Tumgik
#pero lo logre
dalejitagc · 2 years
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La mano
Procesos de tesis, con yeso venda
9 de Octubre, 2021
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reci-tare · 1 year
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holaaa, ha pasado mucho tiempo...
vengo a decir (oficialmente je) que no continuaré con este proyecto. puede que eventualmente publique uno que otro audio con mis propios escritos (o alguno de los tres mil que me dieron permiso de publicar y tengo pendiente) pero no como solía hacerlo.
me encantaría decir que alguien más va a continuar con esto, una nueva voz. pero lastimosamente no tengo el tiempo de (ni la menor idea de cómo) encontrar a alguien que quiera recitar.
muchas gracias por los dos años largos. y que puta locura es poder decir eso. mucho y muy poco tiempo ha pasado. muchas y muy pocas cosas han cambiado.
siempre pueden escribirme o mandarme asks. también etiquetarme si publican algún audio recitando, que al final de cuentas es de lo que va este blog jaja.
— reci-tare
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Ayer me la pase viendo tus fotos y videos. Los disfrute como la primera vez, tu sonrisa y ocurrencias por siempre llenaran mi corazón. Logre volver a escucharlos como te prometí primero Footprint y sonreí, la escuche tantas veces como la primera vez. Fue como un abrazo, me recordó todos los buenos momentos que pasamos juntos y no importa cuan duro golpeen las olas nada hará que nuestros recuerdo se vayan. 
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alwaysdreamer-u · 2 years
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Un poco tarde pero ¡FELIZ ANIVERSARIO!!
Ayer fue el 17 aniversario del primer libro de Percy Jackson y no pude no hacer un pequeño tributo a una de las series que marco mi vida.
Además de que, solo he dibujado a Percy como 2 veces en toda mi vida... eso tiene que cambiar.
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brainfondue · 2 years
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I think i got flirted at and got cheaper honey in the process
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lachamagaby-blog · 1 year
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deepinsideyourbeing · 28 days
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Con toda devoción - Matías Recalt & Enzo Vogrincic
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Preludio ♡
+18! Threesome, MeanDom!Mati & SoftDom!Enzo. Age gap, begging, dirty talk, fingering, nipple play, (breve alusión a) sexo anal, sexo oral, sexo con protección, (no tan breve alusión a un leve) subspace, voyeurismo implícito. Uso de español rioplatense.
El jardín está ahora casi desierto y la casa sumida en un silencio espectral.
Cuando rechazaste la ayuda para lavar y secar los platos fue porque no creíste que te arrepentirías tanto… Pero el arrepentimiento es porque negarte a ella significó dejar a todos los invitados en libertad y ver cómo se despedían, recibiendo y repartiendo abrazos por doquier, y abandonándote con la gravedad de cierta situación cuando la puerta se cerró a espaldas del último en marcharse.
La ventana de la cocina te permite ver a Matías y Enzo, de pie en el patio con una botella de cerveza y un cigarrillo en sus respectivas manos. Tu novio te da la espalda pero percibís por sus movimientos que está hablando de manera relajada, balanceando su peso sobre sus pies como si bailara al ritmo de una melodía que sólo él puede oír, y por su parte Enzo sólo asiente con una expresión de concentración y seriedad no tan inusual en él.
Observás con horror a Matías interrumpiendo sus movimientos y acercándose al uruguayo para hablarle al oído: cuando Enzo desvía su mirada hacia la ventana y encuentra tus ojos fijos en él el plato en tus manos cae sobre el fregadero y se hace pedazos, cobrándose también unos vasos. Intentás apartar los restos de vajilla destrozada para deshacerte de ella más tarde, pero tu corazón acelerado y la espuma en tus manos temblorosas dificultan la tarea.
Un pequeño grito deja tus labios cuando el cristal roto corta la piel de tus dedos.
-La puta que me parió…
-Qué boquita- reprocha Matías, observándote desde la puerta antes de acercarse-. A ver...
-No es nada- intentás zafarte de su agarre pero tira de tu muñeca con fuerza y te dirige una mirada a modo de advertencia, en su rostro una mueca de disgusto ante tu actitud-. Perdón.
