Tumgik
#debería morirme.
uxa4ever · 2 years
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De unos meses para acá creo que la vida se ensañó conmigo...
Y la verdad es que no entiendo por qué? Comprendería si fuese la persona más culera del mundo... pero tan solo sobrevivo al día a día.
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s0ft-heaart · 3 months
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me da tanta rabia recordar todo lo que he vivido contigo, recordar todos los momentos donde te necesité y tú fuiste tan mierda, nunca intentaste acercarte a mí y conocerme, nunca te preocupó si algunas de tus acciones me dejaba alguna marca y claro, crecer en esta casa con una mamá narcisista, con una vieja culiá que tiene una mentalidad de pendeja culiá fue tan bueno para mí, que me saques en cara cosas que tú deberías darme, tú como mi mamá.
en mis 22 años de mierda no recuerdo ni un día donde me dijeras que me amabas, no recuerdo nada que pueda salvarte de odiarte, me enseñaste a ser tan independiente que ni si quiera podría apoyarme en ti aunq me esté muriendo, gracias por enseñarme a tenerle envidia a la gente que sí tiene una mamá que los quiere, una mamá que los apoya, una mamá que se preocupa. ojalá irme de aquí y no volver a verte nunca más, ojalá morirme ynno saber nada más de ti
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principito2604 · 2 months
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Mi culpa
No puedo hacer nada bien, todo es mi maldita culpa, soy un fracaso e inútil. Mi culpa, mi culpa... Para de llorar, para de llorar. Fue mi culpa, mi culpa. Basta por favor, ya no quiero seguir llorando; ya no soporto este maldito y miserable dolor. Todo esto para mí se siente una mierda y no hay nadie con quien pueda sacar, porque solo no puedo, me cuesta poder ayudarme. No sé que más hacer, ya no quiero seguir viviendo. Aunque creo que todos deberian de estar contentos con mi muerte, ya que no tengo nada de bueno, soy simplemente un personaje de relleno, la culpa no importara si está o no. Incluso si llegara a revivir todos se sentirian decepcionados de ver qué volví a joderles la vida. Un ejemplo claro sería que mi familia estaria mejor si no estoy en sus vidas. "Debería morirme"
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No me importaría morirme mañana
" No me importaría morirme mañana "
Es algo que creo que la mayoría de personas hemos dicho, algunas en plan broma y otras por alguna situación y porque de verdad lo desean.
Todo comienza en esos días en que te sientes cansada, desanimada, una vez más sientes que no vales para nada y nunca llegarás a ser suficientemente buena para hacer que alguien te aprecie tal y como eres.
Y entonces reflexionas y piensas que tal vez en verdadero fallo de que todo te salga tan mal seas tú, tal vez no te mereces a tus padres, ni a tus amigos, ni a nadie.
Cada esfuerzo que haces para que alguien se quede a tu lado te es inútil, ves a tu alrededor y cada día estás más sola, te esfuerzas en algo y siempre sale mal y no entiendes el por qué.
En tu mente sólo está el hecho de que tal vez este sea tu destino, que tal vez deberías rendirte y dejar que todo caiga en el suelo.
Quieres derrumbarte de una vez, subes el volumen de la música y piensas en que lo fácil sería acabar con esto, un par de pastillas de más o unos cortes por ahí, tal vez una autovía en funcionamiento o incluso golpe mal dado en la cabeza, cualquier cosa te vale para dejar de sentirte así.
Dicen que el suicidio es cosas de cobardes pero ¿ qué pasa cuando ese cobarde lo único que le pasa es que quiere dejar de ser valiente ? ¿ qué ya ha soportado bastante y que sus ganas cada día son menos? ¿ qué ocurre cuando no hay nadie que te ilusione, que te salve ?
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ℜ𝔬𝔰𝔞 🖤
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date-a-humant · 2 months
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Quisiera pegarme un tiro. Yo no voy a ser amado realmente y ni quiero estar aquí. Solo quiero desaparecer. Me siento como cuando el mundo me decía que ya no soy merecido ni debería estar.
Ya quiero irme, ya quisiera abrirme de este mundo. No quiero nada. Quiero morirme, eso si, que alguien venga a dónde estoy y lo haga realidad.
Quiero dejar de pensar, quiero dejar de sentir. Quiero solo ser polvo y desaparecer con el.
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victorian-platence · 7 months
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A veces pienso en morirme. Pienso, concretamente, en matarme. Pienso en el paso a paso, en buscar un cuchillo, tomarme una aspirina y abrirme las venas en la bañera llena. Pienso en tirarme por las escaleras, saltar al tránsito, pienso en saltar del balcón de clavado y estrellarme contra el pavimento, reventarme en una explosión roja de paz. Siento esta cosa extraña, como un parásito que me devora por dentro, me cansa, me duerme, me hastía, me mata despacito. No tengo paciencia para estas cosas. No tengo paciencia en general. Pero yo estoy convencida de no morirme. Estoy convencida de que va a hacer más mal que bien, estoy convencida de que todavía tengo miedo de morirme.
Quiero creer que tengo miedo. Que esto es miedo y no apatía. Están las ganas de llorar pero no las lágrimas, están la desesperación, la desesperanza, la vaga sensación de que hay una pieza perdida en el rompecabezas de palabras que no puedo decir pero cuya ausencia siento.
Debería estar feliz.
Pero extraño a Guille. Lo veo en todas partes, ya no quiero aburrir a la gente hablando de mí abuelo, de lo maravilloso que era, de lo mucho que lo amo todavía. Pero lo extraño. Lo extraño tanto. Me perfora el alma su falta. Nadie más va a señalar que un día de frío helado de invierno le hace acordar a la primavera rusa. Nadie más me dice Posito porque no sabe la palabra para hoyuelo. Stephie me dice Posito porque Guille me decía Posito y no es lo mismo. No es igual. Mamá no sabe reconfortarme como Guille. M quiso compararlo con la muerte de su abuela. Y no es lo mismo. No es lo mismo. Nadie entiende. Nadie entiende que yo perdí a la otra mitad de mí alma. Que estaba triste antes y estoy triste ahora pero más sola. Nadie entiende la locura que nos teníamos Guille y yo. Nadie entiende porque poca gente conoce a alguien tanto y tan bien. Nadie entiende lo que es perder abuelo, padre, mentor y mejor amigo todo en uno.
No amaba a M. Tendría que haberlo amado. Tendría que haber cortado con el antes. A veces se me hacía insoportable. Lo extraño mucho. No quiero que me toque o me bese o me nada. Pero quiero que me diga que me quiere. Porque quiero sentirme querida. Quiero sentirme amada, quiero sentirme amada y aceptada y querida con locura. No siento que nadie más me quiera así. Yo tendría que quererme así. Fue egoísta de mí parte quedarme con el para sentirme querida pero no soportaba que no fuera recíproco tampoco. Quería su amor pero no lo quería a el y por lo tanto rechacé ambos.
Tengo miedo de ser bastante insufrible. De que no sea posible amarme. Tengo miedo de que está sensación de desamparo nunca va a curarse. Tengo miedo de que nunca voy a aprender a amarme bien y voy a perseguir el amor ajeno toda mí vida. Tengo miedo de que esto nada más es la vida. Pero con deudas y más estrés. Tengo miedo de que tengo que seguir viviendo. Tengo miedo de que en diez años voy a seguir acá.
