CAPITULO 14 - UN BAILE PARA RECORDAR
Hana y yo nos preparamos con entusiasmo para el esperado baile. Dado que Anita no pudo asistir, ambas nos ocupamos de retocar nuestro cabello y maquillaje, aunque la tarea no resultó difícil. Hana eligió un hermoso vestido plateado y brillante, mientras que yo opté por un vestido largo de tul en tono celeste, adornado con cristales tanto en la falda como en las mangas. Satisfechas con nuestro arreglo, descendimos hacia el majestuoso salón de baile.
En medio de la multitud, divisamos a Maxwell y, ansiosas, le hacemos señas. Lleno de emoción, se acerca y nos dedica una reverencia cortés.
|| Señoritas, es un deleite encontrarme con ambas esta encantadora noche. Lady Hana, deslumbra como una auténtica estrella celestial, y Lady Riley, debo expresar que su resplandor rivaliza con la luminosidad de un diamante. || Exclamó Maxwell con una elegancia sorprendente, un tono que contrasta con su habitual informalidad. Ambas nos quedamos boquiabiertas, sin esperar tal formalidad por parte de él || ¿Qué, algo anda mal? ||
|| ¿Acaso un caprichoso insecto decidió picarte hoy? || Pregunto, ligeramente incrédula, mientras empujo suavemente el brazo de Maxwell, tratando de descifrar la razón detrás de este cambio de actitud inusual.
|| Esta noche, asumo el papel representativo de la Casa Beaumont y el Ducado de Ramsford. Bertrand ha insistido incesantemente, llamándome en repetidas ocasiones, para garantizar que mantenga una formalidad impecable con todos. Así que aquí estoy, esforzándome al máximo para cumplir con sus expectativas ||, explicó Maxwell con un toque de resignación, esbozando una sonrisa. Hana, observando la dedicación de Maxwell, le dedicó una sonrisa tímida y expresó su apoyo.
|| Por mi parte, creo que estás desempeñando un papel excepcional, Maxwell. || Él agradecido por las palabras de Hana, respondió con nerviosismo.
|| Gracias, Hana. ||
|| Entonces, Bertrand insinuó que deberías mantener un comportamiento impecable, ¿o él mismo se encargaría de corregirte? ||, murmuro con un toque de picardía.
|| ¡Exacto! Pero como no está aquí, sería prudente que busquemos nuestros asientos. La música disminuye su ritmo, indicando que es el momento para que todos encuentren sus lugares ||, comenta con entusiasmo, instándonos a movernos. Observo la sala, donde las tarjetas de presentación elegantemente dispuestas adornan cada lugar.
|| Max, ¿dónde nos corresponde sentarnos? ||, pregunto con curiosidad, escudriñando entre las demás damas en busca de nuestros nombres, sin encontrar rastro alguno de los nombres de Hana ni del mío.
|| Mmmm, respecto a eso... || Maxwell se vuelve hacia nosotras con una expresión de disculpa y pesar. || Lamentablemente, me han llamado para ocupar un lugar junto al príncipe y las demás pretendientes... Pero ustedes dos estarán en la mesa más distante, en la parte trasera. Supongo que Olivia fue la mente maestra detrás del plan de asignación de asientos ||.
|| Era de esperarse que nos colocara lejos de todas las damas y de Liam. Al menos permitió que viniera y no me confinó en mi habitación || mencioné en tono burlón. Maxwell tocó suavemente mi brazo y sonrió con cierta pesadumbre.
|| Eso es algo improbable, pero yo no le sugeriría a Olivia ninguna de esas ideas ||, agregó con humor. Los tres compartimos una sonrisa, pero luego nos miró con consternación || Bueno, mis queridas, lamento sinceramente tener que dejarlas... ||
|| Qué pena que no puedas acompañarnos Max || Dijo Hana con tristeza, y Maxwell dejó escapar un suspiro notable.
|| Sí, lo sé. Me encantaría quedarme con ustedes, pero debo representar a Bertrand y... || expresó Max con ansias y desesperación.
|| Tranquilo, Max. No te preocupes por nosotras. Estaremos bien || le aseguré, percibiendo su notoria inquietud. Max se marchó, no muy satisfecho, y nos despedimos rápidamente, ya que se dirigía a la mesa principal. Mientras tanto, Hana y yo nos encaminamos hacia la mesa asignada al final del salón.
