Tumgik
#tragasable
manaosdeuwu · 1 year
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[voz de pibe crónicamente en línea] lo que más me jode de que shipeen a luffy con law no es la diferencia de edad sino que law genuinamente no se lo fuma a luffy. lo respeta y unen fuerzas pero él se mataría antes de tener algo con luffy. es muy pendejo el luffardo en todos los sentidos
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chiquititamia · 23 days
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Make you feel better, parte 2
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Holaaaa, aquí les traigo la segunda parte de mi último fic, espero que les encante y me comenten qué cosas le gustan y qué cosas puedo mejorar. Gracias por leer!💕
+18
❤️‍🔥Por fin sucede
💞Enzo x fem!reader
⚠️Warnings: sexo menstrual, sexo sin protección, sexo oral, algo romántico también.
Make you feel better, pt.2
Tratabas de dominar tu respiración, los nervios te la estaban alborotando. Enzo estaba encima de ti, mirándote con esos ojos oscuros y profundos, su pelo negro enmarcándole el rostro.
-Tranquila, chiquita…
Soltaste una pequeña risa para intentar hacerle caso y darle a entender que deseabas esto tanto como él.
-Está bien si te toco? – preguntó con esa voz suya que era como chocolate negro derritiéndose y cayendo sobre tu piel. Asentiste sin quitarle la mirada de encima, pero, cuando su mano rozó tu cuello y fue bajando con la punta de los dedos hacia tus pechos, tuviste que cerrar los ojos. Su otro brazo le sostenía, apoyándose junto a tu cabeza y acariciando tu mejilla para intentar, de una vez, que estuvieses tranquila.
-Cómo no me llevás sujetador, nena? - provocó con media sonrisa de diablo.
-Me dolía…
-Ah, te dolía…-sonaba a falso reproche, a que te iba a enseñar porqué eso era una temeridad y estaba mal. Procedió a serpentear su mano por debajo de la vieja camiseta hasta llegar a tu pecho, el cual abarcó sin esfuerzo. Masajeó como si fuera un experto y lo tuviese todo bajo control, sin embargo, aunque lo ocultase mejor que tú, él también estaba nervioso, y sobre todo embelesado por lo que estaba pasando. Mientras pasaba el pulgar por encima de tu pezón, con cuidado de no hacerte daño, notabas como exhalaba su aliento caliente como fuego en tu cuello, indicativo que se estaba quemando por dentro tanto como tú. No era lo único, naturalmente, también podías sentir su erección, imposiblemente firme contra tu muslo, la cual hundió un poco más para su propio alivio y para hacerte saber cómo te deseaba. Eso provocó que gimieras en su oído.
Antes de que te dieras cuenta, Enzo se había desecho de tus shorts.
Un pensamiento cruzó tu mente como un rayo, ¿estarías sangrando? Aunque las molestias y el dolor habían comenzado, el sangrado no lo había hecho, según tus cálculos, lo más probable es que empezara mañana o esta noche, pero eras consciente de que no era una ciencia exacta. No podías aceptar la idea de que quizá manchases a Enzo, te morirías de la vergüenza y desearías que te tragase la tierra. Cuando éste deslizó tu ropa interior lentamente por tus piernas lograste echar un vistazo y comprobaste que no había restos de sangre, pero sí de toda tu excitación, lo cual él se tomó como un halago no verbal.
-Sigues teniendo cara de preocupada, chiquita… - dijo con una voz que te sonó aún más grave, pero como si casualmente no estuviera acariciando tu monte de venus.
-Es que no quiero mancharte, boludo-te reíste, al fin siendo tú misma con él.
-No sé con que clase de nenes has salido vos, pero a mí un poco de sangre no me asusta.
¿Es que acaso estaba dentro de tu cabeza para saber exactamente qué decir para prenderte aún más?
Tanteó con la punta de los dedos tu entrada, y la humedad que él había provocado en ti se adhería a su piel, pequeños hilos transparentes adornando sus dígitos. Poco a poco se introdujo en ti haciendo que te estremecieras y arquearas la espalda. Él resopló y te miró frunciendo el ceño.
-Ufff… qué apretada que estás, nena…-acercó su boca a tu oído provocando un nuevo vuelco en tu corazón- ¿Así me vas a apretar la pija?
Dios. DIOS. Un gemido que fue casi un grito escapó de tu garganta sin que tú pudieras (o quisieras) hacer nada por evitarlo. Hubieras jurado que cualquier pibe que te hablase sucio se hubiera ido de tu casa con una patada en el culo, pero joder, cómo te había prendido que Enzo dijera eso. De hecho, como si tu cuerpo quisiera darle la razón, tu interior se contrajo alrededor de sus dedos, provocando una risita maliciosa en él. Los movía con habilidad, dibujando el típico gesto de “ven aquí”, encontrando y masajeando un punto muy sensible de tu centro.
-Enzo…-gimoteaste.
- ¿Qué, nena? - contestó con la respiración agitada, notando, desde hace un rato como su líquido preseminal estaba formando una mancha húmeda en sus bóxers negros, su erección, pulsando dolorosamente.
Querías contestar, pero el placer te nublaba la capacidad de hablar, solo podías gemir y agarrarte con fuerza a su espalda, reparando en lo firme que era, y lo pequeña que parecías debajo de él. Le miraste a los ojos suplicante, queriendo comunicar tus deseos sólo con tu mirada.
-Ya sé, ya sé... – se apiadó él. Se apartó de ti con cuidado de retirar sus dígitos suavemente para no herirte. El vacío que dejaron te molestó intensamente, pero sabías que simplemente el aperitivo había terminado: ahora venía el plato fuerte.  Arrodillándose en tu cama comenzó a desabrocharse el cinturón. Iluminado solamente por tus tenues luces azules y la pantalla de tu televisión, la figura de Enzo era escultural: su cabello largo y oscuro, su torso definido y bronceado. Incluso el vello de sus axilas te pareció intensamente atractivo cuando alzó los brazos para sacarse la camiseta. Su aroma, su aroma parecía tener temperatura, emanaba calor, y un olor riquísimo a madera y café, a hombre.
Se bajó un poco el pantalón vaquero, y, aunque su intención era levantarse para desprenderse de él por completo, un instinto súbito tuyo se lo impidió. Te incorporaste y gateaste hasta que tu rostro quedó a la altura de su cintura. Acariciaste la tela de su bóxer, notando su dureza, cómo su anatomía estaba provocando que la prenda estuviese tirante. Cuando Enzo procesó lo que estabas a punto de hacer suspiró. Su caballerosidad no quería dejarte continuar, esta noche se trataba de ti, pero ¿cómo te iba a decir que no? Tu boquita debía sentirse como el cielo en la Tierra.
Apenas te tomaste un momento para admirar cómo su miembro se erguía ante ti, inflamado, expectante de tu atención. Lo tomaste con delicadeza en tu mano derecha e hiciste que entrase en tu boca, tus labios haciendo de cálida bienvenida para él, tratando de relajar la lengua para que pudieras acomodar su tamaño más fácilmente.
-Ay, sí…- gimió con voz ronca.
Sonreíste para ti misma, no era algo de lo que pudieras alardear en cualquier conversación, pero sabías que era algo que se te daba muy bien hacer.
Continuaste el movimiento de vaivén, utilizando tu saliva como lubricante, provocando una serie de sonidos que Enzo juraba que le iban a volver loco. Tenía su mano en tu mentón, sin sujetarlo, pero marcando la posición. Notaba como tu boca se llenaba y nunca se vaciaba del todo.
Su respiración, su pulso acelerándose, la forma en la que tensaba los abdominales, eran señales de que le costaría mucho aguantar si continuabas con ese ritmo.
-Basta – sacó su pija de tu boca sin previo aviso, y tú te quedaste con la cara que se le queda a un niño cuando le quitas su juguete favorito – tumbáte – ordenó.
Te dejaste caer sobre la pila de almohadas, que se desinflaron suavemente por tu peso.
No había ya lugar para miramientos o preámbulos, tenía que cogerte ya.
Enzo volvía estar encima de ti, pero esta vez frente a frente. Se mantenía en equilibrio, además de con sus piernas entre las tuyas, con su antebrazo sosteniéndole junto a tu cabeza. Su otro brazo, sin embargo, se perdía debajo de su abdomen, no podías verlo, pero pronto notaste cual era su cometido. Su mano estaba agarrando su propio miembro, pesado, duro, para posicionarlo en tu entrada, que no podía esperar para tragárselo. Sentías su sudor en tu piel, su calor, tus pulsaciones disparadas, la humedad que compartíais. Pero todas esas sensaciones se vieron ensordecidas por la más intensa que habías sentido probablemente en tu vida:
Enzo entrando en ti
Tus ojos y tu boca se abrieron como para sustituir el sonido que eras incapaz de generar.  Tu mirada se encontró con la suya. Él también tenía una expresión obscena, os mirabais incrédulos del placer que os estabais dando el uno al otro. ¿Porqué carajo no lo habíais hecho antes?
