Tumgik
#ataque de pánico tw
altvirs · 2 years
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*    RESUMEN  DISCORD  PRIVADO  :   KAEYA  &  ALTAIR  ( @kveyas )
localización: próximo al 7-eleven donde trabaja kaeya.
tw: ataque de pánico.
posterior a sus clases, altair se encontraba esperando a que kaeya saliese de su turno del trabajo. una vez que se reunieron, el mayor sugirió ir a comer a un local de hamburguesas que solía frecuentar. mientras kaeya se dirigía a comprar, altair lo esperó en las afueras del sitio, solo para terminar visualizando a una presencia indeseable. dicha persona acabó aproximándose a ellos justo cuando el mayor volvió de la compra, alterando a altair por medio de burlas y comentarios ponzoñosos, lo suficientemente desagradables como para motivarlos a irse de aquel lugar. con la cita completamente arruinada, los dos regresaron a la casa de kaeya, donde altair terminó confesándole la identidad de aquella persona que conseguía agobiarlo de esa manera, hasta el punto de manifestar señales de evidente ansiedad. con ello, le abrió un pasaje importante de su vida que no llegaba a reconocer tan fácilmente. 
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mariecutts · 2 years
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Me presento , no estoy segura de decir mi edad porque realmente puede ser tema de polémica pero , eh tenido graves problemas a lo largo de mi vida de los cuales no eh podido hablar con nadie diciendo totalmente la verdad y necesito desahogarme, aunque nadie lea esto me podría ayudar simplemente como vent …
Desde pequeña eh recibido constantes adulaciones por parte de maestros , padres y algunos alumnos (académico y deportivo) pero realmente nunca me sentí llena si no tenía alguna amiga que yo considerara mi mejor amiga , algo como un trauma de dependencia emocional , al llegar a la secundaria empecé a tener constante validación de parte de compañer@s por mi físico y empecé a darme a notar , eso en parte me llenaba pero no tanto como el sentirme querida por una amiga , a mitad de pandemia me hice amiga de una niña que siento que le dio sentido a mi vida pero al mismo tiempo la arruino , realmente no la culpo totalmente por lo qué pasó pero no estoy segura de que haya sido lo correcto. Digamos que se llama María , Antes de hacerme muy cercana a ella , yo ya tenía muchísimos pensamientos intrusivos hacia mi cuerpo y hacia mi vida en general, muchos dicen que realmente no afecta y que solo es una serie más pero vi skins a la edad de 12 años y vi thirteen a los 13, me cambio pero fue de una forma mental porque mi mente asimiló eso y en parte lo imitó sin darme cuenta , yo ya había estado un poco adelantada a mi edad en temas de tomar y fumar pero gracias a estos shows este problema se hizo aun más grande , empecé a beber mas pero no demaciado , lo hacia porque se sentía bien y luego porque realmente era un hábito , yo ya empezaba a tener pensamientos relacionados a problemas 4limentici0s , pero cuando conocí a maria todo cambio. Al principio era reconfortante tener una amiga tan cercana , no recuerdo el momento en el que empezamos a tener pláticas del tipo de estos problemas pero ella ya tenía más experiencia en eso , su fyp de tiktok ya era de eso y ya había intentado algunas cosas , mientras que yo , apenas tenía sólo pensamientos del tipo , y por miedo a que se alejara de mi o realmente no se porque lo hice , supongo que para tener una mejor amiga , el punto es que empecé a fingir que yo también lo hacía y que lo hacía desde hace mucho igual que ella y me cree un transtorno falso que yo no tenía , pero que poco a poco fui desarrollando gracias a fingirlo , el problema esque empecé a empeorar cuando maria mejoraba y ella ya no quería hablar de eso porque ella ya estaba bein entonces era demaciado tw para ella esas platicas , por eso me quede sin nadie con quien platicarlo , a parte de eso , la dependencia emocional que tengo porq actualmente la sigo teniendo hacía maria es muy alta , literalmente llego un punto en el que gran parte de mis ataques de ansiedad y mis c0rt4das eran por ella, si no me contestaba o si me contestaba de una manera yo sentía que se alejaría d mi, si tiene otras amigas o cualquier mínima cosa , me da pánico, es obvio que no es sana la relación que tengo hacía ella pero realmente no pienso alejarme, porque es algo tan difícil que moriría en el intento, realmente nunca me ah dado un consejo que me sirva realmenre , sus consejos son hirientes , tiene muy poca responsabilidad afectiva y eso me mata, no se que hacer realmente con eso…. Habían pasado semanas en las que yo había mejorado muchísimo , ya no tenía ningún pensamiento respecto An4 o M1a o s3h4 pero , hoy , Justo hoy , algo lo detonó , algo tonto a ojos de los demás pero no para los míos , no se bien porque pero recaí ,me hice dos pero quería hacerme millones , el problema es que no quiero que sean visibles, ese es el problema real , por mi , tendría los brazos y las piernas totalmente destruidas …
Te cuento esto porque nadie más puede escucharme sin que yo me sienta mal , esque la única persona que podría ayudarme o con la que podría recurrir es maria pero no puedo contarle la verdad , a parte de lo insensible que es … en fin , si estás pasando por algo similar o si tienes un consejo, te ruego que me escribas porfavor … gracias si llegaste hasta aquí ❤️‍🩹
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tecitoconknela · 2 years
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TW MUY GRANDE sobre rehabilitación y tca:
siempre creí que no se iría, siempre creí que la bulimia nunca se iría, que seguiría ahí por siempre acechándome cada segundo. Me alegra haberme equivocado, me alegra sentir que puedo disfrutar una comida, o puedo disfrutar comer sin atracones o que puedo vivir sin que de la nada las comidas que encontraba deliciosas dejarán de tener sabor, me alegra tener hipo sin que mi cerebro crea que me estoy provocando vomito y lo tenga normalizado, dios… hipo. El tca me cagó mi adolescencia, no le dejaré que me cague mi próxima juventud, y luego adultez. Pero me dueles, adolescencia, me dueles tanto que cada cierto tiempo me acuerdo y lloro, pienso en lo que he mejorado para poder comer sin culpa, hacer ejercicio sin pensar en el “bajarías más rápido de esta forma” porque ahora pienso a cambio de qué? de mi energía? de mi gusto? de tener ataques de pánico cada vez que como? de desmayos? Me destruyó cada segundo, tanto que no me di cuenta hasta que salí de ahí.
Pero a veces viene, y el fantasma sigue ahí. Sigue ahí diciendo “Te odiaste cuatro años de la forma en que nadie en el mundo te odiaría” y veo que no he avanzado mucho, que todavía no sé comer de forma equilibrada, solo sé comer. Tuve que volver a aprender a comer, tuve que volver a aprender a hacer ejercicio, tuve que volver a aprender a vivir y fue difícil cada segundo. Pero aquí estoy, de pie todavía.
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this--is--mandela · 2 years
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¡OneShot!
⚠️ advertencia ⚠️
Este OneShot puede ser muy molesto para gente sensible
Tw: menciones de auto lesiones, ataques de pánico, insultos, etc.
Leer bajo tu propio riesgo!
Sin más sigamos con el OneShot
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Conducía sin cuidado alguno, una noche pesada y lluviosa, era muy difícil para el ver a dónde se dirigía, apenas y si notaba que estaba llegando a su hogar
"mierda!.."
Terror y pánico en su mirada, una paranoia enorme, estaba seguro que lo que sea que vio en esa casa no era su amigo y eso lo mantenía con los pies el la tierra, su amigo a quien más consideraba como un hermano ya no existía, en su lugar había una de esas cosas que no tenían piedad alguna
Sentía su corazón ir a mil cuando apenas vio su casa a lo lejos, cuando llegó no dudo ni dos segundos, apagó el auto con rapidez y corrió a su casa, cerró la puerta y de inmediato se encerró en su habitación
Si respiración era agitada y trataba de calmarse, pensó que dicha cosa lo había dejado en paz al no escuchar nada del otro lado de la puerta, aún así puso seguro en la puerta y ventana, se acercó a la cama e intento desesperadamente calmarse
Estaba por calmarse hasta que escucho una voz del otro lado de la puerta, una mujer, al principio creyó que era su hermana pero luego recapacitó y reconoció que esa voz no tenía ningún parecido con la de Sarah, noto la distorsión que tenía y el pánico volvió de inmediato, sabía que no estaba a salvó y que no habría salvación para el
Desesperado agarro su cruz y empezó a rezar, buscaba salvación como la obtuvo cuando era un niño pequeño al encontrarse con un "intruso" la paranoia no lo dejaba en paz, lágrimas caían por sus ojos mientras escuchaba la voz volverse más agresiva desde el otro lado tratando de convencerlo de que abriera la puerta inconscientemente sus manos empezaban a rasguñar sus brazos en busca de "calmarse" según el, empezaba a hacerse difícil para el mantenerse tranquilo
Pasaron los días y la voz no se detenía
Mark no podía dormir bien, estaba cansado pero tenía el miedo de que si dormía aunque sea un rato ese sería el fin de su vida
Llamo a la policía pero nadie vino, lo habían dejado solo y abandonado luchando por sobrevivir de esa cosa
Tenía demasiada hambre y lo único que quería era que todo se acabara
Horas pasaban y en un momento.. silencio.. la voz ya no estaba.. ¿Se había ido? No. Imposible, sabía que no lo dejaría en paz
Tenía los brazos dañados de todas las noches manteniéndose despierto
Ataques de pánico incontrolables que casi lo llevaban al desmayo, la falta de aire que tenía en esos momentos, prefería mantenerse en tranquilidad esos momentos en que esa cosa no lo torturaba, cerró sus ojos un rato para descansarlos le dolían de tanto llorar de la desesperación.. el silencio seguía hasta que una voz lo llamo desde el otro lado "mark?.. mark!" Abrió sus ojos al escuchar esa voz conocida "César..?" Pensó, la voz se escuchaba tan real que lo hacía dudar "vamos mark! Sal! Todo está bien!" Le costaba creer, no podía confiarse
"si eres César.. dime algo que solo el y yo sabemos!" Dijo inseguro sosteniendo su pistola, nuevamente silencio.
