Tumgik
#la última palabra: poema-cadáver
proustian-dream · 3 months
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Leopoldo María Panero, Last River Together
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Me voy diluyendo por el pasillo hasta desaparecer en la barra. Ya no tengo cuerpo, lo que queda de mi alma pide una Jack Daniel’s doble sin hielo y voy a sepultarme a la última mesa del fondo. Saco mi libreta y escribo mi epitafio, como cada noche. Soy el borracho de Schrödinger, estoy vivo y muerto a la vez. No decido si quedarme o irme  hasta que no estoy envuelto por el humo. No elijo mi destino hasta que no suena Street Of Dreams de The Damned. Marcos me pregunta como hago para escribir con esta luz, le respondo que para eso me pido un farol (señalo mi vaso): para ver. El Clash solo es apto para quienes vemos en la noche. Diurnxs de la puerta para afuera. En el exterior suenan las bombas que nos explotan. Casi no quedan lugares donde estemos a salvo, el Clash es el único búnker que encontré resistiendo, no cae y con eso evita que caigas. Porque como cualquier amigx a veces alcanza solo con estar. Me resguardo dentro, la puerta se tranca y solo entramos o salimos pecadores. A veces creo que hay un detector de pulcritud en la entrada: si suena sos pulcro, alerta de mente sana cuerpo sano, alarma de camisa y corbata, sospecha de alma con sotana. Acá entran las ánimas indignas, los cuerpos sospechosos de siempre, lxs que estamos al final de la fila, lxs últimxs que nunca nos importó ser primerxs. En ningún otro lado la gente me da cosas como acá: me regalaron cerveza, whisky, otras cosas, chocolate, poemas, cadáveres exquisitos… y a largo plazo sólidas amistades así como besos inestables. ¿Dónde voy a escribir si no es acá? ¿Dónde voy a encontrar mis palabras si no es en esta cámara hermética de punk/rock que calla todas las mentiras que nos dijeron alguna vez? The only place donde puedo descifrar mis jeroglíficos. Esta noche I Wanna Be esto y nada más.
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Acostumbradoalfindelmundolandia: linktr.ee/acostumbradoalfindelmundo
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instintodejuego · 15 days
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Exquisite corpse. Max Morise, Man Ray, Yves Tanguy, Joan Miró. 1927.
Jugando como los surrealistas - Cadáver Exquisito
El cadáver exquisito consiste en que los jugadores se turnan para escribir una palabra o frase en una hoja de papel y luego doblar el papel para que solo la última palabra o frase sea visible para el siguiente jugador. El resultado final es un poema o una frase con conexiones sorprendentes e inesperadas entre palabras y frases. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando los surrealistas lo jugaron por primera vez, "Le cadavre exquis boira le vin nouveau". (“El cadáver exquisito beberá el vino nuevo”).
En las artes visuales, el Cadáver Exquisito se puede adaptar a un juego de dibujo. En esta versión, los jugadores se turnan para dibujar cualquier cosa, doblar el papel para ocultar su dibujo dejando solo unas pequeñas líneas de guía y pasárselo al siguiente jugador. El resultado final es una imagen colaborativa y a menudo surrealista como la mostrada.
Tanto la versión literaria como la visual del juego pueden usarse como inspiración o punto de partida para proyectos artísticos.
Paso 1
Arme un grupo de al menos tres personas. No necesitan ser personas que sepan dibujar.
Paso 2
Reparta una hoja de papel a cada jugador y cada uno comienza a dibujar libremente en una sección de la hoja.
Paso 3
Se recomienda establecer un tiempo no muy prolongado para dedicarle a cada sección. Por ejemplo, mínimo 20 segundos y máximo 1 minuto, todos deben cumplir el mismo tiempo.
Paso 4
Una vez las personas acaban de dibujar su sección del papel, la doblan de manera que solo se vean unas pocas líneas para que la siguiente persona pueda continuar el dibujo.
Paso 5
Se repite el mismo proceso. La actividad acaba cuando todos han dibujado algo en cada hoja y el dibujo se complete.
Paso 6
Discutir los resultados e ideas con el grupo
Paso 7
Cada persona puede dejarse una copia de los dibujos realizados y tomarlos de inspiración para crear algo nuevo.
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drownedinsomnia · 11 months
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“Lázaro y su amada”
Era marzo por la noche, afuera llovía y la bruma bajaba desde el alto, tenía de melancolía mi cuarto que tras de oscuro ya me tenía a mí mismo, lleno de nostalgia. Las últimas palabras que le dije: - “Cuídate mucho, jamás olvides que voy a llevarte siempre en el lugar donde guardo todo aquello que amo” - Ese día ella no respondió nada y realmente era la respuesta que necesitaba escuchar. Estoy seguro de que me alzando a leer bien, mi mirada, mis manos temblorosas, mi voz quebrada, todos los gestos que anteceden una despedida poco convencional. La tristeza que se cortaba no era por mí, ni por ella, ni siquiera por nosotros, la tristeza era por las memorias, por los domingos de películas, los viernes de Karaoke en casa y bailes cuando sonaba alguna canción romántica; la tristeza era por todo lo que falto decirnos. Ocho años no los borra un momento, ese fuego que devenía de nuestras propias cenizas, éramos retazos de humanos, partes chamuscadas que decidieron arder juntos y crearse de nuevo, esa dolorosa realidad, te apuñala cuando todo acaba. - Adiós Dulcinea, Andrómaca, Ginebra, Beatriz, Egrainne… Adiós amor de mis días. Esta desgraciada contradicción de verte ni siquiera alzar la vista, en las historias la muerte alcanza incluso a los que más aman y hoy sé que soy un cadáver que escribe, que recuerda. No estábamos listos para resistir tanto fuego, el miedo al desorden, a tu caos y a mi paz ajena, ahora en medio de un cataclismo, te despido en mi silencio, como si no decir nada pudiera tapar todo el amor que aún guardo. Así te veo irte, como una extraña a mis deseos, envuelta en sombras de lo que una vez fuimos, una llama diferente, totalmente ajena. El tiempo no sanará nada, este solo se encarga de ordenar las vidas por su propia cuenta, ¿pero y si el tiempo no ordena nada? Justo como si vivieras de una esperanza tan estúpida como creer que solo con todo lo que le diste, eras capaz de hacerla volver o al menos caer en razón de que cometiste un error, ese tipo de errores que se pagan con sangre y vida. -Jamás me quisiste – Replique en soledad, de nuevo sin una respuesta. El viento azoto la puerta, y tus fantasmas inundaron mi casa, en cada rincón un eco de tu presencia se movía, tan vivaz como lo hubieras sido tu misma, el cepillo sobre mi repisa, tu foto que aún guardo en mi escritorio, una bala con tu nombre para cuando mis fuerzas no den más. Los símbolos más discretos me respondían lo que jamás dijiste, por ese último abrazo a regañadientes porque tu taxi había llegado, un mensaje… Que nunca llegará. ¿Y yo? ¿Qué hago con mi existencia? Ya no la quería, no estaba preparado para vivir con mi soledad, menos con mi propia compañía. -La tarde está nublada, si llueve y vuelve la tormenta ¿Te quedaras conmigo? - Fue como ceder un paraguas, a pesar de que el día estaba soleado y no existe atisbo de lluvia. Ella tal vez un día, tal vez sí solo si, logré por ese paraguas, tal vez y ya ni le pase por la mente y jamás me vuelva a recordar. El amor no existe con solo desearlo, mi construcción con ella fue de ensueño. Un sueño en el cual un día de lluvia, ella vea por la ventana y recuerde mis poemas, que sepa recitar alguno y en medio de una sonrisa vagabunda, logre encontrar la antología que escribí para ella. ¿Abriría ese libro? “Búscame en el futuro,” Usa la excusa universal, de quien vuelve luego de un periodo largo de silencio, de quien comprende que un hogar son unos brazos, de quien al final entiende que pertenecer es solo ser con un alma derrotada. Pero lo sé, soy un romántico bebedor, con problemas de insomnio y un arma lista para cuando se me cruce el sentimiento, rendirme. Sé que ella no llegará sonriéndome, no correrá por mí, no buscará entre su bolso el libro y me recitara algún verso que pensé para ella, sé que no recuerda mi olor, no el pelo de alambre de nuestro perro, ni su felicidad cuando jugaban. Ella jamás venderá su orgullo y su caos, sí un día la vida nos reúne, sé que ella me vera con atisbos de indiferencia, melancolía y un poco de lastima y me responderá -Bien- Porque su vehemencia es tal… que, aun teniendo el libro en sus manos, podrá si apenas recordar quien fui, porque ella no logro jamás madurar su adiós y así no verá con dolor el nunca haberme respondido. Tal vez nunca llueva, puede que jamás termine su libro, y mi esperanza será, asomarme por la ventana y ver amanecer, sentarme frente al mar y no volverte a pensar.
J Francis Cm
2022  
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adiosalasrosas · 4 years
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Quieres tú saber de mi vida?
Yo sólo sé de mi paso,
De mi peso,
De mi tristeza y de mi zapato.
¿Por qué preguntas quién soy,
Adónde voy?… Porque sabes harto
Lo del Poeta, el duro
Y sensible volumen de ser mi humano,
Que es un cuerpo y vocación,
Sin embargo.
Si nací, lo recuerda el Año
Aquel de quien no me acuerdo,
Porque vivo, porque me mato.
Mi Ángel no el de la Guarda.
Mi Ángel es del Hartazgo y Retazo,
Que me lleva sin término,
Tropezando, siempre tropezando,
En esta sombra deslumbrante
Que es la Vida, y su engaño y su encanto.
Cuando lo sepas todo…
Cuando sepas no preguntar…
Cuando no sepas no saber nada
Sino roerte la uña de mortal,
Entonces te diré mi vida,
Que no es más que una palabra de más…
La toda tuya vida es como cada ola:
Saber matar,
Saber morir,
Y no saber retener su caudal,
Y no saber discurrir y volver a su principio,
Y no saber contenerse en su afán…
Si quieres saber de mi vida,
Vete a mirar al Mar.
¿Por qué me la pides, Literata?
¿Ignoras acaso que en el Mundo,
Todo de nadas acumuladas,
De desengrandar infinitudes,
No sino un trasgo
Eterno, sombra apenas de apetito de algo?
La cosa real, si la pretendes
No es aprehenderla sino imaginarla.
Lo real no se le coge: se le sigue,
Y para eso son el sueño y la palabra.
¡Cuídate de su atajo!
¡Cuídate de su distancia!
¡Cuídate de su despeñadero!
¡Cuídate de su cabaña!
¿Quién soy? Soy mi qué,
Inefable e innumerable
Figura y alma de la ira.
No, eso fue al fin… y era al principio,
Antes de donde el principio principia.
Soy un cuerpo de espíritu de furia
Asentada y de aceda ironía.
No, no soy el que busca
El poema, ni siquiera la vida…
Soy un animal acosado por su ser
Que es una verdad y una mentira.
¡Es tan simple mi ser, y tal ahogo,
Con punzada en nervio y carne!…
Yo buscaba otro ser,
Y ése ha sido mi buscarme.
Yo no quería ni quiero ya ser yo,
Sino otro que se salvara o que se salve,
No el del Instinto, que se pierde,
Ni el del Entendimiento, que se retrae.
Mi día es otro día,
Algún no sé dónde estarme,
A dónde no sé ir en mi selva
Entre mis reptiles y mis árboles,
Libros y cementos
Y estrellas de neón,
Y mujeres que se me juntan como la pared y como nadie… o como madre,
Y el recién nacido que sobre mí llora,
Y por la calle
Todas las ruedas
Reales y originales.
Así es mi día cabal,
Hasta la última tarde.
Y escribí libros para persuadirme
A que yo era alguien,
Uno según mi gana
O según mi nadie.
El Otro, el Prójimo, es un fantasma.
¿Existe el aire,
Donde te asfixias y recreas
Respirando, tu cuerpo inane?
¡No, nada es sino la sorpresa
Eterna de tu mismo reencontrarte
Siempre tú los mismos entre los mismos muros
De las distancias y las calles!
¡Y de los cielos estos techos
Que nunca me ultiman porque nunca caen!
(…)
¿Sabes de los puertos encallados
Del furor y del desembarcar,
Y del cetáceo con mojadísimo uniforme
Que no nada y cae ya?
¿Sabes de la ciudad tanta,
Que me parece ciudad,
Sino un cadáver disgregado,
Innumerable e infinitesimal?
Tú no sabes nada;
Tú no sabes sino preguntar.
Tú no sabes sino sabiduría.
Pero sabiduría no es estar
Sin noción de nada, sino proseguir o seguir
A pie hacia el ya.
Escrito a Ciegas, 1961. (Poema en respuesta a las preguntas de Celia Paschero)
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non-stalgia · 4 years
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Querido diario, perdón por no hacerte existir en la vida real y hablarle a un ente abstracto pero no tengo diarios porque si son words nunca los leo y no me gusta escribir a mano (soy muy cansona y no le entiendo a mi letra).
Hoy salí a regar sin mi celular, por lo que pasé aproximadamente 63 minutos sin ver mi celular (63 minutos de abstinencia) porque dije “necesito pensar” pero no porque quisiera pensar, sino porque creo que mi cerebro se está encogiendo. Así que pensé. Y pensé en lo que estaba pensando. Y me sentí triste y poco valiosa porque casi todo se dirigía hacia el amor, como que me gustaría vivir con Alonso y que leyéramos a Proust (probablemente lo odie) sólo porque cumplimos el estereotipo de la pareja que lee (y me encanta, aunque en realidad él es el que lee, yo sólo lo veo leer, o leo poquito, de reojo, en lo que espero que me hable o que me toque) como la que sale en la novela de Bonsái. También pensé que me gustaría que me leyera los cuentos de Clarice Lispector y luego dije mm estaría mejor que yo se los leyera pero quizás no le gusten y luego mmm me gustaría leérselos a otra mujer y entonces pensé ¿cómo sería leerle a una novia o vivir con amigas y tener una hora de lectura en voz alta? Probablemente discutiríamos mucho los autores, a Paulina le gustan las cosas deprimentes y clásicas y los filósofos y a Zaeth la violencia y las drogas así que de eso deduje creo que el asunto aquí es que no sé estar solay por eso me sentí triste y poco valiosa. Siempre pienso en amor. ¿En qué piensan los demás? Me acordé de Alonso (todo el tiempo) explicándome con diagramas la relación que encontró entre la gravedad y la tendencia de las ideas a ser absorbidas por conceptos más grandes (creo que era algo así). ¿En qué pienso yo? Y me acordé de una chica, digamos Juana, que siempre comparte historias de ella súper alegre y súper energética y saludable viviendo su vida de soltera en una casa sola con su perro y haciendo música y shalala shalala independencia y felicidad que les tengo que compartir porque es mi papel en el mundo brindar de mi felicidad a los otros a través de la música!!!! Y me da bastante cringe, la verdad, sobre todo porque se parece físicamente a la morrita loca que me la armó de pedo para que no ensuciara la reputación de mi exnovio culero. Entonces pensé: Marisol es así, pero Marisol no me da cringe (ella no comparte tanto de ella). Extraño a Marisol. Pensé: Marisol es adicta al sexo, pero no deja que los hombres le estorben en su vida. Ahora vive con uno, pero cuando vivía sola estaba muy bien. Y maticé: extraño a Marisol porque me daba seguridad y me recordaba siempre que se puede ser autosuficiente y feliz, que se puede estar acompañado en la cotidianidad y seguir siendo autosuficiente y feliz. También me enseñó a no tomarme las cosas tan en serio y algunas recetas de comida. La extraño, pero no se lo diré. Y otra vez estoy pensando en personas, no en ideas. Piensa en ideas, tonta. Tonta. A ver, una idea.... 1. ¿Por qué los árboles, que están SIEMPRE (menos en la noche) bajo el sol de La Paz, no se queman? ¿Por qué no hacen un bloqueador con clorofila, o lo que sea que tengan sus hojas que impide que se quemen?  Berenice podría hacerlo. Berenice es bióloga. Berenice sabe tantas cosas y es también muy independiente, pero hay algo en ella, su humor ácido, quizás, que me provoca un poco la impresión de que algo le falta, pero no me dirá nunca qué... También la extraño. Pero me da miedo, siento que me regaña, pero en realidad sólo se reprocha a ella misma (se exige demasiado).
