Tumgik
#un cuadro con anteojos
dokebeto · 8 months
Text
10 de octubre, 2023.
Hace unos días que no me detengo a pensar o sentir, claro que siento todos los días pero no soy consciente de ello, hoy fue la excepción.
Quizá ayer estaba chipil y quizá hoy también y por eso memoricé todo nuestro abrazo. Me gustó muchísimo, por cierto.
Me gustó verte por ahí con tus anteojos nuevos, me encantó verte ver las cosas, cómo si fuera un mundo nuevo por descubrir y quizá lo sea.
Quizá ya lo sepas, pero me gusta repetirlo y ciertamente no me canso de decirlo, me pareces la persona más maravillosa de este universo y de cualquier otro que pueda existir.
Cualquier aspecto y hasta el más mínimo, tu cabello, tus anteojos, tu pantalón gris de cuadros, tu banda para el cabello color blanco, tu voz y mil un detalles más que podría observar por muchísimos años.
Gracias por estar aquí, por ser tú, por permitirme ser yo y así poder ser dos, te quiero mucho, te amo mucho, te pienso mucho y te adoro mucho.
A.
2 notes · View notes
kaylaandvictoria · 2 years
Text
Más cambios en la moda y la sociedad: posguerra, 1950, 1960 y 1980
En el último post hablamos de la guerra civil española. Específicamente, hablamos sobre el efecto de la guerra en la moda. La moda para mujeres y niños cambió. También la ropa de los militares era única. Después de que terminó la guerra, Franco fue el dictador y la moda volvió a cambiar. En las décadas de 1930 y 1940, las mujeres cambiaron su moda y maquillaje. Sus vestidos eran siluetas largas con colores oscuros. Esto fue influenciado por los movimientos artísticos de la época. Por ejemplo, el surrealismo era tan popular. Las mujeres también comenzaron a usar trajes con pantalones del guardarropa masculino. Esto se inspiró en los movimientos de sufragio porque las mujeres querían igualdad. Todavía era raro que las mujeres usaran pantalones, chaquetas y trajes de falda, pero era una idea nueva en la moda.
Tumblr media
Luego, en la década de 1950, los cambios en la sociedad afectaron a la moda y a los futuros diseñadores famosos. Hubo un cambio en la moda tanto para hombres como para mujeres. Los estilos tenían diferentes colores y eran más versátiles. Después de la guerra, la sociedad volvió a la vida cotidiana normal. La gente quería olvidar la guerra y el sufrimiento. Las mujeres volvieron a sentirse bellas y seductoras. La década de 1950 fue el comienzo de la era del diseño de moda. Las nuevas tendencias reflejaban a la mujer segura y elegante. Por ejemplo, Christian Dior se centró en devolver el glamour y la belleza de las mujeres porque se había ido durante la guerra. Los vestidos eran lo más popular. Los vestidos resaltaban la cintura. Algunos vestidos tenían un estilo ajustado y otros tenían una falda acampanada pero con la espalda abierta. Esto también se usó con corsés hasta principios de la década de 1960. El largo de estas prendas era por debajo de las rodillas porque las faldas cortas y los vestidos eran irrespetuosos. Algunos hombres los compararon con trajes de baño.
Tumblr media
Luego, a mediados de la década de 1950, los pantalones para mujeres se hicieron más comunes debido a su lucha por la igualdad. Para los zapatos, los zapatos de tacón simbolizaban la elegancia y el dinero. Los collares y pulseras de perlas también simbolizaban la riqueza. Otros accesorios fueron sombreros anchos, guantes y anteojos de colores. Para los hombres, James Dean y otros actores influyeron en la moda. Los jeans y las chaquetas de cuero eran populares. Entonces, los hombres ricos usaban trajes formales, pantalones a rayas o cuadros, chalecos, corbatas, camisas de algodón y pañuelos.
Tumblr media
Más tarde, en la década de 1980, España se volvió más moderna. Se comenzaron a usar hombreras y había atuendos con colores brillantes y formas únicas. La década de 1980 fue una época de rebelión y la gente se vestía con diferentes estilos. Las mujeres usaron minifaldas con diferentes tipos de telas, jeans ajustados, pantalones de cintura alta y medias. Este estilo marcó una época que se recuerda e incluso se recupera 40 años después. Zara, una marca española, presentó una colección de ropa inspirada en la década de 1980 en la primavera de 2021.
Los recursos:
La moda en los años 30-40  https://www.trendencias.com/disenadores/la-evolucion-de-la-moda-durante-el-siglo-xx-iii-de-1930-a-1940
2.  Balenciaga en los años 50
Moda en los años 70 y 80 https://www.diariodesevilla.es/sociedad/moda-Espana-anos-80_0_1733527420.html
3 notes · View notes
cchiroque · 1 year
Text
La entrevista perdida de Anita Mariátegui
Por Rodrigo Núñez Carvallo
uno
Recordaba aquella conversación con pelos y señales, pero no tenía idea de su fecha. Sería en los setentas, pero sabe dios en qué año. Un día acudiendo a la librería Minerva de Miraflores pasé casualmente en busca de un lapicero de tinta líquida y me quedé conversando con la cajera. Buenas tardes, Anita, saludé con mi mejor sonrisa antes de pagar mi pluma Esterbrook. La señora de anteojos me reconoció enseguida y con un lejano acento italiano contestó: Hola, cómo estás, cómo esta tu querida madre. Tras el protocolo de rigor y una rebaja en la lapicera, una idea loca se me incrustó en la cabeza. Anita ¿Puedo irte a visitar y hacerte una entrevista? Con todo gusto, me replicó un poco extrañada. No faltaba más ¿Eres periodista? inquirió. Sí, mentí. En verdad yo por entonces era un muchacho con muchas inquietudes y casi ningún rumbo. Pásate el jueves a las cuatro de la tarde por mi casa de Alcanfores. Apunté la dirección con mi flamante estilográfica y me despedí.
Yo conocía a Anita desde niño. Mi madre cada vez que salía de compras conmigo aprovechaba para hacer una estación en Minerva y proveerse de blocks, cartulinas y fardos de lapiceros que iba perdiendo en el camino. Luego de escoger sus útiles pasaba por caja y conversaba con ella. Si había mucha clientela Anita dejaba una encargada en la máquina registradora, y nos hacía pasar a una estrechísima habitación, más bien un recoveco, en medio de estanterías, cajones de impresos y pilas de papel. A veces me regalaba unos crayones y unas hojas bond y yo me ponía a pintar para no interrumpirlas. Allí me enteraba de todo mientras mi mano discurría sobre el papel. De los cuatro hijos que tuvo con su marido, y que debió asumir sola con la muerte prematura de este. El mayor quiere ser político y anda en contubernios con Belaúnde, señaló con gesto de reprobación. Los intermedios no tienen ningún interés intelectual a diferencia de su padre y andan en negocios, pero el último es mi esperanza, Javier. Está estudiando medicina y quiere ser psiquiatra. Mi vida no ha sido fácil para mí, amiga, aunque mi familia tenía dinero gracias a las importaciones de café. Nací en Lucca, en medio de la Toscana, y estudie en Siena y en Florencia, pero a los doce perdí a mi madre y a los dieciséis a mi padre. Sin embargo, tuve la suerte de quedar a cargo de un tío que me permitió entrar en el liceo y proseguir luego mi educación con clases particulares. Me sé La divina comedia de memoria, presumió:
Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura
ché la diritta via era smarrita.
Cuántas veces el camino está perdido. Yo era una jovencita cuando lo conocí y me admiraron su inteligencia y su calidez. Su cojera nunca me importó porque creo que a él tampoco. Tras casarnos vivimos en Roma donde nació mi primer hijo, en Vía della Scrofa 10. Fueron diez fértiles años que pasé a su lado. Qué momentos, y creo que lo más difícil fue aceptar que le cortaran una pierna, la que tenía buena. Aquella vez fue la única en mi vida en que lo vi llorar. Llevaba la enfermedad estoicamente. Luego le cortaron la otra pierna y los últimos días de agonía en la clínica Villarán fueron espantosos. Baldado como estaba, unas fiebres persistentes lo hacían delirar.
En ese momento comenzaron a bajar las rejas de la tienda y Anita se disculpó. Me vienen a recoger, adujo y salimos a la puerta. Un enorme Chevrolet con chofer la esperaba para llevarla a su casa a pocas cuadras.
dos
El día convenido toqué discretamente la puerta de Alcanfores y me hice acompañar con un amigo para que tomara algunas fotos que luego se velaron. Anita salió a recibirnos y con paso lento, tenía casi ochenta años, nos guio hacia los interiores de la casa de estilo Tudor. Era bonita pero un poco oscura, a pesar de los muros blancos escarchados. Decenas de recuerdos tapizaban mesas y paredes. Cuadros y libros por doquier. Una soledad vespertina recorría los corredores y nos sentamos primero en un vestíbulo al pie de una galería de fotografías. Esta imagen fue tomada en Roma en 1919, aquella es de su viaje a Berlín, la de más arriba de su estancia parisina, esta otra del Congreso Socialista de Livorno de 1922. La escuchó atentamente: el mundillo intelectual y político limeño le quedaba estrecho y por eso aprovechó el destierro al que lo sometió Leguía, para mirar el Perú con otros ojos. En Europa se encontró a sus anchas. Recorrió museos, bibliotecas, leyó mucho en francés, en alemán y en italiano, conoció a un sinnúmero de escritores y se puso al tanto de los movimientos políticos de la época. No olvidemos que el mundo por entonces era un laboratorio de revoluciones.
¿Conoció a Gramsci? Sin duda, en el Congreso de Livorno de 1922, en plena ascensión del fascismo y trabaron una fugaz amistad. Tras escucharlo atentamente al final de una conferencia sobre la crisis mundial se le acercó, y conversaron sobre el papel de la cultura en la revolución. Quizás hubo una suerte de rápida identificación entre ambos porque estaban aquejados de la misma enfermedad: tuberculosis a los huesos. Pero mientras a mi marido le afectaba básicamente una de sus piernas, Gramsci sufría de una grave deformación de la columna y caminaba un poco encorvado. Yo supongo que la distancia esfumó poco a poco la relación entre los dos, porque al año siguiente regresamos al Perú y mi marido él se hizo cargo de las Universidades Populares González Prada y comenzó a asesorar los primeros sindicatos.
Le pregunto por la biblioteca y me hace pasar a un habitación amplia e impecable donde no cabe un libro más, pero que mantiene el orden y la pulcritud. Acá vienen a veces los estudiosos de su obra y se quedan temporadas, me refiere. Saber qué libros leía un autor da pistas para saber de su pensamiento, añade. Pero no son los únicos libros. En dos habitaciones del segundo piso hay más. Subimos las escaleras de dos tramos y nuestros pasos crujen sobre las viejas maderas. Ese es el escritorio que usaba, amplio y de cedro, y fue requisado tres veces y llevado a la Intendencia. Todavía sobre él se conserva alguna pluma, el secante, los tinteros y el cartapacio de franela sobre el que escribía a mano. Más allá una vieja máquina Underwood espera aún a que su dueño la percuta con sus ágiles dedos. En ella escribió Los 7 ensayos, los artículos para la revista Labor y los editoriales y notas de Amauta. Desde Italia mantenía la idea de fundar una revista cultural que originalmente se iba a llamar Vanguardia. Ahora lo recuerdo. Una tarde en el patio de la casa de jirón Washington en una de esas reuniones informales con amigos y camaradas estaban discutiendo el proyecto de una revista. ¿Y si fuera un nombre en quechua? Al instante mi marido y Sabogal corearon: ¿Y por qué no Amauta?
En una esquina distingo la carátula enmarcada del primer número de aquella publicación precursora. con esas letras escalonadas y el ícono de un indígena. Se la mandó a hacer a José Sabogal, el famoso pintor indigenista.
Él solo quería descubrir el Perú oculto de los obreros, de la masa indígena y a base de tenacidad va labrando un movimiento popular que tiene como voceros a las revistas Labor y Amauta, como brazos a la CGTP y como cerebro al Partido Socialista. Él no crea ningún partido Comunista. Es Ravines quien a su muerte le cambia de nombre inconsultamente, dice Anita con cierta aflicción. ¿Y recuerdas la fundación del PS, Anita? Sí, aquel 7 de octubre de 1928 salió de la casa emocionado, lo ayudamos a subir al carro del doctor Valega y partió hacia Barranco. La reunión clandestina era en un corralón de la avenida Piérola, de propiedad de Bernardo Rejmann quien en esa cita fue elegido tesorero del partido. A Ricardo Martínez de la Torre, un primo de Haya, le correspondió la secretaría de propaganda y a mi marido, la secretaría general. A dos obreros, Avelino Navarro y Manuel Hinojosa, se les encargaron los asuntos sindicales.
Mi casa de Washington siempre estaba llena de gente. Mi marido se levantaba temprano y en la mañana trabajaba en su escritorio. Escribía, consultaba libros, revisaba su correspondencia, leía, o simplemente pensaba en sus textos mirando las plantas del patio. Tras almorzar y jugar con los niños recibía a decenas de obreros, campesinos, estudiantes, artistas e intelectuales y él siempre en su silla de ruedas. Las reuniones se prolongaban hasta las nueve o diez de la noche al calor de discusiones literarias, políticas y filosóficas. No me quiero olvidar, tengo aún grabada en la cabeza la visita que nos hizo un señor puneño vestido de indio. Según decían era abogado, y hablaba el castellano perfectamente pero prefería el quechua para comunicar sus emociones. ¡Richkay, richkay! repetía en la lengua de los incas ¡Despertad, despertad! Ezequiel Urviola se llamaba. Poco tiempo más tarde nos enteramos de que había comandado una rebelión indígena en Puno, sofocada cruelmente por Leguía. Pobre hombre, exclamó mi marido, y encima han desaparecido su cadáver. Ojalá que su legado espiritual permanezca eternamente, sentenció tristemente.
