Tumgik
#intervención: actividad siete / going underground.
internod · 6 months
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𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐕𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎𝐍 / actividad siete.
Entre cristales rotos y molestas astillas, aquellos músculos que se destensan entre golpes y música llena de ideales parecen no querer ceder, aún cuando las horas pasan — el vitae proporcionado en la barra resulta ideal para dar un respiro a tanta adrenalina y continuar con energético evento. Sin importar que el caos sea terreno base, aquel estruendoso chirrido que hace eco sobre todo metro cuadrado es suficiente para obligar a vástagos de sensibles sentidos a tapar sus oídos, capturando atenciones dispersas de manera brusca y casi inentendible. Confusión se nota en cada entrecejo que se frunce y cada boca que entre amplitud sonora pretende insultar, y son largos metros de tela blanca que caen lentamente desde los techos los que terminan por sellar estado. De una manera tan irónicamente militar, decena de anarquistas se ordenan con rapidez para acomodar proyectores frente a nuevas pantallas, sin responder dudas de los más impacientes y sólo aguardando que las luces se apaguen por completo antes de darle inicio a la gran presentación.   
En la pantalla, una escena mal grabada se despliega, mostrando a escondidas al consejero del Príncipe y la Baronesa en un oscuro rincón de la ciudad, una noche donde los secretos y las traiciones se tejieron entre las sombras. — Sólo he hablado contigo ahora. ¿Dónde está Hinata? ¿Qué garantías tengo de que cumplirán su parte del trato? — Solo una vez que los anarquistas sean neutralizados, podremos establecer un dominio inquebrantable y podrás cenar a su lado en el palacio. Hay una pausa entre la dupla, una desconfianza que aunque palpable, poco significa para quienes murmuran entre diversos públicos.  — ¿Tienes listos los territorios que te pedimos?  La baronesa asiente, y las imágenes, aunque borrosas, capturan la esencia de la conspiración: un apretón de manos entre dupla dispar que termina de sellar todas aquellas dudas sobre a quién pertenecía la lealtad de la mujer. Entre palmas, un sobre de madera deja a una de las partes para ser entregada a la secta dominante.   — Pero asegúrate de que tus hombres estén listos para actuar. Los anarquistas no serán fáciles de derrotar.  —  Para eso estás tú, querida. 
Escena de lejos podría parecer dócil, pero entre aquel audio de baja calidad, el beso que Benno deposita sobre el dorso de la pelirroja se siente como una amenaza. Aún cuando el tipo ha demostrado frente a los neonatos tener poco poder, su aura agresiva es impasable para cualquiera. Video se corta repentinamente, y sólo entonces, precedido por un pesado bufido, la voz de uno de los anarquistas se reproduce en cada parlante disponible. 
 — Lo que contemplamos es una traición que ha estado oculta ante nuestros ojos durante demasiado tiempo. El consejero del príncipe y la baronesa han estado negociando a nuestras espaldas, deliberando sobre el futuro de nuestros territorios, sin tomar en cuenta nuestras vidas, nuestras voces. ¿Cuánto tiempo más seguiremos aceptando que nuestras costas sean utilizadas a gusto por el Príncipe? ¿Por cuántos ghouls de la alta sociedad permitiremos que nuestra falsa líder siga en pie?
Su voz es tan firme como sus ideales, una postura tan decidida como la que ha tenido desde el momento de planear el que parecía un evento simplemente divertido.  
 — Este video es sólo una manera de mostrarles lo que hace tiempo venimos notando, cómo nuestra Gangrel se ha convertido en el perrito faldero de la Torre de Marfil y cómo nos pone en vergüenza a todos los habitantes de las afueras de Tokyo. No podemos permitir que tomen nuestras tierras ni sigan trabajando sobre ellas a gusto, ¡debemos recuperar el Papillon y el puerto cuanto antes!
Sus seguidores vociferan a su favor, elevan sus puños con un ardor tras sus ojos que desenfunda un enojo que lleva noches calcinándose. Si hay dudas sobre la veracidad de hechos, ellos no son quienes las pondrán en jaque.