Después vi las plantas nuevas que compró mi mamá hoy (trajo como doce) y luego la planta de la banqueta que está bien muerta (si no me dice Alonso probablemente no lo hubiera notado) y otras pocas plantas que también están muertas pero que yo riego con toda naturalidad, como a los restos del árbol talado de naranjitas, como si pudiera dar vida a la tierra donde no hay semillas (descanse en paz romero, descanse en paz albahaca, descanse en paz maceta con tierra). Me acordé de la mamá de Alonso, porque la última vez que estuve en su casa le dije que sus plantas estaban más bonitas y dijo él, “es que ya son sus plantas”, o algo así, ya las cuida ella. Me sentí mal. Yo riego cadáveres, perdónenme plantitas, quisiera que gritaran cómo debo cuidarlas y me golpearan, por lo menos los bebés humanos lloran si tienen hambre, ¿por qué son tan dependientes? Si me necesitan tanto probablemente no deberían estar en este mundo, “un vulgar deseo de seguir” (es la vida), diría Idea Vilariño, un vulgar deseo de adornar nuestros patios y simular una falsa armonía con el medio ambiente (¡Hey! 22 de abril, feliz cumpleaños Monserrat, feliz día de la tierra), ¿es mío este vulgar deseo de seguir que me hace salir a regar las plantas, no porque les haga bien a ellas, sino porque a mí me hará bien? (Eso lo pensé ahora, no mientras lo hacía [regla no. 1, prohibidos los pensamientos autodestructivos a la hora del patio, estamos siento productivas], suena tan triste). Plantas de autoservicio. De Home Depot para ser exactos; pero nunca seremos como la mamá de Alonso, que tiene un retrato hermoso de su hija en forma de helecho. Abuela, ¿a ti qué planta te gustaría ser? Para rematarte por falta de cuidados... Casi se me olvida: siendo más culera todavía, y obviamente sin quererlo (lo juro, diario, ente abstracto, que no lo vi) le hice la vida más difícil no a uno, a DOS hormigueros. Yo debería estar en la cárcel. Juro que no los vi, pero mi negligencia es igual de culpable que mi saña. Primero barría. Polvo, tierra, tierra, más tierra, y sin querer, barría el hormiguero. Les tapé el hoyo. Arrastré a las hormigas al montón de hojarasca (gracias, García Márquez, pensé que nunca usaría esa palabra). Les di un tiempo para que se regresaran caminando a casa antes de echar al recogedor esa basura. No me imagino cuántos minutos necesitan para volverlo a hacer. Lo otro fue que pum, le dejé caer encima la manguera al otro hormiguero mientras trataba de quitarle un nudo agitándola. ¿Te imaginas que te mate un tubo de plástico sobre tu cuerpo? Terminé. Me peleé con algunas cucarachas. Enrollé la manguera. Traté de quitarle unas hojas secas al árbol muertísimo de la calle (para cuidar, como la mamá de Alonso). Limpié la caca de mi gata con la mano. Apagué las luces.  Antes de entrar, arranqué una naranja que sobresalía bastante del árbol bebé de naranjas. Y surgió un asqueroso poema: Desde mi ventana puedo ver un mango y un naranjo o más poético, como pa novela El árbol de mangos y el naranjo de mi ventana Y pensé mierda. Ya. No tengo ningún pretexto para no ser una gran poeta porque mis privilegios me han llevado a una casa con patio Y árboles frutales y el olor de  la menta, la albahaca, la citronela... Antes no me quedaba más que escribir de cosas cualquiera, pero ahora puedo escribir de la belleza. Puedo dar ese salto lírico que me lleve a encontrarme conmigo misma y a darle un sentido a la vida... sublimar mi experiencia en este mundo. Bueno, podría si no fuera tan huevona como para salir más allá de regar las plantas al patio. En realidad casi no me gusta el exterior. No me gusta la resolana ni los mosquitos ni el polvo, y me distraigo acariciando a las perras. No. Mi lugar es mi cuarto con su poca luz y su cama pegada a la pared, para que me de calorcito al dormir y así pensar que duermo con alguien. Mi cama grande, para pensar en amor. 
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medusacosmica · 5 years
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Corazón muerto / Anne Sexton
No es una tortuga, escondida en su pequeño caparazón verde. No es una piedra que puedas coger y poner debajo de tu ala negra. No es un vagón de metro obsoleto. No es un pedazo de carbón que puedas encender. Es un corazón muerto. Está dentro de mí. Es un extraño y sin embargo una vez fue agradable, como un molusco que se abría y se cerraba. Lo que me ha costado no lo podéis imaginar, psiquiatras, sacerdotes, amantes, niños, esposos, amigos y todo el lote. Era una cosa cara mantenerlo funcionando. Pero también devolvía. ¡No lo niegues! Me pregunto si abril podría traerlo de nuevo a la vida. ¿Un tulipán? ¿El primer brote? Pero esto son sólo reflexiones de mi parte, la compasión que uno tiene cuando mira un cadáver. ¿Cómo murió? Lo llamé MAL. Le dije: tus poemas apestan como vómito. No me quedé pra escuchar la última frase. Murió en la palabra MAL. Lo hice con mi lengua. La lengua, dicen los chinos, es como un cuchillo afilado: mata sin que corra la sangre.
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babylon-crashing · 5 years
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pizarnik’s ‘extracción de la piedra de locura’
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CANTORA NOCTURNA Joe, macht die Musik von damals macht…
La que murió de su vestido azul está cantando. Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad. Adentro de su canción hay un vestido azul, hay un caballo blanco, hay un corazón verde tatuado con los ecos de los latidos de su corazón muerto. Expuesta a todas las perdiciones, ella canta junto a una niña extraviada que es ella: su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre la sed y la mano que busca el vaso. Ella canta.
a Olga Orozco
NIGHT SINGER Joe, make the music of those days …
The one who died of her blue dress is singing. She sings imbued with death, sings to the sun of her drunkenness. Inside her song there is a blue dress, there is a white horse, there is a green heart tattooed with the echoes of the beats of her dead heart. Exposed to all that’s doomed, she sings along with a lost girl that is herself: her amulet of good luck. And despite the green mist on her lips and the cold gray in her eyes, her voice eats away at the distance that opens between thirst and the hand that seeks the glass. She sings.
for Olga Orozco
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VÉRTIGOS O CONTEMPLACIÓN DE ALGO QUE TERMINA
Esta lila se deshoja. Desde sí misma cae y oculta su antigua sombra. He de morir de cosas así.
VERTIGO, OR CONTEMPLATION OF SOMETHING THAT ENDES
This lilac is leafless. It falls from itself and hides its old shadow. I must die by things like that.
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LINTERNA SORDA
Los ausentes soplan y la noche es densa. La noche tiene el color de los párpados del muerto. Toda la noche hago la noche. Toda la noche escribo. Palabra por palabra yo escribo la noche.
BULL’S EYE LANTERN
The absent ones sigh and the night is thick. The night’s color is that of the eyelids of the dead. I make the night all night long. All night I write. Word by word I’m writing the night.
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PRIVILEGIO
I Ya he perdido el nombre que me llamaba, su rostro rueda por mí como el sonido del agua en la noche, del agua cayendo en el agua. Y es su sonrisa la última sobreviviente, no mi memoria.
II El más hermoso en la noche de los que se van, oh deseado, es sin fin tu no volver, sombra tú hasta el día de los días.
PRIVILEGE
I I’ve already lost the name that I was called, her face circles around me like the sound of water at night, of the water falling into water. And her smile is the last thing I lose, not my memory.
II The most beautiful of the night are those who leave, you who I wanted, it is endless your not returning, you’re a shadow until the day of the days.
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CONTEMPLACIÓN
Murieron las formas despavoridas y no hubo más un afuera y un adentro. Nadie estaba escuchando el lugar porque el lugar no existía. Con el propósito de escuchar están escuchando el lugar. Adentro de tu máscara relampaguea la noche. Te atraviesan con graznidos. Te martillean con pájaros negros. Colores enemigos se unen en la tragedia.
CONTEMPLATION
The terrified shapes died and there was no longer an outside and an inside. Nobody was listening to that place because it did not exist. In order to listen they are listening to that place. Inside your night-mask come flashes of lightning. They cross you, cackling. They hammer you with black birds. Enemy colors come together in tragedy.
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NUIT DE COUER
Otoño en el azul de un muro: sé amparo de las pequeñas muertas. Cada noche, en la duración de un grito, viene una sombra nueva. A solas danza la misteriosa autónoma. Comparto su miedo de animal muy joven en la primera noche de las cacerías.
THE HEART’S NIGHT
Autumn in the blue of a wall: be a shelter for the little dead girls. Every night, in the duration of a scream, a new shadow arises. It’s autonomous and mysterious and dances alone. I share the fear of a very young animal going out on the first night of its hunt.
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CUENTO DE INVIERNO
La luz del viento entre los pinos ¿comprendo estos signos de tristeza incandescente? Un ahorcado se balancea en el árbol marcado con la cruz lila. Hasta que logró deslizarse fuera de mi sueño y entrar a mi cuarto, por la ventana, en complicidad con el viento de medianoche.
WINTER’S TALE
The light of the wind among the pines. Do I understand these signs of incandescent sadness? A hanged man swings in the tree marked with a lilac cross. Until he managed to slip out of my dream and enter my room, through the window, in complicity with the midnight wind.
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EN LA OTRA MADRUGADA
Veo crecer hasta mis ojos figuras de silencio y desesperadas. Escucho grises, densas voces en el antiguo lugar del corazón.
IN THE OTHER DAWN
I see figures of silence and despair coming up to my eye-level. I hear gray, thick voices calling from the empty place of my heart.
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DESFUNDACIÓN
Alguien quiso abrir alguna puerta. Duelen sus manos aferradas a su prisión de huesos de mal agüero. Toda la noche ha forcejeado con su nueva sombra. Llovió adentro de la madrugada y martillaban con lloronas. La infancia implora desde mis noches de cripta. La música emite colores ingenuos. Grises pájaros en el amanecer son a la ventana cerrada lo que a mis males mi poema.
NO FOUNDATION
Someone wanted to open a door. They hurt their hands clinging to their prison of bones from bad omens. All night she struggled with her new shadow. It rained in the dawn and was pummeled with weeping women. Childhood pleads from my night’s crypt. The music blooms in naive colors. Dawn’s gray birds are to the closed window what this poem is to my pain.
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FIGURAS Y SILENCIOS
Manos crispadas me confinan al exilio. Ayúdame a no pedir ayuda. Me quieren anochecer, me van a morir. Ayúdame a no pedir ayuda.
FIGURES AND SILENCES
Twitching hands confine me to exile. Help me not to ask for help. They want me my dusk, they’re see I’ll die. Help me not to ask for help.
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FRAGMENTOS PARA DOMINAR EL SILENCIO
I Las fuerzas del lenguaje son las damas solitarias, desoladas, que cantan a través de mi voz que escucho a lo lejos. Y lejos, en la negra arena, yace una niña densa de música ancestral. ¿Dónde la verdadera muerte? He querido iluminarme a la luz de mi falta de luz. Los ramos se mueren en la memoria. La yacente anida en mí con su máscara de loba. La que no pudo más e imploró llamas y ardimos.
II Cuando a la casa del lenguaje se le vuela el tejado y las palabras no guarecen, yo hablo. Las damas de rojo se extraviaron dentro de sus máscaras aunque regresarían para sollozar entre flores. No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados sellar las hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo canto florecer mi silencio gris.
III La muerte ha restituido al silencio su prestigio hechizante. Y yo no diré mi poema y yo he de decirlo. Aún si el poema (aquí, ahora) no tiene sentido, no tiene destino.
FRAGMENTS TO MASTER THE SILENCE
I The powers of language are the lonely, desolate ladies who sing through my voice that I hear from afar. And from far away, in black sand, lies a heavy girl full of ancestral music. Where real death? I wanted to enlighten myself in the light about my lack of light. The bouquets of memory are dying. The girl in the sand nests in me with her wolf mask. The one that could not stand it anymore and implored flames, the one we burned.
II When the roof is flung off the house of language and words do not shine, I speak. The ladies in red are lost in their masks but they would return to sob in the flowers. Death is not mute. I hear the mourners’ song sealing the cracks of silence. I hear your sweet song bloom into my gray silence.
III Death has restored to silence haunting its own prestigiousness. And I will not say my poem and I will have to say it. Even if the poem (here, now) has no meaning, has no destiny.
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SORTILEGIOS
Y las damas vestidas de rojo para mi dolor y con mi dolor insumidas en soplo, agazapadas como fetos de escorpiones en el lado más interno de mi nuca, las madres de rojo que me aspiran el único calor que me doy con mi corazón que apenas pudo nunca latir, a mi que siempre tuve que aprender sola cómo se hace para beber y comer y respirar y a mí que nadie me enseñó a llorar y nadie me enseñará ni siquiera las grandes damas adheridas a la entretela de mi respiración con babas rojizas y velos flotantes de sangre, mi sangre, la mía sola, la que yo me procuré y ahora vienen a beber de mí luego de haber matado al rey que flota en el río y mueve los ojos y sonríe pero está muerto y cuando alguien está muerto, muerto está por más que sonría y las grandes, las trágicas damas de rojo han matado al que se va río abajo y yo me quedo como rehén en perpetua posesión.
SORCERY
And the ladies dressed in red for my pain and with my pain consumed my breath, crouching like fetuses of scorpions on the hollow of my neck, the mothers in red who sucked the only heat in my barely beating heart, I always had to learn only how to drink and eat and breathe, I was never taught to cry and no one will teach me even the great ladies attached to the interlace of my breathing with reddish drool and floating veils of blood, my blood, mine alone, which I procured and now they come to drink after killing the king who floats in the river and moves his eyes and smiles but is dead and when someone is dead she is dead, regardless of all your smiles, and the tragic ladies in red have killed the one who floats downstream and I remain as a hostage in perpetual possession.
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UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO
El perro del invierno dentellea mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver también desnudo y con un sombrero de hojas secas. He tenido muchos amores – dije – pero el más hermoso fue mi amor por los espejos.
A DREAM WHERE SILENCE IS GOLDEN
The winter dog opens my smile. On the bridge I was naked and wore a hat with flowers and dragged my naked corpse wearing a hat of dried leaves. I’ve had many loves – I said – but the most beautiful one was my love for mirrors.
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TÊTE DE JEUNE FILLE (ODILON REDON)
de música la lluvia de silencio los años que pasan una noche mi cuerpo nunca más podrá recordarse.
a André Pieyre de Mandiargues
TÊTE DE JEUNE FILLE (ODILON REDON)
music like rain of silence the years who spend a night my body will never again remember.
for André Pieyre de Mandiargues
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RESCATE
Y es siempre el jardín de lilas del otro lado des río. Si el alma pregunta si queda lejos se le responderá: del otro lado del río, no éste sino aquél.
a Octavio Paz
RESCUE
And it’s always the garden of lilacs on the other side of the river. If the soul asks you if it is far away, you should answer: on the other side of the river, not this one but that one.
for Octavio Paz
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ESCRITO EN EL ESCORIAL
te llamo igual que antaño la amiga al amigo en pequeñas canciones miedosas del alba
WRITTEN IN THE ESCORIAL [1]
I’ll call you just like yesterday friend to friend in little songs fearful of the dawn
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EL SOL, EL POEMA
Barcos sobre el agua natal. Agua negra, animal de olvido. Agua lila, única vigilia. El misterio soleado de las voces en el parque. Oh tan antiguo.
THE SUN, THE POEM
Boats on natal water. Black water, animal of forgetfulness. Lilac water, the only vigil. The sun-baked mystery of the voices in the park. O how old this is.
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ESTAR
Vigilas desde este cuarto donde la sombra temible es la tuya.
No hay silencio aquí sino frases que evitas oír.
Signos en los muros narran la bella lejanía.
(Haz que no muera sin volver a verte)
TO BE
You watch from this room where the fearsome shadow is yours.
There is no silence here only phrases that you avoid hearing.
Signs on the walls they tell of the beautiful distance.
(Don’t let me die without seeing you again)
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LAS PROMESAS DE LA MÚSICA
Detrás de un muro blanco la variedad del arco iris. La muñeca en su jaula está haciendo el otoño. Es el despertar de las ofrendas. Un jardín recién creado, un llanto detrás de la música. Y que suene siempre, así nadie asistirá al movimiento del nacimiento, a la mímica de las ofrendas, al discurso de aquella que soy anudada a esta silenciosa que también soy. Y que de mí no quede más que la alegría de quien pidió entrar y le fue concedido. Es la música, es la muerte, lo que yo quise decir en noches variadas como los colores del bosque.
THE PROMISES OF MUSIC
Behind a white wall are the variations of the rainbow. The doll in her cage is crafting autumn. It is the start of the sacrifices. A new garden, a wail behind the music. And let it always sound, so that none will attend to the movement of birth, the imitation of the offerings, the speech of the woman that I am bound to, this silent thing that is also me. And see that nothing remains of me but the joy of those who were asked to enter and were granted. It’s music, it’s death, what I wanted to say on nights varied like the colors of the forest.
