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[Jake] Capitulo 1 Parte 2
Permanecimos en el refugio unas horas, a decir verdad ninguno tenia muchos ánimos de salir pero teníamos que seguir adelante, Mia y Yume no parecían tan afectadas por la muerte de su amiga, probablemente las circunstancias las habían juntado pero quizá no se llevaban muy ben entre ellas ya que parecían preocuparse mas por ellas mismas que por el resto del mundo, por otro lado Lucas lucia algo pensativo, tenía un buen rato sentado en el piso reflexionando para sus adentros como intentando recordar algo y Marie se encontraba sentada en una mesa respirando todavía con un poco de agitación, de vez en cuando miraba su teléfono como en busca de señal, yo había olvidado el mío en el hotel tras la huida forzada a la que mi vi  obligado.
–Tenemos que encontrar un punto de evacuación –dijo Lucas de repente con voz serena– quizá podamos encontrarnos con nuestros familiares cuando salgamos de la ciudad.
Mia y Yume hicieron cara de alivio, como si las palabras del viejo les dieran un nuevo aire de seguridad pero yo no estaba tan de acuerdo con su  punto de vista.
–Nada nos asegura que la situación sea mejor saliendo de la ciudad –conteste– tengo un par de días en la ciudad, detuvieron mi vuelo probablemente porque sucedió lo mismo que aquí en el resto del mundo.
–No podemos estar seguros de eso, probablemente en algún lugar exista un sitio seguro –Marie sonaba un poco a la defensiva ante mi comentario.
Tampoco podíamos estar seguros de que eso fuera verdad pero preferí no decir nada y no parecer el pesimista del grupo, me quedaba claro que tenían que aferrarse a la esperanza de que encontrarías a sus familiares y que estuvieran a salvo, me quedaba claro que por su edad las dos chicas necesitaban entrar a sus padres, Lucas como ya había dicho estaba en busca de su esposa, de Marie no estaba muy seguro, quizá estaba preocupada por su familia también, estaba seguro que no era mas grande que yo pero tenía un aire de independencia como de quien se hace cargo de si mismo aun asi me quedaba claro que necesitaba comunicarse con alguien al estar checando su teléfono constantemente lo que me puso a pensar sobre mi ¿Alguien estaría preocupado por mi? Tenia mucho tiempo que no hablaba con mi familia directa, en un mundo de negocios todo lo que importa es el dinero asi que aunque trabajaba para la empresa de mi padre ya hacia algunos años que no me dirigía la palabra, el verano pasado había empezado a salir con alguien, la hija de otro empresario rico pero la relación que teníamos era mas arreglada que otra cosa, además de que ella era una hueca niña mimada que solo se preocupaba por ella misma, algo no muy diferente Mia y sus amigas pero de mi edad y aunque era guapa no me sentía atraído intelectualmente hacia ella, quizá era mejor asi, si esto era en verdad un apocalipsis lo mejor sería concentrarme en el día a día.
Empezaba a sentir sed, no cabía duda que esta era la peor resaca de la historia, también notaba cierto señal de hambre en los demás, sobre todo en las niñitas lloronas.
–Ahora recuerdo, hay una tienda de armas, pasando la autopista, no está muy lejos –Lucas rompió el silencio nuevamente.
–Creo que deberíamos buscar una tienda primero– sugerí un poco apenado, no quiera que supieran de mi resaca.
–Sin armas no podremos conseguir nada –intervino Marie.
Tenía razón, las armas que habíamos tomado antes ya casi no tenían municiones y en una armería seguro que encontraríamos más que eso, todos nos quedamos quietos por unos segundos como esperando que alguien tomara la iniciativa, hasta que finalmente no nos quedó de otra, Marie dio un gran suspiro y de un brinco ágil se incorporó, al ser tan sexy siempre era interesante mirarla, Lucas se encogió de hombros y llevándose las manos a la cadera se acomodó los huesos, algo común en las personas de su edad luego de estar sentados en el piso mucho tiempo, Mia y Yume tardaron en reaccionar pero finalmente se incorporaron y se tomaron de las manos parecían dejar todas las decisiones a nosotros, también tenían la esperanza de que las protegiéramos.
Salimos a una calle donde todo era caos, había muchos infectados rondando pero por suerte todos estaban dispersos por lo que era más fácil neutralizarlos, había un punto de revisión del ejercito pero como era de esperarse no había soldados ni armas únicamente zombies, algo desolador pero nadie dijo nada, Mia y Yume iban muy cerca de mi, al parecer esperaban que fuera yo quien las salvara en caso de que algo les pasara, llegamos hasta la carretera pero estaba cerrada con grandes barricadas tuvimos que atravesar algunos edificios para logran pasar al otro lado de la carretera y después de saltar un par de obstáculos la atravesamos, sin mayor problema nos habíamos abierto el paso hasta estar cerca de la armería que Lucas había mencionado, la zona estaba llena de infectados pero al estar en un espacio abierto se dispersaban tanto que era fácil matarlos desde lejos, el verdadero problema llego cuando la munición se acabó por completo, yo todavía llevaba la palanca que había tomado y Marie el hacha solo dependíamos de Lucas y su pequeña pistola para cubrirnos, como era de esperarse Mia y Yume eran un manojo de nervios gritando cada vez que un infectado se les acercada a dos metros, en pocas palabras unas completas inútiles.
–La tienda no debe de estar muy lejos pero los caminos están bloqueados, tenemos que encontrar la forma de llegar hasta la avenida contigua. –dijo Lucas un poco inseguro.  
–Por ese almacén, he venido por aquí antes y me parece haber visto una salida de emergencia que da a la avenida de atrás  –la voz de Mia era tímida e insegura pero se notaba que sabía de lo que habla.
Todos la miramos sorprendidos, al fin decía algo de utilidad, casi me daban ganas de felicitarla pero algo como eso no era digno de reconocimiento después de ser tan desesperantemente inútil.
