Tumgik
blogespanol · 1 year
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(...) Y se veía caer, como una segunda lluvia, las hojas de los árboles tambaleándose en el viento lentamente antes de llegar al suelo. Suficientes para que luciera como confetti de un festival, cuya musica melancólica eran solo los tamborileos de las gotas de lluvia, acompañadas de los motores de autos y camiones retumbando. Y cuyas danzas eran visibles solamente al observar el cielo, moviéndose las copas de los árboles al compás de la tormenta, como si de pompones se trataran. (...)
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blogespanol · 1 year
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“What is a human repressing what it can desire, if not the decline of a mind that could reason?”
I made this like month ago but couldn't find it. Initially it was just a mere sketch but I liked it a lot.
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blogespanol · 1 year
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El dolor... tiene sabor a menta.
Debo admitir que siempre lo consideré algo curioso; sabemos mucho de "cómo" o "por qué" sentimos dolor, y sin embargo, no parece haber un consenso sobre cómo se siente el dolor.
¿Cómo lo describirías tú? ¿Como un ardor? ¿Pequeños pinchazos? Sin embargo, esos también son diferentes tipos de dolor. ¿En qué se diferencian un ardor y un pinchazo en primer lugar? ¿Cómo describirías el cómo se sienten?
Y aún así, comprendo perfectamente que nadie se lo plantee en primer lugar. A nadie le gusta sufrir después de todo. ¿Quién sería tan masoquista de causarse dolor constante sólo para pensar en cómo describirlo, verdad?
Después de todo, el dolor es malo. Es parte de su naturaleza. Su existencia es indicativo de que algo anda mal en primer lugar, y en esos casos la prioridad siempre es pararlo; nuestro instinto busca evitar los daños, sobrevivir. Y al mismo tiempo, su falta es indicativo de que algo está mal también; si tu cuerpo acaba dañándose y no lo sabes, no puedes frenarlo.
Entonces... ¿podría decirse que es necesario en cierta medida? Necesitamos recordar cómo se siente para saber que hay dolor, y que todo está bien. ¿Pero cómo recordarlo en primer lugar si no tenemos palabras para describir cómo es? ¿Necesitamos sufrirlo para reconocer cómo se sentía cada vez?
A veces pareciera que de hecho fuera así, que necesitamos pasar por algo doloroso para poder ajustarnos a esa sensación nuevamente. ¿Será por ello que hay gente que se lastima a sí misma?
Si poner el dolor en palabras pudiera ayudar a salir de esos bucles, ¿no sería entonces mejor intentar expresarlo? ¿Qué es el dolor? ¿Cómo es cada dolor? Y así, descartando uno por uno los dolores sin definición, llegar también a los más dificiles de explicar.
Sí, quizá podría declarar facilmente qué siento al golpear mi codo contra una mesa: una estática que recorre mi articulación junto a un entumecimiento fuerte en el área, como una sobrecarga de información que mi cerebro no sabe procesar y por eso me disgusta. ¿Pero qué hay de aquellos dolores que no son accidentales? ¿Aquellos que nosotros causamos? ¿Por qué lo hacemos?
Dicen que hacer ejercicio hace bien, que te hace sentir mejor, que te sientes más liviano y tranquilo, y sin embargo todo lo que yo siento al ejercitarme sólo es dolor. Dolor muscular, tensión, endurecimiento de mis músculos, y por ello incomodidad al moversea, cansancio general por el movimiento, etc. Pero mi experiencia no es única, todos sentimos eso al ejercitarnos, es parte del hecho; y entonces, ¿por qué unos lo describen como una tortura y otros como un placer?
Allí hay un sentimiento, una sensación, un algo que algunos sienten y otros no. ¿Cómo lo describirías tú? ¿Qué dolores te causas por placer?
Sin irme tan lejos, yo también tengo placeres culposos. Acciones que mi cuerpo rechaza de una manera u otra y que, a pesar de ello, continúo haciendo. Razón por la que me cuestioné el por qué; hay algo allí que me hace sentir bien, por eso lo hago, ¿pero qué es? Con lo que decidí reflexionar sobre ello a la hora de vivirlo, meditar sobre qué estoy sintiendo, intentar darles palabras.
Y a la hora de la verdad... sí hay diferencias. Con algunas de mis acciones más que otras. Pero sí vi cuales son parecidas entre sí y cuales no.