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INMINENCIA
Y el muelle gris y las casas rojas. Y no es aún la soledad Y los ojos ven un cuadrado negro con un círculo de música lila en su centro Y el jardín de las delicias sólo existe fuera de los jardines Y la soledad es no poder decirla Y el muelle gris y las casas rojas.
IMMINENCE
And the gray dock and the red houses. And it is not even loneliness And the eyes see a black square with a circle of lilac music in its center And the garden of delights only exists outside the gardens And loneliness is not being able to say it And the gray dock and the red houses.
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CONTINUIDAD
No nombrar las cosas por sus nombres. Las cosas tiene bordes dentados, vegetación lujuriosa. Pero quién habla en la habitación llena de ojos. Quién dentellea con una boca de papel. Nombres que vienen, sombras con máscaras. Cúrame del vacío – dije. (La luz se amaba en mi oscuridad. Supe que no había cuando me encontré diciendo: soy yo.) Cúrame – dije.
CONTINUITY
Do not name things by their names. Things have jagged edges, lush vegetation. But who shall speak in the room full of eyes? Who starts with a paper mouth? Names that come, shadows with masks. Cure me with emptiness, I said. (The light was loved in my darkness. I knew there was nothing when I found myself saying: it’s me.) Cure me, I said.
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ADIOSES DEL VERANO
Suave rumor de la maleza creciendo. Sonidos de lo que destruye el viento. Llegan a mí como si yo fuera el corazón de lo que existe. Quisiera estar muerta y entrar yo también en un corazón ajeno.
SUMMER FAREWELLS
Gentle rumor of growing weed. Sounds of what the wind destroys. They come to me as if I were the heart of all that exists. I would like to be dead and also enter into someone else’s heart.
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COMO AGUA SOBRE UNA PIEDRA
a quien retorna en busca de su antiguo buscar la noche se le cierra como agua sobre una piedra como aire sobre un pájaro como se cierran dos cuerpos al amarse
LIKE WATER UPON A STONE
to the one who returns searching for her old search the night closes like water upon a stone like air around a bird or like two bodies clasping on to each other in love
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EN UN OTOÑO ANTIGUO
¿Cómo se llama el nombre? Un color como un ataúd, una transparencia que no atravesarás. ¿Y cómo es posible no saber tanto?
a Marie-Jeanne Noirot
IN A FAR-FLUNG AUTUMN
What is the name of the name? A color like a coffin, a transparency that you will not go through. And how is it possible not to know so much?
for Marie-Jeanne Noirot
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CAMINOS DEL ESPEJO
I Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto.
II Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro se aleje de mi miedo como un pájaro del borde filoso de la noche.
III Como una niña de tiza rosada en un muro muy vieja súbitamente borrada por la lluvia.
IV Como cuando se abre una flor y revela el corazón que no tiene.
V Todos los gestos de mi cuerpo y de mi voz para hacer de mí la ofrenda, el ramo que abandona el viento en el umbral.
VI Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste.
VII La noche de los dos se dispersó con la niebla. Es la estación de los alimentos fríos.
VIII Y la sed, mi memoria es de la sed, yo abajo, en el fondo, en el pozo, yo bebía, yo recuerdo.
IX Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
X Como quien no quiere la cosa. Ninguna cosa. Boca cosida. Párpados cosidos. Me olvidé. Adentro el viento. Todo cerrado y el viento adentro.
XI Al negro sol del silencio las palabras se doraban.
XII Pero el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla.
XIII Aún si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.
XIV La noche tiene la forma de un grito de lobo.
XV Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.
XVI Algo caía en el silencio. Mi última palabra fue yo pero me refería al alba luminosa.
XVII Mi caída sin fin a mi caída sin fin en donde nadie me aguardó pues al mirar quien me aguardaba no vi otra cosa que a mí misma.
XVIII Flores amarillas constelan un círculo de tela azul. El agua tiembla llena de viento.
XIX Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz.
ROUTES OF THE MIRROR
I And, above all, look innocently. Like nothing happened, which is true.
II But I want to look at you until your face fades away from my fear, like a bird on the sharp edge of the night.
III Like a girl in pink chalk on a very old wall suddenly erased by the rain.
IV Like when a flower opens and revealing the heart that it does not have.
V All the gestures of my body and my voice to make of me the offering, the bouquet left by the wind on the threshold.
VI Cover the memory of your face with the mask that you will become and scare the girl that you were.
VII The night for them dispersed with the fog. It is the season of cold foods.
VIII And thirst, my memory is of thirst, deep down in me, in the well, I drank, I remember.
IX Fall like a wounded animal in the place that was going to be safe for revelations.
X Like someone who does not want a thing. Not a thing. Mouth sewn shut. Eyelids stitched closed. I forgot myself. Inside the wind. It all closed and the wind inside.
XI To the black sun of silence the words were golden.
XII But the silence is true. That’s why I write. I’m alone and I write. No, I’m not alone. There is someone here who trembles.
XIII Even if I say sun and moon and star, I mean things that happen to me. And what did I want? I wanted perfect silence. That’s why I speak.
XIV The night has the shape of a wolf’s cry.
XV You sense the delight of getting lost in the image. I rose up from my corpse, I went in search of who I am. The female pilgrim of me, I have gone to the one that sleeps in a country of the wind.
XVI Falling endless into my endless fall where no one waited for me, where I looked to see who was looking for me and saw no one but myself.
XVII Something fell into silence. My last word was «I» but I was referring to the luminous dawn.
XVIII Yellow flower constellations draw a circle of blue earth. The water trembles full of wind.
XIX Dazzle of day break, yellow birds in the morning. A hand releases darkness, a hand drags the hair of a drowned woman who crosses endlessly through the mirror. Back to the memory of the body, I have to return to my bones in mourning, I have to understand what my voice says.
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EXTRACCIÓN DE LA PIEDRA DE LOCURA Elles, les ámes (…), sont malades et elles souffrent et nul ne leur porte-reméde; elles sont blessées et brisées et nul ne les panse. Ruysbroeck
La luz mala se ha avecinado y nada es cierto. Y si pienso en todo lo que leí acerca del espíritu… Cerré los ojos, vi cuerpos luminosos que giraban en la niebla, en el lugar de las ambiguas vecindades. No temas, nada te sobrevendrá, ya no hay violadores de tumbas. El silencio, el silencio siempre, las monedas de oro del sueño.
Hablo como en mí se habla. No mi voz obstinada en parecer una voz humana sino la otra que atestigua que no he cesado de morar en el bosque.
Si vieras a la que sin ti duerme en un jardín en ruinas en la memoria. Allí yo, ebria de mil muertes, hablo de mí conmigo sólo por saber si es verdad que estoy debajo de la hierba. No sé los nombres. ¿A quién le dirás que no sabes? Te deseas otra. La otra que eres se desea otra. ¿Qué pasa en la verde alameda? Pasa que no es verde y ni siquiera hay una alameda. Y ahora juegas a ser esclava para ocultar tu corona ¿otorgada por quién? ¿quién te ha ungido? ¿quién te ha consagrado? El invisible pueblo de la memoria más vieja. Perdida por propio designio, has renunciado a tu reino por las cenizas. Quien te hace doler te recuerda antiguos homenajes. No obstante, lloras funestamente y evocas tu locura y hasta quisieras extraerla de ti como si fuese una piedra a ella, tu solo privilegio. En un muro blanco dibujas las alegorías del reposo, y es siempre una reina loca que yace bajo la luna sobre la triste hierba del viejo jardín. Pero no hables de los jardines, no hables de la luna no hables de la rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor incesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu traición. Es tan oscuro, tan en silencio el proceso a que me obligo. Oh habla del silencio.
De repente poseída por un funesto presentimiento de un viento negro que impide respirar, busqué el recuerdo de alguna alegría que me sirviera de escudo, o de arma de defensa, o aun de ataque. Parecía el Eclesiastés: busqué en todas mis memorias y nada, nada debajo de la aurora de dedos negros. Mi oficio (también en el sueño lo ejerzo) es conjurar y exorcizar. A qué hora empezó la desgracia? No quiero saber. No quiero más que un silencio para mí y las que fui, un silencio como la pequeña choza que encuentran en el bosque los niños perdidos. Y qué sé yo qué ha de ser de mí si nada rima con nada.
Te despeñas. Es el sinfín desesperante, igual y no obstante contrario a la noche de los cuerpos donde apenas un manantial cesa aparece otro que reanuda el fin de las aguas.
Sin el perdón de las aguas no puedo vivir. Sin el mármol final del cielo no puedo morir.
En ti es de noche. Pronto asistirás al animoso encabritarse del animal que eres. Corazón de la noche, habla.
Haberse muerto en quien se era y en quien se amaba, haberse y no haberse dado vuelta como un cielo tormentoso y celeste al mismo tiempo.
Hubiese querido más que esto y a la vez nada.
Va y viene diciéndose solo en solitario vaivén. Un perderse gota a gota el sentido de los días. Señuelos de conceptos. Trampas de vocales. La razón me muestra la salida del escenario donde levantaron una iglesia bajo la lluvia: la mujer-loba deposita a su vástago en el umbral y huye. Hay una luz tristísima de cirios acechados por un soplo maligno. Llora la niña loba. Ningún dormido la oye. Todas las pestes y las plagas para los que duermen en paz.
Esta voz ávida venida de antiguos plañidos. Ingenuamente existes, te disfrazas de pequeña asesina, te das miedo frente al espejo. Hundirme en la tierra y que la tierra se cierre sobre mí. Éxtasis innoble. Tú sabes que te han humillado hasta cuando te mostraban el sol. Tú sabes que nunca sabrás defenderte, que sólo deseas presentarles el trofeo, quiero decir tu cadáver, y que se lo coman y se lo beban.
Las moradas del consuelo, la consagración de la inocencia, la alegría inadjetivable del cuerpo.
Si de pronto una pintura se anima y el niño florentino que miras ardientemente extiende una mano y te invita a permanecer a su lado en la terrible dicha de ser un objeto a mirar y admirar. No (dije), para ser dos hay que ser distintos. Yo estoy fuera del marco pero el modo de ofrendarse es el mismo.
Briznas, muñecos sin cabeza, yo me llamo, yo me llamo toda la noche. Y en mi sueño un carromato de circo lleno de corsarios muertos en sus ataúdes. Un momento antes, con bellísimos atavíos y parches negros en el ojo, los capitanes saltaban de un bergantín a otro como olas, hermosos como soles.
De manera que soñé capitanes y ataúdes de colores deliciosos y ahora tengo miedo a causa de todas las cosas que guardo, no un cofre de piratas, no un tesoro bien enterrado, sino cuantas cosas en movimiento, cuantas pequeñas figuras azules y doradas gesticulan y danzan (pero decir no dicen), y luego está el espacio negro -déjate caer, déjate caer-, umbral de la más alta inocencia o tal vez tan sólo de la locura. Comprendo mi miedo a una rebelión de las pequeñas figuras azules y doradas. Alma partida, alma compartida, he vagado y errado tanto para fundar uniones con el niño pintado en tanto que objeto a contemplar, y no obstante, luego de analizar los colores y las formas, me encontré haciendo el amor con un muchacho viviente en el mismo momento que el del cuadro se desnudaba y me poseía detrás de mis párpados cerrados.
Sonríe y yo soy una minúscula marioneta rosa con un paraguas celeste yo entro por su sonrisa yo hago mi casita en su lengua yo habito en la palma de su mano cierra sus dedos un polvo dorado un poco de sangre adiós oh adiós.
Como una voz no lejos de la noche arde el fuego más exacto. Sin piel ni huesos andan los animales por el bosque hecho cenizas. Una vez el canto de un solo pájaro te había aproximado al calor más agudo. Mares y diademas, mares y serpientes. Por favor, mira cómo la pequeña calavera de perro suspendida del cielo raso pintado de azul se balancea con hojas secas que tiemblan en torno de ella. Grietas y agujeros en mi persona escapada de un incendio. Escribir es buscar en el tumulto de los quemados el hueso del brazo que corresponda al hueso de la pierna. Miserable mixtura. Yo restauro, yo reconstruyo, yo ando así de rodeada de muerte. Y es sin gracia, sin aureola, sin tregua. Y esa voz, esa elegía a una causa primera: un grito, un soplo, un respirar entre dioses. Yo relato mi víspera, ¿Y qué puedes tú? Sales de tu guarida y no entiendes. Vuelves a ella y ya no importa entender o no. Vuelves a salir y no entiendes. No hay por donde respirar y tú hablas del soplo de los dioses.
No me hables del sol porque me moriría. Llévame como a una princesita ciega, como cuando lenta y cuidadosamente se hace el otoño en un jardín.
Vendrás a mí con tu voz apenas coloreada por un acento que me hará evocar una puerta abierta, con la sombra de un pájaro de bello nombre, con lo que esa sombra deja en la memoria, con lo que permanece cuando avientan las cenizas de una joven muerta, con los trazos que duran en la hoja después de haber borrado un dibujo que representaba una casa, un árbol, el sol y un animal.
Si no vino es porque no vino. Es como hacer el otoño. Nada esperabas de su venida. Todo lo esperabas. Vida de tu sombra ¿qué quieres? Un transcurrir de fiesta delirante, un lenguaje sin límites, un naufragio en tus propias aguas, oh avara.
Cada hora, cada día, yo quisiera no tener que hablar. Figuras de cera los otros y sobre todo yo, que soy más otra que ellos. Nada pretendo en este poema si no es desanudar mi garganta.
Rápido, tu voz más oculta. Se transmuta, te transmite. Tanto que hacer y yo me deshago. Te excomulgan de ti. Sufro, luego no sé. En el sueño el rey moría de amor por mí. Aquí, pequeña mendiga, te inmunizan. (Y aún tienes cara de niña; varios años más y no les caerás en gracia ni a los perros.)
mi cuerpo se abría al conocimiento de mi estar y de mi ser confusos y difusos mi cuerpo vibraba y respiraba según un canto ahora olvidado yo no era aún la fugitiva de la música yo sabía el lugar del tiempo y el tiempo del lugar en el amor yo me abría y ritmaba los viejos gestos de la amante heredera de la visión de un jardín prohibido
La que soñó, la que fue soñada. Paisajes prodigiosos para la infancia más fiel. A falta de eso -que no es mucho-, la voz que injuria tiene razón.
La tenebrosa luminosidad de los sueños ahogados. Agua dolorosa.
El sueño demasiado tarde, los caballos blancos demasiado tarde, el haberme ido con una melodía demasiado tarde. La melodía pulsaba mi corazón y yo lloré la pérdida de mi único bien, alguien me vio llorando en el sueño y yo expliqué (dentro de lo posible), mediante palabras simples (dentro de lo posible), palabras buenas y seguras (dentro de lo posible). Me adueñé de mi persona, la arranqué del hermoso delirio, la anonadé a fin de serenar el terror que alguien tenía a que me muriera en su casa.
¿Y yo? ¿A cuántos he salvado yo?
El haberme prosternado ante el sufrimiento de los demás, el haberme acallado en honor de los demás.
Retrocedía mi roja violencia elemental. El sexo a flor de corazón, la vía del éxtasis entre las piernas. Mi violencia de vientos rojos y de vientos negros. Las verdaderas fiestas tienen lugar en el cuerpo y en los sueños.
Puertas del corazón, perro apaleado, veo un templo, tiemblo, ¿qué pasa? No pasa. Yo presentía una escritura total. El animal palpitaba en mis brazos con rumores de órganos vivos, calor, corazón, respiración, todo musical y silencioso al mismo tiempo. ¿Qué significa traducirse en palabras? Y los proyectos de perfección a largo plazo; medir cada día la probable elevación de mi espíritu, la desaparición de mis faltas gramaticales. Mi sueño es un sueño sin alternativas y quiero morir al pie de la letra del lugar común que asegura que morir es soñar. La luz, el vino prohibido, los vértigos, ¿para quién escribes? Ruinas de un templo olvidado. Si celebrar fuera posible.
Visión enlutada, desgarrada, de un jardín con estatuas rotas. Al filo de la madrugada los huesos te dolían. Tú te desgarras. Te lo prevengo y te lo previne. Tú te desarmas. Te lo digo, te lo dije. Tú te desnudas. Te desposees. Te desunes. Te lo predije. De pronto se deshizo: ningún nacimiento. Te llevas, te sobrellevas. Solamente tú sabes de este ritmo quebrantado. Ahora tus despojos, recogerlos uno a uno, gran hastío, en dónde dejarlos. De haberla tenido cerca, hubiese vendido mi alma a cambio de invisibilizarme. Ebria de mí, de la música, de los poemas, por qué no dije del agujero de ausencia. En un himno harapiento rodaba el llanto por mi cara. ¿Y por qué no dicen algo? ¿Y para qué este gran silencio?
