Lali Espósito: "En la música tengo otra energía, para actuar hay otra tierra. Por eso me gusta mucho hacer las dos cosas. No puedo elegir una"
La cita es en un polígono industrial cercano a Barcelona. Un enorme plató espera a Lali Espósito (Buenos Aires, 1991) para grabar sus 10 Esenciales para GQ. Son las 3 de la tarde y todo está preparado. La maquilladora ha desplegado sus efectos y ésta que escribe, también estilista, ha preparado una sudadera cropped para la grabación.
Una figura menuda, enfundada en un look de pantalón y trench en charol negro, llega sin demasiado alboroto, acompañada por un par de personas de su equipo. No es lo habitual. En el plató de enfrente está El Rubius con una peña de 15 personas entre equipo y fans, y cuando la cita es con un futbolista, el séquito llega en no menos de 4 coches.
Lali acaba de aterrizar desde Buenos Aires, donde es toda una estrella. Actriz desde niña, protagonizó las series infantiles y juveniles más vistas de Argentina, además de bregarse como performer en las giras con la banda pop adolescente Teen Angels, secuela de la serie Casi Àngeles donde actuaba.
Con 20 años de carrera a sus espaldas, esta treintañera se dedica a tantas cosas que cuesta creer que esté tan fresca y dicharachera cuando debería estar lamentándose –eso hacen las divas–de un eterno jet lag. Pero Lali tiene callo. En cuestión de minutos está sentada delante de la maquilladora, con todo el mundo saludado y muchas ganas de charlar.
Hoy lleva el pelo negro –tiene todo un repertorio de cambios de color–. " Pasé por muchos looks. Lo tuve de color melocotón –ella díce peach– para la serie El fin del amor. Venía del rubio, me hice un corte mullet y volví al blanco con las raíces negras, como lo llevo en la última temporada de Sky Rojo, para volver al negro natural para la música, porque me gustaba más. Para mis videoclips, tengo un pelo diferente en cada uno".
Porque Lali es una de las protagonistas de la serie de Netflix Sky Rojo, sobre las memorias de un proxeneta –interpretado por Asier Etxeandía– que relata la dura vida de unas prostitutas en un club. "Lo que a mi me lleva a hacer Sky era la intención de hacer una serie que hablara de la trata de mujeres en el mainstream, filmada como mainstream. Yo decía, o están re-locos o son muy valientes. Las protagonistas son prostitutas víctimas de trata, encerradas en un club, en una ciudad que es como Sin City. Es una serie donde estallan los neones, pero que está contando el manejo de un club y cómo funciona de verdad un proxeneta".
La serie, que está preparando la tercera temporada, se empezó a preparar en Madrid en noviembre de 2019 y sufrió la interrupción del Covid, dejando a Lali varada en la ciudad, pero ella lo vivió como un regalo. "Yo tenía una situación de núcleo muy fuerte en Argentina, y la posibilidad de hacer Sky Rojo me dio esta cosa de salir. Pero una vez en Madrid, me agarró el Covid, –como a todos–, y me ofreció esta linda sensación de aprendizaje de mi propia soledad, la situación de la adultez, de conectar con vivencias y con cosas que no tenía el tiempo de pensar".