La casa tiene un eco extraño, como si algún personaje misterioso la habitara, Los techos a dos aguas le dan un aspecto conventual y tétrico a la vez. Alguna memoria extraña está clavada en el ambiente. Ven un ratito, me dice Anita y me hace pasar a una recámara. Sobre una mesa descansa una máscara mortuoria. Sí, es él, dice la viuda. Allí está la nariz india que heredara de su madre, doña Amalia Lachira a la que quise mucho, sus párpados anchos, la afilada esquina de sus pómulos azules. Sí, es él. Pero ahora ya no está enfermo, está libre y fluyendo por el éter, ya no convalece en Chosica, ni le tengo que prohibir que asista al mitin del primero de mayo porque tiene 41 grados de fiebre.
Me acuerdo que me hacía ponerle en el gramófono discos de Beethoven, y algunos aires populares. Le gustaba también dibujar. Me contaba que había asistido a Bellas Artes como alumno libre antes de su viaje a Europa. Su pulso era magnífico y ello se expresaba en su bella letra. Era un artista sin duda y también escribía poesía, pero no la enseñaba. Lo distraía de su vocación política. Se prefería como ensayista aunque alguna vez publicó unos versos en una revista llamada Poliedro. Pero no era un buen poeta, confiesa Anita con cierta timidez.
Necesito cambiar la rosa roja que siempre acompaña a la mascarilla, obra del escultor Ocaña. Apenas te vayas cortaré una del jardín...
tres
De regreso a casa transcribí la entrevista rápidamente y se la mandé a un amigo que dirigía una revista efímera, sin ninguna certeza de que fuera publicada. Cuando tuve un ejemplar en mi poder corrí a enseñársela a mi madre. Ella la leyó con atención y luego comentó: Te faltó relatar los años terribles que vivió Anita tras la muerte de su marido. La acusaban de comunista, de disociadora y tenía por delante alimentar y educar a cuatro chicos. Trabajo no le iban a dar nunca, así que con la ayuda de su cuñado Julio César fundó una pequeña librería en Barranco. En esos tiempos la conocí. Poco a poco con su empeño fue creciendo. Luego se mudó a Miraflores, en busca de mayor clientela y de pronto Minerva se convirtió en una cadena de tiendas y en una imprenta en Surquillo. Un verdadero emporio hecho a base de esfuerzo. Hoy es millonaria. Ha vendido millones de ejemplares gracias al general Velasco. Los 7 ensayos fue el libro de cabecera de la revolución de los militares. Es más, hace poco condecoraron a Anita con la Orden del Sol por su aporte a la cultura peruana. El propio canciller De la Flor le impuso la medalla. Las vueltas que da la vida.
El tiempo me hizo una jugarreta y seguramente el ejemplar se traspapeló. Durante años dicha entrevista ocupó al limbo oscuro de los olvidos. Pero hace unos días me acordé de ella. Quería leerla de nuevo, saber si mis recuerdos eran reales. Curiosamente pasé delante de aquel predio de Alcanfores pero ya no estaba la casa Tudor sino solo un edificio cuadradote y desabrido. Los curiosos caminos del azar. Y hoy me llamó mi amigo Servais Thissen, un obsesivo estudioso del Amauta y la puso en mis manos. Mi sorpresa lindó con la emoción. Allí, en unas pequeñas letras aparecía la fecha: 4 de mayo de 1978. Anita me la envió.
0 notes
verdadpresenteadv · 2 years
Text
Lección 7 | Jueves 11 de agosto LA DISCIPLINA DE NUESTRO PADRE Lee Hebreos 12:5 al 13. ¿Cuál es el mensaje para nosotros aquí y cómo encaja con lo que hemos estado estudiando este trimestre? En Hebreos 12:5 al 13, Pablo describe las pruebas en el contexto de la disciplina. En la Biblia, la palabra disciplina aparece diez veces. En el mundo griego, esta era la palabra más básica para “educación”. Entonces, entender la “disciplina” es entender cómo Dios nos educa en la escuela de la fe, que Pablo describe anteriormente en Hebreos 11. En todo Hebreos 11, Pablo pinta cuadros de hombres y mujeres de fe. La fe fue lo que los impulsó a seguir cuando enfrentaron todo tipo de situaciones difíciles. Al entrar en el capítulo 12, Pablo se dirige a nosotros, los lectores, y dice que, dado que tantas personas antes que nosotros perseveraron contra obstáculos increíbles, nosotros también podemos correr y terminar la vida de fe. La clave es fijar nuestros ojos en Jesús (Heb. 12:2), para que él pueda ser un ejemplo en tiempos difíciles (Heb. 12:3). Leer el capítulo 12 es como recibir un par de anteojos para lectura. Sin estas lentes, nuestra visión o comprensión de las dificultades siempre será borrosa. Pero, mirar a través de estas lentes corregirá la explicación borrosa del sufrimiento que nuestra cultura nos impone. Entonces podremos entender claramente y responder a las pruebas con inteligencia. Lee a través de los “anteojos” de Hebreos 12:1 al 13. Ahora, concéntrate en los versículos 5 al 13 y responde estas preguntas: ¿Cuál es… …la fuente de la disciplina? …nuestra respuesta a la disciplina? …el objetivo de la disciplina? Vuelve a leer Hebreos 12:1 al 13. Haz una lista de todas las razones que identificas como fundamentos de esperanza. ¿En qué medida viviste esta esperanza en tus tiempos de “educación” espiritual?
Tumblr media
0 notes
lixofiel · 4 years
Text
Time fantasy (2)
La aparición de esa habitación, no obstante, resultó en una sugestiva contradicción de términos, o sea, resultó en un aporte. Por un lado, el contrapeso del lenguaje instalacionario/escenográfico frente a un trabajo “de pared”, que además está seriado y cerrado, que no admite intromisiones. Por el otro, y esto es lo que más me interesa, coartaba el dinamismo identitario de la narración y concentraba todo, materialmente, en un solo punto de sentido: la chica de clase media. El cuarto iba en dirección contraria a lo que hace Da Rin, porque deshechaba el componente alegórico y metía en una valija los disfraces. Adentro del cuarto no importaba la literatura que estaba afuera, porque la mesa era la mesa, la cama era la cama, la música era la música, la chica era la chica: el arte sale del cuarto de la chica. 
Tampoco era que el MAMBA proponía una ficción doméstica, teatral; hablar de ficción en este caso no tendría mucho gollete porque reconstruir entornos de vida es una atribución típica de los museos modernos. La secularización de aquella práctica religiosa consistente en exhibir restos humanos o accesorios cargados de emotividad fue un rasgo temprano de la museística republicana francesa, orientada a preservar las “reliquias revolucionarias”. A partir de un mechón de pelo de María Antonieta: la máscaras de esgrima de Lisandro de la Torre, la oficina de Serguéi Koroliov, una PC con Windows XP en el hábitat hogareño de una chica argentina a comienzos del siglo XXI. El sesgo racionalizante del museo se humaniza, la intimidad se hace pública y las narraciones se vuelven materia.
Como proto-taller inserto en la realidad común, el cuartito decía entonces que las cosas no se manifiestan de manera espontánea, solas, por arte de magia. La fantasía tiene una trastienda material y la clase media, asistida por una cama, un velador, un libro y una computadora, es su operaria.
Pero el cuarto cumplía además una función, digamos, metafísica. La Da Rin del cuarto está presente en todas las obras y a su vez todas las obras (o todas las vidas, o todos los problemas de la vida) estaban ya presentes en el cuarto. Parecía como si Flavia nunca hubiera abandonado la habitación, pero también como si nunca hubiese llegado realmente a ocuparla. Entonces más allá de que en ese espacio se definiera un elemento fuerte de anclaje a un determinado sector socioeconómico, lo que pasaba era que terminaba tratándose también la cuestión abstracta de un tiempo sin progresión, un espacio implícito de entrada y salida continua, tapizado por imágenes específicas pero todavía inarticuladas. El tiempo fantástico del arte.
Tumblr media
relicarios con pelo de maría antonieta y de sus vástagos, hijos de francia
En La llaga perfecta, de Jochi Labourt, el tiempo y la fantasía ocupaban asimismo un lugar primordial a pesar de que no fuera, por supuesto, una exhibición retrospectiva, o de que no incluyera un cuartito metafísico. Esa circulación radial entre momentos, entre pasados y presentes, estaba contenida en cambio dentro del objeto-cuadro, en particular dentro de uno de los cuadros que podían verse en la sala. 
Definamos muy rápidamente algunos de los aspectos que demarcan el trabajo de Labourt como para saber de qué estamos hablando: a diferencia de Da Rin, que tiende al plano, ella hace implantes, volumetriza, acumula, tapa poros. Trabaja también rescatando a la pintura de sí misma, que es lo mismo que decir rescatando a Labourt de Labourt, rescatando a una Labourt presente de la Labourt que ya pasó. Pensemos por ejemplo en la pintura del árbol. Era un plátano de sombra, bien porteño, ubicable quizás en la Avenida Iriarte, o en el otoño de la antigua Juan B. Justo bodeguera. Esa imagen, producto de una experiencia temporal lineal (melancólica), cobraba en la pintura presencia volumétrica. Jochi se las ingenió para aplicar algún tipo de presión desde atrás de la tela con el fin de hacer sobresalir físicamente la imagen.
La corteza de su plátano se hinchaba entonces como un eczema o como un quiste: un recuerdo, un pasaje breve de tiempo que se sublima no solo a través de la pintura, sino también como anomalía corporal contenida en el cuadro. Es una forma de fantasía bastante particular, más allá de que el giro animista se haya consolidado como una solución muy visitada por la pintura porteña actual. Labourt no disfrazaba de cuerpo a la obra sino que le daba cuerpo: un cuerpo independiente de la materia oleosa propia de su práctica e independiente también del accesorio antropomorfizante, de la inclusión pastichera de materialidades exógenas. La imagen del plátano, la percepción nostálgica de un momento otoñal, de una alergia quizá, cobraba cuerpo ella misma, en secreto y en silencio, como un proceso glandular. 
De alguna manera esta hinchazón atentaba también contra la propia integridad del cuadro, pero ese mismo movimiento, ya algo más violento, podía verse con mayor nitidez en la otra pintura, la que colgaba justo al lado.
Tumblr media
plátano resguardando un baldío en barracas (manyemé quel bacán no la embroca / parlemé quel botón no la juna / y en la noche que pinta la luna / la punga de un beso le tiró en la boca)
0 notes
elbiotipo · 4 years
Text
~Outfits~ de mis personajes Biopunk:
Marcos:
Primavera: Una remera con bacterias movedizas que muestran patrones genéticos, una campera de jean, y unos pantalones jeans gastados. Zapatillas de tela cómoda
Verano: Remera con patrones tropicales coloridos o camiseta de La Selección, bermuda de jean, y zapatillas de tela. Ocasionalmente anteojos de sol.
Otoño: Remera mangas largas con patrones botánicos, campera de jean, jeans viejos, y zapatillas de correr.
Invierno: Lo mismo que en otoño pero con dos camperas encima.
Florencia:
Primavera: Campera de jean, vestido corto con patrones floridos, a veces con flores decorativas aferrradas, y alpargatas.
Verano: Remera con esquemas botánicos, shorts de jean, y alpargatas.
Otoño: Campera de lana biomanufacturada con patrones andinos, camisa con estampados otoñales, jeans viejos y alpargatas.
Invierno: Todas las camperas de lana biomanufacturada posibles, gorro chullo y botas.
Ariel:
Primavera: Camisa a rayas/cuadros, jeans y zapatillas viejas de correr.
Verano: Lo mismo, pero con mangas arremangadas.
Otoño: Lo mismo, pero sin mangas arremangadas.
Invierno: Lo mismo, pero con una campera con capucha.
Melanie:
Primavera: Boina, Remera roja con algún slogan biosocialista y campera de jean oscuro, falda de jean, medias largas y botas negras.
Verano: Remera suelta con alguna cosa de anime comunista, falda de jean, y zapatillas de tela. A veces lentes de sol y sombrero.
Otoño: Boina, campera de cuero oscuro, camisa clara, falda de jean oscura, medias largas y botas negras.
Invierno: Lo mismo, pero con una ushkanka y una bufanda.
Marina:
Primavera: Broches en el pelo, campera de jean, remera blanca, falda de tela azul, medias azules largas y zapatillas de tela.
Verano: Lo mismo pero sin campera y con medias cortas, y lentes de sol. A veces una camiseta brasileña.
Otoño: Campera azul, remera celeste, jeans sueltos, y botas.
Invierno: Lo mismo, pero con dos camperas y pantalones encimados.
Pancho:
Primavera: Traje robótico
Verano: Traje robótico
Otoño: Traje robótico
Invierno: Traje robótico con un gorro chullo
y la ropa formal:
Marcos: Traje negro común y corriente con corbata roja, camisa clara y zapatos.
Florencia: Vestido corto bordado con flores y enredaderas, zapatos blancos sin taco.
