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#no somos plato de segunda mesa
frances-limon07 · 1 year
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theozzcl · 5 months
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Somos platos de segunda mesa, Somos el plan de emergencia, Somos el peor es nada, Somos una herramienta. Somos desechables, Somos los últimos en ser escogidos, Somos el amor escondido, Somos el dolor y la culpa. Somos el error de alguien, Somos el recuerdo doloroso, Somos el karma. Somos los destinados a la soledad, Somos los destinados al olvido, Somos todo y nada a la vez.
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juegaelgallego · 11 months
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La identidad y la diferencia
1. Señales
Un partido que iba a jugarse “en la segunda quincena de febrero”, según los diferentes medios partidarios, se termina disputando en el mes de junio. Con semejante punto de partida, no puede esperarse otra cosa que un día donde la improvisación se expande como una epidemia y gobierna a sus anchas. Así comienza mi jornada: no importa que haya decidido pedir el día en el trabajo para estar abocado a la excursión: sus preparativos, el viaje, la previa, los noventa minutos, el post partido, el regreso; ni un poco importa, igual voy a estar despierto unos minutos después de las siete de la mañana y ya va a haber mensajes en los grupos de WhatsApp arengando la fecha. La sede quedó confirmada una semana atrás: el Centenario de Quilmes. El horario se estableció luego: seis de la tarde. Pero cuarenta y ocho horas antes del partido se modificó: siete y diez de la tarde. Ya con un grupo nutrido de hinchas ocupando las tribunas se volvió a cambiar: ocho menos cuarto de la noche. Dale que va.
Para ese entonces yo acumulaba muchas horas de actividad en el miércoles “libre”. Había decidido sumarme a la ola de improvisación desde el desayuno, en lugar de hacerlo en casa fui al bar La Armonía con el libro de Adrián Fernández Gallinar que me acompaña estas semanas ─quien lea esta bitácora habrá podido notarlo en las últimas entradas, incluso uno de los capítulos de Relatos en Español le da el título a esta misma crónica─; elegí algunos textos al azar y reviví las instancias del fallido ascenso de 2013. Deambular y penar, una síntesis de nuestro peregrinaje por los inframundos en las últimas décadas. Una medialuna dulce y un vigilante duran un par de minutos y el plato exhibe la servilleta de papel arrugada sobre restos de azúcar. Dedico un rato más largo a la taza de café con leche y a la lectura. Marco una oreja en la página setenta y seis ─no traje lápiz, tampoco celular, sólo un billete de mil y las llaves─ donde Adrián habla del conocerse “de cara” en la tribuna, “sin necesidad de saber nombres, apodos, procedencia, ocupación, ni cualquier otro etcétera”. Sonrío, da cuenta de algo que pensé muchas veces y no recuerdo haber escrito acá. Me reconozco en esa dinámica tan habitual en los partidos, no sólo en los que convocan millares, también en los que somos unos cientos capeando el temporal en Asturias y Santiago de Compostela. Antes de cerrar el libro me pregunto cuántas de esas caras, habituales en mi infancia y adolescencia como ocupantes bondadosos de las mesas del bufet y las canchas de la ciudad deportiva, volveré a ver en unas horas transitando una geografía atípica para nuestro deambular cotidiano. 
De regreso en casa noto que camino en círculos: es ansiedad, estoy manija, obvio. Pero, ¿de qué, exactamente? ¿De que empiece el partido? No creo, si lo mejor ─en este día─ es todo lo que lo rodea. Deduzco que necesito que pasen las horas. Comienzo a escribir un diario de la jornada: una frase más atolondrada que la otra, descarto la idea. Le mando un mensaje a Juan para que me ayude a decidir un tema que me parece importante y que, posiblemente, a un lector ajeno a “todo esto” le resulte una nimiedad. Despliego dos camisetas sobre la cama: la Puma roja de los últimos años en la A, la Adidas azul oscuro de la selección española de fútbol que usó nuestro equipo un tiempo antes de llevar la Puma. A pesar de haber comprado la remera “edición especial” que NR hizo para este partido, no tengo dudas en llevar una noventosa. ─Hoy es día para ir de rojo ─me responde Juan con la precisión y claridad habituales. Llevaré la misma camiseta que tenía puesta en la tribuna la última vez que estos mismos rivales se enfrentaron, veinticinco años atrás. 
La cuestión de las camisetas no se agota en el intercambio con Juan. Con la idea de mitigar la ansiedad y que pasen las horas, armo un bolso y me voy a nadar. La pileta me recibe colmada: hay clases de todo tipo, por suerte una está por terminar y va a dejar libre dos andariveles. Me sumerjo y nado subacuático: lejos de los ruidos del exterior, abrazado a mis pensamientos y las distancias. Completo veinte minutos de ejercicio y hago una pausa. Miro hacia un costado y veo que el guardavidas ─que no tengo idea cómo se llama, apenas sé que lee novelas de Dan Brown─ hoy no está con su remera habitual sino con una casaca: la de Quilmes. Mi intención de evadirme un rato (más) del partido se frustra. Hago unos largos, salgo de la pileta, vuelvo para casa en plan de almorzar y salir para el club, aunque recién sean las once de la mañana. 
2. Excursiones
La Copa Argentina tiene dos elementos que excitan a cualquier equipo del inframundo metropolitano de AFA: jugar “por los puntos” contra equipos de la A y hacerlo en canchas neutrales. El antecedente más reciente es el de la edición de 2015 donde Deportivo Español fue a jugar a la cancha de Instituto contra Godoy Cruz y le ganó uno a cero. Nuestro Japón, qué duda cabe. La instancia siguiente fue contra Independiente (derrota por la mínima) en cancha de Lanús: lo más parecido ─por cercanía, por rival─ a este partido contra Vélez en el Centenario de Quilmes. Tomo el subte hasta Eva Perón y camino hacia el club con la primera cerveza del día. Encuentro el bufet abierto y paso al salón que sobrevive al paso del tiempo y a cada catástrofe atravesada (la lista es larguísima). Empiezo a cruzarme con personas conocidas, las que conozco de nombre y otras que ubico “de cara”. ─¿Te deprime entrar acá? ─es la pregunta recurrente en el bufet. Las respuestas son dos: “sí, claro, si yo me crie acá, ¿te acordás lo que era esto?”, y “no, ya tengo asumido la situación en la que estamos”. Surfeo hace años entre las dos opciones, pero me ubico en la segunda: el tiempo presente, a pesar de tanta efeméride a mano con este partido en ciernes. Unas horas después, cuando el equipo sea superado en velocidad, juego y resultado (en ese orden) por su rival, las mismas dos opciones se desplegarán en la tribuna: habrá quienes le reclamen al equipo que sea competitivo como lo era tres décadas atrás, y quienes vivan el encuentro asumiendo la identidad y la diferencia, celebrando como familia. 
Del club al almacén, del almacén al estacionamiento del club, las cervezas se acumulan, las flores hacen su parte, y la policía hace la suya: los micros no están habilitados para salir a Quilmes. Asambleas espontáneas, deliberaciones, reformulación del operativo: empezamos a distribuirnos en los lugares libres de los autos. Las noticias que llegan desde Liniers son similares: la policía porteña haciendo lo que mejor sabe, interrumpir una jornada de celebración con la intención de llevarse una tajada de esa alegría, en billetes de dos mil si es posible. Finalmente, se materializa la habilitación para que salgan los micros. Nos enganchamos desde los autos a la caravana. Vamos tocando bocina, sacando los cuerpos por las ventanillas, los autos de alrededor nos preguntan contra quién y en dónde jugamos. Viajo en el asiento de atrás de un auto con Manu: los extremos de edad del grupo, él sub 30 y yo, más de 40. Lo veo sonreír, tomar cerveza, sacar fotos: el viaje de egresados españolista. Por él vale la pena todo esto. 
El recorrido sufre mil y un desvíos: que la policía quiere contener a la caravana ─y al resto de los autos que circula por la autopista 25 de mayo y no tiene idea ni le importa lo que pase en Quilmes─, que hubo un accidente fatal en la Bs.As. ─ La Plata y hay que desviarse, que una hinchada tiene que ir “por arriba” y otra “por abajo”, en fin... cruzamos el Riachuelo por el puente Avellaneda, vamos por los barrios hasta Sarandí, hacemos una vuelta para vaciar vejigas en una cuadra cualquiera, y volvemos a subir a la autopista para hacer el recorrido restante. Llegamos a las inmediaciones de la cancha y nos cruzamos con hinchas de Vélez tomando cerveza en dos esquinas. Es increíble: te controlan a veinte kilómetros del estadio, y a trescientos metros del acceso los hinchas se cruzan sin vallas ni policía de por medio. Mejor así: el autocuidado siempre da mejores resultados que la intervención de uniformes y armas. Estacionamos, pedimos el dato de una casa-kiosco (gracias por la temperatura de la birra y los precios, Gran Buenos Aires) y tomamos unas cervezas más mientras el grupo se va haciendo más nutrido y la claridad de junio desaparece como el contenido de las botellas. Un rato antes de las siete devolvemos los envases y vamos a la cancha: hora de jugar. 
3. Principio de realidad
Quien piense que existen equivalencias entre un equipo de Primera División y Deportivo Español no vio jugar al equipo de Chumba este año, o decidió omitir todas y cada una de las señales de lo que podía ocurrir ─y ocurrió─ sobre el terreno de juego. Pueden señalarse alternativas y errores, desde ya. Si a Yossini le queda grande el mediocampo en el España y es presa fácil de los volantes de la Primera C, podría haber estado más y mejor acompañado (Bolig) para jugar contra Vélez. Si el árbitro asistente señalaba el fuera de juego en el primer gol, tal vez el equipo no se desmoralizaba tan rápido. Incluso, que si el plantel que logró la clasificación a la Copa hubiera disputado este encuentro, habría sido otra la historia. Todo eso tiene algo de cierto y quizás Español podría haber estado en partido más de veinte minutos, acaso terminar perdiendo por un resultado menos abultado. De ahí a insultar a los jugadores y al cuerpo técnico en el contexto de esta Copa, hay un trecho muy grande. 
La alegría estaba en otro lugar. Mientras el equipo sacaba una y otra vez del medio, en la tribuna se cantaba. Un primer tiempo con cierta paridad hasta el uno a cero, que terminó totalmente definido. Sin embargo, los escalones del Centenario tenían clima de fiesta. A Juan lo encontré una vez adentro de la cancha: con su hija, su papá, su hermana, sus sobrinas. Por ellas también seguíamos cantando y celebrando como familia. Gonza vino con uno de sus hermanos y unos amigos: habitual puteador, se desquitó en el alambrado con un minúsculo rival que quiso tirar caños en el segundo tiempo y con el menos favorecido de los Bou. Los hermanos Fran y Rodro se sumaron a la aventura: llegaron en un tren colmado, volvieron en furgoneta. Lo mejor pasó por la tribuna y nuestro abrazo colectivo. Pensar que sería de otro modo tiene el peligro siempre latente de sobrecargar el campo de la fantasía. 
4. Nuestro mundo
Durante el segundo tiempo ─que en broma nos jactábamos con Fran y Rodro de que terminó uno a uno─ veíamos al equipo y pensábamos en el próximo compromiso por el torneo de la Primera C. Caride tiene que jugar siempre. Hay que recuperar al arquero titular. Conceicao y Gómez pueden jugar arriba juntos. Vázquez puede generar con David. Cattaneo, si está bien, tiene que ser el cinco. Santagati es necesario por izquierda. Bale puede jugar de zaguero con Nieto a su derecha. Era claro que nosotros seguíamos al equipo pensando en el torneo anual, el partido del próximo martes a la tarde, al que la mayoría de quienes estaban en la tribuna no asistirán. Y no es un reproche: es la confirmación de que las luces y los flashes atraen, las cámaras se fijan un rato en este equipo que no mucho tiempo atrás hizo historia, cada quien cuenta por enésima vez lo que recuerda de los tiempos dorados, y después los reflectores del estadio Centenario se apagan, el retorno a la cotidianidad se impone, los saludos de despedida son entre sonrisas hasta el próximo encuentro. Que será casi secreto, como esas reuniones de los años que vendrán en las que recordemos las anécdotas de esta jornada, viendo al Deportivo Español de nuestros amores y esperando las buenas que tardan, pero ya van a venir. 