Activista desde sus 20, empezó haciendo campañas a favor del reciclaje, la prevención ante el Sida, y contra el bulling escolar; hasta llegar al momento actual, donde es una abanderada del feminismo, de la causa LGBTIQ+ –desde hace poco se declara bisexual– , y es una activa defensora del aborto. " Me considero aprendiz de feminista, siempre con los canales abiertos y tratando de compartir con gente que me nutra, queriendo aprender todo el rato. Entiendo mis contradicciones, mis hipocresías, y a medida que fui creciendo me di cuenta que la única manera de honrar mi trabajo, es hacia fuera, se trata de dar algo, no puedo ser ego-trip. Con tanta situación de privilegio, me di cuenta, ya más mayor, de que yo no estaba aquí sólo para cantar, bailar y hacer discos, sino que tenía la posibilidad, si yo la quería utilizar, –en el mejor sentido de la palabra–, de sumarle algo a alguien que no tuviera un micrófono enfrente o una cámara enfrente, como yo. Los hechos políticos también son hechos colectivos, la vida es colectiva. En la adolescencia todavía no era consciente, tal vez por sobrevivir en la vida, pero entras en tus 20 y te decís, acá pasan un montón de cosas, yo podría aprenderlas, aportar un poquito. Si a una amiga le pasa algo, yo estoy pasando por ello también. En el caso de la ley del aborto, no sólo es una cuestión de que históricamente ya vale, no sólo es una cuestión obvia, sino que yo crecí acompañando a una amiga a abortar, y lo viví en el propio circulo familiar. Yo por suerte no pasé por eso, pero si yo hubiera pasado por eso, habrían estado ahí otras para pelear por mi o acompañarme. Me acuerdo que se me preguntaba mucho en las entrevistas ¿No tienes miedo a perder publico, a que una parte de gente te deje de querer? Yo diría que es al revés, yo a lo mejor no quiero tener ese tipo de público. Las masas por masas, no me interesan nada. Al final nos dividimos en pensamientos, el mundo es así. Ellos pueden elegir y yo también. Son propuestas que me llegan de la gente que de verdad trabaja, porque yo puedo poner la cara, pero respeto mucho a quienes dedican su vida a hacer las cosas desde el amor. No me gusta decir que perdí la fe en la política, si bien Argentina lleva 80 años de mala política; pero no me interesa ese lugar, tengo un lugar mejor que es el arte, y siempre puedo hacer mejores cosas. Desde el arte tengo un mejor lenguaje, o tengo que lidiar con cosas menos horribles para poder aportar en cosas pequeñas".
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Ese mismo ímpetu por meterse en todos los jardines al estilo Mafalda, la llevó a poner en pie otra serie, como productora ejecutiva, *El fin del amor (*Amazon Prime). Con una sensibilidad totalmente diferente a Sky rojo, sobre una judía ortodoxa de treinta años, que tuvo a esta periodista desvelada hasta las tantas sin poder parar de ver capítulos.
"Esto vino de un libro, que fue best seller, de Tamara Tenenbaum. Un libro excelente que sacó cuando tenía 30 años, aunque tiene muchos libros buenos. Me llamó una amiga guionista, Erika, y me pregunto si había leído El fin del amor. Me dijo que lo leyera y la llamara, que había que hacer una serie. Me lo leí y flipé. Me costaba imaginármelo como serie, porque es un ensayo. Son los pensamientos y las vivencias de Tamara, hablando en primera persona; es ella, con sus contradicciones, y por eso es tan bueno el libro. Lo primero que hicimos fue contratar a Tamara, que no entendía nada. ¿Pero que queréis? ¿Hacer una serie conmigo? ¿De mi vida? Sí, sí, sois un personaje increíble, le decíamos. Su manera de ver el mundo es muy peculiar, y a la vez tiene una cosa muy auténtica de una chica de 30. Yo me identificaba mucho con ella. Nos pareció muy interesante generar la ficción e hicimos un trabajo empezando realmente de cero. Primero generar el guión, a cargo de Tamara y de Erika. Después mi rol era ver a quién me imaginaba yo en la serie. Elegir qué directores podían ser los correctos. Soñábamos todos con Leticia Dolera, pero parecía una fantasía porque normalmente no dirige cosas que no escribe. Pero al primer zoom, ella, que es muy expresiva, nos decía, joder tías, es que necesitaba llegar al final porque me flipaba página a página. Ni siquiera le importaba lo que iba a ganar. Es muy valiente lo que quieren hacer, nos decía. Ella fue un poco la que armó esta serie, porque, si bien ella sólo dirigía los capítulos 1 y 2, ya le dio ese estilo suyo. Luego hubo otra directora Coca Novick, argentina, que había hecho cine, pero era su primera serie, y nos pareció muy interesante que hubiera otra directora mujer. Coca tiene un a visión muy especial, es diferente a Leti, pero le dio su punto muy interesante. Y en la última parte de la serie hubo un director que nos gusta mucho porque es un buen director de actores, que se llama Daniel Barone. Las aportaciones de los tres fueron muy guay, Pero Leti fue la que le puso esa chispa que tiene ella".
