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#atardecer en valpo
reivaj77 · 3 months
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Valparaiso
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chascon-a · 18 days
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Están ricos los días 🥺
demasiado! hay un atardecer exquisito en valpo🥺
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lo-filover · 6 years
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cuchufliwi · 4 years
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yo en una laguna en tierra del fuego, foto de diciembre de 2018
_____________________________________________________ quisiera ser una foto o un momento infinito 29.04.20
A veces la vida se me hace insabora y no es la vida de película o de libro que yo hubiese querido llevar. Y con esa vida no me refiero a una vida en que pasen muchas cosas, al contrario, me gusta así, que pase poco, o que pase siempre lo mismo. Digo, en condiciones normales, desayunar, ducharme y ordenar por la mañana e ir a la biblioteca por las tardes a trabajar en lo que tenga que trabajar ese día, aprovechar de hacer trámites, salir los viernes y sábados (aunque el año pasado era ya en cualquier día, desde octubre perdimos la noción del paso de los días) a tomar cerveza y fumar, así ha sido desde que tengo 16 o 17 solo que en ese tiempo tomábamos destilados y leía en las tardes sin culpa. Supongo que era esa la diferencia.
Las amistades fluyen hasta que se consolidan en núcleos. Una va estrechando lazos con personas que no espera y de repente se para a mirar y piensa (“piensa” como si fuera otra persona) o hasta dice que es todo tan increíble (en su acepción de “no creíble”, sin ser excluyente con su acepción de ‘maravilloso’), que a veces pasan cosas que una no se imagina y son cosas tan sutiles, marañas de asuntos, hilos que se van enredando para bien o para mal (aunque otras veces una entiende que hay cosas que no se pueden clasificar como bien o mal: solo son). Cuando pienso en estas cosas recuerdo siempre una de las noches más felices de mi vida, en que paseamos por un centro de Santiago nocturno, un huérfanos (o quizás era cualquier paseo del centro, son todos parecidos) en que había muchas zapaterías para vitrinear y nos poníamos delante del vidrio y pensábamos “ese sí, ese no, ese me gusta, ese está caro”. Vuelvo siempre a las aventuras que pasé contigo (y que, sé, van a seguir pasando. Quisiera que no pasaran. Quisiera que se quedaran), a tu iniciativa y ese feroz fervor que tienes por la vida nocturna, en contraste con la flojera que el día a día te suscita. Quizás nunca he amado a nadie como te amo a ti. Nunca he conocido a nadie tan impuntual, tampoco a nadie que tenga ganas de carretear con caña. Yo ahí prefiero quedarme en la casita acostada todo el día. En tiempo de coronavirus pareciera que son todos los días iguales, aunque hay personas que dicen que no, que todos los días son distintos. Para mí son iguales, pero eso me gusta. Hoy es un día nublado como tantos otros y así me siento, nublada, lo que es para mí sinónimo de regocijo. Hoy me siento con fervor de invierno. Echo mucho de menos a mis amigos y amigas y también a mi ropa y a los perros que se suben a las micros y luego se bajan como cualquier transeúnte. Mirando desde mi balcón, las transeúntes. Haciendo de cuenta que estoy tomando apuntes A veces la vida se me hace insabora y no es la vida de película o de libro que yo hubiese querido llevar. Y con esa vida no me refiero a una vida en que pasen muchas cosas, al contrario, me gusta así, que pase poco, o que pase siempre lo mismo. A lo que me refiero con esa vida es una cierta atmósfera de ciertas películas, de ciertas paletas de colores, de ciertas horas mágicas, cierta temperatura ambiente y seleccionadas compañías. El otro día escribí que cada uno/a tiene su propia paleta de colores y que me gustaría hablar más de esas cosas. De todas esas cosas me gusta hablar, como de los libros y, la verdad, no tanto de música. Converso poco de esas cosas porque temo siempre ser pedante (es tan fea esa palabra) pero la verdad es que nada me enardece más que enfrascarme en una