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unamamacansada · 7 months
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Mi luto post cesárea
No lo había mencionado antes (creo), pero mi bebé nació prematur@. De 32 semanas exactamente. Tampoco lo había mencionado antes, pero esas 32 semanas de por sí, fueron un milagro. A mi me descubrieron una condición llamada "miomatosis intrauterina múltiple". Suena complicado, pero es básicamente tener el útero repleto de bolas formadas con la misma carne del útero. Entonces, en resumen, mi bebé convivió con estos miomas las 32 semanas que estuvo en el horno de mamá.
Dicho esto, creo que no fue sorpresa que haya nacido antes, es más, fue una advertencia que nos dio mi ginecóloga. "Deberías darte por bien servida con el hecho que estés embarazada, siquiera" me dijo en algún momento. Lo que sí fue sorpresa fue que casi nace en provincia, porque me dieron contracciones durante una cena romántica con mi esposo en nuestra última noche de vacaciones. Pero, esa es historia de otro post.
El tema es que por todo lo que comenté en el párrafo anterior, yo ya sabía que mi bebé iba a nacer por cesárea. Pero lo que no sabía era que nacería casi dos meses antes, entonces, no tuve tiempo de prepararme mentalmente para ese suceso. No para el nacimiento, sino para la despedida de mi panza.
Cuando mi hij@ nació, literalmente sentía que me l@ habían arrancado de mi cuerpo, sentía que me habían robado algo. Que me habían quitado un miembro, no sé, sentía como si me hubiesen amputado un brazo, una mano, una pierna. Una cesárea no es como lo que yo supongo es un parto natural, que es todo un proceso. El dolor mismo debe permitirle a la mamá ir procesando el hecho que "oye, estoy dando a luz". En una cesárea y peor una de emergencia, no existe ese proceso. OJO yo hablo por mí, quizás si alguien me lee que también haya pasado por una cesárea no comparta mi opinión, pero es lo que yo sentí. No tuve tiempo de despedirme de mi panza, de procesar el hecho que un día tenía a mi bebé dentro y al día siguiente ya no, de manera inesperada, agresiva, intrusiva. Una cesárea no es natural, por lo que su aceptación tampoco lo fue para mí.
Recuerdo que me la pasé como dos semanas llorando luego de mi operación (muchas veces, a escondidas en el baño o mientras me duchaba) y peor aún que mi hij@ tuvo que quedarse en UCI por su prematuridad, entonces, no tenía panza y no tenía bebé. Sólo tenía el dolor horrible de la operación y la hinchazón del cuerpo. Era una sensación insoportable para mi, me despertaba sobándome la barriga como si mi bebé todavía estuviera ahí. Pero cuando ya entraba en consciencia, me daba cuenta que obviamente ya no estaba. Fue muy duro y muy difícil pasar por ese luto postparto. Mi cerebro sabía qué era lo que había pasado, pero mi corazón aún no lo entendía.
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unamamacansada · 7 months
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Grupos de mamás en Facebook: una bendición maldita
La llegada de mi bebé me volvió ADICTA a las compras, a los tiktoks informativos, a las consultas en exceso (pobre mi pediatra) y a las lecturas, de esas que encuentras en Google.
Con decirles que la criatura tenía ropa y zapatos hasta los 6 meses desde que yo tenía 5 meses de embarazo #exageraditapuntocom.
También, sabía todos los secretos y trucos sobre la lactancia materna. Claro, también intenté todos, sobre todo, los que tenían que ver con producir más leche. Comí mucho chocolate, mucha avena, me tomé toda el agua de cacao del mundo. También, intenté crear yo solita una sobreproducción, para ser una vaca lechera, segun yo y poder armar mi banco de leche. Pero no lo logré. Sencillamente, el bichito de la constancia con el extractor nunca vivió en mí.