Al llegar, notamos que Drake ya estaba en la mesa. Se levantó al vernos y nos miró fijamente.
|| Bienvenidas a la mesa de los exiliados || nos dijo con su característico tono sarcástico.
|| Puede que sea la mesa de los exiliados, pero pareces bastante cómodo || le respondí sinceramente. Prefería estar aquí mil veces antes que lidiar con la fastidiosa de Olivia o cualquiera de las demás damas.
|| ¿Estar aquí, apartados del foco de atención? Me siento como en el cielo. Por fin podemos relajarnos. Además, ser tratado como basura no envejece, no aquí en la nobleza. Pero, ¿qué más puedo pedir? || dijo Drake con una amplia sonrisa en su rostro.
|| Estoy segura de que podrías hablar con Liam, y él se aseguraría de que todo fuera diferente. Quiero decir, sabes que no mereces ser tratado así, de hecho ninguna persona || suspiré, sintiendo una ligera preocupación y frustración.
|| No te preocupes. Liam ya se ofreció a encargarse de eso, pero le dije que no. Él está presente cuando es necesario. De todos modos, estoy aquí porque nunca me visto elegantemente y la mayoría de estos nobles parecen preferir que me mantenga en segundo plano || explicó Drake.
|| Pues, tienes suerte || comentó Hana sonriendo, y él estuvo de acuerdo.
|| Dejando a un lado las maquinaciones de Olivia, honestamente me alegra verte aquí. Pensé que no te vería hoy. Además, estaba preocupada de que nos asignaran a una mesa con nobles insoportables || compartí con sinceridad mientras Drake me miraba con sorpresa, la misma que se reflejaba en sus ojos. Aunque, no entiendo del todo por qué expresé mi alegría al verlo.
|| Gracias, Brown. Que venga de ti realmente significa mucho || me dijo mirándome fijamente || Por cierto, te ves bien esta noche || añadió, y pude notar cómo sus mejillas se ruborizaban. Inmediatamente, aclaró su garganta || Perdón, lo que quise decir fue que 'USTEDES' se ven muy bien esta noche ||
|| Gracias || le dijimos tanto Hana como yo, y logramos arrancarle una sonrisa. Yo también sonreí; no es común que Drake elogié, así que esto es algo nuevo.
**
Pasamos la noche compartiendo nuestras experiencias, debatiendo nuestras ventajas y desventajas. Sentimos lástima por Maxwell, quien tuvo que soportar a los nobles fastidiosos. Nuestra risa resonó tanto que incluso Olivia lanzó miradas curiosas hacia nuestra mesa para entender la conmoción. Liam y yo nos lanzamos algunas miradas y sonrisas. Intenté no pensar mucho en él, pero me resulta difícil. No sé por qué, pero empiezo a sentir un nervio en el estómago por la ansiedad de no verlo.
Tras algunas bromas, charlas amenas y una comida lamentablemente mala, llegó el momento del gran baile. No era sorprendente, pero Olivia nos reservó la peor comida, o mejor dicho, no nos dejó nada. Liam afirmó que no acostumbra tratar mal a sus invitados, pero esto parecía ir en contra de nosotros, o más específicamente, en mi contra.
|| ¿Les gustaría escuchar una verdadera historia de terror? Comencemos por establecer el escenario. Una reunión casual con un montón de personas desconocidas. En ese ambiente, se encuentra un bar, que lógicamente es el mejor amigo del hombre, así que decido pedir un trago. Sin embargo, cuando me acerco al bar, ¡no tienen whisky! Estamos hablando de whisky, la mejor de todas las bebidas que existen ||
|| Por favor, Drake, ¿no hay otras opciones de bebidas? ¿O acaso no has probado algo diferente? No sé, ¿vino, cócteles? || Sonrío al plantear la pregunta.
|| ¿Y por qué no tomar whisky, cuando hay tantas posibilidades, Brown? || me responde, frunciendo el ceño.
|| ¿Por variedad? || respondo cuestionándolo.
|| Estoy empezando a cuestionar tu gusto, Brown. Pero volviendo al tema de la bebida, es una pena que no veamos algo de verdad esta noche. Sé que Olivia tiene un gusto muy escondido, ya que mientras exploraba un poco, me topé con su bodega de vinos. Es un lugar bastante impresionante y no es malo para escaparse de todo por un tiempo || comenta Drake volviendo su atención hacia mí. Luego continúa || ¿No quieren unirse a mí para tomar una copa a la medianoche ahí abajo? Claro, si no tienes miedo de escaparte por unas horas ||
|| Gracias, Drake, pero tengo planes de dormir temprano esta noche || dice Hana, y Drake ahora dirige su mirada hacia mí.
|| ¿Y tú, Brown? ¿Qué opinas? || No estaría mal digo para mí, pero cuando iba a contestarle, los músicos comenzaron a tocar y Olivia llamó la atención de todos para que la escucháramos.
|| Buenas noches, queridos invitados. Les doy la bienvenida al Castillo de la familia Nevraskis. Significa mucho para mí que compartan este lugar tan especial en mi corazón. Espero que disfruten las festividades de esta noche tanto como yo. Ahora, por favor, únanse a mí para iniciar el Vals Cordoniano || Hana y yo nos levantamos, mientras que Drake permanecía sentado, observando sus aperitivos sin probarlos.
|| ¿Drake... estás bien? || Hana le preguntó con preocupación.