-¿Qué pasó?- deja correr el agua sobre tu mano y siseás.
-Se me cayó un plato, nada más.
-No, pregunto qué pasó con vos.
-¿Por qué?
-Porque hoy te estabas portando re bien y ahora…- encoge los hombros en un gesto que significa molestia y decepción, su lado más estricto tirando de las cuerdas de su humor-. ¿Necesitás hablar de algo?
-No.
-Entonces portate bien, que hay gente.
-Pero él ya vio todo- susurrás, temiendo que Enzo logre oírlos desde el jardín.
Matías voltea lentamente y su expresión causa que un escalofrío recorra tu columna vertebral. Dirige su mirada hacia el techo y lo imitás, tu concentración permitiéndote oír los pasos en la planta superior de la casa. Tu novio hace que regreses tu atención a él besando tus heridas.
-Pero Santiago no- y la mano que no sostiene la tuya se dirige hacia el dobladillo de tu vestido, colándose por debajo de la tela para rozar tu ropa interior impregnada con los fluidos de ambos-. No querés que él también sepa que sos una putita, ¿o sí?
Te mordés el labio y negás: tu mente aún se encuentra en una especie de estado febril resultante de las actividades previas, por lo que se te dificulta comprender si en verdad está amenazando con castigarte y, por consecuente, con permitir que quienes pasarán la noche en la casa oigan tus gritos. Tus ojos vidriosos encuentran su mirada y te sonríe como si la situación fuera divertida.
-Andá arriba y esperame- besa tu pómulo-. Termino con los platos y voy.
Lo mirás confundida, pero obedecés y corrés hacia las escaleras. Ignorás la silueta en la puerta que da al jardín, por supuesto, y cuando te cruzás con Santiago en el corredor forzás una sonrisa que pretende lucir natural y amable, como si su presencia en la casa no fuera un inconveniente -y no lo es, pero eso sólo lo sabe la ahora ausente parte lógica de tu mente-.
Cerrás la puerta del baño a tus espaldas y te arrojás sobre el lavabo para refrescar tus mejillas ardientes, pero no es suficiente porque tus muslos manchados también comienzan a molestarte. Arrojás tu vestido sobre el cesto de la ropa sucia y también tu ropa interior arruinada y permitís que el agua tibia de la ducha se lleve cualquier remanente de la velada de tu cabello y tu piel, ya sea el aroma de la comida o los restos de tu novio.
Antes de dirigirte hacia la habitación borrás los rastros de maquillaje de tu rostro y una vez allí tomás una camiseta cualquiera, ya que tenés la seguridad de que no permanecerás vestida por mucho tiempo. La voz de Matías estaba lejos de ser amenazante; por el contrario, parecía ser la promesa de una recompensa cuya idea hace que te muerdas los labios y roces tus muslos.
Y es así como los ojos de Matías te encuentran en cuanto abre la puerta, con tu labio inferior enrojecido por la acción de tus dientes y tus piernas moviéndose de esa particular forma que delata tu necesidad. Se acerca con pasos cautelosos, como si temiera asustarte, y te enseña dos pequeñas tiras de vendaje adhesivas.
-¿Te acordás…- comienza mientras cubre tus heridas- cuando te pregunté a cuál de mis amigos te cogerías? ¿Qué fue lo que me dijiste…?
-Enzo- susurrás-. Pero…
-Y ahora sabemos que Enzo también te quiere coger- apretás los párpados con fuerza-. Con lo linda que sos, ¿cómo no va a querer?
Estás a punto de contestar, aunque no sabés muy bien qué decir, pero su voz te interrumpe.
-¿Qué decís vos? ¿Qué te parece si lo dejo cogerse esa conchita tan linda que tenés?
El temblor en tu cuerpo es confirmación suficiente, pero Matías sabe que no estás precisamente lúcida y que es su culpa: horas atrás deseaba arruinarte y hacer evidente que sólo le pertenecés a él, quería que la bruma en tus ojos y el letargo en los movimientos de tu cuerpo aturdido sirvieran para hacer comprender a Enzo el lugar que le corresponde.