EXTRACTING THE STONE OF MADNESS They, the souls …, are crazy and suffer and nothing brings them a remedy; they are injured and broken and nothing comforts them. Jean de Ruysbroeck [2]
The bad light has come and nothing is true. And if I think about everything that I ‘ve read about the spirit … when I closed my eyes, I saw luminous bodies that turned in the fog, in the place of evasive communities. Do not fear this, nothing will happen to you, there are no more corpse snatchers. The silence, always silence, the golden coins of the dream.
I speak as I speak. Not my voice intent in mimicking human speech but the other one that testifies that I am still a beast of the forest.
If only you saw the one who sleeps in a garden, in ruins, in memory without you. There I, drunk with a thousand deaths, talked about me to me, curious if it’s true that I lay under the grass. I do not know their names. Who will you tell that you do not know? You wish that you were someone else. Your other self wishes you were another. What happened in that green orchard? It happens that it isn’t green, there isn’t even an orchard. And now you hide your crown by acting like a slave. Who gave you that? Who anointed you? Who consecrated you? The invisible people of the oldest memory. Lost by your own design, you have renounced your kingdom for ashes. The one who hurts you the most reminds you of all your old homages. Even now you cry unhappily and evoke your madness and even want to extract it, cut it out from you, that which remains like privilege or a stone. On a white wall you draw the allegory of repose and she is always a mad queen who lies under the moon on the sad grass of the old garden. But do not talk about the gardens, do not talk about the moon, do not talk about the rose, do not talk about the sea. Talk about what you know. Talk about what vibrates in your marrow and lights and shadows in your eyes, speaks of the incessant pain of your bones, speaks of vertigo, speaks of your breathing, your desolation, your betrayal. It is so dark, so silent this process that forces me. O speak of silence.
Suddenly possessed I’m filled with fatal foreboding of a black wind that prevents breathing. I sought-after the memory of joy that would shield me, like armor or a weapon, or even attack. I looked like the Ecclesiastes: I searched in all my memories and nothing, nothing under the sun’s black fingers. My trade (also in sleep) is to conjure and exorcise. When did this shame begin? I don’t want to know. All I want is silence for myself and the other selves I once was, a silence like the little hut that the lost children find in fairyland forests. And what will become of me if nothing rhymes with anything?
You fall. This endless despair, flowing with the current and against it to the night of the bodies where scarcely a spring dries up when another resumes its path.
Without the forgiveness of water I cannot live. Without the marble tomb of heaven closing I cannot die.
It’s nighttime inside you. Soon you will witness the animal that you are rearing up. Heart of the night, speak.
To have died in the one you were and the one you once loved, to turn and not turn, like a sky that is both stormy and celestial.
I would have loved more than this and I would have loved nothing.
She comes and goes, she calls herself as she swings alone. A lost sense of the days fall drop by drop. Lures of concepts. Vowel traps. Reason shows me a path away from the spot where they raised a church in the rain: the wolf-woman deposits her cubs on the threshold and flees. Mournful candle light is stalked by a cancerous breeze. The wolf-girl cries. None who sleep hears her. May all the plagues plague those who sleep in peace.
This impatient voice of mine comes from old lamentations. Naively you exist, you dress up as a little assassin, frightening yourself in front of the mirror. To sink into the earth while the earth to closes up around me. Ignoble ecstasy. You know they humiliated you until they showed you the sun. You know that you will never know how to defend yourself, that you only want to present the trophy, I mean your corpse, so that they will eat it, so that they will drink it.
Consolation’s home, the consecration of innocence, the unadjectival joy of the body.
What if suddenly a painting comes alive and the ardent Florentine child extends a hand and invites you to remain by his side in the terrible joy of being an object gazed at and admired? No (I said), to be separate you have to be different. I am outside this framework but the way of offering ourselves is the same.
Leaves of grass, headless dolls, I call for my name, I call for myself all night long. And in my dream there is a circus wagon full of dead corsairs in their coffins. A moment before, with beautiful trappings and black eye-patches, the pirate captains jumped from one sailing ship to another like waves, like beautiful suns.
So I dreamed captains and delicious coffins of colors and now I am afraid of all the things that I keep inside, not pirate booty, not well buried treasure, not all the many things set in motion, how many small blue and gold statuettes gesticulate and dance (but they are mute), and then there is the black space—you shall fall and fall—through the threshold of your greatest innocence or perhaps only through madness. I understand my fear is a revolt of these little blue and gold statuettes. A departed soul, a shared soul, I have wandered and missed so much in order to start a union with the Florentine, to be painted as an object to contemplate, and yet, after analyzing the colors and forms, I found myself making love with a living boy even as the painted man stripped me naked and dragged me behind my closed eyelids.
He smiles and I am a tiny pink puppet with a celestial umbrella I enter his smile I build my little house on his tongue I live in the palm of his hand closing his fingers on golden powder, a bit of blood, goodbye O goodbye.
Like a voice not far from the night, this is how the most exact fire burns. Without skin and bones, the animals roams through the ashes of the burnt forest. Once the song of a single bird had brought you thrilling heat. Seas and diadems, seas and snakes. Please, watch how the little dog skull is suspended from the blue-painted sky swings with dry trembling leaves. Cracks and holes in my flesh escaped from a fire. To write is to look for the charred bone of the arm that corresponds to the burnt bone of the leg among the tumult of a great fire. Miserable mixture that I restore, that I reconstruct, I am surrounded by death. Without grace, without halo, without truce. And that voice, that elegy to a first creator: a shout, a breath, there is breathing among the gods. I say my evening prayers. And what about you? You rise out of your lair and you do not understand. You return and it does not matter whether you understand or not. There is no breathe and yet you speak of breathing gods.
If you talk about the sun I shall die. Lead me like a little blind princess, slowly and carefully, like autumn falling in a garden.
You will come to me with your voice tinged with a vague accent that forces me to evoke an open door, with the shadow of a beautiful named bird, with the remains of a shadow left in my memory, with what is left behind when they throw the ashes of a young woman dead to the wind, with the strokes pressed into the sheet of paper after erasing a house, a tree, a sun, an animal.
If he did not arrive it’s because he did not arrive. It’s like autumn arriving. You expect nothing from his arrival. You expect everything. Shadow of my life, what do you want? A delirious party, a language without limits, a shipwreck in your own waters, O so greedy.
Every hour, every day, I would like to not have to talk. Others are like wax figures, me especially, I am more other than the others. All I want from this poem is to clear my throat.
Quick, use your most hidden voice. It transmutes, it transmits to you. So much to do so I fall apart. They excommunicated you from yourself. I suffer, then I do not know. In dreams the king died of love for me. Here, little beggar, they’ll immunize you. (And you still have the face of a girl, but in several more years you won’t even be able to seduce dogs.)
my body opened to the knowledge of my being and of being confused and diffuse my body trembled and breathed all to a song long forgotten no fugitive of music I knew the place of time and the time of place I opened myself up to love and rhythms the old gestures of a mistress inheritrix to the vision of a forbidden garden
She who dreamed, she who was dreamed. Colossal landscapes for the most faithful of childhoods. In the absence of that -which is not much-, the voice that slanders is right.
The dark luminance of drowned dreams. Painful water.
To late to dream, too late for white horses, too late to leave behind a melody. The melody pulsed in my heart and I cried at the loss of my one good thing, someone saw me crying in the dream and I explained (as far as possible), using simple words (as far as possible), good, safe words (far as possible). I took possession of myself, I plucked her from her beautiful delirium, I annihilated her in order to calm the terror of someone who said that I’d die at home.
And me? How many have I saved?
I have prostrated myself before the suffering of others, I have silenced myself in honor of others.
My red elemental violence receded. Sex at the heart, the path of ecstasy between my legs. My violence of red winds and black winds. The real parties take place in the body and in dreams.
Doors of the heart, the beaten dog, I see a temple, I tremble. What happens? Nothing is happening. Once I detected a total writing. The animal throbbed in my arms with hints of living organs, of heat and heart and breathe, all musical, all silent at the same time. What does it mean to translate yourself into words? And the projects of long-term perfection? Every day you measure the probable elevation of my spirit, the disappearance of my grammatical errors. My dream is a dream without alternatives and I want to die at the foot of the letter of the law of the humdrum that says dying is the same as dreaming. Who do you write for? The light, the forbidden wine, the vertigo. Ruins of a forgotten temple. If only celebrating were possible.
Mourning a mangled visions of a garden with broken statues. Your bones hurt at the edge of dawn. You tear yourself open. I’m warning you and I warned you. Disarm. I’m telling you. I told you. You undress. You get laid. I predicted all this. Suddenly it breaks down: no birth. You take yourself and you overtake yourself. Only you know of this broken rhythm. Now for your booty, you pick them up one by one, this great boredom, where to leave them. Had I been closer I’d have sold my soul in exchange for invisibility. Drunk with myself, with music, with poems, with -why not just say it?- the hole in my emptiness. In a ragged anthem tears roll down my face. And why doesn’t someone say something? And what’s with this great silence?
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EL SUEÑO DE LA MUERTE O EL LUGAR DE LOS CUERPOS POÉTICOS Esta noche, dijo, desde el ocaso, me cubrían con una mortaja negra en un lecho de cedro. Me escanciaban vino azul mezclado con amargura. — El Cantar de las Huestes de Igor
Toda la noche escucho el llamamiento de la muerte, toda la noche escucho el canto de la muerte junto al río, toda la noche escucho la voz de la muerte que me llama.
Y tantos sueños unidos, tantas posesiones, tantas inmersiones, en mis posesiones de pequeña difunta en un jardín de ruinas y de lilas. Junto al río la muerte me llama. Desoladamente desgarrada en el corazón escucho el canto de la más pura alegría.
Y es verdad que he despertado en el lugar del amor porque al oír su canto dije: es el lugar del amor. Y es verdad que he despertado en el lugar del amor porque con una sonrisa de duelo yo oí su canto y me dije: es el lugar del amor (pero tembloroso pero fosforescente).
Y las danzas mecánicas de los muñecos antiguos y las desdichas heredadas y el agua veloz en círculos, por favor, no sientas miedo de decirlo: el agua veloz en círculos fugacísimos mientras en la orilla el gesto detenido de los brazos detenidos en un llamamiento al abrazo, en la nostalgia más pura, en el río, en la niebla, en el sol debilísimo filtrándose a través de la niebla.
Más desde adentro: el objeto sin nombre que nace y se pulveriza en el lugar en que el silencio pesa como barras de oro y el tiempo es un viento afilado que atraviesa una grieta y es esa su sola declaración. Hablo del lugar en que se hacen los cuerpos poéticos –como un cesta llena de cadáveres de niñas. Y es en ese lugar donde la muerte está sentada, viste un traje muy antiguo y pulsa un arpa en la orilla el río lúgubre, la muerte en un vestido rojo, la bella, la funesta, la espectral, la que toda la noche pulsó un arpa hasta que me adormecí dentro del sueño.
La muerte es una palabra.
La palabra es una cosa, la muerte es una cosa, es un cuerpo poético que alienta en el lugar de mi nacimiento.
Nunca de este modo lograrás circundarlo. Habla, pero sobre el escenario de cenizas; habla, pero desde el fondo del río donde está la muerte cantando. Y la muerte es ella, me lo dijo el sueño, me lo dijo la canción de la reina. La muerte de cabellos del color del cuervo, vestida de rojo, blandiendo en sus manos funestas un laúd y huesos de pájaro para golpear en mi tumba, se alejó cantando y contemplada de atrás parecía una vieja mendiga y los niños le arrojaban piedras.
Cantaba en la mañana de niebla apenas filtrada por el sol, la mañana del nacimiento, y yo caminaría con una antorcha en la mano por todos los desiertos de ete mundo y aún muerta te seguiría buscando, amor mío perdido, y el canto de la muerte se desplegó en el término de una sola mañana, y cantaba, y cantaba.
También cantó en la vieja taberna cercana del puerto. Había un payaso adolescente y yo le dije que en mis poemas la muerte era mi amante y amante era la muerte y él dijo: tus poemas dicen la justa verdad. Yo tenía dieciséis años y no tenía otro remedio que buscar el amor absoluto. Y fue en la taberna del puerto que cantó la canción.
Escribo con los ojos cerrados, escribo con los ojos abiertos: que se desmorone el muro, que se vuelva río el muro.
La muerte azul, la muerte verde, la muerte roja, la muerte lila, en las visiones del nacimiento.
El traje azul y plata fosforescente de la plañidera en la noche medieval de toda muerte mía.
La muerte está cantando junto al río.
Y fue en la taberna del puerto que cantó la canción de la muerte.
Me voy a morir, me dijo, me voy a morir.
Al alba venid, buen amigo, al alba venid.
Nos hemos reconocido, nos hemos desaparecido, amigo el que yo más quería.
Yo, asistiendo a mi nacimiento. Yo, a mi muerte.
Y yo caminaría por todos los desiertos de este mundo y aún muerta te seguiría buscando, a ti, que fuiste el lugar del amor.
DREAM OF DEATH OR THE PLACE OF THE POETIC BODIES
“Tonight, he said, from sunset, they covered me with a black shroud and set me on a cedar bed. They poured blue wine mixed with bitterness over me.” — The Song of the Hosts of Igor
All night long I hear the call of death, all night long I listen to the song of death by the river, all night long I hear the voice of death calling me.
So many dreams brought together, so many possessions, so many plunges, in my possessed dead little girl left in a garden of ruin and lilacs. By the river death calls out to me. Desolate and torn, in my heart I hear the song of the purest joy.
And it is true that I have awakened in this place of love because, when I heard its song, I said: this is the place of love. And it is true that I have awakened in the place of love because, with a smile in mourning, I heard their song and I said to myself: this is the place of love (trembling, phosphorescent).
And the mechanical dances of ancient dolls and all the inherited misfortunes and the rushing water going in circles, please, don’t feel afraid to say it: the rushing water going in short circles while on the shore the frozen gesture of the stopped arms in an embrace, in the purest of nostalgias, in the river, in the fog, in the weak sun filtering through the fog.
More from within: the unnamed object that is born and ground into small-grains in the spot where silence weighs as heavy as gold bars and time is a sharp wind that crosses a crack and that is its only statement. I speak of the place where the poetic bodies are made — like a handbasket full of little girls’ corpses. And that is where death sits, dressed in a very old suit, playing a harp on the shore the gloomy river, death in a red dress, the beautiful one, the dismal one, the ghostly one, the one that played the harp all night until I fell asleep inside my own dream.
Death is a word.
The word is one thing, death is also a thing, a poetic body that strength from the place of my birth.
You’ll never be able to surround it. It speaks, but only on a stage of ashes; it speaks, but only from the bottom of the river where death is singing. And death is her, the dream told me, the queen’s song told me. The death of hair the color of crow, dressed in red, brandishing in her menacing hands a lute and bird bones to beat on my grave. She walked away singing, looking like an old beggar while children threw stones at her.
I sang in a foggy morning unfiltered by the sun, the morning of birth, and I walked with a torch in my hand through all the deserts of this world and even dead I would still continue to search for you, my lost love. Let the song of death blossom out within a single morning and she sang, she sang.
She also sang in the old tavern near the wharf. I found a teenage clown there and I told him that in my poems death was my lover and my lover was death and he said: your poems speak truth. I was sixteen and had no choice but to seek out absolute love. And it was in the harbor tavern where she sang her song.
I write with my eyes closed, I write with my eyes open: that the wall crumbles, that the wall becomes a river.
Visions of birth: blue death, green death, red death, lilac death.
Blue and silver phosphorescent suits of the mourners on the medieval night of each of my deaths.
Death is singing by the river.
And it was in the harbor tavern that she sang her song of death.
I’m going to die, she said, I’m going to die.
At dawn, please come, my good friend, at dawn come.
We have recognized ourselves, we have disappeared, I and the friend that I most wanted.
Me, attending my own birth. Me, at my own death.
And I would’ve walked through all the deserts of this world, even if I were dead, looking for you, you who were the place of love.
