Tumgik
#han pasado mas de 5 años pero sigo valiente
desasters-blog · 7 months
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mi yo de 15 años no puede creer todo lo que supere y sigo siendo fuerte y valiente.
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girlsongod · 4 months
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Soy celosa y no se que hacer...
Hola quiero hablarte sobre la envidia y celos, y darte mi testimonio y confesión de como este ha hecho un cambio en mi vida como bien y para mal .
LA VANA GLORIA !! Y QUE ES?
Es el presumir de bienes, virtudes, acciones de una forma exagerada y pretenciosa. Es el constante alardeo de una persona a otras.
DEJE HACER UN ESFUERZO POR ENVIDIA:
Alguna vez te paso que por que tu mirabas e redes sociales, a otras personas que talvez podían ir a la escuela por que tenían las posibilidades y tu no, degastes de luchar por ese trabajo por que otras personas por cuello o nombre lo obtuvieron sin ningún esfuerzo, dejaste de luchar por esa persona que amabas por que creíste que no eras lo suficiente bonita, guapo para ellos, dejaste que tu envida llenara tu mente y llenaste de rencor tu corazón y dices que tu eres la victima.
Dios te dice :
Jeremias 9: 23-24
23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. 24 Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.
Es muy difícil el dejar de compararte, el dejar de desear las condiciones de otros y el imaginar que tan diferente y fácil seria conseguir lo que queremos si tuviéramos su suerte.
Yo lo hice por un largo tiempo sin parar, sin querer abrir mis ojos a la verdad ( las cosas que envidiaban eran cosas de personas que estaban en mi misma condición pero para sentirse feliz necesitaban de alardear), deje llenar mi corazón de odio y estaba en una oscuridad que yo estaba encerrada a la idea que yo era una victima, que yo era la pobre alma que Dios no escuchaba, cuando Dios me había dado la vida, la sabiduría, gracia todos los días y yo no lo miraba o no lo quería aceptar por el hecho que deseaba cosas que eran en este mundo y las quería por presión social o por que la sociedad te dice, tu necesitas tener dinero para ser alguien, una carrera para ser alguien, tienes que ser bonita para que te ame tu pareja, tiene que someterte a tus jefe y dejarte maltratar.
Y Dios dice
Juan 2:16
16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo y sus deseos pasan; pero el que hace su voluntad permanece para siempre.
Testimonio:
Mi primera y única relación termino luego de casi 5 años juntos, mientras estuvimos juntos jamas dude de mi pareja , siempre me dio celos de los Likes en redes sociales pero nunca nada grave, luego que el decidiera romper conmigo, mi cabeza se comenzó a llenar de pensamientos que nunca tuve antes, y comencé a stalker a mi ex, le escribí a una de sus nuevas amigas y eso fue la razón para que el me tratara con malas palabras y bloquearme, han pasado dos años desde que rompimos yo lo sigo amando de la misma manera que me di cuenta que lo amaba por primera vez, pero durante esos dos años deje que mis pensamientos venciera mis sentimientos y lo atacaba lo espiaba en todas las redes sociales, lloraba en mi cuarto y me miraba fea, no suficiente como una fracasada, una pobre sin condiciones de pagar un boleto y volver con el, una persona con mala suerte, no era hermosa ni exótica, no enseñaba mi cuerpo lo suficiente para que el me amara; mientras yo estaba en el afán de creerme la victima comencé a perder la confianza con mi ex , y perdi contacto con el .
Luego de perder contacto y regresar con dios he comenzado sentirme bien conmigo misma, quisiera ser su amiga y espero que Dios tenga planes juntos, pero intente a contactarme con y el me bloqueo; me moleta pero se que fui la causa por la que el no me confía.
Talvez no suena como el testimonio donde la chica celosa fue perdonada por su ex, pero es el testimonio donde yo aprendí a aceptar que no soy la victima, donde las personas que yo envidio han de tener un vacío también y que soy mas comprensiva por el hecho que no dejo que la envidia me invada y me haga daño, sigo esperando el perdón de mi ex. Pero sigo esperando el momento en que Dios halla sanado mi corazón y todo sea como una pagina en blanco que no recuerde, y no tengo duda que Dios esta obrando.
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storiesofaredneck · 7 years
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Acero y sangre Cap. 5
El día empezaba a amanecer cuando Ari salió de la tienda de su tío, el día se disponía nublado pero con muchas menos nubes que ayer pero igualmente terriblemente frío, fué directamente a una de las carpas principales donde estaba la Guardia Cuervo que no guardaba la cabaña de su tío, ahi estaba Sigurd, intentando levantar la moral del perplejo grupo, se les notaba más animados, seguramente porque Sigurd ya les habia dicho que en varios dias serían reforzados con mas hombres del Nido.
Mientras recitaba su discurso, Ari se sirvió un bol con gachas, no estaban realmente buenas pero la rugía el estomago, estaba acabandose su desayuno cuando uno de los acolitos de Yharnham se acercó a su oreja.
-Milagro mi señora, vuestro tío ha despertado y se encuentra perfectamente, gracias a la sanación de los Dioses.
Ari casi dió un brinco de la silla donde estaba sentada, Sigurd la vió y en el cruce de miradas Ari torció la boca en una sonrisa, su tio habia sobrevivido, su ultimo familiar con vida, su padre adoptivo, su mundo, su niñez.
Ari se levantó y siguió al acolito a la tienda de su tio, al abrir la tienda Frederich estaba de pie, de espaldas a la entrada rodeado de la guardia que custodiaba su tienda. La tienda seguía oliendo a inciendo, pero con la entrada de aire fresco, el maestro de los Cuervos se giró sabiendo exactamente quién había entrado.
-No pense que volvería a verte por aquí querida sobrina.
Ari se abalanzó en brazos de su tio que se encontraba completamente revitalizado, la agarró con fuerza y la levantó como 10 centimetros del suelo, como hacía con ella hace muchos años.
-Sigurd me informó de lo que había pasado, he visto las fosas y los hombres que quedan, no debiste hacer esa heroicidad tio, ya no eres tan joven como antes.
-No, pero sigo siendo igual de valiente que de estupido JAJAJAJA.
Todos los de la tienda siguieron la carcajada de su maestro, menos los acolitos que iban empaquetando sus pertenencias y sus numerosos viales y provetas con hierbas y otros utelsilios quirurjicos.
-Necesito verlos, a todos, id a descansar Cuervos, habeis hecho buen trabajo, mi eterna gratitud.
Fred se inclinó con solemnidad en la salida de su tienda y se dispuso a salir de la tienda, cuando abrió la tienda se escucharon numerosos gritos de alegría fuera de la carpa, los cuervos fueron saliendo uno a uno detrás de su maestro dispersandose entre el pequeño gentio, Ari sequedó dentro de la tienda, en la oscuridad, mirando como su tio era abrazado y levantado por sus hombres, un enorme gesto de su nefasta compañía, aclamando a su lider.
En ese momento Ari se quedó pensando en esa imagen, su tio era y sigue siendo una leyenda viva, un gran comandante, comandando a sus hombres con mano de hierro pero con gran dedicación, saliendo victorioso hasta en las derrotas, cuidando de cada soldado, de cada escudero, era el padre de los marginados, de los reclusos enviados ma servir al Nido, gente con deudas, enrroladas en partidas ambulantes por todo el mundo conocido, desde guardias de grandes banqueros, hasta navegantes surcando costas aún sin explorar. Su tio era, sin duda, una leyenda viva, y ella su ahijada.
Cuando su tio logró calmar al gentío estuvo hablando con Sigurd a solas en la entrada de la tienda, Ari seguía mirando pero sin poder distinguir ninguna sola palabra de lo que estaban hablando, se mantuvo al margen de la conversación y esperó a su tío pacientamente. Cuando entró estaban a solas, su tio se sirvió un gran vaso de vino, al destaparlo pudo llegar a olerlo, era lo más parecido a alcohol puro, se sirvió una enorme cantidad y se lo bebió de un trago, sirviendose a continuación otro vaso.
-Bueno, mi querida ahijada, ¿qué te trae a mi gran campamento, lleno de vida y explendor?.
Fred se quitó el camisón descubriendose el pecho que seguía teniendo los tres cortes atravesandole el pecho, en un alto estado de cicatrización cuando ayer estaban todavia supurantes de sangre, era algo realmente asombroso, y más en un hombre rozando la vejez.
-Me envía Rickard, quería hablar contigo, sobre unos temas de la ciudad de Yharnam y un entramado secretismo entre los acolitos.
-Ese maldito RIckard, tan estirado como siempre, un hombre dedicado a su trabajo, con una sed de conocimiento que no se le escapa nada, ¿sabe algo de tu vida? ¿de tu pasado?
-Solo sabe lo más reciente, el incidente con Petrus y poco más, tampoco parece muy interesado en mi niñez.
-¿Sigues usando el tinte?
-apenas me queda nada.
-No deberías preocuparte más por eso, los hombres de aquí que te matarían por tu legado han muerto hace dos días, y con Petrus desaparecido, aquí ya no tienes nada que temer, pero sabes que no se te puede volver aceptar seguir aquí.
-Lo sé, y lo entiendo, tomé una decisión y sé que con el maestro Rickard estoy segura, pese a que sea un hombre rozando el autismo.
-No le malinterpretes, ese hombre le he visto decir completas estupideces cuando era como tú, y le he visto decir grandes discursos, animando a la gente a hacer autenticas proezas en la guerra, dale tiempo, es un poco obtuso.
-Es una persona que guarda algo, es muy misterioso y a veces me pone de los nervios.
-JAJAJAJAJA muy propio de LRickard... Es todo un personaje, tú solo dale tiempo, quedate el tiempo que precises, pero que sepas que es una persona muy impaciente, tiene los nervios de acero pero cuando alguien tarda más de lo normal se pone a afilar esa espada suya hasta que parece hecha de plata, dile que iré en cuanto pongo orden aquí, dile todo lo que ha sucedido.
Rickard se había un despertado más tarde de lo normal, en la bañera, rebosando agua, el pequeño sumidero no daba a vasto con la mayor cantidad de agua que caía del grifo, salió de la bañera y se secó, no sin antes cerrar el grifo y destapar el sumidero del fondo. Se miró al espejo y la cabeza aún le daba vueltas. Ayer fué un dia de locos, y el malditos juez Magnus no le hizo el más minimo caso, en otra época más arcaica, donde la gente era mas supersticiosa, hubieran mandado a la ciudad  un ejercito entero para deponer al gobierno de dicha ciudad y acabar de raiz con esa cultura, pero hoy con tanto incredulo y tanta diplomacia en muy pocas ocasiones se usaba la fuerza para reprender a algún pequeño gobierno, pero en esta ciudad había algo más, Rickard sabía que pasaban cosas, algo se le escapaba, en todo.