 — Esto es lo que somos, esto es lo que representamos. Y esta es la resistencia que podemos lograr cuando unimos nuestras fuerzas. ¡Hermanos del Sabbat! ¡Pulgas de la Camarilla! No teman a las represalias de sus antiguos, teman al poder de la gente y lo que podemos hacer contra los traidores. Esta misma noche traeremos la cabeza de Nikza a este mismo lugar, ¡y la de cualquiera que se atreva a dar aviso a cualquier líder! 
Mano que se cierra sobre sí, venas inertes que se marcan en su cuello dejan ver la rabia que crece con cada palabra que da el anarquista. 
 — ¡Salgan, vástagos! ¡Encuentren a la Baronesa o escóndanse bajo el ala de la tiranía nuevamente! ¡Destrocen lo que encuentren y molesten a los guardias de la Camarilla! ¡Luchemos por la libertad, por la resistencia y por la perpetuidad de nuestra noche eterna! 
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
⦾ El conocimiento de estos sucesos es obligatorio para todos los personajes, y su respectivo manejo queda en manos de ustedes, usuaries. Pueden decidir adaptar algunas o todas de sus convos a cualquier momento en el que quieran centrarse de esta intervención, ya sea durante o después, pero la inclusión de esta intervención es obligatoria.
⦾ A pesar de la obligatoriedad de incluir la intervención, sus personajes son libres de elegir sí se unirán a las filas de caos de los anarquistas o si prefieren no tener curiosidad alguna sobre lo que suceda las próximas horas. Una intervención complementaria será publicada en breve al respecto de esta decisión. 
⦾ En caso de contar con cualquier duda o consulta, no duden en acercarse al main.
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internod · 6 months
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𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐕𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎𝐍 / actividad siete.
⨁ Registro de lo sucedido a Sergei Belyakov durante la madrugada del segundo sábado de octubre del 2023.
La mañana está bien avanzada en la ciudad, y cada parte de su cuerpo le pide descanso. Las dos últimas noches han sido las más largas en un rato, y aunque habían iniciado de una forma interesante, los hechos que le siguieron probaron lo mucho que en un par de horas puede cambiar tu vida a nivel existencial. 
Deshecho en el suelo, estudia lo único que se encuentra frente a sus ojos: la puerta que lo guiaría justo al descanso diario. Pero él es solo un cuerpo inerte, con la espalda apoyada en la puerta de entrada, incapaz de darle la bienvenida al sueño. No le traería más que los pesares que ha estado experimentando, no haría más que revivir obsesivamente cada uno de los puntos que ha guardado en su memoria, como hechos claves que han desviado el rumbo de su existir en la falta de vida. 
Pruebas fehacientes de que la no-vida era tan dura con él como lo fue su mortalidad. 
La protagonista de sus pensamientos es Tatyana. Aunque podría haber sido Hinata, él nunca cargaría con el poder de afectarlo tanto como la mujer que le dio el Abrazo. Las palabras que se repiten sin cesar, en la voz femenina, él es incapaz de verbalizar por su cuenta. 
Es cierto que si las deja ir perderían peso, aliviándolo del malestar que le trae, y que le quita el sueño. No es la primera mujer que lo deja, después de todo, pero sí es la primera al que él no es capaz de dejar ir. Estudia su futuro desde su propia perspectiva, tratando de obviar las promesas que le recitó su sire, su mal porvenir, pero es difícil creer que existe sin la presencia de quien le enseñó todo lo que sabe, y más, sobre la vida en las tinieblas y, aún más importante, sobre su vida en las sombras. 
¿Quién era Sergei sin Tatyana? ¿Sin sus palabras, sin su voz, sin su presencia? El solo pensamiento agravia su existencia. 
