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Moony
Departamento de poetas torturados
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XX. Polilla
Su cuerpo, un suspiro de seda y sombra,
encierra secretos de la noche estrellada,
sus alas, pinceladas de luna y aurora,
pintan el lienzo del cielo en su danza alada.
Efluvios de misterio y delicadeza,
envuelven su vuelo en un rito de encanto,
como un poema que el viento atraviesa,
la polilla, un verso en el libro del espanto.
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XIX. Un recordatorio
En cada amanecer
un lienzo nuevo se dibuja,
donde los sueños florecen
y el alma se reanima.
En cada atardecer
recuerda la luz que brilla,
y en la oscuridad
halla la esperanza que guía.
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XVIII. Suspendido en el aire
En el aire, suspendidos, danzan los sueños,
tras la lluvia que acaricia el suelo sediento.
Gotas de esperanza, flotando en el espacio
tejen historias en cada rincón, crean latidos.
Como perlas relucientes en la tela del cielo,
los sueños se entretejen con el arco iris, bello.
En el susurro del viento, en la bruma que se eleva,
los anhelos vuelan, en una danza viva.
En cada gota, un destello de anhelo,
un deseo latente, un universo paralelo.
Y en el susurro del agua que cae y resuena,
los sueños se despliegan, como hojas en la arena.
Suspendidos en el aire, como mariposas en vuelo,
los sueños desafían la gravedad del suelo.
Y en cada gota que cae, en cada arco iris que se dibuja,
se escriben historias, de esperanza que fluye.
Así, en la danza efímera de la lluvia y el viento,
los sueños suspendidos, encuentran su aliento.
Y en el lienzo del cielo, en el eco de la lluvia que cesa,
se dibuja la promesa, de un mañana que empieza.
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XVII. Verdad
Ella es mi verdad
Es la luz brillante que derrota la oscuridad
Es un bálsamo para mi alma
Ella lo es todo para mi.
Su existencia me cubre de rosas.
me abraza mientras nos balanceamos.
¿Se puede confiar en ella? Quizá no.
Pero la quiero.
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XVI. Que vergüenza...
Un haiku que espero nunca encuentres
~•~
Verte a los ojos
Nos imagino juntos
Me ruborizo
~•~
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XV. Playa
Me alejo de la playa hasta que el agua me llega a la cintura, las olas chocan contra mí, intentando empujarme de vuelta a la orilla (o tal vez probando mi fuerza, viendo si puedo seguir adelante)
Sigo adelante, uso las pocas fuerzas que me quedan para sucumbir al mar, saboreando el agua salada alrededor de mi boca, viendo las algas rodando por mis brazos, y el cobre en mis labios y lengua.
La espuma del mar se agolpa alrededor de mi cuerpo y me susurra palabras que no logro descifrar; tuerzo los oídos mientras lucho contra la fuerza de las olas que me empujan hacia atrás.
El mar me susurra: "retrocede, retrocede, retrocede".
"Por favor" sollozo, los sonidos de mis gritos se pierden sobre el rugido de las olas rompiendo.
"Llévame, quédate conmigo" le suplico al mar.
"Vuelve, no puedes obligarme a llevarte", un fuerte empujón en el pecho me hace caer hacia atrás y, sin fuerzas para luchar, siento que mi cuerpo es forzado a volver a la seguridad de la orilla.
"No te quiero ver morir" me dice el mar con un ultimo empujon. Y hubiera deseado que fuera la primera vez que oia eso de algo que amaba.
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XIV. Sueño recurrente
En la noche, entre susurros de la brisa,
se despierta un sueño que me hipnotiza.
Una sombra en la penumbra danza y se desliza,
llamándome con voz suave, precisa.
Me envuelve en su misterio, me atrapa en su hechizo,
y en cada despertar, la encuentro de nuevo en el mismo sitio.
Su figura etérea, su mirada como un abismo,
me incita a perseguirla, sin importar el riesgo.
¿Qué secreto guarda? ¿Qué mensaje quiere impartir?
En este sueño recurrente, su presencia es el enigma a descubrir.
La sigo por laberintos de la mente, sin temor a sufrir,
pues en su sombra, encuentro un destino por definir.
A través de la niebla de la noche, persigo su estela,
buscando respuestas en esta danza tan bella.
