Tumgik
#las mejores estudiantes - las más guapas - las más inteligentes - y las que tienen el mejor grupo y proyecto de este año
peaceeandcoolestvibes · 6 months
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LMFAOOOO mama ♐️ nailed it, she’s a mood
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eldiariodelarry · 4 years
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Clases de Seducción, parte 8: La Graduación
Lista de Capítulos
Parte 1, Parte 2, Parte 3, Parte 4, Parte 5, Parte 6, Parte 7
Rubén despertó al sonar la alarma con un dolor de cabeza insoportable. Se había quedado dormido llorando, y apenas se miró al espejo pensó que se le notaba mucho.
No tenía ganas de levantarse, ni de ir a la ceremonia de licenciatura, pero reunió las pocas fuerzas que tenía para ponerse de pie e ir al baño. Sabía que, si bien era su ceremonia, a su padre lo llenaría de orgullo verlo, y no podía privarlo de esa experiencia.
Se duchó rápidamente, y se puso su uniforme por última vez. Se abrochó los cordones de las zapatillas negras, y luego se puso la corbata para hacerse el nudo, mirándose al espejo. Notó que aún tenía los ojos hinchados, y luego recorrió su completa apariencia con la mirada. Sintió que estaba demasiado ordenado, como nunca en su vida escolar, y la ironía le sacó una sonrisa.
Fue a la cocina a prepararse un bowl de cereal con leche como desayuno, y mientras comía se puso a pensar nuevamente en los hechos que habían ocurrido el día anterior.
Si bien había llorado mucho de pena al ser rechazado por su amigo, también estaba enojado consigo mismo por haberse hecho ilusiones con Sebastian, quien ya le había dicho que no era gay, y no había señal más clara que esa, de que jamás pasaría algo serio con él.
Pero esa mañana, comenzó a sentir enojo hacia Sebastian, por haber seguido (o comenzado nuevamente) con los besos, a pesar de saber que él se sentía confundido al respecto, y que muy probablemente iba a terminar haciéndose ilusiones frente a sus momentos de intimidad.
Terminó de comer, lavó el bowl que había ocupado y antes de salir de la casa, despertó a su papá para avisarle que se iba, y que se tenía que levantar y arreglarse para no llegar atrasado.
La ceremonia comenzaba a las once de la mañana, pero los estudiantes tenían que llegar a las nueve para hacer un último ensayo general.
Rubén se fue caminando a solas por la línea del tren, y pensó que muy seguramente estaría junto a Sebastian rumbo al liceo en ese momento, si su amigo no hubiera sido tan imbécil. A cada segundo que pasaba sentía que se enojaba más y más con Sebastian.
Llegó al liceo y se puso a conversar con sus compañeros, y a los minutos llegó Sebastian.
—¿Y ustedes por qué no llegaron juntos como siempre? —preguntó Daniela apenas llegó Sebastian hasta donde estaban reunidos.
Rubén no respondió, y miró seriamente a su amigo (¿o examigo?) esperando su respuesta.
Sebastian estaba a punto de responder cuando la directora comenzó a hablar por el micrófono pidiéndole a los alumnos que se formaran en orden alfabético.
El ensayo propiamente tal comenzó alrededor de las nueve y cuarenta y cinco minutos, y duró cerca de veinte minutos, en los cuales ingresaron en orden a la cancha y tomaron asiento en las sillas designadas para ellos, y luego practicaron el paso hacia el escenario para subir a recibir el diploma, y al final ensayaron la salida, en orden, al igual que la entrada.
Cuando terminaron el ensayo, cada curso se separó en pequeños grupos, que se fueron disolviendo a medida que llegaban los familiares de cada uno.  
Rubén evitó permanecer demasiado cerca de Sebastian, pero de todas maneras lo sorprendió buscando su mirada, con cara de disculpa, aunque él solo lo miraba serio por una fracción de segundo, y luego desviaba la mirada, porque simplemente no podía mirar enojado a una persona por mucho tiempo, porque le consumía demasiada energía.
Cuando llegó su padre, Rubén lo fue a saludar y lo ubicó en el asiento que tenía designado, y le indicó que esperara a que empezara la ceremonia, y desde la distancia, pudo ver como los padres de Sebastián se sentaron junto al suyo.
—Tan raros que andan ustedes —le comentó Daniela a Rubén, señalando a Sebastián con el mentón, cuando estaban a punto de formarse para comenzar la ceremonia.
—¿Cómo raros? —preguntó Rubén, haciéndose el tonto.
—Raros po. ¿Están enojados? —quiso saber, sin especificar su definición de “raro”.
—No —respondió Rubén, no tan rápidamente como hubiera querido para no levantar sospechas.
Daniela soltó una risita.
—Ya, se nota —dijo con ironía—. Voy a preguntarle al Seba mejor —se quedó mirando a Rubén, y él supuso que era para ver su reacción.
Rubén intentó no mostrar ninguna emoción en su rostro.
—Pregúntale po —fingió una risa. No estaba muy cómodo con esa conversación. No quería hablar de su enojo con Sebastián, y menos con la chica que le gustaba a su amigo.
—Ya, si era broma —agregó Daniela, y Rubén pensó que había notado su incomodidad—. Si están enojados podría ser la mediadora entre ustedes —agregó—. No me gusta verlos separados.
“A mi tampoco me gusta, pero lamentablemente estás entremedio”, pensó Rubén.
—Tranquila, que no ha pasado nada —le dijo finalmente.
Daniela asintió en silencio, con cierta expresión de decepción, y Rubén supuso que era porque no había logrado que le confiara la verdad.
—¡Quiero que empiece rápido esto! —exclamó entusiasmada Macarena, llegando al lado de Daniela y dando por cerrada la conversación.
Las dos muchachas se pusieron a hablar entre ellas, pero Rubén no prestó atención.
Sabía que no era culpa de Daniela que Sebastian estuviera enamorado de ella. Era entendible, era muy guapa, inteligente y con una personalidad encantadora; sin embargo, no podía evitar sentir cierta envidia por ella.
La Profesora Ximena lo sacó de su ensimismamiento indicándole que se formara después de Rafael, porque ya iban a comenzar a pasar a sus asientos.
Comenzó a sonar una clásica música liderada por instrumentos de cuerda y un piano, dando el inicio a la ceremonia, y la señal para que los estudiantes hicieran ingreso al patio donde estaban dispuestas las sillas.
El profesor de música, ofició como maestro de ceremonia, por su voz profunda y buena modulación. Leyó un breve discurso a nombre de los profesores, y luego presentó un número artístico, en el cual el sobrino de la directora interpretaba una melodía tocando el violín.
—Lo hace pésimo —le comentó al oído Rafael. Rubén no habría sido tan duro con las palabras, pero de verdad las desafinaciones eran notables—. La directora lo mete en todo solo porque es su sobrino.
Rafael era parte de la academia de música del liceo, así que Rubén supuso que sabía de lo que hablaba.
Después de esa presentación, hicieron la entrega de los certificados de titulación a los cuartos A y B. Rubén pensó que al subir al escenario se iba a emocionar, al ser la última vez que estaría en el liceo, usando el uniforme, y representaba ya el cierre de su etapa estudiantil, pero la verdad fue que no se emocionó mucho.
Le dio nostalgia pensar que en ese liceo había pasado los mejores años de su vida, pero también le daba cierto enojo al recordar que toda esa etapa la vivió junto a su mejor amigo, Sebastian, quien últimamente había jugado con sus sentimientos, dañando su amistad.
Volvió a sentarse junto a sus compañeros, y esperaron pacientemente que la ceremonia terminara.
Cuando fue el turno del cuarto E, Rubén volvió a pensar en Felipe, y se imaginó que estaría ahí de no ser por haberse quedado repitiendo un año. Se preguntó por qué había pasado eso, pero dedujo que jamás obtendría una respuesta a esa pregunta.
Al terminar la ceremonia, los estudiantes volvieron a salir por donde habían ingresado al patio, y una vez fuera del lugar, el curso de Rubén se abrazó con cariño.
Rubén vio que Sebastian estaba a un par de metros de distancia, y lo miraba con los ojos llorosos. Pensó por un par de segundos en qué debería hacer. Finalmente, comenzó a caminar lentamente hacia su amigo, intentando mantener la expresión más neutra posible, para que su amigo no se diera cuenta que verlo llorando le partía el corazón.