|| Está todo bien, vayan. Yo me quedaré aquí, ustedes dos disfruten... Diviértanse || dijo con palabras llenas de tristeza. Aunque sentía la necesidad de quedarme para animarlo, sabía que no se sentía cómodo en ese lugar. De repente, Maxwell comenzó a llamarnos efusivamente. Lo miré, y él fijó su mirada en mí. Toqué su mano suavemente, y me miró agradecido || Deberías irte, Brown. Es tu oportunidad de impresionar al Príncipe || añadió.
|| Riley, vamos || me dice Hana, y le sonrío levemente a Drake. Él me da un asentimiento con la cabeza, y empezamos a avanzar hacia donde estaba Maxwell.
|| ¿Disfrutaron de la comida, mis hermosas damas? || preguntó Maxwell con curiosidad.
|| Más o menos, si es que comer algo frío, escaso y poco apetitoso se llama disfrutar || respondí con sarcasmo.
|| ¿A qué te refieres? || preguntó Maxwell. Antes de que pudiera responderle, desvié la mirada al centro de la sala y observé cómo Liam invitaba a Olivia a bailar. Con elegancia, ella le hizo una reverencia, y él la tomó suavemente entre sus brazos.
|| Olvídalo, Max || exclamé, pero en mi interior, sentí que mi estómago comenzaba a dar vueltas y mis celos se intensificaban. Hana percibió claramente mis emociones y trató de calmar mis ánimos con estas palabras:
|| Sería indescriptiblemente grosero que el príncipe no bailara este vals con la anfitriona || Reflexioné sobre ello antes de responderle, manteniendo mi mirada fija en Liam.
|| Sí, lo sé. Supongo que eso es lo que sucede cuando tienes la ventaja de jugar en tu casa || le dije a Hana. Aunque mis palabras eran calmadas, mi atención seguía centrada en la escena del vals entre Liam y Olivia.
|| No obstante, eso no significa que te quedes sin disfrutar del baile... Hana, ¿te importa si dejo que disfrutes de un momento a solas mientras bailo con Riley? || exclama Maxwell. Hana responde con una sonrisa afirmativa.
|| Por supuesto que no, Max. Adelante, vayan || dice Hana, permitiendo que Maxwell y yo nos retiremos. Con su característica sonrisa, Maxwell se acerca a mí y coloca su mano sobre mi hombro.
|| Muy bien, Lady Riley, ¿puedo tener el honor de compartir este vals contigo? || me pregunta con amabilidad, y lo miro fijamente con una cálida sonrisa.
|| Me encantaría, si supiera cómo bailar el vals Cordoniano || añado con una pizca de humor, y observo cómo su sonrisa se desvanece ligeramente.
|| ¿QUÉ? ¡No puedo creerlo! ¡Me olvidé de enseñarte! Oh, Dios mío, Bertrand cortará mi cabeza por esto... Riley, lo siento mucho. Yo debí... || Su rostro parecía lleno de pánico, pero antes de que se infartara, lo interrumpí.
|| Tranquilo, Max. Practiqué con Hana ayer, pero una pequeña precaución tuya no hubiera estado de más || dije como advertencia, intentando aliviar la preocupación que reflejaba en su rostro.
|| Lo siento... sabía que estaba olvidando algo || responde apenado.
|| Está bien, como mencioné, practiqué con Hana, quien, por cierto, es una excelente maestra. ¡Ahora es el momento de ver si toda esa práctica dio resultado! ||
|| Gracias, Hana, por enseñarle a Riley. ¿Qué haríamos sin tu ayuda? || le dice Maxwell. Sus mejillas se tornan rojas y, lleno de nervios, deja de ver a Hana. Fija su mirada en mí y, lleno de pena, dice: || Lo siento, mi pequeña Flor, soy un gran fracaso ||
|| Detente, Max, no eres un fracaso en absoluto. Mereces estar aquí, y estoy encantada de tenerte conmigo en lugar de Bertrand. No solo eres mucho más divertido, sino que también eres mi amigo. Es un privilegio tener la oportunidad de bailar contigo primero || le sonreí, y él respondió con una sonrisa.
|| Ok, después de toda esta locura, ¿puedo tener el honor de bailar este vals, señorita? || Me ofreció su mano, y la tomé || Mi Lady… || Hizo una reverencia, pero antes de que Maxwell pudiera llevarme, Hana susurra.
|| ¡Estoy segura de que brillarás, amiga! || Giro y le doy un guiño, sintiéndome completamente segura.
|| ¿Lista? || me pregunta Maxwell, tomando delicadamente mi mano mientras nos unimos al círculo que se formaba en la pista de baile. Con elegancia, coloca una mano en mi cintura y levanta la otra en una pose clásica de salón de baile. La música envuelve la pista y, al compás, comenzamos a bailar el Vals tradicional, siguiendo la cadencia junto con los demás bailarines. Nuestros movimientos se entrelazan armoniosamente, girando y deslizándonos en perfecta sincronía con la melodía. La elegancia del baile se refleja en cada paso que damos. Después de algunas vueltas y giros, Maxwell me mira con orgullo || Muy, pero muy bien, mi bella flor ||
|| ¡Gracias, Max! Solo intento seguir el ritmo || sonrío, ganando confianza con cada paso. De repente, vemos a Olivia tomar las manos de Liam y deslizarse en un giro elegante. De pronto, la voz de Maxwell interrumpe el momento:
|| Muy bien… ¡Cambio de parejas! Sigue los mismos pasos y haz lo que hiciste conmigo, y estarás genial || Con una sonrisa, Maxwell suelta suavemente mis manos y me hace girar en los brazos de otro chico. Todo sucede tan rápido que ni siquiera puedo reaccionar. Me deslizo hacia adelante, sintiendo un aroma muy familiar mientras caigo directo en su pecho.
