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#astaire la vista
fidjiefidjie · 8 months
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Bach 🎼 🎹 et la Tap Dance 🕺
😉 Humour du jour 😁
Source :Astaire la Vista
Bel après-midi 👋
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myobt · 10 months
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Astaire la Vista
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miguelmarias · 2 years
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Strangers When We Meet (Richard Quine, 1960)
Pocas veces ha contado la filmografía de un cineasta, de forma tan implícita como evidente, una historia en principio feliz pero de tan triste final como la de Richard Quine entre 1954 y 1962, es decir, desde que conoce y dirige por primera vez a la starlet de la Columbia Pictures Kim Novak, en Pushover (La casa nº 322), trágico thriller en blanco y negro inspirado en Double Indemnity (Perdición, 1944), de Billy Wilder, y con uno de sus principales intérpretes, Fred MacMurray, hasta que, ocho años más tarde, se despide de ella —en la pantalla—, de nuevo en blanco y negro tras un interludio de amor en color, pero esta vez en el marco algo amargo de una comedia negra policíaca y británica nada feliz y no del todo lograda, The Notorious Landlady (La misteriosa dama de negro), con Jack Lemmon, Fred Astaire y varias viejecitas tan estrafalarias como siniestras.
En medio hay dos verdaderas declaraciones de amor sobre celuloide y a todo color, la primera esperanzada, la comedia de misterio y fantasía, pero típicamente neoyorquina y realista al mismo tiempo, titulada Bell, Book and Candle (Me enamoré de una bruja, 1958), en la que Quine se anticipa unos meses a Vértigo (De entre los muertos), de Hitchcock, al emparejar a Kim Novak con el larguirucho James Stewart; la segunda, muy desesperanzada, es un pesimista melodrama de amargo final, coprotagonizado por Kirk Douglas, Strangers When We Meet (Un extraño en mi vida, 1960), muy minnelliano de paleta cromática y planteamiento, pero probablemente muy autobiográfico (sustitúyase al arquitecto que trabaja por encargo por el director bajo contrato con la Columbia).
No es esta crónica de un amor muy larga ni detallada, pues, sino elíptica y zigzagueante, como suelen serlo las mejores películas de este sensible y poco apreciado director —menos llamativo que su amigo Blake Edwards, menos brillante que Stanley Donen, que era el veterano del trío, aunque Quine fuera el mayor—, pero desde el primer plano de Kim Novak en Pushover, aunque nada sepamos de la relación que hubo entre ella y Quine, intuimos que no es que la actriz sea de una notable —y más bien pasiva— fotogenia, ni posea esa enigmática capacidad de fascinar a la cámara que tienen algunas mujeres, y de las que otras, incluso mejores intérpretes y hasta mucho más guapas, carecen, a veces por completo, sino que el director estaba ya prendado de ella. Hay algo en la manera de iluminarla y encuadrarla, de seguirla y hasta acariciarla con la cámara, que va más allá de cualquier hábil estrategia dramática de Quine para hacer que los espectadores comprendamos el hechizo que siente por ella el policía encarnado por MacMurray. A medida que avanza la historia, y se comprende que Kim es una de esas mujeres débiles que, casi sin proponérselo, resultan fatales para los hombres que se enamoran de ellas y están dispuestos a dejarse engañar por su aparente inocencia, queda de manifiesto que no se trata de eso, que el director, arrebatado, se está dejando llevar por su pasión, y que filma a la actriz más, más de cerca y durante más tiempo que el exigido por la economía narrativa de la película.
Cuatro años después, la comedia de John Van Druten adaptada por Daniel Taradash hace de Kim Novak una bruja actual e inocente, que fascina a Stewart y que, por amor hacia un hombre corriente y bastante mayor que ella, renuncia a sus poderes y se convierte en una simple humana, librándole así de su ominosa e insoportable prometida. Pocas veces una película ha mimado tanto a su protagonista, descubriéndole encantos recónditos, no evidentes a primera vista, revelando como timidez y miedo a hacer daño su aparente frialdad, insinuando que bajo su falta de expresividad habitual se esconden un fuerte sentido del humor y una obstinada fuerza de voluntad, complaciéndose en contemplar y proclamar su belleza, comparando —en un plano memorable— sus ojos con los de su gato Paywacket. A Quine no le basta ya con admirar en privado a su amada, necesita compartir su hallazgo, divulgar las excelencias de Kim Novak, sentirse ratificado en su buen gusto y, por tanto, envidiado por los restantes espectadores.
Me enamoré de una bruja es, sin duda, su película más extática y feliz, la más armoniosa, la única que da la sensación de que ese amor deducible de la puesta en escena era correspondido por el objeto de sus entusiastas atenciones.
Un extraño en mi vida es otra canción, mucho más conmovedora y melancólica, una de las películas que más me emocionan cada vez que la veo, y van unas veinticinco. Nunca estuvo Kim Novak tan realmente humana, tan física y al mismo tiempo tan frágil, ni tan guapa, ni siquiera en Vértigo, donde aparecía siempre excesivamente alienada y distante, salvo quizá en la escena de la bata, en casa de Scottie (James Stewart), después de sacarla de la bahía de San Francisco. Hay pasión y despecho, violencia y sufrimiento en cada plano. Y, para colmo, es evidente que Quine no puede renunciar a Kim, que se le va la mirada detrás de ella, que trata esta vez no ya de darla a conocer, sino de indagar en sus razones, de comprender qué ha pasado, por qué ha fracasado en la empresa que más le importaba.
Es una película verdaderamente romántica, febril y angustiada, triste y patética, sin mucho humor —y el que queda está teñido de amargura, como el personaje del escritor insatisfecho y alcohólico que encarna espléndidamente Ernie Kovacs— y derrotada, pero apasionada, enamorada todavía. Y no sólo, eso es evidente, por la muy desconsolada y desconsoladora historia que relata manifiestamente, en su anchísima pantalla de Cinemascope, sino, sobre todo, por la que cabe seguir leyendo entre líneas, entre plano y plano, en las miradas temerosas o culpables y evasivas de la actriz a la cámara o, mejor, un poco a un lado y más allá del objetivo, hacia el director, y más aún que en el rostro de Kirk Douglas en la imagen que Quine nos transmite de Kim Novak a través de cada encuadre, cada leve panorámica de acercamiento, o esa rendida e impúdica dolly vertical que recorre su cuerpo a una cierta distancia, como si fuese ya inalcanzable pero siguiese siendo deseable y querido: es la apoteosis de Kim Novak, casi el último beso, ya desesperado y suicida, del director.
Publicado en el nº 2 de Nickel Odeon (primavera de 1996)
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The Rosscars 2020
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Wow. It’s that time of year again, only this time it’s different because it’s on a blog that no one will read! (hold for applause) Welcome to the first annual online publication for the Rosscars (hold for applause while the reader acknowledges how positively droll it is that I combined my name with “Oscars”). Who can forget such indelible Rosscar memories like when Steven Soderbergh surprised us all and won Best Director for Out of Sight or Bill Irwin’s beautiful speech upon winning Best Supporting Actor for Rachel Getting Married?! The Rosscars mean something different to everyone, but we all know that they mean quality choices made by a committee of one schmuck. This year’s Rosscars are bizarre because in an effort to be more like the Academy guidelines, film’s nominated have been released between January 1, 2020 and February 28, 2021. As usual, theatrical windows be damned, streamers are welcome. Of course, I have my gripes. I like categorizing movies by release year – specifically, when they become available to the plain old public like yours truly – not at festivals, limited runs in NYC and LA. Well, the Oscars are still weeks away and I feel like everybody wants to forget about last year and move onto this one that we’re already three months into - So here are my awards for the films, performers, and craftspeople that stood out in a pretty exceptional year for movies even though distribution was stranger than ever. 
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**A few caveats and guidelines to Rosscar newcomers (which I imagine is just a formality since we all know the Rosscars so well)**
The rules and categories are a little different around here. First, not every category is honored directly. That’s for a few reasons, chiefly that I don’t feel qualified to reward the technical categories properly – I suppose I should say that I feel less qualified to do so than the “above the line” categories. In keeping with the Academy standard, there are five nominees in each category, except for Best Picture, Best Non-Fiction/Documentary Feature, and Best Ensemble Cast which allow up to ten. Every category, save those three, will have the possibility of honorable mentions, because I want to highlight some things that just barely missed the cut. The narrowing down of a lot of these categories was awfully tough.
Nominees are listed alphabetically, and the winners are in bold and italics.
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Also, it’s important to keep in mind that I couldn’t see everything (this isn’t a job and it’s still $20 to rent The Father, y’all) and that these are just the opinions of one (self-described) “bozo on the internet.” If you’re a reader and have different picks, feel free to share!
Special Commendations for some things that I want to recognize: • Ludwig Goransson for his Tenet score which is an absolute banger • The costumes of Emma. (Alexandra Byrne), Ma Rainey’s Black Bottom (Ann Roth), and Small Axe (Jaqueline Durran, Sinéad Kidao, and Lisa Duncan) all struck me as exceptional • Trent Reznor and Atticus Ross with their scores for both Soul and Mank. Crazy that Pixar is working with the guy who made “Closer” • The cinematography of Da 5 Bloods (Newton Thomas Sigel), First Cow (Christopher Blauvelt), Beanpole (Kseniya Sereda), and A White, White Day (Maria von Hausswolff)
The Rosscars red carpet was, as usual, a bizarre affair. People filed into the theater and it seemed like the only encounters were awkward ones. Vin Diesel showed up in character as Bloodshot, Aaron Sorkin started getting really verbose about what a lovely night it was, and it became clear that most of the celebrities in attendance didn’t read their invitations closely enough to realize that this was not, in fact, the Academy Awards.