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NOCHE COMPARTIDA EN EL RECUERDO DE UNA HUIDA
Golpes en la tumba. Al filo de las palabras golpes en la tumba. Quién vive, dije. Yo dije quién vive. Y hasta cuándo esta intromisión de lo externo de lo interno, o de lo menos interno de lo interno, que se va tejiendo como un manto de arpillera sobre mi pobreza indecible. No fue el sueño, no fue la vigilia, no fue el crimen, no fue el nacimiento: solamente el golpear como un pesado cuchillo sobre la tumba de mi amigo. Y lo absurdo de mi costado derecho, lo absurdo de un sauce inclinado hacia la derecha sobre un río, mi brazo derecho, mi hombro derecho, mi oreja derecha, mi desposesión. Desviarme hacia mi muchacha izquierda —manchas azules en mi palma izquierda, misteriosas manchas azules—, mi zona de silencio virgen, mi lugar de reposo en donde me estoy esperando. No aún es demasiado desconocida, aún no sé reconocer estos sonidos nuevos que están iniciando un canto de queja diferente del mío que es un canto de quemada, que es un canto de niña perdida en una silenciosa ciudad en ruinas.
¿Y cuántos centenares de años hace que estoy muerta y te amo?
Escucho mis voces, los coros de los muertos. Atrapada entre las rocas: empotrada en la hendidura de una roca. No soy yo la hablante: es el viento que me hace aletear para que yo crea que estos cánticos del azar que se formulan por obra del movimiento son palabras venidas de mí.
Y esto fue cuando empecé a morirme, cuando golpearon en los cimientos y me recordé. Suenan las trompetas de la muerte. el cortejo de muñecas de corazones de espejo con mis ojos azul—verdes reflejados en cada uno de los corazones .
Imitas viejos gestos heredados. Las damas de antaño cantaban entre muros leprosos, escuchaban trompetas de la muerte, miraban desfilar —ellas, las imaginadas— un cortejo imaginario de muñecas con corazones de espejo y en cada corazón mis ojos de pájara de papel dorado embestida por el viento. La imaginada pajarita cree cantar; en verdad sólo murmura como un sauce inclinado sobre el río.
Muñequita de papel, yo la recorté en papel celeste, verde, rojo, y se quedó en el suelo, en el máximo de la carencia de relieves y de dimensiones. En medio del camino te incrustaron, figurita errante, estás en el medio del camino y nadie te distingue pues no te diferencias del suelo aun si a veces gritas, pero hay tantas cosas que gritan en un camino ¿por qué irían a ver qué significa esa mancha verde, celeste, roja?
Si fuertemente, a sangre y fuego, se graban mis imágenes, sin sonidos, sin colores, ni siquiera lo blanco. Si se intensifica el rastro de los animales nocturnos en las inscripciones de mis huesos. Si me afinco en el lugar del recuerdo como una criatura se atiene a la saliente de una montaña y al más pequeño movimiento hecho de olvido cae —hablo de lo irremediable, pido lo irremediable—, el cuerpo desatado y los huesos desparramados en el silencio de la nieve traidora. Proyectada hacia el regreso, cúbreme con una mortaja lila. Y luego cántame una canción de una ternura sin precedentes, una canción que no diga de la vida ni de la muerte sino de gestos levísimos como el más imperceptible ademán de aquiescencia , una canción que sea menos que una canción, una canción como un dibujo que representa una pequeña casa debajo de un sol al que le faltan algunos rayos; allí ha de poder vivir la muñequita de papel verde, celeste y rojo; allí se ha de poder erguir y tal vez andar en su casita dibujada sobre una página en blanco.
SHARED NIGHT IN MEMORY OF RUNNING AWAY
Beating on the grave. On the edge of language they are beating on the grave. Who is it? I asked. I asked who is it. And how longer will this intrusion of external into internal go? or the less internal into the internal, woven like a burlap veil over my unspeakable poverty. It was not the dream, it was not the vigil, it was not the crime, it was not the birth: it was only fist-beatings, like a heavy knife piercing the grave of a friend. And the absurdity of my right side, the absurdity of a willow leaning to the right over a river, my right arm, my right shoulder, my right ear, my dispossession. To deviate towards my left girl — blue blotches on my left palm, mysterious blue blotches — my region of virgin silence, my resting place where I am waiting for myself. Is she still too unknown yet? I still do not know how to recognize these new sounds that begin as a song of objection different from mine own, which is a burnt song, which is a song of a girl lost in a silent city of ruins.
And how many hundreds of years have gone by since I died and I loved you?
I listen to my voices, the choruses of the dead. Trapped between the rocks: embedded in the cleft of a rock. I am not the speaker: it is the wind that makes me flutter so that I believe that this chorus of chance was formulated by the movement of words that came out of me.
And this was when I started to die, when they struck these foundations and I recalled myself. Death’s trumpets can be heard. The courtship of dolls with mirror-hearts stare with my blue eyes — green reflected in each one of the hearts.
Imitate these old-worn, familial gestures. The ladies of old sang among the leper’s wall while listening to death’s trumpets, while watching the procession — they, the imagined ones — an imaginary procession of dolls with mirror-hearts and in each heart stared my golden paper eyes slouching in the wind. This imagined little bird believes she can sing; in truth she just murmurs like a willow leaning over a river.
Paper doll, I cut her from green, red, blue paper as she remained on the floor, at the edge of relief and dimensions. In the middle of the road they buried you, little traveler, you are in the middle of the road and nobody knows you because you do not differentiate yourself from the ground even if sometimes you scream, but there are so many things that scream. Why would anyone come to gaze on a green blotch, a light blue blotch, a red blotch?
If you squeeze them, even the blood and fire, all my images leave traces in the air, without sounds, without colors, not even white. If the traces of nocturnal animals are intensified, are inscribed on my bones — if I root in the place of memory as a creature rooted to the ledge of a mountain and whose smallest movement will make oblivion falls — I speak of the irremediable, I ask for the irremediable — the body unleashed and the bones scattered in silence upon the traitorous snow. Look ahead for my return, cover me with a purple shroud. And then sing me a song of an unprecedented tenderness, a song that does not mention life or death but only of the slightest of gestures, of the most imperceptible of agreements, a song that is less than a song, a song that is a drawing of a small house under a sun that is missing some of its rays; that is where the green and red and light blue doll might live. Perhaps she will stand up and perhaps she will walk into her little house, the one drawn on a blank sheet of paper.
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NOTES: [1] The Escorial is a vast royal building complex located in San Lorenzo de El Escorial, near Madrid. [2] One of the Flemish mystics of the medieval Catholic Church.
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esuemmanuel · 6 years
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Himnos a La Noche.
V.
Sobre los amplios linajes del hombre reinaba,
hace siglos, con mudo poder,
un destino de hierro:
Pesada, obscura venda envolvía su alma temerosa.
La tierra era infinita, morada y patria de los dioses.
Desde la eternidad estuvo en pie su misteriosa arquitectura.
Sobre los rojos montes de Oriente, en el sagrado seno de la mar,
moraba el Sol, la Luz viva que todo lo inflama.
Un viejo gigante llevaba en sus hombros el mundo feliz.
Encerrados bajo las montañas yacían los hijos primeros de la madre Tierra.
Impotentes en su furor destructor contra la nueva y magnífica estirpe de Dios
y la de sus allegados, los hombres alegres.
La sima obscura y verde del mar, el seno de una diosa.
En las grutas cristalinas retozaba un pueblo próspero y feliz.
Ríos y árboles, animales y flores tenían sentido humano.
Dulce era el vino, servido por la plenitud visible de los jóvenes,
un dios en las uvas,
una diosa, amante y maternal,
creciendo hacia el cielo en plenitud y el oro de la espiga,
la sagrada ebriedad del Amor, un dulce culto a la más bella de las diosas,
eterna, polícroma fiesta de los hijos del cielo y de los moradores de la Tierra,
pasaba, rumorosa, la vida,
como una primavera, a través de los siglos.
Todas las generaciones veneraban con fervor infantil la tierna llama,
la llama de mil formas, como lo supremo del mundo.
Un pensamiento sólo fue, una espantosa imagen vista en sueños.
Terrible se acercó a la alegre mesa,
y envolvió el alma en salvaje pavor;
ni los dioses supieron consolar
el pecho acongojado de tristeza.
Por sendas misteriosas llegó el Mal;
a su furor fue inútil toda súplica,
Era la muerte, que el bello festín
interrumpía con dolor y lágrimas.
Entonces, separado para siempre
de lo que alegra aquí el corazón,
lejos de los amigos, que en la Tierra
sufren nostalgia y dolores sin fin,
parecía que el muerto conocía
sólo un pesado sueño, una lucha impotente.
La ola de la alegría se rompió
contra la roca de un tedio infinito.
Espíritu osado y ardiente sentido,
el hombre embelleció la horrible larva;
un tierno adolescente apaga la Luz y duerme,
dulce Tierra, como viento en el arpa,
el recuerdo se funde en los ríos de sombra,
la poesía cantó así nuestra triste pobreza,
pero quedaba el misterio de la Noche eterna,
el grave signo de un poder lejano.
A su fin se inclinaba el viejo mundo.
Se marchitaba el jardín de delicias de la joven estirpe
–arriba, al libre espacio, al espacio desierto, aspiraban los hombres subir,
los que ya no eran niños, los que iban creciendo hacia su edad madura.
Huyeron los dioses, con todo su séquito.
Sola y sin vida estaba la Naturaleza.
Con cadena de hierro ató el árido número y la exacta medida.
Como en polvo y en brisas se deshizo
en obscuras palabras la inmensa floración de la vida.
Había huido la fe que conjura y la compañera de los dioses,
la que todo lo muda, la que todo lo hermana:
la Fantasía.
Frío y hostil soplaba un viento del Norte sobre el campo aterido,
y el país del ensueño, la patria entumecida por el frío, se levantó hacia el éter.
Las lejanías del cielo se llenaron de mundos de Luz.
Al profundo santuario, a los altos espacios del espíritu,
se retiró con sus fuerzas el alma del mundo,
para reinar allí hasta que despuntara la aurora de la gloria del mundo.
La Luz ya no fue más la mansión de los dioses,
con el velo de la Noche se cubrieron.
Y la Noche fue el gran seno de la revelación,
a él regresaron los dioses, en él se durmieron,
para resurgir, en nuevas y magníficas figuras, ante el mundo transfigurado.
En el pueblo, despreciado por todos, madurado temprano,
extraño tercamente a la beata inocencia de su juventud,
apareció, con rostro nunca visto, el mundo nuevo
–en la poética cueva de la pobreza–.
Un Hijo de la primera Virgen y Madre,
de un misterioso abrazo el infinito fruto.
Rico en flor y en presagios, el saber de Oriente
reconoció el primero el comienzo de los nuevos tiempos.
Una estrella le señaló el camino que llevaba a la humilde cuna del Rey.
En nombre del Gran Futuro le rindieron vasallaje:
esplendor y perfume, maravillas supremas de la Naturaleza.
Solitario, el corazón celestial se desplegó en un cáliz de omnipotente Amor,
vuelto su rostro al gran rostro del Padre,
recostado en el pecho, rico en presagios y dulces esperanzas, de la Madre
amorosamente grave.
Con ardor que diviniza,
los proféticos ojos del Niño en flor
contemplaban los días futuros;  miraba
a sus amados, los retoños de su estirpe divina,
sin temer por el destino terrestre de sus días.
Muy pronto, extrañamente conmovidos por un íntimo Amor,
se reunieron en torno a él los espíritus ingenuos y sencillos.
Como flores,
germinaba una nueva y extraña vida a la vera del Niño.
Insondables palabras, el más alegre de los mensajes, caían,
como centellas de un espíritu divino, de sus labios amables.
De costas lejanas,
bajo el cielo sereno y alegre de Héllade
llegó a Palestina un cantor, y entregó su corazón entero al Niño del Milagro:
Tú eres el adolescente que desde hace tiempo
estás pensando, sobre nuestras tumbas:
un signo de consuelo en las tinieblas
–alegre comenzar de un nuevo hombre–.
Lo que nos hunde en profunda tristeza
en un dulce anhelar se nos lleva:
la Muerte nos anuncia eterna Vida,
Tú eres la Muerte, y sólo Tú nos salvas.
Lleno de alegría,
partió el cantor hacia Indostán
–ebrio su corazón de dulce Amor–;
y esparció la noticia con ardientes canciones bajo aquel dulce cielo,
y miles de corazones se inclinaron hacia él,
y el alegre mensaje en mil ramas creció.
El cantor se marchó,
y la vida preciosa fue víctima pronto de la honda caída del hombre.
Murió en sus años mozos,
arrancado del mundo que amaba,
de su madre, llorosa, y los amigos, medroso.
El negro cáliz de indecibles dolores
tuvieron que apurar sus labios amorosos.
Entre angustias terribles llegaba la hora del parto del mundo nuevo.
Libró duro combate con el espanto de la vieja muerte,
–grande era el peso del viejo mundo sobre él–.
Una vez más volvió a mirar a su madre con afecto
–y llegó entonces la mano que libera,
la dulce mano del eterno Amor–,
y se durmió en la eternidad.
Por unos días, unos pocos tan sólo,
cayó un profundo velo sobre el mar rugiente y la convulsa Tierra
–mil lágrimas lloraron los amados–,
cayó el sello del misterio
–espíritus celestes levantaron la piedra,
la vieja losa de la obscura tumba–.
Junto al durmiente
–moldeados dulcemente por sus sueños–
estaban sentados ángeles.
En nuevo esplendor divino despertado
ascendió a las alturas de aquel mundo nacido de nuevo,
con sus propias manos sepultó el viejo cadáver en la huesa que había abandonado
y, con mano omnipotente, colocó sobre ella una losa que ningún poder levanta.
Tus amados aún lloran lágrimas de alegría, lágrimas de emoción, de gratitud infinita,
junto a tu sepulcro –sobrecogidos de alegría, te ven aún resucitar–
y se ven a sí mismos resucitar contigo;
te ven llorar, con dulce fervor, en el pecho feliz de la Madre;
pasear, grave, con los amigos;
decir palabras que parecen arrancadas del Árbol de la Vida;
te ven correr anhelante a los brazos del Padre,
llevando contigo la nueva Humanidad,
el cáliz inagotable del dorado Futuro.
La Madre corrió pronto hacia ti –en triunfo celeste–.
Ella fue la primera que estuvo contigo en la nueva patria.
Largo tiempo transcurrió desde entonces,
y en creciente esplendor se agitó tu nueva creación
–y miles de hombres siguieron tus pasos:
dolores y angustias, la fe y la añoranza les llevaron confiados tras ti–
contigo y la Virgen celeste caminan por el reino del Amor
–servidores del templo de la muerte divina, tuyos para la Eternidad–.
Se levantó la losa.
–Resucitó la Humanidad.–
Tuyos por siempre somos,
no sentimos ya lazos.
Huye la amarga pena
ante el cáliz de Oro,
Vida y Tierra cedieron
en la última Cena.
La muerte llama a bodas.
–Con Luz arden las lámparas.–
Las vírgenes ya esperan
–no va a faltar aceite–.
Resuene el horizonte
del cortejo que llega,
nos hablen las estrellas
con voz y acento humanos.
A ti, mil corazones,
María, se levantan.
En esta vida en sombras
te buscan sólo a ti.
La salud de ti esperan
con gozo y esperanza,
si tú, Santa María,
a tu pecho les llevas.
Cuántos se consumieron
en amargos tormentos,
y, huyendo de este mundo,
volvieron hacia ti,
Ellos son nuestro auxilio
en penas y amarguras,
vamos ahora a ellos,
para ser allí eternos.
Nadie que crea y ame
llorará ante una tumba:
el Amor, dulce bien,
nadie le robará.
–Su nostalgia mitiga
la ebriedad de la Noche.–
Fieles hijos del Cielo
velan su corazón.
Con tal consuelo avanza
la vida hacia lo eterno;
un fuego interno ensancha
y da Luz a nuestra alma;
una lluvia de estrellas
se hace vino de vida,
beberemos de él
y seremos estrellas.
El Amor se prodiga:
ya no hay separación.
La vida, llena, ondea
como un mar infinito;
una Noche de gozo
–un eterno poema–
y el Sol, el Sol de todos,
será el rostro de Dios.
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lapoesiaembiste · 3 years
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Raúl Brozovich embiste
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A modo de homenaje recordando hoy 5 de abril la fecha de su fallecimiento la poesía Embiste presenta para todos los seguidores una breve selección de poemas de Raúl Brozovich, compartiendo un comentario que el poeta Vladimir Herrera escribiera sobre él hace algunos años.
"Raúl Brozovich no sólo condujo a Pablo Neruda a Machupicchu. No sólo comía helados con Jack Kerouac en la plaza de armas del Cusco. Fue candidato a diputado por el Partido Comunista y se burlaba de los feligreses desde la torre más alta de la catedral. Fue, es, el más alto poeta que ha dado la anchura de esta tierra cusqueña.