|| Qué placer tienen mis ojos en estos momentos. Hola, Lady Riley || me dice Liam con su voz ronca y varonil. Él me dedica una maravillosa sonrisa mientras me envuelve entre sus brazos. Por fin, tengo al Príncipe de Cordonia en mis brazos.
|| ¡Liam! || exclamé con una sonrisa tímida mientras bailábamos al compás de la melodía, y mi corazón se hinchaba. || No pensé caer en tus brazos || La sorpresa y el encanto de este inesperado encuentro se reflejaban claramente en mi expresión.
|| No puedo creer que finalmente se me haya presentado la oportunidad de bailar contigo. Riley, realmente luces deslumbrante esta noche. No he podido apartar la mirada de ti durante todo este tiempo || Me dijo y una sonrisa se dibujó en tu rostro mientras yo solo asentí. También me sentía feliz de estar aquí, envuelta en sus brazos.
|| Lo noté || le dije entre risas || Aunque es inesperado encontrarme contigo. Siendo honestos, pensé que no tendría la oportunidad, ya que no te he visto mucho últimamente||
|| Tienes razón, y lo lamento. He estado ocupadísimo con Olivia como anfitriona, me tiene de un lado a otro. Además, mis padres me recalcaron que sería negligente en mis deberes si no dedico tiempo a conocer a las demás damas || expresó apenado. En el fondo de mi corazón, comprendo su situación. Desde el principio, estaba claro que esto no sería nada sencillo.
|| Liam... entiendo, o al menos trato de hacerlo, ya que sé que no te casas solo por ti, sino por la Corona ||.
|| Así es, para mis padres, mis sentimientos no son una prioridad, pero... Tendremos que ver qué sucede en las próximas semanas, ¿verdad? || Liam me mira con una intensidad notable mientras bailamos. De repente, hay un giro, y él aprovecha la oportunidad para abrazarme, manteniéndome muy cerca. Acerca su boca a mi oído y susurra || Pero, Riley, ten presente que... Eres muy especial para mí ||. Luego, me aparta un poco, y mantenemos nuestras miradas fijas mientras nuestras caderas se balancean juntas, casi rozándose. Con sus brazos alrededor de mí y nuestras caderas en armonía, siento que me sonrojo. La excitación flota en el aire, y al mirarlo a los ojos, puedo percibir su propia excitación. Me siento cálida, a gusto, y realmente no quiero que este baile termine. Hasta que Olivia se desliza en mi campo de visión y se interpone entre los dos. Rápidamente aclara su garganta, rompiendo la concentración.
|| Permiso, Lady Riley. Creo que él es mi compañero ahora. Así que vamos a cambiar de nuevo, ¿de acuerdo? || Sus palabras son ásperas pero decididas. Ella toma a Liam del brazo y lo aleja. Liam solo me mira, disculpas reflejadas en sus ojos, mientras yo asiento con la cabeza. ¿Por qué esta situación resulta tan complicada? Detesto tener que robar momentos con alguien con quien deseo estar y compartirlos con otros. ¿Hice lo correcto al venir? Mientras regresaba a mi mesa, noté que Maxwell y Hana compartían el vals. Al verme, se separan rápidamente y se acercan hacia mí.
|| Mi flor, al verlos juntos, puedo decir que Liam se preocupa mucho por ti || comenta Maxwell.
|| Puede que parezca así, Max... pero... esta relación es extraña. Desearía poder estar con Liam, disfrutar de tiempo a su lado y, si queremos, escapar de aquí sin restricciones. ¿Me entiendes? Pero no es posible... Todo es diferente || respondo con pesar.
|| Cuando formas parte de una monarquía, las reglas son diferentes. Lo siento mucho, amiga || me dice Hana, brindando consuelo con sus palabras.
|| Hana tiene razón, mi flor. Aquí las cosas no son como en otros lugares || añade Maxwell.
|| Comprendo perfectamente, pero... || De repente, su expresión experimentó un notorio cambio; sus ojos se abrieron de par en par. Volteó en la dirección hacia la cual estaba mirando y fui testigo del preciso momento en que Olivia besaba a Liam. Instintivamente, mi mano se posó sobre mi boca, conteniendo la respiración, mientras un desagradable vacío se apoderaba de mi estómago. Liam dirigió la mirada hacia mí, sus ojos parecían querer comunicarme mucho, al menos denotaban cierta incomodidad. Sin embargo, Olivia rápidamente envolvió sus brazos alrededor de él. Liam apartó la mirada de mí y se acercó con delicadeza a Olivia para susurrarle algo al oído. Inmediatamente después, ella lucía aturdida, al igual que el resto de las personas presentes. En ese momento, la intensa mirada de Drake se posó fijamente en mí, supongo que buscando mi reacción.