Cuando estuvo a un metro de distancia, Sebastian se abalanzó sobre Rubén y le dio un fuerte abrazo.
Rubén se resistió al principio a abrazarlo, pero al rato ya no pudo más. cruzó sus brazos por la espalda de su amigo y lo abrazó con fuerza.
—Perdóname, Rube —le dijo al oído, con la voz quebrada—. Perdón por ser tan imbécil.
Rubén asintió, en silencio, aunque sabía que Sebastian no tenía cómo ver ese gesto.
Sabía que su amigo lo quería mucho, así como él lo hacía, pero aún no sabía si quería dejar pasar por completo la forma en que lo había ilusionado.
Lo que sí sabía era que no quería tirar a la basura tantos años de amistad por, tal vez, un estúpido error.
Cuando se separaron, los padres de ambos llegaron a felicitarlos con un abrazo, y les pidieron que posaran para tomarles un par de fotos. Rubén no estaba de ánimos, pero no quería que sus familias sospecharan que había algo raro entre ellos.
Luego de las fotos de rigor, Rubén agradeció al cielo que ambas familias se separaran, rumbo a sus propias celebraciones personales.
El padre de Rubén condujo el Chevrolet Aska hasta un restorán ubicado en la Avenida Brasil.
—Papá, no era necesario que me trajeras a comer a un restorán. Pudimos haber comido en casa —le dijo Rubén, preocupado por el gasto, innecesario a sus ojos, aunque muy agradecido por el gesto.
—Hijo, ¿cómo se te ocurre?, es el momento más importante de tu vida hasta ahora y tenemos que celebrarlo como corresponde —le alborotó el cabello por encima de la mesa.
Rubén aceptó el gesto de su padre, y por primera vez en el día, pudo relajarse, y dejar que la felicidad lo invadiera. Estaba disfrutando de tiempo de calidad junto a su padre, y él más que nadie, sabía que esos momentos debía valorarlos como oro.
Cuando ya caía la noche en los cielos antofagastinos, Rubén se dedicó a subir a su perfil de Facebook algunas de las fotos que había tomado su padre con la cámara digital.
Catalina, la chica que conoció rindiendo la PSU lo saludó por el chat de la red social, y lo felicitó por su titulación.
—¿Y tienen alguna fiesta para celebrar? —preguntó ella.
—Si, mañana es la fiesta de gala, pero no creo que vaya.
—¿Por qué? —envió un emoticono sorprendido.
Rubén pensó en qué responder por unos segundos.
—Porque la persona que me gusta va a estar ahí, disfrutando con la chica que le gusta —respondió finalmente, sintiendo un vacío en el estómago, al dar un primer pasito para hablar de sus intereses románticos con alguien más.
—Pero no por eso vas a perderte la última oportunidad de tu vida de ver a tus compañeros todos juntos, con sus mejores tenidas —respondió ella, intentando motivarlo.
—No será la última vez, después viene el paseo de fin de año —la corrigió.
—Ya, pero es distinto —insistió.
Catalina intentó convencer a Rubén durante un par de minutos más, pero fue imposible. Realmente no tenía ganas de ir, entre ver a Sebastián disfrutando junto a Daniela, y la ansiedad social que tenía cada vez que se encontraba en grandes grupos de personas, lo desmotivaban por completo.
Al día siguiente, durante la tarde, Sebastian llegó a la casa de Rubén.
—Hola —saludó con timidez Sebastián cuando Rubén salió a abrir la reja.
—Hola —respondió sin ganas Rubén. Ya no estaba enojado con Sebastian, pero estaba lejos de alegrarse al verlo. Aún le dolía lo que había pasado.
—¿Cómo estay? —quiso saber su amigo, aún tímido, como si toda su confianza se hubiera desvanecido.
—Bien —apenas moduló.
—Oye, ¿me acompañai a comprarme un traje para la gala? —le pidió, después de unos segundos de silencio.
Rubén se entusiasmó al oír su propuesta, pero sintió ese entusiasmo como vacío, como si fuera un resabio de otra época.
—No puedo —respondió después de pensarlo unos segundos—. Tengo que hacer aseo antes de que llegue mi papá —inventó.
—Ah, bueno. Voy solo entonces —aceptó con resignación Sebastian—. ¿Tú tienes listo tu traje?
—Si, lo tengo de hace un par de semanas —volvió a mentir. La verdad aún tenía guardada la plata que había ahorrado para comprarlo.
—¿Entonces irás? —preguntó Sebastián, demostrando su entusiasmo con una sonrisa genuina.
—Si —respondió, desviando la mirada.
—Ya po, entonces, nos vemos más tarde —se despidió Sebastián, manteniendo su sonrisa, contento.
Rubén se sintió mal por mentirle a Sebastian, al verlo alegrarse tanto con su asistencia a la fiesta, pero luego pensó que era algo mínimo, comparado con lo que él le había hecho.
—Hijo, me encontré al Seba cuando venía para acá —le comentó su padre, a la hora de la cena, mientras Rubén le calentaba el almuerzo—. Me dijo que venía del centro porque había ido a comprarse un traje para la fiesta de gala.
—Ya —Rubén no supo qué más decir, porque no sabía dónde quería llegar su padre con eso.
—¿Por qué no me dijiste que la fiesta de gala era hoy? —le preguntó, un poco molesto.
—Ah, papá —comenzó a decir Rubén, para bajarle el perfil al asunto—. No te lo dije porque no voy a ir.
—¿Y por qué no?
—Porque no tengo ganas —respondió sin darle mayor importancia, mientras se sentaba a su lado en la mesa después de servirle el plato de comida.
—Hijo, si no vas, después te vas a arrepentir —le dijo su padre, mirándolo seriamente a los ojos.
Rubén se quedó en silencio, extrañamente avergonzado.
—Ya, pero aunque quisiera, no tengo traje para ir —respondió Rubén, replanteándose la idea de no asistir.
—Puedes usar el de tu hermano —sugirió su padre—. Lo usó una sola vez así que debe estar como nuevo.
A Rubén no le gustaba mucho la idea de usar el traje de hace cinco años de su hermano, pero era la única opción que tenía si quería considerar en serio la posibilidad de ir.
—Si cambias de opinión, me avisas para irte a dejar —dijo finalmente su padre, con una sonrisa paternal.
Rubén simplemente asintió, y se fue a su pieza a meditar.
La verdad era que su padre había logrado que su determinación a no asistir tambaleara. No quería que en un par de años pensara en ese preciso día, y se arrepintiera de no haber ido a la fiesta de gala por un capricho, pero aún estaba indeciso en si ir con el traje de su hermano sería buena idea, y se arrepintió de ser tan estúpido y caprichoso.
Fue a la pieza de su hermano, que llevaba abandonada desde el verano, a ver en qué condiciones estaba el traje. Buscó en el closet y lo encontró rápidamente. Tiró la funda negra sobre la cama, abrió el cierre y sacó con cuidado el traje con el colgador.
El traje era gris oscuro, muy tradicional, y tenía una corbata del mismo color. Rubén lo miró y no encontró que estuviera tan mal, y comenzó a entusiasmarse imaginando cómo se le vería.
Siguió buscando en el closet, sin saber dónde su hermano guardaba las camisas (suponiendo que tenía más de una). No encontró nada así que buscó en la cómoda, y las encontró en el segundo cajón.
Su hermano tenía exactamente tres camisas, una blanca, una azul y una negra, todas muy mal dobladas, pero al menos estaban limpias. Tomó las tres y las puso debajo de la chaqueta una a una, para ver cuál combinaba mejor, y se quedó con la negra.
Rubén se desvistió y se probó el traje para ver cómo le quedaba.
Al mirarse al espejo se sorprendió con el resultado. Se veía mucho mejor de lo que esperaba, y con los zapatos adecuados, la camisa planchada y el cabello peinado supuso que se vería aún mejor.
Miró la hora en el reloj que tenía su hermano en el velador, y se sorprendió de lo tarde que era: un cuarto para las diez.
Salió de su pieza y se mostró ante su padre.
—¿Eso quiere decir que si irás? —le preguntó su padre, con una sonrisa en la cara.