–No perdemos nada con intentar –contente sin ninguna emoción para demeritar su sugerencia.
Entramos al almacén sigilosamente, caminábamos todos muy juntos, algo un poco ridículo al más puro estilo de “misterio a la orden” abrimos un par de puertas para asegurarnos que no hubiera algún infectado que pudiera sorprendernos después y de paso revisar si encontrábamos algo de utilidad, tomamos algunos analgésicos de un estante y yo cambie la palanca por un bate de madera, todo iba tan bien que caminamos mas relajados hasta que finalmente encontramos una salida de emergencia, Lucas la abrió con cautela para asegurarse de que no había algún peligro, La tienda de armas estaba justo de el otro lado de la calle, Mia y Yume fueron las primeras en correr imprudentemente, los tres estábamos por seguirles el paso cuando Lucas miro a algún punto atrás de Marie y yo, puso cara de horror y disparo, casi al mismo tiempo voleamos para ver de que se trataba pero solo pude escuchar una explosión y acto seguido me encontraba cubierto de una sustancia apestosa, algo similar a la ebria que me había encontrado en el hotel, el vomito nos había cubierto a ambos, Mrie hacia lo posible para limpiárselo de la cara, yo estaba haciendo lo mismo cuanto note que los zombis dispersos ahora venían directamente a nosotros en forma de horda como si el olor del vomito los atrajera, Marie gritaba por ayuda mientras yo meneaba el bate tratando de defenderme mientras desueraba la vista luego de que el volito me salpicara la cara, podía escuchar a Lucas disparando al azar, cuando por fin pude ver de nuevo Marie se encontraba tirada en el suelo rodeada por completo de esos malditos, el viejo hacia lo mejor que podía intentando defenderla, el bate no era muy eficaz pero pronto logramos quitarle la horda de encima, Lucas la ayuda a ponerse en pie, tenia una expresión como si estuviera apunto de llorar, una reacción algo típica de una chica que se ve rodeada de algo asqueroso, los ojos de Lucas estaban abiertos de par en par, de inmediato agudice mis movimientos pensando que se trataba de algún otro peligro y seguí la dirección de su mirada pero esta vez no era nada de eso, La Blusa de Marie se había rasgado y abierto casi por completo exponiendo una gran vista de su cuero solo en sujetador, Marie se cubrió de inmediato, me alegraba que el capturado mirando esta vez había sido el viejo y no yo, con un poco de vergüenza Marie volvió a abrocharse los botones de su blusa aunque ahora algunos faltaban pronunciando un poco mas la gloriosa vista de sus grandes pechos.
Llegamos corriendo a la armería y las inútiles ya estaban cómodamente eligiendo armas sin darse cuenta de lo que había pasado antes, en ese momento no estaba seguro si será conveniente darle un arma de fuego a un par como ellas,  quizá sería más peligroso que si solo van con las palancas, yo no sabia de armas y nunca había disparado alguna, el viejo parecía un experto y sabia lo que buscaba, Marie miraba detenidamente algunos modelos de francotirador, yo no tenia idea de que arma podía elegir asi que recordé alguna vez escuchar en una película que las escopetas con perfectas para quienes no tienen buena puntería ya que los perdigones se expanden cubriendo mas rango de daño, dado que no tenia ninguna experiencia con armas y no quería parecer el mas novato ya que incluso Mia hablaba con su amiga sobre modelos pistolas tome una de las mejores escopetas que había en la tienda y la recargue, todo estaba tranquilo hasta que escuchamos una voz proveniente de un pequeño timbre cerca de una puerta opuesta por donde habíamos entrado
–Soy el dueño de la armería, pueden tomar todo lo que necesiten, no voy a cobrarles por las armas pero el camino hacia la plaza comercial esta bloqueado, si me traen de la tienda de enfrente los refrescos que olvide yo puedo ayudarles a abrir el camino–
Nos miramos los unos a los otros, no sonaba nada lógico que arriesgáramos nuestras vidas por unos refrescos de un completo extraño pero no teníamos mas opción.
–Esta bien te llevamos los refrescos pero ¿Cómo es que vas a abrir camino hasta la plaza?  –pregunte hablando por el auricular.
–Tengo un lanzagranadas, podre derribar la barricada desde donde estoy – contesto.
Solo podíamos confiar ciegamente el, me parecía ridículo pero no había opción.
–Una cosa –dijo– en cuanto abran las puertas del minisúper de enfrente se activara la alarma, será mejor que corran rápido de regreso.
Eso no hacia mas que crear desconfianza para con el, mire a Lucas y tenia un semblante decidido como si un nueva arma le diera seguridad, Marie seguro que tenia la misma expresión que yo, Mia y Saki ahora con una pistola en cada mano se sentían dueñas de la situación.
Salimos por una puerta trasera y bajamos unas escaleras hasta llegar a la calle de atrás de la armería, el mini súper estaba en la esquina no muy lejos de nosotros, trace un trayecto mentalmente, sería un muy arriesgado hacer lo que el tipo nos pedía, entramos a una de las habitaciones que estaban en la parte de atrás.
–Necesito un descanso antes de hacer esto– exigió Marie al tiempo que se dejaba caer para sentarse en el suelo.
–Yo igual, todavía no me repongo de lo que paso hace rato– me queje dedicándoles una mirada asesina a el par de colegialas.
Yume un poco apenada ofreció su chaqueta escolar a Marie que aunque era un poco mas alta era lo suficientemente delgada para entrar en ella pero igual no le cerraba del todo por culpa de (o gracias a) sus pechos, esta vez la mirada asesina fue dedicada para Lucas y para mi como para advertirnos de que no miráramos mas de la cuenta.