La serie, chispeante, divertida e irreverente con los judíos ortodoxos y con todo, va camino de su segunda temporada cuando la música deje de nuevo un hueco en su agenda para volver a la actuación, –un remanso de paz para ella–, que usa como refugio a los excesos de una carrera musical.
Actriz comprometida y show performer parece que tengan distinta sensibilidad. "Yo creo que soy más esa, la de la serie. La cantante es un personaje más. En la música tengo otra energía, para actuar hay otra tierra. Por eso me gusta mucho hacer las dos cosas. No puedo elegir una. A veces necesito descansar de la música, por lo agresivo que es todo, y cuando se presenta el momento de elegir un proyecto bonito, que siento que está contando algo, que aprendo cosas de ese guión, de ese director o directora, lo hago. Es vivir ese mundo en el que vos no sós nada vos y podés encontrar otras maneras de expresar. Por eso actúo muy cada tanto, porque no elijo la actuación como un curro. lo elijo porque me llama un proyecto".
Pues hablemos de su música. Debió ser la típica niña que cantaba y bailaba.
"Hombre, claro, de hecho, en mi casa no teníamos mucha cosa, pocos juguetes; pero una tía mía que tenía pasta me regalo uno de esos micrófonos para niños, que enchufabas y empezaban a hacer ruido. Ese fue el mejor regalo que me hicieron en la vida. El segundo mejor regalo fue el cd de Grandes Éxitos de Queen, que me regaló mi tío Julián. Las primeras cosas que me gustaban tenían que ver con bailar frente al espejo, poner música. Ese era mi juego predilecto".
Su madre la educó musicalmente con las grandes bandas del rock patrio e internacional. Y con Serrat, que fue el causante de uno de los momentazos de su carrera y de su vida.
"Yo crecí con Serrat. Su música era mi casa. Me llama un tipo un día, un argentino, –su mánager en ese momento era argentino y yo no tenía ni idea. Me imaginaba que sería un catañol–. Pero me llama un argentino y me dice: "Hola, que tal, le habla el manager de Joan Manuel Serrat, el maestro quería invitarte a cantar con él en un concierto". Y yo pensé que era un amigo jodiéndome, pero él me vuelve a repetir, le habla el manager... Quedé muy maleducada, pero pensé que me estaban haciendo una joda (broma). Cuando vi que era de verdad, se me cayeron las bragas. Llamé a mi mamá llorando: ¡Vieja, me invita Serrat a cantar con él!
Fue uno de los momentos más épicos que me han pasado, y eso que he tenido la suerte de vivir cosas muy locas que en la vida pensé que me pasarían. Esa es una. Cantamos Aquellas pequeñas cosas. Él tenía varias fechas en Buenos Aires y canté un día. Termina el concierto, y aparece él en persona en mi camerino, con su chándal y su cd dedicado a mi, ¡en agradecimiento por haber cantado con él! Y cuando me lo da, me pregunta ¿Podrías volver mañana a cantar? ¡Canté dos días con él! ¡Inolvidable, inolvidable!"
Se alborota de felicidad y me acuerdo de lo que tuvo que ser otro de sus momentazos. Ese concierto que acaba de hacer (marzo 2023) en el estadio Vélez Sarsfield de Buenos aires, dentro de su gira Disciplina.