Rickar se vistió y bajó las escaleras hacia el comedor, esta vez fué al comedor destinado a los Trüppen, allí saludó a su capitán y en el silencio de su mente, continuó pensando.
Una iglesia que gobernaba una ciudad no era algo raro, pero en Yharnam, esta ciudad, los intelectuales y los eruditos más inteligentes al borde de la locura completa, ayer lo leyó del libro del maestro Willhem, en una paginas hablando con multitud de detalles y dos hojas después estaba descarrilando de manera casi chistosa, y ese cuadro, ese jodido cuadro, Rickard empezaba a sentir un poco de reparo estar ante los ojos de esa antigua reina retratada en la pintura, Rickard había asistido a algún que otro exsorcismo de personas malditas por alguna secta, pero lo de ese cuadro no tenía explicación, se notaba en el ambiente, ese cuadro ponía realmente nerviosa a la gente, y algún que otro guardia no se pasaba mucho rato guardando la entrada de la biblioteca, era un sentimiento común, cuando la lógica falla, la gente pierde un poco de su cordura y acometen de una manera un tanto primigenia, si hay un mal, ese mal debe ser destruido, recurriendo a la fe, o a la fuerza de desterrarlo por tus propios medios.
Cuando terminó el desayuno, subió a su cuarto y se puso a escribir en una hoja sus pensamientos, no le llevó mucho tiempo, sabía que, si tenía que seguir el juego al maestro Willhem, en su locura, tenía que saber a que se enfrentaba, y si llegaba el caso, debía mandar una carta al cuerpo de la Inquisición y desterrar ese mal oculto, llegando a reducir esa ciudad a escombros si llegase a ser necesario.
Sin demora se armó y se dirigió al centro de la ciudad, se camufló con la gente y sin pensarlo dos veces, se puso a hablar con desconocidos habitantes intentando sacarles la máxima información posible, con su locuaz conversación.
La mañana se planteaba provechosa, le gente le había contado gran cantidad de historias, unos maravillados de como la Iglesia había salvado de una enfermedad a algún familiar o amigo, y otros completamente escepticos sobre los metodos de la futura Iglesia de la “Sanación”. Cuando al mediodia replicaron las campanas, y la mayoría de la gente, entre curiosos y creyentes se encaminaron escaleras arriba al distrito de la catedral, la gran plaza estaba abarrotada. Pudo ver al maestro Willhem juanto con un grupo de acolitos haciendo una proclama, tambien vió a Gustav detras, rezagado, hablando con otros acolitos.
Rickard se subió a una pequeña pared para ver entre el gentío y pudo ver con el prismatico lo que parecía un hombre en un avanzado estado de Lepra, le llevaban en volandas, Rickard no sabía si ese hombre aún respiraba, parecía un completo cadaver con la piel hecha girones.
Entre el griterio constante de la plaza Rickard no oía bien lo que decía Willhem, pero en un aumento de su voz pudo distiguir:
-¡Observad, el poder de los Dioses, otorgado a su pueblo, sangre de los Dioses, sanando a sus hijos!
Willhem con la ayuda de dos novicios vertieron un caliz de sangre sobre el hombre, este levantó la cabeza y abrió la boca, la sangre le caía por todo su cuerpo, parecía que sus poros podían absorverla, era algo realmente extraño. La plaza se sumió en un profundo silencio sepulcral, y el hombre moribundo se levantó, y las costras de piel putrefacta se le empezó a caer a tiras, parecía una serpiente mudando de piel, el hombre empezó a frotarse con ayuda de un sacerdote las tiras de piel de todo su cuerpo, sin mas sangre. El hombre podía ponerse de pie, y empezaba a caminar, mirando a la gente.
-Diez años con esta enfermadad sin cura y hoy me habeis sanado mi señor, ¡que los dioses bendigan esta obra suya!
La muchedumbre estalló en un completo alboroto de jubilo, vió que hasta algunos de los trüppen que vigilaban los alrededores del palacio se acercaban curiosos.
-Desde el dia de hoy, ¡queda fundada la Iglesia de la Sanación! ¡la cura de cualquier mal!. Dijo el maestro Willhem.
Esto no beneficiaba a nadie, la gente empezó a hacer cola a las puertas de la gran catedral contenidas por los guardias de la ciudad, todos las sacerdotes empezaron a dar con un dispensador gotas a la gente, los niños corrian dando voces a los cuatro vientos viniendo más y más gente, en poco tiempo las calles empezaban a estar colapsadas. Rickard se anticipó y mandó a los trüppen resgaurdarse y cerrar el palacio, dando la voz de alarma, no sabía lo que una turba podía hacer si se controlaba pero al poco tiempo, la plaza fué desalojada por la guardia de Yharnam. Rickard salió y se dirigió escaleras arriba, ahi estaba Gustav dispensando entre los acolitos gran cantidad de viales de sangre, para repartir esa “bendición” entre la gente, Rickard no entraba en esa alegría de la gente, era sangre sacada de vete tu a saber qué cuerpo, era algo realmente que repugnaba a Rickard.
Cuando acabó la entrega, Gustav en un cordial saludo y una sonrisa, saludó a RIckard.
-Todos estos años de trabajo e investigación han servido para algo, me alegra haber podido ayudar a la gente.
-No me sorprende, buen trabajo Gustav, al fin vuestro trabajo ha dado sus frutos, mi más sincera enhorabuena.
-Ohh no amigo no, por favor, no me reverencie a mi, todo esto fué gracias a la buena obra de mi maestro, toda la gloria de los Dioses.
-Y por curiosidad, ¿que dioses son los de vuestro culto? Me sorprende que no exista ninguna estatua ni ningúna imagen de ellos,
-Ahh la tipica pregunta del ateo. Nuestros Dioses son muchos, son como las estrellas, viviamos en un mundo de un solo Dios pero nuestros antepasados le desterraron, no hay un Dios, hay muchos, miles, todos para darnos sus bendiciones, dentro de poco, nos vendrá un profeta, estoy seguro. Un emisario de las estrellas.
-Sabes que eso no es seguro, ¿no?
-Amigo mio, es simple cuestión de fé, y conocimiento, por favor, acepta esto.
Gustav abrió su abrigo y vió que ese gentil clerigo llevaba un arma de filo, posiblemente una cimitarra, le dió un pequeño vial de esa “bendición”.
-Úselo con moderación, la gracia de los Dioses siempre a sorbos pequeños jajajaja.
-Lo tendré en cuenta, gracias amigo.
Rickard tenía lo que necesitaba, la prueba definitiva, la sangre en el vial, no estaba seguro de qué hacer con ella pero seguramente que William sabria analizarla.
La ciudad había vuelto a la normalidad, veía como los religiosos iban peregrinando con ese dispensador en la mano formandose grandes gentios al rededor de ellos, y otras personas repudiando sus servicios, encerrandose en sus casas o simplemente pasando de las multitudes.
Rickard había hablado con el anciano Will y a este se le encendieron los ojos al ver lo que tenía en su mano, al fin podrian descubrir que era ese tipo de suero. En la parte de arriba Will tenía en un estante un pequeño laboratorio funcional, se les pasó la mayor parte del día, prueba tras prueba, casi había agotado el vial, William , pese a su edad, se estaba impacientando por no arrojar resultados, finalmente, el final estaba decidido, no sabían de que se trataba, en el microscopio se veían globulos rojos, altamente alterados, en conclusión, era sangre normal y corriente.
-Debemos saber que hace esto, si de verdad estas en la cierto y ese leproso ha sanado, puede ser el mayor avance de la humanidad.
-Esta noche me infiltaré en la iglesia, usaré las catacumbas, voy a ver que hacen para experimentar con esta sangre.
Rickard volvió al palacete donde dió la orden de no dejar pasar a nadie, y si era urgente, tenían que registrar a todo el que entrase y antes revisar su documentación, a uno de los intendentes le mandó reforzar las puertas y ventanas en los proximos días, debía hacerlo lo mas rapido posible, le había extendido una carta de pago imperial sin fondo, tenía que ponerse a fortificar el palacio en los dias siguientes.
Entre todo el revuelo, Ari atravesó la puerta del palacete, cuando vió a una vientena de Trüppen limpiando y cargando sus rifles de una manera casi mecánica, la biblioteca estaba a revosar de paquetes y cajas de  munición, puestas con gran delicadeza encima de manteles para no manchar la madera de la misma, ahí pudo ver a Egells dando ordenes a sus sargentos dividiendolos entre los pasillos y ventanas del palacio, listos para abatir a cualquier enemigo que quiera entrar, tambien estaban los mayordomos, empuñando lo que parecía unos pequeños trabuquetes y pequeños cañones de mano. Rickard estaba al final de la mesa, casi a oscuras, estaba afilando su pequeña espada, mirando al gran cuadro de la biblioteca.
Cuando vió cruzar a Ari delante de su visión las imagenes por un segundo se solaparon formando una sola cara y un solo cuerpo.
-¿Como fué el viaje? ¿y como está tu tío?
-El campamento fué atacado y la mayoria de la los soldados del cuervo muertos, una victoria pirrica, mi tio ha sobrevivido.
-Me alegra saberlo, luego seguimos hablando, pertrechate, hoy vamos a meternos en la Iglesia a ver que esconden, estan dando sangre en masa, parece una especie de suero inyectable, de un lugar desconocido, esta Iglesia profesa algún tipo de fanatismo a lo que parecen ser Dioses, esperate hoy derramar sangre, será tu prueba de fuego, no me falles.
-Nunca he defraudado a mi tio, y no lo haré contigo.
-Perfecto, el palacio está sellado, vamos a ir por el subsuelo. come algo, te espero en el sotano del palacete, no tardes.
Ari subió rapidamente a su habitación, cogió todo el cinto de cuchillos y se los ató al pecho, antes de bajar cogió uno de las espadas que había en la biblioteca, aún había gente pertrechandose, no era una hoja muy engalanada, y era un poco pesada, pero lo suficientemente corta para espacios cerrados.
Enfundados en negro y sin distintivos se encaminaron con una linterna a través de los túneles, Rickard llevaba una tiza, y en cada bifurcación hacía una pequeña marca, intentando orientarse, subiendo las pequeñas escaleras y siguiendo el curso del agua a contracorriente, llegaron a una alcantarilla donde mirando detenenidamente se podía ver la parte de atrás de la iglesia, Rickard bajó la luminosidad de la linterna y sacó la cabeza por la alcantarilla, no había ni un alma.
