Tumgik
bias-n · 6 years
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Todos los caminos llevan a Roma
No importan qué calle. No importa la ruta. No importa si es por mar, aire o tierra. Todo lugar por el cual el humano puede moverse lleva, sin excepciones, a Roma.
Y de la misma forma, todo el comportamiento humano se puede rastrear a un año particular: 70.000 AC.
En ese momento, aproximadamente, se produjo la revolución más grande de nuestra especie. La Revolución Cognitiva.
En ese momento, el homo sapiens pasó a tener el arma más poderosa del reino animal: la imaginación. Adquirimos la capacidad de tener un idioma, y a través de él el ser humano se volvió más unido que nunca. Las religiones nacieron. Las estructuras estatales, los valores y hasta los chismes.
En ese momento, nuestro cerebro comenzó un proceso. Comenzó a moldearse. En base a todos los factores ambientales, nuestro cerebro adoptó un patrón. Y a fuego lo marcó sobre nuestro comportamiento.
La siguiente revolución que cambiaría el entorno del homo sapiens llegaría recien en el 10.000 AC, con lo que fue la Revolución Agrícola. Esto le da al cerebro una buena cantidad de tiempo para acuñarse de estos comportamientos y sellarlos dentro de nuestra carga genética.
Este recorrido tuvo como propósito dar cuenta de que somos seres arcaicos, con genes hechos para la savana africana.
Somos primates tribales caminando entre celulares, rascacielos y abundancia de azúcar.
Y es a este hecho en particular al que voy a remitirme muchas veces. Porque una gran cantidad de las comportamientos humanos se pueden rastrear a la configuración neuronal de nuestro cerebro ancestral.
Pero antes de terminar esta entrada, tengo que aclarar que no todo tiene explicación en nuestro mapeado genético. De hecho, una gran mayoría de nuestras actitudes tienen fundamentos culturales y sociales. Los llamados constructos.
Porque todos los caminos llevan a Roma.
Pero los caminos no llevan solo a Roma.
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bias-n · 6 years
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Por qué este blog existe
La escencia de nuestra humanidad está bajo nuestra piel. Sepultada entre la carne. Encerrada. Vive entre paredes de hueso y egoísmo, aullando en el oscuro vacío dentro del cráneo propio.
Y la escencia, la humanidad misma, es el cerebro.
Lo que pretendo con este espacio no tiene que ver con la sanación. No busco salvar el mundo. Ni siquiera salvarme a mi mismo. Lo que quiero es entender. Y documentar mi viaje, buscando las razones por las cuales el humano moderno funciona de la manera que funciona.
Estados Unidos, Palestina, Gran Bretaña, Argentina, India, Korea.
Todos divididos. Pero, ¿por qué? En Argentina, una editorial adjudicaba la infame grieta al Presidente Mauricio Macri. Otro medio gráfico decía que era culpa del fútbol.
Y estas justificaciones, supongo, están bien. Pero yo quiero ir más profundo. Quiero ahondar en las razones por las cuales el cerebro humano funciona como funciona, llevándonos al punto de la segregación entre naciones enteras. ¿Qué explicación se encuentra en las conexiones neuronales, en la trama de neuronas, que justifiquen la existencia de algo como el odio?
Y esto solo es uno de los temas que este blog va a tratar.
Enfermedades mentales. Subjetividad. Redes sociales. Todo está moldeado por nuestro viscoso amigo rosa. Y no estoy hablando de Patricio Estrella, el mejor amigo de Bob Esponja. Estoy hablando de nuestro cerebro.
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