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wanderitoworld · 2 years
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¡Literatura y Poesía callejera cumple 9 años hoy!
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wanderitoworld · 3 years
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wanderitoworld · 3 years
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wanderitoworld · 3 years
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El Chuncho chico De las cosas que extraño de mi ciudad, una de ellas, es la falta de aquellos personajes tan típicos, tan exclusivos, que de alguna manera, formaban parte de nuestra vida. Recuerdo a muchos de ellos. Estaba el "Chabi Chequer", un pobre ciego, cantante callejero, que le tenia un miedo atroz a los temblores y terremotos. Estaba también la "loca Clara", que de una hermosa mujer, de la noche a la mañana, se perdió en su locura, y siempre se la veía deambulando, hablando sola, y hasta bañándose en la pileta de la Plaza Victoria, para el deleite de más de algún travieso. Había muchos de estos personajes. Pero esta vez quiero hablar del Chuncho. El Chuncho vendía pescados en un canasto y siempre por las mañanas, su voz desde lejos, llenaba la vecindad con su típico grito "quiere pescaaaaaaa, fresquita la pescaaaa". Y confiadamente, la gente le compraba sus frescos pescados, los cuales limpiaba en la misma vereda de la puerta de la casera. Su material de trabajo era un plástico, y una cuchilla bien afilada. Una mañana no era completa, si no era escuchada la voz del Chuncho anunciando su mercadería con sus típicos y melodiosos gritos. Trabajaba hasta la hora del almuerzo. Y se iba a los billares. Allí se jugaba toda la plata que ganaba, a veces perdía, a veces ganaba. Para el Chuncho era como una obligación levantarse temprano a trabajar, ir a los billares a jugar, y de noche ponerse a tomar y claro, después ponerse a pelear. Porque era peleadorazo, y en su núcleo, era muy bien respetado. Pasaron los años para el Chuncho también. Se casó, y muy pronto un hijo les llegó. El Chuncho chico era su gran tesoro. Vivía para él. Y cuando el muchacho no iba a estudiar, acompañaba a su padre a trabajar y le ayudaba a gritar los pescados. En ese tiempo, la gente aprendió a querer aun más al Chuncho. Y entre ellos, yo. Hasta que el Chuncho chico terminó su cuarto medio. Sólo eso quería su padre, ahora que hiciera lo que quisiera, lo que más le gustara. Y más de alguna vez, se le escuchó decir..."Yo me crie a la pinta mía, que él haga lo que quiera.." Y lo que más quería el Chuncho chico, era un sueño que tenia desde niño. Se veía jugando al Fútbol, en la Selección Nacional. Ese sueño lo acompañó toda su niñez y su adolescencia, era el sueño de su vida. Y como el Chuncho se esmeraba por todo lo que su hijo quisiera, lucho como león para inscribirlo en una prueba, para ser jugador del club de la ciudad. Y allí llego un día, a probarse en la categoría Juvenil. Sólo necesito de un partido y le dieron el SI de inmediato, firmando un escuálido contrato en la Juvenil del Club Santiago Wanderers de Valparaíso. Que en ese año jugaba en Segunda División. La suerte corría de su lado, porque al final de la temporada y debido a sus habilidades, lo pasaron al equipo titular, es decir, a formar parte del plantel oficial de su querido Wanderito. El Chuncho no daba más de gozo, el Chuncho estaba orgulloso de su muchacho. Partido que su muchacho jugaba, el Chuncho se emborrachaba . Y ya no peleaba. Ahora sólo lloraba. En el año 1995, gracias al valioso aporte de Claudio Muñoz, alias el Chuncho chico, el equipo de Valparaíso, Wanderito, como todos sus seguidores lo llamaban, salió campeón de Chile en Segunda División, y por fin, nuevamente, subía al Fútbol profesional. El chuncho hinchaba el pecho y más lloraba. Se iniciaban en aquel entonces, las eliminatorias para el Mundial de Francia 1998, y la Selección Nacional, en manos de un conocido entrenador, se fijó en el Chuncho chico. Pero quiso el destino aquella vez, jugarle una mala pasada al muchacho. Después de un pésimo juego del equipo, al finalizar casi el partido, pusieron al Chunchito, en reemplazo de una gran estrella de nombre Zamorano y sólo jugó 13 minutos. Fue cuando Chile logró un bochornoso empate ante Venezuela. A las dos semanas, el chuncho chico es vendido a un equipo de segunda división que jugaba en México.  Era apartado de su País. Casi olvidado por la Selección. Después de una seguidilla de malos partidos, el entrenador de la