Tras un momento de adaptación, tú a su tamaño y él a tu estrechez, las embestidas se tornaron más rápidas y casi todo lo profundas que podían ser sin hacerte daño.
Enzo pareció leer tus preocupaciones (una vez más), y de forma inconsciente, las tomó como si fueran un papelito, las arrugó y las tiró lejos de ti.
-Dios, nena… -dijo con voz grave y entrecortada- ¿te gusta? ¿te alivia un poco…?
-Muchísimo, amor- Mierda. Eso se te había escapado, por mucho que estuvierais haciendo lo que estabais haciendo no debías haberlo llamado así.
-Me alegro, mi vida – al decir esto, besó tu mejilla con calidez, decidiste que su respiración era lo único que querías en tus pulmones.
¿Era posible que te sonrojaras aún más? Sí, era posible.
Habías conseguido entrelazar las piernas a su espalda, acercando más tu cadera a su cuerpo, haciendo que las estocadas fueran todavía más profundas. El movimiento cada vez era más errático, estaba golpeando tu punto más débil, la humedad que había provocado en ti estaba con seguridad creando una gran mancha en tus sábanas, escurriéndose por tus ingles y tus glúteos. Notaste fuego dentro, en tu bajo vientre y en el fondo que Enzo estaba tocando una y otra vez con su glande hinchado. No hacía falta que dijeras nada - tampoco es que pudieras- te aferraste a él con desesperación, como si no quisieras salir volando arrastrada por una corriente de viento brutal. Por instinto te encogiste, escondiendo la cara en su pecho.
-Dale, princesa, miráme cuando te venís- tomó tu cara en su mano y te obligó a encararle.
Como todo un experto eligió un ritmo y lo mantuvo para ayudarte a concentrarte en perseguir tu clímax, mientras tanto, agarró uno de tus pechos, estimulando tu pezón, añadiendo otro foco de placer a la ecuación.
-Vamos nena, dejate ir…-continuó animándote.
Tus labios dibujaron una ‘O’ que no se cerraba más, él miraba tus ojos y después tu boca, la cual se le antojaba la frutilla más dulce que había tenido el placer de devorar. Dios, como deseaba él acabar en esa lengua rosada.
Tu interior se contrajo exponencialmente, atrapándole y, a los gritos, te viniste agarrada a él, en el orgasmo más increíble de tu vida. Si había un cielo podías afirmar que lo habías tocado.
Enzo seguía haciéndote el amor, (por que ya no se podía decir que simplemente te estaba cogiendo), pero la sobreestimulación no te estaba incomodando, querías seguir sintiendo, y de hecho seguías sintiendo muchísimo placer.
-¡Dentro, Enzo!
-Nena, no voy a aguantar…- te miró con urgencia entre gemidos roncos- d-dime…dónde…
Te miró confundido. Estabas disfrutando malévolamente de su preocupación, omitiendo el pequeño detalle de que estabas en la píldora.
-¿Tomás la pastilla? -casi gruñó por el esfuerzo de aguantar su eyaculación.
Asentiste con sonrisa de diabla, divertida.
-¿Te lleno? ¿querés que te llene…? - su respiración cada vez más agitada, su voz, rota.   
En respuesta gemiste aún más alto, encontrando un momento para lamer su cuello, salado por el sudor, y terminar de volverle loco.
Un último quejido salió de su pecho y le obligó a cerrar los ojos con fuerza. Estaba derramándose por completo en tu interior. Jurabas notar los disparos blancos y ardientes inundando tu interior. El pulso bombeando alocadamente en su miembro había hecho que se sintiera todavía más ancho, arrebatando más lloriqueos desesperados de tu boca.
-Ufff… - resopló exhausto antes de unir su torso al tuyo y descansar encima de ti.
-Yo te tenía unas ganas inmensas, chiquita- confesó él por fin- Te quiero, ¿sabías? - remató, haciéndote sonreír inmensamente.
-No me lo puedo creer- te reíste peinando su pelo húmedo con tus dedos- ¿qué hemos hecho?
Le apartaste el cabello de la cara con dulzura para poder verle bien.
-Yo también a ti. - soltaste, sintiéndote ligera después de decirlo.
Una extraña nueva confianza se estaba apoderando de ti, Enzo te hacía sentir como la mujer más maravillosa, y con él en tus brazos, lo viste todo mucho más claro.
Parte 1
tags: @iamjustadoll @andyrubei @madame-fear @miskhalie @karylvsjuanii @koiibiito @quarzitos @voglatte @llorented @deepinsideyourbeing
(me he basado en mis reblogueos e interacciones para hacer la tag-list, diganme si quieren que les agregue o los borre de la misma ;))
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latinotiktok · 2 years
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admin sabías que en el resto de latinoamerica piensan que chabón quiere decir puto marica gay homosexual chupapija tragasable maracaibo trolo comehombres desviado bala mamita mariposa soplanucas? y todo porque el único contexto de la palabra que tienen es haberla escuchado en el tema de los sultanes pd: aguanten los sultanes
anon said te voy a decir todos los slurs homofóbicos que se me ocurran KJGHFJGHDF gracias por la info igual che
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neswina · 7 months
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Promt: 02 - “Don’t worry, I got you. / No te preocupes, estoy contigo.”
Fandom: Safir
Ship: AtFer (Ateş Gülsoy / Feraye Yilmaz)
Audiencia: E
TW: none
━━━━━━━━╰☆╮━━━━━━━━
Y llegó el día de la boda. El amanecer nublado dio paso a un cielo azul radiante, Feraye, que llegó tarde la noche anterior, se despertó con una sonrisa y lo primero que vio fue su vestido de boda y no pudo mirarlo más que con orgullo. Al final le iba a tener que dar las gracias a Yaman por romperle el vestido porque habían logrado hacer unas mejoras impresionantes. La capa iba a dejar sin habla a todo el mundo y seguro que se iban a llevar una matrícula de honor… O por lo menos aprobar la asignatura. Su madrastra rompió el encanto de la mañana.
—¿Dónde estuviste anoche? No me mientas. —Cemile se acercó a ella con el dedo acusador. —En ningún sitio que te interese mamá Cemile. —¿No querrás un escándalo? No… ¿No habrás ido a ver a Yaman? ¿Verdad? —No cabía más rabia dentro de esa señora. —Tranquila, estuve con mi prometido. Hace días que no se de él y espero no saber nunca nada más. Ahora si me disculpas tengo que prepararme para mi boda.
Según acabó de hablar entró en la habitación su cuñada, cantando y bailando haciendo que Cemile se fuera más enfadada de la habitación.
—¿Qué quería Cemile? —Cogió a Feraye de las manos e intentó que bailara con ella. —Molestar, como siempre. ¿Y tú por qué estás tan contenta? —Porque te casas ¡¡te-ca-sas!! ¡Alégrate! —Lo estoy, lo estoy. Pero también hay muchas cosas que hacer, vamos Nesrin hay que preparar las cosas. —No, tu solo tienes que dejarte hacer. Órdenes del señor Ömer Gülsoy, hoy eres oficialmente la novia de esta casa. Vas a ser una Gülsoy, así que relájate y arréglate que en breves llegarán tus amigas y empezaréis a prepararos para dar el sí. Ay, que ilusión.
Nesrin se fue bailando y cantando de alegría. Una alegría que no terminaba de sentir Feraye, empezaba a pensar que quizá no era una buena idea todo aquello de la boda cuando se fijó en el anillo azul que llevaba y sintió calidez. La noche anterior había sido especial, una noche tranquila y donde conoció un poco mejor a su prometido, bueno, más bien él a ella ya que Ateş se dedicó a preguntarle muchas cosas y a dejarle claro otras.
—Entonces te gustaría dedicarte a la moda una vez termines la carrera, ¿no? —Ateş le dio un mordisco a su kebab. —Sí pero no sé qué especialidad escoger no se si tirar por diseño puro o quizá algo de gestión. No estoy segura de nada, como puedes comprobar. —Me tendrás que enseñar tus dibujos, tengo curiosidad por ver el tipo de ropa que te gusta diseñar. —Eso es fácil. —Feraye se levantó de la mesa y se fue hacia una mesa que había en el lateral del taller, cogió un portafolios de tamaño A3 y al volver se lo pasó a Ateş —. Aquí están la mayoría de mis diseños. —¡Oh! Veo que te gusta el pret a porter y las líneas suaves y sencillas… —El chico iba pasando los bocetos y dibujos terminados—. ¡Mira! ¿También diseñas joyas? —Sí, es una de las ramas de mi carrera. Los complementos son algo fácil de diseñar, pero muy difíciles de llevar a cabo. Con la ropa es más fácil. —Son muy buenos estos diseños, me gusta especialmente este collar. —Está inspirado en mi madre. Es una cadena de plata que remata con una flor hecha de brillantes y un topacio en el centro. Era el color de ojos de mi madre y su piedra favorita. —Es una pieza digna de hacerse realidad. —Eso será difícil de realizar. —Yo no lo creo así. —Ateş se fijó en otro de los bocetos—. ¿Y esto?
