Traducción: Línea de Salida - Honeyworks - (Historia corta)
En celebración del cumpleaños de LIPxLIP, Honeyworks ha subido en este enlace dos pequeñas historias.
❥ Línea de Salida.
❥ Periódico de la Preparatoria Sakuragaoka. Extra: Entrevista
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Línea de salida.
“Suzumi-san, ¿por qué no vienes a nuestra escuela secundaria?”
Fue el día que terminó el último año de la escuela secundaria que un maestro del Instituto de Sakuragaoka la invitó, le dijo que en aquella escuela era asesor del club de atletismo. Por aquel entonces se encontraba deprimida apunto de volver a casa, no había podido lograr el objetivo que se había fijado durante tres años: estar dentro del puesto 10 de Japón como atleta.
En la escuela secundaria en donde Hiyori asistió, fue el profesor Yamazaki quien le enseñó sobre atletismo. El profesor Yamazaki era conocido como un profesor universitario, aunque parece que un día fue a ver una carrera cuando escuchó sobre ella. Sin embargo, Hiyori, a quien se le propuso la escuela Sakuragaoka, escuchó que esta se encontraba en Tokio. No pudo tragarse la invitación de inmediato, pues estaba muy confundida por ello.
Nunca se le había pasado por la cabeza asistir a una secundaria en Tokio. Como todas las demás personas, había dado por sentado que iría a un instituto local.
Para ser honestos, Hiyori vive en “el campo”. Allí no hay tantas escuelas como para elegir y, aunque hay exámenes, la mayoría de los estudiantes aprueban porque el número de estudiantes no es suficiente.
En la escuela pública local, no había club de atletismo. Realmente, no era una escuela en donde las actividades de los clubes fueran activas. Incluso si lo hubiese, sólo se trataría de una actividad poco aprovechada. Y tampoco había algún maestro para que le enseñase. Por lo tanto, tuvo que rendirse pensando que sería difícil continuar corriendo después de graduarse de la secundaria.
Por supuesto, quiero seguir corriendo. En tercer año de la secundaria, me dediqué a las actividades del club. Amaba correr más que cualquier otra cosa, en parte también porque solo tenía eso. Sin embargo, Tokio está muy lejos. Por el momento me dijeron que “lo pensara” y he retenido una respuesta en mi mente, pero parece imposible.
Durante la pausa del almuerzo, Hiyori se encontraba recostada sobre su escritorio, gimiendo con frustración.
Shirakawa Satoe, una amiga cercana de ella quien se sentaba en frente, mantenía sus ojos en ella mientras masticaba un sándwich.
—¿Qué sucede, Hiyori? ¿Te duele el estómago luego de comer tanto?
—Waah~, Sato-chan, ¿qué debo hacer?
Sostuvo su cabeza con ambas manos. La semana posterior a que los torneos se hubieran terminado junto a las actividades del club, Hiyori no pudo dejar de preocuparse por el atletismo durante los días pasados.
Gracias a eso, siento que mi estómago se ha vuelto muy pesado.
En la lonchera del día de hoy llevaba dos grandes bolas de arroz y camarones fritos, pero su apetito estaba cerrado y abandonó el perejil del mismo.
—¿Sigues preocupada por la escuela de Tokio?
—Estoy preocupada justamente porque es Tokio… ¡Tokio está tan lejos como si estuviera al otro lado del mundo!
—Está bien. Pero eres Hiyori, ¡puedes seguir corriendo si haces tu mejor esfuerzo!
—¡No importa cuánto haga, es imposible! —Hiyori negó con la cabeza y respondió.
—Pero se encuentra a dos horas en avión, ¿no es así? Y a diez en autobús. Puede que esté mucho más cerca de lo que crees.
—No tengo mucho dinero para volar.
—Cierto, ¿por qué es tan difícil? Si yo tuviera dinero, iría a un show en vivo en Tokio u Osaka…
Hiyori y Satoe suspiran “ugh”.
