me alegra que sus recuerdos hayan regresado. )
(Si siempre soy capaz de tocarlo así, definitivamente estaré bien. )
(Ayato-kun... te amo— )
Tumblr media
54 notes · View notes
jn-js · 4 years
Text
Le acabo de enviar este mensaje a mi novia.
Siendo completamente sincero contigo cada momento me siento más lejos de ti. Es difícil llegar a amar tanto a una persona y sentir que no hay nada entre mis manos. En el fondo de mi corazón sé que amarte tanto es lo mejor que he hecho, pero cada día que pasa, cada palabra que ya no nos decimos y cada situación que ya no nos une me hace sentir extremadamente sólo. Antes te tenía a ti para darme fuerzas y eso me ayudó a salir de mis peores momentos, pero estos últimos 7 meses y sobre todo este último mes me han enseñado muchas cosas. Y creo que es momento de aplicar esos conocimientos. Sé que una relación está compuesta de múltiples factores. El primero y más importante: el amor. Afortunadamente, de mi parte nos sobra muchísimo y puedo sentir que de tu parte también. Lo segundo: el respeto; somos muy maduros en ese aspecto y no nos faltamos al respeto entre nosotros y eso me hace sentir feliz. Lo tercero: yo diría que la comunicación; antes tú sabías todo de mi y te contaba hasta el detalle más pequeño de mis días. Porque sentía que eras mi confidente, sentía que eras mi mejor amiga; pero como estoy siendo sincero contigo, ahora mismo no siento que eres mi mejor amiga, es más, no siento que nos conozcamos del todo bien el uno al otro. Creo que duramente mucho tiempo le puse mucho esfuerzo a tratar de entender qué te motiva, qué te hace feliz y que te enoja. Podría asegurar que aprendí alguna que otra cosa de ti, pero lo cierto es que ni tú ni yo nos conocemos por completo y es normal; no creo que nadie nunca muestre su verdadero rostro ante cualquiera. Entonces luego me dije a mi mismo que no debía seguir poniendo tanto esfuerzo en tratar de entender qué pensamientos rigen tu mente y decidí empezar a disfrutarte tal y como eres, porque un día me dijiste que yo estaba tratando de cambiar tu forma de ser. Eso me sacudió, me hizo sentir que no te estaba valorando por lo que eres si no por la idea que moldeaba de ti y lo comprendí. Tenía que amarte por lo que eras, no por lo que yo quería que fueras. Pero entonces vi un estado de tu mamá que me puso a pensar más de lo habitual, decía algo como "no le tengas miedo al cambio... no pienses en el qué dirán, ni vivas tu vida como los demás quieren que vivas" era algo más o menos así y eso me reafirmó lo que me habías dicho. Quizá entendí mal la relación todo el tiempo y estaba buscando dentro de ti a una persona que no eres; que mi forma cursi de ver la vida me daba la cruel idea de pensar que si te lograba amar lo suficiente ibas a cambiar el ibas a ser lo que yo deseaba. Nunca sucedió y pensé que era cuestión de tiempo, de momentos o de circunstancias. Que en el futuro íbamos a ser todo lo que yo soñaba y que te iba a ver sonreír todas las mañanas. Aunque ahora pasa el tiempo y esa idea cada vez se ve más distante y más fútil. Lo cuarto: el sexo, ni lo menciono porque sabes que es tan decepcionante para ti como para mí. Y no sólo decepcionante, para mí es frustrante. Me he dado cuenta que sientes que para mí es sólo sexo, cuando es evidente que me enamoré de ti por la intimidad después del sexo, no por el sexo en sí.
Seguramente vas a evocar de nuevo ese argumento que sólo pienso en sexo y que lo quiero estar haciendo todo el tiempo cuando ya te he demostrado a lo largo del último año, porque incluso antes de que te fueras ya había problemas al respecto.
Lo que realmente me
preocupa es tu desinterés al respecto. Me sorprende la facilidad con la que simplemente ignoras lo que te diga sobre eso. Y me preocupa, no por el sexo en sí, si no porque en un futuro fácilmente lo puedes empezar a hacer con cualquier otro tema importante, lo que nos lleva nuevamente a la comunicación y al tema del estado de tú mamá.
Quizá es cierto, quizá nadie deba cambiar su forma de ser por estar con otra persona o para que el otro este feliz. Pero entonces por un segundo se me iluminó en la cabeza un pensamiento que me ha rondado duramente el tiempo suficiente como para ponerlo en perspectiva. ¿Acaso no soy yo el que ha cambiado sus deseos y su forma de ser porque a ti no te gustaba? Si no es justo que pase contigo ¿Es justo que sí pase conmigo?
No quiero que te alarmes ni nada por el estilo, pero si quiero que tengas presente que siento que tenemos una gran conversación por tener porque no es normal que dos personas que se dicen amar tanto y que antes podían fácilmente hablar 7 horas seguidas sobre cualquier cosa y aún así seguir disfrutando de la compañía ahora ya no tengan NI UNA SOLA CONVERSACIÓN real en MESES. Me preocupa que esto siga así de esta forma porque siento que sólo quedaría dolor como resultado y me prometí a mí mismo que nunca en la vida te quería volver a ver llorar de tristeza because of me. Por eso ahora mismo me llené de valentía para "sacudirte" los hombros y decirte "Hey! Este rumbo que llevamos no me gusta, y no quiero que esto se termine por culpa de eso". Así que aquí estoy, temblando y escribiendote todo esto con miedo. Porque ahora me da miedo pensar en que vas a tomar lo que te digo a mal, cuando lo único que yo quiero es poder verte feliz. Me da impotencia pensar que esto va a seguir así durante al menos un año más. También me da una inmensa alegría pensar que si sobrevivimos bien a esto, probablemente podríamos pasar el resto de la vida juntos. Pero siempre hay dudas. Si yo tengo dudas, seguramente tú también las tienes. Yo no quiero vivir con inseguridad en mi vida. Yo sólo quiero disfrutar cada momento que pueda y si es a tu lado, se convierte automáticamente en 1000000000 veces mejor.
