#versonoctambulo
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NOCHE CIEGA
Heridas que acorralan,
olvido que no encona,
memorias que arman guerras,
Sombras que me esculpen,
lámparas que no esclarecen,
claridad que me chilla,
cortinas negras que me visten.
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SUNFLOWER
Las noches ya no son escenarios de amor ni se tiñen de promesas,
el té se enfrió y se cansó de esperarnos en las tardes,
y el regreso perece vertido en la brecha que insistimos no cruzar,
en el puente que no nos permitimos ser,
aunque te quiera,
aunque me duelas.
Porque los méritos de la soledad sopesan más que el egoísmo de la compañía,
y los aires de esperanza se disipan sobre otras pieles,
mas no la mía, amor,
mas no las nuestras.
Porque te he visto llevar el sol debajo de los parpados,
con la luna entre los labios,
y mis ojos se dilatan en las calles
esperando infiltrarse entre el desorden de los tuyos,
y me quedo inquieto de ti,
pero nos quedamos inmóviles en la certidumbre de lo pactado,
a la expectativa de lo que no supimos ser,
con mis ganas encontradas a dos centímetros de ti,
aunque la pena permanezca autentica servida en el aire,
y la ocasión nos revolotee alrededor con las alas expatriadas.
Porque me quemo si me tocas,
porque me ausento de mi para buscar un rincón en ti,
porque me anclo a la tierra donde nunca aprendimos a volar,
aunque te quiera,
aunque me duelas.
aunque no quiera.
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ESTAMPIDA DE AUSENCIA
Supongo que hay instantes que la superstición flaquea y te desata,
se fugan las revoluciones que no avanzan,
y se afianzan las pretensiones de encubrirte que no drenan.
Otras veces solo es la oportunidad deteriorada que nos revuelve,
con el júbilo fingiendo que nos piensa de rodillas,
y la tradición latente de darnos nada,
de soñarnos todo.
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NO ERAS
Te pensé,
te busqué,
te vi,
te encontré.
No eras lo que pensé,
no eras lo que busqué,
no eras lo que vi,
nunca te encontré.
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FINITO
El día ya no late con vocación,
el sol nos moja,
pero las lágrimas no se inmutan,
no se desgastan,
y nos comimos el calor al llegar a la cima de la hoguera,
con el cansancio arrastrado cuesta arriba,
y la gratitud que a medio camino se fue rodando,
para ver encanecer el verano,
el otoño que no nace,
y el invierno que no saluda.
La consciencia respira,
nos huele como el recuerdo al viento,
sentado en la salida nos espera,
cuando la memoria nos camina,
pero en el negro de la fosa la convicción se vuelve arena,
y no quedan minutos que rescatar para escuchar el eco de la caída.
Y mi lápiz que la nombra manchada en la hoja,
pero no la siente propia,
y la historia se dicta como verso,
pero no llega a ser poema.
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LO QUE MAS SE ASEMEJE
Se busca,
así como usted.
Con las uñas cortas,
con estatura infantil,
y batallas en los ojos.
Pletórica entre ellas,
eterna entre mis hojas,
arrulladora de mis insomnios.
Se busca
así como usted,
hecha con todo lo que busco,
siempre y cuando sea usted.
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COLORIN COLORADO
Y al final del cuento,
fuimos una mentira tan bien contada,
que la creímos verdad,
cuando fui verdad,
cuando fuiste verdad,
pero juntos fuimos mentira,
pero bien contada,
a fin de cuentas.
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BITÁCORA DE CIELOS MAGULLADOS
Mientras las olas barrían las reminiscencias de tu fuga,
y el fuego sobre la leña se desataba alrededor de la soledad de mis dedos,
la silueta de nosotros sobrevivía encorvada,
desgastada,
tiritando de frío,
arrastrada por unos puntos suspensivos que procrastiné borrar.
Ay, pero sí supieras que te quise querer,
y como me faltó quererte.
Con tus cielos dormidos desplegados en los costados de la espalda,
y tus tierras escondidas reposando sobre las plantas de tus pies.
Adornada de certeza en mis más lejanos sueños,
y tan ficticia para mis más tercos ojos,
imprecisa entre mis matemáticas,
sin embargo,
perfectamente calculada entre mis poesías.