Selección Chilena es sustituido de su cargo, y comienzan a ventilarse nombres para dirigir a la Selección. Y el que asume, jamás pone en su lista, el nombre de Claudio Muñoz. Pero en México, el Chuncho chico seguía cosechando éxitos, y nuevamente haciendo de las suyas, saca campeón a su equipo, y lo sube a Primera División. Y comienza a escucharse su nombre. Mientras en Chile, su padre, el Chuncho, ya no vendía pescados. Las cosas en materias económicas, mejoraban, el Chuncho chico respondía. Y se juntaron un montón de factores. Muchos jugadores lesionados, se buscaban nuevas variantes, el asunto fue de repente, llamaron nuevamente a integrarse a la Selección Chilena, a la brevedad posible, al Chuncho chico. Chile nuevamente jugaba contra Venezuela, y había mucho en aquel partido. Estaban esos puntos, que eran obligados. Estaba también la moral del equipo, que aún no se ajustaba como era necesario a la tranquilidad de la nación toda. Estaba la necesidad de un delantero estable, habilidoso. Estaba todo Valparaíso esperanzado en aquel muchacho. Estaba mi barrio entero rezando por el Chuncho chico, recordando sus grititos, cuando vendía pescado siendo un niño. Estaba el Chuncho, lucido como nunca. Su casa llena de amigos, con su mujer de la mano, mirando la tele, esperando ver su muchacho. Y también estaba yo, en un país lejano, deseando lo mejor al Chuncho chico. Nadie aún sabía la formación del equipo. Nadie sabía si Claudio Muñoz entraría jugando, factor importantísimo para un profesional que debuta, es la más clara muestra de fe para un jugador. El estadio Nacional estaba repleto y las imágenes del partido, serían transmitidas a nivel mundial. Ese era el gran desafío de Claudio Muñoz, esa era su mejor vitrina. Era hoy o nunca para el Chuncho chico. Y sale Chile a la cancha con Ban Ban Zamorano a la cabeza. Y de inmediato, las manos del Chuncho se apretaron con las de su mujer y un nudo seco se poso en su garganta y sus ojos se llenaron de lagrimas, porque allí, justo detrás de Zamorano, con una pelota en la mano, corriendo hacia el centro de la cancha, iba su adorado muchacho, su Chunchito iba a jugar. El estadio de pie aplaudía, la televisión lo enfocaba en un primer plano, era la nueva gran esperanza, su pelo flotaba en el aire azotándose en sus hombros, la misma cara de niño. Al fin su sueño estaba realizado. El Chuncho seguía llorando, sus amigos todos gritando y su mujer a su lado abrazándolo y también llorando. Y quise eternizar ese momento, dedicándole al Chuncho estos recuerdos. Aquella memorable noche Chile gano 6-0. Claudio Muñoz fue el héroe indiscutido. Pero allá lejos en mi barrio, como en tantos otros más, la noche trajo un recuerdo. Evocaban al Chuncho gritando "quere pescaaaa, fresquita la pescaaaaaa... Y no se pudo en muchos rostros lograr contener, alguna lágrima que quiso escapar. Como tampoco yo lo pude evitar, al hoy, escribir y recordar. F I N
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wanderitoworld · 3 years
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El Maykel y la Estefanía
Qué fuerza nos detiene palabras que quisiéramos oír y....jamás las decimos?
En qué parte de nuestros pensamientos tomamos senderos erróneos?...
( y cuesta tanto pensar siempre lindo, tanto que cuesta )
Sabiendo que desde allí nace lo sublime....
Ya que la brisa que produce la estela de la energía de un pensamiento positivo,
solo eso nos da calma, nos da paz, nos ilusiona....
caminamos seguros, pudientes y tranquilos....
caminamos eternamente enamorados...
‘’ Y sin embargo......ni sabe de éste amor que le tengo.
Y más encima......no hago nada para que lo note siquiera.’’
...........................
(Estribillo)
Salpica weona creída.....aonde la viste?...
''es que no estoy preparada'' -me dijiste-....
que te créis que no sé que con vo' está el chancho tira'o?
que vez que salimos mirai pal lao'....
y siempre te perdona el aweonao...
aonde habíai visto otro weón mas enamorao ?
La Estefanía solo reía.....ella solo reía...
(Epílogo)
La daga le atravesó el corazón y la sangre a chorros brotaba,
ocho estocadas le propinó  a su novia que moría....
de rodillas, a su lado, el Maykel, la abrazaba y la besaba...
y el puñal, lleno de sangre, aún en su mano yacía....
Miró al cielo y vio que llovía...
se sentía al fin, dueño de la Estefanía...
miró la vida y la encontró vacía....
…….y se enterró el puñal hasta donde podía.