Pero ahora mismo no sé nada. Porque no es sólo sentir el amor, no es sólo decir te amo. Es hacer que la otra persona de verdad lo sienta. Y me gustaría preguntarte si recientemente de verdad sientes que te he transmitido el amor que siento por ti. Si me pudieras responder esto me tranquilizaría un poco pero ¿Tú estás enamorada de mi? O es más bien que te acostumbraste a mi?
Por favor no tomes nada de esto a mal. Tómalo como alguien que te ama tanto que con toda la franqueza y la sinceridad del mundo es consciente que a veces esta bien poner un freno y analizar las cosas, para que así, si seguimos avanzando sea con un paso más firme y más certero.
No hay un sueños más hermosos que los que tengo cuando estás tú. Tú haces mi vida mejor. Tú le das color a mis días y le das brillo a tanta oscuridad que siento por dentro. Tú eres la persona más importante en mi vida, me importas más que a mí mismo y el estar tanto tiempo lejos de ti me permitió darme cuenta que eso no puede ser así para siempre, que yo mismo me tengo que dar un valor y sostenerlo, no derrumbar me por pendejadas ni dejarme afectar por cosas inocuas.
Eres el amor de mi vida.
Despertaste en mi cosas que nadie había logrado. Me has logrado enamorar. Porque amo los pequeños detalles que te hacen diferente: tu inexplicable deseo por tomar Coca-Cola todo el tiempo, la necesidad que tienes de comer donitas de arequipe, o tu amor igual de grande al café que el mío. Te amo mucho y gracias a ti he podido ser muy feliz, pero tristemente también he llegado a sentirme miserable por ti. Por lo cual estoy decidido a hablar contigo y que de una buena vez definamos qué somos, para dónde vamos y cómo vamos a hacer para que esto funcione. Ya no quiero estar más en tus manos y que tengas la facilidad de destruirme por dentro si así lo desearas. Quiero estemos uno junto al otro como iguales, que tus metas y sueños sean igual de importantes que los míos. Qué tus deseos y ambiciones sean igual de importantes que los míos y que por sobre todo sientas en mi un compañero de viaje en esta cosa caótica que se llama vivir. Te podría seguir escribiendo más pero me acabo de percatar que llevo casi una hora escribiendo.
Recuerdas el poema que supuestamente borré el otro dia? No existió tal poema nunca, fue un intento cobarde de escribirte todas estas cosas. Así que quiero que me des la oportunidad de por una vez en tu vida, conocer a tu verdadero yo. Conocer la parte de ti que dice las cosas que de verdad siente y si me dices defrente cuando nos veamos que no estás pensando en nada o qué no eres capaz de decirme lo, créeme que con todo el dolor del mundo me voy a parar y me voy a ir. Porque tampoco es justo conmigo que yo me abra de esta manera, contigo y tú digas que te da pena expresarte conmigo. ¿Te da pena expresarte conmigo?
Así que sin más por agregar y probablemente siempre tuyo:
jnjs
11 notes · View notes
arloqui · 4 years
Text
1990
El presidente había tenido que entregar el mando antes del final de su período y a nadie le gustaba demasiado el nuevo aunque había ganado las elecciones por una mayoría impresionante. La resignación apestaba en el aire y en las bocas torcidas de la gente amargada y de los padres quejosos, a quienes despreciábamos más que nunca. Pero el nuevo presidente había prometido que el teléfono no iba a tardar años en llegar una vez que se hacía el pedido: la empresa de comunicaciones era tan ineficiente que algunos de nuestros vecinos esperaban el aparato desde hacía una década y a veces, cuando llegaban los técnicos y lo instalaban, había fiestas espontáneas. Nunca avisaban cuándo iban a venir. Nosotras teníamos teléfono, todas, de pura suerte, y pasábamos horas hablando hasta que nuestros padres nos cortaban gritando. Paula decidió, en una de esas conversaciones por teléfono, una tarde de domingo, que teníamos que empezar a ir a Buenos Aires, que podíamos mentir y decir que salíamos de noche en nuestra ciudad, pero en realidad nos tomaríamos el ómnibus que salía los sábados temprano y pasaríamos la noche allá, y de madrugada ya otra vez a la estación y a la mañana en casa; nuestros padres nunca se enterarían.
Nunca se enteraron.
Yo me enamoré del mozo de un bar que se llamaba Bolivia; me rechazó, soy puto reputo, me dijo, a mí qué me importa, le grité, y me tomé casi un litro de ginebra y si me acosté con alguien esa noche no me acuerdo. Desperté en el ómnibus de vuelta, ya de día, con la remera sucia de vómito. Tuve que pasar por la casa de Andrea para lavarme antes de volver a la mía. En la casa de Andrea nadie hacía preguntas: su padre estaba siempre borracho y ella tenía llave de su habitación para evitar que él se le metiera de noche. Cuando la visitábamos, era mejor quedarse en la cocina, el padre solamente entraba ahí a buscar más hielo para el vino.
En esa cocina juramos que nunca tendríamos novios. Juramos con sangre, cortándonos apenas, y con besos, en la oscuridad porque la electricidad no existía otra vez. Juramos pensando en el padre borracho, en qué íbamos a hacer si entraba y nos encontraba sangrando abrazadas; era alto y fuerte, pero siempre caminaba tambaleándose, debía ser muy fácil darle un empujón. Andrea no quería dárselo, era débil con los hombres; yo prometí nunca volver a enamorarme y Paula dijo que nunca se iba a dejar tocar por un varón.
Una noche, cuando volvíamos de Buenos Aires más temprano de lo normal, una chica se levantó de uno de los asientos adelante de nosotras, se acercó al chofer y le pidió bajar. El chofer frenó sorprendido y le dijo que no tenía parada ahí. Estábamos atravesando el parque Pereyra. A mitad de camino entre Buenos Aires y nuestra ciudad está ese parque enorme que alguna vez fue una estancia de más de diez mil hectáreas y que Perón expropió a sus millonarios dueños; ahora es una reserva ecológica que parece un bosque algo siniestro, húmedo, en el que apenas entra el sol. El asfalto lo divide por la mitad. La chica insistió. Muchos pasajeros se despertaron; un hombre dijo: «Pero adónde querés ir a esta hora, querida.» La chica, que era de nuestra edad y tenía el pelo atado en una cola de caballo, lo miró con un odio horrible que lo dejó mudo. Lo miró como una bruja, como una asesina, como si tuviera poderes. El chofer la dejó bajar y ella corrió hacia los árboles; desapareció en una nube de tierra cuando el ómnibus volvió a arrancar. Una señora se quejó en voz alta, «cómo la dejan sola a esta hora, le pueden hacer cualquier cosa». Ella y el chofer discutieron casi hasta que llegamos a la estación.