Ariel: Traje azul con camisa rosa y sin corbata, y zapatos.
Melanie: Vestido largo, rojo con bordado dorado, aritos rojos, y zapatos taco alto rojos.
Marina: Vestido largo de color verdeazul con brillos tornasolados, aritos azules, zapatos taco alto de color azul.
Pancho: Traje robótico con un moñito.
25 notes · View notes
claudioiglesias · 3 years
Text
Es difícil entender de quién estamos hablando
Tumblr media
En 2017 escribí un texto sobre Marcelo Alzetta que después quedó dando vueltas. En 2018 me regaló un cuadro, debe ser el mejor regalo que me hicieron. Lo vi pocas veces, en esa ocasión comimos pizza. Hablábamos por chat, pero el último tiempo no tanto. Cuando me enteré de su muerte me sentí culpable y abandonado. Sabía que en 2020 la había pasado un poco mal. Me hubiera gustado contarle un chiste sobre Justin Bieber y la pandemia:
El chiste es que un noticiero anuncia con una placa enorme que Justin Bieber vuelve a las giras después del fin de la cuarentena. Otro texto en una letra más chica desarrolla la noticia: “pasó lo peor”.
Alzetta va a ser cada vez más importante. El diría que lo mejor todavía no pasó.
No importa la época. Primeros apuntes sobre Marcelo Alzetta.
Texto de catálogo para la muestra de Marcelo Alzetta en galería Walden, Buenos Aires septiembre de 2017.
Una estrella lejana titila raro, irregular en sus pulsos, y así confunde los instrumentos de medición. Claro que lo hace a conciencia, ¿quién va a pretender medir el arte? Marcelo Alzetta es el artista para encontrar provindencialmente, como él mismo encontró todo: amigos, ideas, sensaciones. Si se aguza la vista, se lo ve brillar con nitidez en el cielo del arte argentino de los últimos quince años, moviéndose dentro del complejo de soluciones y sabias torpezas que va del Rojas de Londaibere a la progenie hirsuta de Belleza y felicidad: sus piezas de comienzos de los 2000 todavía están marcadas por la rugosidad expletiva y los personajes queribles de la historieta argentina de fines del siglo XX; su muestra en Tu Rito del año 2010, con su psicodelia apenas visible (el espacio carecía de una fuente confiable de luz eléctrica) lo devolvió a los mayores escenarios de una corriente artística minoritaria y amiguera, ya madura; su más reciente exposición individual en Agatha Costure, en 2016, nos lo presentaba como un sereno pintor de bodegones que también fuera en sus ratos libres especialista en sintetizadores de la Guerra Fría. Cuadros suyos hay en la librería de Francisco Garamona, La Internacional Argentina, en la colección de Gustavo Bruzzone y en casas de artistas como Javier Barilaro, Fernanda Laguna, Miguel Harte, I Acevedo y tantos otros. Todo esto para el despistado o la despistada.
Alzetta nació en Tandil en 1977. En 1996 se instaló en Buenos Aires (“terminé la secundaria y rajé”, comenta). Fue cartero, cocinero en una casa de empanadas y también ejerció el oficio diurno de pintores como Ana Sokol, Anabella Papa y Juan Grela G.: peluquero. Incluso antes de instalarse en Buenos Aires, el jovencísimo Alzetta era un asiduo de la ciudad: solía venirse los fines de semana a hacer taller de historieta con Alberto Breccia de muy chico. Su primer alojamiento porteño, ya como residente, fue el caserón de Carlos Calvo y Boedo donde tenía sede El Tripero, el grupo-revista de historietas que Alzetta fundó junto a Frank Vega, Delius, Sandra Lavandeira, Esteban García, entre otrxs muchxs futurxs protagonistas de la ficción gráfica. Al grupo se sumaron luego artistas como Mariano Grassi y el -entonces todavía no- aclamado documentalista Julián D'Angiolillo, con quien Alzetta colaboró en varias ocasiones: una de las interacciones más particulares del arte local de este siglo.
En el año 2000, sobre la vara que puso Alfredo Londaibere, Alzetta participó en una exhibición en el Centro Cultural Rojas con el Búlgaro Freisztav, Marta Cali y María Fernanda Aldana (integrante del conjunto musical El Otro Yo). Fue una muestra legendaria y equívoca. El incipiente siglo artístico se perfilaba con entusiasmo. La consigna osada: el futuro es de los artistas que se dedican a otra disciplina. Alzetta por aquella época trabajaba de telemarketer, tarea de la que lo rescataron sus amigos.
Porque hablar de Alzetta es hablar de ellxs, los amigos: él brilla cuando lo iluminan sus colegas; y cuando algún obstáculo les hace sombra, vuelve a su mutismo productivo. Es el objeto de deseo, el artista que los artistas aman y que se deja amar. Los amigos para Alzetta son el oxígeno, el pan y el centro neuronal del equilibrio. Aunque sus cuadros parezcan solitarios a veces, es un artista de la colaboración. Y es así no por afán de socializar sino por su sinceridad, su búsqueda de la cascada emocional primitiva. ¿Las ideas y los sentimientos humanos más intensos y límbicos no son formas de colaboración en sí mismos? Al confesar la pena o la pobreza, al conjeturar la gracia rara de un perro de ojos maquillados Alzetta se mantiene atento a las personas, a su belleza, a sus tristezas. Algunas órdenes contemplativas enclaustradas bregan con la tarea de expiar pecados ajenos, cometidos lejos de los monasterios; sus miembros son como antenas del extravío y el dolor. El artista, retirado en los confines de un variopinto espacio mental, está a la distancia de un beso de quienes sufren y ríen.
*
Un día estaban mirando la tele con Marcelo Pombo y vieron algo distinto en la pantalla: Reynolds. La banda que formaban Roberto Conlazo, Alan Courtis y Christian Dergarabedian. Poco después, un amigo de Alzetta se entera, recorriendo un festival en el Parque Centenario, de que Conlazo daba un taller de música experimental en la sede de Puan de la FFyL. Y así empezó una amistad. Alzetta y Conlazo comenzaron a trabajar juntos. “Rob tira una idea, Frank (Vega) dibuja y yo después la pinto”. Con él también hizo cuadros en colaboración para la muestra en Tu Rito, organizada por Victoria Colmegna y el mismo Conlazo. Pero volvamos al Parque Centenario. O su pariente, el Rivadavia, ambos enlazados en el cuerpo astral de la ciudad por el Boulevard Campichuelo (D'Angiolillo es mi informante en el tema): son esos parques y sus ferias, reuniones y esparcimientos típicos los focos de una cultura avanzada y popular, escuelas de novedades musicales y vicios literarios ultramarinos (en la forma del samizdat y la reproducción ilícita) a los que Alzetta dedica un homenaje. Los que no se pueden comprar el CD se compran el cassette. Barbas, anteojos de sol, dinosaurios de la Gestapo y conejos de chocolate: a eso se dedicaban Alzetta y compañía.
“Olor a peinado o a cortes de pelo…” ¿Quién puede ver una mano transparente que se enfrenta con el atardecer? O un mocasín orlado de rayos y utilizado como vaso para cepillo de dientes, sobre un arcoiris. O el tigre con cuerpo y patas de mesa de jardín, bajo la luna roja. Leonor Vassena puede. Sokol también. O Gumier Maier (habitué de la peluquería de doña Sokol). Alzetta se mete en el póker de un surrealismo ingenuo y localista que avanza a contramano de la educación y el cálculo.
En Buenos Aires, en los noventa, Alzetta frecuentaba los boliches más coquetos del centro (“lugares muy anti pueblo”, admite) y al mismo tiempo se iniciaba en los arcanos de la vanguardia popular con uno de los cascabeles sueltos del momento: Pablo Suárez. Suárez conversa con el adolescente Alzetta, reprueba algunos de sus intentos y así lo induce a cristalizar en la adolescencia, a puro empujón y refunfuño. Alzetta muestra en Belleza y felicidad en 2000, antes del Rojas, y Suárez le compra una obra. Es la pintura de un ser bicéfalo y alegre en bicicleta: medio payaso de película de terror, medio tapa de LP bizarro de banda efímera. La muestra se titulaba Sentimientos y la integraban, además de Alzetta, Gumier Maier, Fabiana Imola, Fernanda Laguna, Sergio De Loof y Pombo. A este muchacho tímido, retraído de tan extrañas que eran sus ideas, le tocó empezar entre nombres que proyectaban sombras amenazantes a su alrededor.
Con Suárez lo había enchufado Dipi, su gran amigo de la temprana edad. En las charlas en el café Golden, en el centro de Tandil, Dipi entretenía multitudes de ocasión y cuando estaban solos le relataba a Alzetta obras como el Niño Bazooka de Suárez, ese memorial al triunfo gay sobre las huestes indecisas de toda cultura artística heterosexual. Era bueno el relato de Dipi, y muy buenas las obras de Suárez, porque Alzetta se encendía al escucharlo. Y algo tiene él también de ese chicle rosa (que según la anécdota Suárez hacía masticar a sus amigos antes de dárselo al personaje de la escultura): es un chicle inagotable que otros artistas mastican sin cansarse. El chicle de la inspiración: la goma de mascar de Dios, diría un rapero.
*
Quien se acerque a husmearlas, olerlas y tomarles el pulso verá que en las obras de Alzetta todo es maquillaje, rubor y disfraz; las criaturas más triviales y próximas se transfiguran; los duendes se visten para salir. Quienes beben ginebra en un parador rutero de repente caen bajo el influjo de la magia, a través de un acorde de cumbia o del chiste depravado que cuenta en voz alta un parroquiano ultimado. No hay justicia tal vez, pero hay milagro. Las cosas se deforman desde adentro, movidas por un sentimiento rítmico. Aunque sumergirse en la obra de Alzetta requiere un talento indefinible y escaso, no se sabe con certeza cuáles son las capacidades que despiertan sus elucubraciones. Por ejemplo: ¿se puede enseñar a oler un peinado? ¿qué hace el que no puede alegrarse con la sonrisa del chicle gigante en la gruta? A ese lo está esperando un gatito con corbata y un fondo rosa. Para que nadie se sienta excluido.
Esta psicodelia folclórica tiene fuentes dispares, inextricables unas y otras inmediatas. Están los ingenuos 1960 que recopilaban Mujica Láinez, Vassena y compañía en la galería El Taller de la calle 25 de Mayo. Está Gandolfo también, y Malincónico. Está el surrealismo bonaerense (la última coalición avanzada de nuestra vida cultural) y el arte del Rojas, que Alzetta conoció de muy chico. Pero hay mucho más. El personaje es galáctico, fáustico en sus caprichos; no cuesta nada ir hasta Friedrich ni Odilon Redon, hasta los visionarios californianos o los simbolistas rusos. Sin embargo, Alzetta hace de la nacionalidad un asunto de importancia. “Me reconozco en la tradición pictórica nacional. En general, no importa la época.” Ya señalé la última frase: no importa la época. La clave de un anacronismo vivo y abarcativo.
Witz tandilense Cuando no importa la época el arte se abandona plácidamente al cosmos, a lo entero. Psicodélico y surrealista por afuera, Alzetta es un universalista de corazón. “Un estilo naïf pero no tanto”, dice. Aunque naïf, surrealista, psicodélico, son etiquetas quietas si no las toca una varita imponderable. En Alzetta esa varita es la romántica exaltación de la obra de arte como universalidad en movimiento, océano de sensaciones y sentimientos. Es la idea de que un cuadro es también baile, música o novela; una idea alemana de fines del siglo XVIII que rejuveneció en las sierras bonaerenses.
Según esta idea, las distintas esferas del arte se conocen e integran en el plano invisible del sentimiento, el humor, el Witz. Cristo en la TV dentro de un ojo es una canción. La sombra de los pinos en la cabeza transparente de un alienígena es un acabado número de circo. La tierra de Alzetta no es Tandil ni mucho menos Argentina: es un secreto que se cierra a los ojos y se abre al corazón inquieto. El pintor nacional es un cosmopolita tapado. Su obra viaja de la miseria a la epifanía y de la sonrisa al sonido, una y otra vez. Y así se difunde y se mezcla con la vida, hasta ser invisible otra vez. Empieza un cuento de Daniil Kharms (Cuaderno azul, nr. 2):
Había una vez un pelirrojo que no tenía ojos ni oídos. No tenía pelo tampoco, por eso lo de pelirrojo es un decir. No podía hablar, porque no tenía boca. No tenía nariz. Ni siquiera brazos o piernas, ni estómago, espalda, espina dorsal, o cualquier clase de vísceras. No tenía nada, así que es difícil entender de quién estamos hablando.