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[Marie] Capitulo 1 Parte 2
Estuvimos un rato en el refugio, casi en automático me dirigí a la mesa, estaba algo agitada, todos parecíamos desgastados, las chicas Mia y Yume estuvieron en silencio unos minutos pero eso no duro mucho, ya después empezaron a cuchichear entre ellas, el anciano miraba a la nada, tal vez pensando en su vida o su momento de reflexión.
Busque un poco de señal para poder contactar a mi detective, es el apocalipsis, estoy segura que él tendría que estar bien… Y mi Live, mi pobre pequeña la debe estar pasando mal, realmente esto es un asco.
–Tenemos que encontrar un punto de evacuación –dijó Lucas– quizá podamos encontrarnos con nuestros familiares cuando salgamos de la ciudad.
Era como si buscara palabras que calmaran a todos, a las pequeñas las calmo un poco con sus caras podía ver esperanza, era claro que eso sería bastante difícil ¿vivos? Creo que nosotros hemos tenido bastante suerte
–Nada nos asegura que la situación sea mejor saliendo de la ciudad –interrumpió mis pensamientos, pero Jake parecía querer quitar esa esperanza – tengo un par de días en la ciudad, detuvieron mi vuelo probablemente porque sucedió lo mismo que aquí en el resto del mundo.
–No podemos estar seguros de eso, probablemente en algún lugar exista un sitio seguro – no podía dejar que el chico destruya lo poco que les queda a todos para avanzar
Inmediatamente el pelinegro se cayó, creo que se dio cuenta de lo pesimista de su comentario o tal vez fui muy agresiva, todos necesitábamos algo de nuestra vida “real” pero ahora esta era nuestra vida real, desconozco de los demás realmente no me interesan, sería feliz con conseguir señal en mi celular y saber si Logan y Live están bien.
–Ahora recuerdo, hay una tienda de armas, pasando la autopista, no está muy lejos –Lucas rompió el silencio nuevamente.
–Creo que deberíamos buscar una tienda primero– acotó el chico, definitivamente tenía razón pero sin armas no podríamos llegar ni a la esquina
–Sin armas no podremos conseguir nada –intervine esperando convencerlos
Todos se quedaron quietos, el ambiente se tornó un tanto incomodo asi que decidí pararme, el anciano siguió detrás de mí con unos crujidos de sus articulaciones, las pequeñas se incorporaron también, el chico también se paró.
Nos miramos un poco y salimos a la calle, había zombies por doquier, todo parecía calmado y hasta en el ambiente solo se escuchaban sus quejidos, ni un alma viva, las pequeñas se pegaron con Jake, bueno pasarían a ser problemas de él. Pasamos con cuidado hasta la carretera, para nuestra lastima estaba cerrada, ¡Barricadas! Acaso el gobierno ya se había encargado, ¿no quedaba nadie vivo? Podíamos atravesar varios edificios para llegar al otro lado, pasamos entre casas, no sin antes patear algunos traseros, había pocos no vivos entre los edificios, pasamos por un puente largo, bajo nosotros había un montón de infectados, podíamos matarlos desde lejos pero ninguno tenia un arma, solo el anciano. Nos miramos como esperando a que Lucas nos defendiera mientras que yo cubría con mi hacha y el chico con la palanca, sabíamos que Mia y Yume no harían nada.
–La tienda no debe de estar muy lejos pero los caminos están bloqueados, tenemos que encontrar la forma de llegar hasta la avenida contigua. –
–Por ese almacén, he venido por aquí antes y me parece haber visto una salida de emergencia que da a la avenida de atrás  –la voz de Mia interrumpió la operación, ¡Victoria! Una de las niñas había sido de utilidad.
–No perdemos nada con intentar – el chico parecía aguantar la emoción, parecía que casi había pensado lo mismo que yo
Entramos al almacén, todos parecían cuidar sus pasos para no hacer ruido, caminábamos al unísono, tomamos un par de cosas entre ellas anestésicos podrían sernos de ayuda. Encontramos una salida de emergencia, el viejo abrió para ver que no hubiera muertos, la tienda de armas estaba del otro lado de la calle, justo cuando la divisamos las niñas empezaron a correr, como el camino parecía despejado Lucas iba a avanzar, dio un pasó pero se detuvo, miro hacia atrás de el chico y yo y disparó. Volteamos solo para ver que era una explosión de ¿vomito? ¿Eso era vomito? Toda esa sustancia me había cubierto, limpie mis rostro pero era difícil ver algo con esa cosa, los zombies comenzaban a llegar, mi desesperación era demasiado, agitaba mis brazos esperando atinar a alguno de esos no muertos, di un pasó atrás y el infierno se desato, caí en la calle, demonios casi pude ver mi muerte pero el viejo me ayudo, ninguno me mordió, ni me lastimó, y encima seguía cubierta de ese vomito asqueroso, juró que al primer baño voy a meterme ahí. De repente miré hacia el viejo quien me miraba como si había descubierto algo grandioso, entonces me di cuenta que mi blusa se había rasgado, de inmediato me descubrí, genial cubierta con vomitó, a punto de morir y ahora escapare del apocalipsis zombie en sujetador con dos pervertidos. Nos volvimos a incorporar y corrimos directo a la armería, las chicas ya estaban eligiendo un arma ¿sabian de eso? Me puse a mirar varias de ellas, había estado jugando cosas como sniper pero era la vida real, seguro era bastante diferente, así que la tome podría servir, tampoco podía ir muy cargada asi que agarre un arma pequeña como esa que tría Lucas.
–Soy el dueño de la armería, pueden tomar todo lo que necesiten, no voy a cobrarles por las armas pero el camino hacia la plaza comercial esta bloqueado, si me traen de la tienda de enfrente los refrescos que olvide yo puedo ayudarles a abrir el camino– Todos nos miramos, arriesgarnos porque un tipo tenga sus ¿refrescos?
