Tumgik
#grela bravo
ya-no-la-quiero · 4 months
Text
Tumblr media
Grela Bravo
159 notes · View notes
luis12-421 · 2 years
Photo
Tumblr media
Hay abrazos que te transportan...otros te restauran...algunos te reinventan...hay que te acunan...te cicatrizan y te salvan. Hay abrazos que te resuelven...los hay que te sacuden...te curan...te llenan...te llevan...te vacían...te hacen nube y mar en calma. Abrazos que duran años...porque te impregnan...marcan...se quedan. Hay abrazos que no te tocan...ni siquiera te rozan...pero te ciñen hasta dejar huella. Hay abrazos que rodean...que alivian...que refrescan...que son casa y estrella. Abrazos que se dan con los brazos...con la voz...con los ojos...con la sonrisa... Los hay que no se dan y envuelven el alma completa. Ay....esos abrazos... en los que se atrapa "o escapa"...una vida entera...." *Grela Bravo* https://www.instagram.com/p/Cfh_V_urtUR/?igshid=NGJjMDIxMWI=
0 notes
ems1301 · 2 years
Text
Rómpete.
Permítetelo.
Nada te hará [despues] más fuerte.
-Grela Bravo
0 notes
daline · 2 years
Text
Tumblr media
Grela Bravo - Alas y Tierra Fértil
0 notes
johana-dimas · 2 years
Text
Soledad según Martín Sánchez
Martín Sánchez, psicólogo e investigador predoctoral en Psicología Social en la Universitat Jaume I, explica que “la soledad es un sentimiento que se caracteriza por la ausencia de compañía de otra persona e implica una separación no deseada que puede derivar en multitud de dolencias psicológicas como la depresión.”
No obstante, Sánchez destaca que también existe una soledad escogida. se puede observar un persona sola pero no precisamente por eso se encuentra deprimida, puede estar reflexionando, contemplando un paisaje o simplemente compartiendo tiempo con sigo mismo.
existen 2 tipos de soledades 
La soledad de tipo emocional es romántica, es aquella que se siente cuando se pierde a alguien importante, es una ausencia de relaciones especialmente significativas para la persona y que proporcionan una base segura (Bowlby, 1982).  esta se asocia principalmente con la sensación de vacío.
La soledad social es la sensación personal de no pertenecer a ningún grupo social. «A menudo tiene que ver más con un sentimiento del sujeto que con el hecho objetivo de estar realmente solo. Suele experimentarse cuando la persona siente que sus emociones no están alineadas con su entorno. Esa sensación de incomprensión, o de estar hablando un lenguaje que los demás no comprenden», explica Grela Bravo, Psicóloga y Mediadora Social e Intercultural.
0 notes
s-enero · 6 years
Text
Me voy
antes de haber llegado,
para no extrañar nunca
los besos que aun
no te he dado.
🍇Grela Bravo
7 notes · View notes
soyelpoema · 4 years
Text
Tumblr media Tumblr media
0 notes
lupokant · 2 years
Text
De facebook
Segunda estrella a la izquierda- Original.
HAY TRENES A LOS QUE HAY QUE SUBIR
por Grela Bravo
Hay trenes a los que hay que subir con la certeza de que el único riesgo sería no haberlo hecho.
Nunca es uno. Son muchos.
Tal vez no pasan continuamente.
Pero pasan. No dejan de pasar. Se suceden. Y sin embargo sucede, a menudo también, que su llegada nos encuentra desprevenidos. Justo con la mirada perdida en la otra dirección. Y el aire -imprevisto- que levantan, nos agita, nos asusta nos desconcentra, nos desconcierta.
Nos molesta al principio. Nos alivia y refresca, después. Retira el pelo y nos descubre.Nos desnuda un poco. Y otro poco nos abraza. Nos despierta. Nos alerta.
Y trae un vagón a nuestros pies.
Abre sus puertas. -“Pasa. ¿Entras?”
Como si se (nos) entregara sin preguntarnos el destino. Y antes de que te des cuenta se cierra. De nuevo. Sin remedio.
Con la misma energía que llegó. Con la misma fuerza inesperada que te sorprendió.
Solo si subes, cambia la perspectiva de la historia. Nunca el rumbo. Solo si te quedas en el andén, se repite y vacila.Una y otra vez.
