Tumgik
cronicasdeunagudocaos · 7 months
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RESPIRO. Oscuras sombras se ciernen sobre mí, me retienen y me impiden ver más allá. Me siento enjaulada otra vez, como cuando creía en la existencia de una niña pequeña en mi interior. De alguna manera esa niña sigue estando y siempre lo estará, solo que ahora más calmada y serena. Intento avanzar por el laberinto de la vida y solo hago que encontrarme piedras y más piedras. Estoy harta de apartar piedras de mi camino. Por desgracia me temo que todos, en su propio camino, tenemos piedras. Pero no sé, me gustaría encontrar en alguna de ellas un mineral, no sé quizá para apreciar su valor y entender la necesidad de que hayan piedras que nos obstaculicen el camino. Porque eso es lo que nos hace crecer. La posibilidad de superar obstáculos. Por desgracia me he estancado. Ya decía yo que todo iba demasiado bonito. El paisaje ha dejado de ser resguardo, los libros han dejado de ser una vía de escape, el camino se ha empinado, el entorno no es el mismo que el de mi zona de comfort (habrá que acostumbrarse), las personas ya no me ilusionan; y cada mañana al despertar, yo, ya no soy lo que fui ayer. Y esto también nos pasa a todos pero es algo que cuesta de asimilar también. Se espera que sea una persona educada, productiva, obediente, responsable… Perdona… ¿Estás tratando con un ser humano o estás pidiendo una hamburguesa? Juro que lo intento e incluso a veces puedo, pero otras no. Lo siento. Soy humana. No soy una hamburguesa que eliges al gusto. Me gustaría poder decir que no pretendo agradarle a nadie, pero estaría mintiendo. Me encanta que la gente esté satisfecha de mí y de mis logros, lo cual me hace dependiente, y a su vez, si caigo, depresiva otra vez. Intento estar a la altura de lo que se me exige y lo que me autoexijo, pero a veces me queda grande y necesito parar. Y por mucho que durante años haya fantaseado en parar definitivamente en estos momentos de mi vida no me refiero a ese tipo de parada. Necesito parar para sentarme, coger aliento, replantear objetivos y levantarme con más fuerzas. Creo que todos deberíamos parar de vez en cuando y siempre que lo necesitemos, si así vamos a resurgir de nuestras cenizas como una llamarada de fuego dispuesta a iluminar nuestro propio camino y el de los demás. Yo estoy en proceso, dame tiempo. Solo un poco. Y volveré más fuerte, lo sé.
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cronicasdeunagudocaos · 8 months
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Performance en contra de la violencia doméstica, simplemente increíble.
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cronicasdeunagudocaos · 9 months
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FELICIDAD
Fui feliz, muy feliz, como hacía tiempo no lo era. Celebré mi cumpleaños como hacía años que no lo celebraba. Por un momento me paré a pensar si yo era merecedora de toda esa felicidad, y el tiempo me demostró que sí. Igual que he tenido etapas complicadas, como las tenemos todos, he de tener etapas felices. Que no soy ni más ni menos que nadie, simplemente soy yo y eso nadie lo puede superar.
El rato de felicidad fue un subidón, un cuesta bajo sin frenos, espectacular. Reír, jugar, nadar entre globos, posar para fotos, llorar de emoción, comer tarta, soplar las velas, rodearse de gente que te quiere... Buah. Fue un "aquí estoy yo y vengo pisando fuerte", fue un "no sé cómo es, pero mis monstruos no están", fue un "estoy segura de mi misma, no tengo miedo", fue un "quiero y soy querida" fue un "por fin, me lo merezco". Fue muchas cosas, pero si de algo estaba segura es de que ese rato se iba a incrustar en mí para siempre, a pesar de que días después volviese el bajón. Pero no he venido a hablaros del bajón, de eso ya hay mucho contenido por aquí.