Ahora sabe que disfrutaría más permitir que el mayor tenga el privilegio de probarte, ya que de esa forma sólo le quedarán los recuerdos y no poseerte dolerá aún más, pero primero necesita saber que sos consciente de lo que involucra su sugerencia y de que das tu consentimiento. Se arrodilla junto a tus piernas y toma tus manos, acariciando tus nudillos cuando ve que tus ojos permanecen fijos en la persona aguardando junto a la puerta.
Tus pupilas están dilatadas y tu respiración se acelera cuando le devolvés la mirada.
-Pero sólo si estás muy segura, ¿sí? Si no estás segura Enzo se va y mañana nadie habla de esto- besa tus manos y te sonríe-. Y si querés yo no me voy a enojar… Además te voy a estar cuidando todo el tiempo.
Respirás profundamente y cerrás los ojos antes de contestar.
-Sí, quiero- asegurás.
Los pasos de Enzo resuenan sobre la duela y cierra la puerta con delicadeza, distrayéndote y dándole a Matías una oportunidad para subir a la cama y arrastrarte para recostarte contra su pecho, arrugando tu camiseta en el proceso y dejando al descubierto tu centro desprovisto de ropa interior. Enzo no emite palabra alguna, sólo se limita a acompañarlos en la cama y sus dedos acarician la piel de tu tobillo antes de ascender y recorrer tu pierna hasta tu muslo.
-¿Puedo?
Te mordés el labio y asentís.
-Te vas a lastimar- dice, estirándose y utilizando su pulgar para liberar tu labio-. Y necesito palabras, ¿sí?
-Sí- contestás-. Sí, podés.
-Eso- te sonríe cómplice y separa tus piernas con suavidad-. Sos muy linda, ¿sabías? En todos lados…
Arrojás la cabeza hacia atrás en busca de consuelo, abrumada por la atención del mayor y la forma en que sus dedos erizan tu piel. Matías suelta una risa casi silenciosa contra tu cabello antes de besarlo, sus manos acariciando tus brazos con fuerza en contraste con los roces prácticamente imperceptibles que el otro deja sobre tu piel.
Un gemido mudo separa tus labios cuando sin previo aviso el pulgar del uruguayo se desliza sobre tus pliegues, traza una línea desde tu entrada hasta tu clítoris y comienza a dibujar suaves círculos allí. La mirada atenta de Matías sobre ambos es algo que Enzo escoge ignorar para concentrarse en cómo tu rostro se contrae en una mueca de placer cuando comienza a presionar más y más fuerte tu punto más sensible, gemido tras gemido surgiendo en tu garganta.
Y recién comienza…
-¿Querés que le cuente a Enzo cómo me apretaste la pija cuando lo viste?- negás-. ¿No? ¿Por qué no…?
-Me da vergüenza- admitís entre gemidos, cerrando los ojos para no tener que enfrentar sus miradas.
-¿Te da vergüenza?- pregunta Matías, fingiendo sorpresa-. Pero no te da vergüenza que…
-Dejala, Mati, pobrecita.
Dirige un dedo hacia tu entrada brillante y desliza el dígito de arriba abajo para esparcir la humedad sobre tus pliegues antes de introducir en tu interior la primera falange. Sólo eso basta para hacerte gemir con fuerza y tus piernas amenazan con cerrarse, pero Matías cubre tu boca con una mano y te sostiene por el muslo con la otra, restringiendo los movimientos de tu cadera y ahogando con su palma cualquier sonido que pueda delatarlos.
El intercambio de miradas entre ambos hombres es breve, casi fugaz, pero comprendés el significado que oculta cuando tu novio comienza a besar tu mejilla al tiempo que un dedo vuelve a deslizarse en tu interior y es recibido por tus paredes cálidas. Enzo no pierde el tiempo, curva el dígito en busca de tu punto dulce y cuando lo encuentra comienza a abusar de la sensibilidad que encuentra allí, complacido por tu respuesta y humedad.
