“Lo importante no es mantenerse vivo sino mantenerse humano”
George Orwell
Eric Arthur Blair, mas conocido por su seudónimo George Orwell, fue un novelista, ensayista, periodista y critico británico nacido en Motihari, India en junio de 1903, mundialmente conocido por sus novelas distópicas “Rebelión en la granja” (1945) y “1984” (1949).
Fue hijo de un administrador del ministerio del opio del gobierno colonial de la India, y de una mujer de Birmania de ascendencia francesa.
Estudió en la prestigiosa escuela de Eaton, y tras culminar sus estudios decidió unirse a la policía Imperial India en Birmania, pues no tenia recursos económicos suficientes para costear su educación. Tras cinco años como oficial, abandonó el cuerpo de policía volviendo a Inglaterra en donde desarrolló un odio hacia el imperialismo reflejado en su primera novela “Los días de Birmania” publicada en 1934.
Su obra lleva la marca de las experiencias autobiográficas vividas por él en tres etapas de su vida: su posición en contra del imperialismo británico durante su juventud; a favor del socialismo democrático, tras observar y sufrir las condiciones de vida de la clase trabajadora en Paris y Londres; y en contra del totalitarismo nazi y estalinista tras su participación en la guerra civil española.
Además de cronista, crítico literario y novelista, se le considera uno de los ensayistas en lengua inglesa más destacados de las décadas de 1930 y 1940. Sin embargo, es mas conocido por sus criticas al totalitarismo y por su novela distópica “1984”, escrita en sus últimos años de vida y en la que crea el concepto del “El Gran Hermano”, que pasó del lenguaje común de la critica, al concepto moderno de las técnicas de vigilancia.
En “La Rebelión de la Granja”, Orwell parodia el modelo del socialismo soviético; en donde los animales son los personajes que se rebelan en una granja contra sus dueños, (los hombres), y en la cual los animales crean una estructura social peor que las de sus antiguos dueños, en donde figuras como Lenin, Stalin y Trotsky, son representados por dichos animales.
En su ultima novela “1984”, imagina una ficción pesadillesca, un mundo regido por grandes potencias, Eurasia, Oceania y Asia del Este. Y en donde el personaje protagónico Winston Smith, es un funcionario de un “ministerio de la verdad”, entidad encargada de controlar información, quien tras una relación amorosa, lucha contra el poder del “Gran Hermano” viéndose arrojados a las peripecias propias de un estado totalitario moderno, en donde la mirada policial penetra en todo, incluso en la intimidad. En dicha sociedad, los hechos se distorsionan para crear una realidad artificial, en donde los placeres incluidos el sexual están prohibidos.
Sus ensayos sobre problemas de política social poseen una franqueza y clarividencia sin precedentes en la literatura inglesa.
Orwell murió en Londres a la edad de cuarenta y seis años de tuberculosis en enero de 1950.
Fuentes: Wikipedia y biografiasyvidas.com
21 notes
·
View notes
https://www.laestrella.com.pa/cafe-estrella/cultura/230805/desercion
Cultura
La deserción
Ante la fuerte ola tecnológica, el periodismo latinoamericano enfrenta difíciles retos, exigiendo un cambio en los profesionales de su campo
Por Luis Miguel Blanco Bonilla
Actualizado 05/08/2023 00:00
Creado 05/08/2023 00:00
Las nuevas tecnologías y redes sociales han transformado la forma de consumir y producir noticias.
El pasado que no pasa, tomo esa oración del blog del sacerdote español Gabriel Calvo Zarraute para invocar a la reflexión sobre uno de los pilares de la democracia occidental, el periodismo, tan depauperado, mancillado y prostituido en nuestra Latinoamérica.
Sí, porque no es un mal solo de Panamá –paren la autoflagelación– y allende los mares tampoco la cosa pinta bien, pero nos interesa el vecindario por ser más homogéneo en el idioma y porque vivimos realidades parecidas.
Panamá entra al desarrollo de un ciclo electoral en la región, que empezó el 5 de febrero pasado con la consulta ciudadana en Ecuador (tienen generales el 20 de agosto) y concluye este año con las elecciones generales en Argentina el 22 de octubre.¿Puede el periodismo desarrollar su rol como lo espera la sociedad?, o ¿la sociedad cree todavía en el periodista?