"maldita sea! responde!" Ordenó mark
Un suspiro se escuchó del otro lado de la puerta "recuerdas.. el día de la graduación? A la que me acompañaste porque no querías que nada malo sucediera incluso aunque no fueras de la misma institución? Ese día tuvimos que irnos antes porque alguien se hizo el chistoso y me puso algo en la bebida, después de eso estuve dos semanas en el hostal, desde ese día no te atreviste a dejarme solo cada que iba a una fiesta"
Mark dudo, hasta que recordó algo "que fue lo primero que te dije cuando despertaste en el hospital?"
"estuviste quince minutos reprochando el que no me cuide y luego me abrazarte diciéndome que estabas preocupado"
Respondió con seguridad eso le dió la suficiente seguridad a mark para levantarse y abrir la puerta, una gran parte de él quería creer que si era su mejor amigo, pero otra le decía que algo andaba mal
"mark?" Pregunto la voz del otro lado
"si aquí estoy.." respondió "que alivio" contesto César
Mark abrió la puerta con cuidado asomándose para ver quien estaba, al ver a César abrió del todo, un enorme alivio se hizo presente pues al creer que su amigo ya no estaba por lo que vio una cosa deforme intentando parecerse a él lo tenía demasiado mal "César!" Dijo abrazando al contrario "estaba muy preocupado, no respondías mis llamadas mark.." le dijo "una de esas cosas me siguió a casa.. me encerré aquí y estuve así durante días.." se explico ante lo dicho por su amigo
"tranquilo.. ya estás a salvó.." le dijo, en ese momento mark sintió paz, quería descansar, cerró sus ojos e intento calmarse
Un silencio grande se hizo presente y permanecieron abrazados allí
Hasta que la paz se quebró, mark sintió el abrazo volverse más una forma de asfixiarlo que de calmarlo, sintió unas garras clavándose en su espalda, allí reaccionó. Había Sido brutalmente engañado agarro la pistola con fuerza y quiso dispararle a esa cosa que aparentaba ser su mejor amigo, apretó el gatillo gritándole enojado "MALDITO BASTARDO!" y le dió en un hombro, la cosa lo miro y sonrió, una sonrisa perturbadora para luego con una voz distorsionada decir "uh oh mala decisión mark"
Mark quedó inmóvil mientras veía como inconscientemente su brazo con la pistola se dirigía a su cabeza, no podía reaccionar, cerró sus ojos escuchando la risa desquiciada de quién lo había engañado..
De un momento a otro, todo acabo, ya no sentía nada, ya no le dolía nada.
Al abrir sus ojos un lugar desconocido para el se hizo presente, miraba a su alrededor buscando algo o a alguien que pudiera reconocer, camino sin rumbo alguno
Después de un rato de buscar y buscar, una figura conocida se hizo presente "César?.." se acercó y vio como la persona se daba vuelta "mark!" Se acercó a el "dios.. lo siento tanto.." menciono mirando a mark con culpa "no sabía que esto sucedería.. fue tan rápido" mark lo miraba sin expresión alguna "me llevaste a una trampa?" César lo miro con seriedad y luego dijo "yo no quería eso.. no quería que terminara así"
"está bien César.. no es tu culpa.. ahora ya estaremos bien." Intento calmarlo mirándolo
Nuevamente la paz llegó, ellos ya estaban juntos, de verdad
César sonrió y le respondió "tienes razón mi amigo.. ya estamos bien y así será.."
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vaetine · 2 years
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#     ST. PATRICK.
“Mis escritos trataban de ti, pues en ellos sólo me lamentaba de aquello de lo que no podía lamentarme cara a cara.”    —  Franz Kafka, Carta al padre. 
Querida mamá,
Ya han pasado exactamente 251 días desde que desapareciste. 
Y aunque sé que no leerás esta carta, porque no tengo ninguna dirección a la cual enviarla, decidí que seguiré escribiendo para ti. No te preocupes. Prometo hacerlo a mano y en coreano, porque sé que así es como prefieres que hablemos. Que no olvidemos de donde venimos, nuestros orígenes.
Así, talvez, cuando regreses, podrás leerlo todo a gusto y ponerte al día con cada cosa que hemos hecho en tu ausencia. 
Talvez así, será como si nunca te hubieses ido.
Con amor,
Tu hijo.
*  tw: ataque de pánico.
*   El cabeceo fue inevitable, mientras aguardaba sentado dentro del vagón. Con pereza, revisó la pantalla de su móvil, y luego, aburrido, volvió a recargar la cabeza en el ventanal, justo cuando el tren comenzaba a detenerse en una nueva estación. Aunque no le gustaba tomar el metro, no había tenido alternativa. Solo podía animarse ante la idea de que se bajaría en la siguiente parada, y de ese modo, el viaje se le hizo mucho más soportable. 
Con desinterés, miró a las personas que aguardaban para subir, parpadeando mientras estudiaba cada rostro desconocido… y entonces, en medio de su contemplación aleatoria, le vio.
Alzar de cejas fue instantáneo, así como el vuelco que dio su corazón. Si dejó de respirar de un momento a otro, quizás culpó al hecho de que su mente entró en cortocircuito cuando contempló a cierta figura en específico, avanzando para dirigirse a la combinación de la línea opuesta.
Bien decían que nunca era bueno tomar decisiones dejándose llevar por corazonadas, o emociones demasiado intensas. Y sí, tal vez acabaría arrepintiéndose por levantarse, salir del vagón, y abandonar su ruta para perseguir una figura que le evocaba recuerdos demasiado vívidos… Sin embargo, optó por asumir las consecuencias, y todavía la siguió. Entrando al mismo tren que esa persona, sintió tan familiar ese abrigo terracota y ese cabello negro atado en una media trenza que vio hace cuatro años, que algo en su interior se sacudió con ilusión. 
Su madre.
                                                                       . . .
Habían pasado ocho días desde la última vez que la vieron. Y por más que le insistió a su padre sobre alertar a la policía, el hombre parecía haberse rendido desde el minuto uno. O era eso, o realmente no le importaba. Talvez, sabía algo sobre ella que él y su hermana desconocían.
Ni una nota. Ni siquiera un adiós.
Él la vio cruzar el umbral de la puerta como tantas veces antes, cuando dejaba de volver a casa por días. Pero después de esa madrugada, ella nunca más regresó.
Solo desapareció esa noche de aguacero incandescente, sin siquiera mirar atrás.
Si tan solo la hubiese detenido…
El niño de doce años transitó por la calle con una expresión cabizbaja. A lo lejos, la celebración de San Patricio comenzaba a aglomerar más y más gente en el Loop de Chicago, expectante por aquel desfile y festividad que tan desconocida le resultaba todavía. 
Aburrido, pateó una piedrita mientras aguardaba en el sitio donde su hermana le dijo que esperara, contemplando a la gente a su alrededor. Niños, abuelos, hombres y mujeres, había una diversidad de gente en el sitio. La fiesta parecía congregar a un sinnúmero de personas esa tarde.
Entonces, justo cuando parpadeó y pensó en mensajear a su hermana, fue que le vio.
Su madre salió de una tienda, usando un abrigo rojo terracota. Con el cabello peinado en una media cola trenzada y las manos en los bolsillos, pareció mirar con inquietud en diversas direcciones, justo al otro lado de la calle en donde él se encontraba.
Sin poder evitarlo, sus labios se entreabrieron presa de la emoción.
—¡Mamá! —Exclamó él, con todas sus fuerzas; con la esperanza comenzando a acariciarle el corazón.
¡Finalmente la había encontrado! ¡Después de todos esos días, había dado con su madre!
A toda prisa, rogó a que el semáforo cambiara pronto, mientras seguía llamándola. Nunca sintió más eterna la espera del rojo al verde. 
Sin embargo, ella no lo miró.
                                                                 . . .
—Mam…—Llamó, pero cuando interpeló a esa mujer que había visto a la distancia, fue que se dio cuenta del error. El rostro que le miraba con desconcierto no era el de la persona que creía, y ahí, su esperanza se disolvió como sal suspendida en el agua. Su corazón sucumbió en el abismo de la decepción, abrazando con fuerza el bolso que sostenía entre sus brazos mientras inclinaba la cabeza para disculparse y tomar distancia. 
Por supuesto.
No había forma de que fuese ella, después de todos esos años. 
Contemplando su alrededor ahora, el chico se dio cuenta de que el tren desconocido estaba por detenerse en una nueva estación. Y cuando nervioso, decidió bajarse en esa parada, sus intenciones fueron anuladas apenas cayó en cuenta de toda la gente que empezaba a repletar el vagón, apresurada por regresar a su casa. 
Imposible. No podía pasar. No podía abrirse paso.
—Disculpen…—Emprendió, pero la voz apenas le salía. Temeroso, confrontar este tipo de situación luego de años comenzaba a jugar con los límites de su nerviosismo. 
Al final, hablar no le sirvió de nada.
Acorralado en un rincón, acabó atrapado mientras más y más gente entraba.
Oh no. ¿Qué línea había tomado? ¿Qué hora era? ¿Acaso estaba en medio del horario más frecuentado por la gente? ¿Donde podía bajarse para regresar a casa? 
Sintiendo que la respiración se le entrecortaba, trató de mirar su teléfono, pero no pudo mover el brazo para recuperarlo de su bolsillo. Si era porque la gente lo apretujaba, o porque estaba congelado y entumecido gracias a ese incipiente pánico que se gestaba dentro suyo, lo cierto es que no lo sabía.
                                                                        . . . 
