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#El gato del rabino
lisystrata · 8 months
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"El Golem" by Jorge Luis Borges
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Si (como afirma el griego en el Cratilo) el nombre es arquetipo de la cosa en las letras de 'rosa' está la rosa y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales, habrá un terrible Nombre, que la esencia cifre de Dios y que la Omnipotencia guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron en el Jardín. La herrumbre del pecado (dicen los cabalistas) lo ha borrado y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre no tienen fin. Sabemos que hubo un día en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga sombra insinúan en la vaga historia, aún está verde y viva la memoria de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe, Judá León se dio a permutaciones de letras y a complejas variaciones y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio, sobre un muñeco que con torpes manos labró, para enseñarle los arcanos de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos párpados y vio formas y colores que no entendió, perdidos en rumores y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros) aprisionado en esta red sonora de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora, Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen a la vasta criatura apodó Golem; estas verdades las refiere Scholem en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo "esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga." y logró, al cabo de años, que el perverso barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía o en la articulación del Sacro Nombre; a pesar de tan alta hechicería, no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro y harto menos de perro que de cosa, seguían al rabí por la dudosa penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem, ya que a su paso el gato del rabino se escondía. (Ese gato no está en Scholem pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales, las devociones de su Dios copiaba o, estúpido y sonriente, se ahuecaba en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo) 'pude engendrar este penoso hijo y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana madeja que en lo eterno se devana, di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga, en su Golem los ojos detenía. ¿Quién nos dirá las cosas que sentía Dios, al mirar a su rabino en Praga?
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bomberoesmipasion · 3 years
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El gato del rabino.
Joann Sfar
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librosclases · 3 years
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El golem- Borges
Si (como afirma el griego en el Cratilo) el nombre es arquetipo de la cosa en las letras de 'rosa' está la rosa y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'. Y, hecho de consonantes y vocales, habrá un terrible Nombre, que la esencia cifre de Dios y que la Omnipotencia guarde en letras y sílabas cabales. Adán y las estrellas lo supieron en el Jardín. La herrumbre del pecado (dicen los cabalistas) lo ha borrado y las generaciones lo perdieron. Los artificios y el candor del hombre no tienen fin. Sabemos que hubo un día en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre en las vigilias de la judería. No a la manera de otras que una vaga sombra insinúan en la vaga historia, aún está verde y viva la memoria de Judá León, que era rabino en Praga. Sediento de saber lo que Dios sabe, Judá León se dio a permutaciones de letras y a complejas variaciones y al fin pronunció el Nombre que es la Clave, la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio, sobre un muñeco que con torpes manos labró, para enseñarle los arcanos de las Letras, del Tiempo y del Espacio. El simulacro alzó los soñolientos párpados y vio formas y colores que no entendió, perdidos en rumores y ensayó temerosos movimientos. Gradualmente se vio (como nosotros) aprisionado en esta red sonora de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora, Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros. (El cabalista que ofició de numen a la vasta criatura apodó Golem; estas verdades las refiere Scholem en un docto lugar de su volumen.) El rabí le explicaba el universo "esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga." y logró, al cabo de años, que el perverso barriera bien o mal la sinagoga. Tal vez hubo un error en la grafía o en la articulación del Sacro Nombre; a pesar de tan alta hechicería, no aprendió a hablar el aprendiz de hombre. Sus ojos, menos de hombre que de perro y harto menos de perro que de cosa, seguían al rabí por la dudosa penumbra de las piezas del encierro. Algo anormal y tosco hubo en el Golem, ya que a su paso el gato del rabino se escondía. (Ese gato no está en Scholem pero, a través del tiempo, lo adivino.) Elevando a su Dios manos filiales, las devociones de su Dios copiaba o, estúpido y sonriente, se ahuecaba en cóncavas zalemas orientales. El rabí lo miraba con ternura y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo) 'pude engendrar este penoso hijo y la inacción dejé, que es la cordura?' '¿Por qué di en agregar a la infinita serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana madeja que en lo eterno se devana, di otra causa, otro efecto y otra cuita?' En la hora de angustia y de luz vaga, en su Golem los ojos detenía. ¿Quién nos dirá las cosas que sentía Dios, al mirar a su rabino en Praga?
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sem-piterno · 3 years
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La muerte y la brújula
Jorge Luis Borges (1899–1986) (Artificios, 1944; Ficciones, 1944)
A Mandie Molina Vedia
De los muchos problemas que ejercitaron la temeraria perspicacia de Lönnrot, ninguno tan extraño —tan rigurosamente extraño, diremos— como la periódica serie de hechos de sangre que culminaron en la quinta de Triste-le-Roy, entre el interminable olor de los eucaliptos. Es verdad que Erik Lönnrot no logró impedir el último crimen, pero es indiscutible que lo previó. Tampoco adivinó la identidad del infausto asesino de Yarmolinsky, pero sí la secreta morfología de la malvada serie y la participación de Red Scharlach, cuyo segundo apodo es Scharlach el Dandy. Ese criminal (como tantos) había jurado por su honor la muerte de Lönnrot, pero éste nunca se dejó intimidar. Lönnrot se creía un puro razonador, un Auguste Dupin, pero algo de aventurero había en él y hasta de tahur.          El primer crimen ocurrió en el Hôtel du Nord, ese alto prisma que domina el estuario cuyas aguas tienen el color del desierto. A esa torre (que muy notoriamente reúne la aborrecida blancura de un sanatorio, la numerada divisibilidad de una cárcel y la apariencia general de una casa mala) arribó el día tres de diciembre el delegado de Podólsk al Tercer Congreso Talmúdico, doctor Marcelo Yarmolinsky, hombre de barba gris y ojos grises. Nunca sabremos si el Hôtel du Nord le agradó: lo aceptó con la antigua resignación que le había permitido tolerar tres años de guerra en los Cárpatos y tres mil años de opresión y de pogroms. Le dieron un dormitorio en el piso R, frente a la suite que no sin esplendor ocupaba el Tetraca de Galilea. Yarmolinsky cenó, postergó para el día siguiente el examen de la desconocida ciudad, ordenó en un placard sus muchos libros y sus muy pocas prendas, y antes de medianoche apagó la luz. (Así lo declaró el chauffeur del Tetrarca, que dormía en la pieza contigua.) El cuatro, a las 11 y 3 minutos A.M., lo llamó por teléfono un redactor de la Yidische Zaitung; el doctor Yarmolinsky no respondió; lo hallaron en su pieza, ya levemente oscura la cara, casi desnudo bajo una gran capa anacrónica. Yacía no lejos de la puerta que daba al corredor; una puñalada profunda le había partido el pecho. Un par de horas después, en el mismo cuarto, entre periodistas, fotógrafos y gendarmes, el comisario Treviranus y Lönnrot debatían con serenidad el problema.          —No hay que buscarle tres pies al gato —decía Treviranus, blandiendo un imperioso cigarro—. Todos sabemos que el Tetrarca de Galilea posee los mejores zafiros del mundo. Alguien, para robarlos, habrá penetrado aquí por error. Yarmolinsky se ha levantado; el ladrón ha tenido que matarlo. ¿Qué le parece?          —Posible, pero no interesante —respondió Lönnrot—. Usted replicará que la realidad no tiene la menor obligación de ser interesante. Yo le replicaré que la realidad puede prescindir de esa obligación, pero no las hipótesis. En la que usted ha improvisado interviene copiosamente el azar. He aquí un rabino muerto; yo preferiría una explicación puramente rabínica, no los imaginarios percances de un imaginario ladrón.          Treviranus repuso con mal humor:          —No me interesan las explicaciones rabínicas; me interesa la captura del hombre que apuñaló a este desconocido.          —No tan desconocido —corrigió Lönnrot —. Aquí están sus obras completas—. Indicó en el placard una fila de altos volúmenes; una Vindicación de la cábala; un Examen de la filosofía de Robert Fludd; una traducción literal del Sepher Yezirah; una Biografía del Baal Shem; una Historia de la secta de los Hasidim; una monografía (en alemán) sobre el Tetragrámaton; otra, sobre la nomenclatura divina del Pentateuco. El comisario los miró con temor, casi con repulsión. Luego, se echó a reír.          —Soy un pobre cristiano —repuso—. Llévese todos esos mamotretos, si quiere; no tengo tiempo que perder en supersticiones judías.          —Quizás este crimen pertenece a la historia de las supersticiones judías —murmuró Lönnrot.          —Como el cristanismo —se atrevió a completar el redactor de la Yidische Zaitung. Era miope, ateo y muy tímido.          Nadie le contestó. Uno de los agentes había