Por si las caricias del hombre entre tus piernas no fueran suficiente, sentís la creciente erección de tu pareja contra tu espalda, palpitante e irradiando el calor suficiente para sentirlo a través de las prendas de ambos. Le dirigís una mirada suplicante, su mano aún cubriendo tu boca, y en sus ojos encontrás nada más que fascinación por la escena que se desarrolla frente a él: sólo cuando comenzás a sacudir la cabeza una sonrisa se apodera de sus labios y te permite hablar.
-Por favor, por favor, por favor- suplicás-. Voy a…
-Preguntale a Enzo.
Tus mejillas no arden, queman.
-Enzo, ¿puedo…?
-Sí, bebé, cuando vos quieras.
Cuando vos quieras es una expresión de amabilidad, porque Enzo separa aún más tus piernas para poder acercarse a tu centro y sus labios se adhieren a tu clítoris para succionar con una fuerza experta. La sensación basta para hacerte delirar y casi te distrae lo suficiente para no notar el breve instante en que retira el dedo de tu interior... para luego introducir dos.
El escozor que nace de la súbita dilatación de tu interior sensible te estimula aún más, aunque lo que finalmente te arroja hacia el precipicio son los gemidos de Enzo contra tu intimidad, la vibración de los mismos recorriéndote. Tus gritos no tienen oportunidad de llegar a oídos ajenos: Matías invade con sus dedos el interior de tu boca y provoca que las contracciones de tu garganta sean simultáneas a las de tu interior.
Enzo continúa con sus movimientos, estos volviéndose  cada vez más lentos, y sólo se detiene al verte abrir los ojos. Tirás de la muñeca de tu novio y un hilo de saliva conecta tus labios con sus manos, pero este se corta cuando intentás hablar y el líquido mancha tu mentón. Tus lengua delinea tus labios resecos y te aclarás la garganta en un gesto que no debería resultarle tan tierno, pero tus brillantes ojos de párpados pesados están causando estragos en su mente.
-Gracias- susurrás.
-A vos- besa tu muslo y, tras un breve gesto de afirmación por parte de Matías, pregunta:- ¿Querés más?
-Sí, por favor- jadeás.
Matías, tan oportuno como siempre, le arroja el lubricante y un preservativo. Enzo los atrapa entre risas, como si la situación fuera algo cotidiano, y el verlos interactuar de una manera tan distendida mientras tu sanidad pende de un hilo hace que te sumerjas aún más en un estado mental de desesperación y necesidad, dispuesta a hacer lo que fuera por y para ellos.
Te resistís cuando Matías abandona su lugar, pero te tranquiliza el ver que comienza a desnudarse y regresa inmediatamente a la cama, arrodillándose junto a las almohadas sobre las cuales te dejó recostada. Tira de tu camiseta para dejarte completamente desnuda y masajea tus pechos mientras ambos observan con atención a Enzo, que se desnuda con fingida calma y se toma el tiempo necesario para doblar su ropa y luego dejarla acomodada sobre el escritorio.
Reprimís un gemido al apreciar las diferencias entre tus acompañantes. El contraste entre sus cuerpos –la varonil delicadeza de los rasgos de Matías y su tez blanquecina, la línea fuerte de la mandíbula de Enzo y sus músculos- y el saber que ambos están allí para darte placer hace que tu excitación manche las sábanas en tan sólo unos minutos. Tu novio golpea tus labios con dos dedos y abrís la boca lista para abrazar con tu calor su punta rosada, pero tus ojos están fijos sobre las venas en las manos de Enzo, que acaricia su miembro viendo tal imagen.
El colchón se hunde bajo el peso del mayor cuando regresa a la cama para reclamar nuevamente su lugar entre tus piernas, aferrándose a tu cuerpo como si temiera que te arrepientas. Desliza el látex sobre su extensión con cuidado y tras aplicar un poco de lubricante tira de su miembro una, dos, tres veces, arrojando la cabeza hacia atrás antes de recomponerse. Tus gemidos pueden deberse al gusto familiar que recorre tus lengua o al espectáculo que acabás de presenciar, no lo sabés, pero provocan que Matías comience a mover sus caderas.