–Esta bien te llevamos los refrescos pero ¿Cómo es que vas a abrir camino hasta la plaza?  –dijó el chico, ¿desde cuándo toma las decisiones?
–Tengo un lanzagranadas, podre derribar la barricada desde donde estoy – contestó el hombre de la armeria
–Una cosa –dijo– en cuanto abran las puertas del minisúper de enfrente se activara la alarma, será mejor que corran rápido de regreso.
¡Oh, genial! Escapábamos de una cosa para entrar a otra, me siento algo cansada, el viejo estaba seguro, Mia y Saki también se veian seguras, ¿en serio?
Salimos por una puerta trasera y bajamos las escaleras para llegar cerca del mini súper, el trayecto no era tan largo si corríamos, pero con esas cosas siguiéndonos será bastante difícil
–Necesito un descanso antes de hacer esto– me deje caer en el suelo
–Yo igual, todavía no me repongo de lo que paso hace rato– solo vi que de reojo el chico miró a las niñas
Una de ellas se me acerco y me ofrecio su chaqueta, bueno esta bien, yo podría caber en esa cosa pero mis pechos no… La acepte de todas formas, el vomito me había manchado todo, decidí advertirles a los pervertidos que no miraran, entonces retire mi blusa, asi que me puse la chaqueta, apenas entraba en ella, mi sostén sobresalia un poco pero remarcaba mis curvas.
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[Jake] Homecoming Parte 1
Había llegado a la ciudad un par de días atrás, se supone que iba a ser una pequeña escala que duraría unas cuantas horas en mi vuelo de regreso a casa pero justo ese día se les había ocurrido detener todos los vuelos por una supuesta emergencia, me explicaron algo referente al clima cuando me hicieron bajar del avión, honestamente no preste atención, la azafata me recomendó buscar un hotel ya que en el mejor de los casos se reanudaría el vuelo en un día o a lo mucho dos, al principio me dio igual, no tenía ánimos de salir a conocer por lo que me hospede en el hotel más barato de la zona esperando no quedarme por mucho tiempo y me encerré a dormir, el tiempo transcurrió sin mucho que hacer, estaba prácticamente regresando de un viaje de negocios y lo último que quería era preocuparme por el trabajo así que apague mi celular y dormí casi todo el día, la segunda noche ya un poco harto del encierro salí a tener un poco de vida nocturna, mi intención era divertirme pero termine sentado en la barra de un bar embriagándome, di gracias al cielo que en ese momento mi celular no tuviera señal ya que mande un montón de mensajes de los que me arrepentiría la mañana siguiente y asi pase casi toda la noche, para antes de cerrar el tipo de la barra llamo un taxi el cual me llevo al hotel, apenas recuerdo cómo fue que entre a mi habitación y sin cambiarme me tire en la cama.
La mañana siguiente me despertó un ruido estrepitoso ya entrado el día, alguien había chocado justo debajo de mi ventana y al parecer había patrullas por todos lados, tenía una resaca horrible, me levante con la gracia de un robot oxidado y me mire al espejo un buen rato, tome una botella de agua del mini bar para hidratarme y luego de reflexionar un rato como es costumbre en cualquier resaca me prometí no volver a tomar de esa forma. Cuando estaba por preparar la ducha alguien toco a mi como si se tratara de un gato tratando de entrar en plena lluvia, eran más rasguños que golpes, pregunte antes de atender como es normal pero nadie contesto solo escuchaba ruidos raros y cuando me asome por la mirilla una mano atravesó la puerta y le higo un gran agujero, desconcertado retrocedí unos pasos y desde afuera una mujer de aspecto desmejorado me vomito encima, limpie mi cara rápidamente y con mucho aso.
–¡Maldita ebria! –Grite– será mejor que te largues si no quieres prob…
De inmediato una estampida de personas arremetió contra mi puerta, podía verlos atreves del agujero, fue cuando mi di cuenta que no eran personas, cuando lograron tumbar la puerta se abalanzaron contra mí, apenas pude escapar por la ventana, me arroje hacia la calle, por suerte me encontraba en un segundo piso y todavía estaba el camión que había chocado debajo, mi primera impresión era que las calles estaban completamente vacías pero no pude detenerme a observar mas ya que  la multitud de desquiciados me seguían persiguiendo.
Cuando los deje atrás busque refugio en el edificio más grande de la calle que era también un hotel, había sangre por todos lados, mire por detrás de las puertas de cristal y entonces lo entendí, finalmente había pasado, el apocalipsis de la humanidad finalmente había llegado en forma de una epidemia zombie, me costó un poco digerirlo ya que apenas la noche anterior todo estaba tan normal, permanecí pasmado unos minutos hasta que un nuevo sonido me trajo de vuelta a la realidad, Un vehículo de aspecto retro de había estrellado contra la puerta del edificio creando un gran caos, de su interior salió un anciano y moviéndose lo más rápido que pudo llamo al ascensor.
–¡Hey! ¿Que crees que haces? – le grite y este se sobresalto al no haberse percatado de mi presencia.
–¿Estas herido? –pregunto luego de examinarme con la mirada.
–No, pero ¿Qué crees que haces? Con ese ruido vas a alertar a todos los zombies del maldito lug…
–No hay tiempo –interrumpió– un helicóptero viene justo aquí, tenemos que subir a la azotea.
En cuanto se abrió el ascensor ambos entramos rápidamente sintiéndonos un poco más aliviados.
–¿Por qué no evacuaste cuando llegaron los militares? –Pregunto el anciano.
Aun cuando el mundo se había acabado sentí vergüenza en admitir que probablemente no me había despertado por estar medio ebrio.
–No pude, ¿Qué hay de ti? Tenías un vehículo ¿Por qué no simplemente saliste de la ciudad?
