Tumgik
#rupertblackthorn
Magnus a Alec
Querida deliciosa magdalena de amor,
Espero que esta perfumada carta te encuentre bien, y que tú y R y M lo estéis pasando muy bien en vuestro exótico viaje a... bueno, creo que el término que usaste fue "upstate" [1]. He oído leyendas sobre esta zona, pero nunca supe que mi familia vería por sí misma sus montañas, sus mercados de granja, su río Son of the Hud.
Más concretamente, espero que los niños estén disfrutando de su visita a la abuela, y espero que te refieras a Maryse como "abuela" las veces que haga falta porque me encanta la cara que pone cuando lo hacemos. En una nota menos agradable pero más urgente, espero que hayas tenido la oportunidad de hablar con Luke sobre el asunto Cohorte/Idris.
Pero no canses tus hermosas manos con una respuesta escrita. Yo mismo me dirigiré a ese "Upstate" para reunirme contigo esta misma tarde, ya que me alivia informarte de que el asunto de la casa maldita de los chicos Blackthorn está más o menos resuelto. Aunque, déjenme decirles, estuvo a punto de desmadrarse.
Creo que ni siquiera te he enseñado la nota que envió Jem, que decía: "Emma y Julian están intentando no molestarte por lo de su casa, lo cual es muy amable por su parte, pero a diferencia de ellos, yo no siento absolutamente ningún reparo en molestarte, y por eso soy yo, ahora, en esta nota, quien te molesta. Necesitamos un brujo y tú eres el mejor que conozco para esto. Todos agradeceríamos mucho tu ayuda".
Como suele pasar, me sentí ligeramente molesto y ligeramente impresionado con Jem, que se las arregló para ser muy amable y también para recordarme que soy un tonto cuando se trata de él y de Tessa y que correré en su ayuda cuando pueda. Como soy un pringado cuando se trata de él y de Tessa, le contesté rápidamente diciendo que iría.
Sé lo que estás pensando: "¿Cómo podría Tessa necesitar un brujo cuando ella es una?" Cada brujo tiene su especialidad, ya lo sabes, y aunque Jem me halagaba diciéndome que yo era la mejor opción, la verdad es que he tratado con muchas más maldiciones que Tessa. Eso es lo que pasa por pasarte las últimas décadas contratando tus servicios a cualquier malhechor que se acerque, en lugar de vivir más inteligentemente una vida tranquila como investigador mágico en el Laberinto Espiral. Tessa siempre fue la más inteligente de nosotros.
De todos modos, debo reconocer el mérito de Emma y Julian. Esperaba llegar y encontrarlos golpeando los objetos malditos unos contra otros o algo así, pero habían establecido un círculo protector bastante decente e incluso habían encontrado un hechizo. Era un hechizo antiguo y genérico que rara vez me resultaba útil con las maldiciones actuales, pero aun así.
De forma bastante estúpida, creé mi propio círculo básico para romper maldiciones y lo probé. "Estúpidamente" porque había olvidado quién hizo la maldición en primer lugar. Tu peor antepasado, Benedict Lightwood, entusiasta de los demonios y nigromante diletante. ¿Cuántas veces se acostaría Benedict con demonios? Murió literalmente de viruela demoníaca (que por si no lo sabes, porque eres hermosamente puro, mi Alec) es una enfermedad demoníaca de transmisión sexual.
Pero lo olvidé en el momento, así que me sorprendí cuando la maldición opuso una resistencia impresionante. Se retorcía, se agitaba y golpeaba, cuando intentamos meter a Max en la bañera. Todos los objetos malditos brillaban con un tono verde neón donde estaban atados a la magia, y al final me di cuenta de que iba a tener que desatar cuidadosamente cada objeto de la maldición, de uno en uno.
Conseguí desatar el frasco, la daga y uno de los candelabros (no me pidas que te explique cómo ocurre ESO), pero después me quedé atascado.
No queda muy bien que un brujo haga una gran pose mágica y luego no pase nada. Estoy seguro de que quedé en ridículo, como un mago mundano que no entendía por qué el conejo no salía de la chistera. Julian y Emma son muy educados y se limitaron a esperar pacientemente, pero yo me sentí bastante tonto.
