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olee · 14 days
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Mi Primer Día Sin Ti | Enzo Vogrincic
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Estás borracha por las calles de Madrid y no puedes dejar de pensar en Enzo.
Este es mi primer día sin verte. Camino por las calles de Madrid, borracha, son las 21:00 de la noche. Desde Malasaña hasta Niño Jesús, mis pies ya no pueden más. Lo único en lo que puedo pensar es en caminar contigo, tú sosteniéndome del brazo y guiándome. Pero estás de viaje. "¡Pff... te odio!" Te fuiste, dejándome atrás, y ahora estás en Uruguay o tal vez en Los Ángeles. Ni siquiera sé dónde estás exactamente. Sin embargo, aquí estoy yo, caminando sola, bajo estas luces amarillentas de Madrid, esperándote descaradamente. ¿Y tú? Tú estás en Júpiter. Me dejaste, o tal vez fui yo quien te dejó. ¡Ay, Enzo! Cómo te echo de menos. Mis pies duelen mientras paso por el Retiro. ¿Recuerdas al gatito negro? Está por aquí. Acabo de ver su cola cerca de la verja del Retiro.
El gato se ha ido, al igual que tú. Exactamente igual. Aquí estoy, borracha, tratando de descubrir dónde se ha escondido. Tanto el gato como tú.
Ahora estoy frente a la barra donde solíamos pasar tiempo juntos. Recuerdo lo mucho que te gustaba ese vino puro de Italia; no puedo recordar el nombre específico, pero era tu favorito. Estoy tan borracha que apenas puedo recordar algo.
Decido ponerme mis audífonos y escuchar nuestra banda favorita... ¿cuál era? Ah, sí, Radiohead, ¿verdad? O ¿tal vez era alguna banda revolucionaria de Uruguay? No puedo recordar. Optaré por un poco de Charly García, ese álbum "Bancate Ese Defecto", ese mismo.
Enzo, ¿estás enamorado? ¿De alguien más, supongo? Porque te fuiste sin decir adiós. Solo dijiste: "No puedo seguir contigo". Y así, puff, te fuiste, como aquel gato negro.
Ya casi llego a mi departamento. ¡Ay, Enzo! ¡Cómo te extraño! Estoy un poco loca, o mejor dicho, borracha. Ya estoy ansiosa por llegar a casa, servirme una copa de vino blanco y escuchar alguna canción extraña de Uruguay o algo que me haga llorar, como alguna de Silvio Rodríguez. Ojalá.
Recuerdo cuando nos emborrachábamos de vino y poníamos "Cementerio Club" de Pescado Rabioso. Tú fingías odiarlo, pero sabía que en el fondo amabas mi alma rockera. Ay, esos fueron tiempos maravillosos. Antes de que fueras famoso... Pero debo decirte que estoy muy orgullosa de ti. Has logrado ser quien siempre quisiste ser: un actor estrella, reconocido por Hollywood. De verdad, estoy feliz por ti y te admiro mucho por eso.
Estoy ansiosa por llegar a casa, mis pies ya no pueden más. Ay, ya veo la farola cerca de casa, esa luz amarillenta me hace desear ir a buscarte y besarte, pero sé que no estás aquí.
Enzo, veo una sombra bajo la farola cuando me acerco a casa, pero tengo que entrar. El portero está dormido. No sé qué hacer. Decido pasar de largo e ignorar al tipo que está fumando cerca. Sin embargo, no puedo evitar notar ciertos rasgos familiares en él. La forma en que sostiene el cigarrillo... Ay, es igual a ti. Y su altura, sus jeans doblados al final... todo me recuerda a ti.
Ignoro al tipo y saco mi llave, pero al intentar abrir la puerta, ¡se atasca! ¡Ay! No sé qué hacer. El portero debe de estar en el séptimo cielo, no me atrevo a tocar el intercomunicador. Enzo, ese tipo me está mirando. ¡Ay, no! Se está acercando. ¡Voy a gritar!
“Dejáme, yo te ayudo", dice. Ay, Enzo, tiene la misma voz que tú. Parece ser uruguayo. Pero no puedo verlo claramente. Todo está borroso, estoy borracha.
Finalmente, cuando el desconocido se acerca para ayudarme, reconozco su voz. Es Enzo. Mis lágrimas comienzan a fluir mientras lo miro con incredulidad. "Pensé que eras Enzo", murmuro entre sollozos, "lo siento tanto".
Enzo me mira con ternura y me asegura: "Soy realmente yo". Me acompaña hasta la puerta, y cuando finalmente lo veo claramente, la realidad golpea con fuerza. Es él, mi Enzo. No puedo contener las lágrimas mientras le explico lo mucho que lo extrañé, lo confundida que estaba y lo siento por haberlo malinterpretado.
