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posmosteven · 3 years

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Instrucciones de lectura:

¿Se puede ver lo que está a nuestras espaldas?, ¿Cómo se ve?, ¿Qué se ve?, ¿Qué pasa cuando el mundo que está detrás de nosotros se convierte en la hoja de ruta que siguen nuestros ojos?, ¿Caminamos para alejarnos y no para acercarnos? Ver a través del espejo, existir en él. A través de la letra de una canción, la compilación de fragmentos cortos de vivencias y un escrito construyo las “imágenes” de este ejercicio de encuentro sensorial. Como lectorx, usted podrá inciar este viaje con la canción que se encuentra a continuación, mientras lee las siguientes líneas que tratan de recrear estas imágenes en palabras.

El sol

https://www.youtube.com/watch?v=bvq_Ed2i1eU

Sale el sol por la mañana

sale el sol, a calentar

siempre sale por el este, hoy yo lo voy, a saludar

cómo estás astro de fuego,

cómo estás amigo sol

alumbrando noche y día, dándonos, luz y calor

cómo estás amigo sol.

Primeros encuentros

¿Por dónde sale el sol?, ¿Dónde está el sol?, ¿Por qué no lo veo? ¡Ah!, ya entiendo qué pasó...

Qué extraño es esto, ¿Por qué se ve a blanco y negro?, ¿Será que me voy a chocar con la mesa?, tengo nervios.

III

Mi cabello se ve en la proyección, siento que la arruina. Los cables de luz tienen cabellos lineales y largos, se diferencian de los míos. Las casas de los vecinos se ven al revés y sus colores parecen una nube.

Salgo a la calle, la gente me mira, sé que lo hacen pero yo no puedo encontrarlos con mis ojos, estoy mirando lo que pasa a mis espaldas.

El recorrido

Que miedo caminar, con cada paso que doy el miedo a tropezar se hace más evidente ¿por qué? no veo lo que pasa delante mío, solo doy pasos y cada vez me alejo de las superficies que veo. Mis pies intentan entender la distancia que se ve en los colores que toman en mi cerebro, mis manos sostienen con firmeza la caja, ya que parece ser la única superficie estable en esa efímera proyección de luz que me hace sentir seguro. Empecé este recorrido mientras realizaba revisaba si la cámara estaba bien construida, la ubiqué según las instrucciones y con solo girar mi cabeza en sentido contrario de la ventana se proyectó una serie de líneas negras y una luz azul clara se formó en las hojas blancas que estaba observando, la cámara estaba funcionando. De inmediato, comencé a estirar las bolsas negras que servían como “cortina” para que la luz no se filtrara al interior de la caja. Comencé a mirar de arriba hacía abajo, al subir la caja mientras miraba hacía el techo, la luz que se proyectaba en las hojas blancas desaparecía. Es por esto que decliné la caja y de inmediato la luz volvió, las sombras aparecieron otra vez y poco a poco identifiqué las sombras que estaban ante mis ojos.

Líneas verticales y horizontales empezaban a invadir el “campo de visión”, no tenían sentido hasta que me ubiqué en ellas, juntas conformaban la “sombra” de la terraza del apartamento de la vecina. Hace unos días tomé unas fotos de esa misma sombra desde la cámara que construí en mi cuarto, nuevamente el viento soplaba con fuerza y las cuerdas que ella usa para la ropa se movían de un lado hacía el otro, hoy no había ropa colgada. Comencé a caminar hacía atrás, fueron pasos cortos los que me llevaron hacía la ventana, tenía nervios. Nuevamente, comencé a girar de izquierda a derecha, la líneas se hacían más claras en una imagen que tenía colores muy tenues, no sé si el pequeño era el agujero en el papel aluminio el que las provocaba, no sé si las hojas blancas restaban el color de la imagen, solo sé que al acercarme a la luz las figuras se hacen más detalladas. También puede ver algunas nubes en el cielo, hoy el día estuvo particularmente gris pero no fue ningún obstáculo para observar las formas del cielo.