6 notes · View notes
matiasandresmusic · 3 years
Text
Convivir con el pasado
Este es un arte, que todos tenemos la obligación de transitarlo. convivir con el pasado es un deber.  Es real que cada síntoma de existencia se llama experiencia de vida. Ahora, las experiencias no son en escala de grises, eso es una ilusión. Por el contrario, cada experiencia se vivencia con un infinito de recuerdos de colores, sabores, olores, y mucho más. Es por eso, cada experiencia tiene un sentir. Un recuerdo.  Nuestra mente es mucho más (muchísimo más) que un código binario. En la misma se entreteguen cada estímulo de mundo externo con cada experiencia de nuestro mundo interno, y entre la mezcla de ambos nace nuestra conducta de vida. ¿Por qué convivir con el pasado es un arte? Porque, como cualquier proceso creativo, podemos inventar y cambiar nuestras variables en nuestra interacción con el mismo.  Cada persona crea un vínculo distinto con su propia historia.  Algunos, deciden pintar con él. Arman anteojos que determinan la forma de mirar todo lo que lleva por sus nuevos estímulos.  Otros son más pragmáticos: Deciden realizar poemas y poemas...pero no de esas creaciones líricas que se publican en un libro, sino de aquellos cientos de poemas que se crean, y nunca se terminan! más bien quedan juntando polvo en algún boceto olvidado de la mesita de luz.   Muchos más crean un juego, como construir una casa con cartas o naipes. Y cuando terminan, no existe otro fin que derrumbarlo. Y volver a empezar. Este loop en el jugueteo con las memorias de antaño es algo...peligroso.    En fin, las variables son tan extensas como personas existen. Pero el arte de convivir con el pasado es un aprendizaje de vida.  Yo te recomiendo que aprendas de él. Que le des su tiempo, pero que no se vuelva tu fetiche favorito. Los juguetes solo sirven hasta  que crecemos, y listo! llegan momentos donde es mejor colgar los cuadros en alguna galería empolvada.  Sé que es difícil. Pero, ¿sabes qué?  Conozco al rey del tiempo, al Señor de los recuerdos y los proyectos. Él nos creo, conoce mejor que cualquier doctor como funciona nuestro sistema. Y él también puede arreglarlo. Hablá con Dios, tomtae unos mates con él, y después me contás ¡éxitos! Matias Andres, 2021
2 notes · View notes
Text
Navidad con olor a rosas
May siempre amó las blancas navidades, pocas veces nevaba en Petalburgo, pero sus padres solían llevarlos a Max y ella a LaRousse, donde cada invierno la nieve cubría el ambiente y le daba un mágico aspecto a todo, incluso a la exagerada tecnología del lugar.
Pero ahora era diferente, esta vez no estaba con su familia o sus amigos, eran sólo sus pokemon, ella y su deseo de vivir una blanca navidad en LaRousse.
No conocía a nadie en la ciudad, así que tendría que buscar una posada donde pudiera quedarse, por suerte llevaba consigo una buena cantidad de dinero.
Comenzaba a sentir más frío que antes incluso bajo su grueso suéter y su abrigo. La nieve ya era visible en todos lados, y la vegetación abundante del lugar no ayudaba mucho con la situación pues hacía el lugar más frío. Hacía un rato que había bajado del tren, el cual era la única forma de entrar en la ciudad, y ya extrañaba el calor del vehículo.
No quería ser egoísta y hacer que alguno de sus pokemon pasara frío, así que decidió apurarse para evitar que la noche cayera sobre ella y el ambiente bajara unos cuantos grados más.
Un par de horas después y unos grados más abajo en la temperatura, May ya estaba en la entrada de la ciudad más avanzada de la región Hoenn. Las calles automáticas le evitaron seguir caminando y pudo frotarse las manos contra sus pantalones para poder calentarlas.
Podía jurar que sus ojos brillaban mientras veía todo el lugar repleto de nieve, los parques, los árboles, incluso las mismas calles. Los locales estaban decorados con pequeñas luces de colores que parpadeaban o que seguían patrones, había algunas personas caminando de aquí para allá con sus pokenavs hablando con otras personas y llevando varias cajas en sus brazos. Seguro que eran regalos de último momento.
Los enormes edificios de la ciudad tenían un aspecto más de ensueño con los pequeños copos de nieve cayendo. Decidió salir de la calle cuando vio un mapa del lugar en uno de los costados, buscó algún hotel o una posada, se sorprendió cuando un mensaje emergió del cartel, el cual resultó ser en realidad una pantalla.
¿Qué desea buscar en LaRousse?
Esa era la pregunta que contenía el mensaje y había varias respuestas debajo.
Un lugar dónde hospedarme
Dónde me puedo divertir
¿Qué es lo más interesante?
Centro pokemon
Y unas cuantas más, ella tocó en la pantalla la primera opción. Un pequeño dibujo de una lupa con anteojos, boca y manos apareció con una mueca de tristeza.
"Lo sentimos, pero ya no hay lugares con espacio disponible. Gracias por visitar LaRousse, que tenga una feliz navidad."
De acuerdo, jamás imaginó que esto podría ocurrir.
―¡¿Qué? ¿Esto es en serio?! No puede ser. No, no, no, no, no.
Se frotó el rostro con frustración dejando rojas sus mejillas y su nariz.
Era víspera de navidad, por supuesto que ya no había lugares disponibles dónde quedarse aún en la ciudad con más edificios con infinidad de habitaciones. ¿Pasaría la navidad dentro de un tronco hueco? Ya había dormido en uno, no era para nada cómodo.
Suspiró consternada.
Dormir en el bosque no era una opción, regresar a su casa tomaría al menos dos semanas y estaba casi segura que en LaRousse no había Centro Pokemon. Dormir en la calle era una peor idea que el bosque y obviamente no iría pidiendo asilo a las casas del lugar.
Todo apuntaba que iba a perderse la navidad ese año, no le quedaba más que viajar esas dos semanas para volver a casa y perderse también Año Nuevo.
«Esto es un desastre…» pensó mirando los finos copos de nieve que caían sobre ella, casi queriendo consolarla de su desdicha.
―¿May? ―estaba tan aturdida por la noticia que no se molesto en tratar de reconocer la voz de la persona que le hablaba y volteó solamente porque se trataba de su nombre.
Realmente no se esperaba ver la imagen que ahora se presentaba frente a ella.
―¿Drew? ―salió de su letargo y se enderezó―. Por Dios, hola.
El chico de cabellera verdosa salió de la calle y se acercó a ella, vestía un abrigo negro largo, un par de pantalones, botas y unas orejeras verdes que intentaban confundirse con el tono de su cabello, llevaba un par de cajas medianas en sus manos. May le sonrió en cuanto el chico se hubo acercado lo suficiente.
―¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en tu casa, con tu familia? ―preguntó curioso.
―Sí, acerca de eso… ―la castaña sonrió nerviosa mientras el coordinador alzaba ambas cejas expectante―. Yo… Vine a pasar la navidad aquí, me gusta la nieve.
―¿Sola?
―¿Por qué no? Y no estoy sola, tengo a mis pokemon conmigo ―la chica colocó sus manos tras su espalda con una sonrisa dulce.
Drew puso una expresión dudosa, no muy convencido de esa sonrisa que la coordinadora le ofrecía. Algo había pasado, estaba seguro, si no ¿por qué antes estaba frente al mapa de la ciudad con una pose derrotada? Aunque ya podía hacerse una idea.
May sintió flaquear su sonrisa ante la mirada calculadora de Drew, decidió que era mejor dejar el encuentro ahí antes de delatarse con sus balbuceos.
―De acuerdo, fue lindo haberte encontrado por casualidad aquí…
―¿Casualidad? Tú sabes que yo vivo aquí May.
―¿Lo sé? ―preguntó más para sí misma, pensó un rato y logró encontrar un recuerdo donde afirmaba que su rival ciertamente vivía en LaRousse. Sacudió su cabeza y volvió a su plan inicial: huir―. De todos modos, fue lindo verte, pero ya debo irme. Feliz navidad, Drew.
Dio media vuelta y sintió alivio, no quería que de todas las personas él se enterara de su desdichada situación. No quería burlas hacia su torpeza en víspera de navidad. Pero claro, su grandiosa suerte y su maravilloso destino no querían que su huida fuera tan fácil. No, claro que no.
―¿Tienes dónde quedarte? ―preguntó Drew en un tono que ella catalogó como una burla más que una pregunta como tal.
Se giró en su lugar y forzó una sonrisa tensa.
―Claro que sí.
―¿Y por qué estabas frente al mapa? Ahí dice que no hay lugares disponibles dónde hospedarse ―esa mirada en esos ojos verdes era inconfundible, Drew había deducido su linda desgracia.
―No es lo que piensas, yo solo estaba aquí porque… ―su voz murió al no saber qué decir, se delataba la situación por sí sola. Miró al suelo derrotada.
―Porque no tienes dónde quedarte ―terminó el chico en un tono de mofa, una risa engreída salió de los labios del peliverde―. ¿Por qué no me sorprende?
May infló los mofletes, molesta y avergonzada, eso era justo lo que quería evitar.
Sí, era torpe y despistada, descuidada y con mala suerte, ¿qué podía esperar de ella? No tenía por qué burlarse en su cara, menos en esas épocas. Miró hacia otro lado y pensó que era mejor irse antes de que las burlas iniciaran.
Sin embargo, cuando hizo el amago de voltearse, de nuevo la voz del coordinador la hizo detenerse.
―Vamos, puedes quedarte en mi casa ―ofreció sonriendo tan arrogantemente como sólo él podía hacer―. Casi es navidad y estaría mal dejar a una pobre alma desamparada en las calles.
Estuvo a punto de declinar a la invitación por la forma en que Drew la había hecho, pero la sonrisa sincera que salió después de esas palabras simplemente pudo con ella. Exhaló creando una nube de vaho que despareció en el aire.
―Gracias, oh noble y considerado caballero ―le siguió el juego y se acercó a él―. Déjeme ayudarlo con una de sus cajas como agradecimiento.
―No es necesario ―negó el coordinador, pero la castaña insistió.
―Si vas a dejarme quedar en tu casa esto es lo menos que puedo hacer.
Al final el chico aceptó y le entregó la caja más ligera a May, quien gustosa la cargaba entre sus brazos. Ambos se dirigieron a la calle automática y siguieron el camino en una pequeña plática donde casi siempre era May quien hablaba. Drew solamente se dedicaba a escucharla atento y aportando cuando era necesario.
En poco tiempo ya estaban frente a una casa de dos plantas bastante bonita con un gran jardín repleto de arbustos y unos cuantos árboles, justo a un lado un invernadero de flores sobresalía por su detallada estructura. May admiró todo con una enorme curiosidad recorriendo cada nervio de su sistema, jamás imaginó que la casa de su rival sería de esa forma. Ciertamente lo imaginaba con una vida de niño rico, viviendo en una mansión enorme con servidumbre y un montón de lujos.
No puedes juzgar un libro por su portada después de todo.
Entraron en la casa dejando sus zapatos en la entrada, Drew le quitó la caja de las manos y le indicó dónde dejar su abrigo después de retirarse el propio. Ella acató las indicaciones que el chico le dio y pasó directo a la sala de estar, donde Drew le había dicho que podía sentarse.
Al entrar una hermosa sala de estar la deslumbró, la elegancia el buen gusto al parecer eran de familia. Las paredes tenían tonos crema y chocolate, había una chimenea justo en frente y un estante con libros, una grabadora y discos encima de ella. Los sofás eran color crema, bastante cómodos a la vista, había una alfombra color nuez que contrastaba con el piso oscuro. Había cuadros por el lugar, pinturas y algunas fotografías. Pero lo que sin duda se llevaba toda la atención era el precioso árbol de navidad decorado con luces doradas, listones y esferas de colores, y el detalle más bello eran las rosas naturales tan vivas de colores blanco y rojo que estaban decorando el árbol.
Era lo más hermoso que había visto en su vida.
Y algo que no había notado es que el ambiente no olía a pino, lo que era normal al tener un árbol natural, si no que olía a rosas. Era un árbol de navidad que olía a rosas.
―¿Quieres chocolate? ―May salió de su ensoñación al escuchar a Drew, quien llegaba con dos tazas de chocolate caliente en sus manos. Al encontrarla admirando su árbol el coordinador sonrió―. ¿Te gusta?
―Es precioso ―contestó ella girándose y aceptando la taza―. Gracias.
―¿Esperabas algo más? Ya deberías saber que si lo hice yo, será grandioso ―agitó su flequillo con su mano libre.
May dio un sorbo al chocolate, el cual estaba ciertamente delicioso. Hizo una mueca de falso enfado.
―Engreído.
La castaña se sentó en uno de los sillones con cuidado de no derramar su chocolate, Drew tomó asiento junto a ella.
―¿Tus padres no tendrán problemas con que me quede? ―preguntó curiosa, el dato se le había pasado cuando había aceptado quedarse con su rival.
Drew negó y dejó la taza en una de sus manos.
―Ellos no estarán aquí, decidieron irse de vacaciones este año a Salteport ―explicó.
―¿Por qué no fuiste con ellos?
El coordinador le sonrió de medio lado, de nuevo arrogante.
―Porque si me hubiese ido con ellos esta pequeña desdichada habría tenido que pasar la navidad en un transporte de camino a casa.
May bufó ante la burla y decidió tomar el resto de su bebida en silencio, el calor del chocolate comenzaba a expandirse a todos su cuerpo alejando el frío.
―Aunque también fue algo bueno que aparecieras, así al menos no la pasaré solo.
―Un momento, ¿estaremos solos toda la noche? ―preguntó casi atragantándose con el chocolate.
El chico asintió tranquilo.
―¿Te molesta?
―P-Para nada ―tartamudeó volviendo la vista a su taza casi vacía.
¿Estar sola, en una casa, junto a su rival de toda la vida? Pff, claro que no le incomodaba, ¿por qué habría de hacerlo?
***
Ya habían pasado varias horas, eran cerca de las ocho y afuera ya había oscurecido. Las luces de las casas vecinas y de la de Drew iluminaban el exterior de una forma mágica, había muchos colores por todos lados y decoraciones navideñas casi llegando a lo estrafalario. Pero todo era precioso.