Ambos salieron del subsuelo y entraron dentro de los jardines de la catedral, podían ver a algunos monjes orando, parecía que ahí no habia nada, una simple catedral, sin habitaciones ni sotano, solo los cimientos que se veian desde el subsuelo, pura roca.
Abandonaron el campo de la catedral y se encaminaron por el bosuqe hacia la universidad y la Facultad, en el bosque, vieron una gran cantidad de luces y gente susurrando, entre los matorrales, Rick sacó sus prismaticos y vió que esos ciudadanos estaban rezando, al igual que los clerigos de la catedral, en una especie de altar, entre los que encontraban estudiantes.
Siguieron avanzando con paso furtivo y cuando llegaron a la Facultad entraron a hurtadillas por una ventana que daba a una de las aulas, estaba vacía, se podía oir en algún lugar de ese inmenso sitioa un profesor dondo clases a altas horas de la noche. Rick miró el reloj y vió que tenían media hora para que acabase esa clase y los pasillos se llenasen de estudiantes y eruditos.
Vieron unas escaleras y bajaron, a una especie de laboratorio de la Facultad, Rickard intentó distingir cualquier ruido o silueta entre la oscuridad de la sala y no localizó a nadie, encendió de nuevo la linterna y se aventuaron entre grandes piras de libros mal organizados y animales metidos en formol, algo de lo mas normal en cualquier facultad, el aire estaba empadado de polvo y un fuerte olor a alcohol puro, al fondo de la sala había una estantería enorme, y sin enbargo, ninguna escalera para alcanzar los libros de las zonas más altas.
Escucharon un ruido de unos pasos bajando por la escalera, Rickard apagó la linterna y ambos se escondieron entre unas estanterías el hombre iba con una unica vela, apenas se le veía la cara, e iba entonando un murmullo muy breve, pero contínuo, apenas inteligible, cuando llegó a la gran estantería el desconocido apagó la vela y la poca luz que habia en la habitación se tornó en tinieblas, se scuchó un ruido sordo, y un mecanismo escuchandose. “Click- Tick-tick-Tactactac” y un portazo, retornando la habitación en el más absoluto de los silencios.
-Muy bien genio, una puerta secreta, Dijo Rick.
-Eres muy agudo, dijo con una pequeña risa Ari.
Ambos se quedaron mirando la gran estanteria, alumbrada con la tenue luz, buscando cualquier signo de alguna pieza que accionar para abrir la puerta, Rick fué palpando libro a libro buscando cualquier hueco donde hubiera un botón, Ari encontró el mecanismo al otro lado, mientras el sonido de la puerta se abría, era un sistema muy complejo, al pasar la puerta Rick observó el mecanismo, una serie de poleas y contrapesos muy bien diseñados, el que lo hubiera creado sabía lo que hacia, entraron juntos con paso ligero, adentrandose en unas escaleras de piedra.
Al llegar al ultimo tramo de las escaleras Rickard vió varias fuentes de luz en la habitación, según sus sentidos estaban por debajo del subsuelo, era una habitación contruida en una roca, posiblemente aprovechando una cueva.
Nada más entrar Rickard apagó y dejó la linterna con sumo cuidado detrás de la pata de una silla, fueron con paso ligero pero silencioso a donde estaba la persona que había entrado, parecía estar vacío, y si su teoría era cierta podian interrogar a ese hombre con relativa calma.
La habitación, pese a estar todo desordenado estaba muy iluminada, grandes sabanas blancas cubrian la mayoria de las mesas, se podía ver que eran alambiques de gran tamaño, por los conductos de cobre que pasaban de unos a otros, el desconocido estaba tomando muestras de lo que parecía ser la ya conocida sangre.
El hombre se percató de su presencia, pero Rickard fué más rapido, en un rapido movimiento inmovilizó su brazo derecho que estaba agarrando un puñal enfundado debajo de su tunica y con el otro brazo le propinó un puñetazo en la mandibula que lo hizo tambalearse, Rick aprovechó y le estampó la cabeza contra la mesa, haciendo temblar todas la probetas que había en esa mesa, el hombre cayó fulminado al suelo.
El Hombre no era más que un estudiante, no tendria un año más que la edad  de Ari, Rick quería inmovilizarle manteniendole de espaldas, pero si se percató de su presencia pudo verle la cara, así que lo mejor era noquearle y que su visión quedase en un borroso puñetazo.
-Busca en las mesas documentos que revelen la composición de este liquido, dos minutos.
Ari afirmó con la cabeza y empezó a leer y a rebuscar los papeles y cuadernos que había en las mesas, mientras Rick registraba a ese alumno, en el registro, vió que tenía una marca de una aguja en el cuello, seguramente de un vial, rebuscando en el bolsillo vió el vial de sangre casi lleno, seguramente se lo auto-inyectase. Rick sacó de su bolsillo un fuerte narcotico en un pequeño bote y se lo vertió por la boca, tenía un fuerte olor a azufre, pero era efectivo a la hora de inhibir los recuerdos mas inmediatos del cerebro. Cuando acabó con el alumno, lo dejó ahí mismo tirado en mitad del pasillo, Ari seguía mirando y metiendose hojas en el bolsillo, algunas arrugadas, pero en el fondo, era lo que necesitaban, información, Rick siguió mirando la estancia y retiró una de las sabanas, era un enorme alambique de cristal, lleno de sangre, cada uno podria contener hasta quinientos litros de sangre, esto era una locura, una producción en masa de sangre, que borboteaba formando pequeños vapores que eran retenidos en lo que parecía una bolsa con hierbas, para eliminar el olor residual.
Rick siguió mirando la estancia y era más grande de lo que parecía, una galeria que se extendía, lleno de esos alambiques, esto era de locos, aquí fabricaban esa sangre, pero ¿de donde?.
Un sonido retumbó entre las paredes de la habitación, Rick hizo un gesto a Ari y se juntaron, fueron zigzagenado entre las mesas de la habitación cuando vieron a un grupo de cuatro novicios saliendo de lo que parecía una gruta, el aire estaba menos caliente y cuando pasaron se escabulleron por el pasadizo de donde salieron esos cuatro, el aire estaba en ese corredor mucho más cargado, había pocas linternas, pero las necesarias para iluminar el camino entre la penumbra, las paredes estaban arcaicamente decoradas, llenas de grabados y con pasadizos cerrados por ferreos barrotes de hierro negro, se escuchaban ruidos sordos en la distancia, Rickard no sabía de donde venían por la resonancia entre las paredes de ese corredor, siguieron las luces y llegaron a la parte alta de las pruebas.
Una sala, mucho mas amplia, mucho más profunda, lleno de jaulas, de camillas, de acolitos, practicando la “sanación” sobre personas y animales, los ruidos al entrar se transformaron en gritos de dolor y de agonía, gimoteos de los perros y ladridos de los que aún estaban sanos, Rickard Vió que al otro lado de la entrada hacia la derecha, venía una corriente de aire nocturno, debían estar cerca de la salida, pese a haber bajado tanto, debían estar en el borde de un acantilado, en el otro limite de la ciudad, o incluso, fuera de ella.
Cuando Rick tornó la vista atrás vió a un grupo de estudiantes, corriendo hacia donde estaban ellos, agarró del brazo a Ari y la apartó del camino, encerrandose en una de las habitaciones anexas en el corredor de arriba.
En esa habitación había un hombre, o lo que quedaba de el, estaba completamente hinchado, con enormes bolsas rojas en donde deberian estar los ojos, sin pelo, parecía un hombre con obesidad morvida, pero en vez de grasa, se delataba que estaba revosando sangre.
El hombre se percató de la presencia de los dos intrusos e intentó gritar pero solo le salió sangre de la boca, un espectaculo grotesco de sangre, llevaba la túnica de uno de los camarlengos de la Iglesia, pero teñida de la sangre, que le emanaba, de la piel, cada vez que se movia.
Rick con un gesto de tremendo asco, se acercó al hombre que, pese a no tner ojos, le seguía con sus cuencas chorreando sangre, que acababa en un sumidero.
-¿Puedes oirme? Dijo Rick
El hombre arqueó la cabeza hacia abajo.
-¿Te han secuestrado?
-El hombre negó. Abrió la boca y seguía echando sangre entre sonidos ininteligibles.
-¿formas parte de la Iglesia?
El hombre asintió.
El olor de la habitación era nauseabundo, un olor a putrefacción inundaba las fosas nasales de Rickard entre el olor de la sangre.
El hombre eructó y siguió vomitando más liquido rojo, todo iba conducido hacia el desague de esa habitación.
Sus dedos rollizos empezaron a moverse, se estaba alterando, pero apenas se podía mover.
Rick no sabía que preguntar. Parecía estar hablando a un automata, más que a ún ser humano.
El hombre sigió vomitando hasta que empezó a respirar, una respiración entrecortada, esa cosa estaba respirando.
-Malditos....
-Malditos aquellossss....
-Malditos que mancillaron la sangree...
-Un sacrifico... por la sangre...
Esa mole de carne y sangre giró su cabeza mirando a espaldas de Rickad con las cuencas de los ojos aún supurando sangre.
-TEME A LA VIEJA SANGRE.
-LOS DIOSES ME HAN ELEGIDO, TRAIGO LA SANGRE AL MUNDO.
Rickard tapo la boca de ese hombre, pero era demasiado tarde, se oían ruidos de pisadas corriendo hacia ellos. Se juntó con Ari en la puerta, habían tenido suficiente por esa noche debían salir de ahí, giró a Ari empotrandola a la puerta y la dió un fuerte tiron en una de las solapas de la gabardina, saliendo un duro pedazo de cuero.
-Abrochate el cuello, y súbetelo, es una mascara de combate, evitará posibles cortes en la cara.
Rickard hizo lo mismo con la suya, que ya estaba sacada, desenfundó su pistola y abrió la puerta, Ari salió corriendo la primera hacia la salida que habia visto él, vió a diez, puede que quince guardias mirandole en la entrada del corredor, en la entrada de la habitación, Rickard en un ágil movimiento cargó su arma y propinó un disparo al hombre que aún estaba gritando, el cuerpo reventó con el disparo como si fuese una bolsa de agua, la sangre salió esparcida por toda la habitación, manchando la mano enguantada de Rick, inmediatamente después siguió a Ari, que estaba propinando una patada a la puerta y como había supuesto, era una salida al exterior, que daba a una escalinata de hierro incrustada en la roca. Los pasos les seguían de cerca, cuando llegaron al final llegaron a una de las partes del bosque, al lado de una pequeña cala escarpada con una salida al mar, con un pequeño rio formando un profundo fiordo. no veían más que luces, y la luz de la luna creciente entre las nubes. El bosque se extendía hasta donde alcanzaba la vista, llegando a un acantilado que lo delimitaba de manera natural.