Everyone’s seated, and the show is under way. After a medley about the nominees this year by Common and Seth McFarlane that was more corny but clever than it was funny, the first official category is here, and the presenter is none other than... Ross!
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Best Supporting Actor:
1. Chadwick Boseman for Da 5 Bloods
2. Matthew Macfadyen for The Assistant
3. Jesse Plemmons for Judas and the Black Messiah
4. Paul Raci for Sound of Metal
5. Glynn Turman for Ma Rainey’s Black Bottom
Honorable Mentions:
• Lucas Hedges for Let Them All Talk
• Orion Lee for First Cow
• Bill Murray for On the Rocks
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Best Supporting Actress:
1. Vanessa Bayer for Barb and Star Go to Vista Del Mar
2. Candice Bergen for Let Them All Talk
3. Gina Rodriguez for Kajillionaire
4. Amanda Seyfried for Mank
5. Yuon Yuh-jung for Minari
Honorable Mentions:
• Jane Adams for She Dies Tomorrow
• Charin Alvarez for Saint Frances
• Talia Ryder for Never Rarely Sometimes Always
• Debra Winger for Kajillionaire
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Everyone loves a montage. The audience gets comfortable in their seats as the video screens start to show a montage of some of the most famous moments from Hollywood’s most magical movies. Fred Astaire and Ginger Rogers waltz, gliding across a dance floor like two hovering angels. There’s a clip of Leo declaring himself king of the world in Titanic, the flying bicycles in ET, Bogart stares longingly into Bacall’s eyes, and then there’s some scene where Tom Cruise rides a motorcycle from 2010′s Knight and Day. The audience all seems confused how that last one got in there. The John Williams music swells as little Kevin McAllister screams when puts on aftershave. We see clips of Robert De Niro in Taxi Driver, Carrie Fisher’s Princess Leia embrace Harrison Ford’s Han Solo, Bruce Lee smoothly declares that boards don’t hit back and... wait... was that a clip from Michel Gondry’s Green Hornet with Seth Rogen? And that’s a clip from What Happens in Vegas... Bad Teacher... Vanilla Sky... Shrek 2... Any Given Sunday... Everyone is flummoxed. The last clip fades out and a sole editing credit appears: Cameron Diaz. The lights come up and there’s some applause, but mostly confused murmurs. 
The ceremony has had a bit of a misstep, but nothing it can’t recover from, especially as the next category is announced over the PA, and it looks like the presenter is... Ross!
Best Ensemble Cast:
1. Bacurau
2. Da 5 Bloods 
3. Kajillionaire
4. Let Them All Talk
5. Ma Rainey’s Black Bottom
6. Minari
7. Nomadland
8. Pieces of a Woman
9. Small Axe
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Best Original Screenplay:
1. Danny Bilson and Paul Dameo & Spike Lee and Kevin Wilmott for Da 5 Bloods
2. Lee Isaac Chung for Minari
3. Brandon Cronenberg for Possessor
4. Sean Durkin for The Nest
5. Kleber Mendonça Filho and Juliano Dornelles for Bacurau
Honorable Mentions – a very difficult task to weed this down to five.
• Shaka King and Will Berson for Judas and the Black Messiah, from a story by Kenny and Keith Lucas
• Steve McQueen, Alastair Siddons, and Courttia Newland for Small Axe
• Kelly O'Sullivan for Saint Frances
• Thomas Vinterberg and Tobias Lindholm for Another Round
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Best Actor:
1. Ben Affleck for The Way Back
2. Chadwick Boseman for Ma Rainey’s Black Bottom
3. Delroy Lindo for Da 5 Bloods
4. John Magaro for First Cow
5. Mads Mikkelsen for Another Round
Honorable Mentions:
• Riz Ahmed for Sound of Metal
• John Boyega for Small Axe
• Daniel Kaluuya for Judas and the Black Messiah
• Hugh Jackman for Bad Education
• Ingvar Eggert Sigurðsson for A White, White Day
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We have a break in the action and it looks like Darius Rucker has showed up to perform what he would have nominated for Best Original Song. The crowd is absolutely furious as he starts playing a song that apparently was in Trial of the Chicago Seven. An ocean of sonorous boos and curses overtakes the the once docile crowd. The Rock just ripped his chair from out of the ground. Jane Lynch somehow smuggled in a civil war era flintlock pistol that she’s now pointing at the stage! Suddenly, the crowd unifies around what started as a confident chant of one lone audience member - John C Reilly. It’s growing... Ja Ja Ding Dong, Ja Ja Ding Dong, Ja Ja Ding Dong - it’s like the macabre circus performers from Tod Browning’s Freaks, but instead of chanting “Gooble Gobble” they’re clearly pining for Darius to change his tune to the silly and delightful jam from Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga. Darius, scared for his life, leaves the stage, but here come Will Ferrell and Rachel McAdams to deliver the goods. Busy Philips and Michelle Williams burst into tears. Tom Hanks nods in approval. A segment saved by brave artists placating a toxic group of fans... we’ve just witnessed a live version of the Snyder Cut, folks.
Jack Nicholson seems completely unfazed, giving a thumbs up to the camera and blowing a kiss to the next presenter. Coming to the stage is... Ross... again...
Best Actress:
1. Jessie Buckley for i’m thinking of ending things
2. Carrie Coon for The Nest
3. Han Ye-ri for Minari
4. Sidney Flanagan for Never Rarely Sometimes Always
5. Vasilisa Perelygina for Beanpole
Honorable Mentions – these cuts were especially painful
• Haley Bennet for Swallow
• Morfydd Clark for Saint Maud
• Frances McDormand for Nomadland
• Christin Milioti for Palm Springs
• Geraldine Viswanathan for Bad Education
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Best Adapted Screenplay:
1. Charlie Kaufman for i'm thinking of ending things from Iain Reed's novel
2. Sarah Gubbins for Shirley from Susan Scarf Merrell's novel
3. Kelly Reichardt and John Raymond for First Cow
4. Simon Rich for American Pickle from his short story "Sell Out"
5. Mike Makowsky for Bad Education from Robert Kolker's "The Bad Superintendent"
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Best Non-Fiction/Documentary Feature:
1. Boys State
2. Collective
3. David Byrne’s American Utopia
4. Dick Johnson is Dead
5. Feels Good Man
6. In & Of Itself
7. The Painter and the Thief
8. Time
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Jimmy Fallon has come out on stage to do a bit about the pandemic and watching movies at home. People are just absolutely not having it. He tries not to laugh at his own jokes while doing what I guess is technically a pretty good impression of Dr. Fauci interviewing James Corden as Martin Scorsese (the less said of this impression, the better) on what is or isn’t cinema. The bit doesn’t track and Fallon is absolutely tanking. The producers cut away from the stage to spare the viewers at home from this monstrosity. We see crowd shots of Millie Bobby Brown shaking her head in dismay, Colin Firth is simultaneously grimacing and trying to stave off laughter, Cynthia Erivo is texting, and director Tom Hooper is taking notes for his next film. Corden yells, “Carpool Karaoke! Remember?!” Ron Howard has fainted. This thing is almost completely off the rails.
Coming back to the stage is the next presenter, a clearly embarrassed... Ross! He’s in a total flop sweat, but stumbles his way through a joke about how Fallon should try co-hosting the Oscars with James Franco sometime. There are scant chuckles throughout a crowd that mostly just wants to see who won and go home.
Best Director:
1. Christopher Nolan for Tenet
2. Spike Lee for Da 5 Bloods
3. Steve McQueen for Small Axe
4. Kelly Reichardt for First Cow
5. Chloé Zhao for Nomadland
Honorable Mentions:
• Kitty Green for The Assistant
• Eliza Hittman for Never Rarely Sometimes Always
• Charlie Kaufman for i'm thinking of ending things
• Thomas Vinterberg for Another Round
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Best Picture
1. Bacurau
2. Barb and Star Go to Vista Del Mar
3. Da 5 Bloods
4. First Cow
5. i'm thinking of ending things
6. Judas and the Black Messiah
7. Never Rarely Sometimes Always
8. Nomadland
9. Small Axe
10. Tenet
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Accepting the award for best picture is none other than Eve, the cow actor who played the titular First Cow! The audience is enamored with how graceful she looks in her cow gown, and her speech, though indecipherable, is likely simple, observational, and deeply profound for those who speak cow.
Wow, what a ceremony! Hearts were broken, property was damaged, dreams were fulfilled... blood was shed? Damn it, Meryl Streep came in and mugged Charlie Kaufman before absconding with the trophy. Oddly, she’s a previous winner, so the attack isn’t out of need for hardware. People are reading through articles about production on Adaptation for potential motives. Streep made time for a photo opportunity, but remains at large.
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I could go on ad infinitum about all of these nominees and winners themselves and why they did or didn’t make the cut, but that’d be better served in a different piece. For now, my thoughts on most of these can be found on the Best of 2020 write-up and over on my Letterboxd. And, as always, these awards can be revoked and redistributed at will, so don’t get too cozy with that statue, Danny Bilson!
On behalf of the RAOGL (Rosscars Association of One Guy at a Laptop), thanks for reading, and stay tuned as we’re establishing a tip line for anyone has seen Ms. Streep or her stolen valor Rosscar. We’ll see you next year. Keep watching movies, and keep arbitrarily quantifying them in terms of subjective quality!