Y entonces perdí toda mi concentración temporalmente porque se abrió la puerta y entró Kit. Echó un vistazo a la escena y finalmente dijo: 
—Por lo que veo tenemos al Profesor Plum [2] y un candelabro por aquí.
—El morado siempre es un color apropiado para un hechicero—dije—. Es el color decorativo de la magia.
Emma, por supuesto, dijo: 
—Tu magia es azul —porque es una listilla empedernida.
—Quizá se refería a mí —dijo Julian—. Llevo una sudadera morada. También porque es el color decorativo de la magia —añadió con un movimiento de cabeza en mi dirección, que agradecí.
—Quizá podrías poner los objetos sobre un mantel morado en lugar de blanco—dijo Kit, y mientras hablaba se acercó para verlos más de cerca.
Y cuando se acercó al círculo, Alec, sentí la sensación más extraña. Un sentimiento de... poder, supongo, una especie de zumbido en Kit. ¿Sabes cómo vibra tu cuerpo cuando hay un sonido muy bajo? ¿Esa sensación de retumbe? Fue así, pero en silencio. Nunca había tenido esa experiencia ninguna de las veces que había visto a Kit. También me di cuenta de que Kit no sentía nada raro. O si lo sentía, estaba sorprendentemente despreocupado.
Así que le sugerí que se uniera a nosotros alrededor del círculo y añadiera su enfoque a la magia. 
—Sobre todo porque Jem y Tessa se han escabullido a alguna parte en lugar de ayudar en esta ronda.
—Están en el jardín con Mina —dijo Kit, un poco a la defensiva.
Redirigí la atención de todos hacia los objetos y establecí una versión algo mejorada de mi rompe-maldiciones habitual. Fui a por el otro candelabro y BANG. Ya no había resistencia. Hubo un gran estallido de azul y todos los nudos mágicos que ataban los objetos a la maldición se rompieron en pedazos.
Todos parpadearon un montón. Al final dije algo así como: 
—Bueno, eso era más de lo que esperaba. Supongo que cuatro personas marcaron la diferencia.
Lo comprobé. La maldición parecía... haber desaparecido. En realidad me encontraba un poco conmocionado. No se lo he dicho a Tessa ni a Jem, porque no quiero darle mucha importancia, pero creo que funcionó gracias a Kit. No porque necesitáramos una cuarta persona. Algo está pasando con él, alguna magia que está totalmente fuera de su conciencia. Supongo que tiene algo que ver con ser descendiente del Primer Heredero, pero nunca he sido un experto en ese tipo de encantamientos de hadas. (Y quema esta carta, después de recibirla: muy pocos sabemos que Kit es el Primer Heredero, y es mejor que sigamos así).
Me entristece pensar en ello. Kit es un buen chico que se merece una vida buena y normal. Sé que eso es lo que Jem y Tessa quieren para él, más que nada, después del caos que fue su crecimiento. Pero no estoy segura de que pueda elegir. Puede que el mundo de las hadas no le deje elegir.
Julian alargó la mano y cogió el frasco. La sostuvo un momento, frunciendo el ceño.
—¿Qué?—dijo Emma.
—Nada—dijo Julian. Me miró—. ¿Ya está? ¿Se acabó la maldición?
—No más maldición —dije—. Espero.
Y entonces, Rupert el Fantasma descendió del techo. Nunca conocí a Rupert Blackthorn cuando estaba vivo. No sé qué pensar de él. Por un lado, parece haber sido un inocente que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado, un espíritu atrapado en una casa en la que nunca vivió a causa de un mal del que nunca supo mientras vivió. Por otro lado, conoció a Tatiana Lightwood y pensó que esa dama parecía material ideal para un matrimonio, así que algo raro debía estar pasando con él.
Rupert descendió hasta quedar justo encima de la mesa. Estaba mirando algo que había sobre esta.
—¿Qué pasa, Rupert?—dijo Emma—. ¿Qué estás mirando?
Kit siguió su mirada y empezó a apartar los objetos. 
—Es el anillo —dijo.
Emma dijo: 
—¿Qué anillo?
En efecto, ¿Qué anillo? No había ningún anillo entre los objetos malditos. Pero ahora había un anillo sobre la mesa. Kit lo cogió. Era un anillo de plata, grabado con un diseño de espinas y engastado con una piedra negra.
—¿Anillo de la familia Blackthorn? —dijo Kit.
—No es como suelen ser los anillos de familia —dijo Emma.
