"Todos tenemos otra oportunidad de brillar"
03 capitulo
Fernanda estuvo utilizando el teléfono de la casa que se encuentra en la cocina, según a lo que me explico, llamaría a su amigo luis, quien fue la que más la ayudo, el le presto una cabaña a las afueras de la ciudad, le brindaba cobijo, un poco de comida, agua potable, además de que le conseguía un poco de ropa. Al menos fernanda tuvo un punto de apoyo.
Ya en la noche, mi hermano menor, llego, en cuanto miro a fernanda y se le platico sobre la situación por la que estaba pasando, se enojó mucho, cesar conocía a fernanda también desde muy pequeña, ya que el señor Ignacio nos apoyó mucho cuando mi padre murió por ese infarto mientras trabajaba como vicepresidente en la empresa.
-descríbeme al desgraciado, le pediré a mis compañeros de otras ciudades que lo busque- se expresó cesar, mientras sacaba su bloco de dibujo.
-no hay necesidad –explico fernanda mientras removía la ensalada- Esteban escapo del país, mi padre lo estuvo buscando, pero por la misma vergüenza dejo de buscarlo y me echo toda la culpa a mi- finalmente ella comió la ensalada.
Cesar es policía y fernanda tenía razón, no hay necesidad porque escapo del país, bueno eso dicen los padres del bastardo, pero sin calentar más a cesar, cambiamos el tema de conversación, estuvimos platicando sobre el trabajo de cesar y como va expandiéndose la empresa a otros países.
En mi mente no dejaba de pensar sobre el siguiente paso a realizar, hasta este punto, ya tenía la cabeza bloqueada.
Pasaron los días, las semanas y los meses, se acercaba la fecha de las 36 semanas, me estaba poniendo ansioso, no dejaba de pensar en la muerte, la depresión y en mi propia conciencia.
Yo tenía la sensación de que soñaba con Sofía, ya que, al levantarme, sentía un pesar en el pecho, así como dejaba la almohada ojada y muchas lagañas. Con esa sensación se me vino a la mente las ultimas palabra de mi Sofia antes de suicidarse, ‘’tal vez, este no era el tiempo de nuestro Leonel.’'
En la oficina me puse a investigar los planes de parto y cesáreas en diferentes hospitales privados, la dra Sinclair puede operar en privado como en el público, pero fernanda no tiene seguro, tenía que buscar una solución, si tengo para pagar un servicio privado, pero la misma dra. nos comentó que si ocurre un problema el hospital público tiene todo lo necesario para el caso de fernanda.
Ya en la casa, mi madre, cesar y yo ya teníamos la misma platica, mi madre quería que cesar se casara con ella para poder brindarle el seguro que le ofrecía la policía, mi hermano no negaba que podía ayudar, pero el tenía una prometida con la que piensa casarse en menos de 2 años, mientras tanto, fernanda recibía la visita de luis, ambos estaban afuera en el patio trasero tomando te, fernanda ya estaba más fuerte, su cuerpo ha garrando musculo y grasa, la dra. nos da buena fe de que él bebe está desarrollándose y está teniendo el peso adecuado con respecto a su edad gestacional. Luis es un buen chico, la ayuda, nos trae ropa y nos brinda un poco de mandado, el quiere mucho a fernanda, son amigos desde la primaria y fernanda siempre ha estado con el, desde el divorcio de sus padres hasta que la madre se volvió a casar, etc.
Antes de que fernanda cumpliera las 36 semanas, ocho meses y medio, le marque al señor Ignacio con la excusa de que buscaba un consejo, del anterior presidente al nuevo presidente de la empresa, él se mostró muy encantador con la idea que me cito el 31 de mayo a las 8 de la noche, esa fecha, sonó mucho en mi cabeza, ya que era la siguiente semana, acepte gustoso y me retire a la casa.
Cuando llegue mire a mi madre junto con mi cuñada Lucinda, Fer y Luis platicando.
-pareciera que están tramando un asesinato, quien hirió a quien-las chicas se rieron y fernanda lucia tan radiante, el psicólogo la ayudado mucho a brillar y a ser más extrovertida, ciertamente, ahora, en estos momentos la visión de ella, embarazada, ya teniendo un poco más de cuerpo y esos ojos hermoso color miel, era una visión tan hermosa.
-el viernes 31 de mayo cumple años fernanda, ya son sus 18 años, la mayoría de edad- grito mi madre sonriendo, mi sonrisa se difumino poco a poco mientras la fecha me taladraba la cabeza, fui la excusa perfecta para que Ignacio pudiera ocupar ese día como escusa.
Mi enojo fue evidente, subí a mi cuarto y me encerré a reflexionar, como era posible que la familia Ignacio se olvidara de fernanda tan fácilmente, tenía muchas ganas de ir en ese momento a su casa y gritarles todas sus verdades, pero sabía que las cosas no eran así, ellos se olvidaron de su hija menor, para ellos fernanda no existe más en este mundo.
Me paseaba en la recamara dando vueltas, alguien toco a la puerta, pensando que era mi madre la abrí para decirle que no me molestara, pero los ojos enmielados me miraron fijamente, ella me sonrió dulcemente con la cabeza ladeada, y entro a la habitación. Yo seguía un poco exaltado así que hubo un silencio bastante largo, pero no incomodo, unas pequeñas manos me acariciaron la espalda, viajaron hasta mi pecho y ahí se juntaron, sentí el bulto de la panza en mi espalda y un leve sollozo se escapaba de su boca.
-solo quiero que sepas que estoy tan agradecida con Tigo, por todo lo que haces por mí que no encuentro la manera de como poder pagártelo en el futuro- y siguió sollozando.