F I N
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wanderitoworld · 3 years
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''La Merilyn'' Al ver huir el montón de mujeres, la Merilyn no dudó un instante y se mezcló entre ellas y ligerito alcanzó el muro que ya saltaban algunas que iban a la vanguardia del grupo de reclusas.  En cuestión de minutos se dispersaron cada una por su lado elegido. La Merilyn se fue donde sabía encontraría al Bayron, el cual asustado aún por el fuerte terremoto,📷 se escondía en su trinchera a la salida de Iquique. Ella entró y el aire grueso con olores mezclados de marihuana, alcohol, cocaína y sexo, le golpeó en la cara. El Bayron la vio y quedó atónito.  A su lado una asustada Pilula, tapaba su desnudez con una frazada.  Hacía 6 años que la Merilyn había sido capturada, juzgada y condenada a 10 años de presidio por traficar drogas. Jamás entregó a su gran amor y socio. Y el Bayron jamás la había ni visitado, ni ayudado en nada, la había dejado abandonada en esa prisión.  Ella, con 18 años  había abandonado sus estudios, sus padres y su hogar, por seguir a ciegas a ése hombre. Con él había aprendido a conocer el alcohol, a fumar marihuana y aspirar cocaína. En un año ya había aprendido a hacer ''entregas'' de la droga a diferentes clientes y se había prostituido buscando dinero para sacar de apuros a su hombre.  El cielo ofrecido por el Bayron se había transformado en un infierno en la prisión, donde había sido golpeada, humillada y hasta manoseada por otras reclusas del recinto carcelario. La vida ya no tenía razón de ser para la Merilyn. Y más aun, después que le habían contado que el Bayron tenía una nueva chica, ''la Pilula'' y con ella viajaban constantemente a la Capital. Le costó 2 años hacerse respetar en la prisión. Le costó infinidades de peleas, incluso con armas cortantes fabricadas clandestinamente. Pero lo había logrado, ahora nadie le faltaba el respeto a la Merilyn, ahora era ella la que daba las órdenes en su celda compuesta de 8 mujeres, ahora era ella quien elegía ''la novia'' que tendría la noche que quisiera dentro del penal.  Por eso, aquella noche, cuando la tierra comenzó a mecerse con intensidad, cuando de temblor pasó a ser terremoto, y al ver ese grupo huyendo.....no lo pensó dos veces. Huyó también. Tenía algo que hacer. -Iquique. 4 de Abril 2014.  De las 300 reclusas que huyeron del Penal Femenino en la ciudad, ya han sido capturadas 60 de ellas en diferentes lugares del país, 2 fueron capturadas en Bolivia y ya fueron reportadas a la cancillería chilena, y más de 180 se han entregado por su propia voluntad al Penal. Iquique. Ultima hora. En las afueras de la ciudad fue encontrado el cadáver del buscado traficante Bayron Quezada, de 32 años, el que presentaba más de 70 estocadas en el cuerpo. Y en una viga del mismo inmueble, se halló el cuerpo ahorcado de otra de las reclusas. .Se trata de Merilyn Bustamante, que otrora había sido novia del traficante asesinado. Se presume de un ajuste de cuentas, ya que en su mano derecha, después de fallecida, aun conservaba el estoque utilizado en tan terrible asesinato.
(continuará)
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wanderitoworld · 3 years
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''La Pilula''. (Parte 2)
Corre Pilula!!, tú puedes Pilula!!, corre Pilula !! 📷 Los gritos alentadores de los apoderados del Cuarto B, instalados en la parte baja de la tribuna del Estadio Regional Valparaíso, llegaban lejanos a los oídos de Pilula, que estaba ya instalada en el punto de partida, junto a las mejores 9 competidoras del género femenino, ya clasificadas para participar en la última Gran Competencia de Atletismo Estudiantil 2012, donde corrían todos los Liceos y Colegios de Chile. El estadio estaba repleto de apoderados y entusiastas estudiantes que habían llegado temprano a ver la Gran Final en la Categoría 100 Metros Planos.  Pilula había clasificado para esa gran Final y estaba ansiosa, absorta y concentrada para correrla. Medio Playa Ancha había llegado hasta el estadio y la pista estaba impecable, limpiecita y con su típico color naranjo bermellón, marcada y separada en 10 posiciones alrededor de todo el campo. El Juez de Partida anunció: ''a sus puestos'' esperó unos 2 segundos y disparó el arma.
En el Liceo Nª 5 de Playa Ancha, habían participado 120 alumnas para llegar al evento Nacional, y solo habían clasificado 4 para el certamen. De Valparaíso habían clasificado 16 en total. Y durante 6 días fueron participando las 160 mejores Atletas de todo el país, para ganar en diferentes Categorías. Pero la más importante era los 100 Mts. Planos. Y ése era el plato fuerte de aquella tarde en el estadio. En la mente de Pilula, minutos antes, el tiempo se detuvo, avanzó y retrocedió en fracciones de segundos, solo el disparo inicial la haría volver a la realidad. Y en esas fracciones de segundos recordó lo duro que había sido su entrenamiento con su fiel Mauricio. El Mauri la acompañó en todos sus recorridos, sincronizó todos sus tiempos, la ayudó a elongar, a trotar, la animó y la cuidó durante los dos meses que practicó para la gran competencia.  Y de tal amistad deportiva, había también nacido el amor. El Mauri se enamoró perdidamente de su partner y siendo un muchacho educado, que ya había terminado su 4ª Medio y cursaba el 2ª año en Leyes, en la U. Católica, no hallaba la forma de ocultar su sentimiento hacia Pilula. Ella lo sabía, ella lo sospechó desde un comienzo, ella estaba segura del amor del Mauri, pero él aún no se le había declarado. Era tímido. Y de alguna manera ella disfrutaba la situación. Porque se sentía segura al lado del muchacho, se sentía acompañada, se sentía regaloneada y además tenía un excelente instructor para su entrenamiento. Pero no lo quería, o tal vez lo quería pero como un hermano, no le gustaba como hombre para ella. Nunca la había besado, ni abrazado, ni hacerla sentirse una mujer deseada, como ella ansiaba, como ella constantemente deseaba.  