Había estado mirando por la ventana y jugado un poco con sus pokemon, a quienes Drew había dejado que sacara para que estuvieran cómodos. Eran pocos en realidad, solamente la acompañaban Blaziken, Glaceon y Beautifly. Los demás había decidido dejarlos en casa.
Drew, mientras tanto, se mantenía leyendo un libro sentado en uno de los cómodos sofás. Era un tanto incómodo estar los dos juntos en un solo lugar a solas, realmente no sabía de qué hablar o si Drew realmente quería hablar con ella. Se sentía confundida y algo nerviosa también.
Ahora, Blaziken y Beautifly estaban acurrucados junto a Absol, Flygon y Masquerain la chimenea mientras que Glaceon se divertía afuera con la nieve, se había quedado sola y se aburría. ¿Qué demonios haría durante todo ese tiempo que le quedaba? Faltaban cuatro horas para las doce, ¿pero qué esperaba que ocurriera? ¿Para qué había ido a LaRousse sola? Aunque hubiera conseguido posada en algún lugar su navidad habría sido igual de triste sin nadie más que sus pokemon con ella, y ahora había molestado a Drew haciéndolo sentir responsable de ella.
Quizás el chico ahora deseaba estar acurrucado en su cama dormitando y estaba ahora sentado en la sala soportando la incómoda presencia de su rival en los concursos.
Demonios, se sentía culpable ahora.
―Tus pokemon se ven muy bien ―la voz del chico la sobresaltó, cuando se volteó vio la divertida ceja arqueada del chico.
May decidió ignorar eso y también dirigió la mirada a sus pokemon.
―Hice una receta de pokeblocks que hacen que su piel y pelaje se vea más brillante, también hemos estado entrenando en lugares que los han ayudado a fortalecer sus debilidades y hace un mes fuimos a unas aguas termales muy buenas ―contestó con algo de timidez, se acercó y se sentó en otro de los sofás.
―Es una buena rutina ―admitió el coordinador. Roserade apareció de pronto detrás del sofá y se acercó a ella con pasos elegantes.
―Tú también mantienes muy bien a tus pokemon ―halagó al ver un brillo muy lindo en las flores de las manos de Roserade y en su cabello blanquecino. Se veía muy saludable.
―Por supuesto, nosotros también hemos estado entrenando.
Y con eso ambos comenzaron una amena conversación acerca de entrenamientos, pequeñas anécdotas y la soltura se fue dando terminando con una plática sobre sus vidas, lo que hacen, cómo viajan, sus pequeñas grandes aventuras durante sus viajes.
May se sintió más cómoda y también sintió como esa tensión desaparecía. Ya no parecía tan difícil hablar con Drew, y ya no entendía por qué se le había dificultado tanto en un principio. Sí, eran rivales, pero también eran amigos.
El olor a rosas todavía seguía presente, May lo sentía incluso impreso en su ropa y no era algo que le desagradara, todo lo contrario. Y era casi familiar, ya que Drew siempre olía de ese modo, a rosas.
Lo único que interrumpió su conversación fue el sonido del timbre de la casa, sonó una, dos, tres, cuatro, cinco veces. Alguien era insistente.
―¿Esperabas a alguien? ―preguntó ella.
―No ―respondió Drew.
El chico se levantó del sofá para ir a ver quién era el impaciente que no dejaba de presionar el timbre. En cuanto Drew abrió la puerta un par de voces que ambos reconocieron al instante se escucharon por el lugar.
―¡Hola, Drew! Tiempo sin vernos…
―¡¿Harley?! ―May se levantó también para ver con sus propios ojos que no estaba alucinando con esa voz tan irritante perteneciente a uno de sus "amigos" más peculiares.
―¡May, ¿también estás aquí?! Mira, qué coincidencia. Todos tuvimos la misma idea de que el pelos verdes iba a estar demasiado solo para ser navidad…
―No tenías nada qué hacer y no querías estar solo tú tampoco, Harley, di la verdad ―Solidad entró retirándose la bufanda roja que llevaba.
Drew entró en la sala detrás de ella, tenía un tic en su ceja izquierda.
―Puedo entender que Solidad haya venido, es la única que sabía que mis padres se fueron de vacaciones porque se los encontró, ¿qué te trae a ti por aquí? ―preguntó él dirigiéndose al de cabello morado.
Harley estaba un tanto dudoso pues desviaba los ojos evitando mirarlos y movía su cabeza algo reacio. Aunque al final terminó hablando.
―Pues estaba de paso por aquí cuando me encontré con Solidad, me dijo que venía para acá y yo pensé: Por qué no honrar al príncipe verde con mi maravillosa presencia en navidad, no hay mejor regalo que ese ―argumentó haciendo que una mueca escéptica naciera en los labios de Drew.
«¿Su presencia es un regalo? Más bien diría que es mal augurio» pensó May desde donde estaba.
―Qué hermoso árbol de navidad, Drew ―halagó Solidad en cuanto sus ojos se posaron en el pino. De inmediato la atención se fue al árbol y sus bellas decoraciones―. ¿Esa que está en la punta es una rosa de medianoche*?
―Lo es.
Drew agitó su flequillo con suficiencia.
―¡Pero qué lindura! El mío es cien veces mejor, pero no voy a quitarte mérito, Drew ―presumió el excéntrico coordinador.
El aludido suspiró resignado.
May supuso que aunque quisiera, en ese momento, Drew no podía echar de su casa a Harley ya que la navidad se trataba de compartir, agradecer y formar treguas para disfrutar de la paz y la amistad.
Los cuatro se acomodaron en la elegante e inmensa sala, tomando una taza de chocolate caliente mientras los pokemon se acurrucaban entre ellos junto a la chimenea y algunos otros jugaban en la nieve. La noche se sumió en pláticas, risas, pequeñas peleas y algo así como una competencia silenciosa por ver quién había logrado más ese año.
El hambre se sintió de pronto y entre todos se dedicaron a hacer una linda cena para recibir a la navidad, Harley y Solidad habían llevado algunas cosas con ellos y aportaron ingredientes a la comida. May se sintió mal por no haber llevado nada consigo, así que decidió ayudar a la preparación.
Las órdenes de Harley y las negativas de Drew ante todo lo que el pelimorado decía hacían el ambiente divertido para las dos chicas, quienes veían todo con grandes sonrisas.
―Faltan los refrescos y… también faltan varias cosas para el postre ―Drew sacó la cabeza de la nevera mirando a las tres personas que ahora estaban haciendo de su víspera de navidad menos solitaria. Nunca se divertía tanto, ni siquiera con su familia. Pero no iba a admitirlo abiertamente.
―Pues yo ya no tengo ni un centavo, voy a quedarles debiendo su regalo a todos ―admitió Harley mientras revolvía la comida en la sartén que estaba sobre la llama.
―Lo siento, Drew. Yo tampoco tengo dinero, sólo el del tren de regreso ―Solidad se disculpó con una mueca culpable.
Drew chasqueó la lengua.
―Yo tampoco tengo más dinero…
May miró a sus amigos, quienes ahora tenían la mirada en algún punto, posiblemente pensando en cómo resolver el problema presente. Sonrió mostrando todos sus dientes.
―Yo en realidad tengo bastante dinero conmigo.
En cuanto dijo esto los tres se giraron a mirarla con sorpresa, May fue hacia la dónde había dejado su bolso, lo tomó y sacó un monedero que estaba escondido en lo más profundo. Lo abrió y contó lo que se podía apreciar a simple vista.
―Creo que será suficiente ―avisó―. Tiene que haber aunque sea una tienda abierta, todavía no es muy tarde.
Drew se levantó de su silla limpiándose las manos con un trapo.
―Te acompaño.
―No es necesario ―se negó ella, recibió una mirada de reproche de parte de su rival―. Iré con Glaceon, no tienes de qué preocuparte. No tardo.
May tomó su abrigo, llamó a su pokemon y ambas partieron en busca de alguna tienda que estuviera abierta a pocas horas antes de que dieran las doce.
***
La castaña regresó a la casa de Drew temblando por el frío, adentro estaba bastante cálido y no le costó tanto entrar en calor. Dejó unas cosas en la sala de estar y fue hacia la cocina con la bolsa de la compra.
Cuando entró lo primero que vio fue a Harley alejando de Drew una pequeña planta color verde con un par de puntos rojos. No le costó identificar a la planta como muérdago.
―¡No colgarás eso en ningún lado! ―gritó Drew intentando quitarle el muérdago a Harley, quien reía.
―No vas a detenerme, mocoso engreído.
Solidad disfrutaba el espectáculo desde el otro extremo de la cocina. May se acercó a ella.
―¿Dónde encontró eso Harley? ―preguntó.
―Lo trajo con él ―rió Solidad, luego volteó a mirarla―. ¿Conseguiste las cosas?
May asintió feliz.
―No fue nada fácil, tuve que rogarle al dueño de una tienda que estaba a punto de cerrar, pero aquí están las cosas ―dejó la bolsa sobre la mesa. Solidad volvió a reír.
―Eso es increíble. La cena ya está lista, sólo falta el postre.
Harley y Drew dejaron de pelear cuando el mayor decidió guardar el muérdago y prometió no sacarlo en toda la noche. Solidad y May terminaron de hacer el postre y lo dejaron en el horno mientras que los chicos arreglaban la mesa y ellas servían los platos.
También le sirvieron comida a los pokemon.
La cena estuvo deliciosa y llena de anécdotas graciosas e interesantes de cada uno, los pokemon también hicieron algunos actos graciosos o pequeñas peleas entre ellos que causaron las risas de los coordinadores. Todos estaban disfrutando la noche, una improvisada víspera de navidad.
En cuanto terminaron, decidieron llevar el postre con ellos a la sala de estar. Dejaron el pequeño pastel en la mesa de centro y cada uno tomó una rebanada, casi era medianoche y el ambiente comenzaba a tornarse más ansioso.
Entre tanto, May había decidió tomar las cosas que había dejado.
―Tengo algo para ustedes, es pequeño, pero espero que les guste ―dijo y le entregó a cada uno una pequeña caja negra que contenía una pequeña cadena con un dije especial para cada uno.
Los chicos le agradecieron, Solidad y Drew argumentando que no era necesaria la molestia y que lamentaban no tener nada para ella, mientras que Harley solamente había chillado emocionado por el dije de Cacturne que tenía su medallón.
Pasado ese episodio y restando tan sólo cinco minutos Harley le había entregado a cada uno un cañón de confeti pequeño, explicando que cuando el reloj diera las doce todos iban a halar el cordón para hacerlo explotar.
Aunque Drew estuvo al principio reacio por el desorden que traería, después de que el promotor de la idea le prometiera limpiarlo luego, al final aceptó.
Así que tanto pokemon como coordinadores estuvieron atentos al reloj aquellos ansiosos minutos. La tensión sólo subía conforme el segundero avanzaba, la emoción podía sentirse en el aire.
Últimos diez segundos y comienza la cuenta regresiva. Últimos cinco y los cuatro preparan sus cañones. El segundero señala el número doce y el minutero se mueve.
―¡Feliz navidad! ―los cuatro halaron del cordón y confeti salió volando por todos lados quedándose atorado en sus cabellos, les importó poco y los primeros que saltaron hacia los coordinadores fueron los pokemon.
Blaziken, Glaceon y Beautifly acapararon a May por completo con un abrazo entre los tres. Drew recibió una embestida amistosa de parte de Flygon y Absol, mientras que los demás lo rodeaban gritando en su idioma. Harley sólo llevaba a Cacturne y Banette y los abrazó a ambos con sus dos brazos soltando lágrimas y diciendo cuánto los quería en sollozos exagerados, mientras que Solidad era abrazada por Slowbro.
May se separó de sus pokemon buscando algo de aire, paró de reír en cuanto notó un fuerte pero agradable olor, provenía del árbol. Cuando llevó sus ojos hacia allí una enorme y hermosa rosa había florecido en la punta del árbol.
―La rosa de medianoche floreció ―comentó Solidad también observando el árbol.
―Debo decirlo, esa rosa huele divino ―admitió Harley encantado con la vista y el aroma del lugar.
May cerró los ojos y llenó sus pulmones con perfume de la flor. Un pensamiento llegó a su mente cuando volvió a abrirlos y vio la nieve cayendo en la ventana.
«Es una navidad con olor a rosas» sonrió en medio del pensamiento.
Se acercó a sus amigos para abrazarlos también, que con la emoción de los pokemon y el florecer de la rosa no habían podido hacerlo. Le deseó una feliz navidad a Harley y a Solidad, pero a Drew no lo vio en la sala.
Poco después el chico apareció en el arco de la entrada, no tardó en acercarse a darle un abrazo también.
―Feliz navidad, Drew.
―Feliz navidad, May ―el chico le entregó una rosa y la miró con algo parecido a la ternura―. Esta fue una de las mejores noches que he tenido. Gracias por el regalo también.
―También ha sido una de mis mejores noches, y gracias a ti por dejarme quedarme aquí ―ella aceptó la flor dedicándole una sonrisa genuina que hizo que las mejillas del coordinador se colorearan débilmente.
―En realidad no fue nada ―en un intento de desviar su atención a otro lado miró hacia arriba, descubriendo una singular mata verde con puntos rojos colgada sobre el arco de la entrada a la sala. Su rostro se calentó, no supo si fue pena o ira.