Nunca es uno. Son muchos. Tal vez no pasan continuamente.Pero pasan.
Y volverán a pasar.De nuevo.
Otra vez.
Tumblr media
0 notes
0andydv0 · 7 years
Quote
Los pasos que no te atreves a dar también dejan huella.
Grela Bravo
619 notes · View notes
un-tal-r · 6 years
Text
Que algo resulte imposible hoy no significa que mañana también lo sea.
Grela Bravo
2 notes · View notes
ya-no-la-quiero · 1 year
Text
Tumblr media
Grela Bravo
72 notes · View notes
dani9823 · 7 years
Quote
No tardes te estoy esperado desde que llegaste. -Grela Bravo.
1 note · View note
gabygalea · 5 years
Photo
Tumblr media
Somos la orilla que espera Y el resto, todo horizonte Grela Bravo https://www.instagram.com/p/BtrGAf8gOvG/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=1nki6iehpmi6y
0 notes
vic16sworld-blog · 7 years
Quote
Hay trenes a los que hay que subir con la certeza de que el único riesgo sería no haberlo hecho.
Grela Bravo
3 notes · View notes
Photo
Tumblr media
“Pero si no fuera por la oscuridad, jamás prendería su luz”. Grela Bravo.
La verdad verdadera es que cuando llegamos a Cerro Alegre y la Pily nos dijo que teníamos que dejar el auto afuera, desconfíe. Me han contado innumerables historias de Valpo en casi todas hay un robo, asalto o alguien pierde algo (en algunas, la dignidad, que también es peligroso), por eso desconfíe. Pero la Pily estaba TAN segura de que afuera de su casa “no pasaba nah”, además, sabía que descargar el auto era cacho, porque el gordo tenía que subirse, desamarrar, sacar la bici… nooooo cacho, así que quise no ser la mina histérica de la historia y me quedé calladita (más bonita).
En eso que llegamos salimos a recorrer, caminamos por los cerros de Valpo y nos maravillamos con el puerto de noche, con sus murales, la cultura y la bohemia. Nos reímos un montón, paseamos por esos lugares cliché de Valpo: el cerro Concepción, las cervecerías, una que otra casa okupa, las escaleras de colores; incluso “el resfalín” en el cual no me quise tirar porque andaba con vestido, pero en el que la Sophy se tiró con freno y el gordo se lanzó sin freno y llegó hasta la vereda de en frente jajaja. Fue una linda y agradable noche, lo pasamos bien. Cuando llegamos la Pily cocinó y comimos, después de conversar y reírnos mucho más nos dispusimos a dormir. Ahí fue cuando me entraron las dudas de nuevo, “le insisto al gordo o no”, pero no insistí. Habíamos salido más de dos horas en Valpo y de noche, habíamos dejado al piwke cargado hasta casi las 2 de la mañana ahí afuera y estaba impeque. Nos dormimos. Como mencioné antes, desperté cada cierto rato y miraba hacía la calle, nada, no pasaba nada y finalmente cuando estaba amaneciendo el sueño me venció y caí rendida profundamente. Nada hacía presagiar que un par de horitas después, a eso de las 8, un tremendo salto me despertaría. Víctor despertó repentinamente y miró por la ventana “Chucha, nos robaron todo”. Me incorporé y miré, la lona del auto se veía corrida, pero desde el segundo piso no se apreciaba totalmente si las cosas estaban allí o no. “No mentira, imposible, me desperté toda la noche y no pasó nada” le dije, de verdad que me parecía imposible; cómo en dos horas que me dormí se iban a robar todo, me cuestioné haber visto bien todas esas veces, me sentí culpable por no insistir la noche anterior.