encontrado en la pequeña máquina de escribir una hoja de papel con esta sentencia inconclusa La primera letra del Nombre ha sido articulada.          Lönnrot se abstuvo de sonreír. Bruscamente bibliófilo o hebraísta, ordenó que le hicieran un paquete con los libros del muerto y los llevó a su departamento. Indiferente a la investigación policial, se dedicó a estudiarlos. Un libro en octavo mayor le reveló las enseñanzas de Israel Baal Shem Tobh, fundador de la secta de los Piadosos; otro, las virtudes y terrores del Tetragrámaton, que es el inefable Nombre de Dios; otro, la tesis de que Dios tiene un nombre secreto, en el cual está compendiado (como en la esfera de cristal que los persas atribuyen a Alejandro de Macedonia), su noveno atributo, la eternidad, es decir, el conocimiento inmediato de todas las cosas que serán, que son y que han sido en el universo. La tradición enumera noventa y nueve nombres de Dios; los hebraístas atribuyen ese imperfecto número al mágico temor de las cifras pares; los Hasidim razonan que ese hiato señala un centésimo nombre. El Nombre Absoluto.          De esa erudición lo distrajo, a los pocos días, la aparición del redactor de la Yidische Zaitung. Este quería hablar del asesinato; Lönnrot prefirió hablar de los diversos nombres de Dios; el periodista declaró en tres columnas que el investigador Erik Lönnrot se había dedicado a estudiar los nombres de Dios para dar con el nombre del asesino. Lönnrot, habituado a las simplificaciones del periodismo, no se indignó. Uno de esos tenderos que han descubierto que cualquier hombre se resigna a comprar cualquier libro, publicó una edición popular de la Historia de la secta de los Hasidim.          El segundo crimen ocurrió la noche del tres de enero, en el más desamparado y vacío de los huecos suburbios occidentales de la capital. Hacia el amanecer, uno de los gendarmes que vigilan a caballo esas soledades vio en el umbral de una antigua pintorería un hombre emponchado, yacente. El duro rostro estaba como enmascarado de sangre; una puñalada profunda le había rajado el pecho. En la pared, sobre los rombos amarillos y rojos, había unas palabras en tiza. El gendarme las deletreó... Esa tarde, Treviranus y Lönnrot se dirigieron a la remota escena del crimen. A izquierda y derecha del automóvil, la ciudad se desintegraba; crecía el firmamento y ya importaban poco las casas y mucho un horno de ladrillos o un álamo. Llegaron a su pobre destino: un callejón final de tapias rosadas que parecían reflejar de algún modo la desaforada puesta de sol. El muerto ya había sido identificado. Era Daniel Simó Azevedo, hombre de alguna fama en los antiguos arrabales del Norte, que había ascendido de carrero a guapo electoral, para degenerar después en ladrón y hasta en delator. (El singular estilo de su muerte les pareció adecuado: Azevedo era el último representante de una generación de bandidos que sabía el manejo del puñal, pero no del revólver.) Las palabras en tiza eran las siguientes: La segunda letra del Nombre ha sido articulada.          El tercer crimen ocurrió la noche del tres de febrero. Poco antes de la una, el teléfono resonó en la oficina del comisario Treviranus. Con ávido sigilo, habló un hombre de voz gutural; dijo que se llamaba Ginzberg (o Ginsburg), y que estaba dispuesto a comunicar, por una remuneración razonable, los hechos de los dos sacrificios de Azevedo y Yarmolinsky. Una discordia de silbidos y de cornetas ahogó la voz del delator. Después, la comunicación se cortó. Sin rechazar la posibilidad de una broma (al fin, estaban en carnaval), Treviranus indagó que le habían hablado desde el Liverpool House, taberna de la Rue de Toulon —esa calle salobre en la que conviven el cosmorama y la lechería, el burdel y los vendedores de biblias. Treviranus habló con el patrón. Este (Black Finnegan, antiguo criminal irlandés, abrumado y casi anulado por la decencia) le dijo que la última persona que había empleado el teléfono de la casa era un inquilino, un tal Gryphius, que acababa de salir con unos amigos. Treviranus fue enseguida al
Liverpool House. El patrón le comunicó lo siguiente: Hace ocho días, Gryphius había tomado pieza en los altos del bar. Era un hombre de rasgos afilados, de nebulosa barba gris, trajeado pobremente de negro; Finnegan (que destinaba esa habitación a un empleo que Treviranus adivinó) le pidió un alquiler sin duda excesivo; Gryphius inmediatamente pagó la suma estipulada. No salía casi nunca; cenaba y almorzaba en su cuarto; apenas si le conocían la cara en el bar. Esa noche, bajó a telefonear al despacho de Finnegan. Un cupé cerrado se detuvo ante la taberna. El cochero no se movió del pescante; algunos parroquianos recordaron que tenía máscara de oso. Del cupé bajaron dos arlequines; eran de reducida estatura y nadie pudo no observar que estaban muy borrachos. Entre balidos de cornetas, irrumpieron en el escritorio de Finnegan; abrazaron a Gryphius, que pareció reconocerlos, pero que les respondió con frialdad; cambiaron unas palabras en yiddish —él en voz baja, gutural, ellos con las voces falsas, agudas— y subieron a la pieza del fondo. Al cuarto de hora bajaron los tres, muy felices; Gryphius, tambaleante, parecía tan borracho como los otros. Iba, alto y vertiginoso, en el medio, entre los arlequines enmascarados. (Una de las mujeres del bar recordó los losanges amarillos, rojos y verdes.) Dos veces tropezó; dos veces lo sujetaron los arlequines. Rumbo a la dársena inmediata, de agua rectangular, los tres subieron al cupé y desaparecieron. Ya en el estribo del cupé, el último arlequín garabateó una figura obscena y una sentencia en una de las pizarras de la recova.          Treviranus vio la sentencia. Era casi previsible; decía: La última de las letras del Nombre ha sido articulada.          Examinó, después, la piecita de Gryphius—Ginzberg. Había en el suelo una brusca estrella de sangre; en los rincones, restos de cigarrillo de marca húngara; en un armario, un libro en latín —el Philologus hebraeograecus(1739), de Leusden— con varias notas manuscritas. Treviranus lo miró con indignación e hizo buscar a Lönnrot. Este, sin sacarse el sombrero, se puso a leer, mientras el comisario interrogaba a los contradictorios testigos del secuestro posible. A las cuatro salieron. En la torcida Rue de Toulon, cuando pisaban las serpentinas muertas del alba, Treviranus dijo:          —¿Y si la historia de esta noche fuera un simulacro?          Erik Lönnrot sonrió y le leyó con toda gravedad un pasaje (que estaba subrayado) de la disertación trigésima tercera del Philologus: Dies Judaeorum incipit a solis occasu usque ad solis occasum diei sequentis. Esto quiere decir —agregó—, El día hebreo empieza al anochecer y dura hasta el siguiente anochecer.          El otro ensayó una ironía.          —¿Ese dato es el más valioso que usted ha recogido esta noche?          —No. Más valiosa es una palabra que dijo Ginzberg.          Los diarios de la tarde no descuidaron esas desapariciones periódicas. La Cruz de la Espada las contrastó con la admirable disciplina y el orden del último Congreso Eremítico; Erns Palast, en El Mártir, reprobó “las demoras intolerables de un pogrom clandestino y frugal, que ha necesitado tres meses para liquidar tres judíos”; la Yidische Zaitung rechazó la hipótesis horrorosa de un complot antisemita, “aunque muchos espíritus penetrantes no admiten otra solución del triple misterio”; el más ilustre de los pistoleros del Sur, Dandy Red Scharlach, juró que en su distrito nunca se producirían crímenes de ésos y acusó de culpable negligencia al comisario Franz Treviranus.          Este recibió, la noche del primero de marzo, un imponente sobre sellado. Lo abrió: el sobre contenía una carta firmada Baruj Spinoza y un minucioso plano de la ciudad, arrancado notoriamente de un Baedeker. La carta profetizaba que el tres de marzo no habría un cuarto crimen, pues la pinturería del Oeste, la taberna de la Rue de Toulon y el Hôtel du Nord eran “los vértices perfectos de un triángulo equilátero y místico”; el plano demostraba en tinta roja la regularidad de ese triángulo. Treviranus leyó con resignación ese argumento more