Hoy en día, se ha vuelto mi pasión leer sobre alimentación complementaria. UFFF. Me encanta hacer que el plato de comida de mi bebé sea bonito y, a la vez, nutritivo. Me encanta verl@ comer con sus manos, embarrad@ hasta las orejas porque me es sumamente satisfactorio ver que lo que le preparo, realmente le gusta. Y como bonus point a mi orgullo como #mamáobsesiva, hago toda la preparación el domingo y congelo, todo etiquetado, para toda la semana. Soy el Hitler de mi cocina, el Stalin de mi licuadora especial, el Kim Jong Un de los vasitos almacenadores.
Y, bueno, dentro de esta búsqueda de recetas y lecturas sobre alimentación complementaria, encontré grupos de mamás en Facebook que justamente comparten esto que yo quería leer y saber. Entonces, me uní a un par.
Ahora, me van a disculpar las mamás que me leen, sobre todo aquellas que son miembros activos en estos grupos, todas estamos locas. Sí, locas. Volviendo a nuestra esencia más primitiva, somos mujeres. Y SIEMPRE el peor enemigo de una mujer, es otra mujer. Nosotras, que deberíamos defendernos, alentarnos, motivarnos hacemos exactamente lo contrario. Nos criticamos, nos denigramos y hasta nos agredimos. Y lo admito, yo también he criticado, he denigrado y he agredido a otras mamás como yo, a otras mujeres como yo. Honestidad, ante todo.
Ya me imagino a quien me lee pensando. Oye, pero ¿Qué tiene que ver la esencia de la mujer con grupos sobre alimentación complementaria? TIENE MUCHO QUE VER. Estos grupos de Facebook son sólo otro aspecto de nuestra vida madre/mujer en el cual podemos competir contra otras mujeres. Nos sentimos poderosas con la búsqueda de la más "sabia" en la nutrición, quién es la más creativa para los platos, quién es la más dedicada, porque tiene al crío todo el día pegad@ a ella, quién es la mejor esposa, porque no sólo atiende al bebe, sino también al marido. Nos sentimos poderosas, las del pecho inflado, la de las tetas grandes, los ovarios bien puestos y la nariz respingada. Nos sentimos mamacitas y mamasotas.
Lo peor es que, estando dentro y luego de desenmascarar a los demonios escondidos detrás de buenos consejos y platos bonitos, seguimos ahí metidas. Sí. Decidimos, por voluntad propia, seguir rodando en el campo de batalla, cual gladiadoras voluntarias, desfilando felices hacia nuestra propia muerte.
Hay algo muy cierto sobre nosotras las mujeres y es algo que yo recién vine a entender teniendo a mi primer hij@. Nosotras somos como leonas agresivas y hambrientas. Pobre de aquel o aquella que haga algún comentario que no me guste sobre mi hij@, que se atreva a meterse contra mis instintos, contra mi conocimiento, contra mis formas, mis costumbres. Contra mi forma de alimentar, bañar, hacer jugar y hacer dormir a mi bebé. Como me arde cuando hay críticas disfrazadas de consejos y recomendaciones, cuando hay ese sentimiento de superioridad, disfrazado de un consejo de nutrición, de mamá a mamá.
Creo que, al final de cuentas, no importa cuánto consejo leas o recibas en este tipo de grupos. Normalmente, hablan mamás igual de inexpertas que uno, igual de desubicadas y probablemente, con las mismas fuentes de información que tú. Debo aprender a tomar estos consejos como inspiración y como un “bueno saberlo”, pero de ninguna manera como algo escrito en piedra. Malditos grupos, una bendición, al fin y al cabo.
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unamamacansada · 7 months
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La mamá de la mamá, algo que me hubiera gustado tener
Quiero aclarar algo. Daría la vida por mi mamá y si algún día me muero y tuviera que cruzar el Aqueronte para regresar y ayudarla, lo haría. Así de intenso es el amor que siento por ella.
Otra cosa es que no tengo ningún trauma ni he sido una niña maltratada por mi mamá. Jamás me ha pegado, ni siquiera de juego. Ella tenía un carácter de mierda, sí. Pero más allá de una ocasional gritada y una buena puteada, ya de adolescente, jamás pasó nada.