Nunca nos olvidamos de esa mirada y de esa chica. Nadie le iba a hacer daño, de eso estábamos seguras: si alguien podía ser dañino, era ella. No llevaba bolso ni mochila. Estaba vestida con ropa demasiado veraniega para el fresco de la noche de otoño. Una vez fuimos a buscarla: el novio de Andrea, el de la camioneta, no existía más en nuestras vidas, pero había otro chico, el hermano de Paula, que ya manejaba el auto de su padre. No sabíamos exactamente dónde había bajado la chica, pero no era tan lejos del molino —el parque tiene un molino estilo holandés que no produce nada, es una chocolatería para los turistas—. Caminando entre los árboles descubrimos senderos y también la casa que alguna vez había sido parte de la estancia. Ahora está recuperada, se puede visitar como museo y hasta se hacen fiestas de casamiento exclusivas, pero entonces nada más la cuidaba el guardaparque y parecía contener la respiración entre los pinos, secreta y vacía.
A lo mejor es la hija del guardaparque, nos dijo el hermano de Paula, y nos trajo de vuelta a casa riéndose de nosotras, las nenas bobas que habían creído ver un fantasma.
Pero yo sé que no era la hija de nadie esa chica.
Mariana Enríquez, fragmento "Los años intoxicados", Las cosas que perdimos en el fuego
2 notes · View notes
rcmoi · 4 years
Text
Las decisiones más difíciles son las que mejor nos hacen, porque son las que cuestan y por ende valen toda la maldita pena del mundo, sé que es una redundación pero ya no puedo permitirme a mi mismo ser igual, estar igual y sentir lo mismo; tal vez no lo entiendas, o si, pero la cosa es que agradezco a Dios por el año que viví, fue un año con muchos valles y muchas crestas, para ser sincero fue un año maravilloso, porque nunca antes había vivido y aprendido tanto por experiencia propia. Me conocí mejor, corroboré que yo soy más que suficiente, me enamoré, ame como nunca antes lo había hecho, me rompieron el corazón, me destrozaron al punto en el cual jamás imaginé que podrían hacerlo o incluso yo permitirlo, también hice nuevas y excelentes amistades, recaí en el basketball por los motivos equivocados, reestructure mis pensamientos, batalle por un amor, y vaya, aprendí que por mucho que luches por una persona no va a ser tuya ni te va a corresponder sí esa persona no esta dispuesta a abrirte un poco su corazón, su vida, a darte una oportunidad y de demostranos que tan feliz o no se puede llegar a ser juntos... También reconozco que me aferré, me aferré a algo que quería, me convertí en el Beta, deje mi fase y estado natural Alfa por ti, y bueno, conocí esa otra parte de mi. Hubieron y pasaron tantas cosas que veo que existe un balance en cada acción o desicion que tomé, corroboré la tercer ley de Newton eh xD jajaja, como sea; Inicie el año extrañando a Lety, orando y esperando que ella saliera del hospital y se pusiera bien, continue afrontando lo que anhelaba que nunca tuviera que pasar, su muerte, pero en un principio lo tomé muy tranquilo, pero en el fondo esa paz era porque tenía fé y confianza en que ella iba a revivir, ya lo había hecho en tres ocasiones en el pasado, e incluso de situaciones que aparentaban ser más fuertes que está... Pero no fue así, Lety si falleció y yo explote, cambié y todo a la vez, ya nada era como pensaba o lo veía, fue como abrirme una herida, pero no tenía tiempo de sanar, tenía que seguir con esa herida abierta esperando contener ese dolor y daño que podría provocar. Con el paso el tiempo, mis profesores me ayudaron a reunir dinero para poder apoyarme, empecé a enfocar mi mente en que no podía esperar o pasarme el rato sufriendo porque no me llevaría a ningún lado, Lety había muerto, no podía cambiar eso, pero que tonto fui, me lo dijo Landa: - "Rios, tómese el tiempo que requiera para vivir su duelo, porque sino después la va a sufrir, no va a ir bien en la escuela y se va a atrsar o ni a terminar va a alcanzar", sinceramente no la escuché demasiado porque yo estaba conciente de lo que había pasado, de que ya lo había aceptado y de que estaba continuando, porque yo no sufro como los demás, porque yo soy más fuerte y por eso el duelo no lo necesito y mirame; Landa fue mi oráculo.
Después apareciste tu, con tu hermoso cabello, tus ojos lindos y tu maravillosa sonrisa, llegaste a iluminar mi vida, a ponerle un poco de sabor, a recomponer mi sopa xD Llegaste y me escuchaste, me hiciste reír, me hiciste pasarla bien sin estar pensando todo el tiempo en mis problemas, y eso fue algo grandioso, con el paso del tiempo y a pesar de nuestra situación de "amigos con derechos" yo te empecé a querer de una manera anormal, no era lo que yo esperaba o planeaba por lo mismo del como habíamos quedado, pero wuao, eres única, eres especial eres increíble, y te empecé a querer, cada vez me interesa más por ti, cada vez entrabas más en mi mente y bueno te fuiste convirtiendo en una de las razones por las cuales quise intentar ser algo para ti y también tener algo contigo. Pero sabes, yo no quería presionarte ni forzar nada entre nosotros, quería que las cosas se fueran dando y eso lo haría más bonito y especial, poco a poco me empecé a enamorar de ti. Te quería cuando besaste a Azael, y ya estaba enamorado cuando te acostaste con tu ex, es por eso que lo perdoné aunque no tenía nada que perdonar, es por eso que lo supere y seguí contigo, hasta el punto en que estaba seguro de que te amaba. Después me dijiste que querías estar sólo conmigo y fue algo grandioso, me sentí super feliz, me emocione y estaba gritando y saltando de la felicidad, pero sólo trate de denotar calma y te respondí que yo también quería y te prometí fidelidad y darte tu lugar, después me respondiste con lo mismo, mis mismas palabras y eso hizo un Boom! 🤯 en mi interior, y me ilusione y decidí disfrutarte a cada minuto, a cada segundo, a cada instante y fui el hombre más feliz sobre la existencia infinita misma que existe. Ese mes y medio a tu lado fue estar en las nubes, en el paraíso en mi cuento de adas, fue hermoso y maravilloso. No sabes lo emocionado que estuve en tu cumpleaños y el que me permitieras pasarlo contigo fue simplemente increíble. Después de ese mes de en sueño vino la primer tormenta, tu ex novio apareció y lo jodido todo, desde que le contestaste, así de simple, desde ese momento todo se jodio, el resto no vale la pena contarlo porque resumiendo fue intentar que tu estuvieras conmigo, me puse a ti como opción, como plato de segunda mesa e incluso para cuando quisieras... sabes ahora entiendo lo difícil que es rechazar o hacer a un lado a la persona que amas pero debes amarte más tu para ser firme y seguir intentando algo que estaba funcionando y que se estaba dando, como sea, el hubiera es uno de nuestros mayores enemigos porque nos hace perder nuestro ahora, y bueno hasta este momento lo comprendo con total claridad y sabes, yo quiero avanzar y quiero seguir viviendo mi ahora, trabajar para lo que quiero lograr y cumplir mis metas, y así como yo lo quiero yo quiero desearte a ti que seas plena, que te realices y cumplas todo aquello que te propongas, que cada adversidad por la que pases seas capaz de hallar la bendición que viene disfrazada.