Enzo deja caer unas gotas de lubricante en tu centro y utiliza su glande para esparcir el producto sobre tu entrada, la piel que la rodea y tus pliegues, manchando también tus muslos. El frío del producto te hace temblar y él se disculpa, sea el motivo el contraste entre temperaturas o el dolor que hace que te sobresaltes cuando comienza a penetrarte.
Un gemido resuena en toda la habitación cuando tu estrecha entrada y tu interior ardiente lo rodean. Te regala unos segundos para acostumbrarte a la sensación, segundos en los cuales se deleita viendo la desesperación y profundidad con que tomás el miembro en tu boca, tu cadera moviéndose en busca de mayor contacto con su cuerpo. Por un segundo se pregunta si acaso sería capaz de resistirse, pero considerando que se tocó oculto tras un árbol sólo por vos…
Sentís a Enzo rozando tu cérvix con cada gentil embestida y la sensación acompañada de los sonidos indecentes te hacen succionar con más fuerza, pero para Matías parece no ser suficiente la atención que le estás otorgando y tira fuertemente de tus pezones hasta que te estremecés de manera casi violenta. Las lágrimas que caen de tus ojos humedecen tus mejillas y la almohada bajo tu cabeza, pero tus gemidos no dejan de ser una constante entre las cuatro paredes.
Los movimientos de Enzo aumentan en intensidad y velocidad y su mano se cierra sobre tu cintura para poder ejercer cierto control sobre tu cuerpo. Decide también encargarse de tu clítoris y los pequeños círculos que sus dedos trazan hacen que te contraigas hasta hacerlo delirar: sabe que su mano o un juguete no podrán compararse jamás con tu interior y la manera divina en que parece succionarlo, así que decide prolongar el momento.
Protestás al sentirte vacía unos pocos minutos más tarde, pero te silencia deslizándose entre tus piernas una y otra vez y penetra tu entrada –que se contrae alrededor de nada- sólo con su punta durante un segundo o dos en cada ocasión. La fricción en combinación con el ardor de tus pezones te orilla hacia otro orgasmo y no recordás advertirles antes de que este se desate, pero entonces Matías se desliza fuera de tu boca y golpea tu mejilla, provocando con el impacto que una cantidad considerable de saliva brote de entre tus labios.
Enzo se detiene abruptamente -sin saber que así arruina aun más tu clímax- y estudia la situación para comprender si debe intervenir. Se siente fatal cuando su miembro palpita al ver que te llevás una mano a la mejilla para acariciar tu piel enrojecida.
-No pediste permiso- señala Matías-. ¿No te dije que te portaras bien?
-Sí, pero…
-Callate- ordena, haciéndole una seña a Enzo.
-Pero Enzo dijo…
Tanteás un terreno peligroso, lo sabés, pero sólo cerrás la boca cuando el rostro de tu novio se acerca peligrosamente al tuyo y ves brillando en sus ojos la segunda advertencia de la noche. Matías es más que capaz de interrumpir toda actividad para castigarte, por lo que suspirás de alivio cuando se aleja y Enzo te toma por debajo de los brazos para cambiar de posiciones. Coloca tu cuerpo sobre el suyo en un rápido movimiento, tu espalda contra su pecho y sus labios besando tu cuello y el lóbulo de tu oreja.
-Perdón- susurra y volteás a verlo-. No sabía que…
Le sonreís para librarlo de cualquier culpa y él no puede creer que incluso en tal estado, con las mejillas ardiendo y todo tipo de fluidos manchando tu rostro, aún te veas igual de tierna y dulce como lo hacías la tarde en que te conoció. En ese momento no imaginaba que algún día tendría el lujo de tocar tu cuerpo o sorprenderse por la dinámica que mantenés con Matías, pero... bueno, ignora cualquier recuerdo y apoya sus pies firmemente sobre el colchón.
Matías se coloca entre tus piernas y baña tu intimidad con lubricante, dejando que este gotee más allá de tu entrada suplicante. Su dedo se desliza desde tu clítoris hacia tu apertura siempre tan tentadora, separando tus pliegues antes de continuar su trayecto y presionar en otro pequeño agujero. La sorpresa te hace jadear y Enzo intenta consolarte masajeando tu cadera, pero es imposible cuando Matías comienza a jugar con tu cuerpo.