Basta leer los comentarios que se vierten en redes sociales y la retroalimentación en las publicaciones de los medios, que van de cero interacción, a vomitivos insultos, la mayoría de anónimos, que muestran la clase de target que atrae.
El periodo electoral es uno de los de mayor efervescencia informativa en cualquier país latinoamericano, y pone a prueba lo mejor del periodista, pero hay más retos que enfrentar.
A finales de los años 90 del siglo pasado, en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Panamá se celebró un encuentro con colegas de la Universidad Nacional Autónoma de México, y entre los que participaron estaban los catedráticos y colegas Garrit Geneteau y Modesto Tuñón, además de estudiantes y periodistas en ejercicio.
Fue la primera vez que se habló formalmente de la nueva carrera de licenciatura en infoentretenimiento, por parte de los mexicanos, aprovechando la firma de un convenio de colaboración entre pares.
Ni siquiera asomaba la noción de periodismo digital por aquella época en las aulas de clase.
En la actualidad el ciudadano, en cualquier país de nuestra América, debe ser consciente de que es una realidad en nuestros medios la práctica del “infoentretenimiento” como método para llevarle noticias.
Distingamos dos conceptos, primero la mercadotecnia (o marketing) que es la acción o negocio de promover y vender productos o servicios, como también realizar estudios de mercado y publicidad; segundo, periodismo, la profesión de investigar y difundir información a través de medios de comunicación que interesan al conjunto de la sociedad.
¿Es posible combinar ambas actividades sin corromper una u otra?
Y agreguémosle una pizca generosa de digitalización y ¡pum!
Tenemos medios virtuales.
Adaptación, reinvención, transformación o deserción, son algunos de los caminos que han tomado numerosos periodistas ante la ola de la digitalización que arrolló a la gran mayoría a inicios de la década de 2010 con especial fuerza y que aún continúa en la llamada prensa tradicional, especialmente en la escrita, pero que se siente también en la radio y televisión.
En un sondeo no científico que realicé este año en la universidad donde dicto clases, el 100% de los estudiantes –todos de la generación Zeta– me testimonió que no consume prensa tradicional, ni en sus versiones online, porque se sienten mejor conectados con plataformas digitales –hay tres que son sus preferidas– dada su inmediatez y la forma en presentar la información, que les genera confianza y credibilidad.
Si todo lo ven en el celular, el formato responsivo debe adecuarse, no reproducir una imagen de una portada completa, porque su tamaño pequeño es ilegible.
Desde la llegada de la digitalización, el periodismo en Panamá ha experimentado una profunda transformación en todos sus alrededores y ello no se va a detener, más aún con la irrupción de la inteligencia artificial, que hay que aprovecharla, de acuerdo con expertos como Alex Atencio y Dionisio Guerra.
Ambos, con quienes he conversado por separado, coinciden en que los periodistas formados en la escuela tradicional –y los medios– tienen que descubrir cómo “conectar” con las nuevas audiencias, sin descuidar su público cautivo, unos 800.000 mayores de 60 años.
Periodistas-abogados, periodistas-restauranteros, periodistas-taxistas, periodistas-chef, experiodistas transformados en relacionistas públicos, periodistas-relacionistas, periodistas-políticos, entre otras variedades, caminan entre nosotros todos los días.
Pocos son periodistas-marqueteros, si he visto marqueteros metidos a periodistas, pero a los primeros les va mejor porque logran elaborar los mensajes a los usuarios con más asertividad y en un lenguaje atractivo para un público masivo.
Ahora los periodistas profesionales pueden informar en tiempo real a través de plataformas digitales, redes sociales y aplicaciones de noticias.
La clave es cómo competir con toda una variedad de “informadores”.
La profundidad, sencillez y orientación que dé a sus usuarios la credibilidad y reputación tienen aún un peso importante.
Mensajes cortos primero, para “enganchar”, luego amplía, nada desconocido en agencias internacionales de prensa, y en micrositios como X; es importante dominar esta técnica.
Una de las habilidades más relevantes en la era digital es el periodismo de datos y el análisis e interpretación en lenguaje sencillo.
La masificación de las redes sociales permitió el surgimiento del periodismo ciudadano, que puede convertirse en una fuente de datos adicionales por las imágenes y vídeos que distribuye el parroquiano desde su dispositivo móvil, porque fortuitamente estaba en el lugar del hecho.