geometrico y mandó la carta y el plano a casa de Lönnrot, indiscutible merecedor de tales locuras.          Erik Lönnrot las estudió. Los tres lugares, en efecto, eran equidistantes. Simetría en el tiempo (3 de diciembre, 3 de enero, 3 de febrero); simetría en el espacio también... Sintió, de pronto, que estaba por descifrar el misterio. Un compás y una brújula completaron esa brusca intuición. Sonrió, pronunció la palabra Tetragrámaton (de adquisición reciente) y llamó por teléfono al comisario. Le dijo:          —Gracias por ese triángulo equilátero que usted anoche me mandó. Me ha permitido resolver el problema. Mañana viernes los criminales estarán en la cárcel; podemos estar muy tranquilos.          —Entonces, ¿no planean un cuarto crimen?          —Precisamente, porque planean un cuarto crimen, podemos estar muy tranquilos.          —Lönnrot colgó el tubo. Una hora después, viajaba en un tren de los Ferrocarriles Australes, rumbo a la quinta abandonada de Triste-le-Roy. Al sur de la ciudad de mi cuento fluye un ciego riachuelo de aguas barrosas, infamado de curtiembres y de basuras. Del otro lado hay un suburbio donde, al amparo de un caudillo barcelonés, medran los pistoleros. Lönnrot sonrió al pensar que el más afamado —Red Scharlach— hubiera dado cualquier cosa por conocer su clandestina visita. Azevedo fue compañero de Scharlach; Lönnrot consideró la remota posibilidad de que la cuarta víctima fuera Scharlach. Después, la desechó... Virtualmente, había descifrado el problema; las meras circunstancias, la realidad (nombres, arrestos, caras, trámites judiciales y carcelarios) apenas le interesaban ahora. Quería pasear, quería descansar de tres meses de sedentaria investigación. Reflexionó que la explicación de los crímenes estaba en un triángulo anónimo y en una polvorienta palabra griega. El misterio casi le pareció cristalino; se abochornó de haberle dedicado cien días.          El tren paró en una silenciosa estación de cargas. Lönnrot bajó. El aire de la turbia llanura era húmedo y frío. Lönnrot echó a andar por el campo. Vio perros, vio un furgón en una vía muerta, vio el horizonte, vio un caballo plateado que bebía del agua crapulosa de un charco. Oscurecía cuando vio el mirador rectangular de la quinta de Triste-le-Roy, casi tan alto como los negros eucaliptos que lo rodeaban. Pensó que apenas un amanecer y un ocaso (un viejo resplandor en el oriente y otro en el occidente) lo separaban de la hora anhelada por los buscadores del Nombre.          Una herrumbrada verja definía el perímetro irregular de la quinta. El portón principal estaba cerrado. Lönnrot, sin mucha esperanza de entrar, dio toda la vuelta. De nuevo ante el porton infranqueable, metió la mano entre los barrotes, casi maquinalmente, y dio con el pasador. El chirrido del hierro lo sorprendió. Con una pasividad laboriosa, el portón entero cedió.          Lönnrot avanzó entre los eucaliptos, pisando confundidas generaciones de rotas hojas rígidas. Vista de cerca, la casa de la quinta de Triste-le-Roy abundaba en inútiles simetrías y en repeticiones maniáticas: a una Diana glacial en un nicho lóbrego correspondía en un segundo nicho otra Diana; un balcón se reflejaba en otro balcón; dobles escalinatas se abrían en doble balaustrada. Lönnrot rodeó la casa como había rodeado la quinta. Todo lo examinó: bajo el nivel de la terraza vio una estrecha persiana.          La empujó: unos pocos escalones de mármol descendían a un sotano. Lönnrot, que ya intuía las preferencias del arquitecto, adivino que en el opuesto muro del sótano había otros escalones. Los encontró, subió, alzó las manos y abrió la trampa de salida.          Un resplandor lo guió a una ventana. La abrió: una luna amarilla y circular definía en el triste jardín dos fuentes cegadas. Lönnrot exploró la casa. Por ante comedores y galerías salió a patios iguales y repetidas veces al mismo patio. Subió por escaleras polvorientas a antecámaras circulares; infinitamente se multiplicó en espejos opuestos; se cansó de abrir o entreabrir ventanas que le revelaban, afuera, el mismo desolado
jardín desde varias alturas y varios ángulos; adentro, muebles con fundas amarillas y arañas embaladas en tarlatán. un dormitorio lo detuvo; en ese dormitorio, una sola flor en una copa de porcelana; al primer roce los pétalos antiguos se deshicieron. En el segundo piso, en el último, la casa le pareció infinita y creciente. La casa no es tan grande, pensó. La agrandan la penumbra, la simetría, los espejos, los muchos años, mi desconocimiento, la soledad.          Por una escalera espiral llegó al mirador. La luna de esa tarde atravesaba los losanges de las ventanas; eran amarillos, rojos y verdes. Lo detuvo un recuerdo asombrado y vertiginoso. Dos hombres de pequeña estatura, feroces y fornidos, se arrojaron sobre él y lo desarmaron; otro, muy alto, lo saludó con gravedad y le dijo:          —Usted es muy amable. Nos ha ahorrado una noche y un día.          Era Red Scharlach. Los hombres maniataron a Lönnrot. Este, al fin, encontró su voz.          —Scharlach, ¿usted busca el Nombre Secreto?          Scharlach seguía de pie, indiferente. No había participado en la breve lucha, apenas si alargó la mano para recibir el revólver de Lönnrot. Habló; Lönnrot oyó en su voz una fatigada victoria, un odio del tamaño del universo, una tristeza no menor que aquel odio.          —No —dijo Scharlach—. Busco algo más efímero y deleznable, busco a Erik Lönnrot. Hace tres años, en un garito de la Rue de Toulon, usted mismo arrestó e hizo encarcelar a mi hermano. En un cupé, mis hombres me sacaron del tiroteo con una bala policial en el vientre. Nueve días y nueve noches agonicé en esta desolada quinta simétrica; me arrasaba la fiebre, el odioso Jano bifronte que mira los ocasos y las auroras daban horror a mi ensueño y a mi vigilia. Llegué a abominar de mi cuerpo, llegué a sentir que dos ojos, dos manos, dos pulmones, son tan mostruosos como dos caras. Un irlandés trató de convertirme a la fe de Jesús; me repetía la sentencia de los goim: Todos los caminos llevan a Roma. De noche, mi delirio se alimentaba de esa metáfora: yo sentía que el mundo es un laberinto, del cual era imposible huir, pues todos los caminos, aunque fingieran ir al Norte o al Sur, iban realmente a Roma, que era también la cárcel cuadrangular donde agonizaba mi hermano y la quinta de Triste-le-Roy. En esas noches yo juré por el dios que ve con dos caras y por todos los dioses de la fiebre y de los espejos tejer un laberinto en torno del hombre que había encarcelado a mi hermano. Lo he tejido y es firme: los materiales son un heresiólogo muerto, una brújula, una secta del siglo XVIII, una palabra griega, un puñal, los rombos de una pinturería.          El primer término de la serie me fue dado por el azar. Yo había tramado con algunos colegas —entre ellos, Daniel Azevedo— el robo de los zafiros del Tetrarca. Azevedo nos traicionó: se emborrachó con el dinero que le habíamos adelantado y acometió la empresa el día antes. En el enorme hotel se perdió; hacia las dos de la madrugada irrumpió en el dormitorio de Yarmolinsky. Este, acosado por el insomio, se había puesto a escribir. Verosímilmente, redactaba unas notas o un artículo sobre el Nombre de Dios; había escrito ya las palabras La primera letra del Nombre ha sido articulada. Azevedo le intimó silencio; Yarmolinsky alargó la mano hacia el timbre que despertaría todas las fuerzas del hotel; Azevedo le dio una sola puñalada en el pecho.Fue casi un movimiento reflejo; medio siglo de violencia le había enseñado que lo más fácil y seguro es matar... A los diez días yo supe por la Yidische Zaitung que usted buscaba en los escritos de Yarmolinsky la clave de la muerte de Yarmolinsky. Leí la Historia de la secta de los Hasidim; supe que el miedo reverente de pronunciar el Nombre de Dios había originado la doctrina de que ese Nombre es todopoderoso y recóndito. Supe que algunos Hasidim, en busca de ese Nombre secreto, habían llegado a cometer sacrificios humanos... Comprendí que usted conjeturaba que los Hasidim habían sacrificado al rabino; me dediqué a justificar esa conjetura.          Marcelo Yarmolinsky murió la
noche del tres de diciembre; para el segundo “sacrificio” elegí la del tres de enero. Muró en el Norte; para el segundo “sacrificio” nos convenía un lugar del Oeste. Daniel Azevedo fue la víctima necesaria. Merecía la muerte: era un impulsivo, un traidor; su captura podía aniquilar todo el plan. Uno de los nuestros lo apuñaló; para vincular su cadáver al anterior, yo escribí encima de los rombos de la pinturería La segunda letra del Nombre ha sido articulada.          El tercer “crimen” se produjo el tres de febrero. Fue, como Treviranus adivinó, un mero simulacro. Gryphius-Ginzberg-Ginsburg soy yo; una semana interminable sobrellevé (suplementado por una tenua barba postiza) en ese perverso cubículo de la Rue de Toulon, hasta que los amigos me secuestraron. Desde el estribo del cupé, uno de ellos escribió en un pilar La última de las letras del Nombre ha sido articulada. Esa escritura divulgó que la serie de crímenes era triple. Así lo entendió el público; yo, sin embargo, intercalé repetidos indicios para que usted, el razonador Erik Lönnrot, comprendiera que es cuádruple. Un prodigio en el Norte, otros en el Este y en el Oeste, reclaman un cuarto prodigio en el Sur; el Tetragrámaton —el nombre de Dios, JHVH— consta de cuatroletras; los arlequines y la muestra del pinturero sugieren cuatro términos. Yo subrayé cierto pasaje en el manual de Leusden: ese pasaje manifiesta que los hebreos computaban el día de ocaso a ocaso; ese pasaje da a entender que las muertes ocurrieron el cuatro de cada mes. Yo mandé el triángulo equilátero a Treviranus. Yo presentí que usted agregaría el punto que falta. El punto que determina un rombo perfecto, el punto que prefija el lugar donde una exacta muerte lo espera. Todo lo he premeditado, Erik Lönnrot, para atraerlo a usted a las soledades de Triste-le-Roy.          Lönnrot evitó los ojos de Scharlach. Miró los árboles y el cielo subdivididos en rombos turbiamente amarillos, verdes y rojos. Sintió un poco de frío y una tristeza impersonal, casi anónima. Ya era de noche; desde el polvoriento jardín subió el grito inútil de un pájaro. Lönnrot consideró por última vez el problema de las muertes simétricas y periódicas.          —En su laberinto sobran tres líneas —dijo por fin—. Yo sé de un laberinto griego que es una línea única, recta. En esa línea se han perdido tantos filósofos que bien puede perderse un mero detective. Scharlach, cuando en otro avatar usted me dé caza, finja (o cometa) un crimen en A, luego un segundo crimen en B, en 8 kilómetros de A, luego un tercer crimen en C, a 4 kilómetros de A y de B, a mitad de camino entre los dos. Aguárdeme después en D, a 2 kilómetros de A y de C, de nuevo a mitad de camino. Máteme en D, como ahora va a matarme en Triste-le-Roy.          Para la otra vez que lo mate —replicó Scharlach—, le prometo ese laberinto, que consta de una sola línea recta y que es indivisible, incesante.          Retrocedió unos pasos. Después, muy cuidadosamente, hizo fuego.