Y nada Jaqui, te amo, cuidate y se feliz.
-MR
7 notes · View notes
blablablaxcx · 5 years
Text
Bueno, siempre escribo cosas aquí en Tumblr a veces van dedicadas a ti, pero esta vez decidí escribirlo con la intención de que tu lo leas:)(aunque ya le recorte un poco de cosas porque estaba muy largo y no te quiero aburrir y aun así quedo largo xd)
Bueno pues con respecto a lo que la otra vez me dijiste que regresáramos pareciera que te evado  porque no te respondo,y disculpa es que mira te tengo que explicar, no es que no quiera regresar contigo, pues claro que me gustaría porque realmente como novio me encanto todo, todo,todo y de verdad te quiero, porque contigo podía ser yo misma te podía contar de todo o cualquier cosa y no me daba pena, además disfrutaba tu buena compañía, y pensar en un futuro contigo con Mike y Karely, cuando me tocabas la panza y decías que ahí iban a estar nuestros pequeños ¿Recuerdas? pero mientras sigas igual volveremos a terminar por lo mismo, mira es que de verdad te quiero, te quiero muchísimo sabes yo quiero que estés bien, no digo que no tengas problemas, sino que los superes,no te pido que me los cuentes, pues es tu decisión, busca ayuda  porque sólo no podrás, xq problemas todos tenemos pero ya por una sola vez en la vida date cuenta mira que no puedes estar así toda la vida, ya deja la depreeee, la vida es bonita después de todo, la vida no es tan hecho un asco como crees, solo necesitas una nueva perspectiva de ella.
yo no se cual aya sido tu pasado, y pues como su nombre lo dice pasado es, por estar con eso no disfrutas la vida.
Eres muy diferente a los demás por eso me enamoré de ti, yo no me enamoro de cualquiera  porque crees que no tengo novio aún y  porque te acepte a ti y no a los demás? Mi mamá me dijo antes que anduviéramos que cuando tuviera novio solo tuviera cuando lo quisiera de verdad, aún te quiero jeje :(  porque aún no me he enamorado otra vez, dirías tú, nunca te voy a superar JAJA, y es que quiero a un chico que me trate como tú,no me conformaría con menos, y ya te dije  porque no te acepto otra vez, quiero que mi chico esté bien en todos los sentidos para poder disfrutar la vida al máximo y estaría encantada que fueras tú, pero no sé tu que tan dispuesto estés a mejorar las cosas en tu vida a dejar ese pasado o todas las cosas que no te dejan estar al 100,  porque si te lo propones lo puedes lograr, lo comprobé cuando eramos novios cómo siempre me dabas lo mejor de ti, intentaste mejorar en varias cosas y lo ibas logrando, porque lo vi me di cuenta y valoro mucho eso la verdad, no se ni en que momento terminó todo lo bonito q teníamos
tu no estas solo ya te dije que si necesitas ayuda aquí estoy, te lo prometí ¿Recuerdas?como me dijiste el otro día ya te acostumbraste a estar así, pero puedes cambiar eso, siempre se puede por que somos seres humanos con esa capacidad de pensar y tomar decisiones, no fuimos creados como animalitos que solo actúan por instinto.
mejora esa autoestima que te va arruinando cada vez más la vida, que te hace sentir insuficiente, que nadie te quiere, porque yo si te quiero 
ademas ya no me cuentas las cosas como antes ( me gustaba leer todo lo que me decías, de tu familia,en el trabajo que a veces hasta me contabas detalles, en la escuela, lo que comías, de todoooo hasta de tus hermanos, ahora todo se resume a un ¿que haces? Y ya no se si no quieras platicar o que) a veces hasta siento que ya no me quieres hablar conmigo por eso ya no te mando whats,a veces siento que no te molesto, ademas tu no me mandas mensaje si no te mando, se que no es tu obligación, pero pues tal vez no quieras hablar conmigo y solo respondes por obligación o tal vez tengas a alguien más.
Y si por alguna razón regresamos, dime, y piénsalo bien, cuanto tiempo piensas o quisieras un año, dos, tres no lo se, o piensas salir con lo mismo así de repente cuando te canses o te aburras terminar, dímelo, quiero saber que piensas. Además a escondidas claro que podría pero cuales eran tus piensos,poco tiempo? Mucho?
no se cual haya sido la razón por la que tu estés como estés, que te sientas como si valieras nada, de que tu vida sea así, no se quien te daño tanto como para estar  así de triste todo el tiempo, que te haya quitado todo tu amor propio al punto que creas que no puedes hacer nada bien o que no creas las cosas buenas que ven en ti o pensar que no le importas a nadie, pero incluso aunque tu te veas así para mi sigues siendo el mejor, realmente eres un chico maravilloso, yo si creo que tu puedes ser un buen padre (pa los 10 niños aveda), un buen esposo, un buen hombre, un buen estudiante, claro que puedes, te conozco tal vez no al 100% pero pues estuve contigo el tiempo necesario como para saber que puedes pero por los problemas no sales adelante,lo se, que es difícil tener problemas en casa (no se cuáles sean en si tus problemas y no te preocupes no te pido que me los cuentes, te lo repito está bien si no quieres hablar de ello) además te lo decía no vivirás con ellos toda la vida, no has pensado que llegará el momento de salir de casa y formar una familia? y pues antes lo pensabas, acaso no te gustaba esa idea? Formar una familia completamente a la que tienes y una vida diferente, se que no piensas en eso en la condición que te encuentras hasta te ha de parecer una locura pensar que tu vida mejore,pero yo si creo que puedes, tu puedes!