En la escuela de periodismo se enseñaba, al menos en mi tiempo, que es sospechoso que un periodista esté anticipadamente en un lugar donde se produce una noticia, excluyendo las ruedas de prensa que son convocadas formalmente.
Hay un camino por recorrer todavía, tanto para periodistas como para las empresas de medios digitales, y es la monetización de su negocio.
Muchas publicaciones han adoptado el modelo de suscripción para acceder a su contenido, y otras han enfocado sus esfuerzos en publicidad en línea y mercadeo de contenido para mantenerse sostenibles económicamente.
Después de la invasión de 1989 a Panamá por Estados Unidos, y el fin de las guerras fratricidas en Centroamérica, muchos periodistas de la región tuvimos acceso gratuito a formación actualizada en el Programa Centroamericano de Periodismo, financiado por una universidad estadounidense que luego dio pie al nacimiento del Centro Latinoamericano de Periodismo, con sede en Panamá.
Hoy todavía ejercen periodismo varios de sus egresados.
Ante la digitalización y gracias a las redes sociales es posible autoformarse en las últimas tendencias en el periodismo, hay varios centros que ofrecen cursos gratuitos como el Centro Knight de Periodismo de la Universidad de Texas o la Fundación Gabo.
Toca hacer el sacrificio.Lo que hay que cuidar, coinciden periodistas tradicionales y digitales, es la lucha contra la desinformación y las noticias falsas o tendenciosas, porque la ética no es negociable, y esa piedra angular también se está imponiendo en el mercadeo de contenido, no se trata de vender a ultranza, sino de convencer con argumentos reales, verificables.
Por otra parte, el infoentretenimiento es un término que ha ganado popularidad en el periodismo contemporáneo, debido a su enfoque en elementos mixtos informativos con elementos propios del entretenimiento. Comenzó a tomar forma en la segunda mitad del siglo XX, impulsado por el crecimiento de los medios de comunicación masiva y la búsqueda de nuevas formas de atraer audiencias.
Su origen se encuentra en la necesidad de los medios de combinar la presentación de noticias con elementos atractivos del entretenimiento para captar la atención de los espectadores y lectores.
En la década de 1980 se produjo un aumento significativo en el uso de elementos de entretenimiento en programas de noticias de televisión, lo que llevó a la popularización del infoentretenimiento.
En la década de 1990 se intensificó su uso con la expansión de internet y la aparición de portales de noticias en línea, para atraer a una audiencia más amplia.
Esta modalidad ha generado una serie de efectos tanto positivos como negativos en el periodismo, lo que ha suscitado críticas y debates dentro de la industria, por ejemplo, la invasión sensacionalista en la vida privada de las personas, por muy personajes públicos que sean.
Ejemplos hay como los diarios “chicha” en el Perú, o Laura en América en México.
Si la actividad privada se sufraga con fondos públicos, es otra cosa, el deber ético es informarlo, denunciarlo, gritarlo a los cuatro vientos.
Lo mismo si se trata de delitos execrables como la trata de personas o la explotación infantil.
El riesgo es banalizar los temas, al punto de normalizar asuntos que deberían movilizar a las personas, o hacer perder la objetividad informativa, erosionando la confianza en el medio.
“El riesgo es banalizar los temas, al punto de normalizar asuntos que deberían movilizar a las personas, o hacer perder la objetividad informativa, erosionando la confianza en el medio”
El atractivo es llegar a audiencias más jóvenes, aumentar la fidelización al producto noticioso y la marca, promover el debate y la participación.
Todos deben apoyarse en redes sociales para impulsar el mercadeo digital del infoentretenimiento, crear contenido viral para aumentar visibilidad y alcance, contar con personajes relevantes e influencers es otro recurso para llegar a audiencias específicas, lo mismo que campañas de publicidad paga en línea y optimización en motores de búsqueda, entre otros aspectos.
Debemos reconocer que a pesar de estos desafíos, el periodismo en Latinoamérica también ha demostrado resiliencia y compromiso en la cobertura de temas importantes y de interés público, reconocido por organizaciones como la Sociedad Interamericana de Prensa o el Centro Knight de Periodismo, de la Universidad de Texas.
Temas relacionados:
Panamá
Latinoamérica
América
SIP: Sociedad Interamericana de Prensa
4 notes
·
View notes