Como mencioné anteriormente, las dinámicas aquí son completamente distintas y no guardan similitud con ninguna relación que haya experimentado previamente. Me vi obligada a mantener una expresión neutral, a actuar como si nada ocurriera, mientras en mi interior se desataba un torbellino de sensaciones y emociones indescifrables. Aunque Olivia haya sido la instigadora y Liam quizás no haya tenido elección, en mi interior experimenté celos, un deseo de llorar, de gritar y de enfadarme, todo al mismo tiempo. ¿Qué significaba exactamente esto? ¿Así es como se sienten el resto de las damas cuando alguien comparte un beso con Liam? ¿O es solo mi reacción? ¿Se entregará él a los encantos de todas las mujeres en cuanto tenga la oportunidad? De repente, las voces de todas las damas de la corte que murmuraban sobre la inesperada jugada de Olivia irrumpen mis pensamientos.
|| ¡Esa jugada de Olivia fue audaz, ¿no lo creen?! || exclama Kiara, visiblemente molesta.
|| Son cercanos y se llevan bien desde niños, así que no debería sorprendernos tanto || comenta Penélope, con su mirada aun reflejando sorpresa y tristeza al mismo tiempo.
|| Pero ¡qué tierna! No puedo creer que la pequeña Olivia esté creciendo. Es tan dulce de su parte besar a su amor platónico || ríe Madeleine, mostrando una confianza evidente. Todas parecen sorprendidas, pero al mismo tiempo conformes con lo que acaba de suceder. ¿Será esto normal para ellas?
|| ¿A ninguna de ustedes les afecta lo que acaba de suceder? || pregunto, aún aturdida.
|| Riley, las demostraciones ostentosas son para aquellos sin refinamiento o que son inseguros. Yo no soy nada de eso, así que no puedo hablar al respecto || me dice Madeleine, con tranquilidad y serenidad.
|| Lo que realmente me perturba es que eso fue un movimiento de poder... ¡C'est incroyable! || Kiara se acerca con ira en sus ojos hacia nosotras. Sin embargo, siento que Maxwell toma mi brazo y se disculpa con las damas, alejándome de la situación.
|| ¿Mi Flor, estás bien? Honestamente, lo que hizo Olivia fue inapropiado, pero sé que no significó nada para Liam, créeme... || dice mientras lo miro con frustración || Mira, en estos momentos veo una oportunidad para jugar un poco de política aquí || explica detenidamente Maxwell || Observa a Kiara. Está claro que está molesta por la acción de Olivia más que las demás. Esto es una oportunidad; debes ver el lado positivo de la situación. Si puedes crear una brecha entre ella y Olivia, podrías debilitar la posición de esta última. Si Kiara tiene elogios para ti, eso mejorará tu reputación en la corte || termina diciendo con seguridad. Ahora que lo pienso, creo que tiene razón. Es una oportunidad perfecta. No debo permitir que mis sentimientos intervengan en estos momentos.
|| Está bien, es un buen punto. Voy a ver qué puedo hacer || digo a Maxwell mientras cruzo el salón para dirigirme hacia Kiara. Al acercarme, toco ligeramente su brazo para llamar su atención. || Lady Kiara, ¿puedo hablar contigo? ||
|| Oh, Lady Riley. ¿Comment ça va? || me dice, un poco más calmada.
|| Ça va bien || respondo en francés, y ella muestra sorpresa. Aunque mi francés está un poco desgastado, agradezco haberlo aprendido hace algún tiempo.
|| Magnifique... Dime, ¿en qué puedo ayudarte? || pregunta con cierta duda.
|| Quisiera conocer sinceramente tu opinión sobre el pequeño acto de Olivia || le planteo.
|| Honestamente, no puedo creer lo que hizo || responde con un tono molesto || Olivia no tendría la audacia de hacer esto en ningún otro lugar, pero al encontrarse en su territorio, se ha vuelto loca con el poder que tiene sobre las cosas y, sobre todo, en el Príncipe ||
|| Como mencionas, Olivia tiene claramente una ventaja y se convierte en nuestra mayor amenaza. Sinceramente, creo que se necesitaría más de una de nosotras para vencerla. Por lo tanto, considero crucial que nosotras, como damas, permanezcamos unidas. De esta manera, tendremos una oportunidad significativa en contra de ella, ¿no te parece? || Digo con confianza, esperando que este plan funcione.