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marga-manso · 4 years
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los OCs de @goldenliartrash​​  💙
La patrulla millenial
Son un poco cuadro pero como son los novatos, en el Ministerio les tienen mucho cariño :))
Diego tiene oficialmente adoptadas™ a las chicas y a Javier
starring
Nicolás Levi
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Nació allá por el 89, menos novatillo que sus amigos porque lleva en el Ministerio aprox. desde el 2011 
Es Millenial Honorífico™ aka quiere ser millenial pero no le dejan :(
Trabaja en el archivo del Ministerio y con los ingenieros de las puertas
Desciende del rabino Levi aka el señor que escribió el Libro de las Puertas para quien no se acuerde
Tiene una trama bien chula con distintas líneas temporales incluidas de la que tampoco me voy a poner a hablar en profundidad porque 1) en esta casa no hacemos spoilers de los fics de nuestras amigas y 2) sinceramente es que me pierdo con tanta fecha lo siento
A causa de esta trama le dan 3 jaris cada vez que cruza una puerta, el pobrecito mío
Vamos a dejarlo en que el Ministerio le tiene muy vigilado
Amiguito de Marga porque ambos son un desastre semidepresivo con 0 respeto por los roles de género y que esconden sus sentimientos yéndose de fiesta
Si le hacéis elegir entre Diego y Pacino se pone a llorar
en esta casa le shipeamos con pacino
Protesta cada vez que le dejan de canguro de Diego pero en el fondo le gusta
No sabe ligar sin insultar a su crush
Tiene una hermanita pequeña que se llama Levanna, es monísima y la puta ama, todos la queremos mucho
“yo no fui a la universidad pa esto”
“F”
“eso es lo que hago, bebo y sé cosas”
Eva Menéndez
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También millenial. Me parece que era del 92 pero ya me lío con tanta fecha
Tienen que reclutarla para que no se le vaya la lengua después de que se líe mucho allá por el 2017
Por Velázquez ma-ta
Le enseña a decir spill the tea y a Salvador casi le da una embolia al oírselo decir a Diego en medio de una reunión
Le gustan MUCHO los gatos
Su sueño en la vida es estamparle una silla en la cabeza a Spínola cuando empieza a soltar chorradas por la boca
En el Ministerio se dan cuenta de que sabe cazar y tiene buena puntería así que la entrenan con armas de tiro y se convierte en el “soldado” de la patrulla.
Javier no le perdona que cazase,,, animales,,, se pone triste :(
A veces entrena con Lesba, a veces entrena con Alonso, y siempre se pone las mallas deportivas que le marcan el culo. Por si acaso
Felipe IV es muy fan suyo
mierda casi se me olvida hablar de Felipe IV
“El perreo hasta el suelo y la autoestima hasta el cielo”
Si la hacéis elegir entre Alonso y Elena os pega una paliza
Empezó haciéndole ojitos a Alonso, después conoció a Elena *insertar mini gay panic aquí* y en algún momento terminan los tres juntos.
No sé lo que ocurre ahí pero 0 quejas porque son monísimos y muy cuadro y muy goals, para más información ahí tenéis a @goldenliartrash​
Ruiz
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Otra millenial pero no me preguntéis cuándo nació F
La llaman por el apellido igual que al doctor House, pero ojo con las bromas :/
Estudia medicina pero tiene un chanchullo con el Ministerio para que le dejen hacer las prácticas con ellos, aparece un par de veces en mi fic en la t2 aka 2016
Es la sobrina del doctor Vargas aka aquel médico del Ministerio que en plena epidemia de Gripe Española intentó hacer negocio y terminó en el castillo de Huesca :)
Asusta un poco a sus amigos porque nadie entiende cómo hace para sacar la carrera y trabajar en el Ministerio al mismo tiempo
Asusta un poco a sus amigos porque se emociona cuando algún agente vuelve al Ministerio con heridas grotescas
La patrulla millenial tiene unas siete neuronas y cuatro son suyas
Los demás morirían sin ella
Es básicamente la “Julián” de su patrulla pero con menos depresión y menos tendencias autodestructivas
Javier le hace las chorradas de la facultad aka los míticos powerpoints que son inútiles pero que te llevan media tarde
A cambio ella le deja acoplarse para robar el wifi del campus y ligar con sus compañeros de clase
Probablemente la que más se emociona cuando Eva empezó a salir con sus crushes porque ya no tiene que aguantar sus desvaríos a las cuatro de la mañana
Cuando llega al Ministerio después de las clases lo primero que hace es sentarse con Diego en la cafetería para cotillear sobre la gente de su clase, radiopatio who?
“Soy médico de personas”
Javier Jiménez Torquemada ?????
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Otro que no sé cuándo nació, preguntadle a Ernesto
En la serie no aparece tanto como nos gustaría pero en el fic le “reclutan” allá por la t3 aka 2017
No sé cómo pero el personaje ha evolucionado de youtuber a youtuber y hacker... El chaval entiende de ordenadores, vale?
Se mete donde no debe así que el Ministerio decide contratarle como parte del departamento de Ingeniería para tenerle vigilado
(*queda con Ernesto en un bar, se planta delante de él con un botellín de cerveza en una mano y las 984651 fotocopias de información confidencial que ha conseguido después de hackear el servidor del Ministerio en la otra* “fACTS!!”)
No tengo demasiado claro qué hace aparte de hackear lo que no debe, controlar las redes para que nadie descubra la existencia del Ministerio y grabar a todo Dios por los pasillos
Termina juntándose con las chicas y formando su propia patrulla porque es un peligro público
Eva y él llaman a Alonso “Íñigo Montoya” en vez de Alatriste
Le gusta mucho Eurovisión y chilla cada vez que le dan 0 points a España
Probablemente en algún momento le ha hecho una fancam a Irene porque la quiere mucho
También hace memes de Torquemada, no todos son irónicos
(medio departamento de Ingeniería: *haciéndole ojitos al chaval porque es guapete*
ernesto al fondo: *kill bill mode activated*)
Eva, Javier y Ruiz, en ese mismo orden, representación gráfica:
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LOPILLO
aka Lopito y Felipe
Son monísimos les amo
Dos (2) años después sigo sin saber de dónde han salido pero sON MIS HIJOS
Vienen del 1623 y se escapan al Ministerio del presente para stanear a Lorca, incordiar un poco a Diego, robar sudaderas y ser soft juntitos
Tienen una dinámica parecida a Federico y Julián en el sentido de que tienen sueños el uno sobre el otro, aunque son de la misma época
Shipean MUCHÍSIMO a Federico y a Julián
Creo que sólo han aparecido una vez en mi fic pero por favor id a leer los de @goldenliartrash​ que son geniales :((
Lopito aka Lope de Vega Carpio (jr)
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Uno de los 899864351356464351354684 hijos de Lope, su madre es actriz
Es un cacho pan :(( Merece todo lo bueno de este mundo
Se lleva mal con su padre, quien le encierra por “díscolo” pero en verdad es para que no se escape a la corte a ver a Felipe
La primera vez que visitó el Ministerio, el pobre vio a Nicolás con su pelo de 8454 tonos azules y pensó que estaba en el Infierno :(
Al principio empieza siendo bastante tímido pero se le va pasando con el tiempo
Tiene curiosidad por Amelia
MUY fan de Federico
Tan pronto te escribe versos sobre Felipe como se te pone a cantar Safaera a grito pelao aunque no sepa lo que significan la mitad de las palabras
Felipe IV
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Pues... Eso, Felipe IV
No nos preguntéis cómo vamos a hacer para cuadrar el personaje con la t4 porque de verdad que no lo sabemos
Pasea por el Ministerio como Pedro por su casa porque, después de todo, es el Rey™
Habla de sí mismo en tercera persona
Un poco ególatra y un poco niñato pero en cuanto Lopito le echa una mirada de reojo se le bajan los humos
BFF de Diego, aunque el Diego que conoce en su época (1623) no es el mismo que el del Ministerio (1636/37)
Se lleva muy bien con Eva!! 
Adora a Blanquita!! Softísimo con los bebés :)
Tiene... traumas™
Quiere pegarle un sillazo a Lope de Vega
Cuando conoce a Pacino se lía y piensa que es homófobo
F
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visorpentaprisma · 5 years
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Un gatito contestón en "El gato del rabino" de Joann Sfar
Un gatito contestón en “El gato del rabino” de Joann Sfar
¿A quién no le gustan los gatos? Es cierto que algunas personas no los toleran pero eso no significa que no sean, después de los perros, las mascotas favoritas del hombre. Los gatos están por todos lados y cuentan hasta con sus propias estrellas: El gato Félix, Garfield, el gato de Cheshire, el gato con botas, Hello Kitty, Blacksad, etc. Hoy les voy a presentar a un nuevo gatito que acabo de…
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El golem.
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
"esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga."
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo)
'pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?'
'¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?'
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
Jorge Luis Borges.
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religiones · 3 years
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¿Quién es/era Lilith? ¿Existe prueba bíblica de ella?
Segun el folclore judío Lilit fue la primer esposa de Adán, expulsada del edén porque durante la cópula no quería estar debajo debido a que ella decía que habían sido creados iguales, de la tierra.Interpretación de Lilit de John CollierYahveh la expulsó del jardín de Edén y creó a otra, mas sumisa, Eva.
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Lilit la primera mujer libre e independiente de la literatura, pasó, según las mitologías escritas por hombres, a ser madre de los demonios y de todas las cosas “repugnantes”. Se cree que la biblia la menciona en Isaías 34:14:פגשו ציים את־איים ושעיר על־רעהו יקרא אך־שם הרגיעה לילית ומצאה לה מנוח׃. En la biblia de de Jerusalén el pasaje se traduce como: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». En la Vulgata לילית se tradujo por Lamia, equivalencia que se conserva en algunas traducciones modernas, como la de Nácar-Colunga: «Y las bestias montesas se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo». Otras versiones, en fin, traducen el término como ‘criatura nocturna’ o ‘lechuza. La Lamia ha servido en la cultura pop y es mencionada en películas como “Drag me to Hell”. ¿En qué versículos de la Biblia aparece Lilith? A mí me parece que más bien aparece en los libros de la tradición judía, es decir, laTora, el Talmud y el Midrash.