conversación así. Por un lado, soy esos colores fríos del feeling blue y, por otro lado, cálidos chillones de atardecer entrante. Curiosamente esos colores no me gustan nada para la ropa (como sí le gustan al seba) o las decoraciones. Con las acuarelas he tenido que aprender a formular otros colores, más opacos, y a descubrir en mí otras paletas y también he tenido que cultivar la paciencia. Con los tiralíneas y los lápices de palo soy una ráfaga, no tengo que pensar casi, solo me sumerjo y la pequeña obra (no pueden llamarse obras pero a mí igual me gusta llamarlas así: obras xikitas, no grandes obras) que de mí emerge me sorprende. Eso es grato, verse sorprendida por una misma es grato. En cambio, con el agua como medio en que fluye el pigmento es todo más complejo, hay que pensar más, hay que ser más precavida con el futuro y también ser estratégica, por eso soy tan mala en los juegos de mesa y en general en la vida, soy pésima para las estrategias y, la verdad, no lo intento siquiera. Ha sido un desafío. Eso es divertido. Hace muchos años que no creaba tanto como lo he hecho estos meses. Me pasa, por otro lado, que cuando logro esa atmósfera de película, de libro, de playa de domingo, -como ahora, suele pasarme cuando escribo así, como estoy escribiendo ahora- me entra un poco de llanto pequeño. Algo así como una nostalgia no sé de qué, nostalgia como de primer disco de Fernando Milagros, creo que es la mejor manera de explicarlo. A la ciudad me voy, no me preguntes cómo. solo sé que me voy A la ciudad me voy. (imposible no acordarme de cuando el nacho me dijo “flaca, yo le enseñé a componer”) Entonces me encuentro siempre en un limbo que no comprendo y que, años atrás, pensaba que algún día podría superar. Pero parece que es un limbo que me constituye, supongo que a todos y todas nos constituye un limbo distinto, nos arma como legos de colores que a veces son legos de feria y otras veces legos de marca y a veces una va caminando y pisa un lego y qué dolor, qué dolor, qué dolor a veces es vivir. Pero qué alegría también. Que enamoramiento todo me suscita. Las palomas, verlas acostadas me gusta mucho, también cuando se bañan en charcos de agua en verano y me apena ver cuando tienen una pata rota o media chueca. Una vez vi un niño gritar muy asustado porque su mamá (o papá, no recuerdo) tiró muchas migas para que vinieran las palomas y esa ráfaga lo asustó pal hoyo, creo que fue frente al mercado de valpo y si no fue ahí, perfectamente pudo haber sido. Este verano vi otra cosa bonita relacionada con pajaritos. Estaba sentada en esa gran casa-carpa de febrero y vi un montón de puntitos negros que iban y venían así que yo fui a ver con la Andrea y algunos cabros chicos. Los puntitos eran pajaritos pequeños que se acercaban cuando el mar se recogía y salían volando cuando venían las olas otra vez. No sé para qué, supongo que estaban buscando pulgas de mar, que odio en demasía (parece que no todo, entonces, me suscita enamoramiento). O quizás estaban jugando, como yo y la Andrea cuando vamos a esa misma playa desde hace años ya. Cuando era chica, más chica que hoy (mi papá estaba vivo todavía), miraba a veces una cosa cualquiera y me decía “voy a mirar esto, lo voy a mirar de verdad y cuando cierre los ojos lo voy a tratar de recordar como si estuviera delante de mí”. No se podía, nunca se pudo, no se puede y lo sigo intentando y por eso la fotografía, extensión de mí misma, me ha ayudado a sobrellevar tanto esta nada que a veces me inunda. Retomo, entonces: cuando logro esa atmósfera de película me invade un llanto pequeño. Me encuentro siempre en el limbo, un limbo que se debate entre saborear la tristeza o la alegría pero, en cualquier caso, nunca querer perderla. Hace tiempo escribí quisiera ser una foto, o un momento infinito y aún eso deseo. No entiendo este desborde de sentimientos y, a la vez, este miedo a que una gota (de lo que sea, de pena, de felicidad, de rabia) rebalse el vasito de agua que soy y me inunde e inunde a otros/as. Pero no es eso tampoco, nadie quiere ser rebalsado supongo, no sé cómo explicarlo, no sé cómo es este limbo. Es unas ganas de quedarme estática y tenerlo todo y nada. Es unas