-Tenemos que probar algún día, ¿no?- susurra, arqueando una ceja-. ¿Te gustaría que te cojamos los dos al mismo tiempo…?
Asentís y dejás salir un grito cuando tus músculos ceden para permitir su entrada. Se limita a torturarte con la punta de su dedo, introduciéndolo y retirándolo una y otra vez hasta que ve la forma en que apretás tus párpados y las manos de Enzo sobre tu abdomen. La idea es más que tentadora, Matías sabe que serías un desastre y que en pocos minutos quedarías reducida a la nada misma, pero para ciertas cosas prefiere esperar un momento que sea sólo de los dos.
Toma el miembro de Enzo, sacándole un gemido que parece ser producto del placer y no sólo por haberlo tomado desprevenido, y lo dirige hacia tu interior. Tu desesperación no es algo que intentes ocultar y tampoco lo son tus gemidos cuando tomás toda la extensión del mayor, cuyas manos se cierran nuevamente sobre tu cadera para controlar tus más que erráticos movimientos.
El dulce sin sentido que el uruguayo susurra sólo para tus oídos se entremezcla con las palabras degradantes de tu novio, quien se encuentra masturbándose entre tus piernas y frotando casi distraídamente tu clítoris antes de llevar su mano hacia tu abdomen bajo y ejercer presión.
Sólo podés gritar.
Debería ser vergonzosa la sensibilidad de tu cuerpo, la facilidad y el control que ambos tienen sobre todas y cada una de tus terminaciones nerviosas, pero no podés pensar en ello mientras sentís el cuerpo de Enzo fusionándose con el tuyo y las manos de Matías estimulándote para acercarte más hacia esa confusa línea entre el placer y el dolor.
Los dedos de tus pies se contraen y cuando buscás algo o alguien para aferrarte tus manos acaban sobre tus pechos que suben y bajan a cada movimiento. Arrojás la cabeza hacia atrás y Enzo acaricia tu mejilla con la suya, desesperado como nunca antes lo habías visto. Besa tu rostro y luego encuentra tus labios, su lengua recorriendo el interior de tu boca de manera obscena y silenciando por un instante tus gemidos y gritos pornográficos.
-Mati...- te quejás cuando los dedos en tu cadera reafirman su agarre-. Mati, ¿puedo? ¿Enzo…?
-Sí.
Tu cuerpo es víctima de los espasmos que tu orgasmo provoca y el placer abrumador que te recorre de pies a cabeza es suficiente para perder por completo la razón. Los movimientos de tus acompañantes no cesan y de tu boca sale un hilo de palabras incomprensibles y agudos sonidos patéticos cuando tu liberación moja tus pliegues y el miembro de Enzo. También recorre su pelvis y el interior de sus muslos y humedece las sábanas hasta oscurecerlas.
El calor del líquido blanquecino que mancha tu piel y salpica tus pechos –alguna que otra gota cayendo sobre tu centro, el miembro de Enzo arrastrándolas hacia tu interior- hace que los músculos de tu abdomen se contraigan al igual que tus paredes... y entonces lo sentís: el palpitar del miembro en tu interior mientras los dientes de Enzo rozan tu hombro y sus palabras se enredan en la punta de su lengua, tu cerebro registrando algún que otro tierno apodo.
Una respiración temblorosa deja tus labios.
-Bebé…
Aún en tu estado de agotamiento y desorientación reconocés la voz de Matías y te forzás a abrir los ojos. Te sonríe y cuando acaricia tu mejilla perseguís el contacto y confort de su mano.
-Estoy bien.
-¿Segura?- cuestiona Enzo. Se aparta con cuidado y te recuesta sobre el colchón-. Por un momento pareció que…
El familiar sonido de la madera llama tu atención y mirás en dirección hacia la puerta: Enzo no podía saber que tiene que asegurarse de cerrarla bien, por lo que no te sorprende encontrar una apertura milimétrica y que la tenue luz del corredor te permita distinguir la silueta que se aleja.  
La voz de los tres se tiñe de horror cuando intercambian una mirada y dicen al unísono:
-Santiago.