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ab--zur--dah · 1 year
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Talvez mi mamá tenga razón y no sirvo para nada... Debería morirme de una vez por todas
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Días como hoy vuelvo a tener ganas de morirme. Nunca seré suficiente para mis padres y aún no entiendo por qué saber eso me afecta. Realmente no sé cuánto tiempo más puedo soportar viviendo con mis padres. Siento que ni siquiera alcanzaré para completar mi vuelo de avión porque me suicidaré antes de siquiera irme. Aunque lograra juntar lo que queda del vuelo el problema sería saber que tendré hospedaje y que no me iré a la bendición de Dios como dicen. Odio seguir con vida. Odio existir. Odio ser insuficiente. Odio no ser capaz de llenar las expectativas de mis padres. Odio tener que sentir debería ser obediente y sumisa a todo lo que ellos me digan, pero, por desgracia me cuesta más ser así. Mi sueño era poder irme a vivir a otra ciudad pero ahora estoy dudando de siquiera estar con vida cuando eso pase porque ya no lo soporto mas. No tengo motivos para seguir con vida. No tengo motivos para comer. No tengo motivos para dormir. No tengo motivos para respirar. No tengo motivos para querer ser amada. No tengo motivos para complementarle la vida a alguien. El único motivo o deseo arraigado es el de morirme. Solo esa frase retumba en mi cabeza 24/7 y las voces o pensamientos me torturan tanto que ni dudo de que tengan razón aunque sean crueles conmigo. A pesar de que tuve muchos intentos de suicidio fallidos ni siquiera eso pude hacer bien. Y no es mentira con que sino hubiera conocido Tumblr en mi etapa de depresión ya me hubiera muerto. Realmente Tumblr se ha convertido en mi hogar, es el único espacio donde puedo expresarme con libertad y es curioso porque mucha gente se identifica y se siente como yo y no me juzgan. Desearía tanto que mis padres me apoyaran como creadora de contenido y gamer pero sé que jamás lo harán. Fui demasiado estúpida para creer que así era. Ellos siempre me asfixiarán, controlarán y me sobreprotegerán hasta que no me vaya de su casa. Espero realmente irme pronto. Lo deseo con todas mis fuerzas de verdad. Me preocupa que se quede mi pez pero estoy más desesperada por salirme de ahí que lamentablemente tendría que dejarlo aunque me duela el alma porque no tendría suficiente dinero para pagar la cuota de mi mascota y eso me haría sentir la peor ama del mundo porque ya lo quiero como si fuera mi hijo. Desearía que mi vida fuera diferente y no fuera un asco y me haya acostumbrado para siempre vivir en dolor, pero, lamentablemente uno puede acostumbrarse a cualquier cosa solo porque son tus padres cuando no debería ser así. Realmente cuando me vaya de su casa mantendré contacto 0 y me alejaré de ellos un buen tiempo porque siempre ellos me causan mis crisis de hecho ahorita estoy escribiendo estando disociada después de haber llorado sin control y haberme mordido sin piedad. Literal me metí a bañar, comencé a llorar hasta sentir que me moría, me mordí tan fuerte, disocié súper horrible que todo a mi alrededor volvía a verse borroso y ahora me siento como si estuviera drogada sin estarlo por la disociación. Es horrible tener crisis y desaparecer de todos lados menos de Tumblr porque solo aquí te sientes segura. Tumblr se volvió mi espacio seguro, mi diario personal, donde puedo ser yo misma sin miedo, donde pueden conocer mis altas y bajas. Ojalá en algún futuro mejore emocionalmente, retomé terapia y tome medicación porque sé que eso me haría bien y así contarles a quiénes me siguen lo que me costó y darles ánimo y esperanza. Pero lamentablemente por el momento no me siento así, me siento mal y solo quiero desaparecer literalmente.
Con ganas de desaparecer (vía confesionesdeunachicasolitaria)
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jartitameteneis · 6 months
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No cariño, tú no eres español. Ser español no es llevar la bandera, ni gritar como un berraco frases de odio que espero que no sientas. Tampoco lo es ponerse una pulserita en la muñeca, ni cantar el cara al sol. El concepto de ser español es algo totalmente distinto, o al menos lo debería ser, porque a estas alturas de la historia yo ya no sé qué decirte. Como española que soy, te voy a contar lo que para mí es ser español: Ser español es arder cuando arde Doñana o temblar cuando tembló Lorca; es sentarte a escuchar historias de meigas en Galicia y llegar a creértelas; es ir a Valencia y no sentir rabia por leer un cartel en valenciano, sino que te agrade poder llegar a entenderlo y es presumir de que las Canarias nada tienen que envidiarle al Caribe. Sentirse español es sufrir por no haber podido vivir la movida madrileña, enamorarte del mar al oír Mediterráneo de Serrat, es pedirle borracha a tu amiga catalana que te enseñe a bailar sardanas, querer ir a Albacete para comprobar si su feria es mejor que la de Málaga y sorprenderte al ver lo bonita que es Ceuta. Para mí ser español es presumir de que en Andalucía tenemos playa, nieve y desierto; sentir casi mérito mío que un alicantino esté tan cerca de un Nobel, pedirle a un asturiano que me enseñe a escanciar la sidra y morirme de amor viendo las playas del País Vasco en Juego de Tronos. También es española la cervecita de las 13.00, el orujo gallego, la siesta, el calimotxo, la paella, la tarta de Santiago, las croquetas de tu abuela y la tortilla de patatas. Lo son las ganas de mostrarle lo mejor de tu ciudad al que viene de fuera y que tú le preguntes por la suya; es hacerte amiga de un vasco y pedirle que te enseñe los números en euskera, por si pronto vuelves a por 2 ó 3 pintxos; es enorgullecerte de ser el país ejemplo a nivel mundial en trasplantes, de formar parte de la tierra de las mil culturas y de ser los del buen humor. No hay nada más español que se te pongan los vellos de punta con una saeta o con una copla bien cantá, atardecer en las playas de Cádiz, descubrir casi sin querer calas paradisíacas en Mallorca, hacer el camino de Santiago en septiembre maldiciendo el frío o que Salamanca y Segovia te enseñen que no hay que ser grande para ser preciosa. Así que, acho, picha, miarma, perla, tronco, tete, mi niño... eso es ser español, lo otro es política. Pero si de política quieres impregnar este concepto, también te vuelvo a decir que te equivocas: porque ser español no es desear que le partan la cara a nadie, es sufrir la situación de paro de tu vecino o el desahucio que has visto en la tele; ser español no es oprimir el SÍ o el NO de toda una comunidad autónoma, es indignarte cuando nos llaman gilipollas con cada nuevo caso de corrupción; ser un buen español es querer que en tu país no haya pobreza, ni incultura, ni enfermos atendidos en pasillos del hospital y, joder, querer quedarte aquí para trabajar y aportar todo lo que, durante tanto tiempo, precisamente aquí has aprendido. Eso es ser español, o al menos, eso espero.
Texto de la malagueña Laura Moreno.