Copa Argentina 2023 ─ 32avos de final ─ Estadio Centenario de Quilmes ─ Miércoles 07/06/2023
Deportivo Español 1 ─ 5 Vélez Sarsfield
 (Deportivo Español quedó eliminado de la presente edición de la Copa Argentina)
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lubay-nue · 4 years
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Un Ataque al Corazón 14
Notas del cap:
 No tengo ni pu** idea de cómo carajos avanzar la trama… simplemente, este capítulo debía de estar pero mucho más adelante… pero como no se me ocurrió algo mas, pues nada… aquí estoy… con este capítulo que no se si podrá ayudarme a avanzar la trama ¬¬… en fin…
 ¡A leer!
 14 - Día Ajetreado p.1
 Rusia había estado de un pésimo humor en la última semana… no solo no había podido volver a ver al pequeño nerd tricolor desde el incidente con Canadá, sino que también, ese mismo día del incidente, Alemania le había pasado toda la información que el alemán había considerado importante sobre la relación del pequeño nerd tricolor con el contrario… lo que había entendido solo lo había hecho sentir enfermo y molesto; ahora comprendía porque era que México se mostraba tan molesto con Canadá
 Y se seguían sumando cosas al estrés del ruso, ante el conocimiento de que, entrado en sus territorios, parecía que había alguien queriendo meterse, cosa fácil de acabar al momento; también estaba el asunto, tal vez mas importante para él; irrelevante para el resto; de que, precisamente, tan metido había estado en su trabajo y sus deberes, que no había tenido oportunidad de tratar con el nerd y, aunque lo tenía vigilado, también estaba alerta de que nadie se le fuera encima y en especial, que Canadá no se le acercara
 -Uggg… ¿No tienen hambre?-  pregunta Japón luego de terminar la última reunión de ese día, saliendo los tres amigos de la escuela, siendo tarde, Alemania, cansado de su propio teléfono lo tiene guardado y un gesto cansado como aburrido, sobando el puente de su nariz, Rusia solo avanza con esa aura de pesadumbre, Japón, quien mira a ambos amigos sonríe de medio lado divertido
-Yo conozco un lugar que seguro anima a uno de ustedes- asegura, captando la atención pesada de sus compañeros, Alemania lo mira curioso, Rusia apenas le está prestando atención cuando Japón sonríe de un modo malicioso
-Vengan conmigo y sabrán cosas oscuras pero hermosas-  sonríe malicioso, Rusia y Alemania se miran entre ellos, siendo, en un suspiro derrotado, Rusia quien avance siguiendo a su compañero por un camino que nunca había visto; ahora, es Japón quien avanza con su teléfono en mano, mirando a todos lados cada tanto
 -Por su forma de ir, estoy seguro que nunca ha estado en este lugar-  asegura Alemania desganado; de verdad, habían tenido un día muy difícil y cansado como para sumarle la idea de estar perdidos por culpa de Japón, al menos, así siguen varios minutos hasta que por fin, el japonés pega un brinco y grita en victoria
 -¡Es aquí!-  alaba emocionado dando saltos, ahora, Rusia y Alemania suben la mirada curiosos de encontrar un restaurante semi pequeño; mediano en realidad, con un aire tradicional, ventanales enormes y un decorado de piedra que lo hacía ver acogedor y muy diferente a las ideas de restaurantes modernos… Alemania miro con enfado a su amigo japonés quien, apenas viéndose atrapado en miradas amenazantes toma a ambos de las ropas en sus estómagos y los obliga a entrar casi a rastras al local
 -¡Bienvenidos al restaurante familiar! ¡Vete a la chingada! La especialidad del día es… ¡¿Ustedes aquí?!-  apenas al entrar, Alemania y Rusia iban peleando para liberarse, claramente en desacuerdo de entrar, pero, en cuanto la voz sonó de algún lado, siendo por fin que cierto tricolor aparece en el medio de ellos con un delantal en sus caderas y una charola entre manos, hablando con una radiante sonrisa que es cortada cuando abre sus ojos y los encuentra, es que el ambiente para ellos cambia a uno tenso y emocionado por parte de Rusia
 -¿Trabajas aquí?-  pregunta Rusia sorprendido, Alemania solo sonríe viendo a su amigo japonés quien, carraspeando para cortar la pregunta de Rusia, le sonríe al mexicano dando un paso al frente, obviamente, para que el tricolor lo mire solo a él y no a cierto poste de luz del que no parece muy alegre de encontrar en horas de trabajo
 -Somos tres nya, sección de no fumar por favor-  sonríe, México mira a los tres amigos, soltando un suspiro cansado, dejando caer sus hombros derrotado y dándoles las espaldas; busca rápido hasta que encuentra un lugar en particular
 -Por aquí por favor, los llevare a su mesa caballeros- habla resignado y sin esa energía de hace un momento
 -¡Oye, mesero! ¡Otro tarro de pulque de guayaba!-  piden a lo lejos, México encuentra al cliente y asiente de un modo amable, Rusia parece mostrar un gesto molesto que es cortado por un suave codazo de Japón; una vez sentados los tres amigos en una orilla, con un ventanal que les permite ver los alrededores al comercio, es que México les deja algunos menús para que todos puedan ver que pedir
 -Como iba diciendo, en nuestro restaurante, nuestras mayores y mejores especialidades llevan como ingrediente principal el picante; si así lo desean, los platillos que se pidan, no llevaran picante. Para saber si un platillo lleva o no chile, al lado del nombre del platillo viene un pequeño dibujo de un chile; un chile de color verde, significa que pica poco, un chile amarillo, que su picor es considerable al del chile verde y un chile rojo, es, en recomendación de la casa, solo para los que acostumbran comer picante, ya que podría afectarlos físicamente hablando de su salud-  habla tranquilo el tricolor, a ojos cerrados con una mano extendida y un aura tranquila; fácilmente se veía que el tricolor ya sabía aquel dialogo de memoria y no le prestaba del todo importancia
 -¿Eres así de amable con todos?-  pregunta picando su orgullo el ruso, en busca de lograr que el tricolor le preste atención. México lo mira fijamente sin ganas de sonreírle aunque le da algo de gracia su comentario
 -Es para su seguro… a este restaurante vienen muchos turistas y no todos soportan el chile, así que es algo que suelo mencionar a los nuevos comensales; la especialidad del día de hoy es afrijoladas con pollo desmenuzado; les recomendamos probar el pastel Azteca y para beber tenemos desde agua simple, agua mineral, aguas de sabores, aguas frutales, hechas al 100% con frutas; tenemos gaseosas, refrescos y pulques diferentes; por favor, tómense su tiempo para pedir, yo vendré en un momento-  luego de esto, marcha tranquilamente hacia un muro que separa la cocina con el resto del restaurante donde, los tres amigos pueden ver a una hermosa mujer de cabellos negros entregándole a México una serie de platillos que maestramente acomoda en sus manos y cabeza para empezar a recorrer el resto del local dejando los platos con comida y recoger los otros
 -Sorprendente su equilibrio… eso no venía en los informes- dijo por lo bajo Alemania curioso de saber que habían cosas de ese tricolor que desconocía; Japón sonrió alegre al ver que sus amigos habían regresado a la vida con tan solo la pequeña sorpresa que habían encontrado
-Tengo curiosidad, ¿Cómo descubriste que el nerd trabajaba aquí?-  pregunto Alemania a Japón quien, haciéndose el desatendido desvía la mirada al techo, aunque sonríe malicioso cuando también capta la atención de Rusia
 -Hehe, tengo yo también mis contactos… además, tenía ganas de algo exótico, diferente a mi cultura… y descubrí que tienen una pequeña pagina para hacerse propaganda-  menciona, sacado su teléfono y mostrando un sitio en una red social donde aparece el tricolor, la mujer y otro country, cada uno con un platillo diferente y, por supuesto, una serie de platillos que se veían interesantes a degustar
 -He, parece ser que aun me falta más entrenamiento-  sonríe derrotado Alemania, tomando la carta del menú y leyendo interesado cada cosa, Rusia hace lo mismo observando el menú confundido de todas las comidas extrañas; Japón, que era la segunda vez que asistía, mira con interés… ¿Qué puede pedir esta vez?
 -Buenas tardes caballeros ¿Ya saben que desean ordenar?- la mirada de los tres countrys se desvía de los menús hacia el hombre que les habla, un country de bandera roja y amarilla (España) que les sonríe amable con un delantal igual al de México, de camisa blanca y corbata roja
 -Ha, señor, buenas tardes, le dije que volvería con mis amigos-  sonríe Japón captando la atención de España quien, al notarlo sonríe alegre asintiendo
-¿Qué nos puede recomendar a mis amigos y a mí? Nosotros no conocemos estas comidas-  anuncia sonriente, Rusia solo desvía la mirada hacia México que está más entretenido hablando con la demás gente, España ha notado aquello, mas no dice nada, no sería el primer adolescente que se le queda viendo embobado a su amado hijo; solo comienza a dar una rápida explicación de en qué consiste cada comida, explicando lo mismo que México sobre el picante, al final, siguiendo las sugerencias de la casa y de España, Japón pide unas afrijoladas, Alemania un par de homeless sin picante y Rusia opta por unos zopes
 Luego de haber hecho los pedidos, España se marcha hacia la cocina, viendo a su esposa que, tan interesada como él, miran fijamente que los jóvenes no paran de ver a México y como este parece estarlos esquivando más que en otras ocasiones evadiendo a otras personas… si alguien no lo conociera, diría que hace lo mismo que siempre hace con los adolescentes que le coquetean, pero esta  vez, ambos padres pueden apreciar más exactamente que México rehúye de ellos; en especial de Rusia
 -Vigila a ese de azul, blanco y rojo… el de el gorrito ridículo, solo por seguridad-  asegura Mexica, España también tomo interés por el mismo country (Rusia) pero no dice nada, simplemente observa en silencio; la comida esta lista, México se acerca con sus padres que lo miran fijamente, aunque curiosamente ninguno dice nada al respecto dejando confundido al tricolor. Al no comprender nada, México resta importancia al asunto, no sería la primera vez que sus padres actúan malévolamente y luego, el terminaba con algún tipo de sorpresa o simplemente, con la noticia de que no era algo que a él le involucrara; suponiendo que esta sería una de esas ocasiones, toma los platillos que hay para entregar, encuentra que son para la mesa del grupo de countrys y, con un gesto de incomodidad avanza hacia la mesa donde debe de entregar la comida
 -Aquí esta su comida caballeros-  va haciendo entrega de cada platillo, siendo el ultimo, Rusia quien a propósito logra rosar los dedos con el tricolor que solo lo mira unos segundos y, nerviosamente desvíe la mirada a otro lado
-Si hay algo que necesiten, por favor, háganoslo saber y con gusto les ayudamos-  asegura, acabando de dejar la comida y dispuesto a irse, notando como Rusia lo sujeta suavemente de uno de sus dedos, haciendo que ambos se miren, siendo Rusia quien le mire con un gesto coqueto
 -¿Qué tal una cita?-  el tricolor se sonroja con fuerza y, en un gesto avergonzado solo se suelta
 -¡Vete a la chingada pinche poste de luz pendejo!- gruño desviando la mirada y corriendo fuera del local, aunque nadie le ha prestado atención a la situación, solo sus padres quienes miran confundidos como su hijo ha actuado diferente; con un sonrojo en sus mejillas y una diminuta sonrisa que antes no habían visto. Luego de que ambos padres se miraran entre ellos, rápidamente España se acerca al grupo, ahora puede ver al mismo country que le había hablando a su hijo, con un gesto casi de enfado, aunque más parecía depresión
 -Caballeros, ¿Ha ocurrido algo malo con nuestro camarero?- pregunta confundido, aunque con un instinto asesino cual padre, discreto y oculto… al menos, hasta que, al desviar la mirada hacia el country de bandera tricolor en blanco, azul y rojo, nota precisamente que esta murmurando por lo bajo insultos en ruso y su gesto parece tener un tic bajo la ceja, España abre sus ojos sorprendido de lo que observa
 -Haha no no, parece solo que a nuestro amigo lo volvieron a batear-  se ríe divertido Japón, siendo callado de sus risas por una mirada amenazante de parte del “bateado” España guarda silencio y sonríe divertido
 -¿Sera? Se le veía algo contento cuando salió… solo no le presiones… ese chico es buena gente, simplemente que es arisco-  le guiñe el ojo a Rusia y marcha para seguir atendiendo al resto de la gente como si nada… ahora, los tres adolescentes miran confundidos, España sonríe divertido y discreto enarcando una ceja cuando regresa con su esposa quien, también, interesada por la nueva información, mira fijamente a su esposo
 -¿Y bien?-  pregunta rápidamente, España mira a su esposa y solo sonríe divertido
 -Parece ser que nuestras plegarias por fin fueron escuchadas- dijo alegre dejando igual de confundida a la mujer
 Notas finales:
 No pregunten… no diré nada… pero de pronto se me antojo un Alemania x Chile así a lo aguerrido XD con eso de que Chile es bien peleonero… sumado a lo sádico de Alemania… no me gusta la ship en realidad… pero se me antojo de pronto para este fic DX
 Datos extras:
 *Este capítulo por huevos debía de estar mucho más adelante en la serie pero como no se me ocurre nada, pues aquí lo tienen ¬¬
*Japón encontró el lugar de verdad por accidente y solo vio a México; le pregunto a España si el latino trabajaba ahí y como le dijo que si, agradeció y siguió con lo suyo, de ahí, que después trajo a los demás
*Japón no siempre es muy bueno con las ubicaciones que solo ha visto una vez (a menos claro, que sea algo importante)
*México tsundere porque yolo XD
*España algo sabe ¬u¬ y yo se que muchos van a intuir que es XD
 Ok, no dire mas porque se me suelta la lengua, así que nada XD
 ¿Les ha gustado?