Como por ejemplo, la sensación de un estómago vacío. Que a la hora de sentirlo, podría describirlo como si alguien te diera palmaditas. Se siente una presión en todo tu cuerpo, similar a como si estuvieras envuelto en una frazada, apretujado pero similar al caso de un abrazo; y al mismo tiempo, tus intestinos que rugen pidiendo alimento se sienten sueltos en tu interior, libres de esa presión, sintiéndote más liviano. El daño a tu cuerpo por supuesto se hace presente, el sentir frío, cansancio, y que esta ligera presión aumente al punto de sentirte exhausto termina ocurriendo si se continúa por demasiado tiempo. Y aún así... no es desagradable del todo.
Pero sensaciones así son replicables, si algo puede simular ese "cosquilleo" de tal manera, son sin duda las caricias reales y una dieta liviana. Incluso sin nadie con quién interactuar de esa manera, uno podría encontrar ASMRs que le sirvan de alguna manera. No es una sensación que no pueda reemplazarse.
Y por otro lado, otros casos de dolor más relacionados a estímulos audiovisuales resultaron sorpresivos para mí, dado a que no he sentido otras sensaciones similares.
En mi caso particular, viniendo de la música, donde canciones excesivamente cargadas de tonos bajos, melodías con cambios repentinos y ritmos veloces llamaron mi atención. Y verán, la mayoría de estas composiciones no eran música por amor al arte como tal, sino más bien búsquedas con tal de poder estimular tu cerebro u oídos lo suficiente para... bueno, vaciar tu cabeza por completo. Llegado un punto, no podrías pensar en nada ni aunque quisieras, y aunque doloroso, es también placentero.
Así que, sin intentar divagar sobre qué es lo que siento, busqué más bien enfocarme en ello. Y lo que pude sentir en sí, yo lo describiría como: algo de mareos, desorientación, sentir tu mente como en una nube, liviana y vacía, y luego lo principal; similar a las réplicas en los terremotos, sentir escalofríos expandiendose por tu cuerpo a través de tu espalda y miembros, a tal punto que... sabe a menta.
Es la mejor descripción en la que pude pensar, y sin embargo, la que más sentido tuvo para mi para explicar qué sentí. Y es que, tal como la menta, no sientes frío en sí, pero una sensación de frescura hay, y al mismo tiempo te entumece cuando la percibes en grandes cantidades, así como al poner pasta de dientes en tu boca, la única diferencia en sí siendo que lo percibes en todo tu cuerpo, no en algún lugar particular.
Entonces, si ese es el caso, ¿no implicaría que la menta es también una sobrecarga de información que sienten nuestros cuerpos? ¿Hay más sensaciones así? Siendo la menta un caso, lo picante podría ser otro, pero ¿y si lo dulce también?, como al comerla en exceso, ¿y que hay de lo salado?
¿Es todo lo que percibimos, al final, sólo dolor? O dicho de otra forma, ¿el dolor quizá no es dolor, sino una cuestión de cómo percibimos la sensación? ¿Pero qué es lo que causa que interpretemos algunas de ellas como negativas y otras como positivas si ese es el caso?
¿Cómo clasificamos nuestras sensaciones? ¿Y por qué?
Después de todo, si sólo termina dependiendo de nuestras interpretaciones del mundo la manera en que sentimos un estímulo, todo dolor podría, al final, terminar teniendo un sabor a menta.
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blogespanol · 1 year
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La incapacidad de escribir es el enemigo de todo autor. Y sin embargo... forzarse nunca es realmente una opción. Una buena escritura requiere inspiración después de todo; sin pasión, lo escrito sólo serían palabras vacías.
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blogespanol · 1 year
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blogespanol · 1 year
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Últimamente, debido a la constante búsqueda de serotonina con tal de sentir algo, me topé con un juego. Y éste, al jugarlo y disfrutarlo, poco a poco hizo que me diera cuenta de algo.
Si analizamos con detalle cómo definimos las cosas, normalmente siempre lo mas simple es un binario. Bueno o malo, sí o no.
¿Pero qué pasa con los "tal vez"? ¿Con lo desconocido? Con ellos tenemos que buscar indicios para saber si son un sí o un no. Y la mayoria de las veces, al menos en la vida real... la gente no se esfuerza por investigar eso. No les interesa.