Vengo a hablaros de mí, de que fui feliz. Y lo quiero escribir por aquí para que lo sepan todos, que fui feliz y no hay nada de malo en ello. Fui yo, en mi pleno resplendor. Esa faceta de mí que mis propios monstruos me obligaban a ocultar. No me sentía fea, ni gorda, ni mala persona, ni alguien desdichada. Me sentí afortunada, guapa, inteligente, válida, capaz, fuerte. Me sentí... y me lo creí. Hacía mucho tiempo que ni lo sentía y si me lo decían ni me lo creía.
La felicidad es efímera, pero merece la pena. Ahí recae su poder, en lo mucho que realmente dura y lo poco que la percibimos, se nos hace breve, fugaz. Porque disfrutar de la vida es eso, son momentos. Momentos buenos y momentos malos. Joder con los malos, pero, joder con los buenos. Joder todo lo que perdemos, pero, joder todo lo que ganamos. La vida es una cuerda de tira y afloja. Un hoy sí pero mañana no y viceversa. Un futuro que rápido se convierte en presente y un presente que rápido se convierte en pasado. Valorar cada segundo, porque cada segundo cuenta. Porque vida solo hay una, y esta tiene que ser vivida, exprimida, al máximo. Uno no se tiene que quedar con la duda del "¿y si...?", uno tiene que convencerse e ir a por ello. Que el resultado da igual, porque no importa la meta sino el viaje. Y este viaje, este viaje es un agárrate que vienen curvas.
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cronicasdeunagudocaos · 11 months
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Me están asfixiando, siento el último suspiro tan cerca y a la vez tan lejos... Quiero morir. Me dan motivos para hacerlo. ¿Inconveniente? No me atrevo, siempre hay un suspiro más. Siempre hay un mañana.
Pero para mí ya no sale el sol, vivo en días oscuros rodeada de vacío e inexistencia. Ya no hay energía para amar a nadie. Ya no queda luz en mi pasado corazón. Ya no queda ilusión. Ya no queda vida.
Solo soy un cuerpo inerte con un corazón latiendo. Vaya incongruencia pero dentro de mí solo quedan escombros de lo que fui. Y hoy... Hoy no soy nada, mañana no seré nada.
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cronicasdeunagudocaos · 11 months
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Y ese día murió algo dentro de mí. Ese día algo murió conmigo. Algo desapareció. A parte de lo físico y obvio como es mi media pierna derecha, perdí demasiado. Las ganas de un nuevo amanecer, las ganas de seguir el camino, las ganas de continuar con este circo, las ganas... Se me fueron las ganas.
Morí, el único inconveniente es que sigo viva.
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cronicasdeunagudocaos · 11 months
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Quise gritar, y me taparon la boca.
Quise huir, y me entorpecieron el paso.
Quise llorar, y secaron mis lágrimas.
Quise morir, y me pusieron a salvo.
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NO OS ABANDONO.
¡Hola chicos/as! Siento haberos tenido tan abandonados desde hace un tiempo. Las cosas no me han ido bien. Yo quise ingresar en un CEEM (Centro Específico de Enfermos Mentales) y después de dos años de espera, el pasado miércoles 7 de junio ingresé en uno cerca de dónde vivo.
No, no me va bien. Es un cambio muy grande. Estaba acostumbrada a tomar 1 litro de bebida energética por las mañanas y tomarme la medicación que me daban semanalmente aleatoriamente y no como tocaba. Ahora todo eso me lo controlan. Por las mañanas paso mucho sueño, por las noches mucho calor. El psiquiatra del centro me ha reñido dos veces por supuestamente estar con los ojos cerrados en el grupo matinal de terapia. Os prometo que el primer día se me cerraban los ojos, pero el segundo me enteré de todo. Y le dije al psiquiatra que quería hablar con él para explicarle mis circunstancias y me dijo que no iba a hablar conmigo hasta que respetase el grupo y estuviera con los ojos abiertos. Es injusto que me riñese el segundo día cuando yo estaba con los ojos abiertos y se niegue a hablar conmigo. Eso sí me parece una falta de respeto.