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downcella · 2 years
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me siento sin ánimos de nada, todo el tiempo estoy triste y aburrida, no encuentro nada para hacer y aburro a todo el mundo estoy cansada de todo la verdad, cada vez me siento peor conmigo misma y cada día que pasa confirmo que soy horrible en todos los aspectos, si algo me gustaba de mi, enseguida me dejó de gustar
no siento ni un poco de cariño por mi misma, me gustaría morirme para no sentir nada más, lo único que me motiva un poco es pensar cosas que podrían llegar a pasar pero si me pongo a ser realista me doy cuenta que no hay nada real que me mantenga acá, que no tengo sueños, deseos, que no hay nada por lo que esté trabajando, lo único que me mantiene viva es el miedo a quedar peor por intentar matarme
me veo al espejo y siento ganas de llorar, me da asco mi cara y mi cuerpo mucho más, cada vez estoy y me veo más fea, cada vez me quiero menos
espero que los demás hagan cosas para que yo me sienta mejor conmigo misma y no pasan, y sé que está mal porque eso debería depender de mi y no de otros
no aguanto más y no encuentro las palabras para exteriorizar lo que siento, nada más puedo poner que no quiero seguir y que me aburrí de intentar estar bien, supongo que me voy a dejar estar hasta que se termine todo
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qasstuff · 10 months
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Me siento tan gorda desearía seguir sin comer hasta morir , ayer en la madrugada me eh desmayado debido a la metformina y a lo poco que comía no tenía la azúcar necesaria y ahora tengo varias lesiones en la pierna debido a que caí sobre un cristal , mis papás no me quitan el ojo , no puedo dejar de comer por que mis papás me están viendo me estoy viendo cada vez más gorda quiero morirme antes que verme como me estoy viendo ahora quiero hacer ejercicio hasta no poder más, para compensar todo lo que estoy obligada a comer pero no puedo ni caminar bien debido a que una herida esta abierta no se que hacer me estoy desesperando de solo ver como subo y subo de peso cuando no debería ni de probar un bocado me odio soy tan gorda
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ratratratratnat · 11 months
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No tengo talentos, soy más bien muy ignorante.
Torpe, me tropiezo constantemente y he caído muchas veces.
Me cuesta levantarme, solo procedo a llorar.
Rompo muchos vasos, se me resbala todo.
Refundo las cosas, pierdo muchas otras.
Me han cogido, mal y otras peor.
Ni siquiera me protejo.
Me quedo callada, y me educaron muy bien. Pues sabían que bonita no nací, ni me puedo convertir. Por lo menos estar callada, a ver si más bonita.
Rarísima, hasta el tuétano. No camino derecha, y me han dado piojos.
Vivo con ansiedad, y el capitalismo me ha lavafo el cerebro.
Soy adicta a las redes sociales, a la marihuana y al amor.
Confio, y no debería.
Robaría, he pensado en matar, he intentado matarme.
Ya poco me importa, igual sé que nadie me lee.
Escribo porque no hablo.
Hablo, y nadie tampoco escucha.
Quiero morirme, quisiera tener alguna enfermedad
No cuidarme, que nadie hable de mi muerte.
Por favor, olviden. Y no me busquen solo cuando me necesiten.
Como lo hicieron, cuando estaba viva.
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lyon-amore · 1 year
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La mitad de mí Capítulo 19
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Capítulo 18 ----------------------------------------------------------------------------------------
----Hace un año----
Había sido totalmente sincera con él. Quizás no le había dicho que me gustaba porque quizás era apresurarse un poco, pero le había dicho que significaba mucho para mí ¿Y qué hizo él? Me dijo tiernas palabras, diciendo que piensa en mí, que conmigo conseguía abrirse. Que no entendía el porqué de su comportamiento hacia mí. Tan solo le pregunté por qué trataba de luchar con esos sentimientos. Pero entonces, todo cambió. En un segundo, me dijo que no estaba bien y que era peligroso. Pensé que era una estúpida excusa para ocultarme algo mucho más importante.
No paro de componer canciones tristes tras nuestra conversación. Es como si mis emociones hacia él se hubieran apagado. Llaman a la puerta y voy a paso lento a abrirla. Daliah lleva una bolsa es su mano y sonríe.   — ¿Helado? —me pregunta.    Comienzo a llorar y la abrazó. Oigo cómo suspira, acariciándome el cabello.
Nos sentamos en el sofá, comiendo el helado desde la tarrina. El sabor del brownie me reconfortaba.   —Sabía que mi sentido de gemela decía que algo pasaba —Daliah me señala con la cuchara, dándole vueltas— ¿Qué ha pasado?   —Le… —me seco las lágrimas con la manga, dejando la cuchara en la tarrina— Le he dicho que significa mucho para mí y tras decirme que siente lo mismo, simplemente va y me dice que no está bien ¿He hecho algo malo? ¿Quizás debería disculparme por ser una tonta?   —Hermana, si te disculpas, seré yo quien te dé la patada por arrastrarte —me dice en tono de enfado, dejando el helado en la mesita—. Está claro lo que sucede ¿No lo ves? —Niego con la cabeza— ¡Te ha usado! Ha estado jugando contigo todo este tiempo para que le ayudes a encontrar a esa tal Hannah y se arrepiente de haberlo llevado tan lejos.   — ¿Tú…¿Tú crees? —se me corta un poco la respiración. El pensamiento de haberme creído sus palabras como una tonta hace que me duela.   — ¿Y qué te apuestas a que encima está casado? —Arquea una ceja, como si estuviera diciéndome un ‘te avisé’ con la mirada— Y seguro que Hannah es su amante, por eso la busca con tanto secretismo, porque quizás tenga miedo de que le puedan señalar a él como sospechoso.    La sola idea de que todo lo que dice es cierto hace que me empiece a doler la cabeza. Me tumbo apoyándome en el regazo de mi hermana, abrazándome a mí misma.   —Soy una tonta… —inspiro profundamente, notando cómo Daliah comienza a hacerme una trenza. Como siempre— ¿Por qué iba a pensar que de verdad se fijaría en alguien tan… ¿Tan poco divertida o una ingenua?   —No eres tonta, MC —me dice en un tono más comprensivo—, simplemente te has dejado llevar solo porque un tío te ha dicho cuatro cosas bonitas, eso es normal.   — ¿A ti te ha pasado?   —SssssNo, no me ha pasado nunca.    Peor que antes, cojo el cojín y me lo coloco en la cara. Intentando asfixiarme con él.   —MC…   —Soy patética —digo a través del cojín—, quiero morirme ahora.   —Ni se te ocurra decir eso solo por un chico —me quita el cojín y me levanta a la fuerza. Coloca sus manos en mis hombros, apretando con fuerza—. A partir de ahora, te vas a mantener firme y vas a ignorarlo ¿De acuerdo? Da igual lo que él te diga, te vas a echar para atrás, nada de “Oh, Jake, me encanta hablar contigo, eres un sueño hecho realidad” ¿Lo entiendes?    Asiento despacio tras escuchar atentamente a sus palabras. Quizás tiene razón, Daliah tiene más experiencia en relaciones que yo, sabe perfectamente de lo que habla.
He intentado acercarme poco a poco a Jake, aunque no ha servido de mucho porque ni siquiera lo he sabido hacer bien. ¿Por qué hacerme ilusiones para después destrozarme el corazón?
----Presente----
Cojo una mochila y meto mi pijama y ropa interior limpia. Después cojo mi neceser de viaje metiendo lo necesario para arreglarme por la mañana. La ropa… Debería también coger un recambio para que no parezca sospechosa cuando regrese a casa, no querrían ver la misma persona pasar por el piso con el mismo aspecto.   — ¿Llevas todo lo necesario? —Me pregunta Daliah, con una sonrisa pícara— ¿Has ido a la farmacia para comprar protección?    La miro y niego con la cabeza, increíble que yo esté pensando en eso.   — ¿Habla mis pensamientos o en lo que Daliah me diría?   —Bueno, estoy segura de que ella en realidad, no te dejaría ir a verle —se sienta en la cama, con aspecto de niña buena—, pero sí, te lo diría para ponerte nerviosa.   —Pues no, porque solo voy a dormir —cierro la cremallera de la mochila, cogiendo luego la gorra del armario y metiendo debajo el cabello—. Voy a hablar de algo importante, no ha pasado un momento romántico.   —Ya… Por eso no voy a comentar de tu maquillaje ligeramente discreto pero encantador.    Me sonrojo con vergüenza. Sí, vale, puede que me haya puesto un poco me maquillaje, pero todo porque quería… sentirme bien conmigo misma. No por él para que no me vea con una cara de estar destrozada. Veo a Daliah y la imagen de ella muerta vuelve a mí mente. Quiero olvidar lo que he visto. No puedo dejar que el asesino me controle.