Mi cabeza era un caos, por una parte, sentía la necesidad de ir a gritarle a toda su familia, otra parte quiere tenerla en mis brazos y calmarle ese dolor que tiene en su corazón y el otro piensa cosas bastante obscenas, como besarla y brindarle esa protección carnal que el idiota que la violo y embarazo no pudo darle. Me sentía un asqueroso, por pensar de esa forma.
Cuando fernanda se calmó, me voltee para verla de frente, sus ojos llorosos iluminaban más la miel, la acerque un poco y con lo que ella me permitió la abrace, fernanda era una mujer un poco alta de lo normal, pero lo suficiente bajita para que mi cuello fuera su espacio, le di un beso en la sien, mientras ella se aferraba a mi espalda.
Al separase, el rostro lo tenía enrojecido y evitaba mirarme, sin pensarlo pegue mi frente a la suya, agarre sus manos, sus hermosas manos llenas de cicatrices, mientras más la miraba más enojo acumulaba, fue cuando fernanda, con su mano derecha, la poso sobre mi cara, sus ojos enmielados me miraron directamente y con una sonrisa me susurro –Gracias-
El silencio llego a mi cabeza, me quede en blanco mientras la miraba, la atracción era más fuerte, me hice el duro y me aparte de ella, la lleve a la cocina, cesar apenas venia llegando, trajo donas y de paso compro una cuna de madera, pareciera como si el fuera el próximo padre, cenamos calmados, mientras platicábamos lo que nos hacía falta para la llegada del bebe.
Paso la semana volando, en mi mente no dejaba de pensar en fernanda, poco a poco ella fue llenándome la cabeza con su dulzura, sus cuidados y su embarazo bien formado.
El viernes llego, había pedido el día libre en la empresa para poder festejarle la mañana y tarde a fernanda, se le hizo un deliciosos desayuno, mi hermano se retiró al cuartel mientras que mi madre, luis, Lucinda y yo nos dirigimos a la calle a comprar lo que hacía falta para la llegada del bebe, como cesar había comprado la cuna, nosotros compramos ropita para bebe recién nacidos y algunas que otras cosas necesarias, comimos hamburguesas, la comida favorita de fernanda y la cena iba a ser carnita asada para la familia, esa me la iba a perder, llegaría un poco tarde, pero si llegaría para el pastel.
Llegue a las 8 en punto a la casa de la familia Ignacio, estaba con un esmoquin negro, un pantalón levis azul y una camiseta blanca con una corbata cromada en azul, mi cabello era corto pero lo bastante largo para peinarlo hacia atrás, yo era un hombre bastante atractivo, tengo cejas gruesas, tengo una nariz respingada, mis ojos son negros y siempre mantengo mi barba y bigote recortado.
La puerta fue abierta por una mujer adulta, una pequeña y un ligero parecido a fernanda, pero muy sutil, esta era una mujer alta, un cuerpo voluptuoso si, ojiverde, cabello castaño y llevaba un vestido pegado del cuerpo y voluptuoso de la cintura para abajo, su sonrisa era amplia y verdaderamente era una mujer hermosa, ella era celestial, la hermana mayor de fernanda.
La cena fue viento en popa, Ignacio me daba sus mejores consejos, preguntaba que tal la empresa, pregunto acerca de mi madre y de mi hermano, me volvió a dar el pésame por la muerte de mi esposa, la señora Ignacio no decía nada, estaba callada siguiendo la conversación, mientras el señor Ignacio detallaba los mayores y mejores complejos de celestial. Pero hay fue cuando los interrumpí.
-pero, creo recordar, que fernanda tenía más potencial, usted, señor Ignacio, menciono que le gustaba la idea y hasta la visualizaba, fernanda entrando a trabajar a la empresa para que llegara a ser presidenta, como se me va a olvidar, ya que usted jugaba con mi puesto de vicepresidente- empecé a reírme – y fernanda, donde esta? Hace mucho que no la veo y me gustaría ver esos ojos enmielados que siempre, sin ofender-dirigiéndome a celestial- son muy hermosos.
Tome un sorbo del vino, la señora Ignacio me sonreía con ojos tristes, celestial estaba enojada apunto de hacer un berrinche y él señor Ignacio se estaba tragado los insultos detrás de su garganta.
-yo... Nosotros –corrigió- ya no tenemos otra hija más que celestial, fer... ella, hizo algo que está fuera de las normas sociales y de la iglesia, cayo tan bajo, que ya no había manera de poder ayudarla, se escapó y espero que así siga.
Mi enojo creció más, viejo bastardo.
-esa mujer ingrata nos decepciono a todos, pero a quien infrinjo más dolor fue a mí, porque se escapó con el hombre a quien yo más amaba y desde que se fue he estado tan sola, necesito un poco de compañía. -sus ojos se clavaban en mí, era obvio que sus planes era juntarnos.
-porque no sales con celestial, una cita, una ida al cine, ella ya tiene 20 años, es mayor de edad y el hecho de que le seas 5 años mayor no nos molesta.
Ignacio no tenía vergüenza.
-será un honor.
Los ojos de celestial se iluminaron.
-pero tendré que declinar la oferta, estoy pensando en decirle a la mujer con la que llevo saliendo desde hace unos meses si quiere ser mi novia, una disculpa.
-o felicidades, Óscar, no sabía que estabas saliendo con alguien.
Yo solo sonreí y di por terminada la cena.
Llegue a la casa, pensando y pensando que era lo que iba a hacer, en cuanto entre al patio trasero, la música sonaba, la carne hizo cosquillas en mi nariz y esos hermosos ojos enmielados me miraron con su sonrisa.
“Sin lugar a duda, esos ojos enmielados se me están clavando en el corazón, porque la pequeña acción de Ignacio prendió una mecha en mi conciencia y hasta creo que la mejor solución para fernanda, es que yo me case con ella.”
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