Que tengan un lindo día
¡Comenten!
… Errr… me gustaría decir firmemente un “¡No! No voy a escribir un triangulo amoroso entre Alemania, Chile y Argentina porque no me gusta la idea.” … pero de pronto se me está antojando… no digo que no, pero tampoco digo que si ¬¬… ya veremos cómo se desarrolla la trama… porque hasta a NorCorea pienso meter ¬u¬
¿¿Les gustaría apoyarme con alguno de estos???
 Ko-fi 
 Patreon (No se muy bien como funciona) 
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you-moveme-kurt · 4 years
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Glee «The boxing sweatshirt»
Agosto de 2021
-Me dejaste solo Kurt Hummel-Anderson… —dijo Blaine en tono de reclamo en cuanto puso en pie en la cocina, su esposo estaba atareado con el desayuno, mientras que Henry ya disfrutaba del suyo en su  taza especial. -Lo se… —respondió haciendo un puchero— y lo siento, pero… tengo mis razones… —agregó preparando dos potes con cereal y frutos secos de diferente tipo. -¿Y esas son?... —pregunto de vuelta Blaine acercándose— buenos días… —dijo dándole un beso antes que todo. -Buenos dias para ti… —contestó Kurt sonriendo— buenos y maravillosos días… —añadió besándolo de nuevo. -Estas de muy buen humor… —dijo  saludando a su hijo para luego tomar el periódico del día y enchufar su teléfono móvil. -Lo estoy… —concordó comenzando a ordenar la mesa— aunque si lo pienso… tal vez debería esperar el resultado de lo que vas a hacer hoy para estarlo… —dijo haciendo referencia a la visita que harían a la clínica de fertilidad para concebir a su segundo hijo— ¿no lo crees? — añadió llevándose una mano al mentón como en señal de duda extrema, -Todo saldrá bien… es solo ir, depositar mis cosas y listo… -Me encanta cuando me hablas de manera tan suciamente sexy… —dijo Kurt haciéndole un gesto que en su cabeza era representativo de alguien super extra sexy.
-Lo siento… —agregó Blaine riendo. -Pero bueno, el asunto es que, a pesar que confio en ti y en tu capacidad de engendrar trescientos bebés con solo una mirada… —Blaine volvió a lo de la risa— me levante temprano para averiguar e informarme de ciertas cosas… —añadió tomando una bolsa de papel con  el logo de Zabar’s. -¿Y esas cosas son?... —quiso saber su esposo mirando de reojo su teléfono móvil. -¿Estás esperando una llamada?... —pregunto al escuchar el pitido de un mensaje entrante tras otro—  ¿no tendrás que ir al sello o algo?, ¿verdad? -No por supuesto que no… -«No por supuesto que no»,  ¿que?… no tienes que ir al sello o no estás esperando una llamada… -¿Que diferencia hay? -¡Mucha!… —exclamó poniendo unos bagels rellenos de salmón y queso crema en medio de la mesa. -Ok… entonces debo decir que son ciertas las dos, ni espero una llamada, ni tengo que ir al sello. -Perfecto entonces… —añadió encogiendo los hombros, acto seguido sacó dos vasos desde uno de los anaqueles y una bolsa con naranjas desde el refrigerador. -Hay una caja de jugo que abrimos ayer… —advirtió Blaine señalando la heladera. -Lo se, pero necesito que bebas una cantidad extra de vitamina C esta mañana y por mucho que lo creamos, el jugo de ese envase no contiene tanto como una naranja natural. -¿Lo hago yo? -No, tú siéntate tranquilo… ¿estás usando la ropa interior que te deje?, ¿verdad? -Kurt… ¿que esta pasando? -Nada… bueno, mucho… pero lo primero es lo primero y eso es que hoy te alimentes  bien… empieza  a comer… —sentenció señalando todo lo que había puesto en la mesa. -Lo haré, pero primero preparare café… —dijo Blaine haciendo ademán de levantarse. -¡No!... —exclamo Kurt abriendo sus manos en señal de alto. -¿Por qué no?...   -Porque la cafeína es lo peor… hoy beberás té… mira… recordé esta tetera que nos regaló tu mamá y prepare un té con todas las cosas que necesitas…  —dijo tomando desde uno de los muebles una tetera de cerámica llena de flores y la puso sobre la mesa. -¿Y esas son? -Canela, naranja y almendras… todas ricas en vitamina C y que harán que tus pequeños lleguen rápido donde sea que vayan… —explico mientras le señalaba la entrepierna. -¿Esa es la investigación que hiciste esta mañana?... —quiso saber Blaine mirándolo de medio lado. -Esa… averigüé todo lo referente para mejorar la fertilidad masculina y por supuesto lo que la empeora, por eso te prohíbo el café porque la cafeína esta asociada a la poca calidad seminal, además del consumo  excesivo de carnes rojas y procesadas, alimentos ricos en soja, dulces y bebidas edulcoradas, ciertos lácteos enteros y la ingesta de alcohol… —respondió de corrido como si de una lección de biología se tratase, luego se dio media vuelta y siguió exprimiendo naranjas -Ok… entonces… ¿todo… esto es bueno para mi? -Para ti y para tus «muchachos»… no es que tenga alguna queja, bien sabes que no, pero hoy en especial debemos asegurarnos que todo salga bien… —dijo sirviendo el primer vaso de jugo extra fresco de naranjas. -¿Y tu me acompañaras en esta dieta?... —preguntó recibiendo el vaso y viendo que preparaba otro. -Por supuesto… somos un equipo… —respondió sonriendo. -Me alegra eso… -Y a mi… ¿en serio no esperas ninguna llamada?, tu teléfono vibra y pita como loco… —advirtió señalando el aparato con una mitad de naranja a medio exprimir. -La verdad es que no… pero… —Blaine se levantó desde donde estaba para mirar quien insistía tanto enviando mensajes— es Lily… —dijo deslizando la pantalla para leer todos los textos— vaya… -¿Que?... -Se peleo con Richard… —dijo desenchufando el teléfono para llevarlo consigo a la mesa. -¿En serio?... ¿cuando?... —pregunto Kurt sentándose en su lugar, se aseguró que Henry comenzara a comer su fruta troceada y se quedo viendo a Blaine en espera de la explicación correspondiente. -Hoy en la mañana, «le dije un montón de cosas horribles de las que ahora me arrepiento»… —dijo leyendo el texto que  enviado por su amiga. -Bueno, al menos se arrepiente… ¿que más?... —pregunto sirviendo té especiado para ambos. -Salió esta mañana, sin despedirse, y «estoy con su sweater desde hace como cinco horas»… —dijo Blaine sonriendo— no se que quiere decir eso… —añadió dejando el teléfono para tomar un bagel. -¿Como que quiere decir?... quiere decir que lo extraña, que como bien dijo ella misma, que se arrepiente de su actuar y cuando hay una discusión o nostalgia, refugiarse en una pieza de ropa es algo super común, tanto el primer dia, como el dia 115… —sentencio bebiendo un trago de su jugo. -¿Como? -¿Que? -Eso que dijiste… -¿Te refieres a la verdad?... porque dejame decirte que es la verdad, yo lo hice, y estoy seguro que el 99,9%  de las parejas lo han  hecho. -¿Tu lo hiciste? -Así es… —respondió poniendo cara interesante. -¿Cuando? -En dos ocasiones, primero cuando estaba  a punto de graduarme y se acercaba el  momento en que viviríamos en estados diferentes…. o al menos eso creí hasta que NYADA me dio un puntapié en el trasero… pero bueno,  en esa ocasión te robe una sudadera negra, una media café oscuro que tenias y la use por varios días y era super reconfortante. -¿La que usaba para boxear?...  —Kurt asintió sonriendo—¿por qué? -Porque sí, porque  sabía que era tuya, porque tenía tu olor… recuerdo que en mis últimas clases preste muy poca atención porque me pasaba el tiempo sintiendo tu olor… — Blaine sonrió mirándolo con ternura— y la segunda ocasión, fue cuando ya estaba en New York y nuestra relación había terminado… allí no me lo saque como en cinco días… —explicó soltando una pequeña risa mientras elegía que seguir comiendo, Henry también sonrió sin saber porque— Rachel puede dar fe de eso... -¿Eso quiere decir que no lavaste esa sudadera en meses? -¡Por supuesto que no!… —exclamó mascando uno de los bagels— ¿que gracia tiene tener algo tuyo oliendo a «Tide»?… —agregó como si dijera lo obvio. -Muy cierto…   -El asunto es que si me lo preguntas, no le digas nada a Lily si la próxima vez que la veas, lleva un sweater que no es de su talla… -No lo haré… gracias por contarme esto Kurt...—dijo Blaine mirándolo un segundo. -De nada… pero ahora olvidemos el pasado y pensemos en el hoy… y eso es… que tendemos otro hijo… —añadió agudizando su voz— una niña si todo esto funciona… —dijo señalando la comida. -¿No creerás que algo de esto decidirá el sexo de nuestro bebé?, ¿o si? -Obvio que lo creo, es sabido que los espermios  que cargan el cromosoma X son los más rápidos, y si  ayudamos su motilidad consumiendo Omega 3… llegarán primero que cualquiera… —añadió acercándole el plato con los bagels. -Eso lo acabas de inventar… pero me gusta tanto que cocines para mi, que aceptaré sin problemas comérmelos todos —terminó por decir Blaine tomando uno de los dos que quedaban, Kurt sonrió satisfecho y continuó desayunando mientras hablaba de todas las ventajas de las vitaminas.
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llinguallambiona · 4 years
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Hoy nos lanzamos a la carretera, y nos vamos hasta León, a visitar uno de los mayores referentes que existen a nivel mundial si hablamos de carne de buey. Se trata de la Bodega El Capricho, en la localidad maragata de Jiménez de Jamuz, junto a la Bañeza.
Este restaurante, es famoso a nivel mundial por la calidad de sus carnes, y por la innovación que su dueño, Jose Gordón, aplica a los procesos de maduración de la misma. Revistas internacionales como Time, Stern o The Guardian, han calificado a sus productos como la mejor carne de mundo, y yo sin ser ningún experto, ni haber comido carne de todo el mundo, puedo deciros que si a algo ha de saber la mejor carne del mundo es a lo que comí allí, o muy parecido.
José Gordón se dedica a cuidar y continuar una tradición que seguramente, con el paso de los años, se pierda; la cría de bueyes (toros castrados tras su pubertad). Visita y busca por todo el norte peninsular, bueyes de razas autóctonas en venta, Mertolenga, Minhota, Casina,… todas ellas terminan en una finca cercana, en las que son criados. El buey, por desgracia, es una animal en vías de extinción, ya que su uso como animal de trabajo, ha sido sustituido por los medios mecánicos, y son pocos los que optan por la cría de estos animales. Además su cria, en torno a los 7 años, supone un producto más costoso y una rentabilidad más baja, a la de la carne clásica de ternera (entorno a 1500 € al año en alimentación, unos 1000 kilos cada tres días de alimento)
Los animales son cuidados y tratados individualmente, atendiendo a su raza, trabajo o edad, para lograr optimizar la calidad de su carne. Podría considerarse excesivos tantos cuidados, pero en sus propias palabras, dicho esfuerzo, “es devuelto con creces en forma de calidad”, obteniendo un producto con unas grasas insaturadas de gran calidad, y un nivel de infiltración en la carne, óptimo. Son muchos años de formación y experiencia con estos animales, y sobre todo en el posterior trabajo de maduración en seco.