Eran varios bocetos de un traje para hombre: un traje de verano, un abrigo de paño negro y una camisa blanca sencilla.
—Iban a ser un regalo. —dijo con voz apagada. —Para Yaman, entiendo. —Vio como Feraye asentía e intentaba que la tierra se la tragase—. ¿Cuándo empezó vuestra relación? —Hace varios años. Estuvimos tonteando desde críos, pero creo que Yaman se me acercó de verdad cuando te fuiste a Estados Unidos, más o menos. —Mírale, como aprovechó que yo no estuviera. —Ateş sonrió cómplice y animó a Feraye a que continuara. —Todo iba estupendamente, hasta que dejó de ir. Todavía no entiendo cómo pudo engañarme tanto tiempo. Y sobre todo si quería a Aleyna ¿por qué estaba conmigo? —Feraye se tapó la cara con las manos frustrada—. Perdona, no… —No te preocupes. Entiendo que el amor a veces es impredecible, pero no creo que mi hermano sea un hombre que juegue con dos mujeres. Pero de momento solo tenemos los hechos que son que se ha casado con Aleyna y está en modo perro del hortelano. —¿Cómo qué? —Como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer…
Hubo un momento de silencio como si ambos estuvieran asimilando esa frase. Hasta que Feraye volvió a hablar.
—Oye, ahora que estamos hablando con sinceridad… ¿No te importa que Yaman no sepa que voy a tener un hijo suyo? —Ahora mismo no. Lo primero es que tú estés bien luego ya nos preocuparemos de lo demás. —Pero es tu hermano. —Feraye esperaba una reprimenda y, de verdad, se sentía aliviada pero no dejaba de chocarle que no tuviera un mínimo enfado. —Al final da igual si es mi hermano o un desconocido. Es tu decisión, además yo estuve en el momento en el que te enteraste y sé por todo lo que has pasado hasta ahora. Repito es tu decisión decírselo o no. Nadie más puede decirte lo contrario… Aunque los dos sabemos que a la larga es mejor decírselo, pero dejemos esta decisión para más adelante.
Ateş cerró la conversación al ver la hora y llevó a la novia de vuelta a casa. El sonido del teléfono devolvió a la realidad a la muchacha, ya era hora de ponerse en marcha sus amigas la estaban esperando.
El resto del día pasó como un suspiro entre peluquería, amigas festejando, flautas y tambores sonando e invitados llegando a la mansión Gülsoy para el gran día.
A los novios les hubiera gustado algo más discreto, pero se casaba el hijo mayor de la familia y debía celebrarse con propiedad y como manda la tradición, así que no pudieron hacer nada sobre eso. Ateş llevaba todo el día pendiente de los preparativos mientras el abuelo había protestado porque eso era cosas de mujeres que él no se tendría que preocupar de nada, pero la verdad es que Ateş quería tener vigilado todo, no quería dejar nada al azar. Concretamente que ni Cemile, ni su madre y ni Yaman hicieran nada antes y durante la boda. Dudaba de que Cemile hiciera algo antes, pero ¿durante? Había bastantes posibilidades. Esa mujer no sabe estar callada y tampoco cual es su sitio. Por otra parte, su madre estaba en modo plañidera, sabe que trama algo, pero quizá lo deje para después de la boda.
Yaman era la incógnita. No le había visto mucho estos días poque no había estado en casa y no sabe de sus movimientos, pero creyó verlo la noche anterior cuando salieron del taller. Solo esperaba que no apareciera en la boda o que, si lo hacía, que por lo menos se comportase. Por el bien de su familia.
Todo estaba dispuesto la gente estaba en su sitio esperando a los novios, los testigos estaban sentados en la primera fila esperando su turno, por parte de la novia sería Hazal y por parte del novio Okan, quien se estaba alegre por ser el testigo, pero a la vez sentía todo el desasosiego del mundo porque se consideraba un traidor al haber aceptado la petición de su hermano mayor. Yaman no le hablaría en la vida.
Ateş estaba esperando en la puerta de la habitación donde estaba cambiándose Feraye para ir juntos al altar. Picó en la puerta con suavidad.
—Adelante!! —La voz de Hazal se oía amortiguada por la puerta cerrada. —Hola, ya es la hora. —Ateş entró despacio a la habitación temiendo molestar. —Ya está lista. La novia está perfecta y nosotras nos vamos. Venga chicas, dejémosles y vamos a nuestros puestos.
Hazal se llevó a Damla y a Nesrim dejando a los futuros esposos juntos.
—Estás preciosa. —la voz de ates Ateş sonaba con admiración—. Muy hermosa. —Gracias, tú también estas muy guapo. —Feraye acarició la flor que llevaba en la solapa del traje—. Un lirio. —Para ir a juego. —el chico acarició el anillo que llevaba Feraye como muestra de su compromiso— ¿Lista? —Vamos allá.
Salieron de la habitación y se encaminaron al altar, Feraye estaba temblando como una hoja. Ateş se dio cuenta y le susurró:
—No te preocupes, estoy contigo.
No surtió mucho efecto, pero sí le dio ánimos, sabía que podía contar con él y que no pasaría nada.
La boda transcurrió como estaba previsto, justo antes de que se dieran el sí quiero, Yaman llegó de una manera discreta, pero tanto Feraye como Ateş lo vieron perfectamente.
—¿Feraye Yilmaz, quieres a este hombre como marido sin presiones y por voluntad? —¡Sí! —¿Ateş Gülsoy, quieres a esta mujer como mujer sin presiones y por voluntad? —¡Sí!
Una vez ya marido y mujer, el juez entrega el libro de familia a la novia y él le da un beso en la frente a su esposa. Uno lleno de promesas y de tranquilidad. Feraye lo abraza fuerte y Ateş hace lo mismo, no dura mucho porque los testigos también quieren abrazos y celebrar con la pareja de recién casados.
La cena transcurrió como cabía esperar, Ömer Gülsoy orgulloso de su nieto pavoneándose y recibiendo halagos de los invitados, Gülfem haciendo como que está contenta con lo que pasa pero disimulando regular, Okan centrado en la comida, Yaman y su mujer sin dirigirse a penas la palabra miraban con odio hacia la mesa donde estaban los novios. En cambio, la familia Yilmaz estaba orgullosa de Feraye, su padre estaba contento porque se casaba con un buen hombre, sin embargo, su hermano estaba contento pero porque esperaba que esa boda le beneficiase, su mujer, Nesrim, estaba orgullosa de su cuñada y rezaba por que fuera feliz. La única nota discordante era Cemile, que rezaba porque a la novia le cayese un rayo ahí mismo en vez de disfrutar de la velada porque pensaba que le había robado el momento que pertenecía a su hija.
Llego el momento del baile, Ateş y Feraye lo abrieron bailando una canción latina que ella reconoció.
—Es la canción de “Encanto”, ¿no? —Estaba sorprendida, no se esperaba esa canción en su boda. —Sí, “dos oruguitas”, creo que nos pega. Habla de un futuro incierto pero lleno de esperanza y de construir nuestro futuro. Juntos contra las adversidades. —¿Tan mal lo ves? —Echó un vistazo por encima del hombro de su marido. —Digamos que fácil no va a ser. Pero bueno, por lo pronto centrémonos en bailar y en nuestra luna de miel. —¿Luna de miel? —Feraye se separó de él para mirarle a la cara— ¿Cuándo? —En cuanto termine la fiesta. Sorpresa. —Ateş sonrió divertido—. Creo que te va a gustar. —¿Lo sabe alguien? —Hazal me ha ayudado un poco. —Traicionada por mi mejor amiga. —Feraye sonrió—. Y ¿a dónde vamos? —Eso también es una sorpresa. Te enterarás en el aeropuerto. —Hizo que Feraye diera una vuelta y el vestido desprendió sutiles destellos—. El vestido es toda una obra de arte. —Gracias a ti. —No. El trabajo lo hicisteis vosotras, yo solo os di un espacio para trabajar. Sin mano de obra no hay trabajo.
Bailaron un poco más hasta que amigos y familiares los reclamaron, llegó un punto en el cual no sabían dónde estaban el uno y el otro y con quien bailaban. Hasta que a Feraye se le paró el corazón porque Yaman le cogió la mano y se puso a bailar con ella.