Su única oportunidad era meterse en el bosque y si les seguían, plantarles cara allí, Rickard intentaba buscar la ciudad para localizarse y buscar un punto de huida, pero no lograba ver nada, solo arboles y ningún punto de referencia en la noche.
Se oían las campanas repicar, en algún lugar, mas allá del bosque, entre los arboles, lograron despistar al grupo de perseguidores escabullendose y llegando a la entrada de Yharnam, la puerta estaba custodiada por cinco guardias de la ciudad, armados con lanzas.
Debían pasar, no quedaba otra; sin pararse, Ari lanzó un cuchillo arrojadizo al que tenía un silbato en la boca, solo salió de su boca un chorro de sangre que le impidó avisar a nadie de alrededor, cuando estos se fijaron que su compañero cayó al suelo, Rickar arremetió, rajando el estomago bajo la pechera de uno de ellos, y Ari cortó la garganta de otro de los guardias, estaban tres contra dos, los guardias cargaron con las lanzas en ristre, pero Rickard estaba preparado, guardó su arma de fuego y desvió el lanzazo, propinando una patada en la rodilla al guardia, rompiendosela, antes de poder gritar el puñal de Rickard ya estaba atravesandole la traquea repetidas veces. Ari no lo tenía tan facil, logró zafarse cortandole de un tajo la cabeza de uno de los guardias, pero el otro logró agarrarla para propinarla un lanzado, agarrando la lanza por la punta, Rickard estuvo muy rapido para agarrar la lanza y romperle la nuca de un lanzazo.
-Demasiado lento, ahí vienen.
Un grupo mas numeroso de guardias, acompañados por algún monje habian oido el sonido de la refirega, subiendo la pequeña cuesta camino a donde estaban los dos compañeros.
Volvieron sobre sus pasos al bosque, Rickard estiró su espada con un grácil movimiento y Ari cogió una ristra de cuchillos manteniendolos en su mano cerrando el puño, listo para lanzarlos.
Estaban en mitad del bosque, no parecía haber mas soldados.
-Deja que se acerquen, pegate espalda con espalda, lo estas haciendo muy bien.
Ari estaba palida de los nervios, cuando decapitó a ese guardia con la espada y vió como la luz se le iba de los ojos, segar una vida, tan sencillo, y a la vez tan pesado.
El grupo era numeroso, Rickard llegó a contar quince, viente soldados, les estaban rodeando, pero atacaban desorganizados, alguien dió la orden de cazar a los intrusos, Rickard sacó su arma de fuego y de uno de los bolsillos sacó una bocacha, la armó en la boca del arma y en un instante modificó el cargador, apretó el gatillo y sonó un sonido sordo, amortiguado, y la bala que salió se dividió en esquirlas, como si fuese polvo, pese a la oscuridad, vió como las pequeñas esquirlas volaban, llegando a la cara de sus oponentes, dejando a cuatro de ellos cegados por el impacto.
Era su oportunidad, se enfundó su pistola y cargó, alejandose de la espalda de Ari, empuñando su espada ligeramente curvada con ambas manos, al primero le propinó un único tajo, atravesando la armadura, el segundo y el tercero quitandose las esquirlas de sus caras, ni se dieron cuenta cuando Rickard se zafó de sus erraticos movimientos fruto del agudo dolor que les producía ese ataque, el cuerto no tuvo tanta suerte, y pudo ver como Rickad destripaba a uno de sus compañeros, cuando quiso darse cuenta, el filo palidode la espada de Rickard estaba atravesandole el cuello, el resto del grupo, se alejó de Ari, menos el monje, este había mandado al resto encargarse de la amenaza mayor, esta se quedó mirando al monje girandose sin dejar de mirarse, cuando cambiaron sus posisiciones, el monje intentó cargar contra ella pero Ari le lanzó un cuchillo que le impactó en la yugular, segandole el cuello de lado a lado,  vió como Rickard se enzarzaba en un sangriento baile de sangre y Acero, mientras el monje intentaba taparse la garganta, de donde salía sangre a borbotones.
Rickard estaba tranquilo, pese a la situación, cogió una lanza del suelo y la agarró con el brazo izquierdo, contaba y recontaba a los enemigos sin dejar de girar, siempre atento, a cualquier movimiento o sonido, en un arqueamiento del brazo, soltó la lanza girandola en un movimiento circular desde la cadera con gran velocidad hacia uno de los guardias, uno la esquivó, pero el de atrás no tuvo la misma suerte, escuchó el sonido de las laminas de la armadura rechinar y consiguió parar un espadazo de uno de los guardias, que iba directamente hacia su clavícula, giró sobre sí mismo y siguiendo el movimiento del cuerpo, la espada revanó la garganta del guardía, llegando a cortar incluso las vertebras, el resto de los guardias no se demoraron, y cargaron todos contra RIckard, que devolvió la carga arqueando su cuerpo sobre sus rodillas deslizandose entre las hojas caducas del suelo, cercenando una pierna y levantandose poco despues, agarrando un estoque, muy ligero, , con los dos brazos empezó un movimiento circular desviando espadazos y lanzados por igual, rompiendo dos lanzas, y llenando de agujeros el peto de otro enemigo.
Notaba el miedo en los ojos de sus enemigos, pero este era su ultimo baile, arqueó un sonrisa, y escondió su espada detras de su brazo, tirando el estoque, provocó a los guardias que quedaban para que le atacasen esquivando un mandoble desde arribapropinando un puñetazo directamente en la nuez, ejecutó tres girós y cambió de mano su espada, recibió un lanzazo esquivandolo, agarrando la madera y empujando para hacerle una zancadilla, el lancero cayó y Rickad siguió manteniendo la lanza, girandola una vez liberada y hundiendosela en el craneo, quedaban dos.
Y ahi estaban, dos cuerpos, decapitados, inertes, Rickard contaba muy bien y sabía que no los habia matado él, se incorporó y empezó a examinar el entorno minuciosamente, la luna esta solitaria en el cielo, iluminando la reciente lucha, No detactaba movimiento, sólo a Ari en un extremo completamente quieta. Mirandole fijamente.
-Quien seas, muestrate, no te seré hostil.
Una figura salió de detrás de un arbol y fué andando en la dirección de Rickard, llevaba el traje de acolito de la Facultad, encapotado bajo una gran capa negra, con un sombrero algo desgastado, cuando la luz bañó su rostro, Rickard supo quién era, Gehrman, el ayudante de Willhem.
-Habéis montado un buen alboroto, propio de los Imperiales, no sabeis que hacer con vuestra vida y os da por meteros donde no os llaman.
-Necesitaba respuestas, y Yharnam, como provincia imperial, está bajo mi juristición.
-Ahí las tienes. Gehrman señaló el claro, lleno de cadaveres.
-Una ciudad de locos, gobernada por autenticos psicopatas
-No vas mal encaminado, pero eso solo es la punta de Iceberg, deberiais iros, por ahí llegan mas guardias, si no os importa, acompañadme.
Rickard fué con paso firme hacia donde estaba Ari, esta intentó soltar un grito de autentico terror pero Rick la tapó la boca.
-Soy yo, soy yo, tranquila, ya ha pasado, nos vamos de aquí.
Rickard sabía que Ari no respondería, así que lo mejor que se le ocurrió en ese momento fué abrir un pequeño frasco con un fuerte olor a rosas, un potente somnifero, lo usaba cuando no podía dormir, después de la guerra.
Cargó a Ari sobre sus brazos, acurrucandola lo mejor que podía sobre su pecho.
Gehrman empezó a dar voces, por un momento pensó que les había traicionado, pero empezó a dar ordenes a los soldados.
-Unas bestias han escapado, buscadlas, acompañaré a los imperiales a su palacete para sanar sus heridas, doblad la guardia y etremar las precauciones, son muy peligrosos.
El camino fué tranquilo, todos los guardias iban y venian, la ciudad había sido blindada, patrullas y más patrullas salían de las arterias principales de la ciudad, todos inyectandose esos viales con sangre.
Llegaron a la esquina del palacete y esperaron a que una de las patrullas siguiese su camino.
-Por un instante pensé que nos ibas a traicionar.
-No te quejes querido compañero, el mal está por todos lados, y ahora más que nunca necesito a hombres y mujeres capaces de combatirlo.
-¿Que ideas tienes?
-Mostrar a mi maestro La Verdad, fuera de toda fe o creencia. Contactaré contigo cuando pueda, hoy me espera una noche larga.
-Gehrman... Gracias.
-No las des, teme a la sangre.
Sin decir otra palabra, Gehrman se giró y se fué, era un tipo muy singular, no parecía nada, mas que un simple acolito de Byrgenwerth, enfrascado en libros, en la oscuridad, Rickard vió como portaba en su espalda lo qué parecía una enorme guadaña.
Cuando llegó al palacete, los Trüppen le vieron y abrieron la puerta inmediatamente, les dijo que se habían encontrado con unos sospechosos y les habían atacado, sin demora, subió a Ari a su habitación, la quitó la gabardina negra y la  tumbó en la cama, estaba sin un rasguño por suerte,  buscó uno de los frascos de su armario iba a acercarla el frasco a la nariz para que lo oliese cuando notó que una gota de sangre de su mano cayó en sus labios, estaba sangrando, se desvistió y tenía un corte en el hombro, alguno de los ataques le había cortado justo donde las telas se unen, rasgando tela y carne por igual, tenía un regero de sangre que le llegaba hasta la propia mano, no se dió ni cuenta de cuando se lo habian hecho, pero empezó a dolerle horrores, bajó al salón y en el pequeño cajón del recibidor cogió una de las muchas botellas que ahí había y se subió a su cuarto.
Dejó la botella en su mesa y se quitó el chaleco y la camisa, mojó en una tela limpia el alcohol de la botella y se aplicó la tela en la herida, no era la peor que le habian hecho, pero el dolor era muy agudo, se sirvió un trago en un vaso de cristal, y empezo a beber, sus recuerdos de la guerra le sobrevolaban la cabeza, cada herida, cada compañero muerto, cada enemigo derrotado, el alcohol mitigaba el recuerdo, y él lo sabía bien, cuando dió el primer sorbo, un olor ferroso recorría sus fosas nasales, pero el sabor de ese alcohol estaba realmente bueno, dulce, era esa botella que olía tan mal, pensando que estaba mal enbotellada con un liquido podrido, pero el sabor le recordaba a canela, con un toque algo picante, que recorría su garganta, no sabía que era, y en ese mismo momento no le importaba, acabó su copa y se sirvió más.