La maduración en seco (dry aged beef), en palabras de Jose Gordon, es una proceso enzimático natural, por el cual se desnaturaliza la proteína de la carne, restándole agua a la pieza (y por lo tanto peso) concentrando sabores, y también trabajando sobre su textura. Estamos hablando de que algunas de sus carnes tienen hasta nueve meses de maduración, cuando lo normal en otros sitios es de un mes o menos, o lo necesario para eliminar el acido láctico producido en el rigor mortis.
El restaurante es una antigua bodega de principios de siglo XX, con un diseño típico de las bodegas leonesas, que también podemos ver en Valdebimbre o en numerosas localidades de la zona. Con luz tenue, un pasillo largo y estrecho, en el que van surgiendo huecos y espacios en los que se sitúan las diferentes mesas. En la entrada al mismo puedes pasar por la cocina, donde ver las diferentes piezas de carne con las que están trabajando, así como la parrilla, alimentada con carbón de encina.
Una vez acomodados echamos un vistazo a la carta. Disponen de platos para compartir, platos típicos de la zona, como son las sopas de ajo, la tortilla guisada, los callos o las ancas de rana y como no, sus carnes, con diferentes tipos y cortes, y la estrella del lugar, sus chuletas de buey y vaca de trabajo. Además de los postres y de una completa bodega, disponen de tres menús cerrados.
Nosotros, optamos uno de estos, por el Menú festival. La primera visita, bien lo merecía, ya que con el consigues hacer un itinerario por los mejores productos que ofrece El Capricho, y todo lo que lo han elevado a ser una referencia mundial. Consiste en nueve platos, incluidos dos postres, y el maridaje.
Los platos consistieron en: Paté de cecina de buey, Cecina de buey premiun, lengua de vacuno curada, carpaccio de lomo de buey madurado, steak tartar, solomillo de buey y chuleta de buey Premium.
Paté
Cecina de buey
Lengua curada
Carpaccio de buey
Steak Tartar
Chuletón
Chuletón
Jose Gordón cortando la chuleta
¿Qué os puedo decir? Una calidad muy alta, y unos sabores fantásticos. Yo personalmente a lo que más reticencias tenían era al carpaccio y al steak tartar, ya que no suelo comer carne en este formato. En el primero de los casos, nos ofrecieron un carpaccio con 180 días de maduración, y el sabor era intenso y una textura casi de mantequilla. El steak tartar, muy bueno, muy buen corte y un sabor intenso con un toque a cebolleta. Muy ricos ambos.
La cecina nada tendría que envidiar a un buen jamón, sabor fino y textura fantástica. Por otra parte la lengua,que me recordaba a lomo, aunque quizá la vista hace mucho en estos casos.
Por último el solomillo, de diez, y el chuletón insuperable. Muy buenos.
Este último te lo presentan antes de su preparación para que veas la pieza que vas a consumir, y una vez preparado, el propio Jose Gordón lo corta y prepara en la mesa. Se separan los diferentes músculos de la pieza y se cortan, cada uno, de una forma diferente, siempre perpendicular a la fibra y se emplata de forma individual, dejando lo sobrante en una palto de cerámica local, para una segunda ronda. La carne se sirve en su punto, con una temperatura interior de unos 48 grados al salir de la parrilla, y subiendo. Con muy buen criterio, no lo pasan más, a no ser que insistan, ya que se estropearía la carne, siendo el modo en el que ellos lo preparan, la forma óptima para su consumo (A nadie se le ocurre en una paella, pedir que el arroz te lo pasen un poco más ¿verdad?)
Los postres son dos, Sorbete de manzana verde y Torta de buey con agar de café, helado de galleta María y espuma de chocolate blanco. El primero bastante rico, muy refrescante, con una combinación de texturas muy prestosa y un sabor intenso a manzana. El segundo, a pesar del nombre, no sabe a buey (ohhhh…) Tiene un sabor muy bueno, un equilibrio y una combinación muy sutil de café y chocolate, donde el toque de la galleta complementa muy bien. Posteriormente con el café, pude probar las galletas y el bizcocho, realizado con grasa de buey. Resultan muy secas, y el sabor es flojo. Si lo saboreas bien se nota, ese toque de grasa animal, pero no le aporta nada para mi gusto.
Vino DO Tierra de León
Sorbete de manzana VERDE
Torta de buey con agar de café, helado de galleta María y espuma de chocolate blanco
En cuanto al vino, un tinto D.O Tierra de León Pricum Paraje del Santo, de bodegas Margón, bastante rico.
La atención perfecta tanto por el propio Jose Gordón, como por el equipo que tiene en sala, interesándose en todo momento por si estaba todo a nuestro gusto.
El precio de este menú es de 140 € por persona. En este punto podemos entrar a valorar si es caro o no. Cuando la gente me ha preguntado por el precio, se han sorprendido mucho, así que os pasó a razonar como lo veo. Normalmente la percepción que cada uno tiene de un restaurante y su coste, suele ser muy diferente, no solo en un menú caro. Es cierto que comas lo que comas, a más caro más sensación de precio excesivo, independientemente del producto. A nadie le extraña el precio de un café de 1,50, sabiendo que tiene un margen de casi 3000%.
Esta sensación, también se suele ver en restaurantes de autor. Todos hemos escuchado la típica frase de “por un plato del tamaño de una uña, me cobrar 20 €” y sin embargo, En la mayoría de los casos no sabemos lo que hay detrás de los platos que comemos. Sí podemos ver su calidad, su frescura, etc… pero no las elaboraciones que conlleva o la creatividad del plato, y el no saber valorarlo nos lleva a considerarlo excesivo. Aunque ojo, respaldados en este mismo argumento hay mucha gente que infla los precios vistiéndolos de un valor añadido que es falso, pero  resumiendo, no es fácil hacer muchas veces una valoración certera sobre el coste de un restaurante,  sobre todo cuando estamos hablando de un restaurante con comida de autor .
En este caso, documentándome e informándome antes de ir, uno tiene que valorar el trabajo que la cría de un buey tiene detrás. Todos sabemos que carne de buey, realmente, la comemos en muy pocos sitios. En la mayoría nos sirven vaca vieja, lo cual no tiene ningún desmerito, ya que es una carne buena y de calidad, pero realmente se usa el concepto de buey para atraer al cliente. Estamos hablando de un producto escaso y costoso. También me surge la reflexión de que muchas veces no somos capaces de valorar algunos productos, en principio exclusivos. En mi caso, no me pongas delante caviar u ostras, porque no lo valoro en absoluto. Esto al ser carne, es algo más familiar para todos, y buena carne la podemos comer en muchos sitios, y muy mala en otros tantos. También habría que hablar del proceso de maduración en seco, y los costes que suponen, verdadero valor añadido, para mi, de este restaurante, ya que es casi único en el mundo.
Después de este speech, creo que el precio es alto, pero no debería ser mucho más barato, sin duda. La calidad de todo lo que pude probar, excepcional, y la atención e instalaciones perfectas, pero seguramente con la fama que tiene el sitio los precios se hayan incrementado algo.
En definitiva, una experiencia fantástica, y una oportunidad de poder probar y degustar el trabajo que se desarrolla en El Capricho. Para mi un cuatro lametones.
Os dejamos con el video del reportaje que le hicieron en Comando Actualidad de TVE, donde se puede ver bastantes detalles de la elaboración y trabajo con los bueyes. No os lo perdáis.
youtube
Bodega El Capricho: Pasión, calidad e innovación en la mejor carne de buey del mundo Hoy nos lanzamos a la carretera, y nos vamos hasta León, a visitar uno de los mayores referentes que existen a nivel mundial si hablamos de carne de buey.
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depresiva-escritora · 5 years
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¿Qué estoy haciendo mal?
Cada vez que trato de confiar en alguien para por fin ver la belleza de una amistad siempre terminó como el plato de segunda mesa que es mas fácil de desechar porque no es el plato especial de porcelana al que hay que cuidar.
Por ejemplo, hace unos días me tome un tiempo alejada del mundo dañino llamado internet, simplemente no tenía ganas de hablar con las personas por medio de mensajes vacíos. Apenas fuero como seis días, pero al igual lo que refleja esos días donde la mitad de mis amigos no se dieron cuenta que había desaparecido, la otra mitad ni le importó tal hecho. Eso deja mucho que contemplar.
Se que arruinó las cosas con mi personalidad tan cortante, seca, negativa y nada fácil de llevar, y muchas veces quise cambiar pero por cada paso que doy retrocedo otros dos; aunque puedo llegar a ser una persona muy fiel con la gente que quiero, o eso es lo que quiero considerar por mi parte.
No se si soy simplemente idiota por dejarme guiar de esos deseos de tener una amistad que realmente aprecie y me sienta apreciada. Y es que, si, tengo "amigos" que no quiero que me abandonen, pero después recuerdo que ni siquiera llego a ser tan importante para hacerme llamar "la segunda opción barata".
Al fin y al cabo somos seres humanos, estamos hechos para innovar y a la vez destruir. Algo siempre tiene que romperse. Adivinen quién esta rota gracias a tantas mentiras, bromas de mal gusto, insultos "inofensivos", comentarios innecesarios y abandonos emocionales.
Y, es que ni siquiera se si tiene sentido gramatical o coherencia lo que acabó de escribir, pero nunca he explotado, metafóricamente, y no quiero hacerlo ahora. Me duele el pecho. ¿Alguien puede notar que no estoy bien?
— Depresiva Escritora
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¿Cual es la compensación por preocuparme por ti? ¿Por el esfuerzo que hago por apoyarte? Hacerme llorar por las noches.. ¿te parece justo? O quizás... ¿Tus engaños? ¿Tus mentiras? ¿Tus puñaladas por la espalda? ¿Tus traiciones? Perdón pero a nada sale que me trates como "princesa" si así tratas a las demás. Ah, pero a penas intento alejarme de ti y ya estas corriendo por alcanzarme, temeroso, como si en verdad te importara a donde voy.  ¿Que? tienes miedo que alguien me robe el pensamiento y ya dejes de importarme? Cariño... eso es justo lo que quiero. No posees ningún derecho sobre mi, te recuerdo que, NO SOMOS NADA. Ni siquiera amigos, si te importo aunque sea un poco; déjame en paz, vete de mi vida, nuestra conexión es toxica y por lo visto a ti no te afecta. No tienes idea de cuanto duelen tus acciones, del como me cuesta tragar mi coraje solo para darte una oportunidad mas.. Y yo de tonta creyendo que alguien como tu puede cambiar, claro, como si eso pasara. Buscas alegrarme porque sientes que se te va una, no soportarías perder parte de tu ganado ¿verdad? porque para ti eso soy, un ganado. Te creí hasta que un conocido me dijo que tu me hablabas cuando querías porque das por hecho que siempre voy a estar ahí. No seré plato de segunda mesa, y no busques consuelo conmigo porque lo haces cuando una de las "otras" no te puso atención. Apártate, me repugna que seas así, solo  respétame y por ultimo VETE.                              Ya basta de tu maldito cinismo.
Autor  Ashley Daniela
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wearenotbloggers · 6 years
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El último cuento que he escrito, que hizo sentir mal a mamá y a la gente preguntarme si acaso me desmayé en mis XV años... 🤔😒 ¡No olviden comentar!
XIV
Por Linette Cozaya Otto
Mamá está planeando todo para la fiesta. Una gran fiesta. Una gigantesca fiesta que a mí no me interesa. Para mis pocas amigas tampoco es un asunto importante. “Es que te juntas con niñas muy amargadas”, dice mamá. Me junto con ellas nomás para no estar sola. Sé que en un futuro no seremos amigas ya, que no nos veremos después de la secundaria y que ni sus nombres voy a recordar. No me interesan. Nada me interesa.
Me encanta ir a casa luego de clases. Vivo cerca de la escuela, así que camino sola cuatro cuadras y listo. Paso toda la tarde imaginando lo que se sentirá ser una de las chicas populares, o cómo sería tener pene en lugar de vagina. ¿Y qué si fuera muy requetegorda y tuviera problemas para caminar? Las posibilidades son infinitas, pero eso sí no. Eso jamás. Aun así, soy quien soy y estoy como estoy: ni “muy muy”, ni “tan tan”. Y no me gusta. Así que ensucio un poquito un sartén, embarro cátsup en un plato, hago bolita una servilleta y queda perfecta la ilusión de que he comido.