Su encuentro con ella sucedió de la forma que podría esperarse. Los anarquistas habían pedido que no se le dijera nada a los más antiguos, y él no alcanzó a ser quien rompiera esa condición. Llegar ante la puerta de Tatyana, mostrarle la marca de la Camarilla en su cuello, y explicarle cómo fue que terminó así, fue una seguidilla de historias que sentaron mal a la más antigua. Una palada de tierra tras otra de lo que sería el lugar donde caerse  muerto. 
“No me gusta que me mientas,” le había dicho. “Sabes que no me gusta.” 
No hay cosa que él tenga más claro que ese hecho. Incluso lo había comentado con alguien durante el encuentro subterráneo. A Tatyana no le va gustar, había pensado, y estaba en lo cierto. ¿Qué excusas podía dar? Era igual, porque su sire no permitió que ninguna fuera formulada. 
“¿Y qué hacías con los anarquistas? ¿En la calle? No recuerdo haberte mencionado nada sobre alguna alianza con ellos. ¿O sí?” Sus palabras, aunque formulando preguntas, no pretendían recibir respuestas. 
El asunto de los Anarquistas era de ellos; no del Sabbat, no de los Lasombra. Ojalá pudiera decir que no fue algo que se le haya pasado por la cabeza, ser el chiquillo estúpido que toma cualquier decisión basado en el movimiento de las masas. Pero esa no era la verdad, y Tatyana lo sabría. Ella siempre sabía lo que pasaba por su cabeza, tan pronto el pensamiento se asomaba. 
“Fue por gusto ¿no es así?” La Cainita es varios centímetros más baja que él, pero ante sus ojos lucía imponente. Su gélida mirada fija sobre él en una expresión del más puro desprecio que le hace sentirse como un inútil, cuando siempre se jactaba de ser la mejor herramienta para la mayor. Su complemento. 
La impulsividad de Sergei nunca había sido un problema hasta esa noche. ¿Quién podía detenerlo, con el dominio de sus disciplinas, y su buen juicio? Pura mierda. No fue más que una víctima de sus impulsos y de la mala suerte, pero no por eso sería merecedor del perdón. No mientras siguiera marcado. Porque a Tatyana no le gustaban las víctimas, menos si le afectaban de alguna forma en lugar de beneficiarla. 
“¿Tienes una idea de cómo esto me afecta? ¿Sabes lo que dirán los antiguos si te ven con esa marca en el cuello?” No lo sabía, pero por la forma en que lo decía, estaba seguro que terminaría enterándose, tanto en palabras de su sire como en las actitudes que tomarían los antiguos en su contra. 
Ella niega con la cabeza, reprimiendo su frustración, pero dejando ver cada pizca de su desaprobación. 
“Yo no puedo ser la sire que tiene a su chiquillo marcado. Yo te enseñé mejor que esto. ¿Acaso no aprendiste nada? ¿Eres estúpido? Yo me niego a que me pongas en esta posición.”
Él quisiera haber podido decir algo en ese entonces, pero sabía que nada de lo que saliera de su boca tendría un efecto contra la caparazón que ella se había armado. No había toque, palabra o acción que pudiera arreglar el aprieto en el que se había metido, y lo peor, es que no fue hasta ese entonces que se enteró que era así. 
De haberlo sabido, tal vez hubiera elegido vivir en la mentira. 
¿Qué era para él el símbolo de la Camarilla en su cuerpo? Represión, injusticia. Pero nada más. Antes de ir con Tatyana, había llegado incluso a restarle importancia. Sería la marca que vestiría para atestiguar la naturaleza reprochable y errática del príncipe, o algo por el estilo. Después de todo, Sergei no se había ido en contra de sus propios ideales, al formar parte del caos. Pero a ojos de su sire, la historia era diferente; el estar entre los anarquistas era irse en contra de los principios que ella le había enseñado como parte de su clan. Y ahora, se quedaría sin ella. Y eventualmente, tal vez se quedaría sin muchas cosas más.
En lo más extremo, sin clan.
Él estaba en lo correcto, porque cuando abre los ojos y atina a ver la hora, es de noche otra vez. Como había pronosticado, en lugar del descanso, su memoria había disparado el recuerdo de la mujer y las mismas palabras que llenaban su cabeza con el deseo de desaparecer. 