—Si —admitió Rubén, un poco avergonzado, por haberse negado en principio—. Pero tengo que pedirte que me planches la camisa mientras me baño.
—Bueno —aceptó de inmediato su padre.
—Y que me prestes uno de tus zapatos elegantes.
—Hecho.
Rubén se llevó una toalla de baño hasta su pieza, donde se desvistió por completo, y antes de meterse a la ducha le entregó la camisa a su padre.
Al salir de la ducha, su padre le había dejado la camisa sobre la cama y los zapatos en la pieza. A Rubén le sorprendió lo incómodos que eran los zapatos, pero ya no había nada que hacer. Al menos se veían muy bien con la tenida.
Se puso gel en el cabello y se lo peinó un poco, para no verse tan desordenado.
—Te ves como todo un hombre, hijo —le dijo su padre al verlo completamente listo.
Rubén sonrió, halagado. Le gustaba cómo se veía, y no podía creer que la ropa vieja de su hermano le quedara tan bien.
Se subieron al auto y partieron rumbo a la discoteca del sector sur de la ciudad donde se realizaría la fiesta, que estaba programada para empezar a las once de la noche.
Llegaron quince minutos tarde, pero aún estaban los estudiantes fuera del local, ubicados en grupos según el curso.
—Rafa, te dije que sólo tienes que abrocharte un solo botón de la chaqueta o sino te verás como un idiota —escuchó Rubén que le decía Liliana a Rafael, mientras se bajaba del auto, y se volteó a ver cómo Rafael, completamente de negro, le hacía caso a la muchacha, que vestía una tenida muy pin-up, con un vestido azul oscuro con lunares blancos, y su cabello castaño adornado con un cintillo rojo.
Rubén se aseguró de abrocharse también un solo botón de la chaqueta antes de acercarse a saludar a sus compañeros.
—Te ves muy bien, Rube —le dijo Macarena cuando lo saludó, y Rubén pudo ver lo hermosa que se veía, con un vestido de campana color violeta, sin arciales.
—Tu también, Maca —respondió Rubén, sonrojándose levemente. A pesar de ya no identificarse como hetero, le dio gusto que la supuesta chica de sus sueños (como le decía Sebastian) le dijera que se veía bien—. ¿Y la Dani? —quiso saber, al notar que no estaba junto a su amiga, temiendo saber por qué no estaba ahí, al igual que Sebastian.
—Tuvo un inconveniente mientras se preparaba — respondió en voz baja para que nadie escuchara—, pero ya viene en camino.
Rubén supuso que el inconveniente era tener sexo con Sebastian, pero después de pensarlo bien, se dio cuenta que, si su amigo era la causa, no había razón para que Macarena no se lo dijera.
Continuaron conversando unos minutos, cuando justo antes de que los profesores abrieran la puerta para ingresar al local, llegó un auto negro, del cual se bajó Daniela, con un largo vestido blanco, ceñido al cuerpo. Se veía tan espectacular, que incluso Rubén quedó boquiabierto.
Rubén esperó unos segundos eternos a que Sebastian se bajara del vehículo, pero hasta que se volvió a poner en marcha, eso no pasó.
Daniela saludó a sus compañeros, y les explicó la razón de su demora.
—El muy desgraciado se fue de vacaciones y no le avisó a nadie, le dio lo mismo que tuviera horas reservadas —contó, con respecto a su peluquero, que la dejó plantada a horas de la fiesta, pero a Rubén le parecía que exageraba porque se veía muy bien con el cabello liso suelto sobre sus hombros.
Rubén tenía miedo de ver a Sebastian, sobretodo porque pensaba que llegaría junto a Daniela, pero ahora que sabía que ese no era el caso, quería verlo, y se odió mucho por eso.
Ingresaron al local, y saludaron a la profesora Ester, quien los dejaba entrar con una sonrisa maternal.
Una vez adentro, Rubén notó que uno de sus compañeros, Marco, hablaba de forma sospechosa con uno de los chicos del cuarto E, y vio que el último le pasaba algo al primero.
Al rato, Marco llegó hasta donde estaba la mayoría del grupo de su curso, y les mostró lo mismo que Rubén había visto. Era una petaca, rellena con alguna bebida alcohólica, supuso acertadamente.
—Si alguien quiere, me avisa —les dijo, con una risa malévola.
—Ay, cómo se te ocurre, Marco —lo reprochó Macarena.
—¿Qué tiene?, solo le doy un poco más de diversión a este magno evento —respondió el muchacho, con ironía.
Macarena blanqueó los ojos.
—¿Qué significa “magno”? —le preguntó Macarena, de manera desafiante.
—Relájate un rato —respondió finalmente Marco, después de varios segundos en que Rubén supuso que se debatía entre inventar una respuesta, o buscarla en su memoria.
A Rubén le daba risa que, incluso habiendo terminado el año escolar, Macarena le seguía reprochando sus malas conductas a Marco.
La mayoría de los compañeros tomaron un sorbo de la petaca, incluído Rubén, y le pareció muy malo el sabor.
—Si quieren, hay más de donde vino esto—concluyó Marco, guiñándoles un ojo, y partió a ofrecer el bebestible a otros grupos, y Rubén notó que el muchacho del E hacía lo mismo.
En ese momento Sebastian se unió al grupo, vistiendo un traje verde oscuro, camisa blanca y corbata café, que le quedaban muy bien. Rubén no lo había visto llegar, y no le sorprendió que se viera tan bien.
Saludó a todo el grupo, y al último se paró frente a él. Se veía nervioso, y le sonrió, como esperando una reacción.
—Te ves bien —le dijo Rubén, a modo de saludo, con una sonrisa. En realidad, quería decir que se veía radiante.
—Tu también, Rube —respondió Sebastian, y se avalanzó a abrazarlo.
Rubén dio un largo suspiro, feliz de estar ahí, de estar abrazando a su mejor amigo y de poder verlo más hermoso que nunca.
Se sintió estúpido, nuevamente, por tener esos sentimientos hacia Sebastian, pero no quería pasar esa noche enojado, y evitando compartir con su mejor amigo por un capricho estúpido.
—¿Podemos hablar más tarde? —le preguntó Sebastian al oído, porque la música estaba muy fuerte.
Rubén se separó de Sebastian, y asintió para que él lo viera. Sebastian sonrió contento.
Fueron todos a la pista de baile, y mientras Sebastian no dejaba de bailar con Daniela, Rubén bailó con Macarena y con Liliana por horas.
Los dos amigos no hablaron durante la fiesta. Rubén miraba a Sebastian y lo sorprendió muchas veces hablando con Marco para que le diera alcohol, y luego seguía bailando con Daniela, y cuando se daba cuenta que Rubén lo miraba, se reía como un niño que hacia una travesura.
A Rubén no le estaba gustando como actuaba su amigo. Estaba en todo su derecho de bailar con la chica que quisiera, eso lo sabía, pero Rubén sintió que no era necesario embriagarse esa noche, sobretodo si estaban con supervisión de los profesores. Y aparte lo miraba y se reía, como si hubieran dejado todo atrás y siguieran como amigos. O sea, eso era lo que quería, pero primero necesitaban conversar.
Tomó entonces la (estúpida) decisión de abusar del alcohol que proporcionaba Marco, al igual que Sebastian, para demostrarle que él también podía disfrutar como si nada hubiera pasado, y como si todo el rollo entre ellos no hubiera significado nada para él.
Vio que Marco se dirigía al baño, junto al muchacho del cuarto E, y los siguió.
—Dame —le dijo a Marco, después de que éste se volteara en el baño cuando él le tocó el hombro.
—¿Qué cosa? —preguntó Marco, haciéndose el tonto.
—Copete.
—¿Estay Hue’on?  —le dijo Marco riéndose.
—¿Por qué? —quiso saber Rubén.
—Porque si po. ¿Cuándo hai tomado tu? —se burló—. Te puedo ofrecer una leche con chocolate si querí.
Rubén lo miró enojado, sin entender por qué se rehusaba ahora si hace unas horas se lo había ofrecido a todos, incluso a Liliana y Rafael, que él consideraba que eran incluso menos atrevidos que él.
—Dale nomas—le dijo el muchacho del cuarto E a Marco, con una sonrisa torcida, como si planeara algo—, lo necesita.