―¿Qué pa- ―May miró hacia el mismo lugar que el peliverde cuando observó su cambio de expresión. Su rostro también ardió y ambos, furiosos con el coordinador de cabello morado y con sus caras pintadas con un fuerte tono escarlata, se giraron hacia el propietario del muérdago.
―¡Harley!
Esa iba ser una de las navidades que ninguno iba a olvidar, llena de recuerdos, sonrisas y un toque de humor que hacía el lugar más alegre.
May estaba feliz de no haber reservado un lugar en alguna posada de LaRousse, a veces ser descuidada no era tan malo.
------
Este es un one-shot que tengo por ahí en internet, quise compartirlo también aquí ;)
14 notes · View notes
recalculandoblog · 5 years
Text
Tan lejos y de cerca
Estar lejos no es smpre fácil
Lejos de donde? Lejos de que?
Lejos como?
Lejos es una sensación, que a veces se acorta, y a vcs se alarga.
Desde acá, lejos, cobra distintos sentidos.
Le doy vueltas en mi cabeza y termina siendo mas una percepción, que un punto en el mapa.
Antes, en la era de las carretas, lejos eran 400km 🏰
Ahora, lejos es Marte 🛸
Lo demás, esta tan lejos o tan cerca como lo vivamos.
Cuando veo las fotos de la fiesta de egresados del curso de mi hijo en Argentina, me siento lejos. Me asalta la melancolía de lo no vivido.
Y a la vez me siento cerca. Porque sé que estuvimos ahí. Q muchos nos llevaron consigo, a pesar de no haber ido. Que exportando las fotos, nos quieren acercar, nos quieren hacer vivir en imágenes, lo que por default, deberíamos haber compartido.
Y así se nos acorta lo lejos. Nos lleva, y los trae.
Estar lejos no es siempre fácil.
Hacerse de nuevo tampoco.
No saber tu nro de DNI devenido en NIE e memoria, ni la dirección de tu casa, ni el código postal, ni el numero de tu nuevo celular. 📞
No saber donde queda la góndola de los helados, ni cual es el mejor atajo para llegar donde querés ir, que no tns ni puta idea donde es. Volverte dependiente del GPS, pasarte en todas las rotondas, retomar mil veces por el mismo camino, como Hansel & Gretel y sus miguitas por el bosque encantado.
No entender el idioma, a pesar de ser español.
Que la gente se te quede mirando como si hablaras jeringoso al decir buzo, campera o pollera.
Q necesites leer el manual de instrucciones para abrir el microndas, aprender a encontrar un medico en el “cuadro medico” cuando le has dicho cartilla 46 años de tu vida, abrigarte en un invierno de picos nevados con ropa de verano, empezar las clases en Septiembre, y querer terminarlas en Navidad🎄 cmo siempre lo has hecho, entender que ya no es necesario convertir los € a $, que la palta es aguacate; la banana, plátano; la frutilla, fresa 🍓; y el ananá, piña.
Que currar es trabajar, hinchar es inflar, dolor de tripa es panza, bicilinea es bicisenda 🚲, que a las ojotas se les dice chanclas, que valer es servir, que apañar es arreglar, consentir es permitir, que la biquini es masculino, porque se dice bañador y no malla, entonces es “el” biquini y no “la” biquini. Que a los bebes los llaman Cristina, Roberto, Guillermo o Marta. Que Purificacion es un nombre, y no la eliminación de impurezas. Que las mujeres se llaman Arrancha, Josefa, Vicenta, Gema, Concepcion, Encarnacion o Maria Mar. Que Concha no es mala palabra, pero “correrse” si.
Que ser “pija” es ser bienuda, y “cutre”, grasa.
Que decir que algo es “la leche” es decir que es lo máximo, y que “tio” son todos, no solo el hermano de tu mamá. Que cuando algo te gusta, te “flipa”, o es una “pasada”, te “mola” o está muy “guay”.
Que en IKEA te vuelves carpintero, y con la Thermomix cocinera 👩‍🍳
Que la gente te conteste a las preguntas en forma literal, que las explicaciones sean de lo que ya entendiste antes de que empiecen a explicarlo.
Q se den 2 besos en vez de uno, pero no a cada rato , sino cada tanto, cuando hace rato que no te ves.
Que la gente fume como en los 80’, se vista como en los 90’, y que todas las calles tengan nombres de Santos o Vírgenes, tan largos que son dificiles de recordar.
Que cada vez que te pregunten el nombre quieran saber tuS apellidoS, porque acá nadie tiene solo uno.
Que la gente respete las rotondas, tenga prioridad el peatón y nunca haya que revisar el vuelto.
Que los otros emigrantes se vuelvan tu familia, solo por compartir esa íntima conexión del que se aventuró a tierras prestadas.
Estar lejos no siempre es fácil.
Las visitas nos mantienen cerca. Nos traen los aires argentos, y nos dejan sus perfumes en el aire Español.
Irrumpen nuestra endeble rutina, cada una c su entusiasmo renovado, y sus ganas de conocer nuestra nueva vida. Y cuando se van, nos regalan anécdotas juntos, que revivimos al abrir la heladera y ver la salsa de yogurt que compró y dejó, o el paquete mega enorme de carilinas que lo subyugó por su bajo precio en el Carrefour, el té en hebras del mercadillo medieval que tomabamos todas las noches, y las tartas preparadas a último momento con los rejuntes de los días previos.
Estar lejos no siempre es fácil.
Con algunos estar lejos, nos acercó.
Con otros, nos alejó
Igual que cuando estábamos cerca.
Cerca de donde? Cerca de que?
Cerca como?
Estar lejos, o cerca, no es siempre fácil.
Pero si me alejo, quizás te veo mejor.
Sobretodo ahora, que sin anteojos no veo nada 🤪
Tumblr media
1 note · View note
averdia · 5 years
Text
Day 2: Eyes -LeviHan Week-
Martes.
Al día siguiente, poco antes de salir el sol, Levi ya se encontraba frente a la puerta del dormitorio de Hange.
Tocó un par de veces sin obtener respuesta, Ackerman supuso que la mujer aún dormía y consideró regresar más tarde, giró sobre sus talones para irse y en fracción de segundos volvió a su posición frente a la puerta.
Sujetó el pomo de la puerta con firmeza, lo giró y abrió delicadamente, tratando de evitar que la madera crujiera ante el movimiento.
Se infiltró en la habitación con éxito, cerrando la puerta con la misma delicadeza con la que la abrió.
Entró con cuidado tratando de no tropezar con nada y a tientas buscó una silla para esperar el despertar de su compañera y apresurarla para comenzar cuanto antes con sus tareas del día.
No supo por qué, pero en cuanto tomó asiento sintió pesadez en los ojos, comenzando a parpadear repetidas veces, con el dorso de su mano restregó las cuencas oculares a la vez que un bostezo hizo su aparición.
Luchando contra ese deseo, decidió dormitar un par de minutos.
Con lo que no contó el capitán, es que no serían minutos.
.
Hange abrió los ojos y parpadeó un par de veces para acostumbrarse a la escasa luz que se filtraba en su habitación, dio un gran bostezo y comenzó a estirarse como un gato. Soltó un gran suspiro mientras levantaba su torso, quedando sentada en la cama.
Se talló el rostro con sus manos, giró su cabeza hacia la ventana, ya estaba por salir el sol. Así que decidió levantarse para comenzar a vestirse. Seguramente Levi ya estaría esperándola en el área de trabajo.
Volteó hacia la izquierda y vio un bulto de ese lado de la habitación, le extrañó porque ella no había dejado nada colocado ahí, así que buscó a tientas en la pequeña mesita junto a su cama sus anteojos. Se los colocó y lo que vio la desconcertó.
«¿Levi?» pensó.
Se levantó en un rápido movimiento ocasionando que emitiera un quejido de dolor. Su tobillo izquierdo aún le molestaba a causa de la caída del día anterior. Masculló para sus adentros, no quería hacer ruido y despertar al pequeño durmiente.
Tratando de no colocar todo el peso sobre su pie lastimado, caminó hacia el habitante de la silla. Ella sonrió al ver el rostro apacible de su camarada. Se veía lindo durmiendo. Entró en un dilema sobre si despertar o no al hombre.
Decidió no hacerlo mientras volvía a sonreír y se acercaba a su armario en busca de su uniforme. Debía vestirse cuanto antes, se quitó las gafas y comenzó colocándose sus prendas.
Una vez vestida con el uniforme y el arnés, se acercó una vez más a Levi, lo miraba tan embelesada. No entendía como en un cuerpo pequeño se encontrara tanto poder.
Vio como el capitán frunció la nariz y lentamente abría los ojos.
Levi por su parte, sintió como algo invadía su espacio personal y comenzó a abrir los ojos, encontrándose con los orbes cafés de su compañera.
Ambos parpadearon al mismo tiempo, para después sostenerse la mirada, él veía esos grandes ojos castaños enmarcados con unas delgadas pero pobladas cejas, decorando el panorama una cortina de espesas pestañas, no sabía por qué pero no podía despegar la mirada de esos irises.
Hange también se dedicó a estudiar esa mirada. Que recordara, nunca había visto a Levi de esa manera. Lo miró a los ojos perdiéndose en ese mar azulado, y con las delgadas cejas como marco, hacían un cuadro perfecto de ese rostro de tez pálida.
El pulso se aceleró en ambos sujetos, pero quien reaccionó primero fue la mujer, mostrando una sonrisilla mientras con el dedo índice golpeaba la frente de su compañero, sacándolo de su estado de ensoñación.
—Pero qué...
—Enano, ojos bonitos, ¿no te han dicho que es de mala educación irrumpir en la habitación de una chica?
—Yo no veo a ninguna chica aquí, solo a ti —respondió Levi ignorando el cumplido que la mujer le dedicó.
Hange lo miró y enseguida se carcajeó.
—Eres tan involuntariamente gracioso, enano. Al menos ya estás listo, solo deja me pongo las botas y estoy lista.
Efectivamente, Hange aprovechó mientras Levi dormía para vestirse y peinarse como de costumbre. Así que con caminar pausado regresó a la cama para sentarse al borde de esta y comenzó a calzarse.
Levi miró hacia los pies de su compañera, notando que el tobillo izquierdo de ella se encontraba inflamado, mostrando una leve coloración entre morado y azulado. Frunció el ceño al ver como la mujer arrugaba la nariz al colocarse la bota izquierda.
—Oe, eso no se ve muy bien —ladeó la cara y con el mentón señaló su tobillo.
—Ya se pasará, no te preocupes.
—Deberías hacer que revisen eso o por lo menos descansar hoy.
—¿Estás loco? Descansar sería retrasar un día entero la investigación, y no estoy de ánimos para estresarme después.
—No entiendo cómo es que no has hecho nada para cuidarte, has elaborado tantos brebajes y medicinas para untar y no puedes embarrarte algo de eso en ese pie.
—No te preocupes, es una pequeña inflamación, seguro al rato o mañana estará mejor, ahora vámonos, no hay tiempo que perder.
Hange se levantó y trató de no gesticular al sentir dolor, no quería más reclamos de parte de su compañero. Tampoco quería preocuparlo, era cierto que el pie le dolía sobremanera pero tampoco quería atrasar su itinerario ni a sus subordinados, ya habría tiempo para descansar más adelante. Aunque consideró eso de untarse algún ungüento para bajar la inflamación.
.
—Buen día a todos —Hange saludó como de costumbre, recibiendo el saludo de vuelta como era de esperarse.
—Estaré de este lado, cuatro ojos.
—No, no, no —ella chasqueó la lengua contra sus dientes mientras negaba con su dedo índice—, no señor, usted va a participar el día de hoy.
—¿Cómo?
—Sí, te contemplamos para que nos ayudes hoy, así que ven acá, amiguito, te diremos cuáles son tus obligaciones.
Levi no tuvo otra opción más que aceptar, eso sí, con un gesto de hastío. Hange sonrió y procedieron a instalar una mesa redonda.  La científica hablaba y hablaba, Levi escuchaba a la vez que miraba de nuevo esos grandes y expresivos ojos cafés. Se reprendió mentalmente al saberse observado cuando Hange lo cuestionó sobre si había entendido su tarea.
—Entendido.
—Así me gusta, andando todos, que el día es corto —Hange golpeó sus manos entre sí dando inicio a otro agotador día de investigación.
.
La mujer no podía evitar caminar pausado, la condenada inflamación parecía ser que no quería ceder, iba a maldecir cuando notó que alguien se colocaba a su lado, acompañándola en su andar.
—Hola, Levi.
—¿Ya vas a revisar ese pie?
Hange puso los ojos en blanco, para después soltar un bufido: —Sí, ya lo haré, no te preocupes.
Caminaron en silencio hasta la habitación de ella, Hange lo miró y comprendió que Levi esperaba que tomara sus enseres y se dirigiera al cuarto de baño. La mujer sonrió mientras meneaba la cabeza en negación.
Levi le arrancó las cosas de sus brazos y comenzó a caminar, con ella siguiéndolo. Llegaron al baño, el hombre extendió las cosas a su propietaria, esta las tomó y él cerró la puerta para dirigirse a su habitación.
—Hasta mañana, Levi. ¡Gracias! —el eco de la voz de Hange se escuchó por el pasillo.
Levi mostró una discreta sonrisa. Había comenzado de una manera estupenda ese día, mirando los ojos de esa atolondrada pero interesante mujer.
...