Mezcló unas hierbas y se la puso en la herida, para acabar con la posible infección y que la sanación fuese lo más rapida posible, el brazo dejó de dolerle, al poco rato.
Ari se despertó de un salto, y Rick se sorprendió incluso más que ella.
-Deberías estar dormida, te dí un potente somnifero,
-Sí, me acuerdo... era de rosas
-Para ser una antigua cuervo eres una caja de sorpresas.
-Si... necesito un baño, huelo a sangre.
-Hoy los dos olemos a sangre, dejalo para mas tarde, y bebe un poco, huele un poco mal, y es fuerte, pero es lo mejor para mitigarlo todo.
Ari agarró el vaso y Rick la hizo un gesto sosteniendo el, un vaso invisible, haciendo un brindis.
-La primera siempre es la peor, luego con el tiempo te acostumbras, y llegas a pillarle el gusto a veces.
Rick se encendió su pipa, esta vez el alcohol no le hacía más que excitarle, más que calmarle, así que cogió su tabaco y lo mezcló con una hierba tropical, de efecto narcotico, tenía que calmarse, estaba en una misión fuera de su ciudad, con una alumna al borde del trauma en una ciudad llena de locos.
-¿cómo aprendiste a moverte así? Preguntó Ari.
Rick dió una larga calada a la pipa, y su cabeza se despejo, pero el dolor persistía.
-En la guerra o te adaptas, o mueres, no hay termino medio.
-¿y como conseguiste pasar el trauma, de la guerra, quiero decir...
-Es un dolor fantasma, desaparece, pero siempre lo tienes ahí, y ese dolor al final acaba destrozando tu vida, y la de tus seres más queridos.
-¿perdiste a alguien?
-Los perdí a todos en el ultimo año, solo quedaba yo...
-...E Ygritt
-¿como sabes su nombre?
-cuando me hiciste la conexión con las hierbas, nos conectamos, de algún modo, he podido ver cosas, y te he visto a ti, en la guerra, luchando, he sentido lo que tu has sentido.
Ari se sirvió otra copa y se la bebió de un trago, estaba completamente extasiada.
-Eso... es imposible, una de cada diez mil veces que un emisor pueda recibir información de un receptor...
-Seré la una de entre diez mil.
Rickard estaba absorto, tenía la mente completamente ida, entre ese alcohol y lo que se estaba tomando estaba entrelazando todo en su cabeza, su misión, sus recuerdos, su ira, su vacío.
-¿Y como te llamas de verdad? Tu nombre es de las tierras montañosas del sur, pero tu cara es palida como la leche, y el pelo... me escama, me fije que tenías un tinte en tu habitación.
-Es... una larga historia... me llamo Maria... bueno mi madre me llamó así... cuando mi familia murió y mi tio me encontro, quiso ocultarme, por mi sangre, desciendo de una familia perdida de hace cientos de años, y con la caida y desaparición de mi casa, soy la ultima de mi familia.
Rickard no dijo nada, estaba intentando analizar las palabras una por una con la mayor rapidez posible, pero se perdia, era patetico. cogió la botella de alcohol, y bebió un gran trago, Maria se dirigió al baño, y se desnudo, del baño desprendía una gran cantidad de vapor y cuando salió, Rickard vió que el pelo, moreno de la joven, pasó a un tono grisaceo, casi tornandose a un blanco invernal.
-Sangrevil, eres una renegada, según cuentan las leyendas, tu familia tenían fama de ser unos asesinos despiadados.
-Pese a eso, mi familia ya no existe, fueron exterminados y mi hogar se perdió para siempre.
-Quedas tu para continuar con su legado, ¿no?
-Mi apellido ya no vale nada, todo lo que he conseguido ha sido por mi propio camino, si tengo que entrenar entreno, si tengo que marchar, marcho, y si tengo que matar.... mato.
-Es un camino donde todos alguna vez hemos caido, por una razon u otra, y volveremos a caer.
Maria agarró la botella y continuó bebiendo, Rickard la apartó y bebió el, ese maldito liquido le estaba volviendo loco, necesitaba conseguir otra botella, podía oir todavia el sonido del acero atravesando la carne en esa misma noche.
-¿Y tu? ¿tienes algo que ocultar?
-Nada, dijo Rickard en un tono burlón.
-Bueno, no pasa nada ya lo averiguaré esta noche.
Maria le sirvió un trago a Rickard, este no podía más, fué acabar esa copa, y salir a matar a alguien, tenía que acabar con los dos que le faltaban esa noche.
-Nadie escapa al Filo Blanco, ¿donde estan mis armas.? Ari, donde estan...
Cuando Rickard subió su mirada, vió a Ari completamente desnuda, estaba de pie entre Rickard y la mesa con las armas, su pelo blanquezino la caia hasta la altura de los senos, sus curvas denotaban una pose provocativa, en una pequeña avertura en el sexo.
-No me llamo Ari, y esta noche no las vas a necesitar, Caballero de Jueces.
Rick cuando vió ese cuerpo no pudo evitar que su miembro se erectase, su cabeza le seguía dando vueltas, demasiadas cosas por una noche.
Rickard se abalanzó sobre Maria, esta le desabrochó los pantalones y empezó a palpar su miembro, estaba muy duro, esta se abalanzó sobre él y ambos cayeron en la cama, estaban completamente borrachos, y a la vez plenamente conscientes de sus actos, Maria deseaba que Rickard la penetrase, era un impulso inconsciente, pero en el fondo de su ser, solo quería que ese hombre la tuviera a ella, y tenerle dentro, todo el día, Rickard no se demoró y empezó a penetrarla, haciendo que Maria se retorciera entre un gritos sordos de placer, Rickard la miraba con una mirada que podía ser la mismisima mirada de la muerte,sus sacudidas eran violentas, fuertes, la agarraba de los pechos y Maria se retorcía de placer, Rickard era mas una bestia que un hombre sus musculos se contraian y se retraian en cada sacudida, Rickard estaba practicamente en trance cuadno soltó un grito de orgasmo que Maria tapó rapidamente con la mano, a duras penas, mientras notaba como sus fluidos acababan dentro de ella.
El Reloj tocaba las cinco de la mañana y Rickard no podía dormir, estaba al borde de un ataque de nervios, no le daba un ataque así desde hacia por lo menos cuatro años, tenía que centrarse, se incorporó de la cama donde estaba durmiendo su pupila, Maria... Rick ya tenía sospechas sobre la verdadera identidad de la joven desde la primera vez que la vió, pequeños detalles que la estaban descubriendo, no la culpó por querer esconderse, ver a tu familia morir no es plato de buen gusto para nadie.
Rickard se fué al baño y cuando encendió la lampara se miró en el espejo, uno de sus ojos estaba inyectado en sangre, parecía completamente rojo, se limpió la cara y el ojo volvió a la normalidad instantaneamente, sin ningún signo de enrojecimiento, esta situación, esta ciudad, estan pasando cosas y no sabe quien está detrás de todo, y eso le escamaba, una mano negra que maneja los hilos desde la sombra, pero ¿quién?.
RIckard se vistió y fué a dar un paseo por el palacete, el pasillo de las habitaciones desprendia un cálido color anaranjado de las lamparas con una minima mecha, uno de los mayordomos estaba en mitad del pasillo con la vista al frente, parecía más una estatua que un mayodomo, bajó las escaleras y ahí estaba Egells vigilando y cambiando a la guardia apostados en el recibidor,  listos ante cualquier adversidad, saludó al capitán inclinando la cabeza y siguió su camino, desde el recibidor se oía el repicar de un martillo proveniente del sotano, era un sonido metalico, Rickard supuso que sería uno de los encargados de fabricar las verjas metalicas para el palacete, encargado por él. Continuó andando hasta llegar a la biblioteca, donde se paró a mirar el dichoso cuadro, esa pintura parecía que se burlaba de él cada instante que se paraba a mirar a aquella mujer de pelo ceniciento, la boca le empezaba a saber a sangre, pero no notaba ningúna herida, y no recuerda en ningún momento que le hubiese salpidado en la cara ninguna gota.
Rickard se quedó mirando el cuadro largo tiempo, pero no pasaba nada, parecía que ese cuadro tuviera un extraño sentido del humor, atormenando a quién lo mirase, Rickard se agenció un libro sobre el tratado de Karlstown, historia militar, de pequeño le encantaba leer este tipo de libros, soñando con ser un gran jinete conquistando alguna ciudad o cabalgando por algún campo de batalla en primera línea, de joven nunca supo cuál sería su destino, pocos años después. Rickard se recostó en una esquina donde había un sillón realmente cómodo, y sin siquiera abrir el libro, su mente se nubló y acabó durmiendose.
“El aire estaba cargado de humo, las baterías tronaban con la fuerza de una gran tormenta, imparables, cada minuto la visión se tornaba borrosa con el contínuo fuego de artillería sobre el ya maltrecho castillo, la muralla principal había caido, y las torres más grandes habían sido destruidas hace una semana, elcomandante del ejercito instó a los oficiales de artilleria en apuntar hacía la segunda muralla, y cuando cayese, mandaría a todas las tropas a tomar la ciudad.
Los caballos, pese al fuego de artillería estaban tranquilos, la Reichguard estaba aguardando posiciones justo detrás de la linea principal de arcabuceros, seguidos por un completo ejercito de  una amalgama de alabarderos, piqueros y espadachines, el suelo estaba árido, y desde que empezó el asedio, no llovió ni ún solo día, el foso aún estaba sin rellenar, pese al arduo trabajo de mandar a soldados a hurtadillas a taparlo todas las noches, Ludwig miró su reloj y pidó un catalejo para poder mirar a la fortaleza, se estaba levantando una gran humareda de la segunda muralla, la hora estaba cerca, abandoó su formación y se dirigió a la carpa de los oficiales del ejercito, con una simple mirada, todos sabían que el momento había llegado, el mariscal entregó una carta a Ludwig que la leyó ahi mismo, su misión era rodear el cerco del castillo y atacar desde el otro lado de la ciudad usando a la Reichguard y a los Reitiers tomar las murallas y abrir el rastrillo para ir tomando la ciudad desde dos lados, obligando a los defensores a dividirse y a plantar cara al asalto.