|| ¿Estás proponiéndome una alianza, Lady Riley? || Pregunta, mientras simplemente asiento con la cabeza para responder. Ella analiza la situación por un momento y continúa || Normalmente no consideraría la idea, pero he notado que estás encajando bastante bien en la corte y ciertamente podrías ser una aliada importante ||
|| La verdad es que, si somos aliadas, también podría apoyarte. La amistad de Olivia parece unidireccional, donde a ella le gusta solo recibir y no dar, como una calle de un solo sentido. ¿Por qué deberíamos permitir que solo ella se salga con la suya? Yo pienso que todos necesitamos que alguien hable bien de nosotros. De esta manera, podremos ayudarnos mutuamente… Y le enseñaremos a Olivia a no ser egoísta ||
|| Sabes, no es una mala idea. Ambas podríamos beneficiarnos de un pequeño apoyo bien establecido por aquí y otro por allá || me responde mucho más tranquila.
|| Kiara, necesitamos apoyarnos en conjunto para poder avanzar en este proceso. Sea quien sea la Reina, es magnífico poder armar alianzas. Me alegra que lo veas de la misma manera que yo ||
|| Me parece bien, Lady Riley, al menos por ahora || Penélope le hace señales, e inmediatamente Kiara me mira con atención || Bueno, sí me disculpas, debería ir a mezclarme con las demás. Lamentablemente, queda muy poco para disfrutar. À bientôt... Estaremos conversando ||
|| Adiós, Kiara... Estaremos hablando || le respondo. ¿Siento una pequeña victoria? Así es, creo que lo logré. Quiero saltar por mi pequeño logro. Me siento tranquila de haber conseguido, al menos en esta situación, una pequeña alianza. Es mejor que Olivia pierda el poder que tiene sobre las demás.
@tessa-liam, @kingliam2019, @dutifullynuttywitch, @choicesficwriterscreations, @garrusknight
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# intervención : el asesinato de jack rowland / @lacupulaint
* 📁 INTERROGATORIO DE DIONE QUARSHIE . ( 1 / 4 ). 20 de febrero , cinco días desde el arresto.
Comienza a pensar que esa pequeña sala de interrogación es el único lugar que existe en el universo. Eso y el largo pasillo de paredes grisáceas, carentes de cualquier indicativo de que existe vida dentro del ese edificio. Esa inexpresividad que le hacen extrañar los querubines sonrientes y los corazones de papel que una semana atrás devoraban cada centímetro de las paredes de Alabaster. La sala de interrogación, el largo pasillo y su diminuta habitación, alejada de todas las demás, que le han asignado como si se tratara una criaturita en cuarentena, demasiado ponzoñosa para dejarla convivir con las otras criaturitas ponzoñosas. Su dormitorio en la universidad, ese que por el cual se apareció en el campus semanas previas al semestre (esas semanas antes a todo lo que salio mal), para poder elegir el que tuviera el mejor panorama, a consciencia de que su petición sería atendida al tratarse de una persona importante, hija de alguien que les puedes escribir cheques de cuantiosas donaciones, ahora ese esmero parecía desperdiciado.
Se encuentra mitad devastada en la añoranza imposible de volver y la otra mitad enfurecida de que su situación actual fuera tan desoladora que ha encontrado romanticismo en un lugar tan ahogado en la miseria como Alabaster. Porque en la realidad se encuentra sentada a la espera de otro oficial de poca paciencia y voz apremiante, demasiado apurado en cerrar el caso, irritado en su silencio, le atiborre los oídos con preguntas mal intencionadas, les hace falta una confesión. Motivo por el cual, aun con la fianza pagada, su existencia esta recluida dentro de ese espacio. Los oficiales jugando a contra tiempo mientras la demanda que prepara su costosísimo abogado les cuelga sobre la cabeza. Quieren enterarse concretamente lo que ha ocurrido con Jack para luego atribuirle un modus operandi, y de la noche a la mañana también es la responsable del sucedido con Jean y Anastasia. Tres pájaros de un tiro, ¿qué podría ser mejor que eso?.
Casi podía leer los titulares en el noticiero matutino, en los periódicos, le atribuirían algo mote pegajoso, sensacionalista, perfectamente vulgar y entretenido, referente a los bonitos conjuntos de diseñador que le gustaba vestir, the Chanel killer, quizá, o referente a algún personaje popular que también resultara atractivo y apropiado para su decadente situación, the Ashley Banks killer, aun mejor. No solo era demencial, sino que se emparejaba con lo ridículo, extraño y de cierta manera hilarante. Una chica como ella, ¿cómo podría haberlo hecho?. Ha entrado a la comisaría envuelta en tul rosa pastel, su vestido de bautizó, como lo ha llamado Santhiago, las esposas colgando de sus muñecas escuálidas, demasiado grandes, demasiado pesadas, como si con su metro sesenta y dos en serio pudiera hacerle daño a los agentes que le llevaban dos palmos de altura, como si en serio pudiera hacerle daño a alguien.