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allspotified · 3 years
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CARNAGE
IL NUOVO ALBUM DI NICK CAVE
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Apocalisse, Spirito, Redenzione. Carnage il nuovo lavoro di Nick Cave, registrato durante il lockdown, può essere sintetizzato in queste tre parole. Mai come oggi la spiritualità, intesa come significato intrinseco di ciò che facciamo, ha bisogno di trovare uno sfogo, una via d’uscita che ci permetta di uscire di casa almeno con l’immaginazione. E l’immaginazione qui non manca anche se nella sua accezione più brutale e catastrofica. Una catastrofe vista dal balcone di casa, mentre si prova a ballare come Fred Astaire, o mentre si desidera di essere altrove. Siamo di fronte ad un esperimento musicale, alla prova che per comporre musica di qualità bastano le idee, poca produzione, grande scrittura, la sensibilità umana a cui Nick Cave aggiunge il suo tipico fervore religioso che, forse per i tempi che stiamo vivendo, sembra oggi ben più centrato che in passato. Carnage è un flusso di coscienza, l’ennesimo del Re Inchiostro, una riflessione attenta e dolente sui tempi bui della pandemia.
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rultango · 4 years
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De Música Ligera
De Música ligera.
       Bitácora del capitán, Buenos Aires, Argentina. Abril del 2006, es verano allá y el clima era perfecto, de esos días  que si es de día o de noche no importa porque no hace frio, no hay lluvia, no te agobia el calor, simplemente el clima es perfecto.
     Dicen que las personas y la música hacen memorables los lugares, de hecho, no recuerdo una sola pieza musical que al escucharla evite viajar a algún pasaje de mi vida, ni un solo lugar en donde haya viajado sin que tenga rostro, creo que en parte es lo que conforma nuestra historia.
     El año era 2006 como antes mencioné y era la época en donde viajar a la ciudad de la furia era común dentro del medio publicitario mexicano, habría que aprovechar el hecho que brindaba la oportunidad económica que nos daba el ir al cono sur y por fin  tener acceso a algunos directores inalcanzables, ganadores de múltiples premios mundiales en publicidad que para todos aquellos que nos dedicamos a esto era por fin estar cerca del olimpo.
    Recuerdo haber ido como unas 15 veces, con tantas es evidente que los lazos con esa magnifica ciudad y sobre todo con la gente se comienza a hacer frecuente y cercana, me volví “fans” de los asados en “finde” como dicen allá, del mate, de las milongas, del adorable y enigmático Tango, de la buena compañía ah y sobre todo del mejor vino y porque el mejor?, simplemente “porque es el que se comparte con los amigos “ esa fue la respuesta que recibí de uno de mis mejores amigos hasta hoy, Roby Chiliart; originario de ahí, hincha de Independiente de Avellaneda – pobre no sabe mucho de futbol - ,  uno de los amigos que el destino me puso allá , que la vida y sin duda es un ser que me acompaña hasta la fecha al igual que Guille Ferraro, ambos tan hermanos míos qué viajaron hasta acá a mi decimo aniversario de bodas ¡.
    Allá las tardes de domingo era obligado ir al templo de la bombonera cada vez que Boca Juniors era local, Guille -que si sabe de futbol- hacía la magia para encontrar entradas, ahí entendí la energía que se respira  al ser hincha hasta las venas del futbol y entendí porque para los argentinos es una religión.
    En una de estás tantas veces recuerdo haber ido a filmar un spot para Danone, en esa ocasión sólo viajamos un buen amigo mío, creativo, “El Rupert” increíble ser humano y hermano del alma, el productor y dueño de la casa productora de México que resulto ser una extraordinario compañero de viaje y de aventuras, Mauricio Webelman, hicimos nuestra labor para lo cuál habíamos viajado 10,000 kilómetros pero bueno me quedaron unos días para vivir Buenos Aires, buscar a Guiile y a Roby, comer en Carlitos justo frente a la cancha de Boca, asistir a una milonga y un asadito, lo común para ese entonces digamos que ya era parte de la familia.
    En la copia de trabajo  -la primera edición  del comercial para los que no son del medio publicitario- , vía remota desde la sede de la casa productora local hasta la agencia y las oficinas centrales de Danone en México,  resultó ser todo un éxito lo que nos liberaba un par de días mas antes de partir hacía tierras aztecas; Esa noche fuimos cenar para celebrar pero Rupert nos abandonó , digamos que lo atrapo los encantos de la ciudad y bueno Mauricio y yo fuimos a cenar solos, debo de confesar que sin Rupert el plan cambiaba sustancialmente pero bueno ya estábamos ahí como se dice.
    Ni siquiera teníamos un lugar y a decir verdad el plan era un poco improvisado y me di cuenta cuando pregunté cuál chava en la primera cita: “adonde vamos?”  y la respuesta fue: “donde quieras”, uff pintaba para una tragedia literal.
    Nuestro hotel estaba cerca de  “Recoleta” que dicho sea de paso es de las zonas más bonitas de Buenos Aires, esta llena de cafecitos, restaurantes, del cementerio donde están los restos de Evita, en fin, una zona increíble para ojos de propios y extranjeros, me hice a la idea de pasarla bien para no hacerme “mala sangre” como decía mi abuelita,  llegamos a una parrilla llamada Clarks” que tenía una especie de terraza con vista hacía el parque y justo ahí elegimos la mesa, confieso que yo de “Grinch” elegí la mas pegada al fondo del restaurante, nos pasaron la carta  y cuando estábamos pidiendo nuestra orden a la mesera me di cuenta que llegaron unos chavos a poner sus instrumentos justo a 50 centímetros de mi,  si el destino, yo quería alejarme y la acción iba a estar a sólo medio metro, en ese momento le dije a Mauricio, “ ….Te parece que cenemos rápido y nos vamos?, es obvio que va a haber música en vivo y odio que me acerquen el  micrófono para cantar” a lo que amablemente Mauricio me contesto que por supuesto que si.
    Esa noche no conté con 2 factores, el primero que lo meseros más rápidos y atentos del mundo son mexicanos y yo pues estaba en Argentina que el ritmo de vida definitivamente es otro, digamos que es el que debería ser, el otro factor se llama Malbec, la combinación del ritmo de vida y el elemento Malbec digamos que ayudaron para tomarlo con calma.
     Se presentó un grupo de chavos que se hacían llamar “El tercer riel” y empezaron a tocar canciones de Los Beatles cuál fue mi sorpresa que eran extraordinarios, 2 y media botellas de Malbec después Mauricio y yo estábamos en mood Beatle y sí, canté al igual que los otros 70 comensales que para entonces ya había, los chavos llenaron el lugar ¡¡.
   Me relajé pues todo parecía inofensivo y de la vida debes aprender que justo cuando todo está en calma es cuando debes o actuar o huir y pues digamos que no pude huir, los chavos en medio del show hicieron una pausa en su concierto para involucrar al respetable y comenzaron con llamar a “voluntarios forzosos” del ´publico y si efectivamente tal cual lo están pensando en este momento fui la primera opción del vocalista del “Tercer Riel” y bueno ante el aplauso y mas que nada el “oso” no te puedes negar, en ese momento se me bajo la fiesta.
    Gracias a dios llamaron a mas victimas al experimento que hasta entonces nadie conocía, en total fuimos 8 entre hombres y mujeres, nos dividieron en parejas y para ser honestos se puso cada vez mejor pues me toco una chica Brasileña que el termino guapísima quedaba corto, para entonces yo estaba mas preocupado de no hacer el ridículo ante mi pareja de lo que realmente nos esperaba;  Por fin empezó la prueba, consistió en bailar We`re gonna Rock Around the clock  -el rock de la cárcel- y lo pongo en inglés porque así lo cantaron, siempre he dicho que el baile no es lo mío pero me percate que junto a mis oponentes yo era Fred Astaire , eso y las 2 botellas de Malbec hicieron magia esa noche, cuando acabo la pieza nos subieron a los 8 al escenario y tal cual como un  programa de concurso pasaron un pañuelo sobre nuestras cabezas para anunciar a lo ganadores….. si, ganamos el primer lugar y sentí lo mas cercano a recibir un óscar frente a la academia en Hollywood , nos preguntaron nuestros nombres y de donde veníamos a mi pareja y a mi -ahí supe su nacionalidad y nombre- , cuando di mi nombre y nacionalidad el aplauso y los gritos fueron ensordecedores me di cuenta de como nos quieren en otros países por el simple hecho de ser mexicanos.
    Pero la velada no acabó ahí, al intentar bajar del escenario y después de recibir un beso de Flavia -así se llamaba mi compañera de baile obvio no olvide el nombre- yo estaba mas que pagado  por mi triunfo inesperado pero justo al tratar de abandonar el escenario Hernán -que para entonces ya sabía el nombre del vocalista- me dijo: “ …no boludo a donde vas?, te queremos pedir que cantes con nosotros un himno nacional..” para entonces yo estaba entre emocionado y muerto de miedo porque pensé que salía glorioso de mi prueba y al parecer el destino tenía otros planes para mí, como la primera vez tampoco en esta ocasión no me pude negar, bajaron la luz y cuando escuche la intro de “Música Ligera “ entonces la euforia de la gente me abrazó de tal forma que me transformé en parte del “tercer riel”, fui todo un rockstar con el vocalista por casi 4 minutos, sentí toda la emoción de tener un público a tus pies, el mexicano  que ya los había cautivado con sus pasos de baile cerraba su actuación como todo una estrella.
   Cabe mencionar que al final, esa noche fue un regalo, recibí abrazos y besos si besos de la banda con un total agradecimiento por haber sido parte de ellos esa noche, esa fueron las palabras exactas de Hernán que me regalo el disco y un poster de “El Tercer riel” autografiado por todos, el restaurante nos regalo a Mauricio y a mi una botella de vino y  ambos salimos con aplausos y sonrisas de la gente.  Hasta la fecha recuerdo esa noche mágica cada vez que escucho la intro de “música Ligera”.