Sin demora, regresó con su grupo y con un silencioso gesto, el cuerpo de la Reichguard bajo su mando, se desvincuó del enorme gentío de soldados, alejandose al trote entre la espesura del bosque, no tardaron ni 3 minutos en encontrarse con el regimiento de caballaria de Reitiers, armados con corazas ligeras y acabuces y fusiles, listos para la batalla.
-Von Hammermast, me envia el mariscal, nuestro deber hoy es tomar la otra parte de las murallas al asalto y abrir la puerta, la infantería de ese lado  entraran y cercaremos al enemigo entre las murallas de su propio castillo.
-Al fin algo de lucha, el regimiento esta listo, os seguimos.
Cabalgaron durante diez minutos, alcanzando el otro extremo de la ciudad, la muralla era mucho más baja, y no poseía muchas fortificaciones ni torres, la artillería habia hecho buen trabajo, el grupo se acercó a la linea fortificada, y descabalgaron, Ludwig no tardó  en encontar al jefe al mando.
-Buenos dias Frederich, hoy se acabará este asedio.
-Maldita la hora que tuve que sentarme en este maldito fuerte, me alegro de verte Ludwig, llevo preparando a la infanteria cerca de un més, está oculta en la retaguardia, esos cabrones no saben lo que les esperan.
Un sonido atronador se escuchó en el otro extremo del asedio, y una gran columna de humo se empezaba a levantar desde el centro de la ciudad.
-La hora a llegado, os abriremos las puertasde inmediato, cuando prendamos las almenas, será la señal, estad atentos a ella.
-A tus ordenes, nos tendrás ahí en menos de dos minutos.
Ludwig se dirigió a sus hombres con una tensa mirada,todos sabían que dentro de las murallas podrían encontrarse cualquier cosa, pero sus miradas desprendían determinación, 500 hombres y mujeres de la Recihguard, empezaron a avanzar por campo abierto cuando la batería desplegada de su lado empezó a bombardear las murallas con suma rapidez, soltando grandes nubes de humo en las murallas y el claro sonido de munición perforante, volando sobre sus cabezas, cuando sortearon el foso, el agua no les llegaba a las rodillas, pero el paso se les hizo lento, no escuchaban ni veían ningún disparo de los defensores, estaban en un lugar muy expuesto, y los nervios del grupo por salir de ese lugar lleno de agua eran cada vez mayores, sorteado el foso, empezaron a escalar sobre las piedras de piedra de una de las murallas que había colapsado, cuando una buena parte estuvo posicionada, Ludwig sacó su espada y el grupo le siguió, bajando por el montón de escombros, todavía envueltos en la polvo y humo, el grupo empezó a dividirse y la puerta no les quedaba lejos, 200 metros hasta ella, pequeños grupos empezaban a tomar posiciones de tiro entre las esquinas, cubriendo sus angulos, esa parte parecía abandonada , hasta que empezaron a oir el sonido de un regimiento de infantería de asalto, Ludwig mandó avanzar con gran rapidez al grupo, hacia la puerta, no veían a ningún soldado, pero el ruido de las pisadas retumbaban entre las murallas, estaban cerca, el grupo alcanzó la puerta y varios soldados subieron, se escuchaban sonidos de lucha escaleras arriba, pero poco a poco el rastrillo estaba subiendo, Ludwig mandó a dos hombres prender una hogera lo suficientemente grande para verse, cuando dió la orden y se giró vió a su enemigo, una enorme mole de soldados listos para cargar sobre ellos. a no más de cien metros, dispuso la linea para cubrir la calla que desembocaba en la puerta, y dispuso en orden de batalla a sus soldados, subiendo a alogunostiradores a la murallas para brindarles fuego de apoyo, se venía una lucha feroz.
La linea de Reitiers empezó a disparar, tumbando a las primeras filas de ese enorme regimiento, cuando alcanzaron los setenta metros Ludwig alzó su espada, y la linea entera esperó sus ordenes, mientras que los reitiers disparaban a blancos precisos.
-¡Preparaos! Apuntad cada uno al blanco justo delante vuestro.
la gran masa de soldados empezó a avanzar con gran rapidez, el choque era inminente.
-Ahora, ¡Abrid Fuego!
La linea descargó su recamara de repetición sobre ese gentío y cuando la ultima bala se acabó, la linea se deshizo de sus fusiles y desenfundaron sus espadas y sables, listos para cargar.
-Reichguard, al ataque, ¡demostremosles a esos malnacidos como luchan los mejores! Seguidme ¡hacia la vistoria!
El grito de su compañía retumbó por toda la calle, Ludwig encabezó la carga, y trás la cortina de humo de los fusiles, la Reichguard cargó contra el grupo desorganizado de la vanguardia del Regimiento enemigo.
El choque fué brutal, la vanguardia caía, como un cuchillo atraviesa un bloque de mantequilla, el Regimiento de Ludwig se mantenían ligeramente separados, lo justo para no entorpecerse entre ellos y ocupar el ancho de la calle, Ludwig y su vanguardia se abrian paso a espadazos, desmambrando y mutilando a todo el que se cruzaban con sus espaldas, los reitiers seguían abriendo fuego, hacíendo que el grupo enemigo se dividiese, hasta que un gran bloque chocó, las formaciones se juntaron y la luche empezó a ser a base de choque de espadas y escudos, soldados siendo catapultados por sus compañeros para romper las lineas enegias, Ludwig se replegó al fina de la linea y con un puño cerrado, la retaguardia se armó y empezaron a lanzar cartuchos de fuego, cayendo decenas de metros detrás de las lineas enemigas, el fuego se propagó por toda la calle, empezando a quemar edificios y hombres por igual, los gritos de la refriega se empezaron a mezclar con gritos de agonía y horror. el regimiento enemigo se estaba retirando, bajo el cosntante fuego de los arcabuces, y de los ataques de la Reichguard, Ludwig mandó la carga, y continuaron avanzando por la calle, sorteando el fuego y rematando a los enemigos que se batían en retirada, desorganizados, a su espalda, oyeron al grueso del grupo del ejercito de Frederich llegando a las puertas, y corriendo entre las calles anexas, llegando algunos donde el grupo de Ludwig.
-Já, maldito seas Ludwig, quería ser yo quien se llevase la primera muerte.
-Con esa barriga que tienes no podrías ni haber cruzado ni por el foso, maldita foca.
-Bueno, niñato, deja a los hombres acabar el trabajo, ¡no te dejaré llegar a la fortaleza! JAJAJAJA
-Ya lo veremos, no creo que puedas correr mucho más.
Ambos grupos se juntaron formando una enorme amalgama de infanteria, ballesteros, arcabuceros, y unos pocos caballeros avanzando por las calles, masacrando a todo el que se encontrase en su camino.
Llegaron a una gran plaza donde estaba habiendo pequeñas escaramuzas, asaltando barricadas y defensores emboscando a grupos desperdigados de soldados y levas.
El plomo y los virotes volaban de un lado a otro, y las calles se empezaron a llenar de cadaveres, la muralla de la fortaleza interior había caído. pero estaba muy bien defendida, los proyectiles no dejaban de caer de las murallas, mientras los defensores se retiraban al interior de la fortaleza.
La batalla por la ciudad estaba terminando, aun se escuchaban gritos de las numerosas refriegas que había en la ciudad, pero la plaza era suya. Ambos grupos de los ejercitos convergieron y se esparcian como una marea entre las entrincadas calles de la ciudad, fué un combate rapido, pero muy sangriento. Como jefe de su regimiento, mandó a sus hombres descansar y atender a los heridos y encontrar a los caidos. y si querían ayudar al combate, podían hacerlo. una gran parte del grupo se dispersó quedando los más allegados a su comandante.
-Ludwig... ¿que haremos ahora?
-No estoy seguro Regis... la ciudad a caído, pero la fortaleza aún sigue intacta,
Ludwig señaló con el dedo el hueco que dejó el bombardeo sobre las murallas, allí había un grupo de asalto de Wercheg intentando cargar sobre la brecha, pero caían como moscas.
-Los defensores deben tener en su mayoría tronadores, armas de muy corta distancia, pero letales.
-Pero aquí os han llegado a disparar, es mas, ¡estamos a su alcance!
-No te estreses Regis, llevamos tres meses intentando tomar esta ciudad, tres meses aislados, sin poder reabastecerse, y con la cantidad de veces que han rechazado los asaltos, han tenido que usar la mayoría de munición de los fusiles y de las ballestas. Estoy seguro que un mes más bajo asedio y rendirian el castillo, o se moririan de inhanición.
-Eres un maldito analista, señor.
-Dame las gracias luego, voy a ir a ver al mariscal.
Ludwig tardó bastante en encontrar a su superior, este asedio debería haber estado bajo las ordenes de Fred, pero él no tiene ninguna paciencia en un asedio, hubiera mandado desde el día uno asaltar las murallas, con todo lo que ello significa.
El Mariscal Romero estaba situado en una posada, cerca de la entrada principal de la ciudad. Cuando entró estaba ahí reunido con Frederich y el resto de mandos del ejercito. Regis y el banderizo de su compañía le escoltaron hasta la entrada, no le gustaban demasiado las reuniones estrategicas, demasiadas opiniones, y demasiados jefes que no han probado la batalla, esos eran los peores, cargos dados a dedillo a autenticos palurdos, pero Romero, el jefe de ese asedio, era un gran ingeniero, y no había mejor hombre que él para planear el asedio, que, pese a las perdidas, que seguramente hayan sido numerosas, ha sido todo un exito la planificación del mismo.
-Ludwig Von Hofman, capitan de vigesimooctavo regimiento de la Reichguard. Se presenta ante el Mariscal. Dijo uno de los asistentes de Romero.
Ludwig se acercó a la mesa, y los hombres allí reunidos le recibieron con un solemne aplauso.
-Relajense caballeros, el asedio aún no ha acabado.
-Bien dicho Capitán, atiendan caballeros.
El Mariscal Romero extendió un gran plano de la fortaleza,
-Este plano, estaba en una de las casas de guardia de la entrada principal, aquí podemos ver todo el plano del castillo, muchos caminos sin salidas, y con gran cantidad de matacanes, es un suicido entrar por la fuerza, lo estamos viendo ahora mismo que nuestros hombres están siendo rechazados a cada intento por tomar la brecha. He mandado copiar este plano a mis escribas para entregarselo. Denme unos instante y plantearemos una estretegia.