–Tenía que regresar por mi esposa pero no pude encontrarla, además cerraron todos los accesos a esta parte de la ciudad con barricadas, no puede salir ni un auto ni una multitud.
Mire los números en el ascensor, estábamos por llegar por lo que no quise hacer más conversación, apenas se abrió salimos corriendo para buscar una salida a la azotea, entramos por una puerta al final del pasillo, eran unas escaleras contra incendios, llegamos a la azotea justo para ver como el helicóptero se alejaba dejándonos atrás pero no estábamos solos, cuatro chicas se encontraban allí también, tres de ellas tenían uniforme de alguna escuela secundaria, temblaban y lloriqueaban mientras extiendan sus manos al cielo intentando llamar la atención de helicóptero, la única que se dio cuenta de nuestra presencia desde el momento en que llegamos fue una cuarta chica, era una rubia delgada de amplias caderas y grandes pechos, ((¿:v?)) lucía un par de años más grande que las otras tres y llevaba ropa casual.
–Es un hecho que nos vio pero el piloto no quiso detenerse –nos informó la rubia al vernos desconcertados.
–Quizá no tenía espacio, probablemente llevaba a otros sobrevivientes, lo mejor será esperar –contesto el anciano un poco nervioso.
–El helicóptero iba completamente vacío yo lo pude ver perfectamente –respondió una de las estudiantes con semblante histérico.
Eran un trio muy peculiar, una castaña, una morena y una pelirroja, las tres tenían los ojos rojos de tanto llorar y una expresión como de venado a punto de ser arrollado, no pareaban de llorar y quejarse aunque no le les veía que pudieran estar heridas, incluso de todos nosotros ellas eran las que mejor aspecto tenían con la ropa impecable.
–Tenemos que esperar aquí de cualquier forma, ya saben que estamos aquí, probablemente manden otro helicóptero o este regrese más tarde –el anciano defendía su punto de quedarse a esperar.
Nos quedamos en silencio mirándonos los unos a los otros en espera de que alguien tuviera una mejor idea cuando de repente una gran explosión cimbro el edificio, sentimos después una serie de explosiones, no tardo en salir humo de algunas de las ventanas que estaban más abajo.
–Tal vez fueron los ductos del gas, si nos quedamos todo el edificio se puede prender en llamas o explotar por culpa del gas –dije para romper el silencio.
Aunque el anciano no estaba muy de acuerdo no le quedo de otra más que darme la razón.
–Sera mejor que llevemos armas– dijo la rubia mientras tomaba un hacha de las que se utilizan para abrir puertas en caso de incendios.
En una mesa vieja junto a la puerta había unas palancas para abrir cajas de madera, por lo menos las suficientes para cada uno, las chicas tomaron una cada quien a excepción del anciano que me mostró que llevaba con una pistola pequeña.
Bajamos las escaleras para regresar de nuevo al último piso del hotel donde estaba el ascensor  pero todo el lugar ya estaba rodeado por los zombies y en algunas habitaciones las llamas del incendio.
–Lo mejor será si los atraemos a un lugar pequeño donde podamos matarlos uno por uno– sugirió la rubia mientras levantaba su hacha con decisión.
–Es algo muy arriesgado, tal vez sea mejor evadirlos lo más que podamos –Conteste de inmediato con sobresalto ante la idea de ser perseguido de nuevo.
–¡Shhh! –Respondió también con sobresalto ante mi tono un poco exagerado mientras se llevaba un dedo a sus rojos y exuberantes labios.
–Simplemente hagámoslo, el ascensor no esta tan lejos –susurro el anciano mientras entreabría la puerta para ver que había del otro lado.
Apenas salimos un pequeño grupo nos atacó, efecto seguido una de las estudiantes grito atrayendo asi a más zombies, nos encerramos en una de las habitaciones que parecía una sala de conferencias pero la puerta no iba durar mucho pues estaba siendo empujada por una horda hambrienta.
Salimos por otra de las puertas abriéndonos paso entre la multitud de muertos, las estudiantes gritaban por todo lo cual atraía cada vez mas y aparte de todo eran inútiles en exceso ya que no golpean a los zombies cuando se les acercaban y cualquiera de nosotros tres tenía que rescatarlas y eso sin mencionar que se sobresaltaban cada vez que escuchaban el sonido de un disparo.
El fuego cortó el camino para llegar al ascensor, no tuvimos otra opción que romper una ventana y caminar por la cornisa, de solo mirar abajo daba vértigo pero eso era lo que menos me preocupaba, dábamos pasos pequeños por afuera de las ventanas de las habitaciones, algunas llenas de zombies y otras en llamas, finalmente llegamos a una habitación un poco vacía, rompí el cristal con la palanca y la chica rubia degolló de inmediato a los que se abalanzaron al escuchar el ruido, nuevamente un gran grupo nos atacó pero esta vez al querer entrar todos por la puerta se volvió más fácil aniquilarlos uno por uno.
Finalmente llegamos al ascensor, funcionaba en su totalidad y aunque era peligroso usarlo durante un incendio todos entramos en el como si se tratara de nuestra verdadera salvación, a medida que iba bajando se llenaba de humo el cual lastimaba los ojos aun asi el anciano inicio la conversación.
–Mi nombre es Lucas, ¿Cómo se llaman ustedes? –se presentó a el mismo de una forma seca y aburrida que casi me hace sentir pena ajena.
–Ellas son Yume y Saki –dijo la pelirroja refiriéndose a las chicas morena y castaña respectivamente– mi nombre es Mia
–¿Es que acaso no evacuaron su escuela? ¿Por qué siguen aquí? –pregunto la rubia.
–No nos encontrábamos en la escuela, decidimos no entrar hoy, pensamos que no pasaría nada malo –respondió Mia un poco apenada.
–Son muy jóvenes, no deberían presenciar todo este caos – comento Lucas.