ganas de ser solo un recuerdo, de ser un hermoso recuerdo de foto -en las fotos es siempre todo hermoso-, de ser infinita y a la vez inexistente. Supongo que por eso quise estudiar alguna vez astronomía y hoy quizás aún lo haría. Un lugar infinito en el que el todo y la nada y el tiempo son cosas de las que siempre se habla. Por eso también escogí lo que escogí en la universidad, porque sonaba a algo que podía responder todas mis preguntas que a veces no sabía ni siquiera cómo formular. La elección de carrera obedece a eso, haber estado siempre preguntándome tantas cosas que no me dejaban poner los pies sobre la tierra, que me tenían (y tienen) todo el día pensando y pensando y pensando. No sabía nada, la verdad, no sabía nada de las ciencias sociales, no me sabía la malla (recuerdo que el primer día me enteré de que teníamos Historia Social Latinoamericana), no sé en qué estaba pensando. Solo me quería ir, a cualquier lado que mi buena capacidad para el aprendizaje me lo permitiera (es eso lo que me ha salvado todos estos años), quería irme a buscar esas respuestas. Pero lo que aprendí fue otra cosa, en vez de aprender a responder mis preguntas, supe cómo formularlas. No aprendí a responder o quizás sí, más bien aprendí que no hay respuesta satisfactoria o eso me gusta a mí, que no haya, me gusta que no haya certezas aunque a la vez tanto quisiera estabilidad y certezas. Aprendí otras cosas valiosas: a escuchar y a observar (también a viajar, a confiar). A veces la vida me parece insabora y pierdo el horizonte. Por eso es que, supongo, no puedo trazarme grandes objetivos que es, a la vez, algo que tanto necesito. Cuando pienso en ello me entra una pena grande y un llanto que ya no es tan pequeño, una frustración de no poder trazar un camino y seguirlo no matter what. Y en mi cabeza resuena esta frase en inglés que me gusta mucho “it makes no sense”. No, it makes no sense. Me asusto cuando me siento así. Debiera dejar de escribir. Mi mamá y su soledad me hacen pensar en cosas en las que no quiero pensar. A mí me gusta estar sola, pero a ella no.
Un día me dijo ‘te gusta estar sola, te he observado’
Si continúo escribiendo es posible que este vasito que soy se rebalse. No quiero que se rebalse, prefiero tomar agua, hablar con la eli por wsp, seguir leyendo el libro que tengo en el velador y acariciar al Monito. Ahora sí puedo explicarlo, este es mi limbo: querer ser un momento infinito y, sabiéndolo, cada vez que lo tengo le temo y lo rechazo. Le temo porque sé que lo voy a perder pronto, que nada es para siempre, aunque yo diga siempre que sí. Entonces así me la llevo, en mi día a día. En el continuo de saber que la vida es tan insabora como sabrosa y no ser capaz de aceptar que así no más son las cosas.
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santiagoadicto · 5 years
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El atardecer de ayer. Qué belleza! . . #Repost from @eljuancri. 20:42pm después de un largo día en valpo junto a @redbullcl para #ResBullVCA, volviendo a Santiago veo desde lo lejos algo que prometía ser un atardecer con nubes que parecían ser lenticulares (forma de lenteja) así que decidí bajarme en metro Salvador y correr hacia el puente Racamalac para sin trípode intentar retratar esas nubes. 👉 🔥 •• Recuerda: si te interesa la impresión de una de las fotos que ves acá, mándame un mail o DM // DM for prints, contact in bio ••——————————————————————————————————— 8 imágenes para obtener más trazos en los autos con Nikon D7500 + Tokina 11-16mm 〉12mm 〉ƒ/13 〉1/2" 〉ISO 50 #santiagodechile . . . . . #santiagoadicto https://www.instagram.com/p/BtvcQrAnpF_/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=ix3k4gbxbd9p
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lenamerlina · 3 years
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Salir a las tres de la tarde a un taller de algoquehayporahi, porque viste la publicacion en redes sociales o porque simplemente tenteraste y te tentaste...volver a la cuatro de la matina con la cara colmada de pinceladas complementarias y plantas en los bolsillos,más algún cirujeo, tropezando los escalones y no siendo sigiloso como un gato.