Como lo había hecho aquel muchacho de la playa Las Salinas, en aquel último verano. Todo sucedió 2 meses antes de empezar su entrenamiento para la gran Competencia, y aquella tarde de verano, disfrutando del sol, mientras secaba su cuerpo recién salido del mar, sintiendo los rayos solares que abrazaban y calentaban su piel, la voz del Bayron sonó casi cómica al hincarse y hablarle: ''me dai un poco de bronceador''? -le había dicho- y ella empujada por quizás qué razón extendió la mano hasta su bolso y...se lo pasó sin mediar palabras, simplemente se lo pasó y se quedó mirándolo. Tendría sus 24 años, era indudablemente mayor que ella, que apenas rasgaba los 17, ya pronto cumpliría su mayoría de edad, pero ella quería sentirse mujer lo antes posible.  Tampoco encontró una razón específica para aceptar que después de una corta y aduladora conversa, el muchacho la bronceara en la espalda, pero sí captó el placer que le dio al sentir sus manos, ambas manos, abrazando y deslizando la crema por sus piernas, por su espalda, por su cintura, por entre sus piernas, por cerca, muy cerca de la cercanía de sus abultados y firmes pechos. Se había sentido fascinada por lo insolente del Bayron, por lo caliente del muchacho, porque en la cabeza de la Pilula las dos cosas que llenaban su espacio pensante, eran el atletismo y su constante deseo de sentirse deseada.  Era virgen, pero a su edad, muy pocas existían en éste mundo que se hayan masturbado tanto y tan seguido como ella. Y el atletismo lo había hallado como un escape, corriendo podía olvidar la excitación que sentía en sus eternas noches de masturbaciones, porque llevaba en su cara el deseo, llevaba en su caminar el deseo, miraba todo con deseo, si no corría.....solo pensaba en que alguien llegaría y la tomaría y......y por eso corría, y corría y corría. Enero y febrero se fueron volando y jamás el sol estival dejó huella alguna en la piel de Pilula. Porque se encontraba con el Bayron y se encerraban en su habitación y se pasaban el día entero haciendo el amor.  Se pasaban la semana entera, se pasaron los dos meses enteros teniendo sexo de una y mil maneras que el avanzado muchacho la hacía experimentar y a la vez enloquecer. La Pilula se había enceguecido. Nunca se había sentido más maravillosa, como en los brazos del Bayron. ''Vente a vivir conmigo a Iquique''- le había dicho el muchacho- ''yo tengo
un buen trabajo''. Mira Bayron -le dijo ella- déjame terminar la Competencia que es en Mayo y después me voy al lado tuyo, aparte que en esa fecha ya habré cumplido mis 18 años. - El disparo retumbó en la pista, y las 10 finalistas partieron. Pilula salió disparada de su lugar al mismísimo segundo que había salido la bala, y a sus 9 contendoras las sentía a ambos lados corriendo ya velozmente. En una carrera de 100 metros planos todo ocurre en segundos, una mala respiración, una leve desconcentración al mirar al lado, un escaso desvío en la pisada y todo fracasaba al instante, porque te pasaban todas. Pero en los 50 metros corridos la Pilula iba entre las 4 primeras que se habían desmarcado de las otras. Y desde la tribunas un coro incierto y desordenado no traducían con exactitud la frase que de cada garganta salía y que gritaban ''corre Pilula, corre''. Faltaban escasos 10 metros para cruzar la cinta que marcaba la Meta en los esperados 100 metros Planos, y Pilula sintió que en la Tribuna había gente que merecía fuera ella quien la cruzara primero que nadie, y sintió separadamente las voces de su madre, de su padre, de su hermano menor, del Mauri, de todo su curso el Cuarto Medio y de todo el Liceo Nª 5 de Playa Ancha, gritando y alentando su carrera.  Y sacó fuerzas de flaquezas y avanzó adelante de sus contendoras, y encendiendo aún más las tribunas con enardecidos gritos de felicidad, cruzó la cinta que la hacía la gran ganadora de la Medalla de Oro. - No le avisó a nadie, cargó su mochila con lo más importante y se marchó al terminal Rodoviario donde la esperaba el Bayron, tomarían el Bus a Santiago, para inmediatamente embarcarse a Iquique. Los días no cambiaron mucho a los del verano, su pasión encontró eco en el Bayron, que la llenaba de éxtasis a cada instante, comenzaron una vida de eternos enamorados y poco a poco decidieron comenzar a trabajar. Luego sus encierros se fueron dilatando, comenzó a viajar a Santiago a llevar negocios que desconocía y volvía a Iquique donde su amor, donde el amor de su vida. Se sentía plena, satisfecha, amada y acompañada. Sentía que la vida le sonreía.  A ratos recordaba al Mauri y la pena opacaba su alegría, prefería no recordarlo, sabía lo que el muchacho habría sufrido con su partida. Hacía un año, que atrás habían quedado sus padres, su hermanito, el atletismo, el Mauri, sus compañeras de estudios, su gato, su casa, todo. Hacía un año que era mujer. Hacía un año que se acostaba con su hombre y despertaba con su hombre. Hacía un año que había construido una nueva vida, una nueva Pilula, un nuevo y espléndido futuro. Por eso cuando vio entrar la mujer aquella noche, después del terremoto, con un enorme estoque en la mano, y comenzó a propinarle estocadas al Bayron, en el corazón, en la cara, en la espalda, en todo el cuerpo, y a la vez gritarle y tratarlo de traidor, de mentiroso, de poco hombre, de maricón, solo atinó a coger la primera ropa que halló, se vistió mientras corría y comenzó a sentir nítidamente ésta vez, un constante ''corre Pilula, corre Pilula, corre por tu vida Pilula''. Y se lanzó a correr por la carretera....y corrió...y corrió.....corrió como nunca la Pilula....