—¡Mamá! ¡Mamá! ¡MAMÁ! —Gritó con todas sus fuerzas, corriendo por esa calle atestada de gente reunida. Ya ni siquiera sabía que tan lejos estaba del punto de encuentro con su hermana, ni si acaso ella había llegado solo para no encontrarlo. Tampoco tenía idea de quién estaba a su alrededor. Solo podía correr detrás de esa figura, que se alejaba como si no hubiese escuchado su llamado, que seguía hacia adelante sin siquiera detenerse un mínimo segundo. ¿Acaso debía gritar más fuerte? ¿Sería mejor correr más rápido?
Pero cuando lo intentó, chocó con alguien, que lo hizo retroceder.
—¡Fíjate por donde vas, mocoso! —Le gritó un hombre con desagrado.
—Lo… lo siento, —Se excusó rápido, sin prestarle más atención cuando su mirada seguía sobre la de esa persona que continuaba alejándose a la distancia. 
La sombra terracota de su madre se perdía entre la multitud que celebraba a esa hora en el puente, su espalda siendo lo único que podía contemplar mientras se precipitaba tan raudo como podía; tanto como la multitud agobiante bañada en verde lo dejaba avanzar. 
—Perdón… Perdón, disculpen, ¡Perdón! ¡Permiso! ¡Por favor, déjenme pasar! —Se disculpó una y otra vez, forzando su pasada, ajustando su figura tanto como se lo permitía el mínimo espacio que el resto le dejaba. Inevitablemente, su pequeño cuerpo colisionaba con el de otra gente y se tambaleaba, el corazón dando tumbos en su pecho. Sentía como agujas incrustándose en sus pulmones, gracias a la agitación con la cual inhalaba el frío aire de Marzo. Las mejillas comenzaban a enrojecerse producto de la gelidez y el esfuerzo, y todavía, nada de eso pudo detenerlo. No, no podía parar ahora.
—¡Dejenme pasar! ¡Por favor déjenme pasar! ¡Déjenme pasar! —Rogó con todas sus fuerzas, mientras el gentío incrementaba su número, más y más cuerpos comenzando a arremolinarse a su alrededor y entorpeciendo su paso, convirtiéndose en una prisión. —¡Mamá! ¡Mamá! ¡Mamáaaaaa! Soy yo, ¡Soy…—!
Pero cuando trató de decir eso, sus cuerdas vocales se atrofiaron. El nombre que intentó recordarle no logró ser pronunciado, y el resto de las letras se perdieron en el vacío. 
Grita más fuerte. 
Necesitaba gritar más fuerte, y se forzó a hacerlo, mientras la garganta se le desgarraba. Mientras las palabras comenzaban a debilitarse a medida que más intentaba hacerse escuchar. Mientras se quedaba sin esa voz que antes había usado para hablar con ella, para reír con ella. Para cantar con ella. 
Se sentía ahogado. 
No podía respirar. 
                                                                      . . . 
—Con… Con permiso…—Murmuró apenas, intentando pasar entremedio de la multitud con dificultad, buscando acercarse a la puerta para bajar en la siguiente estación. Entonces el altavoz se encendió, mientras el tren se detenía de súbito.
“ Estimados pasajeros. Debido a una complicación en las vías, el tren quedará detenido por un tiempo indefinido. Por favor, esperamos su comprensión…”
La gente reclamó entre murmullos, mientras él caía en cuenta de que gracias a esto ya no tenía escapatoria. Tratando de moverse por el vagón, buscó cambiarse al siguiente, con la esperanza de que este estuviese mucho más despejado que el anterior.
Para su desgracia, se equivocó. 
Torpemente, acabó introduciéndose en un marea de más y más pasajeros, y sin importar cuanto avanzara, todavía no podía encontrar el oxígeno ni el espacio que necesitaba. Los cuerpos colisionaban entre sí, lo apretaban de forma involuntaria, y podía sentir el aire tan denso que los pulmones le dolían. Era como si su garganta se cerrara, una vez más. Su corazón latía frenético, y sus pasos se volvieron temblorosos.
Se sentía mal.
Quería irse a casa.
—Por favor… permi…so,—Volvió a pedir, buscando avanzar a tientas. El aliento se volvió más y más pesado, el pulso solo incrementó con violencia, y entonces, notando su nula exhalación, comprendió que estaba hiperventilando.
—Por... por favor, déjenme… déjenme pasar—
                                                               . . . 
—¡Déjenme pasar—!  —Exclamó con fuerza, sintiendo que dejaba de respirar. El pecho se le apretó, y mientras colocó una mano sobre el mismo, como si diestra pudiese conservar el aire dentro de aquella caja y evitar que se escapara, siguió llamando por su madre incluso si ya no le quedaba más voz para gritar. 
De pronto, pensó que quizás así era como se sentía estar ahogándose.
Solo.
Irremediablemente solo, hundiéndose en un mar de gente indiferente, demasiado ocupada en celebrar y festejar.
Vitoreos, risas.
Música, fiesta.
Alegría por doquier. 
Él lo único que quería hacer era llorar.
—Mamá… —Volvió a pronunciar, mientras las lágrimas corrían por sus ojos. —Por favor… Mira atrás… Mira… atrás—Suplicó, su mano elevándose hacia el frente como si con eso pudiese conseguir que ella volviera y la sostuviera. Tal como antes. Justo como en el tiempo en que todo era perfecto. —Voltea…
Pero ella no lo hizo.
Ella no miró atrás.
En su lugar, desapareció entre la masa de cuerpos alegres, rojo sumergiéndose en ese eufórico mar de verde. Desapareció entre el clamor y la festividad. 
Una vez más, como si fuese un fantasma, desapareció sin siquiera despedirse. Sin siquiera ofrecer una explicación. 
Se desvaneció en el aire, como un sueño. Justo como todos los que había tenido durante esos largos meses de padres discutiendo agresivamente, de su madre comenzando a volverse más y más ausente. 
 —Ayuda…  —Emprendió, atrapado entre dos personas que no caían en cuenta de su presencia, presionándolo entre ellas. Un ser invisible.  —Alguien… ayuda…
Ya sin fuerzas, todavía buscando seguir a un objetivo inalcanzable, acabó siendo empujado y su cuerpo tambaleante perdió el equilibrio. Las palmas y las rodillas se le rasparon al colisionar con brusquedad, el costado se sacudió al chocar contra el borde del puente, y un ardor familiar lo estremeció mientras el rugoso piso se convertía en el único soporte al cual podía aferrarse con desesperación. 
Entonces, lo vio a lo lejos. Tendido en el suelo, justo como él.
Abandonado a su suerte mientras el mundo seguía su curso. 
Un medallón.
                                                                 . . .
¿Sabes qué es esto? —Preguntó ella, enseñándole al niño en sus brazos aquel accesorio de oro que colgaba de su cuello.
—¿Un collad? —Respondió él, como si fuese algo obvio. 
—Más que eso. —Y removiéndolo, le enseñó la foto que había dentro. 
—Oh… Son… Eomma… Appa… ¡Noona! y yo.
—Exacto. —Afirmó ella. 
Luego, sonrió.—Esto, es mi más grande tesoro. 
                                                                     . . . 
El medallón acabó encerrado por su mano, en tanto siguió avanzando a tientas por el pasillo del tren. El mensaje de la detención seguía resonando sin descanso por el interior de los vagones, alertando a la gente, pero él ya no podía escucharlo. Sus oídos estaban llenos de nada más que sus latidos y su respiración acelerada. 
Estimados pasajeros...
Sin aire. 
Esperamos su comprensión...
Se estaba ahogando. 
En su interior, de un momento a otro, tuvo la sensación de que algo comenzaba a florecer y echar raíces por cada rincón de su cuerpo, invadiéndolo. Parecía como si en cualquier minuto fuese a convertirse en otro ser. Crecieron flores espinosas dentro de su pecho, alrededor de sus costillas, se expandió como una invasión de tallos viciosos cuyas hojas comenzaban a sellar su garganta. El aire ya no entraba. No había un solo espacio para permitir su ingreso. El cuerpo le hormigueaba, de repente incapaz de controlarlo, y así fue que se tambaleó sin un rumbo fijo, solo intentando pasar a través de la gente.
Con molestia, el mundo abrió un paso diminuto para él, y si hubo reclamos de por medio, no consiguió escucharlos.
Cuando llegó al último vagón y se derrumbó en el cobertizo frente a esa ventana que guardaba vista directa hacia las vías, su rostro ya estaba humedecido por las lágrimas. Se encogió en sí mismo, abrazó sus piernas y escondió la cara en ellas. De pronto, tuvo la sensación de haberse convertido en un capullo, abrazándose como si tratase de alejar a todo el mundo de sí mismo. 
Abandonado a su suerte, justo como en ese día del desfile.
No, incluso antes.
Abandonado como cada día en que ella empezó a irse con más y más frecuencia.
Abandonado como la noche en que ella dejó su hogar y no volvió más.
Abandonado como sus preguntas sin respuesta, cada vez que solo recibía la indiferencia de su padre. 
Abandonado por este, ahogando su frustración en vicios y botellas de alcohol, ignorando a sus hijos. Con la mirada perdida y prisionero de su mente, de su culpa.
Eso es lo que era, simplemente.
Un niño abandonado a su suerte, rodeado de personas que no mirarían en su dirección. Condenado a contemplar las espaldas del resto, mientras se quedaba sin fuerzas para seguir avanzando, para seguir corriendo. 
Sin voz para seguir gritando. 
Llorando, y llorando, quedándose sin aliento y sintiendo que la consciencia se nublaba, solo rogó porque el tren retomara su camino de una vez, deseando escapar pronto de esa prisión. Parte, parte. Parte pronto, por favor.
Afuera, empezó a nevar.
Ah, cierto. Quedaba un mes para la fiesta de San Patricio.
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kvizcn · 2 years
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  📁  recopilación de datos           usuario : @ kvizen_   [ leer más ]  
my mind can be so KIND to others           yet so CRUEL to myself . 
advertencias :  mención de ataque de pánico. mención de intento de suicidio. 