caminar sin rumbo( acaso existe el rumbo o es algo que nos imponemos para justificar nuestros actos cotidianos? )y comerse un completo una sopaipa una pizza un atardecer un aprendizaje
obvservar transehuntes.
que a través de esas observaciones pensemos o viajemos a otros lugares y/o conclusiones.
Ir hablando, y caminando, con un amigue, quedarse atónitos ambxs por ver un gran zapallo corte carroza de cenicienta, y conspirar para hurtarlo. Que en el instante seguido, el universo te haga tropezar y doblarte el pie por pensar tan feo.(pero que te quede una linda cascarita en la rodilla)
enamorarse de la fonética de unx francés y que rian mucho en el camino de entenderse.
enamorase de la fonética de unx hindú y que rían mucho en el camino de entenderse.
enamorarse de la fonética de unx tano y que rían mucho en el camino de entenderse.
enamorase de un ser humano y que fracasen mucho en el camino de entenderse.
enamorarse de la noche, de una terraza, de un patio, de un pequeño rincón de una casa de la que nunca mas pisaras, de la charla pseudo comica reflexiva que dura microsegundos con un personajex
embriagar tu corazón y que todo pese menos.
Poner las manos sobre el fuego y querer quemarte, "que bueno que algo aún me atraviesa",pensar.
Pelear, bueno, discutir, no mucho, alguna vez,cada taanto, bueno mejor no, o sea solo si tiene un final cómico, sexual o una rica once.
Ir del bosque a la urbe. de la urbe a un pueblo costero. del pueblo costero a la puerta de la selva. de la puerta de la selva a la urbe again. de la urbe a la manifestación del azar. del azar.
Se vuelve del azar?
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#azar #escribir #miau #nostalgia #escrito #rota #rotisima #intensa #amor #enamorarse #valpo #calles #viajera #relatos #viajar #vivir #cruda
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marcheloch · 4 years
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Atardecer en Valpo 🌥💨 (en Hotel Diego de Almagro Valparaiso) https://www.instagram.com/p/CC7jjI7J_tdNsz5iyfthtOLwjPFaO6oNEDwKzc0/?igshid=1hmfplg48r9jq
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valmatilatienda · 4 years
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Coleccionando atardeceres de otoño en Valpo 🍁🌅 así nos relajamos un rato 🥺 La foto es de @valparaisopoh 🙌 . #otoño #atardecer #valparaiso #chile #sky #photography #sunset (en Valparaíso, Chile) https://www.instagram.com/p/CAL4MTHHz2i/?igshid=wai5v6blc5rf
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orlandomunozamigo · 5 years
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Atardecer 🌇 desde las alturas, últimos rayos de sol iluminando a Valparaíso 🇨🇱🚢 _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ #viñadelmar #viña #valpocity #valparaisochile #chile #valpogram #valpo #travelblogger #instapic #instaphoto #travelers #puerto #drone #drones #dronephotography #fly #photography #goodnight #instaviñadelmar #instachile #city #chile_360 #chile_shots #sunset #sunset_pics #sunset_vision #sun #sunsets #adventure #amazing (en Valparaíso, Chile) https://www.instagram.com/p/BxY1Tw2n26U/?utm_source=ig_tumblr_share&igshid=u1b8y16wurj6
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“Se va lo bueno, pero viene lo mejor“...
Cresta, seguridad ciudadana en el balneario más cuico de Chile, pensé que nos iban a hacer bajar del auto, pero lo miraron y comenzaron a sacarse fotos con el piwke. Dentro, nosotros mirábamos la escena con nuestra cara de “What a fuck?”, hasta que dieron la vuelta (el Piwke sólo tenía pintura por un lado) y nos vieron a todos adentro, cagadero de risa total jajajaaja.