V.H.
A LA MUERTE YO LE ARROJO TOMATES
masticando vidrio molido
viene la muerte temblando entre dos
olvidos
abatiendo una lenta atmósfera de claveles
y sonetos
le siguen en orden
paraguas y cocodrilos
un río violento de rosas frescas
huesos de madera
ángeles con un pie ensangrentado viudas
apasionadas
bueyes de negra luna jabonada
locomotoras,
yo soy solo como un edificio a su encuentro
con un revólver y un cesto de tomates podridos
hago puntería
1 2 3 4 5 6
su corazón roto cae como un frasco envejecido
huye de pronto
con una secuencia de cinematógrafo mudo
arrolla niños y tempestades
crepúsculo de última moda
rosas perfumadas
panaderos
fabricantes de pomada
y finalmente dactilógrafos
7 8 9 10
junto al semáforo — huelo su vaga sombra
de azufre calcinado
levanto la nariz al cielo color mandarina
ALLA ESTAAAA A A A A ¡ ¡ ¡! ¡ ! ¡ ! ¡ !
mírenlo abre bocas y protecultos
vuela como un periódico arrebatado llevándose
los editoriales de mi primer asombro.
EN LA ESPESURA DEL SUEÑO
el poeta sueña a orillas del río Guadalviquir
el agua sonora corre por sus venas
agua verde —extendida para mi oído
en la espesura del sueño
golpeada en su pétalo y su nervadura
sudorado cáliz de espuma
ay cabeza oscura y rota de esta vida
ay dolor quieto como una piedra
flaco rumor en las sienes
ave negra
culebra
espina
dulce herida
el agua tiembla al pasar por mi vida
el agua verde sueña
tendido yo en la oscura
hierba
agricultor de especies puras
mezcla de minotauro y ave
el poeta bebe el vinagre
de las oscuras cavilaciones
es el tiempo —madriguera de la sierpe
cónclave de las estaciones perdidas
dura piedra —donde reposa su cadáver congelado
es también cometa y diamante
del volumen de la rosa
imagen y transparencia
su metáfora delicada
o es también de los viñedos del poeta
sapos y lebreles
—mezquina bolsa— siempre vacía.
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TRAMPAS, TRAMPAS.
El dulce y desesperado
empleado público
cuyo sistema melancólico
en desuso
deplorable
apenas la ropa usada
descubre antes del desayuno
sin ganas al acto sexual
horrorizado
sus medias rotas
el dedo gordo
sin pie
oh! sus paraguas con sus terribles agujeros
sus toallas de mugre sacramental
exabrupto
oh! deleznables, alimentos terrestres
ubres de la pituitaria
que
apenas deglutes su epigastrio
de café achicoria
la medida del pan que apenas reparte a su trísido
ejército familiar (que duerme y defeca en forma por demás desagradable)
oh! tormentos taciturnos de aquesta pobreza
oh! terribles gritos de cocina
sin tomates sanguinarios ni cebollas sentimentales
apenas lo indispensable
la mesa tiene el hocico manchado de kerosene
cuidado con las ratas
pero un día señalado
un día
un día apestado y friolento
un día cargado de cuchillos y policías
de curas rosoños y burgueses dormilones
solo un día lleno de furia
(donde tambalea en los umbrales los signos del zodiaco)
el rostro familiar del empleado público
jubilado
apenas respira -azul la sombra parva-
escarba las manos huesosas
y reune los últimos centavos
y decide comprar veneno
para ratas.
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PISTOLERO INTELECTUAL
ruedas
de un pernil osco
herramientas
desaseado y torvo
la oscura mano del asesino
febricitante
sudoroso de nervios congelado
nos rebusca los bolsillos
sin encontrar
lo que tanto nos debemos
la palabra de amor si puede ser
como un ósculo
de grandeza
oh! la mano enorme que aprieta
otra mano delicada
el dolor como un perno de madera
a porfía
la tristeza su amargo desayuno
a desgano
pero un momento
de frente
sin miedo
nos veremos algún día desarmados.
"La culpa de todos los "asesinatos literaturescos" la tuvo mi abuelo en su bohemia pueblerina (Los Estetas de Teópolis), reunía en su vieja casona amigos de la poesía. Los "sábados culturales" jugaban sapo, libaban chicha, escuchaban música folklórica. En media jarana, yo aparecía disfrazado de Arlequín (tenía ocho años, "sagrada ingenuidad") recitaba al poeta maldito Baudelaire, prólogos de Vila, anatemas anarquistas de León Felipe, etc. Los viejos sonreían maliciosamente y me regalaban pesetas. De noche, hecho un chiquiviejo contaba las moneditas y desconcertado pensaba en la poesía: "remover las inmundicias humanas con un estilo elegante" (meditaciones de Tao). De viejo, otra vez pienso desconcertado de ese viaje interminable. La poesía es apenas un sueño errante".
Raúl Brozovich.
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Raúl Brozovich (Cusco 1928-2006), figura destacada de la generación del 50, casi desconocido por la crítica peruana, debido a los pocos libros que ha publicado. Sin embargo, tiene dos colecciones de poemas en: Exposición de Poesía Contemporánea Cuzqueña, 1958 y Poemas, Ediciones Elemento, 1969, Colección Vigencia. Además, tiene poemas dispersos en publicaciones eventuales.
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naranjamolesta-blog · 6 years
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Descripción de tu patio There are places I’ll remember all my life Lennon/McCartney No sé a qué viene la pregunta pero voy a contestarte: Claro que me acuerdo del patio de tu casa. Me acuerdo porque tengo esa virtud de la buena memoria, que no sé si es la causa o la consecuencia de tanta nostalgia. Me acuerdo perfectamente de cada objeto y cada detalle aunque hayan pasado tanto tiempo y tantas cosas desde entonces. La mitad estaba descubierta y había unas matas descuidadas, supongo que nunca nadie se molestó en podarlas y por eso se veían tan verdes y tan vivas. Me acuerdo de una época en que una de las niñas tuvo un conejo blanco que se escondía entre esas matas. Se escondía donde nadie pudiera alimentarlo ni consentirlo. En el rincón más oscuro, donde nadie pudiera siquiera verlo… yo también me he sentido así, como el conejo misántropo, pero nunca he tenido la suerte de encontrar un buen rincón… El patio era el centro de la casa, no tenía paredes y por eso cuando llovía el primer piso era un desastre, claro que eso a mí no me importaba, porque desde siempre he encontrado la lluvia muy inspiradora. Yo te miraba reír y pensaba cosas que yo decía que eran poemas mientras Fania corría de un lado a otro con un balde y un trapeador. De noche era diferente porque no había nadie que silenciara las voces de las gotas que se estrellaban contra todos los objetos, y las gotas hablaban, incluso una noche cantaron, me acuerdo muy bien, me acuerdo muy bien de la lluvia, del patio y de tu casa. Al fondo estaba la cocina, tenía dos estufas pero sólo una servía, esa era la menos importante. La otra era grande y vieja y, aunque todo el fuego del mundo y sus alrededores no alcanzaría para encenderla, se mantenía tan orgullosa como siempre. Doña Alcira siempre hablaba de mandarla a arreglar pero todos, incluso ella, sabíamos que eso nunca ocurriría. De atrás de la estufa salían cucarachas que corrían por el patio y llegaban hasta la sala. Nunca te lo dije para no parecer sobretrascendente - en esos días, para qué- pero yo estaba convencido de que las cucarachas tenían una misión: hacernos sentir dioses. La vida de los insectos estaba en nuestras manos o mejor dicho en nuestros pies. Las pisoteábamos como si fuéramos dioses crueles y caprichosos, así de simple, matábamos la desafortunada cucaracha que se nos acercara y luego llamábamos a Fania para que recogiera el cadáver y lo arrojara a la caneca. Mientras tanto, supongo yo, desde atrás de la estufa las demás cucarachas observaban y reían. Algún día caminarían sobre los cadáveres de millones de humanos calcinados tras la explosión masiva iniciada por algún dedo todopoderoso presionando un botón rojo. Las cucarachas habían recorrido el mundo antes de que apareciéramos y lo seguirían haciendo después de nuestra destrucción. Beberían nuestra sangre y caminarían triunfantes con las antenas en alto, orgullosas y en representación de todas las especies que destruimos, excepto de la nuestra, que a la larga era la más despreciable. Claro que me acuerdo del patio. A la izquierda estaba el comedor, bueno, me refiero a la mesa con cuatro sillas donde las niñas hacían las tareas. “Comedor” sería inadecuado, jamás vi a alguien sentarse a comer en esa mesa. Doña Alcira tomaba los alimentos en su cuarto. Desayunaba a las siete, almorzaba a la una y comía a las seis, con la impresionante exactitud de un tren ruso. Fania le subía todo en una bandejita. Las niñas almorzaban en el colegio y ustedes en los comedores de la universidad. Los fines de semana pedían arroz chino o sacaban algo fiado en la tienda de enfrente, donde atendían una señora que era fan de Vicente y un señor de bigote chistoso que dizque era músico y había tenido una academia… No, espera, una vez comimos ahí, era un domingo por la noche y en la televisión Pacheco hacía chistes estúpidos en uno de sus programas de concurso. Preparaste sandwichs y Chocolisto. Creo que esa fue la única vez, de resto la mesa sólo era para que las niñas hicieran sus tareas. Día tras día ellas escribían planas y planas de una misma frase. La más pequeñita se moría de ganas por dibujar pero nunca le quedó suficiente tiempo. Fania, siguiendo las ordenes de Doña Alcira, las vigilaba toda la tarde. A veces le escondía los colores y a mí me daba embarrada pero ni modo, tampoco podía alegar porque después te la montaban era a ti. Lástima, de pronto la niña hubiera dado para artista. Como muchas cosas nunca lo sabremos, supongo. Hace poco me la encontré, está de cajera en un banco por los lados de lo que antes llamaban Cabecera. En el momento no supe quién era pero al rato me acordé del anillo que tenía. Me dijo que el conejo - se llamaba Pepo, yo no lo recordaba - se había perdido un día que lo llevaron a pasear por los lados de la UNAB. Un día de estos, de pronto, pues, no sé, si te nace, pasamos a visitarla. Yo creo que de ti se acuerda mucho porque le enseñabas canciones y juegos, bueno en fin, vainas así. Quién lo diría de una estudiante irresponsable, fumadora compulsiva y medio alcohólica, que uno clasificaría mas bien como una mala influencia para las nuevas generaciones. Al fondo, pasando el patio, quedaba el cuarto de Fania. No creo que ninguna de ustedes hubiera entrado alguna vez, ni siquiera de sapas cuando ella no estaba, porque dejaba con llave. Fania tenía dos obsesiones, los ratoncitos y el Atlético Bucaramanga. Ella hablaba todo el tiempo de los ratoncitos (y con los ratoncitos), aunque nadie llegó a verlos porque aparte del conejo nunca hubo en la casa otro roedor y aparte de las cucarachas no hubo otra plaga. Los ratoncitos y el Atlético. Ella no cachaba partido de los Búcaros y los idolatraba a muerte. De hecho creo que el momento cumbre de su vida fue el partido contra el Barcelona de Ecuador, el único que alguna vez jugó Bucaramanga por Copa Libertadores. Fania estaba medio loca, pero era buena gente. Abría la puerta y saludaba siempre con la misma frase “Qué más mi rey, hace rato no venía” (aunque yo me hubiera ido hacía quince minutos). Luego pegaba el grito “¡Aleja ya llegó su flaco!” y se entraba cruzando el patio y murmurando quién sabe qué cosas. Luego salías o me invitabas a entrar, sobre todo los domingos, cuando solías estar vestida toda desechable y te daba pena que te vieran así y tras de todo haciendo visita en la puerta. Si nos quedábamos afuera nos sentábamos en el anden y hablábamos mierda un rato largo, luego íbamos a comer a los carritos de perros de enfrente del estadio; una porción de papas o si había plata un cóctel de camarones, porque te encantaba el cóctel de camarones que vendían en un carrito azul que tenía una sirena dibujada. Entrando a mano izquierda, frente al comedor, quedaba el centro de la vida social de la casa y me imagino el de casi todas las residencias de estudiantes del barrio San Alonso: La sala de televisión, el “Templo del Cíclope Catódico” como la llamaba tu amiga. Fania veía novelas todo el tiempo pero los momentos cumbre eran las telenovelas de las ocho y las diez, la paca y el perro, la divorciada y el diablo, etcétera. Audiencia total y prohibición implícita de que alguien hablara. Casi siempre desconectaban el teléfono. Más tarde, cuando todos se iban a dormir, nosotros también desconectábamos el teléfono… Ahí estaban nuestros cómplices: el sofá de cuero beige y la promisoria estática del televisor después del mal final de una mala película en un mal canal peruano… …una casa como todas las otras y una cuadra como todas las otras. Una cuadra que escondía en cada metro de pared toda la bulla que hacían los estudiantes desde hace años y la revolvía con el más absoluto silencio de la época de vacaciones. Una cuadra donde mínimo habría cinco casas de costeños y cinco casas de boyacos y una tienda sostenida por las tomatas de los estudiantes. Una señora que vendía almuerzos caseros y una taberna en la esquina donde varios ancianos pasaron los últimos años de su vida viendo fútbol y boxeo. Una calle con una papelería y una iglesia de garaje donde me encantaba observar a los animales en cautiverio. Una calle caminada día tras día por estudiantes, la mayoría de los cuales no soñaban más que ser profesionales y por eso cuando la recorrieron por última vez, ya con un diploma debajo del brazo, la recorrieron convertidos en seres sin sueños… Me acuerdo de todo, la cuadra, la casa, y el patio. Claro que me acuerdo del patio, al lado de la sala de televisión estaba la escalera, 18 peldaños y al final tu cuarto. Tu cuarto de estudiante universitaria, con un afiche de Kurt que decía “I hate myself and I want to die” y un letrero hecho a computador que decía “Carpe Diem”. Dos frases perfectas para empezar el día. Un poster del Che que te regaló algún exnovio revolucionario y otro de “La Naranja Mecánica” que te robaste el día que dieron la película en el auditorio Luis A. Calvo. Un letrero de Prohibido Parquear, robado de la puerta del garaje de los vecinos, media docena de tarjetas de Timoteo cortesía de media docena de admiradores que de seguro ya ni recuerdas y una caja de whisky vacía. Un palo de escoba para colgar la ropa y una colección de piedritas traídas de muchos lugares… tu siempre desordenado y oloroso a cigarrillo cuarto donde por reglamento interno de la casa y en palabras de Doña Alcira “No pueden subir muchachos”. Es que ella era cristiana y por eso jodía tanto, que las llegadas tarde, que la música esa “metálica”, que la Luz que duraba prendida toda la noche y todas las noches, bueno, esas vainas. Así era ella, siempre con su Biblia debajo del brazo y contando los diez mil chismes malintencionados de la gente de la iglesia, de la Sagrada Iglesia del Reino, para ser más exactos. Los chismes que por demás Fania escuchaba y complementaba y que a los demás nos importaban nada pero que por educación escuchábamos pensando en otra cosa. Claro, a veces se portaba buena gente y brindaba tinto u oncecitas. Entonces todos decían que era como una madre y lo seguían creyendo hasta que llegaba el fin de mes y cobraba una cuota por “onces y alimentación extraordinaria” y a la protesta unánime de todos los inquilinos contestaba, solemne e irrebatible, “pero cómo para tomar todos los días sí tienen plata.” Me acuerdo muy bien de todo, del patio y de Doña Alcira, de las escaleras y de tu cuarto. Y si me acuerdo de cada cosa que había en tu cuarto es porque al fin y al cabo me la pasaba ahí metido, a escondidas de Doña Alcira, por supuesto. Me acuerdo de todo y sobre todo me acuerdo del grito que pegó cuando entró un domingo por la mañana antes de que nos despertáramos y nos encontró en tu cama y encontró mi ropa tirada en el piso y coronada por una botella de vino. Me acuerdo de la vaciada que se debió escuchar desde la UIS hasta Quebradaseca, me acuerdo que no dejaba de nombrar a tus papás y a Dios, y que gritaba algo del ejemplo y que, antes de que yo tuviera tiempo de vestirme del todo, Fania y las demás peladas ya habían llegado a mirar qué era el mierdero. Me acuerdo que me pediste que saliera, que tú ibas a arreglar las cosas, que así era mejor, que volví por la tarde para ayudarte a empacar y que empacamos muertos de la risa mientras Doña Alcira oraba por nuestra salvación y que esa noche antes de que cerraran la tienda de enfrente nos tomamos un par de cervezas para celebrar tu gloriosa expulsión de la casa marcada con el número 16-66. ¿Si ves?, me acuerdo de todo. Eso es lo bacano. Me gusta acordarme. ¿Sabes qué es lo triste?; que no debí contestarte la pregunta. Porque, ya lo dijiste, ahora, después de tanto tiempo, tienes una vida perfecta y en cualquier vida perfecta yo, incluso como recuerdo, salgo sobrando.