                                                     viernes , doce quince del medio día. 
las luces le molestan. ese tintineo que juega con su paciencia y le hace aferrarse a la madera de su asiento. gente entra, sale, charla y sigue con su rutina. él sigue ahí, para su desgracia. música se cuela por audífonos, intentando apaciguar la vorágine que se forma en su estómago. pero falla, el movimiento constante de su pierna derecha lo delata.  ‘ [ _____ ] qué bueno que sigues aquí. ’ asomándose por el marco de la puerta, extiende invitación con un movimiento de su muñeca. ‘ he tenido la intención de hablar contigo desde inicios de semana. ’ él le observa desde su lugar. inhala, exhala, antes de colgarse mochila sobre su hombro para encaminarse dentro de aquella oficina. 
‘ tu madre me llamó el lunes por la mañana. ’ y con esa simple oración, lo entiende todo. la presión se junta en su pecho, provocando cierta lentitud en su respiración. ‘ está un poco preocupada y, ciertamente, yo también. dime, ¿has tenido oportunidad de leer un poco los brochures que te di la última vez? ’ 
‘ los he leído. ’ miente, por que se ha deshecho de estos apenas puso un pie fuera de su oficina. ‘ pero ... aún no me decido sobre lo que quiero hacer cuando me gradúe. ’ de saber el efecto que respuesta tendría, habría mentido nuevamente. 
‘ el tiempo está corriendo y esas dudas eran válidas el semestre pasado. no este. ’ el tono condescendiente le hace tensar su mandíbula. por que lo sabe. es consciente de que el minutero se mueve y él, no puede. ‘ una carta de recomendación y notas como las tuyas ’ dice al hojear archivo académico. ese en el que nombre sobresale por pequeña pestaña y, donde alcanza a ver el trazo de anotaciones que no puede leer, siente su estómago revolverse. ‘ no serán suficientes, [ _____ ]. tienes que empezar a tomar una decisión. ahora. ’  
                                            una decisión.
¿qué hacer cuando futuro aterra? a sabiendas que en sus hombros recae el peso de una vida que no quiere. cuando la incertidumbre comienza a cobrarle durante esas noches de insomnio, lo único que le queda es mentir. por que la vida que él quiere no se acerca, ni por asomo, al futuro que su madre anhela para él. 
‘ lo haré. ’ sabe cómo salir de ahí, por lo que movimientos apurados lo llevan a sacar su móvil, revisando la hora. ‘ prometo que para la próxima semana tendré algo seguro. ’ y aunque mujer parece no creerle del todo, su trabajo está hecho. 
le despide con una sonrisa y, conforme camina por los pasillos vacíos, siente cómo el aire comienza a faltarle.                                             corre, huye,  sal de ahí. 
                                                  viernes , ocho y media de la noche.
conoce esa rutina de memoria; la cena que pasa en total tranquilidad a la espera de tareas domésticas para comenzar una nueva batalla. ‘ hable con la señorita [ _____] ’ dice su madre, entregándole uno de los platos de porcelana para que los pueda secar. en silencio, kaizen se dedica a asentir. ‘ cree que la universidad de chicago sería una buena opción para ti. deberías considerarla. ’ para su mala suerte, el rostro de su madre se ilumina cada vez que hablan de universidades. 
‘ mamá, ya te lo dije. todo ese tema de la ── ’ pero ni siquiera puede terminar de hablar cuando silueta femenina va en busca de una pequeña carpeta, extendiéndosela. confundido, empieza a hojear el interior de esta. ‘ no quiero ir a la universidad. no iré. ’ aquella es la primera vez que sus palabras no se vuelven trémulas al decirlo en voz alta.  
‘ irás a la universidad, [ _____ ]. irás y tendrás un futuro prometedor. a ti no te cerrarán las puertas como a mi me lo hicieron. ’ no sabe qué le duele más, escucharle o ver cómo lágrimas se acumulan en los ojos de su madre. ‘ durante dieciocho años me he partido el lomo para que ustedes dos tengan todo lo que yo no pude. yo hice mi parte, ¿por qué no puedes hacer la tuya? ’
             poco sabía la mujer el impacto que esas palabras tendrían en su hijo.
conforme camina por el pasillo, directo a su habitación, la voz de su madre retumba en sus oidos. inhala, adentrándose en cuatro paredes para poder quebrarse en paz. el grito se ahoga en una almohada, con lágrimas descendiendo por sus mejillas. todo a su alrededor comienza a dar vueltas, el aire le falta. siente como si fuera a morir. 
                                                viernes , once cincuenta y cinco de la noche.
la suave briza acaricia el vestigio de camino salino en sus mejillas. con la mirada perdida entre las luces de la ciudad, sube hasta ahí. 
                            hay una voz dentro de su cabeza que le dice hazlo.                                      así es como los problemas se acaban. 
salta para ahorrarle decepciones a tu madre. salta para dejar de preocupar a tu hermana.  salta para no pensar.  salta para no sentir.                       salta. salta. salta. 
                                                       sábado , tres y cuarto de la madrugada. 
de regreso a su habitación, el silencio lo recibe. así como el desorden que ha dejado, por lo que se dispone a recolectar prendas en el suelo, llevándolas hasta cesto de ropa. acomodando su guitarra dentro de su estuche y, al llegar a su escritorio, siente una punzada en su pecho. 
                                 ahí encuentra su carta de despedida.                                        no la rompe, no la hace trizas.                                       la guarda en esa carpeta vieja.                                     por que en un futuro, quizás le sirva. 
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atlvas · 2 years
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——   𝗡𝗢𝗟𝗜 𝗧𝗜𝗠𝗘𝗥𝗘
( 𝗅𝖺𝗍𝗂𝗇 𝗍𝗋𝖺𝗇𝗌𝗅𝖺𝗍𝗂𝗈𝗇: 𝖽𝗈𝗇'𝗍 𝖻𝖾 𝖺𝖿𝗋𝖺𝗂𝖽 )
advertencias: muerte, sangre, accidente automovilístico, ataque de pánico, pensamientos suicidas.
                                           [ diecisiete de noviembre, 2021 ]
                                                                22:11 la humedad sobre los hombros sirve de recuerdo de la tormenta que asola chicago, capaz de enfriar su cuerpo aún en el interior del vehículo. se posiciona en el asiento del piloto que tanto odia, solo porque progenitor se ha encaprichado con la idea. no sabe la cantidad de veces que les ha dicho que no precisa de ser acompañado, pero insistieron hasta el punto en el que no fue capaz de negarse.
‘ estoy nerviosa por ti, sé que es una competición importante ’ su madre de copiloto, lo recibe con esa sonrisa que lo tiene tan acostumbrado, inevitablemente dibuja una sobre las propias facciones.
‘ dijo que acabaría en el primer puesto, no deberías estar nerviosa.’ se adelanta su padre, haciéndose espacio desde el asiento trasero, al que había sido relegado para evitar que se pasase todo el viaje dándole indicaciones innecesarias.’ tienes que tomar la siguiente salida hacia la autopista ’aun así, pareciera una misión imposible.
la escena se funde con un reír por parte del joven. sabe que se preocupan demasiado. con el apoyo incondicional de sus progenitores, la victoria se siente como una de tantas obligaciones.
                                                               23:50 la oscuridad cae sobre la carretera y llega a subir en presión sobre su pecho — la lluvia ha provocado que esté resbaladiza, pero no quiere darle más relevancia. sus padres, conversan sobre el mensaje de texto de la vecina que les confirma que la pequeña de la familia ya está durmiendo.
‘ ¿qué pasa si pierdo? ’ víctima de una ansiedad en crecimiento, no puede evitar cuestionarlo. algo así es suficiente para que ambos progenitores dejen la conversación para verlo.
‘ lo vuelves a intentar a la próxima’ no tarda en contestar la mujer, que se permite llevar palma hasta el hombro de su hijo. ‘¿qué te preocupa? ’
la mirada abandona el horizonte para enfocarse en las facciones de su progenitora, creyéndose listo para hablar de todo lo que acalla. con el corazón que se acelera a mil por hora, se toma más tiempo de lo previsto.
                          nadie se percata del vehículo que se acerca de frente.                         cuando las luces los alumbran, ya es demasiado tarde.
                                                              01:23 abre los párpados en la oscuridad, el dolor se encuentra en cada esquina anatómica. lo denso y cálido de la sangre se siente pesado sobre el cuello, que lo recorre desde la sien. los cristales se clavan, pero ha dejado de sentirlos. el olor metálico se clava en las fosas nasales, junto al de la gasolina — y al de tierra mojada que le dice que no ha dejado de llover. el silencio es insoportable.  
                         ‘¿mamá? ’ no hay respuesta. ‘ ¿papá? ’ no hay respuesta.  
el brazo repleto de dolor asciende, busca la luz. necesita comprobar que se encuentran bien. tienen que estar bien. la luz blanca lo ciega. cuando mira — no tiene nada.
                                                    están muertos                                                       por su culpa
                                                             01:25               no. no. no. no. no. no  no. no. no. no. no. no. no. no. no. no. no. no               no. no. no. no. no. no.  no. no. no. no. no. no. no. no. no. no. no. no               no. no. no. no. no. no.  no. no. no. no. no. no. no. no. no. no. no. no                                      no es cierto. no es real
el pánico se apodera de sí — tiene que encontrar ayuda. el pecho se aprisiona hasta el punto en el que la respiración se vuelve dolorosa. le falta, tiene que exhalar como sea, pero las bocanadas pesan, como si no llegasen del todo. debe salir — palmas tratan de tocar todas las partes del vehículo, mueve la manilla con desesperación, pero no funciona. algo la traba desde el exterior.
brazos tratan de terminar de romper los cristales — pero sólo logra que la lluvia caiga sobre sí. busca removerse, hacer lo que fuera preciso. no puede. algo lo aprisiona. no logra moverse. está atrapado.
                       grita, pero su voz no se escucha. llora, no deja de hacerlo.                                               quizá, si cierra los ojos.                                                       moriría también.