Después de eso nos dormimos, seguridad ciudadana no nos dijo nada por estar allí, después de que los vimos posar frente a nuestro auto, habían perdido toda autoridad para decirnos algo jajajaja; lo único que nos despertó fueron los “zorrones” y las “hijitas de papi” que tipo 7 am se fueron a terminar la fiesta a la playa. También fotos con el auto, el piwke causaba sensación. Al otro día tuvimos día de playa, el sol en todo su esplendor, comimos el mejor menú playero: pancito con tomate, jamón y mayo. Pasamos el día en Zapallar, entre toda su gente bonita, los perritos chiquititos y los autos grandes, y ya pasadas las 4 de la tarde decidimos seguir la ruta hacia La Serena.
Seguimos hacia La Serena por la costa hasta encontrarnos con la 5 norte. Los paisajes de a poco comenzaban a cambiar, cambiamos el verde de los bosques de pino a nuestro alrededor por los cerros amarillentos y el cielo azulado. La ruta fue tranquila, el atardecer nos encontró junto al gran parque eólico, por un minuto pensé que éramos como Don Quijote persiguiendo a nuestros molinos de viento, dejando en la carretera nuestros monstruos, nuestros miedos.
Sólo nos detuvimos en un pronto copec antes del cruce que lleva a Ovalle para recargar al Piwke, ir al baño y a estirar las piernas, ya la noche caía tenue sobre nosotros. Vimos Coquimbo a eso de las 11 de la noche y fue inevitable recordar aquella cumbia que amenizó tantos años nuevos: “de Coquimbo soy y vengo cantando…”, la alegría se disipó cuando vimos el tremendo tráfico que habían para entrar a la ciudad: una fila de autos, buses, camiones y hasta carretones. Para variar veníamos todos sin batería en los celulares y mi papá intentaba comunicarse conmigo para darme indicaciones de cómo llegar donde estaba él (mi papá andaba de vacaciones y demoró menos que nosotros en llegar de Temuco a La Serena jaja). Con un 2% de batería llegamos donde estaba él, allí también nos despedimos de Cristián y Belú que continuarían su ruta sin nosotros, y nos quedamos con mi papá. Comimos algo y entre conversación y detalles de la aventura llegó la madrugada. Estacionamos al Piwke cerca del hostal donde se quedaba mi papá y caímos rendidos ante el cansancio. Al día siguiente nos propusimos recorrer un poco y conocer la ciudad.
Quisimos ir al jardín japonés y nos dijeron que estaba cerrado, así que modificamos la ruta hacia la costanera de La Serena, pasamos por el faro y avanzamos por la inmensa playa, decidimos ir hacia Coquimbo y conocer la tan renombrada cruz del tercer milenio. El tráfico era horroroso, debe ser la temporada de verano que atrae tanto vehículo con turistas al sector. Llegamos a la cruz, por caminos angostos y poblaciones de colores, allá arriba entre los cerros se ve toda la bahía de Coquimbo y La Serena. Subimos un poco, pero no quisimos pagar para subir hasta arriba (la entrada general cuesta 2.000 pesos chilenos, sí somos tacaños). Así que subimos hasta el lugar que puedes visitar sin cancelar la entrada, en eso estábamos cuando el gordo me dice: “no puedo estar acá, me siento mal”. Yo seguí recorriendo con Sophia, pensé que al gordo le dolía la guata o algo así, pero después me preocupé. Dimos un par de vueltas, foto y adiós. Bajamos y encontramos al gordo sentado y pálido, me agarró fuerte de la mano y nos fuimos, caminamos rápido y en silencio; ahí me empecé a urgir porque algo le pasaba y era en serio. Cuando llegamos al auto lo detuve y le pregunté qué pasaba, ahí mi gordo me abrazó fuerte y se puso a llorar. No sabía qué pasaba, me preocupé un montón y me pasé todas las películas del mundo. Cuando logré calmarlo, nos sentamos en el auto y me explicó que pasó: Al subir al primer mirador de la cruz, lo primero que tu vez es la bahía de Coquimbo, pero si eres un buen observador te das cuenta que desde ahí mismo se aprecia toda la humildad del lugar, las casas a medio construir, las tomas de terreno, la vulnerabilidad de las poblaciones; cuando el gordo miró a su alrededor la contradicción de la enorme cruz y las modestas casas le dio angustia. Y le doy toda la razón, porque con los miles de millones de pesos que costó construir esa imponente cruz, se podría haber dado una solución habitacional a aquellas familias que residen allí. Allí es cuando como seres humanos nos sentimos un asco.