Él me abraza con fuerza y me susurra palabras de consuelo. "Estoy aquí, cariño. Todo está bien", me dice mientras me acaricia el cabello. En ese momento, sé que todo estará bien.
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olee · 2 months
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Vogrincic says he is excited to see what roles might come his way next. “I will start reading scripts pretty soon because I’m ready to start acting again,” he says. While he loves the thought-provoking and soul-stirring depths of drama that make an actor go “deep within yourself”, he wants to change things up and break bad. “I’d love to play a bad guy. It doesn’t matter the genre, but a character that has an evil side, a dark side, that deep pain.” enzo vogrincic for deadline
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olee · 2 months
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amo ese suéter ✨
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ENZO VOGRINCIC
Q&A for La Sociedad de la Nieve
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olee · 2 months
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VAYAN A VERLOS!!
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olee · 2 months
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Por Culpa del Alcohol | Juani Caruso
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Todo fue culpa de un malentendido que hizo que ambos descubrieran que sus sentimientos eran reales, ocultos bajo el efecto del alcohol.
“Boluda, tú sabes quien eres, así que ¿por qué no me contestas?” Juani exclama con un toque de frustración en su stream de Twitch.
Mientras tanto, te encuentras en la biblioteca de la universidad, rodeada de montañas de libros y apuntes, luchando contra el agotamiento mental de los finales. Desde hace un tiempo, te ha costado enfrentarte a Juani, especialmente después de aquel incidente en el asado de Fran. Recuerdas cómo, entre risas y tragos, estando un poco más valiente de lo normal, casi dejaste escapar tus sentimientos por Juani, solo para terminar la frase con un “¡Gil de mierda!” en un intento desesperado por ocultar tus verdaderos sentimientos.
Desde entonces, la tensión ha estado palpable entre ustedes, con Juani evitando el tema por completo hasta ahora. Aquel mensaje inesperado en tu teléfono solo añade más incertidumbre a la mezcla, dejándote preguntándote qué es lo que realmente quiere hablar contigo y si estás lista para enfrentar las posibles consecuencias de tus palabras borrachas.
Después de que el stream de Juani termina y la biblioteca cierra, decides llamarlo. Tu corazón late con fuerza mientras esperas que responda. Finalmente, después de un par de tonos, escuchas su voz al otro lado de la línea.
“¿Hola?” dice Juani, su tono un poco cauteloso.
“Juani, soy yo”, respondes con nerviosismo. “Escuché lo que dijiste en el stream y quería disculparme. No he estado siendo justa contigo y… bueno, hay algunas cosas que necesitamos hablar.”
La voz de Juani se suaviza un poco. “No te preocupes, boluda. Yo también tengo cosas que decirte. ¿Por qué no nos encontramos en nuestro lugar habitual? Te estaré esperando en el parque cerca de la universidad en una hora.”
Una mezcla de alivio y ansiedad te invade mientras cuelgas el teléfono. Sabes que esta conversación será difícil, pero también es un paso necesario para resolver las tensiones entre ustedes. Con determinación, te diriges hacia el parque, lista para enfrentar lo que sea que el destino tenga reservado para ti y Juani.
Después de encontrarse en el parque, Juani se acerca con una sonrisa pícara y una camiseta que dice "Boyfriend" con la cara de Enzo estampada en ella. No puedes contener la risa al verlo y exclamas: "¡Boludo, yo quiero una igual!"
Juani te mira con diversión y pregunta: "¿Ah, pero con la cara de Enzo o la mía?" Al empujarlo suavemente de manera juguetona, le dices: "¡Ay, no seas malo!"
Después de un momento de silencio, Juani te mira a los ojos y te ofrece su brazo, sugiriendo: "¿Nos vamos por un café?" No puedes evitar sonreír mientras tomas su brazo, y Juani te da un beso en la mejilla mientras te dice: "Ay, no seas pelotuda, tranqui, tú sabes que yo te quiero mucho".
Te quedas pensativa por un momento y respondes: "Yo también...", pero antes de que puedas profundizar en tus pensamientos, Juani te interrumpe diciendo: "¿Y? ¿Por qué me dijiste que me odias aquel día?" Te quedas confundida y le preguntas: "¿Espera... yo te dije eso?" Juani empieza a reírse y te dice: "¡Ah, no es que no te acordás? ¡Qué desastre!"
"No, no, Juani. ¿Qué fue lo que vos me dijiste?" insistes, sintiendo la necesidad de aclarar las cosas.
Él te mira con seriedad y responde: "¿De verdad querés escucharlo, boluda? No me hagás sentir mal."
Confundida, preguntas: "¿Por qué?"
Juani suspira antes de decir: "Porque literalmente yo te quiero."
Tus ojos se abren con sorpresa y preguntas: "¿Pero me quieres de qué manera?"