La secundaria no es difícil, no como en las películas y programas gringos que veo por la tarde. En esas escuelas se ve que sufren por las divisiones que hay entre grupitos, y me pregunto si será así de exagerado. Acá les vale, o sea, no es que uno sea un loser y otro un popular y te molesten en los casilleros. Sí hay losers y sí hay populares, pero a cada uno le viene valiendo un pepino el otro, y ya. Entonces también hay muchos invisibles, como yo, que puedo ir por la secu sacando calificaciones promedio, yendo a una que otra fiesta nomás, saltando el almuerzo y nadie se da cuenta.
Estoy en el grupo de teatro, nos obligan a tomar una materia “selectiva” cada ciclo escolar, y, de “porras” o “jazz” a teatro, prefiero mil veces ésta última, así no estoy en escrutinio total. No me siento la gran actriz, nunca he tenido un estelar, pero me gusta usar los vestuarios chistosos de las obras que se inventa el profesor y decir mis pocas líneas. Paso desapercibida y todos felices.
Como mencioné hace rato, tengo pocas amigas: o sea dos. Y somos amigas porque les gustan las mismas cosas que a mí: el agua, las Halls y no hablar mucho. Claudia prefiere las de menta, Sol, las moraditas… ¿Son de uva? Mis favoritas son las de miel, las que come mi abuelita. Compramos un paquete cada una los lunes en el receso y con eso nos va bien para el resto de la semana. Auque a Claudia le encanta también gastar en Coca Cero, le digo que es una tontería, no hace caso. Sol en cambio, es fumadora, huele feo y se ve amarilla. Pero cada quién.
Mamá llega con las invitaciones para la fiesta: cien invitaciones. CIEN. ¿De dónde voy yo a sacar a cien personas? Hace una lista enorme de la pura familia, cuenta tíos, primos y sobrinos. Me siento menos abrumada. Luego añade a sus colegas del trabajo a la lista y queda en que puedo tener treinta invitados. No tengo treinta amigos y nadie en la escuela me agrada, salvo mis “amiguitas”, así que decido invitar a todo aquel que se me cruce y fin.
La parte más nefasta de una fiesta así, es la compra del vestido. Un maldito vestido. Tiendas y más tiendas con atuendos ridículos que no me quiero probar. Cuando mamá me obliga a meterme en uno me dan ganas de vomitar. Colores horribles, telas baratas, diseños nada favorables. Estoy tan enfadada. Mamá halló uno no tan feo, es durazno y nada enorme de la parte de abajo, lo mejor: ¡me esconde la barriga y los brazos! Ella feliz, yo aliviada, estúpida búsqueda, por fin terminó.
Lo malo: no han acabado las sorpresas por parte de mi querida madre, oh no. Me consiguió un par de mozos galantes para bailar el vals conmigo, ahora ensayo lunes y miércoles por la tarde después de la escuela. Como toda persona positiva, encontré cosas a las que sacar provecho de esta deplorable situación. La primera, y más gratificante: mamá me da dinero para comer fuera, cerca de donde tengo que bailar al son de Strauss, así que me ahorro cien pesos más por día. La segunda: no tengo que ensuciar platos ni hacerme mensa tirando cosas del refrigerador en el bote de basura del vecino. La tercera: la quema de calorías, ahora no solamente mueren las de la caminata de ida y vuelta al colegio, leí en algún sitio que el baile sirve de excelente cardio.
Me encanta lo bien que está saliendo todo, como mucho menos de lo que solía y ahorro mucho más de lo que alguna vez me hubiera imaginado. No sé qué hacer con todo ese dinero, pero es lindo pensar que quizá puedo comprarme algún vestido caro, un MP3 nuevo (aunque en realidad amo el que uso)… ¿Una cámara? ¿Maquillaje? ¡Una báscula nueva! Así sigo mi rutina, mi preciosa rutina: agua, escuela, Halls de miel, agua, teatro, caminata, agua, ensayo, casa, agua, tarea, agua, dormir, repetir.
La fiesta está aquí, mi “presentación en sociedad”. Es una semana antes de mi cumpleaños, pero eso no importa. Mamá me ha permitido no comer en todo el día. “Te verás más linda en el vestido”. Ya lo sé. Me maquillan y me peinan, me ponen una tiara “divina” y me dicen lo linda que estoy. No me siento linda. Porque no soy linda, pero claro que me veo mejor que todas éstas gordas. Las capas de maquillaje no logran borrar mis ojeras, ni el rubor hacerme ver más viva. Tengo ganas de vomitar y de irme a casa a dormir. No me dejan, ahora debo meterme en el vestido. Me queda holgado, más me valía que así quedara. Mamá no puede del orgullo y me toma mil fotos. Iremos en un carro negro a la misa, de ahí al salón. ¿Cuántas calorías tiene el vino que le embarran a la ostia?
Bailo el Walzer Kaiser, porque así lo quiso mamá. Soy la peor bailarina y sé que hago el ridículo con mis piruetas mafufas, no me importa, se sienten bien porque el mareo se queda conmigo. Los invitados aplauden, siento que no conozco a nadie, tienen caras y voces borrosas, se vuelven monstruosos al reír, al aplaudir. ¡Tengo que salir de aquí! Me siento a la mesa y mamá no deja de hablar con cualquiera que se acerque, asiento y sonrío, o por lo menos eso juro que hago, pero no estoy segura de nada ya. La gente me mira y todo da vueltas. ¿Agua? No, gracias, estoy bien. ¿Y esas luces tan lindas? ¿Por qué se paró la música? ¡Callen esa sirena! ¡No la soporto! ¡Déjenme en paz! ¡No me toquen! ¡No me toquen! ¡Que no me toquen! ¡¿Por qué nadie me escucha?!
xx linette
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escritos-de-via · 2 years
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Somos una pareja, obtenemos pocas victorias
Porque solo bajo la sombra nos amamos con euforia
Mamá dijo, no andes con personas comprometidas
Porque tarde o temprano se amargarán tus días
Es un humillante tener que vernos a escondidas
Se siente el vacío siempre en la despedida
Las citas siempre serán en áreas restringidas
Porque sabemos que esta relación es prohibida
Pero si ya eres parte de mi vida
Y a quererte así, mi alma ya está sometida
Ser plato de segunda mesa, un amante sin medida
Eso ya no me interesa con tal de que seas mía
Aprovecharé un instante así sea de tu compañía
Te llamo, estás con él, mi corazón muere a sangre fría
No poder decir que eres mi pareja, todavía
¡Qué ironía! No pensé que tanto dolería
Aprovéchame, vida mía
Ven interrumpe mi soledad
Eres experta en las noches frías
Las haces cálidas con tu maldad
Nanpa Básico / Luis Yilder Rueda
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discretpocket · 2 years
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Todo ha sido demasiado cansado, ¿de verdad cámbiate? Tengo tanto miedo de un corazón roto, tanto miedo de apostarle a un cambio qué tal vez no sucedió. No quiero ser un plato de segunda mesa, no quiero ser elegida solo por una estabilidad y no por amor.
No quiero. Tengo miedo. ¿Cómo hago para no sentir miedo al confiar? ¿Cómo hago para mirarte y no sentir que me vas a defraudar? ¿Cómo consigo aclararme?
Eres perfecto, eres lo soñado, lo que deseaba cuando leía libros, cuando solo pensaba en esa compañía que quería, pero sin confianza que somos.
Fueron dos semanas tan perfectas, que hasta dolió que te fueras, pero no se puede con tanto. Tú aún tienes problemas y yo no puedo hacer nada. ¿Cómo me quedo al margen cuando veo que todo se derrumba? ¿Cómo no angustiarme?
Estoy cansada de la vida… quiero un respiro, en un espacio de paz, sin necesidad de pensar en trabajo, estudio, dramas familiares, solo quiero descansar sin problemas sin emociones, sin sensaciones. Me estoy consumiendo y no quiero apagarme tengo miedo.
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inspiredvip-blog1 · 6 years
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Aprende a no aguantar tanta mierda por el simple hecho de que amas, aprende a no dar más de lo recibido por tan solo querer que esa persona nunca se vaya, date cuenta de que no es necesario desgastar tu alma y mendigar a tal punto solamente para recibir un “te amo”, aprende que no es preciso dar todo, no es necesaria tanta miseria ni tanto sufrimiento para a cambio recibir una felicidad inestable en la que hoy somos felices y nos juramos un sin número de cosas pero al rato dejamos a un lado todo eso y llega la melancolía nuevamente. Aprende que no debes estar ahí recibiendo malas actitudes para sólo demostrar que tú si amas, date cuenta que no debes ponerte por debajo de nadie ni pensar que el problema eres tú cuenta dentro de ti sabes que tú siempre has sido la solución. Aprendamos a dar lo que recibimos, a ser felices por nosotros mismos, a no mendigar, a no recibir falsas ilusiones ni aceptar promesas que nunca se cumplirán, aprendamos a amarnos a nosotros antes de esperar que otros lo hagan, a ponernos en primer lugar a nosotros mismos y que por amor no debes humillarte, aprendamos a estar solos, a no recibir migajas, a no ser plato de segunda mesa; aprendamos a valorarnos, a ser felices, a amarnos, aprendamos a vivir.
-Luis A. Jiménez.