Después de aquel episodio decidimos irnos y para pasar el trago amargo nada mejor que comer. Fuimos al Puerto de Coquimbo, allí puedes comer ceviche, empanadas de marisco, pescados y mariscos varios a muy bajo costo. Nosotras con Sophy comimos empanadas de camarón/queso y el gordo se chupetió los bigotes (y la barba) con un ceviche. Después partimos a la playa, allí nos sentamos a matutear un rato: yo hice un par de trenzas playeras (con piedras y semillas) y los gordos se comieron un choclito con mantequilla a 500 pesitos (sí, en la playa venden la mazorca de maíz con matequilla). Luego nos sentamos en la costanera y matuteamos hasta que se oscureció.
Tomamos once con mi papá y luego nos fuimos a la playa nuevamente, habíamos encontrado “la media promo” de cerveza en el supermercado y decidimos comprarla para salir a vender a la playa por la noche, no nos resultó: la playa estaba desierta. Como cuando estas viajando pierdes la noción de los días, nunca cachamos que era lunes, por eso no había nadie en la playa. Así que guardamos las chelas y nos dormimos en la costanera. Al día siguiente sí pudimos ir al jardín japonés (que se llama jardín del corazón y cuesta 1.000 pesos la entrada general). Es muy bonito, pero yo no sé si nosotros seremos seres especiales, pero nos dieron penita los peces y las avecitas. Había tremendo cartel que decía que no se podía tocar ni alimentar a los peces y aves del jardín, pero todo mundo estaba ahí tocándolos. Que rabia. Nos fuimos con esa decepción de ver un lugar muy bonito, pero rodeado de personas inconscientes. Fuimos al supermercado a comprar algo de comer y luego a matutear un rato a la playa. Hablé con mi papá y nos juntamos cerca de las 8 para despedirnos, otra vez lloré. Ese afán de la gente de alargar las despedidas, sí nos habíamos despedido en Temuco!! En fin, él hombre que más me ama en el mundo mundial me encargó al segundo hombre que más me ama, me dio su bendición y partimos. Nos vamos.
Tomamos la carretera nuevamente sin destino, hasta donde el gordo se cansara de conducir, hasta donde yo me cansara de conversarle, donde nos encontrara la noche. Íbamos saliendo de La Serena cuando dos mochileros nos hacen dedo, con el gordo nos miramos y paramos. Me bajé y abrí la puerta, a lo lejos venían corriendo dos cabros con sus mochilas al hombro. Un ciclista paró y nos dijo que el auto era hermoso y se puso a conversar, llegaron los cabros: “Dónde van?” “A Calama” “Vamos!”. Se subieron, intentamos acomodar todo dentro del auto (sí, llevo mil quinientas cosas, ya lo saben). Los cabros en cuestión se llaman Jano y Pancho y venían desde Valpo, habían hecho dedo todo el día y nosotros les paramos después de las 8 de la tarde, les salvamos el día.
Conversando y conociéndonos llegamos hasta Vallenar. Era tarde y se comenzaba a notar el cansancio, en la entrada del pueblo dejamos al Jano y al Pancho, a sus rollers y a la olla que colgaba de su mochila. Nosotros recorrimos un poco el pueblo, descubrimos que en “Vallenar no hay ballenas” jajajaja y estacionamos en una bomba de bencina (sí, en un pronto copec, la verdad es que los amo). Nada hacía presagiar que con esos dos mochileros tendríamos muchas anécdotas que contar, la primera: La sra. Que atendía en el pronto copec.