Él te mira directamente y responde con sinceridad: "Pues... que te adoro. La verdad es que... aquel día te quería… y pues te dije que... que pues..."
Impaciente, le cortas: "¡Dime! ¿Qué me dijiste?"
Juani, visiblemente sonrojado, murmura: "¡Ay, ya! Olvídalo.”
Después de un momento de tensión, él te mira fijamente y te pregunta: "Pero ¿qué fue lo que vos pensás que dijiste?"
Con una mezcla de incredulidad y vergüenza, respondes: "Pues... ¿no es obvio?"
Él frunce el ceño y pregunta: "¿El qué?"
"Vos sabés", dices con nerviosismo. "Que te amo... y... pues, cuando te lo dije, como la música estaba tan alta y Fran estaba en su karaoke, pues pensé que me dijiste que no sentías lo mismo... y pues..."
“¡BOLUDA!”, exclama Juani, interrumpiéndote. “¡Yo fui el que te dijo eso! ¡Te dije que te amo y cuando te iba a besar, pensé que nos íbamos a chapar, pero me dijiste millones de cosas y te fuiste! ¡No entiendo nada!”
Te ríes nerviosamente y le respondes: "Pues, creo que es culpa del alcohol."
Después de un largo silencio, Juani te mira profundamente y acaricia tu brazo, sus dedos deslizándose suavemente hasta tomar tus manos. Con determinación en su mirada, te agarra de la mano y te dice: “Pues la culpa la tiene el alcohol… ¿crees que podamos empezar?”
Lo miras con una sonrisa, riéndote, y le respondes: “Empezar ¿cómo? ¡Porque no te voy a chapar con la cara de Enzo en tu pecho, boludo!”
Juani te mira con complicidad y responde: “Pues olvida el café, que nos vamos pa’ mi departamento.”
Tú asientes con diversión y le preguntas: “¿Por culpa del alcohol?”
Juani responde: “Por culpa del alcohol.”
Fin.
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olee · 2 months
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★📷 𝐌𝐎𝐌𝐄𝐍𝐓𝐒 𝐈𝐍 𝐓𝐈𝐌𝐄 | ENZO VOGRINCIC
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𖥔 ࣪˖ pairing: enzo x fem!reader
𖥔 ࣪˖ summary: just a couple of moments where enzo has captured his moments in time through the usage of his camera
𖥔 ࣪˖ warnings: a bunch of fluff honestly
𖥔 ࣪˖ note: two posts in a day?? I also realized that my requests weren’t on, but they are now! so if u want to requests for enzo feel free to! btw I decided to try writing this in somewhat of headcanons.
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☆ Enzo would always admire you while doing your regular routine in front of your vanity. Him laying in your bed as he watched. His camera would be resting next to him before he would gently grab the cold material. As the click sound of the camera would appear, you would turn your body to look at him with a knowing smile.
“Te ves hermosa.” He would say
☆ He would always take silly pictures of your cat. Whether she was laying on your stomach, next to you, or she would just be doing her own thing. He loved taking pictures of her and even more when you would be in them.
“¿La tienes?”
“Sí. Se ven hermosas mis nenas.” He would come closer to you, giving you a kiss before your cat would start to rub her tail all over Enzo to get his attention.
☆If you were to go to a premier or any important event, best believe you would have a whole photoshoot from Enzo. He would be stunned by your beauty he couldn’t help to take a few pics(a few too many).
☆If you and Enzo would have nothing to do and just have restful days, you would be in your bed all day. He would peppered your cheeks and lips with kisses, even somewhat your neck. In one occasion you got up for water and when you came back into your room ready to lay back down, Enzo was standing in front of your mirror with his camera.
“vamos linda. Quiero tomarnos una foto.” His hand would extend towards you for you to grab it, to which you did. His arm put you in a lock towards him as your reflections stood in front of the mirror.
☆When your birthday would come around, Enzo would immediately take a lot of pictures. He would try and capture all of your happy moments, so you both(mostly him) go back and see how happy you looked. He would enjoy watching you blow the candles of your cake, or even cupcake if you didn’t feel like celebrating big.
“Dale chiquita sopla las velas y pide tu deseo.”He would say as you would finish posing for your photos. After you did, Enzo would make sure to take a picture of you blowing the fire off the candles. When he looked at it, it came out perfect.
☆Your regular shopping for plants and flowers around your place consisted of Enzo helping you out. He would always go for flowers that matched your eyes, he thought the flowers he would pick were as pretty as you. Catching you staring at the plants, he couldn’t keep his eyes off of you. You just looked gorgeous, and he had to take a picture.
☆One thing Enzo would love to be able to capture and just couldn’t wait to, was to marry you and take pictures of you and your whole wedding venue.