-La puerta del edificio se abrió de par en par, apareciendo un emisario del señor del castillo, Ludwig le vió vistiendo un jubón grisaceo y rojo, los mismos colores que las armaduras y las banderas de la ciudad.
Los generales formaron, tapando la mesa hombro con hombro y los guardias atentos ante cualquier eventualdidad.
-El Conde Giulierne, señor de este castillo, aceptará la capitulación del mismo, sin el derramamiento de más sangre, reta a un oficial, batirse en un duelo contra su guardia personal, si este hombre gana, el conde rendirá su título y su castillo, con el salvoconducto para la vida de los hombres y su propia vida.
La sala se marcó un profundo silencio, el mariscal se acercó al emisario, y este esperó fuera. El mismo mariscal cerró la puerta, y se acercó a sus oficiales.
-Parece que las tornas han cambiado. Uno de los suboficiales le entregó un mensaje y lo leyó con deteneimiento.
-Hemos sufrido 3635 bajas, y el doble de heridos en este asalto. No quiero segar más vidas de nuestros hombres para tomar esta maldita ciudad, la campaña debe continuar y tenemos que ahorrarnos la mayor cantidad de hombres que podamos.
La mesa hizo un sliencio, las caras de aceptación inundaron el despacho, fred cruzó su mirada con la de Ludwig y este arqueó una sonrisa.
-Muy bien, un duelo contra un guardia condal debe ser para el capitan de la Reichguard. Argumentó Fred.
El grupo de hombres allí presentes rapidamente aceptaron la porposición, eran 8 generales, la mitad de ellos no habían entrado en batalla en su vida, siempre observando en la distancia los combates.
Ludwig aceptó con un gesto solemne el duelo y un suboficial mandó entrar al emisario para oir la aceptación.
No pasó ni una hora cuando todo el ejercito estaba apostado al otro lado del puente que conectaba la entrada de la fortaleza con la gran plaza, la mayoria de los soldados estaban expectantes, mientars que a sus espaldas pequeños grupos de soldados dirigían carros de bueyes tirando de carretas repletas de cadaveres para su identificación.
Regis estuvo ajustandola armadura de su amigo y limpiando la sangre del brazoy de la coraza de Ludwig, la armadura de la Reichguard  relucía con un tono dorado con trazos plateados en el mediodía en ese caluroso valle.
Ludwig decidió no llevar casco, le impedía oir bien y con el calor el sudor le empezaba a llegar a los ojos. Se limpió la caraen un bol de agua con hielo, y regis le volcó el bol por el cuello, el frío le salpicó todo su cuerpo, se estremeció por el cambio de temperatura pero le alivió todo el calor mantenido en ese día. El gentío se separaba a medida que la Reichguard se acercaba con Ludwig a la cabeza, el silencio se hizo en la plaza, Ludwig y Regis avanzaron y el puente empezó a bajar, al otro lado había 3 guerreros sureños, seguramente mercenarios, pero por un buen precio, cualqueir hombre podria ser un guardia condal.
-¿Qué arma has elegido? o piensas ir a puñetazos. DIjo en tono burlón Regis.
Ludwig miró a los 3 guardias que iban armados con una lanza y una espada ancha, parecía una especie de cimitarra muy gruesa y larga.
-Traeme el mandoble, esto será rapido.
Uno de los tres guerreros, con unas armaduras de cobre, poco protegidas, se acercó a Ludwig.
-Somos la guardia condal, os hemos retado y habeis respondido. Los acuerdos estan ya tratados, primera sangre o a muerte. Caballero.
Ludwig se giró y esperó a que su amigo le tragese su mandoble, enfundado en una larga funda de cuero.
-¿que decís? El hombre pese a su alta estatura estaba ansioso.
-A Muerte. Dijo ludwig mientras desenvainaba la espada de su funda.
La plaza de llenó de un rugidos.
Ludwig avanzó sobre la tarima del puente.
-¿quién se enfrentará a mi?
-Los tres somos la Guardia Condal, mi señor Hofman
Ludwig se apartó un instante, “putos mentirosos, sabían que vendría yo.” pensó Ludwig.
Sin dejarles tiempo a colocarse, Se colocó la espada sobre su hombro derecho, uno de los guerreros empezó a arremeter contra el, y l¡LudWIg empezó a retroceder, vinedo que el segundo intentaba adelantar al primero y ensartarle en una lanza. Eran rapidos, pero Ludwig lo era más, descolgó su espada y con una rapida patada, poco potente frenó al primer atacante, que con una de sus espadas le pasó rozando la pierna, cortando el cuero, un poco más profundo y podría haberle cortado una arteria. El primero se alejó y Cargó su peso en una parada contra el inmimente lanzazo que le estaba viniendo, rompiendo la punta, Ludwig cambió de mano y prpinó un golpe de la derecha contra su adversario, pero este se agacho, la espada desgarro el hombro del segundo.
“Mejor un desgarro que no te corte la cabeza, puto mercenario” pensó Ludwig.
Giró sobre si mismo y dirigió la punta de su espada sobre el primero de sus oponentes, que se lanzaba directamente armado con esa extarña cimitarra, las espadas chocaron y tubieron un pequeño cruce de miradas. Ludwig giró sobre su posición, el otro había intentado tirarse a su espalda con dos puñales.
Dió una zancada hacia atrás y le tiró un de los cuchillos, lo pudo ver y lo paró usando el mandoble, el mismo hombre corrió hacia él gritando en una lengua dsconocida. Cuando Ludwig alzó su espada en posicion de ataque, en un rapido movimiento, Ludwig frenó su ataque y se apoyó sobre un pié, propinando una patada en la entrepierna de ese merenario, la espuela se le había tenido que clavar, el hombre, de piel oscura palideció y se intentó reincorporar, pero estaba intentando tocarse su herida, donde quiera que estuviese, Ludwig dejó a ese hombre ahi postrado y el segundo cogió la lanza rota, Ludwig cogió su espada por la hoja y le dió un golpe en el craneo, el sonido del craneo roto era muy real, ese hombre, se retiró tocandose la herida, Ludwig cogió su espada, y le dió un tajo en el cuello, llevandose el brazo y la cabeza de su oponente. oía ruidos detrás, aprovechando el giro, lo continuó y cuando se giró ahí estaba el otro de los mercenarios justo a su lado, le apuñaló en el costado, pero el seguimiento del giro de la espada le alcanzó de lleno, el filo rompia piel carne hueso y grasa por igual, u tajo ascendente desde la cadera hasta el hobro contario, el hombre gritó de dolor, cuando se postró ante Ludwig, su columna hizo un fuerte golpe y la mitad de arriba del guerrero se cayó para atrás regando de visceras y de sangre el suelo del puente.
Solo quedaba uno, este llevaba una tunica de color pardo, llevaba una especie de alabarda, parecía pesada, Ludwig se estaba cansando, el sol empezaba a cegarle, y el calor volvía a ser insoportable.
La gente estalló en abucheos contra el ultimo, tachandole de cobarde, pero el hombre se mantuvo en la distancia, Ludwig bajó su espada y se dispuso a cargar, su adversario hizo lo mismo.
Las armas bailaron en una rapida danza, estaban muy igualados, los ataques se respondian deinmediato, y los pies no paraban de moverse, era un guerrero admirable, podía reconocerlo incluso en ese momento.
En un instante, empezó un forcejeo, y Ludwig soltó su espada, para intentar quitarle esa lanza a su adversario, pero este le alzó y Ludwig cayó sobre uno de las barandillas de madera, rompiendose varias costillas.
el hombre intentó ensartarle pero Ludwig paró el golpe usando sus guanteletes reforzadosm propinandole un puñetazo en la cara rompiendole la nariz, el hombre se retiró y Ludwig cogió su espada, dispuesto a cabar con esto, en el choque, los metales rechinarony se estremecieron la lanza era completamente de acero, el guerrero giro sobre si y propinó un ataque desde arriba contra Ludwig, quien lo paró como pudo, su espada se rompió por la mitad y la lanza golpeó fuertemente el hombro de Ludwig, en ese instante sabía que si se retiraba le mataría, así que sin pensarlo, con la espada rota, clavó su filo roto en el pecho del guerrero, con suma fiereza, el hombre se retiró e intentó alejarle, pero Ludwig no retroceció, con la miad de su espada, fué parando golpe tras golpe, cortando poco a poco a su oponente, ese mercenario empezó a correr dando la espalda a Ludwig intentando ganr disntancia para cargarle, pero cuando empezó a correr, Ludwig le lanzó la espada, cortandole el gemelo de ese guerrero, dió un traspié y se resbaló, intentó levantarse pero su pierna no respondía, fué arrastrandose, desesperado a la fortaleza, dejando un regero de sangre trás de sí.
Ludwig cogió su espada, y tocandose el costado alcanzó al hombre, lo levanto y lo dejó de rodillas, le miró un momento y se puso detrás de él.
-Hoy, es el día que el conde conocerá lo que pasa cuando engaña a los hombres del Imperio. Dijo en un gran grito.
Agarró su espada con las dos manos y propinó un unico tajo contra el cuello de ese mercenarió, no logró cortarlo todo, debido a su corto tamaño, pero el hombre estaba muerto con la nuca destrozada por el golpe.
La ciudad se llenó de gritos de satisfacción y Ludwig fué acogido como un héroe. Se acercó a Regis. y en un abrazo. le susurró al oido.
-Han traicionado su acuerdo, envía a la Reichguard, cuando entregen sus armas, apresad al conde... lo ejecutaré yo mismo.
Ludwig fué atendido en la enfermería, fué felicitado por todos, tanto soldados como oficiales, le prepararon una inyección de masa cicatrizante y agua de hielo, un fuerte reparador de tejidos óseos, cuando regresó a la fortaleza, los hombres estaban apelotonados en una de las esquinas custodiados por soldados. montones de armas requisadas ocupaban el gran patio, Ludwig iba seguido por el mariscal y el restod e oficiales y sus guardias. El sol empezaba a tornarse anaranjado cuando el conde bajó por las grandes escaleres, con una espada en la mano, se arodilló ante los generales y estos dieron la espada a Ludwig, era una espada realmente extraña, pero él la acepto, el conde se levantó melancolico por perder sus posesiones, pero Ludwig se puso detrás de él y le propinó una patada, el anciano conde se arrodilló, atonico, entre gemidos.
-Esto es lo que le pasa a los mentirosos que traicionan un duelo contra la Reichguard.
Ludwig alzó su nueva espada y de un solo tajo, la cabeza del conde, con su pequeña corona, rodó por el suelo, siendo la ultima sangre que teñiría esa ciudad.