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reivaj77 · 5 months
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pentejaweona · 4 years
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valpotox
nos detuvimos por largo tiempo en el grand hotel gervasoni del cerro concepción, contemplando el puerto de valparaíso y la infinitud del mar en el horizonte, era un mirador hermoso con pocos transeúntes y cómodas bancas que nos permitió detenernos a descansar y mirar el atardecer en valpo, conectarnos con nosotros mismos y con el momento y con la relación, incluso para decir las cosas que nos molestaban del otro, me dijo que se sentía celoso de que tenga tantos amigos y de que sea tan sociable y de que él no era el centro de mi vida ni de mi atención todo el día y todo el tiempo, para luego caminar por más barrios cuicos y rancios a la vez llenos de alcohol y pretensiones de movilidad social, un breve paseo por atkinson más tarde y luego a casa como si nada
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lo-filover · 6 years
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Algunos de nuestros huéspedes disfrutando el atardecer en @rentaelpiso_ Puro Amorrssss ❤️😍🛅🇨🇱 #rentaelpiso #departamentoamoblado #booking #chile #instagood #hotel #travel#instagram #hostelworld #airbnb #bookstagram #hotels #life #trip#tourism #relax #follow #trekking #patagonia #magallanes #valpo#picoftheday #cocina #santiagodechile #nature #boutique#landscape #tours #booklover #reñaca #vacaciones #sun #sol #relajate #playa #reserva #sunny #miamibeach #lascondes #chilegram #summer #travel #tripadviser #homeaway #marinarauco #santiago #rancagua #despegar #viaje #trip #uber #didi #starbucksrenaca #coffeeLover #doglover #experiencia #startbuksreñaca #clientesfelices #reñacabeach #alquileres #mendoza #argentina #turismo #weekend #love #pareja #amor #viña #concon #enap #modaviña #viñadelmar #arriendos #viveviña #dunasconcon #ofertas #sales #actitud #estilo #modachile #hotelconcon #aquaconcon #hoteldeals #hotelroom #liveauthentic #travelgram #hotelescosteros #sea #epic #letsgoeverywhere #instadaily #meetings #whatelse #absolutrelax #moments #amigos #friends #follow #seaside #terraza #goodthings #sauna #solyplaya #puestadesol #calor #happy #followme #me #art #smile #beauty #selfie #dog #makeup #bronceado #vacacionando #patiperreando #patiperro #happy #party #ootd #seguidores #comunidad #todosuma #miami #miamibeach #southbeachmiami #lifemiami #liveCurious #traveltogether #travellers #mundo #travelgram #terapia #piscina #feliz #disfruta #paseo #lascondes #realstate #sleep #bookingcom #arrive #lovers #family #together #latam #yeah #escapate #vivelo #ecotourism #airbnbventures #aventura #valpo #vistaalmar #soleado #post #casaboutique #apart #amantes #picadas #dunas #gopro #luxury #lujo #best #vacasa #secret #do #you #all #reserva #destinos #viajar #hermoso #recomendable #likeforfollow #instavalpo #estilo #fotografia #instaviña #seguir #paisaje #aptitud #chile #scl #vitacura #argentinas #machali #me gusta #colombia #providencia #sonreir #casas #veraneo #instapic #seguir #selfie #siguemeytesigo #paisaje #paisajes #lavidaquemegusta #lavidaquequiero #amigas #turismo #concepcion #chillan #losangeles #ovalle #lobarnechea #quillota #olmue #vitacura #cuyo #loquiero #airb (at Reñaca) https://www.instagram.com/p/B2aMID1n987/?igshid=tz0f1jxvt09z
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leandromenendezfoto · 6 years
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#sudamerica #chile #valparaiso #valpo #vregion #vregionvalparaiso #vregionchile #canon #motoe2 #buenastardes #mar #casas #atardecer #barco #aves #gaviotas #loves_chile #Добрыйдень #море #дома #закат #лодка #птицы #чайки #buonpomeriggio #mare #case #tramonto #barca #uccelli #gabbiani (en Valparaíso, Chile)
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conifel-blog · 7 years
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Favoritos en Valpo
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La ciudad de Valparaíso (capital de la región con el mismo nombre) está declarada como patrimonio de la humanidad. Se divide en dos partes: El plan y los cerros. Todo lo que es plan es plano, obvio. Los cerros, llenos de calles curvas y empinadas, son 42 (si, 42); los más turísticos son Cerro Alegre y Cerro Concepción. La característica principal de la ciudad son los graffitis que adornan las calles.