—¿Anillo de boda? —dijo Kit.
—Los nefilim no usan alianzas —dijo Emma, pero Julian tenía esa mirada pensativa que a veces cubre sus ojos.
“Estoy unido aquí por una alianza de plata” dijo Rupert en voz baja.
—Los Shadowhunters pueden intercambiar alianzas —dije—. No se espera que lo hagan. Pero pueden hacerlo si quieren. 
Fuera lo que fuera, era de Rupert. Había seguido la mano de Kit mientras recogía el anillo y ahora lo cogía con una mano delgada y fantasmal. La envolvió alrededor del anillo, lo que no hizo absolutamente nada, ya que es un fantasma. Kit se limitó a sujetarlo. Entonces se le cerraron los ojos (los de Rupert, quiero decir) y puso una expresión de alivio, gratitud y paz, y... se desvaneció allí mismo. Lentamente se desvaneció y se fue. No más Rupert. Con la esperanza de no reunirse con su esposa, ya que también fue su carcelera durante más de cien años.
—Ni siquiera se despidió—dijo Emma en voz baja.
—Eso es lo mejor—dije—. Se supone que nunca debería haber estado aquí.
—Bueno, Rupert, si puedes oírme—dijo Emma—, fue agradable que me persiguieras.
—Servicio cinco estrellas—dijo Kit solemnemente, poniendo el anillo de nuevo sobre la mesa—.  Volvería a dejarme embrujar encantado.
Y todas las velas de la habitación se apagaron a la vez. Lo cual, si fue Rupert, fue un buen detalle. Aunque podría haber sido sólo una corriente de aire.
Todos salimos de la habitación en silencio. 
—Algo ha cambiado—dijo Julian, mirando hacia el pasillo—. Ya puedo sentirlo.
Yo también podía sentirlo. Había una ligereza que no había estado allí antes. Una especie de agradable amabilidad que transmite una buena casa y que siempre había estado ausente de Blackthorn Hall en el tiempo que la he conocido. Es difícil de describir, pero de repente me sentí en casa de Julian y Emma como no lo había sido antes. Siempre lo he conocido como un lugar prohibitivo, y luego como una ruina horrible, pero por primera vez pensé que era un lugar que los Blackthorn podrían llenar de alegría.
Y estoy seguro de que lo harán.
Nos vemos muy pronto, mi amor. Te besaré hasta que un niño pequeño nos obligue a separarnos para prestarle atención. Así que planea un beso de unos 30-60 segundos, basándome en experiencias anteriores. Pero desearía, como siempre, que fuera interminable.
Con amor,
Magnus
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[1] upstate se refiere a la parte norte del Estado de Nueva York.
[2] Profesor Plum es un personaje de ficción caracterizado por vestir un traje morado.
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Texto original de Cassandra Clare ©
Traducción del texto de Niloa Gray ©
ATENCIÓN: no se permite hacer Drives ni PDFs de “Los Secretos de Blackthorn Hall” por Copyright. Cualquier infringimiento va contra la ley.
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Emma a Bruce, y parte del diario de Tatiana
Querido Bruce,
Que bien sienta volver a la húmeda y lúgubre ruina que es la maldita Mansión Blackthorn. Sabes, creo que cuando la maldición se haya ido al fin, la echaré un poco de menos. ¡Es broma! Cirenworth demuestra que se puede tener una vieja casa solariega con cientos de años de historia y puede ser cálida y acogedora y amigable.
Volvimos ayer por la noche, y esta mañana llegó Hypatia con algunos trozos más traducidos del diario de Tatiana. (No te preocupes, Bruce: tú eres mi único y verdadero diario. El diario de Tatiana no significa nada para mí, lo juro, ¡nada!).
Fue bastante rarita con el tema, como siempre; las traducciones están todas en estas grandes páginas de pergamino que parecen accesorios de película, pero no, a Hypatia le gusta usar antiguas vitelas amarillentas para su trabajo. En pleno siglo XXI. ¡Brujas! 