Quizás al final del camino, encuentre la clave de mi anhelo,
en el misterio de esta sombra, que en mi sueño es mi consuelo.
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XIII. Purr (Ronroneo)
En la noche oscura, un felino de misterio,
Berlioz, el gato negro, de paso silencioso.
Con ojos de ámbar, destellos en el vacío,
su ronroneo suave, un eco en el rocío.
Bajo la luna, danza entre sombras,
su pelaje oscuro, como la noche, se asombra.
Con elegancia felina, se mueve con encanto,
su ronroneo susurra, un canto al quebranto.
En cada paso, deja huellas de misterio,
un enigma en sus ojos, un secreto etéreo.
Totalmente inquieto en la penumbra danza,
su ronroneo cautiva, como una dulce alabanza.
En la quietud de la noche, su ronroneo resuena,
un canto de serenidad, una melodía plena.
Con suavidad acaricia, con cada vibración,
Una joya en la oscuridad, un verso en la canción.
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XII. ¡Oh, la luz!
Bajo los últimos rayos de sol y el susurro del mar,
el poeta caminaba, perdido en su soledad.
Una luz en la distancia, un destello celestial,
lo atrajo con fuerza, hacia la eternidad.
Cruzó el umbral del tiempo, entre sombras y misterio,
y se encontró ante los dioses, en un mundo legendario.
Ix Chel y Kukulkán, en su esplendor divino,
lo recibieron con brazos abiertos, en su reino sobrenatural.
La muerte lo acariciaba, con su aliento gélido,
pero los dioses lo protegían, con su poderío infinito.
Le mostraron los secretos de la vida y la muerte,
y lo enviaron de regreso, con una visión del futuro.
"Tu destino no es morir en este lugar", le dijeron,
"Debes iluminar a la creación en sus tinieblas
Nuestra sabiduría ancestral te guiará en tu sendero,
haz honor a tu existencia, y serás eterno".
El poeta regresó al mundo mortal, con el corazón encendido,
agradecido por la experiencia, por ese encuentro compartido.
Ahora camina con esperanza, en cada verso y cada paso,
sabiendo que esa luz en la playa, lo condujo a un destino trascendental.
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XI. Postura
Levanta la barbilla;
mantén la espalda recta.
estás en camino
hacia algo grande.
A través de las puertas abiertas
esa es mi señal
esta vez es mi oportunidad;
están aquí por mi.
Mantén la frente en alto
mira hacía adelante
la hora se acerca;
el pasado ha muerto y el futuro está por nacer.
Asumo mi lugar
entre aplausos;
levanto el rostro.
Este tiempo es mio.
Hoy hice mi primera práctica de campo, y me sentí muy emocionado al saber que genere un pequeño cambio en el pensamiento de las personas.
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X. Niebla
En la niebla de mi corazón
se perdieron tus suspiros, tus besos
tu amor imposible y aquella ilusión distante.
Quizá, si hubieras llegado un poco antes...
Pero en vano buscaste claridad en esta alma,
sabiendo que no podia amarte,
sabiendo que no había un futuro
que pudieras alcanzar, o perseguir.
Te perdiste entre sombras y desvelo,
en la niebla de ese amor sin destino,
sabiendo que mi corazón era ajeno,
jamás de tu propiedad.
Amaste, con toda tu alma
pero no fue suficiente
Hubiera querido corresponder
Pero en vez de eso me desvaneci en la niebla.
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No soy poeta, soy apenas la construcción de todos los autores que pasan por mi y a veces
hablo por ellos. Y asumir que no soy poeta, es asumir que no soy nadie y que después de
mí vendrá la nada absoluta, se intensificará, es más, se confirmará.
Michelle Buletti.
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IX. Mal hábito
Querida alma errante,
Te he encontrado en los oscuros recovecos de la incertidumbre, y quisiera decirte algunas palabras que podrían ser luz en tu sendero.
No temas, no vaciles cuando la alegría te acaricie, pues mereces cada sonrisa, cada destello de dicha que el universo te ofrece. Tu corazón tiene el mal habito de danzar en el precipicio de la duda cuando la felicidad te abraza. Pero déjame recordarte que eres digna de cada momento de dicha, cada destello de amor que se posa en tu vida.
No hay alma difícil de amar, eres una constelación de sueños tejidos en la tela del tiempo, tu esencia irradia una luz única, una melodía que encanta los corazones que se atreven a escucharte.