   Gracias totales¡
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itsanotherdayofsun · 4 years
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ATTORI PRINCIPALI
Emma Stone interpreta Mia Dolan, un'aspirante attrice che lavora in una caffetteria di Los Angeles, dividendosi tra lavoro e audizioni. La Stone ha incontrato Damien Chazelle nel 2014 a New York mentre stava facendo il suo esordio a Broadway nel musical "Cabaret". Dopo aver accettato il ruolo, per prepararsi alla parte l'attrice ha visto molti dei film che sono stati fonte d'ispirazione per il film, tra cui Les Parapluies de Cherbourg e molte pellicole della coppia Fred Astaire e Ginger Rogers.
Ryan Gosling interpreta Sebastian Wilder, un pianista jazz che si esibisce in squallidi bar, che sogna di aprire un proprio locale. Chazelle ha incontrato l'attore in un bar vicino a casa di quest'ultimo a Hollywood Hills, quando Gosling stava per cominciare le riprese de "La grande scommessa". Per prepararsi al ruolo, Gosling ha dovuto imparare a suonare il pianoforte in modo da essere credibile su schermo e non costringere la produzione a una controfigura o all'utilizzo della CGI.
Il film segna la terza collaborazione tra Gosling e Stone, dopo "Crazy, Stupid, Love" (2011) e "Gangster Squad" (2013). La loro collaborazione e alchimia viene vista da Chazelle come la cosa più vicina a una vecchia coppia di Hollywood e rappresenta quindi uno dei motivi più importanti che hanno portato il regista alla scelta di questi due attori.
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vintagebiker43 · 7 years
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In fondo, essere cacciati per l'insipienza di esaminatori dalla vista corta è successo ad altri ben più meritevoli di me. Walt Disney, per esempio, aveva da poco cominciato a lavorare come disegnatore di fumetti per un giornale, quando venne licenziato a causa di "mancanza di idee e di immaginazione"; Ophra Winfrey, che adesso frequenta la Casa Bianca un giorno sì e uno no, fu allontanata dal canale in cui lavorava come reporter perchè "inadatta al piccolo schermo". La miopia deve essere una caratteristica comune tra chi comanda se persino Fred Astaire venne scartato a un provino dai boss della MGM che di lui scrissero: "Non sa recitare! Leggermente calvo! Sa ballare un po'!" Paola Calvetti - Olivia
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lady-ofwinter · 7 years
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La La Land
No estoy acostumbrada a escribir cosas tan largas. Sin embargo, y después de casi 24 horas de meditarlo y asimilarlo, creo que es necesario compartir mi opinión sobre La La Land. Debo confesar que tenía miedo de ir a verla, tenía tantas expectativas desde los Golden Globes y los SAG Awards que pensé que sería una de esas películas, que te llena de expectativas y al final no cumple con la mitad. Estaba terriblemente equivocada, cuando salí de la sala de cine, casi a media noche, con los ojos llorosos no podía dejar de sonreír.  La La Land  no sólo cumplió con mis expectativas, las superó.  No creo que haya mucho más que decir sobre la película, lo único que me queda es compartir la experiencia que viví mientras la veía. Son muy pocas las películas que logran hacerme llorar, ésta lo logró, es una película nostálgica dentro de un mundo que conocemos a la perfección. 
Me sentía viendo una película de Fred Astaire y Ginger Rogers a color, y con un iPhone interrumpiendo la maravillosa secuencia de baile. Los personajes no son perfectos, son tan humanos como nosotros y tienen problemas con los que es fáciles identificarse, los sueños, el idealismo, el amor que no fue suficiente. La química entre Emma Stone y Ryan Gosling es indescriptible, aunque me atrevo a decir que no la mejor. Y eso es lo que pasa con la película, me encantó, rompió mi corazón y lo volvió a pegar, me hizo reír, llorar y seguir riéndo, y créanme cuando les digo que eso sí que es difícil, y aunque me encantó de una forma que jamás creí posible, no creo que sea la mejor película del año.  Para mí, es una de las mejores, si no la mejor que me he visto en lo poco de éste año, y seguramente será así hasta el final, me atrevería a pensar que pasarán unos cuantos más hasta encontrar una película que me haya gustado tanto como ésta. 
La banda sonora es excelente, hermosa y las letras de las canciones son aún mejores, me cuesta si quiera escoger una canción favorita, como todos me iría por City of Stars, pero The Fools Who Dream...es simplemente hermosa, con un mensaje que desde mi punto de vista es uno de los más importantes de la película: no debes dar por vencidos tus sueños, lucha hasta que logres cumplirlos. Es justamente aquí en donde entré en un conflicto personal, ¿era suficiente el amor que se tenían Mia y Sebastian?, ¿si tanto se amaban por qué se dejaron ir?, ¿por qué sacrificarlo todo?, no sacrificas aquello o a quién tanto amas...¿o sí?.  
 La La Land  es una película que habla de eso, de sacrificios, y de amor. Amor por otra persona y amor por tus sueños, por tus pasiones, por eso que amas. El amor debe ayudarte a avanzar, no a quedarte en un mismo lugar, y ese es tal vez el sacrificio más grande que hacen los personajes principales, sacrifican su propio amor para evolucionar y madurar (aunque debo confesar, el epílogo, todo aquello que pudo ser y no fue, me destruyó completamente).  Entiendo que la película haya tenido un impacto emocional en muchos, y me incluyo allí, es una película que podría ver un millón de veces y seguiría llorando (ya estoy planeando verla una segunda vez, increíble), entiendo que la ejecución y los loquísimos movimientos de cámara de Chazelle sean espectaculares, la edición hermosa, haciéndole un guiño a las viejas películas musicales...y el diseño de producción, el arte de la película es “excelso”, aún así, creo que los premios y los medios han pecado al volverla tan grande, inflarla tanto, pues a quién no le gusten los musicales, la nostalgia o Ryan Gosling (que aceptémoslo, es casi imposible), verán en La La Land una película más, larga, aburrida y llena de canciones “sin sentido” (y aquí debo objetar, fue un musical completamente justificado, no cantaban por que sí). 
Lo que más me gustó: 
J.K Simmons, excelente guiño.
El observatorio y la maravillosa secuencia de baile en las estrellas. 
City of Stars, en el muelle y con Mia. 
La pelea. 
La pre-audición y la audición de Mia (The Fools Who Dream). 
Epíogo (Lo que pudo ser y no fue). 
Lo que partió mi corazón en un millón de pedazos (aunque me encantó): 
Epílogo (sentimientos encontrados, inevitable)
Ver el esposo y la hija de Mia (¿No amaba lo suficiente a Seb’s como para intentarlo aún en París?, duele Mia, duele.)
A Lovely Night. 
Sin ser más, ya que me pude desahogar, vayan a vérsela una segunda, tercera, cuarta, quinta vez, antes de que tengamos que esperar meses enteros para poder comprarla y volver a llorar. 
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miguelmarias · 4 years
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Im Lauf der Zeit (Wim Wenders, 1976)
Las imágenes de los sueños y las imágenes de la memoria tienen sonido. Con el cine nos dimos cuenta que las imágenes tienen música.
Estas palabras de Gato Barbieri, que figuran en la contraportada de su LP Caliente!, me han venido a la memoria mientras pensaba acerca de En el curso del tiempo (Im Lauf der Zeit, 1975), debido —sin duda— a la importancia que las imágenes, los sueños, la memoria, el sonido, el cine y la música tienen en esta película de Wim Wenders, cineasta del que no conozco ninguna otra —aunque ésta dure tres horas— y al que, sin embargo, creo comprender perfectamente, tal vez porque pertenecemos a la misma generación —tiene dos años más que yo— y compartimos una serie de vivencias y de gustos. Ello me permite, hasta cierto punto, suponer lo que no sé de él a partir de lo que sé de mí y de mis amigos, sin por ello identificarme con sus puntos de vista ni con los de sus personajes, por mucho que reflejen un estado de ánimo que conozco directa o indirectamente.
Im Lauf der Zeit es casi una aventura, pues nos sumergimos en ella cuando aun luce el sol y salimos del cine cuando ya es de noche, sin que tenga sustancia dramática que justifique tan dilatada permanencia en la inmovilidad y la penumbra, ni su trama narrativa impida que la película pudiese prolongarse dos o tres horas más. Esto quiere decir que hay tiempo, durante su proyección, para recordar muchas cosas, para pensar en otras películas, para reflexionar sobre lo que se está presenciando. Nunca lo que sucede en la pantalla absorbe nuestra atención hasta el punto en que nos sería difícil ser conscientes de que estamos viendo una película; el asiento nos recuerda que estamos en el cine, y la acostumbrada incuria de los proyeccionistas nos hace sonreír cuando Bruno Winter (Rüdiger Vogler) sube a la cabina a ver qué pasa que se ve tan mal. Sin recurrir a forzados «efectos de distanciación» ni renunciar al potencial emotivo y fascinatorio del cine, Wenders restituye al espectador su condición de hombre libre —être libre, c'est regarder autour de soi, dijo Godard— y nos invita a mirar sin contentarnos con ver.