                                        [ siete de diciembre, 2021 ]
                                                     19:33 no deja de oírse un murmullo que flota entre los presentes, como si hablaran en susurros o para sí. tras la estancia en el hospital y el funeral, ha hablado lo justo con el resto de personas de su círculo.
‘ dice que se va a quedar a la niña, después de todas las preocupaciones que le hacía pasar a sus padres … ¡ni si quiera va a ir a la universidad! ’ un adulto que reprueba, pero a ese punto, ni si quiera sabe quién es. no escucha más que voces difusas. está presente, pero a la vez no.
‘ ¿qué hablas, puto imbécil? ’ la voz de lupe se cuela por el canal del panel auditivo. su trío de amigos de la infancia no lo ha abandonado. aún si no les dice nada. siguen ahí. ella, un par de años mayor que él, le sostiene de la mano. ‘ [ ____ ], vamos. no les escuches, te llevaremos a tu casa ’
                                                no quiere estar en casa                                          no quiere estar en ninguna parte
                                                             22:12 está cansado, lleva semanas sin dormir más que un par de horas. las voces no dejan de repetirse en su cabeza, lo acosan hasta el punto en el que existir en su propio cuerpo es demasiado. las lágrimas caen sin cesar. tienen razón, quizá ni si quiera debería intentarlo.
                                   el peso de la supervivencia es demasiado.                                           ¿por qué si quiera está ahí?                                            ¿por qué no está muerto?
‘ [ ____ ] ’ voz infantil resuena en la sala, alzando el brazo para atrapar la tela de la camiseta de su hermano, en un intento por llamar su atención. ‘ no llores ’ le pide, escalado hasta el sofá para poder abrazarlo.
                             cuando envuelve al pequeño cuerpo, la culpa lo asola.                                               no puede abandonarla.                                              tiene que seguir adelante.
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moongse · 3 years
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*    esa persona de allí está armada.  /   un arma. la sola mención de esa palabra hace que su cuerpo se congele, cediendo ante los efectos de memorias que lo llevan a sentir la respiración entrecortada, como si lo estuviesen asfixiando. tiembla completamente, y es en medio de eso que mira a la contraria, casi con ojos suplicantes.  “  e-eunbinnie... v-vete... e-escóndete, ”  le pide, porque ha podido ver el arma, y su corazón late como loco.  “  antes de que venga a-aquí... ”   @ahnbin​ .
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bionovena · 3 years
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¿Vale la pena esto? ¿Vale la pena levantarse a las 3 de la mañana a llorar por dolor? ¿Vale la pena aguantar un estreñimiento o que se me caiga demasiado el cabello? ¿O morirse de drio todo el dia? ¿O el dolor de garganta? Y si... si llegara a morir. ¿Que hay después? ¿Debería importarme? ¿Hay cielo o infierno? ¿ a donde tendría que ir? ¿A donde cruzaría? No soy religioso, pero a donde iría? Y si no hay nada y solo muerte y ya... no lo nieho suena tentador. No se si debería pensar en eso ahora. Pues acabo de casí morir por falta de aire. ¿Debería pensar en eso? ¿O solo es causa del medicamento de nuevo?
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dasomjang · 2 years
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Tipo: Self-para Localización: Bosque alrededor del refugio Embla Personajes: Dasom Jang Triggers: Ataque de pánico, alusión a suicidio
     Había demasiado que pensar, demasiado ruido en su cabeza, y no tenía su descendum para ayudarle a aclararlo. Como el resto de las noches, Dasom tomó abrigo y se paseó por los claros iluminados de luz de luna, finalmente tomando asiento sobre piedras lisas. Su aliento creaba una nube frente a ella, y se la quedó observando por un largo rato. Mientras intentaba encontrar respuestas. Eventualmente, condensación dejó de ser constante. Unos segundos después, su respiración era más bien desesperada, como si el aire frío que le rodeaba fuese a desaparecer en cualquier momento.  
     Tanto que procesar. Tan poca capacidad de siquiera dimensionarlo. Pero hizo lo posible por enumerarlo, ordenar cuestiones que le quitaban el sueño, y tal vez así la forma de enfrentarlas se haría más clara.
     Su hermano estaba en la isla, eso había logrado aceptar. Su hermano tenía un parche, producto de lo que ella le había hecho, y su vista era por ende bastante mala. También podía lidiar con ello, se lo había esperado. Su hermano aún se culpaba por lo ocurrido. Bien, pues tampoco estaba errado, ella misma seguía sintiendo rencor por ello. Su hermano sentía tal culpa que estaba dispuesto a cosas horribles por cargarla, lo que creía merecerse… Su hermano se ahogaba de tal forma en sus sentimientos que podía quemarlo todo nuevamente, temía quemarlo todo nuevamente, y sólo quería eliminar esa posibilidad. Su hermano, que no veía su vida como un precio demasiado alto a pagar para lograrlo.
     Apretó su pecho, desesperada por aire, pero este no quería acudir. ¿Sería eso un castigo, impuesto por ese dios en el que no creía, por abandonar a su hermano tantos años atrás? ¿Por posibilitar que sufriese tanto, primero a manos de sus padres y después a manos de su misma mente? ¿Por permitirse a ella misma sanar, aprender, crecer, mientras que Yunho tropezaba sin encontrar camino posible para continuar? Seguramente era por eso, se dijo, mientras clavaba sus uñas contra la piel. ¿En qué tipo de monstruo se había convertido al dejar que todo eso ocurriese?
     Memorias recientes acudieron a su mente mientras ella se doblaba, dando bocanadas entre sus rodillas. La primera vez que le había visto en la isla, retrocediendo en lugar de ir a su encuentro. Cómo Yunho parecía desinflarse cada vez que hablaba un poco con su hermana. Lo necesitado que parecía de explicaciones, de ayuda, de contención, y cómo cada vez ella le había rechazado con dureza, buscando proteger sentimientos propios, alegando que no estaba preparada para enfrentar aquello. Pero él tampoco lo estaba, y sin embargo siempre volvía a ella.
     Frases pronunciadas a base de rencor y miedo resonaban en su cabeza, atormentándole. No nos debemos nada; Que tú te hayas convertido en un monstruo no significa que yo también debería haberlo hecho; intentar usarlo es estúpido… ¿me alegra que estés vivo? ¿Realmente había dicho eso? Siempre tenía una respuesta mordaz, una oración para mantenerse a distancia, no siempre cruel pero nunca considerada. Yunho abría su alma completa a ella, y Dasom no hacía más que desestimarle, pretendiendo que no era asunto preocupante. Pero sí lo era, y debería haberlo tratado como tal desde un principio.
     No supo cuánto tiempo había estado luchando contra el aire mismo, mas cuando logró alzar la cabeza era el alba quien iluminaba sus alrededores. Apretó las rodillas contra su pecho mientras se obligaba dejar lamentos de lado. El villano no debía jugar el papel de víctima. Lo importante ahora era pensar qué hacer, qué podía siquiera decir para mejorarlo.
     Realmente había pasado demasiado tiempo sin ser una hermana mayor, aunque, tal vez, jamás había sido una buena.
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happieasa · 2 years
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TW: abuso de alcohol, suicidio, depresión, ansiedad.
No vengo aquí a hacerte sentir mal, que me tengas pena, que te preocupes por mi, no vengo a contarte esto para que me digas cosas pra que mejore, esta no es una historia de superación personal o crecimiento, solo es una historia.
No necesito que me envíen mensajes de buenos deseos, los agradezco muchísimo y lo tengo en mi mente todo el tiempo, pero no se trata de eso.
So, me intente sui cidar hace 3 semanas aproximadamente? Antes de todo este alboroto, antes de ir al concierto de louis, antes de escribir esto.
Me intente sui cidar.
Eran las 4 am de la mañana, conducía en la avenida paseo de los leones en mi ciudad, altamente alcoholizada y saliendo de la casa de un amigo.
Mi amigo y mi mejor amiga intentaron todo para convencerme de quedarme en el depa pero simplemente quería terminar con todo; no quería estar con ellos por que tenían sus propios asuntos, no quería estar con ellos en lo absoluto y darme cuenta de lo sola que estoy, así que me fui a mi casa, le mande mensaje a una amiga del otro lado del país teniendo un completo ataque de pánico; pero creo que se disfrazó mas como yo borracha.
Y mientras conducía por una avenida sola, acelere, todo lo que pude, hasta que dije que ya no quería conducir.
Así que me detuve, mi coche dio vueltas por la avenida se metió por el monte y solo recuerdo mi cabeza topar con el asiento unas cuentas veces antes de darme cuenta que no tenía ni un rasguño; ni un solo moretón, ni una herida.
Cuando baje del coche este parecía intacto y no entendía como pero así fue, al final me di cuenta que las dos llantas del lado derecho estaban completamente destruidas y el rin derecho inferior abollado, pero aparte de eso, nada.
Y sentí más temor de tener que enfrentarme a mi papá, que al echo que había chocado, que casi me mato, que verdaderamente quería matarme.
Eso fue hace 3 semanas; ahora cada vez que conduzco me llegan pensamientos intrusivos pensando en que pasaría si simplemente chocara y terminara el trabajo, que pasaría si acelerara solo un poco más, que pasaría si destruyera por completo mi coche.
Pero hasta el día de hoy, 7 de febrero no he actuado concorde a esos pensamientos y honestamente soy demasiado cobarde para hacerlo, apenas de que esté increíblemente alcoholizada.
No se preocupen; mis amigos ya no me dejan dejar el departamento si salimos de fiesta.
Pero lo intente y eso fue antes de todo esto ja. Fue antes de las amenazas de muerte, las de secuestro, los deseos de que me violen, fue antes de ver tantas imágenes de cortadas que hasta podría reconocer cuando me enviaban la misma imagen, fue antes de que no me bañara en 4 días por que no quería salir de mi cama, fue antes de que deseara salir a conducir, una vez más.