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olee · 2 months
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Pa’ cuando el libro?!? 👀
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ENZO VOGRINCIC Loewe
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olee · 2 months
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esto fue escrito por un fic 👀
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🥴🥴🥴🥴🥴
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olee · 2 months
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he's so babygirl like he needs me
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olee · 2 months
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Bellísimo! Ver un latino, uruguayo, en los BAFTA, es puro orgullo!
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Enzo Vogrincic photographed by Agata Pospieszynska for British GQ
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olee · 2 months
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this is so him! 🫶🏻
icons enzo vogrincic
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olee · 2 months
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Deja que vaya para el subway lol!
wey qué pedo con el mEnzo JAJJAJSJDJDDJ
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olee · 2 months
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La Familia De | Enzo Vogrincic
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Cuando descubres la infidelidad de tu novio, aceptas la invitación de tu amiga para pasar unas semanas en su país con su familia. Allí conoces al atractivo hermano de tu amiga, desencadenando una serie de emociones inesperadas.
Desde hace un año, la cafetería que posees en Ciudad de México ha sido tu refugio, un santuario de aromas de café y conversaciones animadas. Tu vida ha tomado un giro maravilloso desde que abriste las puertas de este lugar acogedor. No solo tienes un negocio próspero, sino que también tienes a tu lado a un novio increíble, cuyos talentos como tatuador le dan un toque de arte y rebeldía a tu vida cotidiana.
Entre el vapor de los expressos y los murmullos de los clientes habituales, siempre hay un momento especial cuando tu amiga uruguaya aparece por la puerta. Ella, con su encanto sudamericano y su energía contagiosa, es como un rayo de sol que ilumina tu día cada vez que la ves. Aunque vive en CDMX por trabajo, nunca pierde la oportunidad de visitarte en la cafetería, trayendo consigo los últimos chismes y anécdotas que hacen que la vida en la ciudad parezca aún más vibrante.
En medio de este bullicio reconfortante, te das cuenta de que no estás sola. Tu negocio florece, tu relación amorosa está en su mejor momento y tus amistades te brindan compañía y alegría. La paz y la belleza se entrelazan en tu día a día, recordándote que la vida puede ser realmente hermosa cuando tienes a las personas adecuadas a tu lado.
Sin embargo, un día decides cerrar temprano la cafetería porque no te sientes bien y tienes un fuerte dolor de cabeza. De camino a tu departamento, te sientes aún peor, como si algo estuviera terriblemente fuera de lugar. Al llegar a casa y subir las escaleras, el sonido de ruidos extraños te hace detener en seco. Escuchas un respiro profundo, quizás gemidos. Sin entender completamente lo que está sucediendo, decides apresurarte hacia tu habitación.
Al abrir la puerta, te encuentras con algo que nunca podrás borrar de tu mente: tu novio, en medio de un encuentro íntimo con otro hombre. Es una escena que nunca esperaste presenciar, y sin poder soportarlo, das media vuelta y sales corriendo, sintiendo cómo tu mundo se desmorona a tu alrededor.
Con lágrimas nublando tu vista y el corazón hecho pedazos, marcas frenéticamente el número de tu amiga en tu teléfono. "¿Dónde estás? ¡Necesito verte! Me siento horrible, mi novio… mi nov–", apenas logras articular entre sollozos.
La voz tranquila de tu amiga al otro lado de la línea te ofrece un atisbo de consuelo en medio de la devastación que te embarga. "Estoy en casa. Vení y me contás tranquila", te dice, y sus palabras se convierten en un faro de esperanza en medio de la oscuridad que te rodea. Con el corazón roto y el alma hecha trizas, te diriges hacia la casa de tu amiga, en busca de consuelo y apoyo en medio de la tormenta emocional que te consume.
Le cuentas a tu amiga todo lo que había sucedido y no puedes evitar llorar. Estás en el sofá junto a tu amiga, y te dice mientras te peina el cabello: "(Y/N), tenés que ser fuerte, yo sé que no es fácil. ¿Te acordás de Mateo? Que se fue con otra mina, pues te entiendo completamente".
Pero entre sollozos, respondes: "¡Pero en mi caso es distinto!", y lloras más fuerte, como un bebé. "Y... ahora... tú te vas para Montevideo, y... ¡yo voy a estar SOLA!", sigues elevando el tono de tu llanto. "Y no quiero verloooo, nooo, no sé cómo enfrentarloooo".
Tu amiga intenta calmar tus nervios: "Pero yo me voy solamente por tres semanas, si querés, venite conmigo, yo te pago los pasajes".
"No quiero ser un peso más", respondes entre lágrimas.
"¡Boluda! ¡Te vienes conmigo, que se joda!", te dice ella, tratando de sacarte de ese estado emocional.
"Okkkkaaaayyyy", aceptás entre sollozos, llorando como un bebé.