—Yaman, ¿qué haces? —Bailar con mi cuñada o ¿tampoco puedo? —Yaman llevaba un par de copas de más, se notaba porque el flequillo empezaba a bajársele. —No deberías acercarte a mí. Por favor. —¿Qué tiene él que no tenga yo? —Soltería. No estaba casado. Para empezar. Y desde que hemos empezado a estar juntos no nos hemos escondido ninguna sola vez. —Excepto cuando estabas conmigo. —Incluso ahí no me escondía. —Feraye clavó otro clavo en el ataud de su amor a Yaman con esa mentira.
Ateş observaba todo desde la mesa donde estaba con su abuelo, cogió el teléfono, hizo una llamada y acto seguido se encaminó hacia donde estaba su esposa.
—Amor, ven, nos vamos. —Cogió con cariño de la mano a Feraye. —¿Ya? —La chica suspiró aliviada. —Hermano, ¿no me dejarás bailar con mi cuñada hasta que termine la canción? —No, Yaman. Nos tenemos que ir. Nos esperan.
Salieron de allí como una exhalación, directos al aeropuerto. O eso creía Feraye.
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theshiki · 1 year
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Fanfic Sasunaru day
“Como hacer que dos tontos se confiesen”. Autora: OokiraoO. Three shot. AU. Romance. Escolar. SN day
Resumen:
En ese momento lo único que deseaba era que la tierra lo tragase o poder hacer que el tiempo retrocediera para así evitar la mayor vergüenza de su vida. No le hubiera importado que hubiese sido Sai el que le hubiera visto así, unos días de continuas bromas podía soportar, o incluso Gaara, su pelirrojo amigo habría mantenido el secreto sin hacer ningún comentario al respecto; pero Sasuke… eso era otra cosa.
Amor yaoi: https://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=57403&chapter=1
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nanalehnsherr · 1 year
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Atenea (Diosa Griega)
Atenea es la diosa de la sabiduría, la estrategia y la justicia. Fue considerada la deidad protectora de la ciudad de Atenas.
En el panteón olímpico Atenea aparece como la hija favorita de Zeus, nacida de su frente ya completamente armada después de que se tragase a su madre, Metis.
En un mito posterior, Medusa, quien a diferencia de sus dos hermanas gorgonas era imaginada por los griegos clásicos del siglo v mortal y extremadamente bella, fue violada por Poseidón en un templo de Atenea. Tras descubrir la profanación en su templo, la diosa transformó a Medusa para parecerse a sus hermanas como castigo. Su pelo se transformó en serpientes y tenía el poder de petrificar con la mirada.
Cuando Perseo decapitó a Medusa, sus hermanas Esteno y Euríale lloraron su muerte con lastimeros sonidos emitidos por las bocas de las serpientes que poblaban sus cabezas, y se decía que Atenea imitó tales sonidos con un junco, inventando así la flauta. Y en su escudo utiliza la cabeza de Medusa para su protección.
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Autor: Valeria C.
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trabandovidas · 4 months
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Ok ya que estamos (porque seguía en la misma(?)
Ustedes siguen asociando "tragasables" como un insulto para las personas (hombres) gays?
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terrytiger · 4 months
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Jonah 1:17  Now the Lord had prepared a great fish to swallow up Jonah. And Jonah was in the belly of the fish three days and three nights.
Jonas 1:17  Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.
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margiralt · 7 months
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EL segundo golpe. (CUENTO)
El golpe fue fuerte. Quedó un rato tendido en el suelo. No había nadie en derredor y por tanto pudo tomarse en tiempo de registrar ese intervalo entre la oscuridad del impacto en plena frente, y la lucidez que iba tomando forma.
Las cosas volvían a ser las misma: su casa, enfrente de la plaza, al otro lado del lugar en que yacía cara al cielo, la garita donde ya no vigilaba nadie, pero servía de refugio a unos cuantos chimangos.
La siesta se notaba en el pueblo mortecino.
Ni un alma para registrar que Cristian había caído en la fosa del taller mecánico de Angel.
A duras penas pudo levantarse, y subir la escalerilla, sintiendo un intenso dolor en la rodilla derecha.
Se palpó la reglamentaria, como era su costumbre. Allí estaba.
Finalmente logró salir de esa especie de tumba cuando escuchó una voz. No lograba saber qué decía.
Miró para atrás y vio a una mujer del pueblo hacerle una seña. Parecía querer advertirle algo. La saludó con un gesto y se dirigió a su vivienda. Mejor pasar por allí y pegarse una ducha. No estaba para chusmeríos de barrio.
Lentamente, arrastrando la pierna, se fue dando cuenta de que no se acordaba cómo había ido a parar a esa fosa. No lograba reconstruir que estaba haciendo en el lugar.
Solo recordaba que había salido para su trabajo en la Comisaría cómo todos los días.
Caminaba y sentía algo dulzón deslizarse por su boca, como si tragase sangre.
Era posible. Después de todo, se había dado un importante golpe en la cabeza. Sentía su sien derecha hinchada, y su pierna con un dolor que no cesaba.
Hacía calor. Evidentemente el verano estaba en ciernes.
La puerta de su casa estaba semi abierta. Lucía siempre la dejaba así, para que entrase el gato.
¿que hora sería? había perdido la nocion de ello.
Se iba a sorprender su mujercita de su aspecto tenebroso. Pero al menos estaba vivo.
Manoteó la puerta y el segundo golpe del día le pegó en le pecho.
Sin más, sacó el arma y descerrajó dos tiros. Los cuerpos que vio en ante sí estaban aún apretados, abrazados ya para toda la vida.
Esta vez no hubo transición. Solo el acto frío y mecánico de poner el arma en su lugar, y limpiarse la frente sudada, con su pañuelo.
No entendía ahora tampoco adonde iría.
Cerró la puerta y se dirigió sin pensar nada, con la cabeza vacía hacia el destacamento esta vez.
El segundo golpe del día. No recordaba nada, más que el color rojo de un almohadón- Luego, con el tiempo, pudo recontruir que en él apoyaba sus rodillas Lucía mientras se abrazaba al mozo del patrón Lopez, a las piernas erguidas de éste.
Ninguno de los futuros fiambres llegaron a verlo. Parecían en otro mundo....
, y la música que repetía ..."AVANTI MOROCHA...."
En su actividad no era raro tener que habérselas con situaciones inesperadas.
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manaosdeuwu · 1 year
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they are thee Putos of popular shonen
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entrehojas2023 · 9 months
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Lo innombrable
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Poco a poco, van desapareciendo chicos de la localidad. Uno a uno, regresan taciturnos, deprimidos y violentos. Ninguno de ellos quiere explicar qué les ha pasado y, así, lo que les ha sucedido se convierte en fuente de rumores. Además, las acusaciones acerca de quién es el culpable corren como la pólvora, destapando secretos que nunca debieran haber visto la luz. A medida que pasan los días y Cassie empieza a atar cabos, también comprenderá que algo horrible está sucediendo a su alrededor. Pero para descubrir la brutal verdad que sucede fuera de su casa, antes deberá enfrentarse a la perversa realidad dentro de ella. "El olor aterrador de aquel sótano de tierra vivía dentro de mí. La mayor parte del tiempo se quedaba en un rincón apartado de mi cerebro, pero en cuanto pensaba en Lilydale, se escapaba y me ahogaba. Se trataba de un hedor a cueva, el asfixiante pestazo de un monstruo somnoliento que era todo boca y hambre. Tenía frascos de vidrio en lugar de dientes, un hilo solitario colgando de una bombilla era su úvula. Esperaba plácido, eternamente, a que algún niño del pueblo bajase por la escalera que era su columna vertebral. Palpábamos a ciegas en busca de su hilo uvular. Lo rozábamos con los dedos. ¡Luz! El alivio eran chucherías y sol y dólares de plata y la última buena sensación antes de que la bestia nos tragase y se pasara los siguientes mil años digiriéndonos. Pero eso no era real. Me han dicho que mi imaginación es prodigiosa. El monstruo no era el sótano. Sino el hombre. Y no era pasivo. Sino que cazaba. No había vuelto a Lilydale desde aquella tarde. La policía y después mi madre me preguntaron si quería coger algo de mi habitación, y yo dije que no. Tenía trece años, no era idiota, aunque bastante gente piense que ambos conceptos son sinónimos. Ahora que su funeral me había convocado de nuevo a casa, el hedor a bodega regresó con mayor intensidad, con ansia de venganza, aferrándose como un anzuelo bien hondo en mi cara, donde la nariz colinda con el cerebro. El olor incluso se coló en mis sueños, convenciéndome de que estaba atrapada de nuevo en aquel sótano de tierra de cementerio. Me agitaba y gritaba, despertaba a mi marido. Él me abrazaba. Conocía la historia. Al menos eso creía. La había hecho pública en mi primera novela, la había compartido en la gira de presentación del libro. Sin embargo, nunca había mencionado el collar a nadie, ni siquiera a Noah. Quizá ese detalle me pareciera demasiado valioso. O tal vez me hiciera parecer imbécil. Cerraba los ojos y lo rememoraba. La cadena parecería demasiado pesada según los estándares actuales, pero era la última moda en 1983; estaba fabricada con oro, el mismo material del avión que colgaba de ella. Yo creía que aquel colgante era mi billete de ida para escapar de Lilydale. No de forma literal, sabía que no podía subirme en él y volar, no era una pardilla, como decíamos por aquel entonces. Pero el chico que llevaba el colgante, Gabriel, tenía toda la pinta de que iba a cambiarlo todo. Y en realidad así fue." Read the full article
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vanezzky · 9 months
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Owned by Sánchez [Rick Sánchez x Reader/OC] Capítulo 19 : No debía pasar.