Me lo cuenta. “50.000 personas en mi ciudad, cerca del lugar donde crecí, en un estadio mítico. La primera mujer en llenarlo, –eso no lo digo desde el ego-trip, sino como un triunfo para todas que incluye también a mis colegas–. Fue el show de mi vida, montamos una cosa muy grande y muy bonita, con mucho curro detrás. La emoción no fue solo mía, había como una cosa colectiva. Estaban todos mis amigos ahí, en un estadio que no entraba un alma más. La gente vibrando. Uno siempre tiene la fantasía de llenar un estadio, es como el sueño americano. Pero para un sudaca, que esto te pase en tu tierra y que tu gente te abrace de esta manera, no hay palabras. Me constó cantar el show entero, aunque uno se prepara, uno ensaya, y sabe a lo que se va a enfrentar. Pero cuando sales y ves esa imagen, el cuerpo no puede. La imagen de un estadio de fútbol lleno es tan surreal, la gente va a demostrar que te aprecia, y más en un país como el mío, donde cualquier esfuerzo que la gente hace para pagar la entrada es un montón. Yo me quedé tranquila porque siento que hemos dado un concierto sin precedentes para el género musical que yo hago. Fue muy especial, los músicos en el escenario, los bailarines, la propuesta visual, fue muy bonito. La gente se llevó eso y yo me llevé esa experiencia. Este tour –Disciplina Tour– empezó con un concierto con 7.500 personas en Buenos Aires. Pusimos una fecha y a la hora estaba todo vendido, pusimos otra. Hice un par de ésos y pasé a una arena un poco más grande, de 15.000 personas, allí hacía dos, tuve que añadir uno mas. Qué locura. Y luego el resultado final del tour es el estadio. Fue increíble como en menos de un año, el mismo tour tuvo ese recorrido. El publico que me acompaña es un público muy diverso, te diría que es una de las cosas que más representa a este tour en particular. Miras al publico y tienes a gente de 25 para arriba, o gente de 30 para arriba, que fueron con su grupo de amigos, drag queens montados en sus taconazos en medio del campo, pelucas, mucha comunidad LGBTIQ+, que están siempre en mis shows. No sé como explicarte, la locura. Niñas de 7 años con sus madres, disfrazadas de mis videoclips; abuelas con nietos, que me acompañan desde que tenía 10 y que no se saben mis canciones, pero vienen por cariño; todo un mezclum de formas de querer al artista, en este caso, a mi.”
No sé como, las dos estamos hablando de horóscopos con la maquilladora.
"Soy libra con ascendente en Sagitario y luna en Escorpio. ¡Un quilombo! La armonía y el ser político y agradable para los demás, la parte más social, es de libra. La parte curro la tengo marcadísima y es de mi ascendente; y después la sexualidad y las emociones van en la luna escorpiana. Esto iba a propósito de los shows, que mi manera de ser es muy hacia los demás y por algo me dedico a esto, hay algo como de dar. Me acuerdo que antes de salir a ese concierto del Vélez una amiga medio bruja, muy especial ella, me dijo: lo único que te voy a decir es que abras los brazos y recibas. Vos vais a dar lo que vais a dar, porque siempre lo das, pero sé consciente de que la gente vino por dar algo. Y me acuerdo que cuando salí, pensé, Ah, se refería a esto. Es algo que no puedes pasar por alto. Me atravesó un flechazo".
Lali compone las letras de sus canciones y con Tincho, su productor favorito, vive largas noches en el estudio. Con él ha ido creando los temas de su Disciplina, y del disco que está a punto de salir, con el que empezará una nueva gira en España, el próximo verano, con un show diferente para el que también tiene fechas en Alemania, Polonia y Suecia. Está en un punto crucial para su carrera como cantante.
"Siento que vengo de un proceso de 3, 4 años de estar mucho más conectada con lo que tengo para decir, mucho más que antes, porque me permití un montón de cosas, como salir de mi zona de confort viviendo en Madrid dos años. Mis últimos años fueron mis años más inspirados y este disco que sale ahora es un disco que tiene mucha sinceridad por los temas que toco. Aunque muchas canciones sean divertidas, siempre estoy diciendo algo en lo que creo, siempre estoy jugando con algo, con temas para poner sobre la mesa. Desde Disciplina, que fue el single que saqué de este disco, pasé por varios mundos. Canciones como N5, que se la dedico a una chica; o 2 son 3, que habla de los tríos desde una mirada diferente; pude ahondar en mi propia sexualidad, y no tengo miedo de exponerlo, porque sé que hay gente que puede sentirse en una búsqueda parecida. Fue un proceso muy lindo, porque fue un disco que hice con amigos, de una manera muy cerrada, muy de núcleo duro".