Notas de Lu:
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado... creo.
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia @delusionalgirlplace ♡
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caostalgia · 8 months
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Culmina el día y aún me pregunto: ¿Cómo logre sobrevivir? Aún no se, pero lo logre.
-S.B
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sissyzzz · 9 days
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Tips para ayunar
1. Planea todo para tu ayuno.
Debes elegir cierta cantidad de horas o días, pensar en eventos futuros (como por ejemplo si debes asistir a un lugar donde debas comer), apartar la comida de tu camino y día a día (no llevar dinero al salir, mantenerte lejos de la cocina o mantener la cocina sin alimentos con los que puedas atracarte).
Si es posible, opta por consumir vitaminas durante ayunos largos para no sufrir malestares.
2. Mentalizate.
Para realizar un ayuno efectivo necesitas ser capaz de establecer en tu mente tu meta y ser capaz de inspirarte constantemente para no fracasar. Evalua la dificultad de tu ayuno y haz lo posible para mantenerte enfocada, sea estando ocupada (organizar actividades) o mantenerte inspirada (como por ejemplo mirando thinspo, viendo videos, etc). Es decir, tener una fuente que te proporcione energía para continuar con el ayuno.
3. No ceder al hambre.
Es evidente que para realizar un ayuno debes manejar el hambre, sin embargo, puede resultar difícil al momento donde tu estómago pide a gritos comida. Debes neutralizar esto (busca la forma de encontrar una distracción para el hambre) y mantente consumiendo agua todo el tiempo que puedas. El hambre parecerá imposible de manejar hasta que logres dominarlo; ahí será cuando tendrás poder sobre tu cuerpo.
4. Acepta que en un principio la pasarás mal.
Tu cuerpo manifestará malestar para que lo alimentes; ahí dependerá de tu autocontrol y fuerza de voluntad ceder o no. Quizás sientas náuseas, dolores de cabeza e incluso mareos, pero estos son normales (sobre todo en principiantes) y, como dije anteriormente, pueden ser sobrellevados con vitaminas. Pero si no es posible acceder a ellas, entonces preparate para estos malestares y ten en cuenta que si no puedes más, está bien parar, podrás intentarlo de nuevo en el futuro.
5. Utiliza apps de ayuno como apoyo e inspiración.
Se pueden encontrar diversas aplicaciones tanto para ayunos intermitentes como para ayunos prolongados. (En el futuro publicare un post sobre las aplicaciones que utilizo).
Espero que les haya gustado este post y que les sean de utilidad todos los consejos. Síganme para más contenido de este tipo. [¡Que lleguen a su meta, lindxs ~♡]
~by sissyzzz
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clavelydrops · 8 months
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Fronnie Redraw
Okay okay, esto amerita una explicación, esto es básicamente un redibujo de un antiguo dibujo de @/mobox87, la razón por la que tienen otro diseño (específicamente los de pole-bear) es porque quería combinar 2 cosas que fueron importantes para mi, el fandom de fnaf significo mucho para mi, y es por ese fandom en especifico la razón por la que empecé a dibujar enserio, así que les debo mucho. ^u^
Me hace sentir muy feliz el ser testigo de como he mejorado mucho desde hace años,y si bien en unos años podría darme cuenta de mucho errores que no veo ahora, pero por mientras, estoy feliz con lo que logre, y me alegro de el resultado final, espero que les guste ^u^
(Oh, y de paso les dejo los redras que hice en 2018 y 2019, para hacer la comparación)
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dalejitagc · 2 years
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Procesos proyecto de grado
2022 - 1S
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m2moon94 · 10 months
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Lo logre!!!! Lo terminé!!!! Me hubiera gustado dedicarle más tiempo pero como les comente ya casi no tengo tiempo para dibujar... Pero trataré de hacer sketchs o pequeños tiktok más seguido!!!
I choose the 7 day of the Sesskag week, the keyword JOY!!!