Recortada de su ambiente natural para ser colocada en su sitio al que verdaderamente no pertenece, resaltaba a la vista al instante, como un ave exótica destinada a parecer en un hábitat artificial, no diseñado para soportar su existencia. Ella lo entiende, las personas a su alrededor lo entienden. Aun con los oficiales que, en ocasiones, a pesar de los días transcurridos, le dirigen miradas de ojos entrecerrados, como si les ayudara a pensar mejor, se rascan la barbilla, la parte de atrás de la nuca, nerviosos, envueltos en la misma sensación de incertidumbre, preguntándose; ‘¿habremos hecho lo correcto?’, y la respuesta sencilla es que no, se han equivocado. Y de todas formas la tienen encerrada, la tendrá encerrada por el mayor tiempo posible. Nunca ha creído en los milagros, pero tal vez lo que necesita en ese instante es sumergirse en plegarias, quizá le hace falta alguna intervención divina.
Pero no hay tiempo de pensarlo demasiado. La puerta se abre con un ruido hueco y sepulcral. Mirada que se pierde en el reflejo platinado de la mesa frente a sí, todo el mobiliario esta fabricado en metal, rígido e incomodo. Sin querer encontrarse con el acostumbrado rostro ceñudo, se mantiene cabizbaja, pero aquella mañana sucede algo diferente. La esperanza llega con un saludo matutino, pronunciado con voz templada, en forma de facciones vagamente familiares. Espera que no se trate de la falta de sueño, las noches desperdiciadas sosteniendo la almohada acartonada contra el rostro, para enterrar los sollozos. Ni de su estómago vacío, demasiado revuelto para procesar cualquier alimento sustancial.
—Detective Frederick Silva— se presenta.
Dione lo observa. Unos sesenta años, rostro tostado por el sol, ojos azules bajo las cejas pobladas y demás bello facial. Contextura atlética para alguien de su edad, le adivina también una barriga hogareña, esas que aparecen por pasar los fines de semana en demasiadas barbacoas familiares. Le recuerda un poco a su propio padre, pero cualquier persona inteligente sabe algo mejor que confiar en un policía. Es un trinar en la voz de Whitney Crave, ‘no digas nada sin un abogado’, memorándum de algo que ya sabe, de cualquier formar ese semana había perdido la habilidad de hablar, entregada en su dolor que le sabe a sal y a fracaso. Entonces, otra vez, silencio. El hombre carraspea en lo que toma asiento por delante de ella.
—Anteriormente, no puede presentarme con propiedad—.
Como por artificio de un interruptor las palabras activan los recuerdos. Aquella vez luego de la prueba, cuando todos terminaron en la comisaria, detención preventiva porque los sterlings encontraron a Jean. El café con un sabor demasiado diluido y las rosquillas que dejan un gustillo a aceite quemado. El detective Silva aparece junto a Santhiago, que se encontraba descompuesto, desconsolado, pidiendo ayuda con la mirada para escapar de que sea el mayor le ha dicho. Sobra decir que le pareció una persona estorbosa, de lo más desconsidera al recordarle sus tristezas a alguien más, lo odió, por haberle hecho algo terrible a alguien que quiere. Sin embargo, en ese momento, en que deja la carpeta rebosante descansando en la mesa, a diferencia de sus colegas que se aparecen con las manos vacías, como haciendo un favor con su presencia, y ella reconoce el papel color crema y la caligrafía prolija de Linda Wallace oculta entre otros informes, y entonces el hombre, se encoge sobre sí con aire conspirativo, mirada bondadosa y le comenta en un susurro:
—Pienso que no deberías estar aquí—. A Dione le dan ganas de responder ‘muchas gracias por admitirlo’, no obstante, a sabiendas que no es la reacción correcta, en su lugar, otorga un reservado asentimiento, desviando la mirada, luciendo pensativa, como queriendo decidir si responderle o no.
—Me llamo Dione— le dice, como si no supiera, marrones que vuelve a enfocarse el rostro contrario. —Te recuerdo—.
—Bien. ¿Quieres contarme lo que sucedió?—. Él pone una sonrisa comprensiva. Ella se remueve incomoda en su asiento.
—Es que— comienza, abochornada por lo que esta apunto de confesar, como un adolescente en un pijamada —...conocí a un chico—.
Por supuesto que se trata de una historia de amor, al igual todas las buenas historias. Émile Lamontage, el chico del tormentoso relato de conocí a un chico, el mismo que le contó a Linda Wallace a pedacitos, con lujo de detalle, dos veces por semana, llorando en el sofá con el pecho abierto emanando sangre, con la taza de té de frutos rojos y una cucharadita de azúcar sacudiéndose en sus dedos temblorosos, porque a esas alturas, la consejera la conoce suficiente para ofrecerle se bebida reconfortante favorita al inicio de todas las sesiones, indefensa, inocente, inconsolable. Y las dos pretenden que no redactara cuartillas enteras de lo que ha descubierto en esos folders que, esta completamente segura, el detective Silva ha leído. Así que, lo seleccionada a él también, hará las dobles su audiencia objetivo y actor en escena, lo que hace falta para desenmarañar el desastre, realmente lamenta pensar en ellos dos así, que está segura que serán buenas personas más allá de su pobres decisiones al momento de elegir una profesión, pero tiene que ser de esa manera.