Ay vida, te juro que mi intención no era llegar tan tarde a ti,
con mi agua ya muy desgastada para tus labios tan humedecidos,
y mis banderas ya muy consumidas para enderezarse bajo las ordenes de tus soplidos.
créeme cuando te digo,
que no cesé en despistar los amaneceres que te perseguían en el porvenir de otras manos,
menos tímidas a entregarse,
menos cortadas y más agradecidas que las mías,
pero más perpendiculares a tus intenciones,
ofreciéndote los cielos que abandoné en el jardín marchitándose entre viejos amores.
Ay amor,
si acaso pudieras sospechar cuanto me faltaron tus pálidos dedos,
cuantas alboradas necesitó mi planeta para descarrilarse de tu órbita,
esperando que el reloj marcara la hora exacta para acudir al ayer,
pero llegue tarde y sin ritmo a la hora del vals.
Y aunque preciso tartamudear el punzante adiós,
y mi sonrisa se repliegue en el escenario frente a mi audiencia.
hoy te dedico todas las noches que desangré por ti,
moribundas pero ansiosas por exhalarte.
Y sin más ni más,
te libero de mí,
así como yo me rendí a retenerte apretada bajo mi exhausto y apeñuscado corazón.
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EXHALAR
Hoy estoy exhausto y necesito mi cansancio,
probablemente necesito un simulacro de ausencia,
o ser la sombra de la carne por un día;
vuelo inerte,
sombra floja.
A lo mejor hoy solo necesito una novela que me pida un jazz,
un Benedetti que me pida un botero,
un hombre que se reclame a sí mismo,
qué se yo,
tal vez solo sea un silencio turbador que me parta en dos,
o un trago que me queme entero.
Quizá hoy deba moverme como un tango y no como un bolero,
y soy un drama en lugar de una comedia,
y el amarillo es gris,
y el amor es solo amor,
tal vez duraría más así,
no lo sé.
A lo mejor hoy solo estoy redundante como un faro a la luz del día,
o solo es la sensatez que me surca porque si,
o porque no,
y no hay un contraveneno para hoy,
ni mucho menos un reclutamiento de piernas para encontrarlo.
Solo sé que estoy exhausto y no quiero acabar la frase,
y nadie me vigila,
nadie me nombra,
nadie me escucha,
nadie me sospecha hoy
vivo o muerto,
y eso me perturba,
pero no hoy,
hoy necesito mi cansancio.
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TAL CUAL
Y era usted,
así,
impasible,
lejana,
fría,
congelada,
distante,
la que más me cobijaba.
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ENTRE EL HUMO Y LA BOTELLA
Hoy estoy solo con una soledad que no tiene filo,
la sentencia no es aterradora y eso me basta.
Hoy no tengo nación ni estado que ostentar,
no hay territorios por colonizar,
ni mucho menos una tierra a la vista que fecundar.
Hoy estoy solo y no quedan orquestas de amor por enjaular,
el abandono no se aloja en las penínsulas del hombro,
porque tengo la botella que fallece en mí,
y yo vivo en ella.
Hoy no hay tumultos en tacones que olvidar,
ni torbellinos de rencor que remembrar,
no hay una demencia que arruinar,
tampoco una sensatez que redimir.
Hoy solo hay un malestar que me caza discreto,
una espera seca que no importuna,
y las historias de aflicciones sabáticas,
con la ceniza húmeda que me cuelga,
y me marcha con el vapor que me sabe un poco a gris,
un poco a mí.
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Himno al conformismo
Perdóneme usted,
si la fascinación ya no la piensa,
el amor no la toca
y mi vida ya no la acecha.
Perdóneme si hospedo el invierno en la cama,
y escucha el aburrimiento correr por toda la casa,
cuando mi vida se le esconda,
porque el agradecimiento sigue en mora de pagarle lo vivido.
Perdone los desconsuelos que ya no solicitan su remiendo,
las legiones de deseo que ya no la atraviesan,
la admiración que ya no florece,
el beso honesto que ya no nace.
Perdóneme con anticipación,
compañera de vida,
si me huele traicionero en un perfume peregrino,
y me oye los suspiros culpables,
porque vienen vaciados de arrepentimiento.
Perdóneme señora,
bien sea por la vitalidad eterna de la gratitud,
por la paciencia vieja de la costumbre,
o por mi reiterada campaña de ampararnos bajo esta falacia bien acompañada toda la vida.
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