–Bueno yo tengo dieciséis años ellas aún tienen quince –respondió de inmediato nuevamente como si ese dato importara en algo.
–¿Qué hay de ti? –pregunto ahora a la chica rubia.
–Tengo veintidós –sacudió la cabeza un poco aturdida y apenada– Este… quiero decir, este… me llamo Marie.
Lucas me miro como esperando que yo ya daba por hecho que tenía que presentarme sin necesidad de que me preguntara mi nombre, guarde silencio un momento pero luego la atención se centró en mí y me sentí un poco incómodo.
–Me llamo Jake– conteste rápidamente y buscando donde poner mi mirada sin sentirme incómodo– tengo veintisiete.
Me resultaba innecesario decir mi edad pero al final la dije dado que todo mundo la había dicho, excepto Lucas pero a nadie le importa la edad exacta de un hombre viejo.
Finalmente habíamos llegado a la planta baja pero al abrir las puertas todo estaba en llamas, apenas se podía respirar y ver, sin embargo rápidamente encontramos armas junto a los restos de un equipo SWAT.
Yume, Saki y Mia iban tomadas de las manos justo detrás de mí, seguidos de Lucas y Marie que cuidaban la retaguardia, las chicas no paraban de quejarse y toser, de las tres la mas insoportable era Yume que se quejaba de todo y no podía guardar silencio, esto hizo que nuevamente una horda nos atacara en todas direcciones, apenas podía apuntar bien, el humo hacia que se me cerraran los ojos y en medio de la confusión mientras corríamos Saki se quedó atrás, fue Mia la que se percató, honestamente yo no quería regresar y todo lo que queríamos era salir de ese infierno pero no teníamos opción.
–Sigan adelante, ire a buscarla –declare sin mucho animo– busquen un refugio y nos veremos allí.
–Sera más seguro si vamos los dos –soltó Marie de repente–
–¿Estas segura? –pegunte sorprendido ya que estaba seguro que nadie quiera regresar y dado que ya me había ofrecido a ir no tenían obligación de volver.
–Ustedes sigan adelante, ya encontraremos la salida también –no respondió directamente pues no creo que estuviera segura pero de igual manera iría.
–Tenga cuidado– dijo Lucas y siguió adelante con las otras chicas las cuales no parecían tan preocupadas por su amiga.
Regresamos Por donde habíamos venido, el calor era insoportable aún más que el humo y cada minuto resultaba más difícil respirar, gritábamos su nombre para ver si podía escucharnos pero mientras más regresábamos más desolado era el panorama, regresamos incluso más lejos del ascensor hasta que finalmente la encontramos, empezó a gritar como loca al vernos, estaba atrapada con una viga en su estómago, Marie y yo la levantamos paraqué pudiera salir, algo que quemo un poco nuestras manos, ni bien estuvo libre empezó a correr sin decir una palabra y gritando como loca.
Corrimos tras ella pues se fue en dirección equivocada, mas adelante la encontramos atrapada entre las llamas nuevamente.
–SAki cálmate un poco, ven dame la mano –le extendí mi mano pero ni bien volteo grito de nuevo.
Justo detrás de nosotros salió corriendo un infectado, pero este era diferente tenía un brazo enorme y corría como flecha, no nos dio tiempo de reaccionar a Marie ni a mi, el zombie la tomo con su enorme mano y se la llevo arrastrando a un lugar entre las llamas, ya no podíamos hacer nada, no podíamos pasar atreves del fuego para salvarla, todo los que podíamos hacer era escuchar sus gritos de dolor y miedo, permanecimos petrificados un par de segundos pero luego Marie me hizo volver  a la realidad al empujarme para que corriera, una nueva horda se acercaba, corrimos tan rápido como pudimos, nunca había disparado un arma como la que tenía pero de alguna forma logre atinar a varios.
Finalmente salimos a un pequeño jardín con una fuente en medio, sin importarme lo poco higiénico que era acerque mi cara mi tome un gran buche, también limpie mi cara, Marie lavo su rostro también lavo su cuello también y yo me quede mirando un poco su leve escote, se dio cuenta de inmediato y me miro de forma incomoda asi que tuve que fingir que estaba mirando hacia otro lado.
–¡Hey chicos entren rápido! – Era la voz de Lucas que estaba dentro de una puerta de metal que parecía muy pesada– es un refugio, entren rápido.
Habíamos llegado a un lugar seguro, hasta el momento,  fue difícil decir una palabra una vez dentro, era obvio que no habíamos podido salvar a Saki, nadie dijo nada en un buen rato, ambas chicas lloraron.
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[Marie] Homecoming Part 1
A pocos días de graduarme, enfrentar al mundo real, demostrar a todos esos comentarios de “no encontraras trabajo”, “no vas a llegar a nada”, “el arte no es una profesión”. Se equivocaban, ya había programado una reunión con una de mis ex maestras de secundaria, al parecer habían decidido implementar un programa de Arte para jóvenes, y adivinen quien será la nueva maestra, yo. Aunque la idea de convivir con un montón de pre pubers no llamaba del todo mi atención, podía demostrar y educar almas más jóvenes, hacer que se desahoguen y plasmen lo que sienten mientras hacen arte… Tan emocionada que estaba que nisiquiera recuerdo si le puse de comer a Live, mi pequeñita pug, quien vive sola conmigo, duerme conmigo, come conmigo. ¿Padres? No, después de que su hija pintara toda su habitación con pequeños “graffitis” definición de ellos, y de decirles que quería ser una profesora de arte y que eso se estudiaba me corrieron. Bah, con mi Live estoy más que bien.  ¿Hombres en mi vida? Mi vida amorosa es casi inexistente, no me malentiendan, tengo un novio, un apuesto y gran novio, se llama Logan, es un detective, es mayor que yo, diría unos 10 años. ¿Por qué no vive conmigo? Bueno el chico es del otro lado del mundo, exagero un poco, en realidad es de un estado a unas 10 horas … en avión. En resumen, mi vida es solitaria en ese aspecto.