Me coloco la mascarilla y me miró en el espejo. Verdaderamente es preciosa.
Bajo por las escaleras, con la mochila en la espalda. Me asomo con discreción, mirando el coche de Elliot. Siempre espera a que el coche de su compañero llegue para marcharse. Miro la hora en el móvil y vuelvo a fijarme en el coche.   —Tres… —comienzo a contar despacio— Dos… Uno…    El coche de Elliot empieza a moverse y salgo ajustándome mejor la gorra y comprobando la mascarilla esté bien colocada. Mi ropa de ahora es mucho más discreta.
Cuando llegó a la estación, aviso a Jake de que voy a coger el tren para ir a Evergreed. Me quedo mirando al chat para ver si se conecta y lo lee. Qué extraño… ¿Qué estará haciendo? ¿Estará bien? Guardo el móvil y entro en el tren, con las piernas temblando. Mi segunda escapada en una semana. Espero que esta vez no me ponga nerviosa cuando le vea.
No he recibido ningún mensaje de Jake ¿Quizás estará hablando con Mike? Es lo único que se me ocurre.
Bajo del tren y allí le veo. De pie, esperando. Se me corta la respiración al verle. Y es cuando me encuentra con su mirada. Camino despacio, agarrando la mochila con fuerza. Jake se acerca a mí con un ritmo más acelerado que el mío. Trago saliva nerviosa, viendo cómo sus ojos muestran que sonríe.
Cuando ya estamos cerca del uno del otro, se baja la mascarilla y, colocando sus manos en mi cintura, me besa. Intento seguir el ritmo, notando cómo mi temperatura sube. Coloco mis manos en su pecho, notando cómo late su corazón. Está acelerado, como el mío. Me sujeta con fuerza contra él y el cosquilleo regresa.
Cuando nos separamos para tomar aire, noto cómo me tiembla el labio, nerviosa.   —Hola amor —susurra, acariciándome la mejilla. Suelto un suspiro al escucharle llamarme así y se ríe—. Te lo dije.   —Lo sé —trago saliva y le miro a los ojos—. Y suena mejor que por teléfono.    Sonríe pasando su pulgar por mis labios y vuelve a besarme.   — ¿Ha sido complicado llegar a la estación? —me pregunta separándose y tomando mi mano, comenzamos a caminar.   —No, ha sido más fácil esta vez —le contesto un poco nerviosa todavía— ¿Podemos pasar por el hostal para dejar la mochila?   —Claro —se sube la mascarilla y de coger la mano, pasa el brazo por mis hombros—. Perdona, aún no me acostumbro a que puedan aprovecharse de ti en este lugar.   —Bueno, en todo caso… —le miro un poco, viendo cómo sus ojos resplandecían. Está feliz— Creo que tú tienes más pinta de sospechoso de que sí puede aprovecharse…    Se ríe y se inclina un poco, bajando la mascarilla. Su aliento me hace cosquillas en la oreja.   —Pero soy menos peligroso que ellos, amor.    Vale, está consiguiendo que no sea capaz de caminar. Mis piernas acaban de temblar al oírle.   —Pareces bastante feliz —le respondo con la respiración entrecortada.   —No sé cuánto tiempo podré estar aquí o cuándo terminará la investigación —su entonación ahora es un poco más serio, aunque no enfadado—, quiero poder aprovechar estos momentos que tenemos juntos.    Asiento, con una pequeña sonrisa. Si el FBI no logra localizarle, significará que se irá cuando descubramos el asesino de Daliah. Es una triste realidad, pero sé que no se sentiría seguro quedarse aquí para siempre. Alguna vez lograrían localizarlo. Y no quiero que eso pase.   —Aprovechemos todo lo que podamos entonces —digo al final, mirándole directamente a los ojos.    Jake me besa en la frente y puedo ver su pequeña sonrisa asomándose.
Finalmente se sube la mascarilla al pasar delante de la policía, con miedo. Puedo notarlo en cómo me aprieta el hombro. Coloco mi mano en la suya, apretando con cuidado. Jake logra relajarse y su mano se afloja un poco.
Entramos en el cuarto y logro ver los ordenadores en cada mesita, con las lamparitas en el suelo. Dejo la mochila a los pies de la cama y veo a Jake acercándose a la puerta del baño.   —Vale, ven —le sigo y veo que con emoción señala un montón de ¿Pastas de dientes?—, no sabía cuál usas, así que he comprado uno de cada —suelto una risa y sigue mostrando—. También he comprado una esponja por si te quieres duchar aquí cuando despiertes —me enseña el objeto todavía en el paquete— y sé que el azul te gusta… —se rasca la nuca nervioso— También he preguntado en la farmacia por más higiene femenina-   —Vale Jake, entendido —suelto una risa, mirándolo todo—. Te lo dije, no hacía falta, he traído lo que necesito en un neceser.   —Tan sólo… —veo que aparta la mirada, nervioso— Quiero que estés cómoda estando conmigo.    Suelto una risa, nerviosa. Se ha dedicado a bastante a pensar en lo que necesito. Le doy un abrazo y me corresponde, besándome en la cabeza, mientras pasa su mano por mi cabello, tratándolo con cuidado mientras sus dedos pasan por él.   —Gracias Jake —le contesto y alzó la vista. Sus labios están cerca—, por todo lo que haces por mí.   —Siempre haré cualquier cosa por ti —sonríe, acariciando mi mejilla despacio.    Va bajando su mano hasta mi barbilla, atrayéndome un poco y él inclinarse. Vuelve a besarme, mucho más lento, pero juguetón, notando su lengua con la mía. Me va echando hacia atrás, apoyándome en el marco de la puerta. Como aquella vez en la estación, la presión en mi estómago con su erección hace que por algún motivo no me aterre, porque sé que esto es lo que yo le provoco. Me hace sentir un poco de orgullo. Hasta que hace otra cosa. Noto su otra mano jugando con mi camisa. Mete su mano por dentro, subiéndola despacio. La imagen de Elliot haciendo lo mismo pero de una manera algo más posesivo, un poco más brusco, pasa por mi mente y le detengo.
Separo mis labios de los de él, respirando con dificultad. Avergonzada.   —Lo siento-   — ¿Por qué te disculpas? —Su voz es dulce, intentando calmarme— No te preocupes MC, no lo volveré a hacer si no quieres —coloca sus dos manos en mi cara y con sus pulgares, me acaricia las mejillas con cuidado—. Cuando estés lista entonces.    Asiento despacio y me besa la frente. Cierro los ojos, tomando aire, intentando calmarme. Suena el móvil de Jake, que lo saca de sus pantalones. A lo mejor era eso lo que he sentido en realidad.   —Es Mike —lee el mensaje y vuelve a besarme en la frente—, me ha pasado la dirección del local.   —Entonces vamos —contesto, con un hilo de voz.    Jake nota mi humor y me coge la mano con cuidado.   —No estoy enfadado —me dedica una sonrisa para tranquilizarme—. Con que estés aquí conmigo, haciéndome compañía, eso ya es lo más increíble que me puedes ofrecer.   —Lo sé, es solo… Supongo que estoy nerviosa…   Suspira, besándome la mano.   —No eres la única, no te preocupes.    Suelto una pequeña risa, escuchándole. Salimos del baño y nos preparamos para salir.