Rubén notó que Marco no entendía por qué el muchacho le daba esa orden, pero obedeció de igual forma. Tomó la petaca que le extendía Marco después de sacarla de un bolsillo interno de su chaqueta, la abrió y tomó.
Sintió que la garganta le quemaba y casi escupió lo que había tomado, pero se aguantó para no quedar como un debilucho frente a Marco que se acababa de burlar de él.
De inmediato sintió como un vacío en su estómago, lo que le provocó una leve sensación de vértigo al sentir que el piso se movía, pero luego se estabilizó. Le gustaba la sensación. Continuó tomando hasta acabarse todo el contenido.
—Me debes una, Rubencio —le dijo Marco mientras salía del baño junto al otro muchacho, y lo dejaron ahí a solas.
Rubén respiró hondo, tratando de acostumbrarse a la sensación de embriaguez que le había provocado la bebida que le compartió su compañero. Se sintió estúpido, y de cierta forma se sintió más libre. Tenía ganas de cantar, de bailar, de gritar.
Salió del baño, y justo vio como Sebastian estaba besándose con Daniela. Una mezcla de pena y rabia se mezclaron en su interior, con la tristeza ganando por poco, pero luego, por una razón muy específica esos sentimientos se esfumaron.
Cuando estaba buscando al rededor suyo alguna persona con quien conversar, y evitar la escena que tenía enfrente, le llamó la atención que en la entrada de la discoteca estaba el muchacho del cuarto E, junto a un gran grupo de ese curso, saludando a un recién llegado.
Rubén no se dio cuenta en qué momento comenzó a caminar en esa dirección, pero sonrió con fuerza cuando su mirada se cruzó con la del recién llegado, y éste le devolvió la sonrisa. Era Felipe, asistiendo a la fiesta que debió haber sido suya.
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treeofliferpg · 5 years
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Ideas de rol: basados en parejas de series de TV
Empezamos recordando que el siguiente texto no ha sido redactado por e staff de ToL, nosotras solo lo traducimos para que pueda lear a más personas. La autoría pertenece a @susierpt, en su tumblr podréis encontrar el post original, así como en este mismo tumblr bajo la etiqueta “idioma original”.
¡Feliz ANIVERSARIO DE DOS AÑOS a este blog! Sí, es correcto: ¡el 30 de mayo de 2018 marcó dos años de susierpt! El año pasado, para celebrar un año, hice una lista de conejitos basados ​​en las canciones de Halsey. Este año, estoy haciendo uno basado en mis parejas de TV favoritas.
Incluye los ships de: Brooklyn Nine-Nine, Cómo conocí a tu madre, Parques y recreación, Ex-Crazy Girl, Gilmore Girls, Yuri! on Ice, Free !, Death Note, Ley y orden: Unidad de víctimas especiales, Still Star-Crossed, Twin Peaks
(La mayoría de estos son canon ... algunos son simplemente canon en mi corazón ).
Jake y Amy de Brooklyn Nine-Nine : Musa A y Musa B son detectives / policías que tienen una apuesta y sobre la cantidad de arrestos por delitos graves que pueden coneguir en un año. Si Musa A gana, Musa B debe darle su coche. Sin embargo, si gana B, Musa A debe ir a una cita con B ... y A promete que será la peor cita de su vida. Cuando B gana la apuesta, procede a arrastrar musa a una elaborada (y costosa) "cita simulada" ... todo mientras se niega a admitir que le gusta musa a de verdad. 
Marshall & Lily de How I met your mother : Musa A y Musa B etaban felizmente comprometido... hasta hace seis meses, cuando musa A se asustó, tuvo una crisis existencial, rompió el compromiso y se mudó a la otra punta dell país. Musa B estaba totalmente destrozada y cayóen una depresión de corazón roto durante meses. Ahora finalmente están empezando a avanzar... justo cuando A vuelve y dice que quiere que vuelvan a estar juntos.
Chidi y Eleanor de The good place : Musa A y Musa B están muertos, y ambos se han despertado en el paraíso. Los seres del otro mundo les han dicho que son almas gemelas. El problema es que A no era una persona muy agradable cuando estaba vivo y debería haber ido al infierno. Desesperado por permanecer en el paraíso, musa A le pide a B que le ayude y le enseñe cómo ser una buena persona. (Puede ir desde aquí o incorporar la trama del espectáculo. De cualquier manera). BONUS: Puede suceder en el mundo “norma” con ambos pjs vivos y que A quiera mejorar como persona por otro motivo, tal vez quiera reconciliarse con alguien, evitar la cárcel o cualquier otra opxión.
Andy & April de Parks and recreation : Musa A y Musa B han comenzado a salir después de unos meses de flirteo y ha ido genial. Así que, un día cuando Musa A bromea y sugiere que se casen, musa B en realidad dice "sí". Se casan después de solo un par de meses de citas, se mudan juntos y se preparan para comenzar su vida de casados... A pesar de que todos los que los conocen les dicen que están locos.
Rebecca & Nathaniel de Crazy ex girlfriend : Musa A quiere vengarse de su ex, por lo que decide obtener la ayuda de la persona más mezquina que conoce: Musa B. B es su jefe y siempre ha sido bastante abierto a la hora de pensar que Musa A es guapa. A y B se unen para destruir al ex de musa A, mientras que los sentimientos de muse b cambian de la atracción puramente física a algo mucho más profundo. Pero musa A está empeñada en vengarse y las cosas se salen de control muy rápidamente. Claramente, esto solo puede terminar bien.
Luke & Lorelai de Gilmore girls : Musa A es una madre soltera. Musa B es el dueño del restaurante favorito de padres e hijos.  A medida que los dos se convierten en mejores amigos, B ayuda a A a criar a su hija y a convertirse en una familia. B finge no sentir al niño de Musa A como propio, ero el niño también lo ve como su padre.
Logan & Rory de Gilmore girls : Musa A es un niño rico, tímido y protegido que nunca ha salido de su zona de confort. Musa B es un niño aún más rico que ha hecho de su misión el sacar a A de esa zona. Mientras B intenta que A se relaje, B trata de obtener de B ALGO que se parezca a la estabilidad y un plan de vida. A medida que los dos se enamoran, se encuentran con un pequeño problema: sus familias se odian entre sí. 
Benson & Barba de Law & Order: Special Victims Unit : Musa A es policía; Duro, competente, protector ... y totalmente cerrado emocionalmente. Musa B es abogado; Inteligente, sarcástico, decidido a hacer lo correcto ... e incluso MÁS cerrado emocionalmente. Juntos, luchan contra el crimen.
L & Light de Death Note : sí, este es un "asesino en serie" y un "detective genial que ha sido contratado para seguir el plan de dicho asesino en serie". Queriendo vigilar más de cerca a su enemigo, el asesino se une a las filas del detective ... y el detective lo sospecha, pero no puede probar nada ... todavía. ¡¡¡¡Drama!!!! ¡¡¡Juegos mentales!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Traición!!!!!!!!! ANGUSTIA
Rosalina & Benvolio de Still star crossed : Musa A y Musa B están comprometidos entre sí contra su voluntad para poner fin a una guerra que está arruinando a su ciudad. No se llevan bien en absoluto y deciden trabajar juntos para poner fin al conflicto para que puedan salir de su compromiso ... Pero se enamoran en el proceso.
Isabella & Helena de Still star crossed : Musa A es una princesa que ha sido enviada para tratar de hacer las paces con un gobernante de otro país. El problema es que dicho gobernante quiere casarse con ella y ella no está tan interesada. Musa B es una dama que espera al gobernante, e inmediatamente se enamora de A. Las dos mujeres trabajan juntas para tratar de llevar la paz a sus naciones sin que nadie tenga que casarse con nadie, y ... tal vez estar juntas.
Victor & Yuuri de Yuri!!! On Ice :  F / f o m / m, porque ESTE ES UN EVENTO SÓLO PARA GAYS, VAYA A CASA. Musa A es un patinador mundialmente famoso que se va a jubilar, tratando de averiguar qué hacer con el resto de su vida. Musa B es su mayor fan y también un patinador. Aunque B es extremadamente talentoso, no lo ha hecho demasiado bien profesionalmente. Un día, B sube a youtube imágenes de sí mismo realizando la rutina más famosa de A. A está totalmente aturdido cuando las imágenes se vuelven virales ... pero eso no es nada comparado con el impacto que tiene cuando la gente aparece en su puerta. A ha decidido lo que quieren hacer por el resto de su carrera: ¡sé el entrenador de B! A medida que B intenta prepararse para las competiciones profesionales, su relación de entrenador / estudiante va hacia algo que implica mucho más.