Ahora como termine aquí en la azotea de un hotel junto a un montón de extraños, primero iba directo a mi reunión con la profesora para establecer mi inicio de trabajo, mis horarios, me citó en una especie de café en el centro de la ciudad. Salí de mi casa algo tarde porque me quede dormida, estaba mirando las noticias “histeria colectiva” ¿la gente se estaría volviendo loca? No me quede a verlo, me puse mi falda, mi blusa blanca, me despedí de mi pequeña y emprendí lo que sería mi último viaje.
Caminé hasta el metro, el cual iba repleto, nada fuera de lo normal si me permiten decir, la gente parecía un montón de zombies queriendo subir, sentí una que otra mano entre mi trasero y algunos roces por mis pechos, bien dicen que no sabes lo que es ser manoseado si no viajas en metro. Baje una estación antes a la acordada no aguantaba el sudor de la gente, ese apestoso olor se podía impregnar en lo más lejano, incluso sentía olor a sangre ¿Sangre? Tal vez bastantes mujeres en su periodo, era asqueroso hasta pensarlo. Bueno al bajar continuaba, ¿sería yo? Hace poco había terminado, era imposible. Decidí correr al baño más cercano, era de una tienda de conveniencia que estaba en la esquina de una calle concurrida, entré y cerré el baño, era asqueroso pero los accidentes ocurren. Desabroche mi falda, y baje mis panties con cuidado de que hubiera rastros de sangre, ¡nada! Pero el olor aumentaba. Di un pequeño suspiro que fue interrumpido por unos gritos escalofriantes, de repente escuchaba como mi puerta estaba siendo golpeada frenéticamente, no dejaban espacio para el silencio. Guarde silencio, no quite el seguro de la puerta hasta escuchar que las cosas se calmaran.
Silencio por fin, después de unos minutos. Quité el cerrojo lentamente, desplegue un poco la puerta y no había nadie. ¿Qué había sido eso? Abri por completo la puerta ahora el silencio predominaba, me dirigí hacia afuera, no había nadie ¿A dónde habían ido todos? Dejé que las cosas me quitaran tiempo, rayos iba a llegar tarde. ¿No había nadie fuera, ni atendiendo la tienda? Los ladrones deberían aprovechar esto… Apenas salí de ahí las calles eran un caos, autos chocados, gente corriendo, gente con sangre en sus ¿bocas? ¿Qué es esto?
–Son zombies ¡ZOMBIES! – se acercó un hombre con una mordida en su cara y siguió corriendo con los demás
–¿Zombies? – estarían hablando de alguna película, era una broma segura.
–¡Sube! – un anciano salió de un automóvil con aspecto bastante bizarro y retro, me extendió su mano
–E… esta bien – ya si vamos a cosas poco predecibles, esto debio ser un sueño, debi quedarme dormida en el baño…
–¿Te mordieron? ¿Estas bien? – el anciano iba con un par de chicas histéricas, realmente no les preste atención, apenas pude notar que eran una castaña, una morena y una pelirroja
–No me mordieron, ¿Qué esta pasando? – mire por las ventanas del automóvil, la ciudad era un caos, edificios en llamas, gente gritando y corriendo… ¿era el fin del mundo?
–El apocalipsis llego, nos están castigando… Pero están evacuando la ciudad, la siguiente parada será en el hotel de la esquina, tenemos que llegar a la azotea – el anciano parecía preocupado más que histérico como la demás gente
El anciano atravesó el muro del hotel, el ruido que genero era descomunal, seguro atraería a los muertos de unas 10 cuadras lejanas, ¿será que el hombre estaba loco?
–¡Corran al ascensor, vi a alguien, puede que este vivo! – corri junto a las 3 amigas hacia el ascensor, lo mantuve cerrado hasta que el hombre regresara, si esque lo hacía.
Regresó pero no solo, junto a él había un hombre, se veía bastante varonil, mantenía cara de pocos amigos, casi tan guapo como mi detective, solo pude ver como miraba mi cuerpo, después de todo hombre tenía que ser. Los números del ascensor subían, pero se detuvo, teníamos que buscar la salida para la azotea, vimos una puerta al final del pasillo, seguro era la de mantenimiento, todo bastante tranquilo, debimos subir por la escalera contra incendios, llegamos a la azotea pero el maldito helicóptero se había ido, pude ver los ojos del hombre, se miraba desesperación ¿Cómo pudo dejarnos aquí?  
–Es un hecho que nos vio pero el piloto no quiso detenerse- informe al chico y al anciano
–Quizá no tenía espacio, probablemente llevaba a otros sobrevivientes, lo mejor será esperar –contesto el anciano un poco nervioso.
–El helicóptero iba completamente vacío yo lo pude ver perfectamente –respondió una de las estudiantes con semblante histérico.
Por primera vez una de ellas hablaba, ya estaba cansada de sus griteríos y sollozos podían hacer que nos detuvieran los zombies, alguien debería callarlas.
–Tenemos que esperar aquí de cualquier forma, ya saben que estamos aquí, probablemente manden otro helicóptero o este regrese más tarde –el anciano defendía su punto de quedarse a esperar.
Pasó un rato y nos quedamos mirándonos, nuestra mirada era de desesperanza, incluso el anciano que mantenía la mejor cara con la esperanza de encontrar a su mujer parecía abatido. ¡BOM! Una explosión nos movio de nuestro lugar
–Tal vez fueron los ductos del gas, si nos quedamos todo el edificio se puede prender en llamas o explotar por culpa del gas – dijó el hombre joven
Si vamos a movernos deberíamos tener armas, la idea de matar gente no llamaba mi atención pero que podía hacer, estaban muertos ya, completamente muertos. Registre el lugar en busca de algo, un hacha eso puede servir.