32 notes · View notes
Photo
Tumblr media
El segundo jueves de octubre se celebra el Día Mundial de la Vista. Una fecha decretada por Organización Mundial de la Salud (OMS) conjuntamente con el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB).
El objetivo que persigue este día, es concienciar a las personas sobre los diferentes tipos de afecciones visuales, sus tratamientos y como casi todos son prevenibles o curables, evitando así que el paciente pierda totalmente la capacidad de ver.
Según datos de la misma OMS, en el mundo hay aproximadamente 180 millones de personas con algún tipo de discapacidad visual, de todas ellas un total entre 40 y 45 millones son totalmente ciegas. Se estima que para el año que viene 2020 estos números se duplicarán de tal manera, que la ceguera en el mundo así como el derecho a tener una buena salud visual se transformará en un derecho humano.
El lema de la campaña de este año "Visión Primero" quiere poner en la palestra que más de mil millones de personas en el mundo no pueden ver bien porque no tienen acceso a anteojos, o gafas.
La salud visual en estadísticas
Los estudios más recientes demuestran que el 80% de los casos de ceguera que existen actualmente podían haberse prevenido e incluso curado totalmente. Ya que el 20% de los mismos se podían evitar, mientras que para el otro 60% existen tratamientos e intervenciones quirúrgicas que le proporciona una mejor calidad de vida al paciente e incluso le devuelven por completo este sentido.
Es más, de entre todas las partes del cuerpo que responde de mejor manera a trasplantes o cualquier tipo de operación, los ojos son uno de los órganos que presentan los resultados más favorables.
Entre las intervenciones más comunes que se suelen realizar en pro de la salud visual están las siguientes:
Cirugía de cataratas.
La prevención del tracoma.
Distribución de ivermectina para tratar la oncocercosis.
La inmunización contra el sarampión.
Distribución de suplementos de vitamina A para evitar la ceguera en niños.
Los lentes correctivos.
Tumblr media
Programa VISIÓN 2020
El programa VISIÓN 2020, fue implementado en el año 1999 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB), junto con otras organizaciones aliadas de las Naciones Unidas. Existen 40 países en el mundo que han aprobado este programa y buscan mejorar la calidad de vida de millones de mujeres, niños y hombres que padecen alguna discapacidad visual.
Las estadísticas de la OMS demuestran que la mayoría de las personas ciegas en el mundo, provienen de un país en vías de desarrollo y casi todas pertenecen a los estratos más bajos de la sociedad. Así tenemos que 9 millones de ciegos viven en la India, 7 millones son de África y 6 millones de China.
De esta misma manera los números evidencia que aparte de la pobreza otro factor determinante es el género. La mayoría de las personas ciegas son mujeres.
Y el tercer factor es la edad. Ha proliferado en el tiempo la cantidad de niños que quedan ciegos porque no se les brindan los cuidados necesarion, ni se les vacuna a tiempo para evitar la pérdida de la visión.
VISIÓN 2020, busca eliminar todos los posibles cuadros de ceguera evitable antes del año 2020 y asegurar que ninguna persona en el mundo vulva a quedar ciega por una afección que pueda ser curada, operada o corregida.
¿Cómo celebrar el Día Mundial de la Vista?
Entre los planes que puedes prever en tu agenda, podrías anotar una visita al oftalmólogo, para así cuidar tu propia visión. También sería interesante que te informes sobre los programas que existen en tu ciudad sobre VISIÓN 2020 o cualquier otro movimiento que busque ayudar a los ciegos o personas con algún tipo de discapacidad visual.
Por último, todo lo que descubras compártelo en las redes sociales junto al hashtag #DíaMundialDeLaVista.
1 note · View note
Text
39 Ahora, ¿dónde empezó entonces esta organización? Jesús, cuando estuvo en la tierra, jamás organizó una iglesia. Él habló de una Iglesia que vendría, pero Él nunca organizó alguna iglesia. Jamás se organizó una iglesia, por cientos de años después de la muerte del último apóstol. Y la primera iglesia organizada que hubo sobre la tierra, fue la iglesia Católica Romana. Ahora, yo tengo Los Padres Preniceícos, El Libro De Mártires De Foxe, los escritos de Josefo, Las Primeras Edades de Pemberman, y muchos de los grandes escritores de antaño. Y en ninguna parte, por ningún lugar ha sido escrito en alguna página de la historia, que haya habido una iglesia organizada hasta cuando la iglesia Católica Romana fue organizada. Y ella llegó a ser una organización, lo cual era contrario a Dios.
Ahora, si tal cosa venía… ¡Oh, desearía poderles hacer entender esto a Uds.! Si tal cosa venía, y sería algo tan anticristo, ¿no debe Dios saberlo de antemano, si Él es el Dios infinito? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] Si Él es infinito, ¿no habría de saber que estas cosas venían? Y si es una cosa tan horrible, ¿no le advertiría Él de antemano a Su Iglesia? [“Amén”.] Ahora, espero que entiendan mejor por qué es que golpeo, no a las personas en las organizaciones, sino a las organizaciones en su esquema. Eso no puede ser otra cosa que anticristo, en cada una de ellas.
40 Ahora Ud. dice: “Espere un minuto, pensé que Ud. no predicaba sino la Biblia”.
41 Entonces dejemos que la Biblia lo diga. Vamos a abrir ahora y a leer por un momento. Abran conmigo a Apocalipsis, el capítulo 17. Ésta es la revelación de Jesucristo, a Su Iglesia, la Iglesia llamada a salir. Apocalipsis 17. Y trataremos de hacer esto lo más breve posible. Pero observen ahora mientras leemos.
Vino…uno de los siete ángeles a mí que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas;
42 Ahora, todo esto es simbólico, porque es una revelación de Jesucristo, sellada. ¿Lo sabían Uds.? Es una cosa escondida y sólo puede ser revelada, no por la mente intelectual, sino que revelado por el Espíritu Santo por medio de los dones del Espíritu: “Para el que tiene sabiduría que cuente los números de la bestia; para el que tiene sabiduría, el don de sabiduría, que haga esto y que haga aquello”. Y Ésta es la revelación.
43 Ahora, cualquiera sabe que cuando se simboliza con una mujer en la Biblia, se refiere a una iglesia. La Iglesia de Cristo es llamada “la Novia”. Pablo dijo: “Os he desposado con Cristo como una virgen pura”.
44 Ahora aquí estamos hablando de una mujer importante que es una mujer de mala fama. “Ven acá, y te mostraré” le dijo el Ángel a Juan, “la sentencia contra la gran ramera, que está sentada sobre muchas aguas”. Ahora: “Mujer sentada sobre muchas aguas”, suena muy místico, pero todo está aquí. La Biblia lo explica.
Ahora, vamos al capítulo 15, para que podamos… o el versículo 15, mejor dicho, del mismo capítulo, para que Uds. puedan ver lo que significan las—las—las—las “aguas”.
Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
45 Por tanto, las aguas sobre las que la mujer estaba sentada, estando sobre ellas, ella tenía control de “naciones, pueblos, muchedumbres y lenguas”. Ella lo controlaba todo; una mujer, una mujer de mala fama.
Ahora, si una mujer es de mala fama, si sabemos que a una mujer se le dice así en lo natural, a una—una mujer, sabríamos que ella fue infiel a su marido. Así sería llamada. Pues ella estaría pretendiendo vivir fiel a un hombre y siéndole infiel. ¿Verdad que sí? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.]
Bueno, entonces si ésta es la iglesia que dice que Cristo es su Esposo, y su doctrina es contraria a Su Enseñanza, ella es una prostituta. Y ella tiene control sobre los pueblos y las muchedumbres y naciones. “Ven acá y te mostraré la sentencia contra ella”. Ahora tenemos el cuadro.
…con la cual han cometido fornicaciones los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se…embriagaron con el vino de su fornicación.
46 ¿Qué es fornicaciones? “Inmundicia; ser inmunda”. Ella es una prostituta. Ella es inmunda en su ser, y toda la gente rica del mundo, los reyes y grandes hombres de las naciones y multitudes, han cometido fornicaciones con ella; han participado de su maldad. ¿Uds. ven a dónde ha llegado, verdad? [La congregación dice: “Amén”.—Ed.] ¿Ven?
47 Ahora, yo no soy responsable por Esto escrito, pero sí soy responsable si no lo enseño. A-ja. Estamos hablando entonces de la iglesia. Ahora, si se fijan, a medida que avanzamos un poco.
Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia de color escarlata…
48 Permítanme cubro estos símbolos a medida que avanzamos. Ahora, escarlata es “rojo”. Rojo, de una manera, es un color bueno. Rojo, de otra manera, es un color de mala fama, luz roja, color de peligro. “Una de color escarlata… Ella estaba adornada de color escarlata” rojo, prostituta.
49 “Y estaba sentada sobre una bestia”. Una bestia, en la Biblia, significa “poder”. Si Uds. notan, muchos ministros, los veo moviendo la cabeza que es correcto, pues ellos son maestros de la Biblia. Una bestia significa un “poder”. Nosotros vemos estas bestias de la—de la Biblia, de Apocalipsis 13, y de Daniel, saliendo del agua; bestia, poderes, saliendo de entre la gente.
50 Pero ¿se fijaron? En Apocalipsis 13, cuando los Estados Unidos surgieron, es la única bestia en la Biblia, que surgió, que no salió de las aguas. La Biblia dice que salió de la tierra, donde no había pueblos. Ése era este reino nuevo. Y parecía un cordero, pero después de un tiempo habló como el dragón. Ése es este país. Esto tiene que suceder. Algún día cometerán un error y elegirán al individuo equivocado. Ellos levantarán un José, o… “un faraón que no conoce a José��. Ellos lo intentaron antes, y lo harán de nuevo si fallan en esta ocasión. Eso finalmente vendrá; la Biblia lo dice. Ahora, yo no soy un político; sus dos partidos son deshonestos. Yo le estoy dando mi voto a Jesucristo. Él es el Único que me interesa. Pero, les diré, más les vale que limpien sus anteojos ahora si esperan alguna libertad para sus hijos. Yo no sé qué tan cerca esté. Oren. Muy bien. Teniendo… Vigilen.
Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer (iglesia) sentada sobre una bestia de color escarlata, bestia de color escarlata, llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos.
51 “Siete cabezas”. Aquí más abajo dice: “Las siete cabezas”, que tenía la bestia, “son siete montes sobre los—los cuales está la ciudad”. Ahora, ¿qué ciudad está edificada sobre siete montes? [La congregación dice: “Roma”.—Ed.] Roma, exactamente, una ciudad que está sobre siete montes; una iglesia, una mujer, una prostituta que controlará el mundo con sus poderes. Pues, es tan claro como leer el periódico. ¿Ven? Seguro. Ahora.
Y la mujer estaba vestida de colores púrpura y escarlata (la mujer, la iglesia, rica), y adornada de oro de piedras preciosas y de perlas,…
52 Díganme de una de ellas que haya llegado a pagar impuestos sobre los ingresos. Díganme dónde se les cobra impuestos por alguna cosa. Tienen vía libre, en cualquier cosa que quieran hacer. Sin embargo, Dios tiene hijos allí. Seguro que los tiene.
53 Es igual, la olla no puede llamar negro al sartén. Muchas veces, los protestantes dicen: “Bueno, los católicos asesinaron aquí, allá, y acá”. ¿Quién asesinó a Joseph Smith? Yo no estoy de acuerdo con él. Pero él tenía el mismo derecho a su enseñanza que tengo yo a la mía, aquí en América. Y la iglesia metodista asesinó a Joseph Smith. Cuando uno entra a la Ciudad de—de Salt Lake, tienen un gran letrero: “Uds. los metodistas, vigilen a los mormones grillos”. Correcto. La iglesia metodista le disparó a Joseph Smith. ¡Protestantes! Así que, no se quejen de los católicos. Observen en unos minutos, la Biblia también lo dirá.
…de piedras preciosas…perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de la abominación y de la inmundicia de sus fornicaciónes, sus doctrinas, lo que ella repartía, los reyes de la tierra lo estaban bebiendo.
54 Cualquiera capaz de creer eso, le puede creer eso de las pastillas de vitaminas del Hermano Jagger; que: “Se le puede rociar agua a una mujer que lleva casada con un hombre treinta años, y que tiene una cantidad de hijos, y eso convertirla en virgen de nuevo y enviarla de nuevo al lecho matrimonial esa noche con su marido”. Cualquiera que pueda creer que el agua bendita hará eso, es capaz de creer cualquier cosa. Seguro.
Pero los reyes de la tierra cometen tales cosas como ésas. Es para que puedan vivir y sentir calma. En el fondo, en el corazón, Uds. saben que están podridos. Requiere de la Sangre de Jesucristo para limpiarlos. Pero ahora noten, ella fue la primera iglesia organizada, la Biblia lo menciona aquí.
y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
55 Ahora observen. Todos estaremos de acuerdo. Y los propios libros de los romanos, los libros de los propios católicos, concuerdan en que ésa es la iglesia romana; concuerda con sus propios libros. Tengo lo que es llamado Los Hechos De Nuestra Fe, sólo lo puede tener un sacerdote. Una católica se convirtió a mi… Lo cual, su hijo era un sacerdote, y ella me dio el libro. Luego él la convenció a que regresara a la iglesia; ella volvió por él, y no se lo entregué. Lo guardé como evidencia, quería saber de lo que estaba hablando. Cuando yo digo cualquier cosa, debo saberlo. Dios me hará responsable por ello.