(continuará)
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wanderitoworld · 3 years
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''EL MAURI'' (Parte 3 y Final)
📷   Don Alfonso miró a su hijo, agachó la cabeza y cerrando la puerta le dijo con voz derrotada - tú ya eres un hombre, Mauricio, tú mejor que nadie sabe de tus resposabilidades y qué es lo que realmente te conviene en ésta vida-  Y salió del dormitorio. Pero Mauri ya había decidido lo que haría, no había otra cosa que le importara más que saber la razón del desaparecimiento de Pilula. Había conversado, preguntado, e indagado entre sus amistades y familiares y nadie sabía con exactitud dónde se hallaba la ganadora de la Medalla de Oro en la Categoría 100 Metros planos de aquel último Campeonato Nacional Estudiantil. El único indicio que tenía era el de una amiga de ella, que la había visto con un muchacho algo mayor que ella en la playa, y que el muchacho se alojaba en una Residencial céntrica. Había llegado hasta el lugar y allí le habían informado que el joven era de Iquique. Nada más. Algo presentía que no andaba bien con ella y durante un largo año repasó diarios, revistas, buscando más información de aquel sujeto que una vez había salido en las noticias, vinculado a un Tráfico de estupefacientes y del cual salió en libertad, quedando su novia detenida y condenada a 10 años de prisión. Tenía que ser el mismo. Todo encajaba. Por eso tenía que apresurarse. Congeló sus estudios y partió a Iquique. Una vez allá no le fue difícil conseguir una foto del Bayron en los periódicos antiguos de la zona. Y comenzó su búsqueda. Salía de noche a los diferentes Bares, salía de día a negocios de comidas, supermercados, playas, discos. Revolvió todo Iquique y no encontró nada.  Hasta que una noche, en un Bar conoció una mujer que al ver la foto que Mauri le mostraba, en el acto dijo -el Bayron-.. Se sentaron y comenzaron a charlar. ''Ese desgraciado se portó muy mal con una compañera de celda que tuve aquí en la Cárcel de Iquique, ella aún sigue presa por culpa de él y la dejó abandonada a su suerte sin siquiera ayudarla con una Abogado o llevándole cigarrillos''. ''Viera como ha sufrido ella allí encerrada, sola y sin nadie que la visite nunca, solo yo voy a veces a llevarle algunas cositas'' ''Ahora ya tiene otra pendeja que va a terminar igualita, debe haberla traído del Sur, no la saca nunca, al menos no se le ve en la playa ni en discos, parece que la manda a Santiago con ''mercadería'', yo una vez la vi en el Terminal, estaban juntos y ella llevaba una maleta chica, viajaba sola,  pero se ve bien atontaíta, se ve que no es de ése ambiente, ella más parece niña de su casa y ni sabe en lo que anda metida'' ''Mire, váyase por la Av. Baquedano hasta el final, y allí dobla a su derecha, y cuando se acaban las casas, comienza un terreno baldío, sin casas, pero al dar la vuelta de un pequeño cerro , aparecerá ante usted una casa, es la única que hay en el sector, no se puede perder, allí viven.'' -Tiene usted la dirección exacta?- le preguntó el Mauri......y antes que la chica le respondiera, comenzó a transformar su rostro, y un grito ensordecedor salió de su garganta y echó a correr apavorada y gritando ...''terremotoooo...terremoootooo'''. El Mauri se afirmo en la barra, sintió el ruido de los vasos y botellas cómo se azotaban en el piso, vio la gente pasar a su lado corriendo, sintió un ruido que salía del centro mismo de la tierra y todo continuaba moviéndose en forma desenfrenada, tenía que ser un terremoto grado 8 a lo menos- pensó-. Salió también a la calle y echó a correr por la Avenida Baquedano...-queda al al final de ésta calle- pensó mientras aumentaba la velocidad en su trote. Corrió por más de 2 horas y ni cuenta se dio cuando había parado el terremoto, a ratos paraba a tomar aire y la Avenida aún no acababa y seguía corriendo....y seguían las réplicas y el Mauri seguía corriendo. Y todo sucedió de repente, justo cuando acabó la Avenida Baquedano, iba corriendo a toda velocidad a doblar a la derecha y vio el bulto que se le venía encima, era una mujer y venía gritando, venía alocadamente gritando y llorando....era su Pilula....era ella!!!!.....la paró, la abrazó....la calmó.....le
acarició el pelo, le secó las lágrimas, le besó ambas mejillas, la acurrucó a su pecho, ella no paraba de llorar, él también comenzó a llorar con ella, la miró a sus tiernos ojos llorosos, y con su rostro también lleno de lágrimas, gatillo el revólver y disparó, y le disparó 17 balazos en pleno corazón.......y él se disparó 35 balazos en la sien....y no morían... ...y se miraron... .-tenis un chicle?- le preguntó ella casi muriéndose-... toma la mitad de éste, y se sacó el suyo de su boca ensangrentada- gracias- le dijo ella. Y se  murieeeeeron.....se murieron lo' dooooo'...... en Iquique... Iquiqueris otro final????... ah????... F I N (lo siento…..otro día cambio el Final….es que tengo que salir)   (acuérdenme)
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wanderitoworld · 3 years
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“Ser uno mismo, y sin temor de ser correcto o incorrecto, es más admirable que la facilidad de la cobardía o la sumisión al conformismo.”