Im Lauf der Zeit es como un río, pero habrá que vadearlo por algún sitio. Tomemos, para empezar, y siguiendo la pista de Gato, la música, porque el uso que hace Wenders de ella indica también su relación con el cine. Americana, de los años 50 y 60, la música que continuamente escucha Winter no tiene por función evocar y recrear una época, como en Bogdanovich (The Last Picture Show, Paper Moon), sino revelar la adhesión de Wenders y sus personajes al pasado reciente de una cultura ajena pero asumida, hecha propia, tal vez mitificada. La música es una parte de esa cultura; The Wild Palms otra; quizá la más importante para Wenders sea ese cine americano que llámanos «clásico» para dar a entender que pertenece al pasado pero sigue vivo (o, cuando menos, vigente), cine del que se ha nutrido, que ha asimilado y digerido y al que rinde sutil homenaje sin caer nunca en la ingenua tentación de volverlo a la vida —porque ha muerto— o trasplantarlo a la Alemania de 1975: más alejado de sus modelos que Bogdanovich, más distanciado que Truffaut y Godard cuando empezaron a hacer cine, Wenders no intenta repetir obras que sabe irrepetibles, ni trata de satisfacer la posible nostalgia del espectador. Su cinefilia no es complaciente, sino trágica, porque sabe que —como dice uno de sus personajes— «los americanos han colonizado nuestro subconsciente», frase que habría que matizar, sustituyendo el verbo «colonizar» —un poco demagógico e hipócrita en este contexto— por otro, a la vez más ambiguo y más preciso: «seducir». Creo que al menos dos generaciones de europeos —los nacidos al final de la Segunda Guerra Mundial, los que cuando nacimos tenían 15 o 20 años— nos hemos dejado seducir —de buen grado, con entusiasmo y placer— por la cultura americana: de Faulkner, Scott Fitzgerald, Hemingway, Cain, Hammett y Carl Sandburg a Ross Macdonald, Kerouac, Mailer y Gregory Corso, pasando por Raymond Chandler; de Lester Young, Billie Holiday, Woody Guthrie y Frank Sinatra a John Coltrane, Ornette Coleman, Crosby, Stills, Nash &Young, Tom Paxton y Janis Joplin pasando por The Platters, Elvis Presley, Pete Seeger, Johnny Cash, Charlie Parker y Johnny Hodges; de Hawks, Ford, Walsh y Vidor a Peckinpah, Penn y Hopper, pasando por Nicholas Ray, Fuller, Huston y Kazan. Sobre todo, conviene precisarlo, por la cultura popular, no siempre aceptada como «cultura» y a menudo «poco respetable», con frecuencia considerada «subversiva» y que, para nosotros, solía resultar «liberadora». Por eso pienso que es más justo que buscar disculpas (diciendo que hemos sido colonizados) reconocer que nos hemos dejado seducir por Faulkner, Hawks o Chandler, ya que hemos abrazado esa cultura ajena, si no del todo conscientemente, sí voluntariamente, y sin otra imposición que la del frecuente contacto que hemos podido tener con ella (a nadie le han obligado en el colegio a leer a Dashiell Hammett; sí, en cambio a Pereda). Las causas de nuestra fascinación por la cultura viva del todavía nuevo continente son varias, aparte de su misma vitalidad, y pueden ser diferentes en cada caso, pero sospecho que una de las principales ha sido la falta de atractivo de la sociedad europea de los años en que nos hemos formado: que la situación se viese modificada por la fallida revolución de Mayo de 1968 —de pronto, lo que sucedía en París resultaba más apasionante y cercano que Dodge City, Tombstone, el Chicago de los años 30, los muelles de Nueva York o los loops de San Francisco— parece confirmar esta hipótesis. Otro motivo, más directamente cultural, podría ser el pavoroso déficit de ficción, de imaginación y de espíritu aventurero padecido por el cine y la literatura en Europa durante buena parte de aquella época.
En España y Alemania la situación era aún más deprimente. Exiliados Buñuel y Lang, con un cine nacional repugnante, cursi y soporífero, teníamos que volcarnos, casi inevitablemente, al dinámico exotismo de Tambores lejanos, El hidalgo de los mares, Los gavilanes del Estrecho, El temible burlón, Scaramouche o, un poco después, a la espléndida madurez de La esclava libre, Centauros del desierto, De entre los muertos, Hatari, Sed de mal, Chicago, año 30, La casa de bambú o Más allá de la duda. Añádase, en Alemania, la culpabilidad del nazismo, la división del país y la presencia de fuerzas de ocupación extranjeras y, en España, la falta de libertad y el poco entusiasmo que inspiraba un país sometido a una dictadura anacrónica, y se comprenderá aún mejor el atractivo de Anthony Mann, Bob Dylan, las Montañas Rocosas, el Monument Valley, Ava Gardner, Humphrey Bogart, Fred Astaire, Marilyn Monroe, Miles Davis, Henry Miller, Cantando bajo la lluvia, Rebelde sin causa, David Goodis, El Golden Gate Bridge, Desayuno con diamantes, Duelo en la alta sierra, Búfalo Bill, Buster Keaton, El buscavidas, Como un torrente, Laura, Vidas rebeldes, Rio Bravo o Flags in the Dust.
Sin embargo, as time goes by —como cantó Sam, para disgusto de Rick Blaine, en Casablanca—, en el curso del tiempo, las cosas fueron cambiando a ambos lados del Atlántico. Más despacio en España, algo menos en Alemania, América perdió su condición de Frontera, de último refugio, de reducto final de la ficción aventurera. Se impuso el realismo; la politización y el estructuralismo llevaron al cine americano a la mesa de autopsias (no de operaciones: entretanto, la serie B y el musical habían muerto; los géneros supervivientes cabalgaban o se arrastraban hacia el ocaso, desangrándose por el camino —Pat Garrett y Billy the Kid, Grupo Salvaje, Brigada homicida, Los nuevos centuriones—, si no se corrompían; los pioneros eran enterrados, mientras los veteranos de la llegada del sonido o los existencialistas de la Generación Perdida emprendían la retirada o practicaban el entreguismo). Si uno se pone a analizar aquello de lo que se ha alimentado, puede acabar vomitándolo, y eso es lo que les pasó a ciertos cineastas; otros, sin embargo, reconocieron la deuda contraída y partieron en nuevas direcciones. Para algunos, el trago fue difícil y amargo. Oigamos a Bernardo Bertolucci: «Pero lo más importante para mí fue superar el miedo típico de los directores de los años 60, de los que formaba parte: la superación del temor a arriesgarse; superación de un cierto equívoco brechtiano procedente de una lectura mal entendida de Brecht. Así pues, superar este malentendu, que en definitiva era el miedo a emocionar al público. Yo ahora no tengo miedo de emocionar al público. Todo lo contrario, intento tocarlo antes que nada a través de la emoción, porque creo, incluso, que sea útil para realizar después el discurso ideológico». Wenders ha sido testigo de estos temores, de estos arrepentimientos, de estas renuncias, pero ha llegado al cine algo más tarde, y eso le ha permitido arreglar cuentas con su pasado de cinéfilo con menos vacilaciones, sin reacciones histéricas (tipo Partner o Le Gai Savoir).
Im Lauf der Zeit salda la deuda que Wenders pueda haber contraído con el Lang americano, con Hawks y Ford o con Nicholas Ray. No trata de rehacer lo que ellos hicieron, porque hecho está y aún tiene valor; tampoco reniega de ellos, intentando hacer todo lo contrario. Si el cine americano forma parte de Im Lauf der Zeit lo hace con el mismo motivo que la amistad, el itinerario o la frontera de las dos Alemanias, porque es algo que interesa a Wenders, que conoce, que le es propio. Sus personajes son dos vagabundos sin rumbo, siempre on the road, como los de Kerouac o los, más recientes, de Easy Rider, pero no por ello se podría decir que En el curso del tiempo sea, como Two Lane Blacktop de Hellman o Vanishing Point de Sarafian, una road movie. Su estructura itinerante es la de The Grapes of Wrath de Ford y numerosísimos westerns, desde Río Rojo de Hawks hasta Dos cabalgan juntos de Ford. Por su afición a los remansos y a las digresiones —y también por su carácter musical— podría hacer pensar en Wagon Master o en La balada de Cable Hogue; por su forma de plantear la amistad entre dos hombres cabe acordarse de varias películas de Hawks, desde Río de sangre a Río Bravo. Y, sin embargo, no hay en el film de Wenders ninguna referencia explícita, ningún «homenaje», ni cabe decir que haya copiado ninguna escena ajena. El que conozca esas películas puede o no pensar en ellas, el que las ignore no perderá nada por ello, ni verá dificultada su comprensión de En el curso del tiempo. Si acaso, puede relacionarse la visión del cielo nocturno a través del tragaluz del camión con el planetarium de Rebelde sin causa, sobre todo si se piensa que Ray se encuentra, con Hopper, Fuller, Eustache, Blain y algún otro cineasta, entre los intérpretes del film siguiente de Wenders, Der amerikanische Freund (1977), que al parecer plantea más explícitamente todos los temas de los que estoy hablando.
Im Lauf der Zeit es, pues, un film enormemente original y emotivo, que interesará especialmente a todos aquellos que, como yo, se hayan planteado alguna vez su afición al cine americano o, en términos más generales, sus relaciones con toda la cultura de aquel país.
Miguel Marías
Revista “Dirigido por…” nº 52, marzo-1978
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geekcertations · 7 years
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La La Land: la película más realista que he visto últimamente
(Esto está lleno de spoilers, leer a discreción propia)
 A pesar de lo que podría parecer, mi primer impresión sobre La La Land fue confusa. No fue negativa, ni fue positiva en un bajo nivel, fue confusa. Por si vale la pena tenerlo en cuenta: he amado los musicales desde que tengo memoria. Crecí con ellos, y adoro sus canciones. Saliendo del cine me sentí con un sentimiento que como mejor puedo describir es como “culpable” por no haberla amado. Una parte de mi sentía que le había faltado algo a la película, conformé empecé a pensarlo creí que mi problema eran fallas técnicas de la película, como el hecho de que ni Ryan Gosling ni Emma Stone son ni cantantes ni bailarines profesionales, a pesar de que logran cosas bastante increíbles, o una especie de falta de catarsis que sentía al escuchar las canciones más climáticas, como si les hiciera falta un cierto punch. Y al mismo tiempo, algo del texto, del mensaje, de la historia me parecía incompleto, o por lo menos inmaduro. Desde hace un tiempo que traigo una mentalidad de aceptar la madurez y de disfrutar la vida por lo que es y no por lo que queremos que sea, y una parte de mi sentía que el mensaje de la película había sido el opuesto a esta mentalidad en la que me encuentro… pero al mismo tiempo, el final me dejo mucho más confundida, porque podría interpretarse como que en realidad la película no abogaba por una mentalidad infantil, sino por todo lo contrario.