Mientras vamos al local, puedo notar a Jake mirándome de vez en cuando, mientras que está pendiente de la dirección en el móvil.   —Mike me ha dicho que le digamos al portero que vamos a verle —dice, sin apartar la vista del móvil.   —Mike debe de ser bastante conocido en este lugar como para que eso nos ayude a entrar antes.   —No lo sé —se encoge de hombros, mirándome indiferente—, tampoco me interesa mucho ese tipo, mientras que haga su trabajo, mejor.   —Te molesta todavía el tema de él y Daliah ¿Verdad? —pregunto, aún no hemos hablado bien de este tema.   — ¿Acaso no te molesta de que Daliah usara tu nombre? —puedo notar que está enfadado por el tono de voz.    Intento calmarme. Claro que me molesta. No entiendo por qué Daliah tenía que usar mi nombre, podía haber usado otro, no tenía que ser justo el mío ¿Acaso no le incomodaba que le llamasen por mi nombre el hombre con quien tenía una relación?   —MC, no tienes por qué esconder tu enfado con ella solo porque haya muerto —le miro al escucharle decir esas palabras de manera delicada, despacio. Como si no quisiera hacerme daño con sus palabras—, no tenía el derecho de usar tu nombre de esa forma.    Aprieto su mano ante sus palabras. Quiero poder contestarle, decirle que tiene razón. Pero no puedo... no me salen las palabras. Quizás Daliah tenía sus razones, quizás por eso usó mi nombre.
Aunque no tuviera por qué hacerlo.
Llegamos al local, es muy diferente al Dos Velas. La gente que espera para entrar parece mucho más amistosa, hablando entre risas. Nos acercamos al portero y muchos se quejan. El tipo es grande, unos centímetros más alto que Jake y eso que él es alto.   —Tenéis que ir a la cola —nos avisa, levantando una mano.   —Venimos a ver a Mike Vogt —la voz de Jake suena con fuerza. Autoritario.    Nos mira y luego me mira a mí, escaneándome. Me pegó más a Jake, pensando que quizás está pensando en algo desagradable.   —Podéis pasar —se echa a un lado y pasamos deprisa, continuando escuchando los gritos de todas las personas que quieren entrar.
El ambiente dentro es mucho más divertido, la gente al menos es más amigable por lo que veo y no se enrollan en cada paso que damos. Buscamos a Mike por el lugar, hasta que le vemos en el piso de arriba apoyado en la barandilla. Nos saluda y hace un gesto para que subamos. Jake me mira, sin soltarme la mano todavía.
Subimos y le encontramos sentado en un sofá, en el centro hay una mesa y una bebida. Cuando nos ve, se acerca a nosotros, con una sonrisa.   —MC —dice, abrazándome—, me alegro de volver a verte.   —Oh, yo… —me sorprendo por el abrazo y veo cómo le mira Jake. Molesto.   —Lo estoy haciendo para molestar un poco a tu chico, que me gusta ver cómo se preocupa por ti—me susurra Mike y me río.    Al separarse, le ofrece la mano a Jake para saludarle, pero él le rechaza.   —Bueno, al menos lo intenté —se encoge de hombros y se sienta.    Jake se sienta primero, haciendo una barrera entre Mike y yo. Me siento entonces al lado de él, con los brazos cruzados por encima de la mesa.   —La música de aquí está bien, aunque no entiendo el idioma —comento, mirando el lugar.   —Sabía que te iba a gustar —me dice Mike, con una pequeña sonrisa—, Daliah me dijo que te gustaba la música, así que por eso escogí el lugar, para que estés cómoda —se inclina un poco, más amistoso—. Ponen canciones famosas de todas partes del mundo, por toda la diferencia cultural que hay por aquí.   — ¿Y si nos centramos sobre por qué estamos aquí? —Jake se baja la mascarilla con un tono de enfado— MC se ha arriesgado a venir por saber qué le tienes que contar, no para que le cuentes la historia del local.   — ¡Jake! —rápidamente le miro, asustada de que de nuevo pueda volver a ponerse violento con él.   —Tranquila MC —me dice Mike relajado—, sé que es su forma de ser amistoso.    Veo cómo Jake pone los ojos en blanco y pasa su brazo por mis hombros, atrayéndome a él. Intento que no me preocupe su actitud con él. Sé que no le gusta por lo ocurrido.   — ¿Y qué tienes que contarnos de Daliah? —le pregunto, siendo la calmada de los dos.    Mike da un sorbo a su bebida, para luego frotarse las manos. Le noto nervioso. Es entonces cuando me mira casi como disculpándose.   —Fue varios meses atrás —comienza a narrar—, me sorprendió que me llamara, era la primera vez que lo hacía.   — ¿Nunca os llamabais? —pregunto, queriendo saber más del tipo de relación que tenían.   —No, teníamos nuestros números, pero nunca nos habíamos llamado —da golpecitos en la mesa, frunciendo el ceño—. Aún recuerdo su voz cuando me llamó, no parecía ella —me alejo un poco de Jake, escuchándole más de cerca a Mike—. Hablaba aturdida —hace un gesto con la mano, moviéndola en círculos—, pensé que era porque era por la mañana, que acababa de despertarse —toma aire y se frota la cara—. No fue entonces cuando me dijo que estaba en Colville, que fuera a buscarla.    Cuando inspiro, noto cómo tiemblo al hacerlo. Jake coloca una mano en mi espalda, acariciándome con cariño.   —Así que fui a la estación de Colville y allí estaba ella —aparta la mirada, como si estuviera recordando—, tenía el maquillaje corrido, el cabello revuelto… Se alivió al verme —me mira y noto que quiere ser amable conmigo—. Cuando le pregunté qué había pasado, me dijo que no se acordaba, que simplemente amaneció en una casa.    Me agarro con fuerza del brazo, asustada de escuchar sus palabras. La fuerte Daliah… Pasando otra pesadilla más.   —Volví a preguntarla qué había pasado, pero me respondió que solo quería olvidarlo.   —Pero había dicho que no se acordaba —mi voz me tiembla al escuchar esas palabras.   —No entiendo por qué nunca quiso ir a la policía —se encoge de hombros. Le veo que de verdad está dolorido con lo que está contando—, no me contó qué era lo que sucedía.   — ¿Tenía alguna herida visible? —le pregunta Jake, inclinándose ahora él hacia delante, metiéndose en la conversación.   —No, no tenía nada, lo comprobamos —escucho a Jake hacer un sonido molesto y Mike pone los ojos en blanco—, ¿Tienes que pensar mal siempre? Ella lo pidió.   —Has dicho ‘lo comprobamos’ —digo deprisa y veo que suelta una maldición por lo bajo— ¿Quién más estaba con vosotros?    Mike ignora mis palabras, negándose a hablar. Veo cómo Jake empieza a tensarse de nuevo. Está odiando su actitud.   —Joder… —Mike suelta aire de manera exagerada, pasándose una mano por el cabello— Era una amiga de Daliah, se llama Seo-ah —miro a Jake, que a la vez me mira a mí. Mike continúa—. Es de aquí de Evergreed, su padre es el dueño de un restaurante coreano.   —La conozco —respondo más calmada—, también va a la misma academia que mi hermana.   — ¿Y por qué Seo-ah no ha contado nada de esto?—le comenta Jake, con calma.   —Prometió que no contaría nada y Seo-ah tiende a cumplir sus promesas al pie de la letra.   —Sé que conoces a su hermano —sigue de nuevo Jake— ¿Crees que puedes hablar con él para que nos consiga el tiempo de hablar con ella?   — ¿Su hermano? —Arquea una ceja y nos mira confuso— ¡Ah! Ya… —suelta una risa, dándole vueltas a su bebida— Su hermano…    Veo cómo Jake empieza a tensarse de nuevo. Está odiando su actitud.