Cooper & Audrey de Twin Peaks : Musa A es un agente del fbi enviado a una pequeña ciudad adormecida para investigar el asesinato de uno de los compañeros de clase de Musa B. B tuvo una relación tensa con el difunto, pero en el momento en que se encuentra con A, se enamora de A. Musa A se siente halagado por el enamoramiento, y sinceramente le gusta musa B como persona, pero tiene un trabajo que hacer y lo va a hacer, no está aquí para salir con nadie. B, determinadp a ganar los afectos de A, se mete en la investigación, decidido a ayudar. Incluso si eso significa que sea secuestrado un par de veces y Musa A tenga que ir en su rescate. 
Rin & Haru de FREE! : Musa A y Musa B fueron amigos de la infancia y jugaron en el mismo equipo deportivo durante años. Desafortunadamente, los dos tuvieron una gran pelea cuando en una competencia musa A demostró ser mejor que B y musa B lo tomó ... mal. Las cosas nunca se resolvieron, y pronto, B se alejó. Avance rápido diez años. Musa B está de vuelta en su ciudad natal, se ha entrenado y se une a un equipo de su deporte preferido. Pronto, reflexiona de nuevo ... porque está en el equipo contrario. ¿Puede A vencer a B? ¿Pueden reparar su amistad? 
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amateurwriterrandom · 3 years
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Capítulo 2: ¿Gryffindor?
¿Qué demonios debía hacer en esta situación? Bien, observándolo con detenimiento, podía hacer una lista de pros y contras. Pros de esta situación: 1. Parecían mayores y podrían ayudarle con sus dudas sobre el colegio. 2. Podrían ser sus amigos provisionales mientras hacía buenos amigos. 3. No tuvo que buscar personas, llegaron a él. Contras: 1. Parecían ser unos verdaderos chicos problema. 2. Su imagen podría ser manchada por ese par y nadie querría acercársele. 3. Repetir el punto uno. Una solución bastante lógica podría ser responderles únicamente si le hablan ¿No? Y no hacerles creer que es su amigo, solamente sacar un poco de información para no verse tan mal al llegar al castillo. — Así que… Primer año ¿Eh? Mucho gusto, Kim Taehyung, tercer año, Gryffindor. Ciertamente le estaba hablando a él, uno de los chicos estiró la mano, tenía el cabello verde, se veía algo gracioso pero eso no debía de saberlo. Kook le dio un apretón de manos un poco inseguro, ojalá no estuviera metiéndose con la gente equivocada. — Jeon Jung-kook. — Bonito nombre. Lamento lo que paso hace un rato. No creas que somos malos, solamente nos gusta molestar a los Slytherin, especialmente a Yoongi. — Tae tiene razón, tenemos la teoría de que solamente está amargado y necesita divertirse un poco para dejar de ser tan… delator. — Intervino el otro con una risa. — Park Jimin, tercer año, Gryffindor también. El otro chico también se veía gracioso, su cabello era rosa y tenía unas mejillas regordetas. Ambos daban la impresión de Cosmo y Wanda de los padrinos mágicos ¿Conocerían el show? Lleva mágicos en el título después de todo. — ¿Qué es Gryffindor? — Kook en verdad quería saber. Ambos chicos se miraron extrañados, parecía que nadie le había hablado del sistema de casas dentro del colegio. — ¿Gryffindor? La mejor casa de la escuela si me lo preguntas. — dijo Tae. — Creo que igual no entiende tu referencia, tonto, deberíamos explicarle de que se tratan las casas ¿Alguien te explico el sistema de casas del colegio, Kook? Jimin parecía una persona amable, más cachorrito que persona, Taehyung era como un cachorro de labrador… Algo entusiasta para el gusto de algunas personas. Kook negó varias veces para responder la pregunta.   — De acuerdo, verás, Hogwarts fue fundada por 4 personas muy importantes: Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar Slytherin. Cada uno de ellos propuso los ideales para el tipo de estudiantes que buscaban. Gryffindor buscaba a los que demuestran valor, coraje y justicia, Hufflepuff a los leales, trabajadores y pacientes. Ravenclaw a los sabios e inteligentes y Slytherin busca a los ambiciosos, a los astutos y determinados… — Tonterías, Jimin, estás haciendo todo muy teórico. Mira, Kook, en Hufflepuff están los chicos que no encajan en ninguna otra casa aunque son muy amables siempre y vaya que tienen gente muy guapa en sus filas, en Ravenclaw están los chicos bastantes extraños, son muy nerds y no son muy sociables, Slytherin es lo peor: son presumidos, se creen mejores que todos… Son gente que quería ser Gryffindor y no pudo. — Por ese tipo de comentarios es que empiezan las guerras entre casas, Tae. Todas son buenas. — Lo son, pero Gryffindor es la mejor. Kook reía viendo a ambos chicos, no parecían malos después de todo. —Ten cuidado del examen Kook, sino quedarás en Slytherin. — Advirtió Tae. — ¿Examen? ¿Hay un examen? Ahí estaba, ahí acababan sus posibilidades de entrar a esa escuela, el rostro de Tae ahora era tan serio, tan sombrío. Genial, no le habían dicho del examen y no había estudiado nada, probablemente quedaba en Hufflepuff, Tae había dicho que ahí quedaban todos los que no encajaban. Taehyung explotó en risas después de recibir un golpe en la cabeza por parte de Jimin. — Eres un idiota, no lo asustes así. Es mentira, Kook, no hay ningún examen. El sombrero seleccionador es el que decide para que casa eres bueno, habrá una ceremonia de selección y ahí el sombrero determinara tu futura casa… Taehyung no paraba de reírse, se sentó su lado. Aún quería mantener la guardia en alto, no sabía si lo estaban molestando o solamente querían hacerlo sentir seguro con las bromas. — Lo lamento Kook. Pero es cierto… El sombrero es el que decide, pasarás frente a toooda la escuela para saber tu casa. Pero no te preocupes, Jimin y yo estaremos ahí, puedes buscarnos con la mirada por si te pones nervioso. — Gracias chicos, lo tendré en cuenta. Se sentía justo como si estuvieran en el jardín de niños, se hicieron amigos al ser ellos mismos. Seguía nervioso pero era su momento para preguntar cuántas cosas quisiera sobre el mundo mágico. Los chicos no podían cerrar la boca sobre sus aventuras en el colegio, se mostraban emocionados por la salida a Hogsmade, un pueblo mágico cerca de la escuela. Demonios ¿Sería bueno quedar en Gryffindor y juntarse con ellos? Así podía evitar estar nervioso en sus clases, aunque no sabía si tomaría clases con ellos o no.   —Bien, ahora preséntate, Kook. — Dijo Tae — ¿Presentarme? ¿A qué te refieres con eso? —Ya sabes ¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Qué te gusta? ¿Qué hacen tus padres? Todas esas cosas. De nuevo guardaba silencio, esas preguntas siempre le habían resultado difíciles de responder, sobre todo porque tendría que explicar algunos términos probablemente, eran dos formas de vivir muy diferentes. Parecía que Jimin había leído su mente o era muy buen lector del lenguaje corporal porque no tardó en tomar la palabra, haciéndolo sentir mucho más tranquilo. — Comenzaré yo ¿De acuerdo? Mi nombre es Park Jimin, nací en Busan, Corea del Sur, el 13 de octubre de 1995. Mi familia está conformada por mis padres y mi hermano menor, Park Jihyun, tiene tu edad, debe estar por ahí… Tengo la sospecha de que será Hufflepuff. Respecto a mis padres, mi padre es jefe del sector de relaciones muggles en el ministerio, y mi madre es herbologista, me crie en el mundo mágico toda mi vida aunque conozco un poco del mundo muggle por el trabajo de mi papá. Respecto a mí… Supongo que me gusta ser feliz y quiero pertenecer al equipo de quidditch, este año pienso hacer pruebas. — ¡También soy de Busan! Aunque espera ¿Qué es Quidditch? — De nuevo, un término que Kook no comprendía. — Oh, es un deporte mágico. No te preocupes, lo entenderás después… Primero concéntrate en aprender a volar, yo puedo ayudarte si llega a interesarte, los chicos de Busan deben de permanecer juntos. Genial ¿Deportes mágicos? Eso sí que le interesaba. — ¡Mi turno! Kim Taehyung de Daegu, Corea del Sur, nací el 30 de diciembre de 1995 y tengo la misma edad de Jimin, creo que por eso nos convertimos en mejores amigos aquí. No te dejes engañar, era un chico tímido, creo que aún lo es, pero yo le he ayudado.  