Cuéntame que planes tienes, piensas en un futuro? Además vas a seguir estudiando?   se que tu piensas que de nada sirve un título, pero no sólo es el título en estos tiempos cuando se pone todo difícil y mucha gente no quiere estudiar los conocimientos adquiriste te sirven mucho, Y si puedes yo quiero que seas un hombre de bien y  para que mantengas a los 10 niños pues o que piensas? Con que nos vas a mantener? JAJA Además si hay trabajo obvio tienes que escoger una buena carrera échale ganas por los niños😊
He visto personas mejorar con la ayuda de Dios, se que tu no crees en el  porque hasta te burlas o tal vez creas que existe pero no te interesa saber de Él, pero te puedo decir por experiencia propia la armonía de mi hogar y como he mejorado desde que decidí buscarlo de corazón y como en mi casa hay puras risas la mayor parte del día,y si a veces hay problemas  porque te estaría mintiendo si te digo que no,pero se solucionan rápido, además he visto el milagro en otras personas como su vida da un giro completamente y las personas cambian, sólo te doy un consejo, búscalo y verás que tu vida cambia,  porque sólo el puede llenar ese vacío en tu vida. No se porque crees más en satanás y me contabas que hasta invocabas no sé que cosa, el sólo quiere destruir el alma, el mismo pone pensamientos de que Dios es malo para que no crean y se pierdan, tu siempre me decías que te ibas a ir al infierno  porque eso es lo que el hace creer, pero mientras estés vivo tienes oportunidad, tu no te irás para allá si no quieres,mira ya probaste eso y ves como está tu vida, mira como está la mía, porque no intentas con Dios? Él nunca te va a fallar y además el si te ama, el es el creador y te ama incluso desde que te estabas formando en el vientre de tu madre,yo se lo que piensas de Él que es malo  porque todo el sufrimiento que hay en el mundo, pero el no es el causante de esto, nosotros sufrimos las consecuencias del mismo pecado, si a veces Dios permite que pasen algunas cosas, a veces para que las personas lo reconozcan como Dios  porque si todo en la vida te va bien apoco te acordarías de Él?, a veces permite que pasen las cosas o enfrentemos adversidades con un propósito.
No crees que fue el quien permitió que nos conociéramos? De tantas personas en el mundo fuimos tu y yo,y realmente estoy completamente agradecida por conocer a alguien como tú <3. Tal vez yo soy tu regalo en esta vida aveda, tal vez permitió que nos conociéramos por algo, que en medio de tantos problemas yo estuviera contigo, y te repito El te puede ayudar pero sólo si tu lo permites,  porque somos libres de elegir, y no te obliga a nada, te lo digo x experiencia propia y ya vez yo igual como me sentía antes, igual a veces me sentía mal pues tal vez no como tu pero se lo que es estar normal y de repente sentirte triste,sin ganas de nada y a veces desear morir, pero ahora mi vida es mejor ya no quiero eso, porque sé que la muerte algún día llegará y por mientras nos toca aprovechar el tiempo porque quiero vivir la vida bien y no triste por eso disfruto cada momento.
Y no te he dicho que también te extraño como tu dices extrañarme, y si, extraño tus besos, tomarte de la mano, que me cuidaras al cruzar la calle, platicar todo el día contigo, incluso desvelarme hablando contigo aunque me estuviera muriendo de sueño, tus largos textos y tus abrazos largos que incluso podía y me gustaba escuchar los latidos de tu corazón,y es que yo no me aburriría de ti
a mi me gustaba tal y como eras, estoy convencida y creo que muchas chicas querrían tener a un novio que sea tan lindo como tú, porque mientras andábamos e incluso antes no tengo nada que no me haya gustado sobre ti, eras atento, me sabias escuchar, te preocupabas por mi, me encantaba tal cual eras, amaba cuando sonreías y saber que era por mi esa sonrisa que a mi me encantaba incluso cuando ni a ti mismo te gusta. porque yo te amaba incluso cuando tu no te amabas ni un poquito, porque me enamore de ti, de cada detalle, de cuando me abrazabas y besabas.
y siempre me encantaban tus detalles, tanto las cartas y los regalos aun cuando te decía que no gastaras en mi,que no era necesario, realmente me encantabaaaaaaaaan
eres valiente al continuar, la verdad admiro mucho eso de ti xq se que cómo estás y has pasado muchos momentos malos, se que hay dias que no quisieras levantarte, se que haces un enorme esfuerzo todos los días.
y realmente no te mereces todas las cosas malas que dices merecer, cariño tu mereces lo mejor del mundo, realmente me gustaría estar contigo si x mi fuese no hubiésemos terminado, si te das cuenta nunca amenacé con terminar en ninguna situación xq yo nunca quise eso. incluso después de un tiempo imaginaba que abría sido en un futuro contigo tu y yo juntos mientras un pequeñín corría x toda la casa grande de la que hablábamos. Y si me imaginaba contigo una familia, una buena familia, y tu también serias un buen padre eeeh:)
no se porque creías que la pasaría mejor sin ti, no me viste como quede después que te fuiste, asu como te extrañaba si no me hubiese dolido tanto o si no te hubiese llorado hasta que ya no podía mas, podrías decir que no te quise de verdad, o que nadie te quiere, realmente eres importante para mi, no se xq nunca te entro en la cabeza que tu eras el único con el que yo quería estar
No se si de verdad me quieres tanto como me decías,o sólo me extrañas y por eso me decías que querías regresar, si de verdad me quieres demuestralo,ahora que estas a tiempo, como tu mismo me dijiste somos jóvenes aun y tenemos una vida por delante,  hazme tu Sheccid a veda:(   (por si no te acuerdas,esa mujer que impulsó a aquel prisionero a ser mejor por ella, a salir adelante por ella y por su amor) ya sé leo mucho, mi amiga me lo repite siempre
Y la verdad me molesta cuando subes algo de que no vales nada o así,para mi sigues siendo todo, si pudieras verte como yo te veo jamás volverías a sentirte así.