Lilith se menciona cuatro veces en el Talmud, aunque en cada uno de estos casos no se le conoce como la esposa de Adán. BT Niddah 24b habla de ella en relación con los fetos anormales y la inmundicia, diciendo: "Si un aborto tenía la semejanza de Lilith, su madre está sucia por causa del nacimiento, porque es un niño, pero tiene alas".
BT Shabat 151b también habla de Lilith, advirtiendo que un hombre no debería dormir solo en una casa para que Lilith no caiga sobre él en su sueño.
Lilith también aparece en Baba Batra 73a-b, donde se describe la aparición de su hijo, y en Erubin 100b, donde los rabinos discuten el pelo largo de Lilith en relación con Eva.
Si bien en la biblia se refiere a ella no se la menciona directamente, por lo que cabe imaginar que fue omitida: en el relato de la Creación de Génesis 1 se habla de la primer pareja, cabe mencionar que habla de Lilit, aunque no se la menciona por nombre, hasta que más adelante, se retoma la creación de la segunda mujer, Eva.
También me parece que más adelante se refieren a ella indirectamente, la Lamia, en el libro de Isaias, no estoy segura.
¿Quién fue Lilith? Cuenta la mitología bíblica que en el quinto día de la creación, al ver Dios la inmensidad del mar, liberó un inmenso suspiro. Al exhalarlo arrojó a Lilith, criatura no contemplada en el plan divino. Adán, a quien es otorgada Lilith como esposa, trata de dominarla en el acto amoroso. En su cólera, Lilith pronuncia el nombre prohibido de Dios. Por ta afrenta es expulsada del paraíso y enviada al Mar Rojo a vivir con los demonios. Desconsolado, Adán ruega a Dios perdón para su compañera. Dios accede a la súplica y envía a tres ángeles por Lilith. Ella, la autoexilada, se rehúsa a regresar.
“Lilith, la Otra Carta De Dios”, por Vicky Nizri, es un ciclo de poemas que anima la Creación a tres voces: Dios, Lilith y Eva. Dios es escrito en mayúsculas, imponente, sólido, temible. Lilith, incólume, atrevida, irreverente, jamás se refiere a Dios con mayúsculas. Eva, titubeante e ingenua, falible y curiosa, husmea la creación en tanto Adán sólo la nombra.
Esta obra arroja luz sobre este personaje que ha permanecido en tinieblas. Lilith, la mujer primera, es también el primer No de la creación. Se explora aquí la naturaleza femenil a través de una ingeniosa coyuntura de palabras donde el lenguaje es insolencia. Lilith intenta revelamos algo. Una fracción de la verdad se ha desnudado en este poema. La Demonia arremete en un campo de batalla contra el olvido. Viene por lo que le pertenece: una imagen meritoria. Lilith, la otra carta de Dios, es un lamento infraccionario. Lenguaje misterioso y estilo descarnado, deliberadamente rudo. Lilith ha sido arrojada al silencio para que la realidad sea nombrada.
"...Este poemario, es la síntesis más precisa de la resonancia del femenino... Es el mito ritualizado donde Eva es penetrada por la mujer primera, para que el hombre recuerde que fue poseído y alivie a Diós de su propio desamparo." (del prólogo de Juan Galván Paulin).
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sharedthings · 6 years
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En el verano del 2012 Hungría se quedaba impactada al saber que Csanád Szegedi dimitía de su cargo como vicepresidente del partido de ultraderecha neofascista Jobbik. El número dos de la tercera fuerza política del país acababa de descubrir que era judío.
Esta es la historia de dos vidas en una, la de un depredador que se convirtió en presa solo cruzando el espejo.
Retrato de Csanád: Jobbik y la Guardia Húngara.
Csanád Szegedi nació el 22 de septiembre de 1982, él mismo explica en el documental sobre su vida Keep Quiet (2016) que su inclinación política ya estaba decidida desde que en el instituto empezó a leer el Hungarian Forum, un panfleto de propaganda antisemita que, por alguna razón, se distribuía en el ambiente escolar. Csanád mira a la cámara explicando esto con la naturalidad de quien dice que tuvo la mala suerte de estar en un mal momento en el lugar equivocado.
Fuese una epifanía o una mala casualidad, su carrera desde aquí es fulgurante. Durante su época universitaria será un miembro activo de las asociaciones de estudiantes de ultraderecha y por fin en 2003 miembro fundador y número dos del partido político Jobbik (abreviatura de Movimiento por una Hungría Mejor), que ha sido definido como un partido neofascista, neonazi, antisemita, antigitano y homófobo.
Entre 2003 y 2007 el partido se centra en alimentar y apoyar a todos los grupos que se opongan al Gobierno, aplicando la regla de «cuanto peor, mejor» y subiendo gradualmente el nivel de violencia, en una jugada maestra de juego sucio político, hasta que todo salta por los aires en los disturbios de Budapest de 2006. Durante septiembre y octubre Hungría vive un ambiente de guerra civil, disturbios callejeros, agresiones, enfrentamientos con la policía… esto abre a Jobbik la ventana de oportunidad para fundar en 2007 la Guardia Húngara.
Después de haber convocado las manifestaciones, de haber estado gritando en medio de las muchedumbres, de defender en debates políticos el derecho de los magiares (el grupo étnico de Europa del Este con quien se identifica a los húngaros) a autodeterminarse y a expulsar de su territorio a cualquier elemento que fuese contra esa idea idílica de patria perfecta, solo les faltaba un ejército. Un elemento marcial que les quitase ese aire de caos, pues necesitaban transmitir confianza mostrando que estaban dispuestos a defender a quienes habían confiado en ellos.
La Guardia Húngara, de carácter militar y fascista, tenía como intención ser el primer paso hacia una guardia nacional, al estilo de las SA de Hitler. Eso sí, en su web oficial define su propósito con un lenguaje administrativo digno de una calificación cum laude: «Reunir y, basándose en objetivos racionales, organizar a los grupos dispersos en defensa de la Patria».
Csanád, impávido, mira de frente y explica que la fundación de la Guardia significaba para Jobbik hacerse con un brazo armado. Crearon una estética atractiva, un uniforme que les hiciese sentir orgullosos y acogieron a todo tipo de grupos violentos, radicales, con antecedentes penales, ultras de fútbol… no había ningún tipo de control. Solo veinticuatro horas después de fundarse oficialmente, la Guardia Húngara ya tenía otros dos mil nuevos reclutamientos.
«Todo lo que los jóvenes querían era poder y fuerza, la Guardia les dio esa sensación de mandar en algo». No hay dolor en el tono sus palabras, ni siquiera pesar, pero sí un leve rencor de quien ha invitado a copas y ahora no tiene permiso de entrar en el bar.  
La Guardia Húngara fue prohibida en el año 2009 por una sentencia del Tribunal de Estrasburgo, al considerarse que sus miembros contribuían a aumentar el clima de antisemitismo y racismo general. Esto no impidió que Csanád, elegido europarlamentario, asistiese a las sesiones en Bruselas con el uniforme de la Guardia.
Es fácil ser arrogante cuando te crees intocable y, visto desde fuera, es aún más fácil confundir arrogancia con valentía. En las elecciones generales de 2010 Jobbik consiguió el 14 % de los votos; nuestro protagonista tenía menos de treinta años y era vicepresidente de un partido de ultraderecha que contaba con casi cincuenta escaños en la Asamblea Nacional.
Era intocable, o casi.
El hombre que sabía demasiado
Zoltán Ambrus se movía en el ambiente de la ultraderecha húngara y había estado en la cárcel por posesión de armas y explosivos. No se sabe bien cómo, consiguió unos documentos, presumiblemente de los archivos de la policía secreta comunista húngara, que demostraban el origen judío de Csanád. Según él mismo confesó después, fue una maniobra de otro partido político contra el poder de Jobbik, él fue solo un ejecutor.
Un ejecutor que sonríe a cámara como una hiena sádica, parece un mal actor interpretando a un psicópata, lo peor es que no es un actor, es un tipo real tremendamente incómodo de mirar. Describe con alegría cruel cómo se citó con Csanád para informarle de lo que había averiguado, puso delante de él los papeles y grabó el momento en el cual le anunciaba que su abuela materna era una superviviente de Auschwitz.
Durante la conversación, que más tarde fue colgada en internet, Csanád parece realmente sorprendido, y le ofrece dinero o un puesto de asesor en Bruselas junto a él con tal de que no enseñe esos documentos en el partido.
Ambrus rechaza el soborno y saborea el momento de ver a aquel tipo completamente desesperado; es lógico pensar que ya estaría bien pagado por quien contrató sus servicios. No era nada personal, solo negocios. Inmediatamente después se va a las oficinas del partido y suelta la bomba.
En un giro digno de una película de Berlanga, el líder de Jobbik le quitó importancia al hecho, incluso se entusiasmó al saberlo: pensaba que así nadie les podría acusar de antisemitas, que tanto Csanád como su abuela, la superviviente, podrían ser un escudo humano perfecto para el partido. No se le pasó por la cabeza que negar el Holocausto y culpar a los judíos y su mentalidad cosmopolita del supuesto expolio al que estaba siendo sometida Hungría ya era suficiente razón para considerar que fomentaban el odio racial.
El resto de los miembros de su partido, más coherentes dentro de su locura, amenazaron a Szegedi con pegarle un tiro en la cabeza.
De repente, era judío.
En este punto del relato Csanád mira de frente a la cámara con la expresión de un gato a punto de ser atropellado, pierde el ritmo y la prestancia que había tenido hasta ese momento en todo el documental para decir que él no esperaba terminar su carrera política tan pronto. La frase es tan inocente y tan ligera que casi da pena, habla como si fuese un atleta extraordinario que se lesiona y no puede volver al deporte.