En cuanto a su estilo, ha ido evolucionando con ella: "Con este disco en particular, he empezado un proceso que siento que no es para este disco solo. Siento que empecé algo que tiene sentido como inicio, como una declaración de intenciones. Es lo que quiero seguir haciendo en estudio. No es un disco que haya ido por la tendencia musical, al menos en Latinoamérica, donde lo urbano es quizás lo que te convendría hacer. No fui por ahí porque no me nace eso, me nace otro tipo de sonido. Me gusta mezclar cajas electrónicas con otros rollitos. A nivel sonido, este disco es valiente en su contexto, y quiero seguir explotando eso".
De momento, no se plantea una carrera en inglés, por su dificultad para aprender el idioma y porque se siente a gusto en su rol de estrella del Pop Latino. " Yo soy argentina y si no tengo que sonar en Estados Unidos, no sonaré. Al final uno es los territorios que conquista. Igual un día me pongo a estudiar inglés, que yo soy de esas que no sabe patinar, pero se compra unos patines ya a los tres días estoy patinando; pero ahora siento que cantar en inglés no es un impulso artístico que me surja. Me gusta mucho mi idioma. El español tiene tantos matices en su manera de decir, hay una riqueza de lenguaje que el inglés no tiene. Me sentiría rarísima".
En sus shows, el baile es una pieza fundamental, pero ella detesta lo gimnasios. Pero cómo es actriz... "No te voy a mentir. En realidad, no soy muy disciplinada físicamente, pero cuando tengo objetivos concretos, como un concierto en particular, soy muy responsable. No me formé en la danza, yo bailo de cara dura. El baile es muy importante en mi música, es una columna vertebral. Todo lo que hago tiene baile y pienso las canciones para que tengan baile. Mi película favorita es Billy Elliot. Como empecé muy pequeña, y por falta de recursos cuando era chica, no me formé en el baile; pero consigo parecer una bailarina. Entreno fuerte con mi coreógrafa, ensayo mucho, y cuando llega el momento de ensamblarme con los dancers, mi curro está a la altura de los profesionales".
Usa el mismo truco cuando su actuación necesita acción. " Soy muy activa, tengo mucha energía y aunque no conozca la disciplina, me gusta mucho imitar que lo sé hacer, eso es porque soy actriz. Al final el actor entiende la corporalidad de algo. Si tengo que parecer una experta en disparar, lo consigo. A mi las armas no me interesan, pero si es para un personaje, es divertido".
Su paso por Barcelona se debe a la final de la Kings League de Ibai Llanos y de Piqué.
"Pienso mil chistes para decir, pero no voy a poder. ¡Shakira te mando un beso! Es en el Camp Nou, está sold out, y algunos cantantes hacemos los medios tiempos. Haré Disciplina, N5 y Motivation. Las más conocidas; con dancers y un vestuario muy chulo, con un punto futbolero, pero con brillos. No me vas a sacar de esta cosa de los brillos"
Y aunque en sus días libres va de chándal o de prendas oversize, y prefiere evitar el maquillaje, no puede resistirse a los brillos. La moda le gusta, y ha diseñado durante años pequeñas cápsulas de moda para una marca argentina, además de meterse a fondo en el diseño del vestuario de sus espectáculos.
"Me gusta mucho currármelo yo. Para los shows, soy una loca de las referencias y formo parte del equipo de diseño. Cuando tengo que pedir algo, me encanta preparar presentaciones para mostrar lo que estoy buscando. Al final, una aprende a saber cómo se quiere ver, y por mas que el profesional es el que sabe, yo sé cómo quiero verme en los shows. En Argentina he diseñado una marca de ropa durante 6 años. Ahora lo he dejado porque ya eran demasiadas cosas. Quería tener tiempo para hacer colaboraciones, proyectos con otros colegas".
Estas colaboraciones y proyectos son tan variados como su carrera, claro está. Desde una colaboración medio fija en El Hormiguero, a ser jurado de La Voz en Argentina. También ha compartido proyecto con otros cantantes, como Ana Mena, Cazzu, Pablo Vittar, o Thalía, algunos con fines benéficos. No me caben las nominaciones y los premios Billboard, MTV, Gardel, Best Latin, discos de platino y todo lo imaginable en Latinoamerica y Europa. Fue telonera en giras de Kate Perry y de Ricky Martin.
Con una carrera imposible de resumir, esta chica no para quieta. No sé si usa mucho el chándal.