Diciembre de 2008.
La rehabilitación había sido algo dura, no mucho, no me podía quejar de la suerte que había tenido. Si Nicate hubiera tenido más puntería ahora estaría muerta. Por lo que profundamente agradecía al destino, o a dios, o a Rick, que la herida no hubiera sido tan grave y se hubiese curado en tan solo 3 semanas.
Durante ese tiempo Rick estuvo preocupadamente atento a mí, y a mis sentimientos. Él había pasado la mayor parte de los días conmigo, me sentía tan mal por su familia. Pensé desde el pellejo de Beth, tenía que ser duro ver como tu padre, después de tantos años, pasa más tiempo con la vecina que contigo. De todos modos intenté que no supiera que Rick estaba conmigo en ese tiempo, siempre me inventaba excusas absurdas. Así que debido a la poca credibilidad de esos cuentos y a lo descuidado que había sido Rick al respecto, habían surgido varios encuentros en los que casi me pillaba ella o algún miembro de su familia en una situación comprometedora con Rick. La primera de todas fue Jerry, como siempre metiendo las narices en todos los asuntos.
-Quedate esta noche...- Exigió Rick mientras paseaba sus manos por mi espalda, estaba sentado en su taburete y yo estaba de pie entre sus rodillas, dejándome por encima de él. Le abrazaba con mis brazos alrededor de su cuello, cargando parte de mi peso en él, una posición cómoda debido a mi lesión.
-No sé... Me quedé ayer, no creo qu- No acabé la frase, ya que la puerta del garaje se abrió de golpe y Jerry saltó adentro para encontrarnos de esa forma, y como Rick estaba tan conmocionado como yo no me quedó otra que improvisar.
Gracias a la Kat de 16 años por esas clases de teatro a las que asistí en la secundaria.
-No creo que vuelva a la normalidad Rick...- Dije mientras hundía mi cabeza en su cuello y lo abrazaba fuerte, empecé a llorar, bueno, a fingir que lloraba. Solo un tonto se tragaría eso, pero para mi suerte Jerry no era una persona muy lista. Así que se creyó mi llanto y vino junto con su suegro a consolarme. Menos mal que no me reí, hubiera sido fatal.
-No te preocupes Kat, seguro que vuelves a moverte igual de cómodamente que antes. - Había sido una de las frases que pronunció el castaño antes de que me fuera, aparentemente muy triste, a mi casa. Esa vez me había funcionado el drama, pero la siguiente...
La familia Smith había invitado a la madre de Jerry, Joyce, a pasar un fin de semana con ellos, así podría ver a los niños.
Quiero enfatizar que yo NO sabía absolutamente nada de este suceso, si lo hubiera sabido no hubiese pasado nada tan vergonzoso.
Por lo que Beth me había contado su suegra era una mujer muy inteligente y encantadora. Lo que generó que se llevase raramente bien con Rick, que le tenía algo de asco por estar relacionada con el hombre que según él le había arruinado la vida a su hija. Pero aún con esa observación se trataban con respeto. Ese mismo día Joyce tomó la horrible decisión de entrar a saludar a la habitación de Rick, y dio la casualidad de que su cuarto no tenía armarios en los que me pudiera esconder. Tampoco podría disimular, estaba desnuda y no encontraba mi ropa, iba coja así que saltar por la ventana no era una opción. Y Rick parecía no encontrar tampoco su pistola de portales. Un desastre total que nos hizo entrar en desesperación.
-E-espera un momento...- Gritó Rick mientras me tiraba su camiseta para que me la pusiera, al menos no estaba completamente desnuda.
-Es un minuto Rick, es solo para preguntarte si has visto las llaves del...- A mitad de esa frase, abrió la puerta de golpe. Nos quedamos congelados. Me había dado tiempo para ponerme la camiseta, pero no llevaba nada debajo y Rick estaba en calzoncillos. Quería que la tierra me tragase y me escupiese en un volcán.
-Uhm si estás ocupado puedo volver luego... Y-yo, lo siento.- Joyce se fue rápidamente cerrando la puerta de golpe. Fue un alivio antes de que el tren de carga de mi ansiedad chocase contra mí, cuando me di cuenta de que probablemente iría a contárselo a la familia. Oh no.
Rick pensó lo mismo que yo, e inmediatamente se vistió mientras me tiraba mi ropa para que hiciera lo mismo, teníamos que llegar a ellos antes que el chisme. Él fue el más rápido en hacerlo, lo observé desde atrás, ya que me costaba correr para alcanzarle. Entramos en la cocina donde se encontraba Beth haciendo el desayuno y Joyce bebiendo un vaso de agua con la mirada perdida.
-¿Kat? ¿Qué haces aquí? ¿Necesitas algo?- Dijo la rubia preocupada, ya que después de mi accidente había temido sobre mi salud, y al pasar más tiempo con su padre me había distanciado de ella.
-Y-yo... Y-yo...- No sabía que decir, no tenía excusa y mi cerebro adormecido por los calmantes no generaba ninguna justificación.
-Empeoró su dolor ayer por la n-noche así que... Así que ha dormido aquí, para s-si era necesario llevarla al hospital p-pudiese hacerlo.- Me salvo de la situación Rick. Pero la misma inteligencia con la que había razonado eso, había dotado a su hija. Así que esta cuestionó con una expresión confusa.
-¿Ha dormido contigo?- Su tono parecía disgustado.- ¿Por qué no me llamasteis? Podría haber ayudado...- Le intenté decir que no quería molestarla porque trabajaba al día siguiente, y estaba muy ocupada, pero yo conocía a Beth el suficiente tiempo como para saber que no se lo creía.
-No era necesario cariño, ¿P-por q-qué no haces pancakes para el desayuno? Me encantan como los haces, me recuerdan a tu madre.- Si bien me alegraba que se cambiase de tema rodé los ojos ante la manipulación que usaba Rick constantemente en su hija, aprovechándose de su difunta madre para hacerla ceder ante él y seguir consintiéndole todo lo que hiciese. Pero como me beneficiaba decidí callar.
Beth había asentido antes de irse a despertar a los niños en la planta de arriba. Aprovechamos ese momento para intentar comprar de alguna manera el silencio de la madre de Jerry.
-Escucha Joyce , l-lo que viste no es lo q-que parece. E-ella realmente estaba enferma.- Se justificó intentando que la mujer mayor comprendiese.
-Rick, no me molesta que te acuestes con la amiga de tu hija. Pero no te creas que soy idiota, tú y yo tenemos casi la misma edad.-
-Señora, Rick solo me estaba ayudando, no hay nada...- Intenté meterme en la conversación, nerviosa porque no solo nos había pillado sino que sabía exactamente lo que había pasado.
-Claro, te estaba ayudando a quitarte la ropa. Por favor niña, mentir es pecado. Una sola cosa. ¿Cuántos años tienes?- Parecía menos traumada que cuando abrió la puerta, se podría decir que tenía incluso curiosidad.
-Tengo 26 señora. Pero...- No pude mirarle a los ojos cuando lo dije. Me estaba empezando a encontrar mal.
-WOW, no pensaba que el viejo Rick estuviese tan en forma. - Se rio y miró la expresión confusa de Rick. Ninguno de los dos lo entendíamos nada. Luego explicó que ella estaba teniendo ¿Una especie de aventura? ¿Era un poliamor con su marido? No quería indagar más en el tema, pero nos lo dejó saber para dar a entender que era una persona de mente abierta, también nos dijo que no diría nada. Quise creerla y me tranquilicé un poco, pero seguía alterada.
-Será mejor que me vaya a casa...- Dije entrecortadamente, Rick se ofreció a acompañarme y nos despedimos de Joyce.
Había sido un trago intenso, así que antes de despedirnos con un beso en mi puerta me explicó que deberíamos tener más cuidado, ya que no quería que nadie más de nuestro entorno se enterase. Habíamos llevado ese modus operandi hasta el día en el que explotó la burbuja.
Unos días después, nos encontrabamos discutiendo sobre estas medidas que implantaba Rick para que su familia no nos descubriera.
-Dime la verdad. ¿Te avergüenzas de mí?- Le pregunté un día en el que había estado especialmente cansada y triste.