Después de ese encuentro devastador con Ambrus, de saber que tenía las puertas del partido cerradas y a todo su equipo en contra, va a ver a su abuela, a pedirle explicaciones. Aquel hombre que había defendido la supremacía húngara y negado las matanzas en los campos de concentración, vio por primera vez el número de Auschwitz tatuado en el brazo de aquella anciana. Ella le explicó por qué llevaba tantos años ocultándolo.
De catorce mil judíos en Miskolc, ciudad natal de Csanád, solo volvieron de la guerra ciento cinco; una de ellos era su abuela. Se casó con otro judío superviviente que había perdido a su mujer e hijos en los campos. Al principio todo fue bien, iban a la sinagoga y guardaban todas las costumbres de los judíos ortodoxos, pero en 1950, con el ascenso de los comunistas al poder, un nuevo brote de antisemitismo con ataques violentos se extendió por el país.
Fue en ese punto cuando la familia decidió que no sería nunca más judía, dejaron de ir a la sinagoga, de comer kosher… y el tema se convirtió en un tabú familiar. La madre de Csanád se casó con un húngaro cristiano, y siguió guardando el secreto incluso cuando vio a su hijo radicalizarse cada vez más. O quizá justamente por eso, nunca lo sabremos del todo.
La abuela, ya tan mayor y casi sorda del todo, mantiene el sentido de alerta de quien ha permanecido escondido. Está convencida de que lo que ella vivió volverá a suceder, por eso le dice al nieto, a modo de única explicación, que si eres judío en Hungría debes quedarte callado y quieto, porque todo el mundo los odia y solo espera el momento justo para volver a atacarlos. Los límites del absurdo saltan por los aires cuando el nieto, recién despertado de su dulce sueño fascista, la mira incrédulo y le dice: «¿Volver a suceder? Eso es imposible».
De Csanád a Dovid
Hoy en día la ultraderecha sigue ganando cada vez más terreno en Hungría. El actual primer ministro, Viktor Orbán, a pesar de contar con mayoría absoluta, considera la democracia un estorbo. Por eso ha tomado medidas para limitar la libertad de prensa y ha recortado el poder de la Asamblea Nacional.
Si todo hubiese seguido su curso natural, Csanád estaría orgulloso de formar parte de este giro cada vez más dictatorial del país. En lugar de eso, los días posteriores a la delación buscaba obsesivamente en internet ejemplos de personas a las que les hubiese pasado lo mismo que a él, necesitaba saber qué hacer, porque lo único que pensaba era en suicidarse. Entonces entendió que no le quedaba más remedio que afrontar lo que era, tenía que ser judío.
Cuando el rabino Köves, director de la Congregación Judía Unificada de Hungría, recibió un mensaje de Szegedi en el que este le pedía que lo llamase porque necesitaba hablar con él, pensó que era una trampa o una broma. Csanád tuvo que insistir unas cuantas veces hasta que finalmente se reunieron y hablaron. El rabí cuenta que se encontró con un hombre «en caída libre, que había perdido todos sus amigos y todas sus certezas», y que, aunque Csanád había hecho cosas horribles, sentía la obligación de ayudarlo. Después de discutir acerca de antisemitismo y fe judía, Köves le recomendó estudio y reflexión. Esto incluía no hacer ningún tipo de declaración a los medios, un aislamiento total.
Ahí nació Dovid, como la identidad secreta de un superhéroe.
Dovid estudia hebreo, se hizo circuncidar, guarda el sabbat, come kosher y va a la sinagoga todos los viernes. Viajó a Israel, visitó el monumento en memoria del Holocausto de Yad Vashem y el Muro de las Lamentaciones.
Csanád ha muerto, dice, y Dovid el devoto es su verdadera identidad.
Como quien da una vuelta al objetivo de una cámara a través del que ver el mundo, Csanád Szegedi pasó de mirar alrededor como un fascista húngaro a tener el punto de vista de un judío ortodoxo, pero siempre con el mismo encuadre, el de un fanático.
Él mismo cuenta que el racismo y la violencia se habían convertido para él en una especie de adicción. Comenzó señalando a los gitanos como causa de los males del país, siguió con los judíos, los homosexuales, la quema de banderas de Europa… pasando niveles como en un videojuego. La progresión de su nueva vida, ahora casi ascética, repite el mismo modelo, esta vez con el sentido de urgencia de quien estuvo en el lugar equivocado los últimos treinta años.
Después de esperar un permiso especial dados sus antecedentes, el director de Keep Quiet lleva al judío recién estrenado Dovid a visitar Auschwitz, porque, a pesar de su conversión, del estudio regular con su rabino y de los testimonios, continúa siendo escéptico acerca de la magnitud del Holocausto. En su visita va acompañado por una superviviente que lo lleva directamente a ver los hornos crematorios, y ahí, con una expresión un tanto estúpida, asiente torpemente y dice que sí, que era justo esto lo que necesitaba ver para darse cuenta de que todo era verdad. Por primera vez en la historia, el arrepentido es a la vez el maestro de ceremonias de su propio auto de fe.
¿Cuánto de lo que creemos de nosotros mismos somos de verdad nosotros? ¿Cuánto es fruto del ambiente o del adoctrinamiento? ¿Cuánto del tabú? Dovid quiere mudarse a Israel y entrar de nuevo en política; Csanád, el que se quedó a las puertas del éxito, estaría orgulloso de él. En el fondo, no estaban tan lejos uno del otro.
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temunji · 3 years
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El Golem (Jorge Luis Borges)
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de ‘rosa’ está la rosa
y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
Adán y las estrellas lo supieron
en el Jardín. La herrumbre del pecado
(dicen los cabalistas) lo ha borrado
y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre
no tienen fin. Sabemos que hubo un día
en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre
en las vigilias de la judería.
No a la manera de otras que una vaga
sombra insinúan en la vaga historia,
aún está verde y viva la memoria
de Judá León, que era rabino en Praga.
Sediento de saber lo que Dios sabe,
Judá León se dio a permutaciones
de letras y a complejas variaciones
y al fin pronunció el Nombre que es la Clave,
La Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio,
sobre un muñeco que con torpes manos
labró, para enseñarle los arcanos
de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos
párpados y vio formas y colores
que no entendió, perdidos en rumores
y ensayó temerosos movimientos.
Gradualmente se vio (como nosotros)
aprisionado en esta red sonora
de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora,
Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros.
(El cabalista que ofició de numen
a la vasta criatura apodó Golem;
estas verdades las refiere Scholem
en un docto lugar de su volumen.)
El rabí le explicaba el universo
“esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga.”
y logró, al cabo de años, que el perverso
barriera bien o mal la sinagoga.
Tal vez hubo un error en la grafía
o en la articulación del Sacro Nombre;
a pesar de tan alta hechicería,
no aprendió a hablar el aprendiz de hombre.
Sus ojos, menos de hombre que de perro
y harto menos de perro que de cosa,
seguían al rabí por la dudosa
penumbra de las piezas del encierro.
Algo anormal y tosco hubo en el Golem,
ya que a su paso el gato del rabino
se escondía. (Ese gato no está en Scholem
pero, a través del tiempo, lo adivino.)
Elevando a su Dios manos filiales,
las devociones de su Dios copiaba
o, estúpido y sonriente, se ahuecaba
en cóncavas zalemas orientales.
El rabí lo miraba con ternura
y con algún horror. ‘¿Cómo’ (se dijo)
‘pude engendrar este penoso hijo
y la inacción dejé, que es la cordura?’
‘¿Por qué di en agregar a la infinita
serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana
madeja que en lo eterno se devana,
di otra causa, otro efecto y otra cuita?’
En la hora de angustia y de luz vaga,
en su Golem los ojos detenía.
¿Quién nos dirá las cosas que sentía
Dios, al mirar a su rabino en Praga?
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narayphyrgar · 3 years
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El Golem
Si (como afirma el griego en el Cratilo) el nombre es arquetipo de la cosa en las letras de 'rosa' está la rosa y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'. Y, hecho de consonantes y vocales, habrá un terrible Nombre, que la esencia cifre de Dios y que la Omnipotencia guarde en letras y sílabas cabales. Adán y las estrellas lo supieron en el Jardín. La herrumbre del pecado (dicen los cabalistas) lo ha borrado y las generaciones lo perdieron.
Los artificios y el candor del hombre no tienen fin. Sabemos que hubo un día en que el pueblo de Dios buscaba el Nombre en las vigilias de la judería. No a la manera de otras que una vaga sombra insinúan en la vaga historia, aún está verde y viva la memoria de Judá León, que era rabino en Praga. Sediento de saber lo que Dios sabe, Judá León se dio a permutaciones de letras y a complejas variaciones y al fin pronunció el Nombre que es la Clave, la Puerta, el Eco, el Huésped y el Palacio, sobre un muñeco que con torpes manos labró, para enseñarle los arcanos de las Letras, del Tiempo y del Espacio.