But it’s kinda funny, que de las pocas cosas que me dan muchas ganas de seguir también sean de las cosas que me metieron en primer lugar a este problema; no quiero ir a ningún lado antes de poder volver a ver a Louis y a Harry en concierto.
Quiero bailar con mis amigas en un concierto de ellos. Quiero ir al Coachella con un amigo para ver a Harry styles.
Tengo tantos planes que los involucran a ellos este año; pero le pregunté a Tania
¿Crees Que todo esto vuelva a pasar cada vez que vaya a un concierto?
Y ella dijo que si.
Aprecio la honestidad pero eso no significa que ahora se que cada vez que esté tocando un poco el cielo, que cada vez que esté en un punto Máximo de mi vida, al siguiente estaré otra vez hundida en un hoyo.
Y mejorare, siempre lo hago, creo que es mas mi ego que no quiere dejar que ellas ganen a mis ganas de dejar de sentir todo esto.
Volví a tomar mi medicamento que empecé a tomar por la ansiedad que toda esta mierda de las redes sociales me causaba.
So, si, lo intente, but guess what? Sigo aquí y ahora siendo las 4 de la mañana no puedo prometer que no volveré a tener esos pensamientos por que posiblemente nunca se vayan, sin embargo se que quiero vivir, quiero irme a Colombia con mis amigas, iré a Los Ángeles con mi mejor amiga y conoceré a renne, claire y sreya, voy a ir al Coachella con un vato que conocí hace 2 meses pero que se están convirtiendo rápidamente en alguien súper especial en mi vida.
Quiero terminar mi carrera ya este año, he ir a mi prom von las mismas 2 cabronas que conozco y amo desde mi primer semestre.
Creo que hago este escrito para dejarles saber a todos lo que me dicen “como le haces para lidiar con todo el hate?” La respuesta es que no lidió con el, lloro, me deprimo, me dan ataques de pánico y ansiedad constantemente.
Pero continuó por que puedo, nunca es fácil gente y si tú pasas por lo mismo, te digo que nunca será fácil, pero puedes continuar.
Date el permiso de disfrutar.
I’m not gonna feel guilty for living.
Y como dije, no es una historia de superación, solo una historia, por que aveces solo hay eso, esto no es una serie con un drama enorme o un final feliz.
Solo soy yo y tú y la vida.
Estoy bien gente, gracias a dios o a quien sea allá arriba estoy bien y pues.
No es una mala vida, solo es un mal día.
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pippvs · 2 years
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                                                        【 CARGANDO... 】                               
                                 ✻ información actualizada de participante: #pippv ✻    
﹙ autofobia ﹚— es un trastorno de ansiedad que surge a raíz de la idea o la experiencia de pasar tiempo a solas y puede provocar síntomas físicos y psicológicos graves. 
﹙ coulrofobia ﹚— fobia o miedo irracional a los payasos. los afectados a menudo adquieren este miedo después de haber tenido alguna mala experiencia con alguno de ellos o de haber visto un retrato siniestro en medios audiovisuales.
﹙ nictofobia ﹚— es un trastorno de ansiedad de tipo fóbico. quienes la padecen presentan temor a la oscuridad o a la noche. esto puede provocar que los nictofóbicos sientan una ansiedad al encontrarse en sitios oscuros o incluso al dormir solos.
tw: abuso psicológico (?)
primera infancia nunca pudo ser normal. con un padre ausente que jamás conoció hasta años después, pasaba el tiempo sola mientras su madre se encargaba de trabajar. vivían en casita cómoda y sencilla, pero sector era de los más peligrosos. tiempo sin compañía se lo dedicó a plantas y pequeños animalitos, formando terrarios de insectos y hormigas, sanando caracoles heridos y aprendiéndose el nombre de todas las plantas y criaturas que adornaban el jardín ( el científico, claro, tenía mucho tiempo libre y buena memoria ). sin quererlo, desarrolló un miedo irracional al abandono porque siempre temió que su madre no regresara y la dejara ahí con el fantasma de un progenitor y su colección de bichos.
para su desgracia, ese miedo se cumplió, y su madre ya no volvió más.
un día, dos días, tres días…
finalmente alguien toca la puerta, ella se ilusiona, piensa que puede ser su madre. que había tenido un inconveniente, pero que ya se solucionó e iban a estar juntas otra vez.
era un hombre cuarentón y un joven adolescente que la miraban despectivamente.
“ ahora vivirás con nosotros. ”  dijo el mayor, y pippa entendía cada vez menos la situación.
siete años tenía cuando el infierno personal comenzó. nunca más se volvió a mencionar a su madre en aquella casa nueva, una donde no quería vivir. no conocía a esas dos personas, a pesar de que luego se presentaron como su padre y su hermano, daesu ( conocido actualmente como aither ). no quería estar allí y, por lo visto, ellos tampoco la querían cerca.
daesu era un niño, así que más adelante nunca lo culpó, pero vaya que gustaba de torturarla hasta el llanto mismo. empezó con dejarla encerrada en la oscuridad de su habitación, mencionándole que existían monstruos debajo de su cama o dentro del clóset que venían por ella, también le hablaba de fantasmas que habitaban en la casa, y él mismo se encargaba de los efectos sonoros que la obligaban a gritar.
tenía solo ocho años para ese entonces, y sin darse cuenta, ahora la oscuridad le genera ataques de pánico si está sola, ansiedad cuando está acompañada y deseos de llorar en cualquier situación. detesta no poder ver a qué se está enfrentando.
un miedo más.
antes de cumplir los nueve años, a su hermano se le ocurrió la brillante idea de revivir escenarios anteriores, pero esta vez con la película it en la televisión. ¿por qué no? así estaría más iluminada, decía.
y aunque fue una experiencia aterradora, no podía compararse al miedo que sintió en la celebración de su cumpleaños, cuando el gentil daesu dio la idea de contratar payasos a la pequeña fiesta que darían para ella. pippa no pudo hacer más que llorar durante toda la tarde. y no supo explicar por qué, no quería meter en problemas a su hermano y tampoco quería quedar como una cobarde, pues ya tenía casi diez años y debía comportarse como una niña grande. 
episodios similares fueron repitiéndose con distintas cosas, pero pippa ya no desarrolló más fobias. no tan irracionales, al menos, si le pone nerviosa el fuego porque su hermano lanzaba amenazas poco agradables, pero que nunca concretó, así como también prefiere pasar acompañada las tormentas porque no le gustan los rayos; y ni hablar de la decena de inseguridades que le generó con aquellos comentarios despectivos, comentarios que repetía esa familia en genera, excepto su padre, pues terminó aceptándola y queriéndola como su hija, mas nunca se caracterizó por ser demasiado cariñoso con ella.
pero eso no cuentan como fobias, no, aunque en su corazón parecen mucho peor.
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moltrvs · 2 years
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          『𝐍𝐔𝐄𝐕𝐀 𝐈𝐍𝐅𝐎𝐑𝐌𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 𝐃𝐄𝐒𝐁𝐋𝐎𝐐𝐔𝐄𝐀𝐃𝐀』
                                 𝐔𝐒𝐄𝐑: 𝐌𝐎𝐋𝐓𝐑𝐕𝐒
                                             𝐂𝐀𝐑𝐆𝐀𝐍𝐃𝐎...
tw: abuso físico, abuso psicológico. cw: abuso físico, abuso psicológico, ataques de pánico.
𝐍𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞: 𝙲𝙻𝙰𝚂𝙸𝙵𝙸𝙲𝙰𝙳𝙾. 𝐀𝐩𝐨𝐝𝐨: 𝙼𝙾𝙻𝚃𝚁𝙴𝚂. 𝐄𝐝𝐚𝐝: 𝙾𝙲𝙷𝙾 𝙰Ñ𝙾𝚂. 𝐋𝐮𝐠𝐚𝐫: 𝙲𝙻𝙰𝚂𝙸𝙵𝙸𝙲𝙰𝙳𝙾.
05:37 pm.
Lo único que llega hasta canal auditivo es el eco de propios pasos que retumban a través del pasillo, paredes siendo testigos del suave caminar que le acompaña a medida que se acercaba a salón principal, cuna de los clamores que le habían distraído de tareas que estaba realizando, sin embargo estos habían cesado segundos  atrás, silencio reinando por cada rincón del hogar, un silencio que le asustaba más que cualquier grito ensordecedor.
05:43 pm.
— Los dejo solos dos…dos míseras horas y no son capaces de comportarse como personas. — Figura materna se desenvuelve con autoridad, gélido tono de voz atravesándolos al igual que la mirada, ambos niños arrodillados frente a ella en el frío suelo del salón, cabizbajos. Confusión se expande a través del más joven, desasosiego marcando sus facciones, mientras que el otro sólo piensa en cómo escaparse de la problemática que había sido causa de sus propias acciones.
— ¿Quién fue? — Voz femenina es baja, amenazante y demandante de una respuesta que no se halla entre sus vocablos, ya que aún no lograba descifrar situación que había ocasionado tal grado de molestia. Rehuye su mirada, enfocándose en cada detalle de la habitación, como si aquello fuese a librarlo de un castigo inevitable. Es así como ojos caen en unos diminutos pedazos de vidrio a unos metros de ellos, párpados abriéndose con sorpresa a la vez que trataba de averiguar de qué objeto se trataba.
— Ha sido él. — Es la voz de su hermano mayor la que ofrece respuesta, una completa mentira, es por eso que, por fin, se atreve a alzar su rostro, mirándole por unos segundos antes de dirigirla hasta su madre, preparado para darle su versión.
— ¡Es mentira! Ni siquiera sé qué…— Palabras de defensa quedan atascadas en sus cuerdas vocales, voz siendo reemplazada por un golpe que resuena a través de las paredes y en lo único que se puede enfocar es en el punzante dolor que recorre un lado de su rostro, metálico sabor reemplazando sílabas que aún no eran pronunciadas.