Después de todo, me pregunto si ya debo rendirme…
Todavía no he hablado con mis padres sobre Sakuragaoka
Si deseo ir a una escuela en Tokio, posiblemente a la abuela y el abuelo no les guste… Y mi papá se rehusará absolutamente…
—Desesperanzada… —dijo Hiyori, volviendo a dejar caer su cabeza sobre el escritorio—. Y, ¿qué pasaría si hiciera el examen sin pedir permiso? ¡Si apruebo, no habría vuelta atrás!
—… ¿Cómo vivirás en Tokio?
Vio a Satoe cruzarse de brazos cuando levantó su rostro. —Ese es el problema.
Sería bastante difícil pagar alquiler, los gastos de manutención y las tasas de matrícula solo manteniendo un trabajo a tiempo parcial como estudiante. No es imposible, pero no cree poder permitirse ese lujo por el atletismo. Entonces no tenía sentido ir a Tokio.
—Pero deseas correr, ¿verdad?
—Así es. He estado haciendo todo lo posible y… todavía no he renunciado a estar entre los diez mejores de todo Japón.
—¿Estás apuntando a ser una jugadora profesional de la selección japonesa? —Mientras Satoe le picaba la mejilla con un palillo, se burló de ella.
—No estoy en buena forma para llegar a eso de momento… pero no quiero dejar de correr.
Podría correr en cualquier lugar sin unirme a un club. Estoy segura de que esa sería la respuesta de mis padres. Lo sé. Pero depende siempre de la motivación de la persona eso.
Ni siquiera se me ocurrió ir a Tokio hasta que apareció ese profesor con la invitación para Sakuraoka. No me pasaría esto si no hubiese pasado. Entonces, la invitación de ese maestro es pecaminosa para mí.
Satoe ríe y se agarra la cabeza y se levanta, con un tono de voz fuerte exclama:
—Di algo feliz, Hiyori —su cabello estaba despeinado.
— ¡Ya lo decidí! Iré a la misma escuela que Satoe-chan. ¡Nunca iré a una escuela distinta! ¡Listo, lo rechazaré!
Satoe se rió con felicidad con un “ajajaja”, con una voz bastante fuerte.
Pero entonces, se puso seria de repente.
—Pero… al final. Quiero que vayas a Tokio, Hiyori.
—¿Eh…?
—Es un desperdicio quedarse aquí en el campo. Tokio debe ser mucho más divertido incluso.
—Satoe-chan…
—Deseo que Hiyori decida eso. Porque eres tú, Hiyori.
¿Y sobre… nosotras?
Aunque ella se hallaba confundida, pronunció un “sí” mientras Satoe sacaba dos paquetes dulces de una bolsa.
—¿Cuál deseas probar?
Cuando formuló aquello, le mostró ambos paquetes a Hiyori y sonrió.
Eran dulces con una capa de chocolate, uno con sabor fresa y el otro limón (pokys). Hiyori, preocupada por la elección complicada, terminó sacando uno de cada paquete.
—¡Cuál será el mejor~!
Cuando respondió y rió, juntó ambos en su boca y los mordió.
***
Cuando las clases terminaron, salió del edificio de la escuela, el cielo nublado se estaba expandiendo.
Preparatoria en Tokio…
Toda su vida había dado por sentado que viviría en su ciudad natal. Nunca antes se imaginó siquiera la posibilidad de mudarse de su casa.
Pero al final... es imposible, Satoe-chan…
Hiyori mira el suelo cabizbaja, caminando. Vivir sola en la ciudad, ir a la preparatoria, sonaba a un futuro irreal por ahora para ella. Lo sabía con solo pensar lo díficil que sería.
No importa cuánto anhelaba ir.
Escuchó una voz alegre viniendo desde el patio de la escuela y se detuvo. Los miembros del club de béisbol y atletismos estaban practicando por ellos mismos. Hiyori junto a sus amigos tuvo que retirarse ya que habían pasado los tres años de secundaria completos y estaban por graduarse. Hasta hacía unos días, era habitual tener ese tipo de prácticas para ello. Tan pronto como terminaba las clases en esos días, recordaba que se cambiaba rápidamente de ropa para salir al patio a practicar.