El simulacro alzó los soñolientos párpados y vio formas y colores que no entendió, perdidos en rumores y ensayó temerosos movimientos. Gradualmente se vio (como nosotros) aprisionado en esta red sonora de Antes, Después, Ayer, Mientras, Ahora, Derecha, Izquierda, Yo, Tú, Aquellos, Otros. (El cabalista que ofició de numen a la vasta criatura apodó Golem; estas verdades las refiere Scholem en un docto lugar de su volumen.) El rabí le explicaba el universo "esto es mi pie; esto el tuyo, esto la soga." y logró, al cabo de años, que el perverso barriera bien o mal la sinagoga. Tal vez hubo un error en la grafía o en la articulación del Sacro Nombre; a pesar de tan alta hechicería, no aprendió a hablar el aprendiz de hombre. Sus ojos, menos de hombre que de perro y harto menos de perro que de cosa, seguían al rabí por la dudosa penumbra de las piezas del encierro. Algo anormal y tosco hubo en el Golem, ya que a su paso el gato del rabino se escondía. (Ese gato no está en Scholem pero, a través del tiempo, lo adivino.) Elevando a su Dios manos filiales, las devociones de su Dios copiaba o, estúpido y sonriente, se ahuecaba en cóncavas zalemas orientales. El rabí lo miraba con ternura y con algún horror. '¿Cómo' (se dijo) 'pude engendrar este penoso hijo y la inacción dejé, que es la cordura?' '¿Por qué di en agregar a la infinita serie un símbolo más? ¿Por qué a la vana madeja que en lo eterno se devana, di otra causa, otro efecto y otra cuita?' En la hora de angustia y de luz vaga, en su Golem los ojos detenía. ¿Quién nos dirá las cosas que sentía Dios, al mirar a su rabino en Praga? 
Jorge Luis Borges   
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bomberoesmipasion · 3 years
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El gato del rabino.
Joann Sfar
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mekaeli · 4 years
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ENG - Le Chat du Rabbin de @ojannsfar for our daily common fanart, with @sagarfornies, @fabiocastro27, @manuripoll89, @fh_navarro, @claudio_stassi_, @gustavoric0, @marc.garreta and @josumaroto. Ink on kraft paper + digital colours. Swipe to see the ink versio. ES - El Gato del Rabino para nuestro fanart común diario. Tinta sobre papel kraft y color digital. Desliza para ver la version en tinta. . . . #fanart #illustration #drawing #sketch #blueberry #charlier #giraud #moebius #photoshop #kraftpaper #brushpen #pentel #posca #staedler https://www.instagram.com/p/B_jmRa6K1Od/?igshid=1kfizu5b126jv
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ponytailwke · 5 years
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Jito & Ravinna. . Les echo muchísimo de menos, cuando voy al pueblo no paro de achucharles hasta que acaban hasta el moño de mí, y es que paso mucho tiempo aquí en Ciudad Real hasta que asomo por allí, me gusta mucho quedarme sola y encerrarme metafóricamente en mi mundo. Jito y Ravinna son tía y sobrino, si, me conozco todo el árbol genealógico de mis gatos porque me importan más que muchas personas y son mejores seres que ellas. Ravinna es hija de mi gata Tilla, que por desgracia murió hace 1 año y medio, y Jito sería su nieto, es todo muy gracioso, si, podría hacer una serie a lo "Juego de tronos" con mis gatos, en plan: todos los que murieron y los que sobreviven 😂😪. . Ravinna es la gatita que mira de frente con cara de "malas pulgas", por eso la puse ese nombre, porque es como un rabino, que no se por qué pero para mí tienen fama de malas pulgas (no se si por los Simpsons 😂). A mí me gusta llamarla Ravi o Ravinnia (exagerando las "n" como si fuera italiana), no la gusta nada que la acaricien o la cojan, tiene carácter, lo dije, pero se pasa los días maullándome, a lo mejor me dice: te quiero, o dame más pienso humana hija de puta, I don't know... Yo creo que es un poco como yo, afectivamente arisca pero siempre haciendo drama con tanto maullido. Y Jito, que es el de atrás, es un gato ninja, no maúlla nunca o casi nunca, pero es un cotillo del copón, se queda siempre quieto mirando todo y callado, cuando entra a mi casa va de una habitación a otra como inspeccionando, yo creo que este gato planea matarnos algún día, pero la verdad que es bastante tranquilo, un poco asustadizo tal vez, es el compañero que va a tu lado cuando subes a la terraza a leer algo y estar en paz, el se coloca a tu lado y te acompaña calladito como queriendo no molestar, es un amor. . Ahora que lo pienso, la foto es como una portada de disco, no? 😂😂😂 . . . . #photography #takeaphoto #mobilephoto #meizum6s #instant #exactmoment #casual #casualphoto #cats #catlove #pet #petfamily #family #animal #loveanimal #nature #lookingat #ahoravoydeblogger #instagrammer #iger #art (en Arroba, Castilla-La Mancha, Spain) https://www.instagram.com/p/Bur54YeH4YO/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=23p33k0ofiw
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dlosadar · 4 years
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Cientos de gatos robados descubiertos amontonados en pequeñas jaulas oxidadas "listas para servir como comida" en China
Cientos de gatos robados fueron rescatados del interior de pequeñas jaulas oxidadas donde tuvieron que esperar su destino en un plato.
Unos setecientos felinos indefensos fueron rescatados después de que un transeúnte escuchó sus gritos en un sucio patio trasero en el norte de China.
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Cientos de gatos robados fueron encontrados metidos en pequeñas jaulas oxidadas Crédito: Linfen Small Animal Rescue / Weibo
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Unos 700 gatos fueron rescatados de jaulas en ChinaCrédito: Linfen Small Animal Rescue / Weibo
Imágenes desgarradoras muestran gatos gimiendo de dolor dentro de las deplorables jaulas oxidadas de Linfen, provincia de Shanxi.
Al parecer, muchos fueron robados de traficantes de animales que luego los vendieron a restaurantes para ser sacrificados y comidos por su carne, dijeron las fuentes a MailOnline.
Amante de los animales y buen samaritano, Li cayó en la horrible escena después de que los trabajadores la llevaron ayer al patio trasero de un hotel económico.
La Sra. Li grabó la crueldad en la cámara y luego publicó las fotos en línea.
Están esperando ser servidos como comida en la mesa.
Ms. Li
Se puede escuchar a la mujer en las imágenes diciendo: "Cientos de gatos aquí, cientos.
"Están esperando que les sirvan como comida en la mesa. Ayúdenlos".
Ella le dijo a los periodistas que las criaturas indefensas habían sido traídas de diferentes lugares y estaban esperando ser transportadas.
ESFUERZO DE RESCATE
Afortunadamente, un grupo local de rescate de animales salvó a los gatos de su cruel destino.
Linfen Small Animal Rescue llegó al lugar después de ver la estación de la Sra. Li el jueves.
Los gatos están siendo atendidos por voluntarios y pronto serán reubicados, dijo hoy el grupo de rescate.
"Los gatos rescatados hoy han sido colocados parcialmente, ¡y el resto siempre tiene prisa por establecerse!" El grupo de rescate escribió en la plataforma de redes sociales china Weibo.
"Los hemos trasladado a jaulas para mascotas. Les estamos dando agua y comida", dijo un portavoz a MailOnline.
"Los veterinarios buscan gatos heridos o enfermos".
La policía llegó al hotel para investigar poco después, según imágenes publicadas por la organización.
¡Los gatos rescatados hoy han sido colocados parcialmente, y los demás siempre tienen prisa por establecerse!
Linfen Small Animal Rescue
China recientemente intensificó los esfuerzos para proteger a los animales y la vida silvestre a raíz de la epidemia de coronavirus, que se originó en Wuhan.
Desde que el coronavirus se registró por primera vez en Wuhan, la atención se ha centrado en los "mercados húmedos" mal regulados de China donde se venden animales vivos.
Mientras los científicos todavía están buscando el origen exacto del virus, los especialistas en enfermedades infecciosas han estado haciendo sonar la alarma durante décadas sobre el ritmo acelerado de las epidemias, incluido el SARS, el dengue, el ébola, el zika y ahora COVID -19
Muchos expertos creen que el coronavirus probablemente se ha propagado a los humanos a partir de animales salvajes vendidos como alimento en un mercado húmedo donde los animales salvajes y, a menudo, cazados furtivamente están empacados.
Los ambientalistas y expertos en salud han denunciado durante mucho tiempo el comercio de vida silvestre por su impacto en la biodiversidad y el potencial de propagación de enfermedades.
¿DÓNDE ESTAMOS?
La tasa de coronavirus R aumenta por encima de 1 en el suroeste, pero sigue siendo la misma en el Reino Unido
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Momento trabajador héroe lucha con un cuchillo en el suelo después de que el rabino es apuñalado
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Una mujer hace que la casa sea imposible de vender después de 30 años de decoración y comprenderá por qué
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LA MAREA ESTÁ CAMBIANDO
Las infecciones de Covid caen en 100,000 en una quincena, y solo 33,000 actualmente infectadas
GRANDE GITANO GORDO FUNERAL
Homenaje del padre viajero con KFC floral, Joop aftershave y SuBo pic
Las autoridades se han comprometido a prohibir el comercio ilegal de vida silvestre y reforzar la vigilancia de los mercados húmedos.
China ha prohibido temporalmente la venta y el consumo de animales salvajes para "proteger la salud pública y la seguridad ambiental", por orden del presidente Xi Jinping.
Y dos ciudades han prohibido el consumo de perros y gatos.
Sin embargo, muchos puestos han reabierto después de que China levantó su cerradura durante varios meses.
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Un grupo local de rescate de animales llegó a la escena y salvó a los gatos de su cruel destino.Crédito: Linfen Small Animal Rescue / Weibo
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Dos gatos sentados en una jaula más grande después de ser rescatados
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Los gatos ahora han sido transferidos a jaulas de mascotas y recibieron agua y comida mientras esperaban su nuevo hogar.Crédito: Linfen Small Animal Rescue / Weibo
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Los felinos son apoyados por voluntarios y pronto serán reubicadosCrédito: Linfen Small Animal Rescue / Weibo
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uncafeparaleerblog · 5 years
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Introducción a mis cuadros surrealistas
La clave que acontece a mis más de 40 pinturas surrealistas, es la imaginación. La mutación de la mente primitiva.