Me echo hacia atrás, haciéndole una señal a Jake. Cuando se coloca también apoyado al sofá, le empiezo a susurrar.   —Mañana podríamos ir en busca de Seo-ah antes de que se vaya a Rosenschwarz —le sugiero, no queriendo que Mike me escuche en caso de que pueda avisarla de mi idea.   —Sí, porque la respuesta que nos ha dado sobre su hermano, no parece que nos vaya a ayudar.   — ¿Sucede algo? —Nos pregunta Mike— Mirad, si lo he contado es por ella, si no, quizás me lo hubiera callado.   — ¿Sabiendo lo importante que es? —Jake aprieta la mano por encima de la mesa.   —No creí que quizás fuera algo que sea importante para el caso, pero… —me mira directamente, con una sonrisa— No parece que sea así para la señorita.    Correcto. Para mí no lo es. Si me ocultó esto también, es porque tenía miedo de verdad. Comienzo a marearme un poco al pensar que algo terrible podría haberle pasado. Necesito calmarme.   —Ahora regreso —aviso, levantándome despacio.   — ¿Te acompaño? —los ojos de Jake me miran preocupado, entendiendo que algo no está bien en mí.    Le sonrío, negando con la cabeza.   —No, tranquilo, necesito echarme un poco de agua, hace un poco de calor aquí.    Jake asiente, no muy seguro de mis palabras. Lo puedo notar.
Me alejo a pasos tranquilos, bajando las escaleras con cuidado. Todo lo que Mike nos ha contado pasa por mi cabeza como si fuera una película. Ver cada escena y escuchar el diálogo en repetición. Pensar que lo ocultó para que no me preocupara… ¿O para que no llegase a oídos del que lo hizo?
Me apoyo en el fregadero al llegar al baño. La luz azul hace que me vea mucho más pálida, casi como si estuviera viendo un cadáver. Frío. Abro el grifo y me echo agua en la cara, intentando relajarme.   —No te eches la culpa —me dice Daliah—, seguramente lo que pasó no podías evitarlo.   — ¡Pero al menos podía haberte aliviado un poco hablando del problema! —Exclamo, mirando al espejo— Creí que nos lo contábamos todo… para eso están las hermanas ¿No?   —A veces, simplemente, una hermana no quiere hacer daño a la otra —suena dolida. Quiero pensar que sonaría así, que se sentiría mal por haberlo ocultado—. No sabemos si fue peligroso o no lo que sucedió, así que lo mejor que quería era alejarte.   —Estoy pensando que le alejabas más de lo que pensé.    Un cubículo se abre y la chica que había me mira como si estuviera loca, lavándose las manos evitando mirarme, con miedo. Llevo mi mano a mi cabello, apartándolo mientras inspiro profundamente.   —Oye, si se te ha subido un poco lo que te hayas tomado, puedo buscar ayuda-   —No —miro a la chica, con una sonrisa—. Estoy bien.    Salgo del baño, avergonzada. Para cuando no quería que nadie me viera hablando sola, tienen que tomarlo como si me hubiera drogado. Estupendo.
Regreso a las escaleras, mirando a la gente bailar. Me quedo apoyada al final en la barra, escuchando la música. Dejándome llevar por ella, marcando el ritmo con mis pies. La canción termina y empieza otra. El ritmo es bastante animado. Para cuando empieza a cantar, no entiendo la letra, pero la voz del hombre me hace cerrar los ojos y prestar atención a su entonación. Me gusta. Noto entonces unos brazos alrededor de mí. Bajo la mirada y reconozco las manos. Sonrío.   — ¿Estás mejor? —oigo a Jake susurrarme.   —Sí, estoy mejor —respondo con un toque de felicidad en mi voz.    Noto cómo me besa la mejilla y suelto una pequeña risa, notando cómo continúa bajando. Por instinto, ladeó un poco la cabeza, dejándole continuar. Son besos suaves. Pequeños. Se me escapa un pequeño gemido y aprieto con fuerza su mano. Preparada.   — ¿Nos vamos ya? —me susurra de una manera que es como si entendiera la situación.    Asiento, incapaz de hablar. Giro la cabeza y me besa en los labios. Con lentitud. Me coge la mano y vamos a la mesa donde estábamos con Mike.   —Gracias por la información —le dice Jake. Yo estoy incapaz de poder pronunciar una palabra—. Nosotros nos vamos ya.   —Un placer ayudaros —dice, también levantándose—. Volveremos a hablar, espero —hace un gesto de despedida con la mano y empieza a alejarse.    Jake me mira, colocando su mano en mi barbilla. Me sonríe con dulzura.   —Entonces, nosotros nos vamos ya.    Vuelvo a asentir. Mi cerebro está que explota y mi corazón palpita fuerte.
El camino al hostal ha sido silencioso, pero agradable. Los dedos de Jake jugaban en mi espalda, trazando líneas que me provocaban escalofríos. Le detengo antes de entrar en la puerta del cuarto. Mirándole a los ojos.   —Jake, yo… —trago saliva, nerviosa.   —No pasa nada si has cambiado de idea, no me enfadaré-   —No es eso —tomo aire, quiero hacerlo bien—. No quiero que pienses que lo hago para imitar a Daliah —me mira prestando atención a mis palabras—, no soy… no soy alguien atrevida o directa, no sé cómo se hace esto, tan solo sé que… —se me escapa una pequeña sonrisa— Que lo quiero hacer porque te amo…    Sus ojos brillan al oírme decir esas palabras. Coloca una mano detrás de mí nuca y él apoya su frente en la mía. Puedo escuchar su respiración agitada. Está nervioso.   —Yo también te amo, MC —pronuncia de manera profunda—. Y nunca pensaría eso de ti, jamás.    Suelto una risa, feliz. Jake me besa, profundamente. Lentamente. Por fin le dejo tomar un paso más, dejando que incluso me desabroché el botón de mis vaqueros. Abre la puerta mientras me besa, un poco torpe y con prisas. Me hace reír. Me relaja de los nervios que siento al pensar que voy a entregarme a él.
Cuando cierra la puerta detrás de nosotros. El mundo que conocemos deja de existir.
*Jake POV*
Observo a MC, dormir plácidamente a mi lado. Lleva mi camiseta. Sonrío al ver que tiene una sonrisa en la cara. Tengo en mi cerebro grabado todas las veces que ha gemido mi nombre. Me tumbo a su lado y la atraigo más a mi lado, acariciando su cabello con cuidado. Se acurruca al notarme, dejando su cabeza en mi pecho. Verla así hace que por una vez en mucho tiempo me relaje. Cierro los ojos y decido dormir.
Hacía muchos años que no dormía de esta forma.