No repite las palabras. Con el tiempo, se volvería resistente al peso del arrepentimiento y el abandono sobre sus hombros, y lograría caminar con ligereza a pesar de él. Tatyana nunca le contó la historia, pero fue ese mismo rasgo que la llevó a hacerlo su chiquillo en primer lugar. Podrían patearlo en el suelo, maldecirlo y traicionarlo, y quizás no fuera tan fuerte para mantenerse en pie. Pero si no estaba muerto, nada de eso importaría. Volvería a levantarse, dejando las palabras encapsuladas en ese costado suyo que guarda el resentimiento y lo vuelve otra cosa: poder, sed, ambición.
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internod · 6 months
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𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐕𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎𝐍 / actividad siete.
⨁ Registro de lo sucedido a Maya Choi durante la madrugada del segundo sábado de octubre del 2023.
etapas de aceptación van por partes, primero desesperación llega a su casa incapaz de colocar mirada sobre aquella marca. vergüenza. vergüenza monumental era lo que sentía por llevar ahora marca de la camarilla, ¿acaso eso la dejaba como marginada entre los anarquitas? ¿entre gangrel? baronesa fue condenada por hacer negocios con la camarilla pero, ¿y ella? ¿le creerían si dijese que el mismo príncipe le hizo aquella marca? estaban enojades, con razón válida, pero la ponía en desventaja. ira. va hasta su baño, donde espera que agua caliente quitase parte de piel que está marcada. el dolor no es nada en comparación a la humillación que tenía que cargar de por vida. odiaba al príncipe, lo odiaba porque incluso después de dolor y empeño en retirarla todavía seguía ahí. temblando, con dorsal rojo y sensible, se da cuenta de que no se la puede quitar. resignación. noche siguiente, va hasta la primera tienda que encuentra a comprar guantes plásticos. quizá así podía ocultar marca, pero, ¿realmente podía hacerlo? ella sabía que estaba ahí. no puede decirle a su sire, ¿cómo hacerlo? rina era mucho más impulsiva y violenta que ella, intentaría hacer algo que le costase la vida. no podía permitirlo. era débil, se sentía fea con su propia piel, no podía salir de casa. finge estar enferma para las clases nocturnas en el dojo, solo para encerrarse y alimentarse solo cuando fuera necesario. ¿la aceptación? todavía trabaja en eso, por ese momento, no puede ver su mano izquierda. al menos no sin guantes. lo que si sabe, es que hará a la camarilla, al príncipe, pagar cuando menos se lo espera.
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internod · 6 months
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𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐕𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎𝐍 𝐂𝐎𝐌𝐏𝐋𝐄𝐌𝐄𝐍𝐓𝐀𝐑𝐈𝐀 / actividad ocho.
⨁ Hasta el más pequeño paso puede afectar las magnitudes de tu futuro: registros de los diferentes vástagos y sus actitudes a la hora de tomar decisiones. ¿Cuál será su postura frente a la incipiente revuelta anarquista? Nadie está exento de los brazos de la política.
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂.
⦾ ¡Buenas! Esta intervención está dirigida para que todos los personajes del grupal participen en ella. Las opciones son variadas y, a diferencia de intervenciones complementarias anteriores, tendrán la oportunidad de salpicarnos con su propia creatividad.
⦾ Los límites, de todas formas, están en el manejo de personajes no jugables que pertenecen a la administración, o el intento de superar vástagos de menor generación a través de un uso fútil de las disciplinas. Si algún guardia los encuentra, ¿qué haría un humano para librarse de esa situación? A veces, estar cerca de su humanidad podría ser de ayuda si no quieren arriesgarse a perder. No olviden que no toda pelea vale la pena, y algunas batallas mejor evitarlas, ¿o no tienes idea de lo mucho que vale la información en el Mundo de las Tinieblas?
⦾ A pesar de que sus respuestas tendrán efectos a futuro, les apegarse a la personalidad de sus personajes al responder. Deberá de ser respondida de manera IC. 