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fans-book-forever · 6 years
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Capítulo 11 > NO TE ESPERABA - WIGETTA
-Mamá n..no es lo que tu crees… las cosas no son… - el omega se aferraba a las sabanas, hasta dejar sus puños blancos y su respiración era irregular, pero no lo suficiente para que el resto lo notase. -¡¿No es lo que yo creo?!. Guillermo como puedes decirme que no es lo que yo creo cuando ese pijama que llevas puesto me responde más de lo que te puedes excusar. – a pesar de las fuertes palabras, el rostro de la omega seguía siendo tan suave como siempre, no aparecía una sola arruga de expresión y su maquillaje estaba igual que en la mañana. -Pe..pero mamá n..no es… las cosas no sucedieron… -Lo que Guillermo quiere decir es que no es la zorrita del instituto. Lo que el omega dramático no le dijo en todos estos meses, es que la única posibilidad que tenemos sobre el padre de ese feto, es el joven tan bondadoso que trajo para que se metiese entre las piernas de su hijo. – Alex se levantó y tomó sus cosas con la mayor delicadeza que le permitía su carácter. – Les dejaré para que discutan esta situación en paz. Los escasos minutos en que el omega tardo en salir, se hicieron eternos para madre e hijo, con miradas gachas cargadas de culpa y remordimiento. -¿Aquel chico que traje para tu celo es el padre del bebe? ¿Qu..qué pasó con los supresores del celo? ¿Por qué no me dijiste antes que las cosas habían… salido mal? – sus delgados brazos rodearon al omega en un abrazo y lo ocultó entre el hueco de su cuello. -No quería que pensaras que esto es tu culpa porque no es así y.- Guillermo se acurruco más en el cálido abrazo. – Hasta el momento pude manejar muy bien el tema. -Pero el tema ya se salió de nuestras manos. Es algo que nunca estuvo en nuestro control. Tu no tenías por qué pasar por esto solo. – el oscuro cabello de Guillermo era acariciado por las pequeñas manos de su madre y su respiración se calmaba con el pasar de los minutos. -Solo ignorare a los chicos del instituto mamá. -No creo que los comentarios que lleguen desde ahora te hagan bien o al bebé. Hablaré con el director para que sancione a los que difundieron ese estúpido folleto y te llevaré a comer una gran copa de helado en este mismo instante. *** -Frank esto ya llegó al límite. - su respiración era irregular, las pisadas dejaban eco y se le comienza a marcar la línea del entre cejo. - Esto va en contra de todas las normas para una buena convivencia de género. -No creo que esto tenga que ver con la estatificación de géneros… -Simplemente no se como es que uno de estos niños puede humillar de tal manera a su compañero por… - suspiró y se sentó observando el folleto- Intentando encontrar satisfacción en el acto o el sentimiento de superioridad. -No puedes comprender las primitivas mentes adolescentes Samuel. No puedes siquiera intentarlo. Debes entender que, tras cada estúpido abusivo, hay un cachorro asustado. -No hay nada que justifique los actos primitivos de un adolescente. - tomó la laptop de su bolso y tecleó con rabia mientras desviaba su mirada al folleto. -¿Qué crees que pensaran de ti cuando se enteren de que hiciste suspender a un alumno por jugarle una broma al omega que dejaste embarazado? . - Frank comenzó a ordenar la sala de una manera sigilosa. -Claro que no pienso suspenderlo. - Samuel sostuvo la mirada sobre su amigo y levantó el folleto. - Pienso hacer que lo expulsen. -Esa es una actitud muy infantil para un futuro maestro. - rodó los ojos y fue a la cocina acomodando galletas compradas sobre el plato más elegante que tenían en el piso. -Una actitud más infantil es fingir que acabas de cocinar para tu omega cuando la triste verdad es que solo compraste eso. - apuntó al plato desinteresadamente. - En la panadería de cerca. -La que intenté cocinar se me quemaron. No puedes juzgar mis habilidades reposteras porque las tuyas son peores. -Al menos podrías decirme que vendría el embarazado para que me fuese a hacer mis berrinches de niño grande a otro lado. La verdad Samuel no estaba completamente seguro de cual era esa mágica fuerza que lo motivaba a proteger al pobre chico. Él podría perderlo todo si se descubriese que embarazo a un alumno, pero, ¿Qué opciones le quedaban? Su madre no le crio para dejar dar la vuelta en los obstáculos. -Fue de último momento tío. Dijo que estaba en casa de un amigo pero que pasó algo con la madre del chico y que en este instante no quiere ir a casa. También me dijo que se le antojaban unas galletas. -¿Y ahora solo serás el beta sumiso que cumplirá los antojos de un omega? -Y que también le mentirá para que se sienta feliz y realizado. Creo que aun no entiendes la magia de una relación. Samuel si había tenido, por corto tiempo, a una adorable y pequeña novia. No se podría decir que las cosas en su relación fueron como de cuentos de hadas o al menos un poco normales. Simplemente fueron AB-SUR-DAS. La pequeña y dulce omega se llamaba Bonnie. La madre de Samuel y la suya se conocieron por casualidad en la iglesia y desde ese momento la pelirroja rondaba la casa del adolescente alfa con bastante regularidad. Se podría decir que todo antes de ese tan fastidioso “primer beso” había estado bien entre ellos. Los adolescentes de 15 y 17 años comenzaron una inocente relación que a pasos agigantados buscaba explorar las nuevas fronteras del género opuesto. En varias ocasiones, alfa y omega, se habían encontrado en la incómoda situación donde los besos ya no eran tan inocentes y las manos ya no eran guiadas por el cerebro. Samuel insistentemente le pedía a su novia poder dar un paso más, pero la omega se resistía y simplemente extendía su mano frente al alfa, mostrándole su anillo de castidad. Para el cumpleaños número 16 de la adorable Bonnie, Samuel se las había ingeniado para subir rápidamente de la primera a segunda base, y solo con un poco más de dificultad a la tercera. Con su total falta de experiencia, le había logrado dar un ligeramente aceptable sexo oral a su novia y un manoseo de niños. Ella, en su total estado de éxtasis, le pidió a su fornido adonis quitarse el bóxer y él, aun sorprendido de todo lo que había logrado, no se pudo negar a tan simple petición. Fue simplemente decepcionante. El pene de Samuel lucia realmente triste. “No te preocupes Bon” “Claro que no es tu culpa cariño” “Es que creo que me corrí en mi pantalón y por eso esta así” -Cuando le diga la verdad y entendamos que somos el uno para el otro; comprenderé la magia de las relaciones. -¿De verdad crees que las cosas funcionan así de fácil? - el alfa levantó la mirada y se sorprendió al ver todo el apartamento ordenado. -Parece que a ti te están resultando tal y como quieres. - dirigió a su vista al beta, para mirarlo de una manera casi insultante. - Ese omega te esta cambiando. Te estas convirtiendo en un perrito doméstico. *** El trayecto hasta la heladería fue más silencioso de lo que podrían esperar. Pero no era un silencio incomodo, sino más bien reflexivo, para Guillermo al menos. El omega no se pudo contener a ordenar la copa de helado más grande de todas y su madre olvidó por un momento su naturaleza omega para ordenar, por primera vez desde que tuvo a Guillermo, un trozo de pastel. -¿Cuánto… cuanto tiempo tiene el pequeño? . - la omega mordisqueaba ligeramente el servicio mientras fingía mirar con desinterés a su hijo. -No estoy completamente seguro. - la copa de helado disminuía rápidamente. - Alex es el que lleva la cuenta exacta. Pero creo que son 4 meses y unos pocos días. -El cuarto mes de gestación es muy emocionante. Imagino que ya sabes el sexo del bebe. - su ansiosa mirada se poso sobre la de Guillermo, expectante y con entusiasmo. -Supongo que, con el instituto y el trabajo, no me quedaba tiempo para mí. Creo que olvide que debía hacerme la ecografía. - el omega rio nerviosamente y siguió comiendo de su helado. En el fondo, su madre sabía que había algo que le molestaba a su hijo, pero, la ya tenía suficiente con el embarazo como para tener que lidiar con el estrés emocional. -Cuando estés listo podemos ir juntos. Hay cosas que a veces las madres no quieren averiguar y es comprensible. La mano de Ana se desplazo lentamente sobre la mesa hasta tomar la de Guillermo, acariciándola con su pulgar mientras le regalaba una sonrisa. -Solo debes saber que las madres también tienen un tiempo límite para esa incomodidad que viene con el primer hijo. Esta bien si no quieres saber el sexo de tu bebe ahora, pero dudo mucho que puedas evitar saberlo cuando nazca. La mente de Guillermo le repetía una y otra vez que debía decirle a su madre el resto de la verdad. Ella tenía derecho a saber que ese bebe no se quedaría en la familia y que él jamás estaría listo para que un mini Guillermo le llamase “mama”. -Quizá podríamos ir luego de terminar aquí… *** -Maldición Frank, no puedo siquiera encontrar la entrada a los cuartos de los chicos. -Desde que entras, solo debes seguir a las prostiperras y te llevarán a la habitación de los chicos. -A mi me parece que todas son prostitutas Frank. Solo mueve tu gordo trasero hasta aquí o me largo. - Alex colgó la llamada y se abrazó a si mismo intentando entrar en calor. Ellos no buscaban darle significado a la relación que estaban llevando; porque simplemente no la tenía. Ellos tenían un algo que los mantenía, de alguna manera, juntos y ligeramente enamorados. Okey. Quizá estaban mas enamorados de lo que podían admitir, pero nadie podría culpar a un par de orgullosos. -No es difícil llegar Alex. - Frank se sacó el abrigo y la acomodó sobre los hombros del omega. -No te costaba nada bajar a por mí, tonto. - Alex susurró mientras se ponía el enorme abrigo. - Y de paso las prostitutas sabrán que estas tomado. - sus pequeños dedos se deslizaron entre los de Frank y le dio un ligero apretón con la mirada baja. -Tengo las galletas que me pediste. - los brazos de Frank rodearon al menor mientras le guiaba hasta la habitación. -Tu no hueles a galletas recién horneadas. - Frank sonrió mientras repartía ligeros besos por el cuello de la omega. -Yo no huelo a nada princesa. - la beta abrió la puerta del apartamento, dejando pasar al omega primero. En cuando Alex dio un paso dentro de la habitación, se volteo hacia su novio confundido. -¿Por qué mi maestro de biología esta en tu apartamento?
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nextnnet · 6 years
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¿Alguna vez has visto lo que se cuece en la cocina de un restaurante? ¿Has tenido curiosidad por saber todo lo que le ha pasado a tu plato antes de que llegue a la mesa? Pues quizá no estemos ante el juego que lo represente mejor, pero sin duda estamos ante el más divertido. Hablo de Overcooked 2, la segunda parte del laureado título de cocina Overcooked (que ya analizamos en su momento en NextN). A primera vista sigue la misma receta que el primero, pero añade ciertas características que prometen darle sabrosura a nuestra Nintendo Switch. Encended los fogones y lavaos bien las manos, ¡que hoy toca cocinar!
    El ‘Pan Demonium’, la receta prohibida
Nuestro amable Rey Cebolla, en su intento de crear la receta perfecta descrita en el ‘Necro-ñami-cón’, termina dando vida al infame ‘Pan Demonium‘: una horda de insaciables rebanadas de pan de molde zombi. Para salvar al Reino de la Cebolla de su total destrucción, el rey llama a los mejores cocineros para intentar saciar el apetito de estos nuevos enemigos. Por esta razón nos toca entrar en la cocina, empezar a calentar el horno y poner las manos en la masa.
  En el Modo Historia (muy dramático y serio, por supuesto) viajamos por todo el reino a bordo de nuestra simpática caravana, visitando cocinas de lo más curiosas en solitario o con amigos. Pues sí, podemos jugar a este modo con hasta tres camaradas más para que nos echen una mano con los fogones, ya sea usando los Joy-Con o con mandos adicionales. Si optamos por enfrentarnos al desafío en solitario tomamos el control de un par de chefs, y pulsando un botón se cambia entre uno y otro. No es lo más cómodo del mundo, pero adapta perfectamente para una persona el enfoque multijugador del juego.
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El Reino de la Cebolla se divide en seis fases con seis niveles cada una, donde encontramos cocinas de todo tipo. ¿Has pensado cómo sería cocinar en un par de balsas que se van separando y juntando mientras bajan a través de los rápidos de un río? ¿Y cocinar en una escuela de magia con portales a tu disposición? Espero que no tengas vértigo, porque a lo mejor toca hacer ensaladas mientras viajas en globo aerostático. Aunque también hay restaurantes más tradicionales, sin contar el detalle de que por el medio pasa una carretera. El caso es que Overcooked 2 nos pone a guisar en lugares de lo más inesperados, y en cocinas muy, pero que muy locas.
  Aunque no se me pasaría nunca por la cabeza trabajar en una cocina como las que nos presenta Overcooked 2, sí que me gustaría ir de vacaciones por esos lares. El estilo ‘cartoon 3D’ del juego resulta muy agradable a la vista, y los contados cambios gráficos que incorpora respecto a su primera parte lo dejan con un toque más suave y resultón; no cabe duda de que el equipo de Ghost Town Games ha conseguido crear una estética única con este par de videojuegos. Su banda sonora no se queda atrás, pues se sabe adaptar muy bien a cada situación y adereza a la perfección el ambiente amigable del título.
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  Rico, rico y con fundamento
Cocinar nunca fue tan fácil y a la vez tan dificil. Overcooked 2 nos introduce a las mecánicas clave de una forma muy suave, y cualquiera puede asimilarlas de inmediato. Lo mismo pasa con las diferentes recetas, ingredientes e instrumentos de cocina. Sin embargo, ser chef exige concentración y coordinación con nuestros compañeros. No estamos ante el ‘Dark Souls de la cocina’, ni mucho menos, pues Overcooked 2 plantea niveles asequibles pero desafiantes. Todo está muy bien medido para mantener al jugador atento y activo en todo momento sin llegar a frustrar. Además, cuantos más jugadores participen, más puntos se necesitarán para superar el nivel.
  El hábitat natural de un chef es la cocina, por lo que hay que conocerla a la perfección. Cada fase gira en torno a una receta: pasta, pizza, hamburguesa, ensalada… ¡Para todos los gustos! Nuestro trabajo consiste en satisfacer las peticiones de la clientela, que aparecen en la esquina superior izquierda. En cuanto un plato está listo para hincarle el diente lo debemos colocar en la cinta que lleva a las mesas, por lo que no hará falta salir de la cocina. Si tardamos mucho en entregar el plato los clientes se enfadarán, pero si somos rápidos nos obsequiarán con propina. ¡Toma ya!
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Cortar, picar, amasar, fregar los platos… Todo se realiza con el mismo botón, y resulta más cómodo de lo que parece. Además, esta segunda entrega añade la posibilidad de lanzar alimentos, ya sea para pasarselos a un compañero o para meterlos directamente en la cazuela. También hay que estar pendiente del fuego, porque nadie quiere un plato de carne chamuscada, ¿verdad? Para los posibles accidentes culinarios siempre tenemos a mano nuestro fiel extintor. ¡La seguridad ante todo!
  Como ya habrás podido apreciar, todo es locura en este título. Pero seguro todavía no has visto a un cocodrilo trabajar pata a pata con un pulpo, una anciana y un panda. Y es que conforme avanzamos en la historia, desbloqueamos distintos chefs (cada uno más loco que el anterior), pudiendo elegir a nuestro favorito a la hora de enfrentarnos al temible ‘Pan Demonium’. ¡Y también si jugamos en línea! Porque sí, Overcooked 2 incorpora un modo online (que estuvo ausente en la anterior entrega), y además se puede combinar con el modo local. A su favor debo decir que no presenta problemas respecto a la conexión y fluidez de la partida, pero en contadas ocasiones resulta complicado encontrar gente en línea. Es algo raro, pues la creación del grupo suele ser casi instantánea, aunque otras veces no encuentra a nadie. A pesar de este detalle el tiempo de espera para encontrar a otros jugadores no suele ser demasiado largo, y se puede disfrutar de una buena sesión de cocina internacional sin problemas.