Tengo tentativas de cortarme, pero no quiero acabar de nuevo en el hospital de nuevo; así que me resisto.
También pienso que si no estoy en el centro... No tengo cabida en este mundo y me tocará tirarme a un tren de alta velocidad. Pero no me atrevo, le temo. Son muchos cambios, pero pensaba y pienso que el centro puede aportar una estabilidad y un orden en mi vida. Pero hasta llegar a ese punto y si llego...
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Soy la noche oscura que se cierne sobre tu consciencia. La sombra de un viejo árbol sin hojas. El viento del huracán. La ola del tsunami. La cima perdida. El destino no buscado. El ala rota del pájaro encarcelado.
Tu prisionera y carcelera al mismo tiempo.
Soy todo aquello que no te gustaría encontrar. Porque soy así de imperfecta y así de tarada.
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LA VIDA NO ES JUSTA.
Hoy he visto en las noticias que en un pueblo de la provincia de al lado de donde vivo una chica de 19 años ha sido arrollada por un tren. Los trenes pasan por medio de esta población y hay un ceda el paso. Pues la chica iba con auriculares y había pasado un tren, y sin ver que venía otro desde el sentido opuesto cruzó el paso de cebra y fue arrollada por el tren.
Me ha dado sentimiento. Ella, sin quererlo, ha muerto arrollada por un tren. Y yo, que me tiré adrede, sobreviví. La vida no es justa. Me hubiera gustado ser ella, y a ella, que en paz descanse, seguramente le gustaría haber sido yo.
Me da mucho que pensar estas cosas.
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¡STOP SUICIDES! We need your signature, please.
Let's end the long waiting lists to go to Mental Health and put an end to suicides in children and adolescents. We need your signature, please. Thank you.
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LO QUE QUEDA DE MÍ.
Puedo decir que he sido feliz, he tenido momentos felices, he sentido la felicidad. Siempre se puede ser más feliz, siempre hay más. Pero mi felicidad terminó.
Ahora solo queda una niñata triste, que solo sabe llorar y escribir mierdas sobre su vida en este blog de forma anónima. Una chica, un tanto rara, un tanto despistada, un tanto olvidadiza... Un tanto monstruo para dentro y mucho bicho raro hacia fuera. Con cicatrices incontables en el antebrazo izquierdo, muslo derecho y cadera. Con historias para no dormir. Pesadillas para perturbar el sueño. Ideaciones suicidas constantes. Fracasada para los míos, ganadora ante las puertas del infierno y la muerte.
Perdida en un mundo de muertos en vida. Perdida en la mirada de aquel chico guapo (inalcanzable para mí). Perdida en el mapa geográfico. Perdida entre pensamientos. Perdida ante el amor y la calma. Perdida.
Soy el caballo negro que sin destino galopa. Soy la sombra de tu cuerpo a la luz del sol. Soy la pesadilla de tus noches turbias. Soy la depresión disfrazada de sonrisas. Soy sonrisas con muecas tristes. Soy tu guerrera y tu derrota. Soy él último pétalo de la flor que lentamente se marchita. Soy la compañera de la muerte porque la he tenido cerca pero nunca la he alcanzado. Soy el error de cualquier experimento científico. Soy la perdición y tu ruina mental.
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Homenaje a la mujer, ¡buenísimo! 👏👏👏
Porque sí, una vez más, MUJER teníamos que ser. 😉
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CAÍDA LIBRE: EL NANOSEGUNDO.
Y caes, una y otra vez con la misma piedra. Y caes, una y otra vez ante el mismo obstáculo. Y caes, una y otra vez ante los mismos insultos. Y caes, una y otra vez en los mismos lugares donde juraste no volver. Y caes, una y otra vez por personas que no se merecen ninguno de tus rasguños. Y caes, una y otra vez ante los mismos ojos de desprecio. Caes, caes y vuelves a caer.