—Fue divertido… —tales palabras salieron de la boca de Hiyori.
Estaba absorto mirando la práctica, imaginando a ella misma al mirar a sus kōhais.
Incluso si había asistido a una escuela secundaria local, aquellos tres años habían estado llenos de diversión. Riendo con sus amigos, los que irían a la misma preparatoria si fuese a una local, sin tener la ansiedad de no conocer a nadie.
Lo sé, pero mi corazón está aún deseando por otra parte.
El deseo de ir a otra preparatoria en Tokio, le era imposible de olvidar.
En la preparatoria Sakuragaoka habrá un club de atletismo y un maestro que le guíen de forma adecuada. Además podría continuar corriendo.
Sin embargo, también puede ser el anhelo de la hermosa atmósfera de una ciudad. Habrían muchas cosas en Tokio que no encuentro aquí. Es posible que pueda hacer un montón de cosas nuevas que no haría en mi localidad.
Aunque pensó que ya se había decidido con la imposibilidad, cuando pensaba en un mundo que todavía no había explorado, se sentía harta.
Pero, me pregunto si podría lograrlo...
Por esa razón, habría muchos obstáculos que superar. También el de persuadir a sus padres.
— ¡¡Oh, Suzumi-senpai!! —Un joven notó a Hiyori, sacudió su mano como saludo de una forma exagerada.
Al salir al patio, Hiyori se dirigió hacia todos los miembros del club de atletismo que se encontraban practicando.
—Suzumi-senpai, ¿ya te vas a casa? ¡Practiquemos juntos!
—Estoy retirada ya —cuando Hiyori río compadeciéndose, el joven expresó insatisfecho un “ehh”.
—¡Entonces solo mira la práctica! ¡Como una espectadora! Aunque podrías correr una vez más, una última vez con nosotros —el joven articuló mirando a Hiyori.
—¡Oh, entonces yo mediré el tiempo —dijo otro estudiante, de segundo año, mostrando un cronómetro. Los demás miembros del club se acercaron para medir las distancias.
Cuando se posó sobre la línea de salida, Hiyori tomó una respiración profunda y rápida mientras miraba la meta. En ella, estaba el joven sosteniendo el cronómetro.
Como no había traído las prendas de gimnasia ni una camiseta, Hiyori seguía vistiendo el uniforme. Los otros miembros estaban mirando la carrera en los bancos del costado. Colocó sus dedos en el suelo y empezó a agacharse para prepararse.
Al mirar al frente rápidamente, el sonido de su corazón se aceleró como si estuviese nerviosa. Al mismo tiempo que sonó el silbato de salida, pateó el suelo con fuerza para empezar a correr.
Todavía estoy lo suficientemente feliz.
Tengo a mis mejores amigos y amigas. Los arroces y las loncheras que hace mi mamá son deliciosos. Mi abuelo me dio en secreto algo de dinero en el bolsillo, y mi abuela es muy buena cosiendo, este año me hizo un yukata nuevo. Y mi papá me lleva a pescar a veces.
No, no hay un café de moda donde pueda comer panqueques esponjosos, pero hay tiendas nocturnas en los festivales de verano, e incluso se organiza una pequeña exhibición de fuegos artificiales.
Estoy segura de que todos los días podré divertirme aquí.
Además, si pensaba en ir a la ciudad, estaba segura de que se encontraría sola. Vivir sola sería más difícil de lo que se podría creer. No tendría amigos ni conocidos. Estaba segura que no podría llevarse bien con todos en la preparatoria de Tokio. Es muy posible que podría sentirse avergonzada por posibles risas hacia ella.
Pero...
Seguro debe haber un mundo mucho más extenso del que desconoce.
Después de superar la línea de meta, se detuvo a respirar hondo y miró hacia el cielo. El sol brillaba levemente a través de los huecos que formaban las nubes las cuales cubrían el cielo.