           Ahora mismo, sin haber visto por segunda vez la película, que planeo hacerlo, tengo más claridad en lo que pienso de ella: que esos defectos que vi, en realidad funcionan para complementarse en un mensaje mucho más complejo de lo que podría parecer a simple vista. La nostalgia de la película, la tragedia del final, el glamour de las canciones, la fantasía de los números musicales, combinados con el nivel excelente pero principiante de los protagonistas y esa extraña falta de catarsis que sentí en las composiciones musicales se juntan para hacer una representación realista de la vida, donde la vida es bella a pesar de sus defectos. Justo ese creo que es el verdadero mensaje de la película… en los términos clásicos de los géneros literarios, creo que se podría decir que no es un “romance”, donde los héroes vencen todas las barreras de la humanidad para emerger gloriosos  y con la vida perfecta; pero tampoco es una “tragedia”, donde los héroes pierden lo que más valoraban o más amaban para mostrar el lado cruel de la vida… es una comedia. Un final que no es ni trágico ni romántico, donde la gloria se consigue a pesar de cierto precio, pero donde hay alegría y belleza, ironía y momentos que a pesar de parecer cien por ciento fantásticos, de verdad suceden, y momentos que a pesar de ser bastante cotidianos, sólo se pueden alcanzar en una fantasía.
           Creo que mi estado físico afecto a mi estado emocional mientras la veía, había dormido  poco la noche anterior, no había comido muy bien (demasiada azúcar) y tenía un dolor de cuello por los asientos en los que nos había tocado. Tal vez por eso percibí más el sentimiento nostálgico y trágico de la película, antes que la ironía bella y romántica que contiene la película. Primero me pregunte si no era un defecto el que la película no me hubiese sacado de mi ensimismamiento, como otras películas han sido capaces de hacer… pero entre más lo pienso más creo que es una cualidad de la película el hecho de que pueda llegar a ser interpretada con tristeza, pues habla de lo abierto que es su significado. La película, conforme más la pienso, más me recuerda al género musical que admira: el jazz, pues este es un género que se basa en el ceder, y en dejarte llevar, para poder producir una obra de arte.
Está muy claramente dividida en tres actos y un epilogo: el primer clímax es cuando finalmente se enamoran, el segundo acto es cuando pelean por el nuevo trabajo de Sebastian, y el tercer acto es cuando Mia consigue su audición, claro que el epilogo es la escena cinco años después con Mia casada con un hombre que no es Sebastian. Creo que los primeros dos actos de la película tiene elementos que la hacen ver como la historia de un par de jóvenes infantiles que se niegan a crecer, porque se niegan a dejar ir de las cosas que los anclan, pero justamente el tercer acto es en el que se cuestionan todo esto, tienen que aceptar que hay cosas que tienen que dejar ir para conseguir sus sueños… pero estas cosas son lo que le da estabilidad a su relación. Ya sea el vivir en la misma ciudad para Mia, o el trabajo que hace infeliz a Sebastian. Y el epilogo viene a mostrarnos un final clásico, tipo “Hollywood”, el final que hubiese tenido esta película si hubiese sido un romance: donde todo sale bien y terminan juntos. Me recuerda al final de Desayuno En Tiffany’s contrastado con el final original del cuento de Truman Capote, mientras que el final de la película es romántico y perfecto, el final del cuento es un hermoso final donde no terminan juntos. Lamentablemente, la vida no es Hollywood, y las personas reales no son Ginger Rogers y Fred Astaire, y lograr sus sueños implica dejar ir de su amor y haber logrado su amor, habría implicado dejar ir de sus sueños. Y eso está bien. Porque a pesar de que no pudieron estar juntos para siempre, ese amor que sintieron por el otro los hizo crecer, y se quedó en ellos, en el fondo de ellos, y los ayudó a llegar tan lejos como necesitaban llegar.
Tal vez sólo estoy viendo lo que todo mundo ya vio, sólo estoy señalando obviedades, estoy descubriendo el hilo negro de las cosas que claramente han lanzado esta película a ganar todos los premios de la temporada, pero realmente escribo esto más para mi que por nadie más… porque es una película que se siente casi hecha para mi, y a pesar de eso, no la disfruté tanto como podría haberla disfrutado. Así que he estado pensando, dándole vueltas a la historia, al mensaje, a la forma, pensando en el color de las escenas, pensando en las referencias a Amor Sin Barreras, a Cantando Bajo La Lluvia, pensando en la bella música, en la hermosa escenografía, y preguntándome, ¿qué es lo que no encajó? Y entre más lo pienso… todo encajó. Es como si todo hubiese sido perfecto… pero justamente ese es el detalle importante: la película no glorifica la perfección, glorifica el jazz, el dejar ir, el cambiar, el aceptar lo que el otro te propone, y eso claro que es triste. Salir de la película con un sentimiento de desesperanza es completamente posible, porque así es como uno se puede sentir al ser frenado por la vida cuando te fuerza a hacer una elección que te hace preguntarte el resto de la vida si no habría valido más la pena haber tomado la otra opción. No es una “feel good movie” hecha para motivarte a ciegas, ni es un drama hecho para hacerte pensar en lo horrible que es el mundo, es un retrato súper realista del mundo, donde hay belleza a pesar del conflicto, donde hay que madurar para poder seguir viviendo en los sueños, donde aceptar una opción nunca es mejor que aceptar la otra… y termina siendo una historia mucho más realista que todas esas que son contadas sin números musicales.
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enryka82 · 6 years
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Arte, architettura, buon cibo e atmosfere sognanti, degne di una fiaba. Sono questi gli elementi fondamentali di Praga, la capitale della Repubblica Ceca, città che vive e rivive tra le piccole vie in cui è facile respirare atmosfere ormai lontane. E se esistesse un protocollo Praga, si baserebbe interamente sulla visita dei palazzi in stile decò, liberty e gotico, sulla degustazione dei piatti tipici e della birra.
Sì, perché il centro politico e culturale della Boemia posto sul fiume Moldava (Vltava), conta approssimativamente 1,3 milioni di abitanti (2,3 con l’area metropolitana). Mentre il suo centro storico è stato incluso nel 1992 nella lista dei patrimoni dell’umanità dell’Unesco. Non per nulla la cittadina viene chiamata “La madre delle città”, “Città delle cento torri” e “Città d’oro”.
Visitata annualmente da circa 6 milioni di persone, la capitale è un piccolo mosaico di case antiche, murales,  e vere e proprie  collezioni di architettura, dall’art nouveau al barocco, cubismo, gotico, neoclassico e ultramoderno.
Arrivate a Praga, perdetevi tra i vicoli poco battuti ed entrate nei bar dove poter sorseggiare the e birra e i dolci tipici. Poi visitate le principali attrazioni turistiche, come Staré Město, alcuni luoghi legati a Franz Kafka, Malá Strana, Hradčany con il Castello di Praga, il Vicolo d’Oro (la leggenda vuole che in queste casette sghembe abbiano lavorato gli alchimisti incaricati da Rodolfo II della ricerca della Pietra Filosofale) e la Cattedrale di San Vito (dove sono conservate le reliquie più importanti della Chiesa cattolica boema: quelle dei santi Vito, Venceslao, Adalberto, Sigismondo e Giovanni Nepomuceno, patrono della Boemia), il Ponte Carlo (Karlův most; il gotico ponte Carlo è uno dei più importanti monumenti dell’architettura medievale in Boemia), il Muro di Lennon, il vecchio cimitero ebraico e il quartiere di Nové Město con il suo municipio, Novoměstská radnice.
Nella capitale ceca arte, architettura e leggende si mescolano per dar vita a un’atmosfera ancora più magica. Ecco che lo stesso nome della città “soglia”, richiama la storia della sua fondazione, voluta  dalla principessa Libuše, donna saggia e di grande bellezza ai cui sono attribuiti misteriosi poteri magici. La soglia era quella di una casa in costruzione, dove oggi sorge il Castello.
Particolare è anche il mito del Rabbino Loew e del suo Golem, mostro di argilla creato per difendere gli ebrei dalle persecuzioni. Si aggiunge quindi il mito delle statue del Ponte Carlo e dei Bambini di Kampa, tutti motivi per fare un salto nella città che accoglie. Praga offre motivi ben più solidi per visitarla: è una capitale accogliente, sicura, conservata bene, con una monumenti ricchi di storia e bellezza, avvenimenti culturali e una vita notturna che non conosce sosta. I prezzi degli hotel sono ancora accessibili, così come il costo della vita.
Gli amanti della letteratura non devono dimenticare di visitare il castello di Praga, dove l’eco degli scritti di Franz Kafka è molto forte. Da sempre simbolo di potere, la fortezza troneggia su Praga minacciosa e inaccessibile. Ecco che lungo le strade ripide, tra cui la splendida e faticosa Via Nerudova, è possibile fare un viaggio alla scoperta della cittadina in cui da secoli si confondono storia e leggenda. Ecco perché è necessario visitare la Cattedrale di San Vito, che convive perfettamente con il Vicolo D’Oro, dove leggenda vuole che alchimisti cercassero l’elisir di lunga vita e la formula magica per trasformare i metalli in oro.