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khaderce · 4 years
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ملغا "الملكة" الأندلسية Malága "La reina" Andaluza -- Tengo la sabiduría del condenado a muerte Tengo la sabiduría del condenado a muerte: No tengo cosas que me posean. He escrito mi testamento con mi sangre: “¡Confiad en el agua, moradores de mis canciones!”. He dormido ensangrentado y coronado con mi mañana... He soñado que el corazón de la tierra era mayor que su mapa Y más claro que sus espejos y mi cadalso. He creído que una nube blanca me ascendía, Como si yo fuera una abubilla con el viento por alas. Y al alba, la llamada del sereno me despierta de mi sueño y de mi lenguaje: Vivirás en otro cadáver. Modifica tu último testamento. Se ha retrasado la fecha de la segunda ejecución. ¿Hasta cuándo?, pregunto. Esperaré a que mueras más. No tengo cosas que me posean, respondo, he escrito mi testamento con mi sangre: “¡Confiad en el agua, moradores de mis canciones!” Y yo, aunque fuera el último, encontraría las palabras suficientes... Cada poema es un cuadro. Pintaré ahora para las golondrinas el mapa de la primavera, para los que pasan por la acera, el azufaifo y para las mujeres el lapislázuli... El camino me llevará y yo le llevaré a hombros hasta que las cosas recobren su imagen verdadera, Luego oiré lo genuino: Cada poema es una madre que busca a su hijo en las nubes, cerca del pozo de agua. “Hijo, te daré el relevo. Estoy encinta”. Cada poema es un sueño. He soñado que soñaba. Me llevará y le llevaré hasta que escriba la última línea en el mármol de la tumba: “Me he dormido para volar”. Y llevaré al Mesías zapatos de invierno para que camine como los demás desde lo alto de la montaña hasta el lago. Mahmud Darwish, Poeta Palestino #cuídate #paciencia #EsteVirusLoParamosEntreTodos #FinEstadoAlarma #Valores #Amistad . . . #de_un_extraño_en_el_exilio #letras_dispersas #poesia #CabezaSiempreFuerte #poemasdeamor #sentimientos #pluma_de_un_extraño ‎#من_غريب_في_الغربة ‎#حروف_مبعثرة ‎#ريشة_غريب . . . ‎#فلسطين ‎#فلسطين_فوق_الجميع ‎#آه_يا_حليمة ‎#الجالية_الفلسطينية ‎#الأندلس ‎#اسبانيا #ComunidadPalestina #Andalucia #España #Palestina ‎#التطبيع_خيانة ‎#لا_للتطبيع لي حكمة المحكوم بالإعدام https://www.instagram.com/p/CE1jSS0parcz2p_yLoqY-7rzPPcHeYDWhNNeEM0/?igshid=12cfmj7p6c70a
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fozilizado · 7 years
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EL LEMA DE LA ALTA SUCIEDAD (IGNORAR LA HUMANIDAD)
Prohibido sembrar árboles frutales
En las ciudades de piedra iracunda 
Los hambrientos desplazados
Dejarían de matarse sudando sangre
Por comparar media libra de lentejas 
En un supermercado del monopolio 
Prohibido los hidrantes
Preferible mueran incinerados y deshidratados 
Es obligatorio comparar el agua de sus propios ríos secuestrados
O que beban líquidos contaminados
Si te mueres da igual
Venden un ataúd más
Prohibida   hasta la última gota de las nubes
Salir a correr bajo la lluvia da multa
Porque le puede caer un rayo
Prohibido los baños públicos para los habitantes de la calle
Es preferible se caguen en la acera y se vuelvan bien mierdas 
 Mezquinos sin alma e insensibles cadáveres
Depravados sin enterrar 
Orinen el caño que fue el sueño
De una ciudad atravesada por siete ríos
 Imaginable   no cobrar por usar el sanitario 
Cuál si fuese el   trono del Santo Papa 
Establecimiento que desangramos en impuestos
Aprovechar la oportunidad y multarlos por cochinos
Por no aguantarse   los cálculos en los riñones  
Crucificados al revés todos 
A nadie le interesa el otro 
Ni sus palabras  
Gritos de mudo
Graffiteado muro que nadie observa 
 Sufren de abandono en una metrópolis sobre poblada 
Prohibido quedarse en los parques y habitar Universidades
Es peligroso que las personas conversen y discutan lo que sucede
Obedezca el toque de queda y regrese a la celda de su habitación
Prohibido habitar zonas rurales y selváticas donde los recursos vitales 
Liberan sonrisas y abundan gratuitas las necesidades fundamentales 
Prohibido jugar el noble golf exclusivo para la alta suciedad
Erigimos muros y rejas al lado de los ríos
Que convertimos en desagüe de nuestro excremento
Atrévete a escalar o a intentar saltar y será la perfecta excusa para dispararte 
Prohibido el amor
Creer en el afecto
El cariño y la compasión
Es inevitable esquivar el control elitista que los descorazona
Prohibido los malabares y vender flores en los semáforos
Eso alegra el caos del trafico y es la ocasión para darte otra  multa
Ademas un ciudadano furioso en su auto-fantasmático
Es presa fácil del guardia de transito
Fabriquen sin respiro porque el aire acondicionado es costoso
Frustrados en nuestra industria 
Sin la fe en el poder de su voz 
Agradezcan sin recriminar las cadenas de oro Golfi 
Prohibido no trabajar y dedicarse a lo que prefieres 
Tu lugar es donde nosotros decidimos 
Sin acceso al espacio
Ni al tiempo
Es obligatorio utilizarte cada segundo maquinando
Prohibido soñar porque el privilegio es para los despiertos  
Mejor dópate con un servicio médico de nuestras clínicas 
Que aniquilé despacito y en silencio tu derecho a existir
También ofrecemos el tráfico ilegal que disponemos para tu servicio
Puedes embriagarte hasta el derrumbe y descalábrate
Suicídate en la soledad de una  de sobredosis
Es preferible apagar la luz de tus ojos 
Resucitando igual que el sol y la luna
Tal vez alumbras nuestra sombra de alta suciedad
Prohibido salir de la rutina y convenciones impuestas
 Acostúmbrate a la realidad sentenciada 
O te golpeara tan fuerte que desearas no haber nacido.
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5 – 06 -2017  Collage y poema: David José Márquez Bolaños
Frase collage: “El rol de los fotografos de moda de hoy es que tenemos  que liberar a las mujeres y a todos, de la perfección y la juventud” Peter Lindbergh
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«Escrito a ciegas», Martín Adán.
Quieres tú saber de mi vida, Yo sólo sé de mi paso, De mi peso, De mi tristeza y de mi zapato. Por qué preguntas quién soy, Adónde voy... Porque sabes harto Lo del duro y sensible volumen de ser mi humano, Que es cuerpo y vocación, Sin embargo. Si nací, lo recuerda el Año Aquel de quien no me acuerdo, Por que vivo, porque me mato. Mi Ángel no es el de la Guarda. Mi Ángel es del Hartazgo y Retazo, Que me lleva sin término, Tropezando, siempre tropezando, En esta sombra deslumbrante Que es la Vida, y su engaño y su encanto. Cuando lo sepas todo... Cuando sepas no preguntar... Sino roerte la uña de mortal. Entonces te diré mi vida, Que no es más que una palabra más... La toda tuya vida es como cada ola: Saber matar. Saber morir. Y no saber retener su caudal, Y no saber discurrir y volver a su principio, Y no saber contenerse en su afán... Si quieres saber de mi vida, Vete a mirar al Mar. Por qué me la pides, ¿Ignoras acaso que en el Mundo, Todo de nadas acumuladas,
De desengrandar infinitudes, No si no un trasgo Eterno, sombra apenas de apetito de algo? La cosa real, si la pretendes, No es aprehenderla sino imaginarla. Lo real no se le coge: se le sigue, Y para eso son el sueño y la palabra. Cuídate de su atajo ¡Cuídate de su distancia! ¡Cuídate de su despeñadero! ¡Cuídate de su cabaña! ¿Quién soy? Soy mi qué, Inefable e innumerable Figura y alma de la ira. No, eso fue al fin... y era el principio, Antes de donde el principio principia. Soy un cuerpo de espíritu de furia Asentada de áceda ironía. No, no soy el que busca El poema, ni siquiera la vida... Soy un animal acosado por su ser Que es una verdad y una mentira. Es tan simple mi ser, y tal ahogo, Con punzada de nervio y carne... Yo buscaba otro ser, Y ése ha sido mi buscarme. Yo no quería ni quiero ya ser yo, Sino otro que se salvara o que se salve, No el del Instinto, que se pierde, Ni el del Entendimiento, que se retrae. Mi día es otro día, Algún no sé dónde estarme, A dónde no sé ir en mi selva Entre mis reptiles y mis árboles, Libros y cementos Y estrellas de neón, Mujeres que se me juntan como la pared y como nadie... o como madre, Y el recién nacido que sobre mí llora, Y por la calle Toda las ruedas Reales y originales. Así es mi vida cabal,
Hasta la última tarde. El Otro, el Prójimo, es un fantasma. ¿Existe el aire, Donde te asfixias y recreas Respirando, tu cuerpo inane? No, nada es sino la sorpresa Eterna de tu mismo reencontrarte Siempre tú los mismos entre los mismos muros. De las distancias y de las calles ¡Y de los cielos estos techos Que nunca me ultiman porque nunca caen! Y no alcancé al furor de lo divino, Ni a la simpatía de lo humano. Lo soy y no lo siento ni así me siento. Soy en el Día el Solitario Y el absoluto en la Zoología si pienso, O como carnívoro feroz si agarro. ¿Soy la Creatura o el Creador? ¿Soy la Materia o el Milagro? ¡Qué mía y qué ajena tu pregunta!... ¿Quién soy? ¿Lo sé yo acaso? ¡Pero no, el Otro no es! Sólo yo en mi terror o en mi orgasmo ¡Y con todos mis sueños resoñados, Y con toda la moneda recogida, Y con todo mi cuerpo, resurrecto Tras cada coito, ciego, vano, sin pupila!... Cuando no seas nada más que ser, Si llegas a la edad de la agonía... ¡Cuando sepas, verdaderamente, Que es ayuntamiento de muerte y vida!... ¡Entonces te diré quién soy, Seguro, sí, que ya sin voz, Amiga! Que se curan con hierbas eficaces Los puros animales que te hablan Allá, entre piedras inmateriales El mundo real y la ciencia humana, Donde, con una pelota Los muchachos aparentes hediondos gozaban.
Sí, la vida es un delirio así, y sin embargo, En esa vida no estuvo mi nada, Ninguna, pero real, pero celeste o volcánica. ¡Qué tarde llega el Tiempo A su punto de olvido o de sensibilidad! Viene arrastrando, como el aluvión, De cúmulo, de suelo, de humanidad. Que se curan con hierbas eficaces ¡Cuán inesperado y desesperado cualquier ya, Todo yo que cae con el Tiempo Desde nunca siempre y para siempre jamás! ¡Qué madrugada eterna no dormida Lo del revolverme en el hacer y en el pensar! La Soledad es una roca dura Contra la que arroja el Aire. Está en cada pared de la Ciudad, Cómplice, disimulándose. Me arrojo o me arrojo, sin cesar Yo soy mi impedimento y mi crearme. La Poesía es, Amiga, Inagotable, incorregible, ínsita. Es el río infinito Todo de sangre, Todo de meandro, todo de ruina y arrastre de vivido... ¿Qué es la Palabra Sino vario y vano grito? ¿Qué es la imagen de la Poética Sino un veloz leño bajo un gato írrito? Todo es aluvión. Si no lo fuera, Nada sería lo real, lo mismo. El Amor no sabía Sino tragarse su substancia Y así la Creación se renovaba. Todo me era de ayer, pero yo vivo; Y a veces creo, y a la Vez me amamanta. No soy ninguno que sabe. Soy el uno que ya no cree Ni en el hombre, Ni en la mujer, Ni en la casa de un solo piso,
Ni en la casa de un solo piso, Ni en el panqueque con miel. No soy más que una palabra Volada de la sien, Y que procura compadecerse Y anidar en algún alto tal vez De la primavera lóbrega Del Ser No me preguntes más, Que ya no sé... Supe que no era lo que no era, no sé cómo, y toda era Hasta la cosa de mi nada. Y fui uno no sé cuándo, Persiguiendo, por entre numen y maraña Dentro de ella, yo, nacido y flaco, ya con todas las armas, Yo por todo paso que me hacía, A ello persiguiendo... a la palabra A cualquiera, A la madriguera o a la que salta. Si mi vida no es esto ¿Qué será la vida?... ¿Adivinanza?... Que me dé tiempo el Tiempo, a más del suyo, Y yo me reharé mi eternidad; Lo que me falta, Porque la eché... me estuvo un momento demás. ¿Sabes de los puertos encallados, Del furor y del desembarcar, Y del cetáceo con mojadísimo uniforme, Que no nada y cae ya? ¿Sabes de la ciudad tanta, Que no parece ciudad, Sino cadáver disgregado, Innumerable e infinitesimal? Tú no sabes nada; Tú no sabes sino preguntar, Tú no sabes sino sabiduría Pero sabiduría no.es estar Sin noción de nada, sino proseguir o seguir A pie hacia el ya. Autor: Martín Adán
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syzygy-002 · 7 years
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                𝑨𝒃𝒆𝒄𝒆𝒅𝒂𝒓𝒊𝒐 (s)            ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂                           𝑬𝒔𝒄𝒆𝒏𝒂𝒔            🌱 Tema: Samuráis (3/3) Aclaramos que ABC sólo realiza tres fragmentos del tema, por ende no es a profundidad, sólo una introducción del mismo. También, se utilizará el libro Hagakure (Yosho Yamamoto, un antiguo samurái) como guía de la actividad. «El Samurái tiene respeto por la muerte, pero no miedo de la muerte. Si hay que morir se lanza a morir y si hay que quitarle la vida a alguien o a sí mismo, así lo hace sin especulaciones. Hay otros valores más importantes para él, como el honor y la obediencia al señor, que están por encima de la muerte y que sí son su motivo de vida».                       🌱 Parte tres: Seppuku/Harakiri Es el ritual que realiza el samurài para quitarse la vida, sus motivos son diversos, pero generalmente era para no caer en manos enemigas y ser torturados; se prefiere el término seppuku ya que harakiri se considera “vulgar”. En la última parte de esta actividad tendrán que realizar un seppuku; se dejarà la lista de motivos en que se pueden realizar y los pasos del ritual.
Motivos: - No caer en manos enemigas y la tortura. - Expiar la culpa por un error o faltar al código de honor(sokotsu-shi) - Hacer pública una animadversión (funshi) - Protestar por una decisión injusta (kanshi) - Defender la propia inocencia (memboku) - Acompañar al señor en la muerte (junshi)                  🌱 Ritual: Todos los créditos a Historia de la historia        «1. La indumentaria Solo los samuráis podían hacerse el seppuku, y para un samurái el momento culminante de su vida es, precisamente, el de la muerte. Para irse al otro barrio con el debido decoro, hay que hacerlo ataviado con las mejores galas. En este caso, un kimono de ceremonia, que vendría a significar más o menos lo que para nosotros sería suicidarse de esmoquin. El color queda a gusto del consumidor, pero es preferible el blanco. Huelga decir que el sujeto, llamémoslo “suicidante”, debe presentarse debidamente peinado y aseado.        2. El lugar El seppuku puede practicarse en cualquier sitio, según lo dicten las circunstancias, pero los lugares más recomendables son las dependencias de un templo, la propia casa o la celda donde uno se halle recluido. Los samuráis de alto rango pueden optar por hacerlo al aire libre, en algún patio o jardincillo acondicionado a tal efecto, mientras que los de condición más humilde, por regla general, procederán a destriparse en habitaciones interiores. No se necesitan grandes preparativos. Basta con una sencilla tarima, sobre la que el suicidante se colocará para ejecutar la faena, y un pequeño cesto (u hoyo en el suelo) para recoger su cabeza una vez debidamente cercenada. A partir de ahí, según el rango social del suicidante, pueden añadirse más elementos y decorar el espacio con cortinajes (siempre blancos), pasarelas, esteras de tatami, etc. Es preferible que la iluminación sea más bien tenue, para hacer el espectáculo un poco menos desagradable a los asistentes a la ceremonia. También es buena idea poner a quemar cantidades generosas de incienso, para disimular en lo posible el hedor a vísceras e higadillos.        3. El poema de despedida El ritual del seppuku se realiza en el más estricto silencio, no hay lugar para que el suicidante pronuncie sus últimas palabras. Pero siempre tiene la opción de dejarlas por escrito, lo que se considera un gesto de gran elegancia. Un epitafio de lo más estiloso antes de partir al más allá. Algunos de los versos más sublimes de la literatura japonesa se han escrito, precisamente, como poemas de despedida. Ejemplo:
“Como un árbol fosilizado del que no se esperan flores triste ha sido mi vida destinada a no producir ningún fruto”.