Y bueno sólo hay una razón por la que no he podido regresar contigo:( aunque quiera ahora no puedo:( pero estaría encantada:( no puedo decirte xq cuando lo hagas lo tienes que hacer de verdad y no por alguien.
En resumen quiero que sepas que no estás sólo, estoy contigo y que aquí hay alguien que te piensa, que se preocupa x ti, para mi sigues siendo el mejor, sigo creyendo que eres genial:) aún te amo mi pequeño:(❤ (aunque ya no seas mio)
PDT: la verdad si te tenia agregado antes que me dieras tu número de nuevo jaja nunca te elimine solo que no te tenía en whats esq me ponía triste ver que estabas triste o tus estados tristes, siempre que te ponias mal yo también me ponía triste, porque te amaba, no se xq pero siempre me preocupaba por ti, porque me importas, me importas ami y que importan los demás?
Y no sabes cuantas veces estuve en tu chat en facebook y hasta te escribia pero me arrepentía y eliminaba el mensaje antes de enviarlo
PDT 2:Se que ya no tiene caso decirte todo esto, pues has de querer a tu otra ex jaja pero bueno aunque sea ya sabes que aquí hay alguien a quien si le importas en este mundo
12 notes · View notes
Text
Siempre es hoy.
Nos quisimos tanto y no funciono ¿qué fue lo que paso?  Sin nada más que hacer y sin quererlo, te di todas nuestras fotos, hasta en las que no me gustaba como salía, estuviste semanas pidiéndomelas, te las di al fin.  Te devolví las frases que me dijiste y te deje que te llevaras todos los versos que escribí para vos, siempre fueron tuyos.  Leí por última vez la carta que me dejaste antes de irte que guardaba en mi mesa de luz para sentirte más cerca y la puse en el baúl de los recuerdos.  Olí tu perfume otra vez, ese con el que te presumí orgullosa que era como oler la felicidad.  Abrace tu buzo, el que me dejaste para recordarte. Un pedacito de vos con el cual llevabas historias y aventuras a cualquier lugar dónde lo cargabas. Le prometí que cuando me sintiera un poco mejor lo cargaría yo también, lo llevaría de viaje y viviría muchas aventuras más, pero por mientras quedaría guardado en el lugar más recóndito que encontré en mi armario.   Era todo, ahora sólo faltaban los recuerdos, eso me iba a llevar mucho tiempo más. Ni siquiera estaba segura de querer olvidarlos, porque me gustaban y eran de las cosas más preciadas que tenía. Tu sonrisa y cómo se te arrugaban las mejillas cuando aparecía, tus ojeras que eran una marca personalizada en tu cara, tu abrazo en dónde me sentí refugiada y protegida, tu mano aferrada a la mía tan fuerte como pidiendo indirectamente que no me vaya, tu mirada perdida y chinita cuando te gritaba te quiero sin que lo esperaras, el deseo de que nunca te fueras y mis lagrimas perdidas que salían oportunamente cuando estabas distraído, porque recordaba que se iba a terminar y tarde o temprano te ibas a ir, tanto física como emocionalmente.  Te amo y no me apena decirlo aunque vos no sientas lo mismo, te amo porque me revolucionaste, te amo porque llegaste, te abriste paso y me sacaste todos los miedos. Te amo porque me ensañaste lo que es el amor verdadero, sin limites ni excusas como la distancia o el tiempo. Te amé, te amo y probablemente te amaré mucho tiempo más.  Te impregnaste en mi, en mi piel, en mi ser. Me enamoré de tu mente, de tu forma aparente de andar por la vida sin esperar nada, aunque luego te dije que la odiaba.   Perdón por no saber esperar, perdón por dejarme llevar por mis emociones, perdón por lastimarte.  Ahora ya no nos queda nada más que despedirnos, de verdad espero que sigas progresando, yo sigo pensando que sos una persona maravillosa a pesar de todo. Y tranquilo, es mentira, si quiero volver a verte pero no ahora ni en mucho tiempo porque sé que si lo hago, con un abrazo y sin quererlo vas a revivir todos los sentimientos lindos que te guardo.  Ojalá en otro momento podamos cambiar el final de esa historia, de esta historia. Te amo, hoy, y siempre es hoy. 