Tra le mura si  erge la cattedrale di San Vito. Lunga 124 metri, larga 60 e alta 33 metri, la chiesa è visibile da ogni parte della città. Tanto per la sua imponenza, quanto per il contrasto architettonico che la caratterizza. Nell’area regna infatti il contrasto tra il barocco del quartiere basso e le tipiche guglie appuntite della Cattedrale. L’interno è uniforme, nonostante la costruzione si sia susseguita per sei secoli. Da visitare la Cappella di San Venceslao, la cripta sotterranea con i sepolcri dei re boemi e il tesoro con i gioielli per l’incoronazione dei sovrani.
Fate un salto nel centro storico della città e nel suo quartiere più antico, dove troneggia la Piazza della Città Vecchia, luogo di eventi e storia. Proprio qui si sono susseguite negli anni le incoronazioni dei sovrani e le esecuzioni dei condannati a morte, eventi scanditi dall’orologio astronomico, fulcro della città e dell’intera area. Ogni ora l’orologio del Municipio “riporta” in vita  le  statue dei personaggi religiosi e civili di Praga. In pochi minuti queste si muovono e si inseguono, seguendo un antico rituale, anche se il vero monumento da non perdere sono le guglie gotiche della Chiesa di Týn. Ancora oggi la piazza è un mosaico di architettura, dal momento che è caratterizzata dalla sovrapposizione di stili architettonici che si inseguono nella piazza, anche se l’aspetto è sempre equilibrato.
Molto suggestiva è anche la città nuova, che distrutta nel 1541 da un grande incendio, è stata ricostruita da artisti e architetti italiani. Malá Strana è un piccolo gioiello con piazzette, splendidi palazzi e angoli romantici. La Chiesa di San Nicola (a Praga ce ne sono due) divide Malá Strana in due e su tutto il quartiere troneggia la sagoma imponente del Castello, a cui si arriva con splendide (e ripide) salite panoramiche.
Completamente fuori dai giri turistici, il quartiere ebraico è senza dubbio l’area più costosa dell’intera cittadina. Situato a pochi passi dalla città vecchia, Josefov racchiude la storia degli ebrei che hanno vissuto a PRaga dal 900 al 1708.  Qui sono vissuti il rabbino Low e il suo leggendario Golem, Franz Kafka e 77.279 ebrei cechi e moldavi massacrati dai nazisti.
Simbolo della Boemia e del gotico, Praga è inoltre una città capace di sorprendere. E la casa danzante è senza dubbio una delle sorprese che la città dei cristalli riesce a regalare. Grazie alla perfetta integrazione del palazzo con le strutture circostanti, quasi tutti dell’ottocento. Dedicato alla grande coppia del ballo formata da Ginger Rogers e Fred Astaire, il palazzo  è stato costruito tra il 1992 e il  1996. Progettato e realizzato dall’architetto F.O Gerhy (lo stesso del Museo Guggenheim di Bilbao) è formato da due palazzi che sembrano una coppia di danzatori. Uno dei palazzi si protende verso l’altro, che immobile aspetta l’abbraccio dell’altro. All’ultimo piano c’è un ristorante francese da cui si gode una splendida vista sulla Moldava.
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A spasso per Praga Arte, architettura, buon cibo e atmosfere sognanti, degne di una fiaba. Sono questi gli elementi fondamentali di…
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francescoponty · 7 years
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Cosa vedere a Praga
Ecco due consigli per le attrazioni principali a Praga. Naturalmente se avete qualche giorno in più sicuramente non vi annoierete nella città magica.
La Casa Danzante a Praga
Una delle cose da vedere assolutamente Durante Una visita a Praga e La Casa Danzante, Uno straordinario edifico Dedicato alla grande coppia del ballo Formata da Ginger Rogers e Fred Astaire.
Fred e Ginger, infatti, Ê Uno dei nomi Che have been Dati un palazzo this Sulla riva della Moldava COSTRUITO dal 1992 al 1996. Progettato e Realizzato dall'architetto FO Gerhy (LO STESSO del Museo Guggenheim di Bilbao) E formato da Due Palazzi Che Sembrano Una coppia di danzatori. Uno dei palazzi si protende verso l'altro, il Che immobile Aspetta L'Abbraccio dell'altro. All'ultimo piano c'e un ristorante francese da cui si gode Una splendida Vista sulla Moldava. Oltre all'architettura, Quello che Colpisce E La perfetta integrazione di This Modernissimo edificio con i palazzi circostanti, quasi Tutti dell'Ottocento.
Il Castello di Praga
Chi ha letto (anche poco) Kafka, riconoscerà nel Castello l'inquietante Presenza di quasi Tutti i romanzi del grande scrittore di Praga. Da sempre simbolo di Potere, Il Complesso del Castello troneggia su Praga minaccioso e inaccessibile.
Lunghe strade ripide, Tra cui la splendida e faticosa Via Nerudova, conducono alla scoperta di This Luogo in cui da SECOLI si confondono storia e leggenda, Sacro e Profano. La Cattedrale di San Vito, simbolo della religiosità ceca, convive con il Vicolo d'Oro , dove Gli alchimisti voluti da Rodolfo II cercavano l'elisir di lunga vita e la formula magica per Trasformare i metalli in oro.
Malá Strana un Praga
Malá Strana in ceco significa ed “Parte Piccola” e Il nome con cui dal Trecento si ‘Identificazione questa parte di Praga RISPETTO un Nove Mesto, la Città Nuova. Distrutta nel 1541 da un grande incendio, fu ricostruita da artisti e architetti italiani, Che le diedero l'attuale Aspetto barocco e rinascimentale.
Ancora intatta, Malá Strana E Un piccolo gioiello con piazzette, splendidi palazzi e Angoli romantici. La Chiesa di San Nicola (una Praga ce ne Sono dovuta) dividere Malá Strana, a tempo debito e su tutto il quartiere troneggia la sagoma imponente del Castello, un cui si arriva con splendide (e ripide) salite panoramiche.
La Città Vecchia di Praga
DOPO Malá Strana, l'altro grande quartiere storico di Praga E Stare Mesto, il Che in Ceco significa Città Vecchia. Il Centro del quartiere e La Piazza della Città Vecchia, da sempre Luogo degli avvenimenti Più Importanti di Praga: dalle incoronazioni dei Sovrani alle Esecuzioni dei condannati.
Questa storia travagliata si ritrova Soprattutto Nella sovrapposizione di Stili Architettonici Che si inseguono Nella Piazza, Anche se l'Aspetto E sempre equilibrato. Oggi l'Attrazione principale e L'Orologio Astronomico del Municipio Che OGNI ora da “vita” alle statuette dei personaggi Religiosi e Civili Che si muovono e inseguono in un antico rituale, Anche se il vero monumento da non perdere Sono le guglie gotiche della Chiesa di Tyn.
La Cattedrale di San Vito a Praga
Tra le mura del Castello di Praga si erge questa splendida cattedrale gotica, una delle piu grandi d'Europa:
E lunga 124 metri, larga 60 e alta 33 metri. Chi arriva al Castello DOPO Aver Visitato Visitato Mala Strana, La prima cosa Che noterà E Il contrasto Tra Il Barocco del quartiere basso e le guglie appuntite TIPICHE della Cattedrale. L'interno Ê splendido ed uniforme, nonostante la costruzione SI SIA susseguita per sei SECOLI. Da visitare la Cappella di San Venceslao, la cripta sotterranea con i sepolcri dei re boemi e il tesoro con i gioielli per l'incoronazione dei Sovrani.
Lo Josefov, il Ghetto Ebraico di Praga
Le tombe disordinato del cimitero ebraico Sono forse lo spettacolo Più emozionante di Tutta Praga. Raccontano la storia dello Josefov, il ghetto ebraico di Praga, un Pochi Passi dalla Piazza della Città Vecchia, in cui Gli ebrei della città Hanno vissuto dal 900 al 1708. Costretti a vivere in Pochi Chilometri Quadrati, Gli ebrei Hanno Imparato un Minimo sfruttare OGNI spazio, Creando Una specie di labirinto nel Caso in cui privatizzazione, Negozi e laboratori si confondevano.
Qui Sono vissuti il ​​rabbino Low E Il Suo leggendario Golem, Franz Kafka all'e 77,279 Ebrei Cechi e Moldavi massacrati Dai nazisti. Non perdete Il Ghetto ebraico, Anche se Avete poco tempo per visitare Praga.
LOCALI SERALI 
Nel centro di Praga, a poche centinaia di metri, si concentra Una straordinaria offerta di pub, Ristoranti, e ALCUNE delle Discoteche più grandi commenti e belle d'Europa. Se Nella zona di Mala Strana Prevale un'atmosfera Più intima e rilassata, Nella zona di Ponte Carlo e nella Città Vecchia si tira una tariffa Tardi Nelle Discoteche e nia club.
Di solito si fa il Giro delle 4 Discoteche Più Importanti: il Duplex (DA EVITARE!!), una Piazza Venceslao; La Karlovy Lazne, La più grande discoteca dell'Europa centrale, A due passi dal Ponte Carlo; Il Klub Lávkam in Piazza della Città Vecchia e il Lucerna Music Bar, frequentato prevalentemente da Giovani di Praga.
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herretes · 7 years
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Nicaragua en La La Land de Sergio Ramírez
He visto hace poco en Managua la película musical La La Land, a la cabeza de las nominaciones para los premios Oscar, y hay una escena donde se menciona de pasada a Nicaragua. Mía, la clásica empleadita de cafetería ansiosa de llegar al estrellato en Hollywood, interpretada por Emma Stone, oye comentar a una pareja de amigos acerca de un viaje de vacaciones a Nicaragua del cual habían desistido al fin.
El diálogo, se da más o menos así:
“—Pensábamos ir a Nicaragua pero es un país subdesarrollado.
“—Algo subdesarrollado.
“—Más que poco subdesarrollado, no creo que sea seguro ir allá.
“—Sí, no lo veo tan seguro”.
Y eso es todo.