Si uno quiere apelar a la mayoria, en casos de dudas, o la gente lo ignorará y se pasará a hacer algo más interesante, o llegarán a una conclusión precipitada con tal de no cuestionárselo más. Y en la mayoria de los casos de la segunda, si se continúa leyendo al respecto es para confirmar que se tenga razón en esa decisión.
Si quieres que la gente se interese en algo, no puedes dárselo como una duda, la gente no leerá una enorme cantidad de información que no sabe de qué le servirá con interés.
La mejor forma, al final, es ser claro y conciso. Me sirve, no me sirve; es bueno, es malo; es poderoso, es débil.
Y en el caso de las personas... también es así.
Pero este juego con el que me entretuve, no hizo que ver a otros se sintiera molesto. No hizo que me cuestionara si tener gente alrededor me perjudicará o no, si me robarán o no. Cuando alguien se acercaba, no se sentía que estuvieran interrumpiéndome o que no me dieran la oportunidad de jugar a mi gusto, con la libertad que yo quiera. ¿Pero por qué?
Y es que, jugaron con este binario que todos tenemos metidos en nuestras cabezas sin notarlo, o que ignoramos de ya saberlo.
Pero cómo, esa es la cuestión: Lograron hacer que la existencia en sí de alguien te beneficie. Es bastante simple; tienes un medidor, la gente a tu alrededor lo carga. Puedes cargarlo con otras cosas, pero la gente lo carga más rápido. ¿Conclusión? No importa quién, no importa si solo está quieto, no importa si te ignora o pasó a tu lado por accidente; tener a alguien cerca te beneficia, aunque sea un poco.
Y quizá no hay ningún misterio en esto a primera vista, simplemente es una mecánica cualquiera, como con cualquier juego. No hay nada nuevo o innovador ahí. Excepto que sí se siente así.
En la vida real, todos los malentendidos, estereotipos, bullying, nacen de una simple constante que es: alguien diferente a mí. Constante a la que, por diferentes razones, se llegó a la conclusión de que es mala.
"A es mejor que B, entonces yo por ser B quedo mal, A es malo". O incluso una interpretación equivocada de "A se junta con B, si B es malo, A es malo". O una simple conclusión precipitada de "A no me gusta", "A me va a hacer daño si lo permito".
La diferencia es duda y la duda es llegar a una conclusión; si buscar información es cansador y no le vemos sentido, o se deja para después o... comienzan los problemas.
Pero aquí, te ganan por cansancio. Cada pequeña interacción con alguien es positiva; no algo que recordarás para toda la vida, pero sí un pequeño paso a "es bueno". Y a la hora de poner en una balanza si una persona yendo hacia tí es buena o mala señal, gana lo inesperado, terminas pensando diferente a la vida real.
Y de manera tan simple, un juego logró hacer que, no importa cómo seas o qué hagas, ver a alguien ya te produzca alegría. No es tanto como que te dé seguridad –ya que no hay peligros de por medio en el juego–, pero ese sentimiento de alivio, de querer ir con alguien al verlo, y que ese beneficio sea mutuo, de que alguien vaya hacia ti, sólo por existir y estar juntos... es hermoso.
Verlo se siente como descubrir la solución a todos los problemas de la humanidad. Saber que era tan simple evitar que la gente peleara, y reemplazar la duda u odio por un sentimiento positivo.
Sinceramente, es un buen juego. Y su fundamento, una filosofía de vida en la que pensar.
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blogespanol · 1 year
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Y a pesar de todo... la rutina me encuentra. Otra vez.
Yo siempre fui un gran defensor del tiempo libre. Tiempo para pensar, tiempo para tus ideas, tiempo para ti. Y sobre todas las cosas, por supuesto, tiempo para descansar.
¿Pero cómo puede ser, que en este mundo, a pesar de todo, acabaron siendo las rutinas las que ganaron prioridad? Si los piensas bien, no hay ninguna ventaja clara en ellas.
Si es por ir a dormir cuando no hay luz, depende de la estación del año el a qué hora oscurece. Si es por estar descansados, no lo estamos a horas regulares, por eso existen las siestas. Si es por no pasar muchas horas sin comer, las dietas de ayuno no existirían. Si es por comer sólo cuando hay hambre, no nos atacaría hambre a horas irregulares.