Minamoto no Yorimasa        4. Los testigos Todo suicidio que se precie debe contar con la presencia de testigos que den fe de que el suicidante ha quedado bien muerto tras el proceso. Se espera de ellos que acudan a la cita vestidos de rigurosa etiqueta.        5. El asistente Abrirse las entrañas es un asunto doloroso. Por mucho temple que tenga uno, es muy posible que el dolor acabe haciéndole perder los papeles. No queremos afear tan sublime del momento dando el espectáculo, así que, para ahorrar sufrimientos innecesarios al suicidante y evitar mayores engorros, todo seppuku que se precie debe contar con la figura del asistente, también llamado kaishaku. Su tarea consiste en cortar la cabeza de un tajo limpio al sujeto una vez este ha terminado de eviscerarse. El asistente suele ser alguien elegido por el suicidante, generalmente un amigo, aunque en caso necesario también se puede contar con un kaishaku de oficio. Si bien de todo samurái se espera cierta destreza con la espada, es preferible asegurarse de que el asistente tenga buena mano, ya que decapitar a un hombre no es tarea precisamente fácil.        6.La herramienta En vez de la espada larga, la famosa katana, poco manejable para estos menesteres, lo ideal es usar la espada corta, llamada kodachi o wakizashi. También se puede usar una daga, llamada tanto. Evidentemente, conviene que esté debidamente afilada. Para mayor refinamiento y belleza estética, la espada ha de presentarse con la hoja desnuda, sin guardamanos ni empuñadura, sobre una bandeja de madera. Antes de entrar en faena, el suicidante envolverá la hoja en un trozo de papel de arroz o de tela para no cortarse la mano al empuñarla.        7. La postura El suicidante se posiciona sentado en suelo (al modo japonés) sobre un pequeño estrado o tarima, a la vista de los testigos. Frente a él, al alcance de su mano, se coloca la espada a utilizar en el seppuku. El asistente, por su parte, permanecerá de pie detrás suyo en todo momento, listo para actuar cuando sea necesario. Antes de empezar con la carnicería, el suicidante saluda a los testigos con una reverencia. Ante todo, es importante mantener las formas. Una vez concluidas las salutaciones, se despoja de la parte superior del kimono y se queda con el torso al descubierto, para que la hoja penetre más fácilmente en la carne.        8.El corte Llegamos al meollo del asunto, al seppuku en sí. La palabra “seppuku”, igual que su sinónimo vulgar “harakiri”, significa “rajar la tripa” en japonés. Y eso es es exactamente lo que hay que hacer. Se coge la espada y se la clava uno en el bajo vientre; una vez hundida la punta en la barriga, se tira de la hoja para rasgar la carne. Para hacer más fuerza, es recomendable asir el acero con ambas manos. Lo habitual es sajar en sentido horizontal, de izquierda a derecha. Cuanto más largo y profundo sea el corte, mejor. Si quedan arrestos suficientes, se puede dar un segundo tajo, en dirección vertical, para quedar como un señor. Este seppuku en dos cortes, en forma de L o de cruz, es el más habitual. Pero, en realidad, llegados a este punto no hay reglas estrictas. Da igual el número o dirección de las cuchilladas, el caso es rajarse bien rajado. El seppuku es un asunto de honor, en el que uno ha de demostrar su hombría, así que cuantos más tajos se dé, mejor. Hay registros de samuráis que llegaron a abrirse en canal de arriba abajo, y otros se daban hasta tres y cuatro cortes antes de estirar definitivamente la pata. Las posibilidades son infinitas.        9. El golpe de gracia El instante preciso en que darle la puntilla al suicidante es un asunto delicado. El “timing”, en última instancia, queda a entera discreción del asistente. En algunos casos, para evitar sufrimientos, el kaishaku se realiza en cuanto el suicidante hace el ademán de coger la espada, sin darle siquiera tiempo a clavársela en el vientre. Pero lo habitual es esperar a que haya terminado con los cortes y aguardar al momento justo en que empiecen a fallarle las fuerzas. Por la cuenta que le tiene, es de agradecer que el suicidante coopere dejándose caer levemente hacia delante, estirando el pescuezo, para que el asistente tenga un mejor ángulo de corte. En caso de no tener a mano ningún asistente, el sujeto puede guardar sus últimas fuerzas (si es que le quedan) para darse un tajo en el cuello que acabe con su agonía.        10. Recogida y cierre Una vez el sujeto está debidamente eviscerado y decapitado, se procede a retirar el cadáver y limpiar el estropicio. Un criado recoge la cabeza y se la presenta a los testigos, con lo que se da por concluida la ceremonia.        Naturalmente, cada caso es un mundo, y dependiendo de las circunstancias este ritual podía variar bastante. Por ejemplo, si uno está huyendo a uña de caballo de una hueste de enemigos y no quiere que lo cojan vivo, lógicamente no puede andarse con demasiados remilgos para quitarse de en medio. Además, el seppuku es una tradición muy antigua que ha ido evolucionando a lo largo de los siglos. Pero podemos considerar los puntos arriba citados como una especie de decálogo estándar, unas reglas generales por las que, en la medida de lo posible, debía guiarse todo samurái que se quisiera destripar como Dios manda».
                  🌱 Si la actividad no es de tu gusto, interés o beneficio, desiste de ella. Las sugerencias son bienvenidas.                      𝑹𝒆𝒑𝒂𝒓𝒕𝒐         🌱 Recurso visual, adornos y otros, queda a criterio individual.  🌱 Tag en tumblr: #ABCsamurai
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efedp · 7 years
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La revolución no será posible hoy.
A quince años del 19 y 20 de diciembre de 2001.
Es cierto. Estamos lejos. La revolución no es hoy (tan) posible como lo era entre 1968 y 1976 en Argentina y, casi podríamos afirmarlo, en la región entera. Sin embargo, vemos como la formula que mezcla el pensamiento estético y el político sigue siendo clave para evidenciar realidades injustas que azotan nuestras sociedades.Con esta idea se presentan tres experiencias argentinas y sus contextos: Tucuman Arde (1968), GAC - Grupo de Arte Callejero (1997-actualidad), y la FACC (2016). El recorte y su relación se proponen para pensar puntos en común, dando por sentado la existencia de una infinidad de otros casos que deben seguir siendo investigados y visibilizados. El itinerario del `68En el trabajo de investigación
Del Di Tella a “Tucumán Arde”
de Ana Longoni y M. Mestman, los autores detectan una serie de acontecimientos al interior del campo del arte que incorpora la denuncia política en relación a coyunturas inmediatas como internacionales como El Mayo Francés y la Guerra de Vietnam, ó locales como el régimen dictatorial del Gral. Carlos Onganía y sus prácticas opresivas cotidianas. Esta serie de hechos, a su vez, suma las tensiones dentro del campo entre instituciones y las prácticas vanguardistas. Ambas caras del conflicto, entonces, se ven condensadas en lo que se denomina “Itinerario del ‘68”. Dicho periplo, comienza en abril en la inauguración del premio “Ver y Estimar” y termina en noviembre con la clausura de la segunda edición de la muestra
“Tucumán Arde”
, en la sede porteña de la CGT de los Argentinos a las pocas horas de ser inaugurada.
Pese a clausurar el itinerario del '68, Tucumán Arde inaugura -o al menos es la experiencia más famosa de- la deslimitación entre el suceso artístico y la práctica política. Entre los razgos más llamativos a tal fin, se rescata la pérdida del autor en el colectivo y la ruptura con las lógicas de la institución arte al punto de lograr la mencionada desmarcación disciplinaria. En palabras de Juan Pablo Renzi: "[Los autores de T.A.]  se proponían crear un fenómeno cultural de características políticas que excediera los cauces habituales de las vanguardias que ellos mismos practicaban. Para ello era necesario asimilar el concepto de vanguardia estética al de vanguardia política." . Se trataba de una gran puesta en el espacio del conflicto, con sus responsables y consecuencias. Era el hecho de mostrar, de transmitir aquello que habían encontrado en Tucuman. Incluso, podríamos decir que se trataba de un gran señalamiento.Como mencionamos anteriormente, entre los procesos transformadores, la Revolución Cubana y el gobierno dictatorial activo durante los años sesenta, se genera un ambiente en el que la Revolución es una salida posible. Esta idea, desde ya, se traslada a la praxis artística. En el cruce, a su vez, con la búsqueda de los grupos de vanguardia -tal como los mismos artistas se denominaron- arte y política se vuelven una sola búsqueda.
Con el paso del tiempo, salvando la llamada Primavera Camporista, el ambiente de sensura y represión hace que la lucha se vuelva más explosiva en el ámbito pólitico y más estratégica y soslayada en el artístico. Casos como el de Juan Carlos Romero, ejemplifican la busqueda de pequeños intesticios donde la denuncia ante los atropeyos a las libertades individuales, colectivas y la desigualdad podían ser denunciadas.El 24 de marzo de 1976, con el golpe de estado perpetrado por las tres fuerzas armadas nacionales, comienza un regimen encrudecido de terrorismo de estado autoproclamado "Proceso de Reorganización Nacional". A partir de ese momento, más de 30.000 personas serán secuestradas por el estado, torturadas y asesinadas. Surgen los desaparecidos. Un plan sistemático de apropiación de bebes nacidos en cautiverio es puesto en marcha. Años más tarde, estos crímenes aberrantes serán denunciados por Madres y Abuelas de Plaza de Mayo desde el más político y coherente ejercicio.Los noventa y la (des)obedienciaEn 1983 las instituciones democráticas retoman curso. La vida en democracia parece ser la mejor opción y el terror de la dictadura militar que desde 1976 azota al país es superado. En el campo cultural se produce un estallido, la alegría retoma las calles. Con la democracia, pareciera que se cura, se come y se educa.Sin embargo en 1987, se dicta la
Ley Nº23.492: Ley de Punto Final
.
"Dispónese la extinción de acciones penales por presunta participación, en cualquier grado, en los delitos del artículo 10 de la Ley Nº 23.049 y por aquellos vinculado a la instauración de formas violentas de acción política. Excepciones." .
A su vez, ese mismo tambien se emite la Ley Nº23.521: Ley de Obediencia debida.
"Artículo. 1º -Se presume sin admitir prueba en contrario que quienes a la fecha de comisión del hecho revistaban como oficiales jefes, oficiales subalternos, suboficiales y personal de tropa de las Fuerzas Armadas, de seguridad, policiales y penitenciarias, no son punibles por los delitos a que se refiere el artículo 10 punto 1 de la ley Nº 23.049 por haber obrado en virtud de obediencia debida"
Ambas leyes constituyeron un quiebre en la reconstrucción de la memoria colectiva con respecto al golpe militar y al terrorismo de estado, y aquella ruptura significaba una primera desilución democrática. En 1997 y como respuesta emergente al neoliberalismo desarrollado desde la presidencia de Carlos S. Ménem, surge el GAC - Grupo de Arte Callejero.En su statement, definen:
" La motivación principal de nuestras intervenciones sigue dos grandes líneas temáticas: por un lado, la denuncia de los crímenes de lesa humanidad cometidos por la última dictadura militar y la genealogía del genocidio en Argentina, y por otro, la lucha contra las políticas neoliberales de la década del ’90 y sus consecuencias.
Gran parte de nuestro trabajo se inspira en saberes populares y es de carácter anónimo. Fomentamos la re-apropiación de nuestras prácticas y sus metodologías por parte de grupos o individuos con intereses afines. Muchos de nuestros proyectos surgen y/o se desarrollan a partir de la construcción colectiva, generando una dinámica de producción que está en permanente transformación debido al intercambio con las/os otras/os."(https://grupodeartecallejero.wordpress.com/quienes-somos-2/)
Las obras del GAC comparten con Tucumán Arde la pérdida de espacios y prácticas establecidas dentro de la Institución Arte y la apropiación de lógicas ganadas de la militancia política. A su vez, comparten el haber nacido en contextos de una gran opresión económica y política para las masas. Pese, a ser el primero surgido en un estado totalitario y el segundo durante la democracia.
Podríamos arriesgar que, los dos proyectos, también comparten la ventaja de un contexto en el cual el Estado abandona el discurso cultural, dejando libre una grieta que ocupar. Esa grieta, no es otra que el discurso artístico.En la acción somos compañeros: LA FACCCon la asunción de Mauricio Macri como presidente la República, las lógicas del neoliberalismo parecieran volver más evidenciadas y construyendo nuevamente sentido común hacia la apatía e individualismos generalizados. Las conquistas en derechos humanos son puestas en duda y el lenguaje del libre mercado es tomado como normal.Así surge La Fuerza Artística de Choque Comunicativo. Una agrupación activa de artístas que vuelve a tomar el espacio público para, mediante el contenido poético y estético, sembrar el debate y la reflexión sobre la coyuntura.
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"FACC es un equipo no partidario de artistas activándose con la urgencia de enfrentar cualquier máquina de violencias que pretenda disciplinar nuestros destinos sociales. Tenemos la certeza de que, hoy más que nunca, es trabajo y responsabilidad del artista poner sus herramientas al servicio de desmantelar desde un acto de comunicación, cualquier iniciativa que sesgue el espíritu libre. Haciendo de la calle y los edificios públicos nuestro escenario y foco de operaciones."
http://www.lavaca.org/mu97/fuerza-artistica-de-choque-comunicativo/
La FAAC tiene en su haber un conjunto de acciones performáticas que apuntaron a la visita de Michael Obama en su rol de Presidente de Estados Unidos en la semana del 25 de Mayo. En una acción que puede recordar el proyecto "Malvenido Rockefeller" (30 de Junio de 1969), los integrantes del grupo generaron una pila de cuerpos desnudos frente al Congreso Nacional, a la vez que recitaron un poema que se basaba en la repetición de la frase "Hay Cadáveres". La acción se realizó con una bandera de fondo donde se leía "Macri Go Home", en una puesta en paralelo entre el Presidente argentino y el estadounidense. Asimilando, a su vez, los intereses de ambos como uno solo.
Lo que caracteriza a la FACC es la puesta del cuerpo en la vía pública, y su uso desde lo poético. La vuelta retórica, presente como una capa que lentamente devela el objetivo comunicacional. Estos elementos se disponen para buscar la reacción y la movilización del público ocasional. Otras performances también trabajan la lógica machista (Esto Huele Mal), la lógica mercantilista del consumo excesivo (Promotoras), y a veces sólo se busca interrumpir el devenir cotidiano de la urbe (Puente).En PerpendicularComo se explicita al inicio de este trabajo, se buscan puntos en común entre las propuestas mencionadas. El primero es el contexto de raíz capitalista crudo y opresor, en el que el o los artistas tienen la necesidad de tomar el espacio público -sea simbólico o material- para gritar aquello que no se está diciendo. En ese camino, parece necesario perder la marca de autor individual para sumarse a un colectivo. También se dejan atrás las marcas de la disciplina específica, para sumar la mixtura y el cruce de lenguajes. Finalmente, se apela a la desmaterialización conceptual del trabajo, para apelar al impacto como si de un fogoneo se tratara.Para finalizar, y publicandose este texto el día 20 de diciembre de 2016, a 15 años de los episodios del 2001, podemos pensar el cruce entre las imágenes arrojadas por los medios de comunicación de las victimas de la represión oficial ante el estallido social y esta obra de Juan Pablo Renzi de 1971. Entendemos que la imágen -simbólica o plástica- puede ser un arma que dispare nuesvos sentidos.
Bibliografía Consultada:- Ana Longoni y M. Mestman. Del Di Tella a “Tucumán Arde. Buenos Aires, Ed. El Cielo por Asalto, 2000.- AA. VV., Juan Pablo Renzi (1940-1992). La razón compleja, Fundación Osde, Buenos Aires, 2009-2010. Ver catálogo on line en: http://www.artefundacionosde.com.ar/BO/muestra.asp?muestraId=73- Advertencias en formato de performance, Página 12, 16/11/16. En https://www.pagina12.com.ar/3280-advertencias-en-formato-de-performance
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