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  Overcooked 2 – La cocina más loca vuelve con más sabor
Nintendo Switch es la consola perfecta para disfrutar en compañía, y Overcooked 2 lo deja muy patente: basta con dejarle un Joy-Con a un colega para disfrutar de uno de los mejores juegos multijugador de la híbrida. Mejora todo lo bueno que hizo brillar a su primera entrega, y con la incorporación de ciertos detalles como el antes mencionado modo online, alcanza la ‘haute cuisine‘. Sin embargo, el juego se disfruta muchísimo más en compañía, siendo perfecto para esas tardes con los colegas o para un buen rato en familia. No significa que una sola persona no lo pueda disfrutar, pero sabe mejor con un buen acompañamiento. Sea como sea, Overcooked 2 no le va a dejar mal sabor de boca a nadie.
  Este análisis ha sido realizado gracias a una copia digital de Overcooked 2 cedida por Team17.
Análisis – Overcooked 2 (Nintendo Switch). Pe-switch-dilla en la cocina ¿Alguna vez has visto lo que se cuece en la cocina de un restaurante? ¿Has tenido curiosidad por saber todo lo que le ha pasado a tu plato antes de que llegue a la mesa?
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you-moveme-kurt · 5 years
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Glee «We'll try it again... and again... and again...»
Julio de 2033
-Me dejaste plantado Blaine Anderson-Hummel… —dijo Kurt llegando a la cocina por la escalera de servicio, traía las manos en los bolsillos de la bata de baño y bajaba los peldaños de a uno, bien calzado en sus extra mullidas pantuflas para levantarse. -Lo se… y lo siento… —respondió este mientras lavaba una serie de utensilios de cocina— pero imagine… —agrego cortando el agua, escurrió el tazón de la batidora, se dio media vuelta  y tomo un par de toallas de papel para secarse la manos— imagine que si veías el desorden del equipaje a medio guardar en nuestra habitación, todo el relajo del baño que te prepare se te iría… así… —agregó chasqueando los dedos cuando mencionaba lo de «asi» -Eso es verdad… pero debes saber que si me hubieses acompañado, el placer habría sido el doble… te iba a esperar pero el olor de lo que estás horneando llegó hasta la habitación… ¿puedo saber que es?... —pregunto acercándose. -Pues es la segunda parte de mi plan para subirte el ánimo… mis super especiales galletas con chip de chocolate… —respondió abriendo la puerta del horno para enseñar lo que había adentro  a medio cocinar. -Maravilloso, como usted, «Señor cara enharinada»… —dijo sonriendo. -¿Como?... —pregunto Blaine riendo también. -Tienes harina en la punta de la nariz… cosa que no sé por qué, pero es super extra sexy… —agregó su esposo tomando un paño de cocina para limpiarle la cara— listo… —dijo mirándolo un instante— ¿¡por qué demonios tienes que ser tan lindo!?... —exclamó con las manos en la cintura.
-¿Como? -Lo que oyes, ¿por qué demonios tienes que ser tan lindo? -No se si lo sabes, pero tu también lo eres… -No… bueno si… pero no tanto como tú, sonríes y te ves lindo, te enojas y te ves lindo, cantas y te ves lindo… ¡hasta cuando lloras te ves lindo!… y eso es injusto para el resto de los mortales de esta tierra, incluyéndome… —terminó por decir Kurt dándole un toque en la cara con el paño de cocina, Blaine se lo quitó de las manos de la manera divertida y comenzó a  secar lo que había quedado en el fregadero. -¿Estas de mejor ánimo?... —preguntó mirando de paso la evolución de las galletas. -Mucho… —contestó Kurt soltando un suspiro como de relajación— me preparaste el mejor de los baños… me dan ganas de pedirte que lo hagas siempre— agregó sentándose a la mesa. -Pídemelo cuando quieras… no tengo problema en hacerlo las veces que lo necesites… —respondió Blaine de inmediato. -Gracias… —dijo Kurt sonriendo coqueto mientras se estiraba como quitándose la pereza de mil años— ¿dónde están nuestros hijos? -Lizzie salio y Henry esta en su habitación… ambos terminaron de desempacar, no te preocupes… —respondió Blaine al ver que su esposo lo miraba como con suspicacia. -Eso espero… ¿Lizzie se quedara en casa de su amiga? -Si, dijo que tenía que aprovechar que estaba en casa de su mamá, ¿me dijo que su padres se habían divorciado? -Así es… pobre niña… creo lo más terrible es que sus padres se la disputan como un trofeo o algo… -Al menos nuestra hija esta siendo una buena amiga para ella… —dijo Blaine guardando las últimas cosas, miro el «timer» del horno y se sentó frente a él. -Al menos… —repitió Kurt apoyando la cabeza en una de sus manos, soltó un suspiro e hizo una mueca como de pena. -¿Que?... ¿te entristeciste de nuevo?... —preguntó su esposo  tomándole una de las manos— te lo dije, lo intentaremos de nuevo... -Lo se... y no, no estoy triste… bueno, un poco… lo que pasa es que ya tenía en mi mente la cara de nuestro futuro hijo… es estúpido habiendo transcurrido tan poco tiempo, pero... -No es estúpido… —interrumpió Blaine dándole unos besos en la mano que le tenía tomada— Kurt... lo intentaremos de nuevo… y de nuevo, y de nuevo...
-Y de nuevo...
-Y de nuevo... es solo que… -¿Papás?... ¿interrumpo?... —dijo Henry  asomando la cabeza por la puerta de la cocina. -Por supuesto que no hijo, pasa… —respondió Blaine haciéndole una seña acorde. -¿Que hacían?... —agrego entrando. -Nada en particular cariño, bueno el «Papáblen» esta horneando galletas… -Que ya están listas por cierto… —dijo el aludido indicando el timbre del timer que acababa de sonar de manera bien estridente. -Y yo estoy esperando para comerlas… —agregó Kurt encogiéndose de hombros. -Y como no, las galletas del «Papáblen» son lo mejor… —dijo Henry sobándose el estómago mientras se empinaba un poco para mirar en dirección de lo que  se estaba cocinando. -Gracias hijo… —dijo Blaine poniéndose unos guantes para horno. -¿Tú estás bien Papá? -Lo estoy cariño… ¿por qué la pregunta? -Porque estas en bata… —dijo el chico mirándolo de medio lado. -Eso es porque tome un baño… uno muy delicioso por cierto. -Genial... -¿Y tú?... ¿vas saliendo?.... —quiso saber Blaine al tiempo que sacaba las galletas con una espátula y las disponía sobre una rejilla. -Si, eso venía decirles, recien hable con Liang y me dijo que mañana se va de vacaciones con su familia… así es que pensé en ir a dejarle los regalos que le traje… ¿puedo?... —pregunto el chico oliendo las galletas como un cachorro ante un filete lo haría. -Claro cariño… pero no llegues muy tarde… ¿de acuerdo? -No, no es posible llegar tarde con los Papás de Liang… prometo llegar antes que empiece el Show de Jimmy Fallon… que para los Papás de Liang es super extra tarde en realidad… —agregó Henry como pensando en aquello. -Sea como sea, procura que te vengan a dejar cariño… -Y si no pueden, nos llamas y yo voy por ti… -Gracias «Papáblen» y ya lo había cómo pensado... —contestó sin moverse, como si hiciera tiempo en espera de las galletas. -Muy bien… —dijo Blaine mientras las ordenaba en un plato elegante— coman sin culpas… —agregó poniéndolo en medio de la mesa. -Es lo que haré… —respondió  Kurt sacando una. -Y yo… —añadió Henry tomando dos—  ahora me voy… —dijo dando un beso a cada uno de sus padres, tomó otro par de galletas e hizo una seña de despedida desde la puerta— ¡uy!... —exclamó devolviéndose en sus pasos— casi lo olvidaba —agregó sacando un papel desde el bolsillo de su chaqueta— el Señor Jenkins trajo esta nota, dijo que es una información importante… —dijo entregando el papel a Kurt— nos vemos… —agregó comiendo— y «Papáblen»… un 10 como siempre… —termino por decir Henry señalando las galletas, Blaine sonrió y se sentó nuevamente junto a su esposo. -¿De que se trata?... —pregunto queriendo mirar la nota del Señor Jenkins. -No se… dice que habrá una fumigación en el sector de las bodegas y que cada habitante debe hacerse responsable por lo que tiene almacenado allí… -¿Fumigación?... —repitió Blaine tomando el papel. -Es lo que dice… ¡por dios Blaine!, ¡estas galletas están deliciosas!… te advierto que puedo comérmelas todas. -Pues hazlo… las hornee para ti… —contestó con la vista fija en la carta— ¿nosotros tenemos cosas allí?... —pregunto terminando de leer. -Parece que sí, pero no se si algo importante como para salvarlo con tanta urgencia  de la tal fumigación… ¿por qué no avisaron  antes? —dijo mascando. -Al parecer lo hicieron, la carta tiene fecha de hace dos meses… —agrego Blaine tomando una galleta. -¿En serio?... tal vez hicieron una reunión que nos perdimos por andar en Europa. -Tal vez… —repitió su esposo dando una mascada. -¿Blaine?... -¿Si?... -¿Sería mucho aprovechamiento de mi parte pedirte que me sirvas un vaso de leche?... —dijo Kurt poniendo cara de niño consentido. -Por supuesto que no… —respondió Blaine levantándose, sacó dos dos vasos desde uno de los muebles más altos y una botella de leche desde la nevera, dejo todo sobre la mesa para luego servir para ambos -Gracias… —dijo Kurt tomando uno de los vasos y beber de inmediato. -Por nada… ¿crees deberíamos de ir a buscar esas cosas?, después de todo esta carta  es casi como un decreto de carácter oficial… —dijo mirando el papel por todos lados. -¿«Deberíamos»?... yo no bajo a ese lugar aunque me paguen… menos si hay algo rondando que debe ser fumigado… —agregó haciendo un tiriton con todo su cuerpo. -Ok… iré yo de inmediato entonces… —sentencio Blaine levantándose, bebió un sorbo largo de leche para luego comerse una galleta de tres mascadas. -¿Como?... ¿ahora? -Si… —contestó tragando—  la nota dice que hasta mañana es el plazo para retirar las cosas, y si tu no quieres bajar, los chicos probablemente tengan planes y yo mañana tengo que ir al sello… no existe otra posibilidad… —Kurt lo miró con el ceño fruncido como si Blaine le hubiese dicho que se iba  a la guerra o algo peor. -Vuelvo enseguida…  y déjame galletas… —terminó por decir dándole un beso en la frente antes de salir de la cocina.
-Eso fue rápido… —dijo Kurt al ver que su esposo llegaba de vuelta a los pocos minutos de haber bajado al sector de las bodegas, traía dos cajas pequeñas apiladas sobre una más grande. -Es porque somos los menos acumuladores de la Fifth Av., solo esto es de nosotros —respondió Blaine dejándolas sobre la mesa. -¿En serio?... —pregunto Kurt acercándose— un momento… —añadió deteniéndose de pronto— ¿revisaste que no hubiera nada dentro? -¿Además de nuestras cosas dices tu?... —respondió su esposo mientras revisaba lo que había dentro de las más pequeñas. -No… me refiero a las cosas que quieren matar con la fumigación… ¿que tal si…? -¡Con un demonio!... —exclamó Blaine apartándose de lo que revisaba, Kurt dio un grito divertido seguido de un salto para acabar subido arriba de una de las illas. -¿¡QUE!?... —pregunto con cara de pánico. -¡Hay un CD de las «Spice Girls» aquí!… —contestó Blaine tomándose la cara. -¿Que?... —agrego Kurt como desinflándose. -¿Que?… ¿te asustaste?... —agregó riendo. -No… —contestó bajándose de la silla despacio como aparentando normalidad. -Pero te subiste a la silla —insistió Blaine mientras comenzaba a revisar la caja grande entre risas. -Mera coincidencia… —dijo levantando una ceja mientras se sentaba de nuevo  en la silla— ¿qué hay en las cajas? —agregó para cambiar de tema, Blaine se trago la risa que le quedaba y puso las cajas en orden una al lado de la otra. -Pues en estas pequeñas hay revistas, discos, algunos libros… —respondió Blaine enseñando cada cosa a medida que la nombraba. -¿Y en la grande?... -En la grande... hay ropa, más revistas… ¡mira!… ¡un teléfono!… —exclamó sacando el aparato, era un modelo antiguo, con poco uso y protegido  con una carcasa blanca— ¡y con su cargador! —agregó tirando el cable para intentar desenredarlo— ¿es tuyo?... —pregunto mientras lo conectaba al teléfono y luego a la corriente.. -Parece… me pregunto que dirían nuestros hijos si les contamos que antes os teléfonos tenían que usar cables para cargarse… —dijo Kurt hojeando alguna de las revistas. -No lo creerían sin duda… —dijo Blaine tratando de encenderlo— al parecer no tenía nada de batería… —agregó dándole unos golpes— lo dejaré conectado un instante —dijo  insistiendo con lo de los golpes— en fin… ¿qué te parece si revisamos estas cosas? -Pues considerando que estoy extra relajado y sin nada que hacer…  me parece una buena idea Blaine Anderson-Hummel… pero iré a ponerme un poco de ropa, la liviandad que tengo debajo  de esta bata, puede llevar a otras situaciones que no tienen nada que ver con el orden… —dijo levantándose— vuelvo enseguida… —agregó dándole un pequeño beso al pasar por su lado —no deseches nada sin que yo lo vea… pueden haber cosas importantes aquí… -¿Como el CD de las «Spice Girls»?... —replicó Blaine mirándolo con cara rara. -Fueron geniales y lo sabes… vuelvo enseguida… —termino por decir Kurt mientras subía la escalera de servicio.