— ¿Insinúas que mi hijo, tu hermano, es un mentiroso? —
05:59 pm.
— Por favor, por favor, no quiero quedarme ahí de nuevo. — Ruega una vez más, súplicas inundándose de desesperación a medida que más se acercaban a su destino, tironeando de agarre que le sujetaba, de unos dedos que nuevamente dejarían marcas en su piel, unas que no sólo inflingirían daño por unos días, sino que por semanas, meses, años.
— Haré lo que sea, por favor, trataré d-de comportarme mejor, estudiaré más, n-no diré más mentiras. — Cede, al final, a una fantasía que había sido inventada por su hermano, a una situación ficticia que le dejaba a él como culpable, tratándose de una mentira más. Sabe que llevarles la contraria terminaría en un escenario peor para él, debía creer en su culpabilidad y dejar de insistir con su verdad con tal de que castigo no empeorara.
— ¿Tratar? — Se detiene abruptamente, voz femenina siendo marcada por una ironía que calaba en sus huesos como una advertencia de algo mucho peor. 
— No me sirve que trates, debes serlo. — Dígitos se aferran aún más a su brazo, uñas clavándose en su piel como si se tratara de un objeto más, tirando de él para que apresurara andar, empujándole hasta quedar frente a una puerta que le traería malos recuerdos hasta último de sus días. 
— ¿Recuerdas la última vez? — Pregunta en una pretendida amabilidad.
— Debo estar en silencio, pensar en qué hice mal y encontrar formas para no ser una molestia / problema para los demás. — Repite instrucciones que habían sido entregadas tiempo atrás, grabadas en memoria desde primera vez que había sido castigado de esa manera.
— ¿Y a tu padre…? — Inquiere segundos después, dígitos ejerciendo un poco más de presión en agarre contra su brazo, un bajo quejido saliendo de sus labios una vez dolor es percibido por anatomía.
— Ni una palabra, es un s-secreto, él verá los frutos de esto en unos años más. — Monotonía marca su pronunciación, tan acostumbrado a aquel discurso que palabras salen sin ser procesadas por él, tan sólo salían a través de su lengua.
— ¡Bien! ¿Lo ves? Ya estás aprendiendo. — Entusiasmo es falso, practicado y poco creíble, también acompañada de una sonrisa tan cínica, inyectada de una dulzura que lograba que propias entrañas se revolvieran dentro de él, náuseas subiendo desde su abdomen hasta terminar por tomar posición en su garganta.
— Anda, entonces. — Mano femenina es encargada de girar pomo de la puerta, siendo oscuridad lo único que se puede distinguir en abertura que es dejada para su paso, mirada que se encuentra con la suya indicándole que era tiempo de entrar a diminuta habitación.
— Por favor, por favor, n-no quiero entrar ahí, no de nuevo — Intenta una última vez, suplicando por algún tipo de misericordia, por una oportunidad de mejor, sin embargo lo único que recibe es un empujón que le obliga a entrar en habitación, escuchando un clic tan pronto puerta se cierra detrás de él.
Oscuridad le engulle con facilidad, volviéndose una con él y compás de su respiración se vuelve errático cuando intenta buscar por más oxígeno, por más aire que pudiese llegar a sus pulmones a través de vía aérea, mas lo único que logra es agitarse más, sudor frío recorriendo espina dorsal a la vez que escalofríos se formaban en cada rincón de su cuerpo. Esperar era la única opción.
07:00 pm …
08:00 pm
09:00 pm
10:00 pm
Hora: Desconocida.
Nudillos se mantienen presionados contra sus párpados, un intento por aminorar la cantidad de lágrimas que eran derramadas por sus ojos, unas que ya se habían detenido un tiempo atrás, no sabe con exactitud cuánto, sin embargo único vestigio de ellas era el camino que recorría sus coloradas mejillas.
— Puedes salir. — Le indica una conocida voz, luz que entra irritando de inmediato su iris, provocando que una punzada de dolor se hiciera presente en toda su cabeza. Con suavidad mueve su cabeza, gesto para indicar que le había escuchado y se dispone a levantarse de su posición, con dificultad y torpeza.
— Perdón. No sabía que ella…—
— ¿No lo sabías? — Inquiere, porque castigos jamás eran dirigidos a él, no importaba situación en la que se encontraran, un gesto, una palabra, una mueca era lo que bastaba para dejar que toda culpa recayera en él, por alguna razón su hermano jamás era receptor de un castigo.
— Estoy cansado — Murmura una vez se abre camino por su lado, evitando cualquier tipo de contacto físico con él, esforzándose por no tocarle, a pesar de que extremidades pedían a gritos algún tipo de descanso, poca fuerza quedando en ellas luego del tiempo que había pasado en aquella habitación.
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mumblers-lobby · 3 years
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"ANSIEDAD"
TW// voy a utilizar este post para describir como me siento cuando tengo ataques de pánico, asi que si crees que eres sensible a estos temas, no sigas leyendo. Gracias 💚
Siempre hay un factor que desencadena la reacción, o eso pienso la mayoría de las veces que algo me frustra. Cuando un ataque de pánico empieza casi siempre es una pequeña idea o pregunta... algo como "¿Y qué pasa si no puedo?".
Es... horrible estar así... sientes como un hueco en tí. No como un hueco de que falta algo, sino un vacío, como si algo que tenías hubiera desaparecido.
Nada te hace feliz. Ni tus amigos, ni tus hobbies, nisiquiera las cosas que te gustan. Todo se siente como si estuviera en blanco y negro, incluso si los demás lo ven a color.
Lloras. Y mucho... por aparentemente ningún motivo... cualquier cosa o pensamiento, incluso cosas normales como que te preguntes "¿cómo estás?" pueden hacerte romper en lágrimas.
Muchas veces me dan ganas de vomitar, por los nervios supongo yo. Pero últimamente sólo siento mareos... muchos mareos... sobretodo después de llorar.
No tienes fuerza ni para ponerte en pie, pero no es un cansancio que se repare durmiendo... Es un cansancio mental... Es impotencia....
Tengo sueño... Pero no puedo dormir. Hay mucho ruido, aunque los demás no escuchen nada... Es un ruido interno, gritos de mi misma criticandome por el más mínimo detalle, y no para... No se detiene...
Casi siempre los ataques de pánico terminan en una explosión... esos sentimientos de dolor no se van hasta que logró sacarlos de mí... Casi siempre terminan en mordeduras... eso apesta...Y duele...
Todo está temblando, dentro y fuera de mí. Siento como mis ojos se desvían y tiritan en horror por todo lo que suena. Siento como si mi cabeza hiciera corto circuito. Mis manos tiemblan, por que saben que van a terminas pagando los platos rotos.
Quedo completamente paralizada... No puedo moverme, o gritar por ayuda, o hablar con alguien... Me quedo en un estado constante de shock.
Aunque las mordidas duelen, siento que es peor cuando no logro sacar mis emociones... porque ese sentimiento de desolación y desactivación dura varios días... Es indignante...
Los pensamientos e inseguridades se sienten como una bola de nieve que crece y crece hasta que llega a mi pequeño y débil cuerpo, y lo aplasta como a una cucaracha...
Mi única esperanza es que esto pueda pasar... que mi mente es poderosa y tengo personas que se preocupan por mi dentro y fuera de la vida real.. sólo quiero que esto pase...
Sólo quiero ser capaz de sonreír otra vez...
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Gracias por leer 💚
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chichincol · 2 years
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#1             
I got guns in my head and they won’t go      Spirits in my head and they won’t go
    And I don’t want a never-ending life, I just want to be alive.                  I don’t want to see another night lost inside a lonely life                      while I’m here
tw: violencia, persecución, armas, negligencia, abadono, maltrato infantil (o puede verse como tal).
La primera vez que es perseguido y tuvo miedo de ello, tenía cinco años, y se encontraba acampando con su padre y madre. El anochecer estaba cerca, ubicados alrededor de una fogata, con nubes en ramas de árboles y riéndose de una historia que su padre estaba contando. 
Lo siguiente que sabe es que hay un disparo cerca de los pies de su padre, un grito no sabe de quién, que lo toman en brazos y corren, Chichincol mirando el camino que recorren. Su padre es quien lo sostiene, diciéndole que no mire, que cierre los ojos, pero no puede evitarlo, no cuando siente su rápido palpitar y agitación. Visualiza a cinco personas corriendo tras ellos, tres de ellas con armas en las manos, pero sin apuntarles. Parece que gritan, realmente no logra enfocarlo. 
Sabe que están yendo a la cabaña del camping, porque lo ve de su madre que va a su lado, apuntando a la dirección. Cuando llegan a ella, se encierran, se recargan en la pared, bajo la ventana. Hay segundos de silencio antes de escuchar un fuerte “esta es solo una advertencia” que, supone, viene de estas personas. Busca en los ojos de su madre una tranquilidad que no encuentra en sí mismo y que tampoco halla en ella. Entonces, se derrumba en los brazos de su padre y llora: el pánico se siente en sus piernas, en sus manos hechas puños en la ropa del hombre. Siente la mano de su madre en su espalda y el “todo estará bien”, “estaremos bien” de ambos que se siente como una mentira.
La segunda vez que lo persiguen, tiene siete años y está volviendo de la escuela.
Lleva audífonos puestos, entonces, no siente los pasos. Sin embargo, por el rabillo de su ojo visualiza una figura; es alta y oscura. Se pone alerta porque desde hace dos cuadras, siente que no está caminando solo en esa calle poco concurrida. Piensa, al principio, que es uno de sus compañeros de clase, sin embargo, no concuerda con su altura. Cuando mira sobre su hombro derecho, es un hombre que le sonríe --- tiene dientes de algo que parece oro. Puede leer en sus labios huye antes de que haga un gesto con su mano derecha. 