Llevas ya tres días encerrada en la habitación de tu mejor amiga en Montevideo, con un gatito real al que tratas como un peluche. La familia Vogrincic te han adoptado como una hija más, y su madre se ha convertido en tu proveedora oficial de café y consejos sobre el amor, lo cual agradece tu corazón roto.
En una tarde soleada, tu amiga irrumpe en la habitación como un torbellino, encontrándote en la cama con tu celular, absorta en las fotos de tu ahora ex. "¡Che, bo! Dame ese celular. No quiero verte así", ordena con un tono melodramático. "Tienes que salir de esta cueva. Mami me ha dicho que solo sales para tomar café y luego regresas aquí. ¡Ya basta! Esta noche viene mi hermano desde Nueva York, y vamos a recogerlo al aeropuerto. Tienes que venir conmigo, punto final", declara con autoridad.
Tú respondes: "Ay, déjame aquí con la gatita", y ella te corrige: "¡Esa gatita tiene nombre y es Uma!". Insistes: "Pues déjame con Uma, no quiero ir para allá".
Con un suspiro exasperado, tu amiga agarra tu brazo con determinación. "¡Sos una pelotuda! ¡Vas a venir ahora!", exclama, decidida a sacarte de tu caparazón de autocompasión y llevarte a vivir un poco la vida real, aunque sea a la fuerza.
En el auto, el padre de tu amiga está al volante, con la madre como copiloto, mientras tú y tu amiga ocupan los asientos traseros. La atmósfera está cargada de emoción, ya que toda la familia está ansiosa por recoger al tal Enzo. Por lo que has escuchado, es un actor sumamente famoso. Aunque no estás muy familiarizada con su trabajo, tu amiga siempre ha hablado con orgullo sobre él, y su entusiasmo es contagioso.
Antes de dirigirse al aeropuerto, hacen una parada en un mercado para comprar globos, flores y un cartel que dice "¡Llegó el actor de la casa!". A ti no te hacen mucha gracia las flores ni los globos, ya que te recuerdan a tu exnovio.
Al llegar al aeropuerto, tu amiga asigna tareas: "Bo, aguanta los globos; yo llevaré el cartel y mami, tú llevas las flores", dice con entusiasmo. La madre asiente y el padre, con su típico sentido del humor, pregunta: "Y yo, ¿qué llevo?". La madre, con una sonrisa, responde: "La presencia". Todos ríen un poco, preparándose para la llegada del famoso Enzo.
Justo cuando estás a punto de bostezar por el cansancio acumulado, de repente tu amiga y toda su familia irrumpen en gritos de emoción, corriendo hacia un hombre sorprendentemente guapo. Su piel canela y su cabello medio largo y desordenado lo hacen destacar en la multitud. Él también parece adormilado, llevando una maleta, hasta que se percata de su familia y se apresura hacia ellos.
La escena es conmovedora mientras se abraza profundamente con tu amiga, luego se dirige hacia su madre y ambos comienzan a llorar juntos. Por lo que tu amiga te había contado, no se habían visto durante años debido a la ocupada agenda del hermano.
Mientras esta emotiva reunión tiene lugar en el aeropuerto, tú te encuentras parada como un pingüino, sosteniendo los globos en tus manos, sin saber muy bien qué hacer en medio de tanta emoción familiar.
Ya cuendo van para el auto, tu amiga te introduce al hermano diciendo, “Enzo, esta es (Y/N) mi mejor amiga del alma, y va estar con nosotros por estas semanas” dice mientras ya se van sentando al auto, y Enzo, que al parecer se va a sentar al lado tuyo te dice, “Un placer (Y/N)”
Y así van todos contentos para la casa, para cenar, ya que la madre iba a prepara una pasta.
Al llegar a la casa, estás a punto de dirigirte directamente a la habitación para descansar un poco del viaje agotador, pero tu amiga te agarra del brazo con determinación y te dice: "¡Uh uh no! Te quedas con nosotros en la sala. Nada de cueva". Tú asientes, aceptando su decisión, y decides seguir su sugerencia.
Cuando te dispones a sentarte en el sofá de la sala, observas con curiosidad cómo las gatitas, Uma y Ada, salen de una habitación cercana. Enzo, al verlas, no puede contener su emoción y se tira al piso, hablándoles con ternura como si fueran bebés. La verdad es que Enzo se veía increíblemente adorable en ese momento, y no puedes evitar sonreír ante la escena.
Tu amiga te hace una mueca cómica, como si estuviera acostumbrada a este comportamiento de su hermano, y te dice en voz baja: "Es amante de los gatos, así que no te asustes si actúa así". Tú te ríes suavemente, encontrando la situación bastante divertida y encantadora.