Ahora dejémonos de formalidades. Valpo es arte en todas sus formas y fiesta. De lunes a lunes hay fiesta y para todos los gustos. El alcohol es muy barato (la cerveza típica es la Báltica y a la fecha se consiguen a dos de litro por 1000 pesos chilenos, o sea menos de dos dólares). Es una ciudad mágica donde de repente a las dos de la mañana aparece un violinista y se pone a tocar para vos y tus amigos.
Ahora bien, mis lugares y cosas favoritas:
Bajar al plan desde Cerro Alegre por Pasaje Templeman, dos escaleras y un callejón que parece sacado de una película.
Subir por Avenida Alemania a la plaza Bismarck, un recorrido lleno de graffitis espectaculares para terminar en un mirador para apreciar Valparaíso desde arriba.
Empanadas en Knibal, un lugar super chico muy cerca de la Anibal Pinto, te las preparan en el momento y con lo que vos elijas
Mercado “El Cardonal”, frutas y verduras por doquier, difícil caminar pero un lugar increible.
Puerto Barón, ver el sol escondiéndose en el Pacífico y como los cerros se empiezan a iluminar.
Playa Placeres, en la parte plan del cerro con el mismo nombre, playa chica pero sin irte hasta Viña del Mar. Otro buen lugar para ver el atardecer
Bar Weon, en Avenida Ecuador,  tres tequilas por 1000 chilenos y gente buena onda. Siempre hay muchos estudiantes de intercambio de diversos países.
Liberty, en la plaza Echaurren, el bar más antiguo de Valpo. Es para ir los jueves (tocan cueca en vivo) y tomar chichón (vino con chicha)
Ascensor Reina Victoria, tiene un tobogán tanto para niños como adultos y a la noche casi siempre hay fiesta. Si te lo tomas para bajar te deja a la vuelta de la Anibal Pinto y arriba estás en Cerro Alegre.
En la calle siempre hay bandas tocando o solistas, detenete a escucharlos.
La Isla de la fantasía, me encantaría decir donde está pero ni sé cómo llegué. Un lugar clásico de cueca y navegado (vino caliente con canela, naranja y clavo de olor), empieza al mediodía y se termina cuando se acaba el alcohol. Pregunten en Liberty, todos saben dónde está.
Sopaipillas, las venden en la calle a 200 chilenos cada una, son riquísimas, ideales para cuando hay hambre, son baratas y las venden en todos lados. Ojo con ponerle mucho pebre, pica.
Perderse, a veces te arrepentís por las subidas, pero podes encontrar lugares geniales y graffitis, muchos, todo el tiempo.
Mirador Lukas, en Cerro Concepción, sin lugar a dudas mi mirador favorita ya sea de noche o de día.
Isla Negra, a dos horas de Valparaíso, un pueblo chico, donde está la casa favorita de Neruda y playas de rocas oscuras y olas potentes.
Las playas de Reñaca, a media hora (depende el tráfico) en una micro, está Reñaca, playas enormes y si vas día de semana están casi vacías. Si vas comer ahí: empanadas Los Roldán, las mejores que probé.
Fechas Patrias, si vas en septiembre hay dos eventos enormes: las fechas patrias (el 18 y 19) y los mil tambores (último finde del mes). En las fechas patrias las calles se inundan de banderas y en Playa Ancha se desarrollan las Ramadas: un predio enorme con parte de juego, parte de parque de diversiones, comida, alcohol, bares, básicamente de todo. Si vas tenés que tomar terremoto, pedilo con fernet. En los mil tambores no estuve, pero es una fiesta de comparsas que se desarrolla en la calle y por lo que me dijeron súper divertida
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