Al principio mudarse huele a aventura y a nuevos retos; después de un tiempo de tanto mudarte y de tanto añorar casa, siento que casa no existe; y luego de muchas heridas internas y de dolores sordos en toda la superficie de piel, caigo en cuenta que emprender el vuelo es lo que salva de quemarnos en el incendio; que emigrar es defensa y, si al principio volar es divertido y posteriormente sólo sientes un hueco de no pertenecer a algún sitio, de saber que nadie te espera en algún lugar, sentir el desasosiego de volver a empezar, las veces que haga falta...casa soy yo.
La relación que existía entre nosotros ya no está. Han habido circunstancias que han cambiado la conexión con la que nos conocimos y yo ya no siento ningún tipo de cariño por ti.
Dolor, es lo único que sentí cuándo volví a verlo, el amor paso a segundo plano y yo solo podia recordar las pesadillas, esas noches en donde sentía que no podía respirar, cuando podía sentir casi como se me quebraba algo por dentro, ¿Cuando nos convertimos en más dolor que amor? ¿En qué momento la única persona que me había logrado hacer sentir protegida se había vuelto mi mayor pesadilla? nunca quise admitirlo pero él tenía razón cuando me dijo que siempre estaba a la defensiva.
Entonces entendí esa frase que dice que para bien o para mal, las heridas tenían memoria y él había dejado una muy grande en mi alma.
En este rincón del mundo siempre es verano. Calor y lluvia. Y 140 metros sobre el nivel del mar. No tengo alergias. Pero hay sapos. Me dan miedo los sapos y me molestan las alergias. Riesgo beneficio. El ser humano está preparado para todo excepto para dejar de mirar a quien se quiere, y para el calor de verano. He podido con lo segundo. Es más fácil colocar un ventilador que perder la memoria. No es el tiempo sino lo que hacemos mientras pasa lo que nos dice que quizás este ventilador sí sople un poco y cuando llegue el verdadero verano, en las ciudades altas a menos dos grados, con bufanda y guantes amarillos, a medio día mientras me tiritan los dientes y pienso en que prefiero el frío con mi vasito de café deslactosado, cuando sea un verano que no se sienta verano, miraré la herida que ya no es herida y ha cicatrizado junto al miedo de sentir tanto, porque el sol puede quemar pero ya no volverá a arder mi corazón que alguna vez fue tu casa.