Aunque él también me ha ayudado mucho, es mi soporte, mi pilar, mi mejor amigo… ¿Qué sentimiento era el que estaba sintiendo? La escena era enternecedora, Tae daba pequeñas palmaditas en la cabeza de Jimin. Kook de pronto deseaba ser su amigo, nunca había tenido amigos realmente cercanos, su vida entera había girado en torno de ser amigo de su hermano, nunca había notado eso. Trató de retomar la atención al chico, no quería parecer grosero. — Pero eso no era lo que debía contarte. Bien, mi familia está conformada por mis padres y mis dos hermanos menores, mis padres son aurores, ahí fue donde se conocieron y se enamoraron. Honestamente, no tenemos mucho dinero pero somos muy felices… Más feliz soy cuando voy con mi abuela que es granjera. Me interesan la magizoología y el club de duelo. Fin de la historia. Ahora sí es tu turno, Kook. ¿Quién eres? — Bueno… Soy Jeon Jung-kook como dije anteriormente… Mi cumpleaños es hoy, nací el 1 de septiembre de 1997 en Busan, Corea del Sur. Mi familia es una familia normal, creo. Mi padre es un excelente dentista y mi madre es manager de varios famosos… Trabajo un tiempo con Coldplay. Me gustan los deportes ¿Muggles? Correr, futbol, todas esas cosas. Ambos lo miraron como si de una celebridad se tratara, no entendía porque las miradas, tal vez estallarían en risas por su vida tan común. — ¿Me disculpan? Debo salir un momento. Jimin salió del compartimento un tanto rápido, ahora solamente quedaban él y Tae. Seguro lo había arruinado, tal vez había dicho un insulto y él no tenía manera de saberlo. Tae lo miraba con una sonrisa… Su sonrisa era linda, parecía un rectángulo. — Tengo muchas preguntas ¿Qué es un dentista? ¿Qué es Codpey? — Un dentista es una persona que arregla los dientes y los revisa en el mundo muggle, es como un doctor de los dientes. — ¿Doctor? ¿Qué es un doctor? Supongo que es como nuestros medimagos ¿No es así? Esto iba a ser más difícil de lo que él pensaba ¿Era válido sentirse agobiado por las preguntas? Tenía miedo de responder alguna tontería. Había sido salvado por la campana, Jimin abrió el compartimiento de nuevo con las manos en la espalda, miró a Tae muy serio y no dijo nada, la situación lo aterraba… Seguro era ahora cuando lo atacaban y le jugaban una broma, una iniciación, estaba preparado, cerró los ojos esperando lo peor. — Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños querido Kook, feliz cumpleaños a ti. Espera ¿Era eso la canción del cumpleaños? ¿Eso estaba pasando? Abrió los ojos lentamente. Mierda, lo era y delante había una especie de pastel con una vela… La mirada de Kook cambió, sentía ganas de llorar, no sabía si era porque extrañaba a sus padres y a su familia y esto significaba un cambio de vida o solamente porque no esperaba un gesto así en su primer día en el colegio. — ¡Vamos Kook, pide un deseo! — Lo animaba Jimin — Está bien, lo pediré. No podía decir su deseo en voz alta, eso cancela la magia pero deseaba con todo su corazón que las cosas funcionaran en su nueva vida. Jimin sacó una caja. — Grajeas de todos los sabores del mundo, sí, todos los sabores, hasta los más asquerosos están ahí. Es un regalo de nuestra parte ¡Debiste decirnos antes que era tu cumpleaños! — Exclamo Tae — Bueno, no lo vi necesario, es otro día más — ¡No lo es! Es un día importante, Kook. Ahora que somos tus amigos tendrás muchos festejos de nuestra parte. Ya eres parte de la manada, me agradas ¿No es así, Jimin? — Sí, es un chico agradable. Cuidaremos de ti. No entendía que demonios le estaba causando esta situación, la palabra amigo resonaba en su cabeza, tenía amigos… Parecía que tenía amigos que no eran su hermano. Era demasiado pronto para hacer juicios pero tal vez podría tener con quien comer durante los almuerzos.
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datosastrologicos · 7 years
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El niño Leo
Tweedledum y Tweedledee se enfrentaron en un torneo, porque Tweedledum dijo que Tweedledee le había estropeado su sonajero.
¿Te acuerdas de aquel juego que solías jugar de niño, que se llamaba <<sigamos al líder>>? ¿Re-cuerdas a aquel pequeño que se enfurruñaba cada vez que no conseguía ser el líder? Si era el mismo chico que te prestaba dinero para comprar golosinas cuando tú ya te habías gastado el tuyo, entonces es seguro que había un Leo en tu pandilla de barrio.
El típico cachorro de León es alegre, risueño y juguetón cuando se sale con la suya. Cuando no, no se sabe de donde aparecen nubes de tormenta, acompañadas de un rugir de truenos o de un ofendido y caviloso retraimiento. Aunque parezca que se concede demasiada importancia, no hay que poner continuamente en su lugar a un niño Leo. Si se reprime su entusiasmo y su alta opinión de sí mismo se corre el riesgo de dejarle profundas cicatrices que durante años oscurecerán el brillo de su Sol. Los chiquillos y las niñas de este signo tienen la costumbre de ser mandones con los demás niños, cosa que a menudo molesta las madres de otros niños más inhibidos; pero es necesario imponerles suavemente las restricciones necesarias, sin reñirles jamás con aspereza en presencia de sus compañeros de juego. El gran orgullo de Leo reacciona con violencia ante un ataque a su vanidad, y muy especialmente si se produce en público.
Es bueno estimular la natural capacidad de liderazgo de los niños Leo, pero es menester enseñarles que cada uno debe tener su turno, y que eso es lo justo, aunque ellos sean más fuertes que los demás.
El sentido leonino de la justicia hará, por lo general, que los niños entiendan lo que se intenta explicarles. Leo no es agresivo por maldad; simplemente, tiene una tendencia innata a encabezar el desfile. Son niños con gran necesidad de exhibirse, y si cuando son pequeños no se controla esta necesidad, es muy difícil dominarla después. El pequeño León es el que orgullosamente se pone cabeza abajo en el patio de la escuela o camina por lo alto de una cerca para fascinar a las chicas. Los padres prudentes empiezan desde muy pronto a hacer que el niño Leo se dé cuenta de que, en realidad, ese tipo de exhibicionismo no tiene dignidad alguna. Este sistema da resultados, normalmente, de manera casi mágica, ya que los niños regidos por el Sol tienen un innato sentido de la dignidad.
Lo notareis incluso en los más pequeñines: una especie de porte regio que produce la impresión de que el bebé fuera el monarca de todo lo que le rodea. La expresión <<Su majestad el bebé>> debe haber sido acuñada para describir a un pequeño Leo. Los cachorritos empezaran desde bien temprano a reinar sobre todo el gallinero, y con muy poco esfuerzo darán vuelta y media a papa, mamá y todo el resto de la familia. Es algo extrañísimo, pero un Leoncito sentado en su trono –en su sillita alta, quiero decir–, embadurnado de zumo de ciruelas y yema de huevo, y con urgente necesidad de que le cambien los pañales, todavía se las arreglará para mantener su dignidad intacta. Para un bebé Leo es natural que sus emboba-dos padres y amigos embelesados le rindan homenaje, mientras él acepta graciosamente sus atenciones, presentes y tributos. Le resulta muy fácil dejarse adorar. Observa la presunción satisfecha en su carita cuando algún extraño se detiene a hacerle mohines.