“En los últimos años, gracias a la terapia, empecé a prestar atención y ahora decido. Todos los años me perdía cosas personales por trabajo. Pero ahora ya no, me reservo fechas. Son cosas que uno aprende, porque cuando empiezas a currar de pequeñito, y más en una situación en la que tu curro suma en tu casa, comprendes que el curro es todo. El curro es la dignidad, poder cosas, tener cosas. Yo me siento una privilegiada por trabajar en lo que me gusta, y también lo gozo un montón, tengo el chip del curro incorporado. Pero también es digno encontrar momentitos de la vida para tu intimidad y para cosas que nadie sabe. Aún así, mi agenda es intensa. pero porque yo soy exigente, yo misma me la aprieto, yo soy la peor de todos para mí”.
Veamos qué sigue en su agenda apretada.
"Como planes, el disco es la prioridad de todo. Hace un año que saco canciones, pero ahora es la obra entera, que saldrá en abril. El disco se llamará Lali. Pero déjame contarte que no se llama así por devoción egocéntrica a mi propio nombre, sino porque mi productor dice que se tiene que llamar así porque es el más sincero, el que más me refleja y que de alguna manera, todo mi recorrido desde niña está ahí. La construcción de mi personaje, que en Argentina es Lali, siento que lo voy a dejar ahí, en ese disco.
Terminé ese tour en el estadio Valdés de Buenos Aires, y en verano empiezo la nueva gira acá en España. Me vengo todo el verano, estaré casi dos meses y medio, lo que me molesta cero, al contrario, playitas entre show y show. Me la pasé muy bien en Madrid, me inspiró. Me he hecho amigos de una intensidad como si fueran de toda la vida. Cuando llego, la sensación es de familia. Ahora me voy para Madrid, estaré una semana. Últimamente lo hago así, vengo a currar, pero me guardo unos diítas de cenitas con mis amigos y hacer muchas cositas, aprovechando al máximo.
El disco sale en Argentina, porque allí será algo grande, pero lo iré presentando en la gira europea de este verano, que es una gira distinta a la que acabo de terminar. Estoy armando todavía el espectáculo".
Después de tanta charla, para terminar, no me resisto a preguntarle cómo ha conseguido crecer tan normalita, con tanta exposición al publico desde la infancia.
“ Es raro porque realmente no he conocido otra cosa. Crecí con que la gente me conocía y hacía proyectos para gente de mi edad. Yo iba al cole y mis compañeros de clase veían las series donde yo curraba. No fue acostumbrarme a cómo el otro me veía, sino que los otros no me vieran sólo como eso. Tengo un recuerdo muy guay de la escuela. Pero parece que de alguna manera fui yo la que me empeñé en que me conocieran y me vieran como era en la escuela. Soy muy de vínculos, muy amiguera, y mis amigos me ayudaban a acercarme a los demás con normalidad. Hay cosas que las atraviesas con ganas de vivirlas, las atraviesas bien. La adolescencia, –cuando empiezas a salir–, fue muy difícil, porque yo hice durante 5 años la serie más vista para adolescentes en la televisión. Yo quería salir a bailar con mis amigos. al final se trataba de sobrevivir a ese asedio y siempre encontraba cómo pasarla bien. En perspectiva siento que también disfruté. Pero bueno, sí, hay algo extraño en eso. Muy pocas veces me tocó la fibra personal algo que se dijera por ahí. Siento que me importa un carajo lo que pasa por ahí fuera y creo que tiene que ver con tener una intimidad. Vivo en Buenos Aires, en las afueras, en un barrio cerradito, con mucho verde, muchos árboles y muchos pájaros, no estoy en el quilombo. Salir a comer es lo que más me gusta hacer, pero no es fácil. El reconocimiento de la gente no es algo que me haga daño. Hay de todo, pero en general, la gente es muy amorosa. Se acerca de una manera muy cariñosa, notas que les representas algo. Hay algo natural que tiene que ver con entregar una pieza a otro, y la gente es muy agradecida con el arte. Es un intercambio. Es recíproco. La gente te entrega su tiempo, su energía, su emoción y su dinero”.
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