Observas cómo Enzo interactúa con las gatitas, y te das cuenta de que tiene un lado dulce y tierno que no esperabas.
Después de un rato, Enzo se levanta del suelo con una sonrisa, dirigiéndose especialmente a su madre: "Ma, me voy a dar una ducha. Avísame cuando esté la cena", dice con tono amable. La madre asiente con un simple "ok", ocupada con los preparativos en la cocina.
Una vez que Enzo se retira para darse una ducha, te inclinas hacia tu amiga y le susurras en voz baja para que no te escuchen: "Oye, no me habías dicho lo guapo que es tu hermano". Ella te responde con una mueca divertida y te dice: "Te lo regalo si quieres". En un gesto juguetón, la empujas suavemente y respondes con un "ajá", aceptando el comentario con humor.
Ambas se miran y se ríen, compartiendo un momento cómplice antes de que Enzo regrese de su ducha y continúe con la cena en familia.
Después de un rato, mientras estás disfrutando de un vino con tu amiga y ayudando a preparar la mesa, Enzo hace su entrada. Viene con una cámara vintage en la mano, su cabello aún húmedo y desordenado, vistiendo una sudadera cómoda y descalzo. En general, se veía muy relajado y como en su casa; no parecía en absoluto un actor de Hollywood.
Mientras tú te sientas con tu vino en la mesa, Enzo comienza a moverse alrededor de la cocina, capturando momentos con su cámara: la madre preparando la comida, el padre cortando la carne asada, y la hermana charlando contigo. Luego, se dirige hacia las gatitas y llama a tu amiga, "Loca, ven acá, tírame una foto con Uma y Ada". Pero antes de que pueda tomar la foto, la madre interviene: "Enzo, después. Ya vamos a comer". Él asiente en respuesta.
Tú observas todo con asombro, pero al mismo tiempo, te sientes como si estuvieras presenciando algo muy familiar. Enzo se sienta nuevamente junto a ti, y de repente te toma una foto inesperadamente. Tu amiga lo regaña de inmediato, diciendo: "¡Enzo! A (Y/N) no le gusta que le tomen fotos". Con un tono suave, Enzo se disculpa: "Disculpa". Y tú respondes con amabilidad: "No te preocupes".
La atmósfera en la casa es cálida y acogedora, y te sientes cada vez más integrada en esta familia tan especial.
Después de unos 45 minutos en la mesa, todos parecían estar inmersos en sus propias conversaciones, dejándote a ti en un silencio momentáneo. Mientras tomas sorbos de tu vino, escuchas atentamente pero te sorprendes al darte cuenta de que nadie te ha dirigido la palabra en todo ese tiempo. Una sensación de soledad momentánea te envuelve, hasta que de repente, es Enzo quien rompe el silencio.
"Y tú, ¿qué haces?", pregunta Enzo, volviendo su atención hacia ti. Levantas la mirada, encontrando sus ojos, y respondes con sinceridad: "Soy dueña de una cafetería en Ciudad de México". Su expresión se ilumina con genuina admiración: "¡Guau, eso es impresionante!", responde con entusiasmo.
En ese momento, sientes una conexión especial con Enzo, como si sus palabras hubieran creado un puente entre ustedes. A pesar del bullicio de la mesa, te encuentras atrapada en su mirada, sintiendo una chispa de complicidad entre ustedes.
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olee · 2 months
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enzo vogrincic photographed for netflix españa
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olee · 3 months
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Así de caluroso || Enzo Vogrincic
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El sol del mediodía caía a plomo sobre las calles de Montevideo, convirtiendo el asfalto en un espejismo humeante. El miércoles transcurría como cualquier otro día de verano, sofocante e implacable. A pesar del calor agobiante, una chica caminaba con paso ligero por 18 de Julio, alejándose de la facultad. El pelo se le pegaba a la frente, sudaba a chorros y el agua de su botella se había convertido en un caldo tibio. La libertad después de un largo examen era la recompensa que la impulsaba.
Cada paso era una lucha contra el calor. La chica apresuraba el ritmo buscando la sombra esquiva, deseando escapar de las fauces de la ciudad que tanto amaba.
De pronto, un leve malestar se apoderó de ella. El sudor se intensificó, la respiración se volvió dificultosa y un mareo familiar la amenazó. Se detuvo, tambaleándose, con la vista nublada y puntos negros danzando en su campo visual. Ignorando las señales de alarma, bebió un trago de la repugnante agua tibia y reanudó la marcha. Su única meta: salir de 18 de Julio. A duras penas, avanzó unas cuadras más, luchando contra un nuevo malestar que se instalaba en su cuerpo.