31 notes · View notes
Text
Mi único rascacielos
La mayoría de mis noches he tenido pesadillas, las cuales podía recordar perfectamente. Pero lo curioso eran las noches buenas, siempre he soñado con lo mismo, bueno, o eso creo, porque apenas puedo recordarlos al día siguiente. Pero la sensación al despertar era mágica, como si ese día fuese a poder con todo, esos días me sentía fuerte de verdad. Si algo sé con total seguridad es que soñaba con un lugar, un lugar en lo alto de un rascacielos enorme, muy muy enorme, un paisaje idílico. Y me moría de curiosidad por verlo algún día, estaba segura de que existía. Por un tiempo me había conformado con imaginarlo. Ha sido hasta divertido, diferentes colores, vistas, sonidos, excepto el olor, el olor siempre es el mismo. Pero ya no aguantaba más, necesitaba encontrarlo. Incluso estuve un tiempo buscándolo, pero no había suerte. Diría más bien que ha habido la peor suerte posible. Llevo años entrando en los edificios que me llaman la atención. Las subidas eran todas distintas, pero acaban igual, igual de mal. Duraban meses, algunas llegaron a durar años. Al principio entraba con la esperanza de que fuera el correcto, incluso en mi cabeza lo era, aunque realmente no tuviera nada ver. Entraba a ciegas, y empezaba a subir las escaleras sin abrir los ojos, solo quería ver el paisaje a lo alto, ¿qué más daban los escalones? Siempre recordaré todas las caídas, pero las primeras fueron tan absurdas... ¿Cómo no iba a caerme si iba a ciegas? Aunque, ¿cómo iba a imaginar yo que los escalones acabarían de repente, sin ningún aviso? En ningún momento esperaba empezar a caer sin más. Y las caídas me enseñaron a abrir los ojos. Las caídas generalmente son rápidas y dolorosas, pero estas solo fueron lo segundo. De rápidas no tuvieron nada, cada caída se hizo eterna, sentía que nunca iba a tocar el suelo, y el aire se acababa por el camino. ¿O quizás era yo intentando dejar de respirar para dejar de sentir? Pero el aire nunca se terminó del todo antes de llegar al suelo. Nunca entenderé por qué siempre he sido tan débil, nunca entenderé por qué siempre tardo tanto en levantarme. Y lo peor era cuando me daba cuenta de porqué había tardado tanto en llegar al suelo: había caído más abajo de donde empecé a escalar. Vaya frustración... Incluso empecé a conformarme con entrar a edificios que solo con verlos sabía que no eran el correcto, no eran lo suficientemente grandes. Pero estaba tan perdida... Que a saber... Por probar... De los últimos que recuerdo ni siquiera conseguí disfrutar un solo peldaño, iba con los ojos tan abiertos que no podía dormir y empecé a delirar, comencé a ver cosas entre los escalones, veía mis propias pesadillas en ellos, pero ya no estaba soñando, ¿era real? Algunas sí, la mayoría acabaron siendo realidad, así que ni siquiera quise esperar a subir hasta el final para caerme, directamente me tiraba por la barandilla, total, mientras antes empezase a caer, mejor, o eso he pensado siempre. Pero lo peor de todo vino cuando empecé a olvidar mi sueño, ya no recordaba absolutamente nada de lo que sentía al ver el paisaje, se había desvanecido por completo, y la desesperación me invadió, si no lo encontraba antes de olvidarlo nunca podría llegar a saber si existía o no de verdad. Y entonces encontré un nuevo rascacielos, tenía un color cálido e irradiaba calor, parecía tan difícil de escalar, y a mi me quedaban tan pocas fuerzas... pero lo intenté, "La última vez" me prometí. Abrí la puerta, fue bastante fácil, pero un ráfaga de aire hizo que se cerrara de golpe detrás de mi, y ese portazo retumbó en mis oídos durante toda mi estancia allí. Hacía muchísimo frío, es cierto lo de que las apariencias engañan. Y el olor a cerrado, como si nunca nadie hubiese querido abrir esa puerta, me hizo pensar que era una mala idea. Pero mi instinto ya no me guiaba, nunca me había ayudado. Los escalones estaban rotos, llenos de baches, de cristales, me destrozaron los zapatos. Acabé descalza, clavándome todo lo que habia a mi paso, pero no podía rendirme, era mi última vez... Me dolían tanto los pies que empecé a subir a gatas, rompiéndome del todo las rodillas, los codos, las manos, pero al menos esas heridas me hacían sentir algo diferente a ese maldito frío que hacía. Y mis gritos de dolor acallaban el insoportable eco del portazo. Y prefería ese dolor a congelarme. Hasta que el dolor me hizo perder el conocimiento. Y me desperté, la realidad es que apenas habían pasado treinta minutos, pero yo pensaba que había estado allí tirada semanas, y de repente sentí todo aquel caos como mi hogar. Quizás todo ese sufrimiento era el principio de mi paisaje idílico, quizás era todo lo que merecía, quizás yo me había construido todo eso para mi, y me enamoré del frío, me enamoré del eco retumbando en las paredes de mi cerebro. Me enamoré del olor. Seguí subiendo, si ese lugar estaba hecho para mi, si eso era todo lo que merecía, quería conocerlo a fondo, y subí cegada por mi amor al dolor, un amor que me estaba matando sin yo darme cuenta. Y entonces pude ver el último escalón, a unos veinte de donde yo estaba, y entre lágrimas causadas por el cansancio, sonreí, por fin lo había encontrado. Tras esa veintena de peldaños estaría el paisaje de mis sueños, después de tanto tiempo... Antes de verlo quise ver por última vez todo lo que había tenido que pasar para llegar hasta allí. Me giré y mire hacía abajo, pude ver todo manchado de mi sangre, mi sudor y mis lágrimas. Y de repente el eco dejó de retumbar, el frío desapareció. Algo no cuadraba... No sentía nada, no escuchaba nada, no olía a nada. El olor, ¡eso era! Lo único que habían tenido en común todos mis recuerdos respecto a mi sueño era el aroma, y si estaba tan cerca de verlo todo, ¿por qué aun no podía percibir ese olor? En el mismo instante que me di cuenta de aquello, un escalofrío cargado de pánico recorrió desde la punta de mis dedos de los pies hasta el último rescaño de mi cerebro. Y miré hacia arriba, los escalones empezaron a distanciarse entre si, ya no podía ver el final, cada vez eran más anchos, intenté correr desesperadamente hacia a lo más alto, no sabía que tenía tantas fuerzas dentro de mi, pero el suelo se iba desvaneciendo bajo mis talones, todo se estaba convirtiendo en polvo, me agarré a la barandilla con los ojos cerrados, era incapaz de mirar hacia abajo, no quería asumir la caída. Pero acabé mirando, y mientras mis dedos se escurrían por el sudor de mis manos, pude ver un vacío sin final alguno, era imposible que sobreviviese a esa caída. Y lo agradecí, más que nada en el mundo, así que me solté, me dejé caer, si era todo, quería morir ya. Y en la caída