56 Y recuerden, ella fue llamada “MISTERIO: BABILONIA”. Nosotros sabemos que ésa es la iglesia católica. Pero, fíjense: ella es “LA MADRE DE LAS RAMERAS”. ¿Qué es una ramera? Lo mismo que es ella, la prostituta. Ahora, ¿de dónde vinieron estas organizaciones? Allí está su madre. Para empezar, eso es lo que ellas son. Luego Uds. dicen: “Ése es el anticristo”. Eso es cierto. Entonces si eso es anticristo, luego ¿qué de nuestras organizaciones? Es igual como ramera y prostituta son lo mismo, “cometen adulterio, cometen fornicaciones”, aceptando cosas falsas por culpa de la mente e intelecto de hombres. Como dice la Biblia: “Enseñando como Doctrina los mandamientos de hombres”. A eso se le llama iglesia hoy, lo cual está en contra del Reino de Dios.
57 Como en el Antiguo Testamento. Dios quería ser Rey sobre Israel, antes que llegara a ser una iglesia, y Él era Rey. Y a pesar de que ellos tenían un profeta, Samuel, un buen hombre, y cuando él les había dicho de eso, por si es que querían un rey. Pero ellos quisieron ser como los demás pueblos. Ellos querían ser como los filisteos.
58 Eso es lo que sucede con el pueblo protestante. Ellos no dejan quieto lo que funciona. Ellos simplemente… Cuando el Espíritu Santo cayó sobre ellos en ese entonces, hace cuarenta años, y el poder comenzó a derramarse y ellos comenzaron a danzar y a clamar, y hablar en lenguas, ellos no lo dejaron quieto. Ellos tuvieron que organizarlo. Luego vino uno, y ellos convocaron un Concilio General. Luego vino otro, con una poca Luz del Nombre, Jesucristo, y los llamaron “Temas Nuevos” y los expulsaron. Luego ellos se consiguieron una organización llamada la P.A. de J.C., Asambleas Pentecostales De Jesucristo. Surgió una pequeña fricción entre ellos, si Él viene en un caballo blanco o en qué manera Él vendría, y organizaron otra, llamada P.A. de W., Asambleas Pentecostales del Mundo. ¡Oh, vaya, vaya! Después vino la Iglesia de Dios. Luego, ellos se separaron conforme a una profecía, se volvieron a organizar. Cada vez que Uds. lo hacen, Uds. se salen de la voluntad de Dios. ¡Es un espíritu anticristo!
59 La Iglesia de Dios es libre. La Iglesia de Dios no está atada por fronteras, pues, de mar a mar le pertenece a Dios, todo ser humano bajo la tierra le pertenece a Él. Ya sea él católico, protestante o cualquier cosa que sea, Dios busca aquellos de corazón sincero. Y nosotros somos salvos por fe, creyendo en Él. Ésa es la Iglesia. Ahora (¿ven Uds.?), la Iglesia no es una organización.
60 Y cada vez que Uds. vean organización, sólo recuerden: tiene “anticristo” escrito por todas partes. Aquí está en la Biblia. Eso está tan claro como sé leerlo. Yo—yo tengo bastantes amigos preciosos sentados aquí, que pertenecen a la organización, yo no digo que Uds. sean anticristo; no los estoy llamando eso a Uds.
    60-0911E - Cinco Identificaciones Definitivas De La Verdadera Iglesia Del Dios Vivo
1 note · View note
verdadpresenteadv · 2 years
Text
Lección 7 | Jueves 11 de agosto LA DISCIPLINA DE NUESTRO PADRE Lee Hebreos 12:5 al 13. ¿Cuál es el mensaje para nosotros aquí y cómo encaja con lo que hemos estado estudiando este trimestre? En Hebreos 12:5 al 13, Pablo describe las pruebas en el contexto de la disciplina. En la Biblia, la palabra disciplina aparece diez veces. En el mundo griego, esta era la palabra más básica para “educación”. Entonces, entender la “disciplina” es entender cómo Dios nos educa en la escuela de la fe, que Pablo describe anteriormente en Hebreos 11. En todo Hebreos 11, Pablo pinta cuadros de hombres y mujeres de fe. La fe fue lo que los impulsó a seguir cuando enfrentaron todo tipo de situaciones difíciles. Al entrar en el capítulo 12, Pablo se dirige a nosotros, los lectores, y dice que, dado que tantas personas antes que nosotros perseveraron contra obstáculos increíbles, nosotros también podemos correr y terminar la vida de fe. La clave es fijar nuestros ojos en Jesús (Heb. 12:2), para que él pueda ser un ejemplo en tiempos difíciles (Heb. 12:3). Leer el capítulo 12 es como recibir un par de anteojos para lectura. Sin estas lentes, nuestra visión o comprensión de las dificultades siempre será borrosa. Pero, mirar a través de estas lentes corregirá la explicación borrosa del sufrimiento que nuestra cultura nos impone. Entonces podremos entender claramente y responder a las pruebas con inteligencia. Lee a través de los “anteojos” de Hebreos 12:1 al 13. Ahora, concéntrate en los versículos 5 al 13 y responde estas preguntas: ¿Cuál es… …la fuente de la disciplina? …nuestra respuesta a la disciplina? …el objetivo de la disciplina? Vuelve a leer Hebreos 12:1 al 13. Haz una lista de todas las razones que identificas como fundamentos de esperanza. ¿En qué medida viviste esta esperanza en tus tiempos de “educación” espiritual?
Tumblr media
0 notes
Text
Blue Velvet
Yo tocaba el terciopelo: era áspero cuando pasaba la mano para un lado y suave cuando la pasaba para el otro.
Silvina Ocampo. “El vestido de terciopelo”
Modelo nº1
Se trata de caminar siempre por las mismas baldosas, pisando una cada tres. El que pisa al costado, pierde. El que pisa las del medio (la número uno, la número dos), pierde. El camino correcto está en las terceras baldosas; alrededor, y sobre todo en el medio, el tembladeral y los hormigueros, porque lo que parece a primera vista una baldosa igual que las demás, con ese engañoso brillo, o con ese ingenuo diseño acanalado, es en realidad la puerta-trampa del infierno.
Modelo nº2
Vestía de negro, porque estaba de duelo por la reciente muerte de su padre. Así iba vestida a la escuela, con el uniforme reglamentario, pero teñido de negro, por permiso especial de la dirección. Impecable el peinado, impecables las manos, arrugaditas y finas, con las uñas pulidas y cortas. No necesitaba estudiar las lecciones: ya las sabía, porque desde muy niña había leído todos los libros de la biblioteca de su padre, que era vasta. Jamás levantaba la mano para responder una pregunta de una profesora, pero cuando pasaba al frente, disertaba sobre cualquier tema, con la solvencia de un académico. Trataba a sus compañeras con divertida condescendencia, y a las profesoras con irónico desprecio. Se le permitía todo lo que en otras se castigaba, como retirarse a cualquier hora, llegar tarde, o no participar de las clases de gimnasia. En la capilla de la escuela, podía estar horas con los brazos en cruz y la mirada fija en un punto distante, en estudiada actitud de contemplación mística. Después se supo que sedujo y estafó a su tutor, y que huyó a otra provincia con un joven profesor de física, a quien después abandonó por un juez de la nación, y que un río se llevó su cuerpo pálido corriente abajo, con el pelo entretejido de flores y algas, como Ofelia.
Escolio
Hay una pintura del alto renacimiento alemán que muestra la Crucificción de Cristo, y en un costado, agazapado, un demonio de grandes ojos amarillos mirando hacia afuera del cuadro, hacia el lugar donde esos enormes ojos de espanto se encuentran con los del contemplador. Hay una foto de la niña Ofelia sentada sobre las rodillas de su padre que produce el mismo efecto. El hombre, de levita negra, anteojos redondos y cuidado bigote gris, está leyendo un libro, sentado en un sillón de alto respaldo. En el fondo, se ve parte de una biblioteca que probablemente cubra toda la pared a la que se encuentra adosada. El caballero sostiene a la niña sobre sus rodillas sin tocarla ni prestarle la menor atención. Hay madonas que sostienen al niño Jesús con la misma sobria indiferencia. La niña mira el libro que el padre lee; tal vez ella también lo esté leyendo. Sobre el escritorio, a la derecha, descansa un puñal toledano, que se aprecia bien en la foto porque la niña levanta apenas la empuñadura con su mano, como si quisiera mostrarlo a la cámara. Por la fecha que se registra en el reverso, pudo saberse que la foto fue tomada dos días antes del suicidio del padre, en la misma habitación, mediante la técnica tradicional japonesa del seppuku.
1 note · View note
burakrevista · 2 years
Text
Una posibilidad de desolación. María Fernanda Trebol
Tumblr media
Marion camina por la casa. No le importa estar sola. Tampoco sentirse sola. Es una condición a la que está acostumbrada. Es posible que nunca haya transitado otra.
La casa es grande, pero ella siente que los espacios están debidamente ocupados. Desde las ventanas entra la luz de la tarde. La luz es un objeto, una entidad que ocupa lugar. No hay posibilidad de desolación en un lugar iluminado.
Su esposo se ha ido. Por fin, ha terminado de irse. Ayer se llevó su cuerpo, su olor, el peso de su mirada. Lo último que quedaba de él. Quizás, lo único que nunca había estado del todo.
Ella camina y repasa las habitaciones en busca de algo que Alex haya olvidado. No quisiera llevarse la desagradable sorpresa de encontrarse con una prenda, uno de sus muchos de anteojos o, incluso, con algún rincón que lo recuerde especialmente. Si hallara un objeto, lo tiraría inmediatamente a la basura. Si se diera el caso de hallar un espacio que acabe recordándole a él, movería un mueble, un cuadro o un espejo para deshacer el resabio.
Tras recorrer todo el piso superior, nada aparece. Las obras de arte, los títulos de la biblioteca, las telas de tapizados y cortinas del cuarto ámbar, el sonido lejano de los pájaros. Todo eso es absolutamente suyo. No hay huella de ese hombre lejano que supo dormir bajo sus mismas sábanas.
Desciende, entonces, por la escalera. Se le antoja natural esto de no haber encontrado ni una mota de presencia de Alex. Desde el primer momento, aquella vieja casona remodelada que les había obsequiado su madre hizo sentir extraño, fuera de lugar, como si fuera incapaz de acomodar su cuerpo a aquellas paredes. Incluso las cosas perdían su compostura, su perspectiva, cuando él estaba dentro.
No encuentra nada en el recibidor. Un perchero de pie, otro distinto para colgar sombreros, un chal que cuelga desde hace varios días, la pequeña escultura que trajo de Perú cuando viajó con sus amigas.
Ya ha visto la cocina el día anterior. Nada.
Sólo le queda la sala, enorme, eminentemente blanca. Una mesa larga y clara, a la que jamás se ha sentado nadie. Un plato de cerámica en el centro, pintado con tintes azafrán.
Marion detiene su mirar en un estante. Allí falta algo. La pequeña caja de mármol blanco que guarda las cenizas de su hijo ya no está. Las cenizas del hijo que ha tenido con Alex.
Marion se acerca. Tal vez no está viendo bien. La caja apenas se distingue del fondo. La caja, el estante, la pequeña flor que ofrece su vigilia. Todo fundido en la misma palidez. Quizás está allí, mimetizada con lo que la rodea. No, no está.
La mujer mira en otras direcciones. Tal vez alguien la haya cambiado de lugar. Mira otro estante, el alféizar de la ventana, abre las gavetas inferiores. No, no está.
“Se lo ha llevado”, piensa. “Se lo ha llevado sin permiso y sin derecho”. ¿Por qué había hecho eso su esposo? ¿Para qué tomarse la molestia?
Ese pequeño objeto blanco es una prueba de algo que había ocurrido entre los dos. Según las intenciones que ella había planteado, casi era mejor que no estuviera, pero en este momento, no piensa lo mismo. Le molesta más su ausencia, porque el vacío sobre el estante habla de una voluntad de Alex que se convirtió en acción. Y esta acción es aún más fuerte que el acto que dio origen a aquel hijo. Aquello fue casi involuntario, esto fue absolutamente adrede. Un despojo.
Marion podría eliminar el estante, incluso olvidar que alguna vez estuvo allí. Pero no podrá olvidar la ausencia de la pequeña caja blanca. La caja hubiera, tal vez, sido capaz de recordarle a su esposo, pero la ausencia de la caja indefectiblemente lo está trayendo a su memoria.
Entonces, por primera vez en muchas semanas, ella llora.
.
.
María Fernanda Trebol
Nació en Casilda, en 1975. Vive en Rosario. Es Lic. en Comunicación Social (UNR). Formó parte del grupo literario independiente “Impronta en el Margen” (Casilda -1990 a 1997). En Capital Federal, escribió para la revista “Soles - la agenda cultural de Buenos Aires”. Desde 2018 participa del Taller de la Calle Inclinada, que coordina el escritor Marcelo Scalona. Publica en la contratapa del diario “Rosario/12”. A través de concursos literarios, cuentos y poemas de su autoría forman parte de las siguientes antologías: “Tiempo de contar” (Editorial UNC - 2° premio - 2020); “El Paraguas amarillo” (Urrike Liburudenda - Meritorio - 2020); “Cuentistas Rosarinos” (UNR Editora - 2008). Es autora y editora de la novela colectiva "El circo y La Mariposa", publicada en 2021 por Homo Sapiens Ediciones.
.
0 notes