⦾ Este form estará disponible hasta el viernes 20 de octubre a las 23 GMT-6. 
⦾ En caso de contar con cualquier duda o consulta, no duden en acercarse al main.
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internod · 6 months
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𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑𝐕𝐄𝐍𝐂𝐈𝐎𝐍 / actividad siete.
⨁ Registro de lo sucedido a Choi Josun durante la madrugada del segundo sábado de octubre del 2023.
En ese instante, la innata curiosidad que siempre ha dictado acciones se siente como una especie de maldición, un terrible defecto que finalmente le lleva a consecuencias que no pudo haber previsto. La ironía le sabe amarga en la boca, cuando se da cuenta de lo mala idea que había sido estar allí, aunque participación sea nula, aunque pereza sea demasiada como para querer participar en destrozos. Lo único que quería, era ver; estar donde pasan las cosas, donde la gente habla y otros actúan, ver con sus propios ojos y ser capaz de contarlo después a quienes paguen su precio.
Ha perdido el control sobre su presencia allí cuando ve a los guardias de la Camarilla comenzar a arremeter contra otros, caos que reina a su alrededor se siente conocido, pero no bienvenido, cuando intenta uso de celeridad escapando entre calles y alguien más rápido le hace detener paso, impacto contra pared cercana que inevitablemente lo desequilibra un momento antes de volver a correr. Intenta uso de ofuscación y otro más le sujeta con fuerza el hombro para empujarle de nueva cuenta contra superficie. No es la primera vez que tiene que escapar, la idea de dejar Tokyo atrás siendo una que fácilmente se apodera de psique cuando se retuerce como un animal acorralado e intenta escapar de nuevo, su lado más instintivo batallando por hacerlo salir de lo que parece ser un terrible problema.
Siempre ha sido así, desde que recuerda retazos de vida humana, como si su existencia se basara en sobrevivir. Y se resiste, que nada es peor que la tibieza, y pronuncia lo que pretenden ser órdenes a que le dejen ir, que son devueltas con sonrisas torcidas y burlas. Intenta hacer daño y siempre hay alguien más que sale de las sombras para recordarle que ni es tan afortunado ni pertenece a una generación menor, arrastrarlo a quién sabe dónde. Por un momento, deja de sentirse tan humano, cuando visión se tiñe roja y solo quiere herir, morder, hacer lo que sea para escapar de allí. Pero todo es en vano.
Resignación no llega aún ni cuando sabe en dónde está, la cruel solemnidad del palacio siendo casi aplastante, en un silencio que no vaticina nada bueno. Lo único que le queda es absorber imágenes de lo que puede, de los otros vástagos que están con él, algunos rostros que reconoce más que otros, y también, de palabras que, eventualmente, el príncipe pronuncia, y de una imagen que es distinta a todas las que le ha visto antes, carente de pulcritud, de la perfección que parece querer imponer.
Resignación es lenta pero certera en golpearlo, cuando alcanza a observar aquel brasero, ritual que termina por incluir gotas de la sangre del príncipe, de aquel Tremere de mierda, y órdenes que se pierden en medio de revuelo que accionar causa entre algunos otros. Se vuelve a resistir, aunque ahora con el terrible pensamiento en psique de que no tiene caso, que intentar huir de esa situación es hasta ridículo, porque no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Y detesta pensar así, sentirse tan insignificante, lo detesta con cada centímetro de su cuerpo.
Cuando es su turno, cuando el olor a piel quemada de otros ya alcanza su sentido del olfato y siente brazos sujetados con fuerza, solo aprieta la mandíbula, el calor de metal acercándose cada vez más hasta que, inevitablemente, le quema la piel sobre su clavícula izquierda. Toda su fuerza se va en no gritar, en intentar que sus piernas no flaqueen cuando el dolor lo ciega por un momento, y ahora el olor distintivo de la piel quemándose golpea su olfato; casi se siente enfermo, de saber que es su propia dermis la que huele. Reconoce saña, cuando podría jurar que buscan presionar casi contra el hueso, cuando acción es todo menos cuidadosa. Casi cae cuando siente que lo sueltan, rodilla dando contra el piso antes de intentar incorporarse de nuevo, jadeando como si realmente entrada de aire fuera necesaria o sirviese de algo. No necesita verse a sí mismo para saber lo que es, para reconocer marca en el cuello de aquellos dos vástagos, o en otras zonas de los demás. Una marca maldita que no va a poderse quitar.