pude ver todo de nuevo, cada uno de mis errores, cada tropiezo, cada rendición, cada falsa esperanza... Escuché todos mis gritos, toda mi desesperación. Hasta que la falta de oxígeno me ahogó, y se creó un silencio tan pacífico... que solo pudo ser interrumpido por el sonido de mi cabeza contra el suelo, que fue lo último que pude oír antes de un pitido eterno. El pitido de mi muerte. ¿Todo había acabado? Y mientras descansaba en el suelo, muerta, o eso creía, pude volver a verlo, volví a soñar con mi paisaje. Joder, era precioso. E inspiré fuerte, el aroma inundó mis pulmones, ese aroma inconfundible... E inspiré cada vez más fuerte, lo sentía tan real... tan real que sentí un escalofrío. No podía ser, abrí los ojos, seguía viva, y mis pulmones estaban realmente llenos de ese olor. Y me di cuenta de que mi cabeza nunca se había golpeado contra el suelo, estaba flotando en un lago, nunca llegué a morir... Y nadé hasta la orilla, estaba entumecida, tenía hambre y me dolía todo el cuerpo, mis heridas seguían sin cerrarse. No había nada más que árboles y el lago, no sabía donde ir, así que seguí el aroma, me hacía sentir esperanzas. No tuve que andar mucho, pero lo que vi al llegar me decepcionó, como no... otro enorme rascacielos... No podía negarlo, era el más bonito que había visto nunca, me quedé horas mirándolo embobada, sentada descansando apoyada en un roble cercano y apreciando su belleza. Las puerta eran imponentes, y se veía tan limpio, como si nunca nadie hubiese sido capaz de entrar antes... Pero yo no iba a ser la primera, lo tenía claro, me negaba completamente a entrar, ya sabía lo que pasaría, y no quería volver a sufrir. Aunque la tentación del aroma me llamaba. ¿Y si me la jugaba una vez más? ¿Otra última vez? Un ataque de ira me invadió, cogí una piedra y reventé una de las ventanas. Tomé prestado uno de los cristales rotos y entre lágrimas supe lo que tenía que hacer. Iba a suicidarme, iba a acabar esa tentación de volver a ponerme en peligro otra vez. Y cuando posé el cristal en mi muñeca, las puertas se abrieron de par en par. Una brisa agradable me rodeó, el olor era más fuerte que nunca, y una suave música me calmó el corazón. Dejé caer el cristal, me asomé con mucho miedo, pero si algo aprecié enseguida, es que si ya era precioso por fuera, no creo que pudiese hallar suficientes palabras bonitas para describir como era por dentro. Me dejé llevar, me enamoré de aquel edificio al que le había roto una ventana y aun así me abrió sus puertas y me acogió con todo el calor del mundo. Entré, había un millón de habitaciones, sentía que quería conocerlas todas, y sabía que me llevaría muchos años poder hacerlo, pero por primera vez no me aterró la idea de vivir muchos años. Porque quizás valía le pena. La primera gran diferencia con las demás veces, es que la puerta nunca se cerró después de que yo entrara, siempre permaneció abierta, era yo quien la cerraba para mantener su calor. La ilusión y la emoción me invadió tanto que por un tiempo olvidé el miedo. Empecé a explorar mi nuevo hogar, con calma, no quería perderme ningún detalle de ninguna habitación, había tanto por descubrir... Y con cada cosa que aprendía también aprendía algo de mi, algo bueno de mi, nunca imaginé que yo tenía cosas buenas. Sentía que durante el día estaba viajando por todo el mundo, conociéndome a mi misma, convirtiéndome en una mejor versión cada día, y por las noches, salía a la sala de estar y me acostaba delante de la chimenea, dejando que su fuego sanara mis heridas mientras descansaba, mi corazón se estaba llenando de calidez... Todo era perfecto, hasta las habitaciones que no me gustaban redondeaban más esa perfección... Era la primera vez que no me congelaba dentro de un edificio. Pero hace unas noches, tuve una pesadilla, una de mis antiguas y horribles pesadillas, empecé a gritar en sueños, a hacerme daño sonámbula, y el fuego de la chimenea se asustó, e intentó ayudarme, pero cuando abrí los ojos, pensé que solo intentaba quemarme y acabar conmigo, pensé que otro rascacielos iba a destrozarme, e intenté defenderme, pero al luchar contra el fuego que me había estado protegiendo, me quemé, empecé a arder, y salí corriendo de allí, corrí hacia el lago y me sumergí, dejé que el agua apagara el fuego que me rodeaba y fue entonces cuando me di cuenta de que ese fuego no me había provocado ninguna quemadura, y que a partir de ese momento solo iba a sentir frío. Se acabó la calidez. Se acabaron los paseos por las habitaciones. Solo quedaba el aroma en el aire... El aroma que iba a inundar para siempre mi cabeza de buenos recuerdos, recuerdos que yo misma había manchado por miedo a que se mancharan... absurdo, ¿no? Me quedé inconsciente, hundiéndome en el agua, se había vuelto a acabar todo... No...me negaba, desperté y empecé a nadar, salí del lago y con las pocas fuerzas que me quedaban me dirigí hacía mi precioso rascacielos. Pude observar como habían estallado los ventanales, pero no había cristales por fuera. También había perdido algo de color, ¿yo le había hecho todo eso? Él solo había sanado mis heridas y yo le había fallado así... Intenté abrir la puerta, pero estaba atascada, me había quedado fuera, me lo había buscado yo sola al huir de mi hogar. Estuve horas delante de la puerta. Y empezó a nevar, empecé a congelarme fuera. Me resguardé a la sombra del roble, hasta que amaneció, y comprendí que la noche anterior había perdido lo que llevaba años siendo mi sueño. Y volvió todo el dolor y la tristeza, y ahí fue cuando noté que si había sido realmente feliz allí dentro, y que si nunca volvía ese felicidad, era porque me lo merecería, pero esta vez no pensaba rendirme en lo que me hacía feliz. Esta vez iba a luchar. Y si esas puertas nunca más se abrían, al menos había podido cumplir mi sueño de ver ese paisaje idílico un tiempo... Y así llevo desde entonces, luchando de día y descansando en mi roble de noche. He aprendido que en un lugar idílico los escalones están fuera, y no dentro. Y voy a subir los que hagan falta para restaurar mi edificio. Y no voy a negar que tengo miedo y muchísimo vértigo, pero los recuerdos y el aroma me mantienen cuerda, quedan tantas habitaciones por descubrir, y me queda tanto bueno por aprender de mi misma allí dentro, que el día que la puerta se abra, pienso entrar y cerrar tan fuerte que voy a dejar todos mis fantasmas fuera. Y hoy hace muchísimo viento, así que voy a resguardarme en mi roble, que por el momento, es mucho más fuerte que yo. Gracias, mi rascacielos, por ser mis cimientos y hacerme una guerrera, gracias por reflejarme lo mejor de mi en cada uno de tus espejos.
Enciende la luz.... 
4 notes · View notes