Ella es de esa manera, y la verdad que no entiende a esas personas que pretenden que la vida no es un constante ciclo de concursos de belleza, los premios se otorgan a aquellos que muestran las mejores sonrisas y los mejores antecedentes y las mejores respuestas, todos esos asuntos que le salen bien por instinto desde la infancia. ¿Entonces, como no darse cuenta?, el hombre que tiene frente a sí posee la perspectiva correcta para escucharla, para participar del conjunto. Y ella, por supuesto que sí, tiene algo que contarle. Decididamente, el detective Silva queda seleccionado para no solo para escuchar la historia, Dione piensa; ‘hagámoslo, resolvamos esta tragedia’, eso es lo que quiere decir.
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La muñeca
¿Conoces el fantasma dentro de esa muñeca?
Cuando no estás mirando, se levanta y camina por la casa muy silenciosamente,
Apuesto a que no lo sabrías si no te lo contara
¿No es así?
Sus pequeños piececitos adornados con zapatos rojos
Suenan como un minúsculo reloj de bolsillo,
Apuesto a que podría irse a casa si encontrara el dorado camino correcto
Y a veces me pregunto por qué no lo hace.
¿Conoces el fantasma dentro de esa muñeca?
Cuando no estás mirando, ella baila el vals en la sala de estar
Y cuando gira, parece que pudiera volar
Como una pequeña luciérnaga.
Tararea una vieja canción de Elton
Y suena casi tan hermosa como un sueño en su voz,
A veces sonríe un poco frente al espejo de cristal y trata de que su expresión no se quiebre
Intenta ocultar las pequeñas grietas en su hermosa cara de porcelana,
Las veces que se quebró antes
Una en el rabillo de su ojo derecho de esa vez cuando dijiste que no la amabas
Una sobre el puente de su nariz de esa vez cuando dijiste que no te amaba
Aún ella sonríe con la más brillante y falsa sonrisa
—En sus labios color rojo cereza
Y detrás de ellos sus dientes manchados de sangre,
Me pregunto cuándo fue esa vez.
No te gusta
¿No es así?
Nunca te gustó el lápiz labial rojo
El esmalte de uñas rojo
Los zapatos rojos,
Nunca te gusto ella
Solo querías una muñeca para sentar en lo alto de tu estantería
Ahora me pregunto—
¿Conoces el fantasma dentro de esa muñeca?
A veces levanta las manos sobre su cabeza y parece un pequeño bebé
Pidiendo ser llevado en brazos,
Como esos bebés necesitados de atención en los pasillos abarrotados de los centros comerciales
Llorando a todo pulmón frente a sus madres indolentes
Tampoco nunca te gustó la necesidad
Y ella nunca fue de las que llora, en realidad.
El secreto es—
Ni siquiera lo hace cuando tú no estás mirando,
Supongo que por eso la elegiste y la pusiste sobre todas las demás
En lo alto de la estantería,
Pero sabes que no es suficiente
Nunca lo ha sido
Ni ella ni nadie
Aún asi,
Ella quiere ser tu favorita
Apuesto que no lo sabrías si no te lo contara.
¿Conoces el fantasma dentro de esa muñeca?
¿Acaso lo sentiste escapar de sus labios entreabiertos cuando la besaste?
Su aliento gélido hormigueando sobre tu lengua febril
Diciendo lo fervientemente que te quería
Y quería ser tuya
¿Conoces el fantasma dentro de esa muñeca?
Porque creo que él sí te conoce a ti.
Aún en sus ojos almendrados te ves siempre tan precioso,
Y ata en un nudo sus pequeñas manos detrás de tu cuello
—Cómo una promesa,
Ella nunca podría haber adivinado
Lo fácil que es romper a una muñeca.
Hasta ese día
Cuando la lanzaste sobre el frío cuero del asiento trasero en tu elegante auto blanco,
Tiraste de su cabello hasta que un puñado de sus mechones castaños quedó enredado en tus dedos
Y retorciste sus frágiles brazos hasta dislocarlos,
Aún así ella no se rindió.
Entonces tú desgarraste su hermoso vestido de tul azul
Y arruinaste la fachada brillante de su cara bonita
Hasta que no hubo nada más que pudiera gritar
Creo que es la única vez que la he visto realmente llorar,
Por su horrible y hermoso monstruo.
¿Conoces el fantasma dentro de esa muñeca?
Apuesto a que no lo sabrías si no te lo contara
Nunca preguntaste
Cuánto le dolió ser tu muñeca ese día.
Aún camina por la casa con esos pequeños piececitos que suenan como un reloj de bolsillo
Aún tararea al ritmo de Tiny Dancer
Y cuando baila hace girar su vestido azul y juro que podría volar,
Como una pequeña luciérnaga
Aún se sienta frente al espejo y logra sonreír un poco
Y aún se sienta en lo alto de la estantería a veces
Y por un momento pretende ser
—Tu muñeca favorita.
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