Si fuera por eficiencia al trabajar, no habrían tantos trabajos con horarios diferentes, trabajos online y presenciales existiendo en paralelo, entre otras modalidades. Si es para poder coordinarse mejor con los otros en el trabajo, ¿por qué no simplemente no perder la comunicación avisando de alguna manera cuando vas y cuando no? ¿No es por eso, para empezar, que existe el marcar tarjeta en la entrada del trabajo o el control de horas trabajadas?
Si lo piensas bien, ni siquiera sirve como técnica de supervivencia. Incluso los policías recomiendan, para evitar robos en tu casa o secuestros, que no tengas una rutina regular para que no sepan en dónde esperarte. Y hoy día, donde la comunicación va mas rápido que nunca, si quieres saber dónde está alguien solo debes preguntarle por teléfono, no esperar saber dónde estará de antemano.
¿Por qué orquestamos planes a futuro que debemos seguir sin falta, una y otra vez, si ni siquiera ayudan en algo?
Y mi mayor problema de todos: son lo que causa que te estanques más facilmente.
No creo que haya cosa con mayor facilidad para matar ideas que buscan desarrollarse, para matar el instinto de aventura, tu conocimiento sobre tí mismo y tu motivación más de lo que lo logran las rutinas. "No puedo hacer esto mañana porque tengo X, deberé esperar a Y", el viejo mantra de las excusas y el esperar, y esperar, y esperar. Porque cuando llega la oportunidad ya estás muy cansado, y cuando no llega "no puedes" hacerlo aun.
Y con el tiempo los sueños van quedando atrás una y otra vez, las ideas pendientes, estando en la rutina seguimos sin saber qué preferimos de una cosa o la otra por no pasar esas situaciones. Todo hasta que llegados un punto, ya ni siquiera sientes que valga la pena intentarlo, porque para qué, si ya estamos muy viejos para eso ¿no?
Y a pesar de todo, no paro. No sé parar. Porque todo el mundo exige una rutina de mi parte, y solo habiendo vivido en rutinas hasta ahora, no sé como manejar una vida sin esas estructuras.
Sé que las rutinas son lo que me están matando, y sin embargo, sé que vivir sin ellas me mataría también, porque no conozco lo que es el control propio suficiente para manejar algo sin control. ¿No es irónico? ¿Se necesita control para vivir una vida descontrolada?
Pero teniendo una vida controlada, es mi mente la descontrolada.
Cuando todo el mundo va al revés que tú, aun si tuvieras la razón, de todos modos te cansa. Y cuando no es siquiera que te enfrentan activamente, cansa todavía más. Porque no es algo tan simple como esperar que la gente deje de hacer algo, o de esperar algo.
No tienes a quién atacar para defender tus razones, porque el problema es la estructura en sí. Una estructura que nadie sabe cómo surgió, solo se sabe que existe. Un idioma, una regla, un término, qué está bien y qué está mal.
Aunque busques defender tu idea, al final la estructura no cambia, solo se ve reemplazada por algo más. Y eso significa que el problema no cesa, sólo se ataca el síntoma.
Aunque seas esto o aquello, sigues siendo una excepción, no la regla. Y como tal, aunque quieras ir contracorriente, y aunque el resto te diga que está bien y te dejen pasar, sigue siendo nadar contracorriente.
De todos modos cansa.
Y aunque decidas salir de una rutina, solo terminamos entrando en otra, y otra, y otra más. Las rutinas no deberían existir. Detesto esto.
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blogespanol · 1 year
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blogespanol · 1 year
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blogespanol · 1 year
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Hay momentos donde suelo sentir un gran aprecio hacia la humanidad. De verdad.
Y sin embargo, siempre ocurre; luego de un tiempo llega otro sentimiento que acompaña esos momentos... desprecio. ¿Pero por qué?
La respuesta probablemente suene como una exageración, o puede que también suene muy simple, pero es de esperarse que sea así. Ya que, al final, el origen de todo mal puede ser reducido a la soledad.
La humanidad llega a ser tan hermosa, tan compleja, incluso sus horrores siendo cosas curiosas y sus bondades fuentes de orgullo. Pero qué puede ser peor para un ser que depende de otros que sentirse diferente; sentir que debe actuar de ciertas formas para evitar rechazos y que, aun así, le continúen rechazando, que es abandonado por su propia especie.
Con el paso del tiempo, esa idea se forma: "¿Soy realmente diferente?", "¿Hay algo mal conmigo?", "¿Será que no soy humano?"; y volvemos una y otra vez a rondar la vieja cuestión de "Ser o no ser".