Irwin Wallace
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wanderitoworld · 3 years
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wanderitoworld · 3 years
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Jim
Falls Church, Va
Hoy sábado me levanté con ganas.
El día estaba gris y lluvioso y lo sentía mi aliado. Siempre me han gustado los días grises. Dicen que son como una guarida.
Sonó el teléfono y era un pedido muy especial que requería un amigo. Quería retirara ciertas cosas de un Asilo de Ancianos, que había dejado una señora recién fallecida y él no podía hacerlo ya que trabajaba. Como tenía tiempo y me sobra la voluntad, accedí.
Llegué al Asilo y me encontré con un tremendo edificio moderno, en pleno centro de mi ciudad, con amplios estacionamientos cubiertos, una entrada que más parecía la de un hotel y un Front Desk digno de un palacio.
Subí en el elevador al piso que me correspondía (llevaba una de esas llaves-tarjetas que abren mil puertas) y me dirigí a una de las puertas de entrada. La abrí con la tarjeta y lo primero que noté fue un fuerte olor a medicamentos mezclados con orines secos y vejez. Porque la vejez también tiene olor a veces.
Y allí comenzó mi aventura.
La mayoría de los internos estaban al alcance de mi vista y al estudiar sus rostros sentí una sensación tan fuerte que......
Me gustaría tanto tener la calma y un profundo rebusque literario para interpretar fielmente, con lujo y detalle lo que vi, lo que sentí. Pero soy tan atolondrado y efusivo, que mis sentimientos se revuelven con mis ideas y juntos se apretujan en mi mente, ávidos y ansiosos por salir. Es como si al plasmarlos en éste escrito cobraran vida. Y claro, ellos están "locos" por dejar de ser un pensamiento y hacerse realidad.
El primero que se me cruzó fue Jim. Le calculé unos 90 años, vestía pijamas y unos notorios Pampers entre sus lentas piernas. Su cara era una sonrisa-triste y miraba todo sin ver nada. La actitud de su rostro bien podría descifrarse como "una constante obsesión". Estaba al lado de la puerta por donde entré, la cual sólo se abría desde afuera y con la mentada llave por dentro. Y Jim esperaba paciente y con su sonrisa dibujada en ese rostro trasparente y ansioso. En cuanto entré Jim se coló y salió, pero fue sorprendido en el acto por una enfermera-guardia , la que con palabras "dulces" lo llamó por su nombre, asió su brazo y lo encaminó hacia adentro. Jim obedeció sin oponer la más mínima resistencia. Incluso sonriendo acompaño a la enfermera-guardia, la que una vez adentro lo dejó caminar libremente. Su mirada continuaba dirigida a la nada y su sonrisa marcada abrazaba su obsesión, porque dio unos cortos pasos hacia adentro, hizo una curva lentamente y se situó en la misma puerta y allí se quedó, esperando otra oportunidad. Quería irse el pobrecito, quería salir de ahí. Tal vez -pensé- ésa había sido su eterna intención, día a día, a cada instante, tal vez - seguí pensando- hasta se había olvidado de para qué quería salir, no sabría donde llegar ni donde ir si llegaba hasta la puerta de la calle. En fracciones de segundo deduje su actitud. Creo que nunca aceptó la decisión de irse a morir a un Asilo de ancianos y luchó tanto en su cordura contra ello, que aún ahora se empecinaba en huir de allí. Ahora que sus músculos no le respondían, ahora que, rodeado de extraños su mente quizás donde, solo enfocaba esa puerta como la entrada hacia el calor de una familia perdida, o la salida de un infierno ganado en vida, o tal vez ninguna de las dos, simplemente veía la puerta como algo que su subconsciente le empujaba a cruzar, siguiendo las huellas dejadas desde el día de su ingreso al Asilo.
Jim ocupó casi 3 minutos de mis pensamientos y logró traspasarme casi un siglo de dolor, de soledad, de tristeza.
Me encaminé hacia la habitación 626 y comenzaron de inmediato a invadirme un cúmulo de sensaciones nuevas, fuertes, dolorosas y llegaban a mi como páginas de un mismo libro. Vi una televisión y algunos que la miraban, varios de ellos en sillas de rueda, algunos dormían, otros lloraban en silencio sin ocultar ni secar sus lágrimas, lágrimas que envolvían quizás qué pasado. Cuántos de ellos se negaron y resistieron a ingresar a ese recinto y su senilidad les impidió demostrar argumentos convincentes. Quizás cuantos de ellos lo aceptaron como única solución y quizás cuantos otros ni sabían el porqué de sus lágrimas, de su pena, de lo que perdieron. Así como nosotros en nuestra juventud y madurez, sentimos un dolor carnal sin poder darle explicación, podremos en nuestra vejez sentir dolor en el corazón, pena y tristeza que nos lleve al llanto continuo sin saber porqué?