-¿Por qué me avergonzaría de ti? N-no empieces con tus tonterías...- Dijo desinteresado y sin quitar la vista del mecanismo al que le estaba ajustando los cables en su mesa de trabajo.
-No son tonterías, me estoy empezando a cansar de esto...- Estás palabras le hicieron darme algo de atención, pero no estaba muy preocupado por lo que le estaba diciendo. Aun así respondió.
-Escucha, pensé que eras más madura que esto. Te dejé claro que no podemos dejar que los demás s-sepan lo nuestro. Te involucraría en m-mi vida a un nivel que no quiero...- Sus palabras calaron en mí como un cuchillo perforando mi corazón. Desde mi accidente habíamos estado más tiempo juntos, y por alguna razón sentía que realmente estábamos formando una relación estable. Luego discutíamos y me hacía sentir como si no importase absolutamente nada en su universo. Para él, era como sus pastillas o sus drogas. Algo con lo que se lo pasaba bien pero podría prescindir.
-¿Entonces me das la razón? No me quieres en tu vida. Me siento un pasatiempo. Me llamas cuando quieres y siempre estoy para ti. Pero cuando yo te quiero para mí nunca estas.- Reproché todos sus comportamientos que me hacían daño. Y la pena que tanto me había guardado.
-No est-toy porque no soy de nadie. Rick Sánchez no va a ser t-tu novio pegajoso. Y cada vez que te lo repito hace que m-me canse yo de la situación.- Se levantó y caminó hacia mí para posar sus manos en mis hombros. Su agarre no era fuerte, simplemente dejó descansar sus manos en mí.
-¿¡Entonces mentiste?!- Alzó una ceja hacia mí, como preguntando a qué me refería. -¿Por qué me dijiste que me amabas?- Mi tono sonaba tanto triste como enfadado. Me alejé de él pegando un manotazo a sus brazos. Las lágrimas amenazaban con llover de mis ojos.
-Oh my god Kat, ¡Si hubiera sabido que ibas a ser una molestia no te lo hubiese dicho! ¿Q-qué querías q-que dijese? Casi mueres, y-yo... y-yo...- Alzó su tono de voz en contra de mí y se enfureció aún más cuando me vio llorar e intentar explicarle que esperaba que eso no fueran simples palabras vacías. Que cuando me dijo que me amaba pensé que las cosas realmente iban a cambiar entre nosotros. Cuando me confesó que todo lo malo que me había hecho estas semanas estaba impulsado por el miedo que tenía a que yo acabase como Diane se me revolvió el corazón. Estas semanas habían formado en mí algo de lo que difícilmente podría olvidarme y era el sentimiento de estar de nuevo en una relación con Rick Sánchez. Pensé que tendríamos una relación medianamente normal a partir de ahí.
-¡Pues te equivocaste! Quitate de mi vista por dios, no quiero lidiar con esto.- Dijo mientras se acercaba a la puerta para abrirla y casi echarme, seguía gritando. Sabía por qué me alejaba de él, sabía que tenía miedo de amar por su pasado y que eso le hacía daño. Pero a mí también me dañaba. A Rick le cegaba la ira al nivel de que el motivo principal de la discusión era ignorado por él mismo. Ya que le importó bien poco si la familia oía nuestra pelea.
-Llamame cuando dejes de mentir y estés preparado para ser un hombre. ¡Y cuando dejes descansar a tu mujer en paz!- Fue cobarde de mi parte decirle eso, fue cobarde irme corriendo después. Pero sus acciones me hacían ver el peor lado de las cosas. Me hacían hurgar en mis tripas y vomitar bilis en cada palabra. De la que salía de la casa me crucé con Beth, probablemente se habría sobresaltado por los gritos. Vino con cara de preocupación hacia mí pero me retiré intentando que no me viese llorar. No podía evitarlo. Estas peleas ocurrían con la suficiente frecuencia como para cansarme. Y por mucho que las cosas se arreglasen, Rick jamás pedía perdón. Siempre repetía esas actitudes por las que nos habíamos enfadado, yo como tonta le perdonaba, aunque el malestar seguía creciendo en mí con cada insulto de su parte.
A estas alturas había aceptado que nuestra relación iba a estar llena de esto. ¿Pero hasta qué punto podría aguantar esto? No sabía hasta donde llegaría y me estaba empezando a cansar. Cuando llegue a casa puse el cronómetro mentalmente para calcular cuánto tardaba Rick en pararse en mi puerta y hacer como si nada hubiera pasado. Me podría jurar mil veces que esta vez no aceptaría sus disculpas y que no le dejaría volver a mí hasta que se disculpase. Pero era mentira. No podría hacerlo nunca, no podría dejarle ir. Lo supe cuando sonó el timbre, y yo, como una bala corrí hacia la puerta. La abrí con el ceño fruncido de confusión al ver quien era realmente la persona en el porche de mi casa. Esperaba a Rick, no a su hija.
-Kat, ¿Te encuentras bien?- Sus ojos reflejaban preocupación, como si tuviese miedo a que fuese a pasarme algo malo. Yo me congele de sorpresa durante más minutos de los que deseaba, su expresión parecía también anonadada cuando tarde más de lo normal en invitarla a pasar a mi casa
-Sí...¿Por? ¿Ha pasado algo?- Intenté fingir lo mejor que pude, rezando para que no se haya percatado de que mis ojos aún seguían rojos por llorar. La guie hacia mi salón para que pudiese sentarse en el sofá conmigo.
-Acabas de salir del garaje de mi casa llorando, y he escuchado gritos, no pareces estar bien.-
-Es solo... Es solo el estrés. Por mucho que busco no encuentro trabajo y el dinero escasea estos días...- Mentí en cada palabra, tenía un par de ofertas por mi ( a palabras de otros)  maravilloso curriculum. Era verdad, sabía que estaba bien preparada y que me darían un buen contrato tarde o temprano. Tenía aún suficientes ahorros como para vivir otro par de meses más. Pero no sabía que decirle, fui a la excusa fácil y rápida.
-¡Sabes que no tienes que preocuparte por eso! Parece mentira... Eres una de las personas más inteligentes que conozco, no vas a tener problemas con eso.- Las palabras de Beth me reconfortaban, era lo que había añorado oír desde que me mudé, era el apoyo de alguien que me quería. Me habían pasado demasiadas cosas estos últimos días, me había mudado a la casa de mi infancia, me había encontrado con mi ex, que casualmente es el padre de mi amiga, y después de muchas peleas habíamos vuelto. A los días me mintió diciendo que quería que quedásemos como amigos. Había explorado el universo de una manera que jamás me imaginé, había tenido sexo en el espacio, literalmente había pasado por portales interdimensionales. Todo de la Mano de Rick, incluso roce la muerte por unos instantes después de lo de nuestra aventura con Nicate. Tenía que estar a punto de morir para que él me dijese que me amase y volviese conmigo. Todas estas historias sobre nuestra relación insana hacían que me volviese completamente loca. Decepcionada por el rumbo que estaba tomando mi vida. Y lo peor es que no se lo podría contar a nadie, a absolutamente nadie. No tenía contacto con mi padre después de que él se divorciase de mi madre y se fuera con otra familia, era hija única y mi madre no era el mejor apoyo del mundo. Tampoco tenía muchas amigas, me daba pereza mantener lazos y trabajar en amistades sólidas. Incluso había dejado un poco a Beth de lado estas semanas. Pero ella era la única con la que tenía contacto frecuente, mi mente me obligó a mantener eso.
-Escucha, sé que últimamente te he estado descuidando un poco. ¿Pero recuerdas que en mi cumpleaños te dije que estaba conociendo a un chico?- Su expresión cambió de preocupación a una intrigada por escuchar más de la historia. -¿El señor "sexo increíble"?- pregunto ilusionada por el chisme que le esperaba. -No le llames así, - reí, no mentía, pero era raro porque era su padre. -El tipo es un imbécil, las cosas no están yendo tan bien.- -Ugh, lamento oír eso, el primer tipo que te gusta en un tiempo y resulta ser un capullo...- Me estremecí al pensarlo, no solo era el primer tipo que me gustaba en unos años. Era según mi corazón, la única pareja a la que había amado tan fuerte. Rick era mi pasado, mi presente y con mucha mala suerte sería mi futuro. Estaba atrapada con él, por propia voluntad o no. Aún no lo sabía, estaba con él por un impulso animal que me impedía decirle adiós, y era muy atrevido, pero pensaba que era amor. Las lágrimas de sobre-estimulación llegaron rápidamente a mis ojos, Beth me abrazo y enterró mi cara en su hombro mientras seguía llorando. -Pero yo le amo Beth, yo le quiero.- Beth suspiró y me sobó la espalda, suspirando con pena al escuchar mis llantos, que eran tan desesperados que parecían incluso falsos. Ella estaba sorprendida, me había visto llorar antes, no era muy común pero era humana y como todos lloraba de vez en cuando. Sin embargo, ¿Por amor?, diría que jamás.