Mientras discurre este efímero pasaje, el público en la sala ríe con sorpresa, y bastante gusto. No es así no más oír mencionar al propio país en una superproducción de tales calidades, cualquiera cosa que sea lo que digan de él.
Al día siguiente, un amigo empresario, quien también ha visto la película, me llama para comentarla, y, como somos contemporáneos, se muestra maravillado de la filmación en el viejo Cinemascope de nuestra mocedad, y alaba los números musicales que rinden tan buen homenaje a los tiempos de oro de Fred Astaire, Gingers Rogers, Gene Kelly, y Cyd Charrisse.
Pero tiene un reparo. Lo que esos actores han dicho de Nicaragua. Bueno, le respondo, tal vez no sea políticamente correcto lo de subdesarrollado, o algo desarrollado, cuando el lenguaje de los organismos internacionales exige hoy en día decir “país en vías de desarrollo”; pero el personaje no iba a salir con “pensábamos ir a Nicaragua, un país en vías de desarrollo”, para que el otro le responda: “¿Cuánto ha mejorado su producto interno bruto en los últimos años?”.
Él no acepta de ninguna manera lo de subdesarrollado. Le parece ofensivo. Lo contradigo. ¿Qué diablos importa en un musical el crecimiento de la economía en Nicaragua, y si beneficia a todo el mundo o solo a unos pocos, si el número de pobres solo disminuye fracciones de puntos en las estadísticas, mientras crece el número de los privilegiados?
Me alega que la película está siendo vista por millones de personas en el mundo, y también se pone a Nicaragua como un país inseguro, lo cual destruye en instantes los loables esfuerzos del gobierno, las cámaras de turismo, las operadores de tours y las agencias de viajes, de vender la imagen de Nicaragua como un país que se puede visitar con toda confianza, dueño del índice más bajo de criminalidad en América Latina, y donde se puede andar por las calles, de día y de noche, sin el peligro de ser asaltado y asesinado.
Mi amigo, además de exitoso empresario, es buen cineasta y, como se ve, partidario del gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional bajo el liderazgo del comandante Ortega. Echa la culpa a quien dirigió y escribió la película. Damien Chazelle. ¿Cómo se le ocurrió escribir esas líneas innecesarias y perjudiciales? Sin duda tiene algo contra del país de Rubén Darío y de Sandino. ¿Por qué no fue a escoger Guatemala, Honduras o El Salvador, países realmente peligrosos, donde las bandas de narcotraficantes y las pandillas andan sueltas?
Y me cita la revista Rough Guides, de Inglaterra, que ha incluido a Nicaragua en el puesto número seis de la lista de los diez destinos turísticos a visitar en 2017, allí donde el único otro país latinoamericano es Bolivia, y los demás son la India, Escocia, Canadá, Portugal, Finlandia, Namibia, Taiwán y Uganda.
No quiero insolentarlo más recordándole que Uganda no es ningún modelo de democracia y seguridad. Fue el reino tenebroso de Idi Amín, quien guardaba en su congelador los cuerpos descuartizados de sus enemigos para comérselos. Ahora está gobernada por el antiguo jefe guerrillero Yoweri Museveni, convertido en nuevo dictador, y quien lleva ya treinta años seguidos en el poder.
Para consolarlo, le comento, en cambio, que seguramente Chazelle no sabe ni siquiera dónde está Nicaragua, y debe haber buscado al azar el nombre de un país latinoamericano para esa conversación de relleno en la película. Los guionistas a veces se informan poco, y le pongo como ejemplo la referencia sobre Colombia hecha en el capítulo 22 de la tercera temporada de la serie House of Card.
Frank Underwood, tan siniestro como Macbeth, a esas alturas de la serie vicepresidente de Estados Unidos, busca librar de un escándalo sexual a su esposa Claire, tan despiadada como lady Macbeth, y para eso se necesita salvar de la pena de muerte a un activista colombiano de derechos humanos, acusado de traición por colaborar con la guerrilla. Según el guión, se trata de una venganza, al haber denunciado las atrocidades cometidas por el gobierno en el tapón del Darién.
Pero aquí el guionista a quien tocó escribir este capítulo peca de ignorancia, pues en Colombia la pena de muerte fue abolida desde hace más de un siglo. Tendría que haber elegido Guatemala, o Cuba, los dos únicos países de América Latina donde aún sobrevive en las leyes penales la pena capital. Como en Estados Unidos.
Mis argumentos no convencen a mi amigo, quien se propone escribir en la prensa local un artículo en contra de La La Land, a pesar de que tanto le ha gustado. “No somos ni subdesarrollados, ni algo subdesarrollados, ni mucho menos un país inseguro”, me dice. “Algún vendepatria con vínculos en Hollywood le metió en la cabeza al realizador del filme perjudicar al país. Deben ser esos mismos que andan cabildeando para que se aprueba la Nica Act en el Congreso de Estados Unidos y así dejar a Nicaragua en la lista negra de los países dictatoriales, y también gestionan en la Casa Blanca para que Trump destruya con un solo tweet todo el progreso logrado en estos años”.
Cuelga el teléfono, aún indignado, y yo vuelvo a mi novela.
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La entrada Nicaragua en La La Land aparece primero en Noticias Diarias de Venezuela.
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glpzmza · 7 years
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5/5
Ok, brevemente: La La Land fue la mejor película del 2016. Tan hermosa y gloriosa como dolorosa. Clásico instantáneo a primera vista. Merece cada oscar que pueda ganar. Desde el primer momento, durante ese extenso plano secuencia en aquel tráfico donde desearíamos quedar atrapados, sabes que estas viendo algo irrepetible (no dejo de disfrutarla menos al recordar el embotellamiento escenificado por Godard en "Weekend") y esa sensación se mantiene hasta su catártico final.
Ahora, extensamente:
"La La Land" revisa la historia del cine y ofrece su aporte. Damien Chazelle ha hecho un trabajo estupendo que no funciona como un mero vehículo de nostalgia, sino también rescata la fuerza y efectividad de un género cinematográfico vapuleado que exige reivindicarse cada cierto tiempo. "La La Land" pudo haber sido un sonoro fracaso al mejor estilo de "One From The Heart" (Coppola, 1982),  pero se trata de un festín visual que sin embargo no opaca el desarrollo y profundidad de sus personajes protagonistas (también contribuye la química que Emma Stone y Ryan Gosling emanan juntos). A su vez es admirable que sea una heredera de los musicales franceses de Jacques Demy (la euforia de "Les Demoiselles de Rochefort" combinada con la tristeza de "Les Parapluies de Cherbourg") al mismo tiempo que los musicales clásicos de la Metro y RKO (aunque no tan excelentes bailarines, Ryan y Emma son estrellas hollywoodenses tan deslumbrantes como Fred Astaire y Ginger Rogers), o de Vincente Minnelli (la mayoría apuntará  "Singin' In The Rain" como el mayor referente, pero la principal deuda es con "An American In Paris"; y para mayor muestra la extensa secuencia del final alternativo fantástico evoca la esencia del ballet de 15 minutos del clásico de Minnelli) y todo esto sin dejar de responder al espíritu de su época.
No hay que dejarse engañar por su paleta colorida y sus vistosas viñetas, porque es el tipo de escapismo que luego te desarma. Tampoco hay que confundir su nostalgia con un gimmick. Para los jóvenes "La La Land" no existe para que se identifiquen con las películas que vieron durante tu infancia, sino para que descubran las que existieron mucho antes de ellos. La historia de Mia y Sebastian no es finalmente la de su amor, sino sobre el esfuerzo por alcanzar sus sueños imposibles sin dejarlos perecer en el intento (esos sueños que han cantado los musicales desde siempre) y como estos muchas veces revelan un camino individual que rara vez puede compartirse con la persona más querida. Entre los grandes amantes el timing correcto es una quimera. No podemos apostar por el otro, hasta no habernos ganado a nosotros mismos. Por otro lado "La La Land" es el tipo de película con el cual todos los jóvenes (millenials, sí) nos identificaremos, ya que pertenecemos a esa generación convencida de que nuestros sueños deben cumplirse porque haremos lo necesario para lograrlo. También somos los mismos que no alcanzamos a comprender el amor hasta no haber pactado con su pérdida. ¿A quién no le ha dolido un reencuentro imaginando luego otras circunstancias para un final distinto? Solo el arte puede crear por un instante todos los posibles finales que no pudieron ser. "La La land" es también una postura frente a eso.
"La La Land" le da voz a la canción que cada corazón roto lleva consigo y un aliento todos esos tontos que sueñan en grande, aunque desde afuera parezcan metas por encima de sus posibilidades. Puede que no ofrezca nada "nuevo" (¿significa algo esa palabra hoy en día?), ni un contenido político-social relevante para los tiempos convulsos que vivimos (¿no fue durante la Gran Depresion cuando los musicales se hicieron más necesarios para sobrellevar mejor el horror?), pero lo que muestra es todo aquello que no debe ser olvidado por la historia del cine. Recientemente Scorsese decía que la gente joven no entiende el cine, y en ese sentido nuevas generaciones de espectadores (y cineastas) se acercan a este sin sentirse verdaderamente apasionados por lo que significa realmente apreciar una película y valorar un legado. Al igual que Sebastian en su intento de "no dejar morir al jazz", creo que Chazelle ha hecho una película que responde directamente a la preocupación planteada por Scorsese: comprende el medio y lo domina, respeta su tradición y hace que el cine hollywoodense se sienta grande de nuevo, al menos por un último baile.
PD: Cualquier duda que alguien tenga sobre el talento de Emma Stone, debe pensárselo dos veces después de ver "La La Land". La película le pertenece en cada escena donde aparece y el momento cumbre, su canción durante la audición, la convierten en una digna candidata al oscar en Mejor Actriz.
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