Hace tiempo me di cuenta de que la imaginación básica (¿porque no llamarla [primitiva]?) correspondía a las cuatro primeras operaciones de las matemáticas: sumar, restar, multiplicar y dividir. Con la suma, equivalente a agrandar, revisé mis recuerdos: la literatura y el cine habían usado hasta el cansancio esa técnica. Un simio que s convierte en King Kong, un lagarto en Godzilla, o un insecto en Mothra, mariposa tan grande que el movimiento de sus alas provoca huracanes. Inspirado por esto, un terrón de azúcar se alargó hasta ser una pista de aterrizaje de navíos cósmicos. Mi abuela fue capaz de alargar uno de sus brazos para que, dando la vuelta al mundo, viniera a rascarle la espalda. A un santo, el corazón se le hincha tanto que hace estallar su pecho y sigue aumentando de volumen hasta ser grande como un rascacielos. Los pobres vienen por millones a vivir alrededor de él. Se nutren cortando pedazos de la víscera que, cuando la mutilan, gime con placer.
La segunda técnica, restar, disminuir, podía encontrarla en los cuentos de hadas: allí abundaban enanos, gnomos, hombrecillos. Alicia come el pastel que la empequeñece. Jonathan Swift envía a su héroe al país Liliput.
Aplicando esta técnica, imaginé que el anillo de bodas de un casado insatisfecho se achicaba hasta cortarle el dedo. Eva, expulsada del paraíso, lo busca durante siglos entre los hombres preguntando por su ubicación. Nadie sabe responderle. Desesperada, se queda muda. Entonces, como diminuta vegetación, el paraíso le crece en la lengua. Una locomotora, arrastrando vagones llenos de turistas japoneses, recorre los lóbulos cerebrales de un filósofo célebre.
Otro aspecto del disminuir es restar partes de un todo, eliminándolas o haciéndolas independientes. Por ejemplo, en una película, las manos de un asesino, separadas de un cadáver e injertadas en un pianista que ha perdido en un accidente esas preciosas extremidades, adquieren voluntad propia y obligan al artista a asesinar. En Alicia un gato se hace invisible menos su sonrisa, que queda flotando en el aire. Drácula carece de reflejo en los espejos...
Las ventanas de un rascacielos, queriendo conocer el mundo, se desprenden de la fachada y se van volando. Bandadas de gaviotas diminutas vienen a anidar en las cuencas vacías de un marinero ciego. La sombra se desprende de un hombre santo y parte a vivir sus aventuras fornicando con las sombras de todas las mujeres que encuentra...
Otra técnica básica era la de multiplicar: una pintura de Breughel representa la invasión de millares de esqueletos; una de las siete plagas es la invasión de langostas; para probar que Rahula es su hijo, Buda le da su anillo. Le dice {Tráemelo} y se multiplica en miles de seres idénticos a él. El hijo, sin parar mientes en los falsos Budas va directamente hacia su padre y le entrega el anillo.
Imagine un desfile por las calles de Roma formado por mil Cristos cargando cada uno una cruz. En África cae una lluvia de niños albinos. La estatua de la libertad aparece negra una mañana por estar cubierta de moscas... El emperador japonés corta las lenguas de sus dos mil concubinas y las ofrece en forma de sushi a su ejército triunfador. Millones de rabinos ennegrecen las calles de Israel protestando contra su Mesías porque, después de ser esperado durante miles de años, ha decidido llegar con la forma de un puerco.
Termine de desarrollar estas técnicas simples visualizando la más ingenua de todas: el injerto. Se une una parte de rumiante, más otra de león, más otra de águila más un rostro humano y se obtiene una esfinge; se pega un torso de mujer a la mitad inferior de un pez y se obtiene una sirena; se le agregan alas de pájaro a un andrógino y aparece un ángel. ¿Y por qué un ángel, en lugar de largos cabellos, no podría tener finísimos arcoíris? Tronco de hombre más cuerpo de caballo: un centauro. ¿Y por qué no el mismo tronco de hombre injertado en un caracol, en una piedra, como la proa viviente de un barco, como la parte consciente de un cometa? Los aztecas mezclan un reptil y un águila y obtienen a Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, mientras en la sombra de las quebradas queda arrastrándose un águila cubierta de escamas. Si el Dios Anubis tiene cabeza de chacal también la puede tener de elefante, de cocodrilo, de mosca, o de máquina registradora. ¿Y por qué no pensar que el misterioso rostro de Mahoma es un espejo o un reloj?
Otra técnica primaria era la de transformar una cosa en otra: un gusano se convierte en mariposa, un hombre en lobo, otro en vampiro, un robot en navío interplanetario, un hada buena en bruja, un dios en demonio, una rana en princesa, una puta en santa. En el Quijote los molinos se hacen agresivos gigantes, la posada se transforma en palacio, los odres de vino en enemigos, Dulcinea en noble dama, etc.
Andando por la ciudad imagino que las casas se convierten en inmensas cabezas de lagarto, al industrial la billetera se le transforma en cuervo, las perlas del collar de la vida de pronto son pequeñas ostras que gimen, como gatas agónicas. Mi madre me abraza primero con dos, luego con seis y por último con ocho brazos: ahora es una tarántula.
De transformar pasé a petrificar: las hijas de Lot se convirtieron en estatuas de sal, la hija del rey Midas en estatua de oro, los aventureros que miraron a la Medusa en estatuas de piedra. El tiempo cesa de transcurrir, planetas, ríos, gente, todo se paraliza para siempre. El universo es un museo que nadie visita; las golondrinas, transformadas en granito, caen como lluvia mortal del cielo.
Apliqué a mi mundo imaginario la idea de unión, pensé en un lazo invisible con capacidad de extensión infinita y lo vi atravesar el tercer ojo de los seres humanos hasta reunir a todos los pobladores del planeta en un collar viviente; el poeta se une con una humilde piedra, descubre que ella es su ancestro y que lo que recita no es más que la lectura de un amor inscrito en la materia desde el comienzo de los tiempos; me uno a los enfermos y a los pobres, me doy cuenta de que su dolor y su hambre son míos; me uno a los campeones del deporte, ellos son mis propios triunfos; me uno a la totalidad del dinero, lo hago mío: esa energía me invade como un torbellino, me da salud, me impulsa a dejar de pedir y a comenzar a invertir, me hace comprender que de cazador debo pasar a sembrador. Yo mismo me identifico con el cordón unidor, me siento canal, lo que tengo lo estoy recibiendo y en el mismo instante de recibirlo lo voy dando, nada para mí que no sea para los otros. Si el niño en el desierto cierra la mano, obtiene para él un puñado de arena, si la abre, todo el desierto puede pasar por ella... Me uno a la poesía chilena, los poetas de van esfumando mientras sus palabras se funden:
“En la noche cuando fantasmas agrietan el poco de tierra, que perdura en mi cuerpo mientras duermo, mi corazón sería capaz de negar su pequeña crisálida, y esas pavorosas alas que le asoman emergiendo de la nada. ¿Quien eres? Alguien que no eres tú canta tras el muro. La voz que ha contestado viene de más allá de tu pecho.
Anduve como ustedes escarbando la estrella interminable, y en mi red, en la noche, me desperté desnudo, única presa, pez encerrado en el viento.
Anduve por todos los caminos preguntando por el camino, sin itinerario ni línea, ni conductor, ni brújula, buscando los pasos perdidos de lo que no existió nunca, contemplándome en todos los espejos rotos de la nada.
Oh abismo de magia, abre las puertas selladas, el ojo por donde debo volver otra vez al cuerpo de la tierra, ¿Qué sería de nosotros sin el quehacer sin luces sin el doble eco hacia el que tendemos las manos?
Me di cuenta de que el deseo de unión lo llevaba en cada célula de mi cuerpo, en cada manifestación de mi espíritu. Ya no se trataba de imaginar lazos, sino de darse cuenta de que ellos existían: estaba amarrado a la vida y unido a la muerte, amarrado al tiempo y unido a la eternidad, amarrado a mis límites y unido al infinito, amarrado a la tierra y unido a las estrellas. Unido a mis padres, a mis abuelos, a mis ancestros, unido a mis hijos, a mis nietos, a mi futura descendencia, unido a cada animal, a cada planta, a cada ser consciente. Unido a la materia bajo todas sus formas, yo era lodo, diamante, oro, plomo, lava, piedra, nube, onda magnética, estallido eléctrico, huracán, océano, pluma. Amarrado a lo humano, unido a lo divino. Anclado en el presente, unido al pasado y al futuro. Anclado en la oscuridad, unido a la luz. Atado al dolor, unido a la euforia delirante de la vida eterna.
Después de unir así, me propuse ver a qué me conducía separar: la voz del padre muerto resonando durante años por toda la casa; de las monedas de pesos se elevan millones de pequeñas águilas plateadas que vuelan hacia la estratosfera para devorar satélites; la piel de tigre que ha perdido Buda que solía meditar sobre ella, le propone a un asesino que la convierta en su capa; en el país de los descabezados, el último sombrero es quemado públicamente... Cuando perecen todo los seres vivos, los caminos gimen, sedientos de huellas.
Me propuse materializar lo abstracto. El odio: cuerno de la abundancia dentro de un cofre del que hemos pedido la llave. El amor: camino donde las huellas en lugar de seguirnos nos preceden. La poesía: excremento luminoso de un sapo que se ha tragado a una luciérnaga. La traición: persona sin piel que avanza saltando de una piel a otra. La alegría: río lleno de hipopótamos abriendo sus hocicos azules para ofrecer diamantes que han extraído del barro. La confianza: danza sin paraguas bajo una lluvia de puñales. La libertad: horizonte que se despega del océano para volar formando laberintos. La certeza: una hoja solitaria convertida en el refugio de un bosque. La ternura: virgen vestida de luz empollando un huevo morado.
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