-Será mejor que llevemos armas- tomé el hacha mientras la miraba, era ligera podía ayudarme, también había palancas, de esas que usan para abrir cajas, cada uno tomó una de esas. El anciano no tomó nada, pero vi que le mostró un arma al hombre.
Bajamos las escaleras para regresar al ascensor, ahora todo el lugar estaba repleto de zombies, ya era hora de matar alguna de esas cosas, pero ¿Cómo se transmitía la enfermedad? Deberiamos juntarlos a todos…
-Lo mejor será si los atraemos a un lugar pequeño donde podamos matarlos uno por uno- la cara del hombre me dijo un “no” cerrado
–Es algo muy arriesgado, tal vez sea mejor evadirlos lo más que podamos –Contestó de inmediato con sobresalto
–¡Shhh! – mientras me llevaba uno de mis dedos a mis labios, no creía que él era un miedoso
–Simplemente hagámoslo, el ascensor no esta tan lejos –susurro el anciano mientras entreabría la puerta para ver que había del otro lado.
Saliendo un pequeño grupo de no vivos nos atacó, una de las gritonas se exhaltó e inteligentemente dejó un grito que atrajo más zombies, nos encerramos en una habitación, parecía ser de conferencias, la puerta estaba siendo golpeada por la horda.
Salimos por otra de las puertas abriéndonos paso entre la multitud, las estudiantes no dejaban de gritar, ¿en serio? No deberían tener la capacidad suficiente para callarse. Tenía que salvar a varias de ellas con mi hacha. ¡Demonios! El camino al ascensor estaba bloqueado, teníamos que ir por la ventana y caminar por la corniza, demonios este tipo de deportes son los que evito, podía ver la calle tan cerca, quería pisar suelo ya mismo. El chico rompió una de las ventanas, me abalance sobre los zombies para poder degollarlos, el suelo tan cerca. El ascensor, más cerca de salir de este infierno, todos corrieron como si fuera nuestra salida, el humo entraba por todo el lugar.
–Mi nombre es Lucas, ¿Cómo se llaman ustedes? – el anciano parecía que apenas se mantenía en pie
–Ellas son Yume y Saki –dijo la pelirroja refiriéndose a las chicas morena y castaña respectivamente– mi nombre es Mia
–¿Es que acaso no evacuaron su escuela? ¿Por qué siguen aquí? – debieron quedarse ahí, solo están avisando a los zombies donde estamos
–No nos encontrábamos en la escuela, decidimos no entrar hoy, pensamos que no pasaría nada malo –respondió Mia un poco apenada.
–Son muy jóvenes, no deberían presenciar todo este caos –dijó el viejo si no estuviera buscando a su esposa estoy segura que el anciano se interesaría en las niñas
–Bueno yo tengo dieciséis años ellas aún tienen quince –respondió de inmediato nuevamente como si ese dato importara en algo
–¿Qué hay de ti? – el anciano dirigió su mirada hacia mi
–Tengo veintidós – trague saliva y me di cuenta que querían saber mi nombre – Este… quiero decir, este… me llamo Marie.
Después de mi el viejo volteo con el chico, no dijo nada pero después se notaba cuan incomodo se volvió el momento
–Me llamo Jake– conteste rápidamente y buscando donde poner mi mirada sin sentirme incómodo– tengo veintisiete.
Jake… vaya, es más pequeño que mi Logan, de entre él y yo tenemos grandes posibilidades de sobrevivir, talvez Lucas también… Finalmente llegamos, el ascensor abrió, corrimos tan rápido como pudimos, las 3 histericas seguían igual, el humo comenzaba a calarme los ojos, quería salir de ahí, una de las chicas se quedo atrás, otra de sus amigas se dio cuenta y comenzó a hacer escandalo pero no quería ir a buscarla ¿en serio?
–Sigan adelante, ire a buscarla –declaró el chico sin mucho ánimo– busquen un refugio y nos veremos allí.
–Sera más seguro si vamos los dos – podría defender al chico un poco
–¿Estas segura? –parecía algo sorprendido, como si no estuviera acostumbrado a que lo cuidaran
–Ustedes sigan adelante, ya encontraremos la salida también – bueno, iba a ir por una de las chicas que nos habían hecho imposible avanzar, pero una es mejor que dos
–Tenga cuidado– dijo Lucas y siguió adelante con las otras chicas las cuales no parecían tan preocupadas por su amiga
Regresamos por donde habíamos venido, el calor era horrible, quería quitarme la ropa y salir de ahí gritando, no era algo inteligente, pero gritamos su nombre, apenas la divisamos atrapada por una viga en el estómago gritó como loca que se lo quitáramos, nos miramos y levantamos, apenas fue libre corrió. ¿En serio? Vinimos aquí para eso. El chico corrió tras ella pues la tonta iba en dirección equivocada
–Saki cálmate un poco, ven dame la mano – el chico le extendió la mano para calmarla un poco ¿en serio recordó su nombre?
Detrás de nosotros salio un monstruo, no era como los demás zombies, tenia un brazo enorme y deforme, corría bastante rápido, nisiquiera lo había notado, se llevo a Saki a un lugar entre llamas, deberíamos salir de ahí pero Jake estaba parado, tuve que empujarlo para que corriera, hasta que reacciono.
Llegamos a un pequeño jardín, el chico se limpio un poco y también aproveche para limpiarme, umm una mirada a mi escote no se podía esconder, pero volteo en cuanto me di cuenta
–¡Hey chicos entren rápido! – Era la voz de Lucas que estaba dentro de una puerta de metal que parecía muy pesada– es un refugio, entren rápido.
Parecia un refugio, no sabía como decirle a las supuestas amigas lo de Saki, ¿Qué era esa cosa? No era un zombie normal
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