Puede que no sea demasiado tarde antes de rendirme sin haber probado…
***
Durante las vacaciones, Hiyori se encontró con Satoe en un parque a orillas del lago. Era el sitio en donde ambas solían jugar. No había viento y la superficie del agua estaba teñida del mismo color que el cielo del atardecer. Cuando el viento sopla, el agua hace unas ondas ligeras.
Ambas se sentaron en un banco e Hiyori comenzó a hablar.
—Esto… Satoe-chan.
—Sí, es cierto —Satoe sonrió y asintió, diciéndole que siguiera adelante.
—¡No he dicho nada todavía!
Ella, sorprendida, aún estaba posando su mirada sobre la superficie del agua, hasta que se volvió hacia Hiyori.
—Lo sé. Pero estoy tratando de decírtelo, Hiyori. Porque está escrito en tu cara. Decidiste ir a Tokio, ¿verdad?
Satoe, quien miraba a Hiyori, se apresuró a frotarse con las manos sus ojos humedecidos.
Como era de esperar, es mi mejor amiga. Debe haber sido toda una perspectiva. ¿O será porque ella tiene una personalidad demasiado frágil?
—Lo siento, Satoe-chan… ¡es cierto que deseo ir a la misma preparatoria que tú!
Se sentía traicionada y eso hacía que le doliese el pecho. Hiyori quiso alejarse, pero Satoe apretó su mano contra el banco.
—¡No! Eso no es bueno para ti.
—Satoe…
—Porque si vas a esa preparatoria, Hiyori, vas a terminar divirtiéndote y olvidarte de nosotros.
—¡No, jamás haría algo como eso! Eres mi mejor amiga, Satoe-chan, nadie más. ¡Me contactaré todos los días contigo!
—… ¿Qué harías si dijeras eso y luego obtienes un novio?
—¡¡¿¡Novio--?!!! ¡Nunca pasará algo como eso! —Hiyori gritó fuerte mientras agitaba sus manos de lado a lado.
—Irás a la ciudad, no lo sabes. Puede que consigas un chico guapo. ¿Qué pasa si al final él consume todo tu tiempo libre?
—Bueno, ¿qué debería…? No lo sé…
Hiyori se sentía atrapada, su voz se calmó (a diferencia del anterior grito) mientras juntaba sus dedos índice entre sí.
—¡Después de todo lo que hemos pasado, Hiyori elegirá el amor por sobre nuestra amistad! ¡Como si lo nuestro hubiese sido un juego! —Satoe se cubrió la cara con ambas manos.
—¡¡Eso no es cierto!! ¡¡Mis sentimientos siempre serás todos para Satoe-chan! ¡Nunca haré algo como eso!
Hiyori se puso seria y se golpeó el pecho. Satoe la miró a través del espacio entre sus dedos. Soltó su gesto como si no pudiese soportar eso.
Satoe sacudió sus hombros y se echó a reír, y ambas se contagiaron y rieron juntas. Con sus estómagos dolidos diciendo “jajajaja”. Sus lágrimas estaban a punto de derramarse, Hiyori se apresuró para extinguirlas.
En ese lugar, a menudo, se sentaba con Satoe y charlaban hasta que el sol se pusiera.
Cuando se encontraba deprimida sin obtener buenos resultados en los torneos, lloraba junto a ella en ese lugar. Ella pensó que estarían juntas el próximo año, y el siguiente.
Me siento perdida. Estaba tan preocupada por tomar una decisión.
Las risas se tranquilizaron junto a la depresión de Hiyori. Sus hombros se relajaron.
Cuando Hiyori se dio la vuelta, encontró a Satoe recostada.
—Satoe-chan…
—Haz tu mejor esfuerzo, Hiyori. No decaigas.
—Sí…
—Hiyori, está bien. Eres fuerte.
—No lo creo…
—Puedes sobrevivir hasta el final en cualquier entorno hostil.
—Sí… ¡no perderé, sin importar qué!
—¡Y yo no le daré la ¿posición? de mejor amiga de Hiyori a nadie!