Dijo algo sobre páginas con tratados, lenguaje demoníaco, etc. Y llevaba una especie de vestido burdeos de los años 40 con un sombrero a juego. Bruce, el ala de este sombrero era tan ancha que pensé que el viento se la llevaría. (Ah, debería haber mencionado que estábamos en el exterior. Julian estaba en la azotea con los constructores, lo cual no me gusta mucho, así que estaba observando la escena desde las puertas delanteras mientras intentaba cortar las zarzas. Crecen como diez veces más que cualquier cosa en California a pesar de que el clima aquí es mucho peor. Se lo señalé a una de las hadas y me miró y dijo: "Espina. Negra". Y luego se alejó como si hubiera dicho una gran obviedad.
Así que le grité. “¡Primero fue la Mansión Lightwood!”. Pero me ignoró. Mejor, la verdad).
Estoy segura de que las zarzas crecieron unos cuantos centímetros más mientras hablábamos, pero tendrán que esperar. Conseguí que Julian bajase del tejado y entramos a leer las páginas.
Parece ser que Hypatia ha empezado a pensar realmente en lo que está traduciendo; en lugar de hacer cada entrada, esta vez tenía fragmentos de un montón de entradas juntas (con fecha en cada una). Es una pena, porque me gustaba ver a Tatiana hablando de su ropa o de sus hermanos o de lo que sea entre todo el tema del demonio maligno. Pero las cosas como son, estamos para lo del demonio maligno. Como dice el viejo lema de los Cazadores de sombras: "Cazadores de Sombras: Es por esos demonios malvados por lo que estamos aquí". Pero seguro que en latín.
Algunas traducciones destacadas para ti, Bruce. No incluiré fechas, pero se esparcen durante bastantes años. La primera desde 1878 y luego la mayoría son de los 1880, pero luego hay un salto y la última es de 1903. (Un tiempo antes de esto parece ser que encontró a un “patrón” de algún tipo, pero no dice de quien se trata. O por qué alguien querría ser el patrón de una persona tan desagradable…).
 Padre está muerto y Rupert está muerto. No puedo hablar de lo que ha pasado; cuando lo intento, las palabras no salen. Es culpa de la Enclave de Londres, de los cuales muchos estuvieron presentes en sus muertes. No solo no salvaron a ninguno de los hombres que más amaba, me atrevo a decir que ellos provocaron tal desastre. Pondré, como mínimo, una queja formal ante la Clave, pero tengo pocas esperanzas de que se haga justicia, por supuesto. La corrupción entre los nefilim aquí en Londres llega hasta las raíces.
No puedo creer que me hayan dejado sola. Mi madre ya no está. Mis hermanos tampoco. Las paredes de La Mansión Lightwood son mi única compañía, su silencio un terrible recordatorio de lo mucho que he perdido, en tan poco tiempo. Hoy he ido de habitación en habitación, y cuando encontraba un espejo, lo golpeaba. Dejé los cristales donde cayeron, un recordatorio de que todo lo bueno y brillante había sido destruido.
Tengo el anillo de Rupert. Es todo lo que queda de él. Se que debería haberme sentido feliz, de poder haber estado junto a él y haber recitado el juramento matrimonial. No puedo dragar en la memoria de tal sentimiento. Hay sangre en el anillo. Su sangre. Jamás lo limpiaré.
Para honrar la memoria de mi padre, he empezado a revisar los libros de su biblioteca. No la biblioteca que conoce la Clave, por supuesto, la que saquearon tras el incidente de su muerte, sino la otra, el santuario de mi padre, oculta por el encantamiento. Deseo aprender lo que él sabía. Buscar un poder que me ayude a mí, ahora que me he quedado sin nada. Sólo he encontrado una cosa que hace que mi corazón lata en mi pecho: debido a su violento final, lejos de su propia casa, no es improbable que el espíritu de mi Rupert pueda estar aún presente. Si está aquí, lo encontraré. Lo veré y sabré que nuestro amor es más poderoso que la muerte.
He buscado y buscado, he realizado un hechizo tras otro. No he visto ningún fantasma, ni el de Rupert, ni el de Padre. Ni siquiera de algún pariente Lightwood muerto hace mucho tiempo que pudiera haber estado rondando el lugar antes. ¿Es el encantamiento de mi padre el que aleja a los muertos de este lugar? ¿O sólo impide que los encuentre? Aun así, yo soy la dueña de ese hechizo ahora, ya que soy la verdadera heredera de la casa. (Si G y G intentan quitármela, descubrirán que hay algo más que un simple encantamiento que actuará contra ellos).