Comencé a caminar hacía la sala, con cada paso que daba la imagen desaparecía que se proyectaba ante mis ojos desaparecía. Pensaba que la caja me protegía ante cualquier peligro de choque en la cabeza y los hombros, pero el resto de mi cuerpo estaba expuesto a cualquier otra superficie, por lo que sentí angustia. Creo que esa es otra forma de tejer el relato de las fotografías, ya que estas están construidas con base en los afectos, las vivencias y los gustos de quién se dedica a ellas. Es por esto que puedo afirmar que mis fotografías, que no fueron “atrapadas” por una cámara, sino por todo mi cuerpo fueron las imágenes de la incertidumbre, la angustia y la luz que me generaba tranquilidad. Ahora bien, llegué a la sala y me acerqué a la ventana desde donde se veía la misma terraza, esta vez la imagen se proyectaba con mayor claridad, se veía de manera inversa las cuerdas de la ropa, el tanque del agua y el techo que cubre las escaleras. Las nubes se delineaban con más detalle, decliné mi cabeza y fue un momento único en el que la luz ingresó con más fuerza y poder observar con más detalle.

Estaba muy animado con este proyecto así que decidí bajar al patio de mi casa e intenté realizar el mismo proceso, esta vez contaba con la ayuda de mi papá. Él muy emocionado ubicó la caja entre sus hombros y comenzó a buscar el rayo de luz que encendiera la imagen a unos pocos centímetros de distancia, pero lastimosamente no fue así. El día estaba nublado y el patio de la casa se ubica entre dos torres de apartamentos que alejan el contacto directo con el sol, por lo que mi papá comenzó a girar su cabeza muy despacio de lado a lado, al darse cuenta que esto no era efectivo, comenzó a realizar movimientos de arriba hacia abajo hasta que declinó su cabeza y empezó a ver las líneas de las cuerdas de ropa que se proyectaban ante él. Siguió moviéndose y vió el techo de las torres con detalle, me cuenta que se emocionó mucho al verlas porque ahí entendió el propósito de este dispositivo. Luego fue mi turno, comencé a mirar de un lado al otro, pero no se lograba ver nada, entonces realicé el mismo procedimiento de mi papá, decliné la cabeza y empecé a visualizar las torres con detalle. Las cuerdas de la ropa se movían por la acción del viento, era lo único que iba de un lado al otro, el resto parecía inmovil. Era una sombra negra, la que me indicaba la presencia de estas materialidades, pero el color gris era protagonista en esta escena, ya que las nubes se veían con detalle por lo que estaba proyectando el cielo ante mis ojos.

Decidido, amplié el agujero de luz en el papel aluminio al ancho de un lápiz. Volví a usar la caja y esta vez los colores resaltaban con mayor intensidad, el verde de las paredes de las torres se hacía más oscuro, las nubes dejaban su color gris para adoptar un poco de azul, y las cuerdas se podían ver con más detalle. Caminé en el patio con mucha seguridad, ya que no había ningún obstáculo que me generara algun miedo, detalle cada esquina con mucho detenimiento. Al moverme descuadraba la secuencia de la imagen que se proyectaba, por lo cual era un proceso de caminata ordenada en la cual no me podía mover muy fuerte, solo si quería mantener la proyección. Seguí caminando hasta que llegué a la puerta principal de la casa. En ese punto ya me sentía con la “seguridad” de seguir caminando, pero sintiendo que en cualquier momento podía pasar algo. Llego a la calle principal y comienzo a caminar hacia atrás, hasta que de un momento a otro se proyectó la imagen a color que estaba esperando. Las casas de los vecinos se podían ver muy nitidas, los colores verdes, amarillo y naranja de esas viviendas los pude captar con detalle. Abrir el agujero me permitió visualizar a detalle estas tonalidades. Seguí caminando hacía atrás, llegué al andén y comencé a mirar de un lado a otro, el techo de las casas era el protagonista.

Fue un ejercicio muy divertido, siento que se pueden explorar muchas cosas con solo usar esta cámara. El cuerpo tiene un lugar muy especial en este recorrido, ya que en él se manifiestan las emociones, afectos e intereses de toma de fotografías. La fotografía es la unión de los afectos y la materialidad de la luz, por esto es que en este ejercicio trato re recrear esas imágenes que están en mi recuerdo a partir de los afectos y del cómo me sentí.

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