Tu hijo Leo será más inquieto que la mayoría de los niños, correrá más riesgos y será más activo. También tendrá sus ataques periódicos de leonina haraganería, durante los cuales estará tirado por la casa demasiado cansado para mover un dedo, como no sea para ordenarte que le atiendas. Déjalo solo y hazle entender que nadie es su sirviente. Si quiere algo, puede buscárselo él solo, cuando recupere sus energías. Si no actúas así malcriarás al pequeño Leo y harás de él un pequeño tirano. Claro que de vez en cuando no le hará mal que le alcances un libro, le sirvas un vaso de leche con cacao o le hagas amistosamente cualquier pequeño favor. Pero con esta mínima sumisión a los caprichos del León es bastante, a menos que tengas la intención de convertirte en camarera o escudero de su principesca persona. Si se les enseña a respetar los derechos de los demás de la misma manera que se respetan los suyos, los niños Leo pueden ser encantadores para convivir con ellos. Son juguetones y afectuosos como esos adorables cachorritos que se ven en el zoo y, como ellos, necesitan una disciplina estricta y cariñosa. Los domadores de leones saben usar tanto el látigo como la caricia. Cualquiera de los dos, por si solo, seria ineficaz y peligroso.
Hay dos tipos de niños (y niñas) Leo. El primer tipo lo forman los extrovertidos, alegres, divertidos, bien dispuestos, cálidos y generosos, aunque a veces un poco agresivos. Los otros Leones un poco vergonzosos exteriormente pueden haber sufrido un grave golpe en su vanidad, ya sea porque los padres son demasiado dominantes o porque prestan excesiva atención a sus hermanos y hermanas. Secretamente, son niños que necesitan poder y aplauso, tanto como los demás. El peligro de tales situaciones, si se prolongan, es que el niño Leo llegue a obtener la atención que necesita más tarde en su vida, forzando situaciones en mal momento y con la gente más inadecuada, o bien que se retraiga en una dolorosa timidez y una frustración destructiva. La antinatural frustración de su ego durante largos periodos puede resultarles muy enfermiza.
De pequeños, a los varones Leo les gustará jugar a los soldados y disfrutarán de los juegos que re-presentan un desafío y contienen un fuerte elemento de azar. La niñita Leo será toda una dama, aunque de gran voluntad; le gustarán los vestidos bonitos, que le digan que es guapa, y probablemente, también que le confíen responsabilidades en la casa. A veces, alguna niña Leo puede mostrar tendencia a juegos de varones, pero su vanidad hace que supere esa etapa. No esperes que estos niños acepten con gusto barrer o sacar la basura. Estas tareas serviles les sublevan, de modo que confíales obligaciones más dignas e importantes, que les den sensación de autoridad.
Los maestros pueden esperar cierta ayuda de los niños Leo.
Les encanta explicar cosas a los demás, y nada les gusta más que sustituir al maestro cuando éste tiene que salir del aula: así ocupan el centro de la escena. Normalmente, el niño Leo que queda a cargo de su clase se ocupará alegremente de la disciplina, pero alguna vez su espíritu juguetón pasará a primer plano, y es posible que al regresar, el maestro encuentre que la clase se ha convertido en un circo de tres pis-tas. Son niños que pueden aprender muy deprisa, cuando quieren. Son inteligentes, y con frecuencia muy gratificantes para el maestro que tiene paciencia con ellos, pero tienen tendencia a mostrarse un poco ocio-os en el aprendizaje. Prefieren confiar en su personalidad alegre y congraciarse con su encanto.
Son capaces de deslumbrar a los maestros con sus sonrisas soleadas y sus zalamerías, y no es raro que los cachorros de León obtengan mejores notas que las que se merecen. Es posible que haya que obligarles a formarse buenos hábitos de estudio, aunque, pensándolo bien, con estos niños lo de obligar es una pérdida de tiempo. La manera más fácil de conseguir que un estudiante Leo obtenga buenas notas es apelar a su vanidad, hacer que quiera ser superior a los otros. Generalmente, es el recurso más eficaz. Cuando se porte bien, dale palmadas en el hombro para asegurárselo, pero no te límites a una sola palmadita.
Por más homenajes que se le rindan, Leo siempre está ávido de más. Estos chicos necesitarán, probablemente, más dinero para sus gastos que otros niños más austeros. Es posible que tu hijo Leo regale las monedas que le sobren, pero no saldrá perdiendo tampoco. Es una buena idea enseñarle la regla que aprendían los hijos de Rockefeller en cuestión de finanzas: <<Algo para dar, algo para gastar, algo para ahorrar>>. Lo último, especialmente.
A medida que crezcan, los jóvenes regidos por el Sol se darán cuenta de la existencia del sexo opuesto mucho antes que los nacidos bajo otros signos solares. Prepárate para una adolescencia turbulenta, porque tu hijo Leo tendrá cien altibajos emocionales por día. Tanto sus amistades como sus romances serán tremendamente dramáticos, plenos de momentos de éxtasis y de corazones destrozados. A todos los chicos de este signo les encantan las fiestas. Dale la suficiente libertad, porque si no, él se la tomará. Imponiéndole órdenes rígidas destruirás su orgullo y su dignidad. Si estimulas su valor y halagas el yo de un joven Leo, diciéndole con sinceridad que le consideras capaz de serlo, te mostrará orgullosamente lo fuerte que es.
Nunca es tarea fácil criar a un niño nacido en agosto. Habrá momentos en que sientas que jamás podrás domar a tu leoncillo enjaulado. Pero es posible lograrlo, si recuerdas que necesita una disciplina suave y constante, y que el amor y el afecto son las llaves mágicas para abrir su corazón de oro. No son los Leones que se sintieron adorados cuando niños los que se convierten en adultos desdichados, sino los cachorritos que crecieron en el descuido y la privación emocional. Recuerda que, aunque finja ser muy fiero, el temor secreto de Leo es no serlo lo bastante.
Abrázale con fuerza todas las noches, y ámale con todo tu corazón.
Linda Goodman
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ydesperte · 6 years
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Exclusiva / Andrea Vilallonga: “La imagen es una manera fácil de llegar al interior”
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Alguien dijo una vez lo siguiente: “La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano”. Una frase que viene como anillo al dedo para conocer un poco mejor a Andrea Vilallonga, consultora de imagen y comunicación. Hoy, el blog Y desperté… la entrevista en exclusiva y da muy buena fe de ello.
¿Cómo es Andrea Vilallonga fuera de las conferencias y de los programas de televisión?
Igual, quizás un poco menos. En las conferencias intento ir con cuidado, pero no te creas. Soy tal cual. La gente cuando ve los vídeos, no solamente las clases de Operación Triunfo, sino que ve los vídeos de tutoriales luego, cuando me conocen, me dicen: “es que eres la misma”. Ya, es que yo soy así. Y me parece que eso es lo que hace que seas auténtica. Puedes dar un mensaje de protocolo con mucha naturalidad. Soy muy “bestia” y así soy yo.
¿Cómo y cuándo empezaste en el mundo de la asesoría de imagen?
Empecé hace ya doce años. Fue una época convulsa en mi vida en la que no sabía muy bien qué hacer con ella, profesionalmente hablando porque personalmente tengo una estabilidad maravillosa y eso está bien, pero, a nivel de profesión, venía de intentar ser actriz, productora de teatro, productora de música, dobladora de porno, de todo lo que se puede intentar. Actriz porno, no, dobladora, que no es lo mismo, que quede bien claro.
Entonces hice un curso de maquillaje porque me gusta mucho el maquillaje. La profesora me dijo que mejor que lo dejara porque era tremendamente mala y entonces me dijo que “en cambio, que a ti que te gustan las personas…” porque era eso lo único que tenía claro. ¿Cómo? No sabía. Y me dijo: “¿por qué no haces un curso de asesoría de imagen?” Para mí, “¿qué diablos es asesoría de imagen?” Hice el curso y me di cuenta que la imagen es una manera fácil de llegar al interior…también he ido al psicólogo y he tenido épocas de crisis, como todo el mundo y me pareció el proceso como algo muy largo y doloroso.
Entonces me di cuenta que la imagen era una manera directa y fácil de llegar a las personas y de poder ayudarlas, superficialmente, pero se podía llegar y así.
¿Cómo trabajáis en Atelier?