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ghost-of-my-past · 7 years
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tengo miedo
apenas escribo estas palabras mis ojos se llenan de lagrimas, nunca pensé que llegaría a estar así, siempre había logrado evitar este punto de pena, no se si es correcto llamarlo pena, pero la verdad es que cuando estoy sentada en mi escritorio escuchando música que nisiquiera es triste, y no estoy haciendo nada, nisiquiera pensando, y las lagrimas explotan, como un rio fluyen, y ahogo un sollozo en una bandana que siempre ha representado mi lucha, y como sobrevivo ante mi misma, pero que hoy solo representa una bandera de tregua, que espero que mis demonios puedan ver como tal y se alejen de mi, es entonces cuando me doy cuenta que es pena y es muchas otras cosas mas. los dias han sido buenos, pero creo que me engaño a mi misma, me medico con la alegría que me traen las personas que me rodean, con el amor que recibo por parte de  todos, y me siento tan egoísta al ser así, depresiva, triste, odio lamentarme, por lo mismo no lo hago en publico, si siento ganas de llorar voy al baño y ahogo una lagrimas enterrando mi cara en mis manos, y sentada ahí me siento patética, asique me levanto y me lavo la cara, por dios que roja se pone mi cara cuando lloro, no logro pasar desapercibida, me escondo 5 minutos mas y me vuelvo a lavar la cara, el agua fría ayuda a congelar esos sentimientos desagradables; ¿como es que llegue a este punto?
comencé este semestre muy motivada, me dije a mi misma “son solo 4 meses de clases, no es nada, te va a ir bien en tus clases, vas a pasar taller y vas a disfrutar de un verano bien merecido” y ahora faltando solo 2 meses para que termine el semestre me planteo denuevo esa pregunta “¿lo lograre?”, TENGO MIEDO, tengo miedo de no lograrlo, tengo miedo de fallar, tengo miedo de ser una decepción en un momento en que mi familia no necesita esto de mi parte, tengo miedo de ser la vergüenza de mis padres, de mis amigos, de mi pareja; ya he sentido esa sensación antes, la VERGÜENZA, es una sensación terrible, sensación de ser algo así como una deshonra una decepción para mis seres queridos, tengo el trauma del pasado, tengo las heridas de frases que la gente dice sin querer pero no se dan cuenta que me están pasando a llevar, tengo traumas, muchos traumas, soy una de esas personas que vive con tragedia corriendo por su sangre, tragedia provocada por mi misma, manipulación de los hechos, tiendo a caerme sobre mis propias lamentaciones y apuñalarme con ideas de las cosas malas que podrían pasar, entonces estoy ahí y me desangro lentamente sin encontrar la fuente del sangrado de pensamientos negativos, sin darme cuenta que yo misma soy la que sigue empujando este puñal dentro de mi y que lo voy retorciendo mas y mas, estoy aquí sin darme cuenta que por mucha sangre que vea, disfruto de su color y no me detengo y retuerzo una vez mas el puñal de los lamentos y me siento con la cara llena de lagrimas aferrándome a todo lo que me hace feliz, y me duermo una noche mas rezando para que cuando despierte al día siguiente no me sienta as��, y en el caso de que continue esta sensación, rezo para encontrar la cura, porque dentro de todo lo negativa que soy, tengo algo de esperanza, esa que le muestro todos los días a mis compañeros, a mi familia y a mi pareja, con una sonrisa burlona de la vida, sigo aquí, luchando contra mi, porque se que lo voy a lograr, o eso espero....
escribiendo cosas como esta es que me doy cuenta que los sentimientos si se pueden desahogar, y ahora que he apaciguado mas la ira que siento hacia mi puedo continuar procesando.
4 meses, no es nada, eso creía, a fines de agosto mi papá cumplió años, 52 años, una semana después de su cumpleaños, andando en moto tiene un “accidente” un salto menor le provoco gran dolor en la espalda, y cuando fue a la clínica le dijeron que era muy sospechoso, se había fracturado una vértebra, mi papá es un hombre sano, sale a trotar, come como corresponde, trabaja y cuida a su familia, por lo que la fractura de la vértebra no tenia explicación, luego de unos exámenes y una semana muy lenta en la clínica le dijeron que tenia cancer, un tipo de cancer a la sangre que afecta a la medula ósea y por tanto debilita los huesos (eso es lo que me dieron a entender a mi). El primer día que me dijeron eso me estaba aguantando las lagrimas hasta que mi mamá me pregunta “aun no lloras?” y ahí me senté al lado de mi papá y lloré como nunca, lloré con miedo, con mucha preocupación por no entender del todo lo que estaba pasando, me acababan de decir que mi papá tenia cancer, pero que no sabían en que nivel estaba, hacían falta mas exámenes y esas cosas; ese día lunes sentí como me sacaban uno de los pilares de mi vida, lloré como nunca, de camino a casa de vuelta de la clínica, iba manejando, cegada por las lagrimas, llenandome la cabeza de preguntas, desesperada, necesitada de alguien que me apoyara, llegue a mi cama, me acosté y seguí llorando, me sentía perdida y fue en ese preciso momento en el que sentí como todas mis fuerzas abandonaban mi cuerpo y me sentí débil y con ganas de apagarme, desde ese momento que no he podio recuperarme, que no ha sabido como, perdí el balance ese día, y a pesar de que luego le hicieron exámenes a mi papá y se demostró que el cancer estaba en una etapa muy temprana y que era super tratable, de todas maneras yo ya había perdido mi propia batalla. Se puede llegar a pensar “como tan débil” la verdad es que nunca he sido una persona fuerte, siempre cedo ante la presión, y el semestre y el verano anterior habían sido duros para mi, estaba recién en el 15% de mi batería cuando esta noticia me pego y me dejo tirada en el suelo con -10%.  Con la nueva enfermedad de mi papá vinieron los cambios, el y mi mamá tuvieron que viajar a Santiago para que le pudieran dar un tratamiento mas efectivo, por un par de semanas o meses, la situación no estaba clara en un principio, este fue el segundo golpe/bajon para mi, de una semana a otra mis papás se tenían que ir a otra ciudad, lo que nos dejo a mi y a mi hermano a cargo de la casa, de las responsabilidades de “gente adulta”, responsabilidades a las que mi papás no nos tenían acostumbrados, yo tome el toro por los cuernos y di todo de mi parte, fui valiente y lo enfrente, cagada de miedo, pero lo enfrente, día a día, pero así mismo como fui cumpliendo con todas las tareas, y seguí “intentando” de tener buenos resultados en la universidad, fui agotando aun mas mi batería, día a día cumplí con todo lo que tenia que hacer, y me sentía cansada, pero no paraba, no me daba descanso y seguía dandole, pasaron dos semanas de esto, y yo, que soy generalmente una persona super motivada y energética, me sentía muy cansada y con ganas de dormir todo el día, a las 9pm todos los días sentia como mi cuerpo seguia por inercia con las tareas rutinarias. En fin a las dos semanas llegaron mis papás de vuelta, cabe mencionar que durante esas semanas hubo un festivo, el 18 de septiembre que es grande en chile, días de vacaciones para muchos, celebraciones en familia, comida típica y otras cosas, y yo sola con mi hermano, si no es por mi novia no se como hubiese sobrevivido esos días festivos; llegaron mis papás, y mi cuerpo se dio por vencido, pase dos días completamente acostada, con cero animo ni ganas, nada de energía, ni para levantarme a buscar comida, ese fue el tercer bajon, por inercia y “fuerza mental” mi cuerpo se había mantenido en pie, y ahora que porfin podía contar con la ayuda de mi mamá para cuidar la casa, simplemente me desplomé. 
Y ahora aqui estoy han pasado varias semanas, mis papás viajan todas las semanas, los miércoles, para un tratamiento de quimioterapia de mi papá, y yo sigo con las clases y taller, pero no sigo como siempre he seguido, ahora no soy yo, no logro concentrarme, no logro enfocarme en mis metas, no salgo adelante, me ahogo en un mar de desesperación porque van quedando cada vez menos días, la cuenta regresiva se acera para la entrega final, entrega que decide el destino de mi carrera (por muy exagerado que suene, así es para mi, no podría soportar tener que repetir un año mas), tengo ramos que no necesito pasar por obligación porque no me atrasan, pero que como ya los tomé, tengo que enfrentarlos y “morir con las botas puestas”.
En conclusion, me perdi en algún momento, entre fines de agosto y mediados de septiembre, me agote y me fui a los números negativos, no he podido recargar la batería y nos que me podría ayudar, siento ganas de morir, imagino escenarios en los que ya no tengo mas responsabilidades, etc, mi mente es un lugar extraño y ahora mismo mi alma no esta dando una buena pelea, porque el campo de batalla es una subida en pendiente con mil y un baches, pero como dije anteriormente, a pesar de lo negativo, tengo algo de esperanza guardado por ahí y espero que sea lo suficiente para sacarme adelante.
PD: este ultimo fragmento de aquí hace honor a esa pequeña esperanza que tengo en mi ser, va dedicado a los que me apoyan ciegamente, la llama de mi esperanza se ha mantenido encendida gracias a ustedes, a todos, a mis papás porque me ven con cara de culo todos los días y me abrazan o me preguntan constantemente que me pasa (a veces me gustaría que me presionaran un poco mas y averiguaran todo lo que estoy sintiendo, ojalá pudieran leer esto antes de que no haya vuelta atrás); tambien a mis amigos, los que día a día me saludan con un abrazo o se sientan y me cuentan sus cosas, distrayéndome de mis problemas; a mi mejor amigo que es igual que yo cuando se trata de pensar en exceso y eso hace que me pueda comprender el 80% del tiempo; y por ultimo y mas importante, a mi pareja, a mi novia, a mi polola, a la que llamo mi amor y que cada vez que me sonríe me ilumina un poco mi apagado corazón, gracias por soportarme tanto, por tenerme paciencia y por estar ahí para mi; si sigo día a día luchando contra mi mismas es por todos ellos y por la esperanza de salir adelante y estar bien, algún día...
PD2: soy consciente de que este texto lo puede leer cualquiera, que puede llegar a distintos lugares, pero necesitaba un medio para desahogarme, a pesar de hacerlo de manera desordenada y creo que bastante enredada a veces, soy un sube y baja de emociones, me ayuda mucho, y por otro lado no va con la intención de que alguien me comprenda, porque honestamente ni yo le comprendo, asique nada, adiós. 
desde lo sombrio de mi interior, 
C.P.S.         octubre 16, 2017
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