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makahimetenshi · 3 years
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Living with you Chapter 8 - Jotakak fanfic
Eran las 9am y faltaba un par de horas para que Jotaro entrara al trabajo, recuerdan ese cambio de turno con su compañero? Bueno, hoy daba frutos, y luego de una semana tan difícil había decidido ponerlo para hoy. Cuando abrió los ojos se encontró al pelirojo de espaldas, durmiendo profundamente, su cuerpo subía y bajaba con su respiración, la laptop estaba al lado suyo, seguramente se había ido a dormir hace poco ya que tenía los auriculares puestos, se sentó en el futon y se los quito despacio y con cuidado de no despertarlo, dejándolos encima de la laptop.
Salió del futon y se dirigió hacía el baño, de hecho se había levantado tarde, su trabajo le quedaba bastante lejos tenía que echarse una ducha y comer algo para luego irse.
-Jotaro? –se cruzo a su abuelo en el camino hacía el baño –si sabía que no ibas a usar tu habitación te hubiera insistido mas para que me la dejes –el viejo le dedico una sonrisa picarona.
Ante el comentario, Jotaro salió de su ensoñación frotándose los ojos –No viejo, no es eso solo…
-Iba a preparar un desayuno, vas a bañarte no? Para cuando salgas estará listo –la cara del anciano no podía verse mas contenta.
-Esta bien, yo…
-Neee Jotaro ustedes 2 son…? –el viejo le pico con un dedo en el pecho poniendo una mirada juguetona y curiosa.
-NO! –el moreno se echó para atrás, tosió un poco, se recompuso y se tapo la cara –no!...bueno…no se…solo somos amigos...aún es complicado… -su cara se puso notablemente roja y tuvo que mirar hacia abajo para evitar la vergüenza de que su abuelo lo vea así.
El abuelo tenía una sonrisa cálida en su rostro –Ya veo, esta bien hijo, estoy seguro que todo ira bien.
-S-si…-Jotaro volteo la mirada notablemente avergonzado.
-Ve a bañarte, en un rato estará listo el desayuno –Y con esto el moreno se metió al baño a darse una ducha matutina.
Al llegar al comedor encontró a Kakyoin haciendo los moños del cabello de Jolyne mientras la niña veía televisión desayunando, al parecer el pelirojo se había levantado mientras el se bañaba. El resto del desayuno transcurrió normal. Jotaro desayuno con prisa para luego irse a su trabajo, Joseph, mas alla de su hijo y su tátara nieta tenía otros asuntos de negocios que atender en Japón, así que aprovecho a salir con el, y Kakyoin un rato después llevo a la niña al colegio, lo cual significaba que tenía la casa para el solo.
Realmente tenía que ir a la agencia el miércoles así que adelantaría unos encargos que tenía para dentro de 2 semanas, pero mas que eso no tenía nada mas que hacer, agradecía tener un trabajo que pese a que dependía de que la gente lo buscase a el y a su producto, y que tuviera que moverse bastante para ello, le pagara bien, tenía tiempo de sobra, Jojo dependía bastante de sus jefes, y aunque le pagaban millonadas, siempre iba a trabajar para alguien así que tenía horarios y demás. A lo sumo a la tarde iba a entregar los cuadros que ya tenía a sus clientes y…buscar a Jolyne del colegio.
Empezó a pintar y sin darse cuenta ya era mediodía, ya que no había nadie en casa y no tenía ganas de cocinar decidió ir a afuera, iría a un lugar cercano así que luego volvería por los cuadros para llevárselos, el lugar al que había ido con Polnareff quedaba bastante cerca, y le sobraba tiempo así que tomo un bus para llegar hasta ahí. Entro y la música del lugar lleno sus oídos, era un lugar bastante clásico en su ambiente pero moderno en utilidades, la barra, la pista de baile, el karaoke y el escenario eran bastante modernos pero pasaban música relativamente vieja y el bar en general tenía un ambiente de los 80, bastante bien, obviamente siendo medio día había poca gente, mayoritariamente gente que venía a almorzar en su rato libre del trabajo.
Técnicamente el también estaba haciendo eso.
Hace un par de días había estado aquí bebiendo, eso no pasaría de nuevo, en la barra había estado inmerso en su celular hablando con Jotaro mientras su amigo conseguía un poco de sexo, así, como un idiota, o un mojigato .Pensando en Jotaro se le vino a la cabeza que estaba bastante raro…no sabía exactamente si decir afectivo, osea ellos siempre tuvieron una relación así por que Kakyoin siempre era así de toqueton y juguetón con todo el mundo, pero asi como así, sin ningún significado en particular, por ser un mero gesto y ya, quizás esas costumbres se le habían pegado a Jotaro?...aunque…ese casi beso del otro día en la cocina lo hacía pensar cosas, claramente fue un accidente que Jojo terminara así encima suyo pero cuando giro su rostro y se encontró el del otro hombre tan cerca suyo tenía…ciertas emociones que en ese momento le emocionaron pero ahora recapitulando le parecían sumamente raras.
No podía tener esa clase de pensamientos sobre su amigo, anoche también lo invito a ver una serie sin pensar en que terminarían durmiendo juntos, otra vez, como estaba pasando bastante seguido, anoche hacía frió y dormir con Jotaro al lado…por que estaba pensando en eso? También anoche pensaba en el buen cuerpo que se le veía a Jotaro, tenía una espalda y unos hombros anchos y además el típico sixpack, y un buen torso también, y no entendía por que, que necesidad tenía de notar esas cosas? Solía notarlas en todo el mundo como buen observador que era por ser dibujante pero no con este tipo de contextos ni intenciones, ayer veía el rostro del moreno dormido y quería…
Supongo que besarlo…
Es todo culpa de ese maldito accidente, al ser tan cohibido y no tener mucha atención en cosas de ese estilo caía fácil ante cualquier cosa, tenía que sacarse esos pensamientos de la cabeza, no podía pensar en su mejor amigo de esa manera.
Aunque los brazos y labios del moreno encima suyo sean una sensación tan agradable. Aquel beso en la frente también fue sumamente lindo…
Eres una zorra muy fácil Kakyoin.
Pidió su orden y se sentó en una mesa de 2 personas, el no era ese tipo de persona que ocupaba una mesa de 4 o se sentaba en la barra, la primero lo hacía sentirse incomodo por que…ocupaba una mesa para nada, y en la segunda…gente con quien hablar o intentar hablar. Al poco tiempo un camarero apareció con su comida, había pedido algo pesado, hoy tenía ganas de eso, raro en el, que cuidaba bastante su figura, no paso mucho antes de que empezara a sentirse observado, levanto la mirada de su plato y encontró a una chica de piel morena y cabello rubio, casi blanco, le recordaba de cierta manera a su amigo francés eso, con la mirada clavada en el, claro esta que cuando se dio cuenta de que la miraban la chica miro hacía abajo, el pelirojo no le prestó atención y siguió comiendo hasta que ella apareció enfrente suyo.
-Te importa si compartimos mesa? No me gusta comer sola por lo general… -la chica era bastante linda, llevaba un top amarillo con una falda negra y saco rojo con una capucha…y tenía buenas piernas…muy buenas piernas…carajo que buenas piernas tenía.
-N-no…supongo que no…pero no soy muy buen hablador…-el chico le respondió bastante sorprendido y vio como ella movía su plato y su bebida hacía su mesa.
-Deberíamos presentarnos aunque solo estamos compartiendo la mesa? –dijo ella con una pequeña risa mientras se llevaba el tenedor a la boca.
-Si tu gustas –Kakyoin se sentía más cómodo cuando la gente empezaba la conversación, y esta no parecía ser mala chica, aunque estaba ligeramente nervioso.
-Mi nombre es Mariah, soy una estudiante de diseño de indumentaria
-Yo soy Noriaki, pintor, estudie artes hace ya mucho años
La chica puso sus manos sobre la mesa para sostener su barbilla –déjame adivinar tu edad…25?
-Me alagas, el abuelo de un amigo hace poco me dijo que cada vez me veía mas joven, cerca de los 30, yo te veo de unos 24
-Estas cerca pero de las mujeres no se dice su edad –la chica rió –trabajas cerca de aquí?
-No realmente, vine aquí por que no tenía ganas de cocinar a decir verdad –el pelirojo le dio un sorbo a su bebida.
-El abuelo de tu amigo tiene razón, si estas de verdad cerca de los 30 te ves muy bien.
Ah
Ya entendía todo.
Bueno, al fin y al cabo no le molestaba, la chica era guapa y…no pasaría de esta vez.
-Quieres ir a bailar luego de comer? No hay mucha gente en la pista pero seguramente bailas bien, el único que pasaría vergüenza sería yo
-Me parece bien.
No entendía por que lo hacía pero realmente no le importaba, osea estaba la oportunidad ahí y…no le importaba realmente no tener sexo de manera muy seguida, el era una persona que no se fijaba en eso, pero, no sabía, hoy era hoy y ya, es la única excusa que tenía, nisiquiera entendía por que estaba intentando buscarle una justificación siquiera? En la universidad también hacía lo mismo y..
De que sentía culpa? Como para empezar a cuestionarse…
Terminaron de comer y cada uno dejo el dinero de su respectivo plato en la mesa, la rubia-albina se colgó del brazo de Kakyoin para llevarlo hacia la pista de baile, no particularmente para bailar, por que cuando ambos se detuvieron en un punto cualquiera del lugar lo primero que hizo la chica fue besarlo, así, normal, testeando el terreno, beso simple. El pelirojo entendió esto y puso su mano en el hombro de la chica, moviendo sus labios ligeramente contra los de ella, Mariah iba intensificando el beso y Kakyoin la seguía poco a poco, paseando sus manos por diferentes lados del cuerpo de la muchacha, quien al meter su lengua en la boca del pintor se colgó de su cuello pasando sus brazos por este, el tenía uno de sus brazos sujetándola de la cintura y una mano enrredaba en su pelo debajo de la capucha de ella. Podía sentir sus pechos contra el suyo y sus femeninas y bien torneadas piernas entre las suyas.
Pero no se sentía cómodo y no le gustaba. Ese beso no le gustaba.
Lo intento un rato mas, así seguir con los besos y queriendo avanzar pero no, no había, faltaba, esa química…ese calor…esa conexión, definitivamente no estaba ahí, los besos y toda la poca pasión que había se fueron apaciguando de a poco, nada, definitivamente nada, poca atracción. Mariah fue notando esto cuando llegado un momento dejo de intentar pegársele y se separó de sus labios.
-V-voy al baño un momento…espérame aquí si? –Kakyoin solo asintió, tomando eso como una señal de retirada. Vio a la chica meterse al baño de mujeres y el se dirigió a la barra, comprando un sandwitch y pidiendo que se lo den a ella cuando se estuviera retirando, salió del bar y se tomó un bus de nuevo a la mansión Kujo.
Estaba frustado.
Los labios de Jotaro en su frente eran mas agradables que aquello
Que?
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