Atelier ya no existe como nombre. Hay dos partes: Andrea Vilallonga formación, consultoría, etcétera, donde trabajamos con personas y con empresas y también está la School, que antes se llamaba Atelier. Me aconsejaron llamar todo igual para tener más alumnos y, hace unos meses, cambiamos a Andrea Vilallonga School.
La escuela es un proyecto de hace cinco años. He sido profesora en muchas escuelas de Barcelona y me di cuenta de que al final yo quería enseñar de una manera distinta, a como soy yo. Es decir, nada de superfluos y vamos al grano. Por eso, el máster son tres meses y, en tres meses, puedes aprender las bases de la profesión. Luego, la profesión, como en todos los estudios, se aprende trabajando, no estudiando. Hay gente me dice que si estás en la carrera de abogado, sabes la teoría, pero luego en la práctica vas aprendiendo. La idea es que te doy toda la teoría y la práctica para que puedas empezar tu negocio y, a partir de ahí, ya dependerá de ti.
¿En qué consiste el método #Mírate?
Es curioso porque el método #Mírate es algo que he ido desarrollando con mis clientes poco a poco. Lo que te decía del poder ayudar del interior al exterior. En la primera fase me dedicaba, como todos los asesores de imagen, a embellecer, que es maravilloso porque todo el mundo quiere verse más guapo. Nunca he conocido a nadie que te diga: “póngame fea, por favor”. No me ha pasado aún, pero puede pasar. Y, a partir de ahí, me di cuenta que para sentirte bien y verte guapo o guapa no era sólo una cuestión de lo que te pones, sino de cómo lo usas. Es decir, la postura, la voz y también cómo lo vives (la actitud).
Cuando empecé a darme cuenta de que aplicaba estas tres patas, me dije: “oye, voy crear un método”. Creo que soy la única que lo pone tan claro y, para eso, también me ayuda mi pasado como actriz. Lo que le digo a todas las estudiantes de asesora de imagen: “vuestro método será vuestra vida, como vosotras lo habéis vivido y vuestras experiencias”. Mi experiencia ha hecho que #Mírate es así y luego fue la búsqueda del acróstico, a partir de lo que ves y mira lo que aparece (Mejora tu imagen, Renueva tu actitud y Trabaja tu Expresión).
#Mírate nació hace dos años: se viene cultivando desde hace diez años, pero desde hace dos se me iluminó un día y no sé cómo y lo monté. Saqué este método en febrero de hace dos años, cambié mi página web, enfocada ya al método #Mírate. Es decir, ya no hago un servicio típico de asesoría de imagen, sino que creo un único servicio, que es el #Mírate. Tengo la posibilidad de dar una charla Tdex, que empieza en octubre y doy la charla en mayo. Y en mayo, cuando empieza a funcionar, me contactan para el libro. Nada que ver con OT porque para OT me llamaron después. Ha sido un año desde que tú descubres cuál es la esencia y le pones un nombre y trabajas sobre ello parece que los planetas se alineen. Estoy en una nube desde hace un año y pico y me emociono y todo porque me ha costado un montón.
El libro #Mírate empieza con ocho líneas de Nina Simone (Tengo mi pelo, mi cabeza, mi cerebro, mis orejas, mis ojos, mi nariz, mi boca y mi sonrisa. Tengo mi vida, tengo mi libertad, ¡Tengo mi vida!) que, sin duda alguna, son toda una declaración de principios… ¿Por qué nos cuesta tanto mirarnos al espejo?
Esta canción es maravillosa. Porque no somos capaces de apreciar lo que tenemos. Nina Simone lo dice claramente: “no tengo esto, no tengo lo otro, ¿pero, qué tengo?”. Cuando nos miramos al espejo estamos acostumbrados a ver lo que no tenemos y vamos a cambiar la visión para ver qué es lo que tenemos…tampoco estamos tan mal. Y esa fue mi declaración de principios porque siempre que le pregunto a un cliente qué es lo que te gusta de ti y la respuesta es nada, a mí me destroza el alma porque no es verdad. Todos tenemos algo, aunque sea una nariz para respirar, aunque algunos no la tienen.
Es una realidad: nos han puesto las expectativas tan altas a nivel de imagen que parece que tenemos que ser todos como un modelo a seguir cuando lo divertido es la diversidad y ver personas distintas, cuerpos distintos, voces distintas, …
¿Qué aporta Andrea a Operación Triunfo? ¿Y Operación Triunfo a Andrea?
Les doy una visión a los chicos, un granito de arena, de justamente esto, sobre todo a esta gente joven que aún está buscándose y buscando el qué. A veces, esta falsa modestia que hay de “a mí no me gusta nada” o el necesitar que los demás te digan que eres guapo para sentírtelo. Les hago una base de “si no empieza por ti, no empieza por nada” porque ser artista no es solamente cantar. Ser artista es todo lo demás e insisto mucho en esto en la edición pasada y la semana pasada ya les dije a los chicos: “no os olvidéis que esto no es un concurso sólo de voz”. Es un concurso en el que te están viendo actuar, convivir, hablar, y les enseño a mejorar la convivencia, la actitud, la imagen, no solamente la imagen, y, evidentemente, el saber estar. Y ahí entra la parte de protocolo, pero intento hacer todo de una manera muy agradable, pero nada que ver con las clases de hace mil años de convivencia, ya que tiene que partir de ti.
Justamente hoy he recibido un mensaje de una chica y me he dado cuenta de que las clases van más allá de lo que yo pensaba. Y esto sí que me emociona porque no me doy cuenta de que ha salido de la depresión gracias a mis clases, que de repente se quiere gracias a mis clases y yo flipo y a mí esto me flipa.
Creo que mis clases son un punto más transversal que las otras. Si quieres ser cantante, tienes a la mejor profe, que es Mamen; si quieres aprender a bailar, tienes a los mejores profes (Vicky, Sheila y a Rubén este año y tienes a Cris). Pero es más concreto y las mías, como las de Miki Puig o las de Guille, son más amplias. Este año lo han vuelto a calcar: es una escuela de alto rendimiento y o vienes a currar o te vas. Pero lo guay está cómo lo viven los de fuera y eso me parece tremendo.
Y OT me aporta, y esto va en contra de mi método, me refuerza un poco en que no me estoy equivocando porque, por muchos años de experiencia que yo tenga, siempre está el reconocimiento: me ayuda y aporta también visibilidad.
¿En qué otros proyectos profesionales andas metida?
La verdad es que, a nivel público, en poquita cosa porque trabajo muchísimo con empresas, viajo mucho para dar formación. De hecho, la próxima semana vuelvo a estar aquí para dar formación. Luego, estaré en Madrid para dos formaciones privadas. Trabajo mucho en empresa privada.
¿Qué o quién te pone televisivamente hablando?
No veo mucha televisión porque no tengo tiempo. Veo Netflix, las noticias en Francia (mi marido es francés) y, cuando me pongo, veo todos los programas de reformas y limpieza de Kiss y Ten. De la tele española, Roberto Leal. Me encanta porque es un tipo de presentador que aúna todas las cualidades que debe tener un presentador. Es inteligente, con capital social, atractivo, simpático, cercano. Realmente, lo tiene todo. Cuando lo ves en el directo y hay un problema técnico no se enfada, sonríe, lo salva, pero hay algunos que se enfadan.
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TEST / Primeras impresiones que te vengan a la cabeza de las siguientes frases o palabras…
Barcelona…Amor.
Una virtud, una manía, un vicio y un defecto…Empatía, los olores, la cerveza y la inseguridad.
Un libro, una película, una canción y un color…Patria, Dirty Dancing, Nina Simone y rojo.
Mónica Isern y Rosa Izquierdo…Mis pilares.
La Vanguardia…un canal.
Catalunya Radio…un canal.
El Trencadís…otro canal.
A punto con La 2…una experiencia.
Cazamariposas…una experientaza.
Tinet Rubira…un personaje.
Noemí Galera…amor puro y duro.
Operación Triunfo…una estrella caída del cielo. Es ese momento en que viene un ovni y te ilumina.
#Mírate…mi vida.
La felicidad no se busca, se vive…Sí, cada día, cada minuto.
Un sueño por cumplir o una asignatura pendiente…Tener un programa propio. | Especial agradecimiento a Mónica, Rosa y Andrea por su cercanía, sencillez y calidez. Exclusiva Y desperté…Todos los derechos reservados.
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