“¿Qué diablos hiciste, Josun?” la gelidez que pocas veces ha escuchado en el timbre de Daiju penetra psique, la mano de su sire presionando cuello con fuerza apenas tuvo el cinismo de aparecerse en aquel pequeño estudio que usa cuando vuelve a Tokyo. Puede sentir la mirada del chino centrarse en donde tiene marca, siseo bajo que deja en claro rechazo que siente por ésta. “¿Es que ahora tomamos lados, ahora eres un jodido anarquista? Debería de matarte aquí mismo.”
“Entonces hazlo, llevas 100 años diciéndolo, pero te agrado demasiado, ¿no?” suelta con la voz baja, ronca por presión que aún tiene en su garganta, a pesar de la sonrisa cínica que curva sus labios con esfuerzo, como si se negara a dejar que algo cambie, que algo le afecte. Y causa reacción, como suele ocurrir, el mayor gruñendo en frustración y empujándolo a un lado cuando lo suelta, antes de darse media vuelta y caminar por el lugar. Sonríe, porque es lo único que puede hacer, como si estuviera aferrando a resquicios de normalidad, porque si se deja afectar un poco más, siente que va a perder la cabeza. Se incorpora de nuevo, sin apartar la mirada de sire. “No estaba haciendo nada, ni siquiera un puto cristal rompí, sólo quería ver qué ocurría,” se intenta explicar, porque una parte de él quería confiar en el mayor, quizá encontrar un poco de confort para su mente, que le dijera que había una solución a eso que afectaba su piel, que le dijera que nada iba a cambiar para sí. Al final, la única persona constante en su existencia era él, la primera persona en la que había pensado al salir del palacio había sido su sire.
“Espero que sepas las consecuencias que esto puede traer,” pronuncia con gravedad, después de lo que se le hicieron minutos enteros de silencio, la pesadez en el aire una que podría casi cortar. “A nadie le va a importar tu estúpida excusa, ¿crees que alguien va a confiar en ti, una vez piensen que ni siquiera eres capaz de mantener la Mascarada?” la expresión de Josun se transforma en desagrado, fugaz emoción que busca contener, cuando la preocupación comienza a presionarle el pecho, y por un momento, aparta la mirada del mayor, pensando. Porque también es consciente de que trabajo define mayor parte de existencia, de mantener sus contactos, de un trabajo que es lo único que ha conocido desde que le otorgaron el Abrazo. Si lo pierde… No se le ocurre qué pasaría. No es consciente de renovada cercanía hasta que Daiju le obliga a mirarlo, sujetando barbilla entre sus dedos. “Buscaremos la forma de quitarlo,” sentencia antes de soltarlo. “No hagas nada imprudente mientras tanto. Si la Camarilla crees que vuelves a comprometer la Mascarada, no van a dar otra oportunidad,” le dice mientras su mirada vuelve a la marca que Josun porta ahora, desprecio que lo acuchilla, que le hace sentir odiosamente vulnerable. “Ahora vete. Necesito pensar,” indica, señalando la puerta, gesto que Josun sigue con la mirada antes de asentir y darse la vuelta para irse. Quiere romper todo, quiere romperle el cuello a alguien, quiere hacer lo que sea para vengar daños, y en una parte más escondida de psique, quiere— compañía. Pero también ha sabido, desde el inicio, que soledad es su más grande compañera, que es una característica de clan, circunstancias que evitan permanencia en un lugar, o relaciones más profundas.
Ahora, solo quiere sentir que está ganando de vuelta un poco de control.
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