Así que, comienza a correr. 
Sus audífonos caen en el camino por la prisa, y es cuando escucha la fuerte risa maniaca de este hombre y siente como sus piernas le tiemblan. Cuando mira su entorno, no hay nadie. Sin embargo, grita ayuda. Lo hace por diez metros hasta que no ve el desnivel de la acera y cae. Intenta incorporarse, huir de ahí, seguir corriendo, pero se ve frustrado por este hombre cuando lo detiene con una rodilla en el estómago y la cara frente a su rostro. Está tan cerca que huele su hedor, que se asemeja a la basura de días y solo quiere vomitar. 
Una de manos del hombre va a su cuello antes de susurrar un “dile a tu padre que no se olvide que hacemos advertencias”, para luego darle una mirada a todo su cuerpo que le pone la piel de gallina y las náuseas se intensifican. 
El hombre se va y Chichincol queda en el suelo, con el miedo en la garganta y las lágrimas cayendo por sus mejillas. Está seguro que es un ataque de pánico. 
La tercera vez que lo persiguen, va con su madre del mini-market de vuelta a casa y tiene diez años. 
Están a tres cuadras de su casa cuando detienen su caminar por un vehículo que sube a la acera, el lado del copiloto quedando frente a ellos. En el momento en que la ventana se baja, Chichincol reconoce al hombre de la sonrisa horrible que aún se cuela en sus pesadillas. Les dice algo que no alcanza a entender y lo siguiente que sabe es que su madre toma su brazo para halarlo en sentido contrario, de vuelta al mini-market. Escucha la misma risa fuerte y maniaca, de hace años, detrás de ellos y el chirrido de ruedas que le hacen flaquear las rodillas. No puede correr más rápido de lo que ya hace: el asma que tiene sin tratamiento lo ha hecho disminuir una habilidad de la que antes se enorgullecía. Entonces, se agita rápido, el aire faltando en sus pulmones, su madre gritando “corre porque no te puedo dejar atrás” y el vehículo siguiéndoles el paso por su costado. 
Lo demás es solo un borrón: llegan al mini-market y el auto se aleja; su madre se pone en cuclillas frente a él, ayudándole a regularizar su respiración. Pero no se siente suficiente. El miedo, como siempre, se ha alojado en su pecho, en sus piernas y en el temblor de sus manos. Piensa en su hermano pequeño, en el peligro en que están metidos y en cómo es probable que no puedan escapar de él. 
La cuarta vez no alcanza a ser perseguido, y es un año más tarde. Tiene once años y su padre lo aparta al patio de la casa. Le dice que están orgullosos de él, que lo aman como a nadie y que todo lo que pase de ahora en adelante es por su bien. Chichincol sabe que eso es basura apenas lo escucha. No le cree. Hay una mirada frenética en su padre que le da desconfianza y que le indica que no todo va a estar bien como lo está tratando de convencer, otra vez. Porque esta conversación la han tenido antes y siempre vuelve a suceder. 
También sabe que algo está mal cuando abraza a su madre llorando, y solo recibe una palmada en su hombro, como si no valiera la pena contenerlo. Mira a su hermano pequeño, que solo tiene tres años y le da un beso en la frente. Cuando su padre lo toma de la mano y lo insta a subir al vehículo, siente, muy en el fondo, que será abandonado, que será dejado atrás. 
Y es así.
Lo deja en un orfanato, nota. Está alejado de todo, en una zona que no conoce. Se baja engañado, y su padre arranca en el vehículo apenas nota la entretención de su hijo en las aves del lugar.
Esa vez, él persigue.
Su asma sigue sin tratarse y su respiración no tarde en agitarse, en sentirse pesada y se siente estúpido por seguir a un vehículo que va tan rápido que se tarda segundos en perderse de vista.
En una carta que se le es entregada por una de las personas del orfanato, su familia le explica que era necesario que se quedara atrás, porque los retrasaría. con su asma, los encontrarían pronto. “Todo es por tu asma” reposa, más de cinco veces en apenas cuatro párrafos. En la carta sale que tendrá un nuevo nombre, que eso está arreglado. Le dicen que olvide la existencia de ellos, que es mejor. Y Chichincol siente cómo su corazón se parte y el llanto sale ahogado y desordenado mientras se aferra a la falda de la encargada.
Las próximas veces que es perseguido, usualmente le acompaña un ataque de pánico, y los recuerdos de cómo por su asma fue dejado atrás. Aun cuando el tiempo le ha mostrado que tuvo padres negligentes, la herida es difícil de sanar. 
Entonces, esta prueba es un infierno. El asma ya no es problema, está con tratamiento desde los quince. Pero sí lo es su esguince, en cómo es probable que se vuelva una carga y sea dejado atrás, otra vez.
Porque sí, le asusta ser perseguido. 
Pero más le asusta el ser dejado atrás.
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cassicpei4 · 2 years
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— what doesn’t kill you, leaves you broken instead. 
Who will fix me now? Dive in when I'm down? Save me from myself Don't let me drown Who will make me fight? Drag me out alive? Save me from myself Don't let me drown
* tanatofobia: el miedo a morir. 
tw: abuso de drogas, sobredosis, mención de muerte, ataque de ansiedad, negligencia infantil. 
 cw: vómito. 
I. La primera vez que Cassie tuvo miedo de morir estaba en el departamento de su madre.... A solas, con solo siete años bajo la manga y mucha, mucha hambre.  
Era la cuarta mañana que despertaba sin su madre, el tercer día sin comida y el segundo sin agua potable ¿o era el tercero? Cassie no estaba segura. De lo que si estaba segura es que el estómago le dolía, cada vez que se ponía de pie se mareaba y no tenía ganas de nada, ni siquiera de ver la televisión vieja en la sala. Tenía calor durante la noche y frío durante el día, los labios los tenía secos y estaba segura que sus manos no tenían que sentirse así de ásperas, pero ¿qué iba a saber ella? No era más que una chiquilla chiflada que solo llegó al mundo para arruinarle la vida a su mamá (al menos eso es lo que creía, pues la mujer lo repetía tantas veces al día que Cassie no sabía cuál era la verdad y cuál no).  
“Por favor, ” pidió al cielo, a lo único que su abuela llegó a enseñarle. “ Por favor, Dios, no me dejes dormir sin despertar. No me dejes cerrar los ojos si no voy a abrirlos de nuevo. ” repitió esas palabras todo lo que pudo hasta que se quedó dormida en el sofá.  
Despertó en su cama con su madre a un lado después de unas horas . Apestaba a cigarro, alcohol y algo parecido al sudor, pero no estaba segura. ¿Lo más importante? Había comida en la mesa y una garrafa de agua a un lado de ésta, ¿acaso estaba soñando? O peor, ¿acaso estaba... en el cielo?  
II. La segunda vez que tuvo miedo a morir estaba en el piso de una habitación de hotel...  
Su pareja del momento estaba en el baño devolviendo el estómago, ella ni siquiera alcanzó a llegar a la puerta. Estaba acostada en el piso frío de cerámica, a solo centímetros de su propio vómito, sudando como si estuviera en una sauna. Tomaba bocanadas de aire como un pescado recién salido del agua y las extremidades le temblaban. ¿Qué carajos les habían dado en esa bolsita de plástico? Lo que fuera, era mucho más fuerte a lo que estaban acostumbrados y aunque el high fue increíble, la bajada estaba pateándole el trasero de la peor manera. Eso y que habían estado consumiendo desde que despegaron los ojos a las once de la mañana en esa misma habitación.  
Intentó levantarse un par de veces, pero los brazos no le respondían y sentía una presión en el pecho. Su vista estaba borrosa, escuchaba todo a su alrededor como si tuviera la cabeza metida a un balde con agua.  
Entonces se puso a pensar en la muerte y la imagen que encontraría su novio al salir de ese baño, ella ahí en el piso con las pupilas del tamaño de un centavo, sudorosa y llena del almuerzo que compartieron. Pensó en morir y lo que sucedería después, ¿iría al infierno por consumir sustancias ilegales? ¿iría al cielo? ¿no iría a ningún maldito lado? ¿que pasaría con su cuerpo? ¿quién lo reclamaría? El aire comenzó a faltarle de nuevo, pero ahora por la ansiedad de pensar en la muerte, el pánico de morir ahí y no saber qué es lo que sigue.  
Fueron los tres o cuatro minutos más largos de su vida.  
Despertó a las pocas horas en el hospital.  
III. La tercera vez que tuvo miedo a morir estaba en una habitación individual del centro de rehabilitación.  
Desintoxicarse es un proceso difícil y en ocasiones terrorífico, para Cassie fue todo eso y un poco más. Ingresó a la clínica con el propósito de limpiar su cuerpo por completo, rehabilitarse, dejar el maldito mundo de las drogas por fin detrás. Lo que diferenciaba ésta de todas las veces anteriores, era esa pequeña personita que crecía en su vientre desde hace dos meses.  
Los días de abstinencia eran los peores que alguna vez tuvo que vivir. Todo el día estaba de mal humor, tenía fatiga, nausea, pesadillas y fiebres. No dormía o dormía muchísimo, no se movía o no paraba de moverse en todo el día. Los peores momentos eran cuando el corazón se le apaciguaba y el pulso parecía desaparecerle.  
En la cama, temblando por la fiebre, pidió al cielo de nuevo para que le dieran fuerza. No quería morir en ese lugar, se rehusaba a tirar la toalla (cosa que unos meses atrás habría hecho sin pensarlo). 
Por favor, no me dejes morir en esta cama. Repitió en murmuro, con una mano sobre su vientre y la otra sobre su frente transpirada. 
Por favor, déjame despertar. Por favor, déjame ser mamá. Por favor, por favor.... 
Su voz se fue apagando eventualmente hasta que quedó dormido, la muerte en su pensamiento como cosa principal, preocupación acelerando su pulso y miedo revolviendo su estómago. 
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