Sé que intentas levantarte, pero también sé que no puedes con tu vida. Sé que intentas tranquilizarte en este mundo de locos. Sé que tratas de respirar con la soga en el cuello. Sé que tratas de ser tú, pero te escondes porque prefieres que piensen que eres un bicho raro en lugar de un monstruo. Sé que tratas de sobrevivir, pero también sé que por dentro te estás muriendo.
No ríes, no saltas, no juegas, no follas, no miras hacia el cielo, no tienes esperanza... ¿A caso creen que yo no deseo morir? Claro que sí, pero tengo miedo.
Yo me considero una suicida en potencia. Ustedes no lo saben, pero desde el anonimato les cuento que en 2021 yo me tiré al tren y salí con media pierna menos y una fractura de clavícula, pero viva. Y desde entonces no hay día que no piense que tarde o temprano un tren me tiene que quitar la vida. Me lancé a un tren que estaba frenando. Estimados/as lectores/as les voy a contar mi teoría del nanosegundo (la cuál solo la conoce mi psiquiatra): Un nanosegundo es lo que tarda un tren de alta velocidad en cortarte el cuello si lo tíenes posicionado sobre la vía. Es una muerte inmediata, pero le tengo miedo, miedo a ese nanosegundo. Y ansiándolo. Pero con miedo. Siempre le digo a mi psiquiatra que un nanosegundo acabará con mi vida, mientras no me atreva... Pues a sobrevivir.
Y no me vengan con esa vaina de que lo más bonito está por llegar, que la vida es preciosa, que no me rinda porque la lucha merece la pena, etc. Considero que con 24 años ya he vivido lo suficiente, tanto cosas buenas como malas, y no quiero/necesito más. Al igual me muero a los 80 años por vejez y me seguirán quedando cosas por vivir. Y no, no me apetece crecer. Un día le pregunté a mi psiquiatra si, firmando un papel con mi consentimiento, me podría suicidar donando todos y cadauno de mis órganos a otras personas que lo necesiten. Porque aunque yo no valore la vida, admiro, respeto y me da pena por aquellos que la valoran y no pueden vivirla.
Así que sí, seguiré cayendo, rendida y tirada en el subsuelo cual mierda que soy. Hasta que llegue el nanosegundo. Yo tomé la decisión, pero un tren me arruinó gran parte de mi vida, y un tren ha de acabar con ella.
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-L. L.
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Hey, estaba volviendo a sonreír pero supongo que nada dura para siempre.
De nuevo me rendí.
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YA ES TARDE PARA LA COMPASIÓN.
Me viste caer, y en lugar de darme la mano, me empujaste. Me viste llorar, y en lugar de darme un pañuelo, me gritaste para que parase de hacerlo. Me viste con el agua hasta el cuello, y en lugar de vaciar el vaso, lo llenaste de más agua. Me viste en la mierda, y en lugar de ser un rayito de luz, me tiraste tierra encima. Me viste con sangre derramada de mi brazo... Ah no, esa mala imagen siempre te la he ocultado, tú siempre has visto la herida ya limpia. Me viste de los nervios, y en lugar de ser mi paz, fuiste mi peor batalla. Me viste en mis peores versiones, y puede que no lo hicieras adrede, pero no me diste el cariño que merecía. Ahora ya es tarde.
Me puedes querer mucho, pero eso no tapa el daño de tantos años. Gracias, mamá. Siento no haber sido la hija perfecta que esperabas. Tranquila, no te guardo rencor porque yo no he sido un buen ejemplo, pero tenlo presente, que tanto dolor no se va con un lo siento. Y menos de un día para otro. Yo también te quiero.
-L. L.
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En mi familia se llaman: Deb, Bella, Sue, Annie y Cat. ¿Cuál es la vuestra?
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“Y he llegado a la conclusión de que si las cicatrices enseñan, las caricias también.”
— Mario Benedetti (via humanismo-nostalgico)
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