-¿Y él no te quiere?- Su voz era suave, como la de una madre que consolaba a su hija después de una ruptura. Era gracioso a la vez que extraño, porque la causa de esas lágrimas era Rick, y yo estaba aquí, llorándole a su hija.
-Me ha dicho una vez que sí, pero nunca lo demuestra...- Me levanté de su hombro para secarme las lágrimas y sonarme los mocos con un paño que tenía a mano en el salón. Me había desahogado un poco, seguía angustiada, pero ya había explotado, ahora venía la calma poco a poco.
-No entiendo como tienes tanta mala suerte con los hombres.- Me seguía acariciando la espalda mientras mi respiración volvía a la normalidad. Tenía razón, el amor no me había tratado bien nunca. Le tenía envidia de la sana, ella tenía un hombre, uno que le había dado 2 hijos, que no se avergonzaba de ella, que podía besarla en frente de todo el mundo. Tenía una familia, un hogar... ¡Incluso tenían un pez! Solo podía soñar con que mi vida fuese así, con un trabajo fijo, un bebé, un esposo y un coche familiar. Sin embargo sabía que era algo que nunca tendría.
-Ante esta situación solo tenemos una respuesta emocional válida.- Me sacó de mis pensamientos, estaba a unos minutos de volver a llorar, lo habría hecho si no hubiese agarrado mis manos en un reconfortante apretón.
-¿Beber hasta que deje de ser un capullo?- Mi mente inmediatamente fue a parar en ese pack de vinos que llevaba en mi cocina dos semanas. Era tentador, era la salida fácil a todo lo que me estaba pasando, pero también era hipócrita, no podía criticar a Rick por su alcoholismo y luego emborracharme porque habíamos discutido.
-Irnos de compras.- Sacó las llaves de su coche del bolsillo de su pantalón, levantándose de golpe y arrastrándome hacia mi dormitorio para vestirme decentemente. No estaba segura de si esto me ayudaría en algo, pero era mejor que tirarme el día enfadada y llorando por casa. Me duché antes de salir y revisé el móvil. Rick me había escrito, y tenía un par de llamadas perdidas de él. Pero aún estaba enfadada, aún estaba triste. Así que decidí dejarlo esperando un tiempo. Quizá no me vendría mal salir a dar una vuelta.
...
Corría el año 1992. Las mañanas eran perezosas, las tardes eran fugaces y las noches eran aterradoras a mis ojos. En un día de verano normal, me levantaría temprano aunque no tuviese necesidad, siempre me había costado mucho despegarme de las sabanas, así que las primeras horas del día las pasaba viendo películas en la televisión pública, así fue como aprendí inglés. Por las tardes mis padres me obligaban a salir a la calle, con la excusa de que como era nueva en el vecindario tenía que hacer nuevos amigos, no había tenido éxito hasta ese día. Ese día en el que como todos los anteriores había salido a andar en bicicleta por la acera del barrio. Hasta que de repente la bicicleta se paró en seco, y volcó haciendo un caballito hacia delante y tirándome al suelo de una forma bastante peligrosa. Mientras lloraba y gritaba en el suelo pude ver como en el suelo se encontraba una tabla de madera lo suficientemente ancha como para ser la responsable de mi caída. En eso, una pandilla de niños de mi edad se acercaron a reírse. Sabía que ellos lo habían puesto ahí, sabía que estaban metiéndose conmigo otra vez. Pero esta vez mis chillidos alertaron a alguien. No reconocí su voz al principio pero había visto a esa niña antes, era mi vecina más próxima. 
-Dios pobrecita...-Murmuró otra voz de un adulto que no conocía, era una mujer rubia con pecas y ojos azules que se arrodilló a mi lado con una expresión de preocupación. - Shh... Ya pasó... ¿Puedes girar la mano cariño? ¿Puedes hacer eso por mí?- Negué fuertemente con la cabeza mientras seguía llorando, me dolía más de lo que me había dolido nada nunca y el ataque de nervios en el que estaba entrando no ayudaba. - Beth, dile a papá que avise a sus padres. Son los señores de la casa de atrás. .- La niña salió corriendo como una bala hacia la casa, y regreso más tarde, aunque estaba más tranquila porque iban a avisar a mis padres. También estaba asustada de que me regañasen por hacerme daño. -Respira conmigo pequeña, ¿Cómo te llamas?- La mujer intentó hacerme hablar para que me calmase. -Kat, me llamo Kat.- 
-Yo me llamo Beth, aguanta un poco, ya están en camino.-
-¿Estabas sola? - Volvió a preguntar su madre, esperando que los demás chicos no me hubiesen hecho nada más. Yo asentía con la cabeza mientras mi brazo seguía palpitando y mi muñeca seguía doliendo con un pinchazo tan fuerte que me hacía querer volver a gritar.
-No te preocupes Kat, voy a quedarme aquí hasta que te lleven al hospital ¡Y si esos niños vuelven no te podrán hacer nada! Porque ya no estarás sola.-  Dijo muy indignada la niña, parecía estar muy en contra de los abusones. 
Corría el año 1992 y los veranos eran muy largos, a veces muy duros. Pero sabía que no los pasaría más sola.
...
-¿Te gusta el marrón o el azul?- Pregunté mostrándole los dos pantalones a Beth, me había llevado a una de esas tiendas que tenían probadores con sillas y esas cosas, más caro de lo que me podía permitir, pero por un capricho para ahogar las penas no me iba a morir. La rubia ladeó la cabeza pensando en cuál elegir. Estaba sentada justo enfrente de mí en un sillón de terciopelo rosa, había suficiente espacio para que se recostase aún con los bolsos de ambas compartiendo espacio.
-Hmm ¿Por qué no te pruebas los dos?- Sacó el móvil del bolso para hacer tiempo mientras me cambiaba. Beth parecía una persona serena desde fuera, pero no era especialmente paciente. Era consciente de que yo iba a tardar probándome las cosas, así que se quería entretenerse con el teléfono. A mi conocida tardanza se añadió la paranoia mental que tenía desde que salí de casa, me lo estaba pasando bien con Beth, como siempre, pero me sentía culpable. ¿Era yo la mala por ignorarle después de que él me echase de su casa? Mi parte más rebelde tenía pensado darle su merecido y hacer que volviese hasta mí arrastrándose, mi parte más realista sabía que eso jamás pasaría. Que el orgullo de Rick era más grande y fuerte del amor que pudiese su corazón sentir, asumiendo que es capaz de amar.
Por mucho que quisiese atribuirle la culpa de los problemas de nuestra relación, también me culpaba a mí, a mi creciente necesidad de estar con él, de pensar en él.
Le encantarían los pantalones azules que me acababa de probar, le encantaría como apretaban en los lugares correctos y estaría mal humorado solo de verme con ellos. Me había dicho muchas veces como no se sentía cómodo viéndome con ropa ceñida delante de otros hombres, incluso de otras mujeres. Que quería que todo lo que le gustaba solo fuera visible para él. Era gracioso como se contradecía, ¿Cómo iban a saber los demás que era suya si no se atrevía ni a besarme en público? Quién diría que Rick Sánchez sería un gran inseguro respecto a sus relaciones de pareja.
Definitivamente no me llevaría los azules. Si me hacían acordarme de él no los quería en mi vida, aunque no sabía aún a donde nos llevaría esta última discusión, sabía que tenía que servirme para mentalizarme de que no podía depender de él emocionalmente, no más.
Así que llevaría los marrones, me quedaban bien, no tan ajustados como los azules, pero eran bonitos. Era un tono marrón cobre, tejido de pana y de cintura baja. También eran especialmente cómodos. Pero algo me hacía sentir indecisa sobre si comprarlos o no. Sentía que tenía un par parecido en casa o algo así.
Ya , pequeño detalle que no he tenido en cuenta. Eran el mismo modelo de pantalones, eran los mismos que llevaba Rick todos los días. Reprimí un grito mientras me sentaba en el pequeño taburete del probador. Enterrando mi cabeza entre mis manos y suspirando profundamente como mecanismo para alejar la ansiedad. En realidad quería gritar.
Al parecer los marrones tampoco eran una opción. Corrí la cortina del probador para decirle a Beth que no me iba a llevar ninguno de los dos. Pero simplemente no estaba, no estaba allí. Mi bolso seguía en el sofá, pero estaba abierto y mi móvil estaba fuera, aunque recordaba haberlo guardado antes, me extrañe y lo agarre cuanto antes. Por si Beth había ido al baño y me había enviado un mensaje. No había mensajes de la rubia, pero si de su padre. Entré en el chat, a regañadientes, solo por si había pasado algo y Rick me había informado. Sin embargo solo notificaba los dos últimos mensajes, los diez anteriores, en su mayoría audios, figuraban como leídos. Tampoco me acordaba de haberlos leído, quizá un error de la app de mensajería, Whatsapp era nuevo y daba muchos fallos. Deslicé por los mensajes.