Allí mostrándose casi burlona detrás de esa inmensa puerta de concreto que se alzaba sobre la calle Juncal se encontraba uno de sus deleites visuales favoritos, Sarandí. Ella no sabía por qué, pero esa calle siempre la llamaba a explorarla. Aunque ya la había recorrido tantas veces, siempre encontraba algún tesoro nuevo. Se debatió si debía pasar por lo que ya era el desolado calderón a fuego ardiente de la Plaza Independencia para llegar a ese oasis visual que le abría paso a Ciudad Vieja o simplemente ignorarlo e irse a casa.
La exuberante calidez de la tarde le gritaba a la chica que debía ignorar el llamado a la exploración. Sin embargo, una fuerza interior, una mezcla de aventura y algo más que no podía nombrar, la incitaba a seguir adelante. Como diablillos en el infernal ambiente, sus deseos la empujaban por ese camino que solo le estaba trayendo malestares. Ignorando las señales de su cuerpo, que no estaba preparado para resistir más tiempo en esas condiciones, se decantó por seguir la incitación diabólica y entrar en el paraíso que era la calle Sarandí.
Arrastrando los pies como si una cadena de acero los uniera al suelo, se adentró en ese rincón de alegría que tanto la llamaba. Caminó unas pocas cuadras, disfrutando del pequeño oasis que se abría paso en el desierto de calor que se había apoderado de Montevideo. De repente, un golpe seco: su corazón aceleró a un ritmo desbocado, su respiración se volvió jadeante, su visión se nubló y su cabeza comenzó a dar vueltas. La conciencia se le escapaba de entre los dedos. Así se sentía: una bajada de presión producto de su insensato deseo de continuar un camino que no debería haber tomado, en un día en el que el mismísimo señor de los infiernos parecía haberse apoderado de las calles de la ciudad. Su destino: caer desmayada por su imprudencia.
—Tranquila, que te tengo.
Esa voz no era producto de su imaginación. Los brazos que la rodeaban eran demasiado cálidos y sudorosos, evidenciando que el desconocido también sufría las consecuencias del avasallante calor que emitía el asfalto. A pesar de que la conciencia se le escapaba, de que sus ojos se cerraban y dejaban de transmitir luz, la sensación de estar en los brazos de un extraño la obligaba a volver a la realidad, alerta ante un posible infortunio. Cuando el instinto de supervivencia se apoderó de su cuerpo y abrió los ojos con miedo, se topó con un ángel. El calor se disipó de su cuerpo al contemplar sus ojos color avellana, la sensación de sudor se olvidó con solo una mirada a sus labios, el mareo se ignoró por completo al observar su rostro como un todo. Enzo Vogrincic, en todo su angelical ser, la sostenía para evitar que cayera en la fogosa calle Sarandí.
—No te preocupes que te ayudo a sentarte.
Su voz me sacó de mis pensamientos, esta vez infinitamente menos agónicos. Me tomó con delicadeza y me llevó unos metros hacia atrás, hacia unas sillas de plástico rojas, no muy cómodas, con el logotipo de una conocida marca de bebidas. Estaban fuera de un local llamado Zabala. Solo allí me di cuenta de la distancia que mis pies, que ya se podían haber fundido con el asfalto, me habían llevado. Estábamos cerca del Registro Civil y a unos pocos metros del Implosivo Artes Escénicas, la escuela de actuación. He ahí esclarecida la aparición de mi inesperado ángel salvador. Con mi mente retornando de su estado de inactividad coherente lo primero que atiné a decirle a mi salvador fue.
—Perdón.
Una simple palabra, tan tonta que parecía fuera de lugar. Sin embargo, así me sentía: avergonzada de haberlo desviado de su camino. Posiblemente le molestaba ayudar a una desconocida que caminaba imprudentemente bajo el sol abrasador, con la única compañía de una cartera que contenía sus documentos para el examen, una tarjeta de transporte y su fiel botella de agua, que ahora parecía más una sopa por lo caliente que estaba.
La risa de mi nuevo acompañante me confirmó lo tonta que había sido mi respuesta. Doblemente avergonzada, lo miré a los ojos. Solo vi diversión por mis palabras y preocupación por mi extrema palidez y mi inminente desmayo.
—¿Cómo me vas a pedir perdón? ¿Te sentís mejor ahora sentada? Te voy a comprar un refresco y un agua fría, porque estoy seguro que te bajó la presión.
El hombre se irguió, enderezando su espalda, y se dirigió al restaurante con paso firme. Su objetivo era claro: conseguir las bebidas que me ayudarían a reponerme. Al cabo de unos minutos, regresó con un refresco y un agua fría. Se agachó de nuevo junto a mí, ofreciéndome el elixir que mi cuerpo, agradecido, absorbió con avidez.
—Muchísimas gracias, y te pido perdón por las molestias. Seguro tenías otras cosas que hacer más que asistir a una pelotuda que se desmayó.