A parte del sol entrando por la ventana, escuchó una leve melodía. Alguien susurrando. Abro los ojos y veo a MC incorporada a mi lado, escribiendo. Tiene una sonrisa muy amplia y sus ojos brillan. Veo que muerde el bolígrafo, para luego, hacer un sonido de emoción, escribiendo. Me incorporo despacio a su lado, bostezando. Ha sido extraño volver a dormir tantas horas.   —Perdón, ¿Te he despertado? —me pregunta preocupada.   —No, el Sol lo ha hecho —respondo con una risa— ¿Componiendo?   —Yo… —mira a su libreta y luego a mí— Sí, estaba un poco inspirada.   — ¿Así que soy tu “musa”, amor?—le beso el hombro, subiendo hasta sus labios.    MC deja la libreta y coloca sus manos en mis hombros. Respondiendo al beso.   —Tú has sido la inspiración de todas mis canciones —susurra, rompiendo el beso.   — ¿Y seguirán habiendo más? —Paso mi mano por debajo de la camiseta y veo cómo asiente— Espero escucharlas cuando las termines.   —Serás el primero en oírlas.    La tumbo despacio al ver que parece dispuesta a seguir.
Me apena saber que no tendré más mañanas así con ella.
Salimos del cuarto tras arreglarnos. MC es la que ahora se atreve a cogerme la mano. Su sonrisa hace que mi corazón lata más deprisa aún.   — ¿Crees que me dará tiempo hablar con Seo-ah antes de volver? —me pregunta preocupada.    Dado que nos hemos levantado temprano, puedo entenderla de que le preocupe si la policía puede darse cuenta de que no está en su casa. Y también dijo que tenía que estar en la tienda.   —Seguro que sí —beso su mano, intentando calmarla—. Me encargaré de que regreses a tiempo.   —Como Seo-ah tiene que ir a la academia, a lo mejor querrá regresar juntas —se encoge de hombros, un poco insegura de sus palabras—, si es que la conversación sale bien…   —Veremos si quiere cooperar.    MC se aproxima más a mí, y la abrazo, colocando mi mano en su cintura para que no se separe de mi lado. No deseo dejarla marchar.
Llegamos al restaurante, pero se encuentra cerrado. Hago una señal con la mano al escuchar unos leves sonidos.   — ¿Oyes eso? —pregunto, prestando atención al sonido.   —Sí —MC se separa de mí, rodeando el restaurante.   — ¡Espera! —exclamo, siguiéndola.    Apoya la cabeza en la puerta de atrás. Su expresión cambia a una asustada   — ¡Jake! ¡Ayúdame! —Exclama, intentando abrir la puerta— ¡Seo-ah está en peligro!    Me acerco deprisa a la puerta, y logro escuchar unos gritos.   —Aléjate un poco —la aparto con delicadeza y empiezo a empujar la puerta.
Un golpe.
Dos golpes.
La puerta se abre al final cuando decido tirarla de una patada. Gritos y lloros en coreano de oyen cerca y MC ni tarda en dudar en entrar corriendo.
Subimos por las escaleras que hay cerca del almacén, debe de ser la casa de la familia de Seo-ah lo que hay en el piso de arriba. Los lloros y gritos de hacen más cercanos. Son un hombre y ella. Abrimos la puerta y vemos a un hombre golpeando al hermano de Seo-ah con un cinturón, gritándole cosas que no entiendo. No dudo ni un segundo que me acerco a aquel hombre, deteniendo su mano.   — ¡¿Estás bien?! —pregunta MC, acercándose al hermano.   — ¿Quiénes sois? —Nos pregunta el hombre— ¡Largaos antes de que llame a la policía!   —Hazlo —digo con voz fría— y veremos qué les parece cuando le contemos que estaba pegando a su hijo.   — ¡Ese no es mi hijo! —con brusquedad, se libra de mi agarre, mirando con asco a su hijo— ¡Es un engendro! ¡No quiero volver a verlo! ¡Que se largué de aquí!    Mantengo mi mirada en aquel hombre, con ganas de pegarle un puñetazo. Noto una mano apretándome en el hombro y me giro a ver a MC.   —Vámonos —me dice, con el chico a su lado.    Asiento y dejó que primero salgan ellos, manteniendo vigilado al padre que no para de mirarnos con asco.
Una vez fuera, veo cómo MC examina al chico.   — ¿Y tu hermana? —Pregunto, preocupado de que le haya hecho algo también— ¿Dónde estaba?   —Jake —MC me habla con calma—, ella es Seo-ah.    Miro entonces mejor al chico, fijándome mejor y acordándome de la foto de perfil.
El chico-
No.
La chica se abraza así misma, llorando. MC la abraza, acariciando su cabello con cariño, diciéndola que todo irá bien. Tengo que avisar a Mike para que nos ayude a llevarla a un lugar seguro.
Capítulo 20
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Mis padres me siguen insistiendo a busque trabajo. Como en el Facebook ponen un montón de avisos de trabajo sin experiencia, pero esos avisos son falsos son para pedirte datos porque entre, y les dije a mis padres padres pero no me creen. Quiero emprender aunque tenga miedo de morirme de hambre pero mis padres no me van a apoyar. A mí también me da miedo la inestabilidad.
Pero ahora estoy triste por lo de Andrés, caí en cuenta de que no hablaremos más, que ya no nos veremos, sé que no estoy enamorada pero lo quiero, lo voy a extrañar mucho. Así que supongo que estaré unos días así, necesito recuperarme de esto.
Facebook no es buen sitio para nada y menos para buscar trabajo, para ello hay páginas especializadas y Apps
Kari, no se puede emprender sin tener plata, para emprender hay que invertir, ya se que tienes unos ahorros pero yo no los tocaría
Lo que has de hacer es lo que dicen tus padres, buscar trabajo
Aquí todo ha ido mal desde un principio
Cuando terminaste de estudiar (lo que fuera/cuando fuera) tus padres debieron haberte ayudado a buscar trabajo y haberte apoyado para ello, en cambio te dejaron de la mano Divina e hiciste lo que cualquiera hubiera hecho "mientras no me digan nada y me mantengan me quedo tirada en el sofá con el cel"
Te acomodaste, ellos te sobreprotegieron y ahora con casi 30 tacos te apremian a buscar un trabajo cuando nunca has hecho nada, estudiado nada, nada, nada ....y en un trabajo todos piden experiencia, incluso para limpiar y fregar
¿Qué hacemos?
Es cierto que siempre hay tiempo para todo, pero ha de salir de ti ... pasearte por tu pueblo e ir mirando si alguna tienda necesita empleados, ahora con la Navidad muchos andan faltos de gente, tus padres que pregunten a sus conocidos si conocen de alguien, tus hermanos también, busca en las páginas de trabajo o incluso pon tu un anuncio buscando empleo ...
Se realista, déjate de Reiki y vainas similares, esto solo sirve como hobbie, no se puede vivir de ello
Has de buscar empleos en los cuales no se necesiten estudios académicos, como por ejemplo en el Súper ...supongo que habrán mas Supers que ese Súper ¿no? habrán restaurants de comida rápida, tacos, burgers etc
Verás, no vas a morirte de hambre porque tus padres no te van a echar de casa por mucho que se enojen
Tener trabajo: beneficios
Aporta autonomía personal. Estar en situación activa de empleo supone ganar en independencia general, no solo económica y material. Las personas que trabajan deben desplazarse a un lugar y responder adecuadamente frente a una serie de tareas y responsabilidades, lo que implica un desarrollo personal en su autonomía. 
Realización personal y progreso profesional. Las personas que tienen un empleo pueden mejorar su vida laboral, respondiendo a sus aspiraciones laborales y ganando en su profesionalización. 
Mejora la autoestima. Con el acceso a un puesto de trabajo y el progreso en la profesionalización, se mejora la satisfacción personal, sintiéndose mejor con ellas mismas. 