Sin embargo, varias cosas ocurrieron entre mi adolescencia y mi ahora adultez y maternidad que hicieron que mi mamá deje de ser mamá como tal y pase a ser más mi hija o mi protegida. Al menos, así lo siento. Uno de esos sucesos fue la muerte de mi papá. Luego de eso, RECIÉN me di cuenta del estado emocional y mental de mi madre. No lo había visto antes, porque mi papá entraba como muralla o como escudo protector, no permitiéndome ver el panorama completo. Por poner un ejemplo, ella ha llegado a desearme la muerte, a amenazarme con ella morir para ver si recién ahí la valoraba, entre otras cosas. No le guardo rencor por ello, entiendo que fue en un momento de loca depresión y la gente en estos estados dice idioteces como esa.
Entonces, ahora que hay un poco de contexto, sí me hubiera gustado contar con mi madre como la mamá de la mamá, esa que (cuenta la leyenda) está ahí al lado de la hija cuando recién se convierte en madre, que agarra su mano para apoyarla y consolarla en su agobio, que la ayuda a mantener la casa limpia porque la reciente operación de cesárea no la deja moverse por el dolor, que la ayuda a cuidar al nuevo bebé, permitiéndole a la nueva mamá dormir y descansar un poco, de ponerse hojas de col en las tetas adoloridas y de meterse al baño una hora a tratar de liberar el estreñimiento. Yo no tuve ni tengo eso. Con esto, no culpo a mi mamá de ser mala, pero sí la culpo de no poner de su parte. De rendirse a la primera, de huir cuando la situación genera tensión o algo de esfuerzo. La culpo de no actuar como mi mamá y de creer tanto en la búsqueda de la felicidad propia que a veces se olvida que esa búsqueda hace infelices a otros. La culpo de haberse preocupado más por cuántos días más iba a tener que cuidar a mi perrita antes de pensar en lo asustada que yo estuve esos días internada en la clínica a punto de perder a mi hij@ por amenaza de aborto. "Qué prioridades y egoísmo de mierda", recuerdo que pensaba. La culpo por apoyar sólo cuando a ella le conviene o le resulta fácil hacerlo, cuando este apoyo calza en su agenda. En fin.
A veces veo imágenes, leo textos o escucho historias de amigas cercanas que hablan acerca de cómo su madre estuvo ahí de manera incondicional, sin poner peros ni trabas y sólo me queda pensar "qué bien por ellas, qué lindo sería". No me siento identificada jamás con estos escritos.
Mi mamá, mi inestable mamá. La amo tanto, pero a veces es tan difícil hacerlo. Intento comprenderla, intento entenderla, intento aceptarla. Pero es difícil.
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unamamacansada · 7 months
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Una lloradita camino al trabajo
Con mi esposo, hemos decidido enseñarle a nuestr@ hij@ a dormir de manera independiente. Esto es, no arrullarl@ para dormir, sino, hacerl@ dormir directo en su cuna. Algo que JAMÁS hemos hecho y siempre hemos preferido que se duerma primero en brazos. Entonces, el resultado de este primer día fue: DRAMA DE MADRUGADA.
Debo confesar, que en todo este tiempo he sentido que mi paciencia ha alcanzado un nivel zen, que era incorruptible e inagotable. Ayer, me di cuenta que esto no era así. No sé si fue en la tercera o cuarta despertada que sólo quise hundir la cabeza en la tierra como avestruz y honestamente, me pareció muy atractiva la idea de dejar a mi hij@ en su cuna, cerrarle la puerta el cuarto, ponerme audífonos y hacer como si no existiera, para poder dormir. Eran las 3 de la mañana, no me juzguen.
En ese momento, mi cerebro traidor empezó a pensar: ¿Esto me hace una mala mamá? ¿Querer ignorar a mi hij@ porque no duermo de corrido desde hace casi 1 año haciendo que las ojeras ya no se me puedan hundir más del sueño y del cansancio?