—Sí… ¡nunca cambiaré de mejor amiga, lo serás por el resto de mi vida!
—Si llegas a tener novio, envíame la primera foto. ¡En absoluto!
—Claro… ¡no, no creo que pueda!
Hiyori y Satoe se miran fijamente antes de romper a llorar.
—Hiyori…
—¡¡Satoe-chan!!
—Bueno, si al final pasa, ¡¡comeremos muchos dulces hoy!! ¡¡Saldremos juntas!!
Mientras decía eso, Satoe abrió su mochila y la dio vuelta. De la misma, en las rodillas de ella, cayeron algunas cajas de dulces. Eran los mismos dos sabores del otro día, limón y fresa, que antes habían comido.
—Wow, Satoe-chan, ¡¿por qué compras tantos?!
—Es que… ¡si recolecto 10 tickets puedo ganar un poster autografiado! De estos dos...—dijo Satoe con una cara seria y cerrando su puño con fuerza.
Luego tomó ambas manos de Hiyori.
—Ayúdame a comerlos… tengo que comer o comer. ¡Como un bucle infinito de sabor de fresa y limón! Compré una caja entera con todo el dinero de mi bolsillo. ¡Pero enserio quiero ese poster autografiado!
—Sí, ¿pero por un póster autografiado?
—Hiyori, ¿de cuál comer? ¡Puedes elegir tantos como quieras!
—El sabor de chocolate y plátano era mejor que estos…
—Desafortunadamente, no hay tickets en esos…
Ambas abren la caja de dulces y empiezan a comerlos; la puesta del sol flotando sobre la orilla del lago.
***
En la primavera del año siguiente, en la graduación.
Hiyori salió del instituto después de la ceremonia de graduación y se dirigió al patio de la escuela. Donde había practicado por tantos años.
—Muchísimas gracias… —murmuró inclinándose.
En ese momento, se escuchó la voz de Satoe gritando “Hiyori”. Y un miembro del club de atletismo corrió, todos estaban allí.
—¡Me alegra haber podido llegar a tiempo!
—Satoe-chan… ¿qué están haciendo aquí?
—Hiyori, mañana te irás a Tokio… ¡¡así que esta es nuestra despedida!!
Satoe le ofreció una caja blanca, Hiyori, que la recibió algo confundida, desenredó el listón que la decoraba. Cuando la abrió, encontró allí un par de zapatillas nuevas.
Abrió sus ojos sorprendida, mirando a todos a la cara.
—Esto…
—¡Porque Hiyori es la estrella del club de atletismo!
—¡Si, por favor no te olvides de nosotros!
—¡Por favor, contacta conmigo!
Todo el mundo rió tímidamente mientras exclamaban.
Involuntariamente, los ojos de Hiyori se humedecieron y tuvo que presionar la esquina de ellos con su mano. Su pecho estaba lleno de palabras las cuales no podía formular.
—Mhh, no llores. ¡¡Nos estamos aguantando!!
—Satoe-chan, todos… ¡gracias! Me alegro de haber podido correr con todos ustedes y unirme al club de atletismo.
—¡Hiyori… ¡¡iré algún día a Tokio con dinero de mi bolsillo!! ¡¡Iré a conocer a Yūjirō y Aizō!! —Satoe la abrazó con fuerza mientras lloraba.
—¡¿Quiénes son eso?! ¡¿No estarás conmigo?!
—Por supuesto, iré a ver a Hiyori. ¡Me quedaré toda la noche e iremos a una actuación de vivo!
—Sí, entiendo. ¡Estaré esperando! Aunque no sé qué es esa actuación.
Limpiando sus lágrimas y cambiándola por una sonrisa, todos abrazaron a Hiyori sonriendo. “Waaah”.
Un lugar que no conozco. Gente que no conozco. Pero estoy segura de que habrá nuevos encuentros.
Ser valiente y comenzar a correr.
Obvio, haré mi mejor esfuerzo.
—Todos… ¡¡me voy!!
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