Si otros llegan a ser tan hermosos, ¿por qué yo no?. Si otros llegan a ser tan buenos en algo, ¿por qué yo no?. Si todos tienen algo que desean hacer, ¿por qué yo no?.
Parte del ser humano es comprender que, tarde o temprano, todos estamos solos. Y que, a pesar de ello, nunca lo estamos.
Dependemos unos de los otros aun sin conocernos, sin saber como es el otro en detalle, qué ronda por su cabeza, y nos impresionamos cuando resulta que tenemos cosas en común o pensamientos similares. Pero ¿son tan diferentes un gato y un perro cuando prestas atención solamente a sus necesidades básicas, sus reacciones al afecto que les das, y a cómo van aprendiendo cosas con el tiempo?.
El secreto para ver similitudes siempre estuvo en la falta de detalles, pulir lo diferente, acabar con nuestra individualidad que también es parte de nosotros. Porque sólo en esos casos es que realmente podríamos lucir como iguales.
Y aun así, al hacer eso solo eliminamos lo que nos hace humanos, lo que nos hace ser conscientes, tener ideas, una identidad, una moral.
Entonces, ¿somos más humanos al ser todos iguales? ¿O somos más humanos al ser todos diferentes? ¿Si somos todos diferentes, pensando distinto y siempe habiendo excepciones a la regla, hay una definición de humanidad?
No hay una forma concreta de ser humano, pero ¿no significaría eso que no existen los humanos? Y si la hubiera, siendo todos una mente colmena sin diferencias, ¿sería eso realmente tener humanidad?
Yo no puedo evitar querer ver los detalles en cada experiencia, escuchar las voces que cuentan cada historia, intentar aprender de cada cuento. Pero cada una de ellas termina siendo como un puñal en mi corazón.
Cada persona tuvo pensamientos diferentes a mí, hizo algo que yo no haría, detestan algo que a mí me gusta o aman algo que yo detesto. Pensar que para algunos algo que quizá yo hago como si nada podría ser considerado un acto criminal, o que por decir una palabra equivocada podrían desear mi muerte, incluso por un malentendido.
Cada vez que intento comprender mejor a los demás solo obtengo una misma respuesta, "no tenemos casi nada en común", y en cada interacción se refuerza esa idea de que sólo si dejo de ser yo, sólo si tenemos similitudes, si soy como ellos, podremos comunicarnos mejor.
Y no puedo. Incluso habiendo borrado cada detalle de mi personalidad, no logro ser como ellos, no absorbo la de ellos. Sólo queda un cascarón vacío.
Dejo de ser humano.
Y cada vez que veo eso, solo logro sentir odio.
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blogespanol · 1 year
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¿No sería hermoso sentir que se puede ser productivo en todo momento?
A mi me pasa tan seguido. Cada que tengo un día libre soy yo quien debe forzarse a pensar en qué tengo que hacer, qué debería ordenar, y si no lo hago, simplemente quedo tirada, viendo el techo, con mi mente en blanco durante todo el día. Y lo peor, es que no me aburre tampoco.
No digo "fua, que entretenido ver el techo", pero no siento esa necesidad o ansiedad por hacer cualquier cosa para evitar estar quieta de forma natural.
Se siente más como si tuviera insomnio. Estar acostado esperando algo que no llega, ninguna motivación por hacer algo, y al mismo tiempo, demasiado cansado para hacer otra cosa que no sea descansar.
Siento que debo forzarme para levantarme y hacer algo, cualquier cosa. Estudiar, limpiar, ver una serie o leer, hacer lo que sea. Pero todo se siente como si yo misma debiera empujar mi cuerpo a hacer todo eso. Incluso con lo mas mínimo, como comer o dormir.
Y al final, cada vez que hago cualquier cosa, termino el doble, quiza hasta triple o cuatruple de cansada de lo que siento que debería. Quizá me propongo leer 10 páginas de algún libro que me regalaron, y termino utilizando 4 horas de mi tiempo para llegar a la 5ta hoja; termino haciendo todo con una lentitud y esfuerzo impresionantes para lo poco que logro.
Ojalá naciera naturalmente ese impulso de hacer algo en mí. Poder ser productiva realmente. Pero incluso escribir algo como esto me resulta forzado y cansador.
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