Normalmente, trabajo desde casa (home office, gracias pandemia), pero hay dos días de la semana donde sí tengo que ir a la oficina y, para llegar, tengo que comerme todo el tráfico de la hora punta, casi 1 hora. Recuerdo que hoy salí de casa pensando en dar lo mejor de mí, sintiéndome mamá luchona, mamá que todo lo puede, mamá que aguanta.
Esta sensación desapareció en cuestión de cuadras y cuando menos me di cuenta, tenía los ojos hechos agüita y el corazón hecho puré. No solo por el cansancio ni por la frustración de no lograr dormir como antes lo hacía, despaturrada y despreocupada, sino por la tristeza de tener que dejar a mi hij@ encargad@ con alguien más, cuando debo ser yo quien logre acomodar su rutina, acompañar su sueño y agarrarle la manito cuando le den sus momentos de ansiedad por separación. Me da rabia no poder ser de esas mujeres que pueden darse el lujo de dejar de trabajar para dedicarse a criar a sus hijos, al menos un tiempo, porque en mi casa, mi sueldo es necesario. Sí, me da envidia.
Así que esos ojos hechos agüita se terminaron de inundar y aproveché esa hora de tráfico para llorar, para soltar, para mandar a la mierda al aire y para cantar las canciones más corta venas de mi playlist. Aún me queda el camino de regreso a casa más tarde, en hora pico, para darle otra lloradita más.
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unamamacansada · 7 months
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¿Por qué este blog?
Antes de responder la pregunta del título, dejo un par de datos míos que son súper importantes para entender el por qué de estos escritos: tengo 35 años de vida y menos de uno siendo mamá.
Me cuesta mucho tener tiempos de confidencia con amigos, o sea, no soy de contar mis cosas. Ni buenas, ni malas. Soy lo más lejano que hay a un libro abierto.
Y es curioso, porque cuando finalmente me abro, no conozco de filtros, sólo suelto las cosas tal y como las pienso. Y me zurro en lo que pensarán de mí. Lo que imagino es que si ya hablé, pues hablo bien (de los productores de si la cago, la cago bien).
Volviendo al tema de la maternidad, honestamente pienso que quien romantizó esta idea lo hizo por likes o por locura, porque de romántica no tiene nada. Es hermosa, sí. Es un amor indescriptible, sí. Pero también es dolorosa, agotadora, frustrante, desesperante y confusa. Es una dualidad entre amar profundamente a tus hijos y, a la vez, querer pasarlos por el wáter. Es querer tiempo para uno mismo, pero a la vez, no querer despegarte de ellos. Es querer tener ayuda para cuidarlos, pero a la vez, no querer encargárselos a nadie. Ser mamá te vuelve un perfecto perro del hortelano: no come, ni deja comer.
Creo que ya no es tan necesario aclarar de qué tratará este blog, pero sí quiero escribir sobre por qué quiero escribir sobre eso. La verdad, la idea nació luego de 1 mes de amanecidas en la madrugada y de llantos que hicieron que mis vecinos me escriban al Whatsapp preguntándome si todo estaba bien con mi hij@. Pero todo llegó al tope cuando mi cansancio hizo que le echara sal en lugar de edulcorante a mi café (con mi cafecito no te metas).
Luego de esto pensé: cómo puedo soltar mis sentimientos, mis pensamientos intrusivos y mis bloopers maternales sin necesidad de forzarme a tener tiempos de confidencia con nadie y sin riesgo de ser juzgada porque no aguanto nada estos días ¡UN BLOG ANÓNIMO!
Así que, aquí estoy. Dispuesta a soltar todo lo que me agobia acerca de la maternidad, cero filtros, tal y como se me vengan las ideas a la cabeza. La verdad, no importa si no me lee ni mi mamá. Estoy tomando este espacio como una terapia personal y si es que alguien lo lee genial y si es que alguien logra identificarse con mis escritos, pues genial también. Se agradece la fe.
Y, si eres del estilo de "cuál es el resumen", aquí está:
He creado este blog para desfogar, para compartir, para soltar, para cagarme de risa, para tener terapia gratis y, finalmente, porque logrando todo lo anterior, espero conservar la cordura y salud mental, al menos unos años más.
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