Ayuda a la estabilidad mental. Establecer rutinas en la vida cotidiana es positivo para la salud mental. Trabajar con unos horarios, en buenas condiciones salariales y en un puesto que respete los derechos laborales y que sea acorde a las necesidades del trabajador  puede contribuir positivamente a tener estabilidad mental en su vida. 
Mejora de las interacciones sociales. La ocupación implica hablar y comunicarse con otras personas, sea en el trabajo que sea, lo que implica un desarrollo de las capacidades de interacción y comunicación. 
Trabajar te estabiliza mentalmente
Si no trabajas puedes esperar a heredar, pero debería de ser una gran cantidad para poder vivir de ello hasta el final de tus días, si no trabajas no cotizas y no tendrás paga contributiva, puedes terminar siendo una homeless
Andrés está genial, tiene casa, trabajo y buscando mujer que lo aguante
Preocúpate por ti, por tu futuro
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“Sócrates fue castigado por la sociedad.
Es inevitable que las personas como Sócrates sean castigadas porque son individuos y no permiten que nadie les domine.
Fue envenenado.
Estaba tumbado en la cama mientras el hombre que tenía que darle el veneno lo estaba preparando. Atardecía, era la hora convenida.
La corte había decidido la hora exacta, pero el hombre lo estaba retrasando.
Sócrates le preguntó:
—El tiempo pasa, el sol se está poniendo,
¿por qué te estás retrasando?
Este hombre no podía creer que alguien que estaba a punto de morir fuese tan escrupuloso con la hora de su muerte. En realidad, debería estar agradecido por el retraso. Él adoraba a Sócrates. Le había oído hablar en la corte y había visto la belleza que había en él: él solo tenía más inteligencia que todo Atenas. Quería retrasarlo un poco para que Sócrates pudiera vivir un poco más, pero Sócrates no se lo permitió. Le dijo:
—No seas vago. Trae el veneno.
Mientras se lo estaba dando, le preguntó:
—¿Por qué estás tan emocionado?
Te veo tan radiante, veo tanta curiosidad en tus ojos.
¿No te das cuenta? ¡Vas a morir!
Sócrates dijo:
—Eso es lo que quiero conocer.
La vida ya la conozco.
Ha sido hermosa; con todas las ansiedades y las angustias pero, a pesar de todo, ha sido un placer. Simplemente respirar es una gran alegría.
He vivido, he amado; he hecho todo lo que he querido, he dicho todo lo que he querido.
Ahora quiero saborear la muerte, y cuanto
antes mejor.
Sólo hay dos posibilidades: que mi alma siga viviendo bajo otras formas, como dicen los místicos orientales; eso es muy emocionante, viajar con el alma libre del lastre del cuerpo. El cuerpo es una celda, tiene sus limitaciones. O quizá tengan razón los materialistas, y cuando muere tu cuerpo, muere todo. Después ya no queda nadie. Eso también es muy emocionante: ¡no ser! Sé lo que significa ser y ha llegado el momento de saber lo que significa no ser. Y cuando ya no soy, ¿qué problema hay? ¿Por qué me tendría que preocupar? Yo no estaré allí para preocuparme; de modo que ¿para qué perder el tiempo ahora?
Así es el hombre que se ama a sí mismo. Escogió incluso la responsabilidad de su muerte, porque el tribunal no tenía nada contra él; solamente era el prejuicio del público, el prejuicio de la gente mediocre que no podía entender la chispa de la inteligencia de Sócrates. Pero eran la mayoría, y decidieron darle muerte.
No pudieron rebatir ni un solo argumento de Sócrates. Creo que ni siquiera entendían lo que les estaba diciendo, eran incapaces de responder. Y él destruyó todos sus argumentos. A pesar de todo, se trataba de una democracia; los ciudadanos decidieron que era peligroso y había que envenenarle.
¿Cuál era su delito? Su delito fue que «hace rebelde a nuestra juventud, los vuelve escépticos, se vuelven raros. Crea una brecha entre los mayores y los jóvenes. Ya no nos escuchan, discuten por todo, y es por culpa de este hombre».
Pero los jueces eran mejores que la gente corriente. Le dijeron a Sócrates:
—Te damos varias alternativas. Si te marchas de Atenas y pro¬metes no volver nunca más, te podrás salvar de la muerte. Pero si quieres quedarte en Atenas, tendrás que dejar de hablar, entrarás en silencio. En ese caso, también podremos convencer a la gente de que te dejen vivir. Si no, la tercera alternativa es que mañana, al ponerse el sol, te tendrás que tomar el veneno.
¿Qué hizo Sócrates? Dijo:
—Estoy dispuesto a tomarme el veneno mañana u hoy, cuando esté preparado, pero no puedo dejar de decir la verdad. Si estoy vivo, seguiré diciéndola hasta mi último aliento. No me puedo ir de Atenas sólo para salvarme, porque si no, me sentiré como un cobarde que se asustó de la muerte, que se escapó de la muerte, que ni siquiera pudo tomar la responsabilidad de su muerte. He vivido según mi propio pensamiento, sentimiento, ser; quiero morirme así también. Y no te sientas culpable. Nadie es responsable de mi muerte, soy yo el responsable. Sabía que iba a suceder, porque hablar de la verdad en una sociedad que se basa en la mentira, la decepción y la ilusión es tentar a la muerte. No culpéis a esta pobre gente que ha decidido darme muerte. Si hay alguien responsable, ése soy yo. Y quiero que sepáis que he vivido siendo responsable de mí mismo y que voy a morir siendo responsable de mí mismo. Mientras vivía, he sido un individuo. A la hora de la muerte, soy un individuo. Nadie decide por mí. Tomo mis propias decisiones.
Esto es dignidad. Esto es integridad. Todo ser humano debería ser así. Si la tierra estuviese llena de gente como ésta podríamos hacer que fuese tan hermosa, tan extática, tan abundante en todo".
Un Poco de Cultura
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pseudoafrodita · 1 year
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¿Por qué no me eliminé antes?
Lo pensé muchas veces, siempre intento encontrar algo por qué vivir, pero las razones son tan frágiles como la convertibilidad y soy menos convincente que Fidel Castro izando la bandera de Estados Unidos. No sé si tengo muchas razones para morirme, pero quiero hacerlo. Cuando una se pelea con la vida se hace amiga de la muerte, pero por más amiga que sea todavía sigo rogando por una razón para quedarme. Una sola razón me salvaría. Una sola sería suficiente. No la encuentro, no porque no sé buscar, sino porque no la hay, no existe razón por la cual debería quedarme en este mundo.
No me digan que me tengo que quedar por mi familia. Tampoco por mi pareja; que ni siquiera tengo. Menos por mis amigos. Ni se les ocurra llamarme egoísta, porque es la gansada con menos sustento que escuché. Cuando una está enferma lo único que desea es curarse, sacarse la enfermedad, y la mía es estar viva. Cada inhalación me quema los pulmones y cada latido de mi corazón me desorienta un poco más. No quiero aguantar mi pena para que otros lloren cinco meses mi muerte y que después continúen con sus vidas, y no soy egoísta por eso, el resto lo es por no entenderlo. Estar sumergida en la más profunda apatía te tortura, te viola, te rompe. Necesito morirme porque siento que ya llegué demasiado lejos con mi tristeza, a un punto de no retorno. No puedo hacer nada, duele demasiado estar viva.
Hace mucho me peleé con la vida y ahora soy íntima amiga de la muerte, me acerqué de a poco. Ya no existe nadie más que ella y yo. Las pastillas, la soga, el balcón, la bañera, el secador de pelo, el cutter, el tren, lo que sea. Somos la muerte y yo, ella más próxima que nunca. Y esta vez, claramente inevitable.
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