Dije con pena, mirándolo a sus ojos marrones. Sentía cómo me ardían las mejillas. Solo entonces, al contemplar mi alrededor, me percaté de la bicicleta olvidada en el piso. Probablemente se había bajado de ella al verme en mi estado.
—No me agradezcas, solo hice algo que cualquiera haría.
Expresó mientras se giraba para buscar la bicicleta. Al levantarla, se regresó hacia mí y me dijo:
—Me llamo Enzo. ¿Y vos?
Le dije mi nombre con más confianza al ver que no parecía molesto ni apurado por irse. Le señalé el refresco, aún sin abrir, ofreciéndoselo.
—Eso es tuyo, no me lo tenés que devolver. Si yo fuera vos, también tomaría de ese. El azúcar te va a ayudar a recuperarte, todavía estás muy pálida. Si me permitís.
Con esa simple petición de consentimiento, acercó su mano a mi rostro apartando algunos cabellos que se me habían pegado por el sudor, aquellos que mi peinado no había podido contener y ahora se posaban rebeldes por donde ellos deseaban. Luego de poner mis cabellos en orden, su mano se quedó allí, posada en mi cuello. La sensación de tener aquel pesado miembro cerca de donde se medía mi pulso me inquietaba. ¿Y si podía sentir el acelerado ritmo al que iba mi corazón? Su rostro tan perfecto no era lo único que me embobaba; su amabilidad y sencillez con la que estaba allí delante de mí me estaba dejando el cerebro aún más atrofiado que cualquier síntoma debido al infernal clima.
Tomando otro largo trago de agua para disipar los efectos que él estaba teniendo en mí, tomé valor, lo miré a los ojos y le dije:
—Muchísimas gracias otra vez. Siento que te lo estoy diciendo ya muchas veces, pero de verdad estoy agradecida con tu gesto. Pudiste haberme ignorado y dejarme tirada en la calle, y no lo hiciste.
—No tenés nada que agradecerme. Decime, ¿vivís por acá? Así te acompaño y me quedo tranquilo de que llegaste bien.
Me respondió aún con su mano posada delicadamente sobre mi cuello, dejándole leves caricias y sus ojos mirándome fijamente, entre preocupados y con algo parecido a ternura.
—No vivo por acá, ni cerca. Solo vine porque acabo de dar un examen y quería recorrer. Iba super bien hasta hace unos momentos.
Ya dejando un poco de lado la vergüenza, le respondí un poco más animada y sin tanta timidez. Tanta, ya que tener a alguien tan bonito enfrente de ella solo hacia que se pusiera nerviosa.
—Ok, sin ser muy invasivo, ¿dónde vivís? Tal vez te puedo llevar o algo. Me preocupa que te vayas sola después de que casi te desmayas. Si querés, llamamos a alguna amiga o alguien que te venga a buscar.
—Vivo en Manga, así que un poco lejos de acá. Y mis amigas en estos momentos...
Dije entre risas, diciendo donde vivía y luego chequeando la hora: 16:04. Para saber dónde podrían estar alguna de mis amigas para contestarle.
—Mis amigas están todas trabajando, así que no queda de otra que irme sola. Quedate tranquilo que no me va a pasar nada.
Le contesté intentando calmarlo y asegurarle de que todo estaría bien y no me volvería a pasar nada.
—Te invitaría a mi casa, pero siento que para un primer encuentro es mucho. Me conformo por ahora acompañándote a tomar el bondi.
Volviendo por la calle Sarandí, por la tan calurosa Ciudad Vieja. Ese tipo de calor que hacía que el asfalto derritiera el calzado y definitivamente el tipo de calor que hace que se te baje la presión y encuentres a Enzo, quien ahora te tiene montada en su bicicleta mientras ambos ríen y disfrutan el pequeño aire que les llega por la velocidad con la que conduce el antes mencionado. Ese era el tipo de día caluroso que hacía aquel día en Montevideo.
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olee · 3 months
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*also the fact that he’s constantly traveling! 😭
can we just. take a moment. to appreciate enzo's instagram. everything from his posts to his captions to his song choices to his stories—they're all pErFECT.
like have you SEEN the pics he posts?? i literally love photography and he is SO TALENTED. i can only DREAM of clicking pictures like his someday.
AND DON'T EVEN GET ME STARTED ON THE POETIC SHIT HE POSTS SOMETIMES. seriously, i always look forward to reading those (well reading the shitty insta translation anyways). he seriously should publish a poetry book. i'd devour it in a day!!!
anyways that's it, i just needed to appreciate how cool and aesthetic this man's account is. he knows what he's doing and he knows he'a good at it. i love that. may he keep blessing us with his posts. thank you for coming to my ted talk.
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olee · 3 months
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esto es puro oro! joder! ✨
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Enzo Vogrincic for Vogue España.
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