La mayoría me miraba. Y vi en cada rostro un mismo elemento, no sé como llamarlo, pero era como si me esperaban, veían en mí el rostro de un hijo, de un nieto, de un esposo, de un familiar, o qué sé yo. Vi en sus rostros sonrisas vestidas de lágrimas, vi el olvido tratando recordar, vi una puerta abierta hacia no sé dónde, vi soledad, pena, abandono, vi el calvario con canas y arrugas, vi "el pago de chile" de una manada de hijos de puta que se desprenden de sus padres con una frialdad espantosa, vi la Muerte sentada y fumando y cagada de la risa esperando. Solo esperando. Y sus miradas me seguían, casi implorantes de una caricia, de unas palabras, de una conversación siquiera, de ser yo el que ellos esperaban. De repente nació en mi una necesidad tan imperiosa de abrazarlos a todos y cada uno de ellos,, sentí ganas de llorar con ellos, abrazarlos y llevármelos a todos, que todos fueran mis abuelitos, yo iba a ser el nieto de ellos ahora. De todos ellos. Me los llevaría a una casa grande y a todos los cuidaría y mimaría y los regalonearía y..............puta que me dio pena.
......................................................................
Ya estaba hecho mierda.
Entré en la habitación 626 y me paré en la puerta. Las estelas de la muerte seguían aún impregnadas en el aire, en las paredes, en la única cama, en la tele antigua arriba de una cómoda más antigua. Una foto blanco y negro casi amarilla, mostraba a la doña sentada vestida de novia, y a su esposo de pie, engominado y orgulloso, ambos jóvenes y bellos. Otra foto mostraba a niños en un cumpleaños rodeando una mesa y nuevamente el matrimonio de pie detrás de ellos. Otra -ésta a color- mostraba un hombre maduro junto a su bote, su esposa y 3 niños. Y varias otras más, todas en blanco y negro. Eran las únicas testigos de quizás cuantos recuerdos hechos tormento en aquella triste habitación. La posición de la cama permitía ver con mas facilidad, todas esas fotos que la tele misma. Esa mujer había vivido su último tiempo mirando esas fotos. Recordando o tratando recordar quienes eran. Sentí tan nítidamente el dolor que la acompaño a través de esas fotos, que hasta vi el mar de lágrimas derramado en esos recuerdos.
Era un deber que no me correspondía, el hurguetear en el último mundo de una desdichada que murió recordando. Mi amigo tendría que entender. Era el deber de un familiar, no mío.
Dejé todo intacto y salí de allí.
En mi camino de vuelta aparecieron más viejitas y nuevamente recibí esas miradas. Esta vez di rienda suelta a mis instintos y comencé a despedirme de cada uno de ellos con un marcado contacto físico. A uno le toqué su carita, a otro le sobé el hombro, a todos les sonreía, a una abuelita con cara de gruñona le apreté dulcemente la carita e inmediatamente me sonrió, a los que estaban más lejos les hice señas. Era tanta la falta de cariño que de ellos todos emanaba, que mi gesto lo recibieron con esa cara dulce que ponen los viejitos al sonreír con pena y un poco de alegría. Otra vez me embargaba la misma sensación de impotencia, otra vez un nudo se posaba en mi garganta, otra vez quería cambiar el mundo en un minuto. Y seguí avanzando lentamente hacia la puerta de salida.
Y allí estaba Jim. Esperando eternamente alguien que le abriera la puerta. La enfermera-guardián esta vez brillaba por su ausencia. Me acerqué a la puerta, la abrí , miré dulcemente a Jim con mi mano apoyada en su hombro, esperé a que me mirara y cuando lo hizo le dije " Abuelito, fíjate bien lo que haces, mira que la abuelita se va a enojar", En el acto su sonrisa-triste cambió de tono, se tornó en una sonrisa de niño malo y travieso y sus ojitos brillaron, comenzó a mover la cabeza afirmativamente y casi como escondido y en un gesto de complicidad, elevó su dedo índice hasta la boca y me dijo casi en susurro "no le digas nada" Siguió sonriendo con el rostro cada vez más feliz y comenzó a alejarse de la puerta. Era un viejito tan lindo, tan limpiecito, ahora su sonrisa era tan bonita, que me acerqué a él y le estampé un beso en su mejilla. "Chao abuelito" - le dije - con una pena que me calaba hasta los huesos.
Y se fue sonriendo.
Avancé hasta el elevador con un ardor en los ojos que no me dejaba ni pestañear, tampoco podría haber dicho palabra alguna por el dolor al pecho que ya me ahogaba, pero tenía que aguantar, pasar por el Front Desk y salir del edificio hasta donde tenía mi coche.
Llegué, me subí y encendí el motor para confundir su ruido con mi llanto, el que salió despedido cual un alarido imposible de contener.