R. 🦄
<Kat, let's talk please don't be like that. >
<Sabes que no lo dije en serio.>
<Tú misma estuviste de acuerdo conn esto cuando nos pilló Joyce.>
<¿De verdad quieres que Beth y Jerry sepan lo nuestro?>
<Si no quieres hablarlo como una persona madura, luego no vengas llorando.>
<Allá tú.>
[Audio]
<L-listen I don't, Yo no te necesito. Sé irracional si q-quieres, urps tú te lo pierdes. P-puedo ir a cualquier parte, y en cualq-quier parte tendré una fila de...>
Corté el audio, no quería seguir escuchándole alardear sobre como todas las criaturas de todos los universos le deseaban más que nada, ya dejaría que él mismo se diese cuenta de que no era así.
[Audio]
<N-N-N-no me imp-porta una... Una mierda, l-lo que, l-lo que hagas. E-estoy, e-estoy aquí, a-aquí pasándol-lo a lo g-grande sin tí. Con t-tu m-mierda anti-d-drogas, s-siempre jod-diendolo t-todo.>
<Y-yo...Y-yo te echo de menos ba-baby, urrps y-yo te quiero, y-yo quiero tenert-te aquí otra vez. Q-quiero, quiero agarrart-te del p-p-elo y...Fuck...urpps. Puedo estar rodead-do de muj-jeres pero sig-go pensand-do en tíii. N-ninguna de ellas s-son c-como t-tú. urpss. Y-yo te o-dio, teodio, te odio tanto por haberm-me conv-vertido en est-to urpppp.>
Se le escuchaba afectado, no solo por el alcohol. Cuando estaba borracho sonaba diferente, supongo que porque su mente y cuerpo estaban acostumbrados. Cuando se drogaba o mezclaba alcohol con pastillas era cuando perdía completamente la cabeza. Además, en los dos minutos de audio decía como odiaba que le haya dado un ultimátum respecto a las drogas. Se refería a que hace unos días le dije que no podía soportar que se inyectase cosas estando conmigo, me hacía recordar los tiempos de 2001 cuando lo encontraba pálido en la ducha y temblando. No tenía problema en que consumiese marihuana de vez en cuando, diablos ¡Estaba dispuesta hasta a fumar con él! Pero las drogas como la heroína o la cocaína era un rotundo NO.
Seguí deslizándo por los mensajes hasta llegar a los que no marcaban como leídos.
<Escuchas mis mensajes, pero no respondes...>
<La cumbre de la madurez.>
Fruncí el ceño, no había escuchado nada hasta ahora, y los mensajes eran de hace 10 minutos.
No entendí nada, me pasé los siguientes 40 minutos buscando a Beth y mandándole mensajes, ni rastro de ella. La llamé mil veces hasta que decidí volver a casa en auto-bus. Asustada por si algo le había pasado a mi amiga fui corriendo hacia su casa.
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tuwebpage2023 · 10 months
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Perfiles de los profesionales de las industrias creativas
La Casa de Banquetes esencia del circo es el talento de sus numerosos artistas: trapecistas, payasos, magos, mimos y equilibristas. Todos ellos forman parte del término genérico "artista de circo" Casa de Banquetes en Bogota.
¿Qué hacen los artistas de circo?
Los artistas de circo realizan habilidades físicas e interpretativas para entretener al público. Pueden caminar por la cuerda floja a gran altura o hacer acrobacias en un trapecio; también pueden ser payasos, titiriteros y malabaristas Casa de Banquetes en Bogota.
Por lo tanto, cuando hablamos de artistas de circo, podemos referirnos a...
Tragafuegos y tragasables Casa de Banquetes en Cajica                  
Titiriteros ventrílocuos
Monociclistas
magos
Malabaristas Casa de Banquetes en Chia
Magos
Hombres bala
Forzudos
Escapistas
Payasos Casa de Eventos Bogotá
Zanqueros
Equilibristas
Contorsionistas
Trapecistas
Acróbatas
El Casa de Eventos Cajicá circo es un lugar donde lo inesperado puede suceder en cualquier momento. Los aspirantes a artistas de circo deben recordar este hecho, que les ayudará a mantener al público en vilo. Otro Casa de Eventos Chía dato interesante es que algunos artistas de circo se especializan en más de una disciplina, lo que les da más flexibilidad en sus actuaciones Casa de Eventos Funza. El artista de circo desempeña muchas funciones, entre ellas las siguientes:
Actuar ante el público, solo o en equipo Casa de Eventos Madrid Cundinamarca
Ensayar solo y con el equipo para mejorar el rendimiento.
Acude a castings y audiciones.
Desarrollar nuevos espectáculos y ponerlos a disposición del público.
Mantener el equipo utilizado en el espectáculo para que funcione correctamente y con seguridad Casa de Eventos Mosquera.
Viajar con todo el equipo, representando al espectáculo en diferentes lugares.
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colaherrerar · 11 months
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Sinceramente no sé qué se siente vacacionar porque mejor dicho no sé qué se siente vacacionar con familia porque NO tengo familia será por eso que me voy sola a todas las vacaciones de todos los veranos y por eso hago lo que a mí se me canta el culo porque soy un desastre en la pantalla desde los veranos por eso mismo AJAJAJAJA
Porque nadie me controla por eso me comporto como el culo 🤣
No tengo nadie que me diga che está muy bien lo que estás haciendo por eso me lo digo yo misma y lo hago más porque los veranos son MI TRAGASABLE PANTALLAZO DE GRABACIONES EN LAS QUE ESTOY SIEMPRE A LAS QUE VOY
Que lujo que soy
Estoy impecablemente de la pantalla para afuera por supuesto
Por eso siempre me veo igual en la pantalla osea con mi culo más revolcado imposible
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EL MAYOR ESPECTÁCULO DEL MUNDO es otra FABULOSA PRODUCCIÓN del incomparable CECIL B. DEMILLE, un mastodóntico y ambicioso proyecto que dio como fruto una de las PELÍCULAS MÁS GRANDES DE TODOS LOS TIEMPOS. Una mezcla perfecta de película y documental en donde se dan cita algunos de los actores más importantes de HOLLYWOOD, con CHARLTON HESTON y el genial JAMES STEWART a la cabeza de un elenco en el que también destacan BETTY HUTTON y CORNEL WILDE. El director de un fabuloso CIRCO (HESTON) se ve obligado a contratar a una estrella del trapecio, EL GRAN SEBASTIÁN (WILDE), para hacer taquilla y salvar la temporada. Esto despertará los celos de HOLLY, la trapecista principal hasta el momento, que se verá al mismo tiempo atrapada entre la pasión que despierta en ella Sebastián y la fidelidad a su novio, el director del circo, que parece más preocupado por que el espectaculo continúe que por conservar el amor de esta. Por medio nos encontramos a BOTONES (STEWART), un PAYASO bonachón y querido por todos que, sin embargo, tiene algo que ocultar. Y entre intrigas, triángulos amorosos y la fastuosidad de la pista DeMille nos regala un sinfín de sensacionales acrobacias y la experiencia de descubrir el funcionamiento de la maquinaria circense desde dentro. Asombrosa película. Dedicado con cariño a los acróbatas, contorsionistas, equilibristas, escapistas, forzudos, hombres bala, magos, malabaristas, mimos, monociclistas, payasos, titiriteros, tragafuegos, tragasables, trapecistas, ventrílocuos, zanqueros, domadores, bailarines, tramoyistas, operarios, conductores y un largo etcétera de personas que hacen que el circo sea algo único, y que lo siga siendo por muchísimo tiempo. ^^^Link de YouTube en la bio^^^ #circus #show #thegreatestshowonearth #elmayorespectaculodelmundo #charltonheston #jamesstewart #hollywood #trapeze #clown #payasos #theshowmustgoon #cecilbdemille #elephant #love #circo #magician #bulletman #spectacular #dancer #city #travelling #circoeuropa #swallowable #equilibrio #dangerous #ringmaster #trapezeartist #escapism #classicinema #goldenageofhollywood https://www.instagram.com/p/CpphN6RsDkM/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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ka1rosnan · 1 year
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꧁Día de la humildad꧂ 22 de febrero de 2023 La Biblia en un año: Números 4–6; Marcos 4:1-20 … se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (v8) Lee por favor: Filipenses 2:1-11 A menudo, me divierten las fiestas no oficiales que la gente se inventa. ¡Incluso hay un día del tragasables! Hoy ha sido etiquetado como el «Día de la humildad». Vale la pena celebrar la…da clic en el enlace para leer todo, gracias. 👇🏾 https://iglesiakayros.es.tl/ Shalom ! https://www.instagram.com/p/Co93wqZuSks/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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