Rezo a mis dioses para que pronto encuentres esa paz mental que tanto anhelas, que las tormentas internas encuentren calma en la serenidad de tu ser.
Con aprecio y esperanza.
Xaiper.
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VIII. ¿Cuál es la verdad?
En el tejido cotidiano de tiempo y espacio,
nuestros sentidos exploran lo real.
¿Verdad absoluta o ilusión creada?
En la mente del hombre, la respuesta se busca.
¿Qué es realidad sino la percepción
de un universo en constante cambio?
La verdad se oculta tras velos de duda,
en el reflejo de nuestra propia mirada.
¿Podemos alcanzar a conocer la realidad
o estamos condenados a la interpretación?
En el laberinto de nuestras mentes,
la realidad se despliega en múltiples formas.
Quizás la verdad sea un eco distante,
susurrando en los rincones del ser.
Pero mientras buscamos su fulgor etéreo,
nuestra percepción moldea lo que creemos ver.
Así, en la danza eterna de lo real,
la verdad se desvanece entre sombras.
Y en su lugar, nos queda la poesía
de explorar la incertidumbre de la vida.
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VII. Retrato
En la quietud de una habitación iluminada por la suave luz del atardecer, un retrato y un espejo se enfrentan en silencioso diálogo. El retrato, con sus colores vivos y formas precisas, refleja la imagen etérea de un momento congelado en el tiempo. Cada trazo del pincel parece capturar la esencia misma del sujeto, inmortalizando su belleza en lienzo.
Frente a él, el espejo observa con curiosidad, reflejando no solo la imagen estática del retrato, sino también la realidad cambiante que lo rodea. En su superficie plateada, las sombras danzan con la luz, revelando tanto la belleza como las imperfecciones del presente.
El retrato, sereno y estático, parece perdido en sus propios recuerdos, mientras que el espejo, inquieto y efímero, refleja la fugacidad del momento presente. Ambos, sin embargo, comparten el mismo propósito: revelar la verdad oculta detrás de las apariencias.
En esta danza entre el arte y la realidad, el retrato y el espejo se complementan mutuamente, ofreciendo una visión única de la belleza y la verdad. En su reflejo, descubrimos la dualidad de la existencia humana: la permanencia del pasado y la efímera naturaleza del presente.
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VI. Mar
La he visto danzar sobre el agua, y las ondas que desprende me traen recuerdos de mi infancia, cuando jugaba en el mar y me dejaba llevar por la corriente confiando en que me mantendría a salvo.
Desde que hizo acto de presencia en mi vida con su ruido particular, el mundo ya no se siente tan insípido. Su sonrisa encierra destrucción, mientras que en medio de su vals se puede apreciar cómo es capaz de romper la tela misma de la realidad. He conocido el dolor incrustado en las costuras de su alma, las historias ocultas como las agujas con las que teje el destino. Y no puedo hacer más que admirarla, pues en su caos a veces encuentro mi propia paz, y en su danza encuentro una melodía singular que me inspira a seguirle.
Soy un niño jugando con sus hilos mientras ella teje caminos sobre el agua; se divierte con mi idiotez y yo me entretengo con su sabiduría, es amiga y confidente, es confesora y pecadora, es pura y maligna, lo es todo y es nada.
Es la Mar que me arrastra.
(Cambie el tema de hoy porque no me gusta hablar de mi infancia)
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V. Espiral
En el mundo actual aún danzan sombras de intolerancia,
un ciclo vicioso que oprime, divide y silencia.
Sus vueltas retorcidas arrastran al abismo,
donde el color de piel dicta un cruel destino.
En cada giro, se tejieron cadenas invisibles,
que aprisionan al diferente en sus redes terribles.
La espiral del odio, en su danza despiadada,
consume al alma, dejando heridas marcadas.
Pero bajo esa espiral, también hay resistencia,
voces que claman por justicia y coexistencia.
Se alzará la esperanza como un rayo de luz,
rompiendo el ciclo, sembrando paz y virtud.
Les juro, por mi sangre y la de los inocentes
que un día florecerá la igualdad como un bello lirismo.
Borraremos esta cruel espiral que el sistema nos construyó,
piedra por piedra, hasta que no queden fronteras.
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