La protección de Padre se está desvaneciendo. Puedo sentirla, mientras permanezco en la mansión, convirtiéndose en una parte de mí y yo en una parte de ella. Algún día mi hijo heredará la casa —el último regalo que me hizo Rupert— y no tendré a una desprotegida Mansión Blackthorn para mí y mi familia. He estado leyendo mucho sobre el tema del encantamiento y atribuyo la culpa a la urna que contenía las cenizas de madre, que se cayó de su sitio en las tumbas de los Lightwood que se encuentran en el campo, la cual se astilló terriblemente. No se hizo añicos, pero desde entonces he sentido más los ojos del mundo sobre mí. Creo que los mismos objetos pueden ser reemplazados, siempre que la magia se renueve, y así, en lugar de encontrarse en la urna, el encantamiento habita ahora en el broche de luto de Padre, con los mechones de pelo de Madre, y lo he puesto en el lugar donde estuvo la urna. El hechizo se ha vuelto a tejer y a renovar. Padre estaría orgulloso de mí. Hizo bien en hacerme heredera de todas sus obras.
Rupert está aquí, lo sé, aunque no pueda verlo ni oírlo. En realidad, ¿Dónde podría estar sino cerca de mí, donde pertenecía, donde estaba destinado a vivir antes de que su vida fuera cortada por las maquinaciones de la Enclave? A veces, en la noche, siento que casi puedo verlo, como si se escondiera detrás de una delgada cortina que divide el reino de los vivos de los muertos. Y ahora me he asegurado de que se quede conmigo.
Me di cuenta de que, los objetos del encantamiento protector que había en la casa son cosas que serían importantes para Padre cuando él había sido el dueño de la casa. Pero ahora la ama soy yo, y habiendo estudiado más a fondo la investigación de Padre fue un asunto sencillo colocar su anillo en un lugar de poder. Será parte del hechizo de aquí en adelante, protegiendo la casa como Rupert me habría protegido a mí.
Lo notas, Bruce, como esta entrada parece… ¿diferente?
Venganza. Reivindicación. Están cerca.
Pero el poder de la casa se desvanece. Y en el peor de los momentos.
Recurrí a mi patrón. Dijo que la magia era obra mía y que sólo yo podía repararla. Pero —pues él es más perspicaz que cualquier otro— vio que yo la había reparado antes. Me preguntó qué objetos contenían el encantamiento y le dije: el broche, la piel de serpiente, etc.
Y mientras hablaba, sólo tenía que mirarme con su forma de saber, para que le entendiera. Los objetos eran de la época de mi padre, y aunque su recuerdo y su honor nunca se borrarán de mi mente, han pasado más de veinte años.
Comprendí de inmediato a mi patrón: ya era hora de que sustituyera los focos del encantamiento por los míos. No sólo el anillo de Rupert, sino cosas nuevas.
¿Qué podría usar? He estado sola tanto tiempo. He perdido a mi hijo y nadie me ha ayudado. Tan solo me queda una cosa: mi venganza. Así que cogeré las cosas de mis enemigos. Las cogeré delante de sus narices, de sus propios hogares. Su dolor, y mi satisfacción en este, serán la fuerza que mantenga a salvo la Mansión Blackthorn… ¡a salvo de ellos! Es el tipo de diversión por la cual mi patrón es conocido, y la que más le gusta.
Y una vez mis protecciones hayan vuelto a su fuerza total, finalmente pagaran por sus pecados. Pagarán con su sangre.
Madre mía. Me pongo a temblar solo de leerlo. Supongo que realmente nunca les hizo pagar con su sangre, o Tessa y Jem lo habrían mencionado. (Ellos habrían sido parte de los que tenían que pagar con sus sangre, estoy segura). Así que vamos a resumir, Bruce: el fantasma es Rupert Blackthorn, el marido de Tatiana. Murió en una especie de tragedia y Tatiana culpó a las familias que Tessa y Jem mencionaron: los Herondales, los Carstairs, los Lightwoods… Así que robó sus pertenencias.
Por lo que supongo que ya sabemos cual es el siguiente paso.
Texto original de Cassandra Clare ©
Traducción del texto de Niloa Gray ©
ATENCIÓN: no se permite hacer Drives ni PDFs de “Los Secretos de Blackthorn Hall” por Copyright. Cualquier infringimiento va contra la ley.
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