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sinfonia-relativa · 8 months
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Y luego, después de mucho. Logre entender porque dolías tanto. Por ahí oí: "Cuando dos cuerpos se unen, dos almas se funden." No es dolor físico tu partida… Desgarraste mi alma. Dueles en lo más profundo de mí. El tatuaje más real, el que no se ve. Pero se siente. El cual duele y arde, de fresco. Por la marca, esa herida. La cual odio, pero amo a la vez. Porque es tuya. Es totalmente mía. Tu recuerdo por siempre. Algo nuestro.
Verena.
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gomitasbb · 2 months
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holiii
me internaron otra vez, esta vez paso algo que no puedo contar, pero lo importante aquí es que, descubrí un lactante que se llama ciruelax, me estoy tomando uno antes de ir a dormir, junto con una dieta de 700 cal y ejercicio durante 2 horas 3 veces a la semana, logre bajar 6 kilos en 10 dias, se que no es mucho, pero estuve estancada mucho tiempo y al fin logre bajar un poco, ahora estoy en 82 kilos, antes estaba en 88 kilos.
para las chicas que me preguntan al dm que porque no bajo de peso, es porque soy diabética y tengo tiroides y esas dos enfermedades dificultan mucho la perdida de peso, por eso les comparto lo que estoy haciendo ahora porque si me funciona a mi, les pues funcionar a ustedes.
Bay
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Delirios de un día en el amor
No parece haber ningún cambio. Con la fragilidad de nuestros pensamientos, ningún horizonte avizoramos: Tú, tan callada como yo tan ruin. Jugábamos al escondite sin murmurarnos alguna pista que nos condujera hacia la verdad: ¡Ninguna! Éramos fugitivos, huíamos de nosotros mismos. Éramos fugitivos, nunca confesos. Éramos fugitivos, jamás pedíamos perdón. Escenas borrosas atraviesan mi mente; cada mañana, antes del desayuno; cada tarde, después del almuerzo; cada noche, siempre un infierno de nunca acabar. No sé si es la modernidad, la inmediatez, la liquidez o la vacuidad de las relaciones de hoy en día que desafían la convivencia. Me pregunto si aún es síntoma de cordura soñar con volver a intentarlo, creer que nuestro amor embriagado de odio logre amanecer con resaca. La conocí en la biblioteca. Nos escribíamos en silencio cada fin de semana. Estábamos perdidos, ahogados en nuestra soledad. Mis reflexiones te atraían y tu retórica melodiosa, sin prever, fue encaminándome al infierno de mi consciencia. Me atrapó tu colosal desapego acompañado de esa libertad de elegirme sin sentir obligación.
No parece haber ningún cambio. Lo sé ahora. Me lo repito mil veces. No logro entenderlo. Mañana no sé. Ayer fue lo mismo. Hoy no quiero volver. Me arrepiento. ¡Craso error! Aún la quiero. No basta. Me quiere. Ni eso. Nos queremos. Menos. A veces buscamos en el amor un espejo donde mirarnos sin amarnos. Necesito arriesgarme por primera vez. Ahora mismo. Sonrío con un poco de dolor. Ni el más turbio corazón se salva de caer preso a las fauces del amor con sus inclemencias, así este sea la razón de su destrucción, la razón que no importa y el guion que nos escribe y las fábulas que se cuentan de él. Tal vez debí ser más expresivo, ahorrarme las citas, apagar el pensamiento y mostrar vulnerabilidad. Confesarle todo mas no nada, comenzar con algo, pero tampoco mucho, podría ser mi iniciativa hiriente.
Tercer escrito de la serie "Micro-relatos".
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by-yls · 18 days
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Los duelos no son lineales
y las recaídas duelen tanto.
Es una mezcla entre tristeza, dolor, rabia, desesperación, decepción y culpa. Sientes que no puedes salir de ello y deseas que termine pronto.
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Es válido nuestro sentir. Abrazar muestra vulnerabilidad y darnos permiso de sentir cada tránsito es fundamental. Lloralo, grítalo y escríbirlo las veces que sean necesarias pero evitar dejar ese dolor dentro.
Cuida la herida hasta que logre cicatrizar por completo, y recuerda que el patrón de duelo es personal y la adaptación conlleva su tiempo.
Un día habrá llegado a su fin y aquello que dolía se habra transformado.
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