El gordo bajó corriendo los dos pisos y cruzó la calle, yo miraba desde la ventana, cuando vi su cara desfigurada me asusté. Lo vi subir la lona y vi la bicicleta, desde allí me mostró las cuerdas cortadas, lo ví agarrar una polera que venía enganchada en una amarra de su mochila. Bajé las escaleras corriendo y lo encontré a medio camino. “No están las mochilas, la maleta y la bolsa con los zapatos”. Quise ponerme a llorar, pero no pude. Llegamos de vuelta al departamento, estábamos solos porque la Pily se había ido a trabajar y la Sophy. Ahí, sentados y callados ninguno de los dos se explicaba lo que había pasado. Llamamos a la Pily para saber si ella había visto algo cuando se fue, pero no vio nada. Lo único que pasaba por mi cabeza es qué es lo que íbamos a hacer. Quedamos con lo puesto. En la parrilla del auto había dos mochilas de campamento (la de Víctor y la mía), una maleta mediana con la ropa de Sophia, una bolsa que armé en Santiago con zapatos de todos (bototos, zapatillas, chalas, etc.) porque ya estaba chata de ver los zapatos botados dentro del auto; eso fue lo que se llevó el pinche delincuente, porque asumimos que fue uno solo, ya que dejó en la parrilla un bolso pequeño que traía sólo toallas y obvio, dejó la bicicleta; pensamos en que si hubiese sido más gente, habrían además abierto el auto (que se abría súper fácil) y se habrían llevado de todo. Afortunadamente teníamos lo importante, nuestros documentos de identidad y la carpeta con los documentos importantes, como el permiso para que Sophia pudiese salir del país y los papeles del auto. Las casacas de lluvia estaban dentro del auto, el computador y las mil quinientas cosas que se podrían haber llevado si sólo hubiesen visto dentro. En fin, pasamos del susto, a la resignación y a la aceptación muy rápido, ahora quedaba decirle a Sophia que ya no tenía su ropa ni sus cosas: “¿Cómo cresta le explico a mi hija de 10 años que se llevaron sus cosas? ¿cómo le explico que hay gente “que roba”, “que se lleva cosas que no son suyas” si ella sólo ha visto eso en la TV?”. Cuando fui a despertarla y le conté, lloró, lloré con ella porque también me sentía súper culpable de no insistir, de no parecer histérica. Yo creo que le dolió por mucho tiempo esa pérdida, porque si bien a los adultos nos cuesta menos desprendernos de lo material, para ella el robo de su ropa y sus cosas implicaba sentimientos, porque allí en esa maleta estaba: “El vestido que me regaló mi lita” “los pantalones que me regaló mi tata Pedro” “las zapatillas que me regaló mi Checha” “El chaleco que hinché para que mi mamá me comprara” y tantas cosas más. Se calmó un poco cuando tuvimos que salir de compras, compras necesarias y que en nuestro presupuesto no estaban consideradas.
Nos fuimos al centro y nos metimos a calzados beba, “el palacio del calzado popular”, compramos zapatillas para mí y para el gordo porque él quedó sólo con alpargatas (las que venían muriendo desde Temuco) y yo andaba con las hawaianas que me regaló Sophia porque las mías murieron en Santiago. Luego nos decidimos por la ropa americana, una alternativa económica para comprar un par de pilchas, Sophia compró calzas, un short, una polera y yo, yo no me decidía: tenía LA oportunidad de comprar ropa y no me gustaba nada, NADA. Porqué soy así… tan exquisita con la ropa. Seguimos por varias tiendas, compramos calzones, calcetines, boxers para el gordo, finalmente me decidí por dos faldas y un par de poleras para combinar, el gordo compró una guayabera.
Entre medio se nos ocurrió ir a Carabineros, en realidad no sé bien porque hicimos eso, porque los pacos no iba a ir a buscar un par de mochilas con ropa a los cerros, pero fuimos. Hicimos la denuncia, dijimos que nos habían robado como 800 lucas en ropa, ni que tuviéramos pura ropa de marca jajaja, la paca que nos tomó la declaración yo creo que se rió de nosotros después. Nos dijeron que fuéramos al día siguiente a las ferias en los cerros, pero qué iba a hacer si encontraba mi ropa, decirle al loco: “sr. esas calzas son mías, mire en esta foto salgo con ellas”, me iba a mandar a la chucha y de paso, toda la feria me iba a querer linchar. Pero por lo menos lo hicimos, no sirvió de mucho, pero lo hicimos.
Ese día fue una locura, recorrimos todo el centro de Valpo, creo que pasamos por casi todas las tiendas de ropa americana y otras más; teníamos lo “justo y necesario”, desde ahora en adelante tendríamos que lavar ropa cada dos o tres días. Pensaba en el viaje que recién estábamos empezando, pensaba en el frío, el calor, la lluvia; todo un año por delante y yo tenía tres calzones, dos faldas, dos poleras y un vestido, quería llorar; ahora sí que iba a parecer canuta, con vestido todos los días. Ay! De verdad que no sabía a quién culpar, no sé si es karma, si son pruebas del pulento para ver hasta dónde llega nuestra voluntad, no sé cuál es el límite para decir: “No, ya no me la banco más”, de verdad que no sabía nada. Pensaba y pensaba y sólo quedaba seguir adelante, no había más opciones, nos gastamos la vida arreglando el auto, nos gastamos el resto de vida en comprar lo necesario para seguir.