Y lloré.
Puta que lloré.
Fin
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wanderitoworld · 3 years
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Cuentos y Poesía callejera
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wanderitoworld · 3 years
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Me gusta escribir. Me gusta refregarle en la cara mis cosas a la vida, y decírselas a mi manera. Para mí no corre eso de que...''el fin justifica los medios,'' son ''los medios'' los que realmente justifican ese fin. Porque allí yacen los aliños de la vida. La carrera la ganas a causa de cómo la corres, la meta es solo el efecto. Y escribo de la misma manera como amo, como como y como sueño... siempre con ganas. (casi angustaio’) (jaja) Y podría hablarles un día entero de ésta mi pasión, pero para hacerles el cuento más corto.... Puta que me gusta escribir !!! (ah!…..y siempre termino cagándola…..esa es la otra).
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wanderitoworld · 3 years
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Bar Liberty
 Poesía callejera
        Me bajé del auto, el día estaba nublado y aún así hacía calor, me aseguré de dejarlo bien cerrado y crucé la calle de adoquines desordenados por el tiempo y el mal tiempo y me paré frente a la puerta del Bar Liberty.  La Plaza Etchaurren a ésa hora estaba casi vacía y solo deambulaban una media docena de personas, que más que caminar, estaban sentados casi dormidos en los maltrechos bancos de la plaza, unos ya ebrios y otros en busca de quien sabe qué y que usualmente paraban a tomar el Sol al lado del monumento a Jorge Farías. Era como su Santo aquella estatua del bohemio cantante que inmortalizó la canción de Lucho Barrios... La Joya del Pacífico. Y fue abrir la puerta del afamado bar, y la voz llena de falsetes del ''Margarito'' me azotó en la cara, ....''.Afuiira es nochi y lluevi taaaaaantuu...ven a mi lado me dijiiiiste''..... Entré y me senté. Pedí una cerveza intratable de helada (tal cual), y un viejo cantinero con aspecto a viejo-viejo de mar, me la dejó junto a un vaso que no me tincó usar. Los parroquianos todos sonreían al Margarito, quien junto a su guitarrista, se paseaban entre las mesas y alegraban con su Show el lugar, algunos cantaban, otros felices le seguían con la típica mirada sonriente-brillosa que ocasionan las copas de más,  y otros ni lo pescaban.
Comencé a observar las paredes del Liberty, todas llenas de fotos, gorros, cascos, banderas, peluches polvorientos, más gorras, más y más fotos, pero la mayoría de esas reliquias se referían al Wanderers...-el Liberty entero es caturro -me dije- El piso era de una madera que se veía antigua, firme, gruesa y mostraba una ausencia total de cera, pero se notaba que la escoba desfilaba constantemente entre sus tablas. La estantería estaba atiborrada de botellas que por el polvo acumulado ni las etiquetas se podían leer, botellas negras, alargadas, chicas, unas de vino, otras de licores y otras que nunca había visto.  Vasos que no se usaron nunca o hacía tiempo que no se usaban, vasos colgando, vasos amontonados, vasos en todas sus formas. El lugar tendría sus 14 mesas, de las cuales 8 estaban ocupadas, y en cada mesa, sendas cañas de vino era la bebida de moda, todo el mundo era vinero a esa hora, incluso en la barra pude ver a un par de hombres bien entrados en edad, que llegaron juntos y sin mediar palabras, el cantinero con aspecto de viejo-viejo de mar, les llenó sendos vasos con vino blanco, se lo tomaron en dos tiempos y se los volvió a llenar, ésta vez demoraron más para brindar. Esta pareja de amigos se habrá quedado en el recinto sus 10 minutos, sin hablar, ni siquiera mirarse, y sólo cruzaban la mirada cuando había que tomar. Seguí bebiendo mi cerveza que iba dejando una estela fresca y reconfortante por mi garganta de lo heladita que estaba. En otra mesa una mujer le hablaba y le hablaba a un hombre que supuse era su marido, él no la miraba pero la escuchaba atentamente agachando y subiendo la cabeza mientras ella gesticulaba con sus regordetas manos. Ambos bebían su respectiva caña de vino blanco y en sus rostros se dibujaba la huella del vino cuando es el pan nuestro de cada día y de cada rato. El Margarito terminó su canción y comenzó a pasar un gorro mesa por mesa y todos le daban ''su gambita'', pasó por mi lado y también le di un par de gambas.    Los dos parroquianos del bar se marcharon y llegó otro al que no atendieron porque venía prácticamente cayéndose, pero se notó que lo conocían porque el viejo-viejo de mar le dijo en tono más cariñoso que enojado '' ya está bueno Caleuche, ándate pa' la casa, ándate a descansar''. El Caleuche sin oponer resistencia salió del lugar ayudado por otro que se paró a dejarlo en las afueras del recinto, sin discutir, sin pelear, sin oponer la más mínima resistencia.
 En ese momento pagué, dejé unas monedas en la mesa y me fui.
Y mientras cerraba la puerta a mi espalda, oí al Margarito comenzar otra de sus canciones...'' Mingañas mujeeeer.....con il mijor de los amiiiigos qui fue.....''                          F I N
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