Luego del impasse del robo conocimos un poco del puerto, anduvimos en los ascensores clásicos de Valpo y fuimos a ver un show del Rockodromo al parque de la ex cárcel, comimos rico y a pesar de que la Pily se sentía también súper culpable con lo que había pasado, finalmente nos reímos, hay que decir que fuimos bien inocentes pensando que Valpo no nos cobraría peaje jaja. Días después nos fuimos a casa de quien fuera nuestra conviviente en Coyhaique, La Javi. Nos mudamos de cerro alegre para pasar al cerro barón, a la choreza misma jajaja. Allí nos recibieron como en casa, los papás de la Javi nos abrieron las puertas de su casa y nos acogieron con mucho cariño. Acompañamos a la Javi un día a Viña del Mar y dimos la vuelta correspondiente a la “ciudad jardín”, ese día por la noche celebramos el cumpleaños de nuestra querida amiga. Al día siguiente almorzamos y decidimos que era hora de partir. “Asalté” con consentimiento de mi amiga, su closet y me hice de otro par de pilchas para ya no parecer canuta. De verdad Javi, GRACIAS, porque pucha que nos ha servido la ropa, a mí y a Sophia, porque sí: ha llegado el momento en que mi hija y yo tenemos casi la misma talla.
Nos fuimos a la playa Portales por la tarde, para luego emprender el viaje. Intentamos vender algunas de las cosas que llevábamos (pipas, papeles, mochilas/morral, vasos, etc.) pero no nos fue tan bien. Al atardecer comimos unas ricas empanadas de camarón queso, y allí de pura casualidad nos encontramos con el Feña Guerra (que estaba participando con una cueca en un festival de música folclórica) y le contamos nuestras aventuras. Seguido a eso, nos despedimos de la Javi, nos compró la bici para regalársela a su hermana, así que fuimos a dejarla lo más cerca de su casa posible. Entre los autos y micros, nos dimos besos y abrazos, con la promesa de encontrarnos en la ruta (así como vas te iremos a ver a Brasil jajaja).
Nuevamente en la ruta, eran cerca de las 8 de la tarde y nos propusimos llegar a la playa de Zapallar. En este nuevo trayecto nos acompañaban Cristián y Belú, amigos de la Javi que venían mochileando desde Concepción, así que los 5 nos fuimos directo por la costa hacia nuestro destino.
El camino costero de la quinta región está lleno de luces, es difuso saber cuándo termina un pueblo y comienza el otro, así que cuando llegamos a Zapallar casi nos pasamos de largo. Entramos y a pesar de ser verano y pleno febrero, no se veía mucha gente en las calles. Preguntamos como llegar a la playa, con intenciones de estacionar cerca de allí. Llegamos al estacionamiento y la playa quedaba allí en frente, bajamos a estirar las piernas y sentir la brisa marina, a nuestro alrededor muchas casas “cuicas”, cero pobreza. Zapallar siempre se ha caracterizado por ser un balneario de “gente bien”, pero no pensamos que tanto. Cristián, Belú y mi gordo salieron a buscar un lugar donde comprar algo de comer, volvieron con una bebida y unas galletas, del único negocio que estaba abierto y porque estaba todo carísimo. Nos quedamos allí y decidimos dormir; nos acomodamos en el auto, el gordo y yo en la cama de atrás, a Sophia le armamos una camita en los asientos de adelante y los chicos se acomodaron en el asiento trasero: sí, estábamos un poco más que incómodos, pero era sólo por una noche. En eso intentábamos dormir, cuando apareció “seguridad ciudadana”.
1 note · View note
coralheart19 · 7 years
Quote
Bajé la mirada para no perderte, abrí mis manos, desanudé mi suerte. Cosí silencios a mi boca, uno a uno, apuntalados. Sumé quizás a tus presencias, llené de esperas mi pecho, resté porqués a las ausencias, y vacíe de ocasión cualquier despecho.
Grela Bravo
1 note · View note